Diario de operaciones del Tercio del Norte de

226 La guerra civil en ferrol F a Diario de operaciones del Tercio del Norte de 1936-1939 Sirven de base a este trabajo tan sólo documentos oficial

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DIARIO DE OPERACIONES
BASE ANTÁRTICA ESPAÑOLA “GABRIEL de CASTILLA” Ejército de Tierra Campaña 2015-16 DIARIO DE OPERACIONES Martes, 30 de diciembre de 2015 1. ESTADO DE

CHILE Universidad Católica del Norte. Departamento del Norte
1 H O J A A L F O N S O R A M de Í R E Z V I D A P O N C E ARQUITECTO PROYECTISTA Y CONSTRUCTOR Especialista en CONSTRUCCIONES DE

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La guerra civil en ferrol

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Diario de operaciones del Tercio del Norte de 1936-1939 Sirven de base a este trabajo tan sólo documentos oficiales rigurosamente comprobados y de los cuales se guardan los originales o copias certificadas, en su defecto. Se añade un apéndice con las disposiciones oficiales de las distintas recompensas obtenidas y un índice alfabético, por apellidos, con el fin de facilitar la búsqueda de personal distinguido, herido, o que ha dado generosamente su vida por la Patria, así como los hechos de armas en los cuales han tomado parte las distintas Unidades que «por la tierra y por el mar» han grabado indelebles huellas, continuando la extensa tradición del antiguo «Real y Glorioso Cuerpo de Infantería de Marina». Este Cuerpo que, por Decreto de la República de 1O de julio de 1931, estaba declarado a extinguirse, contaba el 18 de julio de 1936 con el cuadro de mando y tropa que a continuación se detalla: Un teniente coronel Primer Jefe (D. Enrique de la Huerta y Domínguez). Dos comandantes: 2° Jefe (D. Rafael Fernández-Caro y Mateas) y Jefe del Detall (D. Vicente Juan Gómez). Tres capitanes de las 1.a, 2.a y 3.a Compañías, esta última destacada en el Arsenal. Un capitán ayudante. Un capitán de almacén. Un capitán juez instructor. Un ayudante auxiliar mayor: un ídem 1.° de 1. a; siete ídem de 2.a, 16 Sargentos, 28 cabos, 34 Soldados de 1.a y 188 de 2.a, además de 140 soldados de Servicios Auxiliares, que tan excelente rendimiento habían de dar. Esta reducida fuerza fue progresivamente aumentada a medida que las necesidades de la campaña lo exigían. De la actuación de estas fuerzas en los primeros días de incertidumbre hablan elocuentemente los siguientes documentos.

DIARIO DE OPERACIONES DE LAS FUERZAS DE INFANTERIA DE MARINA DE GUARNICION EN EL DEPARTAMENTO DE EL FERROL DEL CAUDILLO, DESDE EL 17 DE JULIO DE 1936 REDACTADO POR EL TENIENTE CORONEL JEFE SUPERIOR DE ESTAS FUERZAS, DON ENRIQUE DE LA HUERTA DOMINGUEZ

DIA 19 Se continuó en la situación C y, como se disponía de muy poco personal, se relevaron las guardias que desde el día anterior se habían reforzado. DIA 20 Se continuó en la situación C. A las 11 horas de la mañana fui llamado al Estado Mayor en unión de los demás Jefes de Cuerpo, Comandantes de Buques y de Dependencias de la Marina, para celebrar una reunión, cambiar impresiones y tomar acuerdos de la conducta a seguir, y como algunos de los presentes se mostraban reacios y algunos en contra, se trasladó la reunión al Despacho del Almirante Jefe de la Base Naval, donde se encontraba el General y Gobernador de la Plaza, y en esta segunda reunión se puso de manifiesto que no se podía contar con la Marinería, y en vista de las indecisiones que había en las Autoridades Superiores de la Plaza y que no tomaban ninguna resolución, se disolvió la reunión, poniéndome de acuerdo con el Jefe del Estado Mayor para sacar la Fuerza a la calle, dando orden por teléfono al Segundo Jefe para que formara a la gente y se municionara. Como el pueblo estaba ya en la calle, para evitar caer en poder de las turbas, por orden del Jefe del Estado

Cuartel de Infantería de Marina de Ferrol. Foto Malde.

Mayor, D. Manuel de Vierna Belando, me trasladé al Arsenal, embarcando en un bote que me condujo al muelle de San Fernando, desde el que me trasladé al Cuartel, donde estaba ya preparada la Fuerza que podía disponer (una Compañía de dos Secciones y una Sección de tres ametralladoras). Se dispuso que la gente comiera después de municionada y con el armamento dispuesto, haciéndolo con una rapidez, disciplina y entusiasmo dignos de todo encomio. A las tres sonaron tres bombas, que, según las confidencias que teníamos, era la señal de la huelga general en el pueblo, y previo aviso al Jefe de Estado Mayor salió la Compañía al Mando del Capitán Don Manuel Aúz Trueba, Teniente D. Ramón García Ráez y Ayudantes Auxiliares D. Juan Carreño, D. Andrés Pazos y D. Eugenio Gutiérrez Rivera, y la Sección de Ametralladoras con el Teniente D. Ramón Maroto Vendrell, a ocupar el sector de la población que tenía asignado. El Capitán Aúz dio al terminar dicho día 20 el siguiente parte: «A las cuatro y media, aproximadamente, del día veinte de julio del corriente año, con dos Secciones y tres ametralladoras, salimos del Cuartel con orden de cubrir la zona de la Plaza de las Angustias hasta el Cuartel, emplazando las máquinas en el sitio conveniente, a la altura del bar llamado «Antoñito», y en la calle Taxonera; una camioneta que venía con dirección al Cuartel nos hizo fuego, contestando e inutilizando dicha camioneta enviando un herido de ella al Hospital y la camioneta al Cuartel, avanzando la primera Sección

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Desde las 9 horas del 18 de julio de 1936, por Orden del Sr. Jefe del Estado Mayor de la Base Naval, se pasó de la situación B, en que se encontraba la fuerza desde el 15, a la situación C.

