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CAPITULO 14. URIANALISIS Y PRUEBAS DE FUNCIÓN RENAL Víctor Hernán Arcila Quiceno Médico Veterinario Zootecnista U de C. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootécnia Universidad Cooperativa de Colombia Las pruebas de función renal hacen parte del equipo de herramientas con las que cuenta el clínico para establecer su criterio diagnóstico no solo en los casos de enfermedad renal sino igualmente para descartar la probabilidad de presencia de patologías en otros órganos como en el hígado o caracterizar problemas de índole metabólico como los desbalances ácido – base o por control para procedimientos quirúrgicos entre otros. El análisis de la muestra de orina puede dividirse en 3 fases: Fase Preanalítica: La cual considera todos los parámetros para la toma de la muestra ver capítulo de toma y envia de muestras. Figura 135. canino introduciendole sonda para toma de muestra. Aprecie manejo de la asepsia (Centro Médico Quirúrgico Veterinario – U.C.C.).
Fase Analítica: involucra los análisis realizados a la muestra colectada y comprende la fase de análisis físico, químico, microscópico incluyendo el análisis del sedimento.
Figura 136. Muestra colectada para análisis físico, químico y microscópico. CMQV U.C.C. Observe el volumen necesario para análisis químico o bien centrifugación para sedimento.
Fase Post-analítica: corresponde al diagnóstico, y manejo médico o quirúrgico a partir de los análisis obtenidos, la interpretación es primaria para la instauración de la terapéutica correspondiente.
14.1 EXAMEN GENERAL DE ORINA (Características Físicas y Químicas)
El análisis de la muestra colectada normalmente debe seguir un orden el cual primero se realiza desde la toma anotando el carácter del color, olor y observaciones sobre la introducción de la sonda cuando ésta es usada. 14.1.1 CARACTERÍSTICAS FÍSICAS: Esta incluye el análisis del volumen, olor, color (transparencia) y densidad o gravedad específica. 1. Volumen: Este parámetro es influenciado por múltiples condiciones tanto intrínsecas (propias del individuo) como son la especie (caninos, equinos, bovinos, felinos, camelidos, conejos), tamaño del paciente (talla medida en mt2), tipo de alimentación (carnivoros, herbivoros, omnivoros), actividad física (animales de tiro, carga, deportivos), así como extrínsecas (determinadas por el entorno) disponibilidad de agua, temperatura y humedad ambiental entre otros. El volumen de orina está entre 15 a 30 ml/Kg. cada 24 horas. La producción promedio de orina es menor en felinos, equinos y cerdos (15 ml/Kg./24h.), le siguen las cabras y ovinos con 25 ml/Kg/24h. y con volúmenes elevados caninos y bovinos arriba de los 25 ml/Kg. /24h (Ruckebusch y col., 1994). Tabla 46. Cantidades fisiológicas de orina en diferentes espeies según Plonait, 1984. Especie Volumen en 24 horas Micciones en 24 horas Felinos 50 ml – 2 L. 30ml/Kg. Aproximadamente 3 Caninos 50 ml – 2 L. 30ml/Kg. Aproximadamente 3 Ovinos, caprinos 0.5 – 2L Aproximadamente 3 Porcinos 2–6L Aproximadamente 3 Bovinos 6 – 25L 5 -6 Equinos 3 – 10 L 5–6 Bayer Health Care. 2002. Es dificil para el clínico conocer con presición el volumen excretado por el animal, pero las observaciones de las personas cercanas a estos es el mejor referente para establecer un criterio diagnóstico inicial. El volumen de orina se debe determinar en los casos en los que clínicamente se observe poliuria (auento en el volumen urinario) y polidipsia – aumento en la cantidad de agua ingerida (pueden ser signos compatibles con diabetes mellitus o diabetes insipida), proteinuria – aumento de la proteína en orina - (enfermedad renal) y para evaluar la perfusión renal en pacientes en estado de choque. Se debe precisar si se han administrado previamente diuréticos como la furosemida (diurético de asa) o la espironolactona (diurético ahorrador de potasio) que incrementan el volumen urinario y cambia el carácter físico de la orina. El volumen es inversamente proporcional a la densidad, es decir a un volumen elevado la densidad es baja y para volúmenes bajos la densidad específica es alta. Las excepciones a esta norma son los caso de diabetes mellitus en los cuales hay volumenes altos y densidades altas por el contrario en la nefritis severa o terminal volumen y densidad suelen ser bajos (Benjamin, 1991).
Los cambios en el volumen urinario pueden ser tanto fisiológicos como patológicos y pueden ser por incrementos (Poliuria) o por disminución (oliguria o incluyendo ausencia completa de orina -anuria), o bien cambios en la frecuencia de micción (polaquiuria). Trastornos en el volumen urinario:
Poliuria: Se define como la formación y eliminación de grandes cantidades de orina, y para determinarla se deben considerar además de su observación, la historia clínica y el examen físico del paciente. La poliuria se presenta dependiendo de las necesidades corporales para conservar o eliminar agua y/o solutos: POLIURIA NO PATOLOGICA normalmente es transitoria y no afecta al animal. Poliuria fisiológica: es la causa más común de poliuria, se presenta principalmente como respuesta compensatoria al incremento en la toma de fluidos, lo que se determina mediante el examen del paciente, igualmente se puede inducir en animales que son sometidos a cambios de clima. Poliuria Farmacológica: Se puede presentar posteriormente al incremento en la ingesta de sal que provoca sed inmediata y posteriormente poliuria como respuesta a estimulación de receptores; en este caso puede estar implicados mecanismos neurales que afectan la actividad del hipotálamo. Igualmente se puede inducir por la administración de fármacos diuréticos como la furosemida y la espironolactona, las cuales incrementan el volumen de filtración al generar diferentes mecanismos a nivel del asa de henle o en el túbulo proximal respectivamente; adicionalmente la administración de fluidos parenterales (solución salina o con dextrosa) principalmente por la vía intravenosa cuando se ha alcanzado la homesostasis de los liquídos corporales se estímula el funcionamiento del riñón, presentandose la micción voluntaria en el paciente. Otro ejemplo, en el canino específicamente después de la administración de glucocorticoides (Dexametasona, prednisolona) debil poder diurético. POLIURIA PATOLÓGICA: Basándose en el examen de la orina y de la sangre este tipo de poliuria se clasifica en: Aumento de volumen en agua: Este tipo en general es caracterizado por una densidad específica y osmolaridad baja (menor concentración de solutos), resultante del trastorno de la Hormona Antidiurética (ADH) o vasopresina (diabetes insípida de origen pituitario o igualmente conocida como de tipo central) respuesta disminuida de los túbulos renales para adecuar la concentración de la hormona antidiurética (diabetes insípida de origen renal o nefrogénica) o por aumento en el consumo de líquidos. Aumento de volumen en solutos: En este caso se estimulan los mecanismos osmóticos para favorecer el movimiento de los líquidos endógenos siendo excretados; caracterizada por un aumento en la osmolaridad y gravedad específica, que es resultado del aumento en la excreción de solutos que excede la capacidad de los túbulos renales para reabsorberlos (como ocurre en los casos de Diabetes mellitus), así mismo el deterioro tubular puede impedir la reabsorción de uno o más solutos (como en el caso de urea, creatinina y fósforo en la falla renal primaria) y una inadecuada concentración de solutos en la médula renal deterioran el sistema regulador. Este proceso afecta pricipalmentne a caninos y felinos. Los padecimientos asociados a poliuria con aumento de volumen de solutos pueden ser: o Falla renal crónica primaria, o Fase diurética de una falla renal aguda, o Diuresis postobstructiva,
