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CAPITULO II EL DESARROLLO SOCIAL DESDE EL CONTEXTO UNIVERSITARIO VENEZOLANO La Investigación Universitaria Marco del Desarrollo de los Pueblos en la Búsqueda de Nuevos Conocimientos.
El conocimiento y el proceso de aprendizaje que conduce a su adquisición demandan en el contexto universitario una dinámica intra e interinstitucional que proporcione desarrollo y progreso, y permita a su vez dar respuestas eficientes a los requerimientos exigidos por la sociedad; las acciones de todos los actores que hacen vida activa en las organizaciones universitarias deben contribuir a mejoras permanentes, en reciprocidad con la misión y visión que pretenden alcanzar. El desarrollo educativo, cultural, socio-económico y político dependerá de escenarios innovadores que marquen pauta en procesos y transformaciones, vinculados al sector productivo de la sociedad. Buscar vías o alternativas para mediar en el abordaje del conocimiento de una realidad histórica contribuye a entender el mundo, cuyo centro es el propio ser humano por su misma naturaleza; la temporalidad en que vive, en tiempo específico y en un contexto histórico-social, requiere nuevos pensamientos, actualización permanente, flexibilidad en el manejo de procesos, otras actitudes y valores, recreados en un contexto social. En efecto, actualmente se está inmerso en la sociedad del conocimiento; en las últimas décadas nuevas ideas y paradigmas han devenido en modelos, otras maneras de abordar la información y son las ciencias de la educación las que pueden producir respuestas requeridas por la población. Las estructuras rígidas han quedado en el
pasado y el desarrollo humano, fundamentado en el paradigma humanista y sociocognitivo, dinamiza la comprensión del proceso educativo En este contexto, se tiene en primer lugar, que el desarrollo social como paradigma de innovación universitaria, en programas de construcción cooperativa, logra procesos de formación, capacitación permanente, educación, vinculando la escuela como organización con el entorno, el campo laboral y la sociedad. Multiplicados en combinaciones dinámicas, en el desarrollo sistemático de capacidades y competencias, llega a transformaciones de una realidad social de manera paralela con los avances de la tecnología de la información y comunicación. En segundo lugar, el educador como principal actor y mediador del aprendizaje, con prácticas educativas identificadas en la flexibilidad curricular, permite en el educando el incremento sistemático de competencias, lenguaje comunicacional, favorecido por las tecnologías de la información, el desarrollo afectivo y humano, a través de contenidos y métodos que apliquen a realidades concretas. De igual manera, en el manejo de redes interactivas sean actores e investigadores de necesidades del entorno, y en proyectos aplicados se consigue que aprehendan, logren transferencia y apropiación de aprendizajes significativos. La sociedad del conocimiento aplica elementos determinantes en nuevas maneras de pensar, producir, en tecnologías emergentes y redes informáticas que desbordan en una sociedad de aprendizaje continuo y permanente, así como aprendizajes complejos e interactivos, en todos los espacios de producción. Ante el paradigma de desarrollo social, en el aprovechamiento de redes y proyectos colaborativos de investigación, con objetivos comunes se emprenden mayores conocimientos, sustentados en enfoques y modelos centrados en el educando. Señalan López y Sánchez (2001) ya a finales del Siglo XX y en la primera década del Siglo XXI, que dos tendencias contradictorias reflejarían en “la creciente globalización en el ámbito técnico, económico y la acentuación de las diferencias en la distribución del conocimiento y la riqueza”. (p. 17)
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En efecto, estas tendencias ya son una realidad conocida en todo el mundo, el conocimiento se encuentra al servicio de la sociedad y desde diversas vías se accede a la apropiación de toda información. Una nueva forma de observar el mundo, liderazgo participativo de organizaciones inteligentes, una cultura donde el conocimiento se hace infinito, desborda en que no hay saberes últimos, definitivos; por el contrario, la búsqueda cada día de más información hace revisar la temporalidad y el uso. Por consiguiente, los desafíos educativos, políticos, económicos, socio-culturales, replantean modelos, espacios para innovar, aplicar y generar respuestas sociales a la sociedad emergente, ávida de conocimientos e información permanente. El país, para lograr el desarrollo económico-social, debe proyectar condiciones políticas, culturales e institucionales en el marco universitario, donde la investigación sea conducente a los cambios que acompaña la ciencia y tecnología. Compensar el crecimiento con procesos de innovación, renovación de los aprendizajes de acuerdo con los requerimientos de la ciencia, despierta en sí nuevas formas de organización y producción; de esta manera, procesos de integración convergen en acciones para fortalecer respuestas a la sociedad actual. Así pues, la universidad en el compromiso de asumir el reto de formar la sociedad con pensamiento crítico y autónomo, promueve la incursión del educando en proyectos de investigación y facilita, en consecuencia, la adquisición de competencias personales y profesionales en el modo de trabajar y de aproximación a las realidades. En este contexto, Senge Peter, (ob.cit) reflexiona que en esta época la transformación y el cambio son una realidad en todos los espacios, de tal manera que “Quizá la razón de mayor peso para construir organizaciones inteligentes es que sólo ahora comenzamos a comprender las aptitudes que dichas organizaciones deben poseer”. (p. 13) En consecuencia, articulada la investigación universitaria con la misión y visión de la organización y en un equilibrio que promueva capacidad de evaluación de los procesos globales, la universidad debe conducir al estudiante en la construcción de marcos de referencia, abordaje de situaciones complejas y producción de
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conocimiento; la reflexión intencional de la investigación lo forma en identificar distintos aprendizajes. Se trata entonces de lograr la adecuación de los diseños curriculares a una auténtica identidad de la universidad con la sociedad, generando respuestas coherentes en la búsqueda de conocimiento que aplique con la realidad y confianza de contribuir al desarrollo sostenible. Indica la UNESCO 1998 que como hecho social la educación promueve el progreso del educando, y en efecto “si carece de instituciones de educación superior e investigación adecuadas que formen a una masa crítica de personas cualificadas y cultas, ningún país podrá garantizar un auténtico desarrollo endógeno y sostenible”. Con una clara orientación de la investigación, la universidad puede proyectar con posibilidad un adecuado crecimiento intra e inter universitario; conducir la investigación por el éxito dependerá en gran medida de políticas institucionales, del proyecto de universidad y país que se detente, desafío de asumir nuevas formas de organización, recuperación de valores éticos y morales, que en un proceso de autogestión compartido quien gane sea la universidad como organización, de la mano con la comunidad y sociedad. De esta manera, identificar y conocer procesos de transformación e innovación que se viven actualmente, propician una mayor orientación de los centros de educación superior a participar de los beneficios que ofrece el conocimiento en los alcances sociales, incorporarse como un sistema que aprende pero también que crea su propio conocimiento. Sobre los nuevos modelos educativos caracterizados por ser más colectivos que individuales, expresan Muñoz y Riverola que “en el contexto de la gestión del conocimiento, a un primer nivel, la formación debe lograr el desarrollo de la capacitación en resolución de problemas, innovación y creatividad”. (p. 287) En fin, la universidad debe asumir la formación del individuo de manera consciente en cuanto a las necesidades de la sociedad y el sector productivo industrial, en formarlo como una de las grandes riquezas que se puede poseer, por la visión de futuro que tiene en un marco de totalidad. Posicionarse en su liderazgo, aplicar estrategias en la preparación integral, humana, con políticas que condicionen
