Dossier: Políticas sociales y emociones: Presentación

SCRIBANO, Adrián; Angélica De Sena. “Dossier: Políticas sociales y emociones: Presentación”. RBSE – Revista Brasileira de Sociologia da Emoção, v. 15,

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SCRIBANO, Adrián; Angélica De Sena. “Dossier: Políticas sociales y emociones: Presentación”. RBSE – Revista Brasileira de Sociologia da Emoção, v. 15, n. 44, p. 119-124, agosto de 2016. ISSN: 16768965. DOSSIÊ http://www.cchla.ufpb.br/rbse/Index.html

Dossier: Políticas sociales y emociones: Presentación Dossiê: Políticas sociais e emoções: Apresentação The dossier: Social policies and emotions: Introduction

Adrián Scribano y Angélica De Sena

Resumo: O dossiê aqui apresentado se destina a refletir, pelo menos parcialmente, algumas arestas de conexões existentes entre a política pública, emoções e sensibilidades na realidade de países como Espanha, Itália e Argentina, como "exemplos" das interrelações problematizadas neste dossiê. A partir de um olhar plural dos trabalhos reunidos no Dossiê se procura problematizar e criticar o que se dá como adquirido, naturalizado, ou normatizado em sociedades que cada vez mais depositam nas políticas sociais a missão implícita / explícita de regulação dos sentimentos e das sensações. Palavras-chave: políticas sociais, emoções, regulação dos sentimentos

El desarrollo actual de los esfuerzos estatales por disminuir los estados de conflictividad que traen aparejados los procesos de depredación, expulsión segregacionista y explotación a nivel planetario indica claramente en una dirección: las políticas de las sensibilidades ocupan un lugar central en el régimen de acumulación y en los diseños de políticas públicas. La cuestión social abordada sistemáticamente desde las políticas sociales con intensión de reparar el daño ocasionado por los procesos de mercantilización y lucro propios del capitalismo ha devenido en la “cuestión emocional” siendo uno de los objetivos básicos del conjunto de políticas públicas. Las políticas sociales hoy producen, circulan y reproducen emociones

en el contexto de unas sociedades normalizadas en el disfrute a través del consumo transversalizadas en y por la espectacularización y sacrificialidad. “Contener”, “ayudar”, “asistir”, “resguardar”, “proteger” solo para citar algunos de los verbos más usados por los organismos públicos para referirse a un ciudadano disminuido, infantilizado y asistido. Verbos que enhebran práctica de la no-autonomía y dibujan un paradigma de la dependencia social interna. Toda política social se encuentra atravesada por una particular política de las emociones que conformará los modos en que los actores en condiciones de negación sienten, experiencian y actúan en contextos de pobreza. Si, como anteriormente lo hemos mencionado, las políticas sociales ocupan un lugar cen-

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tral en garantizar la reproducción del régimen, las políticas de las emociones nos permiten comenzar a dilucidar algunas de las estrategias –presentadas como lo más íntimo, individual y subjetivo- del régimen para su reproducción a expensas de un número creciente de sujetos en condiciones de sujeción. Percepciones, sensaciones y emociones constituyen un trípode que permite entender dónde se fundan las sensibilidades. Los agentes sociales conocen el mundo a través de sus cuerpos. Lo que sabemos del mundo lo sabemos por y a través de nuestros cuerpos. Por esta vía un conjunto de impresiones impactan en las formas de “intercambio” con él con-texto socioambiental. Dichas impresiones de objetos, fenómenos, procesos y otros agentes estructuran las percepciones que los sujetos acumulan y reproducen. Una percepción, desde esta perspectiva, constituye un modo naturalizado de organizar el conjunto de impresiones que se dan en un agente. Ese entramado de impresiones con-figuran las sensaciones que los agentes se “hacen” de aquello que puede designarse como mundo interno y externo, mundo social, subjetivo y “natural”. Dicha con-figuración consiste en una dialéctica tensión entre impresión, percepción y resultado de éstas, que le da el “sentido” de excedente a las sensaciones. Es decir, las ubica más acá y más allá de la aludida dialéctica. Las sensaciones, como resultado y como antecedente de las percepciones, dan lugar a las emociones, como efecto de los procesos de adjudicación y correspondencia entre percepciones y sensaciones. Las emociones entendidas como consecuencias de las sensaciones pueden verse como el puzzle que adviene como acción y efecto de sentir o sentirse. Se enraízan en los estados del sentir el mundo que permiten sostener percepciones asociadas a formas socialmente construidas de sensaciones.

