Barrio Pedro de Valdivia Norte

Serie Documentos de Trabajo – Trabajos destacados de Cátedra NTI Antropología de la Ciudad y el Territorio – Escuela de Antropología UAHC Barrio Pedr

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Serie Documentos de Trabajo – Trabajos destacados de Cátedra NTI Antropología de la Ciudad y el Territorio – Escuela de Antropología UAHC

Barrio Pedro de Valdivia Norte Natalia Malebrán y Camila Varas Escuela de Antropología, Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Santiago de Chile, Diciembre del 2014

ÍNDICE 1.

Introducción ……………………………………………….……………………...3

2.

Objetivos…………………………………………………………………………..4

3.

Marco Teórico……………………………………………………………………..4

4.

Marco Metodológico………………………………………………………...….....7

5.

Desarrollo………………………………………………………………………….8 a. Antecedentes históricos de las instituciones…………………………………8 b. Antecedentes históricos de los barrios……………………………………….12 i.

El Barrio Pedro de Valdivia Norte…………………………………..14

c. Las instituciones y el espacio. i.

Instituciones Gubernamentales………………………………………18

ii.

La Municipalidad…………………………………………………….20

iii.

La Junta Vecinal Nº12 del Barrio Pedro de Valdivia Norte…………...23

6. Conclusiones …………………………........................................................................24 7. Bibliografía………………………………………………………………………...…26 Anexos ………………………………………………………………………………..28

2

1.

Introducción El presente proyecto de investigación está enmarcado en la cátedra Antropología Urbana, 8º semestre de la carrera de Antropología, Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Se escogió al Barrio Pedro de Valdivia Norte, Comuna de Providencia, ubicado entre el sector norte del río Mapocho y el cerro San Cristóbal. Nos parece relevante indagar en las estrategias que los residentes del Barrio Pedro de Valdivia Norte ocupan, para mantener las características morfológicas del espacio, a pesar de los esfuerzos nacionales, privados y municipales para modificar el espacio con diversos fines. Para ello, nos proponemos indagar a nivel local el funcionamiento de la Junta Vecinal Nº12 en relación a la Ilustre Municipalidad de Providencia y el resto de las instituciones, de esta manera ver cuáles son las herramientas que poseen en el diálogo en torno a la morfología espacial del barrio. Buscamos encontrar las redes que proporcionan la participación política de la población con respecto a la toma de decisiones para el mantenimiento de las cualidades a traves de las instituciones implicadas que hacen de Pedro de Valdivia Norte un lugar con un estilo de vida particular dentro del Gran Santiago, caracterizado por las pocas modificaciones y un eslogan de “vida de barrio”. Sin este trabajo no estuvo exento de dificultades. Uno de los primeros impedimentos para lograr nuestro objetivo fue el realizar entrevistas a los asesores de urbanismo de la I. Municipalidad de Providencia, puesto que no respondieron correos electronicos ni a entrevistas presenciales. Un segundo impedimento fue el acercamiento a la junta de vecinos nª12, ya que no disponían de un horario para poder realizar entrevistas presenciales, utilizando en su defecto una pauta de entrevistas por vía electrónica. Estas falencias en la investigación las tratamos de suplir con una entrevista a un arquitecto urbanista que nos permitió entender de mejor manera el funcionamiento normativo respecto a la modificación espacial.

2.

Objetivos: Objetivo General: Analizar las redes existentes entre las instituciones públicas que influyen en la mantención de la morfología actual del espacio en el barrio Pedro de Valdivia Norte. Objetivos Específicos:

3

a.

Identificar las instituciones públicas permanentes que intervienen en la toma de decisiones con respecto a la mantención actual de la morfología del espacio en el barrio Pedro de Valdivia Norte.

b.

Describir las instancias de participación y relación de las instituciones que influyen en la conservación actual de la morfología del espacio en el barrio Pedro de Valdivia Norte.

c.

Definir el marco normativo formal de la relación entre las instituciones públicas en el barrio Pedro de Valdivia Norte, para la mantención de la morfología actual del espacio.

3.

Marco Teórico Para llevar a cabo este trabajo, desarrollaremos el concepto de “redes” y el concepto de “espacio”. El primero responde a la necesidad de formular un piso teórico a la metodología que utilizamos para abordar la realidad del Barrio Pedro de Valdivia Norte, respecto al “ espacio” nos parece pertinente definir qué es, sus características y qué es lo qué se “juega” en su campo. Análisis de redes. “El desarrollo del análisis de red desde mediados de los años cincuenta ha sido objeto de varias revisiones extensas” (Hannerz 1993: 188). Para el uso de este enfoque teórico-metodológico en este trabajo, expondremos una definición concisa del concepto y ocuparemos parte del vocabulario proveniente del uso de este análisis en particular. El concepto de red con fines analíticos dentro de las ciencias sociales, surgió dentro del esfuerzo que implica entender la estructura y función de ciertas unidades en un sistema particular. Con este concepto se vuelve posible una especificación más exacta de la naturaleza de los vínculos dentro de un campo social específico. “La idea de las redes en la antropología sirve, por lo tanto, para extraer, de un sistema más amplio y con propósitos analíticos, conjuntos más o menos complejos de relaciones” (Hannerz 1993: 197). En los estudios que utilizan este enfoque, y como su nombre lo indica, se trata de describir las propiedades estructurales, relacionales y dinámicas de las redes sociales existentes en un territorio específico. Éstas se pueden analizar a nivel de personas o instituciones, las que conforman gráficamente “nodos” con posiciones, conectados por líneas que representan un tipo de relación. Los roles e influencia de estos “nodos” dentro del sistema es lo que se analiza, construyendo para esto modelos

donde

se

develan

las

relaciones 4

nodales

de

diverso

tipo.

