Cipriano Reyes. Sindicalismo y Peronismo, un vínculo conflictivo

Cipriano Reyes Sindicalismo y Peronismo, un vínculo conflictivo Por Sergio Fontana Introducción Cipriano Reyes fue un actor central del naciente movi

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Cipriano Reyes Sindicalismo y Peronismo, un vínculo conflictivo Por Sergio Fontana

Introducción Cipriano Reyes fue un actor central del naciente movimiento peronista. Formo parte de los primeros gremios que apoyaron la acción que desarrollaba Juan Perón desde la Secretaria de Trabajo y Previsión (STP). Fue uno de los promotores de la movilización popular del 17 de octubre de 1945. Posteriormente publicó un libro autobiográfico al que tituló “Yo hice el 17 de octubre”. Reyes, de familia circense, formado sindicalmente por un vecino anarquista, fue obrero del vidrio, portuario y de la carne, de simpatías ácratas primero y luego destacado dirigente del “sindicalismo revolucionario”. Trotamundos, poeta, diputado nacional en 1946, anticapitalista y profundamente antioligárquico, peronista primero y opositor al gobierno peronista luego, es un actor privilegiado de los primeros momentos del peronismo. Es esa encrucijada histórica la que queremos analizar. Así entendemos que cobran significado las biografías de los personajes históricos, en la coyuntura que les tocó vivir y protagonizar, más aun cuando dicha coyuntura implica un cambio revolucionario. Así lo entendió el mismo Cipriano Reyes que en su “Yo hice el 17 de octubre” dice: “tengo necesidad de seguir historiando este proceso político, económico y social que nos llevó al 17 de octubre, impulsados por una Nueva Conciencia Popular en Marcha; por todo ese hambre y sed de justicia que sentían los subestimados y sumergidos del país: por los que deseábamos producir el cambio en profundidad, de las estructuras económico sociales, con una revolución nacional y popular que nos colocara en el camino de un mundo mejor”i

Luego de aquel 17 de octubre los sindicatos van a conformar, junto a Cipriano Reyes y otros dirigentes sindicales como el telefónico Luis Gay, el Partido Laborista (PL). Dicho partido junto a un sector de la UCR (Junta Renovadora) y el Partido Independiente, van a impulsar, militar y llevar al triunfo la candidatura presidencial de Juan Perón en las elecciones de 1946.

Tras desaveniencias internas entre los tres sectores partidarios, en 1947 Perón busca homogeneizar la construcción política, resuelve la disolución del PL y decide fundar el Partido Único de la Revolución Nacional (PURN), rápidamente renombrado como Partido Peronista. A esta decisión se va a oponer Cipriano Reyes. Por otro lado, Perón va a remover de la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) a Luis Gay. Este último había ganado en la CGT frente a la lista promovida por Perón. Todavía hoy se discute sobre las motivaciones de este asunto, el hecho es que Gay tuvo una reunión con sindicalistas norteamericanos de la AFL- CIO, central obrera fuertemente penetrada por la central de inteligencia EEUU (CIA). Perón argumentó que esa fue la causa que lo motivó a promover su reemplazo. A partir de aquí se inicia el camino de Cipriano Reyes hacia la oposición política respecto al gobierno peronista, camino que lo llevará a la cárcel en 1948. Saldrá de prisión recién en 1955, luego del golpe de estado que en obliga a Perón a renunciar a su segundo mandato constitucional. Es de destacar que en 1957 reorganiza al P.L. y mantiene una posición contraria a la dictadura de Rojas y Aramburu y de reivindicación de la constitución peronista de 1949. Siguió al frente del P.L. hasta el día de su muerte el 1 de agosto del 2001, aunque no pudo volver a ganar ninguna elección.

