Deficiencia mental

Pedagogía. Psicología. Clasificación. Facteres genéricos. Adquiridos. Características. Intervención. Adaptación

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RESUMEN En este trabajo trataremos, en primer lugar, de aproximarnos a una definición de retraso mental y de la deficiencia, ahondando en la idea de la similitud diagnóstica que ambos términos tienen en la actualidad. Para ello presentamos tres perspectivas, la psicológica o psicométrica, la sociológica y la médica o biológica. En segundo lugar, realizaremos un recorrido por las distintas clasificaciones que se han establecido sobre los distintos niveles o grados de los deficientes mentales. En tercer lugar, comentaremos la etiologÃ−a de la deficiencia mental teniendo en cuenta diferentes motivos que desembocan en una deficiencia mental. A continuación y en cuarto lugar, analizaremos las caracterÃ−sticas diferenciales de los deficientes mentales, que hay que tenerlas en cuenta para la realización de cualquier programa educativo. Por otro lado, planteamos la intervención psicopedagógica donde es necesario, teniendo en cuenta las caracterÃ−sticas individuales de estos sujetos, concretar la educación y adaptar el currÃ−culum a las carencias y necesidades. Finalmente, presentamos un anexo, donde explicamos nuestra vivencia en el colegio EspecÃ−fico Salvador Rueda (Ciudad JardÃ−n). INTRODUCCIà N Para comprender la deficiencia mental habrÃ−a que acercarse antes al concepto de inteligencia. Podemos definirla como un estado cognitivo elevado, que consiste en múltiples procesos mentales orquestados por nuestras zonas psico-cognitivas y neuronales (actividad sináptica) y que nos permiten realizar un análisis e interpretación de nuestro entorno en forma abstracta, es decir tiene la capacidad de abstraerse o de abstracción. La inteligencia humana es la única capaz de desarrollar abstracción, de imaginar y crear elementos nuevos, además de copiar y adaptar elementos preexistentes para su propio proceso homeostático. Las personas con retraso mental son tan distintas entre sÃ− como lo somos aquellos que no lo tenemos. El retraso o deficiencia mental no es una condición aparte del resto de las personas sino que se refiere a una amplia categorÃ−a de personas que tienen en común su pobre ejecución en los test de inteligencia, aprendizajes escolares y en la vida, y que muestran incompetencia para manejar sus propios asuntos con independencia. Muchas han sido las denominaciones dadas al niño con una baja capacidad intelectual a lo largo de la historia: amente, idiota, oligofrénico, subnormal, débil mental, retrasado mental, handicapado, deficiente mental, discapacitado, disminuido, diferente, minusválido psÃ−quico, alumno con necesidades educativas especiales, etc. Comúnmente, el concepto de deficiencia mental, es utilizado para denominar a un conjunto de personas cuyos C.I son bajos, diferentes y con etiologÃ−as variadas. DEFINICIà N Al tratar de definir la deficiencia mental nos encontramos con un gran problema de diversidad etiológica y 1

