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Dos fábulas políticas de Alvaro Cubillo de Aragón
por Marie-France SCHMIDT (Universidad de Paris VIII)
Unos veinticinco años separan l a composición de dos poemas a l e g ó r í c o - p o l í t i c o s de Alvaro Cubillo de Aragón, i n t i t u l a d o s La CuAÂjiL ¿iónica y LOA Co>iXu deZ Lían y dit Águcta. La primera obra, s i bien fue impresa en Granada en 1625, l l e va fecha de aprobación y censura de a b r i l de 1623 ( 1 ) ; en aquella época, e l poeta y dramaturgo granadino Alvaro Cubil l o de Aragón r e s i d í a todavía en su ciudad n a t a l , donde e j e r c í a l a función de escribano y t e n í a o f i c i o de "Alcaide perpetuo de l a Cárcel Real de Calatrava" (2); en un romance, resume a s í su carrera :
(1) Alvaro Cubillo de Aragon, la Curia leónica, Granada, Fernández,1625, 19 fol. (2) Ibid., fol. 1.
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kitiéAome. conocido, cuando nuchaako tai cuando joven tai auudizncJM... cuando adulto ¿OÍ cowialu. (3) Estableció su primer contacto con el mundo t e a t r a l por la censura de comedias de la que se encargó, aprobando por ejemplo una obra de Mira de Amescua en 1622 ( 4 ) . En el momento en que se publica La. Cutio, ¿iónica, según un biógrafo de Cub i l l o de Aragón, Ángel Valbuena Prat, "en Madrid comienzan a representarse sus comedias" ( 5 ) . Ahora bien, en realidad es d i f í c i l averiguar esta afirmación, ya que la mayoría de l a s comedias, sin fecha, están incluidas en SI ¿nano di tu tíuóM, obras completas publicadas sólo en 1654 ( 6 ) . El poema de La CuAia tzónica, s u e l t o , está dedicado a l Conde Duque de o l i v a r e s , cuya privanza relativamente recient e le acababa de granjear fama, en 1623, por sus reformas suntuarias : en l a carta que precede la obra, d i r i g i d a a l mismo Olivares, proclama el autor a l a s claras su intención política : . . . me deXeAminaiz [como lo hago) a poneA a loi de. VauVm Excelencia e¿¿e humildz tÁabaxMo ion tico amioioi dzizoi quanto pobns. de. condición y zle^ancia, bien con (¡abuloioi exemptai y atzgótico ututo indaze.
plu de. ¿i toi
(3) Alvaro Cubillo de Aragón, El enano de las Musas, con un poma de las Cortes del León y del Águila, aeerca del búo gallego, Madrid, Quiñones, 1651* (Prologo al letor, w . 5-8). La edición de 16S1* fue reproducida en 1971 en Hildesheim por Georg Olms, pero hasta ahora no hemos podido consultar dicha reproducción. (t) Véase Alvaro Cubillo de Aragón, Las muñecas de Marcela, estudio y edición de Ángel Valbuena P r a t , Madrid-Alcalá, 1966 (Introducción, p . 8 ) ;
Shirley B. Whitaker, The dramatio Works of Alvaro Cubillo de Aragón, Chapell Hill, North Carolina Studies in the Romance Languages and Littératures, 1975 ( p . l t ) . (5) Ángel Valbuena Prat, ob. cit., p . 8. (6) Shirley B. Hhitaker, en su libro ya citado, da informes sobre fechas posibles de ciertas comedias, refiriéndose a datos sobre interpretaciones escénicas, comentarios de críticos de la época o acontecimientos históricos.