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su inserción en el sector productivo, acertadamente facilita su actuación como productora de conocimientos para dar respuesta a problemas que tiene una sociedad. En este sentido, expone Franco (2001), debe tenerse en cuenta que por la naturaleza de innovación es El conocimiento... obra del ser humano. Tal vez una de sus mejores obras. Pero hoy el mayor problema quizá sea el crear un conocimiento que permita superar los males derivados del propio conocimiento. Esto ya se aprecia en la destrucción sistemática del medio ambiente, pero también en el contexto globalizado y competitivo que posiblemente tiene en el conocimiento su ventaja comparativa más decisiva. (p. 260) Ahora bien, la renovación de la educación superior es consecuencia de procesos de transformación e innovación que se viven actualmente; ya en la investigación no rigen estructuras aisladas, jerárquicas o elitescas, por el contrario hay una gran evolución en la manera de trabajar, caracterizada por una visión compartida en el logro de objetivos y formación de personas comprometidas por alcanzar la misión de la organización. Ibarra y López (2001) intervienen al indicar que resulta importante resaltar cómo “la actividad científica es cada vez menos una actividad individual o de grupos reducidos y cada vez más un hecho que tiene lugar a través de grandes complejos organizativos”. (p. 275) En efecto, la universidad en su proyección de recuperación de la eficiencia debe corresponder con flexibilidad en procesos de innovación tecnológica, avanzar en la igualdad social, donde la persona que egrese tenga la experticia y el saber para enfrentar situaciones difíciles, eficacia en la toma de decisiones rápidas y oportunas, así como capacidad para el trabajo en equipos multidisciplinarios, produciendo aportes en las investigaciones donde se desempeña y en equipo resolver problemas a la sociedad, siempre con la visión de una mejor calidad de vida. Por lo tanto, las instituciones universitarias en la consolidación del progreso deben repuntar en la reorientación de programas con permanencia en el tiempo, diseño de proyectos que atiendan nudos críticos en el área política, socio-económica, de manera sistemática, sólo a través de la producción de conocimiento se avanza en el
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proyecto de país y se identifica lo local y regional con características mundiales y globales. La (UNESCO, 1998) ha asumido esta tarea a la comunidad mundial cuando refiere que el cambio se promueve con investigación. De esta manera Promover, generar y difundir conocimientos por medio de la investigación y como parte de los servicios que ha de prestar a la comunidad, proporciona las competencias técnicas adecuadas para contribuir al desarrollo cultural social y económico de las sociedades, fomentando y desarrollando la investigación científica y tecnológica a la par que la investigación en el campo de las ciencias sociales, las humanidades y las artes creativas. En este sentido, la visión compartida de investigación en la educación superior debe ofrecer un proceso para aprender a innovar, que en líneas de investigación se asuman posturas más reales, vinculando al futuro egresado con proyectos políticos y sociales que beneficien el desarrollo integral. En consideración a que el conocimiento y la investigación están muy vinculados para lograr proyectos de cambio, precisa Navarro (1996) que en la intervención del individuo la formación pasa a ser herramienta de participación, de progreso. En consideración “empresas e instituciones competitivas suponen individuos capaces de adaptarse a cambios rápidos, aprender, resolver problemas de forma creativa, entender el contexto económico, social y político...”. (p. 10) Las reflexiones anteriores indican que el esfuerzo por egresar individuos excelentes es un sentir de la universidad, aplicar estrategias de actuación, involucrarlo en dimensiones de relación con la investigación, pieza fundamental en la sociedad, en los cambios requeridos y capacidad productiva del país. Dirigir una gestión e innovación institucional donde el estudiante-investigador fortalezca realidades del contexto, mantenga nexos y acorte distancias con el sector productivo e industrial es ya una necesidad. Al respecto manifiesta Tejada, (1998) que “si miramos hacia el futuro, una cosa es bien cierta: el cambio es inevitable”. (p. 23)
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Así mismo, la sociedad venezolana requiere en este momento del esfuerzo y competencia de la gerencia universitaria versus competencias del personal académico y comunidad en general, en un seguimiento y control de los procesos para transformar, llegar al desarrollo y alcanzar la vía del éxito en un egresado intelectual con compromiso social. Conformar una nación más justa que evidencie en su actuar capacidad para enfrentar situaciones reales. Ya Ibarra y López (2001) refieren cómo el desarrollo se ve obstaculizado por una dinámica cultural del trabajo por partes, sectorizado. Las organizaciones inteligentes deben luchar y concentrar sus procesos en sistemas integrados, con flexibilidad influir en condiciones apropiadas para emerger; en importancia, debe trabajarse por la integralidad y romper barreras que fraccionan los conocimientos: En Venezuela,... aún persiste en efecto, la manía conceptual de “sectorializar”. Trazar rayas para separar y delimitar... Miramos la educación como si no tuviera que ver con el mundo del trabajo, a la agricultura como ajena a la manufactura, a la universidad como extraña a la empresa y por allí continuamos, tiza en mano, buscando más como separarnos que acercarnos, cómo acotar funciones en vez de compaginarlas e integrarlas. (p. 276) Así pues, con un ideal democrático donde impere justicia social, pluralismo y solidaridad es requisito indispensable de los centros de educación superior impulsar de manera sistemática en los pensa de estudios programas de investigación que acorten distancias en la intervención de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, beneficien al estudiante con investigaciones no dispersas, con objetivos comunes, en un intercambio permanente y contacto directo con procesos de integración. La misma dinámica social subyace actualmente en modelos de estudio y enseñanza donde comparten espacios con tecnologías de la información y comunicación, organizan los conocimientos de maneras diversas pero integradas. Debe tenerse muy en cuenta que lo que sí es bien cierto es que se participa de una nueva revolución, y señala Tejada (1998):
