DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CONTEXTO DE CRISIS. Efectos de la Crisis Sistémica Global sobre los Derechos Humanos y Derechos de las Mujeres

DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CONTEXTO DE CRISIS Efectos de la Crisis Sistémica Global sobre los Derechos Humanos y Derechos de las Mujeres 1

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DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CONTEXTO DE CRISIS

Efectos de la Crisis Sistémica Global sobre los Derechos Humanos y Derechos de las Mujeres

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índice 03 introducción 04 Yildiz Temürtürkan 08 Maria de Graça Sam 12 Sandra Morán

Marcha Mundial de las Mujeres Turquía Marcha Mundial de las Mujeres Mozambique

Marcha Mundial de las Mujeres Guatemala

financian

introducción

n

o resulta nada novedoso decir que vivimos tiempos de crisis. Y menos para las mujeres. Una crisis económica, financiera, social, política y medioambiental que está suponiendo la vulneración de derechos fundamentales de millones de personas y que está teniendo un impacto alarmante en la vida y derechos de las mujeres. El sistema capitalista y patriarcal saquea diariamente la vida de millones de personas con recortes en servicios públicos, privatizaciones de bienes fundamentales, concentración de tierra y riquezas en pocas manos que supone el desplazamiento de campesinos y campesinas, retrocesos en derechos y libertades, militarización, ocupación de territorios, criminalización de los movimientos sociales, y un aumento de los fundamentalismos religiosos y el conservadurismo ideológico y social.

En Mundubat queremos contribuir a este proceso de construcción de alternativas y de resistencia al modelo dominante. Por ello, hemos recogido en estos boletines las reflexiones, y planteamientos que están realizando integrantes de distintas organizaciones sociales desde países como Brasil, Túnez, Mali, Turquía, o Mozambique en torno a los derechos humanos en este contexto de crisis, los principales ejes de su resistencia, y las alternativas que plantean para la construcción de un modelo más humano y más justo.

Sin embargo, frente a estas crisis nos encontramos también inmersas en un contexto en el que grupos y organizaciones sociales están haciendo interesantes propuestas alternativas de resistencia a dicho modelo, que implican un giro radical en la organización social y económica. Desde los movimientos feministas, anticapitalistas, ecologistas, desde el movimiento de campesinos y campesinas, desde redes internacionales como la Marcha Mundial de las Mujeres y la Vía Campesina, desde los pueblos que están resistiendo a la ocupación de sus territorios, se están planteando que otro modelo es necesario, y además posible. Estas organizaciones apuestan por un modelo que ponga a las personas en el centro, un modelo en el que el bienestar de hombres y mujeres y la sostenibilidad de la vida humana y del planeta sean el centro de toda la actividad política, económica y social. 3

entrevista Yildiz Temürtürkan Marcha Mundial de las Mujeres Turquía

Capitalismo y Patriarcado

S

egún se va extendiendo el movimiento feminista por todo el mundo y los asuntos relativos a la mujer reciben un mayor reconocimiento por parte de los gobernantes, las cuestiones de contra qué lucha y por qué lucha el movimiento feminista resultan cada vez más confusas. Las confusiones en el movimiento feminista a nivel mundial continuarán a menos que entendamos la cuestión de la mujer dentro del contexto de una división global del trabajo bajo los dictados del capital y que la subordinación y la explotación de mujeres, naturaleza y colonias constituyen un requisito para seguir con el modelo de acumulación existente.

solamente después de siglos de brutal y encarnizada guerra contra las mujeres, las mujeres se convirtieron en dóciles amas de casa

