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EVALUACIÓN MANUALES DE CONVIVENCIA ESCOLAR: APLICACIÓN DE CONTENIDOS Y PARTICIPACIÓN ACTIVA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SU DEFINICIÓN -MAGDALENA, BOYACÁ Y SOACHA-
EQUIPO INVESTIGADOR Y DE APOYO Directora Piedad Caballero Prieto Investigadores Asociados Esperanza Bonilla Patricia Torres Andrés Fonseca Asistentes de investigación Andrea Chaustre Cañón Francisco Oviedo Berruecos Asistente técnico y operativo Alejandro Naranjo Borda
Bogotá, Colombia Noviembre 2009
Tabla de Contenido INTRODUCCIÓN¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.................................................................................. 6 1. CONTEXTO NORMATIVO Y DE SENTIDO DE LOS MANUALES DE CONVIVENCIA ........................................ 9 2 DISEÑO DE LA MUESTRA, CATEGORIAS DEL ANÁLISIS Y REGISTRO DE LA INFORMACIÓN........................ 13 3 ASPECTOS A EVALUAR EN LOS MANUALES DE CONVIVENCIA............................................................... 16 4 RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN DE LOS MANUALES DE CONVIVENCIA................................................ 18 5 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES................................................................................................ 60 BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................................... 68
Evaluación Manuales de Convivencia Escolar
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EVALUACIÓN MANUALES DE CONVIVENCIA ESCOLAR: APLICACIÓN DE CONTENIDOS Y PARTICIPACIÓN ACTIVA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SU DEFINICIÓN -MAGDALENA, BOYACÁ Y SOACHARESUMEN EJECUTIVO El estudio sobre “Evaluación de Manuales de Convivencia Escolar: aplicación de contenidos y participación activa de niños, niñas y adolescentes en su definición”, desarrollado por un equipo de profesores-investigadores de la Universidad Pedagógica Nacional1, se realizó en el marco del Programa de Cooperación de UNICEF con Colombia en concordancia con el componente de Educación de Calidad, Desarrollo del Adolescente y Prevención del VIH/SIDA, relacionado, dependiendo del uso de sus resultados, con el componente de Políticas Públicas basadas en evidencia. Este tuvo como propósito, de acuerdo con los Términos de Referencia, analizar los Manuales de Convivencia vigentes en los establecimientos educativos del los departamentos de Boyacá y Magdalena y del municipio de Soacha (Cundinamarca ) para determinar: (i) si éstos se adecúan al orden jurídico vigente; (ii) si la elaboración del Manual de Convivencia en las instituciones educativas bajo análisis contó con la participación de los niños, niñas , adolescentes y de la comunidad educativa; (iii) si el Manual tuvo una amplia difusión interna; (iv) si el Manual efectivamente se aplica y se cumple dentro del establecimiento educativo correspondiente; y, (v) si los alumnos y otros miembros de la comunidad educativa perciben que los Manuales contribuyen a la convivencia democrática y la resolución de los conflictos producto de la convivencia. Se realizó, de acuerdo con la muestra elaborada, en 41 instituciones educativas de Boyacá, 40 en Magdalena y 21 en Soacha. El Manual de Convivencia está previsto en la Ley General de Educación, Ley 115 de 1994, como un mecanismo para promover y orientar acciones conducentes a construir formas colectivas y conjuntas para lograr una mejor convivencia en las instituciones educativas. Está ideado para fomentar prácticas democráticas, para cultivar y practicar principios y valores como el respeto por la dignidad humana, la convivencia pacífica, la participación ciudadana; para velar por el cumplimiento de los Derechos de los niños, niñas y jóvenes; para definir, conjuntamente con los miembros de la comunidad educativa: directivos, docentes, estudiantes, padres de familia y comunidad, las reglas de juego para una adecuada convivencia e interacción entre sus miembros y establecer los acuerdos para 1
Dirigido y coordinado por Piedad Caballero Prieto Licenciada en Filosofía y Letras con Especialización en Sociología del desarrollo, Magister en Ciencias Políticas, Estudios de doctorado en Educación y Doctorado en Derecho en curso; con la participación de Esperanza Bonilla, licenciada en Ciencias de la Educación con especialización en Psicopedagogía, Experta en Educación Preescolar y Magister en Educación Patricia Torres Licenciada en Educación Preescolar con Especialización en Pedagogía y Maestría en Educación Comunitaria y Andrés Fonseca, profesores responsables del estudio en las entidades territoriales seleccionadas y, el apoyo de dos asistentes de investigación y uno de apoyo operativo.
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crear condiciones para un mejor entendimiento, respeto, solidaridad, camarería y afecto entre quienes conforman la institución escolar y su comunidad , como también para velar por la calidad de la educación, el cumplimiento de sus fines, la formación moral y ética de sus integrantes. La educación para la convivencia se ha constituido en una prioridad en la política educativa nacional, para los organismos internacionales, para la sociedad civil, para las instituciones educativas como estrategia para propiciar la apropiación de los valores democráticos y cívicos, el reconocimiento de los derechos y deberes, para contribuir a la construcción de capital social independientemente de las fracturas del tejido asociadas a las dinámicas diversas de violencia, del conflicto armado, de los efectos del narcotráfico, de los problemas sociales y de pobreza que afectan a muchas comunidades y territorios. De ahí la relevancia del estudio por su contenido y como estrategia de gestión positiva de la Convivencia Escolar. El análisis de los Manuales tuvo dos enfoques: Uno cuantitativo y otro cualitativo. El cuantitativo se dio a partir de la lectura del total de Manuales para indagar si los Manuales cumplían o no con incluir en ellos los Derechos establecidos en la legislación Colombiana, lo pactado en la Convención Internacional de los Derechos del Niño y en la Ley 1098 de 2006 de Infancia y Adolescencia. Se recibieron 83, de los 102 seleccionados en la muestra El cualitativo se efectuó a partir del análisis de la información obtenida en los grupos focales realizados en las instituciones educativas seleccionadas en cada entidad territorial, escogidas luego del proceso de lectura y evaluación de los Manuales recibidos. Actividad realizada para explorar sobre aspectos planteados por UNICEF, como: la participación de la comunidad en los proceso de construcción del Manual de Convivencia; la difusión y las estrategias utilizadas para su divulgación; el conocimiento y la apropiación del Manual; el debido proceso en el manejo de las faltas previstas en el Manual o fuera de él, y la efectividad del Manual en el cumplimento de los Derechos y la Convivencia. Para cumplir con los objetivos del estudio fue necesario realizar una lectura comprensiva de conjunto sobre lo que implica la vida compartida; contrastar las voces de la comunidad educativa con sus necesidades, expectativas y reflexiones para no caer en determinismos legales, administrativos y procedimentales que pocas claves proporcionan al momento de evaluar los Manuales de Convivencia; pensar en formas creativas para resolver los conflictos que se presentan en la cotidianidad escolar y pensar en nuevos proyectos cuyo objeto de estudio sean las dinámicas locales, las políticas públicas, las alianzas interinstitucionales, las experiencias comunales no sólo escolares, para intervenir y dar respuesta a los conflictos. Es importante destacar que, pese a la dificultad presentada para la obtención de los Manuales de Convivencia para su análisis en los tiempos previstos en el cronograma de trabajo, el proceso fue muy interesante en la medida en que generó grandes aprendizajes sobre: la relación que existe entre la cultura del contexto (territorio) con la cultura escolar; los cambios que desde la institución se pueden producir en una comunidad; el valor de los aportes de los estudiantes frente a los temas de convivencia; la importancia de abrir espacios para el diálogo y la reflexión con y entre los miembros de la comunidad; el Evaluación Manuales de Convivencia Escolar
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reconocimiento de la importancia de los padres y la familia en los procesos educativos de sus hijos, dado el aislamiento e indiferencia que se observa en la actualidad; la necesidad de promover un mayor compromiso de los maestros con su quehacer pedagógico y en la transformación de sus prácticas pedagógicas para promover pedagogías y metodologías más activas y participativas que animen y motiven a los estudiantes, para que su experiencia escolar y aprendizaje contribuyan a generar proyectos de vida individuales y colectivos para superar el aburrimiento, expresado por los estudiantes, consecuencia de las metodologías poco estimulantes para su aprendizaje. Los resultados muestran como no todos los Derechos son asumidos y protegidos desde la institución y como el contenido de los Manuales puede contribuir a mejorar la convivencia y ésta impactar positivamente en el aprendizaje de los estudiantes si hay un mayor esfuerzo y compromiso por parte de los docentes, los padres de familia y la comunidad en general. Entre las conclusiones se destacan que: Cuando se tiene una voluntad decidida en la institución por promover una cultura sana, participativa y democrática, el Manual de Convivencia se constituye en una excelente estrategia si es apropiado y puesto en práctica por todos los miembros de la colectividad, lo que demanda de parte de los docentes una actitud de liderazgo que posibilite entretejer relaciones de solidaridad, respeto y cariño entre la comunidad educativa. El clima de convivencia refleja el funcionamiento de las instituciones educativas, el cual está mediado por las relaciones sociales y los mecanismos que las regulan y la violencia o no del entorno en el que se desarrollan los procesos educativos. Las condiciones sociales donde se insertan muchas de las instituciones y que rodean la cotidianidad de los niños, niñas y jóvenes (delincuencia, prostitución y drogadicción, corrupción, situación de desplazamiento, ausentismo de los padres, la brecha cada vez mayor entre jóvenes y adultos) son situaciones que afectan la convivencia escolar, dificultan el cumplimiento del orden jurídico legal vigente y específicamente del Manual de Convivencia si previamente éste no se ha construido de acuerdo a estas contingencias y realidades, si no existe interiorización colectiva, oportunidad de formación política y ocasión para construir rutas y metodologías de trabajo y de estudio ajustadas a estos entornos . Hay ciertos rasgos que condicionan la convivencia escolar como el hecho de ver los Manuales de Convivencia Escolares como elementos aislados y no vinculados a las vivencias de la comunidad educativa y de los contextos donde se inscriben, pues en la mayoría de las instituciones los Manuales son percibidos como una herramienta para ocasiones excepcionales o sea en aquellos momentos en donde se quebranta la disciplina escolar , es decir se reduce la convivencia a asuntos meramente normativos y leyes . La resolución pacífica de conflictos institucionales va más allá del debido proceso y conducto regular que la ley exige: implica mediadores, aceptación del conflicto, identificación de los problemas, alternativas de solución construidas colectivamente y respeto por las decisiones colectivas registradas en los Manuales. Es necesario hacer una revisión de los Manuales en el marco de dinámicas que posibiliten la construcción creativa de alternativas para promover una convivencia armónica, como una oportunidad para aprender del error y del conflicto con miradas reflexivas acerca del rol, Evaluación Manuales de Convivencia Escolar
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del compromiso y de las acciones de los docentes, con nuevos derroteros éticos para ellos y para dotar de sentido e identidad a las instituciones para una mejor comprensión y manejo de los conflictos y la construcción de una sana convivencia. Entre las recomendaciones hechas, se destacan: 1. Tener en cuenta que un trabajo alrededor de los Manuales de Convivencia debe contemplar a los nuevos sujetos quienes se forman en nuevas y múltiples culturas cada vez más complejas y diversas, ya que en la medida en que se le apuesta a una intencionalidad comprensiva y de acercamiento, mediante la escucha y el diálogo, muy seguramente se derrumbarán barreras y se escenificarán proyectos comunes que orienten el accionar de todos los sujetos involucrados en el acto educativo. 2. Trabajar sistemáticamente con la comunidad educativa sobre duelos y catarsis de experiencias violentas; indagar sobre las transformaciones de la memoria y de los acontecimientos más violentos en sus vidas; explorar como se sienten y que es lo que sienten; como viven y que convivencia desean construir en el nuevo escenario cultural en donde habitan cotidianamente para fomenta la convivencia sana en las instituciones educativas. 3. Crear más espacios de participación y de diálogo ya que los jóvenes constantemente se muestran bastante críticos hacia sus maestros, hacia la autoridad y las normas, cuestionan las situaciones de maltrato entre unos y otros, reclaman más espacios para el reconocimiento de las nuevas subjetividades y estéticas que los identifican. Incentivarlos para que asuman posturas en las que puedan comprender los límites que el compromiso consigo mismo y con la sociedad para actuar como visionarios de su generación, en pos de construir una sociedad más justa y democrática. 4. Recordar que el compromiso por un clima institucional y el buen rendimiento académico es de toda la comunidad educativa, que cada quien tiene sus responsabilidades, compromisos y funciones, y que el papel del docente es fundamental. Por tanto importa estar atentos y asumir una mirada crítica del proceso pedagógico para mantener la sana convivencia, la cual puede perder armonía debido a desmotivación del alumno por el estudio por metodologías rutinarias, inconformidades sobre la obligación de algunos deberes, relaciones de poder jerarquizadas y burocratizadas en las instituciones, deficiente comunicación entre la comunidad educativa, excesivo control y disciplinamiento, y dificultades para trabajar en grupo, entre otros factores. 5. Es importante no quedarse solo en la evaluación sino dar a conocer los resultados del estudio a cada una de las instituciones visitadas, como también visibilizar las experiencias significativas identificadas en el estudio, apoyar y acompañar a las instituciones que muestran dificultades en relación con los propósitos de estudio, consecuencia de múltiples factores, muchos de ellos externos a la vida y dinámicas escolares. INTRODUCCIÓN¡Error! Marcador no definido. Este documento presenta los resultados del estudio evaluativo sobre Manuales de Convivencia realizado por un equipo de profesores-investigadores de la Universidad Evaluación Manuales de Convivencia Escolar
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Pedagógica Nacional2, entidad que participó en la Convocatoria hecha por UNICEF y fue seleccionada para su realización. La evaluación de los Manuales en las tres entidades territoriales seleccionadas: Boyacá, Magdalena y Soacha, se ajustó a lo establecido en los términos de referencia propuestos por UNICEF. El presente estudio se realizó en el marco del Programa de Cooperación de UNICEF en Colombia en relación con uno de sus cuatro componentes programáticos, el segundo: Educación de Calidad, Desarrollo del Adolescente y Prevención del VIH/SIDA, componente que contempla dentro de sus proyectos brindar asistencia técnica a los gobiernos locales, la comunidad educativa y la sociedad civil para la construcción e implementación de modelos de educación de calidad, siendo la convivencia democrática dentro de las escuelas y el rol que desempeñan los Manuales de Convivencia una preocupación constante dentro de estos proyectos, tal como se planteó en los términos de referencia. Los resultados, igualmente, podrían considerarse como un aporte al componente cuarto del Programa: Las políticas públicas basadas en evidencia, ya que muestran como no todos los derechos son asumidos y protegidos desde la institución y como el contenido de los Manuales puede contribuir a mejorar la convivencia y ésta impactar positivamente en el aprendizaje de los estudiantes si hay un mayor esfuerzo y compromiso por parte de los docentes, padres de familia y comunidad en general. A lo largo de este documento se da cuenta del objetivo planteado en los Términos de Referencia: “Analizar los Manuales de Convivencia vigentes en los establecimientos educativos de los departamentos de Boyacá y Magdalena y el municipio de Soacha (Cundinamarca ), para determinar: (i) si éstos se adecúan al orden jurídico vigente; (ii) si la elaboración del Manuales de Convivencia en las instituciones educativas bajo análisis, contó con participación de los niños, niñas , adolescentes y de la comunidad educativa; (iii) si el Manuales de Convivencia contó con una amplia difusión interna; (iv) si el Manuales de Convivencia efectivamente se aplica y se cumple dentro del establecimiento educativo correspondiente; (v) si los alumnos y otros miembros de la comunidad educativa perciben que los Manuales de Convivencia contribuyen a la convivencia democrática y la resolución de los problemas de convivencia. Este escrito consta de cinco capítulos: el primero se relaciona con el contexto normativo y de sentido planteado en Colombia para la elaboración de los Manuales de Convivencia en todas las instituciones educativas oficiales y privadas del país en donde se esbozan las motivaciones que se tuvieron para ello y las razones formativas y pedagógicas orientadas a mejorar los ambientes de convivencia escolar y la presentación breve de una experiencia que sirvió como referente en el estudio y que es considerada por los miembros del equipo como un laboratorio de innovación y de creación colectiva de convivencia escolar: “Los Comuneros” de la Comuna Seis de Popayán. En el segundo capítulo, se presenta el procedimiento seguido para la selección de la muestra, las categorías de análisis y registro de la información proceso que determinó la selección de las instituciones educativas, actualmente llamados “Establecimientos 2
Bajo la Dirección y Coordinación de Piedad Caballero Prieto con la participación de Esperanza Bonilla, Patricia Torres y Andrés Fonseca, profesores que asumieron el estudio en las entidades territoriales seleccionadas. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 7
educativos” así: en el departamento de Boyacá 41, de las 742 existentes, muestra que incluye municipios certificados y no certificados, en el departamento del Magdalena, 40 de las 510 existentes que igualmente, incluye municipios certificados y no certificados, y, 21 en Soacha de las 164 existentes actualmente y los enfoques metodológicos utilizados. En el tercero se presentan los aspectos a evaluar en los Manuales de Convivencia relacionados, de un parte, con los Derechos que se promueven en los Manuales para dar cuenta, si se cumple o no con la promoción y cumplimento de los derechos de los niños las niñas, los adolescentes y la comunidad educativa y, de otro, con los procesos de participación en la construcción de los Manuales, divulgación, conocimiento, debido proceso e impacto en la convivencia, como la ruta definida para el trabajo de campo (grupos focales con estudiantes, padres de familia y docentes, incluidos directivos) realizado en 14 instituciones en el departamento de Boyacá de las 15 previstas inicialmente, 15 en el departamento del Magdalena y nueve de las diez previstas en el municipio de Soacha. En el cuarto capítulo se presentan los resultados descriptivos sobre los derechos incluidos en los Manuales analíticos a partir del proceso adelantado en las tres entidades territoriales seleccionadas teniendo en cuenta los aspectos centrales del estudio concretados en las variables o categorías de análisis definidas: participación de la comunidad en los proceso de construcción del Manual de Convivencia; difusión y estrategias utilizadas para su divulgación; conocimiento y apropiación del Manual por parte de la comunidad educativa; el debido proceso en el manejo de las faltas previstas en el Manual o fuera de él; la efectividad del Manual frente al cumplimento de los Derechos objeto de análisis y en el mejoramiento de la convivencia democrática y resolución de los problemas de convivencia. Resultados que muestran la diversidad de formas de comprensión del Manual de Convivencia, y del sentido y uso que se tiene de él en las instituciones educativas de las entidades territoriales seleccionadas. En el quinto, se presentan las conclusiones y recomendaciones que señalan los aspectos más relevantes del estudio que conducen a la propuesta de continuar con el proceso, que consiste en seleccionar a las mejores experiencias identificadas a nivel territorial (Boyacá, Magdalena y Soacha) para que sean promotoras de proceso similares en las demás instituciones educativas de su territorio y seleccionar aquellas en las que se observaron mayores dificultades en relación con los propósitos de estudio, consecuencia de múltiples factores, muchos de ellos externos a la vida y dinámicas escolares para que se desarrollen programas de acompañamiento y asesoramiento para mejorar todos su procesos. Igualmente las conclusiones y recomendaciones son un aporte para el diseño de las políticas públicas locales, territoriales y nacionales sobre Manuales de Convivencia y cultura escolar como factores fundamentales en la consolidación de prácticas políticas democráticas que contribuyan a constituir una sociedad cohesionada, con base en acuerdos y compromisos colectivos. Es importante destacar que, pese a la dificultad presentada para la obtención de los Manuales para su análisis en los tiempos previstos inicialmente en el cronograma de trabajo, el proceso fue muy interesante, generó grandes aprendizajes sobre la relación que Evaluación Manuales de Convivencia Escolar
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existe entre la cultura del contexto (territorio) con la cultura escolar; los cambios que desde la institución se pueden producir en una comunidad; el valor de los aportes de los estudiantes frente a los temas de convivencia, particularmente los de primaria , quienes son invisibilizados en la casi totalidad de las instituciones; la importancia de abrir espacios para el diálogo y la reflexión con y entre los miembros de la comunidad como los que se dieron en este proceso evaluativo; el reconocimiento de la importancia de los padres y familia en el proceso educativo de sus hijos, dado el aislamiento e indiferencia que se observa actualmente, mas en unas entidades territoriales que en otras; la necesidad de promover un mayor compromiso de los maestros con su quehacer pedagógico y de transformar sus prácticas pedagógicas para promover pedagogías y metodologías más activas y participativas que animen y motiven a los estudiantes, para que su experiencia escolar y aprendizaje sean relevantes en sus proyectos de vida y se supere el aburrimiento, expresado por los estudiantes, consecuencia de las metodologías utilizadas actualmente por los maestros en muchas de las instituciones educativas visitadas. Igualmente, hay que resaltar en el trabajo de campo la colaboración de las directivas de las instituciones educativas, la participación activa de los asistentes a los grupos focales, los aportes hechos en relación con los diferentes aspectos de interés del estudio, como también, el debate y reflexión permanente promovida por parte del grupo investigador frente a los temas tratados, dinámica que generó una expectativa frente a los resultados, especialmente, frente al beneficio que estos podría representar para las instituciones participantes en él. Lo que significa no quedarse con la evaluación, sino realizar un proceso de retroalimentación esperado y solicitado por estas comunidades. Finalmente, hay que decir, que hablar de convivencia escolar, significa reconocer que es indispensable realizar una lectura comprensiva de conjunto de lo que implica la vida compartida, contrastar las voces de la comunidad educativa, con sus necesidades, expectativas y reflexiones, para no caer en determinismos legales, administrativos y procedimentales que pocas claves proporcionan al momento de evaluar los Manual de Convivencia y, que hay que pensar en formas creativas para resolver los conflictos que se presentan en la cotidianidad escolar y generar nuevos proyectos cuyo objeto de estudio, sean las dinámicas locales, las políticas públicas, las alianzas interinstitucionales, las experiencias comunales, no sólo escolares, para intervenir y dar respuesta a los conflictos, como se observó en la experiencia “Los Comuneros” de Popayán.
