Divorcio Por Cualquier Causa Sin Segundas Nupcias, Divorcio y Segundas Nupcias Por Cualquier Causa y Separación

32 Divorcio Por Cualquier Causa Sin Segundas Nupcias, Divorcio y Segundas Nupcias por Cualquier Causa y Separación Lección 7 Anotaciones Divorcio

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Divorcio Por Cualquier Causa Sin Segundas Nupcias, Divorcio y Segundas Nupcias por Cualquier Causa y Separación

Lección 7

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Divorcio Por Cualquier Causa Sin Segundas Nupcias, Divorcio y Segundas Nupcias Por Cualquier Causa y Separación Versículo para recordar: “10Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 11y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer” (1 Cor. 7:10-11). La lección previa trata con una visión extrema que prohíbe el divorcio donde Dios lo permite. Esta lección mira el otro final del espectro que permite el divorcio donde Dios no lo hace. Algunos de nuestros hermanos ofrecen lo que parece ser fáciles soluciones a los problemas maritales. Una es que cuando una pareja se queja y pelean y han perdido su primer amor del uno para con el otro, pueden divorciarse mientras no se vuelvan a casar. Otra es que si son incompatibles y no ha sido cometida ninguna fornicación, entones, al menos, pueden separarse. Nuestro propósito es examinar estas ideas e ideas relacionadas para ver si son bíblicas. I. Divorcio Por Cualquier Causa Nuevamente, la idea es que si una pareja no puede seguir adelante (incompatibilidad) y ya no se aman más el uno al otro, pueden hacer una decisión mutua de simplemente llamar esto dejarse y aun estar aprobados delante de Dios. Esto es argumentado por un número de hermanos: que un divorcio por cualquier causa es bíblico mientras las partes no se vuelvan a casar. En la investigación de la verdad, no somos dejados al razonamiento humano. Dios no ha dejado que el hombre decida por sí mismo (Jer. 10:23). De esta manera, hay cosas que parecen correctas para el hombre, pero no están agradando a Dios (Pr. 16:25). La razón es que los caminos de Dios son más altos que los nuestros (Isa. 55:8-9). Regrese y considere estos puntos en la Lección 1. Dios aborrece el divorcio (Mal. 2:13-16). Aun el divorcio por fornicación (que él aprueba, Mat. 19:9) no le es agradable a la vista. Varios pasajes prohíben el divorcio por cualquier otra causa. A. Mateo 19:3-12. La pregunta: La discusión acerca del divorcio y segundas nupcias en este capítulo empieza con una pregunta que hicieron los Fariseos en el v.3, “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” Nótese que la pregunta era acerca del divorcio por cualquier causa, sin decir nada acerca de segundas nupcias. Ahora, si la pregunta a esa pregunta era si, ¿por qué Jesús no dijo que si? Más bien, él trata con la permanencia del matrimonio en los v.4-6. Estos versículos dan cuatro razones de que uno no puede repudiar a su mujer por cualquier causa. (1) Dios creó un hombre para una mujer. (2) Los cónyuges deben dejar padre y madre. (3) Un hombre y una mujer son una sola carne. (4) Dios ha unido al hombre y la mujer en matrimonio. Para una discusión más detallada de estos cuatro argumentos, mire de nuevo la Lección 3. La respuesta que Jesús dio a la pregunta fue no. Un mandamiento a no divorciarse: Jesús dijo, “... lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mat. 19:6). A la luz de la pregunta (v.3), Jesús no solo no permite, sino que prohíbe claramente el divorcio por cualquier causa, sea que haya segundas nupcias o no.

