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ADVIENTO : ¡ ALÉGRATE ¡¡
1. Deseo de Dios:¡ Él viene ¡ 2. ¡Alégrate ¡
COMUNIDADES CRISTIANAS FE Y JUSTICIA ERDIKOETXE 29 NOVIEMBRE - 2014
1. DESEO DE DIOS: ¡ ÉL VIENE ¡ En lo más profundo de sí misma, la persona busca el encuentro con Dios. Más allá de la indiferencia y del cansancio, tenemos ansia y deseo de Dios. Tenemos en nuestro interior un hondón, un “vacío”, unas posibilidades o una condición de posibilidad…y dedicamos nuestra vida a “llenarlo”. Los cristianos creemos que nuestro anhelo brota del Espíritu que habita en nosotros. Un Espíritu que nos anima a la plenitud, de acuerdo a lo que somos. Vamos a dejar que nuestro interior palpite. Vamos a dejar que nuestro silencio brote y se exprese... Dejamos en silencio la palabra, el cuerpo, la mente... Todo nuestro ser en silencio... Vamos a mirar desde esa perspectiva nuestra vida diaria, nuestras preocupaciones, nuestras alegrías, nuestras esperanzas. Vamos a descubrir a Dios en el vacío del silencio... ¿Cómo siento a Dios? Vamos a darnos cuenta, a caer en la cuenta de cuál es mi deseo de encuentro y presencia “Mi noche en mi deseo... Mi mañana en mi deseo..... Mi paz, mi guerra, mi vida en 'mi deseo..., ... del alba a la noche, de la noche al alba, mi deseo...”
Sabemos que Él viene primero, se adelanta a nuestro primer paso como el Padre que espera al Hijo que se ha ido de casa buscando otro estilo de vida. Nuestro Dios viene al encuentro, aunque nosotros pensemos que somos nosotros los que vamos a Él, Él toma la iniciativa y es lo que recordamos cada Adviento
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ALGUIEN VIENE Sin llamarle, sin haber pensado siquiera en él, sin saber muy bien quién es, sin tener ojos para verle…, alguien viene, pasa junto a nosotros, se fija y se sienta a nuestro lado para estar con nosotros, los hombres. Alguien viene, y tiene tantas cosas que cambiar dentro de nosotros y en nuestro entorno… No viene para que todo siga igual ni para hacer silencio a nuestro lado; viene porque es posible ser de otra manera, tener vista y vida, levantarse y caminar, ser personas nuevas, dejar la ceguera y dar testimonio del reino
acogiendo sus semillas.
Alguien viene, nos dirige su palabra, una palabra que comprendemos porque es clara, afecta a nuestras miserias, cura viejas heridas y deshace tantos insoportables esfuerzos y montajes… Viene desde la cercanía de Dios a encontrarse con nosotros y a abrirnos los ojos para que conozcamos su rostro y nunca más tengamos miedo. Viene y sólo nos pide lavarnos, creer en él y cambiar de bando, para tener lo que más anhelamos. (Ulibarri, Fl.)
