CRONISTAS E HISTORIADORES

CRONISTAS E HISTORIADORES LUIS GONZÁLEZ OBREGON Cronistas e Historiadores MÉXICO EDICIONES BOTAS 19 3 6 Es propiedad del Editor hecho el depós

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CRONISTAS E HISTORIADORES

LUIS

GONZÁLEZ

OBREGON

Cronistas e Historiadores

MÉXICO EDICIONES BOTAS 19 3 6

Es propiedad del Editor hecho el depósito que marca la L e y : Copyright by Botas' Editions.

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A la memoria de mis maestros y amigos, D. Jacobo María Sánchez de la Barquera, D. José María de Agreda, D. Vicente de P. Andrade

D. Francisco Sosa, quienes con sus libros, consejos y enseñanzas me guiaron en mis estudios históricos. El autor.

El Capitán Bernal Díaz del Castillo.—Conquistador y Cronista de Nueva España

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El Abate Francisco Javier Clavijero.—Noticias Bio-Bibliográíicas

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Vida y Obras de Don José Fernando Ramírez . .

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Don Francisco del Paso y Troncoso.—Sabio Arqueólogo y Lingüista Mexicano 175 Dr. D. José María Marroquí.—Cronista de la Ciudad de México 199 Genaro García.—Su Vida y su Obra

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El Capitán Bernal Díaz; del Castillo, Conquistador y Cronista de Nueva España

BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO Retrato apócrifo (Véase pág. 76.)

EL CABALLERO GUILLERMO DE LAUNOY Grabado de la obra "París y sus Alrededores", de donde se tomó el retrato apócrifo del viejo cronista

CAPITULO

PRIMERO

NOTICIAS BIOGRÁFICAS OCAS son las noticias que poseemos acerca de los primeros años de la vida del famoso capitán e inimitable cronista Bernal Díaz del Castillo. Sabemos quiénes fueron sus padres —Francisco Díaz, de distinguida familia, y María Diez Rejón— y dónde vio la luz primera, la ciudad de Medina del Campo en Castilla la Vieja. Pero ni el año de su nacimiento, ni pormenores relativos a su niñez han llegado hasta nosotros. (1) Muy joven aún se lanzó a la azarosa existencia de aventurero y conquistador, impulsado por el espíritu que animaba a sus coetáneos, por ardor caballeresco o por afán de lograr fortuna, aunque él mismo protesta que ni en sus primeras expediciones ni en las empresas posteriores, le guió otro móvil que servir a Su Majestad y a la Fe Católica. Mas sus quejas repetidas sobre el reparto del botín y sus reiteradas instancias para asegurar las encomiendas, hablan muy elocuentemente en sentido contrario. Disculpemos, empero, estas debilidades, comunes a todos sus contemporáneos, y en gracia de la sencillez, del

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(1) En el número 4, tomo VIII de la 4a. época de los "Anales del Museo Nacional" publicó nuestro amigo don José de J. Núñez y Domínguez unos documentos encontrados en el Archivo de Indias por don Francisco del Paso y a n c o s o , y entre ellos está una carta dirigida a Felipe II Por Bernal Díaz del Castillo, fechada a 29 de enero de 1667, en la cual asegura que tenía setenta y dos años de € dad, así es que nació en 1495.

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candor y de los servicios que prestó el buen Bernal; y muy principalmente por habernos legado una inestimable crónica, que a pesar de todos sus deiectos de estilo y de íondo, es el documento más auténtico y veraz que tenemos, junto con las "Cartas" de Hernán Cortés, para escribir la historia de la Conquista. Bernal Díaz en su obra ruda, pero pintoresca, nos transporta a aquellos tiempos; presenciamos con él tocios ios sucesos; conocemos con sus retratos, íaltos üe arte, mas Henos üe vida y colorido, a todos ios héroes, a todos ios conquistadores, desde el último soidado hasta el audaz conquistador jefe de la atrevida empresa, En esta obra que nunca se cansa uno de leer y consultar, su autor nos dejó consignados muchos datos para su biograna: en ena se reiieja ei hombre, rudo y iranco, y ei verdadero cronista: desalmado, pero sincero. En 1514 salió de España en compañía de .Pedro Arias de Avila, Gooernador de Tierra Eirme, con quien llegó a la ciudad llamada Gracias a Dios. Aquí, atacado de la peste que había entonces, como a ia mayor parte de ios soldados, le salieron llagas en las piernas, y después de naoer presenciado los disturbios entre Arias y vasco rsunez de naiboa, ue común acueruo con algunos companeros e hidalgos, y previa licencia oei citado Gobernador, paso con eiius a ia isla de Cuba. Embarcóse en La Habana con la expedición de Francisco nernández de ^oruooa, para uescuorir a Yucatán, ei día 6 de lebrero de i5t7. Estuvo en ei reencuentro de la punta de Catóme; más adelante en ia batana campal de cnampoton, donue los menos en justa deiensa ue su territorio, mataron a la mitad de ios invasores, hiriendo a Hernández de Córdoba, que al un murió. Jbernai Díaz recibió tres iiechazos; uno en ei costado izquierdo, tan grave "que le pasó a lo hueco." i>e vuelta de tan miortunaua empresa, costeó a la Florida, yendo en el buque del célebre piioto Antón de Alaminos, y tuvo otro reencuentro en el que también salió herido. Con no pocos trabajos, sufriendo

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muchas penalidades, enfermo y pobre, llegó por fin a Santiago de Cuba "adonde estaba —dice— el Gobernador Diego Velázquez, el qual andaba dando mucha oriesa en enviar otra armada: y quando le fuí a besar las manos, que éramos deudos, él se holgó conmigo, y de unas pláticas en otras me dixo, que sí estaba bueno de las heridas para volver a Yucatán, E yo riyendo le respondí, ¿que quién le puso nombre Yucatán? que allí no le llaman así. E dixó, Melchorejo el que truxiste lo dice. E yo dixe: mejor nombre sería la tierra donde nos mataron la mitad de los soldados que fuimos, y todos los demás salimos heridos. E dixo: bien sé que pasastes muchos trabajos, y así es a los que suelen descubrir tierras nuevas, y ganar honra, e su Magestad os lo gratificará, e yo así se lo escribiré. E ahora, hijo, id otra vez en la armada que hago, que yo haré que os hagan mucha honra, y diré lo que pasó." Vino con Juan de Grijalva el año 1518 a otros puntos del nuevo Continente, y durante la exploración de Coatzacoalco, cúpole la fortuna de haber introducido por primera vez en Nueva España el cultivo y aclimatación del naranjo. Pero escuchemos cómo refiere él mismo este suceso: 'También quiero decir como yo sembré unas pepitas de naranjas junto a otras casas de ídolos; y fué desta manera: que como había muchos mosquitos en aquel río, fuíme a dormir a una casa alta de ídolos, y allí junto a aquella casa sembré siete u ocho pepitas de naranjas que había traído de Cuba, y nacieron muy bien porque parece ser que los Papas de aquellos ídolos les pusieron defensa para que no las comieran las hormigas, y las regaban y limpiaban, desque vieron que eran plantas diferentes a las suyas. He traído aquí esto a la memoria para que se sepa que estos fueron los primeros naranjos que se plantaron en la Nueva España: porque después de ganado México y pacificados los pueblos sujetos de Guazacualco, túvose por la mejor Provincia, por causa de estar en la mejor conmodación de toda la Nueva España, así por las

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minas que las había, como por el buen puerto, y la tierra de suyo rica de oro, y de pastos para ganados, y a este efecto se pobló de los más principales conquistadores de México, e yo fui uno, y fui por mis naranjos, y traspáselos, y salieron muy buenos." De regreso a Cuba, volvió una vez más a embarcarse el año 1519, en la tercera, última y más notable de las expediciones. Vino en el navio San Sebastián, que estaba a cargo de Pedro de Aivarado, quien fué su jefe en toda la campaña, excepción hecha del ataque y derrota contra Panfilo de Narváez, pues en esta acción militó a las órdenes de Cortés. Sería largo referir todos y cada uno de los episodios en que se halló durante la conquista de México. El mismo los ha consignado en su Historia, y nos bastará decir que fué protagonista en los principales. Presenció la sangrienta y horrible matanza de Cholula; triunfante muchas veces, salió derrotado, pero con vida, de peligros tan tremendos como el de la Noche Triste. Estuvo presente en la atrevida prisión de Motecuhzoma, mandado engrillar por Cortés, y en la repugnante escena del tormento de Cuauhtémoc. En más de una ocasión escapó de milagro y salió herido en la garganta en un ataque a Tetzcoco. Rendida la ciudad, bajo las órdenes de Gonzalo de Sandoval, fué a pacificar varios puntos del Sur, y se estableció después en Coatzacoalco. Pero de su vida tranquila lo apartó el llamamiento de Cortés para ir a las Hibueras, en donde estaba rebelado Cristóbal de Olid. Nadie mejor que Bernal Díaz ha narrado las fatigas y trabajos de esa marcha sembrada de obstáculos y peligro;;, y nadie tampoco ha referido con noble imparcialidad, la impresión que produjo en el ejército la ejecución de Cuauhtémoc, que injusta como fué, se la tuvieron todos a mal a Cortés, cuyos remordimientos pinta Bernal Díaz con pormenores llenos de interés y colorido. El cronista nos ha dejado en su obra lo que pudiéramos llamar su hoja de servicios, que termina con

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el rasgo siguiente de candor, inmodesto si se quiere, pero disculpable por la buena íe que lo caracteriza y la edad a que lo escribía: "Por manera —dice— que a la quenta que en esta relación hallarán, me he hallado en ciento diez y nueve batallas, y re encuentros de guerra, y no es mucho que me alabe dello, pues que es la mera verdad; y estos no son cuentos viejos, ni de muchos años pasados de Historias Romanas, ni ficciones de Poetas, que claros y verdaderos están mis muchos, y notables servicios que he hecho a Dios primeramente, y a su Magestad, y a toda la Christiandad, y muchas gracias y loores doy a Nuestro Señor Jesu-Christo, que fme ha escapado, para que agora tan claramente lo escriba: e más digo, e me a^bo dello, que me hallé yo en tantas batallas, y reencuentros de guerra, como dicen las Historias en que se halló el Emperador Enrique Quarto." Posteriormente se avecindó en la Villa del Espíritu Santo de Coatzacoalco, de donde fué regidor; pero despojado de las encomiendas que le habían concedido, resolvió trasladarse a México. El 7 de febrero de 1539 presentó un escrito ante la Real Audiencia de Nueva España, con el objeto de que se levantara información sobre sus servicios. El 9 del mismo mes y año, ante Joan Xaramillo, Alcalde Ordinario, y en presencia de Joan de, Zaragoza, escribano público, compareció con el dicho escrito acompañado de un interrogatorio, que constaba de XXI preguntas. Por la XIV sabemos que Cortés le encomendó en premio de sus servicios, entre otros, el pueblo de Tlapa, por cédula que presentó fecha a 20 de septiembre de 1522, y Marcos de Aguilar le donó el de Chamula. Por otra cédula fecha a 3 de abril de 1528 y firmada por el tesorero Alonso de Estrada, sabemos que tenia también encomendadas varias esencias en dichos puntos. En las preguntas XVI y XVII refiere que Baltasar de Osorio, capitán de Tarasco, le tomó y despojó a la fuerza de su encomienda . Antonio de Mendoza. Sobrescrito.—Al ilustrísimo y reverendísimo y muy magníficos y reverendos señores el Cardenal de Sigüenza, presidente del Consejo de Indias por su Magestad. NUMERO 2 Las piezas justificativas que se citan en el capítulo segundo, las hemos traducido también del francés y son las siguientes: (1) Este es un error. Debe decir 28, pues en ese afta fué Febrero común,

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La petición de Francisco Díaz del Castillo Becerra, fué presentada el 10 de Febrero de 1579, a la Real Audiencia residente en la ciudad de Santiago de Guatemala, Los testigos fueron examinados el 12 del mismo mes» En esta probanza, Francisco Díaz, hijo primogénito del conquistador y de Teresa Becerra, atestigua su capacidad y suficiencia para desempeñar los empleos que pretendía, en atención a los servicios de su padre Bernal y de su difunto abuelo Bartolomé Becerra, uno de los conquistadores de Guatemala. Los testigos declararon que Francisco Díaz es hijo legítimo de Bernal, que ha sido corregidor de Tecpan-Atitlán, Totonicapa, Guamayaque y San Luis, y que lo es al presente de la provincia de Suchitepeques; que casado c on Magdalena de Lugo, tuvo cinco hijos; que su casa está provista de domésticos, armas y caballos para el servicio de su Magestad; pero que se halla pobre y necesitado, sin bienes y propiedades conocidos, y no tiene para sustentarse él y los suyos, más que las gracias y favores de los cargos y empleos que le han concedido y conceden los Gobernadores del país; cargos y empleos que siempre ha llenado a su satisfacción y en los Que una vez desempeñados, nunca ha lucrado ilícitamente, como honesto y buen cristiano que es, por lo Que ha estado y está necesitado. Resulta de esta acta, que en la fecha de 12 de f febrero de 1579, Bernal Díaz vivía aún y habitaba en c u p í dad de Santiago de Guatemala, de la que era Regidor. Uno de los testigos, Joan Rodríguez Cabrillo Q e Medrano, se expresó en estos términos, respecto a i?peritos y servicios del conquistador: "questo es tan Publico y notorio, que otra cosa no hay en contrario W ^ t a ciuc*ac* y provincia, como más largamente este j^tigo dijo constaba por informaciones quel dicho 1 íaz Cast ha án* ^ ^ ^ *U° hecho, de que han resulta0 cédulas de su Magestad, que este testigo ha visto,

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y por una Coronica quel dicho Berna! Díaz del Castillo ha scrito y compuesto de la conquista de toda la Nueva España, que se envió á su Magestad el rey Don Felipe nuestro señor, la qual este testigo ha visto y leído; y entiende, que según y de la forma y manera quel dicho Bernal Díaz del Castillo ha tratado y trata su persona y casa, que ha sido con mucho esplendor y abundancia de armas y caballos y criados, como muy buen caballero y servidor de su Magestad y de la misma suerte hay noticia lo hizo en las dichas conquistas y dello hay noticia." II Petición presentada á la Real Audiencia, el 9 de Diciembre de 1611* por Francisco Díaz del Castillo, habitante y Regidor de la ciudad de Santiago de Guatemala, para pedir la testificación y legalización de las firmas de los notarios Antonio de Turcios y Joan de Zaragoza, ante los cuales fué hecha en México el 7 de Febrero de 1539, la probanza de Bernal Díaz. Resulta de esta diligencia que en Diciembre de 1611, Bernal Díaz (muerto, según una tradición de familia, en 1602) había sido sustituido en su cargo de Regidor de Guatemala por su hijo mayor, Francisco Díaz del Castillo Becerra, el cual, según la partida de defunción que insertamos, murió el 11 de Febrero de 1613, III Por petición de 15 de Abril de 1613, Pedro del Castillo Becerra, Contador y Oficial de la Real Hacienda, solicita que le sean libradas copias certificadas y legalizadas de las informaciones de los servicios de su padre Bernal Díaz, del capitán Bartolomé Becerra, su abuelo materno, y de Francisco del Valle Marroquín, abuelo paterno de doña Jacoba Ruiz del Corral su mujer, cuyos originales están depositados en el ofk?ÍQ

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de García de Escobar, escribano de cámara de la Real Audiencia. El 6 de mayo del mismo año, el dicho Pedro del Castillo Becerra rindió, ante don Juan de Herrera, Alcalde Ordinario de su Majestad, y para seguridad de sus derechos, sus pruebas de filiación como hijo del conquistador y de Teresa Becerra sú legítima esposa. Presentó por testigos a Alonso Núñez, vecino de Guatemala, a Cristóbal Azetuno Guzmán, notario público y familiar de la Santa Inquisición, y a Antonio de Sa~ jazar Monzalbe, Alcalde Ordinario de su Majestad. El segundo testigo declara que "conoce al dicho Pedro del Castillo Becerra, contador y oficial real de su Majestad en estas provincias que le presenta por tes"go, desde que eran niños pequeños hasta ahora, porQue se criaron juntos y anduvieron a la escuela en esta Cl udad, e vivían en un barrio, e frontera una casa de ?fra; y conoció a Bernal Díaz del Castillo, vecino y Regidor que fué desta dicha ciudad e uno de los antiguos conquistadores e pobladores de esta ciudad e * la Nueva España e sus provincias, porque dello tie*te este testigo entera noticia, por lo que ha oido decir a les ancianos e por papeles que ha visto. Y ansí mis^ ° conoció a Teresa Becerra, mujer que fué del dicho Pernal Díaz del Castillo, e los vio en esta ciudad estar ^sados e vivir juntos e hacer vida maridable, e que jurante su matrimonio, entre otros hijos e hijas que ^nían, criaban, tenían y alimentaban por su hijo leSuirno del dicho matrimonio al dicho Pedro del Casillo Becerra, contador, e le llamaban hijo y él a ellos Padres, e por tal su hijo legítimo fué y es habido e ^nido, e comunmente reputado entre todas las perc a s que ios conocieron, sin haber cosa en contrario, ¡jí cual sabe este testigo por las razones que tiene wichas e por el mucho conocimiento que tuvo con los a glerures del dicho Pedro del Castillo Becerra, e que *e ai presente con el susodicho. Y es la verdad, so j ^ o del dicho juramento que tiene fecho; e dijo que ' * ^e edad de cinquenta años, e que no le tocan las ferales de la ley, e lo firmó de su nombre/'

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NUMERO 3 Respecto a las últimas agencias que hizo nuestro incansable y erudito amigo, el señor don José María de Agreda y Sánchez, para adquirir copia del manuscrito de la Verdadera Historia, he aquí lo que le contestaba con fecha 5 de enero de 1891 el ilustrado señor don Francisco de Aycinena, residente en Guatemala. "Respecto al encargo de la copia auténtica de la obra de Bernal Díaz del Castillo, desearía yo tener alguna relación de influencia con los señores que aquí mandan, para poder complacer a vd., en esto ya que tantos y tantos beneficios debo a vd. y sobre todo los papeles y documento relativos a mi tía María Teresa, que vd. me mandó; pero desgraciadamente no tengo esas relaciones para poder obtener esto. Me ocurre que, el Gobierno de México le hiciese alguna indicación al señor Diéguez, Ministro de Guatemala allí, o que directamente lo encargasen al Ministro de aquí, porque estoy cierto que con alguna insinuación, aquí el Gobierno inmediatamente, para complacer al de México» mandaría sacar la copia para enviarla. "El original de esa obra existe aquí en el Archivo Secreto del Ayuntamiento, y hace como doce o catorce años, en tiempo que estuvo de Ministro de México, no recuerdo si el Sr. La Garza o el Sr. CovarrubiaSf se solicitó una copia, y al efecto, el Gobierno de aquí encargó la copia a un buen pendolista, don Domingo Castillo, y éste la sacó después de mucho tiempo de trabajo. No sé el motivo por qué no se envió ya e#> a México; pero lo cierto es que esa copia, que yo Vi sacar cuando la escribía el señor Castillo, el Ministro de Instrucción Pública, cuando estaba servido por dofl Delfín Sánchez, dispuso enviarla a la Biblioteca Nacional de esta ciudad, donde existe. Fácil sería hoy sacar copia de esta copia, que está en buena letra, f después volver a confrontar con el original, y entonces podría eso imprimirse en México."

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NUMERO 4 Ofrecemos al lector como una curiosidad, la noticia bibliográfica de las obras que tuvo a la vista Berzal Díaz del Castillo para rectificarlas en su Verdadera Historia, y de las ediciones que pudo haber consultado antes de dar cima a su obra, acabada de sacar £n limpio en los últimos días de febrero de 1568. Lo hacemos, porque muchos no saben los títulos de los Jjbros, citados por Bernal Díaz sólo con el nombre M^sus autores, y para que el lector los consulte si quiere convencerse de los errores que les señala el buen ^pitán. (A). Historia General de las Indias, con todo el ^cubrimiento y cosas notables que han acaecido desya Que se ganaron hasta el año 1551, con la conquista ¿ México y de la Nueva España.—SARAGOZA.—A. müán.—1552-1553. En folio con tipos góticos. .Df Del mismo siglo XVI, hay otras ediciones de la a de Gomara, también góticas: MEDINA DEL CAMPO, A. Mutis.—1553. SARAGOZA, A. Millón.—1554, g ANVERS.—En casa de Juan Steelsio.—1554.— j s ta última en 8o. con caracteres romanos y con sólo * ^aquista de Nueva España. ^ (B). Historia Pontifical y Católica.., Compvesde y - 0rc * ena da por el doctor Gonzalo de Illescas, Abad iftiTN n Frontes, y Beneficiado de Dueñas.—Quinta ^presión Año 1652.—Con Privilegio en Madrid Por n S P Í S á n c h e z.—En el Lib. Sexto, Cap. XXIV, páVer >ym s e ocupa el autor De la Conquista y Conbj¿l?n de la Nueva España, y de la gran ciudad de fj*tco, y parte de los esclarecidos hechos del famoso ci6r^ n Cortés, Marqués del Valle.—La primera ediun de esta obra es de 1564. toda i ' Segunda Parte de la Historia General de QUent ^cosas sucedidas en el mundo en estos cinnt Q años de nuestro tiempo.—Escrita en latín por

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Paulo Jovio, Obispo de Nocera, y traduzida en castellano por el licenciado Gazpar de Raeza.—En Granada, En casa de Antonio de Librixa, MDLXVI —Con privilegio.—Véase folio 109, Lib. XXXIV, título: Hazarinas de Hernán Cortés, y de Vasco Núñez de Balboa y de Magallanes y su navegación. Sin duda esta traducción fué la leída por Bernal Díaz, pues ignoraba el latín. NUMERO 5 El juicio de Prescott acerca de la obra de Bernal Díaz del Castillo, es el siguiente: "El motivo que impulsó a Bernal Díaz a tomar la pluma en una edad tan avanzada —dice— (1) fué el deseo de vindicar para sí mismo y para sus compañeros, la parte de la fama que de derecho les pertenecía, y que hasta entonces les había sido defraudada pe* ensalzar el mérito del general; principalmente en los escritos de Gomara. Sin embargo, él no tuvo noticia de la crónica de éste, sino después de comenzada la suya; por manera que al ver el contraste que formaban su estilo familiar y desaliñado, y el culto y castigado de su predecesor, se disgustó tanto, que se vio tentado de dejar la pluma, Pero cuando leyó la crónica y vio sus groseras equivocaciones y lo que él, Díaz, Ha* maba la injusticia de su rival, continuó sus tareas y determinó dar a luz una narración que tuviese por lo me* nos el mérito de la fidelidad. Tal fué el origen de la H& torta Verdadera de la Conquista de la Nueva Espato* (1) Historia || De La j| Conquista de México, 1! caíl una ojeada preliminar || sobre la antigua civilización de l° s mexicanos |¡ y || con la vida de su Conquistador || Fernando Cortés, || Escrita en inglés por W. Prescott, |¡ y traducida al español [| por Joaquín Navarro. || México. || Imp*®*0 por el Editor. || Calle de los Rebeldes núm. 2 || 1845.—Toi»*segundo, páginas 128 a 132.

