Consejos para aprender a leer o como los padres nos pueden ayudar en los primero pasos con el aprendizaje de la lectura y escritura

Colegio Montserrat

FUHEM

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Como pueden ayudar los padres para un buen comienzo con la lectura Estos consejos nunca se deben convertir en rutinarios. Ni realizarse de forma sistemática de modo que sean forzosos para el alumno. Cada niño sigue su proceso de maduración y de la misma forma que en condiciones normales no enseñamos a hablar o caminar tampoco la lectura o la escritura deben convertirse en una carga para el niño que aprende. Igual que se respetan los procesos para aprendizajes como andar o hablar (sabemos que hay niños que arrancan a andar a los nueve meses y otros lo hacen a los catorce y acatamos su progreso como ocurre con el habla) del mismo modo acompañaremos en el aprendizaje de la lectura y de la escritura. “Las comparaciones son odiosas” Nunca mejor dicho en situaciones como el aprendizaje del lenguaje. No importa que mi vecino ya sepa leer y es de la misma edad o menganito que es de la misma clase también o fulanito que es mi sobrino también lo hace. Aquí lo que importa es adquirir una buena base para seguir adelante. Los buenos cimientos son fundamentales para sostener un buen edificio, del mismo modo que aprender con gusto y sin aburrimiento haciendo que el niño elija la escritura o la lectura como entretenimiento de un modo espontáneo, constituirán la base sólida donde se apoye su aprendizaje. Entre los 3 años y medio y los cuatro los niños comienzan a preguntar, en algunos incluso antes, sobre los carteles más frecuentes, sobre las marcas de coche sobre ¿Qué pone aquí? Y nosotros debemos decírselo. En su proceso normal comenzarán sobre estas edades también a escribir su nombre y a preguntar sobre las letras de su nombre y más adelante querrán escribir los nombres de sus padres o de sus amigos. En muchos casos, si tienen hermanos mayores, querrán ponerse con tarea para imitarles. Es un buen momento para que realicen copias de su nombre del de sus padres o del de sus amigos y que dibujen, coloreen, etc. sobre todo y lo más importante ¡Confiad

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en el colegio!

Sed lectores asiduos. El niño debe ver que en casa la lectura es algo a lo que se le da importancia. Si nosotros, los mayores leemos ellos también serán buenos lectores. El niño debe ver que la lectura es algo necesario y cotidiano.

Poner carteles en su habitación y por la casa. Comenzaremos con carteles en mayúsculas que definan objetos comunes de la habitación, como juguetes, armario, ventana, silla, mesa, etc. Iremos cambiando los carteles cuando conozcan esas palabras.

Tener el abecedario en la pared de su habitación. Ya sabéis que la CH y la LL no son letras del abecedario y que la y se pronuncia “ye”. Aprenderse algunas letras cada día

Leer cuentos todos los días. Junto a ellos es importante que todos los días leáis algún cuento. Además no os preocupéis porque os pidan repetidos, les encanta escuchar cuentos que ya les habéis leído antes.

Invitarle a que ojee cuentos frecuentemente. Incluid un tiempo para poner en la mesa del salón o de su habitación 7 o 10 cuentos para que los ojeen y los vayan mirando.

Reforzar sus hábitos cuando lee carteles, revistas, cuentos, etc. No debéis hacer una fiesta pero si sed generosos y amables cuando comiencen a leer sus primeras palabras. Jugar al veo veo. El juego clásico de adivinar palabras que empiezan con una letra. Juegos de segmentación. Si junto “para” y “aguas” que palabra sale, etc.

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Cantar canciones. Trabajar la memoria. Hay muchas canciones infantiles para enseñar, ya sabéis el patio de mi casa, aransansan, John Brown era un indicito, al pasar la barca, a la una vuela la luna, etc., etc.

Jugar a juegos que impliquen atención como juegos de cartas, oca, etc. Puede ser divertido ya lo veréis. Sobre todo en la aceptación de las normas y reglas de juego.

Realizar juegos de pista escritas. Escribid instrucciones sencillas para que descubran algo, en alguna parte de la casa. Cuando comienzan a leer les encanta jugar a esto.

Recitar poemas y rimas. Igual que las canciones, son la base imprescindible para la adquisición del lenguaje. Ladrillo a ladrillo construyo un castillo tan alto, tan alto que llega hasta el sol…

Ir a la biblioteca y sacar libros. Sabéis que habitualmente vamos todos los cursos a la biblioteca pero también vosotros habituaros a sacar libros junto a ellos. Lo agradecerán

Invitarle a que cuente sucesos de manera lógica y secuenciada. Primero cuando era por la mañana, después del corro que has hecho con la profesora, por ejemplo. O cuando ayer te quedaste en casa de tu amigo ¿Jugaste a los coches? ¿Merendaste?

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Escribir recetas. Vamos a hacer un bizcocho, coge papel y lápiz e escribe: Ingredientes: huevos, harina, etc Utensilios: tenedor, cuenco, etc Como se hace: echamos los huevos y mezclamos bien con el azúcar…

Escribir notas “Mamá nos hemos ido a jugar al parque, descansa un poquito y vienes a buscarnos, ya sabes junto a la fuente” No os preocupéis si al principio se comen palabra o letras o incluso antes su escritura es simplemente unas montañitas, lo importante siempre es el hecho, ya irán escribiendo como nosotros; de este modo descubren la funcionalidad del lenguaje. “Leer es comprender un escrito”, no descifrar el código.

Distribuir el tiempo de la tarde para que no todo sea TV o PC o video juegos. Incluid también la lectura. Hablad y pactar con ellos la distribución del tiempo Aprender los días de la semana, sobre todo a partir de cuatro años les viene bien. Comienzan a entender algunos aspectos de la sucesión del tiempo: mañana, tarde y noche. Fin de semana, etc.

Por último quisiéramos acabar con un decálogo que recoge muy bien este libro:

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Diez consejos infalibles para que los niños ODIEN los libros (para padres y maestros): 1. Cuando empiecen a leer en voz alta, interrúmpelos constantemente para marcarles sus errores. A ti también se te quitarían las ganas de seguir leyendo. 2. Oblígales a leer. Nada más eficiente que una simple palabra, “lee”, para conseguir el efecto contrario. 3. Menosprecia sus gustos y no respetes su criterio. ¿Qué es mejor, que lean lo que les gusta o que no lean? 4. Imponles lecturas. Esa novela que tanto te gustó a su edad no tiene por qué ser de su agrado. 5. Pídeles que te hagan un resumen. No dejes que asocien los libros con los deberes. 6. Controla todo lo que leen. Interesarse no significa examinarlos e interrogarlos. 7. Recuérdales los beneficios de leer. “Los niños que leen sacan mejores notas, como tu amigo”… y el chaval perdió las ganas de leer y tomó manía al amigo. 8. Relaciona los libros sólo con los deberes. Un libro no ha de ser sólo un instrumento para aprender cosas. 9. Castígalos sin tele por no leer. Convirtamos la tele en nuestro aliado: ¿cuántas películas infantiles se basan en libros? 10. Exígeles lecturas inadecuadas. No por ser bueno y correcto es adecuado a su edad o estado madurativo

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