A su vez, los sentidos orgánicos y sociales también permiten vehiculizar aquello que parece único e irrepetible como son las sensaciones individuales, y elaboran el “trabajo desapercibido” de la in-corporación de lo social hecho emoción. Así, la política de los cuerpos, es decir, las estrategias que una sociedad acepta para dar respuesta a la disponibilidad social de los individuos es un capítulo, y no el menor, de la estructuración del poder. Dichas estrategias se anudan y “fortalecen” por las políticas de las emociones tendientes a regular la construcción de la sensibilidad social. Las políticas de las emociones requieren regular y volver soportables las condiciones bajo las cuales el orden se produce y reproduce. En este contexto, entenderemos que los mecanismos de soportabilidad social se estructuran alrededor de un conjunto de prácticas hechas cuerpo que se orientan a la evitación sistemática del conflicto social. Los dispositivos de regulación de las sensaciones consisten en procesos de selección, clasificación y elaboración de las percepciones socialmente determinadas y distribuidas. La regulación implica la tensión entre sentidos, percepción y sentimientos que organizan las especiales maneras de “apreciarse-en-elmundo” que las clases y los sujetos poseen. Los mecanismos y dispositivos señalados son un gozne práctico y procedimental donde se instancian los cruces entre emociones, cuerpos y narraciones. Las formas de sociabilidad y vivencialidad se tensionan y torcionan en tanto cinta de moebio con las sensibilidades que emergen desde los dispositivos de regulación de las sensaciones y mecanismos soportabilidad social aludidos. La sociabilidad se constituye en una manera de explicar los modos que al inter-actuar los agentes viven y conviven. La vivencialidad es una manera de expresar los sentidos que adquiere el

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estar-en-cuerpo con otros como resultado por un lado, del “experienciar” la dialéctica entre cuerpo individuo, social y subjetivo; y por otro lado, de las lógicas de apropiación de las energías corporales y sociales. Los mecanismos de soportabilidad social del sistema no actúan ni directa ni explícitamente como "intento de control", ni "profundamente" como procesos de persuasión focal y puntual. Dichos mecanismos operan "casidesapercibidamente" en la porosidad de la costumbre, en los entramados del común sentido, en las construcciones de las sensaciones que parecen lo más "íntimo" y "único" que todo individuo posee en tanto agente social. Entre ellos existen dos que desde un punto de vista sociológico, adquieren relevancia: las fantasías y los fantasmas sociales. Unas son el reverso de los otros, ambos hacen referencia a la denegación sistemática de los conflictos sociales. Mientras las fantasías ocluyen el conflicto, invierten (y consagran) el lugar de lo particular como un universal e imposibilitan la inclusión del sujeto en los terrenos fantaseados, los fantasmas repiten la pérdida conflictual, recuerdan el peso de la derrota, desvalorizan la posibilidad de la contra-acción ante la pérdida y el fracaso. Fantasías y Fantasmas nunca cierran, son contingentes pero siempre operan, se hacen prácticas. Se constituyen así “practicas del sentir” que actualizan/encarnan en procesos concretos al conjunto de sensibilidades que constituyen las políticas de las emociones. El dossier que aquí presentamos pretende reflejar, al menos parcialmente, algunas aristas de las actuales conexiones entre políticas públicas, emociones y sensibilidades mostrando realidades de España, Italia y Argentina a modo de “ejemplos” claros de las conexiones aludidas y problematizadas aquí.

