CORRELACIONES DE CLASES

CORRELACIONES DE CLASES La estructura económica del Uruguay, analizada en un documento anterior, establece la base sobre la que se producen las correl

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CORRELACIONES DE CLASES La estructura económica del Uruguay, analizada en un documento anterior, establece la base sobre la que se producen las correlaciones entre las diferentes clases sociales. Se analiza en este documento la manera en que las diferentes clases se apropian de la riqueza producida, como se relacionan con las otras clases sociales y influyen sobre el estado; se analiza cuales son sus representantes políticos, cuál es la línea política que impulsan y cuál es su perspectiva. Cabe aclarar que si bien no puede considerarse como una clase de la sociedad uruguaya, se debe analizar el rol que juega en nuestro país la burguesía de los países imperialistas, ya que es, en definitiva, la clase dominante sobre el mismo en alianza con la gran burguesía autóctona. - LA POSICION (participación en la riqueza, relación con las otras clases, influencia sobre el estado, sus representantes políticos, su línea política, perspectivas) DEL IMPERIALISMO (BURGUESIA DE LOS PAISES IMPERIALISTAS) La clase predominante sobre todas las demás en nuestro país es la burguesía extranjera. La estructura económica del país está al servicio del gran capital extranjero. El mecanismo mas directo para la obtención de beneficios por parte del imperialismo es el de la deuda externa. La primera preocupación del Estado Uruguayo es el mantenimiento de los pagos de ese verdadero impuesto imperial que constituye la deuda externa. El Uruguay, como ya se señaló en el documento de estructura económica, asume una deuda externa que ya llega al entorno de los 40 mil millones de dólares y asume compromisos de pagos hasta el 2036, con la perspectiva de continuar aumentando el monto de la deuda y los plazos durante los que deberá pagarla. De esta manera, el imperialismo se asegura recibir un flujo constante de dinero que ya llega a casi unos 6 mil millones de dólares anuales, desde nuestro país. Así se cumple que “el monto de los vencimientos anuales significa un promedio diario de más de 16 millones de dólares, incluyendo domingos y feriados. Dicho de otra forma, dicha masa de dinero representa cerca de la mitad del presupuesto global del Estado.”1 Aparte de eso hay otros mecanismos mediante los cuales el imperialismo lleva adelante una explotación directa de los recursos y la fuerza de trabajo de nuestro país.

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WILLIAM YOHAI. “DEUDA PÚBLICA URUGUAYA: ACTUALIZACIÓN”. - postaporteñ@ 795 2012-07-03

Un mecanismo privilegiado en los últimos años ha sido el de la inversión extranjera directa, ya sea mediante la compra de empresas ya existentes o mediante la instalación de nuevas empresas, como ya se describió en el documento de estructura económica. Estas inversiones están dirigidas hacia los sectores con mayor desarrollo exportador y cuentan con todo tipo de subsidios estatales y prerrogativas especiales, lo que asegura a las multinacionales fuertes tasas de ganancia. “Los 28 tratados de protección de inversiones que tiene vigentes Uruguay y la participación en el CIADI (Centro de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones), hacen que las empresas trasnacionales tengan a su alcance un conjunto de posibilidades muy claras para intentar adecuar las políticas públicas a sus intereses particulares. También estos acuerdos le permiten intentar torcer disposiciones gubernamentales ya adoptadas, mediante amenazas de demandas o demandas propiamente dichas.”2 Uruguay ha desarrollado un fuerte sistema de subsidios estatales dirigidos fundamentalmente a facilitar la el desenvolvimiento de los capitales extranjeros que se asientan en el país. . “Algunos de los sistemas vigentes son Ley de Zonas Francas, el Régimen de admisión temporaria de importaciones, el Régimen de Puerto Libre. La innovación institucional más reciente es el Régimen de Promoción de Inversiones (Ley N° 16.906), que otorga beneficios fiscales a todas las inversiones de cualquier sector de actividad, beneficios que alcanzan hasta el 100% de la inversión elegible. Instalación en Zonas Francas (ZF)    

Exoneración de impuestos nacionales (excepto contribuciones a la seguridad social). Pueden realizar actividades industriales, comerciales o de servicios. Los bienes introducidos a la ZF se encuentran exentos de impuestos. Al menos el 75% del personal deben ser ciudadanos uruguayos. Régimen de admisión temporaria de importaciones 

Las empresas pueden importar insumos exonerados de impuestos que gravan la importación, con el objetivo que los mismos se utilicen para producir bienes a ser exportados (plazo 18 meses). Régimen de Puertos Libres  

Exoneraciones similares a las ZF. No se admiten actividades manufactureras. Las actividades principales son fraccionamiento y depósito.  Al interior del puerto, las mercaderías están exoneradas de tributos y aranceles. Régimen de Promoción de inversiones (Ley N° 16.906)  