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La conquista y la explotación de las colonias fue la base para la acumulación de capital en Europa, pero también durante los mismos siglos la destrucción de la autonomía de la mujer sobre su cuerpo y su vida mediante la caza de brujas desempeñó un papel importante en este proceso de acumulación. Las mujeres no cedieron voluntariamente el control sobre su cuerpo y su vida a los hombres, a las autoridades religiosas y al estado. Solamente después de siglos de brutal y encarnizada guerra contra las mujeres, concretamente la caza de brujas, las mujeres se convirtieron en dóciles amas de casa. Al final de este proceso civilizador las mujeres eran lo suficientemente disciplinadas para trabajar como amas de casa para los hombres o como trabajadoras asalariadas para el capitalista y ambas cosas. La subordinación de las mujeres no es un proceso evolutivo y pacífico. Mediante el uso de la violencia los hombres pudieron establecer una relación de explotación entre ellos y las mujeres y otros pueblos y clases con la ayuda de las armas y la guerra. En este modo de acumulación patriarcal, la guerra y la conquista son los medios de producción más productivos. Por tanto, el desarrollo tecnológico siempre va orientado a más guerra, conquista y acumulación, no a satisfacer las necesidades de la gente. El sometimiento de la mujer, la naturaleza y las colonias constituye el trasfondo del patriarcado capitalista o la sociedad civilizada. En este proceso de civilización, hay una conexión entre la caza de brujas que persiguió y subordinó a las mujeres en Europa y las colonias civilizadoras. Tanto las mujeres como las colonias son subordinadas mediante la fuerza y la tortura para quebrar su resistencia al robo y a la explotación.

En su libro titulado Caliban y la Bruja, Syliva Federici describe un proceso fundacional que crea las condiciones estructurales para la existencia del capitalismo. El nacimiento del proletariado requirió una guerra contra la mujer. Millones de mujeres fueron torturadas y quemadas en la hoguera en un terror auspiciado por el estado contra los campesinos europeos destruyendo las relaciones comunales y la propiedad comunal. Coincidió con la usurpación de la tierra, el genocidio de las Américas y el comienzo del comercio de esclavos procedentes de África. Esta época de expolio requirió un patriarcado y el género se convirtió no solamente en una condición biológica, sino también en una especificación determinante para las relaciones de clase. La devaluación del trabajo reproductivo devalúa inevitablemente su producto que es mano de obra. El capitalismo ha sido contrarrevolucionario desde su nacimiento.

Las mujeres y los pueblos sometidos son tratados como medios de producción o recursos naturales tales como el agua, el aire y la tierra. La lógica económica detrás de esta colonización es que las mujeres (como medio de producción para producir personas) y la tierra son bienes que no pueden ser producidos por el capital. Por lo tanto el control sobre las mujeres y la tierra es la base de cualquier sistema basado en la explotación. El único medio de exponer y mantener esta explotación es la violencia.

el desarrollo tecnológico siempre va orientado a más guerra, conquista y acumulación, no a satisfacer las necesidades de la gente

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La dominación masculina sobre la mujer surge porque algunos hombres o grupos de hombres fueron capaces de establecer un monopolio sobre las armas. Mediante el uso de las armas cambiaron su relación con la naturaleza y con las mujeres. Esta relación ha estado basada en el robo y la guerra, que es el modo más rápido de acumular riqueza sin trabajar. Esta relación violenta, establecida primero entre hombres y mujeres, se convirtió en el paradigma de todas las relaciones de explotación que surgirían posteriormente a lo largo de la historia.

niñas y mujeres son asesinadas por miembros varones de la familia, en la mayoría de los casos por hermanos, esposos y padres, en nombre del honor, o son forzadas a suicidarse

Esta violencia se usó en Europa en la caza de brujas para destruir la autonomía de la mujer sobre su cuerpo y en las colonias para destruir la autonomía de los pueblos sobre su tierra y su producción de subsistencia. La violencia contra las mujeres y contra las colonias ha sido la base para el establecimiento de la relación salario-mano de obra, la relación capitalista. Por tanto, la violencia contra la mujer es el instrumento fundamental para mantener a la mujer explotada y oprimida al objeto de proseguir con el patriarcado capitalista neoliberal. Bajo el neoliberalismo, la violencia contra la mujer ha alcanzado proporciones inmensas a pesar de todos los esfuerzos de ONGs y grupos de mujeres. Por ejemplo, en nuestro país tenemos la cara más brutal de la violencia contra la mujer, el feminicidio. Niñas y mujeres son asesinadas por miembros varones de la familia, en la mayoría de los casos por hermanos, esposos y padres, en nombre del honor, o son forzadas a suicidarse. A pesar de todas las enmiendas, sanciones, actividades de concienciación y acciones protectoras estamos todavía lejos de abolir esto. Para poder proponer una solución concreta debemos basar nuestra solución en un análisis correcto. Se cree que los asesinatos por honor son el resultado de unas relaciones feudales tradicionales y del subdesarrollo. Sin embargo, se trata de una cara brutal de la dominación masculina y de otra cara del feminicidio que ha tomado diferentes formas en diferentes sociedades y culturas.