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...De lo que no cabe duda es que la innovación educativa en general, es consustancial con la propia finalidad de la educación: la mejora, el perfeccionamiento, tanto en su dimensión individual como social. Cambiar y mejorar la realidad educativa de nuestros centros, renovar en el mismo sentido etc son inquietudes que cobran fuerza bien sea a través de la presión social como desde la misma realidad educativa. (p. 25) Por otra parte, hay que tomar conciencia que las transformaciones precisan de una intencionalidad, estrategias previamente planificadas, mucha organización y constancia en el trabajo. Cambiar la realidad de la universidad necesita compromiso social, que toda la comunidad asuma la participación en investigaciones para la obtención de objetivos comunes y colectivos. Tal como se ha señalado, el cambio no se conquista sólo con desearlo, es la necesidad lo que justifica mejorar la realidad que se tiene, y en la investigación se hace necesario reincorporarlo con responsabilidad institucional. Al mismo tiempo, refieren Ibarra y López (ob.cit) la producción de la universidad vinculada al conocimiento cada día debe ser una dinámica habitual que permita desarrollar otras actividades paralelas en procedimientos y métodos, por el crecimiento institucional. Este esfuerzo es determinante, ya que... “el desenvolvimiento de los países está cada vez mas ligado, en todos sus aspectos al conocimiento y las sociedades dependen, en gran medida, de cuán bien se dispongan, desde el punto de vista institucional, para crearlo, acopiarlo, adaptarlo, transformarlo, difundirlo y usarlo”. (p. 275) En este orden de ideas, la investigación como red fundamentada en el conocimiento permite la transferencia en el hacer diario de la vida en sociedad; procurar investigación en función de demandas del contexto forma de manera integral al egresado, estimula responsabilidad en las organizaciones e integración de las instituciones en un continuo y sostenido mejoramiento. Igualmente, la investigación brinda oportunidades al estudiante para trabajar en otros escenarios, adoptar posturas reales, pensar y actuar estratégicamente, fortalecer su contexto, observar desde diferentes ópticas la realidad y de manera organizada incorporarse en planes de desarrollo regional y local; por ello, en los términos de Ibarra y López (ibid) la contribución de la educación superior al avance del país
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requiere atender las demandas de la sociedad. Además “el investigador de hoy y mucho más el del futuro, no sólo debe demostrar sus certezas y sus intereses en el recinto académico o en el paper sino que también tiene que proceder a traducirlos a los administradores universitarios, a los entes públicos...”. (p. 279) Si bien el uso de tecnologías de la información y comunicación exigen una persona con capacidad para usarlas, sus beneficios están condicionados para acceder a otros resultados si no se tienen las competencias para hacerlas útiles. La capacidad y el manejo de competencias específicas se consiguen a través de la profesionalización, en un proceso de transformación, que en la manera de proceder actúe con liderazgo y emociones colectivas así como creatividad, donde la investigación consolide esas formas de conducirse y pensamiento crítico. Una vez que se fortalezca el ser humano en compromiso con el cambio, con el aprender a hacer, a convivir en el trabajo en equipo, a formar parte de redes como ente dinamizador de la administración de los procesos, se asegura el equilibrio y se minimizan los procesos de exclusión de personas de menos recursos que hacen vida activa en la sociedad. En la reflexión de Córdova (2000) la capacidad innovadora nos está demostrando que “en los tiempos que vivimos es necesario pensar, crear y recrear otras formas organizativas para nuevas relaciones entre los actores de un cambio, una de ellas es la organización en red”. (p. 69) A fin de permitir la inclusión del futuro egresado, comprometido con la investigación, esta dinámica de participación propiciará integración entre la universidad, instituciones y aparato productivo. Con el ideal de procurar procesos renovadores requiere la participación responsable de organismos privados y públicos, el clero y las instituciones gubernamentales. Del mismo modo, la vinculación con actores políticos, sociales, redunda en beneficios institucionales. Manifiesta la UNESCO 1998 que “los establecimientos de educación superior deben actuar en
estrecha colaboración con los padres, escuelas, estudiantes, grupos socioeconómicos y las entidades elegidas”.
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En este contexto, la universidad como eje de la sociedad del conocimiento ha de afianzar la investigación, extensión y docencia, con proyectos y programas en procesos de integración del espacio universitario. Unir diversas organizaciones, complementar con políticas institucionales de investigación y trabajo, así como incorporación activa de la sociedad en una inclusión real, permite la oportunidad de consolidar diversos sectores en el campo político y socio económico. En particular, el gráfico 8 refiere las funciones sustantivas de la universidad, que en tres escenarios de acción puntualizan los procesos de transformación y equilibrio de competencias, concertados en innovación educativa.
Funciones Sustantivas de la Universidad
Logros
Pensamiento crítico Cambios en ciencia y tecnología
Investigación
Evaluación de procesos globales Líneas y proyectos Investigación
Universidad
Transformación y desarrollo
Docencia
Innovaciones educativas Investigación Social Innovación socio-cultural
Extensión y Cultura
Aprender a innovar Vinculación con el entorno
Gráfico 8: El deber ser de las funciones sustantivas de la universidad en el marco de una innovación social. Diseño de la autora, con base al Informe de la UNESCO, 1998.
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Por lo tanto, al reafirmar las competencias del egresado se hace necesaria ante los cambios que exige la sociedad una visión estratégica compartida que cubra las expectativas del desempeño del futuro profesional. La unión en la diversidad es uno de los grandes retos que tiene la educación superior; incorporar a través de la investigación campos de conocimiento e intervención, donde el investigador construya conocimientos integrados, transferibles a otras áreas por la importancia que representa la complementariedad. De hecho, justifica Torres (2000) que nuevos contextos en el campo político están enseñando particularmente nuevas dinámicas, de esta manera el equilibrio debe integrar todo el conocimiento, en efecto La complejidad de las sociedades en la que nos toca vivir, la interconexión entre las distintas naciones, gobiernos, políticas y estructuras económicas y sociales obligan a análisis también integrados, en los que se tomen en consideración todas las dimensiones de manera interrelacionada, integrada... apostar por la interdisciplinariedad significa defender un nuevo tipo de persona, más abierta, flexible, solidaria, democrática y crítica. (p. 48) Es importante destacar que ante esta situación compleja de la sociedad, la ciencia, la tecnología y la investigación en el campo universitario deben comportarse con programas de investigación, líneas y proyectos, visualizando siempre el futuro, convencidos que en procesos de integración se favorece el conocimiento con otras disciplinas, y la universidad en su función social amplíe de manera permanente el camino al desarrollo y proporcione condiciones para llegar con el talento que se posee dentro del recinto universitario. Al respecto señala la UNESCO 1998 que enriquecer la información en ambientes integrados procurados con investigación, favorece la transferencia de conocimientos: El progreso del conocimiento mediante la investigación es una función esencial de todos los sistemas de educación superior... deberían fomentarse y reforzarse la innovación, la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad en los programas... se debería establecer un equilibrio adecuado entre la investigación fundamental y la orientada hacia objetivos específicos.