1. CONTEXTO NORMATIVO Y DE SENTIDO DE LOS MANUALES DE CONVIVENCIA 1.1 Desde la orientación de la política educativa y la experiencia El Manual de Convivencia es concebido en la Ley General de Educación Ley 115 de 1994, en su Artículo 87, como un mecanismo para promover y orientar acciones conducentes a construir formas colectivas y conjuntas para lograr una mejor convivencia en las instituciones educativas. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar
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Ha sido ideado para fomentar prácticas democráticas, para cultivar y practicar principios y valores como el respeto por la dignidad humana, la convivencia pacífica, la participación ciudadana y, para velar por el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y jóvenes; para establecer conjuntamente con los miembros de la Comunidad Educativa: Directivos, docentes, estudiantes, padres de familia y comunidad las reglas de juego para una adecuada convivencia e interacción entre sus miembros como producto de los acuerdos que se establecen para crear condiciones que conduzcan a un mejor entendimiento, respeto, solidaridad, camarería y afecto entre quienes conforman la institución escolar y la comunidad a la que se pertenece; como también, para velar por la calidad de la educación, por el cumplimiento de sus fines y la formación moral y ética de sus integrantes. Es un instrumento guía frente a las acciones a seguir por parte de las autoridades e instancias de poder y representación de la institución escolar, tales como: la Dirección o Rectoría, el Consejo Directivo, el Personero o Personera y las Asociaciones. A través de él se establecen, además, los procedimientos para resolver con oportunidad y justicia los conflictos individuales o colectivos que se presenten entre miembros de la comunidad. Es el pacto institucional que reglamenta y establece las relaciones interpersonales entre los miembros de la comunidad educativa, como también los derechos, deberes y funciones de cada uno de ellos. Los Manuales de Convivencia, lamentablemente, se concentran más en las prohibiciones y sanciones, particularmente para los estudiantes, que en acuerdos de convivencia, en el establecimiento de normas de comportamiento y las relaciones entre todos los miembros de la comunidad, lo que se evidenció en el presente estudio. El Manual de Convivencia no suele ser entendido como el pacto o acuerdo entre las partes para definir los principios y los valores a seguir; como oportunidad para construir las condiciones necesarias para compartir de la mejor forma posible un espacio y un tiempo en beneficio de una mejor educación y formación. Este se convierte más en una herramienta represiva y sancionatoria, es percibido como expresión de autoritarismo al no consultar los diferentes puntos de vista que permitan reconocer la diversidad propia de una organización como lo es la institución escolar, lo que impide lograr sus propósitos normativos, pedagógicos y políticos para orientar las prácticas pedagógicas, democráticas, participativas, de justicia social, equidad e inclusión. La convivencia escolar, uno de los objetivos del Manual, está relacionada con otras dimensiones como el mejoramiento de las relaciones escuela-comunidad, con innovaciones pedagógicas traducidas en diferentes formas de trabajo en el aula, con acciones conducentes a aumentar en las personas la capacidad para resolver problemas y conflictos, con reconocer y valorar la diferencia, aceptar y valorar al otro como la única opción de conocer y resolver los problemas que desequilibran a la institución y a la comunidad. Para que el Manual de Convivencia cumpla su cometido, este ha de ser el producto de un proceso de reflexión sobre cada una de las acciones que se adelantan en las instituciones de manera que refleje la cultura de la institución como muestra de la concertación entre las partes. Concertación que parte del reconocimiento del entorno, de sus condiciones, Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 10
potencialidades, y de velar por el bienestar e intereses comunes que conduzcan a una meta común: mejores ambientes de convivencia, de aprendizaje, de formación, de respeto y cumplimiento de los Derechos. En las instituciones educativas un Manual de Convivencia articulado al PEI, es la “apuesta” por el cambio y la transformación de la educación y de la cultura escolar, es la opción para construir significados colectivos con sentido de identidad y pertinencia, con acciones guiadas por el conocimiento y compromiso con el entorno, con visiones positivas y aprendizajes compartidos, y como un proceso permanente de creación y de recreación, desbordado por una realidad cambiante, permanentemente actualizado de acuerdo con las necesidades del entorno, es una oportunidad para el cambio, como se evidenció en algunas de las instituciones seleccionadas este estudio. La escuela es y seguirá siendo el escenario para lograr unas mejores condiciones para una mejor vida y un mejor futuro, no solo por los conocimientos que en ella se logren sino por el significado que esta tiene para la construcción de los valores, la convivencia, la ciudadanía y la democracia. Conceptos y principios estos que cambian la manera de interpretar el mundo, de ubicarse en él, de conocer los derechos y reclamar por ellos, de saber los deberes y responsabilidades que de ellos se derivan para todos. La educación para la convivencia se ha constituido en una prioridad en la política educativa nacional, para los organismos internacionales, para la sociedad civil, las instituciones escolares como estrategia para propiciar la apropiación de los valores democráticos y cívicos orientados a respetar la dignidad de las personas, la diversidad, la diferencia, la pluralidad, el respeto por el otro y sus derechos, para formar la participación ciudadana, el reconocimiento de los derechos y deberes, la capacidad para vivir en sociedad y para contribuir a la construcción de capital social, independientemente de las fracturas del tejido social, asociadas a las dinámicas diversas de violencia, del conflicto armado, de los efectos del narcotráfico y de los problemas sociales y de pobreza que afectan a muchas comunidades y territorios. De ahí la relevancia de este estudio por su contenido y como estrategia de gestión positiva de la convivencia escolar.
1.2 Desde una experiencia. Los Comuneros: educar para nutrir la vida. “Educar para nutrir la vida” es una experiencia que se desarrolla en la Institución Educativa Los Comuneros en la ciudad de Popayán. Se ocupa de la relación derechos y convivencia escolar. Esta experiencia, podría decirse, es un laboratorio de innovación y de creación colectiva en relación con la convivencia escolar, desde una perspectiva comunal y estrechamente organizada en alianza con otras instituciones de la Comuna 6, de la misma ciudad, una de las localidades en donde, según las personas con quienes nos entrevistamos, son más vulnerados los derechos de los niños, niñas y jóvenes. Allí se ha vivido un proceso social, un trabajo con la comunidad, desde las potencialidades locales y el abordaje a partir de proyectos que atienden las problemáticas que afectan de Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 11
manera persistente al barrio, lo que se antepone a la construcción del Manual de Convivencia, desde una perspectiva discursiva y legal que normaliza y sanciona los comportamientos de la comunidad educativa. Es preciso mencionar que en la institución y comunidad hay una historia de fuerte vulneración los derechos de la infancia, existen muchas problemáticas sociales que perturban las dinámicas institucionales, como es el caso del desplazamiento forzado, el abuso sexual, la pobreza, la delincuencia, la drogadicción y la prostitución. Reconociendo la relevancia de tales conflictos la institución Los Comuneros viene desde hace unos años, con mucho empeño y esperanza, adelantando unos acuerdos para la convivencia que suponen crear unos espacios y tiempos para el trabajo reflexivo y comunal en torno a lo que significa vivir juntos. Los pilares fundacionales de este proceso social son: una pedagogía del afecto, evidente en las relaciones cotidianas entre toda la comunidad educativa; una pedagogía convivencial, visible en la relación de la escuela con sus entornos más cercanos y en las estrategias para mejorar tanto el clima de trabajo como en el momento de potenciar prácticas creativas y nuevas relaciones en el interior y exterior de la escuela. Luego de un tiempo de trabajo colectivo, y para estar a la altura de su proyecto, en los Comuneros se vio la necesidad de modificar las prácticas instituidas de enseñanza de las asignaturas y se instauró una pedagogía por proyectos, proyectos pedagógicos y empresariales agenciado desde las diferentes áreas del conocimiento que además de ser proyectos de aula generan ingresos para la comuna, apuntan a concientizar frente a las realidades cotidianas de la comunidad, a potenciar las capacidades individuales y colectivas de los estudiantes, al reconocimiento y catálisis de las realidades sociales; la construcción de planes de vida de los habitantes del barrio, la configuración de un lenguaje compartido por la comunidad centrado en la utopía y la esperanza, como la creación de espacios de posibilidad y de discusión colectiva y experiencias de trabajo sobre historias de vida con los estudiantes, donde se explora la memoria íntima, doméstica y social. Para ellos “buscar las claves de la convivencia, del estar-juntos en el contexto social de la comuna, hace de inmediato replantear los procesos formativos en el aula”. Entre los que proyectos que adelantan se pueden destacar, proyectos productivos como lo es la producción del guandul que, además de ser proyecto de aula, es una alternativa alimenticia para la comuna, proyecto que lo agencia el núcleo de ciencias naturales y educación ambiental. El proyecto de formación en valores que lo agencia el núcleo de ciencias sociales. El proyecto de cartografía social y el proyecto de teatro, los cuales apuntan a concientizar frente a las realidades cotidianas de la comunidad, para potenciar las capacidades individuales y colectivas de los estudiantes y como reconocimiento y catálisis de las realidades sociales. El proyecto de Matemática lúdica, que hace énfasis en especial en el ajedrez, coordinado por el núcleo de Matemáticas. Esta experiencia, muy valiosa, dio luces para el estudio, generó importantes interrogantes para el análisis de los Manuales de Convivencia y su impacto en la convivencia democrática y solución de conflictos, como también para otros procesos de política pública en educación que se desarrollan en otros proyectos de investigación en los que participan miembros del equipo de trabajo. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 12
2 DISEÑO DE LA MUESTRA, CATEGORIAS DEL ANÁLISIS Y REGISTRO DE LA INFORMACIÓN El diseño de la muestra (Anexo 1) fue la primera actividad realizada en el estudio evaluativo de los Manuales de Convivencia para definir el número de instituciones a vincular en el proceso y a las que se les solicitaría el Manual para su análisis en cada una de las tres entidades territoriales seleccionadas por UNICEF: Boyacá, Magdalena y Soacha. Paso seguido fueron solicitados los Manuales a las instituciones seleccionadas en la muestra, inicialmente a través de las Secretarias de Educación de las entidades territoriales certificadas vinculadas al estudio: en Boyacá: Duitama, Sogamoso; en Magdalena: Santa Marta y Ciénaga, y Soacha. Proceso difícil y tortuoso que, al final, dada la dificultad para obtenerlos se optó por entrar en contacto directo con las instituciones de aquellas entidades donde no se logró a través de las Secretarías. Esta situación prolongó el tiempo previsto para el estudio dado que pasaron varios meses para obtener los Manuales. Se procedió, igualmente, a definir las categorías de análisis siguiendo los términos de referencia de UNICEF: i) Si los Manuales se adecúan al orden jurídico vigente (ii) si la elaboración del Manual de Convivencia en las instituciones educativas bajo análisis, contó con participación de los niños, niñas y adolescentes y de la comunidad educativa; (iii) si el Manual de Convivencia contó con una amplia difusión interna; (iv) si el Manual de Convivencia efectivamente se aplica y se cumple dentro del establecimiento educativo correspondiente; (v) si los alumnos y otros miembros de la comunidad educativa perciben que los Manuales de Convivencia contribuyen a la convivencia democrática y la resolución de los problemas de convivencia. El análisis tuvo dos enfoques: Uno cuantitativo y otro cualitativo. El cuantitativo se dio a partir de la lectura del total de Manuales recibidos, realizada por los responsables de cada entidad territorial, para registrar si los Manuales cumplían o no con incluir en ellos los derechos establecidos en la legislación Colombiana, Convención Internacional de los Derechos del Niño, Ley 1098 de 2006 de Infancia y Adolescencia. Información sobre los derechos que se registró en una base de datos en donde se especificaba si el derecho se incluía explícitamente, implícitamente, o no lo incluía (Anexo 3). La lectura de los Manuales para dar cuenta de los derechos, fue realizada en cada entidad territorial por el Coordinador responsable, que en cada entidad fue un profesor de la Universidad Pedagógica del programa de Educación Infantil 3 el análisis de conjunto fue 3
En Boyacá: Patricia Torres, Licenciada en Educación Preescolar con Especialización en Pedagogía y Maestría en Educación Comunitaria. En Magdalena: Esperanza Bonilla Pardo, licenciada en Ciencias de la Educación con especialización en Psicopedagogía, Experta en Educación Preescolar y Magister en Educación. En Soacha: Andrés Fonseca, Ingeniero Civil con Maestría en Educación Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 13
realizado por la Directora del proyecto4, profesora de la Maestría en Educación y directora de proyectos orientados a la Construcción de Política pública local y TIC en Educación en la Universidad. Para la sistematización de la información se diseñó el sistema de registro por parte de todo el equipo directivo y de investigación en el cual cada profesor incluyó la información correspondiente a su entidad territorial para facilitar el análisis general. El enfoque cualitativo se dio a través del desarrollo de grupos focales con padres de familia, estudiantes de primaria y secundaria y docentes en las instituciones seleccionadas en la muestra para cada entidad territorial participante en el estudio, a fin de de llevar a cabo un análisis en profundidad sobre los demás aspectos planteados y observar si se cumplía con los criterios previstos para cada uno de ellos en los términos de referencia, como con lo establecido en Ley 115 General de Educación y el Decreto Reglamentario 1860 sobre Manuales de Convivencia. Estos son: (i) participación de niños, niñas y adolescentes, padres de familia y docentes en la formulación del Manual, (ii) difusión y conocimiento del Manual por parte de la comunidad educativa; (iii) el cumplimiento efectivo del Manual y (iv) la percepción de niños, niñas, adolescentes, padres y docentes sobre la contribución de los Manuales a la resolución de los problemas de convivencia. Para la sistematización de esta información, se diseñó una matriz en la que se consignó con el apoyo de los asistentes de investigación, profesionales vinculados al proyecto, un licenciado en Filosofía5 y una Psicóloga6. La información entregada por cada uno de los profesores responsables de cada entidad territorial. Información que facilitó el análisis final para cada región. (Anexo 4). El análisis de esta información fue realizado, para cada entidad territorial, por el Coordinador responsable. Cada uno entregó un informe y el análisis de conjunto fue realizado por la Directora del Proyecto. Para la sistematización de la información se diseñó el sistema de registro por parte de la dirección del proyecto para facilitar la lectura, definir tendencias y precisar las conclusiones del estudio. La información fue ingresada al sistema por parte de los asistentes de investigación.
2.1
Elaboración de la Muestra
El Objetivo de la muestra fue contar con un alto nivel de representatividad para realizar las observaciones y análisis sobre los MANUALES DE CONVIVENCIA de los establecimientos educativos de los departamentos de Boyacá y Magdalena, incluyendo sus municipios certificados y no certificados en educación, y el municipio de Soacha, donde el 4
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Piedad caballero Prieto. Licenciada en Filosofía y Letras con Especialización en Sociología del desarrollo, Magister en Ciencias Políticas, Estudios de doctorado en Educación y Doctorado en Derecho en curso. Francisco Oviedo. Licenciado en Filosofía Andrea Chaustre. Psicóloga Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 14
universo fue la totalidad de los establecimientos educativos (oficiales y no oficiales) que forman parte del servicio educativo de estas entidades territoriales y como unidades elementales o elementos de muestreo. Para definir el marco muestral (Anexo 1.) se tuvo como base de datos el Directorio Único de Establecimientos Educativos –DUE-,el cual se tuvo que revisar pues la información que allí aparece no se ajustó en muchos de los casos a la realidad; el reporte consolidado de matrícula privada, y información alumno por alumno de la matrícula oficial, conformada por alumnos matriculados en establecimientos oficiales y alumnos matriculados en establecimientos privados cubiertos por el sistema de contratación. El tamaño de la muestra seleccionada en cada una de las entidades estuvo determinado por el volumen de la población, es decir, el total de establecimientos educativos oficiales y no oficiales. Para nuestro caso: 742 en Boyacá, 510 en Magdalena y 164 en el municipio de Soacha, con un nivel de confianza del 95% lo que indica que todas las estimaciones posibles tienen una confiabilidad garantizada por la distribución normal estándar realizada.
2.2
Instituciones seleccionadas en la muestra.
La muestra seleccionada (Anexo 2) en cada entidad territorial fue: en el departamento de Boyacá 41 instituciones educativas ubicada en 19 municipios, 29 oficiales y 12 privadas; en el departamento del Magdalena 40 instituciones educativas ubicadas 12 municipios, Departamento Municipio Sector Oficial Sector Privado en Total general 1 21 instituciones educativas 18 oficiales 22 oficiales y 18 privadas; enAquitania el municipio de Soacha Chiquinquirá 2 2 4 y 13 privadas. Chiscas 1 1 DUITAMA 3 El Cocuy 1 El Espino Cuadro11 No. 1 Guacamayas INSTITUCIONES SELECCIONADAS Moniquirá 1 Nobsa Municipio1 y Sector Paipa 2 BOYACÁ Panqueba 1 Puerto Boyacá 2 Saboyá 1 Samacá 1 Sogamoso 3 Tunja 4 Tuta 1 Umbita 1 Ventaquemada 1
Total Boyacá CUNDINAMARCA
SOACHA
Total Cundinamarca
MAGDALENA
Aracataca Ariguaní(El Dificil) Ciénaga El Banco El reten Fundacion Fundación Pivijay Plato Santa Marta Sitionuevo Zona Bananera
Total Magdalena Total General
2
POR 1 1
3 3
5 1 1 1 REGIÓN 1 2 3 1 2 1 1 6 7 1 1 1
29
12
41
8
13
21
8
13
21
1 1 3 2 1 1 1
Evaluación 2 7 1 2
22 59
1 2 6 2 1 1 1 1 1 Manuales de Convivencia 2Escolar 12 19 1 1 3 1 3
18 43
40 102
15
3 ASPECTOS A EVALUAR EN LOS MANUALES DE CONVIVENCIA. 3.1
Derechos que se promueven en los Manuales
Para dar cuenta si en los Manuales se cumplía o no con la promoción y cumplimento de los derechos de los niños las niñas, los adolescentes y la comunidad educativa, señalados en los términos de referencia de UNICEF como indispensables de ser tenidos en cuenta en los MANUALES, se realizó la lectura de cada uno de ellos. Los derechos observados fueron: Derechos de los niños, niñas y adolescentes que deben estar asegurados en los Manuales de Convivencia: Derecho a la vida, a la integridad física y síquica de las personas; Derecho a la igualdad ante la Ley; Derecho a la Educación; Derecho preferente de los padres a educar a sus hijos; Derecho a la protección contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual. Derecho de los miembros de la comunidad educativa que se deben consagrar en los Manuales de Convivencia: Derecho a la integridad física y síquica; Derecho a no ser discriminado, Derecho a no recibir sanciones por consideraciones hacia sus padres; Derecho al reconocimiento; Derecho a emitir opinión por parte de padres y alumnos; Derecho de padres y alumnos a asociarse; Derecho a la honra y a un trato digno, en especial en la aplicación de las sanciones; Derecho al respecto a la dignidad, a la privacidad y a no recibir injerencias arbitrarias en su vida privada; Derecho a la libertad de conciencia; Derecho de los alumnos con necesidades educativas especiales a ser evaluados diferenciadamente; Derecho de la alumnas embarazadas y madres; Derecho de los alumnos con VIH.
Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 16
Derecho a un procedimiento justo: Derecho a un procediendo justo y racional (debido proceso); Derecho a defensa en todo procedimiento destinado a sancionar; Señalamiento de las acciones que constituyen falta; procedimiento mediante el cual se aplican las sanciones y reconocimiento del derecho a la defensa; modos y procedimientos de resolución de conflictos; instancia de revisión de las medidas.
3.2 Procesos de participación en la construcción de los MANUALES, divulgación, conocimiento, debido proceso e impacto en la convivencia. Para este propósito se acordó realizar dos salidas a cada entidad territorial cada una de una semana bajo la responsabilidad de un Coordinador, con la compañía, en algunos de los casos, de la directora del proyecto y de un relator. Los criterios establecidos para seleccionar a las instituciones en las que se realizaría el trabajo de campo para el desarrollo de los grupos focales fueron: (i) cubrir un número importante de municipios de acuerdo con la muestra elaborada, (ii) seleccionar las instituciones que tenían mayor claridad frente al reconocimiento, cumplimiento y observancia por el derecho a la educación y los derechos de las niñas, niños y adolecentes establecidos en la legislación y previstos en los términos de referencia, (iii) elegir algunas que no expresaran claramente estos aspectos en sus Manuales para analizar las razones de esta situación y detectar los factores asociados de estas realidades a la convivencia escolar. En la visita a las instituciones se acordó realizar cuatro grupos focales: uno con estudiantes de primaria, otro con estudiantes de secundaria y media, otro con padres de familia y el cuarto con maestros para indagar sobre los temas de interés previstos para la evaluación, tales como: a) la participación de niñas, niños y adolescentes, padres de familia y maestros en la elaboración del Manual, formas y espacios de participaron y sentido de la participación; b) las estrategias, mecanismos y formas de difusión del Manual, formas y procedimientos para el conocimiento por parte de la comunidad educativa y responsabilidades que se generan una vez obtenido y conocido; c) los programas y acciones institucionales dirigidos a la comunidad educativa para el conocimiento, apropiación y cumplimiento efectivo de los acuerdos previstos en él; d) las formas en que se trata y sanciona a los diferentes miembros de la comunidad educativa por el incumplimiento con lo establecido en el Manual en relación con los derechos, el manejo de los problemas, las estrategias de solución, el debido proceso seguido frente a las faltas y las sanciones establecidas; e) las estrategias formativas, correctivas y pedagógicas que las instituciones utilizan para mejorar la convivencia democrática, la solución de los problemas de convivencia, para la vivencia y eficacia de los Manuales en el mejoramiento de la convivencia escolar y sobre propuestas para la construcción o transformación de la convivencia escolar, en la percepción de niños, niñas, adolescentes, padres y maestros. Para enriquecer el análisis se decidió, igualmente, explorar sobre: (i) las características del municipio o el entorno al que pertenece la institución escolar, (ii) las problemáticas sociales, culturales y económicas de la localidad y comunidad que pueden afectar o que Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 17
facilitan la convivencia, (iii) la tensiones existentes, entre quienes se producen y razones que las motivan, (iv) los espacios de diálogo existentes en la institución escolar y temas que abordan, (v) las estrategias de comunicación existentes entre directivos de la institución (Gobierno Escolar) y la comunidad educativa, (vi) las prácticas y experiencias de participación que se desarrollan en la institución educativa, (vii) el conocimiento sobre los derechos de los niños, niñas, adolescentes y comunidad. Para la realización de los grupos focales se diseñó un cuestionario para orientar el diálogo con los diferentes actores convocados para profundizar sobre la participación, la efectividad del Manual de Convivencia, la difusión, el conocimiento y el debido proceso.
4 RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN DE LOS MANUALES DE CONVIVENCIA De las instituciones seleccionadas en la muestra se recibieron 83 MANUALES DE CONVIVENCIA de los 102 seleccionados, es decir el 81%. 36 se recibieron de Boyacá, lo que representa el 86% de los previstos en la muestra, 30 del Magdalena, es decir, el 70% de la muestra, 17 de Soacha, lo que significa el 80% de la muestra. Del número de instituciones educativas seleccionadas para la realización de los grupos focales: 15 en Boyacá, 15 en el Magdalena y 10 en Soacha, se hizo efectivo el trabajo de campo en la casi totalidad de las instituciones, faltaron dos en Boyacá, una privada, porque no estuvo lista en la semana prevista para el trabajo de campo, y otra, oficial, que se negó a participar luego de haber sido contactada para este propósito, pero la oficial fue sustituida por otra oficial. En el Magdalena se realizó en el 100% del número de instituciones previstas y en Soacha faltó una institución del sector oficial que finalmente se negó a participar. Es decir que de las 40 instituciones previstas para realizar el trabajo de campo se hizo en 38 por lo ya mencionado. El resultado del proceso se ilustra en la siguiente gráfica: Gráfica No. 1 Número de instituciones seleccionadas en cada una de las entidades territoriales e instituciones visitadas 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%
MAGDALENA
SOACHA
NO ENTREGARON MANUAL
BOYACA
TOTAL
Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 18
ENTREGARON MANUAL
VISITADAS
4.1
Sobre los Derechos. Análisis descriptivo.
