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COLOSENSES – EL MISTERIO DE DIOS: CRISTO La Verdad Del Evangelio Semana 1 En Él Habita Corporalmente Toda la Plenitud de la Deidad (Col 2:9)
Alimento Diario www.dailyfood.ca 1
Lunes Leer con oración: Col 1:13-23 “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (Col 1:1-2)
INTRODUCCIÓN El tema de esta serie del Alimento diario es el libro de colosenses. Según los estudiosos de la Palabra de dios, hay un grupo de cuatro libros del nuevo testamento que puede ser considerado el corazón de los escritos de Pablo, porque desde el punto de vista de la economía de dios, son los libros más importantes que Pablo escribió: Gálatas, Efesios, Filipenses y colosenses. Además, por causa de la revelación que contienen, podemos considerar estos libros como el corazón de toda la Biblia. El orden en que aparecen en la Biblia es: Gálatas, Efesios, Filipenses y colosenses. En la serie anterior del Alimento diario, tratamos el libro de Gálatas. De acuerdo con el orden mencionado, ahora deberíamos estudiar el libro de Efesios; sin embargo, según la revelación divina, dios viene antes que cristo. Por tanto, en esta serie, veremos primero el libro de colosenses, que nos presenta el misterio de dios, antes de ver el 2
libro de Efesios, que revela el misterio de Cristo. Necesitamos conocer el misterio de dios, que es cristo. En colosenses, Pablo presenta a cristo de una manera extraordinaria, como en ningún otro libro de la Biblia: Cristo es la imagen del dios invisible, el Primogénito de toda la creación; Él es antes de todas las cosas y en Él subsiste todo;Él es la cabeza del cuerpo, de la iglesia; Él es el principio, el Primogénito de entre los muertos; en Él habita toda la plenitud de dios. Estos son sólo algunos de los atributos y características del Señor Jesús. ¡Que en esta serie del Alimento diario dios nos revele más Su misterio, de este cristo maravilloso! Punto clave:
El misterio de Dios: Crsto. Su punto clave es: Pregunta:
¿Cómo es presentado Cristo en el libro de Colosenses?
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Martes Leer con oración: Gá 2:19-20; Ef 1:22-23; 3:3-10; 6:10-18; Col 2:9 “Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo” (Col 2:2)
LA ILUSTRACIÓN DEL AVIÓN Si comparamos los libros de Gálatas, colosenses, Efesios y Filipenses con un avión, podemos decir que Gálatas corresponde al cuerpo del avión, al fuselaje. Colosenses y Efesios pueden ser considerados como las alas, puesto que ambos tienen mucha semejanza entre ellos. En el libro de Filipenses, Pablo nos habla de proseguir hacia la meta; por tanto, podemos decir que nos presenta el plan de vuelo y destino de este avión. Así como un avión necesita de dos alas para tener un vuelo equilibrado, nuestra vida cristiana también necesita de los libros de colosenses y Efesios para tener un equilibrio. Sin la revelación del misterio de Dios y del misterio de Cristo, no podemos vivir una vida cristiana según la voluntad de Dios. Colosenses nos muestra que el misterio de Dios es Cristo (2:2). Pablo también afirma que en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad (v. 9). Por medio de Cristo, el pecador puede acercarse a Dios, conocerlo y adorarlo. En Efesios 3:3-10 vemos que el misterio de Cristo es la iglesia. Por la iglesia, la multiforme sabiduría de Dios se hace conocida, porque nosotros, que antes éramos gentiles en la carne, ajenos a la vida de Dios y a los pactos de Su promesa, en Cristo 4
llegamos a ser coherederos, miembros del mismo cuerpo y participantes de las promesas; fuimos habilitados para disfrutar de Sus riquezas inescrutables. Entre los 14 libros escritos por Pablo, cuatro están estrechamente relacionados y se complementan uno con otro. El libro de Gálatas describe lo que es la economía de Dios. Allí vimos que fuimos crucificados con Cristo y que Él vive en nosotros (Gá 2:19-20). Colosenses nos muestra que cristo es el centro de todo en el plan eterno de Dios; Él es nuestra vida (Col 3:3). Efesios revela que la iglesia es la plenitud de Cristo, el cuerpo de Cristo, la novia de Cristo y la guerrera que lucha por los intereses de Cristo (Ef 1:22-23; 5:32; 6:10-18). Filipenses nos muestra la meta, el destino de nuestra vida cristiana, el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo. muestra también que el disfrute de la sublimidad de Cristo nos fortalece para dejar lo que queda atrás, a fin de ganarlo. ¡Aleluya! ¡Jesús es el Señor! Punto clave:
Vivir a cristo y dejar que sea formado en nosotros. Su punto clave es: Pregunta:
Como hijos de Dios, ¿dónde y cómo podemos crecer en vida a fin de tomar posesión de nuestra herencia?