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Una excepción: En el v.9 nuestro Señor da una excepción a la regla declarada arriba, siendo esa la fornicación. “No es la cláusula de excepción la que lleva el peso del énfasis en el texto. Es más bien que el marido no puede repudiar por cualquier causa” (John Murray, El Divorcio, Pág. 21). Cuando un hombre repudia a su esposa por una causa distinta a la fornicación, aunque no es culpable de adulterio hasta que se vuelva a casar, es culpable del pecado de repudiar a su cónyuge por una causa no bíblica. B. Mateo 5:32. Una causa: Este pasaje, como Mateo 19:9, declara solamente una causa para el divorcio — la fornicación. Las segundas nupcias de parte del que repudia ni aun es discutida en este pasaje. No obstante, solamente es dada una causa. Hace que ella adultere: Cuando un hombre repudia a su esposa por alguna causa distinta a la fornicación, “hace que ella adultere”. El peca con otra ella por colocarla injustamente en una posición donde ella cometerá adulterio si se vuelve a casar. “Nuestro Señor no está dudando con respecto al estado o posición en que es colocada la mujer por el divorcio. Es colocada en la posición de ser tentada a unirse a otro hombre o de ir de aquí para allá con solicitudes de unión de parte de otro hombre, o ciertamente, de ambos. Nuestro Señor es totalmente consciente de la debilidad de la naturaleza humana y de la gran responsabilidad hacia otra unión marital emprendida de parte de la mujer divorciada” (John Murray, El Divorcio, Pág. 24). Puede ser pensado que en vista de que el hombre que repudia a su mujer (por una causa distinta a la fornicación) no se vuelve a casar y de esta manera no es culpable de adulterio, que no ha pecado. Es verdad que “el marido divorciado no es acusado con ser un adultero” (John Murray, El Divorcio, pág. 24); sin embargo, es acusado de actuar contra la ley. Cuando el adulterio resulta, él es la causa y lleva la culpa. C. 1 Corintios 7:10-11. Términos definidos: Estos versículos están discutiendo el divorcio y no la separación. La palabra traducida “separarse” es la misma palabra traducida “separar” en Mat. 19:6. Thayer dice que significa “separarse, dividirse, partir, ... Mat. xix.6 ... de divorciarse ... 1 Cor. vii.11” (Pág. 674). Bauer dice “ser separado de divorcio ... 1 Cor. 7:10” (Pág. 890). Este punto es visto claramente en que cuando ella se separa debe quedarse sin casar (v.11). Contraste en quién habló: En los v.10-11 Pablo dijo, “Mando, no yo, sino el Señor”. Pero en los versículos 12 y siguientes dice, “Y a los demás yo digo, no el Señor”. Aunque hay un contraste en quién hablo qué, una sección es tan autoritativa como la otra. “En los v.10-11 Pablo dice (de hecho), ‘Estoy repitiendo – de una forma concreta – el principio acerca del divorcio que el Señor (Jesucristo) estableció en su enseñanza cuando estaba con los discípulos y habló del divorcio entre el pueblo de Dios’. Pero en los v.12-16, dice (de hecho), ‘Ahora voy a tratar con un asunto que no se presentó, y por tanto, que Jesús no mencionó cuando vivió entre nosotros. Este asunto ha surgido ahora que el evangelio ha emigrado entre los paganos, y yo mismo me dirigiré a esto personalmente (en una forma inspirada, por supuesto, exactamente como he hablado de muchas otras preguntas de esta clase en esta misma carta)’” (Jay E. Adams, Matrimonio, Divorcio y Segundas Nupcias, Pág. 37). Prohibición Enfática: Este pasaje no solo no permite el divorcio por cualquier causa, sino que también contiene varias declaraciones que lo prohíben. El v.10 dice, “... Que la mujer no se separe del marido”. El v.11 declara, “y que el marido no abandone a su mujer”. El. v.13, “no lo abandone”. Puesto de manera sencilla, él dice, “¡No lo haga!” Guarde también en mente que 1 Cor. 7:10-11 no dice nada acerca de segundas nupcias de parte del que repudia. De esta manera, la prohibición no solo es aplicada en el evento de que él planee volverse a casar. El divorcio está prohibido (sea que haya segundas nupcias o no).

