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El rey no se ha vuelto loco, a pesar de las locuras que comete José Iglesias Fernández
Economista Los poderes son ejercidos por personas o instituciones exterminadoras, que actúan siempre contra seres indefensos y animales
La historia nos guía
La historia sirve para establecer referentes ante diversas situaciones: es un libro donde aprender, una fuente de códigos sobre las que aconsejar comportamientos, y una brújula para orientar procesos de transformación social. Si, como es esta vez, queremos sumarnos a las evaluaciones que nos merecen los comportamientos públicos de la familia real española, mirar a la historia nos es de gran utilidad ética y política. La cuestión será hasta dónde las gentes tomamos las necesarias e ineludibles medidas para protegernos de estos poderes letales u opresivos. Veamos sólo tres ejemplos que nos brinda la historia: Ya en 1649, Oliver Cromwell se vio obligado a decapitar a Carlos I ante el despotismo y el abuso que ejercía este soberano; el parlamento inglés le dio la ocasión de rectificar pero, ante su desmedida soberbia, tuvo que juzgarle y condenarle a muerte.1 Después llegaría la revolución francesa (1789-1799), 2 un hito que marcaría un fuerte cambio en las formas de gobierno, al modificar el poder no menos opresor y absolutista que ejercían los sistemas monárquicos en todos los países donde reinaban. En el caso de la monarquía francesa, el protagonista en aquel momento era Luís XVI quién, continuando con el mismo talante tiránico y autócrata 3 que mostraron sus antecesores, ha de ser guillotinado en 1793 por decisión de la Asamblea Nacional. Louis de Saint Just, uno de los miembros del Comité de Salvación Pública, ya había anticipado su opinión sobre la actitud de los monarcas franceses: “como no es posible reinar de modo inocente, todo rey se convierte en un rebelde y en un usurpador”. Una vez decapitada parte de la familia real, este tribuno añadiría “el Rey fue juzgado según los derechos de la gente… la revolución comienza cuando el tirano termina”.4 La familia real zarista tendría un comportamiento similar a los anteriores. El zar ruso, Nicolás II, era el mayor terrateniente del país, el máximo jefe militar y el principal representante de la nobleza. Su régimen era autocrático, absolutista. No permitía una Constitución. Las leyes eran cartas decretadas por el mismo. A su poder le otorgaba un origen divino. Este poder se apoyaba coercitivamente en la temida y eficiente policía política, la Ojrana, y el ejército. Y, espiritualmente, en la influencia conservadora que la Iglesia ortodoxa ejercía en el campo y en la enseñanza. Este modelo puro de poder absoluto acabó cuando los miembros de la familia real fueron ejecutados en 1918, por decisión de los dirigentes de la revolución bolchevique en este país. Lo que algunos llaman el Reino de España, está viviendo unos momentos que claman por un cambio en la presidencia del Estado, aun que algunos venimos insistiendo que lo que hay que transformar es el capitalismo. Una familia real presuntamente corrupta y corrompida, y escasamente leída, preside el Estado de este país. La historia nos muestra que hacer en estas situaciones, con estos personajes poderosos, que medidas aplicar, que caminos seguir. En este caso, con las instituciones no podemos contar pues demuestran ser cómplices de tales barbaridades. Es decir, el rey se puede permitir cometer estos deslices pues está amparado por los poderes que obedecen, entre ellos, él mismo representa la presidencia de Estado y del estamento militar, ante los poderes que deciden, entre los más destacados, los ejercidos por banqueros y empresarios. Estos poderes los controlan todo, incluso modifican el comportamiento de los miembros de la familia real.
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Ver José Iglesias Fernández. República, ¿si o no? Sobre las sociedades y las formas de gobierno: la propuesta del municipalismo. Virus editorial, 2009. Resumen en http://old.kaosenlared.net/noticia/joan-tarda-aspirante-cromwellsaint-just-mal-informado 2 Algunos historiadores sitúan este período como el inicio de la edad contemporánea y del estado moderno. 3 Se le atribuye a este rey la expresión El Estado soy yo (L’État c’est moi). 4 Saint-Just, Oeuvres completes. Éd. Vellay, C, París, 1908, t. I.