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Plaza de las Angustias de Ferrol a principios del siglo XX.

apoyada con el fuego de la primera máquina que se emplazó en los jardines del comienzo de la calle Taxonera, situándose la primera Sección apoyando el flanco izquierdo en la pared de la Constructora y el derecho protegido por la primera máquina. Al llegar las fuerzas al sitio de su emplazamiento fue recibida con manifestaciones de júbilo por el público que se encontraba entre las esquinas de la calle del Carmen y Casa del Pueblo; observándose que las barricadas de enfrente del Ayuntamiento estaban indefensas y cerrada la puerta del mismo, se ordenó que se retirara la gente y las Fuerzas de Seguridad que allí se encontraban que se pusieran a las órdenes del Jefe de este Grupo enviándolas al Cuartel, a cuya orden no pusieron resistencia; a las cinco o cinco y media aproximadamente aparecieron por el frente del Ayuntamiento marineros armados que fueron recibidos por el público que otra vez se aglomeró con las mismas manifestaciones de júbilo. Sospechando que dichos marineros no colaborarían con nuestras fuerzas y viendo que eran del crucero «Almirante Cervera», envié un enlace para que se informara, y si impedía con mis medios (ya que contra nuestras fuerzas no tiraban) todo contacto con el elemento paisano, habiéndose afirmado mis sospechas y ordenando se impidiese dicho contacto, se

hizo fuego para que dichos marineros se replegaran a la Constructora Naval, de donde me informé habían salido. Como media hora más tarde y por la primera bocacalle de Taxonera se nos presentó un grupo como de unos diez marineros y dos cabos, seguidos de un público bastante numeroso; con la amenaza del fuego retiramos a los paisanos y sorprendimos a los Marineros para que pasaran a nuestras filas, enviándolos más tarde al Cuartel; durante el resto de la tarde nos estuvieron haciendo fuego desde el Ayuntamiento, Casa del Pueblo y toda la parte de la Constructora, así como también de alguna de las partes altas de las casas de la calle de San Carlos, cesando por la noche el fuego. La compañía quedó emplazada desde el cruce de la carretera que baja por el paredón de la Constructora y la carretera que viene de la Puerta del Dique, por sus extremos más avanzados y por el otro llamado Cuartelillo situando las ametralladoras, la primera en los jardines de la Plaza de la Angustia, la segunda en la primera bocacalle de Taxonera y la tercera dando frente a la puerta de la Constructora; por la primera bocacalle de la de Taxonera más tarde se presentó el Sargento de Seguridad seguido de cinco números y el hijo del Alcalde, enviándolos al cuartel, así como a cinco paisanos más que se encontraban con pistolas».

El capitán de la tercera Compañía de Guardia de Arsenales, Don Antonio Suárez Abelleira, que con los tenientes D. Ángel Esmoís Durán, D. Ricardo Pita y D. Ricardo Cheriguini, mandaba dicha Compañía, da el siguiente parte de lo ocurrido en el Arsenal el día veinte, que dice lo siguiente: «A las tres de la tarde, después de haber sido disparadas tres bombas, se observó por la calle en la parte que da frente a la Compañía, grandes grupos de hombres y mujeres que corrían en dirección al muelle, disponiendo que fueran ocupadas las ventanas de la Compañía y que se observara mucha vigilancia, comunicando cualquier detalle anormal que se observara. Después de haber cambiado impresiones el Capitán de la Compañía con el Director de las Escuelas de Marinería, capitán de corbeta D. Guillermo Díaz, Jefe del Cuartel de Marinería, capitán de corbeta D. Manuel Antón, el capitán de fragata D. Luis de Vierna y otros Oficiales de las Escuelas, se acordó formar el personal de Brigadas y Escuelas, que acudiría a donde fuesen más necesarios sus servicios para evitar un asalto al Arsenal o salir —en caso necesario— a cooperar con el Ejército en la población. La Compañía de Infantería de Marina quedaría en su alojamiento en previsión de cualquier contingencia. Después de salir una Compañía de Marinería al mando del teniente de navío Estrada, al llegar a la altura de la Máquina (trípode) recibió fuego del «España», desorganizándose poco después, cuyos marineros se refugiaron, unos en dicho acorazado y otros ocuparon distintos puntos del recinto. En esta situación recibo orden del Segundo

de la Ayudantía Mayor. D. Guillermo Arnáiz, de que permanezca en la Compañía hasta que se me ordene, lo cual cumplo inmediatamente, quedando en el local con el teniente Pita Ponte, auxiliares D. Juan Pérez Hernández, D. José Lanza Robles, D. Diego Sánchez de la Rosa, D. Ángel Jiménez, D. Amador Marín y D. Luis Sánchez, así como veintidós cabos y soldados; el resto de la Compañía estaba ocupando los puestos de diario; otros en las ametralladoras emplazadas, uno en la Puerta del Dique (teniente Cheriguini), otro en la azotea de Artillería (teniente Esmorís) y diez soldados en el Torpedero núm. 2. La tercera parte de la Compañía se encontraba con permiso de verano. Durante toda la tarde hay un gran tiroteo en el Arsenal y en la población, teniendo que desalojar a la multitud que se hallaba estacionada junto a la Puerta del Parque y sus inmediaciones con disparos de fusil que se hacían desde las ventanas de la Compañía. Al atardecer envío al auxiliar D. Luis Sánchez con varios soldados a reforzar el Cuartel de Brigadas por haberlo solicitado mi capitán de corbeta Antón. Al intentar entrar fueron recibidos con gran tiroteo desde las ventanas de la escalera principal, por lo que no fue posible la subida, y al tratar de replegarse les fue cerrada la puerta por la Marinería insubordinada, teniendo que abrirse paso por la fuerza para incorporarse a la Compañía. Desde este momento emplazaron en las ventanas de Brigadas y Escuelas varias ametralladoras impidiendo la salida de la Compañía, visto lo cual dispuse que la ametralladora que tenía emplazada en la Torre del Reloj con el teniente Pita se colocara en una ventana que da frente

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Edificio del Ayuntamiento de Ferrol en 1936, situado en el Cantón de Molíns.

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Matadero viejo de Ferrol.

al edificio de Brigadas, protegida por un profundo parapeto de cois, así como una escuadra con bombas lacrimógenas para evitar la subida a la Compañía en algún supuesto ataque. Durante la noche intentaron varias veces algunos grupos la subida, siendo rechazados al mismo tiempo que se les oía decir que era una vergüenza que fuéramos los únicos que quedábamos sublevados. En el Cuartel, donde tenía mi puesto de Mando, tuve que armar a los Músicos para que ocuparan los sitios estratégicos de defensa del mismo y custodiasen a los prisioneros que iban llegando en gran número, así como que vigilaran a los Guardias de Asalto que, como entre ellos había algunos que conocían personalmente a éstos, me denunciaron a varios que eran sospechosos y di orden de desarmarlos, incluso al Sargento que los mandaba. En vista de que por el escaso personal que tenía no podía, ni con mucho, atender el sector que tenía señalado, insistí con el Coronel Jefe del Regimiento número 35 de que debía sacar la gente a la calle aunque no recibieran orden del Gobierno Militar, como lo había ya hecho el Regimiento de Artillería, decidiendo el Coronel que saliesen dos Compañías, las que lo hicieron a las seis de la tarde y ocuparon el Sector que tenían señalado, con lo que ya la Infantería de Marina pudo dedicarse a evitar a toda costa que la Marinería del Arsenal y de los Buques, que se habían declarado resueltamente en contra de nosotros, saliesen del Arsenal. Por un enlace se recibió la noticia a las cuatro de la tarde de que el Comandante General del Arsenal y Segundo Jefe del Departamento había sido detenido por ser contrario a nosotros y estar en contacto con el Alcalde para entregar armas al pueblo, y que se encargaba del Arsenal el capitán de navío, D. Francisco Moreno. Durante toda la tarde hubo fuerte tiroteo desde las casas de las calles de San Carlos, San Fernando, Esteiro y —sobre todo— desde la Constructora. Por la noche cedió el fuego en intensidad, quedando todos los servicios en sus puestos sin poder relevarlos por la escasez de personal, sirviéndoles la comida por

