Cielo-leaks Julieta Fierro Pensemos en un atardecer espectacular; de esos con un paisaje marino, mientras se pinta el cielo de colores y el sol naranja se sumerge con lentitud, cuando nos asombra el tono rosado con que se tiñen las nubes. Pues es justamente en esas nubes rositas es donde tiene su oficina la virgen María. Al principio era un sitio pequeño, en concordancia con el número de humanos de la época, tan sólo unos cuantos ángeles revoloteaban por allí entregando con puntualidad sus reportes y ejecutando distintos tipos de mercedes y oraciones. Ahora su oficina se volvió inmensa y el número de asistentes asciende a miles; los miembros de la corte celestial asignados a su departamento son innumerables y los ángeles han ido depurando el oficio conforme transcurren los siglos, para que existan todo tipo de especializaciones, contando además de las clásicas nueve jerarquías nombradas en estricto orden alfabético: ángel, arcángel, dominación, potestad, principado, querubín, serafín, trono y virtud, algunas novedades que incluyen rangos modernos como son el tecno-arcángel, el jet-ángel y la súper-dominación. En la actualidad, el centro de operaciones es una inmensa morada, con todo y cuarto de planeación estratégica, donde se proyectan en pantallas gigantes y en tiempo real, el sufrimiento humano en todo el orbe, el número de solicitudes de intercepción por comunidad y la cantidad de milagros concedidos por densidad de población. María está tan atareada, que no ha tenido tiempo de planear bien una solicitud personal al creador, en la que ha meditado por largo rato. El tiempo se le va en considerar con atención cuales males debe aliviar, por quienes ha de interceder y cuantos milagros debe conceder a fin de mantener el delicado equilibrio entre la gratitud y la esperanza, en una humanidad que si no cree, al menos pueda mantener la fe, sin que aumente demasiado el número de calamidades. Cuando la virgen llegó al cielo (asunta entre ángeles y nubecillas) se quedó deslumbrada y tuvo que dedicar gran parte de su tiempo a aprender el protocolo de la corte celestial ¡Sí a María Antonieta le costó trabajo acoplarse a Versalles y a su tímido marido, es de imaginar que la adaptación de quien sería mil quinientos años más tarde y en una de sus muchas advocaciones* nuestra tan querida guadalupana, debe haber sido toda una proeza! Conforme se fue habituando, se dio cuenta que algunas labores no le gustaban mucho que digamos: estar expuesta con halo y resplandor, haciendo equilibrio sobre la luna creciente, para dar la bienvenida a las almas de reciente ingreso era agotador; en esos casos desesperados –y luego de siglos y siglos de práctica- optó por vestirse de Ampona, así la magnitud del vestido permitía que se sentara, ocultando el banquito y dando la impresión que seguía de pie –cosa de mantener las formalidades y hacer caso a las representaciones que el mundo cristiano le atribuía. En los primeros tiempos cuando el catolicismo estaba apenas estrenado, llegaban pocos fieles al cielo. La mayor parte de las almas todavía tendrían que purgar sus culpas en un

sitio aparte y había miles de otras que estaban en lista de espera. El motivo es que los padres de la iglesia seguían debatiendo sobre temas tan importantes como los dogmas de Fe y los evangelios a incluir, sin siquiera soñar en los problemas de determinar si los cromañones tenían alma equivalente a la de los homo sapiens sapiens, o si Lucy -siendo anterior a una de las seis evas de las que heredamos las mitocondrias todos los humanos-, tendría un puesto singular entre las nubes, con sus respectivos serafines: ángeles cantores. El firmamento es vasto, suficiente para albergar cómodamente las 8 000 000 000 millones de almas que hemos encarnado sobre la tierra, pero nuestro ingreso no necesariamente será a la primera, si es que no nos vamos al infierno, que sería otra historia. Lo que sucede es que desde que desapareció el limbo, las colas del purgatorio, y sobre todo ante la puerta donde está ubicada la recepción que preside San Pedro, son muy largas. No es que se trate mal a las almas, mientras esperan se ejercitan en depuración y toman ficha, así ingresan en riguroso orden, al menos que se trate de alguien tan virtuoso como el padre Maciel, que con el apoyo institucional del clero, asegura que se confesó, arrepintió (in articulo mortis) y recibió los santos óleos antes de pasar a una mejor vida. Las filas son largas también porque hay rezago en la cuestión de las indulgencias. Personas de buena fe compraron su perdón a