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De mis viajes vuelvo con el armario de mi escala de valores recolocado y limpio

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El doctor José María Fernández Díaz-Formentí compagina el ejercicio profesional en Oviedo con su pasión por el naturalismo divulgativo. Sus fotografías y textos, acumulados a lo largo de más de tres décadas, han dado como resultado ocho libros propios, así como numerosas colaboraciones en revistas y otras obras editoriales. En su trabajo destacan dos enclaves singulares: su Asturias natal y Sudamérica, a la que ya considera su segunda patria.

C

on apenas 16 años, el doctor Fernández Díaz-Formentí empezó a fotografiar la flora y la fauna de Asturias y América del Sur; lo hacía emulando las imágenes de las revistas de naturaleza que leía con la única pretensión de tener un recuerdo personal. Pero la práctica fotográfica y el estudio de los ecosistemas pronto generaron un archivo que cada vez ha sido más voluminoso y de mejor calidad, lo que se tradujo en una prolija actividad editorial. Además de Asturias, el doctor Fernández Díaz-Formentí ha visitado prácticamente todos los países de Sudamérica, subcontinente con el que mantiene una especial relación por lo impresionante de sus paisajes y la amabilidad de sus gentes. Asimismo, la calidad de su trabajo le ha llevado a realizar numerosas colaboraciones para la línea editorial de la Unesco. A través de ellas ha podido visitar lugares increíbles de Asia y del norte de Europa.

M AXILLARIS. ¿Cómo empezó su afición por la naturaleza? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Como a muchos de los naturalistas de mi generación, la influencia de Félix Rodríguez de la Fuente fue muy importante cuando era niño; veía sus documentales televisivos como si de una película de suspense se tratara. Además, en mi infancia y preadolescencia pude disfrutar de libros estupendos de fauna y naturaleza, muy bien planteados, como la colección Vida Intima de los Animales. En mi ciudad natal, Gijón, frecuentaba los pedreros del litoral explorando sus pozas en la bajamar. También hacíamos excursiones familiares a la montaña y en los veranos me pasaba un par de meses en Anciles, una aldea en la cordillera Cantábrica leonesa, hoy tristemente sumergida bajo el pantano de Riaño. Más adelante, en mi adolescencia, descubrí revistas de naturaleza y viajes, algunas de gran calidad, como la desaparecida Periplo, que me estimuló a comenzar a tomar fotos con la mayor calidad que pudiera, soñando con poder publicar algún reportaje. Con el tiempo lo conseguí y, desde entonces, sigo tomando fotos de mis salidas a la naturaleza y viajes, con un doble objetivo: por un lado, que me sirvan de apunte de campo y recuerdo personal y, por otro, como medio de comunicación para intentar despertar en otras personas interés por esos lugares o seres vivos. M ¿Cómo influyó en sus inicios haber nacido y vivir en Asturias? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Me ha influido decisivamente y me ha aportado unas posibilidades interminables de desarrollar esta vocación naturalista. Creo que es la región

de España con una naturaleza más variada y de las El doctor Fernández Díaz-Formentí compagina su labor de naturalista que la tienen mejor concon la práctica privada en Oviedo. servada. Parece increíble que en su pequeña extensión quepan tantos valles, bosques caducifolios, ríos, playas, acantilados, picos, roquedos, desfiladeros, marismas, estuarios o fosas marinas. Estoy profundamente enamorado de Asturias. De sus variados ecosistemas, reconozco que siento una especial predilección por los bosques, ya que son una caja de sorpresas y de belleza, no sólo visual, sino también de sonidos y olores. La forma ideal de pasear por un bosque es en solitario y en silencio, preferiblemente en un día nublado, abriendo tu sistema sensorial. En Asturias, la inmensa mayoría de los bosques naturales son de especies caducifolias, por lo que sus valores estéticos y naturales cambian drásticamente a lo largo del año. Entre mis favoritos están Muniellos, un fabuloso robledal cuajado de velludos líquenes, al que he dedicado dos de mis libros, y los hayedos de Monasterio de Hermo, Peloño o los que integran el parque natural de Redes. En Asturias, la Unesco ha reconocido cinco reservas de la biosfera; además, está el Parque Nacional de Picos de Europa, cinco parques naturales y numerosas reservas naturales, paisajes protegidos y monumentos naturales. Aunque, lamentablemente, tanta declaración de espacios naturales también trae consigo sus problemas.