multitud de campos cientÃ−ficos y profesionales desde los cuales se ha tratado el tema. A continuación, vamos a abordar el estudio de la definición de la deficiencia o retraso mental desde tres perspectivas diferentes: • Perspectiva psicológica o psicométrica: Según esta perspectiva, es deficiente mental aquel sujeto que tiene un déficit o disminución en sus capacidades intelectuales (medidas por tests y expresada en términos de coeficiente intelectual. Binet y Simon (1907, 1911) fueron los principales impulsores siendo pioneros en la realización de un test para clasificar a los niños cuyos cocientes intelectuales estaban por debajo de la media de los niños normales. à sta medida llamada Cociente Intelectual (CI) fue introducida por Stern y es el resultado de dividir la Edad Mental (EM) entre la Edad Cronológica (EC), multiplicado por cien (CI = EM / EC) x 100) • Perspectiva sociológica: Visto desde esta perspectiva (utilizada por Doll, Kanner y Tredold entre otros) el deficiente mental es aquella persona que presenta en mayor o menos medida una dificultad para adaptarse al medio social en que vive y para llevar a cabo una vida con autonomÃ−a personal. Hacia 1992 la Asociación americana sobre retraso mental (A.A.M.R.) propone un nuevo concepto de retraso mental haciendo hincapié en la importancia del contexto para el funcionamiento de una persona con unas determinadas limitaciones en sus capacidades. Lo que significa asumir que el retraso mental no está en la persona, ni en el entorno, sino en el funcionamiento resultante de las capacidades de la persona en el ambiente en el que se desarrolla. Para la A.A.M.R. existen tres criterios para la definición del retraso mental (Luckasson 1992): - Capacidad intelectual general inferior al promedio. - Con limitaciones significativas en, al menos dos, de las siguientes áreas: comunicación, auto-cuidado, vida doméstica, habilidades sociales e interpersonales, uso de recursos comunitarios, autocontrol, habilidades académicas funcionales, ocio, trabajo, salud y seguridad. - Con un inicio anterior a los 18 años. Esta es una perspectiva integradora en donde lo que se destaca es la dificultad en el aprendizaje y en la ejecución de algunas habilidades de la vida cotidiana. Los criterios a tener en cuenta en la elaboración del diagnóstico del retraso mental son según Fortes (1996): - Funcionamiento intelectual y habilidades adaptativas. - Aspectos psicológico-emocionales. - EtiologÃ−a y estado fÃ−sico. - Consideraciones ambientales. 2

• Perspectiva médica o biológica: Desde éste punto de vista, la deficiencia mental tendrÃ−a un sustrato biológico, anatómico o fisiológico y se manifestarÃ−a durante la edad de desarrollo (hasta los 18 años). Para Lafon “la debilidad mental es la deficiencia congénita o precozmente adquirida de la inteligencia.” La Organización Americana de la Deficiencia Mental (A.A.M.D.) define asÃ− a las personas con retraso mental: - funcionamiento intelectual por debajo de la media, - problemas de adaptación conductual y - los desfases o deficiencias cognitivas, emotivas, motivacionales y conductuales a lo largo de su desarrollo. • Otros criterios - Criterio conductista: lanzado por los partidarios del análisis experimental de la conducta poniendo el énfasis en la contribución del ambiente a la deficiencia mental. El déficit mental es un déficit de conducta que ha de interpretarse como producto de la interacción de cuatro factores determinantes: • Factores biológicos del pasado: genéticos, pre/peri/post-natales. • Factores biológicos actuales: drogas, cansancio, estrés. • Historia previa de interacción con el medio. • Condiciones ambientales momentáneas o acontecimientos actuales. - Criterio pedagógico: donde el deficiente mental serÃ−a aquella persona que tiene una mayor o menor dificultad en seguir el proceso de aprendizaje ordinario y que por tanto tiene unas necesidades educativas especiales. Es decir, necesita de unos apoyos y unas adaptaciones del currÃ−culum que le permitan seguir el proceso de enseñanza ordinaria. La escuela es el lugar donde se detectan la mayorÃ−a de las deficiencias de grado ligero y lÃ−mite, ya que éstas pasan inadvertidas más fácilmente entre la población no escolar y en las primeras etapas del desarrollo. • Conclusión: Estas tres perspectivas son recogidas por la A.A.M.R., que hace la siguiente definición: “La deficiencia mental se refiere a un funcionamiento intelectual general significativamente inferior a la media o promedio, originado durante el perÃ−odo de desarrollo y asociado a un déficit en la conducta adaptativa” (Grossman, 1983); y la O.M.S. que define a los deficientes mentales como “individuos con una capacidad intelectual sensiblemente inferior a la media que se manifiesta en el curso del desarrollo y se asocia a una clara alteración en los comportamientos adaptativos”. Ambas son similares, puesto que recogen los tres criterios o perspectivas expuestas anteriormente, siendo las más aprobadas entre los diversos autores. Como idea más relevante podemos afirmar que el crecimiento, el progreso y el desarrollo de una persona no es sólo cuestión de genes, es cuestión también del entorno, de la potencialidad y de la realidad del mismo para cubrir las necesidades de apoyo que cada persona presente a lo largo de su proceso evolutivo.

