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CATEQUESIS INFANTIL DEL ANE
Semana del 14 al 20 de febrero, de 2016. I (primer) domingo de Cuaresma. 1.- TEMA: “La tentación y victoria de Cristo”. 2.- HISTORIA: “Carlitos es tentado” Iniciado el tiempo de cuaresma, Carlitos tomó una hoja de papel y escribió una lista de cosas que pensaba ofrecer como sacrificio durante estos 40 días. La primera semana, se propuso no comer sus galletas favoritas, ayudar en todo a sus padres y rezar tres Ave Marías, por los que no creen en Dios. Los primeros días todo marchaba bien, y Carlitos estaba contento porque había cumplido todos sus propósitos. Sin embargo, el día viernes, al salir de clases, sintió mucha hambre… Hizo una oración y valientemente decidió aguantar un poco, esperando hasta llegar a casa para comer. Pero entonces apareció Luis con un paquete de galletas y se las ofreció diciendo: “Te invito estas galletas porque sé que son tus favoritas”. Carlitos sintió que el estómago le crujía y la boca se le hacía agua, pero rápidamente contestó: “No, gracias, prefiero comer en casa.” Más tarde, Carlitos y dos amigos, fueron a la casa de Federico, un compañero nuevo, quién los invitó a pasar la tarde. Después de jugar un poco en el jardín y mostrarles toda la casa, que era enorme y muy bonita, les enseñó los juegos de computadora que tenía. Los tres estaban sorprendidos por la facilidad con que podía usar la computadora, pero Carlitos era el más entusiasmado con todo esto. Entonces Federico le dijo: “Esta computadora y todos los juegos son míos, y los presto a quien yo quiero. Si tú vinieras a jugar conmigo, los sábados por la tarde, tendrías todo esto a tu disposición”. Después de un breve silencio, Carlitos recordó que ese día asiste a su clase de catecismo y respondió: “No gracias, Federico, no puedo cambiar ese tiempo dedicado a Dios por una computadora.” De camino a casa, uno de sus amigos le dijo: “Fuiste necio al contestarle así a Federico. Tal vez seas uno de los que más sabe de catecismo entre nosotros. Podrías perfectamente faltar una o dos veces al mes a tus clases y no pasaría nada. ¿O crees que Dios se enojaría contigo…?” Carlitos le respondió: “Tal vez Dios no se enojaría, pero no tengo que ponerlo a prueba, tengo que hacer lo que debo hacer, y listo.” Al final del día, Carlitos se dio cuenta de que la invitación de la galleta, la propuesta de Federico y el comentario de Fernando al respecto habían sido grandes tentaciones para él, por eso decidió pedir ayuda a la Virgen María y estar más atento, a fin de no dejarse convencer y así poder ser fiel a Dios cumpliendo sus propósitos de cuaresma. 3.- EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 4, 1-13. En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio. No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”. Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”. Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de él, hasta que llegara la hora. Palabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.
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4.- RELACIONES: En el Evangelio:
En la Historia:
Jesús no comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.
El día viernes, al salir de clases, Carlitos tenía hambre, pero decidió esperar hasta llegar a casa para comer. Entonces apareció Luis con un paquete de galletas y se las ofreció diciendo: “Te invito estas galletas, porque sé que son tus favoritas…” Carlitos sintió que el estómago le crujía y la boca se le hacía agua, pero rápidamente contestó: “No, gracias.”
El diablo llevo a Jesús a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.
Después de enseñarles todos los juegos de computadora que tenía y viendo a Carlitos tan entusiasmado; Federico le dijo: “Esta computadora y todos los juegos son míos, y los presto a quien yo quiero. Si tú vinieras a jugar conmigo, los sábados por la tarde, tendrías todo esto a tu disposición”. Después de un breve silencio, Carlitos recordó que ese día asiste a su clase de catecismo y respondió: “No gracias, Federico, no puedo cambiar ese tiempo dedicado a Dios por una computadora.”
