LA ESTRATEGIA NEOBARROCA

LA ESTRATEGIA NEOBARROCA. Autor: Ruiz Pozo, Jesús. E-mail: [email protected] Universidad de Granada. C/Bernardo Mulleras nº2 pº2 4ºd Ciudad Re

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LA ESTRATEGIA NEOBARROCA. Autor: Ruiz Pozo, Jesús. E-mail: [email protected] Universidad de Granada. C/Bernardo Mulleras nº2 pº2 4ºd Ciudad Real, España. C.P. 13001. ABSTRACT/ RESUMEN1. Allá por donde miremos encontramos la desfundamentación de los valores arraigados y la impresión de estar en un sistema que se resquebraja por el peso de la vida. En otras palabras, la desconfianza ante lo establecido, tiempos de crisis. Cuando lo dado se pone en duda y un cuestionamiento tenso y constante se convierte en la atmósfera general el pensamiento debe encontrar insuficiente preguntarse por la Essentia de su época, precisamente porque lo dado como esencial es visto con suspicacia y distanciamiento crítico. Es entonces cuando el intento de comprensión de la realidad debe tomar vías divergentes. Partiendo de intuiciones filosóficas que responden a otro momento epocal de cambio de perspectivas, el Barroco, siglo XVII. Se intentará mostrar puntos de fuga, caminos que están por pensar, marginalidades crecientes dentro del sistema que someten a este a preguntas que no puede responder o abarcar desde la racionalidad productiva imperante. Esta forma de pensamiento deviene conceptos por la propia importancia y actualidad problemática que tienen en el mundo de la carne y el hueso. Así pensamiento y acción, aunque diferenciados, irán unidos. Estas claves para interpretar el mundo actual se encuentran en la noción de Neobarroco de pensadores como Deleuze, Echeverría, Sarduy y 1 Mi proyecto final de máster y futuro inicio de la tesis es sobre el concepto de lo Neo-barroco en la esfera del pensamiento. Mi motivación es mostrar cómo algunos pensadores, principalmente latino-americanos, franceses y españoles no usan el concepto como una mera metáfora de tiempos de crisis sino que encuentran claves interpretativas para comprender desde el desequilibrio actual. Diplomado en Magisterio. (Universidad de Castilla La Mancha y Université des Pyrénées Atlantiques, Pau, Francia). Licenciado en Filosofía. (Universidad de Granada, Universidad de Guadalajara, México). Becario por la Universidad de Colima para asistir al congreso Cervantino de Guanajuato en el año 2010.

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otros tantos. Lo Neo-barroco cobra entonces la forma de un pensamiento de la diferencia, de una hermenéutica entrópica, hermenéutica de la energía, etc. En última instancia estrategias potencializadoras del pensamiento que son capaces de diverger y encontrar puntos de fuga en la situación actual. Mostrar la estrategia Neo-barroca es mostrar otra forma de entender. PALABRAS CLAVE: Neobarroco,

Crisis,

Capitalismo,

Deseo,

Pensamiento,

G.

Deleuze,

B.

Echevarría. ***

LA ESTRATEGIA NEOBARROCA. El Barroco ha vuelto. Este será el juego que se propone aquí, como juego que es, tomémonoslo seriamente2. El barroco no es simplemente un episodio epocal históricamente delimitado, sino más bien un sentimiento de ruptura que cala en el acontecer de una época. Durante el siglo XVII la conciencia de crisis se instala en el sentir general 3. Es esta conciencia de crisis como signo epocal lo que hace que sea tan sugerente el llamar a nuestra época Neo-barroca. Cuando en ambas épocas encontramos el espectacular y problemático desajuste vivo de una sociedad que se quiebra entre fuerzas que la impelen al cambio y fuerzas conservadoras establecidas que tienen por objetivo ultimo la conservación de lo dado, cuando la carencia y la marginalidad creciente en el interior del sistema parece hacer 2 Entendamos juego, como juego de Ingenio. “En el juego no hay referencias absolutas de verdad y de justicia sino reglas, tácticas y estrategias de pensamiento y comportamiento” Andreu, J.M. fragmento de articulo incluido en el libro El mundo de Baltasar Gracián. Ed. Universidad de Granada, Granada, 2003 pag.126 3 El barroco, siglo XVII es interpretado de forma habitual como época de convulsión y crisis. La contextualización de este periodo se ve perfectamente detallada en la obra historicista La cultura del Barroco. Especialmente en las partes primera y tercera. Sirva como esbozo esta cita. “Si las crisis sociales son más largas que las estrictamente económicas – en la medida en que es posible abstraer unas de otras- la crisis social que tan amenazadoramente se presentó en Europa desde las últimas décadas del siglo XVI, y tal vez en España con más fuerza que en otras partes, iba a tener duración suficiente para permitir que coagularan una serie de formas de respuesta que, repitámoslo una vez más, se sistematizarían bajo la interpretación de la que llamamos cultura del Barroco.” Maravall, J.A. La cultura del Barroco, Ariel, Barcelona, 1975, pág. 61.