M ¿Por qué? Doctor Fernández Díaz-Formentí.La declaración de un territorio como espacio natural protegido pone al servicio de la administración autonómica o nacional una herramienta de gestión del futuro de esa comarca. Si se planea trazar un tendido eléctrico, excavar una mina o hacer un pantano, y la comarca tiene alguna figura de protección, en principio resultará más difícil que se autoricen esas actividades, aunque hoy hay fuertes presiones y grandes debates con algunos de esos proyectos. Además, tener un sello de “parque” o “espacio protegido” da a la comarca mucha publicidad turística, lo que puede repercutir en su prosperidad económica. Hasta aquí todo muy bien, pero ahora viene lo malo: publicitamos el lugar y resulta que los osos abandonan esos valles porque notan más ajetreo y presencia de gente. El encanto y la soledad del lugar se resiente al escuchar motos, cláxones o conversaciones y silbidos de excursionistas. Para no acabar con MAXILLARIS, febrero 2010

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Otros perfiles contemplar todo lo que se considere necesario. Ese curso finalizaría con un examen y a los aprobados se les entregaría un carné de accesibilidad a esas zonas ahora prohibidas, incluso no descartaba que hubiera que pagar una cuota anual por tener esa acreditación. Pero en la propuesta también decía que una vez con el carné, cuando vayamos a un parque concreto avisemos al guarda para decir lo que vamos a hacer, para que nos dé su visto bueno, e incluso que, al volver de nuestra excursión, informemos a la guardería de todo lo que hayamos visto. La respuesta que me dieron fue un no sin más explicaciones. Es más fácil prohibir que intentar hacer algo lógico y beneficioso para todos.

En sus viajes a Perú ha podido conocer lugares tan impresionantes como el Parque Nacional de Manu, en la amazonía.

“la gallina de los huevos de oro” hay que contener esa afluencia de visitantes y las administraciones responsables tiran entonces por la vía más sencilla y económica: prohibir el acceso a amplísimas zonas de esos parques. El resultado es la paradoja de que se publicitan esos parques para que la gente los visite pero, una vez el turista está allí, se encuentra que no puede transitar por el 60 por ciento de su territorio, o por el 95 por ciento de sus zonas más interesantes. Es una medida absurda y contraproducente, además de innecesaria. La inmensa mayoría de los visitantes se conforma con visitar las rutas señalizadas y no van a tener tiempo, ni especial interés, en adentrarse en zonas recónditas, salvo si se le prohíbe. Quienes podemos tener interés en abandonar las rutas señalizadas somos muy pocos y, generalmente, estamos concienciados y respetamos la naturaleza, y la legislación debe actuar contra quien no lo sea. ¿Realmente perturba mucho un ornitólogo con sus prismáticos? Supongo que mucho menos que una cuadrilla de cazadores con sus perros, a los que sí se autoriza a cazar en esas zonas. He ofrecido un plan a la Administración para regular las actividades de los naturalistas en Asturias, pero no quieren complicaciones, es más fácil prohibir. Me entristece mucho pensar en la naturaleza que van a conocer mis hijos: enlatada, guiada y encarrilada, a la que acudirán “a distancia”, como si viesen un espectáculo. Añoro lo que para mí significaba la naturaleza: libertad.

M ¿En qué consiste su propuesta?

Doctor Fernández Díaz-Formentí. Le propuse al Principado un plan para contentar a todos. Mi idea es que se organicen cursos sobre impacto y respeto medioambiental para naturalistas o gente interesada en estas cosas. En estas sesiones se explicaría cómo acceder al monte, cómo respetar a los animales, sobre todo en épocas de cría; habría que

