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Celulitis, Flacidez y Adiposidad Localizada. Causas y Tratamiento.
La celulitis es una característica altamente prevalente en la mujer, presentándose en el 85 al 98% de las mujeres postpuberales. La flacidez y la grasa localizada son características que van ligadas a la celulits, con un enfrentamiento común, por lo que se abordarán en conjunto. Dada la alta prevalencia, no hablaremos de la celulitis o de la grasa localizada en hipogastrio (bajo vientre) y muslos como algo anormal, todo lo contrario, lo esperable es que toda mujer tenga celulitis y adiposidad localizada en algún grado. Nos referiremos en cambio a “condiciones de la mujer con un resultado estético desfavorable”. La celulitis es un trastorno de la arquitectura del tejido adiposo humano. Se caracteriza por una apariencia de depresiones u nódulos en la piel de la zona comprometida. Pese a todos los estudios realizados sobre el tema, el conocimiento fundamental de su fisiopatología aún falta, y su tratamiento permanece esquivo. El término “celulitis” se acuñó por primera vez en la literatura francesa hace más de 150 años. Fue ampliamente retratada por los artistas del siglo XVII.
La grasa tiende a localizarse en la mujer en la zona subcutánea a nivel del hipogastrio y cara posterolateral de los muslos, debido a la acción de los estrógenos. Los ácidos grasos de las comidas se depositan fácilmente en estas zonas, como también los ácidos grasos formados tras la ingestión de carbohidratos en cantidades abundantes. Sin embargo, esta grasa tiende a permanecer en estos lugares, debido a que los estímulos hormonales del ejercicio que normalmente remueven grasa del tejido adiposo para emplearla como fuente energética, no tienen efecto significativo a este nivel. Es precisamente esta grasa la que se encuentra vinculada al desarrollo de celulitis.
Celulitis no es sinónimo de obesidad, ya que la celulitis también se presenta en mujeres delgadas, y sólo vinculada a la grasa localizada en las zonas descritas, donde existen cambios ultraestructurales, inflamatorios, histoquímicos, morfológicos y bioquímicos que dan por resultado una visión externa cutánea como de piel de naranja. Dado que no hay mortalidad asociada, es difícil clasificarla como una patología , pese al malestar que pueda causar en muchas mujeres.
Causas de la celulitis 1.-‐ Género: La celulitis en sus patrones clásicos afecta sólo a mujeres. 2.-‐Etnia: Mujeres blancas tienden a tener más celulitis que las asiáticas. 3.-‐Dieta: Dietas ricas en carbohidratos y grasas saturadas tienden a depositar grasa preferentemente en las zonas vinculadas a la celulitis, agravando el cuadro. 4.-‐Estilo de vida sedentario: Largos períodos sentado o de pie promueven mayor estasia sanguínea produciendo alteraciones de la microcirculación, promoviendo la retención de líquido a nivel subcutáneo, empeorando la celulitis. 5.-‐ Embarazo: Se asocia al aumento de algunas hormonas como prolactina e insulina, y a un aumento global de los líquidos corporales. Ambos fenómenos aumentan la celulitis debido a una mayor lipogénesis y a mayor retención de líquido.
Fisiopatología de la celulitis
1.-‐ Presencia de dermis de menor grosor (flacidez): Es una condición asociada tanto a la celulitis como a las estrías. Mientras en la celulitis existe tracción perpendicular de la piel por los septums ligamentosos del tejido celular subcutáneo, en las estrías existe tracción horizontal, produciendo lesiones de la red de colágeno en algunos puntos por sobredistensión, que se observan como marcas longitudinales rojas en un comienzo y blancoplateadas una vez resuelta la inflamación. Por lo tanto es muy probable encontrar estrías en una mujer que presente celulitis en forma importante. En las siguientes imágenes se observan estrías en fase roja (agudas) y en fase blanca (crónicas).