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En todo caso, la voluntad política institucional y visión estratégica de la alta gerencia, con inversión equilibrada en infraestructura e información, puede aprovechar toda la experiencia y penetrar en procesos de adaptación de las nuevas tecnologías; el fortalecimiento de la investigación requiere de gran dinamismo en la sociedad del conocimiento, plantea oportunidades pero también exigencias a la generación de relevo, competencias y habilidades, valores compartidos para enfrentar el progreso tecnológico que se hace inminente y no se detiene. De hecho, señala Delors (1996) que lograr el acercamiento de la investigación a los nuevos enfoques y vincular la revolución tecnológica con el conocimiento y necesidades de la sociedad exige proyectos reales mirando hacia el futuro. Para marcar estos contextos deben dirigirse aplicaciones específicas de realidades concretas, bajo estos criterios Los sistemas educativos deben compensar los modos de socialización indispensables, y, al mismo tiempo, sentar las bases mismas de una ciudadanía adaptada a las sociedades de la información... La comunicación y el intercambio de conocimientos no serán ya únicamente uno de los principales polos de desarrollo de las actividades humanas, sino un factor de realización personal en el marco de nuevos modos de vida social. (p. 71) En efecto, se exige también un recurso humano diferente, que responda de manera coherente en la diversificación y el saber; en caso contrario, podría pasar a ser una gran limitante en la socialización y el intercambio. Una sociedad sin las competencias requeridas para captar contribuciones significativas de la ciencia se le hará difícil penetrar en el desarrollo, de tal modo que el avance científico tecnológico y los resultados a obtener se verán minimizados. De igual manera, refiere nuevamente Delors (1996), “cabe pensar que las diferencias se establecerán sobre todo entre las sociedades que sean capaces de producir contenidos y las que se limiten a recibir las informaciones sin participar realmente en los intercambios”. (ibid) Ahora bien, atender la preocupación que tiene la sociedad en cuanto a la formación del recurso humano ha llevado a la reflexión a los centros de educación superior sobre el imperativo de establecer prioridades en el campo de la investigación; conseguir la sinergia entre la teoría y el contexto real con la práctica,
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complementar la producción permanente de conocimientos y el desarrollo pleno del individuo en dimensiones diversas, en un pensar y actuar estratégicamente con experiencias en los cuatro pilares del conocimiento. De este modo, la formación del ser humano ha exigido comprender que se puede mejorar de manera integrada con la participación de redes de cooperación de todas las organizaciones, por el proceso tan complejo que es formar y educar, en la intervención de un entendimiento con el entorno, la calidad humana y valores éticos. En este contexto, expresa igualmente Córdova (2000) “el pensar y actuar estratégicamente constituye un proceso de creación e innovación permanente, en la medida que asume el reto de reflexionar sobre el futuro para intentar participar en su construcción desde y con la gente”. (p. 16) Ante esta realidad, las universidades de manera asertiva en liderazgo colectivo interpretan las perspectivas que abre la investigación, a la luz de diligenciar con las organizaciones vivas compromiso compartido, llegar a una sociedad donde se reduzca la distancia entre conocimientos impartidos en el aula de clase y expectativas del egresado que aguarda el sector productivo e industrial. En consecuencia, se exige que se alcancen propuestas reales para avanzar hacia una sociedad productiva, pero también más humana y justa. Finalmente, es ahora el momento oportuno para que la educación superior se adelante a ese liderazgo científico-tecnológico, brinde oportunidades con modelos renovadores de enseñanza centrados en el estudiante, que en su misión de difusión y promoción del saber procure la producción de conocimiento. En un equilibrio con la investigación y extensión, como parte de la cotidianidad del hacer universitario y la innovación en los pensa de estudios, forme el recurso humano integral, capacitado en las tecnologías de información y comunicación, que en procesos de transferencia interdisciplinar y multidisciplinar se desempeñe con competencias, en los paradigmas emergentes.
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La Docencia, Pilar Fundamental de la Educación para toda la Vida y Soporte del Desarrollo Científico Tecnológico.
La docencia enfrenta uno de los más altos desafíos: educar una sociedad para toda la vida, actualizada, competente, ávida de conocimientos e inmersa en nuevos paradigmas. Las condiciones demandadas en competencias personales y profesionales requiere de un aprendizaje permanente como requisito para participar en el progreso científico-tecnológico que caracteriza la sociedad del conocimiento. Así entonces, recae en el sistema educativo generar resultados que proyecten una sociedad con talento, experiencia, mirando el presente y visualizando el futuro. La formación permanente es una de las vías para conseguir el desarrollo personal y profesional; la integración eficaz en los niveles del aparato productivo, lleva al hombre a un proceso de innovación continuo como los avances científicos y tecnológicos lo permitan, ya que por la misma dinamicidad los conocimientos se hacen perecederos y su vigencia se pierde muy rápidamente en tiempo y espacio. El documento Políticas y Estrategias para el Desarrollo de la Educación Superior en Venezuela, visualizado hasta el año 2006, expone la importancia de prácticas educativas renovadoras, que conlleven a una educación de calidad para la sociedad y para toda la vida, en consonancia con necesidades regionales, locales y pertinencia con requerimientos económico-sociales de cada región. En este sentido, el docente es una de las personas creadoras más útil y valiosa que tiene la sociedad en la formación de un ser. Como protagonista de un proceso lo enaltece en un desarrollo integral, aumentando fortalezas, creatividad e interacción con la realidad socioeconómica del contexto histórico. En fin, como señalan Díaz, Morales y Otros 2001 es evidente que “la formación, la experiencia y la creatividad del docente es imprescindible para que ayude al alumno a desarrollar la capacidad para identificar, caracterizar y explicar diferentes aspectos del proceso”.