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Los proyectos de inversión pueden obtener exoneraciones del impuesto a la renta de hasta el 100% de la inversión elegible, entre otros beneficios. Los beneficios a obtener dependen del monto a invertir y del cumplimiento de una serie de indicadores preestablecidos (generación de empleo, descentralización geográfica,

REDES-AT. Programa Uruguay Sustentable. “Uruguay ante el CIADI y los Tratados de Protección de Inversiones “. Enero 2011.



aumento de exportaciones, incremento del valor agregado nacional, utilización de tecnologías limpias, impacto del proyecto en la economía). Desde la entrada en vigencia del régimen en el año 2005, Uruguay ha promovido inversiones bajo este marco por un monto superior a los USD 3.500 millones (datos a julio 2010).”3

La burguesía extranjera cuenta con la alianza de las clases dominantes tanto en el sector financiero, como del sector agroexportador. Sus intereses coinciden casi completamente y de hecho actúan de manera completamente coordinada. Con el sector de la burguesía manufacturera existen, sin embargo, contradicciones debido a que el modelo que se impone en el país tiende a la primarizacion de la economía y a la desindustrialización del mismo. Sin embargo estas contradicciones no generan enfrentamientos, sino que se resuelven mediante la adaptación de la burguesía local a la estructura económica impuesta. Los sectores de la pequeño burguesía han experimentado un proceso de recuperación de los ingresos y de su nivel de vida, de la mano del modelo económico de apertura de la economía, auge del crédito y dólar barato. Sin embargo la carga fiscal ha aumentado sobre estos sectores, especialmente a partir del IRPF. A pesar de esto domina en estos sectores la identificación de sus problemas con las políticas focalizadas del gobierno. Es así que esta clase ve como su contrario, no a la gran burguesía nacional y al imperialismo, sino a los sectores más empobrecidos de la clase obrera y a los sectores marginales. La clase obrera, dirigida por el reformismo, no cuestiona el modelo vigente y ha negociado mejoras parciales en el marco de una profundización de las condiciones que facilitan la explotación imperialista del país. En definitiva, la gran burguesía imperialista ha logrado aliarse con los sectores dominantes del país al mismo tiempo que ha neutralizado, por ahora, a todos los sectores que objetivamente tienen intereses contrapuestos a la misma. El Estado uruguayo mantiene su característica principal de actuar de garante de los intereses de los principales sectores de la burguesía local, fundamentalmente la financiera y la agroexportadora, cuyos intereses están totalmente atados a los del imperialismo. En ese sentido el Estado actúa constantemente en defensa de los intereses imperialistas. La política exterior del Uruguay está alineada a la política del imperialismo, especialmente del norteamericano. El Estado uruguayo es, proporcionalmente a su población, el que mantiene el mayor número de cascos azules en el mundo, con tropas de ocupación desplegadas en Haití, Congo y el Sinaí. En el interior del país el Estado uruguayo asume como rol fundamental la defensa de los intereses de las multinacionales asentadas en el país. El aparato represivo, el aparato ideológico, el aparato burocrático administrativo, están al servicio del mantenimiento de 3

http://www.cpa.com.uy/soluciones/inversion-extranjera

condiciones favorables para la mejor explotación imperialista (mantenimiento del orden social, consumismo, imposición de los lineamientos ideológicos emanados del imperialismo en el sistema educativo, subsidios y facilidades administrativas para las inversiones extranjeras, etc.). En este marco, el imperialismo cuenta con el consenso de un amplio espectro político en la defensa de sus intereses. No solo los partidos tradicionales de la burguesía o los declarados defensores de sus intereses de clase, como el Partido Colorado, el Partido Nacional y el Partido Independiente, actúan en defensa del imperialismo, sino que también la socialdemocracia representada por el Frente Amplio, actualmente en el gobierno por segundo período consecutivo, ha degenerado hace tiempo en defensora a ultranza de los intereses imperialistas y de la burguesía local. Este amplio respaldo político permite al imperialismo dominar en forma absoluta toda la administración del estado, más allá de la rotación de los partidos en el gobierno, y de las proporciones en que se reparta el Parlamento. Las posiciones antiimperialistas y socialistas son defendidas por un espectro político, que si bien comienza a experimentar un proceso de crecimiento, aún se encuentra muy débil y extremadamente fragmentado, con escasa inserción en las masas. El contar con el respaldo de la socialdemocracia, frente a una oposición antiimperialista muy débil, le permite a la gran burguesía internacional, mantener un gran control ideológico y político sobre la clase obrera y los sectores históricamente enfrentados al imperialismo de la pequeña burguesía, por lo que la hegemonía imperialista sobre el país no ha experimentado en los últimos años, y no experimenta de momento, ningún cuestionamiento serio. Esta dominación se expresa en una serie de lineamientos políticos dominados por la idea de la conciliación de clases, la unidad nacional, que encubren una política exterior defensora de todas las posturas fundamentales de los países imperialistas, una política económica de apertura total del país a los flujos de capital extranjero, de superexplotación de la clase obrera, de profundización del modelo de país productor y exportador de materias primas, generador de servicios e importador de productos manufacturados, de extranjerización de los principales recursos naturales y de los sectores estratégicos de la economía.