La utilidad del análisis de redes para este estudio en particular radica en que, con el empleo de esta perspectiva, se vuelve aprehensible el vínculo entre la micro y la macropolítica. “Lo que hace atractivo el análisis de redes a los ojos de Hannerz es su apertura, su capacidad de atravesar las unidades de análisis convencionales” (Cuco 2004: 27). Por lo que, aunque nuestro estudio ponga como eje central el barrio Pedro de Valdivia Norte, se intenta describir es el sistema relacional entre instituciones que influyen en la morfología de éste, tanto desde fuera, como desde dentro del barrio. Ulf Hannerz (1993) desarrolla la noción de “red” que se ha tenido en algunos estudios a nivel de individuos. Partiendo de ésta noción y si pensamos, para llevar a cabo este trabajo, en términos institucionales, Hannerz explica que más que en roles y en la manera en que éstos invisten a las instituciones, hay que interesarse en las instituciones y el uso que éstas hacen de sus roles. En otras palabras, hay que tener claro que por un lado es posible encontrarse con un marco normativo formal (“estructura social” (Ibíd.)), y por el otro, con el uso efectivo que hacen de estos roles formales las instituciones en la práctica cotidiana en este barrio en particular (“organización social” (Ibíd.)). A partir de esto, se puede inferir que los límites institucionales se confirman y se atraviesan en el ámbito de la acción colectiva, la que descansa a la vez, en redes formales e informales de sociabilidad (Sawiki 2011). La organización social entraña los procesos de ordenación de la acción y relaciones en referencia a fines sociales determinados. En los análisis de redes se habla de un “sistema o plan de acción”, donde las personas/instituciones y sus acciones son dependientes entre sí, es decir, que el hecho de realizar acciones a partir de los intereses de alguna una de ellas, repercute en las acciones e intereses de las demás instituciones. La intensidad de la repercusión depende del tipo de relación (Ibíd.). El “sistema o plan de acción” consiste en un conjunto de cadenas finitas de relaciones sociales, que se extienden desde un ego y se crean como "tales para un propósito particular suyo, aunque cada una de las relaciones particulares incluidas pueda tener su propia existencia aparte de ese propósito” (Hannerz 1993: 195). Espacio En cuanto al concepto de “espacio”, lo abordaremos desde la perspectiva de la corriente de geografía crítica que surge luego de los años 70 del siglo XX. Ésta expone que las ciudades son espacios en los cuales los recursos se distribuyen desigualmente. Para nuestra investigación seguiremos a David Harvey y su análisis marxista del espacio, indicando que las formas espaciales no deben tratarse como

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objetos sin vida donde se desarrollan procesos sociales, sino que deben considerarse "como cosas que procesos sociales en la misma medida en que los procesos sociales son espaciales" (Harvey 2007:3). Por ello propone una visión interdisciplinaria entre la metodología sociológica y la geografía para poder abordar de manera correcta el fenómeno urbano. En este sentido, la ciudad es considerada “como un medio tangible, construido, como un medio que es producto social” (Ibid. : 206) y va tomando distintas formas como consecuencia del modo de producción particular de la sociedad. Desde la postura marxista, el autor indica que se debe entender los modos de producción como la forma en que una sociedad se organiza socialmente para producir y reproducir la vida material, articulando de una forma específica el objeto del trabajo, los medios de trabajo y la fuerza de trabajo. Por lo tanto, si cada ciudad se organiza y se va construyendo a partir de un modo de producción, también se van organizando los recursos dispuestos en ella:“Así, pues, el sistema urbano contiene una distribución geográfica de recursos de una gran importancia económica, social, psicológica y 2007:

simbólica”(Harvey

66-67)

Entre estos recursos se encuentra cercanía a ciertos lugares, servicios, lugares de trabajo, áreas verdes, entre otros. Esta distribución de recursos tiene repercusiones directas al ingreso real de los individuos, por ejemplo, si un individuo vive cerca de su fuente laboral se ahorra el costo de transporte. Por ello Harvey distingue los cambios en la forma espacial de la ciudad y los cambios en los procesos sociales tiene relación con los cambios en los ingresos del individuo. Esta distribución de recursos no es al azar, sino que lleva consigo una decisión de cómo distribuir, tomando en cuenta el valor de suelo, ubicación de los lugares de trabajo y vivienda, ubicación de servicios. En el sistema capitalista actual, la decisión la toman los grupos de presión (menor cantidad de personas) los cuales tienen el control de los recursos y definen la distribución de ellos, en desmedro de los grupos de masas que son mayor en cantidad de personas pero sin recursos, teniendo al Estado como planificador de esta desigualdad. Harvey lo explicita de la siguiente manera: “El espacio creado en las ciudades modernas (...) En parte refleja la ideología dominante de los grupos e instituciones que gobiernan la sociedad. En parte es el resultado de la dinámica de las fuerzas de mercado que pueden producir fácilmente consecuencias que nadie en particular quiere” (Ibid. :326). De ahí nuestro interés de observar el fenómeno de modificación espacial en el barrio Pedro de Valdivia norte, en el cual hay distintos actores presentes que resguardan este barrio de cambios

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drásticos en su morfología y la utilización del uso del suelo. En nuestro caso, indagaremos en cuáles son

las

instituciones

que

intervienen

en

la

decisión

de

modificación

espacial.

Por ello, es necesario insistir en que la ciudad y el urbanismo actúan como “sistemas de estabilización de un modo de producción concreto” (Ibid: 213). Harvey apunta a la justicia social como una forma de equiparar la desigualdad social propia de la sociedad actual y se refiere “ a la división de los beneficios y a la asignación de las cargas que surgen de un proceso colectivo de trabajo. Este principio también se refiere a los ordenamientos sociales e institucionales asociados con la actividad de la producción “ (Ibid 98-99). 4.

Marco Metodológico La estrategia metodológica se llevará a cabo a partir de la aproximación a las redes institucionales a través del discurso. Se intentará realizar una entrevista por institución de tipo semiestructurada. En este tipo de entrevistas, el investigador dispone de una pauta de preguntas que recogen los temas que se deben tratar. Se determina de antemano cuál es la información relevante que se quiere conseguir. Sin embargo, el orden en el que se abordan los diversos temas y el modo de formular las preguntas se dejan a la libre decisión y valoración del entrevistador. En el ámbito de un determinado tema, éste puede plantear la conversación como desee, efectuar las preguntas que crea oportunas y hacerlo en los términos que estime convenientes, explicar su significado, pedir al entrevistado aclaraciones cuando no entienda algún punto y que profundice en algún extremo cuando le parezca necesario (Berdichewsky 2002). En su defecto, si llegara a ocurrir que las instituciones involucradas son de muy difícil acceso, se revisará la normativa imperante y a partir de otros informantes claves, se describirán las relaciones institucionales efectivas. Como herramienta de análisis construiremos grafos para describir la estructura de las relaciones. Estos se realizarán a partir de las entrevistas nombradas, las que se complementarán con una entrevista a un informante externo que conozca las dinámicas de las instituciones involucradas y con estudios bibliográfico relacionado con el tema de análisis. Con la construcción de los grafos, realización de entrevistas y estudio bibliográfico, buscamos describir la composición, el patrón de relaciones y los contenidos de las redes en cuestión. Con el propósito de acotar la red a analizar, crearemos una red ego-centrada (“egocéntrica”) donde “ego”, en este caso, quedará representado por la Municipalidad de Pedro de Valdivia. Nos interesarán entonces las relaciones que mantiene la Municipalidad con otras instituciones (“alter”) en términos de modificación espacial; y las relaciones que estos “alteres” establecen entre sí. Este tipo