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''Debemos confesar que el historiador logró su objeto. Al recorrer sus páginas se conoce luego, que sean cuales fueren los errores en que incurra, ya por olvido ele cosas tan antiguas, ya por desmesurada vanidad, "ya por credulidad o por cualquier otro motivo, no hay mala intención de desfigurar la verdad; y aunque tal intención hubiese tenido, su misma sencillez lo habría vendido. Aun con respecto a Cortés, si bien procuró equilibrar la balanza entre el mérito de él y el de sus compañeros, y si bien condena libremente la codicia y aun la crueldad del general; hace justicia plena a sus grandes y heroicas cualidades, y no obstante sus defecto, le considera superior a todos los capitanes de los tiempos antiguos y modernos. Aun cuando se queja de él, protesta su lealtad y su afecto personal hacia el general. Si le calumnian o le insultan indignamente, salta al momento en su defensa. En una palabra, por mucho que él censure a Cortés, no permite que nadie haga otro tanto. "Bernal Díaz, el rudo hijo de la naturaleza, es fiel y exacto copista de ella. Si me es lícito expresarme así, trasladó a las páginas de su historia las escenas de la vida, por medio de procedimientos dagumeotípico$; es entre los historiadores lo que De-Foe entre los novelistas. Nos lleva enmedio de los campamentos; nos hace velar con los soldados en el vivac; acompañarlos ?n sus penosas marchas; escuchar sus cuentos, sus quejas de desaliento, sus planes de conquista; saber sus esperanzas, sus triunfos y sus desengaños: en las páginas de Bernal Díaz se reflejan como en un espejo todas las escenas pintorescas y acontecimientos romancescos de la campaña. El transcurso de cincuenta años ^ había hecho mella en las facultades mentales del vteio veterano, pues que a cada línea resalta el fuego de la juventud, y al recordar lo pasado parece que la Memoria de los valientes compañeros que fueron y no Sor i> da a sus descripciones un colorido más animado Que si hubiesen sido escritas en una edad más temprana de la vida. El tiempo, la reflexión y la tranquilidad acerca de lo futuro, hacían que sus ideas juveniles

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estuviesen ya consolidadas. No tenía dudas en cuanto a los derechos de la conquista, ni en cuanto a lo merecido de las penas impuestas a los infieles. El no es más que soldado de la cruz, y los que murieron a su lado, los reputa por mártires de la fe. "¿Dónde están "mis amigos? —pregunta— han caído en el campo de "batalla, o han sido devorados por los caníbales, o "han servido de pasto a fieras encerradas en jaulas. "Sus restos debieron haber sido guardados bajo de mar"moles donde estuviesen inscritas sus proezas: sus "nombres debieran perpetuarse en letras de oro, por"que murieron en el servicio de Dios y de su rey, y por "dar luz a los que vivían en las tinieblas de la infidelidad y también por adquirir las riquezas que la ma"yor parte de los hombres codician:' Este último motivo, del cual habla rara vez y por incidente, es de presumir que impulsaba a los conquistadores con más fuerza que los dos primeros. Bernal Díaz nos ofrece en su Historia una muestra de ese candor que hace tan encantadoras las crónicas antiguas y que sin conocerlo el historiador, descubre su pecho y lo pone enteramente abierto a la vista del lector. "Parecerá cosa extraordinaria que después de tanto tiempo, aún haya conservado fresco el recuerdo de los pasados acontecimientos; pero debemos considerar que eran tan romancescos y raros, que debían hacer una impresión muy profunda en una imaginación joven y ardiente. Probablemente los había oído y contado mil veces a sus parientes y amigos, por manera que le serían tan familiares como el sitio de Troya al rapsodista griego, o como las interminables aventuras de Sir Lancelot y de Sir Gawain al menestral normando. Disponer esta narración en forma de historia, no era, pues, más que repetirla de una manera nueva. "El mérito literario de la obra es muy escaso, como es de esperar atendida la clase de escritor. Este no tiene arte ni siquiera para disimular su vanidad, que rebosa de un modo ridículo a cada página de su obra.

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"Sin embargo, se le puede perdonar al ver que en vez de despreciar el mérito ajeno, lo reconoce y alaba, y que su vanidad es más bien efecto de su esclavo candor. Por otra parte, él confiesa francamente este defecto, si bien lo excusa: "Cuando acabé de escribir "mi historia —dice— la entregué a dos licenciados que "tenían mucha curiosidad de leerla, y a los cuales respetaba yo tanto como un hombre rudo e ignorante ]]debe respetar a dos literatos. Al mismo tiempo les ro"gué que no hiciesen ninguna alteración en el manuscrito, pues todo lo que allí se hallaba estaba escrito *|de buena fe. Luego que leyeron mi historia, ponderar o n lo maravilloso de mi memoria: dijéronme que "estaba escrita en buen castellano antiguo; pero sin "ninguna de las flores ni adornos que tanto acostumbraban nuestros buenos escritores. Al mismo tiempo "me advirtieron que mi obra sería mucho mejor si no '^hubiese yo tomado por mi cuenta, sino que hubiese ^dejado a otros el cuidado de alabarme a mí mismo *y de alabar a mis compañeros; a lo que les contesté ^Que era común y corriente que los vecinos y compañeros se alabasen los unos a los otros, y que si no ^hablábamos bien de nosotros ¿quién había de hacerJo? Demás que nadie había presenciado nuestras batallas y nuestras proezas, si no eran las nubes del ^ cielo y las aves que volaban por sobre nuestras calzas." "No obstante los elogios de los licenciados en lo tocante al buen estilo, éste es demasiado pedestre, abunda en barbarismos y a veces está sazonado con chistes propios de un cuartel; sin embargo, tiene el perito de expresar muy claramente los pensamientos *W autor, y de ser muy acomodado a la sencillez de su Cárter. La obra está dispuesta con menos cuidado ^ esmero que el ordinario entre las de su género, y «bunda en esas repeticiones y digresiones que acosUx ^bran los hombres vulgares al contar sus cosas. Pef° es inútil criticar según las reglas del arte a un escri0r que las ignoraba completamente, y más atendiendo,

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por otra parte, a que su obra será leída y releída por ios literatos y estudiosos, a pesar de ios defectos de que adolece, mientras que las composiciones de escritores más clásicos dormirán tranquilamente. "¿En qué consiste, entonces, el encanto de la Historia de Bernal Díaz? En el espíritu de verdad que la anima; en que nos presenta las situaciones tales cuales eran, y los sentimientos tales cuales existían en el corazón del escritor. Este es el mérito de su Historia; mérito que frecuentemente tienen las obras de los que, siendo ignorantes, se cuidan tan sólo de referir los sucesos, y de que carecen las de esos consumados y fastidiosos literatos que sólo piensan en el modo de expresarse." NUMERO 6 Otras noticias de Bernal Díaz del Castillo, y de sus retratos El año de 1894, y bajo el título de El Capitán Bernal Díaz del Castillo, cronista y conquistador de Nueva España, publiqué cuantas noticias biográficas y bibliográficas suyas pude encontrar en libros impresos o en manuscritos y habiéndoselas enviado a mi erudito y respetable amigo, el señor don Francisco del Paso y Troncoso, tuvo la bondad de favorecerme con la siguiente Nota que ahora imprimo, relativa a unos deudos del célebre soldado y simpático historiador: "En la Biblioteca Bodleiana de Oxford, sección de MSS., hay uno perteneciente a la colección Rawlinson, el cual Ms. tiene la signatura Cod. Rawl D. 581Es un Códice de poco más de 50 folios, con letra de fines del siglo XVII; y todo él queda lleno con un a Información del Capitán D. Antonio de Arango, vecino de México; la cual se hizo con motivo de solicitud que presentó el dicho sujeto, en 21 febrero 1699, &} señor Lie. D. Femando López Ursino, Alcalde del Crimen más antiguo, y Juez de Provincia de México*.

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para acreditar los servicios que había prestado en el distrito de la Audiencia de Guatemala. En esa información aparecen noticias de dos personas que vivieron en la provincia de Nicaragua durante la segunda mitad del siglo XVII, y que, por sus nombres, hay vehementes indicios de que fueran descendientes del famoso capitán y cronista Bemal Díaz del Castillo. D. Felipe Díaz del Castillo Es la primera, y extracto literalmente cuanto le concierne porque da idea de sus ocupaciones, de la modesta retribución que se le daba, y apunta la fecha exacta de su fallecimiento. Está en el folio 12 vuelto del Códice, con motivo de haber sido nombrado el capitán D. Antonio de Arango para los empleos que desempeñó en el Castillo de la Concepción del Río de San Juan, por el Capitán de Caballos Corazas D. Antonio Coello y Aguilera, Gobernador y Teniente de Capitán General de la Provincia de Nicaragua. El nombramiento lleva la fecha de 16 de julio de 1680, y las cláusulas que hacen al caso van a continuación: "Por quanto estando en el exercicio de Proueedor General del Castillo de la Concepción del Río de S. Juan, y Cappitan de la Saia de Armas de esta Ciudad de Granada el Cappitan £>, Phelipe Dias del Castillo, que te obtenía por título despachado por su Señoría el Señor Lizdo. Don Lope de Sierra Ossorio del Consejo de su Magestad Presidente Gouernador y Cappitan General de la Real Audiencia de Guatemala, y a los diez dias de este presente mes y año de la fecha falleció y pasó de esta presente vida por cuya razón se halla dicha Plaza sin persona que la asista, y cuide ^e la prouición del dho. Castillo y tenencia de dicha Sala de Armas. Y porque conuiene que aya Persona que a vno y otro asista y que esta sea tal qual contiene para dho. efecto; Porque en la del Cappitan Antonio de Arango concurren las calidades necesarias Para vno y otro exercicio, Por el presente Propongo

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a su Señoría dho. Señor Presidente al suso dho. para que sea seruido ocuparle en dhos. cargos según y en la forma que le obtuvo y exerció el dho. Cappitan Don Phelipe Dias del Castillo con el sueldo de veinte y cinco pesos al mes por tal Proueedor y quince por el cuidado de la Sala de Armas y Casa en que tener y recoger lo tocante y perteneciente a bastimentos, armas, Munisiones y demás cosas, que huuieren de entrar en su poder;" etc. D. Alonso del Castillo y Guzmán Es el segundo descendiente probable del cronista conquistador. Era Regidor de la Ciudad de Granada por los años 1678 a 1680 y certifica, en unión de los demás Capitulares, la firma del Capitán Mateo Hurtado de Mendoza en documentos que Arango presentaba y en los cuales consta que comenzó (Arango) su carrera militar de soldado arcabucero y la siguió de mosquetero (folio 16 bis).—Nueva firma del Regidor don Alonso del Castillo y Guzmán hay en el folio 51, donde, con los demás del Regimiento y Cabildo de Granada, certifica la firma del Capitán Coello, ya nombrado, que acreditaba el arrojo de Arango al quemar una fragata y otras embarcaciones del rey en la laguna y a vista casi de los filibusteros que habían invadido la ciudad de Granada; impidiendo así que se hicieran dueños de toda la laguna y expugnaran el Castillo de la Concepción. El Cabildo de Granada extendió su certificación con fecha del 14 de noviembre de 1686/'

Y ya que hemos dado las noticias anteriores, aprovechamos la presente oportunidad para consignar algunos datos acerca del retrato de Bernal Díaz del Castillo que se publicó hace algún tiempo en el American Historical record, acompañado de las siguientes líneas firmadas por el profesor Valentini:

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"Hemos sacado fiel y cuidadosamente este retrato, dice, de un antiguo grabado que se encontró en un ejemplar de la Historia del Reino de Guatemala, por Juarros, en el cual había sido pegado por la mano del difuntto Dr. Padillo, coleccionador muy ilustrado de curiosidades y libros de Centro América, Después de su muerte fueron comprados todos sus objetos por la Universidad de la capital de Guatemala. No pudimos investigar cómo vino el retrato a poder del Dr. Padillo, pero la firma del conquistador es idéntica a la que existen en el manuscrito de su obra, que se conserva en el Cabildo de la ciudad arriba mencionada. Así, pues, podemos por ahora confiar en su autenticidad, hasta que se disipe toda duda por el descubrimiento del original que se haya tomado: probablemente alguna pintura al óleo. "En cuanto al escudo de armas de Diez del Castillo que aparece al lado del retrato, nos permitió bondadosamente sacar una copia de él la señora doña Marta Josefa Diez del Castillo Batres, vecina de la ciudad de Guatemala, y último descendiente directo del famoso conquistador. Esta apreciable señora nos dio muchos datos preciosos concernientes a la genealogía * su antecesor castellano. La casa de los Diez, nos dijo, estaba en las montañas de Burgos; su castillo situado en Hontanares, dominando el valle de Toranzo. ^Igún rey de España les había concedido, como emperna heráldico de su fidelidad a la corona, dos sabuesos que pueden distinguirse atadost a la entrada del castillo. Ella también nos manifestó, con plena ^rtidumbre, que Bernai Diez vivió casado con doña Teresa Becerra, hija de otro conquistador: don Bartolomé Becerra; y nos refirió también que solamente P°r ignorancia los autores habían corrompido el nombre de su familia en "Díaz," siendo el nombre genuino Uíez" del Castillo, esto es, los Diez del Castillo." t 3} r eent r a t ao c Que publicó el Prof. Valentini, figura jfmbién . * °pia fotográfica del manuscrito de Díaz ael Castillo, con que obsequió el Gobierno de Guate-

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mala al de México en 1892 y que se conserva en nuestra Biblioteca Nacional. Posterior mente, este mismo retrato, fué reproducido por D. Genaro García en su edición de la obra de Díaz del Castillo y lo propio se hizo por los eruditos editores de la impresión guatemaltense de 19331934. El 18 de diciembre de 1910, publicamos en el semanario "Arte y Letras," una carta humorística e ilustrada con dos grabados, en la que refutamos la autenticidad de ese retrato, pues no es otra cosa que la reproducción de otro del caballero Guillermo de Launoy, que aparejó en la obra intitulada "Los Alrededores de París/' traducida y reimpresa en México por D. Ignacio Cumplido, el año de 1854, en cuya página 491 se puede ver la efigie del citado Launoy. Años después un amigo mío envió mi carta publicada en "Arte y Letras," al señor don Antonio Batres Jáuregui, descendiente de Bernal Díaz del Castillo, quien con fecha 24 de mayo de 1921, y escrita en Guatemala, le elijo entre otras cosas lo siguiente, refiriéndose al retrato apócrifo de Díaz del Castillo: "He gozado verdaderamente con la copia de la carta de Bernal Díaz del Castillo, sorprendiéndose del retrato que apareció como de él, en la edición de su Historia, editada por don Genaro García. Ese artículo humorístico, del notable historiador y literato don Luis González Obregón, es primoroso. Yo nunca creí que el tal retrato fuera auténtico, porque Bernal era de hermosa presencia, y el apócrifo resulta un chato feo y cabezón, ni más ni menos que el caballero francés, Guillermo Launoy. Fué el doctor don Mariano Padilla (no Padillo) quien, en un tomo de la historia de Juarros, pegó con goma, equivocadamente, la efigie del galo, creyendo que era la del compañero de Cortés. Así se escribe la historia; y así fué engañado Valentiní, y el señor García, Ya yo pegué, en el tomo primero de la Verídica Historia, imprentado por dicho don Gena-

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ro, la carta de mi célebre progenitor, para que conste lo apócrifo del retrato." En cuanto al que publicó D. Niceto de Zamaco¡s, en su Historia General de México, basta verlo para juzgarlo como dibujado de pura imaginación. NUMERO 7 Reales cédulas a favor de Berrtál Díaz del Castillo El señor don Francisco del Paso y Troncoso, encontró también en el Archivo de Indias, varias cédulas relativas a solicitud de gracias y mercedes, eme h'20 a l rey el viejo conquistador Bernal Díaz del Castillo. Las mencionadas cédulas, las insertó íntegras en el Tomo VIII. Núm. 4 de la 4a. Enoca de Jos Anales f**l- Museo Nacional el erudito escritor D. José de J. Núñez y Domínguez. En la primera cédula, fechada en Valladolid a 24 tfe enero de 1551, se le concedió a Día:: del Castillo, e £ le eximiera del pago de derechos de almojarifazgo hasta por 500 pesos, para todo lo que llevara a Guatemala, para provecho de su persona y casa. • Con la m^snia fecha, la reina le dio permiso para *per a Guatemala tres asnos garañones, libres de todo brecho. Con igual fecha, se ordenó al Presidente y oidos ¡J de Ja Audiencia Real de Guatemala, se le hiciera •Jterced de buenos corregimientos a la persona que se as ara con una hija de Díaz del Castillo. Con fecha 20 de abril del propio año. se le dio J*ueva Ucencia, para introducir en Guatemala otros r [l 0es asnos garañones, bajo las mismas exenciones que s Primeros. Las cédulas fechadas los días 24 de enero, 31 del i p smo mes y 28 de febrero, del citado año de 1551, * Reina Gobernadora, recomendaba a las autoridades q ^ Guatemala, que tanto a los deudos de Díaz del Cas-

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tillo como a él se les ayudara y favoreciera con cargos, en atención a los servicios que había prestado como conquistador de la Nueva España y visitador de las provincias y villas de Cuazacualcos y Tabasco, de las cuales parece haber hecho descripciones, en tiempo de la primera Audiencia de México siendo presidente de ella don Sebastián Ramírez de Fuenleal. Por último, la cédula que lleva fecha 28 de febrero del tantas veces citado año de 1551, se concedió licencia por seis años, a Bernal Díaz y a dos de sus criados para usar armas en defensa de su persona, pues temía ser atacado por algunos enemigos suyos, lo que prueba que el viejo soldado, que tanto alarde había hecho de hallarse en más de cien batallas, ya por entonces le faltaban bríos, porque su solicitud no se concretaba sólo a portar armas defensivas, sino también ofensivas y a que lo anduviesen acompañando, como guardias, dos de sus criados.

El Abate Francisco Javier Clavijero

NOTICIAS BIO-BIBLIOGRAFICAS

A

NTES de la publicación de la Storia Antica del Messico por Clavijero, nuestra literatura histórica no contaba sino las crónicas más o menos extensas escritas por religiosos o seculares, pero que no presentaban el cuadro completo de la civilización mexicana; y las que más se acercaban a reproducir el cuadro, eran la Monarquía Indiana, de Fray Juan de Torquemada, o el resumen que publicó, con el título de Teatro Mexicano, el P. Fray Agustín de Vetancourt. Teníamos obras que han sido y serán fuentes valiosísimas de la historia antigua y de la Conquista; Por ejemplo, las de Motolinía y Sahagún, Duran y Tezozómoc, Chimalpám e Ixtlilxóchitl, Hernán Cortés y ™ Conquistador Anónimo, López de Gomara y Díaz °kl Castillo y muchísimos fragmentos de otras crónicas que, como la de Cervantes de Salazar, reprodujo Antonio ^ e Herrera en las famosas Décadas; pero una °kra que con excelente método, aceptable crítica y electa erudición; limpia de fastidiosos textos bíblicos 9'de citas de autores clásicos y profanos, y que en estilo elegante, trazara el cuadro completo de la civili^ción indígena y de la conquista hispánica, no la tuY^os sino hasta la aparición de la Storia Antica del Messico. Bien iniciado Clavijero, desde su niñez y juvent u d, en el conocimiento del país y de los habitantes, J* el de las producciones naturales y en el de los idioí*ps indígenas, que aprendiera de viva voz en los pueio s donde vivió tantos años; bien iniciado con la cortada y diaria observación, del carácter y costumre § de los naturales, pudo después perfeccionar los

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estudios prácticos, con la lectura atenta y reflexiva de nuestras crónicas primitivas y de los historiadores modernos, contemporáneos suyos, y con la interpretación, ias más veces feliz;, que hizo también de los misteriosos códices jeroglíficos, exhumados por él en archivos y bibliotecas de México y de Italia. Así pret>aró la tela del gran cuadro de su Storia Antica del Messico, pleno de luz y de colorido, como fruto de la ardiente imaginación de un costeño y de la cultura clásica que había adcmirido en el estudio de las humanidades v ñor las aptitudes demostradas en la posesión de lenguas muertas o habladas todavía. Claviiero enumeró minuciosamente con someros tuicios. previa la atenta lectura de los libros o la interpretación de los códices, a cada uno de los autores v pinturas jeroglíficas que pudo estudiar para escribir la historia que tanto renombre le ha dado: describió el Anáhuac en relaaón con la tierra, el clima, la orografía v la hidrooraffa y mencionó una a una las producciones naturales. No se concretó a la vida externa v política de las tribus primitivas v de los antiguos aztecas o mexicanos: penetró en la vida interna, y tod° lo estudió v analizó, idiomas, religión, gobierno, milicia, ciencias, artes y costumbres. En las Disertaciones croe añadió a la Historia* ocupóse en dilucidar los puntos más obscuros o controvertibles: con gran iuicio y erudición desvaneció conseias propaladas de buena o mala fe por autores extranjeros, e intentó resolver problemas escabrosos» con sobra de doctrinas y talento no comunes. Fué Claviiero el primero en fijar la cronología de los pueblos indígenas de México, de un modo razonable y nuevo, y sus minuciosas y fundadas investigaciones han sido la base para los posteriores estudios de nuestros arqueólogos modernos. Quizá el patriotismo sincero e ingenuo, acrecentado por el exilio y la nostalgia, contribuyeron a flPÍ* fl viera con cristales de aumento muchas cosas t&m núsculas o que no existían; quizá las creencias retí-

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giosas y la influencia de los escritos de Sigüenza y Gongora, que como la mayoría de los autores antiguos trataba de relacionar leyendas bíblicas y tradiciones indígenas, también contribuyeron muchísimo a que fantaseara en sus interpretaciones, como hallar la representación del Diluvio y la dispersión de las lenguas en jeroglíficos que sólo se refieren a la peregrinación de los aztecas por el Valle de México; quizá, traspasando los límites del severo y frío criterio del historiador, llegó a empuñar la candente pluma del polemista, cuando refuta los errores de Robertson, Raynal, Í W y de otros escritores, a fin de vindicar a sus compatriotas; quizá por este ostensible designio, podría tenerse por sospechosa su imparcialidad, pero como juzga muy bien Prescott: "en el conjunto de la obra Parece haber conducido la discusión con buena fe; y si llevado de su celo nacional ha recargado la pintura c on brillantes colores, se le hallará mucho más moderado en esta línea que los que le han precedido; al Paso que aplica juiciosos principios de crítica, de que aquéllos eran incapaces." Que el culto al estudio y la modestia le caracterizó Sl ^mpre, es indudable. A millares de leguas de la par |laia, privado de manuscritos que aquí había leído, con $ pocas economías que hiciera a costa de íntimos sacrificios, y no satisfecho con las obras que poseía, corne Ue a y encarga todos los libros que sobre el asunto en 9 se ocupaba habíanse publicado; recorre con empen ° extraordinario cuantas bibliotecas y archivos pudie^ s darle materiales luminosos, y en no pocas ocasioa *^> pie camina hasta veinte millas para ir a visitar j^mo era su costumbre, las ciudades de Florencia, Min * . Roma, Ñapóles o Venecia, ctín el único fin de ^sultar una obra o resolver una duda. Y no fiándoe j de sus propias opiniones, estudia, consulta y admite «s correcciones que le hacen; e imposibilitado de pul ar J *j su obra en la lengua nativa, no desmaya; se reueiye a traducirla para que no queden infructuosas s tareas, "y la sujeta previamente a la censura de per-

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sonas ilustradas que corrigiesen los defectos en que por su calidad de extranjero hubiese podido incurrir." La forma de la historia es amena; no cansa, por ser su lenguaje puro y correcto; al contrario de lo que comúnmente hacían y hacen los historiadores muy eruditos o muy literarios, no improvisa arengas a lo Tito Livio, ni sacrifica la precisión y exactitud de lo que escribe para hermosearlo con frases dulzonas o verbosas, a lo Solís; lee de antemano, asimílase conocimientos, y en estilo propio narra o juzga, pero sin dejar tampoco de apoyar con oportunas autoridades los hechos y los juicios. Tantos méritos y virtudes, de fondo y forma, de rectitud y modestia, han dado a Clavijero la universal popularidad que es manifiesta en las versiones que se han hecho de su obra y en las repetidas reimpresiones del texto castellano. Pero es tiempo ya de que digamos algo de su vida, enumeremos sus escritos y ediciones, y consignemos otras noticias que ilustren la presente flamante edición de su Storia Aníica del Messico.

