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COLECCIÓN JESÚS T. PIÑERO Colección de Historia Oral Entrevistado: Marcelino Díaz Entrevistador: Jaime Partsch Fecha de la entrevista: 6 de julio de 2006 Esta entrevista se llevó a cabo en el Centro Gubernamental de Puerto Nuevo, Proyecto para Envejecientes, el jueves, 6 de julio de 2006. Jaime Partsch: Hoy es jueves, 6 de julio. Estamos en el Centro Gubernamental de Puerto Nuevo y vamos a entrevistar a Don Marcelino Díaz, residente de Puerto Nuevo. Esto es parte de la Colección de Historia Oral de la Universidad del Este. Así, Don Marcelino, usted me quería contar de los comienzos, cuando usted llegó aquí. Marcelino Díaz:
Sí. Yo soy sanjuanero. Yo venía aquí. Antes de que Puerto Nuevo existiera había un matadero. Entonces, mi primera esposa en aquella época tenía una enfermedad que requería sangre de res, para tomar. Entonces yo la traía, mataban las reses, le daban eso. Se tomaba eso. Total para nada que siempre se murió. Pero por lo menos le hice algo. Además, más arribita, había una bolera que todavía existe. No sé si serán los mismos dueños pero existe la bolera. Yo no participo en la bolera, pues no me gusta el juego. Solamente sabía que estaba allí. Yo pasaba por esos lares antes de empezar la . . . y cuando se empezó a construir, yo solicité una casita, que entonces creo que valían cuatro mil pesos, más o menos eso. Pero desistí luego porque en el Reparto Metropolitano me conseguí algo mejor y compré en el Reparto Metropolitano. Esa es la historia más o menos de lo que yo conté. Estaba siempre por ahí.
JP
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Y ¿qué tenía Reparto Metropolitano que no tenía Puerto Nuevo? ¿Por qué le gustó más Reparto?
MD
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Realmente no me acuerdo lo que fue. No sé si fue que mi esposa prefirió irse para allá que quedarse acá. Tú sabes que siempre las mujeres tienen sus caprichos y uno para complacerlas, aunque no quiera irse, pues la complace. Parece que fue eso, que por la insistencia de la señora compré.
JP
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Volviendo al matadero, ¿dónde quedaba el matadero?
MD
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En la calle esa que le dicen Calle Matadero, casi llegando a la avenida.
2 No había calle que entraba a la avenida. Se quedaba donde estaba el matadero. La gente tenía que dar la vuelta por el otro lado para entrar a la bolera. JP
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¿La bolera quedaba cerca del matadero?
MD
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Sí, cerca, como dos bloques. Más abajito donde está Capri. Yo creo que todavía existe. De ahí fue que salió la Calle Matadero, por el matadero que había allí. Esto aquí era un de eso de reses. Era un campo de reses.
JP
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¿Era un pastizal?
MD
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Un pastizal, sí, con reses. Y el primer contratista que presentó el eso fue el Sr. Long. No sé cómo se llama.
JP
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Leonard.
MD
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Leonard Long. Pues, Long se hizo famoso por hacer la primera urbanización que se había hecho para la clase media. Después vino la que está al frente . . .
JP
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Caparra Terrace
MD
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Caparra Terrace. Después vino otra más. O sea, que se repartieron dos o tres contratistas el pedazo este de tierra. Entonces la Avenida Central, la avenida ésta eran casas de vivienda. No había nada de comercios. Todo era casas. Después se fueron pasando a comercios.
JP
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Cuando usted vino acá a ver las casas, ¿dónde vivía en ese momento?
MD
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Yo vivía en San Juan. Yo vivía frente a la Plaza de Colón en un apartamento del cuarto piso que tenía allí. Como era la primera compra que hacía, uno se pone, “Ah, voy a comprar allí para el futuro” o algo.
JP
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Y ¿usted era veterano?
MD
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No era veterano de guerra. Soy veterano de la Guardia Nacional. Cuando yo fui en el 42, 43, como yo pertenezco a la Logia Masónica, pues el secretario de la Logia, cuando yo me inicié, que yo puse que yo era oficinista, pues se interesó en mí para que yo ingresara en la Guardia Nacional. Para que yo me hiciera cargo de la 296, como clerk de la compañía. Entonces él mismo me llevó los papeles y me inscribió. Entonces ingresé en la Guardia Nacional. Estuve en la Guardia Nacional hasta que el 296 fue llamado a servir en el ejército. Pero, ¿qué pasa? Como en la Guardia Nacional me cogieron sin pesarme, sin nada. “Aquí está esto.” Llegué a ser sargento de clerk de la compañía 296. Cuando reenlistaron
3 para el Army, para la guerra, hubo un nuevo chequeo. Yo no di el peso. Pesé 96 libras. Me dijeron que lo sentían mucho pero que yo tenía que pesar 135 libras como mínimo. JP
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Faltaba mucho.