o o o o
Problemas hepáticos, Hiperadrenocortisismo. Hipoplasia cortical renal Amiloidosis renal severa
La poliuria asociada a la deshidratación debida a otros mecanismos (por vómito o diarrea) indican que el riñón es incapaz de conservar agua a pesar de las necesidades corporales de la misma, ya que en un riñón con funcionamiento normal se esperaría la presentación de oliguria como respuesta compensatoria para restaurar las necesidades corporales de agua, algunas de las enfermedades que cursan comúnmente con poliuria, vómito y deshidratación clínica es la cetoacidosis diabética (no es facilmente diagnósticado en animales), algunos casos de piómetra (principalmente caninos) y problemas hepáticos. Aunque la poliuria, polidipsia (aumento en la toma de líquidos) y deshidratación pueden estar asociados con la diabetes insípida, hiperadrenocorticismo, y polidipsia primaria, estos padecimientos no siempre están asociados a la presencia de vómito. La condición contraria a los incrementos de volumen tienen impotancia clínica y con frecuencia se detecta con mayor facilidad como una respuesta frente a un proceso patológico primario, constituyendose en un signo la ausencia de mecanismos de micción o la disminución en el volumen urinario o bien la ausencia completa de excreción de orina. Oliguria: Es la disminución en la excreción de orina. Esto puede depender directamente de alteraciones en el riñón o en segmentos del tracto urinario inferior (trastornos obstructivos de manera mecánica a nivel de la vejiga o en la uretra). Oliguria por disminución en la formación de orina por el riñón: Puede ser debida a: Oliguria Fisiológica: Es una condición transitoria, temporal por lo tanto reversible Normalmente la densidad se encuentra ligeramente elevada (el valor varia con la especie considerandose para el canino > 1025 y para el felino >1045). Se puede presentar en condiciones como: o Disminución en la ingesta de agua o Temperatura ambiental alta o Hiperventilación excesiva o Ejercicio intenso o Estados diversos de deshidratación (Benjamin, 1991). Igualmente se puede presentar dentro de estados patológicos como un mecanismo de homeostasis (mecanismos fisiopatológicos); ocurre en los casos que el riñón conserve agua y/o solutos en exceso a fin de restaurar el balance corporal de fluidos, la producción de orina en pacientes con azotemia (aumento de nitrogeno en sangre) prerrenal es el mejor ejemplo: La azotemia prerrenal es causada por trastornos que reducen la función renal asociada a la disminución en la perfusión de la sangre (deshidratación, choque, problemas cardiacos, hipoadrenocorticismo), ya que la disminución en la presión sanguínea provoca una disminución en la capacidad de filtrado glomerular (que depende de la presión sanguínea), teniendo como resultado la retención de sustancias que normalmente son eliminadas como urea, creatinina, fósforo, entre otros.; así como respuesta, el organismo secreta hormona antidiurética que promueve la retención de agua y combatir estos trastornos, teniendo como consecuencia una secreción escasa de orina con una gravedad específica y osmolaridad muy altas. La azotemia prerrenal implica que el riñón es estructuralmente
normal, y cuenta con la capacidad de revertir el problema, aunque si esta azotemia persiste la enfermedad isquemica renal puede desarrollarse. Oliguria Patológica: Se presenta como una respuesta frente a múltiples condiciones siendo la más común los estados febriles, condición común en todas las especies. Generalmente ocurre durante la fase temprana de una falla renal aguda primaria dada por isquemia generalizada (cambios vasculares) o por un problema nefrotóxico a nivel tubular que puede afectar cualquier especie. La obstrucción del lumen tubular así como la disminución en la capacidad de absorción dada por daño tubular pueden ser la causa en algunos casos.
Figura 137. La imagen corresponde a un urolito (cálculo) extraido de la vejiga de un canino Poodle; esta tiene un diámetro de 4 cm impidiendo la micción de forma meánica. Centro Médico Quirúrgico Veterinario Universidad Cooperativa de Colombia. Oliguria asociada con la disminución en la capacidad para eliminar orina: padecimientos a nivel de vías urinarias bajas donde puede existir un problema que impida el libre transito de la orina hasta su excreción final, como ejemplo tenemos la presencia de neoplasias (carcinomas en la pared vesical), cálculos o concreciones que ocluyan parcialmente el lúmen uretral, (son más freuentes en los machos que en la hembras debido al carácter anatómico), hernia vesical que obstruye parcialmente la eliminación de orina a través de la uretra o el llenado de la misma desde los uréteres. Otras posibles causas que inducen oliguria de un origen prerenal incluyen la redistribución de los fluidos formando edemas como en el caso de enfermedad cardiaca congestiva que afecta la circulación renal. Anuria: Es la ausencia de excresión de orina debido a limitación en la formación de orina por el riñón o de excreción de la misma por el organismo, este problema es posible que ocurra en los casos de paro completo en la función renal debido a una disminución en la perfusión renal o por una falla renal primaria, aunque usualmente está asociada a procesos obstructivos o retención en el tracto urinario inferior. 1. Color: La variación en el color de la orina se ve afectado por diferentes condiciones que pueden considerarse fisiológicas y patológicas pero prevalece sobre estas los cambios propios de la especie. Determinar el color de la orina puede ser subjetivo (impreciso) en algunos casos, ya que puede existir enfermedad aunque el color se conserve dentro de los rangos que consideramos normales y puede estar influenciado por la presencia de pigmentos tanto endógenos como exógenos (origen nutricional) y aunque el conocer el color nos puede indicar una anormalidad, esta información puede ser muy inespecífica. El color de la orina es muy importante en los casos de determinaciones analíticas colorimétricas. La intensidad del color está directamente relacionada con la gravedad específica. Se debe considerar también la administración de medicamentos, dieta y factores medio ambientales que induzcan cambios. El color de la muestra debe ser observado en tubos de ensayo preferiblemente de vidrio o en urinómetros.