Cipriano Reyes, del Anarquismo al Sindicalismo Revolucionario En 1918 el padre del fututo líder sindical se ve obligado a cerrar su pequeño circo y trasladarse con la familia a Mercedes, provincia de Buenos Aires. Cipriano Reyes, que había nacido en 1906, tuvo su primer trabajo como contorsionista en el circo. En Mercedes, el padre de Cipriano Reyes comienza a trabajar de comisionista y viaja frecuentemente a la Capital Federal hasta que decide probar suerte en la gran urbe y se instalan en una casa de la calle Loria 2267. Al mes, Cipriano, junto a dos de sus hermanos, comienza a trabajar en la fábrica de vidrio “La Asunción” Allí comienza con su militancia sindical de la mano de Juan, un obrero anarquista que lo invita a las reuniones sindicales. Previa autorización paterna, Cipriano Reyes empieza a concurrir al sindicato con su amigo ácrata. La relación que desarrollan es muy fraterna y de formación ideológica, política y sindical. Cipriano Reyes será testigo de la represión de

1919 a la huelga de los talleres metalúrgicos Vasena, ya que su amigo Juan sufrirá la represión en aquella “semana trágica” y se refugia de ella en la casa de los Reyes. Para 1919 hace tres años que gobierna Hipólito Yrigoyen. Si bien el gobierno radical mantiene el modelo agroexportador, intenta una política de “nacionalismo agrario” que se expresa en la creación de Y.P.F., la posición neutralista durante la primera guerra mundial y el apoyo al pueblo dominicano y nicaragüense frente a las agresiones imperialistas norteamericanas. Al mismo tiempo desarrolla una política laboral favorable a los trabajadores a través del auspicio de los primeros convenios colectivos de trabajo y el otorgamiento de las primeras jubilaciones a algunos gremios. Sin embargo esta política desata el accionar de la oposición oligárquica pro inglesa que producen, a través de la Liga Patriótica y el poder terrateniente, los sucesos de la “semana trágica”, “la Patagonia rebelde” y la represión en los quebrachales chaqueños. La inacción del gobierno en el primer caso, indulgencia en el segundo y la complicidad con la empresa “La Forestal” en el tercero, marcarán a Cipriano Reyes y lo llevarán a elaborar una mirada sumamente crítica sobre los primeros gobiernos de la U.C.R.

Cuando su padre, espíritu trabajador y andariego, decide mudar a la familia a Zarate, Cipriano se despide de Juan, de quien no tendrá más noticias, aunque sí un emotivo recuerdo. Es 1921 y hace un año gobierna Marcelo Torcuato de Alvear, un radical “galerita”. El radicalismo alvearista expresa al interior del radicalismo una corriente pro oligárquica, por eso los radicales de “boina blanca” lo denominaron como “galerita” y estos retrucaron acusando de “personalista” a Yrigoyen, argumentando su poco apego a las instituciones republicanas. La industria frigorífica de Zárate, dominada por capitales ingleses, será el lugar de laboreo del padre y el hijo. Cipriano se desempeñará como tripero en el frigorífico Anglo South American Argentina (Anglo). Describe el lugar como una prisión de trabajadores, sucio y con policía uniformada que tomaba el tiempo a los trabajadores cuando iban al baño. Muchos de los trabajadores de ese “gran monopolio industrial extranjero”, como llama Cipriano a los frigoríficos de Zarate, Campana y las Palmas, vivían en villas miserias que las empresas daban a sus trabajadores como “comodidad” De esa experiencia le quedara esta reflexión:

Todo eso me pareció infame y vejatorio para la dignidad humana. Sentí una profunda repulsión. Al ver que mis compañeros aceptaban con resignación el maltrato pensé que yo también debería acostumbrarme, tomándolo como una cosa natural de ese sistema de explotación colonialista. No llegué a acostumbrarme aunque sí a soportarlo.ii