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de grafo Hannerz (1993) lo denomina “zona de primer orden”, donde se consideran las relaciones laterales que existen entre los vínculos directos de ego (Ibíd.). Los tipos de relación que ocuparemos para la creación de los grafos en este trabajo son los siguientes: 1- De tipo directo (sin nodos intermedios) o indirecto (con nodos intermedios) (Hannerz 1993). 2- El tipo de relación entre las instituciones se definirá a partir de su carácter unidireccional (si la comunicación entre ellas fluye principalmente en una dirección) o bidireccional (cuando la comunicación fluya en ambos sentidos) (Hannerz 1993). 3-

De tipo intensa o débil, dependiendo de la cantidad y calidad de la comunicación entre las instituciones. Los tipos de “nodos” que ocuparemos para la creación de los grafos en este trabajo son los siguientes:

1-

Nodos que ejercen influencia, que reciben influencia, o nodos mixtos.

2-

Nodos que ejercen la acción de “Mau-mauar”, que es el arte de la manipulación de la red a partir de las demandas de una institución (Hannerz 1993).

3-

Nodos que ejercen la acción de “parachoques”, cuya función en la burocracia consiste en recibir a las instituciones “que llegan con peticiones, sufrir hostilidad y humillación y no comprometerse a nada, sino que más bien, por el contrario, ha de dejar claro a los visitantes que no le está permitido comprometer a sus superiores o a la burocracia en general con ninguna línea de acción. En otras palabras, su función consiste en disminuir la accesibilidad” (Hannerz 1993: 218). El objetivo del parachoques es limitar los contactos, por lo que se puede metaforizar como el “guardián”.

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5.

Desarrollo

a. Las Instituciones Con el propósito de identificar las instituciones públicas permanentes que intervienen en la toma de decisiones con respecto a la mantención actual de la morfología del espacio en el barrio Pedro de Valdivia Norte, haremos un pequeño recuento histórico que nos ayude a caracterizar el contexto donde se gestó parte de la organización política que rige el espacio del barrial en el presente. En el libro titulado “Santiago de Chile: Características histórico ambientales, 1891-1924” se describe este periodo, el que tuvo gran relevancia en el posterior desarrollo de la ciudad. “La fecha de inicio indica, en el plano político, el triunfo indiscutido de la oligarquía nacional, la muerte momentánea del presidencialismo y la implantación de un sistema de gobierno parlamentario. Al mismo tiempo, se intentó una descentralización administrativa del país y a través de la Ley de la Comuna Autónoma (1891) se procuró un completo cambio en la gestión urbana dotando a los Municipios de amplios poderes. El año de término (1924-1925) está marcado por un nuevo cambio de orden político: el regreso del presidencialismo, el ascenso de la mesocracia y la crisis de la oligarquía terrateniente. En el marco de lo social aparecen las leyes sociales, (…), que dieron una orientación distinta al gobierno, marcando el inicio de una nueva etapa en el quehacer nacional” (Ramón y Gross 1985: II-III) En cuanto a la legislación de la modelación de la ciudad es preciso mencionar las “Leyes de Organización y Atribución de los Municipios” de 1887 y 1891. “Estas leyes facultaban a los municipios para establecer los límites urbanos de las poblaciones, determinando las condiciones en que los nuevos barrios debían ser entregados al uso público” (Ibíd. :3). Aunque se señala que “desgraciadamente” las municipalidades pasadas dejaron extenderse los límites sin una planificación urbana estratégica, este fenómeno se genera con particularidades específicas en el barrio Pedro de Valdivia Norte, porque como lo revisaremos en el transcurso de este trabajo y aunque exista una fuerte densificación poblacional, existen límites físicos (el río Mapocho y el cerro san Cristóbal) que condicionan categóricamente la expansión poblacional horizontal de este espacio.

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Pero la preocupación de las instituciones por otorgar a la ciudad una "estructura más armónica" no involucraba únicamente a los municipios. En el año 1894 la Dirección de Obras de Santiago, el homólogo al MOP de la actualidad1, “presentó un amplio proyecto de transformación elaborado por Manuel Concha el que, no obstante haber sido aprobado por la Cámara de Diputados, fue detenido en el Senado a causa de las observaciones que planteó la Dirección de Obras públicas. En ese año la población de Santiago se había empinado sobre los 256.000 habitantes, los que aún eran contenidos sobradamente dentro de la superficie incluida en el recinto urbano propuesto por Vicuña Mackenna” (Ibíd. : 6). En esta cita se puede comprobar que tanto el primer intendente de Chile (1872-1875), como los parlamentarios y la Dirección de Obras Públicas; fueron instituciones que se vincularon para establecer las directrices de la morfología socio-espacial de los barrios y la ciudad. Luego del fracaso en la concreción de este proyecto, en 1909 se legisló nuevamente con el objetivo de ensanchar uniformemente (15 metros) todas las calles de Santiago, esta ley es conocida como "La Ley del Serrucho”, la cual se hizo efectiva sobre todo “en el caso de las nuevas edificaciones, las que deberían acomodarse a la nueva línea” (Ibíd.: 3). Todas estas leyes, según Eugenio Cataldo (Ibíd.), fueron bastante inoperantes y, al margen de las instituciones ya mencionadas, no se describe la participación activa de los habitantes del espacio que se pretendió estructurar. Una de las aristas más importantes que se buscaban (1909) controlar en el plano de la transformación urbana, era en relación a la densidad poblacional (122 habitantes por ha.), pero la “anarquía política” de la época hacía muy difícil aplicar estos planes en Santiago de Chile. Este mismo año, la Sociedad Central de Arquitectos aprobó un nuevo plan de transformación, “patrocinado por el arquitecto Carlos Carvajal [se puede señalar] éste como el primer plan, después del confeccionado por Vicuña Mackenna, que consideraba a la ciudad como un elemento orgánico que crece y se desarrolla a través del tiempo, y que estimaba fundamental el contar con una propuesta que vinculara las distintas partes de la ciudad y las organizara en un todo” (Ibíd. : 4) A pesar que la época de 1891-1924, puede señalarse como un periodo propicio para el debate de los planes de desarrollo en el manejo de la ciudad, sin generar materia legislativa en relación a ello, ”hubo que esperar hasta el año 1928, fecha en que se contrató al urbanista austríaco Dr. Karl Brunner, y hasta 1929 para 1