La perspectiva del imperialismo en nuestro país es de preafirmación y profundización de la política anteriormente descripta, en el marco de la profunda crisis que afecta desde hace años el corazón mismo. En esa perspectiva cabe señalar que es inevitable que nuestro país afronte en el próximo período un proceso de deterioro económico y crisis, lo que generará inevitablemente fuertes tensiones sociales. En ese sentido, es esperable que el imperialismo mantenga firmemente su alianza con la gran burguesía local y sus representantes políticos y al mismo tiempo mantenga su apuesta por apoyarse en la socialdemocracia para, recurriendo al discurso de la unidad nacional, frenar en lo posible las luchas de los sectores explotados.

Al mismo tiempo no dudará un momento en impulsar todas las medidas represivas que sean necesarias para intentar sofocar a los sectores que mayor resistencia presenten. - LA POSICION (participación en la riqueza, relación con las otras clases, influencia sobre el estado, sus representantes políticos, su línea política, perspectivas) DE LA BURGUESÌA URUGUAYA: * La burguesía agroexportadora Es el sector social del país más beneficiado por la estructura del mismo, lo cual es lógico pues es quien, al ejercer el poder sobre el Estado históricamente, ha dirigido las políticas económicas que le dan forma a dicha estructura. El modelo de país productor de materias primas, en un contexto internacional de altos precios de las mismas, le ha dado a este sector ganancias históricas al apropiarse de la mayor parte de la riqueza producida en el país. “En cuanto a la evolución de los retornos al capital y los impuestos como proporción del PIB, se observa que la crisis trajo aparejado un importante incremento de este componente que se han mantenido elevado durante los últimos años y que en 2010 presenta su mayor valor próximo al 59%. Considerando que la masa de impuestos en el PIB es un componente relativamente menor, es posible afirmar que la caída en el peso de la masa salarial respecto a los niveles previos a la crisis tiene como contrapartida un incremento de la porción que se apropian los dueños del capital”4

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INSTITUTO CUESTA DUARTE ‐ PIT CNT. “La masa salarial entre 1998 y 2010”. Diciembre de 2011

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La infraestructura del país al servicio de la exportación, los subsidios estatales al sector, la diplomacia al servicio de la apertura de nuevos mercados, la inexistencia de cualquier tipo de trabas o quitas a las exportaciones han generado unas condiciones ideales para el beneficio de este sector. Profundamente aliada al imperialismo, sus intereses coinciden en la aplicación de una política económica que profundiza el modelo agroexportador. Interrelacionada históricamente en nuestro país con la burguesía financiera, sector que hoy en día está casi totalmente en manos extranjeras, no hay contradicciones en sus intereses. Con el sector de la burguesía con el que si hay algunas contradicciones es con el industrial, debido a que el modelo económico tiende a la primarizaciòn de la economía y es, por lo tanto contrario a un desarrollo industrial del país. Esta contradicción se resuelve mediante la adecuación del sector industrial a la estructura económica impuesta por el imperialismo y la burguesía agroexportadora, por la acción del Estado subsidiando a los capitalistas y por la superexplotación de la clase obrera. Estas condiciones generan una industria reducida y fuertemente dependiente de las exportaciones de productos seleccionados a destinos seleccionados, así como del mantenimiento de un consumo fuerte en el pequeño mercado interno, de bajos precios de la mano de obra y del apoyo del estado.