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Un elemento esencial en el cambio de concepción es la idea de que el retraso mental no constituye un rasgo absoluto manifestado exclusivamente por la persona, sino una expresión del impacto funcional de la interacción entre la persona con una limitación intelectual y las habilidades adaptativas y el entorno de la persona. El retraso mental no lo tiene una persona sino que es la manifestación de unas capacidades limitadas en interacción con un entorno del que todos formamos parte. La investigación jugará un papel fundamental en los cambios que se vayan produciendo en la concepción del retraso mental, en su definición y consideración. No estamos seguros de cómo será el siguiente sistema terminológico y de clasificación. Su carácter estará indudablemente influenciado por las cinco áreas que acabamos de presentar CLASIFICACIà N El criterio de clasificación más clásico es, precisamente, el derivado de la perspectiva psicométrica, es decir, aquel que clasifica a las personas en función de su coeficiente intelectual (CI). A partir de 1983, la asociación americana para la deficiencia mental ofrece una clasificación teniendo en cuenta los test de Weschler, edad cronológica (E.C.) y coeficiente intelectual (C.I.) de Terman Retraso Mental Ligero Moderado Severo Profundo C.I. (Weschler) 58-52 51-36 35-20 < 19 C.I. (Terman) 69-55 54-40 39-25 < 24 E.C. 8,3-10,9 años 5,7-8,2 años 3,2-5,6 años < 3,1 años Dicha perspectiva psicométrica, aún tiene plena vigencia en la actualidad por proporcionar una medida objetiva y por su correlación con el rendimiento académico, aunque la organización mundial de la salud (O.M.S.) señaló importantes inconvenientes como: - la clasificación inamovible, - no contemplar la variabilidad interindividual o - que las categorÃ−as establecidas para un fin se extienden para otros y, en el peor de los casos, para todos. Con el tiempo, la asociación americana para la deficiencia mental (A.A.M.D.)y la organización mundial de la salud (O.M.S.) propusieron cinco niveles o grados de deficiencia mental: D.M. LÃ−mite Ligera Media Severa Profunda C.I. 68-85 52-68 36-51 20-35 < 20 - Deficiencia mental lÃ−mite: es el grupo más reciente en la clasificación y no se les denomina deficientes mentales ya que sólo presentan un retraso en el aprendizaje o alguna dificultad en el mismo. - Deficiencia mental ligera: no son claramente deficientes puesto que, pueden desarrollar habilidades sociales y comunicativas durante la etapa infantil con pequeñas limitaciones psicomotrices. Consiguen alcanzar, aproximadamente, un nivel académico correspondiente a 6º de primaria. Tienen capacidad para adaptarse e integrarse en el mundo laboral y manifiestan un retraso mÃ−nimo en las áreas perceptivos y motoras (aprox. 85% del total de deficientes). - Deficiencia mental moderada o media: pueden adquirir hábitos de autonomÃ−a personal y sociales con más dificultad, pueden aprender a comunicarse mediante el lenguaje oral con dificultades en la expresión y 4