1 BIOGRAFÍA De familia ilustre descendía el abate D, Francisco Javier Clavijero, distinguido patriota, historiador, poligloto y naturalista que gozó en su siglo y goza todavía de justa fama. Su padre, Blas Clavijero, era natural de la ciudad de León en España, se había educado con esmero en París, y cuando residía después en Madrid, fué agraciado para venir a México con el gobierno de las alcaldías mayores de Tetzuitlán y Xicayan en la Mixteca, que le consiguió el Duque de Medinacelli. La madre, María Isabel Echeagaray, era de origen vizcaíno y célebre por haber contado entre sus deudos, a políticos y militares que desempeñaron altos empleos públicos, pues nada menos que una sobrina suya, la Excma. señora doña Francisca Javiera Echeagaray de Garibay, llegó a ser virreina de México. La cuna de nuestro historiador fué el puerto de Veracruz, donde nació el día 9 de septiembre de 1731, y fué el tercer hijo de once que procrearon D. Blas y doña Isabel. Crióse y recibió la primera educación e instrucción en los pueblos sujetos a las alcaldías que gobernaba el señor su padre, recibiendo de éste, al Par que ilustración esmerada, lecciones de exquisita cortesía, logrando señalarse siempre por las finezas V maneras en el trato. La vida campesina, que desde tierna edad llevó e n aquellos lugares, le hizo adquirir conocimientos Prácticos en historia natural El roce cotidiano con los indios de los pueblos en que desempeñaba el padre el

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empleo de subdelegado, con gran afecto de ellos por su acierto en la manera de gobernarlos y la benevolencia con que los trataba, proporcionaron a Clavijero facilidades para el aprendizaje de las lenguas indígenas, para la observación de las costumbres y para que los propios indios le demostraran la gratitud que tenían a su padre. Con este fin, le ofrecían las más hermosas flores, le obsequiaban los más raros animales y le conducían con frecuencia "a los sitios más amenos de la comarca, para hacerle gozar de sus vistas y paisajes encantadores; despertando en él así desde la infancia, el gusto por las bellezas de la patria, el deseo de conocer su historia antigua y un amor puro y sincero a sus conciudadanos/' Estudió latín en el Colegio de San Jerónimo y filosofía y teología en el de San Ignacio de la ciudad de la Puebla de los Angeles. Instruido en las obras de los grandes matemáticos, no descuidó la lengua natal, y a los diez y siete años recitaba de memoria los trozos más selectos de muchos clásicos castellanos, amenizando además su consagración a las ciencias exactas, físicas y naturales, con el cultivo de la música, que le enseñó su propia madre. Cuando hacía estos preparativos en su carrera literaria, resolvió entrar de novicio en la Compañía de Jesús y vistió en Tepotzotlán la sotana el 13 de febrero de 1748. Ya profeso, en los colegios de la religión que había abrazado, recibió de un jesuíta alemán lecciones de hebreo y griego; perfeccionó el conocimiento que había adquirido de las principales lenguas europeas, y a la vez que hablaba y escribía los idiomas náhuatl, otomí y mixteco; adquirió nociones gramaticales en otros veinte idiomas y dialectos del país, y se ensayaba Un joven tan culto, tan inteligente y tan sabio, no podía menos que consagrarse con especialidad a la filosofía, para guiarse en los estudios y establecer en ellos componiendo oraciones cristianas y poesías inspiradas, que con feliz memoria, declamaba fácil y elegantemente.

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nuevos métodos de enseñanza, en los colegios en que se le confiaran varias cátedras; pero hubo de leer en lo privado y en secreto a Regís y a Duhamel, a Cartesio y a Newton, a Purchor y a Gassendi, a Leibnitz y a otros filósofos, porque como dice un escritor, a la mitad del siglo XVIII en México aún se tenía por peligrosa, con el fin de mantener incólumes las creencias católicas, apostólicas, romanas, la lectura de las obras de aquellos insignes pensadores. Empero, convencido de la conveniencia de reformar los métodos y de implantar los más racionales, atrevióse a iniciar los proyectos que había concebido, en un escrito o representación, que siendo prefecto de estudios en el Colegio más antiguo de San Ildefonso de México, dirigió al Padre Juan Baltazar, individuo de nacionalidad alemana, que a la sazón era Provincial de la Compañía de Jesús, en México, y Rector que había sido del Colegio de Parma, en Italia. No sin desconocer los talentos del joven catedrático, ni sin dejar de convenir en lo razonable de lo que en su discurso había escrito, con franqueza, mas con el temor que impone toda adopción de lo que se juzga peligroso, dijo el medroso Superior al atrevido Prefecto: -Tienes razón en cuanto expones; pero no es tiempo de hacer novedades; yo te relevo del empleo, para que no violentes tus sentimientos, ni atormentes tu conciencia. No obstante, Clavijero, que no podía contener los audaces intentos suyos de introducir innovaciones en Jos vetustos métodos, cuando fué profesor en los colegios de Valladolid, hoy Morelia, y de Guadalajara, entonces capital del Reino de la Nueva Galicia, "se arrojó a desmontar la intrincada maleza del peripatistyOf dictando a sus discípulos una filosofía escolástica tt&s racional/* mereciendo que todo ello le fuese aprobado en la visita que hizo a los colegios el Provincial francisco Ceballos, quien, al presentarse en el Coler o de la capital de Michoacán, "felicitó al Mabillón

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mexicano por sus sabias innovaciones, y le alentó para que acabase de ahuyentar los errores sistemados a que antes se daba el honroso nombre de filosofía." "Del mismo modo —d^ee el biógrafo que copiamos aquí— sacudió las trabas que oprimían la elocuencia, principalmente la del pulpito» y rasgó la niebla que ofuscaba el estudio de las bellas letras. En casi todas las composiciones que se publicaban en la Península y en la América Española» no se hallaba más que una prosa versificada, pensamientos vanos y extravagantes y una impertinente e indigesta erudición; mas Clavijero, tanto en sus primeros opúsculos, como en sus obras posteriores, no quiso ostentar sus variadas lecturas ni sus profundos conocimientos de los clásicos antiguos; pero probó que sabía pensar," En efecto, ya queda referido lo que practicó en el Colegio más antiguo de San Ildefonso: La Exposición que redactó entonces, fué reforzada con firmes argumentos. Sin descuidar el culto por lo bello, compuso también un sólido discurso con objeto de extirpar el hueco e hinchado estilo de los gerundianos predicadores; "y para más robustecerlo, lo añadió a la traducción que acababa de hacer de una carta de San Francisco de Sales, dirigida al mismo objeto. Poco tiempo después escribió el Diálogo entre Fílateles y Palcófilo, en donde demostró la inutilidad de la filosofía antigua y la importancia de la moderna y experimental/' En estas tareas literarias, que enalteció con los ejercicios de sacerdote caritativo y ejemplar, le sorprendió el decreto de expulsión de los individuos de la Compañía de Jesús, cuando desempeñaba en el Colegio de Guadalajara la prefectura "de la Buena Muerte" y el cargo de confesor de los novicios. Llevado a Veracruz, juntamente con muchos de sus compañeros en religión y en padecimientos, fué embarcado el 25 de octubre de 1767 a bordo del paquebot llamado Nuestra Señora del Rosario de Torrentegui; pero al abandonar la tierra nativa, cayó en-

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ferino de gravedad en el navio que lo conducía a La Habana, y se vio obligado a permanecer allí. Ya fuera de peligro, prosiguió el forzado viaje, sembrado de muchas tempestades y penas, que fueron dulcificadas por su pasión a! estudio, pues en medio de los sufrimientos de aquel inesperado viaje, mas agravados por los males físicos y morales que padecía, dedicóse con tezón a la náutica, y perfecciono sus conocimientos en física y astronomía, preguntando unas veces a los prácticos de la tripulación o guiándose otras por sus propias observaciones* Llegó por fin a la capital de Ferrara, donde fué muy bien recibido por el conde Aqueles Crispo y por su hijo Benito, que le franquearon durante su permanencia en aquella ciudad, casa cómoda y selecta biblioteca en el palacio que habitaban. Clavijero fué desde entonces muy conocido y aplaudido por su vasta instrucción eclesiástica y científica y por su erudición en las letras y en la historia. Corrió su fama por todo el reino, y a! fijar por último su residencia en Bolonia, recibió el consuelo, aunQue lejos de México, de tener compañeros de infortuno tan ilustres como Abad y Alegre, como Cavo y Janeiro, como Castro y Márquez, que tanto como él ¡* distinguieron honrando a la patria con sus obras y atendiéndola de injustas calumnias. Las bibliotecas privadas —refiere uno de los tesnfhv d e a < l u e U o s triunfos— le abrían sus puertas, las Publicas se honraban con vsu presencia, los jóvenes «prendían sus doctrinas, los sabios ansiaban su conversación y todos le oían admirados; y Bolonia, tearo entonces de la ilustración, gozábase en abrigar bajo Fundó una Academia literaria, invitando a los us muros hospitalarios al ilustre proscrito, Ríñanos y conterráneos que allí residían por medio un Plan, que al decir de los que lo conocieron, era igno de Quintiliano, VeruJamio, Mabillón y Rollin; y m ^desta casa, donde reunía los académicos, fué desí 'gnada comúnmente por Casa de la Sabiduría.

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Allí comenzó a escribir su obra capital, la Historia Antigua de México, que había de ser la base y fundamento de su universal reputación en el mundo de las letras. Desde antes de partir a Europa, la íntima amistad que tuvo con el P. Campoy, le proporcionó el conocimiento del rico tesoro que se conservaba en la biblioteca del Colegio de San Pedro y San Pablo de la ciudad de México, consistente, en la interesante y copiosa colección de documentos mexicanos, que había reunido el célebre anticuario D. Carlos de Sigüenza y Góngora* Clavijero estudió uno a uno todos esos documentos, se instruyó profundamente en la interpretación de los jeroglíficos indígenas, y con las observaciones personales que había hecho de éstos y el conocimiento que tenía de muchas lenguas desde temprana edad, en los pueblos que regenteó su padre, pudo ya en Italia escribir, como escribió, sobre nuestra historia antigua; decidiéndolo más a ella, cuando pudo leer los errores y calumnias consignados en las obras que en su tiempo habían publicado el prusiano Paw, el francés Buffon, el inglés Robertson y otros extranjeros como Raynal y Gage. Pero el mismo Clavijero, nos ha dejado detalles minuciosos de por qué y cómo escribió su Historia Antigua, en la dedicatoria y prólogo que la preceden y en la carta que dirigió al historiador D. Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, al saber que este distinguido escritor, también había puesto manos en el mismo asunto: "Bolonia y marzo 25 de 1778. "Muy señor mío: aunque no he tenido la fortuna de conocer a Ud. sino sus fatigas literarias, me estimulaba en tan grande distancia a escribirle, el común celo de la patria que me anima, y la uniformidad de ia materia en que ambos trabajamos. Uno y otro en-e tendemos en la historia de ese Reino: Ud., según rn

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han informado, en la Historia General de la Nueva España, y yo en la antigua de México, que necesariamente estará comprendida en la de Ud. Emprendí esta obra por servir en lo que pudiese a mi patria, y por divertir honestamente el ocio desabrido de mi destierro: el trabajo ha sido imponderable, porque primeramente fué menester solicitar los libros necesarios aquí, en Ferrara, en Venecia, en Genova, en Roma, en Francia y en España, y sustraer de mis alimentos lo que había de emplear en adquirirlos; pero ha sido tal mi diligencia, que apenas se ha publicado libro concerniente a las antigüedades de México, o por nuestros nacionales o por los extranjeros, que yo no haya estudiado. A mAs de las obras impresas, me he aprovechado de noticia*! adquiridas en las historias manuscritas de nuestros indios, eme se conservaban en la librería del Colegio Máximo de México, y de sus mismas pinturas, vista* parte en ese Reino v parte anuí. Con el proliio estudio aue he hecho de esos apredahles monumentos de la antidtedqd mexicana, he adnuirido una competente instrucción en el método que tenían en representar los obiptos y en conservar la memoria de Jos sucesos, y me lisonjeo de haber avanzado más en este punto que los historiadores aue me han precedido. Al trabajo de allegar los materiales se siguió el de.diger, rios, combinando las relacione* frecuentemente indiRestas y muchas veces encontradas en nuestros autores, y procurando sacar del pozo de Demócrito la verdad. TJd. sabrá por su propia experiencia, mejor que ¡tinjyún otro, la dificultad oue hay en esta parte por ¡J ausencia o infidelidad'de nuestros historiadores. N ? he omitido diligencia alguna para la perfección de m * obra; he procurado la mayor pureza y propiedad ^n el lenguaje, la mayor exactitud en la ortografía, jaa mayor concisión, la mavor claridad, y sobre todo, * e mayor imparcialidad y fidelidad en la narración. Si £ incurrido en algunos defectos, como no lo dudo, r? ha sido por falta de diligencia o malicia; sino por ^casez de luces en materia tan obscura y tan difícil

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Me ha sido de mucha importancia el saber la lengua mexicana, el haber andado en buena parte del Reino, y el haber tratado íntimamente a los indios. Tengo ya perfectamente concluida la obra y estaría ya impresa buena parte de ella, si mis facultades fueran correspondientes a mis deseos; pero la impresión con las láminas de que ya hablaré (sic), costará más de 500 pesos fuertes y yo apenas tengo lo necesario para una vida miserable. No me pesa que no se halla impreso, porque habiendo sabido por lo que me dijo al pasar por aquí el Marqués de Moneada, de que Ud. tenía ya concluido un tomo en folio de su Historia, no me parece conveniente el dar un paso en la impresión de ia mía, sin saber antes si su asunto está prefectamente comprendido, "A los tres tomos de Historia, se añadirá otro de Disertaciones interesantes, y convenientes en la mayor parte a la misma Historia. Estas Disertaciones, que tengo concluidas, son ocho: la. Sobre el gran problema de la población de América; 2a. Sobre la cronología de la Historia antigua, uno de los puntos más embrollados por nuestros historiadores; 3a. Sobre la tierra y clima de México; 4a. Sobre los animales de México; 5a. Sobre la constitución física y moral de los mexicanos; 6a, Sobre el número de poblaciones y habitantes del Imperio Mexicano; 7a. Sobre la policía de los mexicanos; 8a. Sobre la religión de los mexicanos, comparada con la de las naciones más cultas de Europa. Estas se dirigen especialmente a rebatir los errores de Mr. Buffon, de Mr. Paw, de Mr, Raynal y de otros célebres autores que promueven la degeneración de las plantas, animales y hombres del Nuevo Mundo. Aun en el caso de no imprimirse mi Historia, creo que será muy provechosa la publicación de estas Disertaciones. "Espero que no lleve Ud. a mal esta carta, aunque tan larga y mal escrita, y se complazca en ver a un compatriota también empleado en el servicio de la patria enmedio de las mayores tribulaciones. Suplico

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a lid. me conteste y comunique, si le pareciere útil mi obra, las luces necesarias para perfeccionarla. Me preparo a trabajar otras obras aun más útiles para la misma patria, y entretanto pido al Señor guarde a Ud. muchos años, y me dé vida para gozar de sus preciosas fatigas.—Muy señor mío. B. L. M. su afectísimo servidor y capellán.—Francisco Javier Clavijero" De intento hemos reproducido la carta anterior, tanto porque es poco conocida, como porque en ella el autor nos da una completa idea de su obra que a poco de publicada fué traducida a los principales idiomas de Europa, y le mereció justos y entusiastas elogios de los sabios de más reputación y de los principales periodistas de París, Roma y Florencia. Clavijero escribió su Historia en español, pues así lo consigna él mismo en el prólogo, y aun se me asegura existía en México hace poco el original; pero sea que la demasiada suspicacia de la nación española, cuyas autoridades, según se dice, le negaron las licencias respectivas para darla a la estampa; sea que le exigían, como quieren otros, que borrase y enmendase ciertas apreciaciones y opiniones manifestadas relativamente a te conducta de los españoles en América; sea por las malvólas intrigas de un tal Diosdado, malqueriente y envidioso de los méritos del autor y de la Historia; sea en fin, por el pueril pretexto de "que fué introducido por algunos literatos italianos, que se mostraban deseosos ue leerla en su propio idioma"; lo cierto es, que después de haberla escrito en castellano, tomóse el nuevo y laborioso empeño de traducirla a la lengua toscana, en te que vio la luz por primera vez en el curso de los anos de 1780 a 1781. No olvidó, sin embargo, a su amada patria, que aunque lejos de los ojos siempre la tuvo en la memoria, Para honrarla y defenderla, como pueden ser muestras, te dedicatoria a la Universidad de México y la carta Medita que encontró en el archivo de ella, mi amigo el Sr. D. Nicolás Rangel; y aprovecho la oportunidad

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presente para darla a conocer, por los curiosos pormenores que contiene. Dice así: "limo. Señor, "Habiendo yo enmedio de mis tribulaciones emprendido con gran estudio, y escrito con suma diligencia y prolixidad la Historia Antigua de México, me pareció que no debía consagrarla a otro que a V , S, lima., porque quién más. acreedor a una obra de tal naturaleza, que un Cuerpo tan ilustre, a cuyas luces se ha confiado en ese Reino la Dirección de las Ciencias y la formación de los Sabios? Las circunstancias en que me hallaba cuando tomé tan acertada resolución, no me permitieron el solicitar anticipadamente el beneplácito de V. S. lima., ni creí necesario el esperar su consentimiento para tributarle lo que por tanto le debo. Publicóse finalmente mi Historia dedicada a la Real y Pontificia Universidad de México, llevando en su frente tan respetable nombre, para honra del Autor, y recomendación de su trabajo. Publicóse en Toscano, porque no se pudo más; pero el estar concebida en una lengua extranjera no basta a enagenarla de V. S. lima, ni puede perjudicar su derecho, Consta de tres tomos en quarto, además de otro de Disertaciones, el cual más por efecto de generosidad, que por título de obligación u otro motivo, se dedicó a un célebre literato de Italia, que temía algún detrimento en su reputación por la justa crítica que en mi segundo tomo se hizo de una de sus obras. La aceptación que ha tenido mi obra en Italia, y en otros países de Europa, ha sido muy superior a su mérito y a mi expectación. No dudo que a pesar de los aplausos con que le han celebrado los Doctos de Europa, contendrá varios errores, pero tengo el consuelo de que los que descubrieren la perspicacia de V. S. lima., sabrá disculpar su discreción considerando la dificultad misma de la obra, y la situación poco favorable del autor. La guerra y otros incidentes han retardado hasta ahora a mi Historia la fortuna de llegar a las manos

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de V. S. lima. D. Lino Gómez, Cura de Amecameca, y persona de mi mayor estimación y confianza, tendrá el honor de presentar a V. S. lima, cincuenta exemplares, de los cuales, dos van destinados a las dos principales cabezas de ese Cuerpo respetable, dos para la librería pública de essas Escuelas, y los restantes para los señores Catedráticos y demás miembros de esse limo. Claustro a arbitrio de sus dignas Cabezas. Bien querría yo que este corto obsequio se extendiesse a todos los señores Doctores; pero la demasiada distancia, el volumen de la obra* y otras dificultades que no se ocultan a la comprenhensión de V. S. lima, me privan de esa satisfacción. "Dios N. vS. prospere en todo a V. S. lima, para e l aumento de las Ciencias y de la felicidad de esse Reino. Bolonia a 29 de febrero de 1784. De V. S. lima., Afectísimo Servr. y Capellán, Francisco Javier Clavijero.—Rúbrica". En 24 de marzo de 1786, el Rector de la mencionada Universidad de México, en nombre de todos los doctores de la misma, después de darle las gracias por Su grande amor a la patria, a quien había erigido con ^Historia Antigua un perdurable monumento, desale que la Universidad se gloriaba en ver figurar su jtombre colmado de tanto honor en la dedicatoria que le había hecho de aquella obra, cuya doctrina y vasta ^udición le habían conquistado la admiración de los er Ye daderos sabios; obra nunca bastante bien alabada. re luT . fería a la vez, que convocados los Doctores de la diversidad no habían podido contener su entusiasmo s ^ u afecto, y que habían decidido manifestarle cuánto ^Preciaban esa gran obra, de la cual habían obsequiado respectivamente ejemplares al Virrey, al Arzobispo, al Regente de la Real Audiencia y a otros conspicuos Maserados y que cada uno de ellos deseaba larga vida, 9^e era ornamento y decoro de aquella Escuela.

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Una persona autorizada de México, en otra carta» le refería que los elogios que se tributaban a la obra eran tantos, y tanto el aprecio en que la tenían las personas más caracterizadas, y tantas las cosas que le elogiaban, que de hacerle un relato minucioso se alargaría mucho: que entre todas esas personas se distinguían el Virrey, el Regente y el Superintendente de la Real Aduana sobre todos, porque en un escrito propuso entre otras cosas que la Universidad debía inscribirle en el catálogo de su Doctores con de recho a la propina si volviese alguna vez a la Nueva España. Pero cuando llegó esta última carta a su destino, nuestro insigne Clavijero ya había muerto, víctima de tenaz y prolongada dolencia, que le hizo padecer mucho. Los "continuados y violentos viajes y su vida estudiosa", le hicieron contraer la enfermedad de que sucumbió. Volvía a Bolonia de Cesena, donde acababa de imprimir un librito sobre la Virgen de Guadalupe, y donde también había impreso la Historia Antigua, cuando comenzó a sentirse bastante enfermo, al grado que tardó dos días en recorrer un corto camino. Refiere el Padre Maneiro que el mal fué agravándose, pues no quiso llamar médicos, de cuyo arte siempre desconfió y temiendo que le prohibiesen leer sus amados libros y le apartasen de sus favoritas ocupaciones. Al cabo de cuatro años de penosos sufrimientos la enfermedad se agravó tanto, que tuvo que ponerse contra sus propósitos en manos de un facultativo hacia el mes de septiembre de 1786; aunque no tomaba nunca las medicinas si previamente no se enteraba de su composición y virtudes; y a ese fin estudiaba antes de ver al médico, que fué el famoso Dr. Jacobo Calvio, quien salía admirado, así de la instrucción de su cliente, corno de la presencia de espíritu que siempre demostraba en tan críticas circunstancias. El mal, que comenzó por la orina, resolvióse en

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"un tumor que en aquellos cuatro años se había formado y crecido". Causábanle horribles dolores, tanto el padecimiento, como las curaciones médicas; impedíale el tumor las funciones vitales, dañábale en el interior al infeccionarlo y debilitábanle por las frecuentes efusiones de sangre que le provocaba. Varón religioso y sabio, recibió todos los auxilios espirituales de la Iglesia Católica, que siempre profesó, "y con extraordinaria piedad y resignación, descansó en el Señor el día 2 de abril de 1787", a la edad de 55 arios, 6 meses y 24 días. Expúsose su cadáver en el templo de San Cosme y San Damián ele Bolonia; fué en seguida llevado y sepultado con toda solemnidad al de Santa Lucía, sito en la misma ciudad, y en tan severo acto, se hizo el elogio de sus talentos y virtudes, en hermosas y elocuentes composiciones. Muchos años después, un compatriota nuestro, DAgustín A. Franco, buscaba en vano los restos del ilustre historiador, pero sus pesquisas no dieron más fruto Que informarle haber sido sepultado "en el sepulcro c omún de los Padres de la Compañía". Sin embargo, con motivo de estas investigaciones, Pudo hallar un interesante documento en el archivo de a *de exparroquia de San Cosme y San Damián, la partida l fallecimiento y entierro, que dice textualmente: . "Die 2 aprilis de 1787.—R. D. Franciscus Xaven us filius legitimus Joannis Clavijero, extinta Societate, n *tus in civitate dicta Vera Crux in México, ann 55, °tefts 6., consuetis ómnibus extremis Sacramentis muni fus, hora 21 hujus diei, obiit in communione S. M* E. r ehquens moestissimum fratem R. D. Ignatium, qui 5>lerrmia numera eidem exhibenda curavit. Corpus ejus ^Quenti vespere e primo Palatio Quagnani in via CasUl onis cum funebri pompa ad Paroeciam hanc delatum, Postquam sequenti mane, pluribus sacrificiis in ejus jfftunae expationem celebratis, solemnis exequiae habitae Ue hunt, sepulchro in eadem Parochili Ecclesia Consig-

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nan dum statum fuerat, petentibus vero Fratis nomine quibusdam extinctae societatis ad Ecclesiam Sanctae Luciae inter tenebras delatum fuit.—Emilianus Cattani.—Parochus", Nuestro citado compatriota Agustín A. Franco, inició entonces (1858-1860), colocar en la iglesia de Santa Lucía una lápida u otro monumento dedicado a la memoria del esclarecido historiador; y si logró o no tan noble propósito lo ignoramos: sólo hemos podido averiguar "que posteriormente otro distinguido mexicano, el señor D. José María Lafragua, durante su permanencia en Italia, movido por un sentimiento patriótico, hizo colocar una lápida en el sepulcro de nuestro eminente historiador".