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sentir un pesimismo generalizado, el asumir que la crisis a la que pertenecemos es estructural y profunda y no coyuntural teniendo como ejemplo el siglo XVII es una hipótesis, cuanto menos, respetable. Si el asumir que nuestra época es Neobarroca entraña entender que estamos bajo un sino epocal de crisis, el concepto que se crea “Neobarroco” debe ser un intento, como todo concepto4, de responder a la problemática que enmarca. Así pues, el concepto Neobarroco puede explotarse desde distintas perspectivas pero con un núcleo problemático claro que lo legitima como concepto, este núcleo problemático es el sentimiento de pertenencia a una crisis estructural. Con el riesgo de simplificar y a su vez con el desafío de afilar en nuestra estrategia interpretativa debemos diferenciar dos formas de tratar el concepto. Lo Neobarroco como esencialidad y lo Neobarroco como función operatoria. Lo Neobarroco como esencialidad lo encontramos en pensadores que usan el concepto como mera metáfora que sirve para dar cuenta de la época en la que nos encontramos. En este sentido O. Calabrese nos habla en su obra “La Era Neobarroca” de fenómenos culturales que pueden evocar al Barroco5. Para el autor italiano lo Barroco seria cualquier categorización que excita fuertemente el orden del sistema y lo desestabiliza. Esta metáfora de lo Barroco la aplica a la semiología de las telecomunicaciones de masas y al arte. En un sentido diferente, de raigambre metafísica E. D´Ors encuentra una esencialidad de lo Barroco, Eon que se repite en la historia de la humanidad, como reacción hacia los fundamentos de toda época clásica, lo Barroco como vital y libertino6, como gravitación hacia un centro diferente del establecido, una fuerza primitiva. Sirvan estos dos pensadores para dar cuenta de cómo desde una supuesta esencialidad de lo Barroco, en un caso con vínculos historicistas y en otro de forma metafísica, el concepto se usa para caracterizar una época distinta del XVII, en este caso la nuestra. Pero esto no es lo que nos disponemos a hacer, aquí de lo que estamos hablando es de una estrategia, la estrategia Neobarroca responde a la segunda forma de usar el concepto, como función operatoria. 4 “todo concepto remite a un problema, a unos problemas (…) que a su vez solo pueden ser despejados o comprendidos a medida que se vayan solucionando” DELEUZE, G. ¿Qué es la filosofía?, Anagrama, Barcelona, 1993, pág. 22. 5 O. Calabrese La era Neobarroca, Catedra, Madrid, 1999 pág. 31. 6 E.D´ors. Lo Barroco. Tecnos, Madrid, 2002 pág. 80