Figura 138 . Diferencias en el color de las muestras de orina. El color normal de la orina es de amarillo claro a ambarino, color que esta dado principalmente por 2 pigmentos que son el urocromo y la uribilina pero recordando las variantes asociadas a las diferentes especies. Los felinos y los conejos se caracterizan por orinas de color amarillo intenso, mientras en los equinos la orina tiene un aspeto turbio y color lechoso debido a la abundancia de células epiteliales descamadas. En bovinos y caninos es normal que el color corresponda al descrito para los primates y humanos. Tabla 47. Los cambios en el color puede interpretarse de la siguiente manera. Color Posible Causa Amarillo Claro, Color normal dado por el urocromo y urobilina. Amarillo o Recordando el efecto por la especie Ambar Amarillo oscuro Orina muy concentrada después de la acidificación. Fiebre, Deshidrataciones. Nitrofurantonina. Riboflavina. Azuloso Azul de metileno. Tinturas azulosas Infección por pseudomona sp. Verdoso Azul de metileno Biliverdina Riboflavina Timol Naranja Orina muy concentrada Exceso de urobilina Bilirrubina Rojizo Hematuria Hemoglobinuria Mioglobinuria Porfiriuria Fenosulfotaleina Warfarina Tetracloruro de carbono Fenotiazinas Café Metahemoglobina Melanina Nitrofurantonina Naftalina Sulfonamida Bismuto Mercurio Incolora Orina muy diluida, asociada a poliuria o enfermedad renal terminal. Diabetes insípida. Hiperadrenocorticismo, piometra. Blanquecino Pus Remanentes seminales Cristaluria por Fosfato Adaptado de Benjamin, 2001
El establecer la diferenciación entre hemoglobinuria y la hematuria puede realizarse a nivel de campo por la simple observación de la muestra colectada, la cual se deja en reposo durante un tiempo de 20 minutos hasta una hora si conserva el tono rojo uniforme es considerado hemoglobinuria y sí por el contrario se sedimenta es indicativo de hematuria. La utilidad diagnóstica es orientada hacia los agentes etiológicos que inducen uno u otro estado. Transparencia: Es una propiedad que indica grado de dilución de la orina o bien la concentración de los solutos. En la mayoría de las especies es translucida, aunque tiende a ser ligeramente turbia a medida que es más concentrada. - Las alteraciones producidas in vitro principalmente por el aumento de la temperatura y pH, pueden causar la disminución en la transparencia. Figura 139. Diferencias en la transparencia de la muestra de orina con respecto a una de agua. El grado de turbidez se puede clasificar como clara, Turbia y floculenta. La causa de la turbidez de la orina se debe explicar con base a los hallazgos del estudio del sedimento urinario, pero los problemas más comúnmente asociados a la turbidez de la orina pueden ser: Cristales: La solubilidad de algunos cristales es influenciada por la temperatura, ya que a medida que la orina se enfría puede existir un precipitado mayor de cristales en el sedimento, por otro lado el pH también interfiere en esta precipitación. Uratos amorfos; carbonato de calcio en equinos y bovinos y fosfatos amorfos dan un tono blanco turbia y orina que tiene un carácter de alcalinidad. Eritrocitos, Glóbulos blancos y células epiteliales: la presencia de elementos formes de la sangre igualmente puede afectar el color y aspecto de la orina. La hematuria generalmente provee un color rojizo a la orina con la subsecuente turbidez mientras que la hemoglobinuria tiñe de color cafe a la orina tendiendo a ser translucida. Otros componentes que pueden alterar la translucidez incluyen: o Bacterias y levaduras. o Semen o Contaminantes o Lípidos o Moco. 3. Olor: Se considera sui generis por que se asocia de manera particular a la especie que lo produce aunque es reconocida la presencia de glándulas que pueden caracterizar el olor como en el caso de las cabras; también depende del sexo del animal, y su estado fisiológico pues es reconocida la capacida de liberación de feromonas durante los estados de celo (comportamiento sexual) que induce olores fuertes que impregnan las zonas como áreas de marcaje para otros individuos de la misma especie; la detección de olores anormales son indicativos de un estudio más profundo del paciente, aunque es muy inespecífico para la determinación de algún padecimiento. El olor amoniacal es un hallazgo común en la orina dado por el NH3 (amoniaco), mientras que el NH4 (amonio) y la urea son inoloros, las principales causas de este olor son la reducción de la urea a NH3 por bacterias reductivas que pueden ser
patógenas o contaminantes, por lo que un olor amoniacal en una orina recién colectada puede ser indicativo de un problema infeccioso del tracto urinario por bacterias productoras de ureasa. Un olor putrefacto puede ser indicativo de la degradación de grandes cantidades de proteína por bacterias. La cetonuria da un olor característico a la orina, aunque algunos individuos son incapaces de percibir este olor, por lo que el análisis químico de cetonas es el mejor parámetro para determinar la cetonuria. La administración de medicamentos cuya cinética implique la excreción urinaria puede inducir un cambio del olor que persiste durante el tratamiento como ejemplo podriamos citar algunos medicamentos antibióticos beta-lactamicos. 4. La Densidad específica o Gravedad Específica. Se ha usado como un parámetro que indica la cantidad de soluto disuelto en un volumen de agua y que fisiológicamente puede indicar la actividad a nivel de los mecanismos de filtración o de concentrar la orina por medio de los mecanismos de contracorriente en las asas de los túbulos. Los Métodos viejos implicaban el uso de dispositivos conocidos como urinómetros y se procedia de la siguiente manera: Se llena con orina el cilindro urinómetro, aproximadamente a las tres cuartas partes. El recipiente que se usa para la flotación del urinómetro deberá ser suficientemente grande de diámetro para evitar que el urinómetro se pegue a los lados. (el urinómetro flota); Se coloca el urinómetro en la orina y se hace girar para evitar que toque los lados o el fondo del cilindro. Se lee la escala del tallo del urinómetro en la interfase del aire y la orina, y se anota en decimales por ejemplo 1.020. Antes de usar un urinómetro nuevo deberá probarse su precisión en agua destilada; la lectura deberá ser de 1.000 a su temperatura de calibración, el agua es tomado como punto de referencia pues la cantidad de soluto disuelto es baja. Cada urinómetro se calibra para que dé las lecturas a una temperatura definida, por lo general entre 20°C y 25°C, por lo que la muestra de orina deberá dejarse a temperatura ambiente por algunos minutos antes de tomar la lectura. Para mayor precisión, se agregan 0.001 por cada 3°C por arriba de la temperatura de calibración, y se le restan 0.00 1 por cada 3°C por debajo de dicha temperatura. Otra técnica consiste en el uso de refractómetro cuando el volumen urinario es bajo: El uso de un instrumento como el Goldberg Refractometer (American Optical Co.) proporciona un medio de alta precisión de la densidad específica de la orina en un volumen tan pequeño como una sola gota. Interpretación. a. Normal entre 1.015 a 1.050 (promedio = 1.025). Tabla 48. Densidades Urinarias en Diversas Especies.
Benjamín, 1991. Fisiológicamente el riñón normal es capaz de diluir la orina a una densidad específica de 1.001 y de concentrarla a una densidad específica de 1.060+ aunque en especies como los camélidos que deben soportar condiciones extremas de temperatura los mecanismo son sobreregulados manteniendo una mayor concentración de la orina. Los factores que causan variación en los animales son: (a) Dieta. (b) Ingestión de líquidos. (c) Clima. (d) Actividad - ejercicio. La interpretación de todos los componentes del examen de orina de rutina, debería considerarse junto con la densidad específica de la muestra, para que las conclusiones sean representativas. La mayoría de las pruebas se hacen en un volumen fijo de orina (y por lo tanto el mismo ritmo de formación) sin relación con la densidad específica de la muestra. Lo ideal en un paciente es realizar la colecta de orina y determinar si el volumen es el adecuado para la especie, o bien determinar las variaciones y su importancia clínica. La capacidad de los riñones para regular la densidad específica depende de su capacidad en el momento en que se forma la orina y no de la cantidad de tiempo que toman para alcanzar este nivel de funcionamiento. Por lo tanto no puede usarse como medio único para el pronóstico. La densidad específica de 1.010 puede verse en: 1. Animales normales. 2. Enfermedad renal aguda reversible. 3. Enfermedad renal crónica irreversible. La densidad específica refleja la capacidad de los riñones para concentrar o diluir la orina. El filtrado glomerular atraviesa la barrera de filtración y entra al túbulo contorneado proximal a una densidad específica de 1.010 ± 0.002, en este primer segmento se lleva a cabo la resorción de las proteínas. Las nefronas diluirán o concentrarán este filtrado dependiendo de las necesidades del cuerpo. Los túbulos renales deben ser funcionales y eliminar los solutos para lograr una densidad específica menor que la del filtrado glomerular. Una densidad específica entre 1.020 y 1.050 implica túbulos renales funcionales. La densidad específica varía con el consumo de agua. Puede obtenerse una densidad específica en un promedio fijo (1.008 a 1.012) en cualquier muestra de orina obtenida al azar de un animal normal, ya que la capacidad renal para cambiar la densidad específica coincide con este promedio fijo. La presencia de una densidad específica de 1.008 a 1.012 en una muestra al azar, justifica una reevaluación posterior de la capacidad funcional de los riñones (no es patognomónica de nefritis intersticial crónica).
