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CANTAR DE MIO CID Segunda antología de la poesía española
1. Cantar del destierro (Versos 1 – 14) El Cid se ve obligado a abandonar Castilla porque por motivos no Aclarados es desterrado por el rey Alfonso VI. Tras abandonar su casa, situada en Vivar, pasa por Burgos y acompaña y deja a su familia en el monasterio de San Pedro de Cardeña. En el destierro le acompañan sesenta guerreros, y se siente tan atenazado por la tristeza (al ver, por ejemplo, sus palacios desmantelados) que rompe a llorar. De los sus ojos tan fuertemente llorando, tornaba la cabeza y estábalos catando1 Vio puertas abiertas y postigos sin candados, Alcándaras2 vacías, sin pieles y sin mantos, y sin halcones y sin azores mudados3. Suspiró mío Cid pues tenía muy grandes cuidados4. Habló mío Cid, bien y tan mesurado: ¡gracias a ti, señor padre, que estás en alto! ¡Esto me han vuelto mis enemigos malos! Allí piensan aguijar, allí sueltan las riendas. A la salida de Vivar, tuvieron la corneja diestra, y, entrando en Burgos, tuviéronla siniestra. Meció mío Cid los hombros y movió la cabeza: ¡albricias, Álvar Fáñez, que echados somos de tierra!
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2. Fragmento de la Conquista de Alcocer (vv 715-732b) Atacan a los moros. (En los siguientes versos, hasta el 777, el Cid ayuda a Minaya y los moros huyen derrotados) Embrazaron los escudos delante del corazón: las lanzas ponen en ristre envueltas en su pendón; todos inclinan las caras por encima del arzón y arrancan contra los moros con muy bravo corazón. A grandes voces decía el que en buena hora nació: "¡Heridlos, mis caballeros, por amor del Creador, aquí está el Cid, Don Rodrigo Diaz el Campeador!". 1
Estábalos catando: contempló la villa antes de partir Perchas 3 los que han cambiado el plumaje y son aptos para la caza 4 afligido por la tristeza 2
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Todos caen sobre aquel grupo donde Bermúdez se entró Éranse trescientas lanzas, cada cual con su pendón. Cada guerrero del Cid a un enemigo mató, al revolver para atrás otros tantos muertos son. Allí vierais tantas lanzas, todas subir y bajar, allí vierais tanta adarga romper y agujerear, las mallas de las lorigas allí vierais quebrantar y tantos pendones blancos que rojos de sangre están y tantos buenos caballos que sin sus jinetes van. A Santiago y a Mahoma todo se vuelve invocar. Por aquel campo caídos, en un poco de lugar de moros muertos había unos mil trescientos ya ¡Cómo lidia de bien sobre el dorado arzón Mio Cid Ruy Díaz, el buen lidiador! Minaya Alvar Fánez, que en Zorita mandó, Martín Antolínez, el burgalés de pro, Muño Gustioz, que fue su servidor, Martín Muñoz, el que mandó en Monte Mayor, Alvar Alvarez y Alvar Salvadórez, Galín García, el bueno de Aragón, Félez Muñoz, su sobrino del Campeador, Y así sucesivamente, cuantos sus vasallos son Defienden la enseña y a Mio Cid el Campeador. A Minaya Alvar Fánez le mataron el caballo, A él atienden mesnadas de cristianos; La lanza trae quebrada, a la espada metió mano, Aunque a pie, buenos golpes fue dando. Lo vio Mio Cid Ruy Díaz, el castellano, Se echó sobre un alguacil que tenía un buen caballo Son su brazo derecho le dio tal espadazo, Que lo cortó por la cintura y la mitad cayó al campo. A Minaya Alvar Fánez fue a darle el caballo. ¡Cabalgad, Minaya, vos sois mi diestro brazo! Hoy, este mismo día, de vos obtendré buen bando; Firmes están los moros, aun no se van del campo. Cabalgó Minaya, la espada en la mano, Por aquellos flancos fuertemente lidiando, A los que alcanza los va despachando. Mio Cid Ruy Díaz, el nacido con buen hado Al Rey Fariz tres golpes le hubo dado, Dos le fallaron, uno le ha tocado;
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Por la loriga abajo la sangre chorreando. Volvió la rienda para alejarse del campo; Con aquel golpe el ejército fue destrozado Martín Antolínez un golpe le dio a Galbe, Las carbunclos del yelmo se desparramaron por todas partes, Le cortó el yelmo, que llegó a la carne; Sabed, el otro no se atrevió a esperarle. En retirada se alejan el rey Fariz y Galbe. ¡Tan buen día para la cristiandad, Pues huyen los moros de aquellas partes! Los de Mio Cid golpeándolos en su alcance, El rey Fariz en Teruel quiso entrar Y a Galbe no lo acogieron allá, Para Calatayud, tan pronto como puede, se va. El Campeador a alcanzarlo va, Hasta Calatayud la persecución vino a durar.
