DOS CATEQUESIS SOBRE VALENTÍN PALENCIA Y COMPAÑEROS

DOS CATEQUESIS SOBRE VALENTÍN PALENCIA Y COMPAÑEROS Ante la próxima beatificación de Don Valentín Palencia y sus cuatro educadores, Donato, Germán, Za

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DOS CATEQUESIS SOBRE VALENTÍN PALENCIA Y COMPAÑEROS Ante la próxima beatificación de Don Valentín Palencia y sus cuatro educadores, Donato, Germán, Zacarías y Emilio, el próximo 23 de abril de 2016, la archidiócesis de Burgos quiere dar a conocer sus figuras a los niños que asisten a la catequesis parroquial. Presentamos aquí dos catequesis: una para niños-as entre 6 y 9 años (que todavía no han recibido la primera comunión) y otra para los que tienen entre 9 y 12 años (están en la catequesis anterior a la confirmación). Cada una de ellas puede durar como unos 40-50 minutos. Téngase en cuenta que el Seminario publicó una catequesis también, con una orientación vocacional. OBJETIVOS GENERALES (para las dos catequesis) - Que los niños conozcan las figuras de Valentín Palencia y sus cuatro educadores, sus datos biográficos fundamentales. Que valoren su entrega, primero en la vida cotidiana, cuando educaban a los niños pobres y después en su entrega martirial. - Que los niños comprendan, a su nivel, el valor del martirio en la vida cristiana y que tengan una actitud general de ofrecimiento de su vida. - Que relacionen a estas cinco personas, especialmente al beato Valentín Palencia, con la misericordia, en este año jubilar de la misericordia. - Que tengan noticia de que van a ser beatificados.

CATEQUESIS PARA NIÑOS-AS ENTRE 6 Y 9 AÑOS (anterior a recibir la primera comunión) Tener preparado: 1) Papel continuo o cartulina grande tamaño DIA A 2, a ser posible de color negro o azul oscuro. 2) Estrellas de cartulina en las que se pueda escribir (unas con nombres de santos y otras cinco sin el nombre); sol y luna de cartulina. 3) Un retrato de Valentín Palencia, o el libro “De Burgos al cielo” o el cartel anunciador de la beatificación. 4) Catecismo Jesús es el Señor. Experiencia humana: (Evocaremos en los niños la experiencia de contemplar un cielo estrellado. Esto nos llevará a hablar de la promesa de Dios a Abraham, de una gran descendencia santa, en la que situaremos las figuras de nuestros cinco testigos).

¿Habéis salido al campo una noche sin nubes? En el campo se ven mejor las estrellas porque no lo impiden las luces de la ciudad. ¿Cuándo lo visteis, en algún campamento, excursión? ¿Qué os pareció? ¿Os parece muy grande el cielo? ¿Había muchas estrellas? Palabra de Dios (Iluminación): Dios prometió a Abraham que su descendencia sería como las estrellas del cielo. (Sacar en este momento el catecismo Jesús es el Señor, en la página 24 y leer el párrafo: “Dios eligió a Abraham como padre de una muchedumbre de pueblos, para hacer llegar su amor a todas las gentes y les prometió su bendición” y orientar la mirada de los niños hacia el dibujo de la página 25, donde está Abraham ante un cielo estrellado). Esta promesa que hizo Dios a Abraham vemos que se ha cumplido, porque desde que Jesús murió y resucitó por nosotros, ha habido una gran cantidad de personas que han sido amigos de Dios. Son los santos. 1