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Ibídem

De esta manera el sector de la burguesía industrial no presenta ninguna oposición a la dominación imperialista y de la burguesía agroexportadora, sino que busca adaptarse al modelo económico impuesto y es otra gran defensora de la estructura establecida en el país. Con la pequeño burguesía y con la clase obrera se da la misma situación que para el imperialismo, es decir las tendencias a la lucha por parte de los sectores explotados se han mantenidas aplacadas y son dominados por el discurso de la conciliación de clases y la unidad nacional. En Uruguay la burguesía y especialmente la burguesía agroexportadora detenta el poder del Estado. Como ya se desarrollo al analizar la situación del imperialismo respecto al Estado, todo el aparato del mismo está al servicio de la defensa de los intereses de este sector cuyos intereses coinciden con los imperialistas. Igual que el imperialismo, la burguesía agroexportadora cuenta con la representación de sus intereses no solo por parte de los partidos tradicionales, sino también de la socialdemocracia. Desde antes de ganar las elecciones para su primer período de gobierno, el Frente Amplio firma compromisos con los otros partidos políticos y con la ARU comprometiéndose a defender los intereses de la burguesía agroexportadora6. Luego de ganar las elecciones, pero antes de asumir el gobierno el FA firma acuerdos con los otros partidos políticos con representación parlamentaria comprometiéndose a mantener una política servil a los intereses de la burguesía y del imperialismo, en todos los principales planos políticos. Esto lo ha repetido al comienzo de su segundo período de gobierno. La política de gobierno llevada adelante a partir de que asumiera por primera vez, en 2005, ha confirmado en los hechos la afirmación de que el Frente Amplio representa objetivamente los intereses de la gran burguesía uruguaya. Esta situación política asegura a este sector la hegemonía sobre el resto de las clases del país ya que las posiciones antiimperialistas y antioligárquicas son defendidas por un espectro político muy débil, como ya se señaló. La línea política impulsada por la burguesía agroexportadora coincide con la descripta cuando se analizó al imperialismo y es la llevada adelante por el Estado uruguayo. Interesa señalar aquí que este sector no solo ha sido el mas beneficiado con el modelo económico, sino que encima ha logrado presentarse a la sociedad (a partir de su control sobre el aparato ideológico estatal y los medios de comunicación privados) como el sector responsable de la salida de la crisis que afectara al país a comienzos de la década del 2000, como el motor del crecimiento y como el sector que debe ser el primero en recibir las ayudas estatales en el caso de una crisis.

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Ver, por ejemplo: “DOCUMENTO FIRMADO ENTRE ARU Y LOS CANDIDATOS PRESIDENCIABLES”. Setiembre de 2004. http://www.aru.com.uy/novedad-ampliada.php?id=59&old=0

Este sector es el impulsor del discurso de la unidad nacional aprovechando el servilismo de la social democracia frenteamplista. La perspectiva de deterioro aun mayor de la economía mundial y la llegada de la crisis a nuestro país harán que este sector tienda a reclamar mayores niveles de subsidios estatales, mayores niveles de explotación de la clase obrera y capas medias, al mismo tiempo que utilizará por un lado a la socialdemocracia para difundir la consigna de la unidad nacional para aplacar la tendencia a la lucha de los sectores explotados y por otro lado recurrirá a la represión estatal para reprimir a los que no se sometan. * La burguesía industrial El sector industrial en el Uruguay se puede dividir en dos grandes grupos, por un lado el de la industria que está en manos de capitales extranjeros, constituido por las industrias de mayor tamaño, como UPM, las cadenas frigoríficas, etc., y por otro lado está el grupo de industrias que están en manos (por lo menos en parte) de capitalistas locales. En este segundo grupo se encuentran unas pocas industrias grandes y la casi totalidad de la mediana y pequeña industria. Al analizar la influencia de la burguesía imperialista sobre nuestro país, ya se ha incluido al primer grupo del que se hacía referencia más arriba, correspondiendo ahora platear el análisis correspondiente al segundo grupo, al de la burguesía industrial uruguaya. Este sector experimenta contradicciones con el modelo económico vigente, que tiende a una primarización de la economía uruguaya, y por lo tanto experimenta contradicciones con la burguesía imperialista y con la burguesía agroexportadora. Sin embargo estas contradicciones no tienden a derivar en un enfrentamiento, sino que las mismas se resuelven mediante la adaptación de la burguesía industrial al modelo impuesto. Esto se hace fundamentalmente mediante el aumento de los niveles de explotación de la clase obrera, mediante la especialización productiva, la exportación a nichos seleccionados de mercado y mediante los subsidios estatales. Estas características del sector lo hacen fuertemente dependiente de las ayudas estatales y del mantenimiento de niveles de explotación crecientes sobre la clase obrera. Es por eso que es el sector que ha enfrentado mayores niveles de enfrentamiento con los asalariados, en un marco general de fuerte consenso y paz social. Estos enfrentamientos, sin embargo no se han generalizado y han sido aislados en la mayoría de los casos por las propias direcciones de las organizaciones obreras, lo que ha permitido a la burguesía, con algunas concesiones por supuesto, mantener niveles de explotación (ellos lo llaman productividad) muy elevados, sin necesidad de grandes inversiones.