MD
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Faltaba mucho y en esa época se comía poco. Pero tengo mis papeles como sargento. Yo pertenezco a los Sojourners que son veteranos, vivos y muertos, que son masones. Todavía soy Sojourner.
JP
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Yo pregunto porque sé que en Puerto Nuevo los veteranos tenían unos préstamos y muchas de las casas en Puerto Nuevo fueron compradas por veteranos.
MD
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Sí, exacto. Pero yo no me conceptúo veterano.
JP
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Compraron entonces en Reparto.
MD
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Entonces yo compré en el Reparto hasta que después me decidí. Vino separación y vendimos la casa. Yo fui a vivir con mamá.
JP
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¿Y ahora mismo vives en Puerto Nuevo?
MD
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Ahora vivo en Puerto Nuevo. Cuando me casé por segunda vez fui a vivir a Bayamón, Hermanas Dávila. Mi esposa era enfermera graduada y era supervisora de los distintos centros. Estudió salud pública que eso era nada más para los doctores especialistas. No era para enfermeras. Era para doctores que eran . . . como una especialidad sobre lo que tenían. Entonces la salud pública a ella se la negaron por ser enfermera. Pero se valió de ciertos contactos y por darle una prueba, para sacarla de encima. “Bueno, te lo voy a autorizar para que coja salud pública.” Entonces, qué pasa, que ella, cuando acabó el curso, salió la primera en la nota. Salió la de la mayor puntuación, sobre los doctores que estaban cogiendo el curso. ¿Qué hizo el Dr. Nine? El Dr. Nine era él que estaba en esa época de encargado del departamento. El Dr. Nine anuló la nota porque los doctores protestaron, que cómo una mujer enfermera iba a coger una citación por encima de ellos. Eso consta en los récords de la Universidad. Entonces, ella, “A mí no me importa que no me den nada. Yo quiero el título.” Entonces, enseguida que se graduó, el Dr. Medina, que era el encargado de planificación familiar en Puerto Rico, la contrató para que fuera su auxiliar y se encargara cuando él estuviera afuera para dar las clases en las distintas universidades, para que ella se encargara del Departamento. Y llegó a ser auxiliar del Dr. Medina en el Departamento de Planificación Familiar.
JP
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¿Cómo se llamaba ella?
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MD
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Ella se llamaba Aurea Rivera Rodríguez pero al casarse conmigo se cambió a Aurea Díaz. Anteayer estaba buscando entre mis papeles y encontré el magazín esa que se hace cuando se gradúa el estudiante y está ella segunda en esa época, que cogió salud pública. Fue un doctor y ella en esa graduación. Si quiere, un día le traigo el libro para que lo vea.
JP
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Además del matadero, la bolera, ¿qué otras cosas había por esta área? Y los reses.
MD
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Bueno, sí. Reses porque esto era un campo. Campo abierto. Si había dos o tres cabañas eran de los que cuidaban.
JP
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Y cuando usted vino a ver las casas, ¿cómo le impresionaron?
MD
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Yo lo compré por mapa. Me asignaron un solar y sin mirar porque el modelo era el mismo.
JP
:
¿Eso fue en Reparto?
MD
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No, no aquí.
JP
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En Puerto Nuevo.
MD
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Las casitas eran todas exactamente iguales. Un cajoncito, eran cajoncitos.
JP
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¿Se acuerda la impresión que tuvo de la casa?
MD
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En esos tiempos uno no estaba mirando a ver si era grande o chiquita. Uno lo que buscaba era tener una casita. Pero cuando vino el asunto de Reparto, que estaba más elaborada, fue que cambiamos. Porque tardaban en entregar las casas.
JP
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Y las casas en Reparto, ¿empezaban más o menos en qué precio?
MD
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No me acuerdo. Yo se que yo la cogí. Di un pronto de mil pesos y después seguí pagando. Ahora mismo no me acuerdo. Pero no eran tan caras. Porque las casas en Reparto se hicieron con un material que ahora está prohibido, el material ese, asbestos. Los interiores eran de asbestos. Y todavía hay casas que tienen eso.
JP
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¿Y las casas de Puerto Nuevo no?
MD
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No, las casas de Puerto Nuevo eran de una planchas que tenían un alambre
5 por dentro y una mezcla de cemento o algo. Si usted le metía un clavo, el clavo pasaba al lado de allá. Todavía quedan dos casitas por ahí. De las originales. Todo el mundo que la compró la mandó a . . . porque el solar era de 400 pies o algo. JP
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¿Y todo el mundo empezó a arreglar su casa?