El Ministerio de Obras Públicas y Vías de Comunicación no se instituyó hasta el 24 de diciembre de 1942 10

que se designara una comisión encargada de formular las bases del Plan Regulador” (Ibíd. : 5). De todas formas, se dictaron una serie de decretos de ley que condicionaron la morfología del espacio. Dentro del marco de esta revisión histórica, podemos notar que este “organismo” vivo requiere constantemente reacomodos, donde existen tres actores principales que inciden en la mantención y transformación del espacio: la población, los organismos técnicos y las autoridades. La población, aunque aparentemente no considerada dentro del debate para planificación normativa, fue y es un agente determinante en la estructuración de la ciudad, entendiendo el espacio como medio a causa de producto social como lo plantea Harvey (2007). Es el habitante quién tiene la característica de percibir los modelos impuestos y es esencialmente a través de su práctica, cómo estos modelos logran imprimirse o rechazarse en la transformación de la ciudad (Lefebvre 1969). b. Los Barrios La consolidación de la unidad material y simbólica de “los barrios”, como fenómeno que incide en la conservación y modificación del espacio, se desarrolló de la mano con los “Planes de Transformación” de las ciudades. Los propietarios de los lugares físicos donde se consolidaron los barrios, en algunos casos donaron o vendieron en condiciones favorables al fisco, y otros casos, se negaron sitemáticamente a colaborar con los planes de mejoramiento urbano. Esto último aprovechándose de las vinculaciones políticas o sociales, de la carencia de los recursos fiscales, o de la falta de voluntad institucional para aplicar las facultades expropiatorias (Ramón y Gross 1985: 22). A la par que los barrios fueron consolidándose, existió la apertura de nuevas calles, el hermoseamiento de otras, la construcción de mejores edificios públicos, etc. Sin embargo, junto a ello “coexistían problemas inherentes a la condición de ciudad capital, característicos, por lo demás, de todas las ciudades primadas en los países latinoamericanos. La aguda estratificación social daba lugar a estructuras urbanas altamente segregadas y a la consolidación de barrios en los cuales los beneficios del desarrollo no se expresaban con la misma fuerza que en otros lugares” (Ibíd. : 6) Hacia fines del 1924, Santiago tenía una conformación barrial nítidamente estratificada conforme la condición social de los habitantes. Ésta estructura socio-espacial, según Cataldo (Ibíd.), sienta las bases de las características socioeconómicas de los barrios que presenciamos en la actualidad. 11

Otros factores enormemente relevantes en la configuración espacial de la ciudad, son la circulación del transporte y los elementos asociados a éste; y factores de orden natural (hidrografía, relieves, tipos de suelos, etc.). La presencia del río Mapocho, como explicamos con anterioridad, cobra especial importancia en la modelación del barrio que nos convoca en esta investigación. El sector norte de este río estaba caracterizado principalmente por el barrio denominado la Chimba (Ibíd.), pero hacia la parte oriente de este lado del río, la historia se escribió de forma totalmente distinta como lo revisaremos en el siguiente capítulo. Hacia el sector oriente de la capital, la vivienda comenzó lentamente a avanzar en forma de quintas por el Camino de Ñuñoa y en más alta densidad por el de Providencia. Existió de este modo un éxodo de habitantes desde el “Santiago antiguo” hacia las comunas adyacentes. Sumado a los factores de orden natural (la forma del cerro San Cristóbal y el Río Mapocho), que convierten al barrio en un espacio fortificado; existió una apropiación diferenciada del hábitat colectivo con la que, según Armando Ramón, se rechazó “a ciertos sectores de la sociedad de la época a través de barreras culturales y sicológicas […] que para los grupos de menores recursos resultaba imposible sobrepasar. Aún cuando no existieran impedimentos físicos, estos grupos aparecían excluidos de ciertos espacios públicos, espacios que además eran carentes de significado e importancia para su identidad social” (Ibid. : 30). El cerro San Cristóbal fue testigo de la discriminación que se ejercía contra los sectores populares de la población en lo que al uso de las áreas libres se refiere. En efecto, la ley de expropiación del cerro contemplaba iniciar los trabajos de habilitación de subidas y accesos al parque por las calles Pío IX y Loreto, pertenecientes al popular Barrio Recoleta. A pesar de lo anterior, las obras comenzaron por Lo Contador, pertenenciente al actual Barrio Pedro de Valdivia Norte, que conformaba en ese entonces (1918), la parte más distante de la ciudad de la época. El acceso al cerro con propósitos de recreación demandaba un gran esfuerzo para la clase popular. En cambio, para los escasos automovilistas de esos años y para los habitantes del sector cercano a la vía de acceso, la dificultad era mucho menor.

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i. Antecedentes del Barrio Pedro de Valdivia Norte Imagen 1. Sector comprendido del barrio.

Fuente: El Mercurio

La superficie bruta del sector corresponde a 188 hás (incluyendo parte del faldón del cerro) y una población de 3.626 habitantes en el año 2002 (Pávez 2009), en su mayoría personas pertenecientes a un nivel de vida alto2.Con anterioridad a la conquista española, este terreno fue cedido al cacique Vitacura como delegado del inca Yupanqui con la finalidad de controlar el imperio, posteriormente dicho espacio estuvo a manos de Rodrigo de Araya a partir de las mercedes de tierra cedidas por Pedro de Valdivia. Francisco de Avaria fue el responsable de la unificación de este territorio, quien construye la casona Lo contador en 1780 en función de la hacienda. La propiedad fue heredada por su sobrina, Mercedes Contador, quien transforma la casona en una casa de retiro y actualmente está bajo la categorización de Monumento histórico y es parte de la facultad de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Pérez 2007). En cuanto a las actividades productivas, la vertiente sur-oriental del cerro San Cristóbal fue utilizada desde fines del siglo XIX como cantera de piedra rosada (esencial para edificar edificios como el ex congreso nacional) y también de piedra azul hasta 1950, con la cual se adoquinó gran parte de No se encontraron datos socioeconómicos del barrio, en cambio podemos sostener esta afirmación gracias a los datos del Pladeco 2013-2021 que indica que la comuna la ocupación principal de los habitantes es como profesionales, científicos e intelectuales o como técnicos y profesionales de nivel medio. 2

