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Año ciDt'lIenta y siete. Madrid 18 de Junio de 1910. Número 2.949 • G EDICO =================_ -'-=c_~----=====~== SUMARIO serena, clara, rep"s

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SUMARIO. C. Requisitos de la Materia
Seminario Teológico Centroamericano 406 Bibliología y Teología Propia Profesorado y Licenciatura, Jornada Sabatina Licda. Carolina de Chamorro Primer

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Año ciDt'lIenta y siete.

Madrid

18 de Junio de 1910.

Número 2.949 •

G

EDICO

=================_ -'-=c_~----=====~== SUMARIO

serena, clara, rep"sBda, preslllbase á maravilla pera BOLETiN PE LA SE\fA.\"A: Otro 6enartor vitalicio.-Falloci expresar con dl.fauidad su pensamiento. siempre miento de un méJico rorl\l - El rli¡oono de la. enrona. - R ... , aceItado y ajustado á la realidad. Oí8sele por e,lo oompeasA Al Dr. PulidoJ.=SECCJÓX DE M.ADRI(): Valor dia~' con guslK> y cle.;eáiJase Y soJi(itábase su intervenn6st.ioo (le las bemorrng;as latentes tIel tlpllta o II .;o~tivo.­ InvestigAoiones experimoohlo9 sobre lf\ 8IfUis.=SECCIÓ:o: PRÁ e ción en los debate'. Sus últimos articulos sobre re· TlCA: Dos cn6o~ de regrellión ctlJoAreo. del booin.-=SECCIÓX formas en el Montel,í J de titulares se leerán siem· PROFE~rONAL: La. higiene y 108 médicOll en el modio ror~ l. pr" con ntilidad Y cou provecbo. =PERtÓDICOS MÉDICOS =sEc.)6~ OFICIAL: MinisteriO Regresaba á su casa el domingo 5 del corriente. de la GobernRoión. - Inspecoión geu'rel de Snoid"d exterio". á COSR de las o ·110 Y media de la me1'lana, después =VARIEDADES: Roberto Kooh.=GACEl'A DE LA. SALUD PÚBLICA: Estlldo 8floifA.rio de Madrid. =CRÓNICAS ~ ANU:\ de bacer la visita matntina á sns enfermo', y de OIOS.=KSTAFETA nE PARTIDOS =VACA~TES.=CORRE· prouto un colapso cardIaco Jlevóle instantáneamenPONnENCU. te á la eteruidad. Noticia tan dessgradable corrió como el rayo por el pueblo. y todos. grandes y cbi· BOletln de la semana. cos,se apresuraron á manifestar el dolor que tal pér· ----.- - dida les ocasionaba, como lo demostraron también Otro senador vltalicio.- Fallecimiento de un médico el lunes acndiendo en masa á la parroquia donde rural.-EI discurso de la Corona.-Recompensa al se celebraron las exequias de corpore insepulto. Dr. Pulido. ¡Que Dios misericordioso haya acogido en su A la largR lista de senadores médicos cUY' s santo SGno el Rima del Sr. Vleta, á quien tanto se nombres dimos á conocer en el número del 28 de estimaba en esta caga, y á quien no será fácil olvi Mayo último, tenemos que afiadir hoy con grsn dar en mucho tiempol complacencia el nombre del Dr. D. Aurelio Enrí quez, dietinguido médico de bsfios, que lla !ido En el discurso de la Corona, leído el miércoles nombrado por S. M. senador vitalicio en la vacant, último por S. M. el Rey en el Congreso, encontraque dejara la defunción del Sr. Abarzuza. mos el siguiente párrafo sobre Sanidad: Felicitamos por distinción tan merecida al doc· e Por lo que se refiere á la salud pública, siguien· tal' Enríquez, quien bace Rfios vieue fi¡¡urando do la corriente iniciada en los países más cultos de en la polltica como afiliado á los partidos democrá· Europa y América, en los cuajes bállanse planteaticos. dos los problfmas que más importan á su existencia y bi'mestar en términos puramente higiénicos, El lunes último, dla de San Antonio, recibimos de una higiene social antes desconocida, entende· la desagradable noticia del fallecimieuto del distin· rán tambiéu las Cortes en una ley de Sanidad de guido médico titular de Murillo el Fruto (Navarra), amplios horizontes, dirigida priucipalmente al saD. Antonio Vieta Candurás, conocido y estimado neamiento de las ciudades y los campos>. de todos los médicos titulares de Espafia por su ilus ¿Será verdad tanta belleza? tración nada común, especialmente en asuntos pro' fesionales, y por su agradable y sencillo trato. Copiarnos de El Liberal el signiente suelto, que Era el Sr. Vieta colaborador asiduo de EL SIGLO, se refiere á una gracia concedIda á nuestro campa· al cual profesaba singular carifio, correspondIdo fiero el Dr. Pulido: cierta mento no ya sólo por los actuales redaclorep. eSe ha concedido la gran cruz del Mérito Militar sino por aquellos insignes varones que se Ilamaro!! blanca, libre de derechos, á nuestro ilustre amigo en vida Méndez Alvaro y Nieto Serrano. Desde 108 el Dr. D. Angel PuJido, digno por cierto de esa comienzos de sa carrera empezó á escribir en nues· y de todo género de distinciones. tro periódico, y sus interesantes articnlos sobre cál· La incansable actividad con qne viene lucban· culos del útero, pnblicados hace la friolera de Itrein· do el Dr. Pulido en todos los tenenos en pro de que ta Y seis afiosl en estas columnas, revelarou ya Iv se reconOZCAn los granrles méritos del Cuerpo de que vaUa el entonces joven Vieta. Después, dedica Sanidarl Militar, y de que se le propcrcionen todos do con asidnidad al nada fácil e"tndio de las cues· los medios necesarins para qne llpgue á alcanzar el tioneo profesionales, distinguióse en ellas Ylas prodesarrollo á que aspira, no podia quedar sin recompagó con su palabra Y con su plnma. Su palabra