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ánimo* al gobi&Ano potüUco \¡ obzeLüiruUa. dit p coiai e« que. VuzitÁa. í.xceZe.nc¿a ha ie¿plande.cÁÁo tanto en uta. di&hoia. edad. (7) Halagando así al valido, espera granjearse sus favores y su protección, para que sean conocidas sus obras, y tal vez conseguir al mismo tiempo algún puesto por parte del magnate que une ya a sus múltiples títulos el de "Alcaide Perpetuo de los Reales Alcázares de Sevilla" (8¡, función paralela a la del autor mencionada más arriba. Muy diferentes son las circunstancias en que escribe, unos veinticinco años después, el poema mucho más extenso de LOA Colíei dit Lían y díl ÁguÁia, refundición y ampliación del primero. Aunque esta obra aparece en el volumen ya citado de obras completas del autor, editado en 1654 (9), es fácil comprobar que su redacción se sitúa entre 1649 y 165O, ya que le da fin un relato de las fiestas de las bodas de Felipe IV con la infanta Mariana de Austria, que tuvieron lugar en 1649; en aquel entonces, vive Cubillo de Aragón en Madrid desde hace varios años, pues nos consta que en 1641 había comprado un oficio de escribano en la Corte, y poco después fue nombrado escribano del Ayuntamiento de Madrid(lO), Su numerosa prole le acarrea muchos gastos y le incita a hacer alternar la composición de obras dramáticas con la de poemas encomiásticos a los pudientes del reino, e incluso al Rey para solicitar ayudas de costa (11). Cierto es que Ley, CoMU doZ Le.ón y dit Águíta no se dedican a ningún personaje principal, pero en el poema están presentes y largamente ensalzados el nuevo valido del soberano, Don Luis Méndez de Haro y su familia, como lo veremos más adelante. ANÁLISIS DE ÍA CURIA LEÓH1CA Introducción (vv. 1-17). El título del poema encierra una connotación doble, jurídica y animal, y el caso es que, en
(7) Alvaro Cubillo de Aragón, Al excelentísimo Señor D. Gaspar de Guarnan, Congé de Olivares (Curia leónica, f o l . 1 ) . (Bf~ÍHd. (9) Alvaro Cubillo de Aragón, SI enano de Xas Musas, pp. 1-tO. (10) Shirley B. Whitaker, oo. ait., pp. 16-17. (11) Ángel Valbuena Prat, ob. cit., pp. 13-14.
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esta silva de 704 endecasílabos, actúan y hablan animales, empezándose por el León, rey suyo. Klvaro Cubillo de Aragón declara primero el género del argumento, especie de epopeya política en honor de las reformas fomentadas por el rey, y solicita previamente la inspiración de la musa Calíope. Re-trato de los personajes principales (vv. 18-44) . El autor retrata a continuación al soberano León subrayando su juventud, su indumentaria sencilla, así como su preocupación por el bienestar de sus subditos (vv. 18-30); este cuidado le incita a convocar a sus consejeros más cercanos, los Elefantes, cuyo apoyo ya a solicitar; el autor los pinta vestidos de letrados y destaca su rectitud, reserva y gravedad (vv. 3O44). Discurso del Rey (vv. 45-83). El soberano dirige a sus consejeros una larga arenga, en la que hace primero el balance negativo de las desavenencias que oponen a sus subditos, y de la desigualdad económica y social que reina entre ellos (vv. 45-65); esta situación peligrosa exige un remedio rápido, cuya elaboración consulta con los Elefantes, después de enterarse de la opinión del Águila, reina de las aves, por él alabada (vv. 66-83). Reacción de los consultados (vy. 84-115). Precisamente se asiste a la llegada veloz del Águila, de indumentaria tan austera como la del León (vv. 84-90); saludada por todos, la reina de las aves toma asiento, y dirige la palabra a los consejeros para confirmar su adhesión a las decisiones del rey León (vv. 95-103); entonces, los Elefantes, tras conversasiones bastante largas con el rey, preparan una lista de premáticas (vv. 104-115). Las premáticas (vv. 116-327). Son de tres clases : primero, decretos generales prohiben las disensiones civiles, en provecho de la concordia frente a un enemigo común; prohiben la emigración e inmigración (vv. 116-135); en segundo lugar, una serie de premáticas bastante extensas se refieren al modo de portarse de varios animales : a las Onzas les prohiben los postigos en sus cuevas, para que actúen a~~las claras y no puedan usar de embustes (vv. 136-144); a los Armiños se prohiben las galas y costumbres femeniles que habrán de sustituir por el ajuar guerrero ( vv. 145-155); también las Marías tendrán que cubrir las partes deshonestas con retazos de •colas de las zorras (vv. 156-165); a los Lobos no se les aceptará por testigos, por su maldad entrañable (vv. 166-177); al