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3. Cantar de la afrenta de Corpes (versos 2697-2742) El Cid defiende Valencia de un nuevo ataque musulmán. Durante la contienda, los infantes de Carrión ponen en evidencia su cobardía y son objeto de burla por parte de la corte del Cid (episodio del león y de la batalla). Los infantes se cobran su venganza sobre las hijas del Cid, con las que habían contraído matrimonio. El Cid pide justicia al rey: los infantes son derrotados en duelo por dos de sus hombres. Finalmente, por orden del rey, casa nuevamente a sus hijas con otros nobles. En el robledo de Corpes entraron los de Carrión, los robles tocan las nubes, ¡tan altas las ramas son! Las bestias fieras andan alrededor. Hallaron una fuente en un vergel en flor; mandaron plantar la tienda los infantes de Carrión, allí pasaron la noche con cuantos con ellos son; con sus mujeres en brazos demuéstranles amor; ¡Qué mal se portarían luego tras la salida del sol! Cargar mandaron las acémilas con los bienes de valor, Han recogido la tienda que de noche los albergó, La cortejo de criados adelante continuó, Así como lo mandaron los Infantes de Carrión: Que detrás ninguno se quedase, ni mujer ni varón, Sino ambas sus mujeres, doña Elvira y doña Sol: Recrearse querían con ellas a todo su sabor. Los cuatro quedaron solos, el resto continuó;
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Todos se habían ido, ellos cuatro solos son así lo habían pensado los infantes de Carrión: «Aquí en estos fieros bosques, doña Elvira y doña Sol, vais a ser escarnecidas, no debéis dudarlo, no. Nosotros nos partiremos, aquí quedaréis las dos; «no tendréis parte en tierras de Carrión. «Llegarán las nuevas al Cid Campeador, «así nos vengaremos por lo del león». Los mantos y las pieles les quitan los de Carrión, con sólo las camisas desnudas quedan las dos, los malos traidores llevan zapatos con espolón, las cinchas de sus caballos ásperas y fuertes son. Cuando esto vieron las damas así hablaba doña Sol: «Don Diego y don Fernando, os rogamos por Dios, dos espadas tenéis, fuertes y afiladas son, el nombre de una es Colada, a la otra dicen Tizón, cortadnos las cabezas, mártires seremos nos. Moros y cristianos hablarán de vuestra acción, dirán que no merecimos el trato que nos dais voss. Esta acción tan perversa no la hagáis con nos si así nos deshonráis, os deshonraréis los dos; ante el tribunal del rey os demandarán a vos». Lo que ruegan las dueñas de nada les sirvió. Comienzan a golpearlas los infantes de Carrión; con las cinchas de cuero las golpean sin compasión; así el dolor es mayor, los infantes de Carrión: de las crueles heridas limpia la sangre brotó. Si el cuerpo mucho les duele, más les duele el corazón. ¡Qué ventura tan grande si quisiera el Criador que en este punto llegase mio Cid el Campeador! Tanto las maltrataron que se desvanecieron las dos, Sangrientas en las camisas y todos los ciclatones Se han hartado de herirlas, y han probado a ver quién daba los mejores golpes. Ya no pueden ni hablar, doña Elvira y doña Sol, en el robledal de Corpes las dieron por muertas Los infantes se llevaron los mantos y las pieles finas y las dejan desmayadas en vestidos y camisas, entre las aves y las bestias salvajes del monte. Sabed que las dejaron por muertas, que no por vivas. ¡Oh, qué ventura, si asomase ahora el Cid Campeador!
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ACTIVIDADES (para contestar este cuestionario entra en el blog, en el que encontrarás los fragmentos que debes trabajar) CANTAR DEL DESTIERRO Versos 1 – 14 1. El Cantar de mío Cid está inspirado en un personaje real: Rodrigo Díaz de Vivar. Busca información sobre este personaje histórico y elabora una síntesis sobre su vida. 2. ¿Cuál es el tema de este fragmento? ¿Tiene relación con el tema central del cantar? Justifícalo. 3. Analiza el sentimiento que transmite este fragmento. ¿Qué rasgos afloran sobre la personalidad del héroe?
VV 715-777 4. ¿Qué narra este fragmento? 5. ¿Qué le ocurre a Minaya Álvar Fáñez durante el combate? ¿Quién lo socorre? Anota los versos en los que sucede este episodio. 6. Un rasgo sobresaliente de la épica francesa es la exageración a la hora de relatar hazañas bélicas. La épica española es más realista. No obstante, en un momento de esta secuencia hay una acción bélica por parte del Cid algo exagerada; ¿en qué versos sucede esto? Coméntalos justificando tu respuesta.
CANTAR DE LA AFRENTA DE CORPES 2689-2762 7. ¿Desde cuándo están resentidos los infantes de Carrión? ¿Cómo deciden vengarse? 8. ¿Cómo se describe el derramamiento de la sangre de las hijas del Cid, y en qué verso?¿Cómo se expresa el juglar ante tales acontecimientos? Justifícalo con ejemplos y poniendo el número de verso. Nota: Debes entregar este trabajo escrito a mano. Las respuestas deben ser claras y concisas, esto no significa que deban ser cortas. Debe ser completo y estar bien presentado. En caso de encontrarse trabajos copiados de otros compañeros o fragmentos copiados de internet se suspenderá el trabajo.