medio de la camioneta y café con coñac a las dos de la madrugada». DIA 21 El Capitán Aúz da el siguiente parte de los hechos en que actuó con su Compañía: «A las cinco de la mañana, y por la parte contraria, se inició un fuego intensísimo, disponiendo que avanzasen las dos primeras máquinas para colocarlas dominando el frente del Ayuntamiento y Casa del Pueblo. Teniendo conocimiento que una Columna de Artillería de Costa iba a emplazarse frente al local del Ayuntamiento, dispuse que el Oficial de la primera Sección vigilase la llegada de esta columna para ponernos en contacto; a las diez de la mañana, en ocasión de estar colocando una pareja de tiradores para impedir la salida de los individuos que estaban en la Casa del Pueblo, por una de las ventanas laterales fue herido el teniente de la Primera Sección D. Ramón García Ráez, haciéndose cargo de la Primera Sección el auxiliar D. Andrés Pazos Seoane. A las diez y media de la misma mañana, y desde enfrente a la Constructora que da a la calle Taxonera y por la puerta de la Escuela de dicho edificio, fue herido el soldado de la Segunda Sección Miguel Gómez López. Habiéndose establecido contacto con la columna del Regimiento de Artillería de Costa y considerando que era conveniente para la seguridad de las fuerzas la toma de la Casa del Pueblo —una vez rendido el Ayuntamiento— a la que cooperé con fuego de ametralladora; por un enlace pedía permiso al Teniente Coronel para efectuar dicha toma, la que se llevó a efecto cooperando las fuerzas de Artillería con las nuestras, siendo mandada la patrulla por el teniente D. Ramón Maroto Vendrell, dejando una vez tomado dicho edificio la custodia del mismo a cargo de las fuerzas de Artillería. En ocasión de estar tiroteando a los que hacían fuego de la parte de la Constructora que da al muelle de San Fernando, la patrulla del cabo Miguel

Martín Serrano, fue herido el soldado Francisco Rego Lorenzo. Durante la tarde salió de la puerta de la Constructora que da al Cantón una camilla con elementos paisanos y una bandera de la Cruz Roja, formando un grupo de unos veinte hombres, y para evitar que fuese un procedimiento para evadirse el personal que no llevaba la camilla, se le hizo avanzar amenazando con hacerles fuego y convenientemente protegidos fueron remitidos al Cuartel, después de entregar el herido al Hospital, continuando el tiroteo durante el resto de este día. En el Cuartel se seguían recibiendo prisioneros que se iban alojando en una de las naves que se habilitó para ello, excepto los que consideré más peligrosos, que los tenía en los calabozos. En el Campo de Batallones hostilizaban con gran fuego desde el Matadero y la Constructora, causándonos dos heridos, decidiendo asaltar al Matadero, encargando esta misión al comandante D. Vicente Juan Gómez, que con unos Cabos y diez Soldados, con bombas de mano, derribaron la puerta, huyendo los que había dentro hacia el muelle de San Fernando, causándoles dos muertos y apoderándose de veinte terneros y unos corderos que había allí sacrificados y que sirvieron para abastecer el Hospital, los Cuarteles y Capitanía General. Desde las casas de las calles de San Fernando y San Nicolás tiroteaban el Hospital y desde la calle de San Carlos que da al Campo de Batallones seguían hostilizando, dispuse que una patrulla de un cabo y varios soldados recorrieran constantemente aquellas calles para localizar de dónde partían los disparos, deteniendo

a varios individuos con pistolas, lo que hizo que casi cesara el fuego por este lado, menos por el barrio de Esteiro, donde hubo que emplazar una ametralladora, pero bastó una ráfaga para que cesara, quedando emplazada en consumos para proteger el Campo de Caranza y a su guardia, compuesta de un cabo y cuatro soldados, y evitar que la radio cayera en poder de los rojos». El capitán Suárez, de Guardia de Arsenales, da el siguiente parte: «Sigue lo mismo que el día anterior, por la noche el alférez de navío Suances se refugió en la Compañía herido en la cabeza. Siguen tiroteos y amenazas a la Compañía. Un grupo de paisanos apostados frente al Cuartel de Brigadas animaban a la Marinería a salir para poder franquear las puertas, al mismo tiempo algunos se encaramaban a la muralla sosteniendo conversaciones que al ver lo perjudiciales que eran por la situación, di orden de hacer fuego, quedando desde este momento completamente desierta la calle y únicamente desde las bocacalles proferían insultos y efectuaban disparos. Desde el «Casado» y diversos puntos del Arsenal se recibía fuego de fusilería que rara vez era contestado. A la noche se me propone no hacer fuego, con el pretexto de que la Marinería está «neutral», y que si deponíamos nuestra actitud, ellos tampoco tirarían, no haciendo caso de tales proposiciones. Durante este día se careció de toda clase de víveres, no pudiendo por tanto hacer las comidas. En el Cuartel de Dolores se presentaron varios que habían servido como «Soldados de Cuota» en este Regimiento y estaban licenciados hacía muchos años,

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El «España» listo para salir a pruebas en septiembre de 1913.