Luego el demonio llevó a Jesús a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
De camino a casa, Fernando, uno de sus amigos le dijo: “Fuiste un poco necio al contestarle así a Federico. Tal vez seas uno de los que más sabe de catecismo entre nosotros. Podrías perfectamente faltar una o dos veces al mes a tus clases y no pasaría nada. ¿O crees que Dios se enojaría contigo…?” Entonces Carlitos le respondió: “Tal vez Dios no se enojaría, pero no tengo que ponerlo a prueba, tengo que hacer lo que debo hacer, y listo.”
MORALEJA: “Nosotros también podemos y debemos vencer las tentaciones del enemigo; pidiendo la ayuda de Dios y la Virgen, con oración y sacrificios.” 5.- CATEQUESIS: CIC 538 Los Evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: “Impulsado por el Espíritu” va al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc 1,12-13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recuerdan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él “hasta el tiempo determinado” (Lc 4,13). CIC 540 La tentación de Jesús manifiesta la manera que tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y a la que los hombres le quieren atribuir (cf Mt 16,21-23). Es por eso por lo que Cristo venció al Tentador a favor nuestro: “Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado” (Heb 4,15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto.
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Este domingo, el primero del tiempo de Cuaresma estudiaremos una de las lecturas del Evangelio más significativas para estos cuarenta días en los que nos prepararemos para la Semana Santa y posteriormente la Pascua. El Evangelio comienza recordándonos (aunque sin mencionarlo directamente) que Jesús fue bautizado en el Jordán por Juan el Bautista, y en aquel momento el Espíritu Santo descendió en forma de paloma y se posó sobre el Señor. Fue entonces que ese mismo Espíritu lo impulsó al desierto donde, como sabemos, no sólo sufrió hambre, sed y cansancio, sino también sufrió la instigación del demonio que TENTÓ A JESÚS pero NO LO HIZO CAER EN LA TENTACIÓN. Muchas veces cuando leemos este pasaje puede parecernos desconcertante la idea de que el demonio pudiera tentar a Jesús, el Hijo de Dios. Pero no olvidemos que Jesús ES VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE, y fue por esa razón que, como hombre, sufrió todo aquello que cada uno de nosotros sufre a lo largo de la Vida: penas, hambre, tentaciones, dolores, cansancio, soledad, traición, etcétera; y lo hizo para demostrarnos que Su Amor es más grande que todos los sufrimientos y aún que la muerte, porque todos los vivió Él y los venció. De esta manera nos confirma que al permanecer nosotros junto a Él, podremos pasar a través de cualquier dificultad y la venceremos, porque en realidad Él vencerá y no nos dejará caer en tentación, si permanecemos UNIDOS A ÉL y CONFIANDO EN ÉL. Antes de hablar precisamente sobre las tentaciones, mencionemos algunas de las maneras en que permanecemos con Dios: En la oración sincera, que nos permite hablar con Dios como con nuestros verdadero Padre. En la Santa Eucaristía, en la cual Dios se hace alimento nuestro. En la recepción frecuente de los Sacramentos, porque es Dios mismo quien a través del Sacerdote o Ministro nos bautiza, nos perdona, nos confirma, nos alimenta, etcétera. En la adoración de la Sagrada Hostia, que es Jesús VIVO Y HUMILDE, entregado por Amor. En el Estudio de la Palabra de Dios, que nos indica lo que debemos hacer. En la práctica del amor, la caridad fraterna, el perdón, la misericordia, el trabajo apostólico. En la transmisión oral y testimonial, hacia nuestros hermanos, de nuestra FE y ESPERANZA. En el servicio a los más necesitados. Ahora reflexionemos sobre dos aspectos importantes de este Evangelio: 1. El desierto. 2. La tentación. Al hablar del DESIERTO, no podemos quedarnos con la idea del desierto geográfico, pero podemos utilizar esta figura para hacer analogía y llegar a reconocer los “desiertos diarios” de nuestras vidas. En este punto, la participación de los niños es esencial, incluso los dibujos son representativos: ¿Qué y cómo es para ellos el desierto? Sin duda, la idea común que tenemos de desierto es que se trata de un lugar: caluroso, inhóspito, silencioso, sin agua, sin casas, sin animales, sin plantas, sin supermercados, sin escuelas, sin hospitales, inmenso, lleno de arena, con fuertes vientos, con serpientes, escorpiones y una serie de alimañas escondidas… Y esta idea no es diferente al desierto real en el que Jesús se retiró durante cuarenta días. Ahora, analicemos las características mencionadas anteriormente, junto con las ideas que los niños pueden aportar, para descubrir a qué aspectos de nuestra vida se asemejan… Para ello, veamos algunas características típicas del desierto:
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El sofocante calor del día, contrastando con el intenso frío de la noche, es la causa por la que en el desierto no existen muchas rocas, pues el violento cambio de temperaturas, en tan corto tiempo, provoca el quebrantamiento de las piedras y, a la larga, su pulverización. Esa característica tan extrema puede asemejarse a aquellos momentos en que inesperadamente debemos asumir tareas difíciles, o de repente atravesamos una pena, enfermedad, un desastre natural, etc. Y de un día para el otro cambia nuestra vida, tan radicalmente, que nuestros corazones (muchas veces de piedra) se quebrantan; entonces lloramos, nos molestamos, nos angustiamos, nos sentimos perdidos. No olvidemos que somos débiles y frágiles, por lo tanto, no debemos tener temor de quebrantarnos ante las dificultades, pues Dios siempre está junto a nosotros, fortaleciéndonos, amándonos y recordándonos que Él también sufrió, y por ello nos consuela de la manera en que nadie más puede hacerlo. Luego, ya fortalecidos, seremos capaces de sonreír nuevamente, sabiendo que el Amor de Dios no ha cambiado, y como siempre sucede: aprenderemos a valorar las cosas de mejor manera. La falta de plantas, animales y agua significan hambre y sed, condiciones incompatibles con la vida... Como decíamos anteriormente, cuando nos sentimos privados de algunas cosas, como la comida y especialmente el agua, es entonces cuando más las valoramos. Tomemos el siguiente ejemplo que muchos economistas hacen para representar la subjetividad del valor: “Si tuviéramos un millón de dólares en nuestro bolsillo, y nos dejan en el desierto solos, por cinco días sin comida ni agua: el primer día en vez de buscar alimento o agua nos sentaremos tranquilos a pensar en las maravillosas cosas que compraremos cuando retornemos a la ciudad. El segundo día nos la pasaremos detallando los viajes que haremos pagando con los miles de dólares que aún nos quedarán después de las compras. El tercer día empezaremos a sentir hambre y pensaremos en los montones de comida que podremos comprar con los miles que aún nos quedan para destinar, pero en la noche del tercer día empezaremos a sentir tanta hambre y sed que empezaremos a buscar desesperadamente algo que comer y agua que beber, al día siguiente, continuaremos la búsqueda, pero con tanta angustia y desesperación que los viajes y compras habrán desaparecido de nuestra mente. Finalmente, el quinto día, estaremos dispuestos a pagar un millón de dólares por un simple vaso de agua, y si aparece un viajero le daremos todo nuestro dinero con tal de que nos dé un poco del agua que pudiese llevar con él…” De esta manera, podemos darnos cuenta de cuán afortunados somos por tener alimento en nuestros hogares, incluso podemos compartir lo mucho o poco que tengamos con aquellos que no tienen nada. Este es el mejor fruto del ayuno, porque no sólo es espiritual: cuando nos privamos de algo PARA COMPARTIRLO CON ALGUIEN. Finalmente la soledad: el desierto es tan inmenso que una noche en Él puede despertar todos nuestros miedos reprimidos. Muchas veces en la vida atravesamos momentos en los que nos sentimos solos o abandonados y es entonces cuando debemos recordar que jamás estaremos solos: Dios nos ama más que nadie en el mundo y jamás podrá abandonarnos. Así como Jesús atravesó el desierto en soledad, siempre supo que Su Padre lo cuidaba, lo protegía y lo amaba. Por esta razón le mandaba ángeles que le sirvieran, pues fueron cuarenta días en los que se enfrentó con muchas más dificultades, además del hambre: probablemente la tentación humana de abandonar el desierto antes de tiempo, el cansancio de caminar bajo el sol, etcétera. Todas las situaciones extremas que caracterizan a los desiertos de la vida nos pueden llevar a una primera tentación que es la de RENEGAR CONTRA DIOS: culparle de los males que nos angustian o negar su existencia, como hacen muchos… Tengamos pues cuidado en no dejarnos arrastrar por esas tentaciones, porque, ahora más que nunca, sabemos que en realidad no estamos solos, ya que Dios está con nosotros, Él ha sufrido lo mismo para enseñarnos que Su Amor es más grande, que los sufrimientos nos pueden fortalecer, y que jamás nos hará atravesar por pruebas que sean mayores a nuestras fuerzas.