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La misma historia, pero en casa propia
Con el retorno de Fernando VII en 1814 de Francia, llega la restauración del absolutismo borbónico, declarando nula la Constitución de 1812.5 A mi me toca nacer (1931) en y con la Segunda República, pero me paso media vida padeciendo el franquismo. Uno de esos escritores que se dedican a legitimar el poder, acusa a la izquierda de dejar morir a Franco en su cama.6 Así mismo, viendo las cosas como se desarrollan, y teniendo en cuenta la connivencia del duopolio PP-PSOE y la tibieza del resto de partidos en las instituciones del Estado con la familia real, me temo que el susodicho autor vuelva a acusar a la izquierda de dejar morir al Borbón en la suya. De todas maneras, lo de casa propia es un decir. En estos tiempos de monarquía parlamentaria, ¿en manos de quien está la riqueza y el poder que otorga esta? La crisis que está afectando a la mayoría de la población desde el 2007, lleva desvelando quienes son los propietarios de la riqueza en el territorio español debido al esplendor de capitalismo, así como muestra abiertamente quienes ejercen el poder real, poder sobre, y el poder de criado, obediencia a. Cierto que ya no son los reyes, ni tampoco los políticos, aunque sean elegidos por un electorado manada. Ahora bien, nos equivocaríamos si pensásemos que la familia real y los gobernantes no tienen poder, pero siempre es un poder para servir a los poseedores de la propiedad privada de la riqueza, tanto productiva como monetaria: empresarios y banqueros. ¿Por qué el Rey se permite cometer tantas aberraciones, vicios y descarríos desde que llegó al poder? Aparte de su enriquecimiento personal y familiar, hay que decir que la matanza de un elefante el otro día sólo es la gota que casi llena el vaso. Porque no me cabe duda de que llegarán bastantes más gotas y hay más vasos esperando ser llenados. Porque la cuestión es de tiempo, al menos si antes no somos capaces de aplicar una solución final como las que nos recuerda arriba la historia. Buscando respuestas a tal pregunta, una podremos encontrarla en que, detrás y delante de las cacerías, está operando una parte del capitalismo del sector turístico e inmobiliario. El rey, como en otros casos (turismo hacia Mallorca con Palacio y barco incluido, esquiar la familia en Baqueira-Beret sin saber quién paga las facturas, etc.), es un representante de vendedores a nivel de realeza. Según publica El Mundo, “fue el magnate hispano saudí de origen sirio Mohamed Eyad Kayali el que invitó al Rey a cazar con él en Botswana. Fue también Kayali quien pagó la factura a la empresa organizadora de la cacería”. Pero Kayali es un “residente en España desde hace años y que tiene propiedades en Madrid y Marbella, suele actuar como representante de la casa real de Arabia Saudí en España. Es el hombre en España del príncipe saudí y ministro de Defensa Salman, clave en el contrato del AVE a La Meca”. Otros asuntos relacionados con la amistad y afición que comparten el Rey y Kayali destacan “la medalla de oro por la caza del oso pardo, lograda por los ejemplares abatidos en el 2003 y el 2004 en Rumania. El magnate, de 74 años, es cliente habitual de Johan Calitz Safaris, la compañía organizadora de los tours y titular de cuatro zonas de caza dentro de Botswana, donde la temporada cinegética se extiende de abril a septiembre. Otra de las compañías que suele organizar los safaris regios es Boss & Company Sporting Agency, impulsada por la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, supuesta amiga íntima del monarca”. No es impertinente preguntar que, como agradecimiento, con que favores contribuyó (supuesta corrupción real) el Rey a cambio de este y otros costosos viajes supuestamente financiados por estos personajes. Lo mismo pasa con el príncipe, que está acompañando al presidente Brufau de Repsol, a inaugurar una planta de esta firma en Cartagena de Indias, etc. La mayor parte del tiempo de los adultos de la familia real se dedica a inaugurar plantas, laboratorios, almacenes, (a veces algunas iglesias), etc., de las más famosas empresas del país, cuando no transnacionales. Una vez en todo su reinado, con un gran despliegue de medios y policía, visitaron un barrio marginal en los alrededores madrileños. Algo comienza a oler mal en los medios para negarse a ser encubridores