De la lectura de los 83 Manuales recibidos se concluyó que en Boyacá en el 48.5% de los Manuales leídos incluye explícitamente los derechos de interés del estudio, implícitamente el 5.7% y no los incluye el 49.3%. En el Magdalena se incluyen explícitamente en el 45%, de los Manuales leídos, implícitamente en el 15.5% y no los incluye el 39.5%. En Soacha los incluye explícitamente el 40.2%, implícitamente el 10.3% y no los incluye el 49.5%. (Ver Graficas 2,3 y 4), aspectos corroborados en algunas de las instituciones visitadas durante el trabajo de campo. La entidad territorial en donde más atención se presta a los derechos es en el departamento del Magdalena, le sigue Boyacá y luego Soacha. Los derechos más observados, de manera general, en las tres entidades territoriales teniendo en cuenta que están expresados explícita o implícitamente son: El derecho al reconocimiento, el Derecho a la defensa, el Derecho a un debido proceso justo y racional, el Derecho a que se mencionen las acciones que constituyen faltas. Los Derechos que más se tienen en cuenta, aunque con frecuencias diferentes en las tres entidades territoriales son los siguientes: Derecho a la educación, lo dicen en el 97 % de las instituciones del departamento del Magdalena, el 83% de las instituciones en Boyacá y en Soacha en el 68%. El Derecho a la integridad física y psíquica, más considerado en Soacha, 93.8%, luego en Boyacá 75% y en el Magdalena 66%. El Derecho a la protección contra toda forma de abuso físico o mental se menciona en el 73% de las instituciones del Magdalena, en el 61% de Boyacá y en el 31% de Soacha. Derecho a emitir opinión de padres y estudiantes sin censura, 100% en Boyacá, 80% en el Magdalena y 63% en Soacha. Derecho a la honra, al respeto y dignidad de la persona, 90% en el Magdalena, 69% en Boyacá y 63% en Soacha. Derecho de padres y estudiantes a asociarse, 100% en el Magdalena, 89% en Boyacá y 88% en Soacha. A que las sanciones sean señaladas y caracterizadas según el tipo de falta 94% en Boyacá, 90% en el Magdalena y 50% en Soacha. Sanciones con sentido pedagógico, 73% en el Magdalena, 69% en Boyacá y 50% en Soacha. Procedimientos para las sanciones debidamente descritos, 92% en Boyacá, 63% en Soacha y 50% en el Magdalena. Los derechos que menos aparecen en los Manuales de Convivencia son los relacionados con: Derechos de los alumnos con VIH, en ninguna institución se menciona, y en las instituciones visitadas en ninguna se ha presentado esta situación. Derecho a no ser discriminado por creencias, condición, actividad u opinión de los padres, sólo aparece en dos instituciones una del Magdalena y otra de Boyacá. Derecho de las alumnas embarazadas y madres, solo aparece en el 13% de las instituciones de Soacha, 10% en las del Magdalena y 8% en las de Boyacá. Le siguen, el Derecho a la privacidad mencionado en el 31% de las instituciones de Soacha, el 23% en el Magdalena y 19% en Boyacá. Derecho a la igualdad ante la ley, 37% en el Magdalena, 22% en Boyacá y 13% en Soacha. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 19
Derecho a la libertad de consciencia 38% en Soacha, 37% en Boyacá y 17% en el Magdalena. Derecho preferente de los padres para educar a sus hijos, 87% en el Magdalena, 33% en Boyacá y 31% en Soacha. Derecho a la vida, a la integridad física y psíquica de las personas, 90% en el Magdalena, 50% en Soacha y 45% en Boyacá. Es decir, que de la presencia de los derechos en los Manuales de las diferentes regiones visitadas vale la pena señalar que frente al Derecho a la vida, a la integridad física y psíquica de las personas, en Magdalena está más presente este derecho, respecto a las otras dos regiones. El Derecho a la igualdad ante la ley poco se evidencia en los Manuales, mientras que el Derecho a la educación, es explícitamente citado en Magdalena, Boyacá y en menor porcentaje en Soacha. Es interesante plantear que frente al Derecho preferente de los padres a educar a sus hijos, Magdalena lo expresa explícitamente, mientras que Boyacá y Soacha no le otorgan la debida importancia. Aún así, Boyacá y Soacha expresan la necesidad de cuidar la integridad física y psíquica en mayor medida que Magdalena. Con respecto al Derecho que implica no ser víctimas de discriminaciones arbitrarias basadas en consideraciones sociales, de raza, color, sexo, el idioma, la religión, las opiniones políticas o de cualquier índole, el origen nacional, la posición económica o el nacimiento, en Magdalena es muy bajo el porcentaje en relación con Boyacá y Soacha en donde es la media. En ninguna de las tres regiones se incluye el Derecho a no ser discriminado o recibir sanciones por consideraciones hacia sus padres, es decir, no se especifica ni se enuncia como Derecho que los alumnos no deben ser castigados por causa de la condición, las actividades, las opiniones o las creencias de los padres o tutores. En contraposición, las tres regiones expresan explícitamente el Derecho de padres y alumnos de expresar sus opiniones, siendo Soacha el de menor porcentaje y la que muestra una marcada diferencia con las otras regiones en cuanto al Derecho de asociación entre padres y alumnos. El Derecho a la honra y al trato digno está medianamente explícito en las tres regiones, siendo, nuevamente, el Magdalena la que marca un porcentaje más alto. Así mismo, el Derecho al respeto, a la privacidad y no recibir injerencia arbitraria en su vida privada, Derecho a la libertad de consciencia, Derecho a los alumnos con necesidades educativas especiales, Derecho de las alumnas embarazadas y finalmente el Derecho a la educación de los alumnos con VIH, no están presentes en los Manuales de Convivencia de las instituciones educativas estudiadas. El Derecho a un debido proceso y el Derecho a la defensa, a los estímulos y reconocimiento, tienen una alta presencia en los Manuales de Convivencia. Esto deja ver que la institución cumple a cabalidad con los requerimientos legales esbozados en la Ley de Educación, más no con todos los derechos humanos fundamentales. Boyacá es la región que más claramente señala las sanciones que proporcionalmente acarrean las faltas. Magdalena y Soacha lo hacen medianamente explícito. Las tres regiones señalan que las sanciones deben tener un sentido pedagógico y ser proporcionales a la falta. Boyacá sobresale frente a las otras dos regiones por señalar el procedimiento mediante el cual se practican las sanciones, seguido por Soacha. En cuanto al derecho de apelar a la medida, Boyacá tiene un alto contenido explícito de las mismas y contrasta con Magdalena Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 20
INCLUSION DE DERECHOS EN MANUALES DE CONVIVENCIA REGION y Soacha, siendo esta últimaDElaINSTITUCIONES que tiene mínimaVISITADAS presencia POR de este derecho en los Manuales
de Convivencia.
(Cifras en Porcentaje de aparición / Número de intituciones)
Los Derechos fundamentales la Ley de Infancia y Adolescencia, 1098 de Derecho a emitircontemplados opinión de padres y en alumnos 2008 no se expresan suficientemente en los Manuales de Convivencia. Se percibe una falta Derecho a la Educación una actualización de los Manuales de Convivencia respecto a la normatividad vigente y un Derecho mayor reconocimiento y apropiación dea reconocimiento los Derechos Humanos fundamentales. Derecho a un procediendo justo y racional (debido proceso) establecido en la aplicación de sanciones Señalar las sanciones que proporcionalmente acarreen cada una de las faltas: Derecho a asociarse de padres y alumnos Gráfica No.
2
Señalar el procedimiento mediante el cual se aplican las sanciones Señalar las acciones que constituyen falta Derecho a la integridad física y síquica y a la vida Derecho a defensa en todo procedimiento destinado a sancionar Derecho a la honra y a un trato digno, en especial en la aplicación de las sanciones Derecho a la protección contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos Derecho a la vida, a la integridad física y síquica de las personas Las sanciones deben tener sentido pedagógico y ser proporcionales a la falta Derecho a no ser discriminado Señalar una instancia de revisión de las medidas Derecho a la libertad de conciencia Derecho preferente de los padres a educar a sus hijos. Derecho a la igualdad ante la Ley Derecho al respeto, a la privacidad y no recibir injerencia arbitraria en su vida privada Derecho de las alumnas embarazadas y madres Derecho de los alumnos con necesidades educativas especiales o excepcionales a ser atendidos en sus Derecho a no ser discriminado o recibir sanciones por consideraciones hacia sus padres Derecho de los alumnos con VIH 0
Boyacá
10
20
Magdalena
30
40
50
60
70
80
90
100
Soacha
Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 21
Gráfica No. 3 INCLUSIÓN DE DERECHOS EN MANUALES DE CONVIVENCIA RECIBIDOS POR REGION (porcentaje de insticuiones que lo incluyen)
Derecho a emitir opinión de padres y alumnos Derecho a reconocimiento Señalar las acciones que constituyen falta Señalar las sanciones que proporcionalmente acarreen cada una de las faltas: Señalar el procedimiento mediante el cual se aplican las sanciones Derecho a un procediendo justo y racional (debido proceso) establecido en la aplicación de sanciones Derecho a asociarse de padres y alumnos Derecho a la Educación Derecho a defensa en todo procedimiento destinado a sancionar Derecho a la integridad física y síquica y a la vida Señalar una instancia de revisión de las medidas Derecho a la honra y a un trato digno, en especial en la aplicación de las sanciones Las sanciones deben tener sentido pedagógico y ser proporcionales a la falta Derecho a la protección contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o Derecho a no ser discriminado Derecho a la vida, a la integridad física y síquica de las personas Derecho a la libertad de conciencia Derecho preferente de los padres a educar a sus hijos. Derecho a la igualdad ante la Ley Derecho al respeto, a la privacidad y no recibir injerencia arbitraria en su vida privada Derecho de los alumnos con necesidades educativas especiales o excepcionales a ser atendidos en sus Derecho de las alumnas embarazadas y madres Derecho a no ser discriminado o recibir sanciones por consideraciones hacia sus padres Derecho de los alumnos con VIH
Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 22 0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 70,0 80,0 90,0 100, 0
Boyacá
Magdalena
Soacha
4.2 Sobre la Participación de la comunidad en los proceso de construcción del Manual de Convivencia y demás procesos. Análisis interpretativo. Los resultados que se presentan en este aparte son producto del análisis de la información obtenida por los diferentes sujetos participantes en los grupos focales realizados en las instituciones educativas identificadas para este propósito en las tres regiones seleccionadas. La selección de las instituciones no se hizo con base en los criterios metodológicos previamente definidos dada la demora en el envío de los Manuales y la necesidad de programar las salidas de campo. Esta situación no afectó el criterio inicial pues entre ellas se encontraron experiencias relevantes frente al Manual y otras con muchas dificultades para hacer de éste un medio para velar por los derechos y la convivencia escolar. En Boyacá se visitaron catorce instituciones educativas ubicadas en diez municipios, tres certificados (Tunja, Duitama, Sogamoso) y siete no certificados (Nobsa, Paipa, Saboya, Tuta, Chinquiquirá, El Cocuy y Panqueba), once instituciones oficiales y tres privadas. En Magdalena, quince instituciones de ocho municipios, dos certificados (Santa Marta y Ciénaga), seis no certificados (Pivijay, Soplador, Fundación, El Retén, Aracataca, Orehueca), doce de las instituciones de carácter oficial y tres privadas. En Soacha nueve instituciones, cinco oficiales y cuatro privadas. Así como de la lectura de los Manuales de Convivencia, en relación con el análisis de los derechos, se observó una regularidad discursiva en lo concerniente a la normatividad legal y al orden jurídico vigente ya que la mayoría de Manualesde Convivencia, apelan al cumplimiento de la Constitución Política de Colombia, la Ley 115 de 1994, la Convención Internacional de los derechos de la Niñez, el Código de la infancia y el adolescente y Decreto 230, entre otros, con el trabajo de campo sobrevienen algunos interrogantes respecto a la vigencia y pertinencia social de esta herramienta para la mediación crítica y creativa de los conflictos, tal como se utiliza en algunas de las instituciones seleccionadas. Igualmente nos vimos interpelados por ciertas dinámicas escolares que obligan a pensar sobre una percepción más amplia de la convivencia, y a enfatizar sobre aspectos como los siguientes. a) los espacios y temporalidades que ofrece la institución escolar para la participación abierta; b) las formas de relación y de mediación de los conflictos por parte de la comunidad educativa; c) los contextos socio-culturales en los que está inmersa la institución y de los que hacen parte miembros de la comunidad como son los estudiantes y los padres de familia, y las formas de cultura política; d) los discursos individuales y sociales producto del impacto de los medios masivos de comunicación, así como las percepciones de la comunidad frente a sus problemáticas sociales; e) las metodologías de Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 23
trabajo al interior de las aulas de clase; f) las estrategias de comunicación y los canales de expresión que gestiona la institución. De ahí que fue necesario realizar una lectura comprensiva de conjunto de lo que implica la vida compartida, contrastando las voces de la comunidad educativa con sus necesidades, expectativas y reflexiones, para no caer en determinismos legales, administrativos y procedimentales limitando la evaluación de los Manuales. Esta lectura de conjunto fue abordada a partir de los aportes obtenidos en los cuatro grupos focales, metodología apropiada para explorar las dimensiones socio-culturales en los aspectos de la convivencia escolar. Reconocemos que si queremos observar la pertinencia del Manual de Convivencia es clave comprender las dinámicas colectivas, de participación y de socialización de las comunidades donde se inscribe la institución escolar. Los encuentros en los grupos focales, realizados desde un enfoque conversacional, giraron básicamente alrededor de cinco aspectos, denominados categorías de análisis, con el fin de dar cuenta de los procesos y resultados obtenidos para la comprensión de los Manuales de Convivencia, la creación y vivencia de ambientes de convivencia a partir de su existencia y el respeto, observancia y efectividad de los diferentes Derechos de estudiantes, padres, maestros y comunidad educativa en general. Estos son: Participación de la comunidad en los proceso de construcción del Manual de Convivencia; Difusión y estrategias utilizadas para su divulgación, conocimiento y apropiación del Manual; efectividad en el cumplimento de los Derechos y el debido proceso en el manejo de las faltas previstas en el Manual o fuera de él.
4.2.1 Participación de la comunidad en la construcción del Manual de Convivencia Para efectos del análisis se exploró sobre la participación en la elaboración del Manual de Convivencia teniendo en cuenta el desarrollo de diversas acciones que se realizan en las instituciones para la definición del contenido y construcción del significado que éste tiene para la comunidad educativa. Acciones que incluyen la definición de espacios de encuentro como reuniones, talleres, conversatorios, y las diversas estrategias democráticas y comunicativas para su elaboración como el debate, la discusión, la deliberación, los acuerdos, la definición y la escritura del texto. A continuación se presenta los resultados de las conversaciones con los participantes en los grupos focales, sobre el tema de la participación en cada da una de las regiones seleccionadas: Boyacá, Magdalena y Soacha En Boyacá. Se halló en todas las instituciones que los encuentros y espacios para la participación se definen a partir de dos momentos históricos claves para todas las instituciones educativas del país. En primer lugar, la elaboración del Manual siguiendo lo establecido en la Ley 115 de 1994 y el Decreto reglamentario 1860 de 1994 en el cual se plantean los parámetros para su elaboración con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa y el apoyo del Gobierno Escolar. En segundo lugar, el momento Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 24
actual en donde nuevos dispositivos de cambio movilizan a las comunidades hacia la revisión de los Manuales para su actualización o reforma, para incorporar lo establecido en la ley 1098 de 2008, de Infancia y Adolescencia, y el Decreto 1290 de 2009 sobre evaluación. De ahí que docentes, directivos y padres de familia reconocen que a partir de ese primer momento se trabajó para la elaboración del PEI y de los Manuales de Convivencia de las instituciones, quienes, a su vez, se movilizaron para cumplir con la norma. La mayoría dio cuenta oportuna de este trabajo y de una manera u otra logró convocar a las comunidades educativas en torno al debate, diseño, acuerdo y construcción del Manual. Es así que en la gran mayoría las instituciones educativas del departamento de Boyacá visitadas, el Manual se construyó hace algún tiempo y actualmente sólo se tiene un vago recuerdo de él como lo expresaron diferentes miembros de la comunidad de las instituciones visitadas. “el Manual de Convivencia fue hecho hace tiempo por otras personas”7. “El Manual de Convivencia se construyó con la participación de los padres y madres de familia, algunos recuerdan haber hecho algunas modificaciones en el año 2004, pero no se ha vuelto a retomar para su actualización”8. Debido a esto el 85% de los estudiantes de primaria y de secundaria de las instituciones visitadas expresan no haber participado en su elaboración, ya que no estaban en el colegio en ese momento, algunos se encontraban en el jardín infantil y otros no habían nacido. Directivos y docentes expresan que tienen conocimiento de que con el liderazgo de los maestros cada estamento participó en la elaboración inicial del Manual. Los docentes del 78% de las instituciones visitadas manifiestan que han participado en la elaboración del Manual y expresan que están atentos a realizar cambios de acuerdo con las políticas educativas como en el caso de la de la evaluación, primero el Decreto 230 y ahora con el 1290. En este proceso inicial en las tres instituciones educativas de carácter no oficial visitadas se contó con apoyo de asesorías externas para dar cuenta de algunos aspectos legales que debían estar contemplados de acuerdo con lo establecido en el marco jurídico y constitucional colombiano. En uno de los casos se contó con la asesoría jurídica de uno de padres que era abogado y en los otros se menciona la participación de los padres y madres de familia. Algunos recuerdan haber hecho algunas modificaciones en el año 2004, pero no se ha vuelto a retomar para su actualización. El primer momento demandó a las comunidades educativas un esfuerzo organizativo de discusión, debate y negociación, pero luego vino un período de estancamiento en donde al parecer no se vuelve a tocar el tema, se da por hecho que es un documento finalizado y muy pocas veces es tenido en cuenta para su modificación o modernización. Según lo expresado por algunos de los miembros de la comunidad: “se acude a él, cuando hay que complementarlo con alguna norma o disposición de las políticas educativas nacionales”. En muy pocas instituciones (tres) se actualiza el Manual luego del proceso evaluativo 7 8
Sogamoso. El Cocuy
Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 25
institucional que señala la necesidad de hacerlo en la medida en que se presentan situaciones no contempladas previamente en él. En la actualidad el 100% de las 14 instituciones visitadas se encuentran en proceso de modificación, reestructuración, reformulación y cambio de los Manuales de Convivencia. Procesos que presentan dos situaciones: por un lado, se ha procurado dar continuidad a estos procesos de debate y actualización con la plena conciencia de la necesidad de estar a la vanguardia de lo que acontece en la institución y para dar un tratamiento oportuno a las situaciones de la convivencia, según se plantea en tres de estas instituciones:. “Comprenden que el Manual de Convivencia debe garantizar los acuerdos mínimos dentro de las instituciones educativas y debe contar con la participación de toda la comunidad educativa”9. “Continuamente se le hacen actualizaciones de acuerdo con la normatividad, por ejemplo la ley de infancia y adolescencia. Esto es un ejercicio permanente” 10. Y, de otra parte, las demás instituciones comenzaron estos procesos a partir de la necesidad de dar cumplimiento a la nueva normatividad sobre evaluación y ley de infancia, las cuales deben estar recogidas en los Manual. Estas últimas disposiciones han hecho que algunos de los miembros de las comunidades vuelvan su mirada a estos documentos institucionales y se de cumplimiento a la norma. Para esto se han retomado algunos temas y dinámicas y se han generado espacios para la participación de los estamentos en su actualización y reforma. En el departamento del Magdalena. Para dar cuenta de la participación de la comunidad educativa en la construcción del Manual no se espera que todos los estudiantes, todos los padres de familia y todos los docentes participen directamente, sino que lo hacen a través de representantes. De acuerdo con la respuesta de los padres se concluye que en el 69% de las instituciones seleccionadas han participado en su elaboración a través de diferentes formas, como las siguientes: “Se convoca a padres de familia para hacer mesas, algunos participaron, luego se socializaron los aportes para construir un documento final”11 , “fuimos invitados por los docentes y participamos”12, “la Institución ha tenido en cuenta la participación del padre de familia”, “la directora cita para la elaboración del MANUAL”13 Las instituciones en donde los padres no han participado (31% de la muestra seleccionada) se ubican en los municipios de Aracataca, Orihueca, Ciénaga y Santa Marta. En ninguna de las instituciones visitadas los estudiantes de primaria participan en la elaboración del Manual de Convivencia, lo que lleva a interrogar sobre la noción de infancia que se asume en la región, que conduce a que a los niños y niñas de primaria y preescolar no se les tenga en cuenta para participar en un proceso que posibilita la formación en la toma de decisiones, asumir responsabilidades y otorgarle un papel activo en la construcción de convivencia democrática en su institución y considerarlos como sujetos sociales. 9 10 11 12 13
Duitama. Chiquinquirá. El Reten, Fundación, algunas de Santa Marta, Soplador Ciénaga.
Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 26
Los estudiantes de secundaria participan más en el la elaboración del Manual según se expresa en el 58% de las instituciones participantes. Es importante señalar que pese a la participación más activa de estos estudiantes en este proceso, ésta no es la ideal, las solicitudes de los estudiantes no son muy tenidas en cuenta y se produce más para validar lo que ya otros actores, particularmente los docentes y directivas, han planteado en el Manual. Lo que se busca es su apropiación pero no tanto una construcción de acuerdos frente a los intereses particulares de los estudiantes quienes mencionan la necesidad de mejorar los procesos participativos. Se destaca que lo relevante no es la participación en sí para cumplir con el requisito, sino las formas efectivas, en donde el representante de cada curso organice el debate para negociar acuerdos, informar sobre las conclusiones y para que la institución acoja las sugerencias. Un ejemplo de estrategia idónea de participación de estudiantes se encontró en Pivijay con la figura de “Tribuna libre” en donde los estudiantes tienen la oportunidad de exponer sus explicaciones, opiniones, desacuerdos; la mayoría de las recomendaciones se tienen en cuenta y se cumplen. Esta actividad se realiza en fechas especiales para el colegio como día cívico, día del estudiante. Algunas de las expresiones recogidas en los grupos focales son las siguientes: “para la participación se escoge un grupo de estudiantes para que opinen sobre lo que debe quedar en el Manual y luego se comunica a los compañeros de curso si están de acuerdo” 14; “se organizan equipos de trabajo, unos participaron otros no”15; "los representantes de curso piden las opiniones, pero en unos cursos no han hecho reuniones” 16“los docentes piden nuestra opinión”17,“no participamos, se hizo una encuesta pero nadie la respondió18. En la construcción del Manual de Convivencia el grupo de la comunidad educativa que participa en un 100% es el de los docentes. En todas las instituciones se considera que hay una participación activa de ellos, a través de mesas de trabajo, teniendo en cuenta la normativa legal y las necesidades de los estudiantes. Al preguntar sobre los aspectos que generan discusión, más de un grupo expresó que es el tema de los embarazos, lo que evidencia la necesidad de implementar proyectos que eduquen a padres y adolescentes acerca de estas temáticas; la presentación personal, pelo largo, peinados de moda por parte de los varones y largo de la falda en las estudiantes. Lo que se convierte es un asunto de tensión, aunque no de conflicto, en algunas instituciones. Si bien es cierto que en las entidades territoriales visitadas se convoca a participar en la elaboración del Manual de Convivencia a padres de familia, adolescentes y docentes, a los niños y a las niñas no se les tienen en cuenta, están invisibilizados. Se requiere mayor y mejor participación de toda la comunidad educativa. Si uno de los propósitos del Manual es contribuir a la construcción de una cultura democrática al interior de una institución 14 15 16 17 18
Aracataca Soplador, Fundación Aracataca, Santa Marta Orihueca El Reten
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educativa se requiere de una participación efectiva de todos los miembros o estamentos que la conforman, por cuanto permite llegar a acuerdos compartidos que recojan los intereses y necesidades de la institución y la comunidad. En el municipio de Soacha, se observó la existencia de posturas diferenciadas respecto a la participación de los diferentes actores o estamentos de la comunidad educativa en la construcción del Manual, pese a que en la normatividad vigente se establece el derecho de toda la comunidad educativa a participar en todas las actividades organizativas de la institución educativa, entre ellas el Manual de Convivencia. Aunque existe un marco jurídico y normativo que permite a los padres de familia la participación en los asuntos escolares, y se explicita como derecho en los Manuales de Convivencia dado el reconocimiento que tienen como integrantes activo de la comunidad educativa y como primera persona responsable de la educación, en el 66.6% del total en las instituciones visitadas se evidencia la ausencia de participación de éstos en la construcción del Manual. Se observa en los padres de familia, de tres de las instituciones visitadas en este municipio (33.3%), en la actualidad, bajo interés en su construcción y manifiestan que se les dificulta el trabajo colectivo. Sólo en dos de las instituciones visitadas en este municipio (22.2%), muestran interés en la participación y construcción colectiva del Manual de Convivencia, en las otras regularmente se delegan las responsabilidades a otros actores y nombran diversas situaciones, como el ausentismo de los padres, como primera razón que dificulta pensar procesos de largo aliento. En los Estudiantes de Primaria, sólo en una institución (11.1%) del grupo de niños y niñas, que participaron en los grupos focales manifestó haber participado en la construcción del Manual. Es una constante en las instituciones visitadas el no tener en cuenta la participación de los niños y niñas en los asuntos escolares. Esto es muy llamativo dado que los planteamientos más honestos, justos, espontáneos y pertinentes frente a la convivencia que se escucharon fueron de los de los niños y niñas, con planteamientos nivel argumentativo y creativo frente a sus percepciones, pero paradójicamente a este grupo es al que menos se tiene en cuenta a la hora de deliberar sobre los asuntos que afectan la cotidianidad escolar. Para muchos maestros y directivos esto fue algo insospechado, a tal punto que reconocieron la importancia de la escucha y de no seguirlos subestimando. Del 66.6% de las instituciones visitadas los estudiantes de Secundaria no tuvieron participación alguna en la construcción del Manual de Convivencia. Aunque se evidencia por parte de estos mayor participación y conocimiento del Manual. Sus planteamientos respecto a la participación están centrados en la conveniencia particular y no son generalizables como lo pueden ser los planteamientos de los niños y niñas. Respecto a la participación, encontramos que los jóvenes, a pesar de no haber estado incluidos en las dinámicas de construcción del Manual muestran diversos referentes donde se podría plantear el debate sobre la convivencia y se comprueba en el trabajo de campo que con la apertura de espacios para la deliberación (como los que propuso este trabajo) y para poner en común visiones frente a las reglas de juego, se podrían obtener y proponer alternativas creativas al conflicto. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 28
El relato de los maestros frente a su participación, a pesar de que es del 100% en las instituciones visitadas, indica que fue un pequeño grupo de maestros el que estuvo activo en su construcción. Ahora bien, esto no supone necesariamente que en la actualidad las instituciones cuenten con procesos de participación colectiva de maestros y dinámicas de problematización de los asuntos convivenciales. Lo que se percibió y fue la constante en los colegios es que el asunto del Manual de Convivencia queda prácticamente en manos del coordinador. Pese a la diversidad de análisis que se hacen en cada una de las regiones las coincidencias frente al tema de la participación en la construcción del Manual son las siguientes: •
En ninguna de las instituciones visitadas, con excepción de una en Soacha, los estudiantes de primaria no participan en la elaboración del Manual de Convivencia. • Participan en mayor medida los estudiantes de secundaria, pero en su opinión no es la ideal ya sus opiniones y solicitudes no son tenidas en cuenta, la participación es para validar lo que ya otros actores, particularmente los docentes y directivas han planteado en el Manual. • Los padres de familia en Magdalena y Boyacá participan en un mayor porcentaje que en Soacha, pero al igual que los estudiantes de secundaria se hace más para validar lo que la institución propone. • Quienes definitivamente participan en la construcción del Manual de Convivencia son los maestros y directivas. Es decir, se requiere una mayor y mejor participación de toda la comunidad educativa ya que uno de los propósitos del Manual es contribuir a la construcción de una cultura democrática que posibilite llegar a acuerdos compartidos en los que se tengan en consideración los intereses y necesidades de la institución y de la comunidad en busca de una mejor convivencia, de respeto por los derechos y responsabilidad frente a los deberes que surgen del hecho de ser todos y todas sujetos de derecho.
4.2.2 Difusión de los Manuales y estrategias utilizadas No basta con disponer en las instituciones educativas del Manual de Convivencia. Es fundamental su difusión entre todos los miembros de la comunidad educativa, en particular entre los estudiantes y padres de familia, que como ya se ha visto no tienen una participación masiva ni activa en su construcción, para que éstos conozcan los acuerdos o decisiones instituciones que allí se plantean y que deben todos observar y cumplir. A continuación se presentan los resultados los grupos focales sobre el tema de la difusión del Manual y las estrategias utilizadas en cada da una de las regiones seleccionadas: Boyacá, Magdalena y Soacha.
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En Boyacá. Las comunidades educativas de las instituciones visitadas consideran que es indispensable conocer las reglas de juego que orientan su accionar en un marco de mutua responsabilidad, compromiso y respeto. Consideran que en la medida que se ha participado en la formulación del Manual se es consciente de los compromisos acordados y adquiridos y es posible fomentar espacios de convivencia armónica. De allí que la difusión de estos acuerdos o pactos de convivencia sean dados a conocer a todas las personas que conforman estas colectividades. A partir de los resultados del trabajo de campo se halló que existen algunos momentos y estrategias comunes para la difusión y conocimiento de los Manuales de Convivencia. El principal mecanismo para la difusión del Manual es el de la entrega, compra o adquisición del documento por parte de los padres de familia en el momento de la matrícula. De las 14 instituciones participantes, 8 hacen entrega de este documento en ese momento. De igual manera es dado a conocer en la primera entrega de boletines. Sin embargo, tanto docentes como padres de familia y estudiantes consideran que no es suficiente la entrega para darlo a conocer. “Se requiere su posterior socialización y discusión para poder apropiarse de su contenido”19. En ocho de las instituciones los estudiantes de primaria y secundaria manifiestan no haber recibido directamente el Manual por lo tanto no lo conocen. Algunos de estos Manuales han sido publicados en formato de cuadernillo o mediante fotocopia con recursos propios e incluso han obtenido recursos de otras entidades como las alcaldías o la empresa privada para su impresión. “Los Padres de familia apoyaron económicamente la impresión del Manual. A nivel general se han leído los deberes y derechos de los estudiantes, los cuales ellos conocen. Se han preocupado por crear identidad hacia el colegio y por esto han procurado divulgar a toda la comunidad las decisiones sobre el Manual de Convivencia”20. Una de las instituciones de carácter no oficial ha ensayado la publicación en la página Web del colegio, con el inconveniente que la población de padres a quien va dirigida no manejan o no cuentan con el recurso de la Internet, debido a esto es muy poco consultado. Por otra parte se utiliza como recurso de difusión la lectura del documento al inicio del año, para informar a los estudiantes acerca de las normas. “A algunos estudiantes se les entrega en el momento de la matrícula y se trabajan ciertos aspectos con los directores de curso en la primera semana del año lectivo”21. De igual manera los docentes de ciertas áreas específicas asumen para su difusión y conocimiento, las clases de Ética y Ciencias Sociales, así como las direcciones de grupo. En una institución no oficial se hace entrega del Manual en el momento de la contratación de los docentes22, lo cual resulta interesante en la medida que se este documento comienza a tomar importancia y a convertirse ser un referente inmediato para las personas que cotidianamente interactúan en las instituciones educativas.
19 20 21 22
Sogamoso Chiquinquirá Tunja. Tunja
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En Magdalena. Los padres de familia del 92% de las instituciones señalan formas de difusión. Solo en una de las instituciones no se mencionan formas de difusión23 Las formas de difusión más utilizadas son cuatro: En reuniones de padres de familia, especialmente al inicio del año; con la compra del Manual en la matrícula, siendo estos los dos medios más utilizados, por medio de carteleras 24 y en la página Web en una institución privada. “En la primera reunión de padres se explica el Manual “el colegio realiza mesas de trabajo con los padres para que se responsabilicen del Manual”, “Se compra el Manual el día de la matrícula y se hacen conversatorios en reuniones de padres para aclarar dudas; se entrega el día de la matrícula, pero no se ha recibido retroalimentación” 25. “El colegio tiene la intención de que todas las familias reciban la información sobre los ajustes al Manual, pero la asistencia a las reuniones es reducida” 26. “El conocimiento es en el mismo instante de la matrícula”. La mayoría no compra el Manual, se requiere motivación” 27. En todos los grupos los padres de familia concluyeron que las instituciones deben mejorar las estrategias de difusión para tener un conocimiento mas elaborado sobre el Manual, puesto que muchas familias no lo conocen pues no todas las familias lo compran, no todos lo leen porque no se tiene la suficiente claridad sobre la importancia del Manual, o por analfabetismo, en algunos casos, la asistencia a las reuniones en muchos casos es mínima por parte del padre de familia. La eficacia de los mecanismos de difusión no la determina la estratificación social, o la certificación o no certificación de la institución. Por ejemplo, la pagina Web es utilizada en una institución pública ubicada en un sector de clase media baja; la obligación de comprar el Manual para todas las familias se dio en una institución de clase baja. Lo que realmente requiere la institución para mejorar los procesos de difusión es identificar las características de sus familias y tener la voluntad decidida de que el Manual se conozca, como en el caso de la institución Cristo Rey28. Los estudiantes de primaria señalan dos estrategias de difusión. La compra del Manual y las charlas de los profesores. Esto lo dicen los estudiantes de este nivel en el 62% de las instituciones visitadas. Ellos expresan: “Lo conozco porque lo compraron mis padres”29. “en la matrícula se vende y es obligación comprarlo y es obligación leerlo”; “Los padres compran el Manual y en clase los profesores hablan del Manual” “se entrega el día de la matrícula, pero la mayoría no lo lee” 30 “Nos lo entregaron antes de ayer, la profesora nos lo explicó, estamos en los cursos 4º y 5° de primaria31. 23
En Orehueca En Soplador 25 Santa Marta 26 Fundación. 27 El Retén. 28 Es obligatorio para todas las familias comprar el MANUAL DE CONVIVENCIA. Todas los compran y el conocimiento por parte de toda la comunidad ha generado cambios y transformaciones significativas en la convivencia escolar y de esta con la comunidad. 29 Aracataca 30 Santa Marta 31 Ciénaga Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 31 24
El consenso general es que los niños y niñas de primaria saben que hay un Manual, pero no lo han leído, ni le otorgan importancia, excepto el grupo de Cristo Rey, en donde, por exigencia de rectoría, todos los estudiantes compran y leen el Manual, con resultados institucionales y comunitarios significativos. En el 100% de las instituciones seleccionadas los estudiantes de secundaria conocen el Manual por conversatorios con los docentes, por trabajos en clase de ética y valores de democracia, por carteleras, por la vocera del curso. Ninguna estrategia es exclusiva de alguna entidad territorial pero la más utilizada es la socialización hecha por los docentes en clase. La estrategia de trabajar el tema del Manual en clase le concede un sentido pedagógico a la convivencia y se reivindica su valor. Sin embargo hubo acuerdo en que se deben mejorar las estrategias de difusión, porque muchos no lo conocen, excepto en la institución Cristo Rey. Si se tiene en cuenta que la lectura es un ejercicio individual, que implica interactuar con el texto para construir significado a partir de las experiencias y conocimientos previos sobre el contenido de lo que se lee, y si este ejercicio lector se complementa con retroalimentación del docente, se logra mayor apropiación del Manual por parte de los estudiantes. Los docentes ratifican las formas de difusión expuestas por los grupos anteriores. “Se socializa en reuniones con los estudiantes”, “a través de carteleras, pendones, cartillas y folletos”, “en reunión de padres de familia y en el desarrollo de las clases”, “al estudiantado se les entrega en la elección de Personero”, “corresponde difundirlo en forma general, en el salón”, “en dirección de grupo, se hace claridad sobre los deberes, se publica en los salones de cada curso, cuando un estudiante comete una falta, él mismo va al Manual y revisa cual es la sanción”, “en reuniones los docentes leen con los padres el Manual, la debilidad es que los padres no ponen atención y además tenemos padres analfabetas”, “se hace charlas con los estudiantes y padres de familia, no solo promoviendo el Manual sino reivindicando la importancia de la sana convivencia” Reconocerle al Manual el valor de regular el ambiente institucional para una sana convivencia, y lograr este propósito, significa que su difusión debe ser masiva a toda la comunidad educativa. En uno de los colegios se plantea que en charlas con los estudiantes y padres de familia se promueve no sólo el Manual sino se reivindica la importancia de la sana convivencia. Ello señala que desde los mecanismos de difusión se tiene ya explícito un sentido del Manual tendiente a construir, en la institución, una cultura de la sana convivencia. En Soacha. De las nueve instituciones educativas participantes en el trabajo de campo, en el 77.7% de ellas se manifiesta hacer difusión del Manual a principios del año lectivo, en el momento de la matrícula de los estudiantes. Allí los mecanismos de difusión se agotan en la mayoría de los casos estudiados, en la entrega anual del Manual de Convivencia a cada estudiante y no cuentan las instituciones con procesos de apropiación, reflexión y divulgación de los derechos y deberes para el conjunto de la comunidad educativa. Se observa que el Manual es un documento que se archiva y se usa en momentos específicos y Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 32
necesarios. Esto hace que el Manual se perciba por la comunidad educativa como aquel documento normativo que regula y censura ciertos comportamientos de los estudiantes, no como el contrato, los acuerdos, de la institución educativa, ni menos como el mecanismo de orientación para solventar situaciones de conflicto. Para las familias el Manual de Convivencia es entregado a los estudiantes de primaria y bachillerato, pero escasamente en tres de las instituciones (33.3 %) observamos procesos y talleres de apropiación de los pactos para una más cálida coexistencia, que incluyen al conjunto de la comunidad educativa. Los maestros suelen aseverar actividades de implementación sobre el Manual, que poca efectividad tiene en la comunidad educativa. Los estudiantes de bachillerato, por su poca valoración sobre esta herramienta, tienen poco contacto en la cotidianidad y poco conocimiento con lo que compete a sus deberes y derechos. Así es que se da en una u otra forma la difusión que las instituciones hacen del Manual pero gozan de poca articulación con las dinámicas formativas y por la unilateralidad en su construcción, es vista como algo impuesto y poco democrático. El estudio evidencia que la difusión del Manual es de baja efectividad, se entrega sin un mínimo de contextualización y de trabajo con la comunidad educativa. También muestra que en las instituciones no se explicitan ni se trabajan los deberes y derechos que se contemplan en los Manuales en los espacios cotidianos escolares. En el 66.6 % los niños de primaria desconocen como el colegio lo difunde. Como la mayoría de los estudiantes en los grupos focales son representantes de curso comprobamos, en el trabajo de campo, que parte de la difusión la hacen algunos padres en las casas mediante una lectura compartida, pero no se mencionaron estrategias específicas de una difusión institucional. Las formas de difusión más utilizadas en las tres regiones son: • • • • • •
Al inicio del año con la compra del Manual en el momento de la matrícula En reuniones de padres de familia En reuniones de grupo o en algunas asignaturas como ética y ciencias sociales En dos instituciones a través de la página Web y, en una, en carteleras. En algunas a través de la vocera del curso. La estrategia más utilizada es la socialización hecha por los docentes en clase.
Sin embargo tanto docentes, como padres de familia y estudiantes consideran que no es suficiente la entrega para darlo a conocer; consideran que se requiere su posterior socialización y discusión para poder apropiarse de su contenido. La difusión que las instituciones hacen del Manual no está articulada con las dinámicas formativas y, por la unilateralidad en su construcción, es visto como algo impuesto y poco democrático.
4.2.3 Conocimiento del Manual de Convivencia por parte de la comunidad educativa. La efectividad de las estrategias de participación y difusión del Manual de Convivencia se concreta en el conocimiento que de él tiene la comunidad educativa. En los grupos focales Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 33
se indagó acerca del reconocimiento que las comunidades educativas hacen de sus Manuales de Convivencia, sobre el contenido, los derechos de la infancia y la adolescencia, el derecho a la educación, y el marco legal que regula la sana convivencia y los saberes que de él se desprenden. En Boyacá. Los miembros de la comunidad educativa, participantes en los grupos focales, consideran que un elemento constitutivo de los Proyectos Educativos Institucionales es el Manual de Convivencia, el cual debe contener una definición de los derechos y deberes de los alumnos y de sus relaciones con los demás estamentos de la comunidad educativa como lo establecen las normas32; de igual manera, debe contemplar entre otros aspectos: las reglas de higiene personal y de salud que preserven el bienestar de la comunidad educativa, los criterios de respeto y cuidado de los bienes de uso personal y colectivo, las pautas de comportamiento relacionadas con el cuidado del medio ambiente escolar, las normas de conducta de profesores y estudiantes, los procedimientos para la formulación de quejas o reclamos, las estrategias para la resolución de conflictos con oportunidad y justicia incluyendo las instancias de diálogo y de conciliación, las pautas de presentación personal que preserven a los estudiantes de la discriminación por su apariencia, la definición de sanciones incluido el derecho a la defensa, las reglas para la elección de candidatos a los órganos del gobierno escolar, las calidades y condiciones para la prestación de otros servicios (restaurante-transporte-recreación), las condiciones para el funcionamiento y operación de los medios de comunicación que utiliza el colegio (periódico-emisora-revista), las reglas para el uso de la biblioteca. Es de anotar que en seis de las instituciones visitadas, para los niños y las niñas de primaria el Manual es un documento que desconocen totalmente y por lo tanto no hacen referencia a su contenido. Por otra parte al indagar acerca del conocimiento que tienen sobre los derechos de los niños y niñas, los estudiantes nombran algunos como el de “tener una familia, un nombre, salud, educación, nacionalidad, a gozar de una naturaleza sana, libertad, un buen hogar, a no ser discriminado por raza, sexo, color" 33. Sin embargo, la expresión de estos derechos no toma como punto de referencia el Manual sino que se evidencia que han sido trabajados por algunos profesores en las clases o los han escuchado a través de los medios de comunicación. En cuatro de los colegios visitados, los estudiantes de primaria reconocen el Manual como un libro en el cual están escritos algunos derechos como: “derecho al aprendizaje, a las opiniones libres, derecho a la vida”34, “a expresar lo que sentimos y pensamos”35, así como también los deberes, las normas, las reglas, las faltas (leves-graves), “los principios del colegio”36, “se dice los que se debe hacer y lo que no” 37. En particular en estas instituciones se pudo apreciar que esta comprensión se ha dado gracias a la labor que efectúan algunos maestros, al tomar como punto de referencia el Manual de Convivencia para abordar las temáticas de los derechos, los valores, las actitudes y las reglas y que en ellos se 32 33 34 35 36 37
Decreto 1860 de 3 de agosto de 1994. Ministerio de Educación Nacional. Bogotá. 1994 Tunja Tunja Chiquinquirá Tunja Tuta Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 34
hace referencia explícita sobre las sanciones por quebrantar las normas, en donde “se encuentran la leyes, reglas, derechos y deberes. El Manual enfatiza en el respeto hacia los adultos”38 Entre los estudiantes de secundaria se hace evidente que existe un mayor conocimiento del Manual puesto que en diez de las instituciones visitadas los jóvenes lo consideran un documento en el que están escritos los derechos y deberes de los miembros de la comunidad educativa, las normas para la convivencia, así como los tipos de faltas (levesgraves-gravísimas) y los estímulos para los estudiantes. “El Manual de Convivenciaestablece algunas normas que son necesarias para la convivencia en la institución educativa. Allí también están consagrados los estímulos para los estudiantes” 39. “También habla de los uniformes, los requisitos para la matrícula, los deberes y derechos de los profesores y padres de familia”40. De igual manera, en su mayoría, expresan que en los Manuales se desconoce el derecho a la libre expresión de la personalidad de los jóvenes, puesto que se les exige llevar el cabello corto y portar un uniforme (tenis, cordones-sacossudadera) que en algunos casos no es de su agrado. Consideran que deberían tener la oportunidad de decidir libremente sobre este aspecto de su cuerpo y de su identidad. Cabe resaltar que los jóvenes cuestionan que al comparar derechos y deberes, la “lista” de los derechos es mucho menor que la de los deberes, esta situación de desequilibrio genera en los estudiantes la idea de que el Manual contiene más exigencias que derechos y oportunidades. Para los Padres de familia, de siete de las instituciones visitadas, el Manual de Convivencia es reconocido como el lugar en el que se estipulan y se dan a conocer “los deberes y derechos de los estudiantes, las normas, las reglas que ayudan a la convivencia, el proceso para la matrícula, la forma de hacer un reclamo, las normas de comportamiento, los costos de las matrículas, el cobro de cuotas aprobadas por asamblea de padres, la evaluación y promoción de los estudiantes”41, “las responsabilidades de los padres”42, “los procesos disciplinarios, de concertación y el debido proceso, así como también el capítulo específico de Padres de Familia”43, entre otros. En otras cuatro instituciones los padres manifestaron conocer el Manual porque en reuniones de padres se conversa y debate sobre algunos de los temas del Manual. De igual manera también han sido objeto de lectura y estudio en sus hogares de manera autónoma, por sugerencia o exigencia de los docentes. Así mismo consideran que es importante y “muy necesario dar a conocer en el momento de la matrícula las condiciones de derechos y deberes de los padres y sus responsabilidades en la formación de los hijos”44. En algunos colegios el Manual es objeto de análisis, debate, conversación y acuerdos, en la medida que continuamente se ha venido abordando su estudio y actualización; de esta 38 39 40 41 42 43 44
Paipa Chiquinquirá Tuta El Cocuy Tunja Nobsa Tunja.
