CONFLICTOS SOCIOAMBIENTALES. UNA EXPERIENCIA DE GESTIÓN COMUNITARIA DE RECURSOS NATURALES. Blas Amato URIBURU 1

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JUEGO Y VINCULARIDAD: UNA EXPERIENCIA DE LUDOTECA COMUNITARIA PARA BEBÉS
1 TÍTULO DE LA EXPERIENCIA: “JUEGO Y VINCULARIDAD: UNA EXPERIENCIA DE LUDOTECA COMUNITARIA PARA BEBÉS” PROYECTO INTERINSTITUCIONAL: Asociación civi

de los Recursos Naturales
Administración Ad i i ió d de llos IIngresos TTributarios ib i de los Recursos Naturales TRIBUTACIÓN DE LAS INDUSTRIAS EXTRACTIVAS EN LA REGIÓN ANDINA

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CONFLICTOS SOCIOAMBIENTALES. UNA EXPERIENCIA DE GESTIÓN COMUNITARIA DE RECURSOS NATURALES Blas Amato URIBURU1 Resumen Este trabajo es el resultado de una aproximación etnográfica para la tesis de maestría sobre la gestión de los recursos naturales en una comunidad de pescadores artesanales en Chubut, llamada El Riacho. Esta comunidad vive principalmente de recursos marinos que han sufrido diversos colapsos. Esto generó demandas de intervención estatal por parte de esta comunidad, y en el año 2002 obtuvo una serie de Derechos de Uso Territorial, creándose un Área de Evaluación, donde los pescadores gestionan el recurso. Este hecho cuestiona el rol de las áreas productivas y su relación con el ser humano, con nuevos criterios sobre la sustentabilidad de las comunidades de pescadores artesanales, del oficio y de los recursos. Palabras clave: Pesca Artesanal; Derechos de Uso Territorial; Gestión Comunitaria. Abstract This paper is the result of an ethnographic approach for a master thesis on resources management in a fishermen community in Chubut, known as El Riacho. These gathered resources over their shores are the main incomes. For many reasons it collapsed, and the community demanded the Government intervention. At 2002 a number of Territorial Use Rights in Fisheries was given to the community, making an Evaluation Area, where fishermen manage the resource. This fact questions the productive areas role and its relation with humans, with new concepts about the artisanal fishermen communities, the profession and the resources. Key words: Artisanal fishery; Territorial Use Rights in Fisheries; Community management. I.- Introducción En la provincia del Chubut, a lo largo de la costa de la Península Valdés, existen cinco asentamientos de comunidades de pescadores artesanales. Cuatro de ellos se encuentran sobre la costa del Golfo San José, mientras que el restante, Puerto Pirámides, se encuentra sobre la costa del Golfo Nuevo. Se sitúan en diferentes áreas, pues no buscan el mismo recurso. En efecto, las comunidades de pescadores se dividen en tres grupos, conforme el recurso que producen, el método de captura, el lugar de vivienda, el nivel de organización que tienen y el tipo de permiso de pesca que poseen. A saber: a) los marisqueros, que recolectan vieyra; b) los recolectores, que recolectan mejillón, pulpo, almeja, caracol y cholga; y, c) los rederos, que usan la red como instrumento de captura de diferentes tipos de peces. 1 Facultad

de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. [email protected]

Uriburu, B. A. (2014), “Conflictos socioambientales. Una experiencia de gestión comunitaria de recursos naturales”, Cuadernos de Antropología, No. 11: 57-68. Enero-Junio. ISSN: 0328-9478 (impreso). ISSN: 23142383 (digital). 57

