Definir el concepto de cine de barrio no es difícil. Fueron aquellos cines que estaban en los diferentes barrios de la mayoría de las grandes

PRESENTACIÓN Definir el concepto de cine de barrio no es difícil. Fueron aquellos cines que estaban en los diferentes barrios de la mayoría de las gr
Author:  Carmen Lagos Ruiz

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PRESENTACIÓN

Definir el concepto de cine de barrio no es difícil. Fueron aquellos cines que estaban en los diferentes barrios de la mayoría de las grandes ciudades españolas y donde generalmente proyectaban doble sesión de películas. No es el caso de los diferentes multicines que han proliferados en algunos barrios barceloneses. En este caso sería un cine cómodo, de reducidas dimensiones, que se han instalado en diferentes barrios. A través del recorrido de estos 132 cines de barrio, esparcidos por los diferentes distritos barceloneses. He obviado aquellos locales muy antiguos de los que no queda rastro documental gráfico y poca memoria histórica. Fueron cines que, en un momento de su historia, cumplieron el objetivo de ser cines de barrio, aunque en otro momento dejaron esa función para acabar siendo teatros, local de estreno u otra actividad. A lo largo de la geografía urbana barcelonesa, el avispado lector encontrará a faltar cines como el Céntrico, Loreto, Padró, Spring y algunos más, que por su glorioso final, de cines de repertorio, su etapa dorada, serán tratados en otro volumen. El mismo caso encontraremos con algún cine de barrio, que durante algún tiempo fue cine de estreno y lo reservo para otro volumen, sin verme forzado a engrosar más las páginas de este libro, y con el tiempo completar la trilogía de los cines barceloneses. Los cines de barrio forman parte de varias generaciones, unas con más intensidad que otras. ¿Quién no recuerda aquellas tardes pasadas en algunos anfiteatros, donde el espectáculo no estaba en la gran pantalla, sino entre el patio de aquellas viejas e incómodas butacas? Para muchos el cine fue la cuna de los sueños, donde se permitía soñar con los ojos abiertos. También para muchos, aquellas paredes, fueron su segundo hogar, al que acudían los fines 21

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de semana, sin consultar carteleras ni horarios. Las butacas eran el no va más de la incomodidad, pero nadie protestaba. Hubo algunos cines que se podrían comparar con el Grupo Mixto del Congreso, ya que estaban presentes en las sesiones, lo mejor de cada casa. ¿En cuantas ocasiones perseguimos el sueño de admirar nuevamente a Brigitte Bardot u Ornella Mutti, entre otras, incluida Maribel Verdú? Con el paso del tiempo los hábitos fueron cambiando. Venció la batalla la televisión y el vídeo doméstico, junto a los precios algo elevados, a mi modesto entender. Pero el caso es que los locales de cine se fueron vaciando de contenido, se fueron cerrando y abandonando, actuando la piqueta y excavadora con prontitud. Pocas huellas quedaron en los diferentes barrios. Muchos antiguos espectadores, que hacía tiempo que no se habían acercado al cine, al verlo cerrado, recordarán aquella sala que había ocupado un estimable trozo de su vida. Harán memoria de que el final de aquellas tardes de fines de semana, y de doble sesión, eran cuando uno le comentaba a otro esto ya lo hemos visto, y despacito abandonaban el local, con la intención de regresar el fin de semana siguiente. En la penúltima parte de la decadencia de los locales, hay que citar que en enero de 1983, mirando las carteleras de cine barcelonesas se observaba que, de 53 cines consultados, en 23 ofrecían películas eróticas. Las películas de temática S frenaron, por unos años, la caída de espectadores a las salas cinematográficas, aunque la sangría siguió produciéndose. La última batalla perdida, en el campo de la explotación cinematográfica, fue con las salas de temática X o de cine porno. El tope de estas salas en Barcelona fue de 11 locales, que no se podían publicitar con su habitual nombre, sino discretamente por una dirección. Tuvieron su tiempo de gloria y grandes taquillajes, pero el vídeo doméstico y la intimidad casera ganaron la batalla. También hubo locales, reconvertidos, que dieron mucho juego, como las salas de repertorio, una especie de invento híbrido entre el cine de reestreno y la sala de Arte y Ensayo. Con la desaparición de aquellos locales de cine de barrio se perdió la magia de asistir a las sesiones de cine, de encontrase los vecinos, los grupos de amigos, los escolares, de comentar la película durante la semana. Durante las proyecciones de vídeo caseras se puede hablar, parar la película, empezar una bolsa de frutos secos, etc. La comodidad ha ganado la batalla. Algunos empresarios criticaban que la gente ya no iba a los cines, y alguien podía haber respondido que a según qué cines, seguro que no, por su lamentable estado.