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M Concretamente, ¿qué labor desarrolla cuando está en la naturaleza? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Desarrollo varias. Aunque mucha gente me considera fotógrafo de naturaleza, yo no me considero tal en sentido estricto. No vivo de mis fotografías ni pretendo obtener imágenes comerciales o vendibles. Es cierto que recorro los montes y las costas con un pesado equipo fotográfico profesional, porque cuando algo me gusta o me interesa quiero recordarlo para siempre en toda su plenitud, con la máxima calidad y con armonía en la imagen, de forma que si algún día quiero mostrar esa imagen a otras personas, les transmita algo parecido a lo que me hizo sentir. No olvidemos que cuando uno toma una foto, la imagen lleva asociados unos recuerdos o emociones personales del autor, de los que otro observador carece. Por tanto, hay que intentar sugerirle o evocarle algo a él también y eso se logra con un armonioso encuadre, composición y calidad. Trabajando así he ido creando un archivo de decenas de miles de imágenes y, cuando se va teniendo tanto material, el propio archivo te va sugiriendo proyectos para darlo a conocer. Además de la fotografía, desarrollo otras actividades, tales como la observación de los seres vivos. Eso me da experiencias de campo que luego incorporo a los textos que escribo en mis artículos y libros. También grabo sonidos con un equipo digital dotado de una pantalla parabólica. Algunos de mis libros los he acompañado de discos compactos con sonidos de la naturaleza relacionada con el tema del libro. Y recientemente he comenzado a realizar alguna filmación en alta definición, aprovechando que mi última cámara me brinda esa opción. Mis actividades se podrían resumir como un naturalismo divulgativo, en el sentido de estudiar la naturaleza con objeto de dar a conocer sus valores y curiosidades entre un público amplio, aparte del disfrute personal que suponen

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Siento una especial predilección por los bosques, son una caja de sorpresas y de belleza, no sólo visuales, sino también de sonidos y olores

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Otros perfiles esas vivencias y lo que me estimulan a aprender más sobre vuelve perfectamente recolocado. Es una lección y un recordatorio que viene muy bien. Posiblemente, América del Sur tiene plantas, animales y rocas. la naturaleza con mayor biodiversidad del mundo; unos paisaM Aparte de Asturias, usted tiene una especial relación con jes imponentes que van desde desiertos hasta glaciares, selvas Sudamérica. ¿Cómo empezó a interesarse por esta región? infinitas, volcanes, altiplanos… Para un naturalista es un paraíDoctor Fernández Díaz-Formentí. Mi pasión por América del so. Y en el terreno cultural-antropológico, las antiguas culturas Sur también comenzó en la infancia, a través de algunos libros que la poblaron y sus descendientes actuales me parecen fascon historias de su fauna. Pero fue muy decisivo El Templo del cinantes y aún escasamente conocidas. Raro es el mes en el Sol, de Tintín, que me descubrió un mundo natural y cultural que no se descubre algún nuevo yacimiento o tumba. Como fascinante. Poco después llegó la música andina, que desde conjunto, Sudamérica es un subcontinente donde queda mi adolescencia y hasta hoy enraizó con fuerza en mis gustos mucho por descubrir, tanto en su naturaleza (por ejemplo, hace musicales, haciéndome profundizar en sus instrumentos y en un par de años se descubrió en una selva de montaña peruana las culturas y los pueblos que los crearon. Todos estos concep- la segunda cascada más alta del mundo) como en su pasado tos cristalizaron y empecé a devorar libros sobre los incas y las histórico, cultural y antropológico. culturas del antiguo Perú. A los 15 años, viajé por primera vez a Perú gracias a una beca. Allí participé en un concurso cultu- M ¿Cómo dio el paso a publicar sus fotografías? ral de televisión y pude conocer el país. Desde entonces he Doctor Fernández Díaz-Formentí. Las imágenes de la revista regresado 12 ó 13 veces, la última el pasado año. En uno de Periplo que veía con 16 años me impresionaban mucho, y ya mis viajes, cuando estaba terminando Medicina, hice unos en mi primer viaje a Perú, aunque no tenía mucha técnica fotoestudios acerca de la trepanación y cirugía de cráneo en el gráfica, sí me inspiraba en ellas. Lo hacía para tener un recuerantiguo Perú. Es un país que quiero profundamente y al que do personal. Con los años, se hicieron frecuentes los viajes a América del Sur, también las escapadas por Asturias, y fui creconsidero mi segunda patria. Pero durante mi juventud, mis vínculos afectivos se exten- ando mi equipo fotográfico. Leí mucho sobre fotografía, pero dieron al resto de Sudamérica. Mis padres tuvieron en aque- lo más importante fue ver miles de imágenes. Cuando una foto lla época una estancia laboral prolongada en Cartagena de me gusta, es muy importante reflexionar sobre qué tiene esa Indias, en Colombia, y pasé allí ocho veranos completos. Des- imagen para que me atraiga. Es un ejercicio que agiliza mucho cubrí sierras, selvas, arrecifes y también pude visitar países la mente a la hora de hacer fotos. Al terminar Medicina, ya tenía un archivo voluminoso de la cercanos. Además, participé en dos de los viajes de “Aventura 92”, un programa de televisión antecesor de la actual “Ruta naturaleza asturiana. En aquellos años tuve la suerte de que un Quetzal”. Hacía labores de monitor y ayudante médico: cru- periódico realizó una enciclopedia en fascículos de la naturalezamos el Atlántico en barco y descubrí muchos lugares del za de Asturias. Así que entré en contacto con el periódico, llevé Caribe y Venezuela. Yo tenía poco más de 20 años y todo esto mis fotos y conseguí publicar cientos de ellas. Poco después sucedió otro hito importante: me irritaba comprobar que en me marcó definitivamente. Desde entonces, he seguido viajando cada año al menos las revistas nacionales de naturaleza apenas se abordaba la coruna vez a alguno de los países de América del Sur, lo que me dillera Cantábrica, así que hice un artículo sobre el bosque de aporta, en primer lugar, un entorno humano estupendo. Me Muniellos y se lo propuse a varias revistas, pero me lo rechazaencantan sus gentes, su trato, educación y hospitalidad. Ade- ban siempre. Sabía que las imágenes tenían calidad y decidí más, siempre que viajo allá, el armario de mi escala de valores hacer una locura: me fui con el reportaje a Periplo, que para mí

