GENERAL JOSE MARIA CORDOVA MUÑOZ (Septiembre de Octubre de 1829)

GENERAL JOSE MARIA CORDOVA MUÑOZ (Septiembre de 1799- Octubre de 1829) “No me queda otro camino que la victoria o la muerte. Dentro de cuatro días: o

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JOSE MARIA CORTES OSPINA INGENIERO MECANICO [email protected] PERFIL PROFESIONAL ____________________________________________________________

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GENERAL JOSE MARIA CORDOVA MUÑOZ (Septiembre de 1799- Octubre de 1829)

“No me queda otro camino que la victoria o la muerte. Dentro de cuatro días: o vencedor, o mordiendo tierra en el campo de batalla” Con esta frase célebre pronunciada por nuestro general, la cual nos debe servir para evocar lo que el destino marca a los grandes hombres, vencedor de imposibles y que le ocurren a los grandes genios, que tienen dentro de su pensamiento la formación clara y obstinada del republicanismo y el inmenso deseo de la libertad, a lo cual debemos apuntarle en estos momentos decisivos para el desarrollo armónico de nuestros pueblos e ignorando por completo la individualidad y luchando denodadamente por el bien común. Afirma el profesor Humberto Barrera Orrego en su libro sobre José María Córdova entre la Historia y la Fabula: “ En un país como el nuestro, apabullado por la colonización imperial y con una juventud entregada por entero a los avatares de la guerra, la Rebelión Romántica no produjo un pintor o un poeta que rebasara las fronteras nacionales. Pero sobre la cima de los Andes se yergue la figura de José María Córdova, el héroe romántico por 1

excelencia: violento, atormentado, impetuoso, cruza la noche del trópico iluminándola fugazmente antes de apagarse para siempre en el abismo. El individualismo, el amor a la libertad, la ambición de la gloria y de sobresalir, que lo impulsaron a luchar por la emancipación de su patria, a iniciarse en una sociedad secreta al amparo de las murallas de Cartagena y a ofrendar su vida en desigual batalla contra el proyecto de monarquía de los áulicos del Libertador, son todos los rasgos capaces de dar al hijo de Concepción una talla enamorada y heroica que a dos centurias de su natalicio relumbra sobre las cinco naciones andinas, testigos del fulgor de su juventud y de su espada”. Al cumplir sus 180 años de su vil asesinato, valdría la pena evocar su fogosidad no solo desde el punto de vista militar, donde se destacan rasgos muy protuberantes en cuanto a su enorme valentía y bravura sino también desde el punto de vista de enamoradizo, como aquel episodio del martes 28 de diciembre de 1819, día de los santos inocentes donde se celebrara una fiesta en el municipio de Rionegro, en la cual había toros y fuegos artificiales; quiso lucirse ante su novia, la joven Manuela Morales y Leiva, y se entusiasmó tanto que le dio por hacer pilatunas y cabriolas en su caballo alazán, el cual se encabrito y derribó al Joven de 20 años, quedando inconsciente por más de ocho horas, y cuando recobro el sentido ardía de fiebre y padecía delirios. También es importante destacar algunas de sus cartas de amor 2

que a decir de las malas lenguas se las dictaba a su hermano Salvador y a manera de ejemplo cito la siguiente: “Que no exponga mi vida me dices en tu carta y sabes que soy un loco que pierde toda la razón delante de las balas. Sabes que no moriré en los campos de pelea sino en tus brazos y acariciando tus manos que beso desde aquí con entusiasmoF” El profesor Jaime Arismendy Díaz en su libro José María Córdova – Paso de Vencedores, además autor del himno al General manifestó al presentar su libro, el ánimo sincero de honrar la memoria del inmortal prócer, a quien tanto debe la gratitud de Antioquia y de Colombia y de lo cual lógicamente mi municipio que por un azar del destino tuvo el desenlace trágico del vil asesinato del “Héroe de Ayacucho” compartir las diferentes manifestaciones de duelo de tan aciago hecho que enluto indudablemente la historia de nuestro país de quien con su espada escribió las más sublimes páginas de libertad. Al recordar nuevamente este hecho luctuoso, quisiera rememorar un aparte de la oración pronunciada por el doctor Carlos E. Restrepo: “Sería un error y al mismo tiempo una ingratitud el que, empinándonos sobre nuestras ideas de hoy, recrimináramos las que aquellos grandes hombres y pretendiéramos dictar contra ellos sentencias infamantes. Toda guerra trae consigo, como consecuencia ineluctable, una descomposición radical en los fundamentos del 3