Es necesario recordar que Barcelona, tenía la exclusividad provincial de los estrenos, y la vida comercial de una película, aún a pesar de estrenarse en varias salas a la vez, se ha acortado a 6 meses o un año como máximo. En la actualidad, o hasta hace pocos años, de un buen título se lanzan 55 copias, frente a las 15 de épocas pasadas. Antiguamente era norma obligada que, desde el estreno de una película había de pasar una larga temporada hasta que llegaba, ya en muchos casos, mutilada, a los cines de barrio. Entre medio, la misma película, había estado en muchos locales considerados de primer reestreno o reestreno preferente. Cataluña inició el concepto de reestreno preferente y exclusivo, haciendo de puente entre los cines de estreno y los del barrio. Se proyectaban películas objeto del reestreno en programa doble, al cabo de poco tiempo de retirarse de las carteleras del local de estreno y bastante antes de hacerlo en los cines de barrio. La norma de los antiguos cines era iniciar la sesión sobre las 3:30 horas, que posteriormente se pasó a las 4 de la tarde, con la película considerada mejor, para a continuación seguir con la película considerada como de complemento, y así hasta la sesión de la noche. Esta norma solo se modificaba si la película era muy larga. Tras su clausura, los locales llevaron diferentes caminos: durante algún tiempo sirvieron de foros públicos, para asambleas vecinales y actos políticos principalmente. Otros, sus propietarios, optaron por la transformación del local y los vieron convertirse en supermercados, aparcamientos, locales de entidades bancarias, bingos… y otros decidieron que la historia tenía que seguir su curso y dieron vía libre a las excavadoras y constructoras, para que no dejasen rastro de lo que allí había existido. Muy pocos locales conservan su estructura original, pero aún queda alguna, remodelados en otras actividades. De la gran cantidad de locales de cine que hubo en Barcelona, aparte de los citados en este libro, también hubo los locales de estreno y de repertorio, rondando los cerca de 250 locales diseminados en la geografía urbana barcelonesa. Llegaron a funcionar algunos locales con un aforo superior a las 2.000 localidades. Lo normal en un buen cine eran 1.000-1.500 localidades. Cuesta creerlo hoy en día. Es necesario recordar, la cantidad de parroquias y colegios, que los fines de semana también se ganaban unos ingresos extras con la proyección de alguna película. Acabaré la presentación con unas palabras literales del periodista Ramón de España sobre los cines de barrio y que comparto plenamente: Pasé toda mi

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infancia sin pisar un cine de estreno y la verdad es que no hacía mucha falta. En aquellos tiempos el reestreno funcionaba y las películas seguían en su distribución un itinerario razonable. A la que llegaba a esos cines catalogados como de reestreno preferente ya sabías que al cabo de escasas semanas el film esperado llegaría al local de tu barrio y en programa doble. Barcelona, otoño de 2015. .