MD
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A arreglar su casa.
JP
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¿Usted vino a ver la casa?
MD
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Sí, sí, sí. Aunque yo no la viví, uno veía el progreso. Según iban haciendo las calles y esas cosas. Por eso te digo, lo que es ahora la Avenida Central eso era también casitas y la Avenida Central, la Piñero ahora, todo eso era casitas.
JP
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En ese momento, cuando venía a ver las casas aquí, ¿usted tenía automóvil?
MD
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No. Yo venía en guagua, en esas guaguas que eran de la White Star Line. Unas guaguas, no sé si eran del gobierno, yo sé que se pagaba cinco chavos y lo llevaban hasta Bayamón. Entonces uno se apeaba allí donde tocaba el timbre porque no había paradas. Tú tocabas el timbre y allí se paraba la guagua. Entonces yo venía con la esposa mía, entraba, le daban la sangre y se iba. Pero guaguas, eran las pisicorres antes.
JP
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Así que entre la White Star Line y las pisicorres uno viajaba.
MD
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Sí y por cinco chavos le llevaban hasta Bayamón, cuando Bayamón era un campo. Yo nací en el 1920. Yo paseé en el trolley. Yo viajé en el tren que salía de donde está el Departamento de Hacienda ahora en San Juan. Allí estaba la estación del ferrocarril. Lo llevaba a Ponce, a Mayagüez, a Arecibo.
JP
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Usted nació en San Juan.
MD
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Yo nací en La Puntilla en la Marina en San Juan. Donde ahora hay un estacionamiento, hay unos apartamentos. En la Calle Isabel Segunda 127. Allí estaba la fundición de los Amadores, la fundición de Portilla, los almacenes de Los Muchachos, de distintos comerciantes de San Juan. En el mismo centro de la Puntilla había las casitas, que no eran casas, eran ranchones. Donde vivían doce y quince familias. Un solo baño para todo el mundo. Yo me acuerdo como ahora. Yo me acuerdo de aquel temporal San Felipe. Yo tenía ocho años.
6 JP
:
¿Y vivía en La Puntilla?
MD
:
Sí.
JP
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Y cuando vino San Felipe, ¿usted se quedó allí o se fue de La Puntilla?
MD
:
Nos quedamos allí.
JP
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¿Y no se inundó?
MD
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No. Había ventolera. Yo era chamaquito. Yo sé que yo vi morir a uno allí en La Puntilla. Una plancha de cinc que voló, había un señor corriendo para guarecerse, se agarró de un poste de la luz para que el viento no se lo llevara y vino la plancha de cinc y lo mató. Al día siguiente lo encontraron allí y lo vine a ver. Pero de las casas se volaban las ventanas y se volaban los cinc, pero las casas se pudieron reconstruir como eran de madera, en 24 horas se arreglaban.
JP
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¿Se acuerda de qué lo motivó a venir a ver las casas de Puerto Nuevo? ¿Cómo se enteró de Puerto Nuevo? ¿Amigos, el periódico?
MD
:
Lo anunciaron por el periódico. Antes había un periódico, El Tiempo. Y había otro más, El Mundo. También existía para esa época.
JP
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El Imparcial.
MD
:
El Imparcial.
JP
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Y en el periódico había anuncios de Puerto Nuevo.
MD
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Yo tengo un periódico de El Mundo, lo conservo entero cuando El Mundo cumplió cincuenta años de fundado. Y allí te habla del viaje de Lindbergh. Yo lo conservo. Y estaba por donarlo a alguien. Pero lo tengo allí.
JP
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Si usted fuera a comparar ese Puerto Nuevo que vio la primera vez y el Puerto Nuevo de ahora.
MD
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Bueno no compara. El Puerto Nuevo de antes eran casitas así de esporádicas. Puerto Nuevo fue una novedad cuando se empezó a construir porque era la primera urbanización que se estaba haciendo para la clase media.
JP
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Había otras urbanizaciones para clases más altas.
MD
:
Exacto.
7 JP
:
Estaba Baldrich.
MD
:
Baldrich. Todo eso por allí en Hato Rey.
JP
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¿Había mucha gente buscando salir de San Juan?
MD
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En aquella época que yo no leía muchos periódicos. Yo estaba pequeño. Supongo que sí.
JP
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Cuando se mudó de San Juan a Reparto, ¿en qué trabajaba?