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Santiago (Pávez 2009). Paralelamente este sector era explotado agrícolamente hasta 1938 donde Luis Martínez, propietario del total de las chacras, decide vender 30 hectáreas para realizar proyectos inmobiliarios, los cuales integraban la ejecución de un barrio modelo con edificios residenciales de no mas de 3 pisos y una iglesia central (Perez 2007). Junto con la venta, Martínez construye el puente Pedro de Valdivia para conectar el sector norte y sur del rio Mapocho. De esta manera, se fue formando el núcleo residencial que conocemos en la actualidad, el cual posee entre sus características una baja densidad poblacional y viviendas del tipo individual, no pareada, incluyen jardín privado y edificios de altura en los bordes del barrio (Pávez 2009). En cuanto a las agrupaciones sociales presentes en la zona se destaca la Junta Vecinal Nº 12, la cual participó de un cabildo territorial en abril del 2013, mencionando las siguientes cualidades del espacio: “la calidad ambiental, mucha naturaleza y áreas verdes que permiten una vida sana con poca contaminación ambiental y acústica; presencia de Cerro San Cristóbal; el potencial turístico; la ubicación central; buena conexión vial con el resto de la ciudad sin perder su carácter barrial; cercanía del Parque Metropolitano; restaurantes, buena iluminación y seguridad. Asimismo, se destaca como elementos positivos la posibilidad de practicar deporte y llevar una vida sana, presencia de patrimonio arquitectónico y existencia de comercio de escala local. En el plano social se destacan como elementos positivos de la zona la organización vecinal y el capital social; sus vecinos se conocen entre si%; existe identidad de barrio; diversidad en la edad de población residente”(PLADECO 2013: 174-175). En cuanto a las debilidades y falencias del barrio, se plantea que el carácter residencial peligra ante la demanda para que el sector sea comercial a causa de que el barrio Pedro de Valdivia Norte está en una ubicación estratégica por su centralidad. Esto es debido por la conectividad vial que tiene el sector como también la falta de fiscalización del municipio a proyectos inmobiliarios y comerciales. A causa de ello, en la misma consulta realizada por el municipio, se presentan amenazas para las fortalezas tradicionales del sector como el gran tránsito vehicular, contaminación acústica producidos por los vehículos y escasez de estacionamientos para los residentes. Esta amenaza al uso de suelo residencial del barrio es histórica, donde se ve afectada la calidad de vida y la morfología del espacio, como da cuenta María Isabel Pávez en su trabajo “Los proyectos intercomunales y de escala local: el caso de Pedro de Valdivia Norte, ex polígono “La Contadora” 14

junto al río Mapocho (1928-1978)” (2009). El primer intento de intervención data de 1928, con el proyecto "transformación definitiva del gran Santiago" por el arquitecto Carlos. Pinto Durán, el cual contemplaba una gran circunvalación que afectaría al futuro barrio de Pedro de Valdivia Norte. En 1941 se proyecta el "campo de cultura física San Cristóbal" del arquitecto Jorge Aguirre que incluía expropiar las zona para edificar un estadio, gimnasio, casino y restaurant del centro recreacional. Este proyecto contemplaba la expropiación de los terrenos de Luis Martínez, quien vende parte de sus terrenos para la construcción de residencias exclusivas, dando paso a los inicios del Barrio Pedro de Valdivia (Ibid.). En 1970, se contempla un proyecto vial intercomunal que afectaría al barrio con la construcción de un paso bajo nivel en la Avenida Pedro de Valdivia Norte. Incluía el relleno de las antiguas canteras para rehabilitar las laderas del cerro y, a causa de modificaciones en el paso inferior Pie de Monte, se construyeron muros de contención en la Av. El Cerro. Este proyecto fue paralizado en 1975, dejando una calle inconclusa frente a la actual calle Carlos Casanueva. A la fecha este sector es reconocido por ser un lugar de estacionamientos ilegales y un foco de delincuencia.

Organizaciones y conflictos El rol activo de los vecinos respecto a la protección de su estilo de vida comienza con la movilización en contra de la Costanera Norte, la cual pasaría por el borde del cerro San Cristobal, por Av. El cerro, provocando en el sector ”intrusión visual, ruido y contaminación local” (Tapia 2005: 57). Junto con Pedro de Valdivia Norte, otros barrios como Bellavista, el área de Patronato, el sector de la Vega y el Barrio “Plaza los Moteros ” serían perjudicados con la construcción de la autopista concesionada. En Marzo de 1996 se agrupan las junta de vecinos afectadas por la intervención, dando paso al movimiento Coordinadora No a la Costanera Norte, de la cual participa la junta vecinal de Pedro de Valdivia Norte, logrando que pasara la autopista por debajo del rio Mapocho y no por el borde del cerro San Cristóbal (Óp. Cit.). Un hecho dramático para el barrio fue el funcionamiento del túnel San Cristóbal, el cual pasa por debajo del Cerro San Cristóbal y tiene su salida por Av. Los conquistadores, cortando el barrio en dos partes, provocando congestión vehicular en las calles del barrio. Se suma a ello los problemas de estacionamiento producidos por la ubicación de la Clínica Indisa.

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Sin embargo, a pesar de las modificaciones que ha tenido el barrio, no se presentan mayores intervenciones en 60 años. Como menciona el urbanista Luis Bresciani3, Pedro de Valdivia Norte sigue considerándose una foco atractivo para vivir puesto que reúne tres características únicas en Santiago que a continuación señalaremos en sus propias palabras: “Calidad urbana (con hartas áreas verdes y tranquilidad para andar en bicicleta), conectividad (con el transporte público, como el Metro y Transantiago) y cercanía con los servicios (diversidad de comercio, oferta gastronómica, colegios, universidades y cercanía con el centro financiero de la capital)" (Palacios 2012) . Existen esfuerzos por parte de la Municipalidad para mantener lo que se puede identificar como “vida de barrio” en el sector, encontrándose el Centro Integral de Desarrollo Social (CIDES) en la calle Los Misioneros. Tiene como objetivo contribuir a la sociabilización de los vecinos a partir del desarrollo de actividades culturales, recreacionales y turísticos entre los miembros de la comuna. Además, es un espacio en el cual los miembros de la junta de vecinos del sector pueden realizar sus actividades.

c. Instituciones y el espacio i. Instituciones gubernamentales El acercamiento hacia el barrio PVN, desde las instituciones nacionales es importante en tanto al papel que cumplen en la normativa nacional, ya que en ella se delimitan los mecanismos de construcción, edificación e intervención de la ciudad dentro de los límites que cada normativa indica. Bernardo Muñoz 4 , arquitecto urbanista, a quien se le consultó para orientar esta investigación, plantea que en el espacio hay muchos intereses respecto a su uso y utilización:

Entrevista realizada a Luis Bresciani por Carlos Palacios para el diario La Tercera, el 28 de enero del 2012. 4 Se ocultó el verdadero nombre del entrevistado a petición de él 3