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Patriarcado capitalista

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l movimiento feminista ha estado debatiendo cómo llamar a este sistema bajo el que sufren las mujeres. ¿Se trata de dominación masculina o de patriarcado? Algunas mujeres piensan que literalmente patriarcado significa el gobierno de los padres, aunque la dominación masculina de hoy en día va más allá del gobierno de los padres e incluye el gobierno de esposos, jefes, y gobernantes en política, economía y vida social. Pero el concepto de patriarcado lo usa el nuevo movimiento feminista como un concepto de lucha. El movimiento necesitaba un término para expresar las relaciones de explotación y opresión. Este término implica la dimensión histórica y social de la explotación y opresión de la mujer. Es menos abierto a un significado biológico que la dominación masculina. Los sistemas patriarcales fueron desarrollados en un momento concreto por unos pueblos concretos en unas regiones geográficas concretas. No son sistemas atemporales y universales que hayan existido siempre. Además, el término patriarcado enlaza nuestras luchas presentes con un pasado y nos da esperanzas de que haya un futuro. Si tuvo un comienzo en la historia también puede tener un final. Desde este punto de vista el capitalismo es la manifestación contemporánea o el desarrollo más reciente de este sistema. El capitalismo no puede funcionar sin patriarcado. La meta de este sistema es la interminable acumulación capitalista. Esta meta no puede lograrse sin mantener y crear unas relaciones patriarcales entre mujeres y hombres. El patriarcado constituye el trasfondo invisible del sistema capitalista visible. Esto quiere decir que el feminismo tiene que luchar contra todas las relaciones capitalistas-patriarcales desde la relación hombremujer a la relación humano-naturaleza pasando por la relación entre metrópolis y colonias. No podemos esperar alcanzar nuestra meta centrándonos solamente en una de estas relaciones porque están interrelacionadas.

Militarismo

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l monopolio de los hombres sobre las armas les da poder para mantener la explotación entre hombres y mujeres así como entre diferentes clases y pueblos. Como indicamos en nuestro documento sobre el militarismo, guerra, conflicto y militarización son los medios que usan los sistemas patriarcales y capitalistas para mantener su dominio. La militarización también refleja la división de papeles dentro del patriarcado: el concepto de masculinidad está asociado con la violencia y las armas. Y la institución militar contribuye a la formación de hombres jóvenes para que ocupen una posición dominante en la sociedad. El ejército puede considerarse una de las organizaciones más marcadamente patriarcales de cualquier sociedad y una de las que más reproducen la desigualdad que caracteriza las relaciones entre hombres y mujeres: jerarquía de poder, culto al “jefe” y su dominio, obediencia, violencia física, ausencia de espíritu crítico, un círculo cerrado de “chicos”, etc. Nuestra visión feminista conecta patriarcado y capitalismo con guerra, exige la desmilitarización y cree que la cultura de la paz va más allá de la mera ausencia de guerra. Así que siempre exigimos la desmilitarización de nuestras sociedades junto con la paz. Luchamos por evitar un análisis que separe capitalismo y patriarcado en dos sistemas que conducen a agendas separadas: una contra la pobreza que hace frente al capitalismo y otra contra la violencia sexual que hace frente al patriarcado. Esta separación contribuye a la fragmentación y privatización de la agenda feminista. Sin embargo, las vidas de las mujeres no son separables.