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CINE ADRIANO Situado en la calle Hercegovina nº 2, esquina con la calle Camp, muy cerca de la plaza de Adriano, de la que tomó su nombre. Se inauguró el 15 de diciembre de 1939 con El secreto de vivir y otra película. En un principio los residentes en el barrio se resistieron a frecuentarlo. El 20 de enero de 1940, Pere Alsina Castells tomó la dirección y se inició una nueva etapa para el local. En vista del éxito, realizó unas mejoras en 1946, volviendo a reabrir el cine el 14 de marzo del mismo año. En noviembre de 1955, se realizaron nuevamente grandes reformas, con la construcción del anfiteatro y una planta destinada a acoger las oficinas de la empresa. Como cualquier cine de barrio se dedicó al programa doble de reestreno. Inicialmente se puso en funcionamiento durante 3 días a la semana, pero a partir del 8 de octubre de 1951, las sesiones fueron diarias. Por su pantalla pasaron programas dobles como Ocho en fuga y Una tumba al amanecer, Las cuatro bodas de Marisol y Eldorado, Comisario X y Operación cabaretera, El hijo del crack y La jauría humana, Álvarez Nelly y Esclavos del pecado, Más peligrosas que los hombres y ¿Qué hacemos con los hijos? y otras. Fue uno de los 66 cines españoles que tuvo el privilegio de ver 25

Cine Adriano y aspecto actual de su antigua ubicación.

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proyectada en su pantalla la excepcional película Los Diez Mandamientos, con motivo de la Semana Santa de abril de 1963. Fue anunciado en La Vanguardia Española. Se clausuró el 31 de marzo de 1975. Las últimas películas proyectadas fueron La semilla del Tamarindo junto a Y ahora le llaman Aleluya. Tras su derribo se construyeron viviendas y locales comerciales.

CINE ALARCÓN Situado en calle Escudillers nº 6. Tuvo una capacidad de 970 localidades. Se inauguró en sesión de las 4 de la tarde del 20 de noviembre de 1946, de la mano de Manuel Torres Valero. La primera proyección fue Una nación en llamas. La noticia salió publicada en la prensa de la época. Se hablaba de la concurrida asistencia del distinguido público al acto. Al día siguiente se abrió para el público en general. Durante un cierto espacio de tiempo, fue local de estreno, a precios módicos. Por aquí pasaron películas como Diego Banderas, El crimen de Pepe Conde, La moneda rota, Cobardías y otras, que siempre iban acompañadas de la consabida película de complemento y el obligatorio NO-DO. Después de las proyecciones, y como fin de fiesta, se organizaban espectáculos de variedades. Esta novedad se inició el 17 de febrero de 1947, como apoyo a la programación normal, que aquel día fue Cita de amor y El fantasma de la ópera. El título de aquel primer espectáculo fue Brisas de amor, presentado por el transformista Mirco, artista que actuaba con mucha frecuencia en los cines barceloneses. Por su escenario también pasaron la mariachi Irma Vila, Raquel Meller y otras artistas de la época.

Antigua ubicación del cine Alarcón. 26

Se programaban tras el fin de las películas y duraban hasta altas horas de la madrugada. En la década de los años cincuenta volvió a ser cine de estreno, programando películas como la exitosa El rey de la carretera, interpretada por Juanito Valderrama, con llenos asegurados. Otras películas de estreno en este local fueron Amor y toros, El corazón no miente. Solía publicitarse su programación en la prensa de la época. Fue de los cines que repartían programas de mano publicitarios con la programación para la próxima semana. Realmente, el plato fuerte de la historia de este local, fue el programa doble de reestreno sin variedades. En abril de 1959 cesó su hombre fuerte, y se encargó de dirigir la sala hasta su clausura la Inmobiliaria América. A pesar del cambio sufrido, los usos y costumbres de la casa continuaron existiendo. La década de los años sesenta mandó la programación doble con películas como Los reyes del Sol y Marisol rumbo a Río, Los jóvenes caníbales y Aventura en Roma, Trampa a un marido y Su propia luz, El noviaz go del padre de Eddie y Fedra, El pretendiente y La tela de araña, entre otras similares. Fue el típico cine de barrio de la zona que ocupaba. Su calle era el eje central de la nueva ubicación del barrio chino tras la llegada de los marines norteamericanos. No sobraba higiene en sus butacas. Según el escritor González Ledesma había pulgas y pajilleras de plantilla, como en la mayoría de los cines del contorno. Tenía un público fiel. Durante mucho tiempo se ofertaron sesiones dominicales y festivas matutinas. Se publicitaba en la prensa junto al cine Nuevo. Se clausuró en junio de 1974. Hoy, su antiguo local fue transformado en un parking que conserva la toponimia del lugar.