2.-‐ Presencia de septums ligamentosos subcutáneos orientados perpendicularmente a la piel: En los hombres y en mujeres sin celulitis, los septums subcutáneos tienden a adherirse a la dermis en forma oblicua, produciendo una menor tracción de la piel, mientras que en las mujeres con celulitis, los septums ligamentosos se disponen de forma vertical, traccionando la piel formando las depresiones típicas de la celulitis. En la figura se muestran imágenes de resonancia nuclear magnética de la piel y del tejido celular subcutáneo del muslo. Dermis y epidermis se observan oscuras a la derecha y bajo la dermis se observan los septums de tejido fibroso; A y B pertenecen a individuos sin celulitis, con un trabeculado de septums más denso y oblícuo, observándose además un menor grosor de la grasa subcutánea. C y D pertenecen a mujeres con celulitis, observándose un trabeculado de septums fibrosos menor y con una disposición perpendicular a la piel, además de un panículo adiposo mayor.
3.-‐ Aumento de la grasa subcutánea en las zonas propensas a celulitis: Existe en estas zonas una grasa superficial, muy ligada a los estrógenos, de fácil formación y difícil retiro, que ya se ha discutido ampliamente. Un aumento del grosor de esta grasa, junto con las condiciones previas descritas, favorecen la protrusión del tejido subcutáneo en la dermis en forma de indentaciones, de modo que por una parte va a estar traccionada por los septums y por otro empujada por la grasa subcutánea, formando los montes y valles característicos en la superficie de la piel. En la figura se muestra una resonancia nuclear magnética con una sección de piel y de tejido celular subcutáneo de la zona del muslo de una mujer con celulitis. La epidermis y la dermis se observan oscuras, mientras que el tejido celular subcutáneo se observa claro. Se puede identificar los septums fibrosos, con la presencia de un septum horizontal indicada con 2 flechas (Fascia de Camper), que define una zona de grasa más superficial (la grasa relacionada con la celulitis y una grasa más profunda). La dermis se observa con el aspecto de un serrucho producto de las múltiples indentaciones de la grasa subcutánea en ella. Se observan los septums verticales, traccionando la piel.
4.-‐ Alteración de la microvasculartura subcutánea y dérmica: Aparentemente existiría una alteración de los pequeños vasos sanguíneos a nivel de la unión dérmicosubcutánea, con la consecuente retención de líquido a nivel intersticial. Esto, junto al depósito de glicosaminoglicanos a este nivel, llevaría a edema, con la consecuente compresión de vasos sanguíneos, hipoxia y microhemorragias, que estarían relacionadas con los fenómenos atróficos y nodulares en el tejido celular subcutáneo.
5.-‐ Fenómenos inflamatorios: Basado en la sensibilidad dolorosa de las zonas de celulitis, se ha hecho la hipótesis de la ocurrencia de fenómenos inflamatorios asociados, que estarían relacionados con la atrofia dérmica.
Clasificación de la celulitis
Clásicamente, de acuerdo a Nürnberberg y Müller, la celulitis se ha clasificado en 3 estadios: -‐Celulitis grado 1: Sólo presente al pellizcar una sección de piel. -‐ Celulitis grado 2: Presente al estar de pie, pero desaparece al acostarse. -‐Celulitis grado 3: Presente también al estar acostada en posición supina (de espalda). La pintura al inicio se muestra a una mujer con celulitis grado 3. Esta clasificación, si bien ampliamente difundida, ha sido encontrada imprecisa por algunos autores, al no segmentar bien los distintos grados de severidad de la celulitis. En base a eso, han planteado una nueva clasificación fotográfica, recientemente validada, que es la con la que vamos a trabajar. Si observamos en la figura a continuación, existen 3 pacientes, clasificadas como grado 2 según la clasificación clásica. Sin embargo observamos notables diferencias (leve, moderada y severa), que son abordadas por la nueva clasificación propuesta.