entrevista Yildiz Temürtürkan Marcha Mundial de las Mujeres Turquía

entrevista Maria de Graça Samo Marcha Mundial de las Mujeres Mozambique

“… Subí a la montaña para ver la puesta de sol. En silencio, medité sobre el poder que existe en nosotros. Con este poder, podemos evocar nuestros sentimientos de paz y alegría, y reconocer que estos sentimientos son intrínsecos a cada uno de nosotros; con este poder, podemos transformar nuestro mundo”. Pregs Govendor

“Alternativas feministas contra el capitalismo”

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de octubre de 2012. Mozambique celebra hoy 20 años del Acuerdo General de Paz, que puso fin a una guerra civil que duró 16 años. Una guerra sangrienta, que empezó justamente un año después de la celebración de la Independencia Nacional. No dio tiempo a saborear las glorias de tan soñada libertad. Quien no conoció el ruido de las armas de la guerra contra el colonialismo, conoció la fuerza desgarradora de la ira de hermanos contra hermanos. Y la guerra no tiene piedad, mujeres y hombres, niños y viejos, todos y todas se convierten en su instrumento, su víctima, su blanco... Las canciones de la guerra colonial nos recuerdan a la “mujer mozambiqueña emancipada, que produce y alimenta a los combatientes (…) que trae el pueblo en su corazón”. De la guerra civil no hay canción de militancia para recordar, las caras y voces de las mujeres fueron silenciadas, solo queda la inmensa voluntad de olvidar un pasado tan reciente, tan sombrío y aterrador. La celebración de los veinte años de paz está marcada por recuerdos del arduo y fatigoso proceso de negociación del Acuerdo General de Paz, de las canciones que clamaban por la paz, por la solidaridad del mundo que nos hacía sentir que no estábamos solos. Pero hay una cosa que llama la atención; en ninguno de los eventos transmitidos por la radio, por la televisión, por los periódicos, se enalteció el papel de las mujeres en estas situaciones. ¿Qué ocurrió con ellas? La ausencia de sus caras y sus voces de las mujeres es un indicador de que sus historias siguen por contar en todo este proceso. Cuando celebramos la independencia en 1975, no la festejamos por igual mujeres y hombres, como bien dijo Gertrude Mongela (2008): “luchamos lado a lado con los hombres contra el colonialismo y conquistamos la independencia, pero las mujeres todavía no somos libres, seguimos teniendo que luchar por nuestra propia liberación”. Hoy, mientras festejamos la conquista de la paz, no podemos de forma alguna ignorar que no la celebramos

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todos y todas por igual, en tanto que ciudadanas y ciudadanos mozambiqueños. “Paz en la Tierra, Guerra en casa” es el retrato que Isabel Casimiro (2004) hace de las voces de las mujeres que sugerían que, a pesar de que la guerra ha terminado en el país, hay otra, más antigua, que sigue flagelando a las mujeres (…): la violencia doméstica. En tiempo de guerra y en tiempo de paz, hay siempre perdedores en un mundo de desigualdades. El modelo estructural de la sociedad, el patriarcado, trató de construir sobre cimientos sólidos la base de reproducción y sustento de estas desigualdades. El sistema capitalista, en su lucha hegemónica, ha sido una base perniciosa en la construcción de una sociedad desigual basada en la explotación. Al hablar de la explotación, constatamos que es una palabra que siempre ha estado presente. En los gritos de la revolución que trajo la independencia colonial, siempre oíamos

decir a nuestros líderes socialistas, marxistas-leninistas “¡abajo la explotación del hombre por el hombre!”, e incluso colaboramos en la creación del Destacamento Femenino que supuso la participación de las mujeres en la lucha armada. A pesar del discurso emancipatorio, esta emancipación nunca desafió el papel tradicional destinado a las mujeres. En la guerra, las mujeres sirven para alimentar a los combatientes (como bien nos enseñan las canciones de la lucha armada). Ruth Rubio-Marin (2006), en el libro “What happens to the Women” muestra cómo las mujeres sufren doble marginación bajo regímenes autoritarios durante y después de los conflictos, incluso a través de las comisiones de la verdad y reconciliación. Y se habla de reparaciones por la violación de derechos humanos; ¿quién repara a quien? ¿Cómo recuperar vidas diezmadas? ¿Cómo restituir la dignidad a una mujer que desde su más tierna infancia ha convivido con la impiedosa explotación de su cuerpo, para alimentar a los comba-