Decide entonces con algunos de sus compañeros organizar el sindicato, lo que deben hacer de forma semiclandestina ya que los dueños del frigorífico contaban con informantes secretos que denunciaban y conseguían del gobierno de Alvear la represión de cualquier atisbo de organización obrera. Es en esta época que adscribe al “sindicalismo revolucionario”. Por esta militancia sindical es expulsado del frigorífico y debió trabajar de pescador “ya que le colocaron una cruz roja en su ficha de trabajo”. Pero pronto Cipriano se irá de trotamundos a compartir el mundo de los “crotos”. Es que su padre lo abofeteó por estar escuchando una conversación de mayores, lo que motivó la decisión de partir del hijo. Tenía 17 años. Sólo la madre lloró, el padre le dio permiso de irse y le recordó que si sufría hambre o le faltaba el trabajo podía volver a la casa familiar. En esa experiencia Cipriano parte a recorrer la zona maicera de la provincia de Buenos Aires y convive y aprende de los célebres crotos, trabajadores condenados a la semidesocupacion que vivían por los caminos y los rieles esperando emplearse en alguna cosecha. Producto social típico de un modelo agroexportador que necesita más vacas que personas. Comparte con ellos el trabajo, la vida errante, es contratado temporalmente por chacareros “gringos” y ve como estos también son explotados por la oligarquía terrateniente y latifundista. Esta experiencia errante dura dos años, luego se traslada a Necochea, donde en 1930 se casa con su primera novia quien lo acompañará toda su vida. Allí lo encuentra el golpe de estado que en septiembre de 1930 derroca a Yrigoyen. Es la época de la restauración oligárquica, del pacto Roca Runciman (que Jauretche y los hombres de F.O.R.J.A. rebautizaron como “estatuto legal del coloniaje”), de la “policía brava” y la Sección Especial de la policía desde donde el hijo de Leopoldo Lugones implementa su terrorífica invención: la picana eléctrica. Es también la época de expansión de las “villas miserias” provocadas por la crisis del modelo agroexportador que ya no puede ocupar a la mínima población que empleaba durante el auge del país primario exportador. Ese país denominado por sus beneficiarios como “granero del mundo” producía sub empleo, deuda externa y un modelo atado a los vaivenes de las economías imperialistas.

En Necochea se desempeña como secretario general del Sindicato de Trabajadores Portuarios. Desde allí organizo una huelga “en defensa del salario y del trabajo”. Tras diecisiete días de conflicto, interín en que Cipriano Reyes junto a otros dirigentes es detenido por la prefectura, la patronal acepta el pliego reivindicatorio. Así se consigue el reconocimiento del sindicato y el pago de horas extras, entre otras reivindicaciones. Mientras tanto escribió en los diarios locales El Necochea, Ecos Diarios y El Popular. De este último llego a ser sub director. Luego renunció a sus tareas en el puerto y en el sindicato y fundó el Almagro Foot-ball Club. Desde allí impulsó el teatro vocacional. Participó también del Ateneo Necochense, desde donde difundió las letras, las ciencias y las artes. Por esa época obtuvo un premio por sus poemas. Pensó en seguir el camino de la poesía, pero hacia 1940, luego de la muerte de su pequeña hija, decide buscar nuevos rumbos y se va a vivir a la casa de uno de sus hermanos en Buenos Aires. Finalmente recalara en Berisso desde donde presenciaría el golpe de estado de 1943 llevado a cabo por el G.O.U., una logia del ejército de la que participaba Perón. El movimiento obrero enrolado en el “sindicalismo revolucionario”, como así también otros grupos como la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (F.O.R.J.A.) apoyaron al gobierno surgido del golpe de estado de 1943 básicamente por dos motivos. Si bien es un golpe de estado, viene a acabar con el gobierno ilegitimo e ilegal de la década infame. Pero además al interior del gobierno del G.O.U. hay diversas tendencias, algunas liberales, otras de simpatías fascistas y la de Perón y Mercante que plantean una tercera línea nacionalista y popular, fuertemente influenciada por la gente de F.O.R.J.A. Es este sector del gobierno el que despertara las simpatías del movimiento obrero. En Berisso trabajara en el frigorífico Armour y se desempeñará en el sindicato como opositor a la conducción, dirigida por el gremialista comunista José Peter. El pensamiento anticolonial de Cipriano Reyes lo lleva a enfrentar la alianza que el Partido Comunista mantenía con el imperialismo. Alianza que termino cristalizándose en la Unión Democrática y que a nivel gremial se expresaba en la negativa de protestar contra los patrones ingleses y norteamericanos por ser aliados de la URSS en el marco de la segunda guerra mundial.

El sindicalismo peronista Para entender la actitud del movimiento obrero que apoyó al peronismo es central dilucidar las características del denominado “sindicalismo revolucionario” al que adscribió