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D. La Biblia Guarda Silencio Con Respecto a Otras Causas. La fornicación es la única causa que está autorizada para el divorcio (Mat. 19:9). No hay mención de alguna otra causa. De esta manera, uno no puede divorciarse por cualquier causa por la misma razón que el Señor no podía ser sacerdote en la tierra: “de lo cual nada habló” el Señor (Heb. 7:14). Actuar sin autoridad en este campo es tan incorrecto como usar música instrumental en la adoración. E. Cualquier pasaje sobre la relación marido-mujer (p.e. amor) prohíbe el divorcio por cualquier causa. “El divorcio es contrario a la institución divina, contrario a la naturaleza del matrimonio, y contrario a la acción por la cual es efectuada la unión. Es precisamente aquí que su perversidad se vuelve singularmente aparente — es la separación por parte del hombre de una unión que Dios ha constituido” (John Murray, El Divorcio, Pág. 33). Los principios del marido amando a su mujer (Efe. 5:25) y la esposa amando a su marido (Tito 2:4) son violados cuando es obtenido el divorcio por cualquier causa. Pablo argumenta en Rom. 7:1-4 que “la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive”. De esta manera, no es una relación que pueda ser cortada a voluntad. F. Argumentos hechos para justificar el divorcio por cualquier causa mientras uno no se vuelva a casar: 1. “Mat. 5:32; 19:19; Mr. 10:11-12 y Lucas 16:18 discuten el divorcio Y las segundas nupcias. Eso es lo que es condenado”. Ya hemos notado que en Mat. 19 el asunto no era acerca de las segundas nupcias, sino sobre el divorcio. Jesús contestó esa pregunta diciendo no (v.4-6). No es hasta el v.9 que introduce las segundas nupcias. Incluso entonces, la única causa para el divorcio en todo el capítulo (o en la Biblia si vamos a eso) es la fornicación. También le recuerdo que Mat. 5:32 no discute las segundas nupcias de parte del que es repudiado. De esta manera, el argumento anterior no es así. Aun si el argumento se mantiene de pie, no hay aun autoridad en estos pasajes o en algún otro para el divorcio por cualquier causa. (Para obtener más información sobre las conclusiones lógicas de este argumento, véase el apéndice). 2. “En 1 Cor. 7:10-11 la frase ‘y si se separa’ indica que el divorcio es aprobado mientras ambos permanezcan sin casarse o se reconcilien”. Si tal es cierto, contradice claramente las prohibiciones en el contexto. ”Pablo no está permitiendo excepciones de la regla de Cristo, sino aconsejando en casos donde fue llevado a cabo la mala conducta” (Expositor´s Greek Testament, Vol. 2, Pág. 825). La frase bajo cuestión no concede permiso, sino que simplemente introduce lo que debe ser hecho si uno viola la prohibición.

No es Dado Ningún Permiso o Aprobación 1 Juan 2:1

1 Cor. 7:10-11

“... no pequéis ...” (La prohibición)

“... no se separe ...” (La prohibición)

“... y si alguno hubiere pecado ...” (Ningún permiso)

“... y si se separa ...” (Ningún permiso)