entrevista Maria de Graça Samo Marcha Mundial de las Mujeres Mozambique

tientes (…) y/o para alimentar al patrón (en nuestra sociedad, hasta el esposo es patrón), el hombre que se cruza con ella en la calle, el tío, el vecino, incluso el padre?. En nuestra sociedad, los casos de padres que violan a sus propias hijas van en aumento. Y en nuestras comunidades rurales, es frecuente encontrar historias de hombres que van a solicitar algún conjuro para conseguir enriquecerse o para mejorar en su ámbito profesional, y al no poder pagar sus deudas al curandero, entregan a sus hijas de 9, 10, 11 años como moneda de cambio. Y el Estado no está ahí para hacer justicia. De país colonizado, Mozambique pasó a ser independiente. De un país devastado por la guerra civil, Mozambique pasó a ser un país de paz y un ejemplo para el mundo por su capacidad de dialogar, construir y mantener una paz “duradera”; algo que muchos países de la región y del mundo no han conseguido. De un país socialista, marxista-leninista, Mozambique pasó a abrir sus puertas, ventanas y todo su potencial a la economía de mercado, y ser volvió a ser la niña de los ojos del Banco Mundial y del FMI. De un país de economía estancada, Mozambique pasó a ser un país de crecimiento rápido, con una media del 8% en los últimos 10 años. De ser un país pobre, Mozambique pasó a “rico” porque posee una de las mayores reservas de carbón y gas natural del mundo... Las minas de diamantes y los descubrimientos de petróleo, hicieron que Mozambique pasase de ser un país conocido por las calamidades naturales medioambientales y por la inestabilidad, a un país lleno de oportunidades de negocio, y quizá, una respuesta a parte de las crisis que azotan occidente. Y de hecho, en cada vuelo que aterriza en suelo mozambiqueño hay cada vez más inmigrantes que llegan desde los más variados lugares… si no son inmigrantes, son “hombres de negocios”; y si no son hombres de negocios, son turistas que ciertamente en su próximo viaje vendrán como hombres de negocios; porque van a descubrir una oportunidad.

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Pero, al final, ¿dónde están las mujeres?

L

as mujeres tienen historias diferentes para contar. Incluso porque ellas no son un grupo homogéneo. Siguen adelante, pero todavía no han conquistado su independencia, porque el modelo de independencia y prosperidad que se está construyendo no coaduna con las masas, no atiende a intereses colectivos sino a las voluntades de quien tiene el poder y la autoridad en la lógica del capital. Porque quien confiere el poder y la autoridad es el capital. Algunas dirán que están en el poder, porque a través de su militancia partidaria han llegado a ocupar cargos de responsabilidad, como podemos ver en nuestro Parlamento (100 mujeres en un total de 250 Diputados, casi el 40%) y en cargos de poder ejecutivo y judicial. Pero, a lo largo de estos años, la realidad ha mostrado que la presencia de las mujeres en estos ámbitos no ha modificado la lógica de la estructura que los ha construido y los mantiene. El modelo de crecimiento al que se está asistiendo, se asienta sobre la inversión de grandes capitales, la explotación insostenible de los recursos que marginan toda forma de contribución de la economía comunitaria y solidaria, la economía del cuidado, la economía informal, donde la gran mayoría de las mujeres está incluida. El afán desmedido de lucro de las grandes corporaciones en connivencia con los gobiernos nacionales, lleva a la expropiación de las comunidades, y particularmente de las mujeres, de sus tierras, del agua, de los bosques y de otros medios de vida comunitaria. Vivimos hoy una expropiación de recursos mayor que la que vivimos durante los años de colonización (Santos, B.S.:2012). Las mujeres y sus hijos vuelven a ejercer un trabajo esclavo en la explotación minera artesanal y en nombre de la revolución verde, ya que practican la agricultura comercial basada en la monocultivo de la caña, la jatrofa, y el algodón, bajo contratos precarios y estacionales. A cambio de estos empleos mal pagados, hipotecan sus tierras, con el riesgo de no poder recuperarlas