DESEO DE DIOS ( EN LOS SALMOS) 3
Una cosa pido a Dios es lo que busco Habitar en la casa del Señor toda mi vida Gozar de la dulzura del Señor ( salmo 26) Tu rostro buscaré Señor No me escondas tu rostro(salmo 26) Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida (salmo 26) Como busca la cierva corrientes de agua Así mi alama te busca a Ti Dios mío; Tiene sed de Dios, del Dios vivo ¿Cuándo llegaré a ver el rostro de Dios? Las lágrimas son mi pan noche y día mientras todo el día me repiten ¿Dónde está tu Dios? ( Salmo 41) Oh Dios tú eres mi Dios, por Ti madrugo, Mi alama tiene sed de ti Mi carne tiene ansia de ti Como tierra reseca, agostada, sin agua… Tu gracia vale más que la vida (salmo 62) Mi alma se consume y anhela Los atrios del Señor, Mi corazón y mi carne Se estremecen de gozo por el Dios vivo… Dichosos los que viven en tu casa Alabándote siempre… Vale más un día en tus atrios Que mil en mi casa ( Salmo 83) Extiendo mis brazos hacia Ti; Tengo sed de ti como agua reseca. Escuchame enseguida , Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro… Hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti Indicame el camino que he de seguir Pues levanto mi alma a ti (Salmo 142) ( Pagola, J.A)
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2. ¡ ALEGRATE ¡ La oferta de felicidad forma parte de nuestro mundo de consumo; pero, como es un bien escaso, se le inventan sustitutos que desempeñen una especie de labor de suplencia. El placer, el confort, la diversión, el éxito… Al leer el evangelio, se tiene la sensación de que Jesús provoca a su alrededor una especie de concentración llamativa de personas contentas, un crecimiento exagerado de la densidad de alegría por metro cuadrado. Y eso desde María de Nazaret, que hizo dar saltos de gozo a la criatura que llevaba Isabel en el vientre, hasta las mujeres que volvieron del sepulcro vacío con un torbellino de júbilo saliéndoseles del alma Tendríamos que dejar que las imágenes del evangelio nos sedujeran con más fuerza que los «spots» televisivos y que despertaran en nosotros el deseo de participar del secreto de la alegría de toda esa gente liberada y rehecha que canta, celebra, bendice y agradece: un hombre encontrando un tesoro; un padre que corre al encuentro del hijo que vuelve. Han fascinado siempre dos características de la alegría que promete el evangelio: la primera es que no podemos abarcarla, sino que hay que entrar dentro de ella: «Entra en el gozo de tu Señor» (Mt 25,21.23) es la invitación que leemos en la parábola de los talentos. La otra es la imposibilidad de que nos sea arrebatada: «La alegría que yo os doy no os la puede quitar nadie» (Jn 16,22). Este es el anuncio que tenemos para escuchar hoy : "Conozco tus obras, tu servicio y tu perseverancia. Sé que luchas por mantenerte fiel a tus compromisos y cumplir con constancia tus obligaciones. Pero tengo un reproche que hacerte, y es que has descuidado la alegría y todo lo que tiene de gozoso el seguimiento de tu Señor. Repites sus bienaventuranzas como un programa y no como una buena noticia; no te atreves a creer que pueda ser verdad la felicidad que él promete” (Dolores Aleixandre)
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MARÍA “Unos días después María se puso en camino y fue a toda prisa a la sierra, a un pueblo de Judea; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuando oyó Isabel el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre. Llena de Espíritu Santo, dijo Isabel a voz en grito: –¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y ¡dichosa tú, que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Entonces dijo María: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. Pues mira, desde ahora me felicitarán todas las generaciones.Porque el Poderoso ha hechotanto por mí: él es santo y su misericordia lega a sus fieles generación tras generación. Su brazo interviene con fuerza, desbarata los planes de los rogantes,derriba del trono a los poderosos y exalta a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide de vacío.Auxilia a Israel, tu siervo, acordándose, como lo había prometido a nuestros padres, de la misericordia en favor de Abrahán y su descendencia,por siempre.María se quedó con ella unos tres meses y después se volvió a su casa” Lc 1, 39–56 Necesitamos aprender a descalzarnos ante la tierra de nuestra vida que es sagrada, porque en ella habita una presencia mayor. Recuperar el sentido de ser creatura, la captación de nuestra creaturidad al mismo tiempo frágil y llena de posibilidades. María, Miriam de Nazaret está en casa cuando se deja sorprender, cuando va a recibir una mirada nueva y un sentido nuevo de lo que su vida había sido y deja que Dios la recree entera, la bendiga hasta el fondo. Descúbrete alegre... «Alégrate..., el Señor está contigo»... En el silencio..., si eres sensible a su palabra..-.,... ¡En silencio, alégrate Ha llegado la hora en que todo va a cambiar. ¡ Dios ha hecho opción por los pobres y los pequeños ¡ Y se solidariza con ellos. Les dice que Dios los prefiere y los colmará de bienes, como ha hecho con ella.