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América del Sur tiene la naturaleza con mayor biodiversidad del mundo, unos paisajes imponentes que van desde desiertos hasta glaciares, selvas infinitas, volcanes, altiplanos… Para un naturalista es un paraíso

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Otros perfiles M Además de sus libros y artículos de Asturias o Sudamérica, también ha publicado trabajos de otras regiones del mundo a través de la Unesco. ¿Cómo dio este paso? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Hace unos cuantos años, a través del director de la revista Periplo, comencé a colaborar con textos e imágenes en algunas publicaciones de la Unesco, relacionadas con los lugares declarados Patrimonio Mundial. Esto me ha permitido viajar comisionado a lugares exóticos o remotos como Groenlandia, Tailandia, Japón, Norte y Centroamérica, aparte de América del Sur, que los editores, conocedores de mis gustos, me tenían casi reservada. También pude viajar por centroeuropa y Escandinavia. Fue una época interesantísima, hoy detenida en parte por la crisis económica.

El doctor en un camino inca, en Perú.

era lo máximo. Cuando vieron las diapositivas, inmediatamente me dijeron que les encantaban y, además, me ofrecieron participar en un concurso de reportajes fotográficos por el número 100 de la revista. Eso fue a finales de 1991, y el dos de enero de 1992 me llamaron de Periplo para decirme que me habían dado el primer premio. Además de publicar el reportaje me regalaron un equipo fotográfico. Todo eso fue un estímulo definitivo para mí.

M ¿El paso siguiente fue la elaboración de libros? Doctor Fernández Díaz-Formentí. De Asturias se publicaban muchos libros de montaña pero veía que no había ninguno sobre los bosques, aunque sus valores estéticos son altísimos. Tras la inyección de moral de Periplo volví a coger mis diapositivas y me fui a una editorial asturiana para proponer un libro de gran formato sobre bosques que, además, también llevaría un CD con sonidos del bosque. Me aceptaron la idea y así surgió mi primer libro, en 1994, titulado Bosques de Asturias. Luego hice una guía de esos bosques y en 1995 elaboré mi primer libro sobre Muniellos. En 1999 me hicieron un encargo de un libro sobre la naturaleza de los ríos de Asturias, para regalo navideño del banco Sabadell/Herrero en el año 2000. Al año siguiente, me propuse hacer un libro muy ambicioso sobre cómo cambia la naturaleza de Asturias a lo largo de las estaciones. Quería que fuera de gran formato y se lo ofrecí a CajaAstur. También lo acompañaba con un CD con sonidos. Nada más acabar ese libro, el Banco Herrero volvió a hacerme otro encargo, pero como me daban muy poco tiempo les propuse hacer otro libro sobre Muniellos aunque más completo y grande que el que había hecho 7 años antes. Posteriormente, CajaAstur me pidió que hiciera una guía. En principio se planteó de hojas, pero finalmente fue una guía de árboles y arbustos de Asturias. Es muy didáctica, se repartió entre empleados y clientes de la caja y también salió a la venta llegando a hacer dos tiradas. Mi último libro ha sido La ría de Eo. Naturaleza entre dos aguas, que ha salido en 2009 y en el que se describe la flora y la fauna de este estuario que está en el límite de Asturias y Galicia.