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Ahora, hablemos de las TENTACIONES específicas a las que se refiere el Evangelio: El demonio tentó a Jesús primero para hacerle convertir las piedras en panes, luego para que le adorase, a cambio de tener todos los reinos y riquezas de la tierra, y finalmente lo tentó a lanzarse desde lo alto, para comprobar que Dios le mandaría ángeles a fin de evitar que cayera. A todas estas tentaciones Jesús las venció en palabra y en acción, pero analizaremos especialmente las palabras con las que finalmente ahuyentó al demonio en aquel momento: “NO TENTARÁS AL SEÑOR, TU DIOS”. Pensemos seriamente en los momentos en que nosotros pretendemos “TENTAR A DIOS”. Muchos podremos escandalizarnos de esto, pero es una realidad que no podemos ocultar, tanto niños como jóvenes y adultos tendemos a tentar a Dios, especialmente en momentos de angustia; por ejemplo: Cuando fracasamos en un proyecto y le decimos a Dios que ya no confiamos en Él, porque lo ha permitido, y por ahí alguno llega a retarle diciendo: “Si eres Dios entonces cambia lo sucedido y creeré en ti” No quiere decir que Dios no pueda o no quiera responder a nuestras súplicas; sino que o no es esa Su Voluntad, o no se lo pedimos con Fe, o no es el momento adecuado para que Él nos conceda lo que le pedimos... En este tiempo de Cuaresma, de manera especial, procuremos vivir santamente, con el fin de preparar nuestras almas debidamente para la celebración de la Semana Santa y la Pascua de Resurrección… Que no pase desapercibida la riqueza de este tiempo, y en el caso de nuestros niños, acerquémoslos a esta reflexión de la manera más atractiva posible, de modo que la idea de penitencia y ayuno no los asuste; y más bien cobren interés las ideas de CONVERSIÓN RECONCILIACIÓN CAMBIO DE MALOS HÁBITOS SOLIDARIDAD CON LOS MÁS NECESITADOS ORACION Y SACRIFICIO, EN LA MEDIDA QUE CADA UNO PUEDE… En fin, vivamos una preparación profunda del alma, para aceptar que Jesús vino a salvarnos a través de la Cruz, venció a las tentaciones y a la muerte, para luego resucitar y prometernos la Vida Eterna. Aprendamos a vivir la vida con el gozo de saber que Dios nos ama, y puede perdonarnos todos nuestros pecados, si tan solo nos arrepentimos profundamente de ellos… De esta manera, nos enseñará a vivir la vida con la alegría de la paz, de la esperanza y el amor entre hermanos. Una forma práctica y eficaz de aprovechar la Cuaresma, es a través de los propósitos, así como el adviento representa para nosotros la oportunidad de cada día hacer algo especial por los demás, a manera de demostrar nuestro amor a Jesús, en la Cuaresma tenemos la misma oportunidad de pasar los cuarenta días haciendo algo especial por los demás, que demuestre nuestro arrepentimiento por todas nuestras ofensas a Dios, y que nos haga sentir que compartimos con Jesús esos cuarenta días en el Desierto. Un punto de inicio puede ser el planteamiento de estos propósitos, y a la vez el reconocimiento de aquellas tentaciones o aquella tentación que más nos esclaviza, y en la cual caemos frecuentemente; porque podemos tener la oportunidad y la bendición de experimentar la Victoria de Jesús sobre esa o esas tentaciones, siempre y cuando nuestra petición sea hecha con FE. Incluso podemos orar por aquellas personas que sufren fuertes tentaciones, en las que caen habitualmente, ya sea que los conozcamos (compañeros de clase, hermanos, papás, vecinos, amigos, etc.) o no los conozcamos (drogadictos, jugadores empedernidos, alcohólicos, etc.); y le podemos pedir a Dios que les conceda el milagro del arrepentimiento y la conversión; de esta manera, la cuaresma será mucho más fructífera. No desperdiciemos este tiempo que Dios nos otorga; ¡al contrario! demostrémosle cada día que como hijos suyos queremos compartir y aprender con Él sobre nuestras propias debilidades. Pidamos también la intercesión de la