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forma los padres se ha aproximado al conocimiento y manejo de los contenidos porque participan activamente en su construcción. “El Manual de Convivencia ha tenido modificaciones desde el año 2007, en este documento están consagrados los deberes y derechos de los estudiantes. Por otra parte, cada año se hace una evaluación institucional del MANUAL para mejorarlo”45. “Los padres de familia manifiestan que han leído el Manual de Convivencia en más de una oportunidad. En la actualidad se están haciendo los cambios con base en la ley de infancia y adolescencia”46. Los docentes, en su totalidad, son quienes expresan conocer de los contenidos del Manual puesto que han sido quienes han liderado en las instituciones su elaboración y consideran que cumplen con la reglamentación que se solicita a este respecto desde la normatividad vigente. Por otra parte reconocen que en su reformulación, proceso en que se encuentran el 100% de las instituciones, se debe aprovechar para modificar aquellos aspectos que han generado tensiones en sus comunidades, como el sentido del derecho-deber, la formulación del debido proceso, el establecimiento de sanciones, la imposibilidad de la toma de decisiones frente a la exclusión de los estudiantes ante faltas disciplinarias gravísimas, entre otros. Por esta razón reclaman de la Secretaría de Educación Departamental un mayor acompañamiento y asesoría, para evitar las inconsistencias que hasta el momento se han venido presentando en los colegios en torno a la aplicabilidad de las sanciones, puesto que cada docente y cada institución utiliza sus propias comprensiones para ejercer el manejo de la norma pero no existe una total claridad al respecto. Estiman que cada colegio debe gozar de autonomía en las decisiones, pero que muchas de las decisiones de éstas son derogadas por otras instancias extraescolares. En algunas instituciones el momento en que se encuentran actualmente, de revisión de los Manuales, se presenta como la posibilidad de apertura y libertad hacia la construcción creativa de alternativas propias en la cimentación de una convivencia armónica; para otros, indistintamente si son municipios certificados o no, esta posibilidad es un caos y demandan de la Secretaría orientaciones claras sobre las pautas a seguir en las instituciones, negando o limitando la oportunidad de aprender del error y del conflicto en el manejo de las situaciones problemáticas en la escuela, y exigiendo parámetros homogéneos. Se puede decir que la primera opción es la más reconocida por los colectivos de docentes en la configuración de ambientes escolares mucho más democráticos y respetuosos de los derechos de niños, niñas y jóvenes, puesto que esta visión propende por unas miradas más reflexivas acerca del rol, el compromiso y las acciones de los docentes, que van mucho más allá del cumplimiento de la reglamentación y se constituyen en los nuevos derroteros éticos para los maestros. Es importante resaltar que para las instituciones educativas este es un momento de coyuntura decisivo, en tanto que se han visto abocados a considerar las determinaciones de 45 46
Tunja Nobsa.
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las políticas de infancia y educación en pos de su cumplimiento, pero que a la vez es apreciado como la oportunidad para el mejoramiento, cualificación y transformación de los Manuales de Convivencia, en la perspectiva de dotarlos del sentido e identidad que les posibilite una mejor comprensión y manejo en la transformación de los conflictos y de construcción de una sana convivencia. En Magdalena. La tendencia se dirige a que la comunidad educativa sabe que la institución tiene un Manual de Convivencia, así no todos lo hayan leído o participado en su construcción. Los conceptos que la comunidad educativa tiene sobre el Manual se pueden sintetizar en las siguientes expresiones de los diferentes miembros esta: Los Padres de Familia consideran que el Manual de Convivencia es: “ el libro que permite que en el colegio haya normas, leyes”47, “es la carta de navegación del colegio, que se inscribe en un marco legal”, “permite una organización para que haya norma”, “recoge las normas; para llevar una sana convivencia”, “ es la guía para educar y disciplinar” “es la guía que permite formalizar procesos de convivencia” 48. Es de destacar que ninguna entidad territorial se caracteriza por una mirada en particular. Los estudiantes de primaria expresan que “ Es una Guía para conocer las reglas”49, “nos dice como comportarnos en clase”, “como convivir 50, “permite conocer los derechos” ,“nos dice las reglas, las sanciones y normas del colegio”, “ como comportarse con respeto” 51,“libro que nos guía, trae el himno nacional y la bandera”52. Para los estudiantes de secundaria el Manual “Trata sobre las normas, las sanciones las faltas”53, “contiene los derechos y deberes”, “guía para la buena convivencia” 54, “normas, deberes, leyes que debemos respetar”, “libro que contiene los derechos, deberes y leyes del colegio para organizar la convivencia y el respeto”, “la constitución de la institución”55, “para conocer como debe ser la presentación , uso del uniforme” 56, “es donde están las normas para que haya orden y disciplina”57, “el Manual trata sobre como tener una buena convivencia sin conflictos”58. Para los docentes es: “ la ruta institucional para que haya orden, disciplina y sana convivencia”, “guía para la convivencia”59, “el Manual tiene implícito pactos de convivencia porque se construye colectivamente y recoge las necesidades de la 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59
Fundación, Ciénaga Santa Marta, Soplador Ciénaga Fundación, El Retén Santa Marta, Cienaga, Aracataca, Orihueca Aracataca El Retén, Pivijay Santa Marta, Pivijay Santa Marta Pivijay Fundación Soplador Fundación
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institución”60, “expresa las normas, deberes y derechos de alumnos y profesores, las faltas graves y leves, teniendo en cuenta la Ley de infancia y la adolescencia” 61, “instrumento que permite la creación de un ambiente adecuado de convivencia”, 62 “carta institucional que define los criterios en la resolución de conflictos”63 . Con base en lo manifestado por padres de familia, estudiantes y docentes, se ponen de manifiesto dos miradas del Manual; una, referida al libro institucional, legal, que estipula las normas, leyes, deberes, obligaciones, y dos, la guía que regula la sana convivencia, lo cual visibiliza dos lugares de enunciación para definir el Manual. Primero, el Manual de Convivencia con el sello del reglamento escolar, dispositivo disciplinario. El reglamento escolar o libro de disciplina se instaló en el contexto educativo con el propósito de regular e introducir al estudiante en la norma y garantizar el cumplimiento de los deberes por parte del docente, según a Valencia y Mazuera (2006). Lo anterior infiere una idea de estudiante, colegial que hay que corregir o enderezar, y un maestro que tiene la responsabilidad moral de hacerlo. Según Calonje, P. y Quiceno, H. (1985), citado por Valencia y Mazuera, el reglamento estudiantil es “un dispositivo disciplinario altamente rutinario, que pretende organizar el tiempo, el espacio, la actividad, el lenguaje y el cuerpo, a través de un conjunto de leyes y normas que se pretenden universales, válidas para un número indeterminado de individuos y situaciones, las cuales en su conjunto bien podrían definir lo que es una escuela”. Para Valencia y Mazuera esta idea supone que el Manual desde su concepción describe las interrelaciones, ancladas en el control de cierta jerarquía. Detrás de la figura del Manual de Convivencia se encuentra una maquinaria disciplinaria concebida por la institución y dirigida a un grupo poblacional con el fin de que haya orden, bajo la premisa de la obediencia. Bajo esta óptica las interrelaciones que se construyen al interior de la institución se volverían un asunto de constante tensión. Segundo, el Manual de Convivencia, bajo la figura de Pactos de convivencia. Las leyes vigentes como la Constitución Nacional de Colombia de 1991, el Código de Infancia y la Adolescencia, Ley 109 de 2006, la Ley general de educación, Ley 115 de 1994, así como también diferentes organismos gubernamentales y no gubernamentales, circulan discursos tendientes a posicionar maneras respetuosas, pacíficas, armoniosas de tejer interrelaciones al interior de las instituciones bajo la figura de Manuales de Convivencia o pactos de convivencia que conduzcan a hacer de las escuelas lugares amables y un tejido social tolerante y democrático. “Pacto, según el Manual denominado, Pactos de Convivencia del Instituto Eduardo Santos64 literalmente hace referencia a estilo democrático que generan relaciones de negociación y acuerdos. Mientras que Manual es una guía escrita y abreviada de nociones, su sentido es “llevar de la mano”. El pacto es facilitador para el 60 61 62 63 64
Santa Marta Orihueca. Santa Marta Pivijay Soplador Santa Marta
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desarrollo de la vida escolar, para la optimización del los procesos educativos y para la búsqueda de la armonía institucional.” Referente a los derechos que contempla el Manual, los estudiantes tanto de primaria como de secundaria enuncian en primera instancia los derechos relacionados con la educación, como por ejemplo: “al estudio de buena calidad” ,“a que nos enseñen bien” ,“a una buena educación”65, “hacer grupos para recuperar”66. De los derechos relacionados con la persona, se mencionan “a la igualdad”, “a la libre expresión”, “buen trato”, “al respeto a la persona”67, “a ser escuchados”, ser respetados, a que nos traten bien” 68, “derecho a opinar, a que nos respeten los profesores”69, “a que nos escuchen”70. Hubo estudiantes que confundieron derecho con deber: “portarnos bien”71. Los padres de familia, señalan que los derechos más enunciados son los relacionados con la educación: “a que se eduquen bien a los hijos”, “que les enseñen bien”, “buena educación a nuestros niños”72, “a ser informados de la situación de nuestros hijos” 73. Es importante resaltar que hay padres de familia que al nombrar sus derechos los confundieron con deberes: “velar por el bienestar”, “estar pendientes de nuestros hijos”, “asistir a los llamados del colegio”, estar pendiente de los hijos para que hagan las tareas” 74. Una vez hecha la aclaración sobre la diferencia entre derecho y deber los derechos que mencionan son, también, los relacionados con la educación: “derecho a que nuestros hijos sean educados”. Hay estudiantes de primaria y padres de familia 75 que no dan cuenta de sus derechos. Por su parte los derechos más enunciados por los docentes son los que tienen que ver con el derecho a la educación, al respeto, al buen trato, a la participación de padres de familia y estudiantes. Confundir derecho con deber parece ser que está relacionado con el hecho que se ha instituido el discurso de que todo derecho implica un deber, que si no se tiene el deber, el derecho se vulnera. Deja el cumplimiento del derecho a la voluntad del garante. De acuerdo con Ligia Galvis, autora del libro -Las niñas, los niños y los adolescentes. Titulares activos de derechos. Mirada a Latinoamérica- la relación deber-derecho desdibuja el sentido de la titularidad del derecho. El deber implica una imposición, una obligación, que por diferentes motivos no todos están dispuestos a aceptar. En su lugar propone la relación derecho-responsabilidad, la cual es un valor que se construye, que implica un proceso de formación, no solamente en el contexto educativo, sino también en la familia y la comunidad. No conocer los derechos aumenta las posibilidades de que no se garanticen. La titularidad de los derechos significa ser consciente de que se tienen y que se 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75
Pivijay. Santa Marta Ciénaga Fundación, Pivijay Soplador Ciénaga Santa Marta Santa Marta Aracataca, Orihueca, Santa Marta, Ciénaga Soplador Santa Marta, Orihueca Santa Marta, Ciénaga, Fundación, El Retén
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asume la responsabilidad de la titularidad, como acto de autonomía; la titularidad implica reciprocidad en el manejo de los derechos en el momento de las interacciones que se entablan en las experiencias y vivencias cotidianas. En este sentido la formación para la titularidad activa de los derechos hace sujetos ciudadanos democráticos. De otro lado, sí es función del Personero velar porque se respeten los intereses y derechos de los estudiantes, es su obligación conocer el Manual. Llama la atención que los personeros de tres instituciones no conocían el Manual76. En Soacha. Respecto al conocimiento del Manual las referencias son dispares; la mayoría de padres de familia de las instituciones, por un lado, desconocen los derechos y compromisos que se inscriben en él y, por el otro (los que integraron el grupo focal) por ser en su mayoría integrantes de órganos de participación de padres de familia, tienen mediano conocimiento de sus implicaciones. Se evidencia una ausencia de información y conocimiento de las implicaciones que conlleva este documento y, aún más, se presencian ambigüedades frente a los constructores de este documento y los procesos llevados a cabo. La mayoría de las referencias que tienen los jóvenes del Manual revela una clara tendencia a señalar asuntos concernientes al uniforme y a sus modos de portarlo. Asuntos acerca de la identidad personal, en la mayoría de los casos, es la cuestión principal que los jóvenes enuncian cuando se habla sobre convivencia escolar. Por otra parte, los jóvenes tienen un conocimiento del Manual muy básico y precario, ya que en vista de los contextos sociales donde se inscriben las escuelas y de lo que acontece en los hogares de los niños y jóvenes no es de importancia conocer la norma, sabiendo que los conflictos en su mayoría se resuelven de formas agresivas y violentas. Para muchos actores de la comunidad educativa el Manual no es nada más un texto con “palabras que se la lleva el viento”. En el total de los grupos focales se observó que el Manual de Convivencia tiene una fuerte connotación de procedimientos formales para la reglamentación del uniforme y sobre la sanción específica de las faltas leves o graves. Otro asunto que se desprende del trabajo es que al ser éste un documento final y no un proceso colectivo acerca de los malestares y las potencialidades escolares y locales hace que el conocimiento se reduzca a una normatividad la mayoría de veces sin sentido y apropiación. En los niños y niñas existe un mínimo conocimiento del Manual de Convivencia, es en razón de la lectura realizada con los padres de familia y otras veces, por las exigencias que la institución les hace al ser representantes de curso. Pero no hay en la mayoría de instituciones un trabajo consistente y procesual en torno al conocimiento de los derechos y la problematización de sus malestares sociales. No obstante, a pesar de no existir un conocimiento exhaustivo sobre deberes y derechos, los niños han mencionado que unos de los derechos más indispensables son el derecho al juego y a ser felices y los jóvenes el derecho a la excepcionalidad y la diferencia. Otro hallazgo que brota de este estudio respecto al conocimiento del Manual alude a que la comunidad educativa no tiene interiorizado la normatividad (deberes y derechos), sus 76
Una institución de Santa Marta, una de Ciénaga y una de Fundación. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 40
compromisos y las reglas de juego de la institución. En muchos casos el Manual de Convivencia no es visto como acuerdos llegados por consenso sino que es percibido como un conjunto de normas unilaterales y prescriptivas que recaen únicamente en el comportamiento de los estudiantes. Uno de los aspectos a resaltar en el tema relacionado con el conocimiento del Manual son las diferencias que al respecto se presentan en las tres regiones. Sin embargo se pueden señalar aspectos comunes entre ellas como los siguientes: • • • • •
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No hay una clara diferenciación, para estudiantes y particularmente para padres, sobre los derechos y deberes. Se destaca la falta de mención en los Manuales sobre los derechos fundamentales. Los jóvenes consideran que en los Manuales y en las instituciones educativas se da más importancia a los deberes que los derechos. Al no haber una participación en la construcción del Manual y una débil difusión, el conocimiento también lo es. El conocimiento de los derechos generalmente no se tiene por vía del Manual de Convivencia, los estudiantes son informados por los profesores en momentos específicos: trabajo de grupo o asignaturas especiales, los padres en reuniones sobre el tema. Los estudiantes de secundaria tienen un mayor conocimiento del contenido del Manual pero se quejan de que en ellos no se tiene en cuenta el Derecho a la libre expresión de su personalidad, se les exige llevar el cabello corto y portar un uniforme (tenis, cordones-sacos-sudadera) aunque no les guste, particularmente en los colegios oficiales. El Manual es reconocido como el medio a través del cual se dan a conocer los deberes y derechos de los estudiantes, las normas de comportamiento, las reglas que ayudan a la convivencia, las responsabilidades de los padres y de los estudiantes, los procesos disciplinarios, señala las reglas, las sanciones. Es la carta de navegación de la institución, la guía para educar y formar. El Manual es visto de dos maneras: como el libro institucional, legal, que estipula las normas, leyes, deberes, obligaciones, y, como la guía que regula la sana convivencia. En muchos casos el Manual de Convivencia no es visto como fruto de acuerdos llegados por consenso sino como un conjunto de normas unilaterales y prescriptivas que recaen básicamente sobre el comportamiento de los estudiantes. En algunas instituciones de Soacha los jóvenes tienen un conocimiento muy básico del Manual, para ellos no es de importancia conocer la norma, pues saben que los conflictos en su mayoría se resuelven de formas agresivas y violentas.