La presencia de los siguientes datos junto con una densidad específica fija, indica que el animal no puede retener el agua corporal necesaria y por lo tanto las pruebas de concentración no son necesarias, lo cual es un indicativo de redistribucción de los líquidos corporales o bien una perdida isotónica por una vía particular (trastornos gastroentéricos). 1. Deshidratación clínica. 2. Uremia. 3. Volumen del paquete celular anormalmente elevado. Las causas de densidad específica baja son variadas. Cuando el animal ya se encuentra obviamente deshidratado y aún así la densidad específica de la orina es baja, no existe justificación para una prueba de concentración. La respuesta es obvia: el animal no puede concentrar la orina por el trastorno en la función renal. La elevación marcada del paquete celular (hematocrito) por encima del limite superior fisiológico pero descartando pacientes obesos, también puede implicar deshidratación y ser de mayor significado a una densidad específica baja de una muestra al azar; en muhos de estos casos otros signos nos confirman la deshidratación. Cuando el animal se encuentra urémico y aún así tiene una orina con densidad específica baja, la respuesta puede ser: no existe capacidad para concentrar la orina. La insuficiencia renal aguda puede dar exactamente los mismos resultados que la insuficiencia renal crónica; cabe dar un tiempo oportuno de observación y evolución por lo tanto, no hay que precipitarse para clasificar una lesión como crónica e irreversible, cuando de hecho ésta puede ser aguda y reversible; es impotante establecer el manejo clínico que no induzca lesiones iatrogénicas en este periodo.
Las condiciones no patológicas deben ser consideradas por el clínico en el momento de interpretar la valoración del paciente y las pruebas de rutina; estas normalmente son transitorias, se presentan con regularidad pero no siempre se detectan: (a) Consumo excesivo de agua: la causa más frecuente. (b) Diuréticos. (c) Líquidos parenterales. (d) Corticosteroides y ACTH. (e) Después del estro y de la inyección de hormonas femeninas. Patológicas: Son de ínteres clínico pues orientan el pronóstico y el diagnóstico, se da en los siguintes casos: Estadio terminal de la enfermedad renal, por lo general entre 1.003 y 1.010 por la incapacidad del riñón para concentrar la orina (no deje de considerar el error analitico). La densidad específica fija puede existir y se refiere a la fase cuando esta se fija entre 1.010 y 1.012, la cual tiene la misma concentración molecular del dializado del plasma; se debe a la incapacidad del riñón para diluir o concentrar la orina más allá de estos valores. Puede usarse una prueba de concentración para diferenciar este estado de la densidad específica baja, debida al aumento de la ingestión de agua y a la diabetes insípida. Benjamín cita el siguiente protocolo: Deberá vaciarse la vejiga y determinarse la densidad específica de la orina. Se suspenden todos los líquidos y alimentos (a menos
que sean secos) durante por lo menos 12 horas. Se colecta la muestra de orina y se determina la densidad específica. Resultados. 1. Riñones normales: densidad específica mayor de 1.020. 2. Trastornos renales: la más cercana a 1.010 entre menos sea la cantidad de tejido renal funcional. 3. Diabetes insípida: la densidad específica será más alta, pero no llega a los límites normales. Precaución: los animales al borde de la uremia no deberán someterse a la restricción de líquidos por un período prolongado, porque se agravará su estado, induciendo signos de toxicidad nerviosa (convulsiones y estados comatosos). Otras condiciones patológicas que afectan la densidad incluyen: Nefritis aguda: severa o terminal. Amiloidosis renal severa. Hipoplasia cortical renal. Pielonefritis crónica generalizada. Diabetes insípida: por lo general entre 1.002 a 1.006 por la pérdida de la hormona antidiurética de la pituitaria posterior. Cabe mencionar que muchos de estos hallazgos son reportados a la necropsia del paciente. Con la infusión de la solución de Ringer, se evitará la isotonicidad tanto del plasma como de la orina en animales sanos, mientras que el plasma hipertónico y la orina hipotónica se encontrarán si el animal tiene diabetes insípida.
El análisis químico es determinado mediante el uso de pruebas reactivas en el laboratorio por medio de las cuales es fácil determinar los cambios fisiológicos o patológicos. En estas pruebas se determinan sustancias presentes en diferentes concentraciones y que usualmente no son apreciables por otros métodos. En la actualidad el uso de las tiras reactivas es la manera más rápida de establecer pautas diagnósticas. Figura 140. Tiras reactivas para medición de diversos parametros en la orina. Los parámetros químicos que pueden ser analizados incluye pH, glucosa, proteínas, bilirrubina, cuerpos cetónicos, creatinina entre otros 1. pH: El pH urinario es utilizado para la estimación del balance ácido-base, el organismo generalmente produce un exceso de metabolitos ácidos, por lo que los pulmones regulan la relación ácido-base reteniendo o eliminando dióxido de carbono (acidosis o alcalosis respiratoria), mientras que el riñón regula esta relación mediante la eliminación de bicarbonato, amonio y fosfatos con la orina. Puede existir una variación diurna en el pH de la orina, así como la dieta (diferenciar herbívoros de
carnivoros) y la enfermedad producen cambios importantes en este, aunque puede haber trastornos aún cuando se mantiene en rangos normales. El conocimiento del pH puede ayudar en el diagnóstico presuntivo de la presencia de ciertos cristales como la estruvita y el fosfato de calcio que se presentan generalmente en pH alcalinos, mientras que la cistina y el ácido úrico se encuentran comúnmente en orina ácida, aunque la presencia de oxalato de calcio y silica no esta influenciada aparentemente por el pH. Tabla 49. Valores normales de gravedad específica y pH en animales Especie pH Peso Específico Equino Alcalino 1.020-1.045 8 (1.035) Bovino Alcalino 1.025-1.045 7.4 - 7.8 (1.035) Ovino – Caprino Alcalino 1.015-1.045 (1.030) Porcino Ácido o Alcalino 1.010-1.030 (1.015) Canino Ácido 1.015-1.045 6–7 (1.025) Felino Ácido 1.020-1.040 6–7 (1.030) Humano 1.010-1.030 4.8 – 7.5 (1.020) La presencia de microorganismos cambia las condiciones locales del microambiente y favorece los cambios del pH para incrementar la proliferación. Las infecciones del tracto urinario generalmente causadas por bacterias reductoras de urea (Staphylococcus y Proteus) frecuentemente tornan el pH a alcalino, aunque la mayoría de las bacterias patógenas que no utilizan urea dan a la orina un pH ácido. Los cambios de pH se han considerado una fuente potencial en el desarrollo de calculos o urolitos en los diferentes segmentos del aparato excretor. La ingestión de proteína de origen animal en la dieta infiere un pH ácido para la orina formada, por lo que las dietas de caninos y felinos (carnivoro obligado) generan pH urinarios que se encuentran dentro del rango de 5.5 a 7.0. El pH puede varían a lo largo del día especialmente en los momentos de la comida y la digestión; la orina de caninos y felinos tiende a ser menos ácida inmediatamente después a la comida. La correcta interpretación de valores anormales de pH en orina deben ser acompañado por la determinación del pH sanguíneo y los valores de PCO2 y bicarbonato; estos elementos son importantes en los análisis de gases sanguíneos así como para la determinación del Anión Gap.
Tabla 50. Causas que desencadenan Acidificación o alcalinización de la orina. Orina Ácida
Orina Alcalina
Normal en carnivoros Normal en herbívoros lactantes Desordenes orgánicos: Dietas hiperproteicas y estados de anorexia Acidosis respiratoria y Metabólica.
