COLOMBIA EN 1907 SR. GENERAL RAFAEL REYES BAJO LA ADMINISTRACION BOGOTA LISIM.AOC> PA.LAU POR DEL

.. COLOMBIA EN 1907 BAJO LA ADMINISTRACION DEL SR. GENERAL RAFAEL REYES POR LISIM.AOC> PA.LAU BOGOTA IMPRENTA NACIONAL -- Edición ojÛial .

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COLOMBIA EN 1907 BAJO LA ADMINISTRACION DEL

SR. GENERAL RAFAEL REYES POR

LISIM.AOC> PA.LAU

BOGOTA IMPRENTA

NACIONAL

--

Edición ojÛial .

años cerca de 20,000 kilómetros. Con intrepidez é inquebrantable perseverancia venció todos los obstáculos, adquiriendo vastos dominios para su Patria, campo ,á la acción civilizadora y á la actividad comercial de las naciones americanas y europeas. Merced á su prodigiosa exploración se pudo descubrir la cuenca por donde es dable penetrar desde el Océano Atlántico hasta la .falda misma de los Ande~, por los ríos Amazonas, Putumayo y Caquetá. La narración de tales exploraciones, acompañada de mapas y descripciones geográficas, forma parte interesantísima de la bibliografia· colombiana. En hermoso libro se publicó en el Exterior, bajo el título deAl través de la América del Sur, el relato de los viajes por Caquetá y el Amazonas. Su autor, el General Reyes, expuso , allí, en páginas inmortales, al par que instructivas y agradables, la importancia (\e la regi6n oriental no solamente paHl; Colombia sino también para Sur América. be la magnitud de esa empresa y de la manera satisfactoria y heroica como se llevó á feliz término ha hablado la prensa americana y europea, con los encomios que merece. Ella fue fecunda y de benéficos resultados para Colombia. La segunda Conferencia Panamericana reunida en Méjico en 1901 decretó que se grabara una lápida conmemorativa en honor de 105 hermanos Reyes. Asimismo la Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa de Colombia, de IQ07, ordenó por medio de la Ley,-número 19 del mismo año que se erigiera un monumento en la capital de la República que perpetúe la memoria de los hermanos Reyes. Bien conocido es el sacrificio con que sellaron su vida Enrique y Néstor Reyes en la exploración de que era jefe su hermano Rafael. Enrique, al remontar el Amazonas á bordo I

.el

de la, lancha de vapor TU1zdama, fue acometido de fiebre maligna y murió á los pocos días. Su cadáver fue llevado al pueblo de Iquitos, en donde los peruanos levantaron un monumento de mármol á su memoria. Néstor pereció trágicamente á orillas del río Putumayo, víctima de la ferocidad de los salvajes. Sus restos ensangrentados se encontraron en una selva, y allí permanecieron por varios años. Después fueron traídos con los de Enrique, y hoy reposan en la Basílica de Bogotá. Volvió al Cauca el General Reyes, y en 1877 contrajo matrimonio en la ciudad de Popayán con la distinguida Srita. Sofia Angulo. Estando dedicado en el valle del Cauca á empresas agrícolas y comerciales, sobrevino la guerra civil de 1884. Rafael Reyes ofreció sus servicios al Gobierno constitucional, los que fueron inmediatamente aceptados por el Gobernador del Estado. El intrépido Jefe de la expedición al Amazonas entró á servir como Comandante general de la 4." División del aguerrido ejército caucano. Al aceptar el puesto de Jefe de una División en esa tierra en donde todos pueden ser militares en cuanto son valientes, Reyes asumía gravísima responsabilidad; pero su capacidad natural, su arrojo y su inteligencia, educada en otros sentidos, lo podían salvar. Después de los primeros combates favorables á la legitimidad, una fuerza respetable de los rebeldes se retiraba hacia el Norte con ánimo de unirse al ejército antioqueño. El General Rafael Reyes, entonces Coronel, fue destinado á cortarles la retirada. Las fuerzas necesitaban hacer marchas forzadísimas para alèanzar su objeto. Tenían que pasar el río Cauca; las canoas estaban en el lado opuesto; nadie podía proporcionárselas. Pero había que pasar, y era necesario obtenerlas. Cualquier Jefe, escogiendo de sus soldados los menos inútiles, les hubiera impuesto el deber de arriesgar su' vida en beneficio de la victoria; eso quizá lo ordenaba la prudencia; pero Reyes no comprendía así su obligación, ni creyó lícito poner en peligro la vida de uno solo de sus soldados. Enton-