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Figura 1. Península Valdés. Las comunidades de pescadores artesanales se encuentran señaladas con los puntos amarillos. En la misma se observan las comunidades de “El Riacho”, “Playa Larralde”, “Playa Fracasso”, “Playa Bengoa” y “Puerto Pirámides” Estas comunidades se encuentran operando en la zona desde la década de 1970 (Slomka & Odriozola, 2010). A lo largo de este período, los recursos han sufrido colapsos, y las pesquerías que los trabajan han experimentado numerosas vedas, determinadas por la Secretaría de Pesca de la Provincia del Chubut (Ciocco, 1995), previamente llamada Dirección General de Intereses Marítimos y Pesca Continental, la DGIMyPC. Este tipo de medidas afecta sobremanera a las comunidades más vulnerables de la zona, que viven única y exclusivamente de esta actividad. Estos hechos generaron la organización de estas comunidades y la obtención de cierto nivel y tipo de reconocimiento por parte del Estado. Así, las referidas comunidades han logrado desarrollar una serie de vínculos con organismos estatales y no estatales que han servido para fortalecer las organizaciones. En este trabajo estudiaremos una de estas comunidades, los recolectores, que gozan de la exclusividad del uso de un área para la extracción de moluscos. La temática propuesta resulta relevante pues apunta a analizar un sistema de organización de pequeñas comunidades productivas que gira en torno al manejo de territorios comunes. Dicho manejo destaca por tener un plan elaborado y aplicado por la comunidad local, la autoridad de aplicación e instituciones científicas estatales. Este modo de organización, donde se asignan derechos de uso territoriales —con un consiguiente acceso exclusivo a los recursos por parte de los permisionarios de la comunidad— es novedoso en el territorio Argentino. Para encuadrar este trabajo desde el punto de vista teórico, tomaremos en cuenta el análisis que Constanza Santa Ana (2004) elabora en su proyecto de tesis de licenciatura, basado en el concepto de los Derechos de Uso Territorial como alternativa para el 58

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manejo sustentable de los recursos pesqueros. De este modo retomaremos a Berkes (1985) que aplica al mundo de la pesca la idea desarrollada de Harding (1968) sobre el uso de recursos comunes y sus efectos ambientales y sociales. También nos apoyaremos en el recorrido conceptual de Elinor Ostrom (1998), quien hará un análisis sobre los conflictos alrededor del acceso a los bienes comunes. Asimismo desarrollaremos la idea de gestión ambiental comunitaria de Octavio Ixtacuy (s/f) quien ha elaborado una mirada sobre políticas de gestión en territorios indígenas mexicanos. Desde ya, utilizaremos conceptos propios de la antropología pesquera, como Antonio García Allut (2002), y de la bióloga Ana Parma (Parma et al., 2001), quien brinda una definición y realiza una descripción de las particularidades de la pesca artesanal. La metodología empleada en esta investigación se centrará en recopilación de fuentes de información secundaria y fuentes periodísticas, observación participante y entrevistas en profundidad. En todas las instancias nos apoyamos en herramientas audiovisuales para un registro más preciso de la información obtenida en el campo1. Tomaremos información brindada por la comunidad de pescadores de El Riacho, la Comisión Técnica de la Dirección General de Intereses Marítimos y Pesca Continental (DGIMPC), hoy Secretaría de Pesca de la Provincia del Chubut, el Centro Nacional Patagónico (CENPAT), la Asociación de Pescadores Artesanales de Puerto Madryn (APAMadryn), entre otros. Nos centramos en la relación entre un sistema natural como el de los recursos marinos con un sistema social como el de las comunidades de pescadores artesanales y las instituciones estatales. De este modo, el campo estará constituido por el vínculo entre las comunidades de pescadores artesanales, funcionarios estatales, actores del sector científico y otros actores intervinientes en el proceso. Esta investigación parte de afirmar que la gestión comunitaria de los recursos es central en un proceso de desarrollo y fortalecimiento de la comunidad y su medio. De este modo, el objetivo general de este trabajo consiste en contrastar esta proposición con hechos empíricos que expondremos a lo largo del trabajo. Para ello apuntamos a los siguientes objetivos específicos: 1. Describir una comunidad donde se practica la pesca artesanal; 2. Comparar y analizar el tipo de gestión de los recursos naturales observado en esta comunidad y el tipo de gestión pública tradicional. II.- La Pesca: industrial, de pequeña escala y artesanal Tradicionalmente los sistemas de pesquería son clasificados en dos tipos: de gran escala y de pequeña escala. En términos absolutos, observamos cómo los volúmenes de pesca entre uno y otro tipo son claramente distinguibles. Mientras que el primer grupo se estima que produce dos tercios de la producción mundial anual, siendo el restante tercio producido por las pesquerías a pequeña escala, el nivel de empleo asociado a ésta supera ampliamente al sector industrial: 50.000.000 contra 500.000 trabajadores (Berkes et al., 2001). En la literatura encontramos una gran cantidad de definiciones de esta actividad. Decidimos tomar distintos factores para lograr enmarcarla, pues su complejidad lo hace necesario. Los factores que determinan en qué sector se inserta un productor son: los volúmenes de captura, la infraestructura, las particularidades de las especies a 59