en la comprensión de los convencionalismos sociales. En este caso el nivel académico conseguido corresponde a 2º de primaria. Presentan un aceptable desarrollo motor y son capaces de lograr formación laboral (habilidades pretecnológicas básicas) y habilidades de autonomÃ−a personal con supervisión moderada (aproximadamente 10% del total). - Deficiencia mental severa: su nivel de autonomÃ−a personal y social y su deterioro psicomotor es muy pobre, por lo que por lo general necesitan de ayuda y protección. Pueden aprender algún sistema de comunicación, con lenguaje oral muy pobre, algunas habilidades de cuidado personal e higiene (suponen el 4% del total aprox.). - Deficiencia mental profunda: manifiestan grave deterioro en aspectos sensoriomotrices e intelectuales. Suele existir una perturbación orgánica o neurológica diagnosticada. Excepcionalmente poseen autonomÃ−a para desplazarse y responden a entrenamientos simples de autoayuda. (1-2% del total aprox.). Otra clasificación, aún más actual, hace referencia a los apoyos que pueden necesitar los sujetos para su adaptación al medio, la asociación americana de retraso mental (AAMR) propone (1997): - Apoyo intermitente: episódicos, sólo cuando son necesarios y de intensidad variable. - Apoyo limitado: apoyo consciente y continuo durante un tiempo limitado y cuya intensidad puede ser también variable. - Apoyo extensivo: apoyo regular y continuo en ambientes especÃ−ficos no estando temporalmente limitado. - Apoyo generalizado: apoyo constante y de gran intensidad en distintos ambientes y que son, incluso, necesarios durante toda la vida.

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EtiologÃ−a Las causas de la Deficiencia Mental se desconocen en la mitad de los casos. En la otra mitad podemos sospechar la etiologÃ−a. Con frecuencia no hay una sola causa. Por lo tanto, podemos decir que la etiologÃ−a de la deficiencia mental es un terreno poco conocido, pero gracias a los avances en la investigación, están saliendo a la luz, nuevos datos. Sin duda, esta información ayudará a mejorar el pronóstico y la intervención. Es muy diversa la etiologÃ−a de la deficiencia, pero fundamentalmente puede hacerse la siguiente clasificación, según Bautista y Paradas (1991): 1. Factores Genéticos: dentro de los factores genéticos destacan, por un lado las genopatÃ−as, y , por otro, las cromosomopatÃ−as. 1.1. De entre los primeros destacamos las metabolopatÃ−as (como la fenilcetonuria, galactosemia, intolerancia a la fructosa o hiperglicinemia , entre otros); endocrinopatÃ−as como el hipotiroidismo; sÃ−ndromes poliformativos como el de Prader-Willi o Cornelio de Lange y otras genopatÃ−as como por ejemplo, el sÃ−ndrome de Rett. • Fenilcetonuria: es un trastorno heredado que afecta la quÃ−mica del organismo y que, si no se trata oportunamente, provoca retraso mental. Durante sus primeros meses de vida, los niños nacidos con este trastorno aparentan estar sanos. Pero si no reciben tratamiento alguno, comienzan a perder interés en su entorno entre los tres y los seis meses y, al llegar a la edad de un año, es evidente que padecen un retraso en el desarrollo. Los niños con fenilcetonuria sin tratar que han sufrido alguna 6