ces, dejando sus vestidos en la ribera y acompailado de un héroe niño, llamado Benjamín Castro, se arrojó á nado sobre las lentas aguas del río, ganó la orilla opuesta y pronto tuYO las embarcaciones que para pdsar necesitaba el ejército. Así pudo continuar la marcha, yellS de Febrero, con poco más de cuatrocientos hombres, estuvo en RoldanilIo al frente de los enemigos, cuyo número pasaba de ochocientos. Aunque éstos habían elegido posiciones ventajosas, los otros iban á combatir. A una cuadra de distancia se rompieron los fuegos, y después de cuatro horas de reñido combate la derrota de los rebeldes quedó consumada, dejando en poder del ejército de Reyes y de su digno compañero, el Coronel José María Domínguez, Jefe de Estado Mayor, todas sus municiones, cuatrocientos prisioneros y muchas armas, y abandonando en las angustias de la derrota otra parte de sus armas y número considerable de muertos y heridos. Pero las derrotas sufridas por los rebeldes no eran sino preludios de una sangrienta batalla, porque las fuerzas del Gobierno de Antioquia habían avanzado sobre Cartago, y el 22 de Marzo estaban situadas en la ya ensangrentada posición de Santa Bárbara. El General Payán dispuso el combate, lo dirigió en persona, y eon la victoria ya obtenida, á la cual cooperó Reyes eficàzmente, abrió la puerta de bronce que creía haber cerrado el Presidente de Antioquia cuando les fue señalado á los israelitas de ese Estado, desde las alturas de Manizales, el valle del Cauca como tierra ¡>rometida. Más tarde la rebelión concentraba sus fuerzas en los Estados de la Costa; el río Magdalena era vigilado por vapores al servicio de los rebeldes, y estaba por tanto cerrado para el Gobierno; la expedición que había salido de Antioquia era de problemático suceso por lo inmenso de las distancias, el rigor del clima y la escasez dé recursos; por Santander era imposible bajar hasta Barranquilla; Cartagena estaba asediada; Panamá había caído en poder de Prestán y Aizpuru. Era preciso redimir á Cartagena y auxiliar á Ramón Ulloa. que había combatido como un Bayardo contra los malhechores

-9de Colón.

No había otra vía practicable

que la de Buenaven-

tura, ni había más vehículo que la cañonera Boyacá, porque los vapores del Pacífico habían resuelto no tocar en aquel puerto

hasta

presentó

que no hubiese

entonces

sido

un pequeño

cI orden.

restablecido

vapor

de la Compañía

Se del

Canal, conduciendo á los que se llamaban comisionados. de paz para tratar con el Gobierno sobre la situación del Istmo. Después

de lo ocurrido

no permitían internóseles naban

de la Nación

en ellos ese carácter,

y así se hizo ;

reconocer

cI vapor

tomóse

allí, el decoro y la honra

que

los había

conducido

hasta Cali. Pero esas dos pequeñas

todavía

su objeto.

Entonces

é

á Buenaventura

naves no lle-

el Dr. Núñe7., hijo de la

ci ud;¡d sitiada, en la cual suponía sufriendo los rigores del hambre, de la peste ó de la batalla á sus numerosos deudos, considerando que no sólo era Magistrado sino hombre de corazón,

y que

junto á su cerebro

de hijo,

puso

un telegrama

pensador

al General

latía su corazón

Reyes

en estos

6

semejantes términos: "Para realizar esa expedición lo espero todo de la facultad con que usted sabe vencer imposibles." El explorador del Putumayo estaba ya, no en presencia de un río desconocido, sino de ese Océano al que las alucinaciones de su descubrimiento telegrama

compromisos, pondría

dieron

el nombre

del Dr. N úiiez le imponía y para

de testigo

cumplirlo,

de Pacífico. El

el más

solemne

si necesario

fuera,

de los Reyes

el Océano.

En efecto, cosa de diez aiias há se veían en la bahía de Buenaventura los despojos de un buque que había navegado por no se sabe qué mares. mente en un casco

Esos

despojos

que las aguas

los moluscos convertido en nido. que fue buque y resistió orgulloso como

habían

consistían teñido

simple-

de verde y

En sus ya luengos años, el el embate de tántas ondas,

inválido

y viejo, y reducido

relevado

ya del servicio,

modesto

oficio de recibir la carga en un puerto

al

que el reflujo

deja á veces en seco, fue habilitado de nuevo, sin examen de peritos, y encadenado á la cañonera y cargado y tripulado y conducido

de Buenaventura

á Panamá

con esa expedición

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que sería de dudarse aún si no naufragó. Cuatro días duró la travesía, que es de treinta y seis horas, pero el imposible fue vellcido. Al llegar á Panamá, Reyes encentr61a.- población consternada con el incendio de ColóJt.:;-En aquella ciudad, que posee una sociedad culta, en la cual el elemento extranjero tiene considerable influjo, se levantó unánime clamor contra los incendiarios de Colón. La prensa de los Estados U nidos había emitido conceptos que demostraban e' gravísimo peligro de la impunidad; toda la opini6n sensata del Istmo e"igía un castigo ejemplar; en una palabra, los más notorios autores de aquel crimen debían ser juzgados. Reyes reunió un Consejo de guerra, se estudió el negocio, y los incelldiarios fueron condenados á la pena capital. Reyes cumplió su deber ejecutando, como era ordenado, la sentencia de la Corte Marcial sobre las cenizas de la ciudad de la América española que lleva el nombre del descubridor del Nuevo Mundo. Terminada la guerra de 1884 y 1885 con el triunfo completo de la causa constitucional, entró victorioso e! General Reyes á la capital de la República, en medio de las demostraciones de honor y de júbilo. El Gobierno le había discernido el alto cargo de Jefe de Estado Mayor general del Ejército. En todos los sucesos más importantes de la política de regeneración iniciada entonces, tuvo parte importantísima el General Reyes. El Senado de Colombia lo ascendió á General en Jefe, que es el grado más alto que se reconoce en la milicia nacional. Restablecido el orden público, convocó el Presidente Núñez un Consejo Nacional de Delegatarios, que asumió despu¢s las funciones de Cuerpo Constituyente y Legislativo. A él concurrió el General Reyes como Delegatario por el Departamento de! Cauca. Su labor en esa corporación fue de grandes beneficios para el país. De allí salió la Constituci6n política de Colombia que rige hoy en la Nación.