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Murciélago se le increpa su personalidad ambigua, alusidn al cuento conocido, según el que engañó tanto la justicia de las aves como la de los animales, para evitar el castigo; se les ordena declarar de una vez su identidad (vv. 178-216); la Cigarra, tachada de ociosa, tiene que contratarse de aprendiz de la Abeja, y reservar el canto para acompañar el trabajo (vv. 217-232); en cuanto al Pavón orgulloso, se le recomienda abandonar el lujo en los vestidos, recordándole la fealdad de sus pies (vv. 233-242); las Ovejas y Carneros darán parte de su lana copiosa a los Perros de la China (vv. 243-248); los Camaleones tendrán que mudar su nombre por otro menos ambicioso ( vv. 2~49-257) ; por lo que toca a los Cuervos, se les manda criar sus hijuelos, en vez de desampararlos por el mero hecho de que no tienen plumas negras; si se niegan a dicha tarea, otras aves se encargarán de ella, con el ries— go de exponerse a la ingratitud de los hijos (vv. 258-275); a la Comadreja se le dará licencia para concebir por el oído, pero ño parir por la boca, para no revelar secretos (vv. 2 76284) . A estas premáticas particulares aplicadas a unos cuantos animales, se añade en tercer lugar la de la fundación de un hospital en una cueva, a la que los animales tendrán que traer parte de sus ganancias en provecho de los de su género, enfermos o miserables, y el rey León dará el ejemplo de la generosidad, contribuyendo con sus rentas y su caza (vv. 285-327). Reacciones de los subditos a las premáticas (vv. 328-658). Después de ser aprobadas por el Águila, se difunden por el universo y provocan reacciones diversas, a veces polémicas (vv. 328-339); estas opiniones contrastadas se mezclan en el poema : el primero en intervenir es el Caballo, que acepta el conjunto de los decretos, ofreciendo no sólo sus bienes sino su vida, como atañe a su nobleza (vv. 339-346); el Podenco y el Galgo, portavoces de los perros, presentan, en cambio, un memorial de quejas acerca del hambre que sufren sus congéneres por culpa de sus dueños, y por dichos motivos piden exención de la carga (vv. 347-387); los Gatos pretenden lo mismo, y justifican su petición los Romanos por su nobleza (vv. 388-391); un Asno solicita la mejora de la situación de los suyos, con atribución de los jaeces de los caballos, lo que provoca la reacción hostil del Caballo andaluz, que alega el origen bajo de los postulantes y la hipocresía de los disfrazados de caballos (vv. 392-435); arbitran dicho debate el príncipe Ledn y la reina Águila a favor de éstos
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(vv. 436-443); a su vez, las Lechuzas piden que se les concedan plumas de variados colores como las de otras aves; pero su memorial es rechazado sin apelación por el Águila, que lo rasga, y que les reprocha su propensión a la superstición y su mala fama; para colmo de desdicha, al salir, topan con el Ruiseñor y le envidian la seducción de su canto (vv. 444-471); también los Ratones se quejan de su miseria y de la guerra que les hacen los Gatos (vv. 4 72-481); las avarientas Hormigas hacen alarde de sus trojes llenos de los latrocinios que han cometido, justificando su acopio por su laboriosidad, que oponen al ocio del Ruiseñor, y acuden al testimonio de otras aves; pero no se tienen en cuenta sus alegatos y se les quita el trigo almacenado (vv. 482-514); en cuanto a las Aves de cetrería. ofrecen con entusiasmo sus presas, como prueba de su lealtad al León (vv. 514-522); pero las Picazas ponen en tela de juicio el conjunto de las reformas propuestas, proclamando su apego a una tradicio'n inmutable, y les siguen el humor las Raposas (vv. 523-546); en cambio, el Ave Solitario les echa en cara su charlatanería, y evoca la competencia malograda que mantuvieron con las Musas (vv. 547-589); en este debate, se sustituye al Solitario la Garza, como contrario de las Picazas, a las que dirige un verdadero sermón, justificando el castigo de su transformación por su soberbia (vv. 590-615); a continuación, evoca la Garza su propia metamorfosis, de ciudad de Toscana incendiada por Eneas, en ave, nuevo Fénix que renace de sus cenizas; opone luego su acato de los decretos reales a la rebeldía de las Picazas, y termina su discurso por un panegírico del rey León, que vela por sus subditos aun entre sueños, y merece por su carga obediencia y lealtad; por fin la Garza emprende el vuelo hacia sus dominios acuáticos, dejando mudas las Urracas (vv. 616-658). Balance y conclusión (vv. 659-7O4). Terminadas las quejas e intervenciones, el León saca una conclusión negativa de la consulta, por lo que renuncia a imponer a sus subditos la limosna del hospital; pero confía en Júpiter en que ellos mudarán pronto de parecer, aceptando tanto beneficio. El autor concluye lamentando la ingratitud de los animales, equiparando su actitud a la de los hombres racionales, y los abandona al injusto proceder de los de su género.