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Miércoles Leer con oración: Ro 6:5; Gá 1:6-7; 2:19-20; 3:1-5; 4:1-2, 19; 5:2-12 “Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gá 1:3b-4)
GÁLATAS Gálatas fue la primera epístola escrita por Pablo, cuando estaba en corinto (Hch 18:1, 11), aproximadamente en el año 54 d.c., en su segundo viaje ministerial. Galacia estaba situada en Asia menor y era una provincia del antiguo Imperio Romano, donde fueron establecidas algunas iglesias, como Derbe, Listra e Iconio, en el viaje hecho con Bernabé (14:20-21). Lamentablemente, apenas salió Pablo de allí, fue introducido un evangelio diferente en las iglesias de aquella región, a través de los judaizantes. Ese evangelio diferente no tenía a Cristo como el centro, sino a la ley (Gá 1:6); no enfatizaba seguir al Espíritu, sino guardar la ley por medio del esfuerzo de la carne (3:1-3). Además, anulaba la justificación por la gracia, forzando a los gentiles que habían creído a circuncidarse (5:2-3). Ese evangelio diferente desligaba a los creyentes gentiles de Cristo, anulaba la gracia, impedía que continuaran obedeciendo a la verdad del 6
evangelio y los incitaba a la rebelión (vs. 4, 7, 11-12). Puesto que la manera de solucionar el problema del pecado es mediante el derramamiento de la sangre, Dios envió a Jesucristo para salvarnos, pues no podríamos hacer eso por nosotros mismos, puesto que todos somos pecadores. Hoy necesitamos creer en la obra redentora de Cristo en la cruz, creer que nuestros pecados, pasiones y deseos fueron puestos sobre el Señor. Cuando Cristo fue crucificado y derramó Su sangre, Él tomó nuestro lugar. Su muerte fue nuestra muerte (Ro 6:6). Una vez que el problema de nuestro pecado fue solucionado, fuimos reconciliados con Dios. A fin de desarraigar a los gálatas de la degradación religiosa incitada por los judaizantes y conducirlos de vuelta al evangelio que habían recibido al principio, Pablo les escribió una epístola, hablándoles sobre la economía neotestamentaria de Dios. Allí se nos revela que Cristo vive en nosotros (Gá 2:20), que Él es el centro del evangelio que predicamos, y también se nos habla de la necesidad de que Cristo sea formado en nosotros (4:19). Gálatas también nos muestra que, como hijos, aún somos infantiles, incapaces de tomar posesión de la 7
gran herencia que Dios nos preparó. Por eso, una vez que somos salvos, somos introducidos en el vivir de la iglesia, bajo el cuidado de los tutores y curadores (4:1-2), que alimentan, instruyen y nos cuidan, a fin de conducirnos a la madurez, para que seamos capaces de tomar plenamente la posesión de la herencia divina y del reino. Que hoy no seamos distraídos por un evangelio diferente ni nos desviemos de él, sino que permanezcamos firmes en el Señor, viviendo y andando en el Espíritu, para ser los herederos de Dios. ¡Alabado sea el Señor!
Punto clave:
Vivir a Cristo y dejar que sea formado en nosotros. Su punto clave es: Pregunta:
Como hijos de Dios, ¿dónde y cómo podemos crecer en vida a fin de tomar posesión de nuestra herencia?