Respecto al estado, este sector, si bien no es quien ejerce la hegemonía sobre el mismo, mantiene una fuerte influencia que hace que sus reclamos sean atendidos y le segura un flujo constante de subsidios estatales, que son financiados por la explotación de la clase obrera y por diferentes sectores de las capas medias. En todos los partidos políticos mayoritarios existen sectores que representan los intereses de la burguesía industrial, aunque siempre sometidos al predominio de los representantes de los intereses del imperialismo y la burguesía agroexportadora. La línea política impulsada por este sector social no es, ni mucho menos, cuestionadora de la estructura económica y social, sino que busca obtener mejores condiciones para mantenerse en el marco de la misma. Por eso mismo este sector social reclama y continuara reclamando mayores asistencias estatales y mayores niveles de explotación de la clase obrera. Al pertenecer a uno de los sectores de la economía relegados por el modelo económico, y más vulnerable al estallido de crisis económicas, la perspectiva es que la burguesía industrial agudice sus posiciones contra la clase obrera y reclame fuertes niveles de represión estatal ante la resistencia que la misma pueda ofrecerle. -LA POSICIÓN (participación en la riqueza, relación con las otras clases, influencia sobre el estado, sus representantes políticos, su línea política, perspectivas) DE LAS CAPAS INTERMEDIAS. Consideramos en este punto a profesionales independientes y aún en relación de dependencia pero con niveles de ingresos altos, pequeños productores rurales, pequeños burgueses urbanos, y también a asalariados de nivel gerencial. Los sectores de la pequeño burguesía, tanto urbanos como rurales, mantienen una relación con el modelo económico similar a la descripta para la burguesía industrial, es decir, si bien tienen contradicciones con los intereses del imperialismo y de la gran burguesía agroexportadora, la resolución a esta contradicción se da mediante una búsqueda de adaptación al modelo y no (excepto algún caso muy puntual) mediante el choque con el mismo. La estructura económica del país tiende a la extensión de la gran explotación rural y a la dependencia de las importaciones por encima de la producción industrial local, por lo que, tanto la pequeña burguesía rural, como la urbana tienen objetivamente intereses contrarios a los del imperialismo y la burguesía agroexportadora. Sin embargo el modelo económico ofrece salidas, que si bien a largo plazo no son sustentables, logran aplacar dichas contradicciones. Por ejemplo a nivel rural se ha extendido el mecanismo del arrendamiento de tierras por parte de pequeños productores a los grandes capitales agrícolas, convirtiendo a los pequeños productores en rentistas, lo que ha anulado cualquier posible resistencia de los mismos ante la extensión del modelo de explotación agrícola de grandes extensiones con destino a la exportación.

Por otro lado, el auge del crédito y el aumento de los niveles de consumo y de actividad económica, han permitido a estos sectores, en este caso especialmente a nivel urbano, el acceso a mayores niveles de ingreso. Esto se ve también entre los sectores de asalariados de mayores ingresos, pertenecientes a los niveles de dirección de la economía. Al considerar por separado a la capa de asalariados de mayores ingresos, (conformada por profesionales con relación de dependencia y quienes ocupan cargos gerenciales) de las capas de menores ingresos, empleados y obreros se observan grandes diferencias. “En el gráfico siguiente se observa que la masa salarial de Gerentes y Profesionales registró una menor caída relativa durante la crisis y alcanzó un incremento levemente mayor en la etapa más reciente de fuerte crecimiento económico. De esta forma, mientras en los 12 años analizados la masa salarial de Obreros y Empleados creció 14%, la masa salarial de Gerentes y Profesionales lo hizo en 25%. Esto se explica tanto por un mayor crecimiento del empleo de esta clase de ocupados como por un mejor desempeño relativo de sus salarios.

Al analizar ambas masas salariales sobre el PIB se observa que mientras la que corresponde a Gerentes y Profesionales cae un punto porcentual durante la crisis y actualmente se encuentra próxima a los niveles de 1998, la masa salarial de Obreros y Empleados cae desde 27,2% del PIB en 1998 hasta 23,5% en 2010. Esto permite concluir que han sido los obreros, empleados y trabajadores dependientes menos calificados quienes sufrieron la mayor pérdida de masa salarial en el período analizado, lo que se explica tanto por un menor crecimiento relativo del empleo como por un peor desempeño de sus salarios.”7

INSTITUTO CUESTA DUARTE ‐ PIT CNT. “La masa salarial entre 1998 y 2010”. Diciembre de 2011. (Los gráficos son extraídos del mismo documento) 7

El análisis anterior demuestra las enormes diferencias entre la capa más alta de asalariados, y la gran mayoría de los mismos que perciben ingresos mucho menores.

En definitiva, se puede afirmar que los sectores de capas medias han visto aumentar fuertemente sus ingresos, lo que a pesar de que también ha aumentado el peso impositivo sobre ellos, ha servido para comprar su apoyo al modelo y a que no cuestionen la estructura económica y social. Sin embargo el modelo económico vigente genera perspectivas no muy halagüeñas para estos sectores, ya que se da una tendencia al aumento del endeudamiento de los mismos, al mismo tiempo que se comienza a vivir el final del ciclo ascendente de la economía, lo que repercutirá sin dudas en un descenso de sus niveles de ingreso. Respecto al Estado, estos sectores no tienen un poder real sobre el mismo, aunque muchos de los actuales integrantes del gobierno, en todos los niveles, provienen de este sector social. Al mismo tiempo es posible incluir dentro del mismo, a muchos funcionarios del aparato burocrático estatal. Sin embargo este sector social no ejerce un verdadero poder sobre el estado, sino que su rol es el de ocuparse de parte de la administración del mismo, siempre bajo el control y los mandatos de los verdaderos dueños del poder estatal, la gran burguesía. A nivel político los representantes de las capas medias son diferentes sectores del Frente Amplio. Actualmente en el gobierno, desde hace casi una década, este partido político ha adoptado una línea totalmente afín a los intereses del imperialismo y la gran burguesía como ya se ha descripto en este documento.