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capturar y el modo de captura (Berkes et al., 2001). García Allut (2002) incluye a otros factores, como la división y proceso del trabajo, y el tipo de asociación entre trabajadores, y la denominará como pesca artesanal. Ana Parma (Parma et al., 2001) da una definición aproximada de lo que son las pesquerías artesanales. Ésta gira en torno al recurso, pues lo que define a las comunidades es el vínculo que desarrollan con éste. Es decir, cuánto hay, dónde está y cómo es dicho recurso. En función de estas tres preguntas dicha autora establecerá las particularidades que constituirán a una comunidad de pescadores artesanales. Asimismo las definirá como pesquerías "S" por su inicial en idioma inglés:  "Small scale", pequeña escala, y está en función del tamaño de las Unidades de Pesca, no de la cantidad de captura;  "Spatially-structured", donde el recurso se encuentra estructurado alrededor de un espacio determinado, y la comunidad se estructura alrededor del mismo;  "Sedentary stocks", pues el recurso es un stock sedentario. Sin embargo, hay otros factores que determinan este modo de producción. García Allut plantea que la pesca artesanal implica un tipo de "explotación más racional y equitativa de los recursos pesqueros, contribuye al mantenimiento de la biodiversidad de los ecosistemas marinos, favoreciendo la reproducción social de aquellos grupos humanos que dependen de ellos" (García Allut, 2004: 3). De este modo, dice, "la pesca artesanal utiliza artes y sistemas de pesca más selectivos y menos perjudiciales para los ecosistemas marinos, y casi el 99% de las capturas tiene un aprovechamiento comercial o directamente para el consumo humano" (García Allut, 2004: 4). Además, en la pesca artesanal, el aprendizaje es el resultado del proceso de construcción identitaria y donde se llevan prácticas socialización e "intervienen los saberes acumulados en el contexto familiar y la experimentación temprana" (García Allut, 2004: 4). Tenemos entonces una serie de definiciones de esta actividad. Tomaremos como estudio de caso a una comunidad que responde a estas definiciones. Esto se observa en cuanto a que son pocas las Unidades de Pesca, no más de 20; las especies bentónicas, gasterópodas y cefalópodas se encuentran esparcidas en las inmediaciones de la comunidad, que reside alrededor de estos recursos, los cuales a su vez tienen todas las temporadas la misma zona de desplazamiento que no cambia, por lo que son sedentarios. Además, los pescadores de esta comunidad practican un arte de pesca cuyas herramientas son claramente selectivas, pues obtienen el recurso a través de la recolección unitaria. Finalmente, y en un estrecho vínculo con esto, citamos a un pescador que grafica la idea arriba expuesta por García Allut: "...si la cría puso muchos huevos y los está cuidando, dejála que los cuide, no la toqués. Mi papá me enseñó que hay que dejarla, porque si te la llevás todos estos huevos se van a morir, y nosotros nos vamos a quedar sin comer". III. Un caso especial de pesca artesanal. Los recolectores de El Riacho "El Riacho" es el principal asentamiento de recolectores, situado sobre la margen norte del Golfo San José. El recurso que producen es múltiple, como los mejillones, las almejas, las cholgas, el caracol y el pulpo. Todos estos recursos son recolectados cada quince días, según las particularidades del tipo de recurso. La recolección consiste en realizar dos salidas por día, o marea, como lo llaman ellos por un tiempo de poco más de 2 horas aproximadamente. La marea consiste en 60