entrevista Maria de Graça Samo Marcha Mundial de las Mujeres Mozambique

nunca o de no volver a usar estas tierras para producir alimentos para la subsistencia de sus familias, exponiéndolas al empobrecimiento. La lucha de las mujeres es ardua. Ellas se implican usando formas alternativas para enfrentarse a los retos impuestos por el sistema en el contexto actual. Las luchas de las mujeres incluyen la movilización y creación de formas asociativas, basadas en la confianza mutua, donde realizan acciones de apoyo colectivo. El Xitique es una de las prácticas de economía solidaria, muy común en la región sur de Mozambique, en que las mujeres crean estructuras de ahorro mutuo y solidario, de donde nacen y se fortalecen esquemas de ahorro rotativo, dándoles la oportunidad de mejorar su economía doméstica, e incluso de realizar pequeñas inversiones. La articulación y el trabajo en red a nivel local, nacional, regional e internacional, crea bases para que las mujeres entiendan que su lucha no es local, ni mucho menos individual, sino algo que transciende los límites fronterizos, y por tanto requiere una acción continua para su consolidación. La formación política es un reto, un aspecto muy importante que tiene que practicarse de forma sistemática, para reforzar la capacidad de las mujeres de hacer su propia lectura sobre la realidad en toda su complejidad.

Documentar, divulgar y hacer visibles las historias de vida de las mujeres es una de las acciones más importantes, porque eleva la autoconfianza de las mismas y sirve de estímulo para muchas otras a nivel comunitario. Realmente, hemos descubierto que las mujeres tienen muchas cuestiones para comunicar, muchas experiencias por compartir, en fin, ellas son detentoras de una sabiduría que necesitamos valorizar, salvaguardar y multiplicar para el bien común de la sociedad.

“... luchamos lado a lado con los hombres contra el colonialismo y conquistamos la independencia, pero las mujeres todavía no somos libres, seguimos teniendo que luchar por nuestra propia liberación”. Gertrude Mongela

Referencias: Govendor. P (2007). Love and courage, a Story of Insubordination. South Africa. Casimiro, I. (2004). “Paz na terra, Guerra en casa”, Feminismos e organizações de Mulheres em Moçambique. Maputo. Rubio-Marin, R. What happened to the women. Gender and Reparations in Human Rights Violetions. Santos, B.S. (2012), Relatório do Simpósio sobre Exclusão e Inclusão das mulheres na economia.

entrevista Maria de Graça Samo Marcha Mundial de las Mujeres Mozambique

entrevista Sandra Morán Marcha Mundial de las Mujeres Guatemala

Caracterización de los Sistemas Patriarcales Construcción Colectiva de Feministas en Guatemala - Alianza Feminista -

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l Patriarcado es un orden social integrado por un conjunto de formaciones, caracterizado por relaciones de dominación y opresión establecidas por unos hombres sobre otros y sobre todas las mujeres y demás seres vivos. Establece la jerarquización de la sociedad, calificando y ubicando de diferente manera a sus integrantes.

el fin de la organización patriarcal es la instalación de un orden político, económico, religioso y militar que garantice la acumulación de riqueza y poder