-

I[-

Nombrado en los años subsiguientes Ministro Plenipoten- . dario de la República en varias Cortes europeas, desempeñó con acierto é inteligencia las Legaciones conferidas á su cuidado. En las Administraciones nacionales de 1890 á 1894 for016 parte del Ministerio, y desempeñó las Carteras de Fomento, Guerra y Gobierno, sirviéndolas con alto patriotismo y consagración. Fue Senador de la República en varios períodos legislativos, por los Departamentos del Cauca, Bolívar y Cun:.linamarca. En Enero de 1895 estalló formidable guerra en el país. El General Reyes, que siempre ha profesado el gran principio de autoridad y que siempre ha defendido la legitimidad, ofreció inmediatamente sus servicios al Gobierno, que presidía en ese año el Sr. Caro. El Presidente de Colombia lo nombró Jefe de las fuerzas militares que debían obrar sobre los revolucionarios del norte de la República, que era el teatro principal de la guerra. Esa misión confiada al hombre que sabía vencer obstáculos fue desempeñada por el General Reyes con eficacia admirable y grandioso éxito. Salió de la capital de la República á fines de Febrero de 1895, con su Ejército, por la vía de Occi· dente. En las jornadas de CllUmba1nuy y La Tribuna desbarató á los revolucionarios que le interceptaban el paso. Después de estas victorias organizó de nuevo su ejército y con él se embarcó en el Magdalena, con ci plan de invadir el De_ partamento de Santander por Ocaña y sorprender al grueso del ejército enemigo, que dominaba la Provincia de García Rovira. Con una actividad prodigiosa, con la audacia que le es característica y después de vencer mil obstáculos, se iIJternó por Ocaña al interior de Santander, sorprendió al Ejército revolucionaria en la mañana del 15 de Marzo de 1895 en el campo de Enciso, y tras largo luchar lo venció, obteniendo gloriosa y decisiva victoria. Su proceder para con los vencidos fue noble y generoso.

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Esa campafta fue brillante y çélebre en la historia militar de Colombia, pues se veritk6 en diez y seis días y dio por resultado la terminación de la g1letlay el triunfo de la legitimidad. El héroe regresó á Bogotá después de haber pacificado el país. La capital le hizo un recibimiento extraordinario en aplausos y ovaciones. Como estuviese reunido á la sazón el Congreso Nacional, esta augusta Corporación nombró al General Reyes Designa.do para ejercer el Poder Ejecutivo en el período legal de 189& á 1902, aclamándole á la vez candidato para la Presidencia de la República en el período constitucional de 1898 á 1904' Esa aclamación fue secundada con entusiasmo en todo el país. Sin embargo, los sucesos políticos posteriormente cumplidos dieron otro rumbo á la Nación, y ésta no pudo ver realizados sus deseos en los comicios. El hogar del Genera1~eyes se cubrió de luto el 7 de Oc-

tubre de 1898. En este día falleció en Bogotá su dignísima y virtuosa esposa. Toda la Nación tomó parte en ese duelo por medio de manifestaciones públicas de sincera condole~cia. El Presidente de la República juzgó necesarios los servicios del General Reyes en el Exterior. Con este motivo le nombró, á principios de 1900, Ministro Plenipotenciario en varias Cortes de Europa, empleo que desempeñó hasta 1902, y luégo fue designado como Delegado de Colombia en la segunda Conferencia Panamericana reunida en Méjico. A fines de 1903 regresó el General Reyes á la Patria, y la encontró dcsangrada y casi anarquizada, á causa de la guerra que asoló su territCl'tio en los años de 1899 á 1903. Hallándose en Bogotá, .gobrevillo la separación del Departamento de Panamá, ocurrida el 3 de Noviembre de 1903. Este inesperado suceso agravó la situación de la República y puso en peligro la unidad nacional. Inmediatamente ofreció sus servicios al Gobierno, en defensa de los intereses nacionales. El Presidente 10 nombró Jefe

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de operaciones sobre el Atlántico y Panamá, con facultades presidenciales, y Enviado Extraordinario cerca del Gobierno de los Estados U nidos. El General Reyes abandonó hogar, tranquilidad é inte· reses, y con la celeridad que usa en todos sus actos se puso en marcha en desempeño de su alta misión. Los servicios que prestó á la Nación en el conflicto de Panamá son bien conocidos en el país. En los Estados Unidos sostuvo en altísimo pueste el honor, la justicia y la dignidad de Colombia. En la misma época su nombre fue lanzado como candidato para Presidente de la República para el períqpo legal de 1904 á 1910, y aunque hizo renuncia formal de esa candidatura, el Directorio n.lciúnal eleccionario no la aceptó. Su nombre salió triunfante en los comicios populares, )" su elección fue solemnemente declarada en los escrutinios que hizo el Gran Consejo electoral de la República. Tomó posesión de la Presidencia de Colombia el día 7 de Agosto de 1904, ante el Congreso nacional. Su período presidencial le fue ampliado por la Asamblea Nacional Constituyente y Lcgislativa de 1905 hasta el 3 I de Diciembre de 1914. El General Rafael Reyes ha sido distinguido con honrosas condecoraciones por el Sumo Pontífice Pío x, por el Gobierno de Francia y por muchas Sociedades científicas y geográficas de Europa. La obra que ha llevado á cabo durante el tiempo de su Administración ha sido de verdadera reconstrucción. Su preciosa existencia estuvo en inminente peligro el 10 de Febrero de 1906 en eI ataque alevoso que le hicieron infelices mercenarios, obra de espíritus pequeños; pero la Divina Providencia salvó la vida deI egregio Magistrado para bien de Colombia. El General Reyes, que por grandes méritos y servicios ha logrado llegar á la primera Magistratura en el país, ha tenido implacables calumniadores, como los han tenido los grande hombres. A su alma !emplada al fuego del catolicismo y de la

energía no llegan otras aspiraciones que las de la caridad y el patriotismo. En su cQrazón D.Qbilísimo,cariñoso, delicado y consecuente s610 el bien tieDeea~~ y asilo el más acen.' drado amor por la justicia. Es~¿.Mindas personales son la garantía de su recto proceder cómô- servidor público. •