También cerca de nosotros, en nuestras tierras de Burgos, hubo cinco personas muy buenas, que fueron el sacerdote Valentín Palencia y sus cuatro ayudantes en la educación de los niños: Donato, Germán, Zacarías y Emilio. (En este momento se puede sacar algún retrato de Valentín Palencia, el cartel oficial de la beatificación o el libro “De Burgos al Cielo” que hemos preparado en la diócesis, en la página 17 y 22). Don Valentín Palencia fue un sacerdote que dedicó toda su vida a educar y cuidar a los niños pobres de Burgos. Eso fue entre los años 1898 y 1936. En la zona del castillo de Burgos, en San Esteban, tenía un colegio de niños externos e internos. Les enseñaba y formaba como personas ayudándose algunas veces del juego y de la música. Toda la gente en Burgos decía de don Valentín que era muy bueno. En julio de 1936 se llevó a los niños de colonias a la playa de Suances, y para ello fueron de monitores Donato, Germán, Zacarías y Emilio. Pero unos hombres enemigos de la fe, que no querían a los cristianos, los cogieron presos y los mataron. Ellos murieron perdonando, no se llenaron ni de odio ni de rabia, sino que intentaron imitar a Jesús, que también murió perdonando. Jesús cuando estaba en la cruz, dijo, refiriéndose a los que le mataban: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Este ejemplo que nos dieron los cinco no se debe olvidar y vamos a hacerles una ceremonia. En ella vamos a declarar que han sido santos de un modo heroico, que quiere decir, de modo más grande. Se les va a nombrar beatos, que quiere decir, felices. Es como un título, y así todos los cristianos sabremos que están en el cielo y podremos rezarles, pidiéndoles algún favor. Dentro de unos años, si Dios quiere, recibirán el título de “santos”. Este homenaje será el día 23 de abril de 2016. Vendrá un enviado del Papa a la Catedral a hacerlo. Además, de Don Valentín decía la gente que era “misericordia”, porque era muy bueno. Esto viene muy bien en este año que es el “año de la misericordia”. Expresión y actitud de fe: (El catequista invita a los niños a que imiten a Valentín y sus educadores). Ellos querían mucho a los demás, especialmente a los pobres. También vosotros, niños, quered mucho a las personas que están empobrecidas. (Expresamos nuestra alegría porque Valentín y sus cuatro compañeros vivieron y nos dejaron un montón de cosas buenas). Se saca el papel continuo o la cartulina y unas estrellas de cartulina. En algunas de estas estrellas tendremos ya escrito el nombre de algunos santos, uno en cada estrella: San Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús, San Lesmes (patrón de Burgos), San Julián, Santo Domingo de Guzmán (patrón de la provincia de Burgos), (también el santo de la parroquia si no es la Virgen María). “Mirad, este papel representa el cielo. En él pegamos estas estrellas que representan a los santos”. (Luego se sacan las estrellas que no tienen nombre y se les dice a los niños que escriban los cinco nombres: Valentín, Donato, Germán, Zacarías y Emilio. Se pegan. Después se saca el sol y la luna y se les dice a los niños que representan a Jesús y a María). Una vez concluido este mural, el catequista intenta que los niños hagan un poquito de oración final. Para ello intentará crear un ambiente de oración y de hablar con Dios. Que se queden ante el mural en actitud contemplativa, y fomentará que los niños, viéndolo, den gracias a Dios por su amor manifestado en la Virgen y los santos. 2

CATEQUESIS PARA NIÑOS-AS ENTRE 9 Y 12 AÑOS (después de la primera comunión y antes de confirmación). Tener preparado: 1) Biblia (o al menos los evangelios). 2) Catecismo Testigos del Señor (si no se lleva el catecismo, un crucifijo o imagen de Jesús crucificado). 3) Un retrato de Valentín Palencia, o el libro “De Burgos al cielo” o el cartel anunciador de la beatificación. 4) (Opcional) Fotocopia de las obras de misericordia, o bien el políptico de bolsillo de la diócesis, u otros que hay a la venta.

Experiencia humana: (Con esta especie de juego se trata de que el catequista haga caer en la cuenta a los chicos la dificultad de entregar cualquier cosa, cuanto más la propia vida y así facilite la comprensión del valor de la entrega de Valentín Palencia y sus cuatro educadores). El catequista les pide a los niños-as que le den una cosa, la que quieran, que tengan en su poder en ese momento y que sea suya. “Os voy a pedir que me déis una cosa vuestra que tenéis en este momento. La que sea. Y esa cosa va a ser para mí para siempre. Haré lo que quiera con ella Tal vez destruirla”. (El catequista observe cómo reaccionan los niños y qué le dicen. Es posible que alguno le dé una hoja de su cuaderno, o un boli de poco valor; otros puede que digan que no; otros preguntarán qué por qué o para qué; quizá otros pregunten a cambio de qué. Dependiendo lo que digan, el catequista intenta convencerles de que le den algo, aunque sea algo pequeño y de poco valor, pero que sea realmente de los niños. A lo mejor, un niño o niña se arranca un cabello y se lo da. También vale y puede tener un significado). Después de un ratito “jugando” a esto, es decir, intentando que lo den, razonando con ellos la necesidad de que se lo den, etc, el catequista llega a una enseñanza: “En general os ha costado darme algo. Tal vez os ha costado porque no os he dicho para qué era, o no veíais que fuera necesario. Pero en todo caso, y en general, a las personas nos cuesta dar algo de lo nuestro, sobre todo si no recibimos nada a cambio. Nos cuesta dar cosas, y nos cuesta dar nuestras propias personas. Nos cuesta dar la vida”. (Entonces el catequista pregunta a los niños sobre la expresión “dar la vida”). ¿Qué significa la expresión “dar la vida”? ¿Conocéis personas que han dado la vida o que están dando la vida? ¿Daríais vosotros vuestra vida? ¿Pensáis que dar la vida es algo bueno y que puede hacer feliz? Palabra de Dios (Iluminación). Jesús dio su vida por todos nosotros. Toda su vida fue una entrega generosa por la salvación del mundo. Dio su vida en el día a día, cuando predicaba el Evangelio por Palestina y curaba enfermos. Había días que acababa agotado de cansancio de haber tratado con la gente. (Tomar la Biblia o los evangelios y leer directamente Mc 3, 20: “Jesús fue a casa y se juntó de nuevo tanta gente que no le dejaban ni comer”). Pero sobre todo Jesús dio su vida cuando llegó el momento de la pasión. En la cruz murió, pero no fue tanto una muerte, cuanto una entrega generosa de su vida. Jesús dijo: “Nadie tiene poder para quitarme la vida; soy yo quien la doy por mi propia voluntad” (Jn 10, 18) (es preferible leerlo directamente de la Biblia).