II BIBLIOGRAFÍA A.—ESCRITOS HAGIOGRAFICOS 1.—Memorias |¡ edificantes || del || Br. D. Manuel 11 Joseph Clavigero, 11 sacerdote del obispado 11 de "la Puebla, ~ " 11 recogidas por su 11 Hermano el P. Xavier Mariano 11 Clavigero, de la Compañía de JesusaCon las licenc. necessar. 11 En México: en la Oficina nueva de 11 letra Antuerpiana, por Christóval, 11 y Don Phelipe de Zúñiga, y Ontiveros, 11 Año de 1761. I vol 8o. Nótese que en este opúsculo y en el que sigue, Clavijero se nombra Xavier Mariano; en efecto, así escribía su nombre antes de ir a Italia, y hasta entonces comenzó a llamarse siempre Francisco Xavier. En los colegios donde desempeñó cátedras en la Nueva España V en los certificados que expidió a sus alumnos escribió s u nombre de dos o tres maneras diferentes. ,, 2.—Compendio 11 de la vida, 11 muerte, y milagros £e 11 San Juan 11 Nepomuceno, j escrita en lengua galiana. Por el P. César Calino, | de la Compañía d * Jesús y traducido a la castellana 11 por| j el P. Xavier Mariano 11 Clavigero, de la misma 11 Compañía. 11 ^Adorno). 11 Con las licencias necessarias. 11 Impreso en México, en la Imprenta del j Real, y más antiguo Cole810 de || San Ildefonso. Año de 1762. 1 vol. 8o, ,l a Como podrá observarse, ya en 1762 le era conocida lengua italiana a Clavijero, lengua que traducía a la

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sazón, y en la cual, años andando, escribiría la Historia Antigua de México. 3.—Elogio de San Francisco Xavier. Impreso en México, 1762. 1 voL 8o, Este y el siguiente Elogio no los conocemos sino por referencias de Beristáin en su Biblioteca. 4-Elogio de San Ignacio de Loyola, predicado en la Real Audiencia de Guadalaxara. Impreso en México, 1766. 1 vol. 4o. B.—OBRAS HISTÓRICAS 5.—HIST0RIA ANTIGUA DE MÉXICO Edición en italiano 5a.) Storia Antica || Del Messico || Cavata Da' Migliori Storici Spagnuoli, | E Da'Manoscritti, E. Dalle Pitture Antiche Degl' Indiani: |j Divisa in Dieci Libri, 11 E Corredata di Carte Georgrafiche, 11 E di Varié Figure; E || Dissertazioni ¡| Sulla Terra, sugli animali, e sugli abitatori del Messico. 11 Opera | j Dell'Abate 11 DFrancesco Saverio 11 Clavigero. 11 (Viñeta). ' In Cesena MDCCLXXX || (Línea de adorno). [I Per Gregorio Biasini Air Insegna di Pallade || Con Licenza de'Superiori, 4 vols, en 4o. mayor: Los tres primeros están impresos en 1780 y el cuarto volumen en 178L Al fin del volumen tercero se inserta un índice General de las cosas notables contenidas en la Historia Antigua de México, que no se ha reproducido en las ediciones castellanas. Mientras no se publique el texto original de esta

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Historia, que escribió en español Clavijero antes de traducirla al italiano, la mejor edición será ésta, por ser de obra de su autor, por haberla impreso bajo su cuidado, y por contener la lección íntegra, correcta, sin las modificaciones que le han hecho las traductores y editores posteriores. Ediciones Castellanas 5b.)—Historia Antigua || de || Megico: |¡ Sacada De ¡j Los Mejores Historiadores Españoles, Y De Los Manuscritos, | Y de | Las Pinturas Antiguas de los Indios; || Dividida en Diez Libros: || Adornada con Mapas y Estampas, 11 E ilustrada con | Disertaciones sobre la Tierra, los Animales, y los Habitantes 11 de Megico, || Escrita por || D. Francisco Saverio Clavigero; Y traducida del Italiano 11 Por José Joaquín de Mora. I] Londres: || Lo publica R, Ackermann, Strand, Y en su Establecimiento en Mégico: 11 Así mismo 11 Eri Colombia, En Buenos Aires, Chile, Perú y Guatemala. 11 1826. 2 vols, 4o, Primera traducción castellana que se dio a la imprenta, y en la que el Editor, no omitió gasto ni esmero Para satisfacer dignamente los deseos de sus amigos. En las estampas, no sólo se empleó un buril más fino que el de la edición italiana, sino que se corrigieran muchos errores. La traducción es bastante fiel y elegante, aunque too exenta de faltas imperdonables en un autor tan distinguido como Mora, que dejó nada menos que en la P°rtada, nombres sin traducir como Saverio en vez de Xavier; y por que falta la paciencia, al leer los nombres indígenas tan bárbaramente escritos por seguir a la Academia, aunque puede decirse en su abono, que él nusmo confesó "haber luchado con grandes dificultades, V no sabe si habrá tenido la dicha de vencerlas". Discúlpelo también el amor con que demuestra su admiración a la obra y al asunto.

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"Por lo que hace al asunto en sí mismo, y a la obra —dice— sería inútil cuanto podría decirse acerca de su importancia, y del interés que debe excitar en toda clase de lectores. Todo es grande, nuevo y admirable en el cuadro de aquella nación, que en conciencia no deberían llamar bárbara los que no pudieron ofrecerle como modelos, la suavidad de sus costumbres, ni la generosidad de sus miras".

5c.)—Historia Antigua || de || México y de ai Conquista, 11 Sacada de los mejores historiadores españoles, y de los manuscritos y pinturas de los indios ' Di^ vidida en diez libros: Adornada con Mapas y Estanípas, E ilustrada con Disertaciones 11 Sobre la Tierra, los Animales y los Habitantes de México Escrita Por D. Francisco J. Clavigero, 11 Y traducida del Italiano por J. Joaquín de Mora. || México: || Imprenta de ara, calle de la Palma, núm, 4. 11 1844. 2 vols. 4o., mayor. Primera edición mexicana, aunque de traductor extranjero. El editor Lara hizo algunas modificaciones a la impresión londinense de 1826. Colocó la Noticia de los escritores de la Historia Antigua de México al fin del volumen segundo, cuando en la original italiana y en la de Londres que reproduce, figura al principio de la obra, lo mismo que la Advertencia sobre medidas de longitud, que de nada sirve aquí al lector después de haber leído toda la obra. En cambio, modificó la pésima ortografía seguida por Mora en muchos nombres mexicanos, pues en el afán de ajustarse el traductor servilmente a la Real Academia Española, sin investigar cuáles voces se habían castellanizado y cuáles no, escribió Jochimilco pot Xochimilco, Ijtliljóchitl por Ixtlilxóchitl y así otras muchas por este tenor. En esta primera edición mexicana se publicó el retrato de Clavijero y algunas otras estampas y mapas

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que no se contienen ni en la impresión italiana de Cesena, ni en la de Londres. Esta edición es la que sirvió como original a la Dirección General de las Bellas Artes para hacer la reimpresión el año de 1917 que estuvo bajo el exclusivo cuidado del Departamento Editorial tanto en la elección de formato, tipos, papel, etc., como en la corrección de pruebas y en las variaciones ortográficas que introdujo.

5d.)—Historia Antigua de Méjico, || sacada de los 11 Mejores Historiadores Españoles, 11 Y de Manuscritos 11 Y Pinturas Antiguas de los Indios. | Dividida en diez libros. Adornada 11 de Cartas Geográficas y Litografías; con Disertaciones || sobre || la Tierra, Animales y Habitantes de Méjico, j | Obra escrita en italiano j | Por el abate don Francisco Javier Clavijero. | Traducida 11 Por el Dr. D. Francisco Pablo Vázquez, | Colegial Antiguo del Eximio de San Pablo de Puebla y Maestre-Escuelas Dignidad 11 de la Santa Iglesia de dicha Ciudad. Méjico |¡ Imprenta de Juan R, Navarro, Editor, || Calle de Chiquis Núm. 6 || 1853. 1 vol. 4o. mayor. Segunda edición mexicana de la obra de Clavijero ^aducida por mexicano. "La edición que ofrecemos a nuestros lectores —se dice en el Prólogo del Editor— tiene además otros méritos: presentamos la traducción que de dicha obra hizo el excelentísimo e ilustrísimo señor Vázquez, obispo de ¡a Puebla, cuyo nombre solo, es una garantía para los uteratos y para los amantes de la Historia. Este precioso manuscrito, que existía en poder del venerable Cabildo de aquella mitra, y que generosamente nos ha c edido y a quien lo cedió el señor traductor, lo hemos corregido gracias a la eficacia del ilustrísimo señor obisP° actual, y a la del señor doctor canónigo, dignidad ae la misma Santa Iglesia, don Antonio Haro, a quienes

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tributamos nuestra gratitud por el noble empeño con que han contribuido a secundar nuestras ideas para la publicación de esta obra tan interesante a los mejicanos. "Hemos dejado la carátula de la obra de que hablamos con la misma redacción que tiene el original, y por lo que extrañarán nuestros lectores no encontrar en ella los títulos que honraban últimamente al señor traductor, sino aquellos que tenía en el tiempo en que se dedicó a este trabajo y cuya fecha ignoramos porque no consta en el original". A pesar de las anteriores, precisas y claras manifestaciones del Editor, en una Biografía de Clavijero, escrita por el cubano José Miguel Macías (Veracruz, 1883), e incurriendo en el mismo error de don Marcos Arróniz, se niega que el Obispo Vázquez hiciera esta traducción y se le concede sólo el título de anotador; y obcecado el autor por el errror, lo prefiere a la verdad estampada en el Diccionario de Historia y Geografía por un contemporáneo tan competente como lo fué el señor don José Joaquín Pesado, quien en el artículo respectivo consagrado a Clavijero, dice que se conservan entonces manuscritas dos traducciones de la Historia, una hecha por D. Manuel Troncoso y Buenvecino y otra ilustrada con eruditas notas, por el ilustrísimo Sr. don Francisco Pablo Vázquez, Obispo que fué de la Puebla de los Angeles. Respecto a todo lo que imagina don José Miguel Macías de las notas que aparecen firmadas con la letra C y que atribuye a Vázquez, tanto el Sr. don José María de Agreda, como el Sr. don Francisco del Paso y Troncoso, pudieron averiguar que el autor de ellas fué el notable naturalista poblano don Antonio Cal y Bracho, y lo confirma el hecho de que esas notas, calzadas con la letra mencionada, sólo aparecen en el libro consagrado a la Historia Natural, y no en otros lugares, Y ya que hemos hecho mención de las traducciones de Buenvecino y de Vázquez, es oportuno citar aquí otra que no menciona ninguno de los que han escrito la vida de nuestro insigne historiador.

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En la Gaceta Imperial de México, núm. 49, del 8 de enero de 1822, consta que el R. P. don Miguel Frías, Rector del Nacional y muy Ilustre Colegio de San Francisco de Sales de San Miguel el Grande, hoy de Allende en el Estado de Guanajuato, había traducido la Historia Antigua de México de Clavijero, e invitaba a una subscripción para imprimirla a razón de $ 3.50 cvs. el tomo, que llevaría de "fino buril todas las estampas que trae el original y en el primer tomo el retrato y compendio de la vida del autor". La edición debe de haber quedado en proyecto, pues no hemos logrado nunca encontrar una sola página de ella.

5e).—La tercera edición mexicana, es reproducida de la versión hecha por el señor Obispo Vázquez, y fué publicada en el folletín de "El Constitucional".—México 1861-1862. 4 vols. 8o., sin mapas ni ilustraciones.

5f).—La cuarta edición mexicana fué impresa en Jalapa, el año de 1868, por Antonio Ruiz, y contiene ia reproducción del texto traducido en Londres por don José Joaquín de Mora. 2 vols. 4o. mayor.

5g).—La quinta edición mexicana, impresa por Duelan en México el año de 1883, como la anterior, es C0 Pia de la de Londres. 2 vols. 4o. mayor. ^5h) .—La sexta edición, como ya se dijo se publicó el año de 1917, por la Dirección General de Bellas Artes. 2 vols. 4o. Kl

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5i) —The || History || of|| México, Collected from || Spanish and Mexicans Historians, ,, from Ma„ nuscripts, and Ancient Paintings of the Indians f¡ Ilustrated by 11 Charts, and other Copper Plates. 11 To which are added, 11 Critical Dissertations 11 on the 11 Lan, 11 the Animáis, and Inhabitants of México By Abbé D. Francesco Saverio Clavigero. || Translated from the Original Italian, 11 By Charles Cullen, Esq. 11 In two Volumes. |¡ Vol I (Vol. II). London, 11 Printed for G. G. J. and J. Robinson, No. 25, Pater Noster Row 11 MDCCLXXXVII. 2 vols. 4o. mayor.

5j) .—Reimpresa en Richmond, Virginia, by W. Prichard, 1806. 3 vols. narrow 8o. 5k).—2a. edición en London: || printed for J. Johnson, St. Paul's Shurchyard, 11 by Joyce Gold,.. Shoe Lañe || 1807. 2 vols. 4o. mayor. 51).—Otra reimpresión en Philadelphia: II Published by Thomas Dobson. at the Stone House, No. 41. South Second Streer. 11 1817. 3 vols. 8 maps. Edición Alemana 5m).—Geschichte 11 von 11 México 11 aus 11 Spanischen und mexicanischen Geschichte chen and mexicanischen Geschichte schreiben, Handschriften und ge- || malden der Indianer \\ zusamenr mengetragen || und durch Karten und Kupferstiche erlautert || nebst einigen cristischen Abhandlungen

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über die 11 Beschaffenheit des Landes, der Thiere und Ein | wohner von México Ausdem Italienischen des Abts Franz Xaver Clavigero der Ritter Cari Cullen ins Englische, 11 und aus diesen mins Deutsche überstzt. Leipzig, II im Schwickertschen Verlage. || (17891790). 2 vols. 8o. mapas. Como puede verse por el título que copiamos, la Versión alemana es traducida de la inglesa. Traducciones en francés y en danés 5n y ñ).—Aluden a ellas, el autor de los preliminares del texto italiano en la Storia della California (1789); el R Juan Luis Maneiro, en la obra que intituló De Vitis Aliquot Mexicanorum (1792), y las dan como impresas, todos los biógrafos de Clavijero. El Dr. Beristáin, hablando del aprecio con que fué recibida la Storia Antica del Messico, dice que los aplusos y elogios que le prodigaron, "prueban tanto su mentó como el haberse traducido y publicado en francés, J nglés, alemán; y no sé si también en lengua dinamarquesa, —agrega— pues en 1787 la compró para este efecto en Bolonia un literato de aquella nación, contristado de haber encontrado ya difunto a nuestro autor", cuando había ido con el propósito de conocerle. No obstante estos testimonios, no hemos podido encontrar ejemplares ni de la versión francesa, ni de la d *namarquesa en las bibliotecas públicas y privadas en ^ue las hemos buscado, ni en las numerosas bibliograuas y catálogos de libros de venta que hemos registrado. as S * nos atreveríamos a negar que se hubiesen impreso, S1 no nos asaltara el escrúpulo de que pueden ser hoy ra rísimas. 6.—HISTORIA DE LA CALIFORNIA Edición primera en italiano 6a) .—Storia della California || Opera postuma Del Nob. Sig. Abate II D. Francesco Saverio II Cía*

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vigero || (Adorno) || In Venezia, || MDCCLXXXIX | (Bigote). 11 Appresso Modesto Fenzo. 11 Con ltcenza de'Superiori, e privilegio. 2 vols. en 8o. y mapa. Dos años después de la muerte del autor, la publicó su hermano don Ignacio Clavijero, quien le acompañó en su vida religiosa, pues también fué jesuíta, se embarcó con él cuando fueron expatriados, procuró siempre honrarle, le cerró los ojos y le sepultó en Bolonia. Edición segunda en castellano 6b) .--Historia 11 de la 11 Antigua o Baja California. 11 Obra Postuma | j Del Padre Francisco Javier Clavijero, 11 de la Compañía de Jesús. 11 Traducida del italiano 11 Por el presbítero don Nicolás García de San Vicente. 11.(Adorno) || Méjico. II Imprenta de Juan R. Navarro, Editor. 11 1852. 1 voL en 4o. mayor. El título de la edición de Venecia está completamente cambiado. Entre otras cosas que dice el Editor en la especie de Advertencia que coloca al principio, es pertinente copiar las que siguen: "La fama universal que tan distinguido escritor —don Francisco Javier Clavijero— tiene alcanzada por su Historia Antigua de México, nos dispensa de formar el elogio de la que ahora ofrecemos a nuestros suscritores. Las dificultades que halló Clavijero para publicar su grande obra en castellano, las que al fin lo obligaron a renunciar a escribirla en aquella lengua, hicieron sin duda que también escribiese en italiano la Historia de te California, y nosotros tenemos la satisfacción de ser los primeros que la presentamos vuelta a su idioma nativo. "Dos traducciones hemos tenido a la vista para elegir la que había de servir de texto. La una de ellas fué trabajada por el presbítero don Nicolás García de San Vicente, tan conocido entre nosotros por sus diversas obras elementales: débese la otra a don Diego

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—otros le llaman Manuel— Troncoso y Buenvecino, autor también de una traducción inédita de la Historia Antigua de México. ''Después de un detenido examen de ambas, hemos preferido la del padre San Vicente por más exacta en lo general, y de mejor estilo. A pesar de eso, una cuidadosa revisión nos ha hecho descubrir algunos yerros, inevitables en trabajos de esa naturaleza y los hemos hecho desaparecer, valiéndonos a veces de interpretaciones más felices del señor Troncoso. Aprovechamos también para insertarlo al fin, un Apéndice que éste añadió a su traducción, en el que refiere brevemente los progresos de la California desde la expulsión de los jesuítas hasta el año de 1796. "En nota al párrafo IX, del libro II, hemos colocado íntegra la licencia o autorización que el virrey conde de Moctezuma concedió en 1679 a los padres Salvatierra y Kino para la sujeción de la California". No reprodujo el editor, en esta publicación, el maPa del original italiano, "porque formado casi de memoria en Europa y después de la muerte del autor no merece confianza". Prometió en cambio dar otro de los Modernos, pero no lo cumplió. Completó Navarro, por otra parte, la obra de Cíat ^fjero, agregándole además del pequeño apéndice de troncoso, la "Relación Histórica del Venerable padre yQy Junípero Sena", escrita por su compañero el Patfre Fray Francisco Palou, por ser ella, más que la biografía de aquel venerable religioso, la Historia de las Primeras tentativas de colonización en la Alta California". . a 6c).—Historia || de la || Antigua o Baja Califor**? 11 obra postuma del Abate 11 Francisco Xavier Clavijero |P de la Compañía Ndei c oJesús 11 Traducida del líao r el P b r a D l á s G a r c í a d e S a n vicen te !? - I ~ II México & Imprenta del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía ¡ | 1933. 1 vol. en 4o,

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Esta edición se hizo para conmemorar el Segundo Centenario del nacimiento de Clavijero, y en el prólogo se dá cuenta minuciosa de las festividades conque se honró dicha conmemoración. 7.—Compendio de la Historia de la Virgen de Guadalupe. 7a).—Breve ragguaglio della prodigiosa y riñomata immagine della Madona de Guadalupe del Messico.—Cecena.—1782.™Por Gregorio. Biasini. || 1 vol. 8o. con una hermosa lámina. Aunque apareció anónimo este compendio, en el que se refiere la tradición guadalupana y se hace la descripción de la imagen y del templo, consta que fue escrita por Clavijero, por asegurarlo así el Padre Juan Luis Maneiro en su obra intitulada De Vitis aliquot mexicanorutn. 8.—Edición singular de la HISTORIA ANTIGUA DE MÉXICO. 8 a) .—Historia ¡| de la || Conquista de México || Sacada de los mejores historiadores |¡ Por | F. J. C. || Filadelfia || Impresa por Mac Clure || 1846. 1 vol. 4o. mayor con litografías. Con este título y sin el nombre de nuestro ilustre historiador, en la ciudad y año que figuran como pi e de imprenta, un editor yanqui, que seguramente tenía existencias del segundo tomo de la traducción de don José Joaquín de Mora, impresa en México por Lara en 1844, hizo aparecerlo como obra nueva trocando el verdadero título por la portada que hemos copiado; pero basta comparar el papel y tipos de ella con el papel y caracteres de todo el volumen, para darse cuenta de la superchería de que se valió a fin de engañar a sus compradores, ocultando al verdadero autor de la obra bajo de sus iniciales, pensando así que no se descubriría, V°r lo menos desde luego su embaucamiento, hijo de la más grosera especulación. 9.—Resumen y compendio de la HISTORIA ANTIGUA DE MÉXICO.

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9 a).—Resumen Histórico j | de las principales naciones 11 que poblaron 11 el país de Anáhuac, 11 o virreynato 11 de 11 Nueva España. 11 1 vol. 4o, común. Se publicó ilustrado con láminas al agua fuerte, tomadas de la edición italiana de 1780, excepción del mapa, en la imprenta de doña María Fernández de Jáuregui, calle de Santo Domingo, año de 1803, como apéndice del Sermón que predicó en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe el Dr. don José Ignacio Heredia y Sarmiento. Al terminar, el autor del sermón, a quien de seguro remordía la conciencia por haber traducido más o nienos literalmente párrafos íntegros del texto de la obra, escribió una Advertencia, en la que asegura lo siguiente, refiriéndose al Resumen: "aunque en varios Puntos no concuerda con lo que sobre su contenido han escrito muchos Historiadores de mérito, cuya autoridad Veneramos: está acorde en todo con lo que del mismo asunto escribió el sabio Ex-Jesuíta veracrüzano don francisco Javier Clavijero..." ¿No hubiera sido más honrado decir que el Resuden estaba hecho en vista de la obra de Clavijero y no Que estaba acorde en todo?