L. PALAU Bogotá, 7 de Agosto de 1907.

COLOMBIA Entre las Repúblicas hispanoamericanas que en su últi· ma etapa evolutiva merecen ser miradas con mayor atención, es sin duda la más interesante la República de Colombia, hermoso país cuya feracidad y riqueza son tales que su fama ha pasado ya los límites de lo fabuloso. Mas á pesar del esplendor de su naturaleza y de los tesoros que guarda en las entrañas de sus montes, el flagelo formidable de la ~uerra civil ha sido hasta hace poco'S años la herida abierta y dolorosa de la joven nación, que, á semejanza de sus vecinas hermanas, venía consumiéndose en el fuego de los odios políticos. El lapso de paz más considerable era en Colombia " , el de una década, pero nunca !lin pasar un año libre de flmenaza y de peligro inminente de turbación del orden. Pen~ar en una quietud estable, era algo así como un sueño de ,oro destinado á realizarse quizá con plazo de siglos. Con semejantes conmociones, la parte económica y fiscal del país empezó á resentirse de manera desastrosa; y puede juzgarse de ello por la situación monetaria, que fue llevada á un grado inverosímil de anormalidad. Podrá formarse 'una idea de tal situación quien conozca estos ligeros datos: Hace unos treinta años, próximamente, la circulación me· * "Varios de estos importantes datos los hemos tomado de Las Noticias de Bogota\.

-15tálica bastaba á satisfacer las necec;idades colectivas, y figura. ba en proporción numérica individual con mayor ventaja que en el resto de la América española. La moneda amarilla era tan abundante, que en muchas ocasiones los candores de oro de alta leyeran desdeñados en el comercio interior, prefirién. dose la moneda de plata. Hoy el cambio se ha fijado al diez mil por ciento; es decir, cien pesos duros en papel apenas representan el valor de un dóllar americano. Durante la última guerra subió hasta el veintiún mil por ciento de premio, y sus fluctuaciones eran de millares de puntos, haciendo casi imposi- , hIes las transacciones de comercio. Todo por causa de las gue • rras civiles. La sangre ibérica, bajo el sol de los trópicos, ha \ persistido en sus rojos hervores, y la raza luchadora é indomable de la Península se prolonga con sus virtudes y sus vicios por los fecundos valles y planicies de las cordilleras andinas. iCuántas figuras verdaderamente gallardas y dignas por su heroicidad de verse luégo cuajadas en el bronce donde encarna la gloria, han gastado un vano esfuerzo en esas luchas fratricidas, que no son sino fiebre de pasiones desbordadas! Allí los combates formidables en que se ha luchado durante diez y siete días con sus noches, sin tregua, sin descanso, bajo las llamaradas de un sol de fuego, entre un hacinamiento de cadáveres putrefactos; tal aconteció en el campo de Palo1¡egro, donde treinta mil colombianos enloquecidos galantearon á la muerte, hasta que uno de los dos ejércitos fue vencido por el agotamiento de municiones. Legiones de valientes, con el pecho y brazos desnudos para pelear mejor, á manera de gladiadores, sin más arma que un machete, se arrojaban en asaltos épicos contra triples cordones de infantería armada de mat/ser, erizada de bayonetas y reforzada por las ametralladoraz. Cuando al final de la guerra se quiso dar sepultura á los restos dispersos de los héroes sin nombre, formáronse pirámides de cráneos en todo el campo de combate, pirámides enormes, elocuente!', que brillaban al sol como una protesta, como un reproche sobrehumano de una intensidad abru. madora. .I

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La perdida de hombres durante la última guerra, ya por el plomo 6 por las fatigas de la campaia, ascendi6, según cálculos razonados, á más de; fien m!l .... Al finalizar esta lucha el palS quedó en un estado de postración tan grande. que ninguno de los hombres públicos de reconocida capacidad se resolvía á aceptar las Carteras ministeriales de Hacienda y Tesoro; aquello era un abismo de complicaciones que nadie se atrevía á sondear. Grandes secdones del territorio, juzgándose con fuerza suficiente para hacer vida de naciones libres, y más que todo, influenciadas por el nefasto ejemplo de Panamá, trataban de romper los lazos de la unión colombiana, y la idea separatista soplaba como un viento suicida en todas direccionec;. La disolución de la República era inminente. En semejante estado de cosas, el actual Presidente, General Rafael Reyes, fuee1evado al solio por sufragio nacional. Diremos algo acerca de esta gran figura americana, que comparte hoy con Porfirio Díaz la gloria de haber encaminado á su patria por la senda de la paz, del progreso y la concordia. -Fue Reyes quien, hace veinte años, emprendió la exploración de la hoya amazónica que abarca los territorios limítrofes ùe Colombia con el Perú y el Brasil, en compañía de sus dos hermanos Néstor y Enrique. Abriéndose paso al través de las selvas sombrías, recorrieron centenares de legu~s, alimentándose de la caza cuando se concluyeron las provisiœ. nes. En lucha constante con las fieras y las tribus de salyajes ~aníbales, durmiendo sobre l.os árboles, atormentados por el hambre y las privaciones de todo género, aquellos tres titanes, dignos descendientes de los conquistadores, lIegaron hasta el gran río y reivindicaron los derechos de Colombia sobre aquella región opulenta y salvaje, donde los productos vegetales rinden hoy valores inmensos á los que empiezan á explotarlos. Y continuaron su peregrinación á trayés de los bosques, trazando mapas y señalando las rutas posibles entre aquel1a maraña gigantesca. De aquellos tres hombres sali6 uno solamente: Rafael