4.2.4 Sobre el debido proceso y las sanciones El Manual de Convivencia es considerado una herramienta para ofrecer soluciones ante los diferentes problemas y conflictos que se presentan en las instituciones educativas, de ahí la Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 41
importancia de tener en cuenta el debido proceso y la explicitación de las sanciones dependiendo de la falta. Problemas a resolver que deben ser producto, fundamentalmente, de acuerdos entre estudiantes, padres de familia y docentes. En Boyacá. Se considera la importancia que tienen los Manuales para reconocer que todas las personas involucradas en situaciones de conflicto tienen derecho a contar con procedimiento justo y racional (debido proceso), en la aplicación de las sanciones, aspectos que, consideran, deben estar formulados y garantizados de manera explícita en los Manuales, como los mecanismos establecidos para tal fin. Contemplar, igualmente, el derecho a la defensa y a ser informados del cargo que se les imputa y escuchados para hacer sus descargos y a la defensa con pruebas, si fuere necesario77. Es muy importante que en el Manual se expresen y detallen las acciones o actitudes que constituyen falta y la sanción correspondiente. Se espera que en el ámbito de lo educativo estas sanciones tengan un sentido pedagógico y sean proporcionales a la falta para que los estudiantes aprendan de sus errores. Otro aspecto a tener en cuenta en la definición del debido proceso es la enunciación de las instancias de tratamiento de los conflictos y que determinan el conducto regular a seguir. Este aspecto es uno de los más consultados por las comunidades educativas y es el referente más fuerte acerca del contenido de los Manuales de Convivencia. Respecto a los padres de familia se encontró que en tres de las instituciones en donde se evidencia un ambiente escolar bastante deteriorado y conflictivo este aspecto es totalmente desconocido. “Ante situaciones como por ejemplo el uso de drogas, no se ha podido actuar porque no se conoce, ni se tiene claro el Manual de Convivencia y mucho menos el conducto regular o el debido proceso. Esto ha ocasionado que algunos casos se queden sin resolver y no pase nada. Falta puntualizar en algunos aspectos los procedimientos que se deben llevar a cabo.”78. “En el consejo directivo se trabajan los problemas graves de los estudiantes. Nunca se ha trabajo el Manual de Convivencia. No es utilizado en los casos de conflicto”79. Igualmente se aduce que el Manual no se usa para la construcción de formas alternativas de resolución o transformación de las situaciones de conflicto, que las decisiones frente a las sanciones resultan arbitrarias e injustas y son impuestas directamente por docentes y directivas según su parecer. A pesar de esto, en algunas instituciones los padres manifiestan que aunque el debido proceso está estipulado en los Manuales de Convivencia muy rara vez se acude a otras instancias mayores, ya que las situaciones de conflicto son tratadas directamente entre las personas involucradas y se establecen los pactos y compromisos de común acuerdo con los estudiantes y sus familias. “Acuden al Manual de Convivencia cuando se presentan situaciones extremas entre docentes y estudiantes. Apuntan que muy pocas veces se llegan estas instancias”80. “Entienden que existe un conducto regular y que pueden expresar sus
77 78 79 80
Decreto 1860 de 3 de agosto de 1994. Ministerio de Educación Nacional. Bogotá. 1994 Tuta Saboyá El Cocuy Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 42
opiniones a directivos y docentes de manera oportuna, las cuales son atendidas y tomadas en cuenta de manera inmediata”81. Los padres de familia consideran que el Manual de Convivencia es una herramienta necesaria que ofrece soluciones a los diferentes problemas que se presentan, consideran que es muy importante que se tenga en cuenta el debido proceso y plantean que todo lo que se haga debe ser producto de un acuerdo entre estudiantes, padres de familia y docentes. Para los docentes es un documento al cual se recurre solamente cuando se trata de precisar las faltas y las sanciones que éstas acarrean a los estudiantes. “Se recurre al Manual de Convivencia solo cuando se trata de establecer las normas, el conducto regular o las sanciones en casos extremos”82. Esta condición es la que hace que para las comunidades educativas el Manual tenga una connotación de carácter punitivo y sancionatorio. “El seguimiento a los procesos necesita ser discutido puesto que no existe articulación entre el Manual de Convivencia y el observador”83. Por otra parte, se evidenció que el manejo del debido proceso es entendido solamente como el seguimiento al conducto regular. Sin embargo desde una visión pedagógica más amplia este debe ser considerado como el mecanismo que propicia a las comunidades educativas la oportunidad para tramitar los conflictos en el marco de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Como ya se dijo éste se debe contemplar como el escenario propicio para la reflexión, el cambio de actitud de las partes involucradas, el derecho a defensa de las actuaciones y el reconocimiento de las equivocaciones, para asumir responsablemente los acuerdos y compromisos relacionales y de convivencia, para formarse como persona desde una ética y una moral individual y colectiva. “Se busca es que los/as niños/as tomen conciencia del error, mediante la reflexión y en pos del mejoramiento y el cambio de actitudes y comportamientos. Se busca también vincular estrechamente a la familia, a través del trabajo pedagógico de la escuela de padres, en donde se trabaje el tema de los valores y se establezcan acuerdos, de tal forma que se hable el mismo idioma”84. En Magdalena. Las instituciones siguen el debido proceso que obliga la Ley. Hubo consenso en todos los grupos que participaron en el estudio al indicar que en la institución se sigue un conducto regular. Se recurre, en primera instancia, al diálogo para reflexionar sobre el error, visita al psicorientador, coordinador, llamada al padre de familia, anotación en el observador, firma de compromisos, si es el caso se suspende o se expulsa al estudiante, pero esta última medida es excepcional, los estudiantes tienen la oportunidad de defenderse. Las sanciones no llevan a discriminar, humillar, o denigrar. En todos los casos a los estudiantes se les informa sobre las decisiones tomadas cuando ellos han incurrido en faltas. Tienen derecho a defenderse a apelar las medidas cuando no se está de acuerdo con ellas. Los estudiantes tienen conocimiento sobre las faltas leves y graves y la sanción correspondiente. Dependiendo de la falta, primero se habla con el 81 82 83 84
Duitama. Sogamoso Paipa Duitama
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docente, luego con el coordinador de disciplina o convivencia, y si el caso es grave se llama al padre de familia, se convoca al comité de convivencia o al Consejo Superior. Independientemente de la situación los estudiantes firman un compromiso. Profesores, estudiantes y padres de familia coinciden en que se recurre en primera instancia al diálogo para corregir las faltas, especialmente para las leves. Ninguna de las sanciones lleva al estudiante a humillaciones, burlas o irrespetos a su dignidad humana. No obstante en algunas instituciones los estudiantes consideran que las sanciones son injustas 85, consideran que no permitir la asistencia a clase por no llevar el uniforme, no tiene relación ni es formativo. En una institución de Santa Marta se tiene como sanción formativa no suspender al estudiante del colegio pero en cambio no se le permite asistir a clases y debe realizar en la institución otro tipo de actividades; tanto estudiantes como padres de familia, consideran que esta medida no lleva al estudiante a reflexionar sobre el error, por el contrario muchos estudiantes se sienten favorecidos con la medida. En las discusiones llevadas a cabo en los diferentes grupos focales, exceptuando en la Institución Etnoeducativa Departamental de Soplador, el debido proceso tiene un sentido más normativo que formativo, no se tienen claridades sobre medidas re-educativas o pedagógicas en la aplicación de sanciones, se parte de la base que este aspecto se resuelve con el diálogo inicial cuando el estudiante comete una falta. En Soacha. Aunque por ley todas las normas del debido proceso deben estar aseguradas en el reglamento de convivencia, la flexibilidad frente al incumplimiento de un deber, la implicación subjetiva del maestro frente a las medidas sancionatorias, la carencia de comunicación por parte de la institución con los padres de familia y diversas maniobras que realiza la escuela para evitar la desescolarización de los estudiantes, son el pan de cada día en la mayoría de las instituciones. Pese a que se menciona en el 33.3% de los Manual de Convivencia y se ratifica en el trabajo de campo, un trato de las sanciones mediante estrategias pedagógicas, el estudio evidencia que tanto la institución educativa como los profesores no asumen las faltas y los conflictos como ocasión formativa. Por otra parte, la aplicación unilateral de la norma a estudiantes y a veces la excesiva gravedad ante la sanción frente al incumplimiento de ciertas faltas leves es la normalidad en los colegios visitados. Otro asunto reiterativo en los grupos focales es el que se refiere a que es común escuchar dentro de los estudiantes que aunque están explícitos los conductos regulares y el debido proceso en el Manual no siempre operan debidamente. Perciben ellos que la autoridad y la jerarquía que representan los profesores – a propósito de las cuestiones de convivencia hacen que los procesos de las sanciones no se apliquen con justicia o simplemente sean la manifestación de una aplicación rígida. Señalan ellos que en muchos casos no solo se evaden los procesos establecidos sino en el caso de los profesores transgresores de una norma se perciba en la mayoría su inmunidad frente a las sanciones respectivas. Un alto porcentaje de los maestros argumenta que la flexibilidad en la normatividad se 85
Ciénaga
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aplica en razón de evitar la desescolarización de niños y jóvenes en contextos que ellos perciben con tantas problemáticas sociales. Es decir, el Manual de Convivencia en la mayoría de instituciones opera más de modo persuasivo que de forma normativa. En el caso de los niños de primaria el manejo del debido proceso es diferenciado, dado que el carácter de los profesores es más comprensivo y dialogante antes que represivo y prescriptivo. Cuando determinado caso conflictivo excede los mecanismos de diálogo se decide llamar al acudiente para llegar a algunos acuerdos compartidos. Hubo algo excepcional en este estudio respecto a este punto: una institución que evidenciaba muchas tensiones, tanto al interior como por fuera de las aulas, mostró la ausencia del debido proceso ya que, señalaban los estudiantes, que prima la ley del más fuerte y la violencia circunda las relaciones de la institución. En general, existe un conocimiento del debido proceso en maestros, padres de familia y en algunos estudiantes pero no siempre opera de acuerdo a la normativa y en más del 70% de las instituciones no se plantea desde lógicas educativas y pedagógicas. En el contexto de Soacha se percibe que infringir la ley es lo normal y en muchos casos que la fuerza y la violencia son motores para resolver los conflictos dentro y fuera de la escuela. La evasión de ciertos pasos del conducto regular pocas veces es problematizado por la comunidad educativa debido a que el Manual de Convivencia se presenta como un documento poco efectivo y se desconocen los derechos y deberes que allí están inscritos. La privación del descanso es una de las sanciones más comunes en los colegios y esta no está contemplada en el Manual. Solo hubo dos instituciones, de carácter privado, en donde muy pocas veces es utilizado el Manual de Convivencia pero cuando se presentan conflictos se respeta y se reconocen los pasos del debido proceso. En estos colegios existe un comité de convivencia conformado pluralmente por estudiantes, padres y profesores que hace que los procesos ante el incumplimiento de un deber se cumplan a cabalidad. Tres instituciones presentan en el Manual de Convivencia el trabajo social como una alternativa pedagógica y re-educativa para el manejo de las sanciones, sin embargo en la práctica no son muy claras y efectivas las correcciones educativas, ni el trabajo social. La mayoría de veces se apelaba a trabajos disciplinarios como estos: realizar aseo en un salón por parte de todo el grupo, limpiar las marcas en los pupitres, hacer ejercicios repetitivos. En pocas ocasiones se realizaban exposiciones por grados o carteleras sobre valores en la institución. En el tema del debido proceso y las sanciones es en el que con mayor fuerza se muestra sensibles diferencias entre las tres entidades territoriales. Estas se señalan a continuación: •
En Boyacá la tendencia es a considerar que el debido proceso está estipulado en los Manuales y que muy rara vez se acude a otras instancias mayores ya que las situaciones de conflicto son tratadas directamente entre las personas involucradas y se establecen pactos y compromisos de común acuerdo con los estudiantes y sus familias. Se señala que las decisiones frente a las sanciones, en ocasiones, resultan arbitrarias e injustas y son impuestas directamente por docentes y directivas según su criterio.
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En Magdalena hubo consenso en todos los grupos en señalar que en las instituciones se sigue un conducto regular, en primera instancia, se acude al Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 45
diálogo para reflexionar sobre el error, se visita al psicorientador o coordinador, según sea la organización de la institución, se llama al padre de familia, se hacen anotaciones en el observador, hay firma de compromisos, a los estudiantes se les da la oportunidad de defenderse. Las sanciones no llevan a discriminar, humillar, denigrar, a generar burlas o irrespeto. A los estudiantes se les informa sobre las decisiones tomadas cuando ellos han incurrido en faltas, tienen derecho a defenderse y a apelar las medidas cuando no se está de acuerdo con ellas. •
En Soacha la tendencia es que no es claro el debido proceso. Se expresa que no hay comunicación con los padres de familia, las medidas sancionatorias son producto de la subjetividad del maestro, los conductos regulares y el debido proceso aunque estén explícitos en el Manual no siempre operan debidamente, la autoridad y la jerarquía está representada en los profesores y las sanciones no se aplican con justicia, en muchos casos se evaden los procesos establecidos, los profesores transgreden la norma, hay inmunidad frente a las sanciones respectivas, no siempre se actúa de acuerdo con la norma, no se plantea el debido proceso ni las sanciones desde lógicas educativas y pedagógicas.
Aspectos en que coinciden las tres regiones frente al debido proceso y las sanciones: • El debido proceso tiene un sentido más normativo que formativo, no se tienen claridades sobre medidas reeducativas o pedagógicas en la aplicación de sanciones. • Se busca por diferentes medios evitar la desescolarización de los estudiantes. • Las sanciones más comunes frente a faltas leves son trabajo social, actividades durante el descanso, aseo de los salones.
4.2.5 Efectividad en el cumplimento de los Derechos y consolidación de ambientes de convivencia En este punto se pretende visualizar la incidencia de los Manuales como un instrumento o herramienta que posibilita el ejercicio de los derechos de todos los miembros de las comunidades educativas y en la construcción de la convivencia escolar o convivencia sana entendida como el acontecimiento de vivir con otros, lo cual demanda una expresión de sentidos que al ponerse en escena conduzcan a una relación armónica, respetuosa, grata, entre los distintos miembros de la comunidad educativa, reconocer las tensiones, los conflictos para lograr procesos de conciliación pacífica. A continuación se presentan los resultados sobre el tema de la efectividad en el cumplimento de los Derechos y consolidación de ambientes de aprendizaje a partir del trabajo de campo realizado en Boyacá, Magdalena y Soacha. En Boyacá. Los Padres de Familia consideran que sus derechos son continuamente vulnerados y que directivas y docentes hacen caso omiso de estas problemáticas ya que pasan por alto muchas disposiciones y protocolos que están estipulados en los Manuales de Convivencia, piensan que: “Debería existir mayor acompañamiento de los docentes hacia los estudiantes y escuchar a los niños cuando tienen problemas o dificultades. Abrir Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 46
espacios para conversar entre padres de familia y maestros. Motivar a los estudiantes hacia su aprendizaje y cariño al colegio. Más responsabilidad de los padres con la educación de sus hijos. Compromiso de toda la comunidad educativa por construir reglas para la convivencia. Los maestros no cumplen con sus deberes y estos no están en el Manual. Se debe organizar el Consejo de padres.”86. Los jóvenes de secundaria se muestran bastante críticos hacia sus maestros y hacia las normas, cuestionan las situaciones de inequidad entre unos y otros y reclaman más espacios para el diálogo y el reconocimiento de las nuevas subjetividades y estéticas que los identifican. En este contexto el Manual de Convivencia no es un documento en el cual se vean reflejados sino que más bien es un texto que desconoce determinados derechos, intereses, necesidades y expectativas como jóvenes. Sienten que se les vulneran los derechos. Es así que afirman que algunos docentes no tienen en cuenta sus derechos, entre ellos: Uno, a ser respetados como personas, lo cual se evidencia en el desinterés de los maestros por manejar unas relaciones cordiales, por desempeñar adecuadamente la labor docente, por tenerlos en cuenta, o por escucharlos, en ocasiones llegan hasta a agredirlos verbalmente. “Las relaciones con los maestros son malas, exigen demasiado, y dan poco ponen trabajos y tareas sin sentido (copias) y no les entienden. Deben cambiar sus metodologías, que sean atractivas para aprender. Debe haber equidad entre maestros y estudiante, los docentes se “desquitan” con lo estudiantes”87. “En los casos de estudiantes embarazadas reciben comentarios desafortunados y desobligantes que las hacen sentir mal”88. “No existe la posibilidad de dialogar con los maestros acerca de las problemáticas de los estudiantes y de las relaciones con los docentes. En las direcciones de grupo no hay posibilidad de opinar, las propuestas y solicitudes de los estudiantes son llevadas al consejo directivo pero no son escuchadas y no se resuelve nada”. Cuestionan el hecho de que los profesores pongan trabajos y los dejen solos en los salones y lleguen sólo al final de la clase a recogerlos, que no dicten sus clase por “chismosear” con otros docentes, consideran que resuelven su vida personal y profesional durante las horas de clase y muchas veces los dejan sin clase para solucionar sus problemas y asuntos particulares. Critican a los estudiantes el tener “roscas” y ellos hacen lo mismo. No explican y sugieren que entre los estudiantes aclaren las dudas y se estudie. Prohíben el uso de celular para los estudiantes y los docentes si lo usan, con lo cual también se vulnera el derecho a una educación de calidad. Los estudiantes tienen miedo de hablar por las represalias que los docentes puedan ejercer contra ellos89. “En esta institución se puede apreciar que a pesar de la manifestación de un gran sentido de identidad y pertenencia a la institución, hay un abierto rechazo a las actitudes de algunos profesores, puesto que no reciben el mismo trato de los docentes para con los alumnos, unos son buenos y respetuosos y otros los ultrajan”90. 86 87 88 89 90
Saboyá. Tunja Paipa Tuta Sogamoso
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Dos, el derecho a elegir y ser elegidos, pues existe una problemática relacionada con el ejercicio de la representación, la cual se ve desdibujada debido a las percepciones culturales que se tienen al respecto; no hay conciencia ni conocimiento acerca del sentido democrático de la elección, las funciones y las responsabilidades del liderazgo que le atañe a estos cargos en el Gobierno Escolar. “Se supone que el representante o monitor del curso es quien debe dar ejemplo, sin embargo los demás estudiantes lo ven como “el sapo”. Son elegidos por ser amigos de los estudiantes, pero no se les conoce una propuesta de trabajo colectiva en cada curso, para que sea asumida desde el liderazgo, la vocería y representación real. Por lo tanto no existe comprensión del significado de la representación y se desconocen los intereses comunes de los estudiantes. Esas representaciones además no generan asociaciones ni trabajo colectivo en las instituciones. Tres, en la mayoría de los colegios visitados hay un reclamo por el respeto al derecho de la libre expresión de la personalidad, debido a la exigencia que se les hace a los varones de portar el cabello corto. Esta situación genera bastante inconformidad y distanciamiento entre los adultos y los estudiantes. De igual manera se manifiestan en contra del requerimiento de ciertos elementos con el argumento de lograr uniformidad y buena presentación. Según los estudiantes en el Manual de Convivencia se exige a los estudiantes pero no a los maestros, lo cual se considera injusto. Plantean que los colegios públicos son colegios “subdesarrollados”, esto debido a que no les es permitido el uso del cabello largo. Y ante las solicitudes de los estudiantes los maestros responden que “si no les gusta que se salgan del colegio”. Del mismo modo los estudiantes de tres de los colegios visitados resaltaron muy positivamente las dinámicas que viene desarrollándose en sus instituciones y las cuales les posibilitan un posicionamiento distinto frente al rol como sujetos democráticos protagónicos en la construcción de la convivencia. Respecto a la convivencia las apreciaciones de los padres y madres de familia es que el Manual de Convivencia es considerado un elemento que procura un marco de referencia para la educación en valores y por ende contribuye a la formación integral de los niños, niñas y jóvenes. Si bien es cierto que la apropiación de los conocimientos pasa por el ámbito de lo escolar, lo es también la formación ética y moral. “Los padres y madres consideran que el Manual es importante y que se debe hacer cumplir, ya que esto garantiza la adecuada educación en valores que deben recibir sus hijos” 91. “El Manual de Convivencia debe contribuir a la formación de seres humanos integrales hacia el futuro, con compromiso”92. “No solo se deberían trabajar por lograr los conocimientos académicos sino también por la resolución pacífica de los conflictos”93. Reconocen, igualmente, los padres de familia que las transformaciones que se han venido presentando alrededor de la actualización de los Manuales han permitido conocerlos más,
91 92 93
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valorar su impacto en la convivencia y en el acercamiento entre los miembros de la comunidad en aras de un mejor ambiente escolar. Entendiendo que para que esto sea posible ello implica el compromiso decidido de todos los miembros de la comunidad educativa, mediados por la capacidad de apertura y confianza necesaria para sacar adelante estos proyectos colectivos, en la medida, en que se plantea que el compromiso de la educación es de todos: padres, estudiantes, docentes e institución. De ahí que expresen que “El Manual de Convivencia hoy integra a la comunidad educativa, dado que en el pasado existía cierto desorden que impedía la creación de espacios de discusión sobre este tema. Esto es un proceso que se ha venido trabajando con el compromiso de todos los miembros de la comunidad. En este momento se aprecia, se reconoce y se explicita el poder que han alcanzado los padres de familia y el nivel de influencia que han alcanzado en la toma de decisiones que afectan la comunidad educativa. Han logrado gestionar, reflexionar, participar y democratizar la educación de los jóvenes que se imparte en el colegio. Toman sus propias decisiones y cuentan con el espacio creado para su participación”94. “En este momento se ha comenzado a organizar la Asociación de Padres y el Consejo de Padres, con miras a restablecer muchos aspectos del funcionamiento del colegio, entre otros, el Manual de Convivencia”95. Igualmente plantean algunos padres que las disposiciones y mandatos de la política educativa coartan las iniciativas y la autonomía de directivos y docentes. Para exigir el cumplimiento de lo establecido en los Manuales proponen que su acción y finalidad sea más social.96 Se encontró que aunque en algunos colegios cuentan con su Manual de Convivencia éste no es utilizado como referente para establecer relaciones cercanas y respetuosas entre los miembros de la comunidad ni para implementar dinámicas de trabajo pedagógico a través de proyectos de aula, lo cual no posibilita la construcción de un ambiente escolar democrático producto de compromisos individuales y colectivos. También se pudo establecer que en algunas instituciones niños y niñas padecen de entornos familiares y escolares en donde la característica es de despreocupación por parte de los adultos, padres y docentes, lo que genera situaciones de violencia y maltrato. “Se aprecia un ambiente escolar bastante deteriorado, se presentan agresiones entre personas de los diferentes estamentos. Al parecer no hay una intervención pactada, colectiva, interesada y decidida por parte de los maestros. Los niños opinan que esto se debe también al ejemplo que se recibe en casa. Si hay peleas o maltrato, de igual manera se va a reflejar en el colegio”. “Se aprecia un ambiente de conflicto que no se gestiona oportunamente, ni está mediado por el diálogo. Se presentan casos de agresiones, robos y vandalismo (baños, ventanas, patio de recreo)”97. En estas condiciones el Manual de Convivencia está totalmente invisibilizado, carente de sentido y funcionalidad para la resolución de los conflictos y mucho menos como posibilitador de la convivencia. 94 95 96 97
Chiquinquirá Tuta El Cocuy Paipa
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Igualmente se encontraron tres experiencias significativas, que representan tan solo el 21% de las instituciones visitadas, y que sin duda son la evidencia de la apuesta de las comunidades educativas hacia la escenificación y el fomento de una cultura escolar democrática, atenta a las posibilidades de formación de sujetos participativos, conscientes de su rol en la instauración de una sociedad justa para todos. Estas son la Normal Sor Josefa del Castillo, del municipio de Chiquinquirá, el colegio COOPTEBOY, de Tunja, y el colegio Boyacá, de Duitama. En este sentido, niños, niñas, jóvenes, padres y profesores, exploran nuevas formas de relacionarse, comunicarse y compartir en la escuela, a través de interesantes procesos de organización tratan sus dificultades, establecen rutinas y pactos de convivencia que resignifican su presencia en la escuela tales como: gestores de paz elegidos por los profesores por ser personas responsables y amables. En algunos cursos los gestores son elegidos por los compañeros. En ocasiones se eligen a chicos que tienen problemas para que cambien su actitud. Existen los “capitanes” y “capitanas” además de los representantes del curso cuya función es la de cuidar a los demás niños, mantener el colegio libre de problemas, tienen tarjetas de colores para sancionar a los niños y constantemente les recuerdan la manera correcta de comportarse. Tanto estudiantes como maestros pueden llamar la atención a niños en una situación de conflicto y existe receptividad de todos para poder hacerlo98.”El comité de convivencia se encarga de estar pendiente de los niños y sus problemas”99. Por su parte algunos de los docentes reconocen el Manual de Convivencia como una herramienta válida para el trabajo pedagógico ya que permite abordar temáticas y situaciones cotidianas en este marco puesto que se generan espacios para la reflexión, el debate, los acuerdos, los compromisos y la resolución de los conflictos. De esta manera pueden orientar los procesos de construcción de la convivencia en sus instituciones, “al conocer el Manual ellos/as están en la capacidad de generar y orientar el trabajo en torno a la convivencia y la resolución de los conflictos. Este documento se convierte en el modelo, la orientación y el soporte para la convivencia”100. “El colegio cuenta con un grupo de trabajo en torno a la resolución pacífica de conflictos, el cual ha funcionado en la Institución y allí se lee el Manual de Convivencia, existe un comité de convivencia integrado por docentes y estudiantes. Existe un proyecto de investigación dirigido por el docente sobre resolución de problemas y sobre todo lo que observan en la Institución, en la calle, en la casa, etc. Se hacen talleres a Padres de Familia para solucionar problemas de maltrato a los compañeros y palabras groseras. Se tiene el Plan padrino que consiste en que un alumno de grado superior apadrina a uno de grado inferior para colaborarles a los pequeños en lo que ellos puedan”101. Para otros maestros el Manual no representa un mayor impacto en la transformación de la convivencia ya que, a pesar de las situaciones difíciles entre estudiantes y docentes, éstas