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“Hay muchas tensiones en los destinos de un territorio y en la forma en que se configura. Para eso están los municipios y las instituciones del Estado para regular este territorio: está el MINVU (Ministerio de Vivienda y Urbanismo), que también promueve cierto marco institucional sobre los que se mueven las normas de los municipios; está el MOP (Ministerio de Obras Públicas), que es uno de los actores que quiere modificar el territorio por lo general, por ejemplo en el trazado de las calles(...). Por eso aparecen los marcos regulatorios, aparece la norma. Después de todo este consenso aparecen usos de suelo, alturas de edificación y todo eso que implica un montón de cosas por detrás. Esas reglas del juego permiten ciertas cosas y no permiten otras(…) “(Diciembre 2014) En este caso, para la creación del plan regulador comunal de Providencia (PRCP), se toma en cuenta las normativas de la Ley General de Urbanismo y Construcción (LGUC), de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), además de las Normas Técnicas. En el ámbito de la región Metropolitana aplica el Plan Regulador Metropolitano (PRMS), del cual nuestros informantes destacaron sobre todo la facultad que tenía éste para afectar la densidad poblacional de cada comuna. Para el caso del PRMS, es el gobierno regional, integrado por el intendente, (representante del poder ejecutivo en la región metropolitana) y por los consejeros regionales, que desde el 2013 son elegidos democráticamente, son los encargados de “Aprobar los planes regionales de Desarrollo Urbano, los Planes Reguladores Metropolitanos y los Planes Reguladores Intercomunales propuestos por la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo” 5 Siguiendo a David Harvey y su noción de espacio como un lugar dónde se reparten los recursos, y el cual está supeditado a una ideología específica, cabe destacar que la normativa que reguló el espacio del Gran Santiago tuvo un quiebre desde la dictadura militar el año 1973. Desde esta época el suelo fue categorizado como un bien transable, dejando su lugar de “bien escaso” para ser regulado por el mercado, naciendo en 1994 el PRMS, el cuál responde su aprobación a “la necesidad de contar con un plan que permitiese regular de modo general un área metropolitana que se vio de modo importante influida por el esquema de desarrollo impuesto por el modelo de desarrollo económico desde la dictadura, que dio lugar a transformaciones territoriales que modificaron las pautas de crecimiento espacial de dicha área” (MINVU 2005: 9).

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http://www.gobiernosantiago.cl/que-es-el-consejo-regional 17

En cuanto a la relación que se establece entre las instituciones gubernamentales y el resto de las instituciones involucradas, en la mayoría de las entrevistas que hicimos, se caracterizaba sobre todo al MOP (Ministerio de Obras Públicas) como una “institución prepotente” (según el presidente de la junta de vecinos nº12 del Barrio PVN). Contradictoriamente en la “misión y visión” de este ministerio, resaltan la práctica participativa de los actores sociales involucrados en la planificación urbana. Al preguntarle a Patricio Novoa, encargado actual de participación ciudadana en la municipalidad, si existía diálogo entre los ministerios y las municipalidades, nos respondió que ocasionalmente lo había, pero que al igual que las políticas de participación ciudadana que tenían los ministerios, estas eran de carácter no vinculante. Por lo tanto, si existían por ejemplo permisos de edificación previamente otorgados por el ministerio, la ciudadanía y la municipalidad poco podía hacer para revertir la situación. Los mecanismos de participación ciudadana, en sus propias palabras, eran “para la foto”; ya que si desde estas instituciones se establecen “necesidades país”, el Plan Regulador Comunal queda subordinado al Metropolitano. Por lo que en los estudios y proyectos del MOP, generalmente encargados a ingenieros, las pocas veces que se mencionan a los actores locales, son únicamente con el propósito de justificar la realización de los proyecto en cuestión. La metodología de estos estudios de “diseño de ingeniería”, son muy carentes en relación a la especificación del mecanismo y la forma de caracterización y contacto del “medio humano” del que hablan. Se exponen los “intereses de los usuarios” sin siquiera hablar de las diferencias entre ellos. Además, no se consideran las discrepancias locales y comunales internas, por lo que se muestra a una masa de ciudadanos homogéneos ideológicamente y con igual acceso a los recursos; esto basado en el supuesto erróneo que la realización de los proyecto beneficiará a todos los usuarios por igual.6 ii. La Municipalidad

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Información entregada por Bernardo Muñoz, arquitecto urbanista, quien también indica para el caso de PVN lo siguiente: “Y las instituciones tienen atribuciones muy distintas entre una y la otra, por lo general el MOP ha sido el pez gordo de todas las instituciones. Generalmente el MOP tiene cierta licencia de hacer lo que quiera. O sea es muy poderoso. Entonces si Pedro Valdivia norte sufrió cuando se hizo esa pequeña autopista por ahí es por eso, porque estaba el MOP de fondo que si puede hacer ese tipo de cosas: implementa proyectos que no tienen nada que ver con lo que sucede a una escala local” (Diciembre 2014)

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La mañana del lunes 24 de noviembre nos dirigimos a la municipalidad para concretar o programar alguna entrevistas con algún funcionario que nos explicara el carácter relacional de esta institución con otras entidades que inciden en la toma de decisiones con respecto a la morfología actual del barrio Pedro de Valdivia. Al primer lugar donde llegamos fue al SECPLA (Secretaría Comunal de Planificación), desde donde nos derivaron sucesivamente a cuatro segmentos de la Municipalidad, hasta que finalmente el encargado de “la unidad de participación ciudadana”, Patricio Novoa, accedió a darnos un pequeño esbozo de la vinculación que existe entre la Municipalidad y el resto de las instituciones. Al informarle que nuestro eje de estudio era en torno al barrio Pedro de Valdivia Norte y el espacio urbano, uno de los primeros temas que abordó fue en relación a la construcción del túnel que pretende atravesar el cerro San Cristóbal. Al señalar que el objetivo de nuestra investigación era en torno al espacio físico, nos habló prontamente de la especulación inmobiliaria, comentándonos que la legislación nacional estaba pensada para el comercio y no para el bienestar de las personas. Nos explicó que esto perjudica enormemente a las comunas más pobres, pero que puede incluso llegar a ser beneficioso para barrios como Pedro de Valdivia Norte (por ejemplo cuando sube el valor del suelo). En el transcurso del diálogo que tuvimos con los distintos funcionarios municipales, nos mencionaban casi siempre el Plan Regulador “Providencia 2007”, instrumento heredado de mandato anterior (a cargo de Cristian Labbé) que se constituye como el fruto principal de la labor del urbanismo normativo, el cual implica la codificación en normas la imagen de comuna (PRCP 2007)7. En este mismo documento, se establece desde un comienzo la diferencia entre un urbanismo constructivo, “que privilegia las intervenciones públicas por proyectos”, y un urbanismo “que privilegia las normas reguladoras”, donde se sitúa la acción del Plan Regulador Comunal. El Pladeco 2013-2021 de Providencia es el documento que plantea una estrategia de desarrollo distinta al anterior, a manos del mandato de la alcaldesa Josefina Errázuriz. Fue el resultado del

http://www.providencia.cl/images/documentos-descargables/planregulador/Plan%20Regulador%20Comunal%20de%20Providencia%20(1).pdf 7