Normal en herbívoros. Desordenes orgánicos: Alcalosis respiratoria o metabólica Infección urinaria dada por reductoras de urea.
bacterias
Cetoacidosis diabética Vómito Falla renal primaria Acidosis tubular renal (inhabilidad Vómito severo (paradójica aciduria del acidificar) vómito) Dietas ricas en carbohidratos vegetal. Diarrea severa Cistitis dependiente de la bacteria Extravasación Retención de orina Pirexia Muestra prolongada sin ser analizada Catabolismo de proteína exógena o Absorción rápida de trasudados endógena Hipoxia Nefritis (Bovinos) Actividad muscular prolongada Fármacos: Fármacos: Sales de fosfato (sodio, potasio o amonio) Bicarbonato de sodio Metionina Lactato de sodio Clorhidrato de amino Acetato de sodio ácido ascórbico (en dosis altas) Citrato de potasio Furosemida
para
Bayer Health Care 2002. La contaminación de muestras por bacterias productoras de urea conlleva a la alcalinización de la orina, así como la pérdida de CO2 en muestras almacenadas a temperatura ambiente y la utilización de detergentes en los recipientes de recolección.
2. Glucosa: En condiciones normales en los pacientes animales no se deben encontrar niveles de glucosa en orina (glucosuria). La aparición de trazas de glucosa en la orina es normal, se estima en caninos y felinos entre 4 a 8 mg. por cada 100 ml., cantidades que son insuficientes de detectar en las pruebas de laboratorio usadas para la detección de glucosa en orina, por lo que los resultados arrojados generalmente se reportan como negativos o normales. La detección de glucosuria debe llevarnos a establecer su causa. A. Glucosuria Fisiológica: Esta puede ocurrir en todos aquellos casos en los que se exceda la capacidad de los túbulos renales para reabsorber glucosa, esto es cuando se excede la cantidad de 170 a 180 mg/dl. de glucosa en la sangre, aunque esta glucosuria fisiológica es transitoria, pudiendo ocurrir en casos de estrés especialmente en gatos, este proceso está asociado a la secreción endógena de adrenalina o glucocorticoides (cortisol), aunque esto es dependiente de la movilización de glucógeno hepático. La glucosuria fisiológica es un evento transitorio rápido y difícil de determinar en los animales domésticos. B. Glucosuria Farmacológica: Ocurre en los casos de administración parenteral de soluciones glucosazas (dextrosa al 5% o 10% en agua), así como por la administración parenteral de glucocorticoides, aunque la glucosuria en estos casos no es muy significativa, también la administración de ACTH, Glucagon, Epinefrina, Morfina y Fenotiazinas (maleato de acepromacina) son causa común de glucosuria. Los reportes para el laboratorio le deben indicar sobre la administración de medicamentos antes de la toma de la muestra que puedan interferir con los resultados y su interpretación. C.Glucosuria Patológica: La presencia de niveles elevados de glucosa en orina sin que se puedan considerar causales fisiológicos o farmacológicos llevan a determinar un posible mecanismo
causal patológico, considerandose la glucosuria un signo asociado al proceso. La glucosuria puede cursar con niveles de glucosa en sangre elevados (hiperglicemia) o con niveles normales (normoglicemia), lo cual orientará hacia el posible agente etiológico desencadenante. Tabla 51. Causas de glucosuria con normoglicemia e hiperglicemia. Glucosuria Hiperglicémica Glucosuria Normoglicémica Diabetes mellitus Glucosuria renal primaria Pancreatitis aguda Síndrome de Fanconi (aminodiabetes) Hiperadrenocorticismo Disfunción renal congénita. Feocromocitoma Lesiones del SNC Falla renal aguda asociada con lesión Glucagonoma Sepsis (algunos casos) tubular Estrés Daño hepático crónico Bayer Health Care 2002
3. Cuerpos Cetónicos: El metabolismo de los ácidos grasos depende de manera importante de la actividad del hígado. El metabolismo de la especie determina los requerimientos energéticos basados en el desdoblamiento de carbohidratos o como en el caso de los bovinos de ácidos grasos volatiles. Existen tres diferentes tipos de importancia, acetona, ácido acetoacetico y ácido ßhidroxibutírico, su evaluación es importante a nivel de clínica para establecer el desarrollo de la cetoacidosis diabética así como para determinar la diferenciación entre la presentación del coma diabético y la inducción terapéutica del choque por insulina, mientras que la aparición de cuerpos cetónicos en la orina (cetonuria) en ausencia de glucosuria sugiere la formación de carbohidratos a partir del catabolismo de lípidos. Tabla 52. Los cuerpos cetónicos se referencian de forma cualitativa y se expresa mediante cruces lo cual se interpreta de la siguiente manera: Valor obtenido de cuerpos Cantidad en mg./dl. cetónicos + 5 a 40 ++ 40 a 100 +++ más de 100 La interpretación de los cuerpos cetónicos en orina en ocasiones puede dar un resultado falso negativo, ya que la mayoría de los reactivos utilizados para tal fin (tiras reactivas) solamente son sensibles al ácido cetoacético y acetona, mientras que no detectan la presencia de ácido ß-hidroxibutírico, cuya relación en pacientes diabéticos es de 3 a 1 con respecto a los otros cuerpos cetónicos, e incluso mayor, esto se puede corregir adicionando una cantidad de H2O2 a una muestra de orina, lo que provoca la formación de ácido acetoacético a partir de ácido ß-hidroxibutírico, con lo que se logra una mayor expresión de la cantidad real de cuerpos cetónicos en la orina.
La cetonuria puede ser provocada por una desviación en la producción de energía formando carbohidratos a partir de las grasas, siendo la diabetes mellitus la principal causa de cetonuria en perros y gatos; la eliminación de cetonas por orina induce además la pérdida de electrolitos principalmente potasio provocando hiponatremia, también hay pérdida de sódio lo que contribuye al aumento de la osmolaridad de la orina aunado a la cantidad de glucosa incrementando la magnitud de la poliuria asociada a la diabetes mellitus. Las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas y los síndromes hipoglicémicos (insulinoma) inducen cetonuria. La extravasación puede ocasionar cetonuria, que es más común en animales jóvenes. 4. Bilirrubina: La formación de la bilirrubina esta directamente asociada a la destrucción de los globulos rojos. Dependiendo de si realiza o no la fase hepática podemos considerarla como bilirrubina libre y como característica no es hidrosoluble por lo cual requiere unirse a una proteína para ser transportada (es muy raro observarla en la orina por no ser hidrosoluble). La bilirrubina que sufre un proceso bioquímico a nivel del hígado es conocida como bilirrubina conjugada y es hidrosoluble (esta si aparece en la orina). Normalmente a nivel de la orina solo se encontrarán formas hidrosolubles. La presencia de formas no solubles en agua indica un proceso de lesión severo en los mecanismos de filtración glomerular. El incremento Debido a que la detección de bilirrubina en la orina (bilirrubinuria) puede preceder a la presentación de ictericia clínica este parámetro es un indicador importante durante la realización del urianálisis, siendo un índice indicativo de la hepatotoxicidad causada por agentes tóxicos potenciales o daños del parénquima. Su determinación varía según la especie. La determinación de la bilirrubina en orina debe ser interpretada conociendo la densidad de la orina. Bilirrubinas en Caninos y Felinos La presencia de bilirrubina conjugada es de baja frecuencia en caninos y felinos. En el canino pueden llegar a existir pequeñas cantidades de bilirrubina en orinas muy concentradas (más de 1.040) en estados normales de salud, lo que es atribuido al bajo umbral renal para la bilirrubina asociado a las bajas concentraciones plasmáticas de la misma. La detección de bilirrubinas en orinas con Densidad baja o en los casos de bilirrubinuria persistente deben correlacionarse con problemas prehepáticos, hepáticos o posthepáticos en el metabolismo de bilirrubina, usualmente se apreciaran signos de enfermedad hepática. La presencia de bilirrubinuria leve puede estar asociada con fiebre o extravasación. La bilirrubinuria puede estar asociada con la presencia de hemólisis intravascular – bilirrubina libre - (parasitosis, intoxicaciones) si la duración y magnitud de la misma permiten un acumulo importante, donde las células tubulares renales pueden ser productoras de bilirrubina a partir de hemoglobina, aunque el daño al glomérulo renal puede estar asociado a la pérdida subsecuente de bilirrubina no conjugada. La bilirrubinuria de mayor significancia clínica está asociada a enfermedades hepatocelulares o desórdenes obstructivos en las vías biliares, aunque un grado significativo de trastornos hepáticos pueden subsistir aun en ausencia de bilirrubinuria. La aparición de bilirrubina en la orina del gato está asociada la problemas hepáticos primarios, diabetes mellitus, peritonitis infecciosa felina, y trastornos relacionados con leucemia viral felina.