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(Sacar en este momento la página 133 del catecismo Testigos del Señor o un crucifijo. Que los niños contemplen la imagen de Cristo muerto). El catequista dice: Jesús murió. No fue de muerte natural, sino que le quitaron la vida, lo asesinaron, pero más bien lo que hizo fue dar su vida por amor. En esto es modelo para todos nosotros. Muchas personas a lo largo de la historia han imitado a Jesús en su entrega de la vida. Nosotros hoy queremos conocer a cinco de ellos: Valentín Palencia y cuatro educadores o monitores que trabajaban con él, educando a los niños pobres de Burgos. (En este momento se puede sacar algún retrato de Valentín Palencia o el libro “De Burgos al cielo”, páginas 17 y 22), o el cartel de la beatificación). Valentín Palencia fue un sacerdote de la ciudad de Burgos. Vivió a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Toda su vida se dedicó a educar a los niños pobres de Burgos. Dirigía un colegio para niños huérfanos, marginados y desvalidos. Había niños tanto externos como internos. Este colegio estaba cerca de la iglesia de San Esteban. Se llamaba “Patronato de San José para la enseñanza y educación de niños pobres”. En este centro llegó a cobijar 110 muchachos, 40 internos y 60 ó 70 externos. Siempre fue muy amable con los niños. Les enseñaba a estudiar, a ejercitarse en oficios manuales, a rezar. También hacían talleres de teatro y música. Tenía un coro y formó una pequeña banda de música, actuando en conciertos y procesiones. Además realizaba colonias de verano, siendo precursor de las actividades de tiempo libre, que ahora muchas parroquias y colegios están haciendo. El 1925, el gobierno le concedió la Cruz de Beneficiencia con distintivo blanco. Llevaba a los niños en verano de colonias, a la zona de Suances, pero más que a veranear, que también, sacaban algo de dinero actuando con la banda de música. En julio de 1936 se fue con varios niños y otros monitores. Estando allí se declaró la guerra civil y los milicianos le prohibieron, injustamente, decir misa, incluso en privado. Sin haber cometido ningún delito, simplemente por ser sacerdote le fusilaron y con él a cuatro de sus monitores: Donato, Germán, Zacarías y Emilio, que murieron por su fe en Jesucristo. El día 23 de abril en la Catedral, se les va a nombrar beatos. La Iglesia nombra beatos a los cristianos y cristianas que han vivido ejemplarmente, que han sido modelos de vida cristiana. Pero es que además, Valentín Palencia y sus educadores son mártires. (Se puede leer el texto en el margen de la página 180 del catecismo Testigos del Señor, lo ideal es directamente del catecismo): “Todos los cristianos están llamados a dar testimonio de su fe en la vida cotidiana: en la familia, en la escuela, en el trabajo, en el servicio a los más necesitados… Sin embargo, a lo largo de la historia de la Iglesia han sido muchos los que, fortalecidos por el Espíritu Santo, han mantenido su fe en situaciones de persecución, y algunos han dado testimonio de Cristo hasta el punto de morir por él. A estos cristianos los llamamos mártires. Actualmente, todavía se persigue a los cristianos en algunos países del mundo. Desde los primeros siglos en España ha habido mártires. Por ejemplo, durante el siglo XX, en la persecución religiosa de los años 30, muchos sufrieron el martirio por amor a Cristo y a la Iglesia. Entre ellos hay bastantes jóvenes (Mariano Juan María de la Cruz García, Manuel Aranda, Otilia Alonso, Josep Casas, Bartolomé Blanco, Joaquín de San José, Juan Duarte Martín, Francisco Fernández…) que murieron porque no renunciaron a su fe”.