-17Reyes. Sus dos hermanos, héroes de la civilización, fueron allá, en el fondo somb';-íü .de las selvas, devorados por los antropófagos. Mezcla extraña de guerrero indomable y de político de gran cultura, Reyes asumió la Presidencia, y con una actividad fatigad ora lo resolvió todo, 10 transformó todo en menos de un año. Dividió las regiones en que la idea separatista era un peligro j con mano férrea y voluntad incontrastable apagó todo conato de revuelta, sin contemplación de ningún género, siendo quizá más riguroso con miembros de su propia familia; fijó el cambio, dando firmeza á las operaciones comerciales; pagó todos los intereses de la deuda exterior, largo tiempo detcnidos, y así levantó el crédito de la República hasta obtener quc los capitales extranjeros volviesen á ella nuevamente; y como nota culminante de su tarea redentora, estableció de una manera formal las bases de tina paz estable, á cuyo amparo el país avanza de una manera sorprendente. En tres años se han construido más líneas férreas que la stlma de todo lo hecho en épocas anteriores. Los caminos nacionales sol} mejorados sin cesar por el Ejército •. dividido y organizado'7:asi en su totalidad en Cuerpos de zapadores. Más de veinte mil hombres reparten sus fatigas entre la instrucción militar y los avances del progreso. El ferrocarril que ha de unir á Bogotá con la costa del Atlántico, obra considerada como irrealizable, será terminada al finalizar este año. Millares de trabajadores, como inquieto hormiguero, se mueven • sobre los enormes flancos de la cordillera, en cuyas alturas se adormece Ia ciudad de los Zipas. Ya las locomotoras, los nuevos conquistadores, avanzan con sus brillantes armaduras de hierro y su crespo penacho de humo, despertando los ecos con sus clarines de vapor. Esta obra asegura el porvenir de Colombia, como nación civilizada é importante, para época bien cercana. Como puede juzgarse por estas líneas, rápidamente trazadas, es la República de Colombia uno de los países americanos que más prometen al adelanto universal, si se considera 2

-18de un modo relativo. Su territorio inmenso, de fecundidad asombrosa j la variedad de sus climas y la diversidad de sus tesoros, abren ancho campo al desarrollo de las industrias. La agri~ultura ~llí e~95i desconocida: confiados todos en la bondad dé la tierra, recoge lo que ella da, sin preocuparse de abonarIa ni de mejorar sus condiciones. La ganadería, la minería y toda clase de industrias íabriles tienen allí vida segura. A pesar de la crisis monetaria por que atraviesa aún, puede decirse que Colombia es la tierra abundosa y hospitalaria donde los hombres de buena voluntad hallarán siempre bienestar y trabajo.

se

(De El A ttn(O de Madrid, número 59, bajo el titulo de Información (x/ra,,' in-a).

RECONSTRUCCION NACIONAL Apenas han transcurrido tres años desde que se inauguró la Administración ejecutiva nacional del Excmo. Sr. General Rafael Reyes, y ya las obras llevadas á cabo en los diversos ramos de su Gobierno constituyen una verdadera reconstrucción nacional. Revela la reconstrucción de Colombia la actividad inteligente del primer Magistrado de la República, cuyos buenos deseos y cuya firme voluntad de trabajar por el engrandecimiento de la Nación ha elogiado todo el país. El Presidente de Colombia ha estudiado y resuelto los problemas más importantes que estaban p~ndientes al inaugurar su Administración. La Hacienda pública se halla defi· nitivamente organizada; el asunto rentístico y fiscal que por igual interesa á todos, está libre de toda solvencia; se ha restablecido el crédito del país en el Exterior; las enconadas luchas de la política y de la religión han cesado por completo en el país y son ajenas al Gobierno y á los partidos; la paz está sólidamente ~rada; la reconciliación entre todos los miembros de la f~Uia colombiana se ha efectuéJ,dQ,y .1àsg~rras civiles han cesado para siempre en el territorio llocion~1.

