Dejate-Amar.com La fórmula de la felicidad El niño amado es más feliz “Les aseguro que si no cambian y vuelven a ser como niños nunca entrarán en el Reino de los Cielos”. (Mt 18,3) La gran mayoría de las personas incluyendo cristianos, piensan que la felicidad es pasajera, que se la vive plenamente en contadas ocasiones y ante la pregunta “¿Eres feliz?” responden “Por momentos sí. Todo depende del concepto que cada uno tenga de felicidad. Si pienso que la felicidad permanece cuando no hay problemas entonces cuando vengan las dificultades dejaré de ser feliz; y si creo que para ser feliz me basta estar sano entonces cuando me enferme no podré decir que soy feliz; si considero que la felicidad es tener trabajo y el pan en la mesa todos los días cuando me falte el trabajo o el pan tampoco podré ser feliz. Si la felicidad para mí es lograr metas humanas, emprendimientos exitosos, destacarme en todo lo que hago, recibir aplausos y reconocimientos, cuando no concrete lo planeado, cuando en vez de aplaudirme me critiquen, entonces volveré a decir “la felicidad no es de este mundo, sólo hay momentos alegres y momentos tristes”. En cambio si yo, cristiano, creo que la felicidad es Cristo y vivo en comunión con Él, nunca podré decir que soy un infeliz porque Él está siempre, no se muda, ni en los momentos gozosos de la vida, ni en los dolorosos ni en ninguna circunstancia. Él siempre está. Bajo este concepto de felicidad el cristiano sólo podría decir y con razón, que no es feliz cuando no está en Gracia de Dios, cuando lleva una vida de pecado voluntario y sin deseos de enmienda pero si tiene a Jesús en el corazón no tiene por qué decir que no es feliz. 7-3-95 J. Te duele haber dejado tu trabajo en el colegio. ¿Fue por Mí, no es cierto? Y ahora estás Conmigo ¿notas la gran diferencia? Yo soy tu felicidad y te aseguro no la hallarás en otra parte. Al meditar la pasión del Señor algunos cristianos piensan entre otras cosas “Pobrecito, todo lo que padeció, no puedo verlo sufrir así ¿por qué habrá elegido esa forma?” Y arrugan la frente y derraman lágrimas y creen que cuanto más lloran más amor demuestran a Dios. Cuando era más joven un amigo me preguntó “¿Ya lloraste meditando la pasión de Jesús?” Como si el llanto fuese una medida de santidad, un parámetro de 1

Dejate-Amar.com crecimiento espiritual o de elevación mística. A Jesús no le gustan las lágrimas de compasión, no padeció para que a lo largo de los siglos la gente se compadezca de Él y llore cada Semana Santa o cada Cuaresma. Jesús padeció para que seamos felices y si hay que derramar lágrimas que sean de alegría y agradecimiento por ser amados infinitamente. Muchos cristianos piensan que la vida es solamente un valle de lágrimas, que hay que sufrir y ofrecer cada padecimiento para ganarse el Cielo. Jesús no dijo el que quiera seguirme sufra, sufra cada día, no, Jesús dijo “El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga”. La cruz del alma pequeñísima no es el sufrimiento, son los brazos de María que lleva a su bebé por los caminos del Señor, es decir, la Voluntad de Dios, porque María sólo hace lo que Dios le pide y el querer de Dios a veces es fácil de digerir y otras bastante difícil de hacer porque los brazos de María no siempre nos llevan hacia donde queremos, hacia donde nos gusta. 17-5-95 J. Hija, escucha atentamente a Mis palabras y grábalas en tu corazón: más que el servicio a los demás me interesa tu felicidad. F. Pero acaso ¿no es que olvidándose de uno mismo y sirviendo a los demás se alcanza la felicidad? J. Yo soy tu felicidad. Vivir en Mi presencia y verme en los demás, no multiplicar tus actividades hasta extenuarte. Yo te hablo siempre y te indico lo que debes hacer, lo que me agrada. Tu vida de entrega consiste en esto: agradar a tu Amado. 12-3-95 J. Hijita nacida de Mi Corazón Misericordioso, no hallarás felicidad fuera de Mí, porque Yo te elegí así, imperfecta y rebelde. Deja que Yo te dé lo que necesitas, pues sé muy bien lo que te conviene. El mundo de los adultos es diferente al de los niños. En el mundo de los adultos todos agotan su tiempo y energías buscando momentos de felicidad, en cambio en el mundo de los niños amados todos son felices. Resulta que el niño amado, poseedor de la felicidad en estado natural, a medida que va creciendo va absorbiendo de los adultos miedos, ansiedades, preocupaciones, inseguridades, complejos y se va trasformando lentamente en otro de los tantos que, insatisfechos, andan buscando con esfuerzos agotadores la felicidad perdida o al menos, instantes de felicidad. 3-3-99 F. Muchas cosas intenté pero no me salieron dejándome tristeza y desolación. 2