Cipriano Reyes. Para ello es de resaltar una investigación histórica de Hugo del Campo titulada “Sindicalismo y Peronismo. Los comienzos de un vinculo perdurable”. Allí este historiador estudia las diversas tradiciones del movimiento obrero argentino y encuentra que a principios del siglo XX va tomando fuerza la corriente denominada “sindicalista revolucionaria” o simplemente “sindicalista”. Los sindicalistas revolucionarios venían actuando en política desde 1910 y desde aproximadamente 1920 fueron la tendencia mayoritaria del sindicalismo argentino, desplazando a socialistas y anarquistas. El “sindicalismo revolucionario” o “sindicalismo” plantea el socialismo como meta, la acción directa como metodología (esto significa descartar la acción parlamentaria o “política” y apostar por la huelga general revolucionaria como método), y el sindicato como modelo y base de la sociedad futura. Si el primer objetivo lo comparten las tres tendencias, sólo el segundo y tercero es proclamado por los anarquistas y los sindicalistas revolucionarios. Pero ¿en qué se diferencian entonces el sindicalismo revolucionario y el anarquismo? En que el sindicalismo revolucionario acepta ir consiguiendo mejoras parciales (jubilaciones, vacaciones, etc.) del Estado controlado por los capitalistas, sin por ello dejar de tener como estrategia el reemplazo de ese Estado por uno controlado por los obreros. Esta diferencia es la que permitirá a los sindicalistas revolucionarios negociar una serie de mejoras sociales primero con el yrigoyenismo y luego con el peronismo. Hacia 1930 dicha corriente supo ser mayoritaria en el movimiento obrero, a tal punto que influyo las prácticas de muchos dirigentes socialistas y anarquistas. Hugo del Campo concluye que fueron estos “sindicalistas revolucionarios”, los que apoyaron a Perón. Esta concepción ideológica “sindicalista” que marca una tensión entre la autonomía política y al mismo tiempo un acercamiento con el estado capitalista se va a mantener, al menos, durante todo el primer peronismo. Como ejemplo se pueden consultar los Estatutos de la CGT de 1950 donde los trabajadores, al tiempo que reivindican la política nacionalista del peronismo, siguen planteando como objetivo la “socialización de los medios de producción”. Entendemos que esta tensión es uno de los elementos para entender, desde el lado sindical, la ruptura entre Reyes y Perón.

Cipriano Reyes. Del peronismo a la oposición En Berisso sufrirá la explotación que los empresarios de la carne realizan sobre sus trabajadores. Las condiciones laborales son humillantes, por ejemplo los caldereros deben trabajar ocho o nueve horas sufriendo grandes temperaturas, sin ropa adecuada y con sólo 15 minutos para comer en un rincón y sucios ya que si se higienizan no tienen tiempo para comer. Deben beber constantemente líquidos tibios ya que de tomarlos fríos pueden sufrir problemas de salud producidos por la temperatura ambiente y si beben algo frío, la perspectiva de acudir a la enfermera es peligrosa ya que las condiciones allí garantizan salir más enfermos de lo que entraron. Así cuenta Cipriano Reyes la situación de la clase obrera durante el pre peronismo. A este panorama hay que agregarle la negativa de la patronal a permitir la organización gremial, a pesar de los decretos favorables del gobierno instalado en 1943, motorizados por Juan Perón y su amigo Domingo Mercante. Los que como Cipriano Reyes organizan sindicalmente a sus compañeros son perseguidos y echados de su trabajo. Ante este panorama Cipriano Reyes y los suyos no dudaron en apoyar la obra desarrollada por Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión. Al momento de asumir Perón se trataba del marginal Departamento Nacional del Trabajo. En cambio existía un Ministerio de Hacienda. Perón decía al respecto que eso era porque a la oligarquía les interesaban más las vacas que los trabajadores. Perón asumió la dirección del Departamento y lo transformó en Secretaría.iii Desde la Secretaría desarrolló una tarea que incluyó la extensión del régimen de jubilaciones, existente desde el gobierno de Yrigoyen pero sólo para unos pocos gremios, convocó a acuerdos paritarios, decretó el aguinaldo, el congelamiento de arrendamientos y alquileres, estableció precios máximos, creó el Estatuto del Peón, otorgó aumentos salariales y tuvo predisposición a darle la razón a los obreros en los conflictos con las empresas, actitud que solo había desarrollado Yrigoyen, quien por esa política fue acusado, como Perón, de demagogo y sátiro. Si a Perón lo acusarían de estar con “las chicas de la UES” (Unión de Estudiantes Secundarios), a Yrigoyen la prensa oligárquica le achacaba “abusar de las viudas de Balvanera”iv. Esta tarea se hizo de conjunto entre la STP y los sindicatos obreros. Cuando estos, como el caso de los gremios comunistas y algunos gremios socialistas, se oponían a la obra del gobierno, Perón alentaba gremios paralelos. Así sucedió con la Unión Obrera Metalúrgica