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Jueves Leer con oración: Ef 2:1-3, 8-10; 4:1, 17, 21; 5:2, 15, 18, 22-23; 6:1-20 “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre (…) para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor” (Ef 3:14-17)
EFESIOS La Epístola a los Efesios es uno de los escritos más elevados del apóstol Pablo. Los primeros tres capítulos revelan la economía de Dios, es decir, Su plan eterno, y presentan a la iglesia como el misterio de Cristo (3:4-6, 10). Los tres últimos presentan, de manera práctica, cómo debe ser el vivir de la iglesia según la voluntad de Dios. Mientras que Efesios 1 presenta todo el plan y propósito de Dios bajo la perspectiva celestial (vs. 1-13), el capítulo 2 muestra quiénes éramos antes de ser salvos. Por causa de la caída del hombre, todos nosotros estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, andábamos conforme a la corriente de este mundo, éramos hijos de desobediencia y, por naturaleza, hijos de ira y enemigos de Dios (vs. 1-3). Éramos material o combustible para el lago de fuego; no obstante, fuimos objeto de la misericordia de Dios, por causa del gran 9
amor con que nos amó. Nosotros, que éramos como un pedazo de leña destinado al lago de fuego para ser exterminado, fuimos rescatados por Dios mediante la obra de Cristo en la cruz. Después de sacarnos del lago de fuego, el Señor comenzó a trabajar en nosotros con el fin de transformarnos en Su obra maestra, que es el significado de la palabra hechura en Efesios 2:10. Su deseo es quitarnos toda la herencia adámica e insertar en nosotros más de Su vida y naturaleza. En esto se manifiesta el amor de Dios: Él quita lo que debe ser quitado, como si estuviera “esculpiéndonos”. A pesar de que eso es doloroso y causa algunos sufrimientos, sabemos que es necesario. Por Su rica gracia, Él también Se añade a nosotros. Finalmente, Él nos exhibirá a todo el universo como Su obra maestra. ¡Qué misericordia! En el capítulo 3, Pablo nos muestra que, para que Dios pueda dispensar lo que Él es y tiene, necesita de mayordomos o despenseros, que son aquellos que administran Sus riquezas y las dispensan a Sus hijos. Los mayordomos nos ayudan a crecer en vida y a conocer el amor de Cristo. Ciertamente, Pablo era un mayordomo así, por eso oró para que seamos 10
fortalecidos interiormente con el poder, mediante el Espíritu de Dios, a fin de que Cristo haga morada en nosotros y seamos llenos de toda la plenitud de Dios. En los capítulos 4 y 6 de Efesios, tenemos la práctica de los capítulos del 1 al 3. Por eso Pablo menciona cinco veces el verbo “andar”. Él nos habla de andar cómo es digno de la vocación, o el llamado de Dios, donde está implícita la gracia (4:1, 7); por tanto, debemos andar conforme al llamamiento de la gracia. En el versículo 17 tenemos la segunda mención: “Ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente”. La palabra “vanidad”, en este versículo está en oposición a la “verdad”, citada en el versículo 21. Por consiguiente, el segundo aspecto es andar en la verdad (o realidad). En Efesios 5:2 vemos el tercer aspecto: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó”. En el versículo 8 del mismo capítulo, tenemos el cuarto aspecto: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”. El quinto aspecto del andar como es digno está en el versículo 15: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios”. ¿Cómo podemos andar diligentemente? El camino es llenarnos del 11
Espíritu (v. 18). En otras palabras, debemos andar en el Espíritu. Por tanto, para que el vivir de la iglesia sea real y práctico, nuestro andar debe ser en la gracia, en la verdad, en amor, en la luz y en el Espíritu. Los últimos capítulos de Efesios también muestran que el vivir de la iglesia incluye la vida de reuniones (5:19-21), la vida familiar (vs. 22-23; 6:1-4), la vida social (vs. 5-9) y la batalla espiritual en favor del evangelio (vs. 10-20). Para tener la realidad de la vida de la iglesia necesitamos de sabiduría y revelación, de un vivir lleno del Espíritu.
Punto clave:
Sabiduría, revelación y práctica. Su punto clave es: Pregunta:
¿Cuáles son los cinco aspectos de “andar” revelados en la Epístola a los Efesios?