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Considere 1 Jn. 2:1 como un pasaje paralelo hasta donde se tenga que ver con la construcción. Aquí el tema es el pecado. Primero, hay la prohibición, “estas cosas os escribo para que no pequéis”. Luego, la siguiente declaración es “y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. Cuando Juan dice, “y si alguno hubiera pecado”, no da libertad para pecar ni tampoco significa que Dios aprobará esto cuando usted lo haga. Simplemente está discutiendo cómo puede ser perdonado en el evento de que pequemos. De igual manera, 1 Cor. 7:10-11 no sugiere alguna libertad para divorciarse, sino que simplemente declara lo que debe ser hecho cuando tal cosa ocurre. Este argumento con el cual estamos tratando “es claramente un ejemplo de una apelación a una parte de un texto en abandono de la clara trascendencia de la otra parte, y en este caso, de apelación a la parte que está claramente subordinada y supeditada a descuido de la parte que es incondicional y primaria” (John Murray, El Divorcio, Pág. 56). “De hecho está diciendo, ‘Si la separación (divorcio – DVR) ha tenido lugar, entonces ciertas provisiones deben ser adheridas a ello. Dejar que la violación sea sanada. Fallar en eso, bajo ninguna condición puede ser emprendido otro matrimonio’. En otras palabras, el paréntesis simplemente regula el agravio (o abuso) cuando ha ocurrido pero en lo más mínimo legítima la separación (divorcio – DVR) misma” (John Murray, El Divorcio, Pág. 62). Hay algunas preguntas en cuanto a si “y si se separa” es activo o pasivo y si es pasado o futuro. Para una discusión de eso véase el apéndice en la parte final del libro. “Si ella inicia la acción de divorcio o él, no es el punto aquí; más bien, el pasivo aorista transmite el pronunciamiento general (como se encuentra en la enseñanza de Jesús sobre el asunto, cfr. Mat. 19:3-12) que la mujer no debe divorciarse de su marido” (Maurice W. Lusk, III, The Southeastern Evangelist, Vol. 9, No. 3, Marzo 1980). Es argumentado además que aunque no se da ningún permiso para divorciarse, que si uno lo hace está en un estado aprobado mientras permanezca sin casarse o se reconcilie. ¡Eso es pura suposición! El no está en ninguna condición aprobada hasta que se arrepienta del PECADO de repudiar a su cónyuge por una causa no bíblica. Esta argumentación supone el mismo punto a ser probado: que el divorcio por alguna otra causa que no sea la fornicación es bíblico. También es asumido que el “quédese sin casar” y “reconcíliese” son igualmente estados o condiciones deseables. El pasaje no indica que lo sean. La reconciliación requiere la cooperación de ambos cónyuges, de esta manera es dada una alternativa (quédese sin casar) en el evento de que la reconciliación no es disponible. “Ella deba permanecer sin casarse (eso es, no casarse con otro) de manera que esté en una posición en todo momento para arrepentirse y reconciliarse con su marido” (Jay E. Adams, Matrimonio, Divorcio y Segundas Nupcias, Pág. 41). II. El Divorcio y las Segundas Nupcias Por Cualquier Causa Esta posición es básicamente la misma como la previa, excepto que no prohíbe las segundas nupcias. Si la pareja no puede llevársela bien o el amor se ha ido, entonces es bíblico que se divorcien (nuevamente, no está involucrada la fornicación). Y, si hay segundas nupcias, nos es dicho que ningún pecado ha sido cometido. No estoy enterado de algún hermano que defienda esta posición; sin embargo, estoy seguro que hay algunos que estarían de acuerdo con ella. Jesús claramente negó esto. En su enseñanza, el Señor dio solamente una causa (fornicación) para el divorcio (Mat. 5:32; 19:9). Es dicho claramente que si un hombre repudia a su mujer (por cualquier causa distinta a la fornicación) y se casa con otra es culpable de adulterio (Mat. 19:9; Mr. 10:11-12; Luc. 16:18). Permanezca sin casarse. Ya hemos de 1 Cor. 7:10-11 que si él se divorcia y la reconciliación no es disponible, no le está permitido casarse de nuevo, sino que debe quedarse sin casar. Algunos han argumentado de 1 Cor. 7:27-28 (que dice, “... ¿Estás libre de mujer? No procures casarte. Más también si te casas, no pecas ...”) que si uno está divorciado (libre) no peca si se vuelve a casar. Sin embargo, con una poca consideración es obvio que el v.28 no incluye a cualquiera que pueda decidir casarse o volverse a casar, sino solamente a aquellos a quienes les ha sido dado el