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caminar la costa recolectando, mientras la marea se retira. En este tiempo, el pescador tiene que recolectar la mayor cantidad posible antes de quedar atrapado por la vuelta de la marea. Los pescadores cuentan con las tablas de marea aportadas por el Servicio Meteorológico Nacional que indican la hora de la marea y la altura máxima que ascenderá y la descenderá. Muchos de estos pescadores salen en grupos o en familias, algunas de las cuales utilizan un medio de transporte como cuatriciclo o bicicleta para poder transportar lo recolectado en la costa hasta la comunidad, y de ahí llevarlo a la planta procesadora. Actualmente se siguen utilizando unos automóviles llamados ‘cachirulos’, unos Citroen 2CV sin la parte posterior de la carrocería para colocar las bolsas recolectadas. Algunos de estos pescadores trabajan también como marineros o buzos en el marisqueo. Hay personas que cuentan con ingresos extra (planes de asistencia social, jubilaciones, etc.) o realizan “changas” en la ciudad, en tanto otros dependen enteramente de los ingresos obtenidos de la recolección de costa y la venta de sus productos. En la actualidad, el único recurso regulado es el mejillón. Esto se debe a dos motivos. Por un lado su característica de crecimiento hace que las semillas en crecimiento se agrupen y se aferren —lo que es conocido en tanto chofa— para luego aferrarse a su vez a un sustrato firme y estable. Estas poblaciones de mejillones —conocidas como bancos— quedan al descubierto en cada bajamar, siendo el único de estos recursos que a ciencia cierta se calculará cuánto podrá ser extraído, y establecer en consecuencia un cupo de extracción (Amato, 2010). Por el otro, es el recurso de mayor cantidad por temporada y de mejor comercialización. Este cupo es evaluado periódicamente por la autoridad de aplicación, y es dividido equitativamente entre todos los permisionarios, por lo que todos tienen el mismo techo de extracción. Estos permisionarios suelen ser los jefes de familia, algunos de los cuales cuentan también con permiso de redería, por lo que no viven únicamente de la recolección. Estos jefes de familia suelen ir acompañados por los hijos, siendo una parte fundamental de la economía doméstica y al mismo tiempo conformándose en actores que garantizarán la sustentabilidad de la actividad. En este sentido, tampoco tienen trabajadores rentados, pues la productividad está garantizada única y exclusivamente por y para cada Unidad Doméstica de Producción. Por las características del medio y del mejillón, éste se encuentra maduro para ser recolectado una sola temporada al año, desde marzo a julio. Los otros recursos suelen ser recolectados entre diciembre y marzo, por lo que hay cuatro meses de veda, desde agosto a noviembre (Slomka & Odriozola, 2010; Amato, 2010), pues el recurso está en proceso de maduración o no se encuentra. Durante esta época, los pobladores que viven del recurso se ven obligados a realizar otro tipo de tareas, algunas relativas a la pesca, como embarcarse con los marisqueros o trabajar en la redería. El Estado controla la extracción de los recursos a través de las "Guías de Pesca". Es un formulario por triplicado donde figura el lugar de extracción, el permisionario, el recurso y la cantidad. Estas guías son por triplicado, pues una copia es para el pescador, otra para la Secretaría de pesca, y otra para lo que los pescadores denominan "control". Se trata de un puesto de control colocado por el Gobierno Provincial que coincide con el ingreso al Área Protegida Península Valdés, ubicados ambos en la ruta provincial Nº 2. Este control fiscaliza lo que la gente se lleva del Área Protegida y deja 61

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registrado en un libro de actas cuál permisionario, qué recurso y eventualmente la cantidad que transportan. Esta modalidad alcanza a los permisionarios y a los pobladores locales, pues son los únicos autorizados. IV.-Conflicto y organización en la comunidad de El Riacho En este punto describiremos y analizaremos cómo fue la organización de la comunidad, el motivo de dicha organización y quiénes colaboraron en el proceso de formación de la figura legal. Partimos de entender al conflicto con los pescadores no locales como el disparador que dio lugar a esta unión. De acuerdo a Santa Ana “las playas del golfo San José son frecuentadas históricamente, además, por turistas durante la época estival. Algunos de ellos tienen por costumbre recolectar mariscos para consumo personal y, en algunos casos, para su comercialización” (Santa Ana, 2004: 10), lo cual producía no sólo el agotamiento y el consecutivo colapso del recurso, sino que esto generaba también el descenso productivo de cada Unidad Doméstica de Producción y el empobrecimiento de cada familia, ya de por sí en un estado de vulnerabilidad socioeconómica muy alto (Slomka & Odriozola, 2010).