ANÁLISIS D E LAS CORTES VEL LEÓN V VEL ÁGUILA Introducción (vv. 1-22). Esta silva de 1462 versos endecasílabos y heptasilabos empieza de modo idéntico al de La. CuSvLa
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¿iónica, o sea por una declaración de intento del autor, con la transición a la alabanza del rey León. Retrato de los actores del poema (vv. 23-69). El León es retratado en su indumentaria y su función (vv. 23-40), y acto seguido, sin transición alguna, pronuncia el autor el elogio del valido del rey, el Leopardo. en el que destacan la verdad y la justicia como partes de este amigo y pariente del soberano (vv. 41-47); ambos personajes convocan a los consejeros Elefantes (vv. 48-56), cuyo retrato es mucho más detallado que en Ex CUJUJL ÍZÓníca., pues se enriquece con las referencias de Plinio tocantes a su ciencia y rectitud (vv. 5769). Discurso del rey León (vv. 70-115). De contenido casi idéntico al del poema anterior, se termina con la consabida convocatoria a las Cortes, cuya responsabilidad comparte con el León la reina de las Aves, el Águila. Reacción de los consultados (vv. 116-151). El Águila irrumpe con la misma indumentaria, pero con un séquito mucho más numeroso, ya que la acompañan todas las aves que van a participar en las Cortes; no se contenta con aprobar las decisiones del rey León, sino que solicita de modo apremiante que se resuelva en dicha asamblea "lo que con tanta rufla de pesares / quedó indeciso en la de Manzanares" (12) (vv. 116-139); en cuanto a los Elefantes, tardan cierto tiempo en elaborar las premáticas que van a someterse a la discusión de los procuradores de las Cortes (vv. 140-151). Las premáticas (vv. 152-825). La lista es mucho más extensa que en La. CuAia ííóníca, porque tocan a un número más importante de animales y aves, que no aparecían en el poema anterior. Las ordenanzas generales son idénticas : prohibición de luchas civiles, límites a la emigración e inmigración (vv. 15217O); idéntica la prohibición de los postigos a las Onzas, así como la reprehensión contra la indumentaria de los Armiños (vv. 171-191); luego inserta el autor, a modo de contraste, un decreto contra la Tortuga, que al revés de los Armiños, viste un ajuar guerrero que la entorpece en vez de animarla (vv. 192-203); aparecen después las Monas, increpadas
(12) Alvaro Cubillo de Aragón, Cortee del León y del Águila, p. 5, w . 138-139.
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en la misma forma que en La Cu/Úa Izónica (vv. 204-213), el lobo, por su crueldad subrayada por la mencidn de sus víctimas predilectas, Carnero o Cordero (vv. 214-223), el Murciélago, por su identidad ambigua (vv. 224-257), la Cigarra, por su ocio (vv. 258-273); el orden se rompe de nuevo" pasán,/do a los Camaleones (vv. 274-286), y a los Cuervos (vv. 2870 304); el Pav,Qn ya no es invectivado, sino alabado, porque su parentesco con las aves africanas le mueve a no compartir los prejuicios de limpieza de sangre de los de su género, y porque es andaluz (vv. 305-338); después de la mención de las Ovejas y Carneros (vv. 338-344), se siguen decretos que afectan a animales y aves no mencionados en La CuKÍA te.orU.ca. : la cigüeña merece la estima general, por la piedad que manifiesta por los suyos (vv. 345-356); el Oso se ilustra por su buen gusto, si bien le incita la gula a robar (vv. 356-367); la Comadreja, pintada con las mismas características que en el poema anterior (vv. 368-376), cede el paso al Gallo, elogiado por su vigilancia y su fecundidad, desmintiendo de paso la tradición según la cual da miedo al León con su canto (vv. 377-392); el Ciervo recuerda la metamorfosis de Acteón, pero sus cuernos simbolizan su deshonra (vv. 405-413); el Delfín, calificado de "príncipe de las aguas (13)", destaca por su actitud servicial hacia los hombres, a los que avisa de la tormenta, y a veces salva (vv, 414-428); en cambio, del Toro español, si bien se le reconoce braveza, hay que desconfiar, porque sería capaz de usurparle el trono al rey León (vv. 429-438). A continuación, empieza una serie de retratos de aves a las que presta el autor una nacionalidad que influye en su modo de portarse : el Milano es sospechado de Catalán por corresponderle el dicho "catalauña", y conviene cortarle la uña inobediente y desleal (vv. 431-451); al Jilguero Portugués, que ya dejó de cantar, se le devolverá esta posibilidad c^ñ~el acero del cuchillo (vv. 452-461); para vigilar a estos rebeldes vendría bien la Grulla con su tradición de centinela y espía (vv. 462-473); del Tofdb, que habla en vascuence. se alaba la nobleza y la lealtad (vv. 474-489); el Cernícalo Navarro tendrá que escoger la solución de cerner "la flor a
(13) Ibid., p. 12, v. 415.