lesión en el sistema nervioso central suelen ser irritables, inquietos y destructivos. Pueden producir un olor similar al del moho o la humedad y pueden tener la piel seca, erupciones o convulsiones. Habitualmente presentan un buen desarrollo fÃ−sico y tienden a tener el cabello más claro que sus hermanos. 1.2. Con respecto a las crosomopatÃ−as, se han señalado tres tipos: en primer lugar, los sÃ−ndromes autosómicos especÃ−ficos, como la trisomÃ−a 21, también conocida como sÃ−ndrome de Down, la trisomÃ−a 13 que constituye el sÃ−ndrome de Patau. En segundo lugar, se encuentran los sÃ−ndromes autosómicos inespecÃ−ficos, y por último, los sÃ−ndromes gonosómicos, ligados a cromosomas sexuales, como, por ejemplo el sÃ−ndrome de Turner. • SÃ−ndrome de Patau: es una enfermedad genética caracterizada por la trisomÃ−a en el par 13. Se trata de la trisomÃ−a menos frecuente. Se suele asociar con un problema materno, más que paterno y como el sÃ−ndrome de Down, el riesgo aumenta con la edad de la mujer. Los afectados mueren poco tiempo después de nacer, la mayorÃ−a a los 3 meses, como mucho llegan al año. 2. Factores congenitos y perinatales: 2.1. EmbriopatÃ−as y fetopatÃ−as: infecciones, trastornos metabólicos maternos, intoxicaciones, radiaciones, agentes quÃ−micos y poluciones ambientales, alcoholismo materno u otras sustancias tóxicas. 2.2. Factores perinatales: prematuridad, nacimiento postérmino, infecciones, incompatibilidad Rh, sÃ−ndrome de sufrimiento cerebral (trauma obstétrico, anoxia). 2.3. Número de gestaciones maternas, existiendo más probabilidad de retraso mental cuantas más se hayan producido previamente aunque, como se ha señalado el número de gestaciones maternas va correlacionado con la edad materna. 3. Factores postnatales o adquiridos: se producen a partir del nacimiento: infecciones, tales como la meningitis o la encefalitis, las intoxicaciones, los traumatismos craneoencefálicos o factores ambientales como la desnutrición y deshidratación, un ambiente de status sociocultural y económico bajo, que pueden producir discapacidades ligeras.

CARACTERÃ STICAS

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Es complicado recoger un perfil que reúna las caracterÃ−sticas de las personas con retraso mental, ya que se observa una gran heterogeneidad entre ellos. La mayorÃ−a de las caracterÃ−sticas manifestadas en la deficiencia mental vienen marcadas por los déficit cognitivos y las dificultades de habilidades adaptativas pero, aún asÃ−, hay que tener en cuenta las diferentes caracterÃ−sticas de cada individuo para cualquier programa educativo que pongamos en marcha ya que, si no se las contempla, puede llegar a ser un handicapado para el desarrollo de los individuos. Los aspectos del retraso mental más relevantes a la hora de diseñar un “perfil” son: • Procesamiento de la información: Generalmente los deficientes poseen un nivel de desarrollo cognitivo inferior a lo establecido generalmente. De igual edad cronológica. Los déficit cognitivos más representativos son los referidos a la memoria, a la categorización, a la solución de problemas y al conocimiento social. Sus déficit se evidencian cuando tratan de organizar y planificar la información porque les falla el esquema general del problema. Las deficiencias se refieren principalmente a la incapacidad para utilizar la metacognición y también la transferencia, no saben aplicar lo aprendido a diferentes contextos. También presentan dificultades para atender a la información relevante de los estÃ−mulos y tener en cuenta varias fuentes de información a la vez. • Habla y lenguaje: En estos alumnos encontramos dificultades relacionadas con la producción lingüÃ−stica. Las dificultades del lenguaje se refieren a retrasos madurativos, escaso conocimiento de las reglas morfosintácticas, vocabulario restringido, etc. Podemos concluir diciendo que sus aptitudes verbales son deficitarias (tienen una edad de lenguaje inferior a su edad cronológica, cuando tienen que hacer definiciones, éstas son muy pobres y usan frases muy simples. • Rasgos de personalidad: Uno de los rasgos más representativos es su rigidez en el comportamiento, les gusta la rutina y la repetición de tareas más que asumir riesgos cuando desarrollan una tarea. También tienen una baja autoestima y una gran inestabilidad emocional. Son niños que se preocupan más por evitar el fracaso, que por alcanzar el éxito. Las bajas expectativas de estos niños se deben sobre todo a los efectos del bajo concepto que de ellos tienen los adultos. • FÃ−sicas: Los niños con retraso mental, presentan un equilibrio escaso, dificultades para la locomoción. También, por lo general, presentan dificultades en coordinaciones complejas y en destrezas manipulativas. Intervención psicopedagógica Durante muchos años la intervención estuvo centrada en aspectos psicomotrices antes que cognitivos. Estudios posteriores han demostrado que con la estimulación apropiada pueden conseguirse buenos resultados en el ámbito cognitivo. La perspectiva conductual también ha hecho una aportación muy importante al campo de la intervención, sobre todo, en el aprendizaje de habilidades y destrezas. La intervención conductual se compone de: definición de objetivos, selección y definición de la conducta deseada, medición de la conducta e 8