Figura 2. Capturas de mejillón declaradas en toneladas. DGIMyPC. Vemos al año 1999 como ejemplo de no haber recolectado motivo del colapso que sufrió esta especie En el año 2001 los recolectores de costa elevaron notas a la autoridad de aplicación donde manifestaban situaciones tensas con otros pescadores que acudían al área de recolección. Según dicha documentación los usuarios conflictivos eran turistas y pescadores sin antigüedad en la actividad. En una de las notas, fechada el 10/05/01, se sugería que los recolectores y los residentes históricos fuesen beneficiados con la nueva medida, proponiendo implementar “...un sistema de manera que no se permita el ingreso de nuevos pescadores, exclusivamente para los bancos de El Riacho". Ese mismo año, y a través de la Nota Nº 869/2001 de la DGIMyPC, la autoridad de aplicación decidió convocar a una Mesa Técnica2 con el objeto de elaborar planes de manejo de las pesquerías del golfo San José. La misma se conformó con personal técnico de la administración pesquera provincial, miembros de la hasta entonces única 62

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organización de pescadores artesanales (APAMadryn) y científicos del Centro Nacional Patagónico. En dicho año, la autoridad de aplicación solicitó a la Mesa Técnica propuestas para la gestión de la pesquería de mejillón en El Riacho. La propuesta se centró en explorar el sistema de “Derechos de Uso Territorial” y otorgar a los permisionarios la posibilidad de que gestionen el recurso de manera sustentable. Esta propuesta se propuso en forma experimental durante los años 2002 y 2003 a través de la implementación de un Área de Evaluación, dentro de la cual se encuentra la comunidad. La Comunidad elaboró un reglamento de funcionamiento interno que planteaba, entre otros puntos, que era necesario el acompañamiento de la Dirección de Pesca. Acompañamiento que, de acuerdo a varios de los habitantes, no se hizo efectivo nunca. Ello surge de la disposición de la DGIMyPC Nº 84 del año 2002, donde se estableció:  Crear un Área de Evaluación donde se realizará un mapeo y diagnóstico del estado de los recursos y se asignará el uso de estos recursos a los permisionarios de la comunidad de El Riacho.  Suspender nuevos otorgamientos de permisos para recolectar bivalvos en el Área de Evaluación.  Y en la disposición de la DGIMyPC Nº 126, del mismo año, se prescribe:  Reconocer a los permisionarios como comunidad de El Riacho, quienes participarán en el equipo técnico.  Dar a los integrantes de la comunidad la exclusividad en la recolección manual realizada en el Área de Evaluación, así como participar en la custodia, mejoramiento y recuperación de bancos y de otra actividad que desarrollen en el lugar asignado.  Otorgar un año para evaluar el proyecto. De esta manera, y no sólo en términos informales, sino legales, esta experiencia desarrollada en El Riacho permitió delimitar un grupo de usuarios bien definido con derechos de uso. El modo de funcionamiento eran reuniones con carácter resolutivo, siempre y cuando hubiese quórum. En estas reuniones no estaban presentes todos los miembros de la comunidad, sino únicamente los permisionarios, pues se abordaban únicamente cuestiones relativas a la pesca. Para definir la membresía —y por ende el estatus de permisionario— a la comunidad, los recolectores presentes en las reuniones que dieron inicio al proyecto consideraron dos criterios: antigüedad y regularidad en la actividad. De este modo, la comunidad de El Riacho nace en tanto comunidad alrededor de una idea de pertenencia a la actividad. Ello fue logrado en parte por el acompañamiento de biólogos investigadores del Centro Nacional Patagónico que introdujeron la idea de los Derechos de Uso Territoriales en estas pesquerías (DUT's por sus siglas Derecho de Uso Territoriales de traducción del inglés TURF Territorial Use Rights in Fisheries). V.- Co-Manejo y DUT's en la comunidad de El Riacho En “La tragedia de los comunes”, Harding (1968) propone imaginar un pastizal cuyo uso sea compartido por un número de individuos. Cada uno de esos pastores tiene un número dado de animales en ese pastizal. Los pastores observan que a pesar 63