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penaa oficial, y máB tratándoBe de un hombre de tan altaB doteB de talento y cultura. C~I~brRmoB que eaa pa te d~ los granileB méri· tOB qUil en t."juB los ór,t~n~s de la Vida IUtu explicable teniendo en cuen ln la anatomJa pntoló¡;ica. Se ha discutido la conducla que dlucllIn< ,c;luir cuaodo después de uoa gastrorragia o.tensible ó de otro sJotoma grol'e. de la úlcera péptica prescribamos la dieta absolota para colocar al estómago eu repn· so total y completo. Mientras Lino,sier opina que esta dieta ha de sostenerse en t8nlo loa reactivos re· velen la Lemorrugia Intente, M8thieu no es tan riguroso, por entender que coo esto liegu el eofermo á un grave estado de inaoición. Como las tilles hemorragias ocultas, aun heneficiándose mucho del tratami nto. suelen persistir bastantes dia8, según he tenido ocasión d~ observar, estimo como Mathieo p€ligrosa la "bsti· nencia alimenticia durante todo ese tiempo, y prescri-

bo la leche eo cocnto la reacción pierde algo de su pri· mitiva intensidad, si ",s que la supresión alimentilia puede pro_eguirse hasta entonce , enseñandome 1" práctica que no tarda mucho en cesar por completo la gastrorragia á pesar de la ingestión, siempre que ésta sea debidamente metodizada. En el cáncer del estómago estas hemorragias se ob· servan casi siempre, aunque no en toda, las deposicio· nes puedan apreciarse, por lo que si dos Ó treo exáme· nes fuesen negativos habrá de proseguirse algo más la investigación. En general, las hemorragias latentes no aparecen hasta que la neoplasia se ulcera; pero como esto ocurre muchas veces antes de que lu palpación aprecie la existencia de tumor, y como, ademAs, DO todos los cáncerea son apreciados por la mano que ex· pIara, tiene el dato un gran valor y, en ocaoionea, es signo que sc encuentra ya en perlodos poco avanzados do! proceso. En dos ocasiones he podido afirmar la naturaleza neoplásica de una gastropalla, sin tumor spreciable, por la constancia de hemorragias latentes que no des· aparecieroo en los distiotos reconocimientos qoe de las heces fecaleo practiqoé hasta qoe fué o~erado ono de ellos y hasta que marchó de Madrid al logar de so habitual residencia el otro, al que no crel conveniente aconsejarle la intervención. En la práctica, donde las cosas no aphrecen siempre con la claridad y precisión qoe en los libros, no es in· frecuente el hecho de que se piense en un carcinoma del cardlas cuando la sooda no puede penetrar en el estómago por estenosla del orificio esófago.gástrico, aunque no se perciba tumoracion epigástrica que, para que se aprecie, requiere una extensión considerable del proceso; en tales casos en que dudemos de la natu· raleza del obstáculo que hace altardias infranqueable y no podamos contar con la ayuda que el analisis del quimismo presta al diagnóstico, la comprobación de la sangre eulas heces desvouece las dudas. y no vacilaremos respecto a la naturaleza de la le·