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Virgen Santísima de Guadalupe, la Estrella del Mar, y de todos los Santos, para que no desfallezcamos en nuestro estudio, en nuestra oración, en nuestra asistencia constante a la Santa Misa, y en nuestra práctica diaria del Amor; de modo que nuestra FE en Jesús sea fortalecida y podamos emprender la misión que Dios nos ha encargado este año. 6.- REFLEXIONANDO CON LA GRAN CRUZADA: CM 26c Al término de Mi retiro, Satanás tuvo el permiso de tentarme y comenzó, como ya saben, cavilando en torno a Mi hambre. Las piedras podían convertirse en pan, pero la Palabra de Mi Padre era no tocar alimento. Por eso hablé al tentador como se merecía. Satanás debía rendir cuentas de su pecado, por el cual cayó. Y su pecado fue precisamente combatir no sólo la Divinidad de Mi Padre, sino también negar que un día el Hijo pudiese asumir la naturaleza humana. Estas fueron las causas de la caída de Satanás. No quiso aceptar ser menos que un hombre. La Palabra de Dios lo irritó y lo puso furioso. De modo que, cuando le respondí que se puede vivir no sólo de pan, sino de toda Palabra que viene de Dios, le reproché también su inicial rebelión a la Palabra de Dios. Pero el mezquino volvió a la carga y Me propuso arrojarme de lo alto del Templo. ¿Debía Yo mostrarle Mi Poder? No, tanto más que cuando debía ser expulsado del Paraíso, trató de cambiar su miseria, pidiendo el poder ofrecer su fuerza y su inteligencia para inducir a los hombres a adorarme cuando Yo llegase a la tierra. Él, miserable y malvado, Me tentó a Mí, su Dios, ofreciéndome sus bajos servicios. Pero le respondí en el desierto: “¡No tentarás al Señor tu Dios!”
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7.- ACTIVIDADES: 7.1.- Actividades para niños de 1er grado (niños entre 5 y 7 años). 7.1.1.- Colorea el siguiente gráfico del Evangelio.
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7.1.2.- Responde a las siguientes preguntas acerca del Evangelio. Encontrarás las respuestas en los gráficos que están al lado derecho.
7.1.3.- Ya empezó la cuaresma, por eso presentamos un propósito para esta semana. Luego te invitamos a decir la oración con todos tus amiguitos.
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7.2.- Actividades para grupo de 3er. año (niños de entre 8 y 10 años de edad). 7.2.1.- Encierra en un círculo la respuesta correcta.
7.2.2.- Descubre la frase que se relaciona con el Evangelio, escribiendo las letras en las casillas según el número que les corresponda. Te damos ejemplos.
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7.2.3.- Responde las preguntas, completando las vocales que faltan.
7.2.4.- Elige un propósito para cada día de la semana, en este tiempo de cuaresma.
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7.3.- Actividades para el grupo de 5° año (niños de entre 10 y 12 años de edad). 7.3.1.- Resuelve el siguiente crucigrama.
7.3.2.- Encuentra las siguientes palabras en la sopa de letras.
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7.3.3.- Toda palabra tiene un significado o definición. Une con una flecha cada palabra de la izquierda con el significado o la definición que le corresponde a la derecha.
7.3.4.- Elige un propósito para cada día y prepárate en este tiempo de Cuaresma. Pueden seleccionarse 5 compromisos por semana, y evaluar su cumplimiento en la próxima reunión de la casita (como hacen en las “Casitas de Oración” de los adultos), antes de elegir otros compromisos para la semana siguiente.
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