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Muchas otras personas nacidas en la provincia de Burgos fueron perseguidas y asesinadas a causa de su fe en aquellos años. La mayoría eran miembros de diversas congregaciones religiosas y estaban destinadas en los conventos y monasterios de España. Actitud de fe: Estamos en el año de la misericordia. De don Valentín se decía que “era misericordia” para indicar que era muy bueno con los niños. También vosotros debéis vivir la misericordia a vuestro nivel. Cuando sufrís con paciencia los defectos del compañero, cuando consoláis a alguien que está triste, estáis viviendo la misericordia y también “dando la vida”, porque con frecuencia vivir la misericordia cuesta mucho trabajo. ¿Podéis concretar esto y decir aquí mismo qué os comprometéis a cuidar especialmente en vuestra relación con los demás? La misericordia se concreta en lo que llamamos las obras de misericordia, que son 14. Siete hacen referencia a cuestiones materiales o corporales y siete a cuestiones espirituales. Os pido que las aprendáis de memoria. Tal vez os cueste un poquito aprenderlas, pero ya veréis cómo saberlas de memoria os ayuda a muchas cosas. Muchos cristianos a lo largo de los siglos las han aprendido, y sobre todo las han puesto en práctica. También os invito a que las practiquéis (Recomendamos la formulación del catecismo Testigos del Señor, página 279. Tal vez algunas cosas hoy no se entienden bien, pero es la fórmula clásica. Otra formulación más moderna está en el catecismo Esta es nuestra fe). (Si tienen por costumbre llevar cuaderno, que las copien) Las siete obras de misericordia corporales: Visitar y cuidar a los enfermos. Dar de comer al hambriento. Dar de beber al sediento. Dar posada al peregrino. Vestir al desnudo. Redimir al cautivo. Enterrar a los muertos.

Las siete obras de misericordia espirituales: Enseñar al que no sabe. Dar buen consejo al que lo necesita. Corregir al que yerra. Perdonar las injurias. Consolar al triste. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo. Rogar a Dios por vivos y difuntos.

Se puede concluir la sesión rezando una oración (ésta o similar improvisada): Oh, Señor, tú nos quieres mucho. Tú has dado la vida para salvarnos. Y diste la vida por amor. Danos un gran amor a los demás. Ayúdanos a tratar a los demás con gran delicadeza. Que el ejemplo de Valentín Palencia y sus cuatro educadores nos anime, Señor, en esta gran tarea de dar la vida por los demás. Amén.

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APENDICE PARA USO DE LOS CATEQUISTAS (Por si los niños preguntan algo sobre este tema) CANONIZACIÓN Y BEATIFICACIÓN Significa “incluir en el canon”. Es decir, declarar santo a alguien al incluirlo en la regla de santidad de la Iglesia. El proceso no es sencillo ni breve. La investigación no se puede iniciar hasta al menos cinco años después de su muerte. El Papa lo puede autorizar de forma extraordinaria. Son cuatro fases, en las que el candidato se define: SIERVO DE DIOS: Cuando por indicación de un obispo, la Congregación para las Causas de los Santos, comienza el proceso. VENERABLE: La Congregación analiza materiales y testimonios, y una comisión de 9 teólogos cualificados emite un juicio favorable sobre la caridad y virtudes heroicas del candidato. BEATO: Es necesario el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión (normalmente una curación), tras ser examinado el caso por cinco médicos y siete teólogos, que expresan su parecer favorable. El milagro no se requiere si la persona ha muerto mártir. La ceremonia pública de la beatificación será en la tierra natal del beato. SANTO: Se precisa un segundo milagro. La ceremonia solemne de declaración de la santidad de un cristiano es lo que se denomina propiamente “canonización”. Se autoriza así su culto público en la Iglesia, se le adjudica un día para su fiesta y se le puede dedicar una iglesia o santuario. (Tomado del taco del Corazón de Jesús)

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