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El destructor «Velasco», llamado el «Chulo del Cantábrico», va en auxilio de la dotación del «España».

utilizando inmediatamente sus servicios, así como también de unos veinte muchachos, hijos de Jefes y Oficiales, que querían prestar apoyo al Glorioso Movimiento, vistiéndolos de soldados y armándolos, prestando unos como otros muy buenos servicios, pues el personal llevaba dos días sin descansar. Como los teléfonos no funcionaban por estar las líneas rotas, me trasladé a Capitanía General para ponerme en contacto con el Jefe del Estado Mayor, ya que sabía que dicho edificio estaba siendo muy tiroteado desde el Arsenal y casas próximas, repeliendo las agresiones la guardia de Infantería de Marina que había sido reforzada con gran espíritu y disciplina, y en el momento de llegar fue herido muy grave el Oficial de Infantería de Marina que la mandaba D. Manuel Bengoa. En el Estado Mayor me informó el Jefe de la situación del Arsenal, donde toda la dotación del mismo, como las Brigadas de Instrucción y la de todos los barcos, se habían sublevado contra nosotros (habiendo hecho prisioneros varios Jefes y Oficiales), a excepción de la Compañía de Infantería de Marina de Guardia Arsenales, la dotación del «Velasco» y parte de las Escuelas de Marinería. Estas fuerzas, en unión de parte de la Compañía de Guardia de Arsenales, defendieron la Puerta del Parque y Ayudantía Mayor para impedir que saliera la Marinería sublevada y que la plebe no entrara a reunirse con ellos y la Puerta del Dique y Comandancia General con la guardia de Infantería de Marina, dotación del «Velasco» y la parte de las Escuelas de Marinería que habían permanecido fieles a sus Jefes. En la defensa de esta puerta fue herido grave el teniente Don Pedro Cheriguini y un soldado sirviente de la ametralladora que allí había instalada, negándose ambos a ser evacuados y siguiendo en sus puestos. Continuó el tiroteo dentro de la

población y en el Arsenal se oía muy intenso, tanto en la Constructora Naval como en el Militar y en la Academia de Maquinistas. La Compañía siguió de servicio durante toda la noche sin poder ser relevado el personal por la escasez del mismo, sirviéndoseles la comida en sus puestos, así como el municionamiento, debiendo resaltar la labor del chófer Juan Gorostola y su ayudante, que bajo el tiroteo continuo y sin descanso prestaron todos los servicios y conducción de Soldados de un lado para otro y donde más falta hacían». DIA 22 El capitán Suárez, de Guardia de Arsenales, da el siguiente parte: «De madrugada me proponen lo del día anterior con toda clase de seguridades y que no nos molestarían; esta proposición fue hecha desde las ventanas de Brigadas. A las nueve de la mañana se presentó a parlamentar un auxiliar, diciéndome que de orden del Ayudante Mayor que bajara la Compañía sin armamento, que venía a recogerlo una Batería de Artillería de Costa, a lo que le contesté que no lo haría y que le dijera al Ayudante Mayor que hablara personalmente conmigo, prometiéndomelo así. Más tarde, desde las Escuelas, me proponen lo mismo que el anterior, añadiendo que la Marinería ya entregaba su armamento y que ante la imposibilidad de presentarse el Ayudante Mayor lo haría el Jefe Interino de las Escuelas, pero como en aquel momento tampoco lo estaba lo haría el segundo D. Manuel Aldereguía, lo que efectuó, pero observé que no sabía de qué se trataba; me indicó que no hiciera fuego, lo cual pude observar lo hacía presionado por varios auxiliares y marineros que con fusil y pistola le indicaban lo que tenía que decir. Desde luego, la respuesta fue igual, contestándoles que no insistieran.

Durante el día se fueron incorporando a la Compañía varios soldados de los distintos puntos del recinto, que se refugiaban en ella, algunos de ellos fugados de donde estaban detenidos en unión del teniente Esmorís. Por la tarde recibo orden de bajar con la Compañía, porque la Marinería había salido del Arsenal; estando organizándola vi que dichos marineros, al frente de una inmensa muchedumbre, trataban de abrir la Puerta del Parque, logrando nuevamente disolver a tal multitud con fuerte tiroteo desde las ventanas de la Compañía, esparciéndose la gente por todas las calles que van a dar a la plaza. Acto seguido bajé y establecí un parapeto de cois dando frente a Puerto Chico y otro en la entrada del Parque defendiendo la Puerta por fuera desde la Compañía. Al mismo tiempo, con el teniente Pita y varios soldados, entré en el «Casado» deteniendo a su dotación de Marinería y auxiliares y cuya oficialidad se puso a nuestro servicio, indicándoles puestos a cada uno de ellos para defender no sólo el acceso del Arsenal, sino también evitar un desembarco del «España». Son detenidos por los soldados de la Compañía muchos marineros de Brigadas y Escuelas. Continuamos sin víveres hasta la noche, que son facilitados por el depósito del Arsenal. Me hago cargo de las ametralladoras de Brigadas y Escuelas. En la población pequeños tiroteos desde algunas casas sin importancia, habiendo sido detenidos varios individuos con pistola. En el Arsenal sigue el tiroteo y el «Cervera» empieza a hacer fuego de cañón con las piezas de 15,5 cm. sobre los edificios de la Comisaría del Arsenal y Comandancia General, mandando D. Francisco Moreno evacuar estas Dependencias y hacerse fuerte con el personal que defendía la puerta del Dique en la Casa de Correos para impedir que la Marinería sublevada saliese del Arsenal y proteger, como se hizo, la evacuación de las familias que vivían

en los pabellones de la Academia de Maquinistas. Como el «Cervera» seguía cañoneando, fui llamado al Estado Mayor donde ya se encontraba D. Francisco Moreno con el Jefe de Estado Mayor D. Manuel de Viena, y se acordó que a todo trance había que terminar con aquella situación y asaltar el «Cervera», acordándose que la Puerta del Parque siguiera defendiéndose con la Compañía de Guardia de Arsenales y atacar la puerta del Dique y la de la Constructora en la calle Taxonera al mismo tiempo, derribándola con Artillería e irrumpiendo por ella, desprenderse por las alturas que dominan el Dique y con bombas de mano y fuego de ametralladoras reducir el crucero. La operación había de efectuarse bajo la dirección de D. Francisco Moreno, tomando yo el mando de todas las fuerzas, distribuyéndolas de la siguiente forma: Casa de Correos, con la gente que había evacuado la Puerta del Dique, al mando del Jefe de las Escuelas de Marinería Don Guillermo Díaz del Río, con un cañón de desembarco y dos ametralladoras haría saltar la puerta y atacaría ésta, pues su misión era nada más que entrar e impedir a toda costa que salieran las fuerzas sublevadas fuera del Arsenal. En el Ayuntamiento, dos ametralladoras de Artillería frente a la puerta de la Constructora del Cantón para impedir la salida por dicha puerta. La Compañía de Infantería de Marina con dos ametralladoras y dos piezas de Artillería para atacar la puerta de la Constructora de la calle Taxonera. Distribuidas las fuerzas, me ordenó D. Francisco Moreno que a las seis en punto empezara la operación, siendo el aviso para todas las fuerzas el romper el fuego con las piezas de la calle Taxonera. Como la operación más importante era la de asaltar el «Cervera» por esta puerta, establecí allí un puesto de mando con la Compañía de Infantería de Marina. Todo dispuesto, cuando faltaban cinco minutos escasos para la hora

Las bellísimas líneas del «Almirante Cervera», poco comunes, puede decirse que mejoraron cuando le fue suprimido el trípode popel en 1937; única modificación apreciable que recibió este buque a lo largo de su existencia. La foto es de los años 50.