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proceso “Piensa Providencia”, una iniciativa para resguardar el carácter residencial de la comuna a traves de la protección de sus barrios, que se realizó entre marzo y octubre de 2013, y “contempló la participación de quienes viven, estudian y trabajan en la comuna, a través de 24 cabildos territoriales, a los que asistieron 2.061 personas, un encuentro de movilidad urbana y una consulta ciudadana, que fue respondida por alrededor de 14.000 personas” (PlADECO 2013) Patricio Novoa, nos explicó que el instrumento legal de “los vecinos” del barrio es el Plan Regulador Comunal; pero sobre éste pueden pasar las acciones dirigidas desde los Planes Reguladores Regionales y también, las acciones derivadas desde los ministerios. Frente las acciones provenientes de estas dos últimas instituciones, la municipalidad tenía poco que hacer, a causa de la jerarquía preestablecidas. El marco de acción de la municipalidad, en estos casos se jugaba en el manejo legal de la situación, no a partir de “los derechos” de los vecinos. Si la municipalidad no tuviera las herramientas legales para contrarrestar la acción de los ministerios, podría llegar a obstaculizar ciertos procesos, pero esto, según la opinión de nuestro entrevistado es muy difícil; ya que históricamente lo que ha pasado es que los ciudadanos reciben el impacto de las políticas regionales y nacionales, pero no los beneficios. Con respecto a esto, le preguntamos que ocurría en el caso específico del Barrio Pedro de Valdivia Norte, a lo que nos respondió: “es que ese barrio es una isla”. Justamente mirando un mapa colgado de la pared de su oficina, se hacía evidente cómo la forma del cerro San Cristóbal y el Río Mapocho convierten al barrio en un espacio fortificado por estos accidentes naturales. De todas maneras, nos aclaraba que nunca se está libre de una modificación espacial y ponía como ejemplo, las consecuencias de viabilidad que tendrá el hecho de que la desembocadura del túnel que atraviesa el cerro inundará las calles no preparadas de este barrio en particular. Nadie en la ciudad se encuentra libre de la modificación espacial, pero claramente algunos se encuentran más proclives a la transformación que otros. La política de la Municipalidad para este barrio en particular, era la de mantención del espacio. Patricio recalcaba que esta era una decisión política de la nueva alcaldesa que buscaba imponer ciertos cánones de conservación, por lo demás muy difícil de llevar a cabo en esta zona tan central de la región. Al preguntarle cómo lo había hecho el barrio para lograr, con el amparo de esta política, 20

hacer efectiva esta conservación ante los intereses inmobiliarios y de los ministerios, nos dijo que estos últimos preferían no meterse en problemas con vecinos que pudieran escribir columnas en “el mercurio”, que manejaran las normas legales ó arquitectos que intercedieran en sus propósitos. Esto último especificando los roles sociales de los habitantes del barrio. Al preguntarle si el barrio tenía problemas con las entidades privadas encargadas del agua, la luz y el alcantarillado, nos afirmó que la intervención espacial que hacían estás empresas eran transitorias y necesarias, por lo que los vecinos ya se habían acostumbrado a su intervención. Teniendo presente la información , creamos un grafo (Anexo 1) en donde se explicitan las relaciones que mantienen las instituciones involucradas.

iii. Junta Vecinal Nº12 del Barrio Pedro de Valdivia Norte Al intentar por vía e-mail, conseguir una entrevista con el presidente de la junta de vecinos, esto fue lo que nos respondió: Les agradezco vuestro interés en nuestro barrio Pedro de Valdivia Norte, sin embargo el período es muy complicado, ya que la agenda esta llena de actividades de fin de año. En subsidio les ofrezco que me remitan vía mail, las preguntas y que respondería a Uds. por igual medio, para vuestra investigación (…) Les saluda atte. Jorge Valenzuela D. Pdte JV 12 PVN. Aceptamos “el subsidio” que nos ofreció, para caracterizar el campo local de nuestra investigación. Nuestro entrevistado estaba muy informado en cuánto a nuestro tema de estudio. Conocía perfectamente la existencia y función de las instituciones que influyen en la morfología del espacio barrial. Además de las que ya nombramos, agregó a la Contraloría General de la República.

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Como ya lo explicamos, destacaba el carácter arbitrario de los ministerios (donde ponía como ejemplo la pésima decisión de los Túneles San Cristóbal) y también la falta de coordinación Inter.municipalidades, que en palabras del Jorge Valenzuela, “otorgan permisos de construcción sin coordinarse en lugares donde confluyen 2 o más municipios (Ej. Sit. de Sanhattan, donde confluyen Vitacura, Las Condes y Providencia), donde se llenó de edificios y se ha provocado un gran caos vial y el Costanera Center de 60 Pisos recién lleva el 30% en operación)” (Noviembre 2014). En relación a la participación específica de la junta de vecinos, nos la explicó siempre dentro del marco normativo legal, diciéndonos que para cualquier cambio del Plan Regulador Comunal, según las mismas disposiciones anteriores, ésta debe ser consultada al respecto. La vinculación de la junta de vecinos es, según Jorge Valenzuela, “principalmente con la Municipalidad y de ser necesario con cualquier organismo superior ya que las Juntas de Vecinos por Ley 19418 y su respectivo Estatuto, deben velar por el bienestar de sus vecinos, sin restricción”. Cuando le consultamos por las herramientas que tenía la junta de vecinos, nos comentó que para las disputas en relación a los tuneles ya mencionados, se habló con el Presidente de la Republica, con los ministros y con los parlamentarios. Este dato nos habla del alto grado de “alcanzabilidad” (Hannerz 1993) en la red que tiene este barrio en particular. Jorge Valenzuela es conciente de esta y de las amplias facultades que les da la ley para usar los canales. La comunicacion que logra este barrio en particular con las instituciones “fluye en ambos sentidos”, según Jorge Valenzuela (Noviembre 2014). Respecto a ésta, el presidente de la junta de vecinos, destaca la calidad de la redacción en los documentos que se tramitan y provienen del barrio. 6. Conclusión La apropiación del espacio barrial, recompone el entorno acorde a prácticas culturales precisas, que se generan en vacíos limitados por disposiciones concretas, como por ejemplo el ancho y alto de las edificaciones, o la presencia o ausencia de veredas arboladas, las que a su vez recomponen dichas prácticas culturales. En la conformación histórica de los barrios, Ramón (1985) destaca la coincidencia que existió desde un principio, entre la estructura subyacente (física) y la aparente (simbólica). 22