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derecho. De otra manera, este pasaje contradiría aquellos como Mat. 19:9 y Rom. 7:1-3. Si este versículo (v.28) da a cualquiera que se divorcia o está divorciado el derecho para volverse a casar, entonces nadie que se volviera a casar sería culpable de adulterio. Y además, en la primera parte del v.27 cuando Pablo dice, “no procures soltarte”, quiere decir “‘no estés buscando liberación’ (lusin) del vínculo matrimonial, ...” (A.T. Roberson, Comentario al Texto Griego del N.T., Pág. 439). Pero cuando dice, “¿Estás libre de mujer? No procures casarte”, la palabra “libre” es de una palabra diferente. “Tanto los solteros como los viudos quedan indicados en lelusai ... Este consejo lo da Pablo únicamente ‘en vista de la presente aflicción’ (v.26)” (A.T. Robertson, ibíd, Pág. 439; cfr. The Expositor’s Greek Testament, Vol. 2, Pág. 832). De esta manera, en la primera parte del v.27, “soltarte” se refiere a divorcio, mientras que en la segunda parte “libre” no se refiere a divorcio, sino a uno que nunca ha estado casado o que su cónyuge está muerto. III. Divorcio y Segundas Nupcias Por Cualquier Causa Legal La idea aquí es que si la causa para el divorcio es legal (en armonía con la ley civil) es bíblica. Realmente no hay diferencia con esta y la sección previa en vista del divorcio “sin culpa”. Guarde en mente que, aun si en su estado (o país) hay “divorcio sin culpa”, en realidad hay alguna razón real para el divorcio, por ejemplo, fornicación, incompatibilidad, crueldad física o mental. Esta posición haría la ley del hombre mora obligatoria que la ley de Dios, que prohíbe el divorcio por cualquier causa. Sin repetir todo lo que ya ha sido dicho, recordemos que el Nuevo Testamento da solamente una causa a pesar de lo que puedan decir las cortes o leyes civiles. Aunque uno puede divorciarse y volverse a casar, y ser legal, Rom. 7:1-3 muestra que si esto no es acorde a las escrituras, aun está sujeto a su primer cónyuge y de esta manera es culpable de adulterio. IV. ¿Qué Acerca de la Separación? La idea entre algunos es que cuando surgen problemas maritales, es verdad que la pareja no puede conseguir un divorcio (donde no hay fornicación), pero pueden solo separarse. A. Separación definida. Separación no es lo mismo que divorcio, aunque algunas veces usamos los términos intercambiablemente. Simplemente se refiere a una pareja que no viven juntos como marido y mujer, aunque aún están casados. Esto puede ocurrir en varias formas de rechazo deliberado para vivir como una pareja normal. Incluiría abandono total, uno de ellos corriendo a la casa de “mamá”, viviendo en cuartos separados bajo el mismo techo y aún abstenerse deliberadamente de contacto sexual. B. Solamente un pasaje se dirige al tema. Este escritor sabe solamente de un pasaje que discute la separación, siendo ese 1 Cor. 7:5. Dice, “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”. Aunque algunos cuestionan si ese versículo realmente se dirige a la separación, creo que en alguna forma tiene que ver con el tema. Algunos creen que 1 Cor. 7:10-11 involucra separación, sin embargo ya hemos mostrado que no es así. C. Solamente es dada una causa. La separación en nuestro texto es “para ocuparse sosegadamente en la oración”. No hay otra causa dada en este pasaje o en algún otro. Separarse por alguna otra razón no es bíblico, exactamente como el divorcio por cualquier otra causa que no sea la fornicación. Hay algunas condiciones entregadas además de la causa. (1) Debe ser “de mutuo consentimiento”. Debe haber la aprobación de ambos cónyuges. (2) Parte del acuerdo es “por algún tiempo”, eso es, la separación debe ser solamente un corto período de tiempo acordado. De esta manera la pareja no está separada indefinidamente sin ninguna idea de cuánto tiempo durará. (3) Esto debe ser hecho en vista de y en acuerdo a “volver a juntarse en uno”.

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UNA CAUSA



DIVORCIO



SEPARACION

Una Causa:

Una Causa:

“fornicación” (Mat. 19:9)

“para ocuparse sosegadamente en la oración” (1 Cor. 7:5)