5. Presencia de Sangre Oculta, Hemoglobina o Mioglobina: Como se ha mencionado con anterioridad los cambios en el color de la muestra pueden ser infuenciado por muchos factores. La colecta de la muestra puede ser un factor que indique la presencia de sangre oculta. Su determinación puede ser útil como complemento en la identificación del color de la orina, y debe interpretarse al mismo tiempo que se determina el sedimento y la densidad de la orina. Usualmente las tiras reactivas son buenas indicadoras. La aparición de sangre oculta en el examen con la ausencia de glóbulos rojos en el sedimento puede indicar que se trata de mioglobinuria (se origina a nivel del músculo) o hemoglobinuria (rompimiento de los glóbulos rojos con liberación de la hemoglobina), dada por hemólisis generalizada donde hay orina diluida y/o alcalina. La presentación de hematuria, hemoglobinuria o mioglobinuria debe ser diferenciada para determinar el agente etiológico involucrado. Hematuria: se observa la reacción positiva de la prueba así como la presencia de glóbulos rojos en el sedimento urinario, es indicativo de un daño en la continuidad del tejido urinario. Hemoglobinuria: puede tener un origen urinario o extraurinario. Tabla 53. Caracteristicas de la hemoglobinuria Hemoglobinuria Urinaria Hemoglobinuria extraurinaria Reacción a una transfusión hemólisis extravascular a nivel renal Anemia hemolítica inmunomediada Babesiosis, piroplasmosis o leptospirosis Veneno de víbora Plantas hemolíticas o químicos tóxicos. Fármacos
Mioglobinuria: es un trastorno poco común en perros y gatos, pudiendo ser causada por problemas tóxicos, traumáticos o isquémicos del músculo como son: lastimaduras por aplastamiento, golpes, ejercicio muscular severo o prolongado, mordeduras de vívora, choque eléctrico o enfermedades inmunomediadas. 5. proteína: La presencia de proteínas en la orina se denomina proteinuria. En condiciones normales los mecanismos renales de filtración y resorción evitan la perdida de proteínas, solo pequeñas proteínas aparecerán en la orina cuando están en exceso. Las proteínas encontradas en la orina son debidas a variables cantidades de proteínas plasmáticas (albúmina, fibrinógeno y globulinas), otras derivadas del tracto urinario y dependiendo del método de recolección proteína derivada del tracto genital. La proteinuria se refiere a la determinación de cantidades anormales de proteína en la orina principalmente de albúmina, aunque se han encontrado cuarenta diferentes tipos de proteína en la orina. La Proteinuria de Bence Jones está dada por el aumento en la cantidad de inmunoglobulinas excretadas en la orina, que puede ser causada por la presencia de mielomas, leucemia, macroglobulinemia.
Figura 141. Análisis de las tirillas frente a la tabla comparativa de valores. En esta última se indican los tiempos en los cuales se debe realizar la lectura. CMQV – UCC. Proteinuria Fisiológica: Generalmente es una condición transitoria, desapareciendo inmediatamente que se elimina la causa que la provoca, pudiendo deberse a ejercicio excesivo no acostumbrado incluyendo esfuerzos debidos a convulsiones, en estos casos la magnitud de la proteinuria es moderada y causada por la excreción de albúmina y algunas globulinas, algunos casos de proteinuria fisiológica pueden estar relacionados a la presencia de estrés por frío o calor, fiebre. El exceso de proteína en la dieta particularmente en caninos puede inducir una excreción transitoria. Proteinuria Patológica: Exceso de proteínas séricas en la orina: es un indicador importante de enfermedad renal. Es un hallazgo constante en la glomerulonefritis, el infarto renal, la amiloidosis y la nefrosis, pero también es común en la insuficiencia cardiaca congestiva y en la isquemia renal de todos los tipos. La importancia de la proteinuria como indicador de enfermedad renal está muy realzada por la presencia de formaciones renales en orina. Creatinina: La creatinina es un producto endógeno del catabolismo muscular, cuya concentración plasmática no se altera con la dieta ni la actividad física, y tiene una producción diaria constante. Excepto una ínfima proporción que sufre excreción renal por secreción tubular (inferior al 5%), toda ella se excreta por filtración glomerular sin posteriores manejos reabsortivos tubulares. Debido a todo lo anterior, el aclaramiento de creatinina es un fiel indicador de la filtración glomerular (volumen de plasma circulante que sufre depuración en los glomérulos por minuto). BUN o NUS: Concentración sérica de Urea en sangre conocido como BUN o NUS (Nitrógeno Ureico Sérico). La concentración sérica de urea posee unos valores de referencia comprendidos entre 20 y 40 mg/dl, mientras que el BUN se halla entre 10 y 20 mg/dl. La concentración de urea asciende en la insuficiencia renal por defecto de filtrado glomerular, y suele preceder al ascenso de la creatinina sérica.
14.2 PRUEBAS DE FUNCION RENAL A nivel de diagnóstico clínico usualmente se analizan en conjunto tanto la creatinina como el BUN con la finalidad de establecer la funcionalidad renal. β-2 microglobulina Determinación en orina de 24 horas. La β-2 microglobulina es una globulina de masa molecular relativa aproximada entre 20.000 y 30.000 daltons, que es filtrada completamente por los glomérulos renales, pero es reabsorbida igualmente por los túbulos renales proximales. Su detección en orina es signo de disfunción reabsortiva del túbulo proximal.