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Flión, porque hemorragias conslanteE', comprobadas en C8!:1i todos lus análisi::; y 110 illf:luiuaa por el tl'ahlmienlo, puede anrlllarse qUf:l eiernpre son patrimonio del C'.IfeinOlDa. Lns internJiteol:i:l~ que alguna vez ~e ban ob~t:'f vndo en la. hemorragia, latentes del dncer gábtrico pareeen Ef'r, COlllO uiee Ca le, de Lyóll, r.uas y ure\'e~. En esos casos en que ti ánimo vacila para preci,ar la nutmaleza de la lebi~n por tral8rse de una pereona e,.tredu en al'lOE, con '{!llomus dispépticos mal defini· du~, innpetellclfi,

falla de futrzas, con poco Ó sin nír.gún ácido clorhídrieo en el contenido del estómago, sin llaótrorrag¡a ostensible, ti resultado del exameo de las depo ¡cionea n08 permitir,\ con frecuencia, por ser po-

sitivo, afirmar que In dolencia generadora de a~uellos traEtornos es el cancer gástrico. Si el resultado fuese oegativo, como aun tratándosc del dncer pnede no haber sangre en las heces por no haberoe todavín ulce· mdo la neoplasia, repitiendo los exámenes ,,1 cabo de uoas cuantas semanas, podremos definitivamente afir· mar 6 negar su exislencia.

(J;n los eEten OSiB pilóricas llamadas benignas por no depender de una neeplasia, así como en la gastrosu· correa., es frecuente que Bean positi vas las rfacciones á

que me refiero, cosa natural si atendemos á que su pa· toge"ia, según boy casi unáoimemente se admite, e, ulcerosa la mayor parte de las veces; yendo ligada la aparición de la hemorragia al estado de la ulceración. Son bastantes los biperclorhídricos en los cuales hem"s comprobado hemorragias latentes; pero los he· chos bien estndiados demueslran que la eongre no se extravasa 'en la hiperclorbidrin y que t81es enfermos son positivamente ulcerosos de los que no se diagnosti. can sin recurrir á estos delicados procedimientos)' de los que no curan mientras no se sometan a la adecuada terapéutica de la lesión orgánica. Kl ser positiva la reacción en tales casos, permi· tiéndonos un cabal diagnóstico, puede fervir tal vez para que evitemos una gastrorragia fulminante Ó una perforacion, .íntomas Ó complicaciones por loe que, como queda expuesto, mucbas veces debuta aparentemente la úlcera gastrica en individuos en Jos cuales evobcionó basta entonces fi no de un modo silencioso, a lo menos con molestias tenidas por de poca impar· tancia y atribuídas a uu trastorno puramente fun cional. Ya dejo dicho que no debe investigarse la hemorra gia oculta en las materias vomitadas, porque no es raro que el vómito determine !,equeñ8s rasgaduras de la mUCoBa con consiguiente pérdida de sangre; por esto fecllmente se comprenderá que las afaccione dislintas del cáncer y de la úlcera que seau capaces de ocasionar vómitos violentos como sucede con ciertas dis· pepsias nerviosas y oon las crisis gaF~ric"s de los tabé. Licos, podrán ser causa de hemorragias ocultas; en una enferma con vómitos nerviosos he podido confirmarlas examinando las deyecciones, estando de acuerdo, por lo tanto, con lo que respecto al particular afirma Küttner que fostiene este mismo punto de vista; pero no practicando los análieis durante estos períodos de vómitos en que la simple inspección de las materias