Dejate-Amar.com P. Pero Yo no estaba incluido en tus intentos ahora estoy en tu vida después de varios fracasos, ahora el fracaso no existe. Yo quiero para ti una vida simple, tú intentabas complicártela con metas que no pudiste alcanzar hasta que entré Yo para darle un sentido. F. Entonces el sentido está en entregarse. P. Yo sé lo que tu corazón desea y como Padre quiero complacerte. F. Sabes que en el fondo de mi corazón siempre quise ser niña pero nos educaron para la autosuficiencia para la competencia y el progreso. P. Yo puedo llevarte al éxito sin que tengas que entrar en la carrera que esta sociedad impone Yo puedo llevarte a aquello que sé te hace feliz porque te conozco desde siempre. Yo tengo todo para hacerte feliz porque Yo te formé. No busques algo para ser feliz. Búscame. Yo te alimento con Mi Amor y lo demás llega añadido. Lo que para los adultos es la felicidad para Dios es nada más que la añadidura. 28-3-97 J. La felicidad no está en este mundo a pesar de que Yo mismo lo creé. La felicidad está dentro de ti, donde Yo vivo, donde YO QUIERO VIVIR. Mi pesebre. Tú eres Mi pesebre. Y la historia se repite: donde hallo un alma pequeñísima, pobrísima, allí hago Mi morada, Mi "casita"; como la de Nazaret, sencilla, humilde, donde también vivía Mi Madre, tu Madre. Entonces deja que Yo arregle "Mi casita" como a Mí me guste. No necesito demasiado. ¿Comprendes? Ciertamente que sí. Como era Mi casita de Nazaret, así debes ser tú: poco para que se mantenga y mucho lugar para el Amor. El niño amado es más feliz porque fácilmente se conforma con lo que tiene. 28-10-94 M. Si dejas que Yo me ocupe de tus cosas va a ser mejor. La niñez debe ser tu estado natural. La Mamá cuida de Su hija pequeña. Así honrarás Mi Corazón. Debes dejar que cumpla Mi deber de Madre porque esa fue y es la Voluntad de Dios. Gloria al Altísimo. Uno de los motivos de la felicidad natural del niño es que sabe conformarse rápidamente con lo que le dan sus padres. El niño pide mucho en el día y de todo un poco, pide regalos hoy, ya (“quiero una pelota de fútbol nueva”). Si sus padres 3

Dejate-Amar.com no se la compran, juega con la que ya tiene, si no tiene alguna, inventa una con una naranja o con un bollito de papel pero no dejará de jugar. Su tendencia natural al juego no lo deja en una tristeza prolongada al no obtener lo que desea, espontáneamente, después de un breve retobo, un breve pataleo quizás, busca seguir jugando con lo que tiene a su alcance y se olvida completamente del asunto volviendo a su estado de felicidad habitual. Al ratito volverá a pedir lo mismo o lo que su corazoncito desea en ese instante como si nunca hubiera pedido algo y la historia se repetirá muchas veces en el día. El niño sufre muy poquito tiempo la negativa de sus padres. El adulto puede pasar años penando inútilmente por algo que Dios no le concede. 21-7-00 M. No tengas miedo de nada, tu Madre te acompaña. F. maría me pide que rece el Rosario. No tengo ganas. M. Es que quiero rebelarte algunas cosas. F. Misterios dolorosos. Comienzo a meditar el primero., Puedo ver a Jesús sufriendo, temblando. Puedo sentir tanta compasión, tanto Amor de Su Corazón. Él acepta todo.. M. Él sufrió en tu lugar ¿puedes comprender? Entonces ningún temor. F. No puedo entender tanto Amor de parte de Dios. M. En el huerto Él cargó sobre sus espaldas tu dolor, entonces ¿por qué sufres gratuitamente? ¿Por qué te angustias tan fácilmente? Comprende el Amor de un Dios, comprende tu misión: la de dar a conocer ese Amor. El alma pequeñísima en espíritu y verdad es como un niño. Pide a Dios y se olvida, manifiesta su deseo y se entrega. Ella dice “Ya se lo dije, ya sabe lo que deseo, ahora voy a disfrutar de lo que ya tengo que es este presente de vida”. 11-8-95 J. Lo que tú deseas Yo deseo. Pero hay una diferencia: todo llegará en el tiempo por Mí establecido. Por esto sufres, porque eres muy impaciente. Mi Madre te regala su paciencia, como te dijo hace unos días. Por pensar en el futuro no disfrutas del presente, entonces Mis "regalos" pasan de largo. El niño amado es más feliz porque no se relaciona por compromiso con nadie. 16-10-01 F. ¿Por qué no querés que vaya a ese lugar? 4