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de ese uso, queda suficiente pasto no utilizado para pensar que se podría alimentar aún a más animales, optimizando el área productiva. Consecuentemente, todos los pastores lo hacen y sobrepueblan el pastizal, y su capacidad para proveer suficiente alimento es sobrepasada. Por lo tanto, todos los animales mueren debido al agotamiento por sobreexplotación del recurso (Harding, 1968). Retomando la afirmación que hiciéramos anteriormente, donde planteábamos que la gestión comunitaria del ambiente es central en un proceso de desarrollo y fortalecimiento de la comunidad y su medio, Elinor Ostrom (Ostrom, 1998), en “Esquemas institucionales para el manejo exitoso de recursos comunes” plantea que esto se dará en un sistema autogestionario, donde los participantes elaborarán reglas. Entiende que la participación y el compromiso de todos los actores son centrales, pues este sistema se basa más en la participación en sí misma que en la actividad. Harding planteará que a través de esta participación, la población forzará primero a imponer controles sobre su uso y, más tarde hará lo propio sobre el número de personas que pueden aspirar a vivir en esa zona. Es decir, asistimos a lo que Robbins (2004) denominó como proceso de territorialización, un proceso de dominación y control de un espacio específico a través de institucionalizar actos y saberes, gracias a los cuales el Estado desarrolla una relación entre la población y el espacio geográfico. De este modo, el Estado reordena el territorio y las relaciones sociales a través de acciones y representaciones políticas concretas. Estos reordenamientos surgen como resultados de crisis en los paradigmas que rigen las políticas públicas. Producto de un cambio de paradigma en el mundo de la conservación, que se guiaba por una lógica que sostenía que el ambiente debía ser conservado libre de la presencia humana, surgieron distintas miradas que apuntaban a trabajar con comunidades locales. La implementación de los Derechos de Uso Territoriales marca un cambio en las políticas públicas desarrolladas en el territorio argentino. Sin embargo, no lo es en otros sitios, donde estos sistemas de organización se llevan a cabo. De acuerdo con Santa Ana, "tales sistemas son frecuentes en pesquerías tradicionales de pequeña escala, sobretodo en países en vías de desarrollo" (Santa Ana, 2004: 3). Esta autora planteará que hay un espectro entre el sistema convencional y el de manejo, situando la idea de co-manejo entre ambos. Retomando a Berkes (Berkes et al., 2001), Santa Ana propone definir este concepto como un acuerdo de sociedad en el que "gobernantes, la comunidad local de usuarios de un recurso [...], agentes externos [...], y otros entes involucrados con la pesquería [...] participan, comparten la responsabilidad y la autoridad en la toma de decisiones del manejo de la pesquería" (Santa Ana, 2004: 4). Siguiendo la línea de Ostrom, Wilson (Wilson, 2003) hará hincapié en dos puntos imprescindibles de este sistema de co-manejo: el apoyo institucional y el desarrollo comunitario. Éste es entendido en tanto proceso de promoción de saberes que generen capacidades autogestivas. De este modo, se apunta a lograr que el sistema sea sustentable, no sólo en un sentido económico, sino social y cultural: "la sociedad es quien [...] desarrolla estrategias de fortalecimiento comunitario, donde dicho proceso pasa a ser un objetivo central para la continuidad de la comunidad y de su oficio, pues éste es su patrimonio" (Amato, 2013: 135).