plazos al inicio del renacimiento, firmadas de puño y letra del mismísimo representante de dios en la tierra y desde el punto de vista estrictamente jurídico, tendrían la vida celestial garantizada después de la muerte. Esto se había complicado cuando los jefes de la iglesia en la segunda mitad del siglo XX ofrecieron indulgencias plenarias a determinada persona y su familia. Si estas indulgencias tuviesen aplicación retroactiva, cuestión que se comprende, si por ejemplo se toma en cuenta que en muchas familias mexicanas, tenemos una cabecita blanca, dulce, cariñosa, abnegada, consentidora, sufridora, que cargó sin chistar con su cruz, que merece este tipo de distinción. Esta retroactividad significaría que si el Papa entregó indulgencias plenarias a familias de los seis tipos de mitocondrias que compartimos todos los humanos, que se heredan por línea materna, casi todos los sapiens sapiens gozaríamos de las indulgencias, incluido el tan sonado “mocha orejas”. Poner en duda la infalibilidad papal no es cuestión que se debe tomar a la ligera… En su advocación como la Virgen del Rosario, tan popular en España, María había decidido estudiar. Además de aprenderse todos los nombres y grados de las huestes celestiales, quiso dominar a razón de al menos uno por año los idiomas de los terrícolas, ya que aun con buenos intérpretes celestiales, era difícil comprender los matices de las solicitudes en las diversas lenguas y sus regionalismos. Por ejemplo en España se dice: “pequé”, en cambio en México es más usual algo como: “diosito me puso la tentación en el camino y pues, es que, me di un permisito…”. Aprovechó también para aprender de la cultura y creaciones de los distintos pueblos y se sorprendió de lo exaltado de la música compuesta en su honor: salmos, misas, cantatas que la movían hasta las lágrimas. Como cualquier persona sabia y con el poder de su título de Virgen del Socorro tenía siempre a su lado un ángel de la guarda dedicado a amonestarla, y en particular en cuestiones musicales le recordaba como, en ciertas épocas sólo era válido componer y por analogía pintar temas religiosos; ese comentario oportuno, no mermó su creciente gusto musical, pero explicó las innumerables maneras en que debía ajuarearse en diversas ocasiones.

Cabe mencionar que nuestra tan querida guadalupana, vestida de estrellas y posiblemente encinta, no es muy afecta a los cohetes que truenan el día de su cumpleaños, aunque no le molestan ni los danzantes ni las mañanitas. Como virgen de Fátima decidió probar los manjares de las regiones del planeta donde habitan los hablantes de la lengua motivo de sus estudios, y ¡ahora le encantan los tamales de chipilín! La hora de la comida suele ser de las más dichosas, pues siendo pocos los moradores celestiales que tienen cuerpo y alma, disfruta de la degustación de los manjares internacionales en compañía de su hijo (ambos llegaron al cielo sin dejar rastros de su existencia corpórea, al ascender, uno para estar al lado de su padre y ser asunta la otra). De vez en cuando la virgen de la Soledad prepara los alimentos, pues a Jesús como a cualquier hijo, le gusta la comida de su mamá. (Cabe notar que no entendí bien si Jesús está o no con cuerpo, le dejo esas minucias y otras, referidas a la trilogía a los doctos en materia.) La virgen se ha acercado con frecuencia al magnífico corporativo del hacedor por excelencia; pero luego de meditarlo bien, siempre se ha retirado con la discreción que la caracteriza. En este momento diosito está trabajando en crear los universos paralelos. Resulta que los humanos ya están por descubrir como conectarse con los cosmos ya creados gracias al nuevo acelerador de partículas europeo. ¡No es que le falte creatividad al hacedor de todas las cosas!, más bien está engolosinado con la infinidad de posibilidades de los universos bebés, en este momento está trabajando con uno de 17 dimensiones - y ya fue un reto enorme ocuparse del nuestro, que exclusivamente tiene 11, aunque hace apenas unos años nos dimos cuenta, pues 7 están plegadas sobre sí mismas. Dado que dios es tan creativo a María también se le antojó experimentar. Sobre todo cuando su oficina se computarizó y tomó un curso dinámico de psicología neurolingüística. Hasta donde entendió esta disciplina argumenta que nuestras creencias son ideas, muy arraigadas, que tomamos como verdades, pero siendo ideas, pueden cambiar. Por ejemplo, el enfadoso asunto de que las mujeres deben llegar vírgenes al matrimonio se podría sustituir por reglas sociales en las cuales los