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Jefes y oficiales del acorazado «Almirante Cervera» en el dique Reina Victoria Eugenia. Bazán. 1937.

fijada, se me presentó el alférez de navío Azarola, que actuaba de Ayudante de D. Francisco Moreno, y en nombre de éste me dio la orden que suspendiese la operación por haber izado el «Cervera» bandera blanca y pedir parlamentar, pero que tuviese todo listo por si no se rendía el crucero, una vez que los parlamentarios regresaron a bordo y se rindió el crucero. Se desembarcó parte de la dotación que se condujo al Cuartel de Dolores, donde quedó prisionera a disposición de la Superior Autoridad. Como tuve confidencias de que la dotación del «España» iba a asaltar el «Cervera» para apoderarse de nuevo de él, me trasladé inmediatamente al Estado Mayor, donde se encontraban ya con el Jefe D. Francisco Moreno y D. Salvador Moreno, dando cuenta de la confidencia y de la urgencia de ocupar el Crucero, dando al mismo tiempo la noticia de que a bordo había quedado más gente de la que se había acordado y además bastantes paisanos que estaban en combinación con la dotación sublevada del «España», acordándose que el capitán de fragata D. Salvador Moreno se hiciera cargo del «Cervera» con toda urgencia y a toda costa. Al mismo tiempo recibí orden de que había que reforzar la Puerta del Parque, pues en ella no había más que muy pocos hombres (unos veinte), que llevaban sin descansar y casi sin comer dos días y dos noches. Salí de Capitanía General con D. Salvador Moreno y nos fuimos al Cantón, donde le puse a sus órdenes una Sección de Infantería de Marina con dos

ametralladoras, al mando del teniente Galingosa y la otra Sección de la Compañía del capitán Aúz la llevé en persona al Arsenal en la camioneta, para ver cómo estaba la defensa de la Puerta del Parque, quedando así disuelta la Compañía y quedando su capitán en el Cuartel para desempeñar otras comisiones, pues todos me eran pocos para custodiar los trescientos prisioneros del «Cervera» y los paisanos que había detenidos, y para defender el Cuartel de las agresiones no tenía más que a los Músicos, a los que había armado; teniendo los Oficiales y Auxiliares que hacer casi de Centinelas. Cuando regresé del Parque del Arsenal el teniente Galinsoga me dio parte de que Don Salvador Moreno —en vista de que no había podido entrar en la Constructora por la puerta del Cantón, por haberlo recibido a tiros desde el «Cervera», cuando intentó ponerse al habla con el personal que había quedado a bordo— había entrado por la puerta de la calle Taxonera completamente solo y que le había ordenado que si a la hora no había salido o le había mandado un aviso, penetrara a toda costa en la Constructora y se apoderara del «Cervera». Como había transcurrido el tiempo señalado por D. Salvador Moreno, ordené abrir la puerta de la Constructora, y animando a la gente que estaba agotada por el cansancio y el sueño de dos días, penetré con todos ellos en el establecimiento, mandando la mitad que ocultándose a la vista del «Cervera» bajara por la

Puerta de entrada al Arsenal Militar. Tapiada después de los conflictos laborales de 1972.

el Arsenal por la puerta del Dique, ocupando ésta y la Comandancia General». Con los primeros claros del …

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DIA 23 Observé que un Jefe de Marina, que después supe que era D. Francisco Moreno, seguido de dos, se adelantó él solo hacia el Acorazado «España» y se puso al habla con la dotación y al poco tiempo izaba bandera blanca el buque, quedando dominada con esto la rebelión del Arsenal, pues los demás buques y dependencias se fueron entregando. Del «España» se sacaron unos ochocientos marineros que se habían allí hecho fuertes y se encontraron los cadáveres del Comandante del Acorazado, capitán de corbeta D. Gabriel Antón, y los tenientes de navío Escudero, Suances y Núñez de Prado, liberando al capitán de corbeta Arnáiz y teniente de navío Pedrosa. A bordo del Crucero «Cervera» quedó constituida la guarnición de Infantería de Marina con el teniente D. Luis González Pubul y el personal que había tomado parte en la operación del crucero, excepto al teniente Galinsoga, que, con un ayudante auxiliar y doce hombres, transbordaron al buque «Contramaestre Casado», que también se rindió y se sacó a bahía para prisión, según parte que da el Teniente Galinsoga, que dice:

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rampa hasta la proa del Dique, y la otra mitad, con las ametralladoras, las emplacé en el montículo que domina el Dique, donde se encontraba el «Cervera», observando que entonces D. Salvador Moreno penetraba completamente solo en el crucero y que un centinela de paisano intentaba oponérsele, desarmándolo y penetrando a bordo, desapareciendo de cubierta, disponiendo entonces que con las ametralladoras bajando por el monte se dirigieran a la plancha y se entrara a bordo, como así se hizo, con gran peligro por la oscuridad, estrechez de la plancha y amenazas de hacer fuego, que partían de la cofa del buque, instalando una ametralladora en la toldilla apuntando hacia el «España» y la otra a la escotilla del buque para evitar cualquier agresión de la gente de a bordo. Inmediatamente ordenó D. Salvador Moreno que condujera al Cuartel de Dolores todo el personal que había, entre los que figuraban muchos paisanos, como así se hizo, siendo conducido por el personal de Infantería de Marina que había quedado en la proa del Dique. Hubo que hacer fuego con la ametralladora de la toldilla, pues se vio que el personal del «España» intentaba pasar a la Constructora y contra algunos botes que salían del mismo. Durante estos hechos recibí un enlace que me puso en conocimiento que Don Francisco Moreno, con la fuerza que tenía en la Casa de Correos, había entrado otra vez en

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Auxiliares del acorazado «Almirante Cervera». 1937.

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«En el Crucero «Cervera» durante el día se dedicó el personal a la recogida de armamento de todas clases, que por las distintas dependencias del Crucero estaba abandonado. Próximamente a las cinco de la tarde, el Capitán de Corbeta me ordenó que al frente de una escolta me presentase al Sr. Comandante del «Contramaestre Casado», habiéndolo hecho así con una escolta compuesta de una ametralladora y un auxiliar, tres cabos y catorce soldados, nombrando acto seguido el servicio de seguridad necesario. A las doce y media de la madrugada del día 23 salí en un remolcador con un cabo y seis soldados y después de recoger en el Arsenal una barcaza, atracamos al muelle de San Fernando, recibiendo la columna de detenidos en el Cuartel y trasladados en las barcazas a popa del «Casado», donde quedaron fondeadas. Todo el personal, que da muestras de un excelente espíritu, se encuentra sin novedad a la hora de rendir este parte». Este día quedaron circulando por las calles en el sector señalado distintas patrullas que salían del Cuartel para vigilarlo, siendo emplazadas dos ametralladoras en los sitios designados. Una vez ocupado el Arsenal y la Constructora, se hicieron varios prisioneros en las Escuelas de dicha Sociedad, que fueron conducidos al Cuartel. Llamando al Estado Mayor recibí orden de que