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Viernes Leer con oración: Fil 1:3-6; 3:7-14; 4:10, 15-16 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil 3:13-14)
FILIPENSES La Epístola a los Filipenses presenta el camino y la meta de la visión que el Señor le dio a Pablo, es decir, la dirección y el destino para nuestra vida. Este es su testimonio y motivación: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de dios en cristo Jesús” (3:14). Cuando dijo que proseguía a la meta, buscando el premio del supremo llamamiento, se estaba refiriendo a entrar en el reino milenario para no sólo disfrutar de las bodas del Cordero, sino para reinar y gobernar con Él sobre las naciones por mil años (Ap 20:6). Al comienzo de este libro Pablo dice que, al recordar a los hermanos, delante de Dios, lo hacía con acciones de gracias y, con mucha alegría, rogaba por la comunión de ellos en el progreso del evangelio desde el primer día hasta ese entonces. La comunión, en ese versículo, significa participación. La iglesia en Filipos participaba de todo lo que Pablo hacía para el avance del evangelio. Asimismo, esta comunión se refería a la contribución financiera para suplir las necesidades de la obra del Señor. No sólo oraban por él y enviaban a personas para servirlo, sino que, por causa del evangelio, también se dispusieron a ofrendar (Fil 1:3-6; 4:10, 15-16). Sabemos que, 13
mientras avanzamos hacia la meta, a veces nos desanimamos. Esto ocurre, principalmente, cuando miramos hacia los lados o hacia atrás, por eso necesitamos mirar siempre hacia adelante. Si nos quedamos mirando atrás o a los lados, nos distraeremos y, tal vez, caeremos. No miremos el pasado, pues si lo hacemos, tendremos miedo y nos sentiremos culpables, diciendo: “No soy digno, porque soy un pecador, inútil”. Más bien, miremos sólo al Señor. Tampoco miremos las tempestades y dificultades, ni siquiera lo correcto o incorrecto. El apóstol Pablo, al dar su propio testimonio, nos estimula e impulsa a olvidar las cosas que quedan atrás y avanzar a lo que está delante (Fil 3:13). El Señor, que está adelante, nos está llamando a proseguir hacia la meta: “¡Ven, prosigue! ¡No te rindas! ¡Ven al reino!”. Cristo está delante de nosotros y nos llama. Nuestros ojos deben estar fijos arriba, en Cristo. Él nos llama, pues quiere darnos el premio.
Punto clave:
Proseguir hacia la meta. Su punto clave es: Pregunta:
¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a los errores y fracasos?
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Sábado Leer con oración: Col 1:13-20, 27; 2:9; 3:11 “Él (Cristo) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Col 1:15-16)
COLOSENSES En la Epístola a los Colosenses, Cristo, el misterio de Dios, es presentado de manera maravillosa. En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Cristo debe tener la primacía, el primer lugar en todas las cosas. Pablo les escribió a los colosenses para recordarles que el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, ya se había manifestado, el cual es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria (Col 1:27). Si queremos ser libres de todas las cosas que sustituyen al Señor, necesitamos ser conducidos de vuelta a Cristo, que llegó a ser el Espíritu de realidad. Hoy, Él está en nuestro espíritu y es todo lo que necesitamos (3:11). Si Cristo no se hubiera hecho el Espíritu, sino que hubiera permanecido en carne, no hubiese podido estar en nosotros, y no podríamos disfrutar de todas Sus riquezas. En Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad y Cristo es la expresión de Dios (2:9). Donde está Cristo, allí está Dios. Hay muchos cristianos que no le dan 15
mucha atención a Cristo; ellos sólo le dan atención a Dios. Pero nosotros debemos saber que, sin Cristo, no habría ninguna manera de conocer a Dios. Él habita en luz inaccesible, pero todo lo que Él es y tiene está en Cristo; por eso Cristo es el misterio de dios. Por medio de Él no sólo podemos conocer a Dios, sino que podemos disfrutar a Dios, podemos tener comunión con Dios. Esto puede ocurrir siempre que Lo invocamos: “¡Oh Señor Jesús! ¡Oh Señor Jesús!”. Cristo es Dios mismo, por medio de quien todas las cosas divinas llegan a nosotros; en Él también recibimos todo lo que Dios es. Por ejemplo, Dios es amor; cuando estamos en Cristo y unidos a Él, Su amor espontáneamente se manifiesta en nosotros; amamos a los hermanos y podemos hasta amar a nuestros enemigos. ¡Esto es un misterio maravilloso! Punto clave:
La supremacía de Cristo. Su punto clave es: Pregunta:
¿Por medio de quién podemos conocer, contactar y disfrutar al Dios que es invisible?