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VI.- Gestión pública vs. gestión comunitaria En este artículo abordamos un caso de pesquería artesanal donde sus integrantes toman las decisiones sobre el recurso y el territorio y las ejecutan. En términos generales, "la gestión apunta a mediar, alcanzar consensos y coordinar objetivos e intereses de la comunidad con los de las instituciones y organizaciones sociales con presencia eventual o permanente en el ámbito local" (Ixtacuy, s/f: 13). Esto es particularmente difícil, si tenemos en cuenta los distintos niveles de complejidad de la realidad social donde se están desarrollando políticas de gestión de recursos. Tengamos en cuenta que las instituciones centrales pueden tener una presencia fugaz (no llega a afianzarse en tanto Estado), a lo que se suman problemas burocráticos y conflictos locales. Estamos hablando de una gestión pública, entendida en tanto "proceso dinámico de confrontación de proyectos, articulación de esfuerzos y conflictos entre agentes" (Cabrero y García, 1994: 2). Subrayamos la idea de conflicto entre agentes, donde el Estado es aquél que propone instancias de solución, y que puede verse directamente comprometido en el conflicto, y hasta ser parte de los agentes en disputa. Convencionalmente, el manejo de los recursos es centralizado, con el Estado como único administrador del área y sus recursos. Es la autoridad de aplicación de reglamentaciones y normas que rigen el territorio, y donde los usuarios del territorio tienen un rol simplemente consultivo. Por otro lado, tenemos un manejo comunitario de los recursos (resources community based management o resources local management), donde las propias comunidades locales hacen uso y administran el territorio y los recursos. Contrariamente a una idea de la gestión pública, tenemos a la gestión comunitaria, que es un "conjunto de estrategias y acciones desarrolladas por autoridades locales orientadas a la consecución de un objetivo o para resolver problemas específicos [cuyos objetivos sean] garantizar la subsistencia de las familias, preservar su organización social y espacial y buscar mecanismos para vincular a los productores con el mercado" (Ixtacuy, s/f: 13), además de promover un desarrollo de la organización social y un fortalecimiento de los aspectos culturales propios de la comunidad. En este sentido, uno de los pobladores comentaba que "...nosotros nos organizamos con el Cenpat y logramos que la Secretaría nos diera todo esto. Ahora no pueden venir los turistas, y si vienen se pueden llevar una lata, para comer ellos, porque esto es de todos, pero nos tienen que pedir permiso. [...] nosotros trabajamos con la Secretaría, ahora está E., nosotros lo acompañamos, guarda sus cosas acá y lo ayudamos en el trabajo. [...] Él siempre nos ayuda en las reuniones, y es el que toma nota de todo lo que se dice en el libro de Actas. Al final votamos, tomamos nosotros las decisiones. Y él lo comunica a Rawson" 3. Observamos así muchos elementos que nos permiten entender este tipo de organización en tanto gestión comunitaria. Hay una organización propia, toman decisiones, deciden el ingreso, tanto al Área de Evaluación como a la comunidad, tienen capacidad resolutiva, dialogan, negocian y trabajan con el Estado, si bien "...debería fiscalizar acá en el Riacho y no en medio de la ruta, allá no ve nada de quién se está llevando de más". Además, la comunidad misma gestiona las épocas de veda. De ello da cuenta el relato de otro poblador: "...ahora está vedado por dos años, eso lo decidimos en la última reunión. Tomamos esa decisión porque el último relevamiento dio muy poco, sacamos para comer nosotros, pero no para la venta". Finalmente, otro permisionario comentó que "...desde que está la escuela, siento que el poblado tiene mucha más fuerza, nos podemos agarrar de otras partes para que sepan que existimos". Dice esto en alusión a la Escuela Rural Provincial Nº 214 65

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que fue inaugurada a fines de la década de los años 1990. Esta escuela tiene la particularidad de ser el centro social de la comunidad, pues las reuniones que se desarrollan por lo general en ella. Como toda escuela rural, hace las veces de una institución polifuncional, pues en ella se desarrollan actividades que eventualmente van más allá de lo estrictamente escolar. Tiene un significado de reconocimiento que va más allá de lo relativo al tema de la pesca. Es vista como la primera materialización de la realización en tanto comunidad: "[...] para mí la escuela es lo que hace que no nos vuelen de acá, es lo que da educación a los hijos de mis vecinos, y es la primera vez que nos dieron bola", dijo un pescador. Esto se perpetúa en el tiempo, y en la escuela no solo se dicta el nivel primario, sino también el secundario4. Observamos una cantidad de factores sociales que muestran un claro proceso de fortalecimiento comunitario a partir de la implementación del Área de Evaluación. Esto indica que este experimento fue más que satisfactorio, pues contribuyó a regular eficientemente esta pesquería: como observamos en la Figura 3, no sólo aumenta el nivel de mejillón capturado y declarado, sino que se mantienen los niveles de captura y declaración de los demás recursos.