Acidez titulable en orina (AT). Es útil para el estudio de la actividad secretora de hidrogeniones por el túbulo distal. Por lo tanto valora la función secretora del túbulo distal. Se realiza una sobrecarga oral con ClNH4 (0,10 g/Kg de peso) en un periodo de 6 a 8 horas, con lo que se acidifica el plasma. La respuesta renal fisiológica debe ser una secreción elevada de H+, dando lugar a un pH< 5,4. Prueba de concentración y dilución de la orina. Analiza la capacidad tubular renal, incluyendo asa de Henle y túbulo colector fundamentalmente, para concentrar y diluir la orina en respuesta a la osmolalidad plasmática. Nivel de Sodio urinario. Su determinación se realiza en orina de 24 horas por técnicas electroquímicas potenciométricas, y se informa en mEq/l de orina. Su mayor interés clínica radica en la discriminación de si una insuficiencia renal oligúrica es de origen prerrenal (disminución del flujo sanguíneo que accede a las nefronas) o renal (lesión propia de las nefronas). Si la excreción de sodio es inferior a 20 mEq/l, la causa es prerrenal, mientras que si es superior a 40 mEq/l, la causa es renal. Un tercer componente del análisis urinario es el microscópico, el cual se realiza a partir de la centrifugación de la muestra para obtener un sedimento el cual es extraido y analizado por medio de visualización en el microscopio óptico. 14.3 SEDIMENTO URINARIO La orina del organismo normal, contiene un pequeño número de células y otros elementos procedentes del tracto genitourinario; ejemplos son fibras mucosas, espermatozoides y células epiteliales de la vejiga, uretra, pelvis renal y uréteres. Además aparece un escaso número de leucocitos y rara vez eritrocitos en la orina, como resultado del proceso de diapédesis a través de cualquier parte del tracto urinario. La orina del perro, gato y otros carnívoros, usualmente contiene cristales de fosfato; la orina del caballo se caracteriza por la presencia de cristales de carbonato de calcio y fibras mucosas. La orina normal en la vejiga está libre de bacterias pero adquiere algún grado de contaminación al ser emitida. La naturaleza del sedimento urinario cambia rápidamente y por tanto el examen se debe realizar sobre muestras frescas (la refrigeración conservará las muestras por un tiempo limitado). Figura
142. Utilización de la macrocentrifuga para muestra de orina. CMQV - UCC
El examen microscópico de la orina, se hace en el sedimento que se obtiene al centrifugar unos mililitros de orina, durante 3 a 5 minutos a 1.000 rpm. En el sedimento sin colorear se distinguen algunas características de elementos, pero cuando se requiere hacer un examen más exhaustivo, recurrir a un colorante como el de Sternheimer Malbin, pero en su defecto se pueden manejar colorantes de rutina como el Wright o Giemsa para diferenciar estructuras. El sedimento urinario en general se divide en elementos organizados y elementos no organizados; los elementos organizados son: leucocitos, eritrocitos, células epiteliales, microorganismos (protozoarios, levaduras, hongos, bacterias), cilindros, parásitos,
espermatozoides. Los elementos no organizados son: gotas de grasa, cristales y pigmentos. Leucocitos: En condiciones normales solamente se encuentran unos pocos leucocitos, si se encuentran en cantidad apreciable son el resultado de procesos patológicos y constituyen una piuria (presencia de piocitos en la orina). Más de 10 leucocitos en el campo de microscopio después de centrifugar 15 ml de orina, indican inflamación o necrosis tisular en alguna parte del tracto urogenital. Las enfermedades que presentan piuria incluyen nefritis, pielonefritis, pielitis, uretritis y cistitis. Los cambios físicos en la orina son evidentes. Los leucocitos en la orina a menudo son llamados corpúsculos de pus o piocitos y aparecen como estructuras granulares, esféricas de mayor tamaño que los eritrocitos. El estado granuloso puede indicar la presencia de células granulocíticas o degeneración del núcleo. Eritrocitos: Los eritrocitos en la orina varían morfológicamente; en la orina concentrada aparecen crenados (contorno irregular), en orina poco concentrada y de baja gravedad específica, aparecen esféricos y a veces se observa únicamente un anillo; el tamaño no es siempre uniforme. En la orina del perro con gravedad específica aproximada de 1.020, se observan los eritrocitos como discos bicóncavos. Se puede realizar refringencia conn la ayuda del micrométrico del microscópio para observarlos con facilidad. Los eritrocitos se confunden con gotas de grasa, levaduras y cristales de oxalato; si la experiencia no permite diferenciarlos con objetivo seco de mayor aumento, se puede añadir una pequeña cantidad de ácido acético diluido, el cual hemoliza las células rojas. La presencia de eritrocitos en la orina en cantidad apreciable, indica hemorragia en el tracto genitourinario; la localización es difícil, pero se puede tener una idea así: si la sangre contamina la orina al iniciar la micción, probablemente se debe a lesión uretral; si hay mayor cantidad en los últimos momentos de la micción proviene de la vejiga; si la contaminación por sangre es uniforme durante toda la micción, la lesión radica en los uréteres o en el riñón. Figura 143. También aparecen eritrocitos como resultado de cateterismo, manipulación excesiva de la vejiga durante el examen físico o cuando se obtiene la muestra por punción vesical (ruptura de vasos sanguíneos).
Células Epiteliales: Se encuentran en amplia variedad de células en la orina de los animales, considerandose normal en grandes animales pues la proporción de descamación es mayor (particularmente equinos), pero la cantidad aumenta en casos de cistitis y otros procesos inflamatorios del tracto urogenital. Las células escamosas epiteliales derivan de la uretra, vejiga, y especialmente de la vagina. Estas son las células de mayor tamaño que aparecen en el sedimento, tienen contorno irregular y núcleo pequeño, redondo, visible usualmente se tiñe de manera notoria; algunas de estas células toman formas alargadas o se aprecian fragmentadas. Las células provenientes de los túbulos renales son pequeñas, redondeadas o poliédricas y se confunden con leucocitos, aun cuando son de mayor tamaño. Esta confusión se acentúa cuando las células renales están en proceso degenerativo. El
observar con regularidad sedimento urinario le permitirá establecer parámetros de juicio para diferenciar los diversos tipos de células. Microorganismos: En la orina se encuentran bacterias, levaduras, hongos y protozoarios. Las bacterias son las más comunes y se observan como pequeños objetos que se desplazan en forma activa por el movimiento Browniano. Se puede detectar la morfología usando el objetivo seco de mayor aumento; sin embargo si es necesaria la identificación, usar coloración de Gram. El significado de la presencia de bacterias en la orina está estrechamente relacionado con el método de colección y grado de envejecimiento de la muestra. La contaminación es un evento común por lo cual es recomendable en ciertas circunstncias manejar preservantes y químicos antimicrobianos que controlan la proliferación y los cambios químicos rápidos. Si se ha dispensado asepsia correcta por puntura o uso de catéter, la presencia de bacterias indica infección. Se encuentra abundante número de bacterias en cistitis, piolonefritis y en cualquier infección del tracto urinario; en infecciones del tracto genital se contamina fácilmente la muestra. La presencia de bacterias en muestras viejas, no tiene ningún significado en relación con el paciente. Las levaduras aparecen como cuerpos redondos u ovales, incoloros de paredes dobles refráctiles y de tamaño variable. Usualmente son contaminantes. Los hongos son frecuentes como contaminantes y no tienen significado patológico en dichas condiciones. Se reconocen fácilmente por su estructura característica. Las infecciones del tracto urinario por protozoarios son raras y cuando están presentes se deben a contaminación con heces; las secreciones genitales con Tricomonas también se pueden mezclar con la orina. Cilindros Urinarios: Los cilindros presentan las estructuras más importantes en el sedimento y están formados por una combinación de proteína posiblemente de origen glomerular, que se precipita en los túbulos renales, donde la orina alcanza su máxima concentración y acidez y de mucopolisacáridos que pueden provenir de los mismos túbulos. En asocio a las sustancias básicas, están involucradas otras estructuras como células epiteliales o sus fragmentos en estado de degeneración granular, leucocitos, eritrocitos, cristales y otros. El predominio de las diferentes estructuras determina los tipos de cilindros. Los cilindros urinarios, muchas veces son el resultado de irritación o de congestión renal transitoria y en otros casos pueden indicar procesos patológicos avanzados. Cilindro Hialino: Constituido por proteína solamente, es incoloro, homogéneo, semitransparente, de forma cilíndrica, lados paralelos y extremos usualmente redondeados. Se disuelve fácilmente en orina alcalina y se observa únicamente con iluminación escasa. Este cilindro indica la forma más leve de irritación, pero se encuentran unos pocos cilindros en orina normal. Cuando se encuentran en irritaciones más severas, generalmente hay también otros tipos de cilindros. Se observan cilindros hialinos en orina de pacientes con cualquier condición febril, después de la aplicación de anestesia, después de ejercicio fuerte y en algunas condiciones circulatorias. Cilindro Granular: Es esencialmente un cilindro hialino que contiene gránulos de varias formas, derivados principalmente de la desintegración de células de túbulos renales. Es el tipo de cilindro más grave en animales domésticos, porque implica
desintegración epitelial. Se encuentra en número considerable en nefritis intersticial aguda y en menor cantidad en la nefritis intersticial crónica, porque el volumen de orina limita la formación de cilindros. Cilindro Epitelial: Está formado de células de descamación de la capa epitelial de los túbulos renales y presenta con frecuencia dos hileras de células. Indica nefritis aguda y degeneración del epitelio tubular. Cilindro Céreo: Es de color amarillo grisáceo, refráctil y más ancho que el cilindro hialino; generalmente presenta ranuras laterales y los extremos no redondeados. La presencia de estos cilindros, indica nefritis severa avanzada, degeneración renal y posiblemente amiloidosis. Cilindro Graso: Contiene abundantes glóbulos de grasa, muy refráctiles; es incoloro y se tiñe de anaranjado o rojo al usar Sudan III. El cilindro graso está asociado a enfermedad tubular degenerativa, con deposito de material lipoide en los túbulos renales; se encuentra ocasionalmente en perros con diabetes mellitus o en gatos con enfermedad renal. Cilindro Hemático: Son masas homogéneas de color amarilo intenso o anaranjado, que contiene eritrocitos frecuentemente degenerados pero fácilmente identificables. Estos cilindros indican hemorragia renal intratubular originada en los glomérulos o en los mismos túbulos. Cilindro Leucocitario: Este es un cilindro hialino que contiene células de pus; se encuentra en procesos supurativos del riñón, como pielonefritis o absceso renal. La orina del equino, contiene normalmente filamentos mucosos homogéneos en abundancia, debido a que ésta es la única especie animal que posee glándulas mucosas en la pelvis renal y en los uréteres. La presencia de mucus en otros animales, puede provenir de irritación en la uretra o de contaminación por secreción genital.