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Tunja Nobsa 100 Duitama 101 El Cocuy 99
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terminan resolviéndose adecuadamente y esto se debe en gran medida al compromiso decidido de los docentes puesto que están dispuestos a ejercer el liderazgo que les corresponde como sujetos políticos en sus comunidades, sin que para esto sea necesario recurrir constantemente a lo estipulado normativamente en el Manual de Convivencia. Vale la pena destacar los planteamientos hechos por los miembros de la comunidad en una de las instituciones visitadas:“los estudiantes del colegio son receptivos a las orientaciones del los docentes puesto que para esto se maneja el diálogo; además son afectuosos en el trato hacia los niños y jóvenes; los docentes se reúnen permanentemente a dialogar con los estudiantes. El gobierno estudiantil ha sido un proceso de liderazgo de los niños y jóvenes; a pesar de las dificultades se ha logrado un mejor manejo de los conflictos. Se ha propiciado la autorregulación mediante acciones para tal fin. Los grupos de estudiantes son numerosos, pero se ha logrado construir un ambiente escolar de comunicación y participación. Con miras a formar una cultura democrática y de diálogo, se trabaja desde el preescolar y la primaria. Los docentes manifiestan su sentido de identidad y pertenencia hacia la institución. Algunos de ellos son exalumnos de la institución de allí que se sientan parte vital del colegio. En este colegio se habla, se vive y se reflexiona acerca del respeto por la persona y sus derechos. En este sentido no se “somete”, se escucha, se habla. Los maestros se sienten apoyados unos en otros cuando se presentan llamados de atención a los estudiantes. Este colegio tiene un 80 % de estudiantes mujeres y un 20% de hombres. Los docentes destacan que en este colegio se respeta el libre desarrollo de la personalidad y a los niños y jóvenes se les deja traer su cabello largo. Consideran que tener el cabello largo no es un problema de los estudiantes, puesto que a la par se ha trabajo la competencia axiológica, que los lleve a asumir con responsabilidad estas decisiones. Solo se les recuerda la importancia de llevarlo de manera organizada y limpia, ya sea largo o corto. Los maestros aceptan y respetan las opiniones de los estudiantes, aunque en algunas ocasiones no estén de acuerdo. El personal administrativo y de servicios generales es considerado parte importante en la formación de los estudiantes. Se ha logrado construir un equipo de docentes comprometido con su quehacer pedagógico y con la institución. Se preocupan por hacer de los valores una vivencia cotidiana”102. En otra institución se mencionó lo económico como un factor que incide negativamente en el rendimiento académico de los jóvenes estudiantes, ya que algunos trabajan para poder continuar con sus estudios. El colegio se esfuerza por exigir mediante el afecto, hacia el diseño de estrategias para ayudar y promover en los estudiantes la construcción de sus Proyectos de Vida, y pese a algunas problemáticas entre profesores siempre se sobrepone este interés y se logran establecer acuerdos comunes103. En dos de los colegios los docentes manifiestan que muchos de los aspectos consignados en el Manual de Convivencia carecen de sentido y efectividad puesto que cuando se toman decisiones frente a los estudiantes estas son derogadas por otras instancias que dejan sin respaldo a las instituciones educativas, las cuales se ven enfrentadas a derechos de petición y tutelas. Expresan que la convivencia y la conciliación son procesos duros de asumir, porque las instituciones han perdido autonomía y no existe concertación entre las 102 103
Chiquinquirá Duitama
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instituciones educativas, la Secretaria de Educación Municipal y la Defensoría del pueblo. En uno de ellos se aduce que: “el problema del Manual es que debe ser pertinente con las necesidades de la institución debido a la autonomía, pero existe falta de claridad por parte del MEN, las reformas y ajustes que se han hecho a los Manuales se hacen de manera impositiva, de acuerdo con las normatividades. Según uno de los docentes la Constitución de 1991 cometió un gran error al decir que se podía dar libre desarrollo a la expresión de la personalidad de los estudiantes, porque ahora ellos hacen lo que quieren. Por otra parte, los padres de familia son renuentes a participar en estas actividades que realizan las instituciones educativas. El hacinamiento que se presenta en el colegio hace que maestros y estudiantes vivan el ambiente escolar de otras maneras y asuman posiciones distintas, lo cual influye y afecta de manera negativa este ambiente. Por ejemplo, debido a la cantidad de estudiantes, en las horas de recreo, la gritería es demasiada y esto es una molestia y afecta a los maestros. En el contexto social del municipio hay mucha intriga entre la comunidad educativa, todos tiene maneras distintas de percibir el mundo, el lenguaje hace que se distorsione “se raja de todo el mundo, pero nos se le sostiene a nadie”. Se puede hablar de un “entutelamiento” generalizado para resolver todos los problemas”104. En Magdalena. El estudio realizado deja ver que la cultura democrática y de sana convivencia en el contexto educativo la determina el cruce de diversas prácticas. Por un lado, el cumplimiento efectivo del Manual; éste a su vez tiene que ver con los procesos participativos para su elaboración, las formas de difusión, el conocimiento que de éste tengan los actores educativos y la aplicación del mismo. De otro lado, el contexto social donde se inscribe la institución. Otro aspecto está relacionado con la condición humana de los docentes y de los horizontes de sentido en entorno a una convivencia respetuosa y cordial, construidos por la comunidad, los cuales traspasan las barreras de la institución. En las entidades territoriales visitadas, se percibe una ligera tendencia en situar el cumplimento del Manual por los procedimientos disciplinarios para responder a las faltas que se presentan, teniendo como eje el respeto por el debido proceso para corregirlas, de ahí que se escucharon expresiones como las siguientes:. “El Manual se usa para tomar decisiones”, “el Manual ha permitido un buen manejo de las sanciones” 105, “las sanciones que se imponen en el colegio son adecuadas, porque cumplen con las normas que están enmarcadas en el Manual”, “en ocasiones no se cumple el Manual, falta diálogo” 106. El impacto del Manual en la convivencia se refleja cuando se cuenta con una voluntad decidida por parte de la rectoría de las instituciones para lograr una sana convivencia, en donde las claves de la posibilidad la encuentran en el Manual y en este sentido posibilitan procesos idóneos participativos, de conocimiento y cumplimiento del Manual, como fue el caso específico de la Institución Educativa Departamental Cristo Rey, en Santa Marta, que pasó de un ambiente tenso y problemático a un estado que hasta el portero de la institución conoce el Manual y este se aplica en todos los aspectos que fortalecen la convivencia escolar. 104
Tuta Santa Marta 106 Ciénaga 105
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Sin embargo, esta tarea no es del todo fructífera si no se cuenta con la calidad humana de los docentes, también interesados en construir procesos formativos acerca de la solidaridad, el respeto, el cariño en las relaciones que se entretejen. En todas las instituciones, exceptuando una de Santa Marta, los padres de familia y estudiantes le atribuyen la sana convivencia al Manual, pero muy especialmente a las manifestaciones de cariño y respeto de los docentes hacia los estudiantes; por su parte, los padres de familia también se sienten queridos y reconocidos. Las siguientes manifestaciones de los estudiantes así lo indican: “los profesores nos dan buen trato, nos consienten, nos tratan con cariño”, “entre los estudiantes hay una relación de cordialidad”, “en la institución se respetan los derechos porque los estudiantes son tratados con respeto, están prohibidos los actos de violencia o agresiones físicas o verbales”, “tenemos la oportunidad de participar y nos sentimos escuchados y queridos”107 estos estudiantes valoran significativamente el Manual de Convivencia, consideran que les ha dejado aportes para la sana convivencia “porque en años anteriores no se conocía ni se cumplía como este año”. Se escucharon otros comentarios como:“el Manual es bueno porque existen reglas que hay que ponerlas en práctica”, “los maestros son amables, respetuosos”, “nos comprenden y nos quieren”, “los docentes son interesados por lo que sentimos”, “el Manual ayuda a formar gentes de bien” 108 . Se atribuyen estos logros al manejo y conocimiento del Manual y por los docentes, que además de respetuosos, cumplen con éste. En Soplador y Pivijay la sana convivencia y la solución de problemas se la atribuyen especialmente a la cultura de convivencia pacífica que los municipios han construido después de pasar en años anteriores por una situación marcada por la violencia originada por grupos al margen de la ley. La comunidad construyó redes de apoyo, solidaridad y cariño entre ellos mismos, haciendo extensiva esta convivencia al contexto educativo. Estas instituciones en particular son muy queridas y valoradas por la comunidad. Lo que sigue es una muestra de lo expresado por ellos:“la sana convivencia se la debemos al buen trato y diálogo permanentemente con los estudiantes, a la cultura del municipio, los valores que enseñan en casa” , “en el municipio se vive un ambiente sano para los jóvenes, las familias y el colegio está pendiente de nosotros”, “no existen problemas de convivencia en el municipio ni en el colegio en el presente, los profesores son queridos por la comunidad”, “ en el municipio y en el colegio nos tratan con cariño y nos respetan”, “en la institución ha existido un pacto de convivencia, un compromiso ético, antes funcionábamos sin Manual, la cultura democrática de la sana convivencia, radica principalmente en el respeto mutuo, ahora que tenemos el Manual, nos interesa seguir con el sentido de pacto de convivencia llevado hasta ahora”. La tendencia en las tres entidades territoriales visitadas en el departamento es que los padres de familia quieren, validan y respetan a la institución, debido al buen trato de los docentes hacia los estudiantes y padres de familia. Al contrario, cuando la institución está inscrita en un contexto social violento, irrespetuoso de los derechos y la institución no asume el Manual como un mecanismo de transformación, ni genera proyectos para la sana convivencia, el problema se traslada al 107 108
Santa Marta Soplador, Aracataca, El Reten,
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centro educativo, situación que se presentó solamente en una institución en la sede de Bachillerato en Santa Marta, que corresponde al 7% de la muestra seleccionada. Allí se encontró que padres de familia, estudiantes y docentes, reconocen que en la institución se presentan constantes conflictos entre estudiantes y entre éstos y los profesores. En los cursos hay grupos que afectan la convivencia; fastidian, incomodan y se han llegado a actos agresivos. Se han presentado casos de estudiantes que han sido amenazados por otros con armas blancas. Por las expresiones y formas de hablar de los estudiantes pareciera que tienen internalizado que el diálogo no funciona, no creen en la resolución pacífica de los conflictos, valoran el castigo y la sanción. Los padres de familia y estudiantes perciben que los profesores son indiferentes a las dificultades y problemáticas de los estudiantes, por su parte los docentes observan en los alumnos ciertas resistencias al cambio positivo. El colegio está ubicado en un sector caracterizado por la violencia y relaciones problemáticas. En esta institución no hubo participación, ni buen conocimiento del Manual de Convivencia. En palabras de los profesores, “se requiere darle un manejo diferente al Manual”, “falta más trabajo pedagógico al interior y fuera de la institución”. Con los estudiantes de primaria se encontró que la historia del maltrato y los golpes aún deja visible su huella en el presente109. Cabe aclarar que esta situación no es un problema institucional sino de irrespeto por parte de muy pocos docentes. Este estudio hace el llamado para que a ningún niño o niña en ningún lugar ni bajo ninguna circunstancia sea objeto de maltrato, así sea un “reglazo,” o “tirón de orejas”. El trabajo en la perspectiva de los Derechos es urgente, todavía estamos en una sociedad en donde aún se le escucha decir a adultos que la mano dura fortalece el carácter y que la Ley de Infancia y Adolescencia contribuye para que los niños o niñas sean rebeldes, no hagan caso, porque la Ley prohíbe los malos tratos. En Soacha. Se manifiesta, por parte de los padres, una inconsistencia respecto al goce efectivo de los derechos dado que en los grupos focales surgieron casos particulares donde se perciben múltiples desacuerdos. Otra vez resulta clara y evidente la percepción de los padres de que es pobre la efectividad del Manual de Convivencia dado que en los contextos sociales que rodea a la escuela priman el irrespeto, la intolerancia, la poca atención y escucha, situaciones de vulneración de los derechos y sinnúmero de problemas complejos como el desplazamiento, el pandillismo, la drogadicción y el desamparo de los padres a sus hijos. En cuanto al goce efectivo de los derechos los padres de familia percibieron que para que el Manual de Convivencia fuese un genuino instrumento para resolver situaciones conflictivas se necesita inevitablemente un esfuerzo compartido por la comunidad educativa y otras instituciones locales. Esto es algo importante dado que muchas veces se supone que sólo a la escuela le corresponde mediar con todos los conflictos sociales que ingresan y se viven en ella. El ambiente que se percibe en el 77 % de instituciones respecto a la efectividad en la convivencia es a primera vista lleno de tensiones y malestares sociales e individuales. La mayoría de expresiones en el trabajo de campo con los diversos grupos focales estuvo 109
Orehueca, Santa Marta, Aracataca
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centrada en la imposibilidad de leer lo que estaba aconteciendo y poder transformar esa dura realidad. Los padres de familia son concientes en la mayoría de instituciones que la ausencia de reglas en las casas de los niños, niñas y jóvenes, el ausentismo de los padres y la poca presencia en la formación de sus hijos, dificulta la efectividad del Manual de Convivencia. La percepción de los jóvenes frente a la eficacia del Manual de Convivencia contrasta mucho respecto a lo que se explicita en el Manual ya que, señalan ellos, que las incoherencias que se suscitan respecto a la aplicabilidad de los derechos y deberes, tienen que ver con la relatividad y unilateralidad de la norma. Manifiestan ellos que aplican el Manual de Convivencia solo para ellos y no para los profesores. Se exigen hacia ellos unas normas y los profesores, por su investidura y experiencia, no alcanzan mínimamente a tocarlos. Reiteradamente los estudiantes mencionan una falta de comprensión de los profesores y en general de los adultos (que aparentemente han vivido más y a veces aprovechan para hablar en nombre de la experiencia y la madurez) frente a los asuntos íntimos y personales de los estudiantes, es decir, a sus modos de ser y sentir. Los estudiantes aluden que la convivencia debe pasar por un respeto de su singularidad de parte y parte y no de una imposición normativa. Reclaman más escucha, respeto y también más reconocimiento. Manifiestan poca sensibilidad de los profesores ante las dificultades económicas que las familias viven. Hubo una expresión de una estudiante que sintetiza este derecho a diferir y a ser diferente: “igualdad como seres humanos, pero diferentes como individuos”. Es ostensible cómo entre estudiantes de primaria y bachillerato son diversas las posiciones frente a la normatividad institucional. Si para los primeros los asuntos de la convivencia pasan por la relación entre pares, para los otros son más recurrentes las cuestiones que interpelan a la identidad, a la construcción del cuerpo, a las relaciones maestro-alumno y a los modos de ser y pensar. En este caso, para los niños de primaria, los impactos del Manual en la convivencia son de distinta índole dado que las infracciones que se consideran en el Manual no aplican tanto para ellos. Es decir, leemos en este grupo que el Manual de Convivencia no es tan utilizado como en los casos de los de bachillerato. Igualmente en primaria se respira un aire de armonía en lo que a la convivencia se refiere. Otro punto muy explícito y frecuente en las instituciones de Soacha fue el irrespeto de los padres hacia los maestros. Se hace referencia a que la efectividad depende mucho de la implicación de los padres de familia y de la participación de toda la comunidad educativa en los asuntos pertinentes a la convivencia. Igualmente expresan que en el contexto familiar se expresa una carencia de afecto y de amor en las relaciones padres-hijos. Un problema al que asiste un alto porcentaje de instituciones y que dificulta la convivencia es la diversidad de acudientes que se presentan en las reuniones de padres. Dicen los maestros que la no participación de los padres es demasiado evidente en la efectividad de la convivencia y que, en ciertos colegios, el hacinamiento y la carencia de espacios impide un ambiente adecuado para las dinámicas educativas. Se menciona, en la mayoría de los grupos focales con maestros y padres, que para disfrutar de un goce efectivo de los derechos no basta con un Manual de Convivencia bien diseñado Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 55
sino con la plena consciencia por parte de toda la comunidad educativa de los derechos y deberes y, también, de las posibilidades de estas herramienta para resolver los conflictos. La co-responsabilidad de los padres de familia en la formación de sus hijos es sumamente precaria. Otra situación expresada por los grupos de muchas instituciones es la complicidad de los acudientes frente al incumplimiento de los deberes y la falta de promoción de los derechos. Las condiciones sociales donde se insertan la mayoría de instituciones del municipio y que rodean las cotidianidades de los niños, niñas y jóvenes (delincuencia, prostitución, drogadicción y corrupción) son situaciones con las cuales los maestros tienen que lidiar diariamente. Es difícil en este contexto que se cumpla en las instituciones educativas el orden jurídico legal vigente y específicamente un Manual de Convivencia escolar si, por un lado, previamente este no se ha construido colectivamente de acuerdo a sus contingencias y necesidades, si no existe una interiorización colectiva y valoración de la norma y si, por el otro, los malestares sociales no son convertidos en chance de formación política, en ocasión de construir rutas metodológicas de trabajo y de estudio. Es decir, es necesario si de una sana convivencia se trata y de respetar los derechos humanos, una problematización colectiva de los contextos y una intervención pedagógica en donde a nadie le sea extraño los acontecimientos que afectan a la comunidad, las familias y a la escuela. Una formación de la comunidad educativa que aborde los cambios culturales que estamos asistiendo es otro punto fuerte clave para comprender a qué responden los conflictos en las aulas, como la falta de atención, la dispersión y los malos tratos en la escuela. Hemos notado también que la comunidad educativa en más de un 80% no se ha acercado a reflexionar sobre los conflictos que se dan en la escuela y pocas son las intenciones de comprender lo que pasa. Lo que es más recurrente son juicios morales que evitan comprender los nuevos intereses de los jóvenes, las tribus urbanas, las sensibilidades de la época y lo que más motiva a los niños, niñas y adolescentes. La comunidad educativa igualmente ha de explorar lo de la renuencia de los educandos a las asignaturas, el fugarse por los muros, las atracciones de los videojuegos en la construcción de la subjetividad. Un asunto que vale la pena intentar comprender en cuanto a la convivencia es la dinámica diferenciada que opera en instituciones privadas. La efectividad de la convivencia depende, como lo hemos mencionado, de múltiples factores, pero aquí daremos unas breves pistas que hacen más pacíficos a este tipo de colegios y asumen una valoración positiva del conflicto. Las instituciones privadas gozan de un mejor ambiente de trabajo en donde la comunidad educativa está muy comprometida con la formación de los niños y jóvenes. Se nota, a diferencia de la mayoría de instituciones oficiales, un clima afectivo y horizontal en los asuntos que competen a la convivencia. Existen buenos canales de comunicación entre profesores y padres de familia y una sana convivencia. Es de resaltar que la conformación de los cursos no sobrepasan los 25 estudiantes y esto es determinante en el momento de la convivencia y la resolución de los conflictos. A pesar de que las cuatro instituciones privadas que visitamos en nuestro estudio tienen espacios reducidos, el comportamiento es relativamente pacífico. Otro asunto de peso se evidencia en el compromiso de los maestros y padres de familia en la formación de los estudiantes y en la generación de metodologías más dinámicas y participativas. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 56
Algunos estudiantes de colegios privados perciben que se sienten como en casa, que pueden conversar con los profesores abiertamente sobres sus problemas y entre ellos existe una dinámica más pacífica y alegre. Otro punto que vimos en los colegios privados fue la atención y acogida de las directivas a los padres de familia. Los canales de diálogo hacen que los conflictos se aborden, se evalúen y resuelvan con efectividad. Además de esto, mencionan los estudiantes que la flexibilidad ante la sanción en las instituciones públicas es la constante, dado que la cobertura por curso es mayor y los maestros y padres de familia tienen actitudes y expectativas muy distintas que las de los colegios privados. La construcción de un lenguaje común y compartido es algo que es notorio en este tipo de instituciones, lo que la hace más comprometida, más resuelta ante las dificultades periódicas que se presentan. Este estudio ha permitido mostrar algunos rasgos que condicionan la convivencia escolar, sobre el cual no es pertinente analizar los Manuales de Convivencia escolares como islas aisladas sino también cómo éstos se viven en cada comunidad educativa y los contextos donde se inscriben. En su mayoría los Manuales son percibidos como una herramienta para ocasiones excepcionales, es decir, en aquellos momentos en donde se quebranta la disciplina escolar y no es visto como carta de navegación o acuerdos colectivos que se estructuran con toda la comunidad educativa. Además de esto, este trabajo permitió comprender que lo que la comunidad educativa percibe como convivencia se reduce a asuntos sobre acuerdos, normas y leyes para los estudiantes y no compromisos compartidos entre padres de familia, maestros, directivas y estudiantes. Por una parte, en más del 80% de las instituciones educativas para el estudio de los Manuales de Convivencia priman las tensiones, el rechazo, el autoritarismo y se evidencia una baja actitud hacia la valoración del conflicto como parte de la vida en comunidad, la vida intersubjetiva. Aún más, son pocas las instituciones que muestran experiencias exitosas en clave de la resolución creativa y crítica de los conflictos que aquejan a la institución y a la localidad. Una conclusión que se desprende también de este trabajo, alude que a la escuela no le compete, exclusivamente, resolver los problemas de convivencia que allí se plantean. Es necesario trabajo político colectivo, suma de esfuerzos para generar dinámicas de convivencia, de protección y prevención. Es necesario, si se quiere convivir, hacer alianzas interinstitucionales que sumen conocimientos, herramientas para resolver conflictos. Es necesario, pues, otros espacios posibles de participación que puedan orientar la gestión de la convivencia. Pero si las instituciones educativas quieren construir y gestionar colectivamente la convivencia, es decir componer abiertamente como quieren convivir, es decir vivir juntos, tienen que preguntarse colectivamente: qué escuela queremos, cómo la queremos y cuáles son los compromisos y co-responsabilidades que debemos asumir para conseguirlo. Al igual, es necesario compartir y visibilizar entre toda la comunidad educativa las expectativas de formación. Este tema, la efectividad del Manual en el cumplimiento de los derechos y en la consolidación de ambientes de convivencia fue vital para la comprensión general sobre el sentido del Manual en las instituciones educativas, es así que de este aspecto Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 57
evaluativo se derivan muchas de las conclusiones del estudio. Las percepciones de la comunidad educativa: padres, estudiantes y maestros de las tres regiones son muy diversas, tal como se aprecia a continuación: •
En Boyacá, padres de familia y estudiantes consideran que sus derechos son vulnerados y que directivas y docentes hacen caso omiso de estas problemáticas, pasan por alto muchas disposiciones y protocolos estipulados en los Manuales, cuestionan las situaciones de inequidad y los jóvenes reclaman más espacios para el diálogo y el reconocimiento de las nuevas subjetividades y estéticas que los identifican. Entre los derechos más vulnerados se señalan: el derecho a ser respetados como personas, el derecho a la educación de calidad, el derecho a elegir y ser elegidos. El derecho de la libre expresión de la personalidad. Son una excepción tres de los colegios visitados quienes resaltan muy positivamente las dinámicas que se desarrollan en sus instituciones las cuales posibilitan un posicionamiento como sujetos democráticos protagónicos en la construcción de la convivencia. Frente a la convivencia. Se considera que el Manual provee un marco de referencia para la educación en valores y que contribuye a la formación integral de los niños, niñas y jóvenes. Reconocen que contribuye a mejorar la convivencia y el acercamiento entre los miembros de la comunidad para crear un mejor ambiente escolar, lo que demanda el compromiso decidido de todos los miembros de la comunidad educativa, capacidad de apertura y confianza. Se considera que la convivencia y la conciliación son procesos duros de asumir, porque las instituciones han perdido autonomía y no existe concertación entre las instituciones educativas, la Secretaria de Educación Municipal y la Defensoría del Pueblo. En tres experiencias hay una apuesta de las comunidades educativas hacia el fomento de una cultura escolar democrática, exploran nuevas formas de relacionarse, comunicarse y compartir y pactos de convivencia.