MD
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Yo estuve trabajando en seguros. Yo me gradué de escuela superior y empecé a trabajar de mensajero con un farmacéutico que traía de Colombia una tableta para el dolor de cabeza que se llamaba “OK”. Además de eso tenía otra medicina y yo era que llevaba las medicinas en carrito a la Farmacia Blanco, a la farmacia de San Juan, al Puerto Rico Drug y allí empecé de mensajero. Después, vino un amigo mío, me dijo, “Mira, están buscando un mensajero en tal agencia de seguros.” Y yo solicité y me cogieron. Entonces empecé de mensajero con William Munch que tenía una agencia de seguros en la Calle Tetuan. Entonces, empecé de mensajero con cuarto año. Entonces, yo no sabía maquinilla ni nada de esas cosas. Había una maquinilla vieja al lado de una mesita que me habían dado para que yo me sentara y yo empecé con dos dedos a usar la maquinilla. Para nada, para entretenerse uno. Entonces me llamó y yo pensé de aquí me van a botar por estar usando eso. Me llamó y me dijo que si yo quería estudiar maquinilla. Le dije, Bueno, me gustaría. Entonces me dijo, Vete a tal sitio e inscríbete. Y me inscribió en el Royal Gregg. Y allí empecé a coger maquinilla, taquigrafía y contabilidad. Y después me sacó de mensajero y me puso a trabajar de underwriter, porque él, además de vender seguros era underwriter de los barcos que venían de afuera, a chequear la mercancía a los distintos comerciantes. Yo le tomaba las notas a aduana. Aprendí mucho. Y me hice su secretario particular. Antes yo ganaba quince pesos semanales. Pero con todo y con eso en aquella época quince pesos eran hoy 500 pesos. Aprendí mucho de seguros. Con el tiempo fui aumentando. Me fui para otra compañía y seguí progresando y llegué a tener mi propia agencia de seguros. Tengo una placa que me dieron en el San Juan Company, el primer empleado que dura quince años con la agencia. Me dieron un reconocimiento. Lo tengo en casa. Yo fui miembro de la Asociación de Agentes Generales. Tuve mi agencia en Bayamón. Estuve cuarenta y cuatro años en la industria de seguros. Hasta que me jubilé en el 80. Fui a vivir a la Florida y regresé en el 97 cuando se murió mi esposa. Se puede decir que yo no tuve infancia. Porque yo desde pequeñito desde los cinco años, como mamá era sola conmigo, yo era que tostaba maní y lo vendía en San Juan en paquetitos. Vendía periódicos. Llevaba fiam-
8 breras. Y vendía dulces en el cine Tres Banderas en San Juan, frente al muelle número uno. Había un cine, era Tres Banderas. Un cine de estilo chino con imágenes de dragones y eso. Otro amigo mío y yo, los únicos que entrábamos a vender dulces dentro del cine. En una bateíta. Bueno, yo vi a Carlos Gardel al lado mío cuando vino en el 35. Yo tenía quince años cuando eso. Así que yo no tuve infancia. Yo no sé jugar pelota. Yo no sé jugar billar. Yo no sé correr patines. Yo no sé correr bicicleta, todavía a mi edad. Nunca aprendí nada de eso. JP
:
Pero aprendió a trabajar.
MD
:
Aprendí a trabajar. Y sigo haciendo algo todavía. Nunca he sido violento. Lo único que tuve problemas con el alcohol.
JP
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¿Pero los superó?
MD
:
Sí. En el 63 ingresé en “Alcoholicos Anónimos” y hoy llevo 43 años sin darme un palo. Y sin fumar llevo 40. Y eso me ha ayudado a mí. Todos los amigos míos en seguros, cuando yo era gerente, se han muerto todos. Justo Barro, Jorge Saldaña, Lippet, Simonpietri. Bueno, toda esa gente grande que trabajaban conmigo están muertos. Y yo estoy vivo todavía gracias a Dios y a Alcóholicos Anónimos. Y pertenezco a otras instituciones caritativas. Soy miembro de la Gran Logia Soberana, soy miembro de los Shriners. Soy de la Estrella de Oriente. Soy del Rito de York, del rito del York. También soy de los Elks. Estoy activo en todas esas instituciones. Y eso es que me tiene a mí como estoy ahora.
9
ÍNDICE Página Asbestos
4
Bolera
1
Cine Tres Banderas
8
Construcción de Puerto Nuevo
1
Gardel, Carlos
8
Guardia Nacional
2
La Puntilla en San Juan
5
Logia Masónica
2, 8
Long, Leonard D.
2
Matadero
1
Munch, William
7
Planificación familiar
3
Reparto Metropolitano
1
Rivera Rodríguez, Aurea
3-4
Salud pública
3
San Felipe (huracán)
5-6
Seguros
7
Sojourners
3
White Star Line
5