La línea política impulsada por este sector social es totalmente afín al mantenimiento del modelo, con la inclusión de reclamos hacia el estado de mejoras hacia su situación. Estos reclamos están especialmente dirigidos contra la fuerte carga impositiva que les impone el estado y que lejos de identificar con la financiación de los subsidios destinados al gran capital, son identificados, en el discurso de este sector social, con las políticas asistencialistas dirigidas a los sectores marginales y con las mejoras salariales que puedan recibir los empleados públicos. La perspectiva para las capas medias es que se avecinan fuertes descensos en sus niveles de ingreso y en sus condiciones de vida, en la medida que se acelere el freno que está sufriendo la economía y se abren perspectivas de crisis. Ante esta situación es esperable una reacción de este sector social, pero, ante la falta de un liderazgo fuerte por parte de la clase obrera, este descontento tendera a ser aprovechado por los representantes más tradicionales de la gran burguesía. -

LA POSICION (participación en la riqueza, relación con las otras clases, influencia sobre el estado, sus representantes políticos, su línea política, perspectivas) DE LA CLASE OBRERA

Una manera de expresar la porción de la riqueza que se apropia la clase obrera consiste en considerar la masa salarial y su relación con el PBI. “En el siguiente gráfico se muestra como ha variado el peso de la masa salarial en el PIB. Al comienzo del período, entre 1998 y 2000, la masa salarial se mantiene relativamente constante en términos del producto, representando aproximadamente un 34% del PIB. A partir de 2000 y acompañando la crisis, dicha proporción cae sistemáticamente reflejando que la caída de la masa salarial fue muy superior a la caída del producto. Entre 2003 y 2005 se registra la relación masa salarial/PIB más baja del período con niveles próximos a 26%. Finalmente, entre 2006 y 2010 se observa un período que marca cierta recuperación de la masa de ingresos salariales pero que se ubica en niveles de entre 29% y 30% del PIB, notoriamente inferiores a los registrados en 1998.”

“Si bien en 2009 la masa salarial representó el 31,3% del producto, esa mayor proporción se explica fundamentalmente por la fuerte desaceleración del crecimiento del PIB causada por la crisis internacional. Sin embargo, en 2010 se retoma el fuerte crecimiento económico y la relación retorna a 30%. Proyectando lo que pueda ocurrir en 2011, si se toman en cuenta tanto los datos ya conocidos como las expectativas para lo que resta del año, es factible que tanto el producto como la masa salarial crezcan aproximadamente un 6%, lo que supondría un nuevo año con una relación masa salarial/PIB próxima al 30%. Por lo tanto, pese al registro de 2009, es posible afirmar que en los últimos años el peso de la masa salarial en el PIB ha logrado cierta recuperación respecto al piso alcanzado en la crisis, pero se encuentra estancado y lejos de los niveles registrados a fines de la década del 90.”8 En el análisis anterior se considero en conjunto la masa salarial, sin diferenciar las diferentes capas en que se dividen los asalariados. Sin embargo anteriormente se analizo las diferencias salariales entre los sectores gerenciales y los sectores de empleados y obreros que constituye la gran mayoría de la población. En ese sector es que conviene centrar el análisis con más detalle. “Entre el total de ocupados, interesa analizar con mayor profundidad la situación de los asalariados (trabajadores en régimen de dependencia laboral) que en 2011 fueron en promedio 1.151.657, es decir, un 72,6% del total de ocupados en la economía. El siguiente cuadro muestra que casi 650.000 asalariados ganan menos de $ 14.000 en su empleo principal, representando más de 56% del total. Los asalariados informales son un 15% del total y en su gran mayoría cuentan con remuneraciones en niveles muy sumergidos. Entre los asalariados formales, casi dos de cada tres ganan entre $ 6.000 y $ 20.000 líquidos. A nivel geográfico, el interior y particularmente las zonas rurales presentan niveles salariales significativamente más bajos. De los 650.000 trabajadores dependientes que ganan menos de $ 14.000 líquidos, unos 250.000 son de Montevideo mientras que 400.000 son del resto del país

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INSTITUTO CUESTA DUARTE ‐ PIT CNT. “La masa salarial entre 1998 y 2010”. Diciembre de 2011