Dejate-Amar.com M. Nada que te quite la paz debes hacer. No te compares con nadie. Aférrate a Mí. Yo te coloco donde creo que no será desarmonizado el paraíso que creé para tu alma, donde hay paz. Los compromisos no existen para Mí si vienen a quitarte la armonía que celosamente cultivo en tu alma enamorada, que no te importe en absoluto lo que otros digan. El niño espontáneamente manifiesta a qué lugar le gusta ir y a cuál no, con quien le gusta estar y con quien no, no sabe lo que es cumplir con alguien o con algo. No sabe lo que es decir “¡Qué lindo!” ante lo que no le agrada o “¡qué divertido!” frente a lo que le aburre. El niño es sincero y ¿quién puede reprocharle su sinceridad si sólo es un niño? Es como esa mamá que le dice a su hijito: “Tengo que llevarte a una reunión conmigo” y el niño le responde “Pero si estoy jugando mamá y en esa reunión me voy a aburrir”. La mamá le dice“Pero no tengo quien se quede a cuidarte y no quiero dejarte solito”. “Sí mamá, pero no me gustan las personas que van a tus reuniones”. “Bueno – dice la mamá- vamos a ir, pero yo voy a estar en todo momento contigo, no tengas miedo, yo voy a hacer de manera que no te aburras.” 28-7-02 M. ¡Ves cómo te cuido hija, y cómo cuido tu armonía! Hay cosas que no volverás a hacer, para tu bien para guardar tu paz, hay personas que no volverás a tratar, no te preocupes por nada. F. La verdad es que cada vez me siento mejor con pocas personas alrededor, lo necesario. Por eso te voy comentando que no quiero ir a misionar. M. Despreocúpate de la misión. Guarda la paz. F. No puedo guardar la paz cuando tengo que soportar ciertas personas que tienen el corazón turbado y turban a los demás. El alma pequeñísima al estar en el mundo no puede eludir ciertos compromisos, pero como el niño puede decirle a María “Mami, no me gusta ese lugar, ese ambiente, este trabajo, estas personas, me quitan la paz, me desarmonizan, me cansan, me aburren, me siento desubicado”, etc. María podrá hacer dos cosas según la conveniencia de su hijito, o alejarlo de esas personas, sacarlo definitivamente de ese ambiente, darle otro trabajo, etc, o darle la gracia de permanecer en paz en los lugares desagradables, armonizar el ambiente, hacerlo más agradable permaneciendo en todo momento junto a su hijito. Aunque hay almas que, ayudadas por la gracia, llegando a grados extremos de pequeñez, descartan todo lo que no les divierten y sólo hacen lo que les da santa alegría y paz al corazón sin importarle lo que digan los demás. Es por eso que en un mundo 5