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expulsadas por la boca suele hacernos recouocer la he morragia, estaremos a sal vo del error. Eo lae úlceras y, en lo que es mucho mas frecuente, en los cánceres e,o/égicos es pOóili va la reacción de la sangre, tanto en las heces como en los pseudo-vómitos y moco esofágico, sirdendo este dato psra sin olro género de exploración diferenciar tales procesos de las estenosis espasmódicas. Por lo que se refiere a la úlcera y al cancer del duodeno, el análisis da los mismos resullados que para las lesiooes gástricas quedan cousignados; las únicas diferencias atañen al asiento, siendo la terapéutica y en rigor, según se sabe, la sintomatologla idénticas eu ausoluto. En las neoplasias del intestino delgado (yeyuno y particularmente ileon) las hemorrsgias latentes son la regla; pero la sintomatologia y soure todo los datos obtenidos por palpación permiten, de ordinario, precisar el sitio en que asienta el proceso; e to último sucede en Jas d~l COIOD, que no se revelan COD lanta freo cuencia por hemorragias laten les, asl como las de la S illaca y recto se exteriorizan por pérrlidas sanguíneas muy apreciables a la inspección simple. En la fiebre tifoidea, cirrosis r c,ncer hepáticos, úlceraa tuberculosaa intestinalea, púrpura hemorrágica y enfermedadea del pancreas, pueden ex latir úlceras Jatentea, airviendo loa a{ntomaa propioa de estas enfermedadea para iluatrar el diagnóstico. Vemos, pues, que donde más importancia tiene el alntoma que nos entretiene ea en laa enfermedades del eatómago, pudiéndoae afirmar en términos generales, y sin más excepciones que las aeñaJadaa y que no invali. dan la regla, que fuera del cáncer y de la úlcera no ae presentan lales hemorragias. La investigación de la a.ngre en las heces debe practicarse con frecuencia mucho mayor de lo que hoy se acostumbra, ya que de tan elocuente modo puede auxiliar al diagnóstico y sin que l. neceaidad ds manipular l.s heces fecalea limite su empleo. Hoy son ya muchos los datos que la coprologla, Ó sea el examen de las beces, proporcioua cuando se examinan. metó~icameDte después de un adecuado régi. men ahmentlcIO de prueba, indispensable y de la iDge~. ti6n de m~teria8 coloractes que separen las deposicio. D~S obtemdae. con este régimen de las debidas á la alImentaCIón que le precede y que le sigue. Asi como cuando . . queremos conocer el estado de las f unCIOnes químICas y motricea del estómago utilizamos Una comi. da de prueba: hemos de hacer lo pro~io para recouocer el funclOna¡mento intestiual en ciertas afecciones del mIsmo estómago y en las del intestino, bfgado y pán. creas. l

.y no quiero inaistir en la repugnancia que el ma. neJode los ex~remenlos pueJa producir; el médico debe conSIderar de ¡gual manera todos Jos productoa orgáni. cos.y n~ e-la autoriz.do para prescindir, con evidenle perJuICIO de aus enfermos, de los d.tos que lino cualqmer. de esos productos pueda proporcionarle or ue P q sus caracteres organolépticos lo bagan repulsivo Por todo cu."to antecede puede apreciarse Ja sen-

cillez de los ~os ~étodos mas corrientemente empleachW en la ID vestlgaélón de lllft hemorragias latentes del tulrá Jigestivo, cada uno de los cuales invierte menoa de . . cuarto de hora, que pueden practicarae sin más maII. rial que 81)(unos reactivos fáciles de adquirir en caai quier farmacia y unos tllbos de ensayo, que no requieren gran práctica del médico que loslleV8 a cabo, y q... con tanta facilidad pueden iluminar un diaguóBliaIl hasta entonces nebuloso aun para cllnicos experimlQ, tados. Ab;)ra bien, la claridad de los datos que 108métod en cuestión suministran no excluye jamb el minucia so reconocimiento del enfermo para interpretarlos bidamente, máxime cuando se sabe que no exitllllla Medicina ningún signo ni sintoma de valor mónico. Todos poseen valor muy significativo cOllldo se les relaciona entre al. pero ninguno, aislado del CIIIIjunIo, puede servir para conducirnos al diagnÓBlico.

pe.