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Adicionalmente, la docencia forma el camino con la investigación, en la motivación del individuo para aprender, producir conocimientos, afrontar cambios con estrategias y políticas que afiancen su formación con excelencia, garante de la consolidación, el desarrollo del país y la universidad como organización ideal para asumir el reto con justicia y equidad. De allí entonces, define Flores, (1996) “la gran oportunidad está en atender los intereses y preocupaciones que la gente tiene hacia el futuro”. (p. 117) Es de hacer notar que, a la luz de la realidad actual, formar una población para toda la vida hace imperioso armonizar diversos intereses en un objetivo común. Son los cuadros de las nuevas generaciones, conocedores de los cambios en el campo científico-tecnológico que se están suscitando, los que pueden producir ideas, otras maneras de abordar la realidad, propuestas reales, producto de la vinculación con el contexto y con conocimiento del entorno. No obstante, indica Delors (1996), para llegar a procesos y resultados se requiere la participación del docente, apreciar los roles que tiene en la formación del educando y reivindicar su contribución como potencial del desarrollo y los procesos de innovación en el campo educativo. Así entonces es una pieza fundamental en el éxito del proceso educativo. Dicho en otras palabras: Ninguna reforma dará resultados positivos sin la participación activa del cuerpo docente... Se exige mucho al docente, incluso demasiado, cuando se espera que colme las carencias de otras instituciones también responsables de la enseñanza y la formación de los jóvenes... el maestro se encuentra ante jóvenes menos apoyados por las familias o los movimientos religiosos pero más informados... (p. 30) Por otra parte, asumir el liderazgo en la docencia es una de las exigencias del mundo globalizado para intervenir activamente en el proceso productivo de un país. Ya no sólo hay la exigencia de un título, se demandan conocimientos, información actualizada coherente con el contexto, experiencias en proyectos de realidades específicas, en el campo de la docencia, investigación y extensión, es decir calidad académica y desarrollo integrado. Si el crecimiento científico y tecnológico de la
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sociedad depende de la formación del recurso humano, de los procesos que la docencia promueve en el aula y las actividades aplicadas en un contacto permanente con el entorno, se compensa la integración la excelencia y calidad. Una vez que la sociedad esté capacitada para darse cuenta que con compromiso compartido en nuevas formas de pensar y concebir la educación convergen transformaciones para el cambio, la docencia entonces cubrirá sus expectativas y las del sector productivo. Igualmente, la familia como uno de los grandes pilares en la educación formativa tiene una cuota de responsabilidad mayor en el éxito de la formación del ser humano, en el proceso de socialización, por cuanto los elementos espirituales y socioculturales que han tenido significación en el núcleo familiar los interioriza y refleja cuando interactúa con otros seres humanos, en el aula de clase y fuera de ella. El hecho de que el docente de manera intencional forme el estudiante con autoestima elevada, en búsqueda de la excelencia para sentirse bien consigo mismo y la sociedad, garantiza el crecimiento intelectual y humano, y recoge elementos para el monitoreo y reflexión, asociados a la práctica educativa. Duplá (1999) refiere que todo lo que el educador se proponga puede conseguirlo con liderazgo, amor al trabajo, actualización y dedicación. El aporte en los cambios del abordaje del conocimiento lo logra en diferentes espacios de contacto, que contribuyan a construir con otra mirada la realidad educativa venezolana, así entonces La calidad de la educación depende sobre todo de lo que se haga en las aulas. Las leyes y reglamentos, que enmarcan la acción educativa, los planes y programas, que orientan los procesos de enseñanza y aprendizaje, son importantes, pero la verdadera acción pedagógica ocurre entre el maestro y el alumno. Por eso, sí logramos tener buenos maestros, tendremos buena educación. (p. 46) En esta perspectiva, el maestro en actualización permanente ha adquirido una nueva dimensión en el contexto socioeconómico y global donde está inmersa la sociedad. Como autor en la creación de nuevas estrategias, conforta con su práctica pedagógica de manera integral al estudiante, como sujeto activo, lo lleva a la
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construcción de nuevos aprendizajes para que intervenga en la transformación de la realidad, acceda a la verdadera formación de manera consensuada en un ejercicio permanente. Docente y estudiante aprenden y en un continuo crecimiento en el pensamiento reflexivo diseñan mecanismos de logro, actitud crítica, aplicación de valor al trabajo y organización. Es significativo entonces que el profesor tenga la convicción de que en sus manos descansa uno de los grandes compromisos, formar el ser humano capaz de dirigir el desarrollo científico y de aprender con diversos métodos y metodologías. Determina la UNESCO 1998 que se hace indispensable un maestro actualizado, que modele la excelencia, que su aporte derive en un comportamiento educativo con pensamiento divergente, creativo y adecuado a las exigencias. Este planteamiento tiene sentido en el proceso de formación continua en la capacidad de ser guía y tutor con los nuevos aprendizajes interactivos. Así pues Un elemento esencial para las instituciones de enseñanza superior es una enérgica política de formación del personal... deberían ocuparse sobre todo, hoy en día, de enseñar a sus alumnos a aprender y a tomar iniciativas, y no a ser, únicamente, pozos de ciencia. Deberían tomarse medidas adecuadas en materia de investigación, así como de actualización y mejora de sus competencias pedagógicas mediante programas adecuados de formación del personal, que estimulen la innovación permanente en los planes de estudio y los métodos de enseñanza... Evidentemente, mantener lazos entre las estrategias para la participación y organización puede multiplicar desarrollo y capacitación del docente con la misión de mantener la cohesión educativo social, así como condiciones que legitimen un proceso educativo con la realidad y entorno. Los cambios y mejoras en el curriculum no son al azar, referentes históricos a lo largo de estas últimas décadas han permitido traducir las necesidades de la sociedad, en contraposición con líneas de actuación rígidas practicadas en el campo educativo y urgencia que responda a los resultados esperados. Cita Villarini (2003) que el rol del maestro en su capacidad para posibilitar procesos de integración es ya un componente requerido en la enseñanza. Cabe
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entonces reafirmar que las prácticas pedagógicas dirigen la mirada a contextos bien específicos centrados en el educador, en consecuencia La revisión del currículo de la preparación de maestros y, en especial el atender al problema de su integración, es necesaria aunque no suficiente, para asegurarnos de que la ciencia y las innovaciones lleguen al salón de clases... de nada valen nuevas filosofías educativas, aparatos administrativos nuevos, nuevas políticas si no hay maestros preparados para atenderlas, reproducirlas e implantarlas. (p. 1) En este sentido, interactuar en diversos contextos crea las condiciones de apropiación de aprendizajes ante nuevas realidades, siempre relacionados con la formación y búsqueda de una estructura o basamento que sea el soporte del crecimiento y el principio de educarse para toda la vida. Líneas de acción conducentes a una verdadera acción pedagógica entre docente y estudiante deben mantenerse en la búsqueda constante del conocimiento, para llegar al desarrollo científico y tecnológico que requieren los pueblos y la sociedad. Detalla el gráfico 9 los requerimientos de la sociedad, desarrollo de competencias y fuentes de conocimiento en beneficio del entorno político, socio-cultural, económico y del ser humano en particular.