¡CUALQUIER OTRA CAUSA NO ES BIBLICA! Si alguien sostiene que uno puede separarse por cualquier otra causa que la mencionada en 1 Cor. 7:5 (y bajo cualquier otras condiciones), la carga de la prueba está sobre él para que encuentre dónde la Biblia lo enseña de esa manera. D. “¿Qué si el amor se acabó o la pareja ya no puede llevársela bien o el marido bebe?” Esto es algo que debe ser considerado antes de casarse. Los dos mejor se hubieran asegurado que el matrimonio es realmente lo que querían, y si lo es, que decidan que van a hacer que funcione. No hay provisiones en el Nuevo Testamento para separación por estas causas. El concepto con el cual estamos tratando es contrario a todos los pasajes sobre el amor y fidelidad en el matrimonio. E. Usualmente la separación produce más problemas que soluciones. Escuche a Jay E. Adams, por mucho tiempo consejero matrimonial. “La separación moderna no resuelve nada, equivale a una negativa para enfrentar los problemas y los pone en reposo. El mundo puede no tener la forma de solucionar los problemas – de esta manera opta por un fácil cese al fuego – pero la iglesia, si ella solamente se aprovecha de los medios bíblicos ... puede mantener a todas las partes involucradas en el extremo de la línea, jugando ellos como un pez en el agua danzando sobre su cola. Viola el mandamiento de 1 Cor. 7:5, hace caso omiso de su advertencia y coloca al marido y la esposa en un lugar de tentación innecesaria ... como afirman algunos ¿puede la separación proveer un ‘período de reflexión’? A duras penas ... por otra parte, todo consejero sabe que la forma de poner a las personas juntas no es por medio de separarlas. La separación calienta el deseo que no debería ser, pero enfría el interés que no debería ... Dos personas, bajo techos separados, encontrarán casi imposible solucionar los problemas que ocurren cuando están bajo el mismo techo. Por tanto, la separación ensancha los boquetes y profundiza las dificultades” (Matrimonio, Divorcio y Segundas Nupcias, Págs. 33-34). F. “¿Qué acerca de un caso donde la esposa es golpeada por su marido o sufre alguna otra crueldad física?” No debemos permitir que un alegato emocional o “situaciones éticas” determinen nuestra respuesta. Si esa clase de motivo justifica una cosa, justificará cualquiera. Es posible permitir al razonamiento humano haga parecer irrazonable los requerimientos de Dios sobre este o cualquier otro asunto. Si yo doy por hecho que la mujer puede dejar a su marido por esta razón, o cualquier otra, además de la mencionada en 1 Cor. 7:5, entonces también debo dar por hecho las condiciones bajo las cuales eso puede ser hecho. La pregunta es, ¿dónde trazo la línea; con algo que encuentre en el libro de Dios o en el razonamiento humano? Si sobre la Biblia, discutamos eso a la luz de un versículo de la escritura. Si sobre el razonamiento humano, ¿qué nos guarda del “razonamiento” de que la separación por cualquier causa y bajo cualquier condición es del todo correcta? A medida que tratemos con esta pregunta, debemos recordar que hay sino una causa para la separación dada en el Nuevo Testamento (1 Cor. 7:5). Con respecto

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a las otras, la Biblia guarda silencio. Hay que admitirlo, esta no es una pregunta fácil de contestar. Puedo tener mis propias ideas acerca de lo que haría si fuera una mujer en esa situación o si mi propia hija fuera que estuviera involucrada. Probablemente lo dejaría y quisiera que mi hija también. No puedo ayudar sino ser comprensivo con el cónyuge abusado. Sin embargo, no puedo predicar por fe que Dios aprueba la separación, porque no puedo encontrarlo en el Nuevo Testamento. No malinterpreten. Esto no quiere decir que ella no pueda protegerse a sí misma (y a sus hijos) por medio de llamar a la ley cuando es abusada por su marido exactamente como podría si algún otro hombre loco abusara de ella. Por otro lado, es fácil ver cómo un cónyuge abusivo que destierra a su otro cónyuge y la expulsa de la casa es responsable de la separación y no la que fue forzada a irse. G. Argumentos hechos para justificar la separación. 1. “La responsabilidad hacia el cónyuge de uno es paralelo a obedecer a los padres; hay algunas circunstancias que justificar hacerlo de otra manera”. Obedecer a los padres no es un requerimiento incondicional. Más bien, es “en el Señor” (Efe. 6:1). Todo mandamiento del hombre (ya sea de los padres, de las autoridades civiles o del empleador de uno) está condicionado por Hechos 5:29 (obedecer a Dios antes que al hombre). Por otro lado, la separación no viola un mandamiento del hombre, sino de Dios (1 Cor. 7:5). 2. “Si uno no puede vivir con su esposa y aún ser Cristiano, entonces la separación es permisible”. Esto plantea la misma cuestión a ser probada. Asume que uno no puede ser Cristiano y quedarse. Esta contención también asume que uno puede violar un mandamiento (1 Cor. 7:5) para cumplir otra obligación del servicio Cristiano (cfr. Rom. 3:8). Pueda Dios ayudarnos a entender la seriedad del matrimonio y que este no pueda ser destruido a nuestra voluntad y que Dios sea agradado.

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