-19Ha llegado para Colombia la época de la prosperidad que por tantos conceptos merece esta gloriosa República, y ya se vislumbran trazas de su próximo engrandecimiento. La estabilidad del Gobierno y de las instituciones nacionales, tan necesaria para el adelanto del país, es al presente, para Colombia, una gran realidad. El personal de altos empleados, de relevantes aptitudes y consagración, es permanente, en 10 posible. El program'a de Gobierno se cumple con eficacia: admi. nistración basada en la moralidad, en el trabajo, en la justicia y en el respeto á la autoridad. La obra de la reconstrucción nacional está realizada en todos los ramos de la Administración pública: gobierno yorden público, justicia, relaciones exteriores, hacienda y tesoro, división territorial política, administrativa y judicial; crédito público; Ejército nacional, instrucción pública, fomento y obras públicas. Tal obra es de permanencia porque se ha realizado á costa de grandes desvelos y sacrificios, impuesta por la ley de altísimo patriotismo acometida por un mandatario de buena voluntad. Las consecuencias se están tocando en la actualidad, y es indudable que de seguir el derrotero de Gobierno hábil. mente iniciado el 7 de Agosto de 19°4, la faz de Colombia vendrá á aparecer renovada de una manera próspera y fecunda en bienes inestimables. Nos conduce á cambio tan radical y nos prepara tan feliz porvenir la labor de reorganización, el plan trazado en 1904, y que no es otro que el que presentado á la Nación en importantes documentos oficiales, se acomete sin vacilaciones, con las reformas políticas, administrativas y económicas indispensables, sin haber alterado en su esencia la Constitución nacional de 1886. Se está ejecutando ese plan, y ya estamos recogiendo

el fruto.

La obra de reconstrucción y de mejoramiento ha aumentado también la producción y extendido los cauces de rique.

za¡ colocando en distinguido orden los principios fundamentales de la autoridad, del crédito IlAcional y del estímulo á la industria .. Con la triste experienciâiaâ pasado, la nueva vida de Colombia se presenta lozana y vigorosa y los esfuerzos se dedican á servir á la Patria y á engrandecerIa, á la sombra de la paz y de la concordia entre todos los colombianos.

LA CONCORDIA

NACIONAL

U na gran conquista se ha realizado en Colombia bajo la Administración del General Rafael Reyes: la concordia entre los miembros de la familia nacional. .~ Se ha establecido la iibertad en los límites de la verdadera justicia, después de haber alcanz~do la reconciliaci6n necesaria entre las diversas agrupaciones ·políticas. De ella se ha hecho nobilísimo uso, dando participación én la cosa pública á todos los colombianos de buena voluntad. La paz, con la acci6n eficaz de la energía, de la moral y del trabajo, se ha consolidado en todo el país. El caciquismo político de todas las clases y categorías que existía en las antiguas secciones dè la República federal ha cesado con la fundaci6n de la nueva Colombia central y unitaria. Las intrigas políticas, los sobornos eleccionarios y los Congresos revolucionarios no tienen ya lugar en el país, ni son móviles para imponer su oprobioso yugo á las clases obreras é industriales. Con la política basada en la concordia nacional é implantada desde 1904 por el actual Presidente de Colombia, existe ya en la República cristiana una masa compacta de ciudadanos, resueltamente dispuesta á sosten~ á costa de todo sacrificio la paz nacional y el imperio de':)a legitimidad.

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LA UNIDAD NACIONAL Al ocurrir el desastre nacional de 1903, que trajo la desmembración de la Patria por ]a separación del istmo de Panamá, otro desastre estaba á punto de ocurrir en la República: la disolución nacional que amenazaba en aquellos críticos momentos. Se hablaba de planes y conatos antipatrióticos para la insurrección y consiguiente separación de los Departamentos del Atlántico, Cauca y Antioquia. En 19°4 la situación había llegado á un estado tan crítico, á un extremo tan penoso, que lo mismo los colombianos que los extranjeros sintieron el temor de la disolución del país y se hablaba de él como de nación moribunda próxima él la ruina. El vaticinio podía considerarse como exagerado, pero era fuerza reconocer que aquellas tristes presunciones tenían desgraciadamente fundamento. Para afirmaria así bastaba comprender la realidad de la situación que arrancando de años atrás venía á condensarse en quellos tristes días de duelo y de miseria. Por mucho que se elogie la obra del primer Magistrado de la Nación, que con perseverante labor y con firmeza de voluntad hasta entonces desconocida dio por resultado la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, la cual, reunida en 1905 con representación de todos los partidos políticos, reconstituyó el país, no se llegará á lo que justamente merece ese Magistrado, pues el plan de nueva divisi6n territorial política y administrativa que él propuso á la Asamblea y que bien pronto fue ley de ]a República, fundó la unidad nacional y organizó el Estado en nuevos Départamentos. Las consecuencias salvadoras de ese plan se están tocando en la actualidad: el edificio de la reconstrucción nacional permanece sólido; las nuevas secciones territoriales se desenvuelven á la sombra benéfica de la paz, sin emulación, labrando su verdadero progreso j el buen camino iniciado en 1905 ha asegurado y fortificado las instituciones nacionales y levantado el crédito público.