Dejate-Amar.com donde todo se maneja por interés el alma pequeñísima ve cómo su vida social decrece, cómo su parcela se va reduciendo y contempla como Jesús y María la rodean sólo de aquellas personas que no atentarán contra su estado de infancia espiritual. El niño amado es más feliz porque no carga con culpas inútiles. 20-10-03 J. El mundo debe contemplar lo extraordinario de lo ordinario, al Amor en la sencillez de lo cotidiano. El que se deja amar se libera de un montón de cargas inútiles, porque va por el sendero como un bebé en brazos de su Madre. Quien pueda entender que entienda. Había un niño de 2 años que todas mañanas, bien tempranito, se despertaba, bajaba de su camita y lo primero que hacía era ir a la habitación de sus papis quienes todavía permanecían dormidos. Se quedaba paradito a un costado de la cama esperando que uno de los dos se despierte para saludarlo, alzarlo y permitirle subir a la cama grande que tanto le gustaba. Un día al despertar, disponiéndose con unos primeros pasitos a realizar lo que todas las mañanas hacía, observó en el piso unos juguetes que quedaron de la noche anterior, se distrajo y se quedó jugando con ellos olvidándose de sus padres. Al rato el papá se despertó pensando “¡Qué raro, hoy no vino!”. Fue a la habitación del niño y lo encontró jugando. El niño viendo a su papá dejó sus juguetes como si no le importaran y corrió a extenderle sus bracitos para que lo alce. Del ejemplo anterior podemos sacar dos conclusiones. Primero que el niño no tuvo sentimientos de culpa por haberse distraído y el padre no lo reprendió por no haberlo hecho, simplemente cuando se encontraron, se amaron. El alma pequeñísima como el niño acude a su Padre y a su Madre. Debido a su extrema debilidad y dependencia recurre habitualmente primero a ellos a través de la oración pero si, como el niño, se distrae demasiado en sus actividades pueden suceder dos cosas: que el propio Padre salga al encuentro de su pequeñísima o que el juego se torne aburrido, dando a lugar al vacío y la insatisfacción y por esto sea ella misma la que tome la iniciativa de querer buscar nuevamente los brazos del Padre y de María. 2-6-94 J. Amada mía, Yo te busco, Yo te encuentro y te Amo. Porque soy tu Amado. Si tú no puedes encontrarme, Yo vengo. Si no te atreves a hablarme y a pedirme, Yo te colmo de lo que necesitas y aún más. Mi Amor es tan Grande... Y sabe adaptarse muy bien a tu pequeñito corazón. ¿Me Amas? 6

Dejate-Amar.com 15-4-96 J. Debo dejarte, hija, insensible a Mi Presencia algunos momentos para que libremente me vuelvas a elegir cada vez; me gusta que me busques luego de haber comparado Mi Amor con las bagatelas que el mundo te da. El niño amado es más feliz porque descansa en el presente Dijo a sus discípulos: "Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: porque la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido; fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! (Lc 12, 22-24) 5-8-02 P. No te hice para que andes corriendo de un lado para otro procurando conseguir lo que puedo darte sin esfuerzo. No te preocupes por nada. Deja el curso de los acontecimientos por Mi cuenta. Para el niño pequeño el futuro prácticamente no existe, no sabe cuándo es mañana, la semana que viene, el fin de semana o cuantos días tiene un mes: No se ubica en el tiempo. Es común escuchar a un niño decirle a su papá: “Papá te acordás que mañana me llevaste al parque”. Mezcla los adverbios de tiempo, no tiene idea, no sabe cuándo es invierno o primavera y cuando pide algo y su mamá le dice “Te lo daré más tarde”, no sabe a cuánto tiempo equivale ese más tarde. A los pocos tiempos se enoja porque creía que su mamá se lo iba a dar ya. El niño no proyecta a futuro su tiempo es ahora y su proyecto es jugar y dejarse amar por los que lo rodean. El alma pequeñísima podrá vivir el presente sin preocupaciones solamente si deja a Dios cumplir su rol de Papá y a María el rol de Mamá. Si un niño le dijera a su papá “Papi, estoy preocupado porque no sé si nos vamos a poder ir de vacaciones, estuve calculando y llegué a la conclusión de que si ahorro las moneditas que me das a veces, te voy a poder ayudar con las cuentas que hay que pagar y así nos va a sobrar dinero para poder irnos de vacaciones”. Un buen padre seguramente le contestaría: “Hijito te agradezco pero a tu edad tu tarea es jugar y disfrutar, no te corresponde calcular, dejame a mi, tu papá pensar en las vacaciones y en las cuentas que pagar.” 29-10-03 P. No tengas miedo. Sigue con tu vida simple y sencilla como hasta ahora y abre tus manos para recibir. No pienses tanto. Recibe de Mí, todo. No temas recibir 7