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...,c""',~_:.:.=M."br_-

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INVESTIGACIONES EXPERIMENTALES SOBRE LA SíFILIS

El profesor NeisBer y el Dr. Siebert (JaA....1nwrc 1ft Ar,/lic", Fo,·lbildu.g, cuaderoo 4, IV, 1910, pooderan ~ entusiasmo dt3spertado por las investiga('ionea de Metaolmi.

koll y ROllX, euficiente para lograr tal cBotidad de dIb, que CreeD DO Be conseguirá mucho DUeV') durante" afiOB.

Síti/iB en 10B mO'08 y otr08 atlimale8.-MetechnYI Roux demostraron la trsDsmisibilidad de la sffilis, p.... á Jos monoe Bot"opoides y luego á otros mODOII i~'"

Hoy se sabe que 00 sólo 108 mODOS pueden recibir". lis; étlta. puede inocularse á olros animales como coDljll. perros, cobayas y carneros, debiendo escogerse para lltiolll 101 inoculnción la córnea Ó el testículo con prefereDcia .... piel (que ~e la empleada en los monos). La generalización del virue parece tamb;én e:r:cepeiouJ en dichos animalee inferiores; por e30 contioóao lieado laI monos los animales máe adecuados para eetu ¡av.U... • Clones. La 1'í6lie experimental de 108 monos antropoid88(cbiJD~ pancé~, orangutanesJ gibones) DO ee diferencia al parecer de la humma; todoe 108 Silios 41el cuerpo son capacelldeM blr el virus inoculador. A la lesión inicial sigue UDI pillo tración de aquél en todo el organismo, penetración que. tradllce por slntomas secundarios análogoe completamealt á los que ee preRentan en el hombre (exRntem8ll p.pal" condiloma~ en el ano, on los genitales, placas en 11 bo&w.

etcétera).

La s(6lif= de los mOD08 inferiores no ee diferencia ta_ poco e,~ principio de la humana, aunque var'a eD 101_ 1IifeBlaciontB. Con la curación de la lesión primitivI (.... sólo puede lograres, en loe monOA inferiores , eD la. ClJu. córnea y genitales) suelen terminar las manifeetacíoa• aparentes de la enfermedad. La inicial aparece deepDú di un tiempo de incubación que corresponde al del hombre. Las alteraciones anatomo-patológicas son menOS imporllD' t~8 que 13.:5 del hombre. El exantema secundario disemia. do es rarísirno en lo~ mono!:! inferiores, a.unqne ee ha oblllf' vado con seguridad; con más frecuf'ncia 8e preileDtaD .11 sitio d" la leeión iuidal, después de curada éstA, maaifdll ciones serp gioosas mái exteo8as que &10ella, qos puedll cODsideraree COmo secundaria8. Aonque la ,iBlie ee p~

EL SIGLO MEDICO ta en 8et08 animales aparentemente localizarla, no cabe duda que penetra cOlllpletROlBote por to(10 el organismo, porque con órgano~ interuos de Bsoa Olono¡:¡ inferiort:8 1 y especIal mente COD partículas de bazo, hígado, Ol~dulA. 63dll, t~tltku· loe y con sangre, 88 ha conseguido siempre (Ndsser) ItI. pro vocación en atrae animllles, de lesiones prllJlilivllS r:¡i6IíLi· C8S, auollue 108 trozos de v{t1ceras procedit:ran de animales que babíRo di do illf~ctR¡j08 dos afios antes. in embargo, DO se ha podido descubrir alH el Spirocha8te pl:tllidlt en la mayorfa de los CBBOSJ mientras S8 ve COD regulariJad en la leSiOD inicial dttl mODO. El médico debe saber que no se ha conseguido todaví

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