identificación de contingencias ambientales, entrenamiento y evaluación de resultados. Es conocido por todos los educadores que los niños con deficiencia mental tienen serias dificultades en general y concretamente para aprender, lo que implica adecuar y sincronizar la educación y el currÃ−culo a las carencias y necesidades de cada uno. La intervención se plantea habitualmente a varios niveles: 1- La intervención debe ser interdisciplinar: en un primer momento, se encuentra la atención médica. Las tareas en este nivel se dirigen principalmente a la prevención. Hoy por hoy no existe tratamiento para resolver los problemas en habilidades cognitivas, aunque sÃ− se incide en habilidades relacionadas con el aprendizaje. • Nivel educativo: la escolarización del niño con retraso mental está en gran medida influenciado por su coeficiente intelectual. Aquellos niños con un retraso leve y algunos moderados se encuentran integrados en centros ordinarios, los niños con retrasos graves y profundos suelen encontrarse en centros especÃ−ficos. • Nivel psicológico: desde este nivel se han propuesto programas que incidan en todas las áreas y procesos deficitarios, programas de entrenamiento perceptivo, psicomotricidad, habilidades cognitivas, etc. En cualquier caso, la intervención educativa se debe centrar en potenciar y desarrollar las competencias que posee la persona, desde una actitud de aceptación, centrando la intervención en aquellos aspectos que favorezcan los procesos de transferencia y generalización. La atención temprana juega un papel fundamental ya que, como todos sabemos, ayudará a mejorar al niño con problemas en el desarrollo tanto en el campo metacognitivo, social, sensorial, psicomotor, … y alcanzar el máximo desarrollo en sus capacidades. El reto de la educación en las personas con retraso mental está en lograr que vivan y puedan desenvolverse en su realidad cotidiana con los mayores garantÃ−as de éxito posibles. Dos modos de adecuar el currÃ−culum a las necesidades educativas especiales de los niños: a) las adaptaciones curriculares y b) los modelos de intervención sociocognitiva. • Adaptaciones curriculares: Las adaptaciones curriculares individuales podemos entenderlas como un tipo de respuesta a la diversidad de aquellos casos en los que la programación del aula diversificada sea insuficiente para dar respuesta a determinadas necesidades de un alumno. Se trata de construir un currÃ−culo a medida y en función del alumno. Existen diferentes formas de adaptar el currÃ−culo: en función de los elementos del currÃ−culo y en función de los medios de acceso al mismo, por una parte; y teniendo en cuenta el grado de significatividad de los elementos que se adaptan. El currÃ−culum ordinario debe ser siempre el punto de referencia, realizándose, ACIs. Para aquellos niños con un retraso más pronunciado se intentarán incluir áreas como autonomÃ−a, habilidades de comunicación y sociales. Siguiendo a Carbonell y GarcÃ−a, las caracterÃ−sticas que debe cumplir un programa educativo para niños con retraso mental:

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1 Desarrollar los programas en el aula ordinaria 2 Con un currÃ−culum vinculado al espacio vital 3 Los objetivos del programa deben estar basados en habilidades funcionales 4 Se han de insertar actividades adecuadas a su edad cronológica 5 Se han de prestar especial atención al entrenamiento de habilidades de transferencia de aprendizajes. 6 Práctica periódica. 7 Implicación de padres como educadores 8 Fomentar la participación, en el mayor número de actividades. • Programas de mejora cognitiva: Se han diseñado para alumnos con deficiencia mental y problemas de rendimiento escolar. Son buenos instrumentos para favorecer el desarrollo de los procesos y habilidades metacognitivas y potenciar la transferencia de las mismas tanto al currÃ−culo como a la vida diaria. Uno de los mayores problemas de las personas con deficiencia es su gran impulsividad e incapacidad para transferir y aplicar lo aprendido. Son los procesos metacognitivos, los que aparecen deficitarios en los sujetos con deficiencia mental, estos déficit son los que impiden realizar una planificación adecuada de las estrategias cuando se trata de resolver un problema. Whitman plantea el retraso mental como un déficit en la capacidad de autorregulación que impide a los alumnos comprender la importancia de las estrategias, su aplicación y transferencia a tareas diferentes. Estos alumnos dependen de sus compañeros para aprender, percibiéndose como personas dependientes. Tienen dificultades tanto cognitivas como emocionales. Con este tipo de alumnos es importante iniciar la instrucción con el uso de estrategias de aprendizaje en distintas situaciones y contextos, de forma que entiendan que el conocimiento de ellas les puede ayudar a solucionar las tareas en distintas situaciones. La función del profesor consistirá en hacer explÃ−cito lo que normalmente se aprende de forma implÃ−cita. La enseñanza de la transferencia es un aspecto de cualquier programa que tenga como principio la mejora de las habilidades de pensamiento de los alumnos con retraso intelectual como aquellos con dificultades de aprendizaje. Algunos programas psicopedagógicos, basados en la psicologÃ−a cognitiva, pretenden una mejora de la inteligencia. El objetivo es “enseñar a pensar”. Al mejorar las estrategias de pensamiento se supone que también mejora el rendimiento académico, la ejecución en tareas abstractas y la competencia social. Algunos de estos programas son: Programa de Enriquecimiento Instrumental de Feuerstein y, Proyecto Inteligencia de Harvard. ANEXO: Visita al Centro EspecÃ−fico Salvador Rueda     El centro que hemos elegido para realizar la visita es C.E.E. SALVADOR RUEDA, ubicado en la C/ Velásquez nº 11 perteneciente a Las Palmas de G. C. concretamente situado en el sector conocido como Ciudad JardÃ−n.     Es un centro público por consiguiente no concertado y como tal,  pertenece a la ConsejerÃ−a de Educación, Cultura y Deportes. 10

CaracterÃ−sticas del centro 1. Aspecto fÃ−sico: El edificio donde esta enclavado el centro, es un antiguo chalet, de ahÃ−, que no tenga todas las modernidades de un centro nuevo y especÃ−fico, aunque, por otra parte, es muy acogedor y da la sensación de estar como en casa. El centro posee además de las aulas correspondientes, piscina cubierta, comedor, sala de informática, sala de fisioterapia, gimnasio, transporte, asÃ− como zonas ajardinadas y patios dotados de distintos tipos de juegos. El estado del centro se podrÃ−a decir que en general es bueno, aunque el mobiliario sea antiguo. 2. Aspecto pedagógico:     El personal del centro esta compuesto por: maestro de educación especial, auxiliares, fisioterapeuta, logopeda, psicopedagogos, pedagogos, cocinera y conserje. Todos estos expertos trabajan conjuntamente de forma organizada, de tal manera que los niños se sientan cómodos y a la vez avancen en su autonomÃ−a personal.