fueran conducidos los prisioneros del «Cervera», a las once de la noche, al muelle de San Fernando para embarcar en unas barcazas, como así se hizo, terminando la operación a la una de la madrugada del día 24. El capitán de la compañía de guardia de arsenales D. Antonio Suárez Abelleira me da el siguiente parte: «De madrugada me ordena por teléfono el Jefe de Estado Mayor que emplace las ametralladoras para batir al «España» y apoyar su ocupación por otras fuerzas, para lo cual se instalan dos en la azotea de la Compañía y otras dos en el taller de Electricidad, una batiendo Puerto Chico y otra en las inmediaciones del «Casado», abriendo fuego con ellas a las cuatro cuarenta y cinco horas, que duró aproximadamente un cuarto de hora, y rindiéndose a continuación toda la dotación del Acorazado. Posteriormente, haciendo un servicio de descubierta por Puerto Chico, fueron detenidos cuatro individuos que resultaron ser los «pacos» que desde las barcazas hostilizaban Capitanía General. El día 21 fue herido el teniente Cheriguini, que estaba en una ametralladora en la puerta, así como el sirviente de la máquina. El personal de la ametralladora de la azotea de Artillería fue hecho prisionero, incluso su teniente».

DIA 24 Los Oficiales y Auxiliares fueron conducidos al Estado Mayor y de allí pasaron unos a La Graña y otros a sus domicilios detenidos. En el Cuartel quedaron varios de los más peligrosos en los calabozos. En este día había unos doscientos paisanos detenidos en una Compañía que se habilitó para ello y se fueron mandando poco a poco a los Cuarteles del Ejército, quedando al cerrar el día unos veinte que se habían cogido con armas y bombas de mano. Se prestaron varios Ayudantes Auxiliares, que quedaron prestando servicios. DIA 25 Se continuó el Servicio de Patrullas por la población, siguiendo presentándose voluntarios, entre ellos varios falangistas, que, con anuencia del Estado Mayor se admitieron como soldados, prestando excelentes servicios, organizando una Compañía, con lo cual el Grupo pasó a tener cuatro y una de ametralladoras con seis máquinas. Se celebró por primera vez en el Cuartel, por la festividad del día, la Santa Misa, que no se había celebrado desde el advenimiento de la República».

Este día se recibió el siguiente telegrama, dirigido por el General Franco al Almirante Jefe de la Base Naval, que copiado al pie de la letra dice: «Enterado brillante comportamiento fuerzas de Infantería de Marina en los combates sostenidos en los Arsenales de Ferrol y La Carraca, le envío por conducto de V.E. el entusiasta saludo de este Ejército que ve con alegría cómo sigue la gloriosa tradición de tan brillante Cuerpo, que una vez más ha demostrado su eficacia y su razón de ser y cuyo premio ha de encontrar en nosotros sus más ardientes defensores. ¡Viva España!, ¡Viva la Infantería de Marina!». Telegrama que fue leído a las fuerzas que se encontraban en el comedor y que dio lugar a grandes demostraciones de entusiasmo con gritos de vivas a España, a Franco y cantándose el Himno del Cuerpo y por primera vez el «Cara al Sol».

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Durante los tres primeros días del movimiento ha sido herido el personal de Oficiales, Clases y Soldados que a continuación se expresan: teniente D. Ramón García Ráez, en el muslo derecho al asaltar la Casa del Pueblo (grave); teniente D. Pedro Cheriguini Díaz-Sutil, en el

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Motonave «Ciudad de Alicante», buque escuela de las «Flechas Navales». Atraca el puerto de Ferrol el día 23 de junio de 1939, en el puente del buque, con el símbolo falangista se lee: «Por la mar hacia el imperio, por el imperio hacia Dios».

Diario de operaciones del tercio del norte…

pulmón derecho, en el Arsenal (grave); ayudante auxiliar 2.° D. Manuel Bengoa Pérez, en la parte inferior de la clavícula derecha, en la guardia de S.E. (menos grave); cabo interino Carlos Gómez, en un pie, en la guardia de S.E. (menos grave); soldado Francisco Rego Lorenzo, en la mano derecha, al asaltar la Casa del Pueblo (grave); soldado Miguel Gómez López, en la cabeza, en la Escuela de la Constructora (menos grave); soldado Severino Barros Martínez, en la Cabeza, en el asalto a la Casa del Pueblo (menos grave); soldado Constantino Bellas Lamas, en el talón del pie izquierdo, en la guardia de S.E. (leve); soldado José M.a Salgado Piñeiro, en la cara, al asaltar la Casa del Pueblo (leve); tambor Rafael Cana Cancelo, en un brazo, en el asalto a la Casa del Pueblo (leve); cabo Antonio Rodríguez, en la cabeza (leve); soldado Eloy Rodríguez González, en el muslo derecho (grave); cabo Antonio Tojero Cebreiro, en el vientre, en el Arsenal (leve); corneta Manuel Caaveiro Vila, en un brazo (leve); soldado Eugenio Gómez Segura, en la cabeza, en el asalto a la Casa del Pueblo (pronóstico reservado); soldado Gonzalo García Palomero, en un brazo (pronóstico leve); soldado Ignacio Bordegaray Jayo, en la cabeza (leve); cabo José Martínez Herrero, en la pierna derecha; cabo José Valdivia Cabezas, en el cuello (grave); soldado Jesús Rey Gómez, en la espalda (leve), y Cabo José Calderón Verdugo, en el muslo izquierdo (grave). DIA 26 Con el objeto de levantar el espíritu de la población civil y hacer un alarde de fuerza, se organizó un desfile por toda la Ciudad, en el que tomaron parte una Compañía de Marinería, dos de Infantería de Marina, un Batallón del Regimiento de Infantería