El nivel educativo alcanzado por los asalariados es un factor determinante para explicar las remuneraciones que perciben. Entre quienes tienen hasta primaria completa, un 54% gana menos de $ 10.000 mientras que 36% gana entre $ 10.000 y $ 20.000. En el otro extremo, los asalariados con universidad completa tienden a concentrarse en los niveles salariales más altos: el 33% gana entre $ 30.000 y $ 50.000 mientras que un 23% percibe remuneraciones líquidas por encima de $ 50.000“ “Un último aspecto relevante a considerar es la distribución de los niveles salariales por grandes sectores de actividad. En términos relativos, entre los más sumergidos se encuentra el sector primario (agricultura, ganadería y pesca) y el sector de comercio restaurantes y hoteles. El más grande es el de los servicios que tiene más de 210.000 asalariados que ganan menos de $ 14.000. Por su parte, el sector con remuneraciones más elevadas es el de establecimientos financieros con casi un 25% de trabajadores que ganan más de $ 30.000.” 9

Como se puede ver, no solo el conjunto de la masa salarial representa una porción pequeña del PBI, sino que al desagregar se ve que la gran mayoría de trabajadores perciben una porción mucho menor aún de la riqueza producida en el país. A pesar de esto, la clase obrera ha mantenido un largo periodo de relativa calma en su relación con las clases explotadoras. La clase obrera está dominada por la ideología impuesta por su enemigo, la ideología de la burguesía. El discurso de unidad nacional, de conciliación de clases, se ha impuesto (salvo las excepciones normales que reafirman por supuesto la vigencia de la lucha de clases) de la mano de la llegada al gobierno del Frente Amplio que con su política socialdemócrata ejerce la hegemonía no solo como dirección política de la clase, sino también ejerciendo el control directo de la mayoría de las organizaciones obreras.

La estrategia impuesta a la clase obrera es la de la conciliación con las clases explotadoras, la de la negociación por mejoras parciales, sin cuestionar el modelo económico del país. De esta manera, la clase obrera no ha generado ninguna reacción seria ante el avance de la intervención imperialista y tampoco ha logrado dar una lucha adecuada para disputar a la burguesía una mayor porción de la riqueza producida. Ante la falta de una estrategia independiente, de confrontación de clases, con perspectivas de disputar el poder a la burguesía aliada al imperialismo, la clase obrera es incapaz de ejercer su liderazgo sobre otros sectores que potencialmente podrían ser sus aliados. Es así que lejos de liderar a sectores de capas medias y de la pequeño burguesía en un enfrentamiento con el imperialismo, la clase obrera actúa de furgón de cola de los intereses de las otras clases.

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INSTITUTO CUESTA DUARTE - PIT CNT.

“El nivel de los salarios en 2011”. Julio de 2012

Con respecto al Estado se deben distinguir dos aspectos. En primer lugar, y más allá del discurso de unidad nacional y de conciliación de clases, la relación entre el estado y las luchas de la clase obrera sigue siendo la misma, el estado ejerce el rol de represor para garantizar los intereses de la burguesía ante cualquier conflicto que se desata. En segundo lugar, se ha dado y se continúa profundizando un entrelazamiento del aparato burocrático estatal con las cúpulas de las organizaciones obreras. Por un lado hay muchos ex dirigentes de organizaciones sociales y sindicales ejerciendo cargos de gobierno, tanto en el ejecutivo como a nivel parlamentario. Por otro lado la enorme mayoría de los principales dirigentes sindicales y sociales actúan en la doble función de representantes de sus organizaciones y de representantes del gobierno. De esta manera se cierra aún más el control sobre las organizaciones sindicales y sociales por parte del Frente Amplio y del Estado de manera que las mismas degeneran en aparatos burocráticos con estructuras en muchos casos irrecuperables. Así se explica la aparente contradicción entre el aumento de la afiliación a los sindicatos y la disminución de la capacidad real de movilización de la clase obrera. Es que el modelo de organizaciones sindicales y sociales que predomina ampliamente es uno donde la estructura de la organización es piramidal, de gran escala, dirigida por un grupo de negociadores profesionales donde los trabajadores de base son agentes pasivos o como máximo agentes de presión a utilizar en la mesa de negociación para obtener los máximos resultados posibles sin cuestionar el modelo económico, la distribución de la riqueza ni la paz social. Las bases sindicales ha debido sin embargo llevar adelante luchas ante las malas condiciones de trabajo y los bajos ingresos, pero esas luchas son aisladas y repudiadas por las direcciones sindicales, que utilizan las estructuras de las organizaciones para intentar aplastar esas luchas. Esta situación no se ha extendido masivamente y se trata en general de casos aislados, aunque la perspectiva es que vayan creciendo en número a medida que el crecimiento económico del país decrece y se aproxima una situación de decrecimiento e incluso de crisis. Las posiciones alternativas, antiimperialistas y socialistas, son minoritarias tanto a nivel político como a nivel social sindical, al mismo tiempo que padecen de un alto grado de fragmentación. El proceso de generar una alternativa política al Frente Amplio, que sea visible y creíble para las masas, se encuentra aún en sus primeras fases, así como la creación de una alternativa al modelo de organización sindical y social impuesto por los aparatos frenteamplistas. Actualmente existe un enorme número de pequeñas organizaciones de izquierda con nula o poca incidencia a nivel de masas y que recién comienzan a lograr avances significativos en el proceso de unidad para generar una alternativa política antiimperialista y por el socialismo.