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La estrategia Neobarroca, función operatoria del Barroco hoy, responde a una intuición del pensar. Su núcleo problemático, como se decía más arriba, es la conciencia generalizada de vivir un periodo de crisis, de saberse en la desfundamentacion, de desconfiar ante lo establecido. Cuando todo se pone en duda, desde la administración de la justicia hasta la forma en cómo producimos nuestros deseos, la atmosfera general en el ámbito de la vida muestra un cuestionamiento tenso y constante7. Ante semejante problema, el pensamiento del Barroco se enfrenta al reto de pensar sabiendo que todo fundamento esencialista: Dios, Ley, la idea univoca cartesiana de hombre, etc. no es total sino fragmentario, de tal forma que intenta pensar desde esa fragmentariedad. En un mundo que no remite a una idea clara y distinta sino a la variabilidad y la apariencia se pierde la capacidad de encontrar una figura fija de sentido, el Barroco representa el último suspiro de la búsqueda de esa unidad perdida. Paradójicamente se asume la infinitud de la perspectiva, se piensa desde esta multiplicidad problemática pero en última instancia se apela a una unión, composibilidad perfecta entre la diferencia absoluta mundana desde la que se vive y piensa y el Dios virtual, ausente y motor de la composibilidad, así pues, la reflexión parte desde lo material contingente para después restituir el orden desde la creencia en un orden superior8. Lo que nos interesa del pensamiento Barroco hoy no es esta restitución del orden mediante un ámbito espiritual sino como al asumir que el pensamiento parte desde el suelo que pisamos, el pensar la realidad desde la realidad misma se convierte en necesidad y mandato. El darse cuenta de que el pensar debe ingeniárselas desde la realidad que habita, impelido por la situación de crisis que le sale al paso, implica una serie de rasgos que lo diferencian del pensar alejado de la realidad esencialista de la época clásica anterior. De la misma manera que en la situación de crisis actual el pensar desde el fango en el que nos revolcamos no puede sino esbozar una mueca sarcástica ante las propuestas ilustradas 7 “Cuando la tradición se desmorona, esa brecha se convierte, dice Arendt, en una realidad tangible y en perplejidad para todos, en un hecho de importancia política, la brecha misma, el vacio, como realidad manifiesta (…) Tanto el siglo XVII como la actualidad son momentos históricos instalados de ese modo en la brecha entre pasado y futuro, momentos de una apertura histórico-ontológica. Barroco y Neobarroco dan nombre por igual a esa brecha….” De La Higuera, J. El barroco y nosotros. Articulo perteneciente al ciclo de conferencias Andalucía Barroca. Pág. 5. 8 “Lo propio del Barroco es realizar algo en la ilusión misma, o comunicarle una presencia espiritual que vuelva a dar a sus piezas y fragmentos una unidad colectiva” Deleuze, G. El pliegue, Paidos, Barcelona, 1989, pág. 160.

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tardías que aun pueblan con ilusiones de reformación nuestras bibliotecas y nuestras cabezas. Este pensar la realidad desde la realidad misma se torna novedoso, a pesar del halito supuestamente conservador de los pensadores barrocos y de que en última instancia se tiene lo supraterreno como garante, la sospecha de que debe pensarse desde el propio mundo inunda a los pensadores por excelencia barrocos. Por ejemplo, Baltasar Gracián da cuenta de sus sospechas en el Criticón; a lo mejor falta el fundamento de la verdad, y da con todo en tierra9. El neoescolastico Francisco Suarez, comienza a entender al Ser no en cuanto Ser sino en cuanto ser real. Leibnitz opera en la fragmentación absoluta desde la que hay que reflexionar, frente al esencialismo, etc. Así pues, pensar la realidad desde la realidad misma ya no desde la problemática del ¿Qué es? Pregunta que busca un fundamento sino desde la sospecha aguda del ¿Cómo funciona?, pensar como nos constituye lo que nos constituye, entender el espectáculo que habitamos, pensar en Barroco, con una diferencia, un paso más a realizar. Ya no será la paranoia de composibilidad última el modo de proceder, la estrategia Neobarroca asumirá el reto que Gracián vaticinó: Si ahora con una verdad sola no hay quien viva, ni hay hombre que la pueda tolerar, ¿Qué será si da en parir otras verdades, y estas otras, y todas paren? Llenarse ha el mundo de verdades y después buscarán quien le habite: digoos que se vendrá a despoblar de verdad”.10 Es el momento de empezar a pensar, pensar desde la realidad sin apelar a fundamento alguno y sabiendo que lo dado se tambalea y resquebraja en sus propios cimientos. Esta es la potencia de aquel pensar, modo de comprender nuestro presente, que caracterizaremos de Neo-barroco. Si asumimos la problematicidad de un pensamiento mundano pensar desde lo homogéneo, inmóvil y simétrico es una ilusión que no hace sino encubrir la propia realidad, la cual es

9 Desde las fenomenales citas de la obra de Baltasar Gracián reunidas en el libro. García Casanova, J.F. (ed.) El mundo de Baltasar Gracián. Ed. Universidad de Granada, Granada, 2003 pag.126 10 García Casanova, J.F. (ed.) op. Cit.