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El control de la sexualidad, las vidas de las mujeres y las diversas formas de intercambiarlas están en la base del sistema, pues es a partir de eso que surge la acumulación originaria patriarcal1. Se le nombra como originaria porque es la primera experiencia de poder de un grupo sobre otros, para obtener beneficios a costa de la explotación y usufructo de su trabajo y de sus fuerzas vitales. Es a partir de ese momento que se construye la naturalización de las jerarquías y se establecen las desigualdades. El fin de la organización patriarcal es la instalación de un orden político, económico, religioso y militar que garantice la acumulación de riqueza y poder. Para ello necesita imponer un sistema de prestigios y privilegios con un sistema de valores que requieren el control de las vidas, para lo que recurre a la utilización de la violencia simbólica y física en contra de las mujeres, otros grupos y la naturaleza. La violencia en el sistema patriarcal tiene un carácter estructural e instrumental, es un medio que tiene como objetivo el sometimiento de las personas al sistema, sin el cual no hubiera logrado mantenerse a lo largo de los siglos. Las guerras han sido una forma permanente de reducir a las poblaciones, de imponer el terror, expoliar territorios, desarrollar la industria armamentista y la tecnología de la guerra, profundizar la violencia sexual, el fortalecimiento de los ejércitos y la militarización de las sociedades. La colonización ha sido un proceso utilizado por quienes ejercen el poder patriarcal, para expandir su control territorial y poblacional. A través de la invasión se somete a los pueblos conquistados a servidumbre para la explotación, como en el caso de la encomienda y los repartimientos. Para organizar el dominio colonial han recurrido a la agrupación, clasificación, segregación y asimilación de las personas de acuerdo a los intereses colonizadores en cada lugar y momento histórico. Estos procesos se han impulsado con políticas genocidas de exterminio de los pueblos originarios.

1 Aporte de las feministas materialistas

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os procesos de colonización han centrado sus estrategias de conquista en la ocupación de los territorios y de los cuerpos de las mujeres. Las violaciones sexuales son la concreción del poder de dominio patriarcal entre machos en pugna, significan que un bando está despojando por la fuerza al otro de sus propiedades y que está ocupando el cuerpo de “sus” mujeres como campo en disputa para ejercer el dominio material y espiritual, atentando contra la integridad personal y rompiendo el tejido social y comunitario. Esta violencia sexual originaria constituye una herencia que pesa sobre el inconsciente colectivo, con traumas y dolores transmitidos de generación en generación. El mestizaje se construyó básicamente a partir de violaciones masivas de mujeres indígenas y de su sometimiento a servidumbre y esclavitud sexual. De allí surgen hijos no reconocidos por los padres, tratados despectivamente como bastardos, que no

tuvieron derechos ante la ley, propiedades, ni apellidos; mujeres estigmatizadas que asumieron solas la crianza y las responsabilidades de cuidado y afecto, y al mismo tiempo implicó la reproducción del racismo dentro de las familias. El sistema colonial impone su forma de ver el mundo, sus valores y organización social a través de la manipulación, la transformación o el mantenimiento de rasgos culturales útiles a sus

las violaciones sexuales son la concreción del poder de dominio patriarcal entre machos en pugna

entrevista Sandra Morán Marcha Mundial de las Mujeres Guatemala

intereses. La educación, las creencias religiosas, los valores y tradiciones son medios a través de los cuales se instala el pensamiento hegemónico. El sistema define qué se recuerda, qué se olvida, los vencedores deciden lo que es correcto aprender. Para las mujeres el proceso de colonización significó, su clasificación vía el tipo de acceso a sus cuerpos otorgado a los hombres: madre-esposa, putas. Impuso que las mujeres indígenas fueran además consideradas –desde la perspectiva racista- como sirvientas laborales y sexuales. El racismo y la discriminación contra las mujeres indígenas son un fenómeno que ha provocado mayores desventajas y desigualdad para ellas en la sociedad. La colonización en Guatemala implicó la destrucción de saberes, idiomas, pensamientos originarios; persiguió a quienes practicaron rituales y creencias ancestrales, impuso religiones monoteístas, patrones estéticos occidentales, eliminó obras artísticas, obstaculizó el desarrollo de pensamientos autónomos, destruyó manifestaciones culturales. Esto se agudiza entre las mujeres puesto que ellas son las asignadas para la reproducción de las identidades y la transmisión de la cultura. Esta situación es una encrucijada compleja: por un lado está el mandato de reproducir el sistema colonial, y por otro, la necesidad vital de transmisión de rasgos de la cultura originaria. El patriarcado al poner al hombre en el centro del universo, concibe a la Naturaleza como una entidad inferior a la cual puede dominar y explotar en su beneficio. Desde esa perspectiva, los colonizadores vinieron a estas tierras en búsqueda de las riquezas que guardaban en sus entrañas. Iniciaron un proceso de explotación y deterioro ecológico que marcó el territorio: desviaron, contaminaron y expropiaron fuentes de agua; talaron bosques y derruyeron montañas; extinguieron cientos de especies de la flora y la fauna a través de la caza, la captura y domesticación; implantaron especies exógenas, introdujeron enfermedades y plagas; agotaron recursos minerales. Los productos de la tierra