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Mundialización del conocimiento Perfil exigido por la industria Internacionalización de saberes Responsabilidad de instituciones de Educación Superior Sociedad del Conocimiento
Informática-Electrónica. Procesos tecnológicos abiertos Formación del liderazgo Equilibrio en la sociedad Penetración en procesos de innovación Nuevas fuerzas culturales Explicaciones científico-tecnológicas y humanísticas
Gráfico 9: Demandas de la sociedad del conocimiento fundamentado en nuevos paradigmas. Diseño de la autora con base en los autores A. Ibarra, J. López, 2001 Desafíos y tensiones actuales; M. Guzmán, R. Correa, R. Tirado, 2000 La escuela del Siglo XXI y otras revoluciones pendientes. Estar en capacidad de conocer los últimos avances de la tecnología y comunicación tiene que observarse como una oportunidad para introducirse en la dinámica del proceso de enseñanza, compromiso de conocimiento, de cómo puede manejarse el currículum para adecuarlo como eje de influencia en la formación integral del educando. Una vez más, el proceso de transformación se producirá con el esfuerzo de todos; señala Stenhouse (1998) que en diversas maneras de integración, el currículum trasciende equilibradamente en la redefinición de nuevos procesos en el campo educativo, dirigidos por el docente. Así entonces La mejora de la calidad de la enseñanza ocurrirá por ese proceso experimental de la propia práctica de los profesores, no por ninguna proposición dogmática. Por ello, el currículum es la herramienta que condiciona el ejercicio de tal experimentación en la que el profesor se convierte en un investigador en el aula de su propia experiencia de enseñanza. (p. 17) En este contexto, llegar a la creación del conocimiento, el uso de las telecomunicaciones y beneficios de la informática, requiere de cambios profundos en
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el rol del docente como agente dinamizador, trabajar con enfoque global, desarrollar con flexibilidad el currículum en las dinámicas de clase, uso además de diversos recursos interactivos que ofrecen actualmente las tecnologías de la información. Señala el mismo autor que “no es el perfeccionamiento del profesorado la condición para desarrollar los nuevos currícula... si no que sin un currículum apropiado que permita y estimule el ejercicio experimental del arte de la enseñanza no puede haber desarrollo y perfeccionamiento del profesor. (ibid) Evidentemente, es con pertinencia social y flexibilidad curricular que se puede preparar al estudiante sin fraccionar los saberes de las diversas disciplinas, asumir la docencia desde una práctica socio personal, sin discriminación y distancias se califique en la formación del recurso humano. Ciertamente, la construcción de nuevos conocimientos por parte del estudiante permitirá el desarrollo de modelos de enseñanza compartiendo espacios con otros curricula. Por estas consideraciones de manera integrada se logra una interesante práctica que contribuye a procesos de transformación. Así entonces corrobora, Stenhouse (1998) El currículum no sólo da una visión y selección de los conocimientos, no sólo lleva ideas educativas potencialmente renovadoras, sino que crea un marco para probar las teorías implícitas del profesor, contrastándolas con la acción y con las de sus propios colegas... Porque la innovación curricular tiene que partir, del grupo de profesores de un centro, como unidad básica que discute, modela y lleva a cabo el currículum, participando en la evaluación de los resultados. (p.18) En este contexto, la docencia en su dinámica contribuye en la formación permanente del educando y se convierte en eje formador de principios, valores y conocimientos, transfiriendo la integralidad como una de las premisas en la aplicación del currículum. Un proceso de observación permanente permite al docente a reflexionar su práctica pedagógica, administrar de manera certera el interactuar con el estudiante y la inclusión oportuna a procesos de formación continua. La oportunidad de consolidar el sistema educativo demanda del compromiso e intervención de la comunidad, que enfatice su atención en los nuevos requerimientos
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personales y profesionales con proyectos curriculares flexibles en la búsqueda de consolidación el desarrollo político, social y económico de la sociedad. Como garantía de éxito a este planteamiento (AVERU, 2000) hace hincapié y señala que “la posibilidad de renovar la docencia, así como también los procesos de investigación y extensión universitaria dependerá, en buen grado, de las metodologías, técnicas de producción y transmisión de conocimiento”. La educación superior, por su parte, debe redimensionar la formación docente para penetrar en ese proceso de transformación tan esencial, con conocimiento de las bondades que la administración del curriculum admite en la calidad del proceso educativo. Es sabia la consideración cuando se entiende como el aporte individual y actuación en el logro de objetivos, facilita el éxito de integralidad en el ser humano. La persona posee bondades que en un marco de nuevas ideas aprehende, procura otras relaciones y promueve esfuerzos para ser efectivos. Refiere Ramos (2000) que comprender la integridad como directriz en las organizaciones hace visualizar responsabilidad en la participación. Por esta naturaleza, debe tomarse en consideración que El ser humano posee una gran capacidad creadora, posibilidades de realización originales, cuando el ambiente es propicio y la libertad y el respeto se conjugan. La persona posee un sistema de valores que es fruto del proceso verdaderamente integrado y estructurado que conforma la personalidad y le da seguridad para actuar. Esta configuración y marco de desenvolvimiento lo debe propiciar y cultivar el Sistema Educativo. (p. 43) De hecho, teniendo como centro al estudiante y valorado en toda su dimensión humana, la docencia en búsqueda de oportunidades concreta en procesos de interacción, vinculación entre el mundo de afuera y el mundo interno, de una manera complementaria. Responde adecuadamente con valores de cultura organizacional, mejor entendimiento de formación en la consolidación de calidad de vida y la igualdad en la sociedad.
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El compromiso de los centros de educación superior, en rescatar y consolidar la formación y preparación permanente de la docencia, produce la armonía requerida en descubrir caminos para reducir la pobreza, afrontar el desarrollo y acercarse a la integración. Indica Pérez (1999) que es tan alto el poder de la educación para compensar la equidad y el desarrollo de los pueblos que explica el alcance en la relación, que “el 20% de la población mundial acapara el 86% de todos los recursos de la tierra”. (p. 26) La labor en el campo educativo no es aislada, por el contrario minimizar las debilidades existentes y fortalecer las capacidades del docente permitirá agregar el desarrollo de conocimientos y habilidades para el cambio, siempre con la visión de mejora de los procesos y transformación planificada en este complejo escenario educativo. De hecho, el docente como innovador interactúa en contextos diversos, igualmente con estrategias pedagógicas integra de manera intencional el fortalecimiento individual y social, la renovación que realiza se evidencia en resultados y optimación de los procesos. En este contexto, coincide Pérez (1999) nuevamente, cuando expresa que el maestro debe desarrollar otras prácticas y actividades educativas, siempre con la visión de fortalecer el estudiante en nuevos aprendizajes. Obviamente entonces Deben reculturizarse los maestros y profesores para dejar de ser ejecutores de tareas... para ser los protagonistas del cambio educativo; por ello deben concebirse como investigadores y planificadores, capaces de asumir la globalidad del proyecto... Maestros capaces de levantarse de sus rutinas para entrar en la dinámica de la innovación permanente... Maestros que entienden que su papel no consiste tanto en enseñar, sino en promover las ganas de aprender de sus alumnos, lo que implica que la clase se va transformando en un espacio para la alegría, la vida, el trabajo, la búsqueda la confrontación y el esfuerzo compartidos. (p. 118) En resumen, es indispensable que el docente con sus fortalezas integre el arte de enseñar en la búsqueda de excelencia, que su comportamiento en acción y pensamiento intervenga en la modernización del conocimiento en el campo de la docencia, investigación y extensión. En beneficio de la educación y en la formación
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del recurso humano asuma el reto del cambio, la innovación de modo cooperativo, consiga el éxito en la transmisión del saber en otros espacios, consciente de ser guía y tutor en la incorporación de redes de comunicación que la nueva tecnología le ofrece para conseguir el desarrollo de tareas, actividades de innovación que demanda la sociedad, en un mundo de libertad y respeto, pero también de mucha responsabilidad.