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M Como naturalista y observador del entorno, ¿ha podido conocer en profundidad también a los seres humanos de los diferentes países? Doctor Fernández Díaz-Formentí. En el caso de América del Sur, creo que conozco relativamente bien a sus gentes después de tantos viajes y estancias; no así en otros lugares en los que la premura de cumplir los encargos con los que viajaba me impedían tener tiempo para explorar y conocer mejor a sus gentes y culturas, sobre todo en aquellas muy distintas a la nuestra, como es el caso de Asia. Pero hay una regla prácticamente general: a medida que mejoran las condiciones socioeconómicas de una población, ésta se aleja más de la naturaleza, se independiza más de ella, pasa a desconocerla o a no interesarle, a considerarla un estorbo. La gente está entonces cada vez menos marcada e interesada por la naturaleza y más por lo material, y aumenta entonces el porcentaje de infelicidad respecto a poblaciones menos desarrolladas. Pasada esa fiebre y avanzada aún más la sociedad, llega a una fase de madurez, en la que se regresa a la naturaleza, que ya se echaba en falta. M ¿Qué diferencias técnicas existen entre fotografiar plantas y animales? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Es totalmente diferente fotografiar paisajes que flora o fauna. Especialmente en el caso de la fauna, hay que conocer muy bien las costumbres de los animales, pues ello te facilitará conseguir observarlos y eventualmente fotografiarlos. Un naturalista siempre está leyendo libros, guías y artículos sobre naturaleza. También es importante conocer la composición de los ecosistemas: la relación entre plantas y animales, la distribución de los vegetales y la geología. Entendiéndolos disfrutas mucho más y además puedes conseguir imágenes mucho más interesantes y con un valor informativo superior. En la fotografía de animales hay que tener mucha paciencia. Se puede recurrir a escondites (hide), que suelen tener aspecto de tiendas de campaña camufladas, aunque otras veces puede bastar esconderte entre la vegetación y cubrirte con una red de camuflaje. También se recurre al rececho o acercamiento sigiloso. Otra forma de hacer las fotos es mediante las esperas, especialmente útiles para avistar fauna muy esquiva o sensible a la perturbación por el hombre, como es el caso del oso. En cuanto a la foto de pequeños animales, pueden ser fotografiados con objetivos macro en pleno campo, si bien para especies muy esquivas e inquietas, tales como ciertos roedores, puede

Otros perfiles ser necesario capturarlos y fotografiarlos ese mismo día en un terrario, soltándolos a continuación en el mismo lugar. También se puede recurrir a trampas fotográficas con infrarrojos colocadas en lugares de paso, en las que el animal corta un haz de esos rayos y dispara la cámara y flashes, haciéndose a sí mismo la foto. Es muy espectacular para tomar fotos de murciélagos o aves en vuelo, por ejemplo. En contra de lo que puede parecer, la fotografía de la flora también exige mucha paciencia: hay que pensar bien el encuadre y composición, la iluminación, el difuminado del fondo. Y cuando ya lo tienes todo listo, hay que armarse de paciencia con la brisa, que no cesará de mover la flor, el fruto o las hojas durante un rato.

