CONGRESO NACIONAL CAMARA DE SENADORES SESIONES ORDINARIAS DE 2005 ORDEN DEL DIA N° 1489 Impreso el día 16 de noviembre de 2005 SUMARIO COMISION DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO Dictamen en el proyecto de declaración del señor senador Cafiero y otros, declarando de interés la jornada del “Consenso de Buenos Aires, Una Nueva Agenda para América Latina Quince Años después del Consenso de Washington”. (S- 2912/05) DICTAMEN DE COMISION Honorable Senado Vuestra Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, ha considerado el proyecto de declaración, del señor senador Cafiero y otros, DECLARANDO DE INTERES LA JORNADA DEL " CONSENSO DE BUENOS AIRES, UNA NUEVA AGENDA PARA AMERICA LATINA, QUINCE AÑOS DESPUES DEL CONSENSO DE WASHINGTON ", CELEBRADA EL 23 DE AGOSTO DE 2005, EN PILAR, BS. AS. ; y, por las razones que dará el miembro informante os aconseja la aprobación del siguiente: PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación Declarar de interés parlamentario la Jornada del “Consenso de Buenos Aires, una Nueva Agenda para América Latina Quince Años Después del Consenso de

Washington”, que se celebró el 23 de agosto de 2005, en la ciudad de Pilar, Provincia de Buenos Aries.

De acuerdo con las disposiciones pertinentes del Reglamento del H. Senado, este Dictamen pasa directamente al Orden del Día. Sala de la Comisión, 2 de noviembre de 2005

Federico R. Puerta.- Mario A. Losada - Sonia Escudero.- Guillermo R. Jenefes.-

Marcelo E. López Arias.-

Mabel H. Müller.-

Pedro

Salvatori.- Rodolfo Terragno.ANTECEDENTE

PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación DECLARA: De interés la Jornada del “Consenso de Buenos Aires, una Nueva Agenda para América Latina Quince Años Después del Consenso de Washington”, celebrada el 23 de Agosto de 2005 en la Ciudad de Pilar, Provincia de Buenos Aires. Antonio Cafiero.- Cristina Fernández de Kirchner.- María C. Perceval.Haide Giri.- Mario A. Losada.- Rodolfo Terragno.- Mabel H. Müller.Miguel A. Mayns.- Carlos A. Reutemann.- Roberto D. Urquía.- Ernesto R. Sanz.- Gerardo R. Morales.- Rubén H. Giustiniani.- Roberto F. Ríos.- Jorge M. Capitanich.FUNDAMENTOS Señor Presidente: En aquellos tiempos de euforia de los mercados y fiebre neoliberal, allá por el año ’95, mientras muchos callaban, advertí la trampa a la