Cartel publicitario del cine Alarcón. 27

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CINE ALBÉNIZ Situado en la calle Sant Jordi nº 13-15, enfrente del mercado de Sants. Fue inaugurado en 1930, con una capacidad para 500 localidades. En un principio apareció como cine Manelic. La prensa del 5 de diciembre de 1930 anunciaba que la empresa CINAES había ampliado su cadena de salones con un nuevo local de excepcional importancia. El local estaba destinado especialmente a dar a conocer en aquel importante barrio, las últimas aportaciones del cine moderno, y las más grandes producciones que se realizasen en películas. Fue construido con todo tipo de confort y con todas las últimas innovaciones en construcción de Cine Albéniz. salas de espectáculos. Estuvo dotado de butacas de preferencia y general, ambas muy cómodas para el espectador. Se dotó de un servicio moderno y confortable. Tanto por su construcción como por sus condiciones acústicas, por su instalación sonora y por su visualidad, constituyó una construcción que honró a Barcelona. Según datos aportados por Joan Munsó Cabús, sabemos que el empresario fue Enric Marcé Planas La primera programación en que aparece publicitada fue el 6 de diciembre de 1930 para anunciar La fierecilla domada y la última, con el mismo nombre, fue el 7 de febrero de 1939 con la exhibición de La vía láctea, Princesa por un mes y Un hombre valiente. El 26 de junio de 1931, en su local se realizó un mitin electoral de Esquerra Republicana de Catalunya, con la intervención del Dr. A. Vilanova, los concejales Armengol de Llano, Salvador Vallverdú, Ernest Ventós y los candidatos J. Puig, Jaume Aiguadé y Antonio María Sbert. El 27 de febrero de 1933, sufrió un intento de robo a mano armada a cargo de tres individuos que mostraron sus armas a los empleados con la intención de apropiarse de la recaudación. No pudieron alcanzar su objetivo por 28

la decisiva acción de los empleados y por las voces alarmantes de algunos clientes. Durante el periodo bélico también se produjeron actos en su local. El 22 de octubre de 1936, se realizó una asamblea de primer grado de la Unión de Cooperadores de Barcelona, en la sucursal del sector I. En 1939, por imperativo legal, se vio obligado a cambiar de nombre, y lo hizo en el nombre del músico originario de Camprodón, uno de los predilectos del propietario del local. Las copias de las películas que se proyectaban, como en tantos cines de barrio, llegaban muy gastadas y faltas de sincronización en los diálogos. El 17 de julio Aspecto de la actual situación donde estuvo el cine Albéniz. de 1949, se programaron las películas Casablanca y Suez. Algunos programas dobles que pasaron por sus pantallas en sus últimos tiempos fueron: Cerco de odio y El jardín del diablo, El infierno blanco y Río sin retorno, La mies es mucha y El beso de Judas, en la inevitable programación religiosa de la Semana Santa. Estas películas, al cabo de pocas semanas pasaban por el resto de los cines del circuito del barrio de Sants. El circuito de cines compuesto por los cines Albéniz-Alborada-Gayarre, con ocasión de las verbenas de 1963 programaron Un poco de cielo y La reina del Chantecler. Durante muchos años fue publicitada su programación en la prensa barcelonesa. Fue citado en uno de los primeros libros que publicó Francesc Candel, antes de ser tan popular con el libro Els altres catalans. Se clausuró en octubre de 1965.

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