M ¿Cómo prepara sus viajes, en función de qué aspectos? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Hago dos tipos de viaje: unos en los que yo selecciono el destino y el itinerario y otros en los que viajo comisionado para elaborar un reportaje de uno o más lugares. Estos últimos los hacía principalmente para la línea editorial de la Unesco. En ambos casos comienzo informándome muy a fondo sobre el lugar a visitar, recurro a libros, artículos de revistas y, sobre todo, a Internet. Me compro una guía del país de destino y con su información y la que encuentro en Internet voy haciendo un itinerario. Después contacto por correo electrónico con hoteles, guías y medios de transporte locales para perfilar mejor el itinerario. Si viajo con suficiente tiempo, sólo saco un billete aéreo de ida y vuelta al país y una primera noche de hotel. Una vez allí, contacto con agencias y guías locales; ellos me abren un sinfín de nuevas opciones mucho más personalizadas y económicas. En ocasiones he tenido que organizar expediciones personales contratando un guía nativo, un par de caballos, un arriero y un cocinero para poder adentrarme en zonas muy remotas sin ninguna infraestructura, a base de machete. Fueron días de total aislamiento, que me hacían recordar a los viejos exploradores del siglo XIX. En mis viajes le doy prioridad a conocer los enclaves naturales y las poblaciones o ciudades con historia o con una interesante oferta cultural. Siempre evito zonas en conflicto armado, por lo que he tenido que renunciar a adentrarme en algunas selvas que me interesan mucho.

En su casa de Oviedo, acumula libros de geografía y naturaleza así como recuerdos de sus viajes.

mos imponiendo un ritmo acelerado, que el planeta no tenía previsto en sus sistemas de compensación. El clima ha sufrido cambios y oscilaciones notables desde la última glaciación, con enfriamientos y calentamientos, y creo que el cambio que vivimos en la actualidad es uno de ellos, pero con la gran diferencia de que en esta ocasión estamos directamente involucrados en el mismo, acelerándolo. Sin la influencia humana, tal vez este ciclo de calentamiento hubiese sido mucho más gradual, de siglos. El problema es que hemos pisado a fondo el acelerador de ese cambio climático, emitiendo masivamente CO2 y deforestando selvas y bosques a un ritmo escandaloso. El daño ya está hecho y, analizando la disposición real que hay para contrarrestarlo por parte de políticos y ciudadanos, puede considerarse irreversible. Combatirlo precisaría unos sacrificios económicos por parte de los estados que no se van a aceptar y a M Dada su experiencia, ¿es cierto que vivimos en un los ciudadanos nos exigiría una profunda remodelación de momento de cambio de nuestra naturaleza? nuestros hábitos de vida y de consumo de muy difícil vuelta Doctor Fernández Díaz-Formentí. Sin duda. Desde el “Big atrás. Todo ello, además, guarda directa relación con la solidariBang” la naturaleza está constante cambio, pero ahora esta- dad internacional, que debería ser infinitamente mayor. Es muy fácil pedirles a los países amazónicos, africanos o asiáticos que no talen un árbol más, pero son países con situaciones económicas malas, con pobreza y enormes necesidades asistenciales. Preservar de verdad esas selvas exigiría al mundo occidental aportar al desarrollo enormes cantidades de dinero, que Me entristece mucho pensar perturbarían notablemente nuestras economías. Así que soy en la naturaleza que van a bastante pesimista. Mucha gente aún ve el riesgo como algo lejano, pero cabe conocer mis hijos: enlatada, la posibilidad de que los acontecimientos se precipiten y se guiada y encarrilada, agraven bruscamente. Al fundirse los polos, lo que se aprecia claramente en glaciares de Groenlandia o Chile, aumenta no a la que acudirán “a sólo el nivel del mar sino la cantidad de agua fría que baja al distancia”, como si viesen fondo, lo que puede cambiar en poco tiempo las corrientes marinas y la distribución de frío, calor y lluvias en el planeta. un espectáculo

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Otros perfiles M ¿Qué aspectos de los aprendidos en sus viajes o en sus observaciones de la Naturaleza le han sido útiles para su trabajo en la consulta? Doctor Fernández Díaz-Formentí. El gusto por viajar ha sido el mejor legado que me han dejado mis padres. El enriquecimiento personal que suponen los viajes es extraordinario y después de hacerlo de forma habitual va forjándote un carácter especial. El trato con la gente, el sentir sus problemas te hace ver los tuyos desde la distancia, con otro prisma y objetividad; además, los viajes te hacen espabilar, organizarte, reflexionar, relativizar las prioridades en tu vida, potenciar aspectos que tal vez tenías aparcados. De mis viajes vuelvo con el armario de mi escala de valores recolocado y limpio, que luego el día a día va gradualmente desordenando de nuevo. Viajar te abre la mente, te inspira y te hace una persona más abierta, tolerante y solidaria. Eso también repercute en la relación con el paciente: tratar con tantas formas de vivir y de pensar te facilita el sintonizar con cada tipo de persona que llega a la consulta, algo que en la mía considero de lo más importante, y gracias a ello he conseguido algunos de mis mejores amigos.