Organización  del centro     Los niños o no tan niños que asisten al centro, tienen edades comprendidas entre los 3 y 21 años, estos últimos están en tránsito a la vida adulta, ya que a esa edad salen del centro.     Las aulas no solo se organizan como en otros centros, por las edades de los niños, sino por las deficiencias que padecen, concretamente  por el nivel deficiencias que sufren, dependiendo que la profundidad de estas sea mayor o menor.     Además, cada aula esta compuesta por una maestra y un auxiliar, que da el apoyo necesario para realizar las diferentes actividades, ya que aunque las aulas están compuestas por 5 o 6 niños, el trabajo con ellos requiere mucho más esfuerzo y atención que con niños que no tienen estas carencias. Trabajo con los alumnos     Los niños que asisten a este centro padecen diferentes tipos de deficiencias, en distintos grados o niveles. Nos podemos encontrar niños con autismo, con el conocido sÃ−ndrome de Down o a niños con plurideficiencias.     De ahÃ−, que el trabajo con ellos es muy distinto, dependiendo su situación por ejemplo: con los niños con plurideficiencias se trabaja la estimulación sensorial. Hay 17 niños con plurideficiencias, estos niños pasan todos los dÃ−as por la sala de fisioterapia, por la piscina y por la sala de estimulación sensorial. Además tienen una sala de informática, a los que asisten algunos de ellos ya que la estimulación sensorial que le aporta ordenadores es muy rica. Estas actividades no solo le aportan una actividad motriz o sensitiva, sino que le enseña al niño a socializarse, a estar en contacto con otros niños, con los profesores o técnicos. El resto de los niños con deficiencias menos profundas realizan las mismas actividades pero de forma más alterna ya que también pueden realizar otras actividades más elaboradas, como es la escritura o la lectura. AsÃ− mismo, nos encontramos con una actividad muy curiosa como es la del hogar. El centro dispone de un espacio que ha sido convertido en un pequeño apartamento, donde ellos realizan las tareas cotidianas que se hacen en una casa. Esto les aporta independencia además de poder colaborar en su casa. Todos los viernes salen de compra al mercado, previamente se ha realizado una lista de la compra, esto les enseña a controlar las ansias de comprar cosas innecesarias, a controlar el dinero, etc. Por otro lado, los niños colaboran en el comedor al considerarse esta como una actividad más, ellos preparan el comedor e incluso ayudan a servir, siempre que sea seguro, y luego recogen una vez hayan terminado de comer. Todas estas actividades tienen como propósito conseguir el objetivo del centro, que no 11

es otro que el niño llegue a ser autosuficiente o lo más autónomo posible. No es el conocimiento lo que se busca sino su independencia personal. Funcionamiento     Los niños son recogidos en sus domicilios y llevados al centro en transporte del propio colegio.     El horario es de 9 a 14 horas en cuyo horario se incluye la hora de comer.     El método que se utiliza a la hora de trabajar con los niños es principalmente el de Estimulación Basal, en el cual se utiliza la anticipación y la repetición de las actividades cotidianas para que el niño sepa en todo momento qué es lo que tiene que hacer. Utilizan imágenes las cuales les indican desde el saludo a la llegada  hasta lo que van a comer o cuál es su lugar en el aula o dónde esta su material.     El paso por las distintas terapias depende, como decÃ−amos antes, del grado de deficiencia. Realizan distintos talleres y actividades donde se trabaja desde la estimulación oral con el logopeda, a la estimulación de la comunicación, utilizando el aula de informática.     También, se le proporciona la posibilidad de asistir a actividades de tarde como tenis en el Centro López Soca o natación en la piscina Julio Navarro, todo ello subvencionado.

Conclusión     La experiencia nos ha parecido muy bonita y a la vez un poco impactante. Tras el prácticum I que hemos cursado este año trabajando en la etapa de infantil, encontrarnos con niños cuyas deficiencias no les permite realizar muchas actividades que los pequeños de tres años realizan con toda naturalidad, hace que se tome conciencia de que hay otra realidad y otra forma de realizar el proceso enseñanza-aprendizaje. Pero aunque es una labor mucho más dura y lenta, no por ello es menos gratificante. El personal que allÃ− trabaja lo hace con gran implicación que los niños perciben. El personal se relaciona con estos niños de forma más afectiva, hay una relación distinta al de otros centros. Nos resulto curioso que muchos niños que habÃ−an estado matriculados en aulas enclave en centros normalizados, volvieran a este centro por sentirse más cómodos. 15

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