organismo social, después de ese cataclismo no queda ni las piedras sobre las piedras, y hasta las ruinas perecen, dicen las expresiones consagradas” Recordemos un hecho de trascendencia actual que tiene que ver con la realidad actual de nuestro país conocido vulgarmente como el voltiarepismo político o transfuguismo, visualizado en nuestros partidos políticos, y que nada menos le ocurrió al General Córdova según relatan varios Cordovistas entre las cuales están incluidas las maniobras de las marinillos y en especial su intimo amigo el doctor Jorge Ramón de Posada a quien acudió para que le patrocinara el proyecto de revolución en contra de Simón Bolívar, quien le manifestó: “ Ahijado, no solamente no le ayudo en su empresa, ni aun con mis oraciones, sino que desde hoy mismo voy a trabajar con todo mi influjo y con todas mis fuerzas para contrariar sus propósitos, y únicamente pediré a Dios que lo vuelva a usted al camino del deber, y que la patria vea su hijo predilecto defendiéndolo al padre de la patria, que es su libertador”. También tenemos el último hecho de traición acaecido en la cabeza del teniente Miguel Ramírez quien había sido encomendado por el General Córdova Muñoz para destruir el puente sobre el río Calderas buscando obligar al General Daniel Florencio O’Leary a avanzar por el paramo de la Arenosa y Guatapé, pero aquel se paso a las fuerzas de O´Leary facilitando su avance. 4

Esta traición había frustrado los planes del General Córdova de confrontar las fuerzas de O´Leary y el 16 de octubre de 1829 a las 5 de la tarde llego a El Peñol, donde tenía aproximadamente 300 hombres e ignoraba la traición de Ramírez, contra la cual esperaba desarrollar sus planes de combate. El General Córdova informado sobre la marcha de O´Leary ordena la movilización de su tropa, de noche, hacia la Hacienda de El Santuario, por el camino de Montañita, en pura trocha y llego hasta El Salto donde ordeno a sus hombres descansar, mientras amanecía.

La tropa se organizo en la rivera derecha de la quebrada la Marinilla, la quebrada Bodegas, la cual corría por la mitad del campo de batalla. La batalla se libro en el llano, la ladera y las colinas del frente, convertidas hoy en día en lo que realmente es nuestro querido pueblo. El 17 de octubre las fuerzas chocan en El Santuario, en medio de la pertinaz lluvia y una abismal desproporción de aproximadamente trescientos hombres contra aproximadamente ochocientos hombres de la tropa de O´Leary. La mortandad producida por el fuego infernal despedazó la línea de hombres inexpertos que caían muertos o huían heridos despavoridos del campo desigual de batalla; cabe 5

anotar que en esta feroz y desigual batalla fueron asesinados aproximadamente unos 37 santuarianos Derrotado el General Córdova Muñoz y soportando estoicamente el dolor de las heridas causadas por dos balazos en el frente de batalla y recostado sobre un viejo arcón de cedro, al lado de fiel edecán Francisco Giraldo Arias, espera el momento de la entrega. A eso aproximadamente de las dos de la tarde del día 17 de octubre de 1829, ebrio y, espada en mano, el Irlandés Ruperth Hand que había sido derribado de su caballo, penetra enfurecido y enceguecido en la humilde casa que sirve de refugio, asestándole tres fuertes sablazos al General herido e indefenso, los cuales acaban con su vida.

Con el dolor producido por la madre naturaleza de tan vil asesinato se recoge el último gemido del bravo león de Ayacucho y para lo cual solamente basta recordar algunas sus frases celebres, “que si es imposible vencer no es imposible morir” y “Córdova no se rinde ante un vil, mercenario y asalariado extranjero; primero sucumbe”. Y si bien han trascurrido 180 años de un sacrificio, de un héroe de una talla inmensa, son años que no hacen mella en el amor, la fe y la entrega que cada uno de los ciudadanos debemos sentir por nuestra nación, y si 6

bien el patriotismo actual no debe ser una confrontación armada sino una confrontación de ideas, planes y concertaciones de personas que encarnen un proyecto de nación democrático, libre y con un desarrollo sostenible que a cada uno de los colombianos, limando las brechas de la indiferencia, la ignorancia y la desigualdad nos convoque en una gran cruzada que es la defensa de nuestras instituciones por encima de cualquier interés particular.

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