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PALABRAS PARA LA ESPERANZA 1) Recuerda que los acontecimientos adversos sólo destruyen a los que ya están desmoralizados. No permitas que te bajen la moral. 2) Recuerda que hay motivos para tener la moral alta; aunque falta mucho por andar, ha aumentado la conciencia de que las injusticias, la corrupción, la discriminación y la intolerancia son inhumanas. Ayuda a mantener alto el listón y a subirlo. 3) En las situaciones agobiantes busca siempre salidas imaginativas, amplía el campo de visión, no te dejes atrapar por soluciones apolilladas. La capacidad creativa humana es enorme con tal de que se le ponga en funcionamiento. 4) No culpes de todo lo malo al sistema, a los políticos, al mal tiempo. Exige que cada uno cumpla su tarea, pero tú toma la iniciativa, porque eres ciudadano y no un súbdito. 5) Jamás te conviertas en vasallo, porque eres hijo de Dios, algo absolutamente valioso. No te vendas nunca por un plato de lentejas, ya que eso no sólo te rebaja en tu dignidad, sino que en estos casos las lentejas acaban sentando mal. 6) Apoya a los que tienen proyectos generosos, no a los mezquinos. La mezquindad se contagia, la generosidad también. 7) Nunca pienses que tu aportación es irrelevante: los ratoncitos del campo se mueven mejor que los grandes monstruos. 8) Adáptate a los cambios, pero teniendo como brújula para ello tus convicciones bien fundadas. Los dinosaurios no resisten los cambios, pero los camaleones carecen de norte. Entre unos y otros está el ser humano. 9) Disponte a exigir tus derechos, pero también a asumir tus responsabilidades en la construcción de un mundo más humano. Nunca reclames para ti la satisfacción de un derecho que no estés dispuesto a reclamar para cualquier persona que se encuentre en las mismas condiciones, ni hagas dejación de tu responsabilidad en la protección de esos derechos. 10)Jamás retrocedas en exigencias de justicia, ni te arrugues ante proyectos solidarios, ni te conformes con menos que la felicidad. (Adela Cortina)
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PREGÓN DE ADVIENTO Os anuncio que comienza Adviento. Alzad la vista, restregaos los ojos, otead el horizonte, daos cuenta del momento. Aguzad el oído. Captad los gritos y susurros, el viento, la vida... Empezamos Adviento, y una vez más renace la esperanza en el horizonte. Al fondo, clareando ya, la Navidad. Una Navidad sosegada, íntima, pacífica, fraternal, solidaria, encarnada, también superficial, desgarrada, violenta...; mas siempre esposada con la esperanza. Es Adviento esa niña esperanza que todos llevamos, sin saber cómo, en las entrañas; una llama temblorosa, imposible de apagar, que atraviesa el espesor de los tiempos; un camino de solidaridad bien recorrido; la alegría contenida en cada trayecto; unas huellas que no engañan; una gestación llena de vida; anuncio contenido
de buena nueva; una ternura que se desborda... Estad alerta y escuchad. Lleno de esperanza grita Isaías: “Caminemos a la luz del Señor”. Con esperanza pregona Juan Bautista: “Convertios, porque ya llega el reino de Dios”. Con la esperanza de todos los pobres de Israel, de todos los pobres del mundo, susurra María su palabra de acogida: “Hágase en mí según tu palabra”. Alegraos, saltad de júbilo. Poneos vuestro mejor traje. Perfumaos con perfumes caros. ¡Que se note! Viene Dios. Avivad alegría, paz y esperanza. Preparad el camino. Ya llega nuestro Salvador. Viene Dios... y está a la puerta. ¡Despertad a la vida! (Ulibarri, Fl.)
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