hombres son los que deben llegar en ese estado al lecho nupcial; y de no hacerlo, no sólo no se podrán casar de traje de gala, sino que se convertirían en una desgracia para sus familias y serán víctimas de terribles chismes, que como sabemos van empeorando conforme pasan de boca en boca y más en estas épocas del Twitter. En cambio las mujeres por más zangolotinas que fueran nunca estarían en boca de nadie, más bien serían admiradas por sus deslices y aventurillas**. El asunto más delicado que María desea tratar con su amor es muy personal, e incluye el de las monjitas. Todos sabemos que al morir las cientos de miles de religiosas remontaron su vínculo matrimonial con el señor. Muchas vetustas novicias, a pesar de dejar en contrición este mundo de lágrimas, luego de entregar su vida a las obras puras y de sacrificio, forman parte de tres serrallos celestiales (por aquello del Tres en Uno de la S. Trinidad); el más popular corresponde al superestrella Jesús, al que siempre vieron de frente con el cuerpo expuesto salvo por un discreto paño para ocultar sus “vergüenzas”. Ahora resulta que un grupo importante de monjitas quiere conocer de cerca a la

advocación alada de la trinidad... Hay problemas de celos terribles entre ellas. Algunas proponen ir renovando sus votos de una en una, por estricto orden de antigüedad y con puntos extras si son santas. Al fin dado que vivirán por una eternidad, cuando se cansen pueden instituir una muerte bis, que les permita romper el vínculo y dedicarse a una de tantas actividades que requiere el eficiente funcionamiento de la gloria celestial.*** Pero, vayamos por fin al asunto personal que tratar con el hacedor supremo y que tiene tan inquieta a la virgencita. Lo que quiere María con toda el alma es casarse con su amor, diosito, ya llevan demasiado tiempo viviendo en la ilegalidad. José, que era mucho, pero mucho menos atractivo que el señor, le fue impuesto durante aquel aprieto en Israel; eso de ser madre soltera no la tuvo muy feliz, a pesar de que se esforzó a aceptar que la casaran después de la sorpresiva anunciación de Gabriel en la que la “llenó del Espíritu Santo”. La verdad, la verdad, el galán no fue de su elección. María quiere ponerse un vestido de novia, como el que portará Catherine, en lo que será la boda del siglo en la tierra. Ya mandó al espía-ángel a buscar información de primera mano entre los modistas de todas las galaxias, para que pueda lucir a la altura de lo que será ser una primera dama entre todas las mujeres. Por fortuna nuestra eficiente protagonista está trillones de años luz más cerca del creador, que nuestra tan fotografiada Martita, además es muy cuidadosa y no se dejaría sorprender besando a su amor frente al símbolo del poder celestial; así, confiamos que logrará su deseo, es cosa de echarle ganas. *Otra ardua labor de María fue adaptarse a vivir bajo todas sus advocaciones y títulos, que a la fecha son 178, con nombres tan variados como: Virgencita, Virgen del Cerro, Akita, de Lourdes, de la Paz, de la Eucaristía, del Carmen, de la Medalla Milagrosa, Czestochowa, Loreto, Tres veces admirable, Copacabana, Knock, Pompeya, Zeitún. **La vida de un joven casadero será más o menos como sigue. Durante el noviazgo la familia del galán procurará que siempre lo acompañe su hermanito, no sólo para que cuide al mayor, sino para que aprenda cómo se debe uno comportar según las reglas de la vida decente moderna. Lo único permitido en cuestión de contacto físico es la famosa manita sudada. Tal vez, tal vez, si el hermanito se distrae, o lo mandan por los chocolates, un beso furtivo sería apropiado. El joven debe cuidar de su flauta mágica como el máximo tesoro, que sólo se puede estrenar con quien compartirá su existencia hasta que la muerte los separe. Como el lector esperará, la chava querrá ir a algún motel de paso. El joven se tiene que resistir ¿que tal si alguien los ve? aunque se agache bajo el tablero para esconderse, al aproximarse al hotel, lo podrían reconocer o sospechar que allí va, por el modelo, color y placas del coche y su reputación quedaría mancillada. Si hubiese fruto de semejante impureza los padres del novio se ocuparán sin chistar de su salud física y mental, protección, alimentación, abrigo y educación hasta el postdoctorado. Cabe notar que para efectos de transparencia todas las ventas de condones, viagra y pastillas estimulantes aparecerán en Internet con la credencial de elector escaneada como registro del comprador y se podrán conocer sus amigos y parientes hombres gracias a su Face.