A su modo y desde una mirada plural los trabajos reunidos en el Dossier buscan problematizar y criticar lo que se da por sentado, lo naturalizado, lo normalizado en sociedades que cada vez más depositan en las políticas sociales la misión implícita/explicita de regular las sensaciones. Desde España Almudena García Manso y Carmen Gaona Pisonero nos grafican los sinuosos senderos que conectan/desconectan la “educación emocional” de la mujeres y su impacto en la actual bio-política de la seguridad social. El trabajo pretende hacer una incursión a una de las realidades de la sociedad española en perspectiva emocional, las pensiones de jubilación de las mujeres de más de 65 años. Por esa vía se busca hacer evidente cómo una de las políticas públicas mejor valorada por la sociedad -junto con las de la sanidad universal y el subsidio de desempleo- es emocional y mantiene la biopolítica franquista que configuró a la mujer -tomada como una totalidad- en una eterna menor de edad. Ellas ahora sienten y se enfrentan a un nuevo drama emocional derivado de una adecuación “economicista” de su pensión y no de una adecuación más social. Almudena y Carmen evidencian los trazos que unen pensión, mujeres, jubilación, emociones, la mujer como eterna menor de edad y las políticas públicas abriendo un perspectiva crítica sobre lo naturalizado y normalizado. Por su lado Enrica Morlicchio presenta en un primer momento un revelador análisis de lo que denomina “orientaciones prevalentes” de las políticas sociales en Italia: el bienestar penal, el bienestar paternalista y el compasivo caritativo. En segundo lugar, pretende mostrar cómo, a pesar de las profundas diferencias que parecen existir entre estas tres directrices, que se refieren al vínculo social entre "la comunidad y su pobre" existe una gran convergencia. Concluyendo a este res-

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pecto que dichas orientaciones difieren radicalmente de una cuarta, que está ganando cada vez más fuerza, sobre la base de la negación del vínculo social que tienden a cristalizar con el tiempo dando lugar a fenómenos de inmunización. En el trabajo de Enrica es visible claramente cómo las diversas imágenes del mundo de las políticas sociales asociadas a diversas conexiones entre estado y pobreza termina constituyendo sensibilidades: infantilización, indiferencia, etc. Jorge Ahumada y Javier Moreira Slepoy abordan la conexión entre políticas públicas, seguridad y miedo haciendo evidente que “más acá” de lo declarado/escrito en leyes y reglamentos las retoricas de los derechos no implican per se garantizar su acceso ni menos su cumplimiento. Se problematiza el surgimiento de la inseguridad como nueva cuestión social, y se postula su correlato con los cambios neoliberales ocurridos en América Latina desde los 90, Las políticas públicas que abordan el problema carecen de información confiable y hay vínculos contradictorios entre la población y la policía. Tanto la clase política, como la población, esperan de la policía respuestas sobre las cuales muestra una crónica impotencia, en el ámbito académico hay propuestas interesantes pero en general no son tenidas en cuenta al momento de formular políticas de seguridad, al parecer es un lugar común el aumento de personal policial en toda América Latina, a pesar de sus magros resultados. Se pone en cuestión el paradigma punitivo y se plantean sus posibilidades de superación. En esta dirección Jorge y Javier postulan una agenda de investigación con siete puntos que caracterizan una nueva simbología de la in-seguridad: 1- Construcciones míticas sobre el delito y la violencia 2- Des-problematización del mundo del trabajo, la corrupción político-empresarial y el protagonismo y participación popular 3- Vigencia de ex-

pectativa social sobre la solución policial 4- Paradigma Policial versus Paradigma Emancipatorio 5- Tendencia a la homogeneidad de la represión policial en las grandes ciudades del mundo 6Cambios en las formas de realizar la cohesión social 7- Ideología Policial sobre los sujetos peligrosos, las situaciones de riesgo, los lugares del delito. Rebeca Cena, Florencia Chahbenderian y Andrea Dettano nos proponen un análisis crítico de las sensibilidades asociadas a las llamadas “prácticas inclusión” asociadas a las trasferencias directas de dinero. El objeto del trabajo es problematizar el uso del concepto de inclusión/exclusión social en el diseño de los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) aplicados a nivel nacional en Argentina, y los modos en que se ha disputado una definición de la problemática centrada en las trayectorias individuales de los sujetos. El artículo se propone un abordaje de esta modalidad de políticas sociales a partir del diálogo de tres corrientes de problematización científica de lo social: la sociología de los cuerpos/emociones; las teorías críticas de las políticas sociales y las producciones que se han realizado alrededor del concepto de Inclusión/Exclusión Social. De este modo, efectuamos un análisis documental de los decretos, leyes y resoluciones ministeriales de creación de tres PTMC centrales: el Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados (PJyJHD) implementado en 2002, el Plan Nacional Familias por la Inclusión Social (PNFIS) creado en 2004 y de la reciente Asignación Universal por Hijo para Protección Social (AUH) implementada en 2009. De esta manera Rebeca, Florencia y Andrea nos entregan, a modo de radiografía, un mapeo de sensaciones por donde se conectan capitalismo, cuerpos, emociones y políticas sociales en la actualidad. Angélica De Sena propone el estudio de las políticas sociales procuran-