Escala Fotonumérica para la Medición de la Severidad de la Celulitis: La escala que se presenta a continuación evalúa 5 aspectos: Número de depresiones evidentes, profundidad de las depresiones, apariencia morfológica de las lesiones, grado de flacidez, clasificación clásica de Nürnberberg y Müller. A cada uno de estos aspectos se le otorga un puntaje, siendo éste 0 cuando la condición es de absoluta normalidad, estando ausente el rasgo buscado, y 3 cuando lo que se evalúa está presente en forma severa. El puntaje total se obtiene sumando todos los puntos obtenidos. Entre 1 y 5, hablamos de celulitis leve; entre 6 y 10, celulitis moderada; entre 11 y 15, celulitis severa.
Si bien la evaluación es cualitativa y subjetiva, esta tabla fue recientemente validada al ser aplicada en forma experimental por un grupo de expertos, no existiendo diferencias significativas entre el puntaje final asignado por cada uno de ellos.
Tratamiento de la Celulitis, flacidez y adiposidad localizada:
Dado que la celulitis es una condición inherente a la mujer, no existen a la fecha tratamientos definitivos, ni que mejoren substancialmente esta condición. Si bien existe mucha investigación al respecto, los estudios en general están pobremente diseñados, no permitiendo obtener información definitiva con respecto a la mejor alternativa de tratamiento. Considerando la naturaleza multifactorial de la celulitis, lo más lógico parece ser atacarla por todos sus flancos, en una estrategia permanente, con énfasis en la prevención de la recurrencia, modificando los hábitos de vida. Si bien se ha invertido mucho dinero en desarrollar diversas cremas, muchas de las cuales aseguran erradicar la celulitis, los estudios muestran que su aplicación en forma aislada cuando mucho obtienen resultados discretos, dándole importancia a un enfoque terapéutico que incluya masoterapia (masaje reductivo y linfático) y fisioterapia (ultrasonido, masaje con vacío, radiofrecuencia, luz infraroja de baja intensidad, crioterapia, etc). A continuación se hace un análisis crítico de los tratamientos disponibles, y los resultados esperables de acuerdo a la evidencia científica disponible. 1.-‐ Tratamiento de la obesidad: La baja de peso tiene efectos variables sobre la celulitis, a veces mejorándola, a veces empeorándola. Las pacientes que más se benefician de la baja de peso son las con sobrepeso u obesas, y grados mayores de celulitis. En pacientes delgadas, la baja de peso puede tener un efecto paradojal, al aumentar la complacencia (distensibilidad) de la piel, favoreciendo el empeoramiento de la celulitis. 2.-‐ Sistemas de masaje (endermologie, plissagge, vaccum massagge, etc): Son masajes efectuados mediante dispositivos que producen succión de la piel (plissage, vaccum massagge), o que la amasan a través de unos rodillos (endermologie). Pueden venir solos, o con un rodillo de masaje (endermologie) Pueden venir con con radiofrecuencia monopolar incorporada (velasmooth) o con ultrasonido incorporado (generalmente ultracavitación). Su funcionamiento se postula en base a la premisa de la existencia de edema linfático en las zonas comprometidas. Los dispositivos pretenden mejorar la circulación, drenar el edema retenido y la grasa atrapada en esta zona. Se puede considerar una mezcla de masaje reductivo y drenaje linfático integrado.