Figura 3. Principales recursos recolectados por la comunidad y las capturas declaradas medidas en toneladas brutas. Años 2000, 2001 y 2002. DGIMyPC. Vemos lo determinante que es el recurso del mejillón para la comunidad en comparación con los demás recursos VII.- Conclusiones En el trabajo se elaboró una descripción de una comunidad cuyo oficio principal es la pesca artesanal, se comparó y analizó el tipo de gestión comunitaria de los recursos naturales con el tipo de gestión pública tradicional. Para ello, abordamos los conceptos de Derecho de Uso Territorial, Pesca Artesanal y Gestión Ambiental Comunitaria, todo ello tomando como estudio de caso la comunidad de pescadores artesanales El Riacho. 66

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Recurrimos a fuentes otorgadas por la administración pública, información brindada por numerosos actores, y observación de campo. Toda esta información, acompañada de un corpus teórico acorde al caso, nos posibilitó exponer los fundamentos por los cuales afirmamos que en este caso el modo de Gestión Ambiental Comunitaria es imprescindible en el proceso de fortalecimiento de organización política, social y económica de la comunidad, sus integrantes y su modo de vida, además de serlo para con el ambiente y los recursos de los que vive la comunidad. Actualmente la comunidad de El Riacho ha formado su propia Asociación de Pescadores Artesanales, separados de la APAMadryn, presentando proyectos de estímulo a la pequeña producción ante el Estado Nacional y Provincial, algunos de ellos han sido aprobados y se encuentran actualmente en desarrollo. Si bien los conflictos siguen estando, existe un marco para poder solucionarlos. Este marco da la posibilidad de pensar una nueva etapa y nuevas instancias de investigación. Notas Fragmentos de estos registros y entrevistas se encuentran presentes en el siguiente sitio: www.antropologiaypesca.wordpress.com 2 La Mesa Técnica es un espacio conformado originalmente por tres actores. El Estado a través de la Secretaría de Pesca, los pescadores a través de una Asociación, y el sector científico, en este caso el CENPAT. Estas Mesas son reuniones no vinculantes que se realizan sólo bajo pedido de uno de los cinco actores que actualmente la componen, pues a partir del año 2004 se sumaron a esta Mesa integrantes del Organismo Provincial de Turismo (OPT, hoy en día Subsecretaría de Turismo) y la administradora del Área Protegida Península Valdés. 3 Ciudad donde se encuentra la casa central de la Secretaría de Pesca. Nota del Autor. 4 http://www.elchubut.com.ar/nota/52828-la-escuela-214-del-riacho-san-jose-tendraahora-nivel-secundario/ 1

Bibliografía AMATO, Blas. 2010. Planes de co-manejo en el uso de los recursos naturales y culturales. En: El mundo sumergido. Una investigación antropológica de la pesquería del mejillón en Piriápolis y Punta del Este. Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República, Uruguay, pp. 81-104. AMATO, Blas. 2013. La Pesca y sus Patrimonios. Museónica, Vol. 1, Buenos Aires, pp. 128-136. BERKES, Fikret. 1985. Fishermen and the "tragedy of the commons". Environmental Conservation 12, pp. 199-206. BERKES, Fikret; MAHON, Robin; McCONNEY, Patrick; POLLANC, Richard y POMEROY, Robert. 2001. Managing Small-scale Fisheries. Alternative Directions and Methods. International development Research Centre (IDRC), pp. 320. CABRERO, Enrique y GARCÍA, Rodolfo. 1994. Gestión de servicios urbanos: un reto a las innovaciones en los gobiernos locales. En: Documentos de Trabajo, N° 15. CIDE, México. 67

Conflictos socioambientales. Una experiencia de gestión...

B. A. URIBURU

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