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do una triple convergencia entre: análisis sociológico de las mismas, indagación desde y de las sensibilidades que producen e investigación de su diseño, gestión y ejecución. En este contexto se resume cómo el GEPSE se viene ocupando de los cruces y articulaciones entre las redefiniciones de la “cuestión social”, las elaboraciones de políticas públicas en el marco de los procesos de regulación estatal de los conflictos entre capital y trabajo, las sensibilidades necesarias y deseadas para que ello ocurra y las políticas de los cuerpos que implican. El objetivo del artículo es sintetizar las aludidas pistas a través de las indagaciones de quien escribe y es quien coordina el GEPSE. En este marco, Angélica afirma que es menester revisar el tratamiento y regulación de la “cuestión social” y comprender y develar las formas en que las políticas sociales crean subjetividades y configuran modelos y estructuras de sensibilidades. Y al hacerlo, instituyen y reproducen (provocando, imponiendo y/o anulando, reprimiendo) ciertas imágenes, modelos y estereotipos de sociedad, de sujeto, de mujer, de trabajo, de familia, de emociones, etc., configurando así estructuras de sensibilidades que afectan las formas de vivenciar(se) de los sujetos intervenidos. Finalmente Adrián Scribano parafraseando lo que sostuviera Tzvetan Todorov (1993), realiza una transposición metafórica de la importante idea de Hannah Arendt sobre la banalidad del mal –más allá de los malos entendidos que pueda provocar– como pivote para describir una práctica social que ha logrado una importante pregnancia institucional: la banalización del bien. Junto a la lógica del desecho y las políticas de

la perversión, la banalización del bien (BdB) constituye una trinidad del círculo mágico del poder dedicado a la estructuración de la regulación de las sensaciones y gestión de las geometrías de los cuerpos en la actualidad. La BdB es, en este sentido, un componente central de los procesos de estructuración social caratecterizados por la normalización en el disfrute inmediato a través del consumo en y por relaciones sociales espectacularizadas. Desde esta perspectiva, la BdB se conecta directamente con las diversas modalidades de consumo como ejes de las políticas públicas: que van desde el consumo mimético al compensatorio. El objetivo central del trabajo es mostrar cómo la BdB opera en términos de una política pública impregnando la complejidad de los procesos de estructuración social. Para lograr dicho objetivo hemos seleccionado la siguiente estrategia argumentativa: a) caracterizamos la BdB con sus componentes centrales, b) hacemos evidente a la BdB en tanto proceso y c) realizamos un análisis de ENAMORAR, un programa de los Ministerios de Planificación Federal y Cultura de la Nación junto a la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). En este marco es posible advertir que este Dossier es un pequeño ejemplo de la globalización de la centralidad de las políticas sociales en la gestión de los conflictos, la construcción de sensibilidades normalizadas y la emergencia de un nuevo paradigma de la dependencia que procura negar los millones de esfuerzos realizados en dirección a la autonomía.

Resumen: El dossier que aquí presentamos pretende reflejar, al menos parcialmente, algunas aristas de las actuales conexiones entre políticas públicas, emociones y sensibilidades mostrando realidades de España, Italia y Argentina a modo de “ejemplos” claros de las conexiones aludidas y problematizadas aquí. A su modo y desde una mirada plural los trabajos reunidos en el Dossier buscan problematizar y criticar lo que se da por sentado, lo natu-

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124 ralizado, lo normalizado en sociedades que cada vez más depositan en las políticas sociales la misión implícita/explicita de regular las sensaciones. Palabras-clave: políticas sociales, emociones, regulación de los sentimientos Abstract: The dossier presented here is intended to reflect, at least partially, some edges of existing connections between public policy, showing emotions and sensitivities realities of Spain, Italy and Argentina as a clear "examples" of the aforementioned connections and problematized here. In its own way and from a plural eyes work together in the Dossier seek to problematize and criticize what is taken for granted, the naturalized, the standard in societies that increasingly deposited in social policies implicit mission / explicit regulate feelings. Keywords: social policies, emotions, feelings regulation of feelings

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