Los resultados han sido discretos en los estudios realizados, si bien se estudiaron tratamientos cortos de 10 minutos por pocas sesiones. En tratamientos prolongados de 45 minutos, en forma bisemanal, tras alrededor de 14 sesiones, se han obtenido resultados más importantes, si bien los efectos no han sido duraderos. Es interesante lo que se ha obtenido con estos dispositivos, dado que hacen lo que se puede hacer manualmente a través de masajes reductivos y drenaje linfático manual. 3.-‐ Liposucción: La liposucción es un tratamiento quirúrgico que busca retirar por medio de aspiración a través de una cánula el tejido adiposo localizado. Útil en grasa localizada, pero ha sido sido decepcionante en el tratamiento de la celulitis, dado que es la grasa muy superficial la vinculada a la celulitis, y ésta es ricamente irrigada, por lo que su tratamiento puede comprometer la vasculatura de la piel llevando a necrosis (muerte de tejido). Se ha reportado también empeoramiento de la celulitis en liposucción con fines reductivos, esto parece ser por un mecanismo similar a la baja de peso en mujeres delgadas con celulitis ya descrito. 4.-‐ Lipoescultura ultrasónica: El ultrasonido es una onda acústica de alta frecuencia, no audible para el oído humano, que al ser aplicado sobre el tejido adiposo produce compresión y descompresión brusca de los adipocitos. Estas células toleran muy bien la compresión, no así la descompresión brusca que los revienta, liberando la grasa en su interior. Existen básicamente 3 frecuencias usadas en estética: 3 MHz (de acción más superficial), 1 MHz ( de acción más profunda) y 40 KHz, llamada también ultracavitación (de acción muy profunda). Para la celulitis, dado que la grasa involucrada es la más superficial, la frecuencia más usada es la de 3 MHz. Las otras frecuencias se emplean para tratar grasa localizada con panículos adiposos más importantes, principalmente en la zona abdominal. Las frecuencias más bajas se ocupan también a baja intensidad para producir sonoforesis, es decir empujar principios activos de las cremas a través de la piel (recordando lo difícil que les resulta a algunas substancias el paso a través de la epidermis).
El ultrasonido ha resultado ser una técnica efectiva y mucho más segura que la liposucción, dado que actúa selectivamente sobre los adipocitos, respetando la vasculatura. Es importante eso si la correcta selección de la frecuencia, dependiendo de la profundidad a la cual se pretenda trabajar. En la imagen, dispositivo de ultrasonido MHz portátil.
5.-‐ Subcición: Es un procedimiento invasivo que consiste en la eliminación de los septums fibrosos que traccionan la piel. Aparentemente útil, faltan estudios objetivos y a largo plazo que demuestren su utilidad y seguridad. Existe el riesgo teórico de desestabilizar la unión de la dermis y el celular subcutáneo con este procedimiento. 6.-‐ Mesoterapia: Consiste en la aplicación de inyecciones subcutáneas con substancias farmacológicas que activan la lipólisis (liberación de grasas del adipocito), como aminofilina o cafeína, además de fitofármacos, vitaminas y minerales. La mesoterapia sola ha demostrado resultados variables, y dado que se inyecta la piel, existe la posibilidad de reacciones adversas como infecciones.
7.-‐ Luz roja de baja intensidad: Se ha experimentado con luz roja laser y no laser, de baja intensidad. Se han visto resultados importantes al mezclar fármacos tópicos en gel que producen lipólisis, pero no sólo con luz. Aparentemente la luz roja produciría una apertura parcial en las membranas plasmáticas de los adipocitos que liberarían la grasa contenido en ellos. No está claro aún el motivo de la sinergia con las drogas lipolíticas, que aparentemente serían coadyudantes en el proceso de liberación de grasas. 8.-‐ Radiofrecuencia: Los equipos de radiofrecuencia emplean corriente eléctrica de alta frecuencia, que al ser aplicadas sobre el cuerpo, generan calor local, al encontrar resistencia al paso de la corriente, impuesta por el tejido abordado. Básicamente se dividen en radiofrecuencia monopolar donde por un lado se aplica corriente a través de un cabezal del equipo, y ésta sale a través de un parche de vuelta a la máquina, cerrando el circuito; y radiofrecuencia bipolar, donde la corriente circula entre 2 electrodos dispuestos en el cabezal de tratamiento.
En la figura se presenta el esquema de un sistema quirúrgico (electrobisturí) con radiofrecuencia monopolar a la izquierda y bipolar a la derecha. La diferencia entre un electrobisturí y un dispositivo para tratamiento estético es la potencia y la concentración de la carga en el electrodo, cuyo objetivo en el electrobisturí es electrocoagular, y no simplemente producir calor como en el dispositivo de uso estético. La corriente de radiofrecuencia es segura, salvo que la persona tenga artefactos eléctricos instalados como marcapasos, que podrían alterar su funcionamiento, o prótesis u otro artículo metálico, por donde la corriente podría buscar salida. Los principales problemas que pueden presentarse son quemaduras, que en general son superficiales y se resuelven sin cicatriz, y cicatrices, cuando se aplica mucha intensidad en zonas de piel delicada (muy raro que ocurran). La radiofrecuencia monopolar tiene la ventaja de penetrar más profundamente, la bipolar de ser más localizada y predecible.