La Extensión Universitaria, Influencia en los Entornos Socio-Culturales, Científicos y Tecnológicos
La universidad como el gran centro de cultura en su más alto alcance necesita desde la extensión universitaria redefinición de otros espacios de acción, donde docente y estudiante se inserten en proyectos sociales. La década del 90 le da carácter de renovación al sistema educativo, se visualiza un hombre con formación integral, capacitado, conocedor de su entorno sociocultural y es la extensión universitaria en un proceso de formación que logra impulsar el crecimiento intelectual con sentido de pertenencia y compromiso social. En efecto, la nueva era del conocimiento exige una sociedad que tenga conocimiento del contexto, que viva oportunidades de aprendizaje y cuente con una universidad que haga sentir su influencia. Declara Imbernón (1999) que “la escuela ha de abrir sus puertas y ha de derribar sus paredes, no únicamente para que pueda entrar lo que acontece extra muros, sino para confundirse con la comunidad de la que forma parte, debe precisar hacia donde se dirige, revisar su visión”. (p. 71) Replantear actividades de extensión pertinentes con las demandas exigidas permite a la universidad oportunidad de impulsar de manera organizada y planificada un comportamiento que consolide la visión y compromiso de un egresado con altos niveles de competencia y responsabilidad social. Refiere (UCV. CGE, 1998) que esto significa que hay que asegurar una orientación fundamentada que garantice los resultados requeridos. Así
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La universidad tiene el reto de desarrollar su capacidad de respuesta, en congruencia con su misión, su capacidad de generar opinión sobre la caracterización de los problemas que afectan la sociedad venezolana y mundial... debe ser además con el crédito que indiscutiblemente conserva Agente Promotor que coopere en la organización de la Sociedad Civil y de la influencia de todos los sectores sociales en planes de desarrollo sustentable. El cambio de la cultura organizacional y políticas institucionales es un requerimiento para la intervención en procesos productivos. El éxito y conquista de la visión sólo se obtendrá con una planeación compartida, donde sea incluido el estudiante en proyectos de extensión con la comunidad, que brinden respuestas y soluciones a las debilidades que manifiesta la sociedad. Se observa, que con organización y sentido de pertenencia, la intervención de la universidad en programas comunitarios la incorpora en actividades relevantes que transfiere en integración y beneficios compartidos en el campo humanístico, las ciencias sociales y el área científica. Participar de manera activa en programas y proyectos específicos aplicados en situaciones reales conduce al estudiante a fomentar hábitos de trabajo, nuevos aprendizajes y toma de decisiones oportunas; consecuentemente, el desarrollo sistémico e integrado de la organización admitirá nuevos desarrollos de conocimiento en los procesos. En este sentido, expresa Villarini (2003), “el pensamiento sistémico consiste en el empleo deliberado y controlado de nuestros recursos mentales a la luz de un propósito... es el pensamiento orientado a la solución de problemas y la toma de decisiones eficaces y efectiva”. (p. 17) Por lo tanto, cambiar o modificar la cultura de educar que hasta hoy ha predominado es un requerimiento. El egresado del mañana debe tener capacidad para trabajar en ámbitos diversos, valores que le hagan competente y productivo en un mundo global, con conocimiento de su organización y su entorno. Además, refiere (UCV. CGE, 1998), la universidad, como centro del conocimiento y nuevos saberes,
compensa las necesidades de la mayoría de personas que integran la comunidad; el estudiante podrá contribuir con productividad y eficiencia con su acción hacia el
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entorno. Mas específicamente, “la extensión debe ser la función integradora, por lo cual tiene que estar presente en cada uno de los procesos de la Educación Superior, desempeñando un papel decisivo en la Proyección Social y Política de la Universidad”. Representa el gráfico 10, la universidad como espacio del saber; con políticas institucionales fomenta talentos que conduzcan el progreso y que en igualdad de oportunidades favorezca la sociedad.
Políticas Institucionales Programas ajustados a las necesidades de la sociedad Centro de conocimiento Compromiso social Universidad
Innovación-Creatividad Construcción proyecto país Procesos de transferencia Vinculación-Sector Industrial y Productivo.
Gráfico 10: Principales lineamientos que orientan las políticas de las instituciones de educación superior. Diseño de la autora fundamentado en los autores E. Morín, 2000, Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. Y. Córdova, 2000, Construyendo cambios. Incorporar el estudiante a la comunidad y el entorno lo fortalece en su desarrollo integral; hay urgencia para que los aprendizajes que se enseñan en el aula de clase se vinculen con la realidad de los contextos, asociados con redes de proyectos regionales y programas conjuntos que permitan al sistema educativo la consecución de aprendizajes reales desde el inicio. Al respecto, hace referencia el Plan Decenal de Educación 1993-2003 que “un sistema educativo basado en la enseñanza por proyectos promueve actitudes favorables al desarrollo de la ciencia”. En primer lugar, la universidad con conocimiento del entorno consolida el liderazgo sociocultural, genera comprensión de los procesos y respuestas a problemas
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sociales, así como de los programas de actualización identificados con nuevos paradigmas. En segundo lugar, por ser fundamental la flexibilidad curricular en los pensa de estudio, evalúa la manera en que el estudiante participa, la aplicación de estrategias, la inserción en la dinámica social de los organismos, políticos, institucionales y religiosos que intervienen en la sociedad. Incluso, el futuro egresado no puede estar al margen del contexto político, económico, socio cultural; es imperiosa su intervención en proyectos comunitarios con pertinencia social, es decir, mirar el entorno como escenario que brinda aprendizajes. A este contacto accede con herramientas para que con conocimiento en proyectos universitarios sea viable su incorporación al sector productivo, de acuerdo con el desarrollo científico y tecnológico. La Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI (UNESCO, 1999), en su artículo 6, enfatiza la trascendencia que para la sociedad tiene la actuación del individuo en el campo social, el fomento de una educación ajustada a la realidad garantiza el éxito. De este modo “la educación superior debe reforzar sus funciones de servicio a la sociedad, y más concretamente sus actividades encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades”. Aún más, los valores en el educando alcanzan otra connotación cuando, desde una realidad, tienen validez su aplicación; es esencial el contacto directo con la comunidad, con el otro ser humano, con sus necesidades, pero también con sus fortalezas. Partiendo de la propia realidad al educando le toca actuar con honestidad y justicia, y a la universidad le corresponde en este proceso de humanización transferir comportamientos y actitudes para la transformación social. Sobre la base de esta perspectiva, refiere Morin (2000):
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La educación debe favorecer la aptitud natural de la mente para hacer y resolver preguntas esenciales y correlativamente estimular el empleo total de la inteligencia general. Este empleo máximo necesita el libre ejercicio de la facultad más expandida y más viva en la infancia y en la adolescencia: la curiosidad, la cual muy a menudo es extinguida por la instrucción cuando se trata por el contrario de estimularla o, si está dormida, de despertarla. (p. 43) La articulación de un proceso de aprendizaje en crecimiento continuo y la aplicación de conductas reforzadas fuera del aula permiten con proyectos y actividades creativas alcanzar el conocimiento, garantizando igualmente procesos de actualización. Vale aquí la abstracción de que el proceso de envejecimiento del hombre es irreversible y ocurre progresivamente; no en cambio se da esta situación con el proceso de educar y formar, se educa para toda la vida y mientras el ser humano posee facultades físicas y mentales siempre aprende y renueva en conocimientos. Incrementar las facultades intelectuales y morales del futuro egresado, guiarlo en el trabajo productivo conocedor de la realidad externa, admite la interacción con proyectos comunitarios y sociales. Las necesidades sociales reclaman a la extensión universitaria su integración y participación continua, que brinde al futuro profesional nuevas capacidades y a la comunidad el incremento de acciones en los rápidos procesos de transformación, con una visión social, equidad en las oportunidades de acceso para entrar y salir del sistema. Por tanto, Flecha y Tortajada (1998) señalan de qué manera el proceso de innovación universitaria se mantiene con estrategias, trabajar en la convicción de superar obstáculos, ampliar la participación conjunta que genera beneficios y determina respuestas a objetivos específicos. En este sentido Desde la actuación conjunta de los diferentes agentes implicados es como se pueden llevar a cabo los retos y objetivos definidos, proyectar las actividades y evaluar los resultados... desde las comunidades se proporciona el aprendizaje de instrumentos de análisis, valoración y crítica de las diferentes realidades socioculturales de nuestro contexto, combatiendo la diversidad desde la igualdad. (pp. 25, 26)