•
En Magdalena. Se observa que la cultura democrática y la sana convivencia en el contexto educativo está determinada por la articulación de diversas prácticas relacionadas con la efectividad del Manual: los procesos participativos en su elaboración, las formas de difusión, el conocimiento que de éste tengan los actores educativos y la aplicación del Manual, el contexto social donde se inscribe la institución, la condición humana de los docentes, los horizontes de sentido en torno a la convivencia construidos por la comunidad. Los derechos que se hacen efectivos por efecto del cumplimento del Manual son el derecho a la educación, a la igualdad, a la libre expresión, al buen trato, al respeto, a ser escuchados, derecho a opinar, a que los profesores respeten a los estudiantes y a los padres y el de estar informados sobre los procesos formativos. El impacto del Manual en la sana convivencia se refleja cuando hay una voluntad decidida por parte de la Rectoría de las instituciones, tarea que sólo es posible si se cuenta con la calidad humana de los docentes y su empeño por construir procesos formativos acerca de la solidaridad, el respeto, el cariño, el Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 58
diálogo, las buenas relaciones y el buen trato con los estudiantes y los padres de familia quienes en esta región se sienten queridos y reconocidos por los maestros. En dos de las instituciones la sana convivencia y la solución de problemas se le atribuye a la cultura de convivencia pacífica que sus municipios han construido después de pasar varios años por una situación marcada por la violencia originada por grupos al margen de la ley, lo que llevó a que la comunidad construyera redes de apoyo, solidaridad y cariño entre ellos mismos, haciendo extensiva esta convivencia al contexto educativo, ya que cuando la institución está inscrita en un contexto social violento, irrespetuoso de los derechos y la institución no asume el Manual como un mecanismo de transformación, ni genera proyectos para la sana convivencia, el problema se traslada al centro educativo. Situación que se evidenció en una institución de Santa Marta. •
En Soacha. Se presentan incoherencias respecto a la aplicabilidad de los derechos y deberes, lo que tiene que ver con la relatividad y unilateralidad de la norma, norma que se aplica para todos menos para los profesores. Se menciona la falta de comprensión de los profesores y en general de los adultos frente a los asuntos íntimos y personales de los estudiantes, es decir, a sus modos de ser y sentir. Se reclama más escucha, respeto y reconocimiento. Manifiestan poca sensibilidad de los profesores ante las dificultades económicas que viven las familias. Se considera que es pobre la efectividad del Manual dado que en el contexto social que rodea a la mayoría de las instituciones priman el irrespeto, la intolerancia, la poca atención y escucha, la vulneración de los derechos, los problemas de desplazamiento, el pandillismo, la drogadicción y el desamparo de los padres por sus hijos. Los estudiantes plantean que la convivencia debe pasar por un respeto de su singularidad y no de una imposición normativa. Para los estudiantes de primaria es diferente, ellos respiran un aire de armonía en lo que a la convivencia se refiere. Estudiantes y padres de familia son conscientes de que la ausencia de reglas en las casas de los niños, niñas y jóvenes, el ausentismo de los padres y la poca presencia de estos en la formación de sus hijos, dificulta la efectividad del Manual de Convivencia, como también la diversidad de acudientes que se presentan en las reuniones de padres. Allí las instituciones privadas gozan de un mejor ambiente de trabajo pues la comunidad educativa está muy comprometida con la formación de los niños y jóvenes. Se nota, a diferencia de la mayoría de instituciones oficiales, un clima afectivo y horizontal en los asuntos que competen a la convivencia. Existen buenos canales de comunicación entre profesores y padres de familia y una sana convivencia que permite que los conflictos se aborden, se evalúen y resuelvan con efectividad. . Hay compromiso de maestros y padres de familia en la formación de los estudiantes, se desarrollan metodologías más dinámicas y participativas. Se brinda acogida a los padres de familia por parte de las directivas.
Aspectos comunes en las tres regiones respecto a la efectividad de los Manuales en Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 59
relación con los derechos y la convivencia: • •
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Despreocupación por parte de los adultos, padres y docentes frente a los estudiantes, lo que genera situaciones de violencia y maltrato. Los conflictos, problemas y situaciones difíciles se resuelven adecuadamente si hay un compromiso decidido de los docentes y están dispuestos a ejercer el liderazgo que les corresponde como sujetos políticos y mediadores en sus comunidades. El trabajo en la perspectiva de los Derechos es urgente, pues aún se escucha decir a adultos que la mano dura fortalece el carácter y que la Ley de Infancia y Adolescencia, contribuye para que los niños o niñas sean rebeldes, no hagan caso, porque el maltrato está prohibido. La necesidad de atender y resolver las dificultades entre la comunidad educativa y la comunidad en la que se inscribe teniendo en cuenta el contexto al que pertenecen. No se puede actuar como islas.
5 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 5.1
Conclusiones
En este estudio se entiende la convivencia sana como el hecho de vivir unos con otros, lo cual demanda una expresión de sentidos que al ponerse en escena conduzcan a una relación armónica, respetuosa, grata, entre los distintos miembros de la comunidad educativa. Sin desconocer el hecho de que en toda relación humana se presentan tensiones, conflictos pero que mediados por una sana convivencia se pueden lograr procesos de conciliación pacífica. “Los conflictos existen en toda comunidad; se deben considerar inherentes a las relaciones entre los seres humanos y pueden convertirse en una oportunidad privilegiada para el desarrollo de las competencias ciudadanas” (Manual de Convivencia IED Etnoeducativa Soplador). Entre las conclusiones se destacan las siguientes: El trabajo realizado pone de manifiesto que cuando se tiene una voluntad decidida en la institución por promover una cultura sana, participativa y democrática, el Manual de Convivencia se constituye en una excelente estrategia siempre y cuando éste sea apropiado y puesto en práctica por todos los miembros de la comunidad, lo que demanda de parte de los docentes una actitud de liderazgo que posibilite entretejer relaciones de solidaridad, respeto y cariño entre la comunidad educativa, como es el caso de la mayoría de las instituciones del Magdalena que participaron en el estudio. Uno de los factores de éxito para el cumplimiento efectivo del Manual es contar con la participación activa de la comunidad educativa para su elaboración, en cuanto que permite construir acuerdos colectivos validados. En este sentido se encontró que se reconoce la necesidad de establecer canales de comunicación entre los diferentes estamentos, en Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 60
especial con estudiantes y padres con miras a mejorar la convivencia y la transformación de las situaciones de conflicto. Respecto a la participación de las familias, se observa que se requiere un trabajo de conscientización en el sector educativo para involucrar a los padres y a las madres en la elaboración del Manual, en especial tener en cuenta a los representantes a la asociación, pues esa es una de sus funciones. Parece que con frecuencia se elige a los representantes, pero no es clara su función y el liderazgo que de ellos se desprende. La participación idónea de los representantes radica en el compromiso de indagar sobre las necesidades e intereses de las familias. Acerca de la participación de los estudiantes en las dinámicas escolares y en particular en la construcción del Manual de Convivencia se observó la nula convocatoria de los niños y las niñas de primaria y del grado cero, lo que indica, de un lado, que se invisibilizan y de otro, no se reconoce, valora ni se tienen en cuenta sus planteamientos los cuales enriquecerían profundamente este proceso dado que sus opiniones son honestas, justas, espontáneas, creativas y pertinentes frente a la convivencia. Fue una sorpresa para maestras titulares de primaria, escuchar argumentos, decisiones y un alto compromiso de los estudiantes representantes de curso, frente a las dinámicas de convivencia. Lo que demuestra pocos y precarios canales de comunicación y escucha en las instituciones educativas Si bien es cierto que en los procesos participativos se tiene en cuenta a los estudiantes de bachillerato, también lo es el hecho de que éstos demandan mayores y mejores estrategias, como, por ejemplo, la encontrada en Pivijay, denominada “Tribuna libre”. Un aspecto que se evidencia como interesante e innovador es la exploración que en algunas instituciones educativas de Boyacá se lleva a cabo para promover procesos de autorregulación y fomento del liderazgo de sus estudiantes a través de experiencias, como por ejemplo, la de “capitanes”, “voceros” o “gestores de paz”, y comités integrales de convivencia, en donde niños, niñas y jóvenes asumen la responsabilidad de garantizar una sana convivencia de manera directa entre pares. Son ellos mismos quienes llaman la atención a los compañeros que se equivocan con sus actitudes o comportamientos y los invitan a reflexionar o a escribir sobre estos acontecimientos y a establecer compromisos de cambio. De otro modo, el clima de convivencia refleja el funcionamiento de las instituciones educativas el cual está mediado por las relaciones sociales, los mecanismos que las regulan y la violencia o no del entorno en el que se desarrollan los procesos educativos. Las condiciones sociales donde se insertan la mayoría de instituciones, y que rodean la cotidianidad de los niños, niñas y jóvenes (delincuencia, prostitución y drogadicción, corrupción, situación de desplazamiento, ausentismo de los padres, la brecha cada vez mayor entre jóvenes y adultos) son situaciones que afectan la convivencia escolar, dificultan el cumplimiento del orden jurídico legal vigente y específicamente del Manual de Convivencia si previamente éste no se ha construido de acuerdo a estas contingencias y realidades, si no existe interiorización colectiva, oportunidad de formación política y Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 61
ocasión para construir rutas y metodologías de trabajo y de estudio ajustadas a estos entornos . El análisis del contexto social y familiar es fundamental para comprender e interpretar lo que sucede en la escuela, y por esta vía iniciar procesos de transformación que le apuesten a la construcción de una cultura democrática y de sana convivencia de los ciudadanos. Se observa en este estudio que falta una formación de la comunidad educativa para que aborde los cambios culturales a los que estamos asistiendo, para comprender a qué responden los conflictos en las aulas, como la falta de atención, la dispersión y los malos tratos en la escuela. Para gestionar una sana convivencia institucional se requieren prácticas pedagógicas y Manuales contextualizados, lo que implica que la escuela abra sus puertas y reconozca el contexto social para la solución de las problemáticas en este campo. Significa, entonces, realizar un trabajo político colectivo; sumar esfuerzos para generar dinámicas de convivencia, protección y prevención; hacer alianzas interinstitucionales que sumen conocimientos y herramientas para resolver los conflictos y disponer de espacios de participación; hacer una lectura comprensiva de contexto, de la construcción de barrio, de municipio, de comunidad, de la conformación de sus actores colectivos y de los espacios comunes, para explorarlos y descubrirlos desde una óptica pedagógica y social y convertirlo en objeto de estudio y de transformación. Una educación contextualizada posibilitará la emergencia de proyectos de trabajo comunes y por ende de desarrollo municipal y regional. En otras palabras, una problematización colectiva de los contextos y una intervención pedagógica en donde a nadie le sean extraños los acontecimientos que afectan a la comunidad, las familias y a la escuela. De igual manera el respeto a los derechos humanos cobra vital importancia para construir una cultura de la sana convivencia. En relación con éste tema se pudo observar que en los escenarios educativos falta mayor conocimiento sobre los derechos que deben ser garantizados desde la institución a los estudiantes, padres de familia y docentes, tales como, los relacionados con la privacidad, la protección contra cualquier forma de abuso físico y psíquico, la no discriminación, orientados a reivindicar la dignidad humana. Una mirada global de la evaluación de los Manuales deja ver que si bien contemplan los mínimos derechos fundamentales, la mayoría requieren ser actualizado para que explícitamente enuncien los derechos que la Ley de Infancia y adolescencia estipulan. Incluso en algunos Manuales se otorga más valor a los deberes que a los derechos; por ejemplo, se leyeron Manuales que contienen 23 derechos- 61 deberes, 7 derechos- 24 deberes, 14 derechos- 73 deberes, 18 derechos- 37 deberes. Lo que significa que la formación para la titularidad de los derechos en una tarea impostergable, no solamente en las escuelas sino en la familia, la sociedad y el Estado. Para disfrutar de un goce efectivo de los Derechos no basta con un Manual de Convivencia bien diseñado, sino también, con la plena conciencia por parte de toda la comunidad educativa de sus derechos, responsabilidades con los deberes y también de las posibilidades de recurrir a ellos para resolver los conflictos. Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 62
Este estudio ha permitido mostrar algunos rasgos que condicionan la convivencia escolar como es el hecho de ver los Manuales de Convivencia escolares como elementos aislados y no vinculados a las vivencias de la comunidad educativa y de los contextos donde se inscriben; en la mayoría de las instituciones los Manuales son percibidos como una herramienta para ocasiones excepcionales, es decir en aquellos momentos en donde se quebranta la disciplina escolar y no como carta de navegación, acuerdos colectivos que se estructuran con toda la comunidad educativa ya que en un alto porcentaje de las instituciones que participaron la comunidad educativa reduce la convivencia a asuntos sobre normas y leyes para los estudiantes y no como compromisos compartidos entre padres de familia, maestros, directivas y estudiantes. La resolución pacífica de conflictos institucionales va más allá del debido proceso y conducto regular que la ley exige, implica mediadores, aceptación del conflicto, identificación de los problemas, alternativas de solución construidas colectivamente y respeto por las decisiones colectivas registradas en los Manuales. En la Institución Educativa, en tanto espacio de relación, se encontró la confrontación de múltiples discursos que desplazan la atención sobre la importancia del Manual en la convivencia: por una parte, aquellos discursos de los maestros en donde se apela a la norma, al orden jurídico vigente, en especial el Decreto 230, como culpable de los líos de convivencia; de otro lado, los que hacen alusión a problemáticas sociales complejas como el desplazamiento, la drogadicción, el alto índice de embarazos de adolescentes, y, en algunos casos el pandillismo, la prostitución y el hurto (estos últimos no visibles en el Departamento del Magdalena); aquellos que hacen referencia al ausentismo de los padres en la formación de sus hijos, al desamparo notorio y despreocupación sobre lo que les pasa, les afecta y desean, y los relacionados con la idea generalizada de que el conflicto y la agresividad empiezan por la casa, es decir que el primer y más determinante referente del mal comportamiento de los niños y jóvenes es el familiar. Las formas de relación, y los valores culturales predominantes, sean de agresividad, hostiles, violentos, impositivos o solidarios, respetuosos, humanos y alegres, dotan a los espacios escolares de actitudes y disposiciones en el momento de mediar los conflictos que aparecen frecuentemente. Además, la plasticidad para asumir los conflictos escolares, depende de la disposición de toda la comunidad educativa y de la forma de comprenderlos e intervenirlos. El análisis de los escenarios de convivencia escolar, particularmente en el municipio de Soacha, implica redescubrir las historias viejas y nuevas del desplazamiento, la traducción cultural de los niños y jóvenes víctimas de este conflicto tan presente en las instituciones educativas visitadas en este estudio pues, según estudios realizados, se ha evidenciado que las expectativas frente al desplazamiento son diversas y ameritan un conocimiento más profundo. La convivencia escolar, ya lo hemos dicho, está condicionada por diversos discursos inscritos en escalas y niveles diferenciados, por las relaciones y los contextos sociales, por los espacios y los tiempos para la vida y las experiencias de vida en comunidad. Pero otra cuestión que la afecta son los canales de comunicación establecidos y las formas de sociabilidad que se despliegan en un espacio concreto. El asunto complejo de vivir con el Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 63
otro, de estar y compartir con otros, está mediado no sólo por las relaciones interpersonales, sino también, por los contextos culturales, la cultura mediática, la cultura política y los discursos sociales. Otro asunto importante tiene que ver con los valores de una determinada comunidad, con sus horizontes, proyectos y esperanzas. El hablar de convivencia escolar, anticipa una necesidad y exigencia de explorar los mundos extraescolares, los juegos, las dinámicas y espacios informales de socialización de toda la comunidad educativa. Solo si nos centramos en lo que acontece en la escuela, en sus dinámicas, procesos y problemáticas que conviven, se lograrán cambios y reconocer en que consiste la plenitud del convivir. La revisión de los Manuales se presenta como la posibilidad de construcción creativa de alternativas para promover una convivencia armónica, como una oportunidad para aprender del error y del conflicto con miradas reflexivas acerca del rol, compromiso y acciones de los docentes, con nuevos derroteros éticos para ellos y para dotar de sentido e identidad a las instituciones para una mejor comprensión y manejo de los conflictos y la construcción de una sana convivencia. Es importante resaltar que el trabajo de campo fue muy enriquecedor por la participación activa de los asistentes al grupo focal y los aportes hechos en relación con los diferentes temas de interés del estudio y la retroalimentación-reflexión que hizo el grupo investigador frente a éstos. De igual manera, una ganancia de este trabajo fue lograr la motivación de los niños, las niñas, los jóvenes y padres de familia, para que leyeran, conocieran y se apropiaran del Manual como instrumento para lograr mejores relaciones entre la comunidad, mayor comprensión frente a los derechos dentro y fuera de las instituciones educativas, en la perspectiva de construir una sana convivencia institucional y una sociedad democrática respetuosa e incluyente.
5.2
Recomendaciones
1. La convivencia en la escuela supone pensar en las vivencias compartidas que se desarrollan en conjunto con toda la comunidad educativa, además de los canales de comunicación y de diálogo y las estrategias colectivas de aprendizaje y de formación. Pero también la convivencia exige de un lenguaje común que se construye entre la comunidad educativa como parte de un proceso de largo aliento, como un proceso de transformación de las prácticas pedagógicas y de la cultura dada, instituida. Existe otro nivel y es el de la gestión institucional y de las dinámicas ofrecidas por las directivas frente a lo que significa la convivencia y la flexibilidad para abrir espacios de politización de los malestares sociales y de tiempos en donde sea posible la interacción, la construcción y la problematización de los conflictos sociales e individuales. 2. Comprender que la convivencia se alimenta del contexto socio-histórico donde se inscriben las relaciones interpersonales, laborales y de ocio. Que se nutre de las percepciones y formas de sentir de una población o comunidad determinada, de las formas de elaborar y de procesar las problemáticas y conflictos, de las formas de Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 64
relación, de las tácticas de comunicación y la efectividad en el cumplimiento y gozo de los derechos humanos. 3. Las instituciones educativas, si quieren generar procesos de formación que
impliquen las contingencias sociales de una comunidad y los proyectos de vida de quienes las constituyen, han de generar escenarios afirmativos y creativos para la resolución de los conflictos. De no hacerlo se mantendrá una percepción negativa de éstos y no se generarán las competencias ciudadanas adecuadas para una lectura crítica y creativa de los contextos, ni menos se podrán suscitar formas de coexistencia en un espacio y en un tiempo más armónicos. 4. Reconocer que el convivir no se agota en tolerar al otro, ni en respetar sus
diferencias. La convivencia pasa por reconocer al otro como ser excepcional, diferente. Las diferencias no son para respetarlas únicamente sino para entretejerlas en experiencia comunitaria, para componer algo con ellas. De las diferencias y de una cultura organizacional que sea receptiva, flexible y sepa acogerlas dependen en buena medida los procesos de innovación social en las instituciones educativas. 5. Si la convivencia está condicionada por los espacios y tiempos de la vida compartida, por las experiencias y la coexistencia con otros diferentes, necesitamos nutrirlos, cuidarlos y potenciarlos. Ahora bien, si la escuela tiene unos espacios y tiempos muy rígidos, si es poca la flexibilidad que permiten los currículos y es muy difícil encontrar espacios-contextos colectivos de escucha y de afección, es necesario apostar por crearlos y gestar colectivamente discusiones sobre las problemáticas relacionales y contextuales que se inscriben en los contornos de la institución escolar. 6. Con independencia de que el conflicto sea algo intrínseco a la sociedad y a las
culturas, es preciso tener en cuenta que el sistema escolar genera un elevado nivel de presión, imposición y autoritarismo. Los colegios refuerzan más el deber que el placer de conocer; se exigen obligatoriamente excesivas tareas que no involucran ni acogen el deseo de los estudiantes; la aceptación de normas no siempre son deliberadas y consensuadas; el lenguaje que prevalece en las aulas es el de la lectoescritura, se dificulta una educación a la altura de las sensibilidades, de lo que las moviliza, de la incorporación creativa de los nuevos repertorios tecnológicos y lenguajes audiovisuales. Aún con mayor razón, los conflictos escolares exigen una problematización del cuerpo y de los sentidos si no queremos retóricas jurídicas que poco albergan los horizontes de vida de los estudiantes. 7. Por otra parte, es muy importante que un trabajo alrededor de los Manuales de Convivencia se lleve a cabo teniendo en cuenta a los nuevos sujetos que se forman
en unas nuevas y múltiples culturas cada vez más complejas y diversas. No es necesario desgastar los esfuerzos pedagógicos cotidianos deteniéndose a exigir Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 65
cuestiones que para los jóvenes de esta época hacen parte de sus procesos identitarios y que en últimas solo consiguen producir los abismales distanciamientos intergeneracionales. En la medida que se le apuesta a una intencionalidad comprensiva y de acercamiento, mediante la escucha y el diálogo, muy seguramente se derrumbarán barreras y se escenificarán proyectos comunes que orienten el accionar de todos los sujetos involucrados en el acto educativo. 8. Un ejercicio importante - susceptible de desarrollar después de este estudio - en el
momento de pensar la convivencia en las instituciones educativas, supone trabajar sistemáticamente con la comunidad educativa en los siguientes aspectos: duelos y catarsis de experiencias violentas, indagar sobre las transformaciones de la memoria y de los acontecimientos más violentos en sus vidas. Explorar cómo se sienten y qué es lo que sienten; cómo viven y qué convivencia desean construir en el nuevo escenario cultural en donde habitan cotidianamente. 9. De igual manera, se requieren más espacios de participación y de diálogo ya que los
jóvenes constantemente se muestran bastante críticos hacia sus maestros, hacia la autoridad, las normas, cuestionan las situaciones de maltrato entre unos y otros, reclaman más espacios para el diálogo y el reconocimiento de las nuevas subjetividades y estéticas que los identifican. Es importante incentivarlos para que asuman posturas en las que puedan comprender los límites que el compromiso consigo mismo y con la sociedad demarcan el actuar como visionarios de su generación, en pos de la construcción de una sociedad más justa y democrática. 10. El compromiso del clima institucional y del buen rendimiento académico es de toda
la comunidad educativa, cada quien tiene sus responsabilidades, compromisos y funciones, pero el papel del docente es fundamental. Por tanto, importa estar atentos y asumir una mirada crítica del proceso pedagógico para mantener la sana convivencia, la cual puede perder armonía debido a la desmotivación del alumno por el estudio por metodologías rutinarias, inconformidades sobre la obligación de algunos deberes, relaciones de poder jerarquizadas y burocratizadas en las instituciones, deficiente comunicación entre la comunidad educativa, excesivo control y disciplinamiento, evaluaciones de productos, dificultades para trabajar en grupo, entre otros factores. 11. Es necesario pensar en retomar el trabajo alrededor del Manual de Convivencia para
que trascienda de la preocupación por la “redacción” del texto y se traduzca en un mayor conocimiento de los hechos cotidianos, para hacerlo más cercano y legible, dado que se evidencia una gran distancia entre lo que se dice y se hace, entre lo escrito y la realidad. 12. Frente a los hallazgos encontrados, y a las expectativas que generó el trabajo de
campo, es importante dar a conocer los resultados del estudio a cada una de las instituciones visitadas, como también visibilizar las experiencias significativas Evaluación Manuales de Convivencia Escolar 66
identificadas, apoyar y acompañar a las instituciones que muestran dificultades en relación con los propósitos de estudio, consecuencia de múltiples factores, muchos de ellos externos a la vida y dinámicas escolares.
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