Dejate-Amar.com porque para esto te he creado. Has de recibir Mi Amor cada día para que no mueras. Mi Amor Eterno. Entonces seremos UNO. Te preocupas por pequeñeces, cuando el Amor espera le abras la puerta de tu corazón. En esta historia no hay terceros, tampoco hay segundos, debe haber Un Sólo Corazón: el tuyo y el Mío. Si Yo Te Amo otros también querrán vivir de igual manera. ¿Quieres dejarme ser PADRE? 5-8-02 M. Lo que pasó ayer ya pasó, hoy es tu día en mi Presencia Amorosa. Hoy debes vivir como si ya estuvieras en el Cielo porque mi presencia así lo dispondrá. No mires ni el ayer ni el mañana, mírame he venido a cumplir mi rol de mamá en tu vida. El niño amado no sufre en la espera de lo que espera porque, al estar fuera del tiempo, viviendo lo que le toca vivir a cada instante, lo que espera nunca tarda en llegar. A medida que van pasando los años, el niño va entrando gradualmente en los tiempos del adulto y comienzan a aparecer las ansiedades, comienza de a poquito a calcular el tiempo y esto le resta minutos de alegría, porque se pone impaciente, ansioso porque falta poco para la Navidad, para el regalo que pidió para Navidad y cuando lo recibe ya está pensando que falta mucho para el regalo del día del niño. Lo que tanto espera ahora comienza a tardar en llegar. María quiere llevar a su consagrado a la primera infancia, a vivir prácticamente fuera del tiempo y esto será posible conforme a la docilidad y entrega del consagrado 29-10-03 P. No te preocupes por nada y prepárate para recibir. F. Bueno y ¿cómo me preparo? P. Esperando pacientemente lo que ciertamente llegará. F. Bueno, como Vos digas. Un día, un año, ¿cuál es la diferencia? P. La gran diferencia está en no preocuparse porque todo está en Mis manos. Quiero que vivas según Mi Sabiduría. ¿Tienes miedo al futuro? Si vives en Mi Corazón el futuro será el presente y el presente será el futuro, es decir, no tendrás que medir el tiempo sino sólo vivirlo en Mis brazos y en Mi Corazón. El niño amado no lucha con su pasado, el Amor de su Padre va borrando cada hecho doloroso, cada caída, lastimadura, frustración. Es que el niño posee naturalmente el hábito de recurrir primero a sus padres cuando algo le duele.

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Dejate-Amar.com El hombre que sufre trata de mil maneras de mitigar su dolor. Lo intenta personalmente, recurre a especialistas, amigos y por último, a las cansadas, se acuerda de Dios. Por eso es indispensable la humildad, la pequeñez para recuperar la saludable costumbre de buscar, con mirada de niño antes que nada, el rostro de Jesús y de María en cada situación angustiante. Por eso es tan importante la intimidad con Dios y con María. Sin ella a través de la cual el alma está permanentemente resucitando, se irían acumulando heridas de todo tipo que impedirían vivir la infancia espiritual. El niño amado casi no recuerda los hechos dolorosos anteriores y si los recuerda no le causan nostalgias ni remordimientos porque fue oportunamente amado y consolado por sus padres. ¿Qué niño cuando su mamá le dice “Te acordás del golpe en la frente, que te cortaste y tuvieron que coserte?”, le responde “¡Ah, no me hagas acordar de eso mamá porque sufro mucho, ya no me quedan ganas de jugar!”. El niño que fue amado en los momentos dolorosos recuerda más la presencia consoladora de su madre que el dolor mismo. La mamá le dice al niño “Te acordás cuando te lastimaste el dedito”. El niño le responde “Sí, me acuerdo que vos me curaste”. Rememora nítidamente la actitud que tuvo su madre pero vagamente el dolor vivido. 18-2-03 F. Mirarte solamente a Vos en medio de la adversidad no es fácil. Sé que estás ordenando en mi corazón el tema del lugar que tienen que ocupar determinadas personas. Es como si viviera yo sola en este mundo. M. Yo no digo que no debes amar a las personas. Sólo digo que Dios debe estar primero para que supla toda clase de “desamor” humano, luego los hermanos. Hoy en día muchos padres y madres se dejan llevar por los códigos de la sociedad actual y buscan satisfacer proyectos personales en lo estético, en lo social, en lo profesional, descuidando el rol que asumieron cuando decidieron formar una familia. Hay muchas madres que pensando hacer el bien a sus hijos, queriendo darles un mejor pasar o un mejor futuro trabajan todo el día pero le privan de algo vital para su futuro como persona - para su salud psíquica y espiritual - que es su presencia oportuna y consoladora en los momentos dolorosos. El niño amado no necesita buscar en el pasado las reglas para sus juegos del presente. El niño amado es guiado por su madre a cada paso y es ella la que le recuerda sólo lo que él necesita recordar. El alma pequeñísima no necesita recurrir personalmente a la experiencia del pasado para no equivocarse o fracasar en el presente. El niño amado no tiene miedo al fracaso porque sabe que sus padres lo acompañan de cerca y le dirán de ser necesario: “No te subas a la mesa porque la semana pasada lo hiciste y te caíste; 9