9 b) .—Compendio 11 de la 11 Historia Antigua de México 11 Por 11 Felioe Buenrostro 11 México 11 Tipografía Literaria 11 Núm. 5.—Canoa.—Núm. 5. 11 1877. 1 vol. 4o. común. ~ Más censurable es el autor de este Compendio que pimiento. Buenrostro, en lo que él llama, Prólogo del Autor, dice: "Al ponerme a escribir un Compendio de a * Historia Antigua de México, he creído que prestaba un servicio a la juventud, recopilando los pasajes más potables... (!) "La recopilación consistió en compensma r servilmente, sin hacer ninguna investigación propia, juicios de su cosecha; pero como Sarmiento, también

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al terminar la tarea, en el epílogo confiesa paladinamente su pecado, cuando escribe: "Por esto mismo me propuse compendiar la Historia escrita por Clavijero, que en mi concepto es el que con más cordura e imparcialidad da cuenta de los episodios etc." ¿No hubiera sido más cuerdo decir esto en el Prólogo o haber titulado el libro, Qompendio de la Historia Antigua de México del Abate Clavijero, escrito por Felipe Buenrostro? C—ESCRITOS DIVERSOS QUE DEJO ANÓNIMOS, UNOS PUBLICADOS Y OTROS MANUSCRITOS Los anónimos constan en la Biblioteca de escritores de la Compañía de Jesús, por Backer. Los manuscritos los menciona Beristáin, pero hay que advertir que los tres últimos no los concluyó el autor, y, quizá, el titulado Colonias Tlaxcaltecas quedó en proyecto, por lo que dice el P. Maneiro.

10.—Certamen poético para la noche de Navidad del año de 1753, presentando al Niño Jesús bajo la alegoría de Pan* Se conservan en la ex-biblioteca de la Universidad de México. 11.—Cursus philosophicus diu in Americanis gy**1nasis desideratus. 12.—Diálogo entre Fílateles y Paieófilo contra el argumento de autoridad en la Física. 13.—Plan de una Academia de Ciencias y Bellas Letras.

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14.—Ensayo de la Historia de N. E. (Clavijero alude a esta obra en una nota al Libro VI. de su Storia Antica, y refiriéndose a las cruces, dice: "De todos estos monumentos hablaré en la Historia Eclesiástica de México". Beristáin cambió por completo el título, pues Maneiro no habla de ningún Ensayo). 15.—De los linajes nobles de la Nueva España. 16.—De las colonias de los Tlaxcaltecas.

III ICONOGRAFÍA De dos retratos al óleo, que representan a Clavijero, tenemos noticia. El primero se conserva en el Museo Nacional, y lo describe don Jesús Galindo y Villa en estos términos: "Dimensiones, Om 94 x Om.69. Es obra de pincel italiano hecha en Roma, el año de 1779, según parece, pues está roto el lugar del año y el del nombre del artista. Represéntasele con el traje de la Compañía. En la mano izquierda tiene la figura un papel donde se lee "Retrato del Abate Francisco Javier Clavijero, nació en Veracruz en 1731 y murió en Bolonia a 5 de abril de 1787". Debemos hacer observar que si este retrato se pintó en 1779 no pudo entonces haberse puesto en el papel la fecha de la muerte del distinguido historiador, pues éste murió posteriormente, y no el día 5 de abril, sino el 2, según consta en la partida de defunción que hemos copiado en pasmas anteriores. El segundo retrato existía aún a mediados del siglo pasado en el extinguido Colegio de San pregono; y al decir de los que lo vieron, y conocieron *¡m duda a Clavijero: "la fisonomía expresaba bien las facciones, pero en obsequio de la verdad, carecía de algunos rasgos que daban a aquel un carácter muy notable de dignidad y nobleza". Aunque parecen dos rea rt o s distintos, el del Museo y el del Colegio de San ^ egorio, es muy posible que sean uno mismo y que el segundo haya pasado al Museo al extinguirse el CoReproducciones más o menos modificadas en el paecido del rostro, en la postura y en las dimensiones, se

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encuentran en varias, de las ediciones de la Historia Antigua de México, en algunas obras biográficas y en periódicos. En el Museo Mexicano de 1843, tomo III, pág. 498, apareció una litografía, y otra, en la Historia de la Conquista de México, por Prescott, edición de Cumplido, año de 1844, tomo I. pág. 35. Copias de grabado en madera y de fotograbado, se publicaron en la obra México a través de los Siglos, tomo í. págs. LVI y CXXV. de la primera y segunda edición, respectivamente. Todos estos retratos parecen reproducción del óleo que se conservaba en San Gregorio y representan a Clavijero de medio cuerpo. Variantes de ellos, de medio busto y en litografía aparecieron al frente de la Historia Antigua, editada por Lara en 1844 y en la pág. 33. Tomo I, de la Conquista de Prescott, impresa por Vicente García Torres el mismo año. Otra variante en litografía de H. Triarte, dibujo de S. Hernández, quizá copia del óleo que existe en el Museo Nacional, se publicó en la obra Hombres Ilustres Mexicanos. México. 1874. Tomo III, pág. 59. Tales son los originales que han servido para reproducir el retrato de Clavijero en muchas obras del país y extranjeras que sería prolijo enumerar. OBRAS DE CONSULTA Castro Agustín: Elogio del P. Francisco Javier Clavijero, jesuíta americano. Ferrara. 1787.—Maneiro Juan Luis: De vitis aliquot mexkanorum. Cecena 1792rBeristáin de Souza Dr. don José Mariano: Biblioteca Hispano Americana Septentrional México 1816.--Veytia Mariano: Historia Antigua de México. México. 1836* (Noticia biográfica del autor por F. Ortega, págsXXVIII a XXXII),—Almazán Pascual: Ensayo Literario. Puebla. 1838. pág. 33.—Diccionario de Historia y Géograjia. México. 1853. (artículo Clavijero, firmado * * y qUe el Sr. Orosco y Berra dice fué escrito por D. José Fernando Ramírez pero su verdadero autor fué D. José Joaquín Pesado, pues con ese signo calzo los artículos suyos, insertos en dicho Diccionario;.

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Arróniz Marcos; Manual de Biografía Mexicana. París 1857.—Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. México. 1862 la. época, tomo IX, pág. 261. (Artículo intitulado: Noticias relativas al ilustre jesuíta mexicano don Francisco Javier Clavijero.—Zelis Rafael: Catálogo de los sujetos de la Compañía de Jesús que formaban la provincia de México el día del arresto, 25 de junio de 1767. México. 1871.—Hombres Ilustres Mexicanos. México. 1874, don Francisco Javier Clavijero, por Agustín R* González, tomo III, pág. 59.—José Miguel Maclas: Biografía del egregio historiador, naturalista y poligloto, D. Francisco Javier Clavijero. Veracruz. 1883.—Sosa Francisco: Mexicanos distinguidos. México. 1884.—Peña y Reyes Antonio de la: Estudios biográficos y bibliográficos, don Francisco Javier Clavijero.—Un recuerdo a Clavijero (Artículos publicados en el Liceo Mexicano, Tomo II, núm. 1. pág, 4 (1886) y el mismo tomo, núm. 12, pág. 89 (1887) .-—García Cubas Antonio; Francisco Javier Clavijero (Almanaque de "El Tiempo'9. México. 1887. págs. 86 a 90, con un retrato)i. --Backer: Bibliothéque des scrivains de la Compagnie de Jesús. Nouvelle edition par Charles Sommervogel. Bruxelles. 1890.—Los clásicos de la Historia Nacional —Clavijero.—Fascículo I.—Ediciones de la Secretaría de Educación Pública.—García Granados Ricardo: Estudio Bibliográfico (Leído en la celebración del Segundo Centenario del nacimiento del historiador Francisco Javier Clavijero, en la Biblioteca Nacional el día 9 de septiembre de 1931).—El mismo autor Noticia Bibliográfica de las obras del Abate Francisco Javier Clavijero y de otras que a él se refieren, con motivo de te Exposición que se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional en dicho centenario.—Debo las copias de estos estudios a la cortesía de su autor, quien después Jps publicó en la revista intitulada: "Universidad".— Sebastián Félix: P. Francisco Javier Clavijero. M. S. Que me proporcionó mi colega D. Mariano Cuevas.— ^alindo y Villa Jesús: Discurso pronunciado en el Segundo Centenario del Nacimiento de Clavijero. 1933.

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García Rubén: Biografía de D. Francisco Javier Clavijero. 1933. APÉNDICE Juzgo pertinente reproducir aquí, lo que un escritor de la Compañía de Jesús, el P. Félix Sebastián, escribió sobre los últimos años de la vida de Clavijero, manuscrito que se conserva en el Archigimnasio de la ciudad de Bolonia. "Arrestado con todos los suyos en el Colegio de Guadalaxara, pasó aquí tanto él como todos sus compañeros, las mayores vexaciones, y malos tratos, que no tuvieron exemplar en ningún Colegio de la Provincia, originado todo de la ninguna inteligencia, que tuvo de las órdenes .Reales el imprudente Comisario. Salido de esta cruel vexación emprendió su camino para el Puerto de la Veracruz distante ciento sesenta leguas, llegó a su nativo País preso, donde estuvo por algún tiempo rodeado de soldados; de aquí fué a la Habana» a Cádiz, Córcega, últimamente al Estado Pontificio donde le tocó habitar en la Ciudad de Ferrara. En toda esta quanto grande, penosa trasmigración, se observó en el una constancia de ánimo, una extraordinaria alegría en los muchos trabajos, que padecía, procurando aliviárselos a todos con su dulce, y amena conversación, y una humildad tan connatural, que fue por explicarme así, el paño de lágrimas de todos los que concurrieron con él, no pudiendo menos de admirar todos, que aquel noble corazón estaba animado de aína bella alma, adornada de muchas virtudes. Llegado a Ferrara fue hospedado en un mesón, y de aquí habiendo tomado una inabitada casa pasó con varios compañeros a vivir en ella. Luego que llegó procuró tener algunos libros, y se vivía estudiando. Padeció mucho con lo rígido del clima, a que no estaba acostumbrada su naturaleza; mas atribuyéndolo todo a singular providencia del Señor, vivía alegre en medio de lo mucho que padecía ,siendo el consuelo de todos sus pacientes

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compañeros. Después de año y medio de este mal hospedage passó a la ciudad de Bolonia, donde perseveró hasta el fin, aquí se dedicó todo a los libros, y a la virtud. Pasaba estudiando la mayor parte del día, y noche, y emprendió y pusso por obra el escribir, como lo hizo, la historia antigua de México, que dedicó a la Real Universidad de dicha Ciudad y la dio a la imprenta en lengua Italiana en 4 tomos en la Ciudad de Cesena. Lo que trabajó para esta noble composición es increíble; pues además de servirse de su feliz memoria, en lo mucho que había leydo en México y lo que por los mismos ojos había observado, hizo venir los authores más clásicos Españoles que no pudo hallar en Italia, tanto de España, como de América, coordinó con crítica muy docta lo mucho que halló esparcido en ellos, registró las famosas librerías de Bolonia y Modena, y finalmente dio a la luz su historia, que ha recibido todos los aplausos de los Literatos de Europa, y que la han traducido en Francés, Alemán, e Inglés. Sabido en España el aplauso, que la dicha obra tenía en las demás Naciones, se la pidieron de Madrid, a donde la mandó en el primer original, que la había escrito, que era su nativa lengua Española. Mas aquí encontró alguna oposición, de los que no siendo capaces de dar ninguna producción propia, gozan talento de hablar mal de los otros, y encuentran nubes aun en el ftiás resplandeciente cielo. No obstante esta oposición, he sabido se esta imprimiendo con gran consuelo de los Literatos Españoles. La Universidad de México agradecida a tan noble compatriota lo regaló generosamente, ensalsando su mérito, y haciendo grande estimación de su trabajo. Luego que se imprimió la dicha obra, y fae en manos de los eruditos Italianos, hicieron mucho aprecio del Author, al que lo consultaban cada día en las dudas, que se les originaban, y demostrando la estimación, que hacían de sus talentos. No se ocupó solamente en esto; más al punto que acabó la Historia Antigua del México, escribió también en elocuente Itahano la Historia de Californias, que había acabado, y es taba pronto a darla a la imprenta, quando lo arre-

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bato la muerte. Tenía hecha una colección muy erudita, y pia de los hombres grandes en virtudes, que han florecido desde el principio de la conquista de Nueva España; obra que a haber vivido más hubiera sido de grande honor a la Nación Española, la que ha quedado imperfecta. Deseoso de promover el culto a la Milagrosa Ymagen de Guadalupe de México, que era las delicias de su corazón, dio a la estampa en lengua Ytaliana un librito, en que Historialmente daba razón de la aparición, y prodigios de la Santa Ymagen. Hizo unas doctas, y críticas notas a la vida interior de don Juan de Palaíox, en que muestra la grande comprensión, y extensión que tenía en la Sagrada Theología, y lo muy versado que estaba en la Ciencia Mística, Otras muchas cosas escribió, tanto en América, como en Europa, que su pobreza hizo que no vieran la luz pública. Assi se la passó este docto y laborioso Jesuíta en un destierro, en donde siempre estuvo pobre, siempre jovial, y siempre muy conforme con la voluntad divina. Su carácter distinctivo fue siempre la humildad, sin reconocérsele engreimiento en cosa alguna. Las horas que daba al descanso las empleaba en barrer su aposento en remendar sus pobres vestidos, y en servirse por si solo; avergonzándose cuando alguno lo quería ayudar y servir, aun en su penosa, larga y molesta enfermedad. Nunca tuvo mas mira que en ser útil, y provechoso a todos, y en athesorar riquezas de méritos para la gloria. Padeció infinito, pues en cuantas cosas ponía las manos hallaba siempre contradicción, y él con gran paz de ánimo la recibía todas siendo su común dicho: Desgracias de Clavijero: mas en todas ocasiones tuvo el consuelo de ver le redundaban en bien. El golpe para él más terrible que fue el de la supresión de la Religión que era todo su amor, y cariño lo llevó con una invicta paciencia, nacida de lo arraigado que estaba en la virtud, y de que miraba todas las cosas como efectos inescrutables de la divina Sabiduría* Se enfermó de la disentería de sangre, cuyo mal soporto por el tiempo de tres años, hecho un Job de dolores* sin dexar sus acostumbradas tareas de leer, y escribir*

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y sin apartar la mira de la eterna Bondad, a quien refería todas sus fatigas y penas» Recurría con gran fervor a la Santísima Virgen a quien tiernamente veneraba; a Nuestro Padre San Ignacio, de quien se honraba ser hijo; al Santo de su nombre San Francisco Xavier que amó entrañablemente; y a su protector y abogado San Juan Nepomuceno, cuya devoción procuró promover en quantas partes estuvo. Visitábanlo todos, a quienes recibía con singular amor, y agradecimiento su boca era toda dulzura para todos, su proceder amable, sus entrañas tiernas, y sus modos, y maneras dignas de aquella bella alma que lo animaba. Finalmente después de un largo padecer, acrisolado como el oro ,en el fuego de un continuado martirio de cerca de 20 años de destierro, entre pobrezas, malos tratos, necesidades y miserias; habiendo pasado los tres últimos años de su vida, en una penosa, molesta y dolorosa enfermedad, no pudiendo ya estar en pie se redujo a la cama, en donde con suma ternura recibió todos los Santos Sacramentos. Estuvo siempre en si, y siempre en Dios, hasta la última hora, haciendo de continuo fervorosísimos actos de contrición, y amor de Dios. Y assí entre dulces coloquios con la Magestad Divina, y con su Santísima Madre, entregó su espíritu al criador muriendo en santa Paz, y con todas las señales de predestinado en Bolonia a las tres de la tarde del dia dos de abril."

Vida y obras de Don José Fernando Ramírez

VIDA Y OBRAS DE DON JOSÉ FERNANDO RAMÍREZ

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A vida y escritos del ilustre mexicano don José Fernando Ramírez merecen un estudio extenso. Hasta hoy nadie ha consagrado su pluma a labor tan interesante cuanto patriótica, sin duda por falta de datos, pues mientras que de muchos que poco o nada valen se encuentran con facilidad, escasean los de personas eminentes como el señor Ramírez. Mas afortunados que otros, publico a continuación los que he compilado acerca de su vida y obras, no sin abrigar la esperanza de que más tarde estos ligeros apuntamientos informen un libro.

BIOGRAFÍA I Don José Fernando Ramírez nació el día 5 de mayp de 1804, en la Villa del Parral, hoy ciudad Hidalgo d *l Parral del Estado de Chihuahua, y entonces perten eciente a la Intendencia de Nueva Vizcaya, una de las *jás extensas provincias internas del Occidente. (1) r al circunstancia, unida a que don José Fernando Ra¡Jfrez se educó en Durango, vivió y desempeñó allí muchos cargos públicos, y representó al Estado del mismo (1) Estos y otros muchos datos los debo a la bondad fl señor Lie. don José Hipólito Ramírez, quien me comunic ó los pápela que poseía del señor su padre. d

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nombre cuando fué electo Diputado y Senador al Congreso de la Unión, contribuyeron a que todos lo reputaran nacido en Durango, y a que él mismo reconociera esta ciudad como su "patria particular." Fué su padre don José María Ramírez, Coronel de las fuerzas independientes, hombre rico que se había consagrado a la minería, de no escasa inteligencia y autor de algunas composiciones poéticas que merecieron sinceros elogios de don José Joaquín Pesado. La madre de don José Fernando, doña Josefa Alvarez, fué también persona recomendable por sus virtudes, y a ella debió su hijo la instrucción primaria, que recibió en la ciudad de Durango, capital en aquellos tiempos de la dicha intendencia de Nueva Vizcaya. La instrucción superior hasta obtener el título de Abogado, la cursó el señor Ramírez, parte en el Colegio de Durango y parte en el de San Luis Gonzga de Zacatecas, siendo sus maestros, en lanitinidad y retórica, don Juan José Orellana, en filosofía, que comenzó a cursar el 19 de octubre de 1819, don José Miguel Alva, y en jurisprudencia, don Ignacio Sariñana. Según parece, en 1823 estuvo el señor Ramírezun poco de tiempo en Guadalajara y después en México, estudiando aquí en el más antiguo Colegio de San Ildefonso, pues vino a esta capital bajo el cuidado de su tío don Miguel Ramírez, que había sido Diputado a Cortes y entonces lo era al primer Congreso mexicano; pero habiendo muerto su padre en el mineral de los Dolores, (Chihuahua), por el mes de abril del citado año de 1823, tuvo el joven Ramírez que regresar a Durango para atender y hacerse cargo de la familia; pero sin abandonar del todo los estudios, pues en 1827, #fundó en Chihuahua, con el nombre de "Escuela Festiva, una sociedad de preceptores para propagar la instrucción entre el pueblo. En 1828 concluyó su pasantía, se casó con doña Úrsula Palacio y fué nombrado Fiscal del Tribunal del Estado de Chihuahua, en razón de que el reglamen-

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to de este Cuerpo no exigía para desempeñar aquel empleo el título de Abogado. Firme el señor Ramírez en el propósito de continuar la carrera de las leyes, sin faltar a las atenciones que su cargo requería, y a las privadas del hogar, concluyó los cursos de Jurisprudencia. En 18 de abril de 1831 solicitó de la Legislatura del Estado de Zacatecas, la dispensa del grado de Bachiller, que le fué concedida en atención a la pericia que había demostrado como Fiscal del Tribunal de Chihuahua y a los estudios que había hecho. En 3 de julio de 1832 presentó examen profesional en Zacatecas, siendo sus sinodales, entre otros, los licenciados don Luis de la Rosa y don José María Bocanegra. En 2 de agosto del mismo año se le expidió el título, y en 9 de mayo de 1833 se matriculó en el Colegio de Abogados de la capital de la República. Puede decirse que desde entonces comenzó a figurar don José Fernando Ramírez en el foro, en la tribuna, en el magisterio y en la política. Difícil sería seguirlo paso a paso en este largo período de su, vida, ya como abogado postulante produciendo informes luminosos, ya como representante del pueblo desempeñando comisiones laboriosas, ya como Magistrado pronunciando sentencias juiciosísimas, ya como historiador, arqueólogo, literato, o como bibliófilo incansable, escribiendo disertaciones y disquisiciones, que hoy día son luz brillantísima para iluminar las densas tinieblas que envuelven el pasado de la patria historia. Sólo habrá que enumerar los cargos que desempeñó hasta su muerte, (1) sin hacer comentarios difíciles de suyo, porque es tarea escabrosa hablar de sucesos Políticos, cuyo fuego vivísimo, aun mantienen las pasiones. (1) Los materiales que he tenido presentes, son los documentos que me comunicó su hijo el señor Lie. don José Hipólito Ramírez, y una relación de los cargos que desemPefió en Durango, mandada formar para mí, por el señor ingeniero don Leandro Fernández, cuando fué Gobernador d «l Estado.

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El 16 de agosto de 1832 había sido nombrado Vocal de la Junta que se reunió en Lagos. En 14 de enero de 1833 miembro del Consejo de Gobierno. Por voto popular de sus conciudadanos vino como representante del Estado de Durango al 5o. Congreso Constitucional, y tocóle fungir como secretario en la causa que se les formó a los ministros de don Anastasio Bustamante, con motivo de la muerte del general don Vicente Guerrero, y de otros delitos públicos de que se les acusaba. Disuelto el Congreso por orden de Santa Anna, volvió el señor Ramírez a Durango donde desempeñó en 1835 el cargo de Secretario de Gobierno. En 1833 fué nombrado Ministro Fiscal del Tribunal de Durango, cargo que renunció repetidas veces, para dedicarse al ejercicio de su profesión, y por enfermedad adquirida a consecuencia del demasiado estudio. Empero, en 1839 aceptó la suplencia del Juzgado de Distrito y en seguida fué Juez de lo Criminal, sin recibir sueldo y sólo por prestar sus servicios al Estado, cuya capital atravesaba entonces por una verdadera crisis en el ramo de justicia. En 1837 fué electo Rector del Colegio de Abogados de Durango, y en 1839 desempeñó de nuevo el mismo cargo. Eñ 1841 fungió como Presidente del Tribunal Mercantil del Estado. En 1842, vino nuevamente a México al Congreso, y en unión de los señores diputados Díaz, Guevara y Pedro Ramírez, miembros de la mayoría de los comisionados para presentar el Proyecto de la Constitución, redactó el texto respectivo, así como la parte expositiva. Este Congreso llamado Constituyente, fue disuelto por don Nicolás Bravo el día 19 de diciembre del mismo año, y entonces el señor Ramírez regresó a Durango. En 8 de marzo había recibido el nombramiento de Presidente de la Junta de Educación Pública. Nombrado el 19 de diciembre miembro de la Junta Legislativa, renunció el 24; pero no le fué admitida la renuncia y sólo se le concedió una licencia por dos meses. En 1843, con el carácter de Vocal, de la citada

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Junta Legislativa, llamada de Notables, formó las Bases Orgánicas, en cuya redacción cooperó mucho hasta dejar concluido el proyecto, que no firmó por estar en desacuerdo con sus colegas, al grado que tuvo que hacer dimisión de su encargo. En el mismo año, una vez más fué electo Diputado; pero no quiso ocupar su curul, ni tampoco ser Presidente de la Suprema Corte de la Nación, por juzgar incompatibles estos cargos, y su propósito de retirarse a la vida privada. En el S'guiente de 1844 fué redactor del "Periódico Oficiar' de Durango, como en 1831 lo había sido de "El Imperio de la Ley," y Presidente de la Junta Sub-Directiva de Estudios de aquella ciudad, nombramiento que le confirió la Junta General de México. En el propio año de 1844, las tribus del norte invadieron el territorio del Estado, y como fuera preciso para combatirías que se ausentara de la capital la guarnición militar de la misma, se convocó a una junta numerosa de vecinos, para organizar dos compañías de patriotas Qe policía, y de la primera fué nombrado Capitán don José Fernando Ramírez. En mayo 22 fué electo Presidente de la Junta de Industria y en 9 de diciembre Alcalde lo. En 1845 fué electo Senador para sustituir al señor don Sebastián ("amacho, en 9 de enero se le nombró comandante Militar de Durango y en 5 de mayo Presidente de Fomento. En 1846, estando de nuevo en la capital, fué deagnado para Consejero de Estado y miembro de la comisión encargada de redactar los Códigos Generales e *j la República, comisión que no aceptó desconfiando de la estabilidad del Gobierno. En el mismo año fué asesor en una de las Salas del Tribunal Mercantil, por ^fermedad del licenciado don Bernardo Couto, y a Jjnes de diciembre ocupó por primera vez la Secretaría e ^ Relaciones Exteriores, bajo la Vicepresidencia de la ^Pública de don Valentín Gómez Farías; pero no ^nscurrió un mes sin que renunciara la cartera en r £^n o de 1847, por la oposición que se le hizo en el ^° greso hasta acusarla Durante su breve ministerio

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trabajó empeñosamente para que se admitiese la mediación de Inglaterra en el conflicto de México con los Estados Unidos, siendo este entre otros el motivo por el cual no llegó a tener mayoría que lo apoyase en el Congreso. En el propio año fué representante al Congreso Constituyente de Durango. La relación de los hechos que se consignan en seguida, la voy a copiar casi literalmente de unos apuntes inéditos de los servicios que prestó por entonces a su país el señor Ramírez. (1) Durante la breve mansión del general Santa Anna en la capital de la República, después de la acción de la Angostura, el señor Ramírez fué nombrado Ministro Plenipotenciario en Inglaterra; pero la Cámara no dio la aprobación del nombramiento oportunamente, y los sucesos posteriores desvirtuaron el intento principal de la misión que llevaba, y era la intervención amistosa de S. M. B. en la cuestión entre México y Norte América. Concurrió el señor Ramírez a la famosa conferencia de Ayotla, en unión de los señores don Manuel Baranda y don Ignacio Trigueros, y él fué quien principalmente determinó al general Santa Anna a renunciar la Presidencia de la República, el mando en jefe del ejército y a pedir su pasaporte para salir fuera de ella. También redactó este documento, excepto el último párrafo que añadió el señor Baranda de orden del Pr e ; sidente. No es del caso investigar los motivos por que el citado documento, que salvaba a la capital y a su mismo jefe, apenas fué leído; mas sí debe añadirse, que por los mismos influjos volvió a presentarse la ocasión el 28 de mayo en la renuncia que dirigió el Presidente al Congreso, y que corrió la misma suerte que la anterior. Por dimisión del señor Baranda, el señor Ramírez» fué llamado de nuevo a la Secretaría de Relaciones, • de (1) Manuscrito que me prestó el señar Canónigo la Colegiata Lie. don Vicente de P. Andrade. Es una a« t 0 biografía, pero incompleta.