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LA HACIENDA PUBLICA

G{}m~çonsecuencia

de la~:igtler~a que asoló á Colombia

durante los años de 1899 á 1903 vino la completa Jesorganización de la Hacienda pública, y con ella la insolvencia del Tesoro, la pérdida del crédito y la ruina del país. Un déficit continuo y aterrador pesaba sobre los presupuestos nacionales; las rentas públicas que anualmente se recaudaban para hacer frente á los gastos ordinarios eran insuficientes j las partidas fatídicas de la deuda flotante, consolidada y militar, como enfermedad crónica de la Hacienda y como elocuente comprobaci6n del desequilibrio entre ingresos y gastos, eran abrumadoras; la apremiante deuda de Tesorería por sueldos civiles devengados y no pagados del servicio corriente llegaba á la cifra de $ 2.500,000 oro; el servicio de intereses de la deuda exterior, suspendido desde 1899, ascendía á la cantidad de £ 351,000; los créditos reclamados por extranjeros, por exacciones hechas en la guerra, eran por $ 4.700,000 oro; y por último, la estrechez y pobreza del Erario eran extremas: tal era en síntesis la situación fiscal en Colombia cuando se inauguró la Administraci6n del General Rafael Reyes, y no era, por tanto, de extrañar que sobre el paf!; y sobre el Tesoro se hiciesen, por propios y extraños, fatídicos augurios. En semejante emergencia la atención del nuevo Gobierno se dirigió al resfablecimiento del crédito de la Naci6n, en la convicción de que un país no puede desarrollarse y . prosperar sin fundarol cre::lito público sobre la base de la honradez ofidal. Pn)Cedi6se á la creación de nuevas rentas, á la reconstrucción del Presupuesto y al equilibrio entre gastos é ingresos. La labor del ilustre y entendido hacendista Jefe de la Nación fue en ese asunto meritísima y trascendental, y trajo con su magnífico éxito la· sal\taci6n de Colombia. Con el nuevo plan fiscal las rentas nacionales se han hëèho súblr en el presenteáfio á la cantidád de $ IS.494,S83

-23oro;

los gastos no pasan

la práctica dinarios

oficial de abrir

al Presupuesto

de

$

qued6 eliminada

14.650,000;

créditos

de gastos;

suplementales

y extraor-

los intereses

de

la deuda

exterior, mediante convenio celebrado con los tenedores de los bonos extranjeros, están pagados puntualmente; e! servicio de la deuda consolidada y flotante está atendido con la mayor

exactitud;

los vales de e:rtranjeros

por expropiaciones

causadas á éstos en la guerra de 1899 á 19°3 se están amortizando en las aduanas, y ya queda una escasa suma de ellos en circulación; e! pago de sueldos civiles, diplomáticos, judiciales y militares se hace con estricta religiosidad; los créditos por subvenciones á las empresas de fomento y vías férreas se amortizan igualmente con las unidades de Aduana y con los fondos que les han asignado las leyes y contratos oficiales. En el curso pues de tres años la situación fiscal del país ha cambiado, y de crítica y penosa que era en 1904, ha venido á transformarse en otra próspera y normal. Con perseverante labor y con firmeza de voluntad ha logrado el Presidente de la República levantar muy en alto el crédito de la Nación, organizar el Tesoro público, establecer la normalidad de la Hacienda y resolver satisfactoriamente el problema

fiscal.

Re'lltas de Colombt'a Ad uanas .. __ ...

_•

elZ

19°7:

••. _ .. _.•••

Salinas .•• __ ••• _ . _...•.•

__ • _ ••

__ ••. __ . __ .••..

7·35°,000 650,000

Pape! sellado y timbre nacional. .•. _ . _ •••• Co rreos ._ • __ •. _ •.. _ ••••••••••....•. _. Telégrafos .. __ ...••...........•. __ .. _ .. Derechos consulares .• _ • _•.•••.• . _ .. _

200,000

Minas de esmeraldas y derechos sobre minas Ingresos varios • _ • __ •. _ ••••. _ .• _•. _ • _ ••

658,000

Patentes

de privilegio ... __ •• , ., _ •••.•

__ •.

Bienes nacionales .•.• _ •.• _ •••..••••••.• Derechos de faro y tonelaje •• _ ••••••••••• Pasan .•••.•••••••

98,000 120,000 380,000

100,000 1,000 20,000 2°7,000

$

-%4-

Vienen •••••..••••• $ 9-784,000 Derechos de pesca de caimanes .••••••.•.. 1,250 Renta de licores nacionales y extranjeros .•• 1.990,000 Id. de cigarrillos ..•••..• __ ~•••• •.... 350,000 Id. de fósforos .• .• _• 120,000 Consumo de tabaco ..... ': ~..•• _ .. _. • 560,000 Derecho de degüello y pieles ..• ... .. 1.020,000 Producto de ferrocarriles ..•••••. , _• _.... _ 78,000 Ren ta de lazaretos .....••• _••••.•••• __ . _ 193,000 Id. para la destrucci6n de la langosta. __ ... 5°,000 Id. de vigencias anteriores _• _•••• _•. . I .34~,333

...

+:.~

__._.

I

Total -- ••••••

-- -- ••.•..•.•••

$ 15.494,583

LA PRENSA NACIONAL Mil veces dichosos los colombianos que hemos conquis. tado el gran principio de libertad de la prensa sabiamente armonizado con el de h restricción en su abuso, que pone la honra privada, el orden social y la causa católica á cubiertodel ataque alevoso de la calumnia y de la sedici6n. La acción firme y vigorosa del Gobierno nacional ha robustecido ese' gran principio. Los decretos oficiales vigentes por él expedidos han reglamentado el importante ramo de ]a prensa. Ya las enconadas luchas de la política, las discusiones religiosas, las recriminaciones de partido, los ataques alevosos á la honra de los ciudadanos, las publicaciones sediciosas y los artículos contra la moral y la religión han cesado por completo. A realizar el saludable principio de la libertad de prensa con el no menos benéfico de su restricción ha contribuido el cumplimiento firme del Decreto sobre Alta Policía Nacional. La estabilidad, sin là cual no hay ni puede haber orden, ni buen plan de Gobierno que prospere, ni mejora que se consolide, es hoy para Colombia verdadera realidad.