Dejate-Amar.com no te olvides de lavarte los dientes; no comas chocolate ni papas fritas porque el mes pasado casi te internamos en el hospital” 14-8-95 F. Mi vida está bastante desorganizada para lo que tengo que hacer. Debería hacerme un horario como hace tiempo me dijo el padre José, aunque las veces que intenté no pude cumplir. M. Yo te diré en cada momento lo que debes hacer, entonces tu obrar será según Mi querer. Se escucha mucho decir que no hay que olvidar el pasado, que hay que tener memoria para no repetir los errores. Para el que está alejado de Dios el pasado puede representar una lucecita en la oscuridad, una guía para, por lo menos poder sobrevivir en el presente. Pero el cristiano está llamado a la Vida en abundancia. Para el que vive la unión con Dios ya no es necesario el pasado, para el que vive una unión con Dios la experiencia del pasado aflora, para su beneficio presente, espontáneamente por obra del Espíritu Santo que habita en él sin tener que hacer el esfuerzo - muchas veces agotador, doloroso y nostálgico - de volver para atrás. 18-1-97 M. Tardas en venir a Mí que soy tu Madre. F. Estaba pensando en algunas cosas que me pasaron. Ella me dijo: M. No conviene mirar el pasado. ¡Siempre adelante, hija! 3-3-99 P. No temas el fracaso, Yo te guío. F. Me decís esto porque soy muy exigente conmigo misma y temo que me salgan mal las cosas. P. Claro que sí, pero el niño pequeño no mide los resultados, él hace o deshace y su papá le sonríe porque ve cómo juega. F. Entonces ¿esto nos hace irresponsables de nuestros actos? P. No, los hace libres porque el Padre es responsable de su niño pequeño. Quiero decir que no te desalientes por tal o cual resultado que no era lo esperado, elévate siempre más y deja a tu Padre el juzgar los acontecimientos. El fracaso no existe para el niño pequeño, él no es responsable de sí mismo. Su mamá lo cuida y basta. F. Tenés razón, cuántas veces nos lamentamos al decirnos “Si hubiera actuado así; si hubiera hecho tal cosa”, etc.

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Dejate-Amar.com Jesús no sólo va sanando las heridas del pasado en aquel que se entrega a Él - de manera que los hechos dolorosos vividos no representen un obstáculo para la alegría actual - sino que también va borrando el pasado, vaciando la memoria. Si al consagrado, en principio, ya no le molesta rememorar hechos dolorosos del pasado por haber sido sanado, luego tampoco los recuerda prácticamente o los registra vagamente como aquel que intenta acordarse de una película que alguna vez vio y no puede dar ni con los actores ni con el argumento. El adulto agota su mente con pensamientos a futuro, le teme al futuro y fácilmente pierde la alegría. La mente del niño descansa en el presente, no lucha con el pasado ni se esfuerza imaginando el futuro, conserva las energías para jugar y sonreír. Los adultos se sorprenden de la vitalidad de los niños, y claro tienen un cuerpito que es cero kilómetro, pero su principal fuente de energía proviene del vivir solamente en el presente sin medir el tiempo. A los cristianos nos cuesta tanto vivir sólo el momento presente que ni siquiera en nuestros ratos de intimidad con Dios podemos liberar la mente de las preocupaciones y temores. La oración que debería ser un momento de descanso del cuerpo, de la mente y del alma en el Amor de Dios se transforma en una lucha por cumplir un deber de cristiano “Listo, ya recé, ahora tengo mil cosas que hacer”. El niño pequeño cuando se cansa de jugar va al regazo de la mamá y le dice “Me cansé mamá quiero estar un rato con vos”. Para el niño amado los brazos de su mamá o su papá son el descanso que necesita para seguir jugando. Y disfruta y saca provecho de ese encuentro porque, al ser niño, posee la facilidad de vivir el momento sin pensar en lo que tiene que hacer después. Para el alma pequeñísima la vida transcurre, como la de los niños, entre juegos y brazos. El juego de la vida y la intimidad con Dios ¡Cuánto nos cuesta a los cristianos lograr que sólo cuente el momento que estamos en intimidad con Jesús! 20-6-97 J. Sólo este momento cuenta, en el que estamos tú y Yo. Como buena niña debes desgastar energía. F. Pude haber pasado más tiempo con Vos en estos últimos días, pero preferí hacer otras cosas. J. No te preocupes, hija, Yo te llevo de la mano. No tengas miedo. Yo te conduzco. No temas, pequeña de Mi Corazón. Yo estoy contigo.

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