Sedimento no organizado: Tiene importancia diagnóstica muy limitada, no obstante, se identifican los cristales cuando hay cálculos urinarios, con el fin de aplicar un tratamiento lógico que prevenga la recurrencia. El tipo de cristales en la orina depende de su grado de acidez o alcalinidad y de la concentración y solubilidad de sustancias cristaloides y coloides. La orina alcalina comúnmente contiene fosfatos triples y amorfos; carbonato u oxalato de calcio, especialmente en equinos y algunas veces cristales de urato de amonio. La orina ácida contiene principalmente uratos amorfos y ácido úrico y con menor frecuencia oxalato de calcio y ácido hipúrico. Los perros dálmata eliminan más ácido úrico que las otras razas, debido a un defecto en la reabsorción tubular. A consecuencia de la ingestión de algunas drogas y sustancias tóxicas, se encuentran en la orina cristales de leucina, tirosina, sulfonamidas y otros. En el sedimento se presentan gotas de grasa en forma de corpúsculos redondeados muy refráctiles, de tamaño variable. Estos corpúsculos son semejantes a los eritrocitos, se diferencian por la variación en tamaño y se pueden confirmar mediante la adición de Sudan III al sedimento, que los colorea de anaranjado rojizo. La presencia por contaminación de lubricantes usados en el cateter, por recipientes engrasados o por la ruptura de vasos linfáticos. La lipuria
patológica, resulta de la degeneración grasa de túbulos renales y es frecuente en la obesidad, hipertiroidismo, diabetes mellitus y en animales alimentados con dieta rica en grasas. En el caso de las Infecciones del Tracto Urinario (ITU) con frecuencia se presenta colonización de bacterias en la orina, en todo el tracto urinario excepto la parte distal de la uretra. Las ITU (Infecciones del Tracto Urinario) tienen como causa principal la invasión de organismos que ascienden a través de la uretra, siendo responsables los que habitan en la flora normal del colon o tracto urogenital inferior. Según la localización se pueden considerar de la siguiente manera: Infección del tracto urinario superior: o Riñón (pielonefritis). o Uréter (uretritis). Infección del tracto urinario inferior: o Vejiga (cistitis bacteriana). o Próstata (prostatitis). o Uretra (uretritis).
Los principales agentes Patógenos que se pueden cultivar en procesos infeciosos del tracto urinario incluyen: Escherichia coli es el más común de los patógenos encontrados en las ITU en caninos, seguido de Klebsiella, Pseudomonas y Enterobacter (bacterias Gram-negativas). Con menor incidencia encontramos bacterias Gram-positívas, responsables del 25% de las infecciones del tracto urinario. Infecciones por Sthaphylococcus y Proteus (productoras de ureasa) son asociadas a cálculos de estruvita, con poder alcalinizante de la orina. Al hablar de ITU, las asociamos con alteraciones de los mecanismos de defensa, ya que el tracto urinario tiene comunicación con el ambiente externo repleto de bacterias favoreciendo la migración ascendente de patógenos. Los mecanismos que regulan el proceso infeccioso actuando como una barrera o un mecanismo de defensa incluyen la Micción normal donde el Volumen adecuado, frecuente y completa eliminación de la orina permite evacuar poblaciones crecientes de microorganismos y a su vez la eliminación es unidireccional. Adicionalmente la Anatomía uretral y la actividad fisiológica genran condiciones como Zona alta presión, Secreciones prostáticas en los machos y el Peristaltismo uretral facilitan la eliminación. Los mecanismos intrínsecos de defensas de la mucosa (actividad inmunológica) y mecanismos de exfoliación normal del urotelio, permiten regular la actividad antibacteriana Glicosaminoglicanos (capa superficial). Inmunoglobulinas locales. Adicionalmente se han planteado propiedades antibacterianas de la orina por mecanismos físicos. o Hiperosmolaridad. o Bajo pH. o Acidos orgánicos. o Concentración de urea. o Mucoproteinas ( Tamm-Horsfall). También existe predisposición iatrogénica causada por introducción de sondas, trauma, obstrucción, neoplasia y animales con disfunción neurológica (vejiga.)
Los pacientes que desarrollan procesos infecciosos pueden presentar cuadros sintomáticos o asintomáticos: En los animales domésticos no es tán frecuente la presencia de contaminaciones bacterianas pues en muchos de los casos se resuelven solas y por esto no son diagnosticadas; puede afectar a animales de cualquier edad pero se considera más vulnerables los animales adultos. La Bacteriuria asintomática son frecuentemente diagnosticadas a través de un simple examen de orina, (realizado rutinariamente en las clínicas) especialmente a partir de los 6 anos de edad. Localizar el sitio de infección es generalmente difícil, y es por esto que nos ayudamos de otros exámenes complementarios para establecer el lugar de infección. Si en el examen de urina encontramos bacteriuria, hematuria y piuria, habiendo sido colectado a través de cistocentesis (punción directa de la vejiga), debemos realizar inmediatamente cultivo de la orina.
Bacteriuria sintomática. Se acompaña de Polaquiuria, hematuria, disuria y estranguria son síntomas comúnmente encontrados en las infecciones del tracto urinario. En los casos de pielonefritis, píonefritis, prostatitis (bacteriana o por absceso) y obstrucción, los síntoma presentes son: fiebre, depresión, anorexia y dolor localizado en la región lumbar. En píelonefritis crónica puede presentarse poliuria y polidipsia. La poliuria puede ser asociada con inicio de lesión renal.
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