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España y el salvado a Francia (14)" (vv. 492-499); al Cuco Aragonés se le halaga, por el lustre que dio a España con" sus capitanes famosos,desmintiendo la etimología de "haragán" (vv. 500-512); por su parte, la Mirla Valenciana justifica totalmente su etimología de "vaïëhtia", por su lucha gloriosa contra los moros (vv. 513-537); a la murciana Golondrina se le da licencia para volver de África a su tierra de origen a criar la seda (vv. 538-547); en esta geografía de animales cierra la marcha el Ganso castellano, que sabe imponer el gobierno universal dé su pluma (vv". 548-557) . Luego el autor nos traslada fuera de España con la mención de la Hidra Holandesa sometida desde hace poco al León, en cambio de la libertad de conciencia, gracias al acuerdo concluido por el Leopardo (vv. 558-57O); más allá del Mediterráneo, aparece el Avestruz africano, medio animal, medio ave, ambigüedad que relaciona el autor con su doble pertenencia al cielo y a la tierra; toma entonces la palabra el Avestruz en nombre de las Aves africanas y árabes, función que asumía ya en la malograda junta de Manzanares (citada por segunda vez en el poema), y aboga por las Aves árabes, que se humillaron ante el Criador en Belén, y no participaron en la muerte del Salvador, así como sus hermanas, las Africanas; estas declaraciones inesperadas alborotan a los participantes de la junta, que comienzan a murmurar, por lo que el León impone silencio al Avestruz ívv. 571-628); la asamblea pondera la piedad del Pelicano, y solicita para él licencia de vivir en lugares públicos, donde incitará a los demás a que sigan su ejemplo (vv. 629-639);(al Buho Gallego]se le increpa el atraer a las aves ingenuas que entrega al Halcón, y actuar solapado, de noche, como suelen hacer los delincuentes; se le convida entonces a mudar de proceder y a honrar a los demás, como atañe a su nobleza y limpieza; el Águila subraya los argumentos susodichos con ejemplos de la maledicencia del Buho contra las aves, en la junta de Manzanares, y propone que se le imponga silencio, a no ser que se enmiende, actuando a las claras y hablando bien de las Aves andaluzas, en conformidad con su sangre ilustre; el Buho ni siquiera puede justificarse, siéndole cortada la palabra por la campanilla del Águila (vv. 640-694); la acción de la autoridad contra los maldicientes se completa con el encargo al Elefante "docto más antiguo(15)"
le ui»u. OL JoL/brcn rjà Josa h ibid.,p. 14, v. 497. papj ahinco Anhk>iia te.orU.CCL, pero en un episodio mucho más extenso y lleno de peripecias, de la antipatía de los Gatos que les roban el alimento; doliéndose de su situación el León, manda cortarles las uñas a los Gatos, entonces crece el número de los Ratones, y con ellos aumentan los estragos, y las quejas de los hombres, que apelan de las decisiones del León al mismo Júpiter; así, se restablece la sujeción anterior de los Ratones a los Gatos (vv. 9O0-996); la polémica entre fts,nos y_Caballos se desarrolla en conformidad con la de La CuñAJL~lt.6ñiJEGr, y el Águila arbitra de modo burlesco la pretensión de aquéllos (vv. 997-1048); pero la reina de las aves se muestra mucho más intratable con las Lechuzas a las que apostrofa duramente (vv. 1O49-1O76); las Hormigas reciben el castigo de su avaricia (vv. 1077-1109), mientras las aves de cetrería corresponden con su nobleza, ofreciendo sus pTèsâs"(vv.ÍHÓ1117).
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DOS FABULAS POLÍTICAS DE CUBILLO DE A R A G Ó N
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El Tordo Vizcaíno y e l Ç atalán Milano se juntan para negar, en nombre de sus"fueros, la contribución al hospital (vv. 1188-1124), imitados por el Cernícalo Navarro, la Mirla Valenciana, y »O4-1