En la figura a la izquierda se observa el campo de acción de la radiofrecuencia monopolar, de alrededor de 20 mm. A la derecha, la radiofrecuencia bipolar, con una penetración equivalente a la mitad de la distancia entre ambos electrodos.
El principal mecanismo de acción es la generación de calor local, que se ve exacerbada cuando se aplica en conjunto con luz infrarroja. Con esto se logra la activación de los fibroblastos a través de la vía del shock térmico (los fibroblastos reaccionan al calor como lo harían frente a una quemadura, generando colágeno). Esto es útil en la celulitis, ya que uno de los componentes de ésta es la flacidez de la piel. Pero además, la aplicación de calor local a la grasa, aceleraría el metabolismo de los adipocitos, y vasodilaría vasos locales, para la remoción de grasa y líquido retenido. En la imagen se observa un equipo de RF bipolar.
Se han logrado buenos resultados con radiofrecuencia, especialmente cuando el tratamiento es integrado con dispositivos de vacío (Velasmooth), o luz roja de baja intensidad (laser y no laser). En la imagen se observa el equipo Velasmooth.
9.-‐ Liposucción laser-‐asistida: Consiste en la destrucción de la grasa por medio de laser. Útil en adiposidades localizadas pequeñas. Para zonas más amplias se requiere mayor investigación. 10.-‐ Agentes farmacológicos: Los derivados de la vitamina A., como el retinol o ácido retinoico han demostrado servir, dado que aumentan la síntesis de colágeno, mejorando la calidad de la dermis, de los septums, y delineando mejor las fibras elásticas. Existe controversia con los otros productos, de los cuales sólo la aminofilina se ha evaluado específicamente, dando resultados al ser empleada con luz roja. Si bien existe un sinnúmero de cremas, ninguna ha demostrado servir para algo, cuando ha sido evaluada como monoterapia. 11.-‐ Carboxiterapia: Consiste en la aplicación de dióxido de carbono localmente en la grasa. Esto produce vasodilatación local, acelerando el metabolismo de la grasa. Podría tener resultados, aunque faltan estudios al respecto. 12.-‐ Criolipólisis Selectiva: Es conocido el hecho de que el tejido adiposo es más sensible al frío que otros tejidos, entrando aparentemente en proceso de apoptosis (muerte celular programada) cuando es expuesto a bajas temperaturas, sobre cero. Se han obtenido resultados interesantes en animales de laboratorio, y recientemente en humanos, aunque aún falta investigación al respecto.
Conclusiones
La celulitis persiste siendo un problema importante entre las mujeres postpuberales. Si bien se ha estudiado mucho, aún sus causas exactas permanecen siendo un misterio. Las terapias han sido algo decepcionantes, en el sentido que tienen pobre impacto y no duradero. La estrategia más lógica, a través de la cual se han obtenido los mejores resultados, es la aplicación de múltiples líneas de tratamiento, de modo de abordar el problema en forma multifactorial, tal como es su naturaleza. Ninguna crema ha demostrado algún resultado cuando se aplica como monoterapia y los resultados de masajes y cremas solos, sin la incorporación de fisioterapia, son discretos, en el mejor de los casos. Tal vez lo mejor es entender que la celulitis es una condición que acompañará a la mujer durante toda su vida, y que los esfuerzos deben ir en lograr hábitos de vida adecuados, junto con un régimen permanente de terapia estética multidisciplinaria, que incluya en forma balanceada masajes con cremas y la aplicación de dispositivos de fisioterapia adecuados para cada caso.