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y los elaborados por las personas se convirtieron en mercancías para enviar a ultramar donde servirían para sufragar guerras y lujos de las monarquías europeas que iniciaban un proceso capitalista de acumulación.

el patriarcado, al poner al hombre en el centro del universo, concibe a la Naturaleza como una entidad inferior a la cual puede dominar y explotar en su beneficio El patriarcado, en su fase capitalista, se caracteriza por: la explotación de la fuerza de trabajo productivo y reproductivo, particularmente la de las mujeres de los pueblos conquistados, quienes fueron cosificadas a través del racismo. La expropiación de los medios de producción a través del despojo y acaparamiento de las tierras de los pueblos originarios colonizados por parte de los grupos de poder con vínculos transnacionales. Este sistema transforma en mercancía los bienes comunes, las personas, el tiempo, el espacio, la vida y la muerte. En este sistema las mujeres son concebidas como las esclavas de los trabajadores, a quienes deben cuidar, atender y sostener, además de darles descendencia. Los cuerpos de las mujeres son intercambiados a través de la prostitución, del matrimonio monogámico, de su uso en la publicidad para promover el consumismo y del uso de su fuerza reproductiva y sexualidad. En el mercado de trabajo las mujeres no gozan de iguales condiciones: reciben menores salarios por trabajos iguales; mucha no pueden ser propietarias, ni tienen acceso a la toma de decisiones.

entrevista Sandra Morán Marcha Mundial de las Mujeres Guatemala

los cuerpos de las mujeres son intercambiados a través de la prostitución, del matrimonio monogámico, de su uso en la publicidad para promover el consumismo y del uso de su fuerza reproductiva y sexualidad Todo proceso de colonización y opresión genera resistencias, rebeldías, revoluciones por parte de quienes se niegan a aceptarlas y luchan por una sobrevivencia digna ante las injusticias padecidas. De esa cuenta, encontramos a lo largo de la historia sucesivos alzamientos, motines, insurrecciones contra los poderes establecidos. Los mecanismos de perpetuación del patriarcado son por consenso y por violencia para el sometimiento y la subordinación. · Institucionalización de las formas de dominio, hombres como poder supremo se instituye la herencia de ese poder a través de la patrilinealidad. Ideas, símbolos e ideología que sustentan ese dominio, enajenación. · Masculinidad y hombres como punto referencial. · Es construido y se modifica. · Capitalismo neoliberal. · Racismo.

Es el sistema de dominación basado en el control y el uso de las mujeres para beneficio del conjunto de los hombres, considerados como el referente universal de lo humano. Tiene más de 5,000 años de existencia y se ha ido resignificando y adaptando a las diferentes etapas de la historia de la humanidad y modos de producción. Cuenta para su funcionamiento y sostenimiento con un entramado teórico, simbólico que lo justifica y mantiene. · Naturalizar los procesos sociales, poner los fenómenos como eternos, es leer la naturaleza como se nos da la gana y atribuir esta lectura a los comportamientos sociales, en función de mantener las jerarquías, por la vía religiosa, por la vía científica. · Los ahistoriza, les quita el carácter de proceso de construcción. · Invisibiliza los mecanismos de opresión, las formas de organización y los aportes de las mujeres, atomiza la realidad, la fragmenta.

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DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CONTEXTO DE CRISIS

EFECTOS DE LA CRISIS SISTÉMICA GLOBAL SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS DE LAS MUJERES

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