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Con propósitos específicos, se hace necesario que la educación superior admita la calidad y pertinencia, dinamice estrategias en una mayor participación de las organizaciones
eclesiásticas,
institutos
autónomos,
la
familia,
medios
de
comunicación, para que con su intervención, tanto formal como informal, en esfuerzos colectivos se atienda el reto de formar el egresado en un desarrollo integral, comprometido con la resolución de problemas de la comunidad y el desarrollo social. Refiere Albornoz (2000) que la escuela ejerce un alto poder en la formación del educando, en propiciar su cultura y construye las condiciones para exaltarla, así entonces “la cultura que se adquiere se integra a la personalidad a través de la socialización, la adaptación y el aprendizaje, permite reconocer en nosotros una identidad propia de la familia, la escuela, la comunidad, el estado, el país”. (p. 23) Desde el punto de vista educativo el proceso de socialización prepara al estudiante para la vida, convivencia con la incertidumbre, pensar y actuar estratégicamente,
oportunidad
de
producción
cultural,
compromiso
social
permanente, en un habitual contacto con el entorno y en el aprender haciendo, prospera en conocimiento y alcance de aprendizajes significativos. Hace del estudiante un ser y sujeto consciente para concurrir en el desarrollo político, social, cultural, conocedor de profundas transformaciones que hoy conquista la cultura, la ciencia y tecnología Las propuestas de actualización de los pensa de estudios permitirá reivindicar la calidad de la educación, la vinculación del estudiante en proyectos formativos a través de las actividades extracurriculares. De manera acertada lo guía en procesos de acción, que aplique los conocimientos adquiridos en el aula de clase a realidades específicas. Del mismo modo el Plan Decenal de Educación 1993-2003 refiere que desde la perspectiva de la participación e integración hay que tomar en cuenta que
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Es fundamental, además lograr, que los medios de comunicación colectiva escritos y audiovisuales reorienten el mensaje a fin de que actúen como factor coadyuvante de la calidad de la educación... hoy la acción educativa no la ejerce de manera exclusiva el respectivo sistema; otros agentes actúan como formadores e instructores... Ahora bien, la planificación y establecimiento de políticas institucionales coherentes con la realidad social es un requerimiento de la sociedad a los centros de educación superior. Formar líderes en aprendizajes significativos y deliberados no debe ser manejado de manera aislada o coyuntural, sino una política institucional en la extensión sobre el contacto permanente con la realidad; el manejo y aplicación de nuevos enfoques relacionados con procesos de cambio, por cuanto abordar una realidad de manera continua genera nuevos aprendizajes, forma y enriquece la cultura del individuo. Convencidos que la realidad social sólo se modifica con compromiso y responsabilidad compartida podrá entonces la educación superior derribar viejos paradigmas y formar profesionales con facultades morales e intelectuales, en beneficio de merecer esa tan ansiada transformación en actitudes y manera de desempeñarse. Observa Imbernón y otros (1999) que en la medida en que se rompan las barreras del aula y el futuro profesional se vincule hacia fuera se conquistará una realidad que llevará a otros resultados. Desde esta visión, para que ocurran los cambios para ser efectivos, es importante asegurar procesos de observación conducentes a lograr propósitos específicos en el sistema educativo. Ahora bien, con oportunidad En el futuro no podremos educar en la diversidad sin cambiar la educación, pero este cambio tiene dos frentes fundamentales: conseguir que a través de la educación institucionalizada seamos capaces de ayudar al alumnado a crecer y a desarrollarse como personas, facilitándole la adquisición de habilidades básicas tanto de tipo cognoscitivo como de autoconocimiento, de autonomía personal y de socialización y facilitar que en las instituciones educativas tengan cabida y reconocimiento todas las diferentes capacidades, ritmos de trabajo, expectativas... (p. 70)
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Como se ha señalado, es necesario restablecer con mucha organización y visión la preparación del futuro egresado, que de manera eficiente asuma con liderazgo su intervención en el entorno, con una actitud dialógica participe conscientemente en un comportamiento real con los planes de desarrollo regional, crear su identidad cultural, se integre como individuo proactivo y responsable, a fin de generar soluciones coherentes en su dimensión personal y profesional. Afirma Villarini (2003) que en el conocimiento del contexto se forma el ser humano social y en el proceso de convivencia descubre mayores experiencias y cambio permanente, así entonces “aprender a vivir humanamente es vivir con sentido; es descubrir, interpretar el sentido que tiene las relaciones humanas y asumir los roles que de ellas se derivan... la educación es significativa cuando nos prepara para vivir. (p. 31) Este perfil, del contacto del egresado con su medio no se limita sólo a conocimientos, también necesita fortalezas en su interacción con otros actores que hacen vida activa en la sociedad. Los modelos ideales no existen, pero si la visión del sistema educativo superior ha sido favorecer el desarrollo integral del estudiante en actividades de extensión, investigación y docencia, la aptitud de hacer transferencia de conocimientos aprehendidos a situaciones diversas le dota de cualidades que se materializan en un mejor hacer y vivir, en un desempeño en la organización con optimismo, respeto al otro, el crecimiento permanente. Esta compleja dinámica hace entender en palabras de Barroso (1999) que hay que darle valor constructivo al hacer, así entonces La búsqueda de la verdad debería ser parte de nuestro Proyecto de vida personal, con todos los contratiempos y confusiones que esta búsqueda impone... la verdad propia es exigente y nos pone de cara a la vida. La verdad del otro nos divierte pero no nos compromete. Sin verdad y sin compromiso, somos como las hojas desprendidas, a merced del viento que nadie sabe donde caerán, ni le importa. (p. 25) Se reafirma que el proceso de transformación debe ser ya manejado desde el currículo, que integrado a diversas disciplinas busca la pertinencia con el desarrollo sociocultural bajo una actitud ecológica, con la visión de que el estudiante adelante
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competencias que lo proyecten en un espíritu innovador, ponga en práctica en diversas situaciones valores espirituales en el contexto donde participa, siempre en respuesta permanente a las exigencias de esta sociedad del conocimiento. Asimismo, tomando en cuenta la realidad actual de la sociedad, donde el ser humano enfrenta múltiples problemas de adaptación social en sus relaciones debido, entre otros elementos, a la decadencia de algunos valores y principios fundamentales, es obligatorio a través de la extensión universitaria promover actividades en torno a un crecimiento personal sostenido, una formación armónica donde el individuo actúe en relaciones personales exitosas, con equilibrio, autenticidad y sensibilidad humana en los diversos roles que le corresponda desempeñar en el entorno social donde se desenvuelve.
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