núm. 35 y tres Batallones de Artillería, al mando del Jefe que suscribe esta relación de hechos, siendo objeto de grandes manifestaciones de entusiasmo, fervor y patriotismo por parte de la población civil, salvo algunos casos aislados en los que tuve que imponerme para que diesen vivas a España y al Ejército. DIA 27 y 28 Se siguió el servicio de patrullas y el de escoltas en Buques y Dependencias, que se ordenaban por el Estado Mayor de la Base Naval. Antes de terminar este mes he de hacer constar el entusiasmo, adhesión y patriotismo de todas las fuerzas a mis órdenes, distinguiéndose por la eficaz ayuda que me facilitaron el mando de estas fuerzas, el comandante 2.° Jefe D. Rafael Fernández Caro, comandante D. Vicente de Juan Gómez, capitán ayudante D. Gerardo Barro Pravia, capitanes Don Antonio Suárez Abelleira (Compañía de Guardia de Arsenales), Don Manuel Aúz Trueba, D. Arsenio López Barreiro, D. Carmelo Coello y tenientes D. Luis González Pubul, D. Angel Esmorís, D. Francisco Martínez de Galinsoga, D. Ramón García Ráez (herido), D. Pedro Cheriguini (herido), D. Ricardo Pita, D. Ricardo Cheriguini, D. Ramón Calderón, D. Eduardo Gavda (éste se encontraba con permiso en Alemania y se presentó en día 27 de julio), y todos los auxiliares, siendo herido muy grave el ayudante auxiliar D. Manuel Bengoa Pérez, mandando la Guardia de Capitanía General. En uno de estos días fue traído al Cuartel el maquinista de la Armada López Amor, que había sido condenado a muerte por Consejo de Guerra de Oficiales Generales, como Jefe de la rebelión del Acorazado «España», y fue puesto en Capilla, siendo fusilado por fuerzas de este Cuartel en la madrugada del día 29. DIA 29 En este mismo día se presentó en el Cuartel el General de Brigada de Infantería de Marina D. Jesús Carro Sarmiento, acompañado del procesado contralmirante de la Armada D. Antonio Azarola y Gresillón, del cual era Juez Instructor, quedando detenido. AGOSTO El día 2 del expresado mes se ha celebrado en este Cuartel Consejo de Guerra de Oficiales Generales contra el Contralmirante de la Armada D. Antonio Azarola y Gresillón, a consecuencia del cual fue pasado por las armas el día 4 del mismo mes. Se recibió orden de embarcar en el Acorazado «España» la guarnición de Infantería de Marina al mando de un teniente, haciéndolo en el mismo día con el teniente D. Ramón García Ráez, que se presentó voluntario al salir del Hospital sin estar completamente curado de su herida.

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de Portugalete, transbordando al Destructor «Velasco» y regresando al Ferrol por orden de D. Francisco Moreno, llegando la misma noche del día 17 de agosto. A mi regreso me dio cuenta el 2.º Jefe de que el día 13 el soldado Ignacio Bordegaray Jayo descubrió un intento de sublevación, fingiéndose estar conforme con los conspiradores, comunicándolo a sus Jefes, resultando que el corneta Francisco Pita Loureiro, en combinación con unos paisanos, con una pistola que le habían facilitado, atentaría contra sus Jefes, y los paisanos, aprovechando la confusión, entrarían y se apoderarían del Cuartel, sublevando al resto de la fuerza. Descubierto el corneta y registrado, se le encontró la pistola y la lista de los paisanos comprometidos, de los que fueron detenidos seis, que, después de hecha la información correspondiente, fueron fusilados delante de toda la fuerza en la madrugada del día 15 de agosto. Al soldado Bordegaray se le propuso, por su lealtad, para el ascenso a cabo y la Superioridad le confirmó en este empleo. El mismo día 15 fue bombardeado Ferrol por un trimotor rojo. Se recibió orden de la Infantería del Ejército de Galicia de formar una columna para efectuar una operación de desembarco, siendo llamado el Jefe que suscribe al Gobierno Militar El Contralmirante de la Armada D. Antonio Azarola y Gresillón, fue fusilado el día 4 de agosto de 1936. de la Plaza para ver qué fuerza de Infantería de Marina podía facilitar, Se organiza también la guarnición de Infantería de quedando en que daría una Compañía de fusiles comMarina del Crucero «Canarias», que se estaba armando, pleta y una Sección de Ametralladoras, organizándose compuesta de un teniente, ocho Sargentos, dieciocho cala Columna con este personal, más dos Compañías de bos y ochenta soldados, siendo designado el teniente D. Infantería de Ejército, dos Secciones de Ametralladoras Ricardo Pita. y una Batería de Artillería, siendo el Jefe de la Columna El día 12 de agosto el Jefe que suscribe embarcó en el que suscribe, teniendo como Segundo al comandante el Acorazado «España», que hacía su primera salida, a las Calenti, del Regimiento de Infantería n.º 35, quedando órdenes inmediatas del Capitán de Navío D. Francisco la Columna organizada el mismo día, dispuesta a salir Moreno, que había sido nombrado Secretario de Marina para donde mandaran al primer aviso. Pasados tres días y Jefe de la Flota Nacional, con objeto de ver si se ense recibió orden de que se desistía del desembarco y que contraba un sitio a propósito para un desembarco en las Compañías del Regimiento n.º 35 pasaran a unirse a Asturias, por estar toda la costa en poder del enemigo, otras fuerzas que de Lugo salían para Asturias, quedando no habiendo más que un sitio problemático y de mucho disuelta la Columna. peligro: el «Musel». Se bombardeó este punto, procuranEl día 19 se recibió orden de que el Comandante D. do proteger el Cuartel de Simancas, continuando viaje a Vicente Juan Gómez se incorporara con toda urgencia a Bilbao, donde se bombardearon los depósitos de petróleo Pamplona a las órdenes del Comandante Militar, saliendo

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al día siguiente, y al llegar fue destinado al Ejército del Norte a mandar una Columna de Requetés y Falangistas, tomando parte en todas las operaciones que tuvieron lugar para la ocupación de Guipúzcoa. Durante el mes se siguieron prestando todos los servicios y se embarcaron escoltas en distintos buques mercantes. SEPTIEMBRE Se incorporaron 400 reclutas y se empezó la instrucción sin descanso, sobre todo el tiro, quedando en disposición de prestar servicio a los quince días, habiendo demostrado, tanto los Instructores como los instruidos, un gran entusiasmo y celo para estar prontos en aptitud de ser útiles a la Patria. Se cambió la Bandera, izándose con toda solemnidad la Nacional roja y gualda. Se celebró con gran solemnidad la Jura de Bandera por los nuevos reclutas, asistiendo todas las Autoridades de la Base Naval, Jefes y Oficiales de todos los Cuerpos de la Armada y del Ejército, desfilando todos, besando la gloriosa insignia de la Patria y pasando los invitados a la cabeza de las fuerzas por debajo de la bandera. El Jefe que suscribe, dirigió la siguiente arenga: ¡«Infantes de Marina!: Cuando ingresasteis en el Cuartel dije que veníais a formar parte de esta familia que se llama «Caballeros Infantes de Marina», donde no había más que hermanos y una madre que es, oídlo bien, España. Pues bien, con el acto, el más trascendental de nuestra vida, que acabáis de efectuar al prestar juramento ante esta insignia sacrosanta, roja y gualda, de defenderla hasta derramar la última gota de vuestra sangre, es cuando de hecho habéis entrado en la familia de los Caballeros Infantes de Marina,

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Cuartel de Brigadas de Instrucción del Arsenal de Ferrol.