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pero no estando conforme con la política del presidente rehusó la Cartera. Durante el ministerio del mencionado señor Baranda, ayudó eficazmente en todas las comunicaciones y trabajos que se emprendieron para impedir la marcha del enemigo extranjero y su entrada en la capital. Cuando vio que el peligro era inevitable, obtuvo el señor Ramírez las órdenes necesarias para salvar el archivo de la Secretaría de Relaciones y los objetos del Museo Nacional, así como los manuscritos del Archivo de la Nación. Los papeles de Relaciones los entregó al señor Parra, oficial de dicha Secretaría, los monumentos del Museo los ocultó en las casas de varios amigos, y los tesoros del Archivo, en treinta o treinta y un cajones, fueron encerrados en las bodegas de la librería de don José María Andrade. Cuando el toque de generala resonó en la ciudad de México, anunciando la próxima llegada del invasor, e l señor Ramírez se presentó inmediatamente al general Lombardini ofreciéndole sus servicios, y, comprometiéndose a pagar de su peculio tres soldados durante el conflicto. Ocupada la capital por los norteamericanos, el señor Ramírez, no contento con los servicios ya prestados, dio abrigo en su casa a dos oficiales de nuestro ejército, obligados a ocultarse por la persecución de Que eran víctimas los que no se presentaban al jefe inv asor. Además, participó de las terribles dificultades u 9 e hubo entre los miembros del Ayuntamiento y los invasores, asesorando al Presidente de la Corporación, do n Manuel Reyes Veramendi ,en los negocios que tuVo a bien consultarle, siendo uno de ellos el tan comprometido que promovió el señor Dean Irrisarri, Vica~ ri ° Capitular del Arzobispado, sobre la libertad de nuestros prisioneros, en el cual se le pidió y dio dic'ame n por escrito. En las elecciones de aquel año fué nombrado el ñ ^ ° r Ramírez tercera vez Senador por el Estado de ^urango.

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En 1848 obtuvo el sufragio del Colegio de Abogados de Durango para redactar el Código Penal del Estado, fué nombado por tercera vez Ministro del Tribunal de Justicia, propuesto en terna por el Gobierno, y por unanimidad de votos del Congreso. Concurrió, con el carácter de senador a la ciudad de Querétaro, donde se reunió el Congreso; perteneció a la comisión encargada de consultar sobre la aprobación del Tratado de Paz con los Estados Unidos, redactó el dictamen respectivo, y designado para formar parte del consejo del Gobierno, durante el receso de las Cámaras, renunció el cargo, y para que se le admitiera la renuncia, fué preciso que el gobernador de Durango interpusiese su influencia manifestando que había confiado al señor Ramírez la comisión de formar el Código Penal, obra que concluyó en el resto del año. Obtuvo de este Congreso la concesión de 100,000 pesos para auxiliar a los Estados del Norte que habían sido invadidos por los bárbaros. En fin, electo tercera vez Rector del Colegio de Abogados de su Estado en 1849, y ejerciendo la magistratura, permaneció en Durango hasta 1851. El 15 de mayo del citado año de 1849, fué nombrado por el Ayuntamiento Secretario de la Junta de Caridad. II Hasta aquí se ha hecho referencia más a los sucesos políticos de la vida del señor Ramírez que a su ca rrera de abogado y escritor. Recibido muy joven, compartió siempre las ocupaciones profesionales con el cultivo de las letras. Desde 1828 a 1832 publicó diversos opúsculos que es difícil adquirir ahora. En 183¿ fué redactor de El Fénix y colaborador de La OpirM? de Durango. Escribió muchos artículos en los periódicos políticos y literarios de la época, entre otros en m Museo Mexicano. En la reorganización del Ateneo ei año de 1843, fué nombrado socio de número en las secciones de Legislación e Historia, y el mismo honor ie

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dispensó en 1846 la Sociedad de Geografía y Estadís tica. En 1833 había compilado de orden del Congreso los documentos que forman la causa instruida a los ministros de Bustamante; en 1838 redactó el Diaiio de las operaciones militares del general don José Urrea en la campaña de Texas, en vista de los datos oficiales que se le suministraron; en 1846 había escrito las importantísimas rectificaciones a la Historia de la Conquista de México por Prescott, y durante la invasión norteamericana, había trabajado en las Notas y Noticias a los procesos de Pedro de Alvarado y Ñuño de Guzmán. El resto de los ocios que tuvo en aquella época agitada, los empleó —dice él mismo— "en copiar los más interesantes MSS. históricos del Archivo General y del Museo, haciendo al mismo tiempo su colación con los otros ejemplares que pudo conseguir, procurando expurgar sus copias de las inumerables erratas que presentan los originales por descuido de los copiantes; en fin, coligió numerosas noticias y extractos sacados de las mismas fuentes, de las Actas antiguas y papeles del Ayuntamiento y de particulares, hasta formar una colección de 16 gruesos volúmenes en folio con algunos más de menor dimensión." Con este precioso acopio de documentos había regresado Ramírez a Durango en diciembre de 1847, donde alejado de los asuntos políticos, dividía su tiempo entre las investigaciones históricas y el ejercicio de la Magistratura, y ya entonces, a fuerza de constantes economías y activas diligencias, había logrado reunir una selecta biblioteca de más de siete mil volúmenes. El 4 de febrero de 1850, escribía a su excelente a migo, corresponsal y distinguido bibliófilo mexicano, don José María Andrade: "Confieso que soy culpable para con usted; mas n » carezco de disculpa. Hacía muchos días que estaba ocupado exclusivamente en la colocación de mis libros, °«Ue creí empresa fácil y se tornó en bien difícil. Obrando a guisa de presupuesto derribé paredes en la nueva casa que adquirí para preparar habitación a mis pre-

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sentes y futuros libros, imaginándome bastaría un salón de 29 varas con estantes de seis andanas. Pues bien, la mayor parte tiene siete; en mi estudio que mide 10 varas los hay hasta de nueve y me sobran libros... ¡he aquí mis apuros y también mi espanto, pues no creía que mi manía hubiera subido tan alto! ¡Y todavía me vienen otros de Europa, y lo que es peor, no me siento curado! Espero poder enviar a usted una vista de mi Biblioteca, que no ha quedado de lo peor." Copié de propósito este párrafo, para que se viera el amor que a los libros profesaba el señor Ramírez, pero todavía me voy a permitir trasladar otros párrafos, de la carta que escribió al mismo señor Andrade con fecha 31 de marzo de 1851, porque en ellos está de cuerpo entero retratado el bibliófilo, y contienen un proyecto que aprobado, habría tal vez impedido que la riquísima biblioteca del señor Ramírez, se hubiera vendido y dispersado en el extranjero. "Verdaderamente afligido de mi Biblioteca —dice— que me ha costado tanto dinero y años de fatiga para formarla, acariciaba y abandonaba mil planes sobre los medios de evitar su dispersión después de mí muerte, que ha sido siempre el fin de mis combinaciones, cuando el último correo me puso en las manos el número del Siglo XIX, en que se excita al Gobierno a la formación de la desgraciada Biblioteca Nacional proyectada desde el año de 1833.—Yo, por otra de mis manías, no veo nunca una mera casualidad o capricho en los acontecimientos; creo que siempre hay avisos y designios; así es que luego me ocurrió la idea de intentar radicar en México aquella mi predilecta mitad, (1) sin detenerme lo atrevido del proyecto, pues que para mí envolvía todo un porvenir y la tranquilidad del resto de mi vida. Los medios de ejecución son los siguientes, en que he procurado remover la suprema dificultad que presenta la falta de dinero. "Yo poseo aquí (Durango), una casa que es de (1)

Su Biblioteca.

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las mejores de la ciudad en cuanto a construcción, y la «nejor en cuanto a conservación y compostura... La finca es susceptible de recibir altos como lo manifiestan sus paredes, y su avalúo legítimo, no a ojo de buen cubero, es de 16,000 pesos, ofrecidos en moneda hace diez 0 doce años, antes de las mejoras que yo le he hecho... Actualmente estoy formando el catálogo de mis libros, V aunque no sé a punto fijo lo que me cuestan, calculo Que no bajará su valor de 20,000 pesos. Tenemos, pues, como total 36,000 pesos, más bien menos que más. 'Por el insinuado artículo del Siglo XIX veo que la idea de su autor es que la proyectada Biblioteca se establezca en el edificio de la Aduana. Yo no conozco 'as localidades, pero recordando que ocupa una grande área, y que uno de sus lados da vuelta a la calle de la Encarnación, me ocurre que si en éste se puede y quiere separar un departamento suficiente para formar una c asa, independiente del resto del edificio, pero contiguo a ' local en que se coloque la Biblioteca, el negocio está incluido, siendo sus condiciones las siguientes: - la. Yo cedo al Gobierno mi casa por su valor de M-6,000 y mis libros por el que les resulte, que como digo no bajará de $20.000. .. "2a. El Gobierno me paga esta suma con una haDl tación desmembrada de la Aduana, estimada con la j*Juidad y legalidad que corresponde en un contrato de PJfcna fé. Si el valor de ésta excede al que doy, reconoc e la diferencia ai rédito legal, con libertad para redimirlo voluntariamente, y si fuere menor me pagará •a diferencia en abonos anuales tan módicos como us6(3 Quiera convenirlos. . ei. '*3a. La conducción de los libros será por cuenta ¡j Gobierno y por la mía la de su empaque, encargándome también de ponerlos en camino, Si la venta caucare alcabala la pagará el Gobierno. Gobierno me conferirá el empleo de Bih r 1( "4a. 0 El con la Si ¡ J " " * calidad de perpetuo, y con el goce del pélelo señalado a la plaza, teniendo la facultad de poier un sustituto bajo mi responsabilidad. También jerceré la de nombrar un dependiente.

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"5a. Cuando vacare la plaza de Conservador del Museo se incorporará con su dotación a la de Bibliotecario. "6a. Durante los tres primeros años cederé las dos terceras partes del sueldo señalado a la plaza de Bibliotecario para compra de libros, con tal que el Gobierno contribuya para el mismo intento con el duplo de la cantidad que yo ponga. Las compras se harán exclusivamente por mi conducto y dirección ,llevando y dando cuenta de todo. "7a. Los sueldos de la Biblioteca se harán por alguna oficina y fondo que dieren garantías, asegurando la puntualidad de su pago. "8a. ^ Yo me encargaré gratis de la inspección de los trabaios que se emprendan para arreglar el local de la Biblioteca, y cuanto más fuere necesario hasta ponerla en corriente. El Gobierno contribuirá también a las obras necesarias para habilitar el local destinado a mi habitación, siendo de mi cuenta el costo de materiales y por supuesto las obras de ornato.—He aquí en globo mi plan que usted puede modificar según las cir1 cunstancias si tuviere acceso/ Proponía en seguida el señor Ramírez que su casa se destinara para Oficina de Correos o Administración de Tabacos» y después de manifestar las proposiciones que le había hecho el Gobierno del Estado, para adquirir su habitación y Biblioteca, terminaba diciendo relativamente a sus libros: "Juzgando que no estará por demás dar a usted una idea de sus materias, pongo a continuación SU cálculo aproximado, que sólo variará en las especies» mas no en el total de los libros. La nota expresa solamente las cinco clases genéricas adoptadas por los bibliógrafos. I. Religión y materias teológicas II. Derecho Público, Legislación, Economía, etc Derecho Romano, Civil y Canónico . . .

410 800 1,498 2,298

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III. Ciencias y Artes, Filosofía IV* Bellas Letras V, Historia, Cronología, Geografía y Viajes Historia Eclesiástica Historia y documentos pertenecientes a la América

361 1,405 1,554 389 820 2,763

Pendientes de clasificación Total

240 7,477

Pocos meses después de escrito lo anterior, el señor Ramírez tuvo que abandonar a Durango. Graves disgustos le hacían la vida insoportable allá. Se había visto en la necesidad de renunciar el cargo de Magistrado, por mala conducta de las personas que lo rodeaban. Posteriormente, postulado por un partido político para Gobernador del Estado, sus enemigos emprendieron cruda e injusta campaña contra él, y al fin, aprovechando la circunstancia de haber sido electo en aquel año Ministro de la Suprema Corte de Justicia, resolvió venir a radicarse a la capital y no volver más a Durango; pero antes vendió al Gobierno de este Estado su casa y la mayor parte de sus libros. En carta de 28 de julio de 1851, decía a su inmejorable amigo el señor don José María Andrade, desde la ciudad de Durango: "Al fin vendí al Gobierno, o sea a la Junta de Instrucción Pública, mi casa y Biblioteca (1) en $31,000, de los cuales he recibido $14,000 en escrituras de censo impuesto al 6% anual, debiéndome pagar el resto en las mismas especies según se vayan causando las pensiones. Además me he reservado y llevo conmigo unos 20 cajones de libros, la mayor parte pertenecientes a la Historia de México y sus ramos anexos, incluyendo, por supuesto, todos mis Mss. (1) Los libros que la Junta compró .sirvieron formar la Biblioteca Pública del Estado.

para

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"He dejado pues de tener lo que se llama una biblioteca y en lo de adelante me limitaré a lo muy preciso para mi profesión, de la que nada me ha quedado, pues, como Camoens, sólo salvé de mi naufragio mis papeles favoritos. Con este motivo doy a usted la molestia de procurarme paulatinamente los libros de la adjunta nota sí es que se presentan baratos mientras liego, y aunque sean viejos." (1) Empero, los propósitos que se había formado el señor Ramírez fueron vanos. El amor a los libros es incurable. Como se ve, apenas acababa de vender la mayor parte de los suyos, aun no llegaba a la capital y ya hacía el encargo al señor Andrade de la compra de algunos. Una vez en México, a donde llegó por agosto de 1851, de nuevo empezó a coleccionar su segunda y última» oero riquísima Biblioteca. Ya en 1858 constaba de, 8178 volúmenes y ocupaba todo los bajos de su casa, calle de la Merced No. 28. Comprendía casi todas las obras de antigüedades y jeroglíficos relativos a América, Asia, Egipto y Nubia, entre otras dos juegos de la monumental obra Antiquites of México publicada por Lord Kingshorough; corregido e iluminado uno de los ejemplares en vista de los códices que se conservan en las bibliotecas de París, Oxford, Berlín, Viena, Dresde, Bolonia y Roma. Este soberbio y único ejemplar lo había arreglado el señor Ramírez, durante el viaje que hizo a Europa de 1855 a 56. La Biblioteca del señor Ramírez comprendía también muchos incunables del antiguo Continente, gran número de ediciones princeps mexicanas del siglo XVI, crónicas religiosas, folletos rarísimos, infinidad de códices jeroglíficos de los indios, y una espléndida colección de manuscritos, autógrafos o copiados, relativos a nuestra historia, reunidos, anotados y cotejados a costa de grandes tra(1) Mi la Colegiata Andrade, me ñor Ramírez

excelente y fino amigo el señor Canónigo de de la Villa de Guadalupe, don Vicente de P. comunicó toda la correspondencia entre el sey el señor Andrade.

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bajos por el señor Ramírez y perdidos para México, cuando muerto don José Fernando, fueron vendidos en Londres por don Manuel Fernández del Castillo, inducido este señor por el P. don Agustín Fischer. III Engolfado con el bibliófilo, achaque de que adolece el que esto escribe, había olvidado hablar del jurisconsulto, al que consagraré aunque sean breves líneas, para concluir a continuación la vida del ilustre historiador mexicano. Como abogado sobresalió el señor Ramírez por sus conocimientos en la ciencia del derecho, y por la habilidad con que supo siempre defender a sus clientes. La primera causa que le conquistó una gran reputación en toda la República, fué la de doña Nepomucena Alcalde en 1835, cuya defensa, que corre impresa, fué elogiada por los más reputados profesores de Derecho. Antes, en 1833, había defendido ai ex ministro don Rafael Mangino, acusado en unión de sus colegas, ante la Cámara erigida en Gran Jurado. La defensa era ardua, por las pasiones entonces exaltadas, y la absolución de Mangino le acarreó a Ramírez no pocos acerbos disgustos. En 1840 fué llamado el señor Ramírez a Zacatecas, para patrocinar el ruidoso pleito de la Mina de San Clemente cuyos autos declarados nulos por la Corte de Justicia, habían hecho desconfiar del éxito en el negocio; pero el hábil abogado logró obtener sentencia favorable para la Compañía, la que entró en posesión pacífica de la mina. "Graves pesares y prolongados disgustos, —dicen unos apuntes que tengo a la vista (1) le causó la absolución de la Corte Marcial por la Cámara de Senado(1) Especie de autobiografía del señor Ramírez que comprende desde 1828 hasta 1849. Me la facilitó mi buen amigo el señor Lie. don Vicente de P. Andrade.

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res erigida en gran jurado, porque se quiso atribuir exclusivamente al influjo de un discurso que pronunció en su defensa. "¿Qué influjo podía ejercer un hombre recientemente venido al Senado, y que por decirlo así, se perdía entre tantas antiguas notabilidades allí reunidas? En el caso no hubo más influjo que el de la razón, abrazada y defendida con brío por Ramírez, puesto que entonces se dijo que la Corte no podía contar más que con cinco o seis notas favorables, y a la hora de la votación resultó absuelta por una grande mayoría. "Su llegada a México en 1845 concurrió con la presentación del ministro don Manuel Baranda ante la Suprema Corte para ser juzgado por el famoso decreto de 29 de noviembre del año anterior, que disolvió el Congreso General. El acusado le encomendó su difícil defensa, que desempeñó el señor Ramírez hasta obtener sentencia absolutoria en la misma Corte. "Los frecuentes cambios y turbaciones del año de 1846 lo llevaron continuamente al lado de los que en esas luchas pasaban de vencedores a vencidos. El general Almonte cayó del favor del general Paredes, y no satisfecha su administración con haberlo privado del poder, quiso también enajenarle la estimación pública, desatando la prensa contra él. La exaltación de las pasiones, la omnipotencia de los acusadores y la proverbial dureza del temido Jefe del Gobierno hacían peligrosa la defensa. Ramírez la tomó abierta y francamente, y un auto judicial obligó al defensor a dar una satisfacción que publicaron los periódicos. "Hizo gran ruido a mediados del año la conspiración, verdadera o falsa, contra el mismo jefe que llevó al presidio de Santiago Tlaltelolco a don Valentín Gómez Farías, don Ignacio Trigueros, don Lázaro Villamil, don Francisco Lombardo y a otras muchas personas acusadas de proteger el retorno del general Santa Anna. Entre los presos se hallaba don Juan Nepomuceno Pereda, íntimo amigo del general Almonte, y como tai doblemente aborrecido y sospechoso para la adtni-

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nistración. Ramírez se encargó de su defensa y ayudó en la de los otros hasta su excarcelación. "Pocos meses después cambiados enteramente los bastidores, el general Paredes caído del poder y preso en la fortaleza de Perote, otorgaba a Ramírez un amplio poder para el giro de sus negocios, reducidos todos a la salvación de su individuo, porque no tenía más que salvar. Encomendábale que le obtuviera un pasaporte para salir fuera de la República, y pedíale que, de no conseguirlo, se encargara de su defensa en el proceso que juzgaba debía seguir necesariamente a aquella negativa. La gracia o el castigo estaban en la mano del ofendido general Almonte, entonces ministro de la Guerra, quien otorgó la primera sin restricción ni condiciones. El pasaporte no imponía un destierro, sino que concedía una licencia. Nobleza que honra al que concedió la gracia, tanto como al defensor que podía haber visto con tibieza la causa del que ahora víctima, había sido acusador de su primer cliente. "Una contienda diplomática, trabada, con el ministro de España por la ocupación que ordenó el Gobierno del Estado de México de los bienes que quedaban del Duque de Monteleone, amenazaba al de la RePública con la fuerte reclamación que era consiguiente, y que sostenía, además, el ministro de Inglaterra por intereses de sus conciudadanos. Aunque hubo todavía Quien recelara alzar la voz en nuestros tribunales para defender los derechos de Hernán Cortés, Ramírez llevó s u causa a la Corte de Justicia, a principios del año siguiente, y las rectas y prudentes providencias de sus ministros, unidas a las gestiones habilísimas del defensor, salvaron al Gobierno General y al del Estado de México de las dificultades y graves trascendencias que Pudo acarrear el negocio. Los bienes fueron devueltos a s u poseedor. "La ocupación de México por el ejército america*° presentó a Ramírez nueva ocasión de ejercer sus unciones de patrono, funciones que, dicho sea de paso, P ^ t ó siempre sin exigir recompensa de ninguna clase, y sin distinción de personas ni calidades. Aprehendido