Por otro lado la militancia clasista sindical - social sigue siendo muy minoritaria, en general sin respaldo de masas y sufriendo un profundo proceso de división. De esta manera la línea política asumida por la clase obrera es y seguirá siendo por lo menos en el mediano plazo, mayoritariamente reformista, apostando a la conciliación de clases y no cuestionadora del modelo económico existente ni de la dominación de las clases explotadoras. El análisis de la distribución del ingreso ha demostrado que en los momentos de crisis es siempre la clase trabajadora y especialmente los sectores de menores ingresos, que son a su vez la gran mayoría, quienes sufren los peores efectos de la misma. Como ya se ha mencionado en reiteradas ocasiones la economía uruguaya enfrenta el fin de un largo ciclo expansivo donde la clase trabajadora recibió una ínfima parte del aumento de la riqueza y no logró alcanzar los niveles previos a la última crisis. Es decir que objetivamente la clase obrera uruguaya esta hoy en peor situación ante una crisis económica, que lo que estaba antes de la del 2002. Sometida a una fuerte tenaza por parte de su actual dirección socialdemócrata, la clase obrera tendrá dificultades para luchar y reaccionar antes del estallido de una crisis, cosa que si lo están haciendo las clases explotadora.

SÍNTESIS Y ALGUNAS CONCLUSIONES Hemos visto al analizar la correlación de clases en nuestro país, que la burguesía agroexportadora, unida al imperialismo, ejerce una dominación sin cuestionamientos sobre el resto de las clases sociales y detenta el poder estatal. La burguesía industrial de ninguna manera se plantea enfrentarse a este sector y, por el contrario, apuesta a aumentar los niveles de explotación de la clase obrera para adaptarse mejor a la estructura económica impuesta. Por otro lado las capas medias tienden a reforzar su afiliación a las propuestas de los sectores políticos representantes de la gran burguesía, fenómeno agravado por la dominación de la clase obrera por parte de la socialdemocracia con su política proimperialista. La clase obrera, dominada por el reformismo y por la lógica de la conciliación de clases, se encuentra indefensa ante las clases dominantes y se acerca a un proceso de crisis económica para la cual está en peores condiciones que en el 2002. De esta manera la perspectiva es que será en un escenario de fuerte deterioro de sus condiciones de vida, de aumento de la explotación y la represión, cuando la clase obrera deberá generar una alternativa política y una nueva dirección sindical y social, con fuerte inserción entre las masas y con respaldo de otros procesos populares a nivel internacional y especialmente regional. Esto último es de carácter fundamental ya que sin el apoyo de la clase obrera y sectores explotados de otros países no es posible que la clase obrera uruguaya logre enfrentar con éxito al imperialismo, que se constituye en la principal fuerza enemiga.

Es fundamental para todo esto, el avance en el proceso de unidad de las organizaciones políticas antiimperialistas y de lucha por el socialismo en nuestro país, para poder avanzar en un trabajo de inserción política entre las masas que permita levantar un programa antiimperialista y de avance hacia el socialismo, no solamente dirigido hacia la clase obrera, sino también a todos los sectores objetivamente enfrentados a la dominación de la gran burguesía aliada al imperialismo. Y es fundamental, también, la conformación de una alternativa clasista, desarrollada desde las bases sindicales y sociales, que puedan rodear las luchas y darles una perspectiva de conjunto, desalojando de la dirección del movimiento obrero a las direcciones conciliadoras. En ese sentido, debe subrayarse que lo fundamental es la generación de organización para luchar desde las bases sindicales y sociales. De nada sirve sustituir una dirección burocrática con un discurso conciliador, por una dirección burocrática con un discurso confrontativo. Se trata de romper la estructura impuesta a las organizaciones sindicales y sociales que somete a las bases a meros espectadores y legitimadores de lo que su dirección hace, lo que hunde su conciencia y su capacidad de lucha, cambiándola por otra estructura donde los trabajadores de base sean protagonistas en la determinación del rumbo político de las organizaciones y en la defensa del mismo mediante la lucha. Solo a partir de este proceso se podrá en algunos casos recuperar sindicatos u organizaciones sociales, y en otros casos generar nuevas organizaciones cuando las viejas sean irrecuperables. Solo a partir de este proceso se puede pensar en cuestiones como centrales alternativas al burocratizado PIT-CNT. Solo en este caso se logrará generar una dirección verdaderamente clasista, con verdadero respaldo de masas, con verdadera fuerza para luchar.

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