-25Tan satisfactorios resultados obtenidos para la causa de la paz son debidos en gran parte á la constante vigilancia del Gobierno para hacer cumplir sus disposiciones sobre prensa. Fiel en un todo el actual Jefe de la Nación al programa de Gobierno que lanzó al país el 7 de Agosto de 1904, no ha vacilado ni un solo instante en cumplirlo religiosamente, sacri. ficando su reposo personal al interés común. El rudo batallar, la continua labor de tántas horas de trabajo no han quebran~ tado afortunadamente las energías ni las fuerzas del infatigable gobernante.

LA OBRA DE LOS LAZARETOS Una de las principales atenciones del ilustre Jefe de la Nación al inaugurar su Gobierno fue la de organizar los lazareto::>y crear rentas suficientes para llegar á obtener el ais. lamiento de los enfermos de la lepra. Los lazareto::> estaban abandonados; los leprosos se habían retirado en gran parte á los caminos públicos y pueblos circunvecinos á implorar la caridad, propagando al mismo tiempo la terrible epidemia, por falta de recursos para vivir. Una estadística mal formada había hecho creer, con resultados perniciosísimos para Colombia en el Exterior, que el número de leprosos existentes en el país pasaba de 30,000. El Presidente de la República, para medir con precisión la extensión de la lepra en toda la Nación y calcular los sa~ crifidos que fuera preciso hacer para detener el mal, se ocupó en la formación de una verdadera estadística de los leprosos existentes en el país, la cual se lo{~róobtener por medio de los Gobernadores de los Departamentos y con el auxilio efi. caz de los médicos. De los datos reunidos á fines de 1906 aparece que en· Colombia el número de enfermos de lepra solamente es de 4,963, los cuales recogidos en su mayor parte en los tres lazaretos nacionales de Agua de Dios, Contratación y Caño de

-t6-

Loro, están hoy ¡(tendidos con marcada munificencia por parte del Gobierno. Los leprosos asilados en esos lazaretos gozan de.buen servicio médico, reciben puntualmente sus raciones en la moneda metálica especial acuñada ..para ellos, están atendidos y consolados por Hermanas de la Caridad y los Reverendos Padres Salesianos, y visitados frecuentemente por las autoridades y comisiones nacionales. Bien pronto se fundarán dos lazaretos más, para asegurar la absoluta separaci6n entre sanos y enfermos. Las providencias que diariamente dicta el Gobierno tienden á recoger los leprosos ambulantes, para que todos queden asilados, á fin de obtener un verdadero aislamiento en beneficio de la sociedad. La obra, pues, del Sr. General Reyes sobre un asunto de tánta y tan grave trascendencia como es el de la organizaci6n de los lazaretos, está realizada satisfactoriamente. Ya no se señala á Colombia en el Exterior con fa mancha amarilla, como antes se la señalaba; iya no se la con3idera como la leprosería del mundo I Resultado tan satisfactorio significa para la Patria motivo -de plácemes y ecos de aplauso para su gobernante. Los enfermos de lepra asilados en los lazaretos están distribuidos así: En el Lazareto de Agua de Dios .• •... _•••• 1,500 En el de Contratación .. -- •••.•••. -- - -- .... , 559 En el de Caño de Loro ••••••• •• • , .•. 80 Los leprosos ambulantes ingresarán pronto á dichos establecimientos, de conformidad con el Decreto orgánico del Ramo.

CORREOS Y TELEGRAFaS Los esfuer7.0s realizados por êl Gobierno E}1iê ~einauguró .el 7 de Agosto dè 1904 han e'Àcat1tiilado et {)aís á una vèr-

-27dad era reconstrucción nacional. "Más administración y menos política" fue la promesa hecha á la Nación por el Jefe del l'oder Ejecutivo en el recinto augusto del Congreso de Colombia. Las mejoras introducidas en el Ramo de correos y telé. grafos por la actual Administración ejecutiva han contribuido poderosamente al progreso nacional. Aparece evidenciado que el servicio de correos para el interior y Exterior ha tomado notable incremento durante los años de 1906 y 1907. Tiene ese Ramo quince secciones en la capital de la República, quinientas tres en los Departamentos y seis agencias postales en los litorales del Atlántico y del Pacífico Las líneas de correos han aumentado con la creación

de otras nuevas.

Hoy

funcionan

cuarenta

y cuatro

líneas de correos, entre directas y transversales, las cuales prestan activo y efica7. servicio en toda la República. Están establecidos, por convenios especiales con las principales naciones del Exterior, los canjes d,~ encomiendas postales. Incompletos serían los adelantos alcanzados en el Bamo de correos si ellos no se hubieral1 hecho extensivos al de telégrafos; pero para el bien del país este Ramo ha sido objeto de preferente atención por parte del Gobierno. No han transcurrido muchos años-tres á lo sumo-y ya la red telegráfica colombiana llega á cerca de 20,000 kilómetros. La guerra pasada destruyó por completo todo el aparato telegráfico, y obra de gran costo y esfuerzo ha sido necesaria para volver á reconstruirIo. Todas las poblaciones de Colombia están al presente comunicadas entre sí por el hilo eléctrico. El cable submarino del Pacífico pone en pronta y fácil comunicación al país ' menor; bacteriología; terapéutica; clínica de patología general, infantil, obstetrical, ginecológica, de patología externa y quirúrgica, de cirugía menor y de patología interna; obstetricia; higiene; medicina legal y toxicología. Facultad de Illgmieria y Matemáticas. Hay en esta Facultad veinticinco Profesores que regentan las siguientes cátedras: Aritmética analítica, algebra elemental, geometría elemental, trigonometría, cosmografía. física, química, dibujo, álgebra y geometría superiores, geometría ·analítica y descriptiva, topografía,

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