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Domingo Leer con oración: Flm “Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos” (Flm 7)
LA EXPRESIÓN DEL AMOR DE DIOS Gálatas, Efesios, Filipenses y Colosenses pueden ser considerados el corazón de la Biblia, se asemejan a un avión, con dos alas y un plan de vuelo con una meta definida. Además, como lo enfatizamos en series anteriores del Alimento Diario, un avión necesita de una pista, algo sólido en donde pueda alzar vuelo. Esa base es el amor, tema de la carta de Pablo a Filemón, que fue escrita en la misma época que la Epístola a los colosenses. Podemos decir, según la ilustración del avión, que la Epístola a Filemón es la pista en donde el “avión” de la economía de dios despega para alcanzar la meta. Filemón era un hermano de la iglesia en Colosas, y Pablo le escribió a fin de mostrar que la base, el fundamento, para la práctica de la economía neotestamentaria de Dios es el amor (Flm 5, 7, 9). La Epístola a Filemón nos deja un ejemplo práctico del amor como la base para practicar la vida cristiana. En los versículos 8-11, Pablo hizo una solicitud a 17
favor de Onésimo, que había ofendido a Filemón y le causó problemas, pero después de un tiempo fue salvo, al ser engendrado y apacentado por Pablo en la prisión. Pablo lo envió de regreso con Filemón, diciéndole que, si Onésimo (cuyo nombre significa útil), como siervo, le había sido inútil antes, ahora le sería útil, así como le fue también al mismo Pablo. Vemos que el amor se manifestó en la recomendación que Pablo le dio con respecto a Onésimo: “El cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo” (v. 12). También dijo que, en la carne, Onésimo era un esclavo, pero, en el Señor, era un hermano amado (v. 16). Si tenemos el amor como base, no miraremos a los demás desde la perspectiva de la carne, sino que veremos el valor que cada uno tiene para el Señor. Si no estamos sobre la base del amor, sólo condenaremos a los demás. Con una actitud así, no se puede avanzar en la vida cristiana. En cambio, si estamos en Cristo, espontáneamente practicaremos el amor, como es mostrado en la Epístola a Filemón, y proseguiremos de manera victoriosa en la vida espiritual. Puesto que el Espíritu de Dios está en nosotros, Él desea manifestarse por medio del amor. Así como Dios, que es amor, se manifestó por medio de Su Hijo a 18
nosotros, del mismo modo hoy Él quiere manifestarse por medio de nosotros, en Su amor, para con los hermanos y para con todas las personas. No importa si somos atacados, perseguidos o si intentan destruirnos en nuestro servicio al Señor; debemos amar a todos: esa debe ser nuestra actitud. No podemos hacer esto con nuestro amor natural. Antes bien, el amor debe ser la manifestación de que Dios está en nuestro interior, pues Dios es amor. Puesto que el Señor nos amó en Cristo y nos rescató del lago de fuego, debemos tener una vida de la iglesia llena de amor. Todo lo que necesitamos es estar en Cristo. Si estamos en Él, todo lo que Dios es, toda Su plenitud, rebosará de nosotros y alcanzará a otros. Este es el secreto. Así, tendremos la expresión del amor de Dios en nosotros.
Punto clave:
Expresar el amor de Dios. Su punto clave es: Pregunta:
¿Qué representa la carta a Filemón en la ilustración del avión? 19
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Lectura de apoyo La lectura de su Alimento Diario será enriquecida con el acompañamiento simultáneo de los libros que a continuación sugerimos:
Aprendamos con los apóstoles – 2-3 – Dong Yu Lan La Palabra y la oración en la vida cristiana – 2-3 – Dong Yu Lan
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