Los habitantes de un barrio generan una relación, donde existe de manera implícita un compromiso por medio del cual se renuncia “a la anarquía de los impulsos individuales, (…), con el objeto de retirar” (Mayol 1999: 7) ganancias simbólicas necesariamente diferidas en el tiempo. Estas “ganancias” son justamente lo que configura la diferencia entre “los residentes del barrio” y “los otros”, donde se configura un “nosotros” a partir “mundo físico y social” de mezcla y repliegue íntimo. Este “nosotros” se inserta en una red de relaciones más amplia, la cual involucra otros niveles de análisis. La conducta de la institución barrial, en nuestro caso representada por la junta de vecinos nº 12, está determinada en cierto grado por el control normativo; pero dentro de estos límites es capaz de recurrir a experiencias e intereses que surgen de la totalidad integral de sus relaciones (Hannerz 1993). Es así como notamos que el “buen” manejo del lenguaje (la redacción de documentos de la que hablaba Jorge Valenzuela), puede ser determinante al momento de manipular una red para lograr los objetivos del “nosotros”. Estos procesos forman parte de ciertas áreas en la vida social que están menos claramente bajo el control normativo (Hannerz 1993: 198). En el alto grado de “alcanzabilidad” de la red que tiene este barrio, influyen diversos factores, muchos de ellos imposibles de describir con precisión. Por el momento destacamos la accesibilidad física (existe un encargado del barrio en la municipalidad), el manejo de la información y, en general, las herramientas propias de la clase socioeconómica que habita este barrio en particular. En cuanto al papel del Estado, incluidos en esta investigación en el PRMS y el MOP, cabe destacar que funcionan con una lógica determinada de normar con contenidos del espacio e intervenir en ellos de manera activa, por lo tanto, nos hace sentido los propuesto por Harvey al referirse que el espacio está delineado por una ideología específica que permite que ciertos sectotes tengan abundancia de recursos mientras que otros, la mayoría, no los tenga. Por lo tanto, la particularidad del Barrio Pedro de Valdivia Norte radica en su buen manejo y conocimiento del funcionamiento de las redes que intervienen en la modificación espacial (ver anexo). De todas formas, ningún barrio de Santiago queda al margen de las transformaciones morfológicas que se presentan en todas las urbes del mundo sin excepción. En este sentido, aunque la transformación espacial en barrios como éste, ocurran de manera más lenta; de todas formas gracias a la jerarquía de las instituciones vinculadas en redes, se imponen ciertos intereses por sobre otros. 23

Seria interesante contrastar la posición que tiene el municipio de Providencia con otros del Gran Santiago, para observar las diferencias en torno al manejo de los barrios y, en una investigación más exhaustiva, replicar esta investigación en otras comunas en donde las agrupaciones barriales estén activas en la protección del espacio y cómo cambian las redes dependiendo de los actores involucrados. 7. Bibliografía Berdichewsky, B. (2002). Antropología social. Editorial LOM, Santiago. Cuco, J. (2004). Antropología Urbana. Editorial Arial. Hannerz, U. (1993). Exploración de la ciudad, hacia una antropología urbana. Traducción de Vericat y Páloma Villegas, Editorial Fondo de la Cultura Económica, España. Harvey, D. (2007). Urbanismo y desigualdad social. Editorial Siglo veitiuno, Madrid. Lefebvre, H. (1969). El derecho a la ciudad. Editorial Península. Mayol, P. (1999). Habitar. En: La invención de lo cotidiano 2. Habitar, cocinar. 1999. Universidad Iberoamericano, México. Ministerio de Vivienda y Urbanismo (2005). Análisis y diagnóstico Plan regional de desarrollo urbano Región Metropolitana. En: http://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CB8QFjAA&url =http%3A%2F%2Fwww.minvu.cl%2Fincjs%2Fdownload.aspx%3Fglb_cod_nodo%3D2007042712 1107%26hdd_nom_archivo%3D13.pdf&ei=j82GVJulJIuqgwTSyYGoCw&usg=AFQjCNH5edq5m P4HrA7QBq56x1Ab8m08ew&sig2=HT4rLVUqJ9BZnNe1tNq8Yg&bvm=bv.81449611,d.eXY Consultado: 23/10/2014. Municipalidad de Providencia (2013). Plan de Desarrollo Comunal (Pladeco) 2013 – 2021.En: http://www.providencia.cl/la-comuna/plan-de-desarrollo-comunal Consultado: 6/10/2014. Municipalidad de Providencia (2007). Plan regulador comunal de Providencia. En: http://www.providencia.cl/images/documentos-descargables/planregulador/Plan%20Regulador%20Comunal%20de%20Providencia%20(1).pdf Consultado; 20/11/2014 Palacios, C. (2012). El imán de Pedro de Valdivia Norte. En: http://diario.latercera.com/2012/01/28/01/contenido /santiago/32-98774-9-el-iman-de-pedro-de-valdivia-norte.shtml Consultado: 6/10/2014. Pávez, M ª. (2009)Los proyectos intercomunales y de escala local: el caso de Pedro de Valdivia Norte, ex polígono “La Contadora” junto al río Mapocho (1928-1978). En: Revista de Urbanismo, N°20, Santiago de Chile,

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publicación electrónica editada por el Departamento de Urbanismo, F.A.U. de la Universidad de Chile, junio de 2009, I.S.S.N. 0717-5051. Pérez, F (2007). Lo Contador: casa, barrio, ciudad. En: Revista: ARQ 2007 (65), pp. 11-19, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago. Sawiki, F. (2011). Para una sociología de los entornos y de las redes partidistas. Revista de Sociología, No 25. pp. 37-53.Traducido por Vladimir Sierpe y Camila Gutiérrez. Tapia, V. (2005). La costanera Norte y el Barrio Los Moteros. Tesis para optar al título de Antropólogo Social, Universidad de Chile. Ramón, A. y Gross, P. (1985) Santiago de Chile : características histórico ambientales : 1891-1924. Nueva Historia, Londres

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Anexo 1. Grafo de análisis de redes

Elaboración propia.

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