Hasta hace poco, la familia real disfrutaba del privilegio de ser amparados por parte de los medios de comunicación, de forma que muchos de los affaires del rey y otros deslices de los miembros reales quedaban respetados, y por tanto, ocultos del conocimiento y de la sanción de la opinión pública. Otros 5
Conocida como la Pepa, y de manera escandalosamente hipócrita, este año están celebrando su bicentenario los gobernantes que dan apoyo y exculpan de sus actos a la familia real borbónica. 6 José Iglesias Fernández. La pena del dictador que no encontró quién lo asesinase. En http://old.kaosenlared.net/noticia/pena-dictador-no-encontro-quien-asesinase
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sucesos de igual gravedad han quedado sin noticia y sanción y, por tanto, recluidos al nivel del chafardeo y del chascarrillo popular.7 Sin embargo, por razones que desconozco, algo parece haber cambiado en el mundo de los medios, dado que empiezan a dar noticias sobre estos con poder de obedecer. Es verdad que no disfrutamos de un periodismo de investigación, pero sí que algo está ocurriendo en este sector. De momento, según la vox populi, representada por todas las revistas del corazón, esta semana dedican sus portadas a los accidentes del Rey y de su nieto, Felipe de Marichalar. Lecturas ofrece un reportaje bajo el título de “El peor momento de la familia real”, en el que además de repasar el percance del Rey en Botswana, la declaración de Jaime de Marichalar por el disparo de su hijo y la visita de la reina Sofía al monarca hospitalizado, muestra en una fotografía de cuerpo entero a la princesa Corinne zu Sayn-Wittgenstein, de 44 años, que, según publica el semanario, es, desde hace años, “íntima amiga” de Juan Carlos. La familia Urdangarín-Borbón está bajo procesamiento judicial, etc. Ahora sólo queda esperar que los más pequeños crezcan y se reproduzcan. Menuda plaga se nos viene encima. Como tantas otras veces, al rey no le parece que el asunto es de ninguna gravedad, ya que remata lo que debiera ser un comprometido asunto público con un simple “lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Una expresión que sólo un Jefe de Estado dice cuando preside un país de mierda, que cuenta con unos políticos llenos de igual suciedad, (Rajoy afirma que “el Rey es el mejor embajador de España, y el PSOE considera que el Rey ha hecho bien en disculparse”). Por lo que, con letras de La Polla, cuando ellos dicen mierda, nosotros debiéramos responderles: sí, “iros todos a la mierda, estamos hartos de la corrupción. Todos a la puta mierda, estamos hartos ¡Mecagüen dios!”. Mientras, la organización WWF en España se rasga las vestiduras. Anuncia que “la intención de la junta rectora es la de eliminar la figura de la presidencia honorífica que ostenta el Rey desde 1968”. A buenas horas mangas verdes, como sí el Rey no ha dado ya muestras de su compulsión por matar animales a lo largo de todo su reinado. ¿De cuantas otras ONGs no son miembros de honor los componentes de la familia real? Cacería y sexo, dos aficiones impenitentes en la histórica vida de la dinastía borbónica. Mientras, al Parlamento español, ¿qué le preocupa?
¿A quién protege nuestro parlamento? Es evidente que al capital. Se dedica a defender los intereses de los accionistas de Repsol, a decretar reformas laborales que favorezcan las patronales, imponer el copago a los productos farmacéuticos, bombear dinero a los bancos, aplicar recortes para desmantelar la sanidad y la educación pública, es decir, al saqueo abierto de los derechos que forman parte del bienestar social.
José Iglesias Fernández Barcelona, abril del 2012
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“Tuve que matar al elefante en legítima defensa”. “No es de extrañar que al rey le guste la rey, ¡estando tan bárbara!”. “Papá soy gay. No hijo que el gay todavía soy yo”.
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Galería de personajes
Carlos I (1600-1649)
Oliver Cromwell (1599-1658)
Luís XVI (1754-1793)
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Louis Antoine de Saint Just (1767-1794)
La familia del zar Nicolás II
El Presídium del Comité Divisional, cumpliendo con la voluntad del pueblo, ha decidido que el ex zar Nicolás Romanov, culpable ante el pueblo de innumerables crímenes sangrientos, sea fusilado.
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