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por los invasores nuestro oficial don José García Medina en el acto, según se dijo, de acaudillar una reunión armada u hostil, solicitaron a Ramírez algunos comerciantes españoles, recomendados por el señor don Juan Hierro Maldonado, para que en unión de éste se encargara de su defensa, pues sus jueces consentían en permitirle la asistencia de dos abogados. Tratábase de recabar para el acusado los derechos de prisionero de guerra, que rehusaba otorgarle el vencedor, y debía hacerse dentro de 24 horas, término prefijado para el juicio y su ejecución. Esto pasaba en los días de la ocupación de la capital por el enemigo extranjero, cuando aun corría por las calles de México la sangre de nuestros compatriotas y de los invasores, en espantosos y privados reencuentros que hicieron tan horrible e insegura la situación de la capital. La actividad e inteligencia del señor Hierro, que tomó para sí la parte más onerosa y peligrosa del negocio, logró alcanzar una prórroga de aquel término fatal, y esto, ayudado por el hábil sistema adoptado para la defensa por Ramírez, dio al fin el resultado apetecido. García Medina fué declarado prisionero de guerra." Hasta aquí los apuntes inéditos. No me sería difícil citar otros muchos casos, tanto de negocios públicos, como de particulares, en los que desplegó el señor Ramírez su esclarecido talento, su pericia manifiesta» y su erudición como jurisconsulto. Tampoco tendría dificultad en hacer mención de acuerdos y sentencias que dictó como magistrado; pero es preciso moderar tan grata labor, para poner término a su vida política y literaria. Radicado en la capital, en 28 de agosto de 1851» fué llamado a la Secretaría de Relaciones por el presidente don Mariano Arista, cargo en que duró hasta agosto de 1852, demostrando su actividad de siempre, y luchando con la injusta acusación que presentó ante la Cámara de Diputados don Bernardino Alcalde, de la que fué absuelto el señor Ramírez, Ya por aquel tiempo (1852) era a la vez Director y Conservador del Museo Nacional, cargo que deseifl-

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peñó con toda eficacia, dadas su dedicación y amor a la arqueología. Al señor Ramírez debe dicho establecimiento su verdadera organización y el haberse trasladado al edificio que hoy ocupa en la época del Imperio de Maximiliano. Desterrado el señor Ramírez durante la dictadura del general Santa-Anna, a mediados de 1855 emprendió viaje a Europa, de donde regresó en marzo de 1856, después de haber recorrido entre otros países Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y Suiza, Registró las principales bibliotecas públicas de las grandes capitales europeas, como la del Colegio de Propaganda Fide de Roma, la de la Universidad de Bolonia, la Imperial de Viena, la Real de Dresde, la de la Universidad de Oxford y la de París, y en todas ellas fué recibido con aprecio, concediéndole licencia para estudiar y copiar una multitud de códices y pinturas jeroglíficas, que como valiosísimo tesoro trajo a su patria. Como ejemplo de estas distinciones bastará citar al señor don Fernando José Wolf, bibliotecario de la Imperial de Viena, quien no obstante de estar cerrado el establecimiento para el público, obsequió todas sus demandas, inclusa la de examinar y hojear el Códice mexicano que allí se conserva, y que sólo se permitía ver ai través de una vidriera. Los únicos que no obsequiaron los deseos del señor Ramírez, fueron los encargados de la Biblioteca del Vaticano, "ante cuyas puertas cerradas —fícese estrellaron todos los esfuerzos míos y el empeño de mis patronos, no creo que por egoísmo o falta de voluntad, sino por obra de aquella formulosa y desesperante lentitud que predomina en nuestra raza, a proporción que se aproxima a su tronco." En cambio tuvo el gusto de visitar en Postdam al sabio Barón Alejandro de Humboldt, quien lo recibió el día 14tíejunio de 1855, y le obsequió tres meses después un precioso autógrafo contenido al pie de su retrato; autógrafo que está fechado el día 14 de septiembre del mismo año, aniversario del natalicio del ilustre viajero que nos visitó en 1803.

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Cuando volvió a su patria el señor Ramírez, continúo consagrado al estudio y al ejercicio de su profesión. Era Ministro Jubilado de la Suprema Corte de Justicia, y desempeñaba la dirección del Museo Nacional, la rectoría del Colegio de Abogados, las cátedras de las academias teórico-prácticas de derecho, y la presidencia de la Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes, donde continuó con diligencia enriqueciendo la galena de pinturas de la escuela mexicana» que había comenzado a coleccionar su distinguido predecesor el licenciado don José Bernardo Couto, Además, fué por entonces Síndico del Convento de San Francisco, y poco tiempo después interventor de las bibliotecas de los extinguidos conventos de México, logrando salvar de la rapiña y de la destrucción muchísimos libros y multitud de manuscritos antiguos, que de otra manera hubiéramos perdido para siempre. En 1856 fué vocal de la Junta Directiva del Desagüe, en substitución de don Bernardo Couto, cargo que desempeñó con mucho empeño, redactando un luminoso informe sobre las inundaciones y trabajos del desagüe. Durante la Intervención y el Imperio el señor Ramírez se rehusó a formar parte de la Junta de Notables (1863), y no sin haberlo rechazado tres veces en el curso de menos de un mes, aceptó a instancias de la Emperatriz Carlota el cargo de Ministro de Relaciones y Presidente del Consejo, que desempeñó desde julio de 1864 hasta el 3 de marzo de 1866. Retiradas las fuerzas francesas expedicionarias, el señor Ramírez, previendo el pronto desenlace que iba a tener aquel efímero Imperio se fué a Europa, recorrió de nuevo bibliotecas y archivos, tanto públicos como privados; entabló relaciones con distinguidos literatos, principalmente en España, y habiéndose retirado a Alemania, donde estaban sus deudos y a donde había llevado sus libros, murió en Bonn el 4 de marzo de 1871. Sus restos fueron transladados a México por su familia, y actualmente reposan en el cementerio inglés.

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Los servicios prestados por el señor Ramírez durante su vida a las letras y a las ciencias, le valieron justas y honrosas distinciones. Fué miembro de muchas Corporaciones nacionales y extranjeras, como del Ateneo Mexicano, de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, de la Sociedad Humboldt, Presidente de la Academia Imperial de Ciencias y Literatura establecida por Maximiliano; Rector del Muy Ilustre Colegio de Abogados de México; Académico Honorario de la Real Academia Española, de la de Historia de Madrid, Corresponsal de la Pontificia de Arqueología de Roma, de la de Historia y de la de Etnología de Nueva York, y de la Comisión Científica de México. En la época del Imperio obtuvo las condecoraciones de Gran Cruz de la Orden de Guadalupe, Comendador de la Orden de la Águila Mexicana, Gran Cruz de la Orden de la Corona de Hierro de Austria y Cruz de la Estrella Polar de Suecia. Tales diplomas y condecoraciones cuando se obtienen por medio de dinero o por favoritismo, nada significan; pero cuando son concedidas sin solicitarlas, en atención sólo a las prendas e inteligencia de individuos del vaíer de D. José Fernando Ramírez, demuestran el aprecio que merecieron de sus contemporáneos, y el justo tributo que éstos rindieron a las virtudes públicas y privadas. BIBLIOGRAFÍA Para enumerar metódicamente las obras que escribió, publicó y dejó inéditas el señor Ramírez* las he dividido en cinco clases, a saber: A. Escritos diversos Reflecciones |] sobre || la conducta y principios || políticos-religiosos 11 del 11 Reverendo Obispo 11 de Michoacán |¡ Victoria de Durango: 1833. || Imprenta del Estado a cargo de Manuel González. En 4o., 71 págs.

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Documentos | Oficiales || relativos al extrañamiento || de R. Obispo de Durango 11 D. José Antonio López de Zubiría 11 a consecuencia 11 de haberse resistido a cumplir la parte preceptiva de la ley || general de 22 de abril del presente año sobre provisión de curatos. || (Viñeta.) || Victoria de Durango: 1834. Imprenta del Estado a cargo de Manuel González . En 4o., 27 págs.

Oración cívica |j que || en el Aniversario del Grito de ¡| Independencia 11 se pronunció 11 en el Palacio del Gobierno de Durango, | el 16 de septiembre de 1837 || por [I el Lie. José F. Ramírez, || Rector del Ilustre Colegio de Abo- || gados del Departamento. En 8o. Apud Aniversario || del memorable 16 de septiembre de 1810 || solemnizado || en la Capital de Durango en igual día 11 de 1837. (Viñeta.) 11 Victoria de Durango: 1837. || Imprenta del Gobierno a cargo de M. González. 32 págs.

Proyecto i | de |¡ Reforma de las leyes || Constitucionales |¡ de la ¡| República Mexicana || Iniciado || Por los individuos || de la Comisión especial || nombrada 11 por la Cámara de diputados, | para entender en este asunto, | j y leído en la sesión | de 30 de junio del presente año. || México: || Imprenta del Águila, 11 dirigida por José Ximeno, calle de Medirías núm6 j| 1840. En 4o., 138 págs. El Voto particular que en este asunto redactó el Sr. Ramírez, comprende desde la pág. 109 a la 138 inclusives.

Proyecto || de || Constitución Soberano Congreso Constituyente

que presenta J| *j la mayoría dfe |!

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su comisión especial | y || Voto particular II de || la minoría. 11 México. | Impreso por Ignacio Cumplido. It 1842. En 8o., 149 págs. y 42 del Voto particular. Con excepción de éste, todo fué redactado por el Sr. Ramírez.

Memoria |¡ del Ministro de Relaciones interiores y ¡ | exteriores 11 D. José Fernando Ramírez, 11 leída en la Cámara ae Diputados || en los días 3, 4 y 6 y ¡| en la de Senadores en ¡¡ los días 8 y 11 de mayo de 1852. En 4o. mayor, 163 págs., más 17 Documentos comprobativos de la Memoria y 6 que se relacionan con ella. Copia manuscrita toda de puño y letra del Sr. D. José María Andrade, que registré, pues se encontraba en la copiosa biblioteca de su sobrino el Sr. Canónigo de la Colegiata D. Vicente de P. Andrade. De esta Memoria inédita hasta ahora, sólo se han publicado los siguientes documentos.

Memoria Instructiva || de los || derechos y justas causas 11 que tiene 11 el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos |¡ para no reconocer || ni la subsistencia del privilegio concedido a D. José Garay para 11 abrir una vía de comunicación entre los océanos Atlántico y |] Pacífico por el Istmo de Tehuantepec, ni la legitimidad de la || cesión que aquél hizo del mismo privilegio a ciudadanos de || los Estados Unidos de la América del Norte. ¡ | La publica j 1 El Ministro de Relaciones || México. || Tipografía de Vicente García Torres. | i 1852. En 4o. mayor, 28 págs. De esta Memoria hay traducción al inglés, impresa en 4o„ 40 págs. México, 1852.

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Documento núm. 4 || de || La Memoria || que el Secretario || de Relaciones interiores || y Exteriores 11 presentó a las Cámaras, en que se da cuenta de los arre- 11 glos hechos para el pago de la deuda garantizada || por |j Convenciones diplomáticas. || México. || Imprenta de Vicente García Torres. 11 1852. En 4o. mayor, 106 págs.

Explicaciones sobre las propuestas hechas por el Sr. James B. Moore para la apertura del camino de Tehuantepec.—México. 1853. En 8o., 18 págs.

Dictamen j ¡ de varios letrados || sobre las reclamaciones dirigidas || al Supremo Gobierno || por los actuales contratistas || de la Casa || de Moneda y Apartado de esta Capital || con motivo del último arrendamiento )| de dichas casas, celebrado con || D. Alejandro Bellange. | México, 11 Establecimiento tipográfico de Andrés Boix. || Cerca de Santo Domingo núm. 5 11 1856. En 4o. común, 58 págs. Hicieron suyo el dictamen los Sres. Lies. D. Gabriel Sagaceta, D. José M. Casasola, D. José Ignacio Pavón y D. José Guadalupe Covarrubias.

Una visita 11 al 11 Barón de Humboldt. 11 México, mayo 12 de 1857. Sobretiro del artículo así intitulado, que publicó el Sr. Ramírez en el tomo V de 'Xa Cruz." Consta de 10 págs., que contienen la relación de la visita, 5 de la biografía de Humboldt y un magnífico retrato de éste perfectamente litografiado por Salazar.

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Discurso |! que 11 el Rector del M w Ilustre 11 Colegio de Abogados de México y Presidente |j de su Academia Teórico-Práctica de Jurisprudencia I f leyó ¡I en la Junta General que celebró el mismo Colegio el día 24 de enero del presente año, dándole cuenta || de su administración y del estado que guardan ambos institutos. I| Se imprime por acuerdo del Colegio. || México. || Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante, || Calle de Tiburcio núm. 19. || 1864. En 4o. mayor, 8 págs.

Acta de la Instalación || de || La Academia Imperial || de ciencias y Literatura de México || (Viñeta con el escudo del Imperio) || México. || Imprenta de Andrade y Escalante 11 Bajos de San Agustín núm. 1. || 1866. En folio menor, muy bien impreso, con 27 págs. Entre las págs. 7 y 21, se inserta el brillantísimo discurso que en esa ocasión pronunció D. José Fernando Ramírez.

José Fernando Ramírez. || México || durante su guerra || con los || Estados Unidos || México || Librería de la Vda. de Ch. Bouret. || Cinco de Mayo. 11. || 1905. 1 vol. en 8o. de VIII-322, Interesante obra para conocer la vida interna de la época nefanda de 1846 a 1847, escrita en forma de diario por el Sr. Ramírez, cuyos originales se conservaban en la Secretaría de Instrucción Pública. Esta obra fué impresa en el Tomo III, de la colección intitulada: "Documentos Inéditos o muy raros para la Historia de México/'

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B. Defensas y alegatos jurídicos Alegato |¡ presentado a la ecselentísima Sala de Vista || en el artículo formado || por el || Lie. José Fernando Ramírez \\ Defensor || de |j Doña Nepomucena Alcalde, || en el artículo (sic) que formó pidiendo restitución contra su confesión y la reposición de la sentencia del inferior. ¡| Victoria de Durango: 1835. 11 Imprenta del Gobierno a cargo de Manuel González. En 4o. común, con 29 págs.

Alegato || que ]! El Lie. José F. Ramírez | Presentó || A la Ecselentísima Sala de Vista de | Este Departamento |] En Defensa i| de Doña Nepomucena Alcalde |j Acusada II De || Parricidio. || Victoria de Durango: 1837. || Imprenta Del Gobierno A Cargo de Manuel González. En 4o. común con 120 págs. Este extenso y luminoso Alegato lo hizo el Sr. Ramírez en 12 días, al cabo de los cuales le sobrevino una aguda enfermedad en el cerebro, a consecuencia del excesivo trabajo. Se reprodujo el Alegato en las columnas del Ateneo Mexicano y como Apéndice a la Práctica Criminal de Gutiérrez, edición mexicana.

Informe en Derecho ! Que pronunció en los Estrados de la ¡| Exma. 2a. Sala del Supremo Tribunal de Justicia (| de la Nación || El Licenciado || D. José Fernando Ramírez |j por la || Testamentaría de D. Miguel Ajuria |l En el pleito || que le ha promovido D. Anacleto Polídura, sobre la legitimidad de la |j entrega de las haciendas || denominadas San f| Vicente Chiconcuaque y Dolores ! | México. ] | Imprenta de Andrade y Escalante 11 Calle de Cadena núm. 13. 11 1859. En 4o. común, 187 págs. y una de Correcciones.

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Apuntamientos 11 que presentó | j A la Exma. Tercera Sala del Supremo Tribunal de Justicia 11 de la Nación || El Lie. D. José Fernando Ramírez | Amplificando los fundamentos de hecho || y derecho || que expuso verbalmente en sus Estrados, por la Testamentaría de D. Miguel Ajuria |j en el litis con D. Anacleto Polidura, sobre la legalidad de la entrega || de las haciendas denominadas 11 San Vicente, Chiconcuac, y Guadalupe. Interitus civitati paratur, in qua lex non proest Magistratibus, sed illi legíbus pracsunt. PLATO, de Leg. Dial 4.

México ] | Imprenta de Andrade y Escalante 11 Calle de Cadena núm. 13. || 1861. En 4o. común, con 227 págs.

Informe || Que hizo \\ Ante la Exma. Primera Sala del || Tribunal Superior |] del || Distrito Federal, 11 El Lie. 11 D. José Fernando Ramírez, 11 en defensa del I! Sr. D. Manuel Diez de Bonilla. || México. II Imprenta de J. M. Lara, Calle de la Palma núm. 4. 1861. En 4o. común, con 50 págs. Este opúsculo es sobretiro del Informe que apareció en las págs. 31 a 89, del "Proceso instruido a los ex Ministros de Estado Sres. D. Luis G. Cuevas, D. Manuel Diez de Bonilla, D. Manuel Pina y Cuevas y D. Teófilo Marín, y ex Gobernador del Distrito D. Miguel María Azcárate, acusados de usurpación del Poder Público por las funciones que desempeñaron en la República entre los años de 1858 y 1860." Muchos escritos jurídicos del Sr. Ramírez permanecen inéditos, entre los cuales mencionaré su Defensa de D. Manuel Baranda que existe manuscrita en mi poder.

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C. Estudios históricos y biográficos Proceso instructivo || formado || por la Sección del Gran Jurado | de la 11 Cámara de Diputados 11 del Congreso General, | en averiguación de los delitos de que fueron acusados | j los ex Ministros D. Lucas Alaman, D. Rafael Mangi- || not D. José Antonio Fació y D. José Ignacio Espinosa. | j Se imprime de orden de la Cámara. || México, jj Impreso por Ignacio Cumplido, |j Calle de Zuleta No. 14, || 1833. En 4o. común, 255 págs.; tres hojas de índice y Erratas sin numerar.

Diario || de las ]| operaciones militares || de la División || que al mando del General || José Urrea || hizo la campaña de Tejas. || Publicóla su autor || con algunas observaciones para vindicarse an- 11 te sus conciudadanos. || Victoria de Durango 1838. || Imprenta del Gobierno a cargo de Manuel González. En 4o. común, 136 págs. El redactor de este Diario fué el Sr. Ramírez, quien lo escribió en vista de los datos y documentos oficiales que se le proporcionaron.

Notas 11 y 11 esclarecimientos 11 a la 11 Historia de la Conquista | i de México j | del Sr. W. Prescott, 11 por !| José F. Ramírez, || Ciudadano Mexicano . En 4o. XX-124 págs., apud. Historia de la Conquista de México de Prescott, publicada por I. Cumplido, 1844-1845, tomo lio. Consta este interesantísimo opúsculo de una Jf*troducción y diez Notas relativas a las Historias Toltecas y Atiples y escrituras jeroglíficas de los aztecas; Sacrificios humanos y antropofagismo de los mexicü* nos; Aritmética mexicana; Calendario; Laborío interior de las minas; Expedición de Hernán Cortés, sus ifR~

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trucciones, espíritu y carácter de la empresa; Pesos de oro; Importe del tesoro de Moctezuma; Destrucción de la flota; Noticias relativas a Cortés; Monedas de los mexicanos y Topografía histórica. Contiene además una Descripción de cuatro lápidas monumentales conservadas en el Museo Nacional de México, seguida de un ensayo sobre su interpretación, y dos láminas litográficas que ilustran el texto. (1)

Proceso de residencia || contra |j Pedro de Alvasacadas de los rado || Ilustrado con estampas Notas y Noticias antiguos Códices Mexicanos, |j y 11 Biográficas, 11 Críticas y Arqueológicas, j! por 11 D. José Fernando Ramírez. 11 Lo publica j | paleografiado del MS. original ]| El Lie. Ignacio L. Rayón. || México. || Impreso por Valdés y Redondas, || Calle de las Escalerillas núm. 2. || 1847. En 4o. XXIII-302 págs. + 1 hoja de índice y 4 litografías. Los escritos contenidos en este volumen debidos a la pluma del Sr. Ramírez son: Noticias históricas de Ñuño de Guzmán; Retrato de Alvarado; Muerte del mismo; Matanza de la nobleza en el templo mayor; Salto de Alvarado; Aporreamiento o suplicio por medio de perros de presa y Edificación de la primera iglesia en México. Hay sobretiro de estas notas con el siguientes título: Explicación || de || tres antiguas Pinturas Jeroglíficas || de los |j Mexicanos, 11 Con dos Notas Críticas 11 sobre el Salto de Alvarado 11 y edificación de la Primera Iglesia en México 11 Sacadas 11 de la Obra intitulada: i I Procesos de Pedro Alvarado y Ñuño de (1) Estas Notas y otros opúsculos, impresos e inéditos, los coleccionó el Sr. D. Victoriano Agüeros en su Biblioteca de Autores Mexicanos.

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Guzmán, 11 Por 11 Don José Fernando Ramírez 11 Edición especial de 20 ejemplares. || Impreso por Valdés y Redondas, |¡ Calle de las Escalerillas, núm. 2. 11 1847, En 4o., 26 págs., tres láminas de colores y un retrato de Al varado* Mi finado amigo Dr. D. Nicolás León poseía ejemplar de esta edición rarísima.

Noticias Históricas |j y Estadísticas || de Durango || (1846-1850) ¡I Por el [| Sr. Lie. D. José Fernando Ramírez. | ¡ Va adornada con un plano y dos vistas de la Capital. || Edición de || La Ilustración Mexicana. || México* j! Imprenta de Ignacio Cumplido, calle de los Rebeldes, núm. 2. || 185!. En 4o, mayor, 87 págs., una de índice sin numerar y tres litografías. Nueva edición de esta obra se hizo en el Tomo V del Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Primera Época.

Memorias. 1 Negociaciones y Documentos, || para servir a la Historia || de las diferencias que han suscitado | entre || México y los Estados Unidos, || los 11 tenedores del antiguo privilegio, concedido para la ¡! comunicación de los Mares Atlántico y Pacífico I! por el Istmo de Tehuantepec. || Por || D. José Fernando Ramírez, || Ex Ministro de Relaciones. || México. I ¡ Imprenta de Ignacio Cumplido, calle de los Rebeldes, núm. 2. || 1853. En 4o. mayor, XIII-944 págs., + XV de índice.

Museo Descripción de Algunos Objetos || del Nacional de ¡| Antigüedades de México Por D. José F. Ramírez |j Conservador del mismo establecí-

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miento ]| Edición especial de cincuenta ejemplares || México || Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante ! | Calle de Cadena núm. 13 11 1857. En gran folio, 7 págs., a dos columnas y una hermosa litografía dibujada por el artista mexicano C. Castro, Hay ejemplares que contienen en vez de la litografía, fotografía, pero son muy raros. Esta interesantísima Explicación de 42 objetos arqueológicos propiedad del Museo, con excepción de algunos que tenía en su casa el Sr. Ramírez, se publicó como Apéndice a la obra intitulada México y sus alrededores, editada hacia 1855 y 1856, por Decaen.

Diccionario || Universal |j de Historia y Geografía, etc. 11 México: 1853-1856. || Tipografía de R. Rafael, Calle de Cadena núm. 13.—Los últimos tomos están impresos por F. Escalante, quien en unión del Sr. D. José María Andrade, fué editor de la obra, que consta de 10 volúmenes 4o. mayor a dos columnas. Los artículos publicados en este Diccionario por el Sr. Ramírez, aparecen firmados R-M-Z. Sus títulos son los siguientes: Aatzin, Ahatl, Academia Teórico-Práctica de Durango. Academia de Jurisprudencia Teórico-Práctica de México. Acamapic, Acamapich, Acamapitz. Acoloa, Aculua, Aculhua. Acta constitutiva. Acta de Independencia. Agathodemón. Aguilar (Gerónimo). Aguilar (Marcos de). Arizona. Armas de México. Atotonilco. Auitzotl o Ahuizotl. Axayácatl.