cos. Así que me presenté al examen de ingreso, que aprobé el mismo año en que terminé Medicina. Desde entonces nunca me ha defraudado mi especialidad y estoy satisfecho de aquella elección.

M ¿Por qué se hizo estomatólogo?

M ¿Cómo compagina su trabajo de dentista con su vocación naturalista? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Creo haber alcanzado un buen equilibrio entre las dos. El truco es saber marcarse límites. En el caso de mi profesión, opté por formarme muy a fondo para intentar alcanzar la mayor calidad de tratamiento que pudiese conseguir hasta un punto y, a partir de ahí, remitir al paciente a manos más especializadas. La estomatología es una especialidad médica muy amplia y es casi imposible abarcar por completo todas sus disciplinas con muy alto nivel. Yo me he formado en unas cuantas y dentro de cada una con distinta intensidad, marcándome unos límites, en los que me siento capacitado para hacer tratamientos de buena calidad. El problema es que en los últimos años ha surgido una tercera labor, que es la de ser padre de tres niños, y eso sí que ha alterado el equilibrio conseguido en el pasado. He tenido que reducir mucho mis salidas a la naturaleza.

Doctor Fernández Díaz-Formentí. No fue ni por tradición familiar ni por vocación temprana. Mi idea inicial era estudiar Biología, ya que me encantaba la biología molecular. Pero alguien me recomendó estudiar Medicina si pretendía dedicarme a esa disciplina, ya que la carrera de Biología tenía, a inicios de los 80, mucho paro. Durante los estudios de Medicina frecuenté los laboratorios de biología molecular, pero me llevé cierta decepción, ya que por entonces no encontré la organización y el dinamismo que buscaba y, tal vez, me faltó más ímpetu por seguir apostando por esa vía. Al terminar Medicina tenía un importante lío mental sobre qué hacer. No me disgustaba la parte clínica, de atención a pacientes, pero no me atraía la vida hospitalaria, así que empecé a considerar las posibles salidas. Decidí que escogería una especialidad médico-quirúrgica que me permitiese independizarme del mundo hospitalario y abrir mi propia consulta, así podría organizar mi tiempo para desarrollar, en la medida de lo posible, otras facetas, como el estudio de la naturaleza y los viajes. Así fue como apareció la estomatología, de la que desconocía casi todo. Me informé y descubrí el enorme desarrollo que iba a tener esta especialidad en los años venideros: a finales de los 80 comenzaba la implantología en la calle, las nuevas técnicas de ortodoncia, los nuevos materiales estéti-

M ¿Cuáles son sus próximos trabajos? Doctor Fernández Díaz-Formentí. Mi prioridad actual es desarrollar bien mi página web (www.formentinatura.com), que me gustaría fuese un amplio muestrario de mi visión personal de la naturaleza y de los países que he visitado, con explicaciones de las imágenes, artículos descriptivos y un blog asociado. Es un trabajo de meses que pretendo madurar a lo largo de 2010. Otra de mis prioridades a medio plazo es dar a conocer mi amplísimo archivo de América del Sur en el mejor soporte, que en mi opinión es un libro. Tengo el proyecto de realizar un libro para sacar a la luz las mejores imágenes de mis viajes por allá, sobre todo del área andina y amazónica. El problema es encontrar un editor, porque lamentable e inexplicablemente, en España hay un escaso interés por Sudamérica. En las librerías españolas abundan mucho más los libros sobre África o el Himalaya que los del Amazonas o los Andes, por ejemplo. Me gustaría que mi libro abriese una brecha en ese sentido y ayudase a interesarse a los futuros lectores por América del Sur. No sé cuándo podrá ver la luz, pero tengo el firme propósito de llevarlo a cabo.

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