(UOM) que fundada por Ángel Perelman, de formación trotskista, recibió el apoyo oficial frente al gremio metalúrgico controlado por los sindicalistas del Partido Comunista. Los obreros de Berisso dirigidos por Reyes apoyaron activamente la obra del peronismo. Y cuando Perón fue encarcelado fueron de los primeros en organizar el 17 de octubre ante la actitud vacilante de otros sindicatos también peronistas pero que preferían confiar en las negociaciones con la marina y con el sector liberal del ejército que había derrocado a Perón. Sin embargo Perón, una vez en el poder, decidió cuestionar a estos hombres y apoyarse en algunos que habían dudado en realizar la movilización del 17 de octubre. ¿Por qué? Para dar respuesta a este interrogante es necesario primero caracterizar al peronismo.

Qué es el peronismo Junto a Arturo Jauretche, Fermín Chávez, Rodolfo Puigróss y Norberto Galasso, entre otros autores inscriptos en el revisionismo histórico, se puede caracterizar al peronismo como un movimiento nacional en un país semicolonial. El peronismo viene entonces a desarrollar una tarea de liberación nacional frente a la oligarquía (expresada gremial y políticamente por la Sociedad Rural Argentina) y su aliado natural, el imperialismo extranjero (en Argentina históricamente fue Inglaterra y luego EEUU). En función de realizar el proceso de liberación es que se estructura un “frente policlasista” entre empresarios mercado internistas y obreros. También participan del Frente otros sectores como la Iglesia y el Ejército. El rol de Perón es mantener con firmeza esa alianza entre sectores y clases que si bien presentan algunos intereses en común, no dejan de tener contradicciones más o menos profundas entre ellos Respecto al proceso de Liberación Nacional que encarna el peronismo se puede ver concretamente a partir de lo siguiente: antes de 1945 Inglaterra dominaba los ferrocarriles, los fletes, los seguros, la telefonía, el crédito bancario y el comercio exterior de la Argentina. Lograba así, tal como lo planteo Raúl Scalabrini Ortiz, convertir a nuestro país en una semicolonia.

A partir de 1945 el peronismo nacionaliza los ferrocarriles, los depósitos bancarios, el comercio exterior a través del IAPI; crea una flota mercante, expropia la compañía inglesa y crea ENTEL, crea también Aerolíneas Argentinas, el Estado se apropia de los seguros y toma el control del Banco Central estableciendo una política de cambios selectivos y fijando las tasas de interésv. Se inicia así un proceso de Liberación Nacional o Segunda Independencia. Dicha realidad semicolonial es fundamental para entender la Argentina pre 1945 y post 1955 ya que nos habla de una “cuestión nacional” inexistente en Alemania o EEUU. Por ser estos países imperialistas. Esta realidad colonial, y la cuestión nacional que implica, nos coloca en el denominado Tercer Mundo. Así lo entendió Perón al lanzar al mundo la Tercera Posición, antecesora de la conferencia de Bandung, y al bregar por la constitución del ABC (Argentina-Brasil-Chile)vi. Ese Tercer Mundo está compuesto por las colonias y semicolonias de los países centrales. Estos le imponen un modelo agro exportador que impide un desarrollo industrial volcada al mercado interno. Este afecta a los trabajadores, tanto del campo como de la ciudad, ya que dicho modelo “mercado externista” se sustenta en los bajos costos. Bajos costos que se obtiene a través de una mano de obra baratavii. Pero también afecta a la pequeña y mediana empresa local que no se puede desarrollar ya que el mercado interno es muy pequeño y además esta monopolizado, ya sea políticamente en las colonias o económicamente en las semicolonias, por el capitalismo extranjero. De ahí la diferencia fundamental entre el nacionalismo de las colonias con el nacionalismo de los imperios. Entonces el peronismo es un movimiento nacional que realiza una tarea de liberación respecto a los imperialismos y no un imperialismo que viene a esclavizar a los pueblos, como lo fue el alemán nazi y lo es el actual imperialismo norteamericano. Así lo entendió Cipriano Reyes y los sindicatos enrolados en el “sindicalismo revolucionario”