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Axolohua. Canatlan. Canelas» Cuencamé. Cuitlahua o Cuitlahuatzin. Chimaipáin. (Domingo de San Antón Muñoz o Muñón). Chimalpopoca. Durango (Estado de), Ferrería de Durango y cerro del Mercado. Huitzilihuitl o Vitzilivitl. Itzcoatl o Itzcóhuatl. Ixtilxóchitl (Fernando de Alva). Moteczuma, o Motecuhzuma Ilhuicamina. Ñuño de Guzmán (el mismo estudio que se publicó en el Proceso). Puede haber otros artículos que se hayan escapado al registrar el Diccionario; pero los anteriores son los principales. Los relativos a los reyes de México son muy notables, y es lástima que el Sr. Ramírez no escribiera los correspondientes a Tízoc y a Cuauhtémoc para completar la serie cronológica- El de Motecuhzoma Xocoyotzin lo dejó trunco e inédito.

Cuadro Histórico-Geográfico || de la || Peregrinación de las Tribus Aztecas que poblaron el Valle de México j | Acompañado de algunas explicaciones para su inteligencia. Por D. José Fernando Ramírez. Conservador del Museo Nacional. || Apud Atlas Geográfico, Estadístico e Histórico de la República Mexicana* formado por Antonio García Cubas. || México || Imprenta de D. José Mariano Fernández II de Lara, calle de la Palma núm. 4. || 1853. Son dos grandes láminas litografiadas en folio máximo (Núm. 1 y 2 ) : la primera en colores reproduce el Mapa de Sigüenza, códice original importantísimo; la segunda contiene el Lienzo de la peregrinación azteca cuyos originales existen en el Museo Nacional

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de México. Ambas láminas están acompañadas de un texto explicativo del Sr. Ramírez. No fueron estos los únicos códices de la antigüedad mexicana, que dio a la estampa el docto anticuario. Cuando estuvo en París, no sin vencer el característico egoísmo de Mr. Aubin, poseedor de una inapreciable colección de pinturas jeroglíficas que llevó de México, el Sr, Ramírez logró hacer litografiar los siguientes códices pertenecientes al mencionado Mr. Aubin. Tonalámatl, calendario ritual de 260 días: 20 láminas con colores. Hay ejemplares sin iluminar. Historia del reino de Acolhuacán o Texcoco. Mapa Tloltzin. tiene lm. 275 de largo por Om. 315 de ancho. Mapa Quinántzin. Tiene Om. 77 de largo por Om. 44 de ancho. Mapa de Tepechpan. Historia sincrónica de los señores de Tepechpan v de México. Mide 39 m. por 0 m. 50. Códice Aubin. Historia de los mexicanos desde el principio de su peregrinación hasta 1609, seguido de otro códice cronológico desde Tenoch hasta 1607. Atlas de la Historia del P. Duran. Consta de tres tratados. El lo. contiene 32 láminas, el 2o. 11 láminas V el 3o., 6 láminas. Códice que forma el Apéndice de la obra anterior: 16 láminas. Todos estos códices fueron impresos en París, en la Litografía de ¡ules Desports. Instituto Imperial de Sordos Mudos. Hay de ellos ejemplares iluminados y en negro: los primeros son muy raros. El Sr. Ramírez también hizo copiar en el transcurso de su viaje a Europa más de dos mil jeroglíficos mexicanos en °tras tantas tarjetas.

Noticias de la Vida y Escritos 11 de Fray 11 Toribio de Benavente || o Motolinia || Uno de los primeros

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misioneros católicos ¡| y fundadores de la Provincia Mexicana del Santo Evangelio 11 de México J ¡ Acompañadas |¡ de investigaciones sobre el origen y motivos de sus disidencias con el IHmo. || D. Fr. Bartolomé de las Casas, Obispo de Chiapa^, \\ Por Don José Fernando Ramírez ¡ j Conservador del Museo Nacional de México. || Viñeta ¡| México. . adición para é Autor. || 1859. En 4o. mayor, 109 págs. limpiamente publicadas en la "Imprenta particular de Joaquín García Icazbalceta, calle de Manrique núm. 5." "Este opúsculo se escribió para colocarlo al frente de los escritos del Padre Motolinia, incluidos en el tomo I de la Colección de Documentos para la historia de México, que ha publicado el Sr. D. Joaquín García Icazbalceta, y se ha hecho por separado esta edición de CINCUENTA EJEMPLARES, sin otra diferencia que la consiguiente en la foliatura..."

Bautismo de Moteuhzoma II. || Noveno Rey de México. || Disquisición histórico-crítica de esta Tradición, 11 Por D- José Fernando Ramírez. 11 Apud Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Tomo X, págs. 357 a 381.—México. || Imprenta de Vicente García Torres || Calle de San Juan de Letránnúm. 3 || 1863. Opúsculo tan interesante, lo escribió el Sr. Ramírez para insertarlo entre las ilustraciones con que pensaba publicar la edición de la Historia de Tlaxcafa por Diego Muñoz Camargo. Ignoro por qué no 1° incluyó el Sr. Chavero en la impresión que de dicha obra hizo en 1892, con notas del citado Sr. Ramírez y suyas. La anterior disquisición tengo noticia que se pu* biicó por separado el año de 1864, en un folleto 4o. mayor de 27 págs., a dos columnas.

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Historia || de las j | Indias de Nueva España || Y Islas de Tierra Firme, || Por || El Padre Fray Diego Duran || Religioso de la Orden de Predicadores !| (Escritor del Siglo XVI) || La Publica con un Atlas de Estampas, Notas e Ilustraciones 11 José F. Ramírez jj Individuo de varias Sociedades Literarias || Nacionales y extranjeras || México || Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante. | Bajos de San Agustín núm. 1 ;* 1867.

Sólo publicó el Sr. Ramírez el Tomo I de esta obra, XV-535 págs. El Tomo II se imprimió hasta 1880, 305 págs. texto, y 177 págs. del Apéndice escrito por D. Alfredo Chavero. No fué la única obra que se propuso reimprimir el Sn Ramírez. Dejó copias manuscritas, precedidas de introducciones y anotadas, de las obras históricas de Sahagún, Tezozómoc, Ixtlilxóchitl, P. Tovar o Códice Ramírez, y otras, de las cuales algunas ya se han impreso por el Sr. Chavero. Parece que la edición que preparaba el Sr. Ramírez de la obra del P. Sahagún era espléndida. En carta dirigida desde Durango el 6 de septiembre de 1850 a D. José María Andrade, le decía: "Me pidió (D. Ignacio Cumplido) algo que imprimir, en que pudiera lucir sus recursos tipográficos y hacer una edición digna de la prensa. Yo le propuse le reimpresión del P. Sahagún, que dije a Vd. estaba cotejando con la edición de Londres y que me proponía expurgar de sus innumerables erratas; agregándole los materiales de los códices Telleriano, Vaticano y Mendocino con otras observaciones que me ha inspirado su estudio. La principal mejora debía consistir en la edición de las estampas que faltan a la obra, y que me parece haber reconocido en dichos códices, aumentando las más que demanda hasta el número de ciento. El proyecto le ha gustado (a Cumplido), y yo aseguro a Vd. que si se realizara, México produciría una de las obras más importantes, y que sería indispensable para el estudio

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de sus antigüedades, pues que la edición de Londres está sumamente corrompida." Desgracidamente el proyecto no se realizó; pero por fortuna en la misma tarea, de hacer una edición completa e ilustrada de la obra del P. Sahagún, se ocupó, aunque sin llevarla a cabo, el Sr. D. Francisco del Paso y Troncoso, Director que fué del Museo Nacional D.

Estudios Bibliográficos

Códices Mexicanos de Fr. Bernardino de Sahagún. Interesantísimo estudio descriptivo de los códices conocidos de esta obra, fechado en Sevilla a 24 de octubre de 1867. Se publicó en el Boletín de la Real Academia de la Historia de Madrid, tomo VI, cuaderno II, correspondiente al mes de febrero de 1885. Comprende desde la pág. 85 hasta la 124, inclusives. El Sr, Ramírez estudió además en este opúsculo, las copias y ediciones del texto de la obra de Sahagún.

Biblioteca ¡| Hispano-Americana Septentrional. || Adiciones y correcciones |J que a su fallecimiento dejó manuscritas || el Sr. Lie. || D. José Fernando Ramírez, || y son las que cita || con el nombre de "Suplemento" o " Adición" j | en las apostillas que puso a su ejemplar de la |¡ Biblioteca Hispano-Americana |j del Dr. D. |¡ J. Mariano de Beristáin y Souza. |¡ Publicarías por vez primera j|el Lie. Victoriano Agüeros y el Dr. N. León. || (Viñeta) || México. | Imprenta de "El Tiempo," Cerca de Sto. Domingo 4. | V. Agüeros, editor || 1898. En 8o., XLVII págs. de bio-bibliografía sobre el Sr, Ramírez escritas por Luis González Obregón, y 662 págs. texto de la obra, adiciones e índice. Esta obra inédita y postuma, demuestra una vez más los grandes conocimientos históricos y bibliográficos que acerca de México poseía el Sr. Ramírez.

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E. Escritos inéditos y compilaciones Opúsculos históricos.—Con este título existen en el Museo Nacional 20 volúmenes manuscritos en 4o. común, que contienen muchos estudios inéditos del Sr. Ramírez, algunos de los originales de los ya publicados y varios documentos colegidos por él. Doy un breve resumen de su contenido a continuación: Tomo I, 402 págs,—1. Manera de historiar y autoridades consultadas.—2. Rápida ojeada sobre la historia antigua de México. Primer período de 1036 a 1502.—Segundo período de 1502 a 1519.—4. Estudio sobre las ideas políticas y religiosas de los antiguos mexicanos. Tomo II, 443 págs.—1. Fundación de México — 2. Explicación de la primera estampa del Códice Mendocino.—3. Etimología de México,—4. Cronología de los reyes de México.—5. Confederación mexicana.—6. Antigüedades del Museo (artículo publicado en la obra intitulada México y sus alrededores).—7. Estudio sobre los Comanches. Tomo III, 339 págs.- Contiene los originales de los artículos publicados por el Sr. Ramírez en el Atlas de García Cubas, y en el Diccionario de Historia y Geografía editado por Andrade y Escalante. Tomo IV, 369 págs.—1. Vida de Motecuhzoma Xocoyotzin que dejó trunca el Sr. Ramírez.—2. Notas a la Historia Chickimeca de Ixtlilxóchitl sobre el bautismo de Motecuhzoma.—3. Otro estudio sobre el mismo asunto.—4. Ejecutoria y escudo de Armas de D. Pedro Motecuhzoma, dado en Madrid a 11 de septiembre de 1570.—5. Testamento del mismo, fechado en México a 20 de noviembre de 1579.—6. Cédula sobre la sucesión de doña Isabel Motecuhzoma, fechada en el Prado a 5 de diciembre de 1590.—7. Testamento de D. Cristóbal Becerra y Moctecuhzoma, fechado en México a 2 de enero de 1638* Tomos V a VII. No los he visto, pues los prestó el Museo Nacional al Sr. Francisco del Paso y Troncoso,

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e ignoro si a su muerte fueron devueltos, y según informes contenían estos tomos las explicaciones o interpretaciones de códices indígenas conservados en los museos de Europa. Tomo VIII, 508 págs.—1. Aritmética de los antiguos mexicanos.—2. Diversas notas gramaticales que forman un tratado extenso sobre la lengua mexicana, por el Sr. Ramírez. Tomo IX, 258 págs, sin numerar. Catálogo de libros impresos en México durante el Siglo XVI. Todos mencionados por el Sr. Icazbalceta en su Bibliografía Mexicana. Tomo X, 241 págs. Contiene 33 documentos relativos a Gaspar de Villagrá, autor del poema Conquista de la Nueva México. Se publicaron como apéndice a la edición que de esta obra hizo el Museo Nacional. Tomo XI, 573 págs.—L Advertencia del Sr. Ramírez.—2. De la pronunciación China y de la ortografía de las palabras chinas en caracteres europeos por De Halde, fragmento traducido por el Sr. Ramírez. 3, Resumen de la Gramática China por De Halde, arreglado y traducido por el Sr, Ramírez.—4. Caracteres Chinos.—5. Varios opúsculos sobre China, y comparaciones con el México antiguo por el Sr. Ramírez.—6. Extractos de la Gramática China de Remusat y notas gramaticales del Sr. Ramírez.—7. Intructio ad systema phoneticum Scripiure Sinice.—8. Pa~ Koa a los ocho signos suspendidos.—9. El I-King.— 10. El Lo-Choa. Tomo XII, 448 págs.—L Investigaciones sobre el país de Fon-Sang.- 2. Carta del Sr. Ramírez sobre las antiguas relaciones entre China y México.—3. Pleito sobre tierras (1572),—4. Apeo y deslinde sobre tierras de Santa María Asunción (1575).—5. Pueblos del Istmo de Tehuantepec.—6. a 14. Lenguas que se hablan en Aguascalientes, Colima, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Yucatán, y nóminas de los curatos y pueblos de sus obispados.—15. Otra copia de los títulos de la Asunción,—16. Cédulas de la funda-

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ción de Cholula.—17. Títulos de los Mendoza de Tlalquitenango (Cholula).—18. Traducción de un cuadro histórico de Quauhtlatzinco (Cholula).—19. Comisión científica de México (impreso). Tomo XIII, 376 págs.—1. Códex Zumárragá, publicado ya por el Sr. Icazbalceta.—2. Noticias del MS. núm. 1588 de la Biblioteca de París por el Sr. Ramírez.—3. ídem del núm. 3312 o sea Arte de la lengua othomt por Fr. Alonso Urbano, de la Orden de San Agustín.—4. Carta del Sr. Ramírez a D. Manuel Ramón Zarco del Valle sobre la pintura en México.—5. Reseña histórica sobre el mismo asunto por el Dr. Lucio (impreso).—6. Análisis etimológico de los nombres mexicanos de pueblos, hecho por D. Faustino Galicia Chimalpopoca en 1854.—7. Traducción hecha por el mismo del texto mexicano que acompaña el Códice de 1576 {Códice Aubin) con anotaciones del Sr. Ramírez. Tomo XIV, 764 págs.—1. Una causa criminal instruida a D. Lorenzo Boturini Benaduci.—2. Prólogo latino de Boturini.—3. Prólogo galeatus.—4. Colección de inventarios formados en diversas épocas del Museo de Boturini.—5. Inventario formado por el oidor D. Diego de Varcárcel, juez de la causa de Boturini en 1743. Tomo XV, 334 págs.—1. Inventario del Museo de Boturini formado en 1745 por D. Patricio Antonio López.—2. Inventario del mismo Museo formado en 1804 por D. Ignacio Cubas.—3. Reconocimiento del estado que guardaban los Monumentos históricos y papeles de Boturini en el año de 1823 formado por D. Ignacio Cubas. Tomo XVI, 429 págs. Jeroglíficos. Nombres compuestos. Nombres propios simples. índice. Paramentos, utensilios, etc. Números. Templos, aras, penates. Educación de los hijos de los reyes y de los nobles. Lugares de culto. Noticias particulares del Templo Mayor. Sacerdotes. El Templo. Atributos y divisas, formas, posturas. Divisas, parte 2a. Colores, la. y 2a. parte. Vocabulario Jeroglífico. Libro 12 de Sahagún.

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(Todos estos son apuntes escritos por el Sr. Ramírez, que sin duda iba a aprovechar para algún estudio). Origen de los objetos antiguos encontrados en el Popocatépetl. Lista de los retratos que existían en el Colegio de San Ildefonso de México. Tomo XVII, 533 págs.—1. Derrotero de Cortés a las Hibueras sacado de la obra de Gomara.—2. El mismo comparado con el que da Bernal Díaz del Castillo.—3. Otros derroteros comparados.—4. Notas varias. 5. Punto de partida de las tribus indígenas emigrantes y lugares de su peregrinación.—6. Fundación de México.—7. Suplemento, cronología.- 8. Punto de partida. Anónimo de 1570.—9. Tlaloc, TI aloca, Tlaloques, Tlaloca Tecuhtli, Talo Tlacacaxqui. -10. Etimología de México. (Apuntes todos del Sr. Ramírez sin concluir y confusos.) Tomos XVIII a XX, con numeración progresiva que alcanza hasta la pág. 1146.—Contienen copia de la Historia de Tlaxcala por Muñoz Camargo, ya impresa, colacionada con varios manuscritos e ilustrada con notas y disertaciones por D. José Fernando Ramírez, Entre las notas y disertaciones que escribió el Sr. Ramírez para esta obra, permanecen inéditas las que versan sobre Los primeros pobladores de Tlaxcala, Étimologia de Tlaxcala y Forma de Gobierno e instituciones de Tlaxcala. Estos veinte tomos, que existen en el Museo, los encuadernó y les puso índices el Sr. Lie. D. Alfredo Chavero cuando fueron de su propiedad. Después pasaron a poder del Dr. Lucio, y su viuda los vendió al Museo. Los tomos 21, 23 24 y 25 de esta colección los tuvo el Sr, Chavero en su biblioteca particular.

El 11 Apóstol Santo Tomás j | en el 11 Nuevo Mundo |¡ Colección de noticias y memorias relativas a la | predicación del Evangelio en América antes de ¡| su descubrimiento por los Españoles, jj Colectadas y or-

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denadas ¡| por || D. José F. Ramírez || Conservador del Museo Nacional. MS. en 4o. de 625 págs. y III de índice, que poseía mi inmejorable amigo el Sr. D. José María de Agreda y Sánchez. Extractos y Noticias || de manuscritos relacionados con la Historia || de México, |j colegidos por || José F, Ramírez. Tres vols. manuscritos que se conservan en el Museo Nacional, I, 427 págs.; II, 453, y III, 476.

"Anales antiguos de México y sus contornos." 2 tomos folio con 1022 págs. que contienen 26 copias modernas de antiguos MSS. en mexicano. Sólo se han impreso los Anales de Cuauhtülán.

"Sumaria relación de las cosas de Nueva España con la noticia individual de los descendientes legítimos de los conquistadores y primeros pobladores, por Baltazar Dorantes de Carranza."—Introducción e índice del Sr. Ramírez. MS. en 4o. común, propiedad del Sr. García Icazbalceta, que fué impreso por el Museo Nacional. "Viaje a Yucatán y descripción de sus ruinas arquelógicas."—MS. citado por el Sr. Chavero en su Historia antigua. "Apuntes para la historia del Imperio de Maximiliano."—MS. que poseía el Sr, Chavero. Son meros

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apuntes que colectó el Sr. Ramírez para escribir la obra que ordenó Maximiliano se publicara después de su muerte. En el párrafo 15 del codicilo decía: "Quiero que se haga una relación histórica de los tres años de mi residencia en ^¡México, y período preparatorio; que se escribirá con ayuda de aquellos documentos que están guardados en Inglaterra y en Miramar.- Deseo que el ex ministro D. Fernando Ramírez y el Príncipe de Salm tengan la bondad de emprender esta obra/' Estos apuntes fueron publicados por el Dr. D. Nicolás León, en la Biblioteca de Autores Mexicanos, editada por D. Victoriano Agüenos.

Muchas otras obras manuscritas y compilaciones del Sr. Ramírez se han perdido, o las ocultan avaramente sus actuales poseedores. Sólo el Sr, Chavero publicó en los Anales del Museo, algunos estudios inéditos del Sr. Ramírez, como son los índices de Sahagún y la cronología de Boturini. No se encuentra la interpretación del Atlas del P. Duran, los materiales para la edición del P. Sahagún etc., etc., y entre otros, un estudio que escribía del Códice Borgia. * 'Después de largas meditaciones, dice al Sr. Andrade en carta de lo. de julio de 1850,, he descubierto que el Códice Borgiano es quizá el que merece un más profundo estudio y del que se pueden sacar datos menos inciertos, aunque solamente para la parte Cronológica y ritual pues no creo que contenga nada de historia. Yo me he devanado los sesos hasta el punto de haber emprendido estudios astronómicos que juzgo absolutamente necesarios para adelantar algo aquel ramo de nuestras antigüedades. Yo camino todavía a tientas, sin haber alcanzado otra cosa que dudar de la exactitud del sistema que hoy forma la regla y que cuenta en su favor la respetable sanción del barón de Humboldt. Hablo de la obra de Gama. Lo que sí tengo perfectamenter aclarado es que los mexicanos tuvieron un período &

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clico mucho más largo y perfecto del que les concedía aquél y todos los otros escritores que han caminado por sus huellas. Estoy construyendo una maquinita con cuya ayuda espero resolver la cuestión debatida por nuestros historiadores sobre la existencia de las fiestas movibles, que Gama impugna, y ella dará, como consecuencia, otra resolución, no menos controvertida: la correspondencia del año mexicano con el nuestro. Como un preliminar de esta obra he formado, con inmenso trabajo, un cuadro sinóptico de todas las opiniones y sistemas, del cual mandaré a Vd. muy pronto una copia, pues aun me ocupan sus correcciones." En fin, mencionaré por último, la copiosa correspondencia del Sr, Ramírez con personas distinguidas y con sus amigos, toda escrita de su puño y letra. El Sn D. Enrique de Olavarría y Ferrari tenía una gran parte de la que dirigió al Sr. D. Germán Stahlknecht, . cuñado del Sr. Ramírez, y forma un diario exacto de los sucesos de aquellos tiempos, con juicios acertadísimos. * *

*

Tal fué la vida útil y laboriosa del distinguido historiador, que hasta ahora no ha sido honrado como merece. (1) Pasó durante su carrera política y profesional "por todos los escalones y grados intermedio." Fué abogado, Juez superior, Magistrado y Ministro de la Corte de Justicia en el Foro Mexicano. Elector, Concejal, Diputado, Senador y Secretario de Relaciones en la Política. Soldado. Oficial y Jefe Superior en la Milicia Nacional. Vocal en muchas Juntas de industria e instrucción pública. Tuvo a su cargo co(1) Modesto homenaje a su memoria son los bustos • José María Abarca, que tenía a su cargo una es-

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cuela en el Hospicio de Pobres, y después de concluida su instrucción primaria, se inscribió en el Seminario Conciliar de México, en clase de externo un año y de interno los restantes, hasta concluir sus estudios. Ingresó al Seminario en 1836, y era tan consagrado al estudio, que sólo lo interrumpía en las vacaciones que acostumbraba pasar en la hacienda de su padre. En los cursos de minimista, menorista y medianista (1836 a 1837), en que estudió latín, se opuso con lucimiento, obteniendo en los tres la calificación de "muy bien con particularidad/' La misma nota mereció en 1838 en que presentó examen en el Acto de primer año de Filosofía; lo mismo que en 1839 y 1840, en que cursó y se examinó, respectivamente, de segundo y tercer año de Filosofía, presentando en el segundo el Calórico por Várela y la Cosmografía de Letronne y en el tercero todo el Jacquier, mereciendo én este último curso, además de la citada calificación, el primer premio. Había sido su maestro D. Juan Bautista Ormachea, entonces catedrático y posteriormente Obispo de Tulancingo. El Dr. Marroquí recibió el grado de Bachiller de Filosofía en la Universidad de México el 11 de agosto de 1840, el cual grado se lo dio el Doctor y Maestro D. Manuel Gómez Marín, Presbítero del Oratorio de San Felipe Neri y literato religioso muy apreciable, autorizando el acto el Secretario D. Miguel Velázquez de León. Sin duda pensó entonces seguir la carrera de abogado el joven Marroqui, pues durante el año de 1841, y en el mismo Seminario, estudió y presentó examen de lo perteneciente a legista primianista, y mereció la calificación de excelente. Pero por motivos que ignoramos, abandonó el derecho, y en el mismo año de 1841, el día 8 de diciembre, se inscribió para cursar Medicina en el plantel que a la sazón existía en México, consagrado a esta materia. En 11 de agosto de 1842 presentó examen áe primer curso y fué aprobado con la calificación

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