que nos llevaban los lineamientos rígidos del llamado “Consenso de Washington”. Publiqué un libro que se llama “El Peronismo que Viene”, y entonces dije: “En este mundo complejo e interdependiente, en el que la transnacionalidad de los procesos productivos y financieros, la globalización de los mercados, las economías abiertas y desreguladas.... la Argentina se ha alineado a la ortodoxia financiera y económica surgida de los grandes centros del poder mundial -El llamado Consenso de Washington-”, que representaba un conjunto de recomendaciones provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI) dirigidas a países dispuestos a reformar sus economías para pasar de la pobreza a la prosperidad, del cual la Argentina fue un ejemplar alumno, produjo graves consecuencias socioeconómicas que afectaron directamente a la prosperidad y bienestar del pueblo. Sostuve que se había regresado al viejo ‘patrón oro’ a través del plan de convertibilidad económica que prometía frenar la inflación; se abrió y desregularizó la economía, se privatizaron los servicios públicos que procuraban afanosamente atraer al capital extranjero. También agregué: “El rol que antiguamente cumplió Gran Bretaña, a través del Banco de Inglaterra y del dinamismo de sus inversores, está ahora desempeñado por el Fondo Monetario Internacional y los bancos e inversores del exterior, que monitorean minuciosamente el cumplimiento de las reglas de juego de aquella ortodoxia. Solo faltaría resucitar otra ‘Generación del 80’, que se haga cargo del correspondiente proyecto político, una nueva oligarquía de ‘notables’ integrada por peronistas conversos, neoliberales nativos y condecorados banqueros extranjeros”. Este modelo se sustentaba, en gran medida, en la producción de bienes y servicios no transables internacionalmente, lejos de alcanzar los niveles relativos- respecto del Producto Bruto Interno- de principios de siglo, o cómo lo habían protagonizado en aquel momento los denominados ‘Tigres Asiáticos’, o nuestro país vecino Chile. El funcionamiento de la economía argentina era en gran medida dependiente de factores exógenos, supeditado a decisiones- tanto de política económica y financiera como operativas- que fueron dadas ‘desde afuera’, y de la forma como esa realidad era interpretada por algunos grupos internacionales y sus gerentes locales. Como hombres y mujeres de la política, es nuestro deber continuar con el diseño políticas para superar aquella dependencia, sabiendo que tenemos que eludir los riesgos de aislarnos del contexto interdependiente en que se desarrolla la economía mundial. Cito nuevamente al ‘El Peronismo que Viene’ porque allí dije: “Teniendo en cuenta las experiencias del pasado, nos parece que el mayor desafío que el peronismo tiene por delante en este campo, cosiste en generar un modelo de crecimiento económico deliberadamente concebido ‘desde’ adentro, aunque proyectado ‘hacia’ afuera; un modelo que sea

funcional a las específicas carencias y potencialidades nacionales. Este sería el núcleo de una versión moderna de la independencia económica, que recogería la historia vocación autónoma de nuestros momentos fundacionales, tornándola compatible con las relaciones de interdependencia propias del mundo contemporáneo”. Debido a los efectos económicos y sociales producidos por la implementación de las políticas y medidas sugeridas por el ‘Consenso de Washington’, y en crítica a las políticas neoliberales aplicadas en la Argentina y el resto de América Latina a partir de 1990, es que se organizó en el marco de una jornada de debate y reflexión, la presentación de “El Consenso de Buenos Aires, Una Nueva Agenda para América Latina Quince Años Después del Consenso de Washington”. En el mismo participaron notables economistas como el Premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz, Roberto Frenkel y José Antonio Ocampo, la Senadora Nacional Cristina Fernández de Kirchner y el Jefe de Gabinete de Ministros Alberto Fernández. Fueron aquellas políticas las que indicaban que los mercados iban a resolver todos los problemas de la gente y que la riqueza producida iba a llegar a toda la sociedad por ‘efecto derrame’. En consecuencia, no hubo avances en la lucha contra la pobreza y el desempleo creció significativamente, potencializando la desmovilización política, la concentración del poder y la riqueza, ensanchando la brecha entre los que menos tiene y los que más tienen. He aquí, entonces, que la maximización de nuestra capacidad autónoma de crecimiento, devendrá finalmente del desarrollo de nuestras capacidades para competir en el mundo. Todo lo cual debe llevarnos a una sociedad más justa, igualitaria y participativa, más orgullosa de sí misma y, por ende, más libre e independiente. El modelo económico que implementa nuestro país debe ser acompañado por la reflexión, el debate y propuestas surgidas de jornadas como la de ‘El Consenso de Buenos Aires’, donde las sugerencias no sean motivo de imposición, sino de desarrollo que alienten a la recuperación económica y social de un país que día a día intenta fortalecer sus Instituciones. Por la razones expuestas es que le solicito a mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración. Antonio Cafiero.- Cristina Fernández de Kirchner.- María C. Perceval.Haide Giri.- Mario A. Losada.- Miguel A. Mayans.- Carlos A. Reutemann.- Roberto D. Urquía.- Ernesto R. Sanz.- Gerardo R. Morales.- Rubén H. Giustiniani.- Roberto F. Ríos.- Jorge M. Capitanich.-