Peronismo y sindicalismo, una conclusión provisoria. Ahora podemos responder la pregunta pendiente. Para ello podemos tener en cuenta que el peronismo es un movimiento de liberación nacional en un país semicolonial. Desde allí una de sus principales banderas en la independencia económica. Esta idea, ya

desarrollada más arriba, se relaciona con las otras dos banderas fundamentales del peronismo: la soberanía política y justicia social. La soberanía política implica reasumir el control de la política y la economía del país, antes en manos del imperialismo. Así el peronismo va a rechazar la injerencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) al tiempo que va a establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, suspendidas desde 1916. Respecto a la justicia social implica una redistribución del ingreso más favorable para los obreros y también el empoderamiento político del movimiento obrero. En consecuencia durante el peronismo los obreros tuvieron representantes en el parlamento, Cipriano Reyes fue uno de ellos; ministros obreros en el poder ejecutivo y agregados culturales obreros en el servicio diplomático. A nivel social se crean las Universidades obreras y se potencia la educación primara, media y superior de manera exponencial. Sin embargo el peronismo es, como también explicamos más arriba, un movimiento policlasista donde conviven sectores que tiene intereses contradictorios. El rol de Perón, en tanto líder del movimiento, es representarlos a todos: obreros y empresarios, sectores de las Fuerzas Armadas y la iglesia Por lo tanto el peronismo no era un movimiento exclusivamente obrero, aunque es cierto que era el sector cuantitativamente más importante y también cualitativamente por el rol fundamental que desempeñan en cualquier sociedad. Entonces una explicación posible a la elección de Perón fue que necesito contar con unos dirigentes sindicales que le respondieran de forma más incondicional, a fin de poder conducir a todo el frente policlasista sin tantos inconvenientes. Los inconvenientes principales estaban dados nada menos que en el enfrentamiento contra el imperialismo y la oligarquía. Por el lado sindical las presiones que ejercían para co dirigir al peronismo se entendían por su rol protagónico durante el 17 de octubre como así también por la autonomía que pretendían frente al Estado. Con esto no queremos más que brindar una explicación que recoja la complejidad del problema. La valorización de esta relación conflictiva queda abierta. De hecho el mismo Perón dijo en 1955, al explicar algunas de las causas de su caída, que estaba rodeado de alcahuetes y burócratas. Muchos de esos “alcahuetes” y “burócratas” habían sido elegidos por el mismo Perón.

El lector juzgará. Solamente queremos brindar elementos analíticos que permitan analizar la relación entre sindicalismo y peronismo. Relaciones que tanto ayer, como hoy, se presentan en forma conflictiva.

i Cipriano Reyes, Yo hice el 17 de octubre, Bs. As., Centro Editor de América Latina (CEAL), 1984, pág. 93

ii Cipriano Reyes, Yo hice el 17 de octubre, Bs. As., Centro Editor de América Latina (CEAL), 1984, pág. 47

iii Luego de 1946 se le da el rango de Ministerio.

iv Norberto Galasso El golpe militar de 1930, Cuadernos para la Otra Historia, Bs. As., ediciones del Centro Cultural “Enrique S. Discepolo”, 2001

Ver Norberto Galasso, De Perón a Kirchner. Apuntes sobre la historia del peronismo. Bs. As., Punto de Encuentro. 2011.

Ver Fermín Chávez, Juan Perón Tercera Posición y Unidad Latinoamericana, Bs. As., Biblos, 1984

Ver Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina, Bs. As., Siglo xxi, 2010

Bibliografía recomendada

Louis Doyon, Perón y los trabajadores. Los orígenes del sindicalismo peronista 1943-1955. Bs .As. , Siglo xxi, 2006

Rafael Cullen, Clase obrera, Lucha armada, Peronismos. vol. 1: Génesis desarrollo y crisis del peronismo original. Bs. As., De la Campana, 2008

Álvaro Abos, La columna Vertebral. Sindicatos y Peronismo , Bs. As., Hyspamerica, 1986

Datos Personales

Sergio Fontana. Profesor de Historia por la Universidad de Buenos Aires (UBA) Docente de la UBA y de la Universidad Nacional de Avellaneda. Docente en escuelas medias públicas. Miembro del Centro de Estudios Históricos, Políticos y Sociales “Felipe Varela.”

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