El día previo a la boda, el cuasi consorte acudirá a una estética para que le retiren los callos de manos y pies, le lijen las uñas y le hagan un corte de moda. Además se someterá a un depilado a base de cera caliente de vello de bigote y barba y el de la línea de la tanga, con posterior aplicación de facial de plátano macho, palo loco y quiote de maguey, con el exclusivo propósito de lograr que su piel quede cual nalga de princesa. Llegada la tarde, el padre le explicará a su hijo atesorado los hechos de la vida, señalándole que es su deber complacer en todo a su mujer, ser discreto, siempre dispuesto, cariñoso y dejarse, aunque no le guste o le duela. Esa noche, el novio dormirá con una mascarilla de aguacate y menta en la cara, unas rebanadas de pepinos con manzanilla sobre los ojos, una masa dental untada generosamente sobre los dientes para brindarles brillo y blancura, unas toallitas que combaten las bacterias en las axilas, una crema buenísima garantizada para reducir esas pequeñas lonjas en una sola aplicación, confeccionada con baba de nopal, aceite de erizo y tallo de bambú recién brotado, todo natural, una pulserita de la buena suerte y unos calcetines rellenos de plomada para ir moldeando sus muslos aunque esté dormido. Su pensamiento deberá transitar en todo momento, en el arte de suspirar por la novia y el de las miradas de amor, mientras ella disfruta la enésima despedida de soltera con sus amigas, que durará toda la noche. Es importante señalar que si al día siguiente la mujer de su vida se ve un poco cansada y ojerosa nadie lo notará, pues quien estará enfocado en la mirada de todos será el novio. Ya en la boda, el apuesto joven no podrá vestirse de traje si no es virgen. Como es bien sabido en los pueblos, colonias y ciudades todo se sabe. Es necesario señalar que ningún muchachón actual deberá comerse la torta antes del recreo. Si es de los vivales que se brincó este precepto moral, después del debido arrepentimiento, tendrá que enfrentar el ritual matrimonial muy derechito, tratando de disimular lo mejor posible su condición lasciva. En esas ocasiones se procurará que los chambelanes vistan de color blanco, para rodear al joven de un aureola de pureza. La noche de la boda, el novio ocupará el baño para darse los últimos retoques, es bueno que se tarde, ya que la novia lo esperará roncando en la cama para recuperarse aunque sea tantito de los excesos de los días anteriores. El joven deberá bañarse con esmero, sin omitir las orejas y con el cuidado aprendido tras años de aleccionamiento, de no tocarse sus partes más que lo mínimo necesario, los únicos manoseos permitidos son los que le ofrezca, cuando tenga ganas, su dulce pareja. Una vez seco, se pondrá un chon de preferencia blanco para remarcar su virtud, pero ligeramente revelador y su pijama de seda, o de perdis de imitación. La loción de su elección deberá contener endorfinas. Al llegar el momento del chaca chaca se someterá a la evaluación comparativa, que hará la consorte sobre el manejo de la recién estrenada varita de música. ***En los conventos de la Edad Media e inicios del renacimiento la competencia entre monjas para ser la más virtuosa eran a morir. Sobre todo cuando alguna estaba en éxtasis frente a las demás madres tan devotas ellas. Así que no faltaba la religiosa que acusara a su compañera de cualquier trivialidad ante la Santa Inquisición, lo que implicaba tortura y subsecuente muerte pública en la hoguera. Por cierto gracias a los magníficos archivos de los inquisidores, tenemos reportes fidedignos de la duración del éxtasis de las monjitas medido por médicos especializados en esos asuntos.