que, como os he dicho varias veces, quiere decir hijos predilectos de España, y como Jefe, mejor dicho, como padre de esta familia de Caballeros Infantes de Marina de la Base Naval de Ferrol, os pido que sigáis el ejemplo de estos hermanos vuestros aquí presentes que han sabido poner tal alto el nombre de ésta familia conservando intacto y sin mancha el lema nuestro de «valor y disciplina» que ostenta nuestro escudo, yo tengo, como también vuestros hermanos aquí presentes y ausentes, la seguridad de que sí lo haréis, pues habéis contestado con tanto entusiasmo el «sí, juramos», que no podemos dudar un momento de que sois dignos de entrar de lleno en nuestra familia y que ostentaréis legítimamente y sin mancha el título de nobleza más grande que existe: el de «hijo predilecto de España», «Caballero Infante de Marina». Antes de terminar dediquemos un recuerdo a nuestros hermanos de la Base Naval de Cádiz, que, como vosotros, tal alto han dejado el nombre del Cuerpo. Vaya acabar con un abrazo en nombre de todos a esta sacrosanta Bandera de España, pero antes quiero reiterar el juramento que todos hemos hecho ante ella. Sacrosanta insignia rojo y gualda, que representas a la única, indivisible e inmortal España. Al verte de nuevo ante nosotros, como a una madre querida que aparece ante sus hijos, después de haber sido vestida de luto, vestida de nuevo con sus galas de fiesta, yo, en nombre de los que antes juramos y que hemos combatido bajo tus pliegues, y de los nuevos Caballeros Infantes de Marina, abrazado a ti, te juro por Dios que te defenderemos todos hasta derramar la última gota de nuestra sangre: primero, porque somos españoles, y segundo, porque somos todos Caballeros Infantes de Marina, y en prueba de que así lo haremos, gritad

Al terminar se cantaron los Himnos del Cuerpo y el «Cara al Sol», desfilando las fuerzas y sirviéndose a la tropa una comida extraordinaria, y a las Autoridades y Comisiones un ágape en la Sala de Banderas, reinando gran entusiasmo, siendo felicitado por todos, por la actuación del Cuerpo en el Glorioso Movimiento Nacional. Se recibió orden de aumentar las guarniciones del Crucero «Cervera» con otra Sección, embarcando al mando en ella el Teniente D. Pedro Cheriguini, y en el Acorazado «España» otra Sección al mando del Teniente D. Francisco Martínez de Galinsoga. OCTUBRE Se recibió el día 1.º la noticia de haber sido nombrado Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire el General Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde; se formaron las fuerzas y presentando armas, se les dio a conocer, produciendo gran entusiasmo, victoreándose a España y al Caudillo. El día 9 se recibió orden de preparar una Sección de Ametralladoras con un teniente para incorporarse al frente de Toledo, siendo nombrado D. Ramón Maroto Vendell para reforzar otra Sección del Batallón de Cádiz y sustituir al teniente Serra, que había muerto al frente del enemigo, emprendiendo la marcha al día siguiente para incorporarse a los tiradores del Riffen Toledo. Recibida orden de organizar la guarnición del crucero «Baleares», que estaba armando rápidamente, embarcó al frente de ella el teniente D. Ricardo Cheriguini. Durante todo el mes se siguieron prestando los servicios de escolta y contrapiquete de los fusilamientos que hubo que efectuar, pues el Excmo. Sr. Comandante General dispuso que los piquetes para estos actos fuesen de los Marineros que se

habían sublevado contra nosotros, y como no había confianza en ellos, detrás del piquete se colocaba otro de Infantería de Marina, que era la fuerza que sostenía la disciplina y que por su comportamiento y lealtad a sus Jefes se tenía absoluta confianza en ella. Se dieron varias escoltas en buques mercantes, compuestas generalmente de un cabo y seis soldados. Se siguieron admitiendo voluntarios, entre ellos cuarenta Requetés, que vinieron veinte de San Sebastián y otros veinte de las Rías Bajas, para instruirlos y embarcarlos en el crucero «Baleares», como así se hizo; demostraron un gran espíritu y disciplina, estando perfectamente instruidos en pocos días y embarcando en dicho crucero. NOVIEMBRE Se continuó en el mismo plan de servicios en instrucción habiéndose organizado dos Compañías más. En virtud de un Decreto de S.E. el Generalísimo, quedó disuelto el Cuerpo de Ayudantes Auxiliares, ascendiendo a Oficiales de la Escala Activa, todo ello en premio del comportamiento y lealtad al mando, empezando a prestar servicio como los Oficiales. Se mandó personal a cubrir las bajas que.había tenido la Sección de Ametralladoras en el frente del Jarama. Se incorporaron 700 reclutas de la Caja de La Coruña, que constituyen la base del Batallón Expedicionario. Desembarcó del acorazado «España» el teniente D, Ramón García Ráez, herido de quemaduras, grave, por haber sido alcanzado por el rebufo de una pieza de 30’5 estando en su puesto de combate. DICIEMBRE Se continuó con el mismo plan de instrucción y de servicios. Se celebró la Nochebuena y día de Navidad con ranchos extraordinarios y otras fiestas, reinando un gran espíritu, disciplina y, al mismo tiempo,

camaradería entre Jefes, Oficiales, Clases y Soldados. Como resolución al intento de envenenamiento del personal del «Baleares», se dispuso que la guarnición de la Plaza y Departamento se reunieran en la explanada del Cuartel de Brigadas de Instrucción con el fin de presenciar el fusilamiento de los culpables.

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AÑO DE 1937 ENERO Se incorporaron trescientos reclutas procedentes de las Cajas de Reclutas de Galicia, habiendo empezado la instrucción de ellos, una vez vestidos, no descansando ni un momento, dividiéndose en seis Secciones de cincuenta hombres, rivalizando los Oficiales en entusiasmo para destacar sus Secciones, y los reclutas pusieron tanto como sus instructores hasta tal extremo, que a los quince días estaban perfectamente instruidos, formándose con ellos tres Compañías que maniobran perfectamente en orden de combate y tomaron parte en varios desfiles, llamando la atención por su instrucción y disciplina, siendo felicitado por el Almirante de este Departamento. Se recibió orden para mandar un capitán a las órdenes del Capitán Jefe del Ejército del Sur, presentándose todos los de esta Unidad Voluntarios, nombrando entonces al más antiguo, D. Gerardo Barro Pravia, que marchó el 16 a incorporarse, dándome parte de haber tomado el mando de una Compañía de Marinería en el frente de Antequera, interviniendo en la ocupación de Málaga. Se presentó dado de alta del Hospital de las heridas recibidas en el «España», y desembarcado por ascenso, el capitán D. Ramón García Ráez.

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todos conmigo: ¡Viva España!, ¡Viva la Marina!, ¡Viva la Infantería de Marina!»

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