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heterogénea, móvil y asimétrica11. Esta movilidad plural y asimétrica propia del ámbito de lo real encauza un razonamiento del que debemos dar cuenta. Todo acontecimiento es móvil porque es producido por deseos/fuerzas potenciales que se chocan, entrecruzan, atraviesan, convergen y divergen, dinámicas de fuerzas al fin y al cabo que comienzan, se alargan o menguan y finalmente se disuelven en otras 12. Entender cualquier hecho con esta mirada muestra que el “que es” propio de una comprensión esencialista no es suficiente, su sentido, no es nada trascendente al mismo acontecer ni es algo inherente al mismo, el significado profundo esta en entender la intensidad que lo impulsa, el porqué del operari que se muestra en la superficie,13 el desengaño frente a los fundamentos hace que solo nos quede pensar las circunstancias desde sí mismas, máxima asumida igualmente en el Barroco, la vida como teatro, el engaño universal del mundo. Entender el acontecimiento como teatro, simulacro, convierte los fundamentos ante nuestros ojos en algo contingente ya que no hay objeto ni relación que sea fija en el espacio o exterior a un tiempo determinado, el pensar el Ser se torna falso, es necesario pensar desde lo que parecen las cosas14. Por tanto asumir el mundo como dinámico y asimétrico implica un giro gnoseológico de doble alcance por un lado debemos intentar entender desde lo profundo que se muestra en la superficie, ser profundamente superficiales. No pensar en lo dado como donador de su Ser y su sentido sino que su Ser esta escondido en la superficie del acontecer. La pregunta por el Ser se cambia por la sospecha del parecer, del ¿Qué es? 11 Saez, L. El barroco por-venir, en Oñate, T./otros (eds), El segundo Heidegger. Ecología, Arte, Teología (Los hijos de Nietzsche en la postmodernidad III, Madrid, Dykinson, 2012, pags. 149-169) 12 La noción de Caudal en Gracián, el Conatus de Espinoza, las monadas dominantes que componen y dirigen a las otras monadas en Leibnitz son ejemplos barrocos de esta comprensión de la realidad desde fuerzas que convergen y divergen. De cómo el deseo atraviesa toda composición generando dinámicas desde las que se debe descifrar la realidad. En nuestra actualidad debemos entendernos dirigidos por fuerzas económicas, políticas, corrientes de opinión ,etc. que condicionan nuestras formas de desear. 13 Cuando en el Barroco se habla del mundo como apariencia, teatro o ilusión lo que se intenta es desvelar cómo hablar de algo verdadero, el mundo, desde la falsedad de todo código. El saber de nuestro papel en el teatro no es ni más ni menos que entender no ya la interpretación, sino el porqué de la interpretación. 14 “el opuesto verdadero del yo no es el no yo, es lo mío; el opuesto verdadero del ser, es decir, el teniendo, no es el no ser, es lo tenido. (…) Lo que se ventila en el dominio del tener, a través de la propiedad, son las propiedades cambiantes y perpetuamente modificadas de las monadas entre sí” Deleuze, G. op. Cit. pág. 141.

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Pasamos al ¿Cómo funciona?. De la misma manera, si lo que se muestra en la superficie es engañoso y falso lo que nos queda es reconocer la contingencia, y la sospecha de toda normatividad establecida. Primer paso de la estrategia, en lo que parecen los hechos sabiendo cómo funcionan esta el engaño y con ello la verdad. Ante esta forma suspicaz de entender el mundo dado, sospecha prudente como forma de buena inteligencia, ¿Qué clase de praxis queda por postular?. Si todo acontecimiento se entiende desde los deseos que lo constituyen y esto lo hace dinámico y contingente, mundano. Todo acercamiento al mundo se convierte en una perspectiva entre infinitas perspectivas. El perspectivismo no obedece a un universalismo cerrado sino a una ubicuidad absoluta de todo lo viviente. Este perspectivismo no es un relativismo común, no es una variación de la verdad según el sujeto, sino la condición bajo la cual la verdad de una variación se presenta al sujeto.15 Solo el asumir la variabilidad de puntos de vista nos ofrece la posibilidad de respuestas y casos reales, como en una anamorfosis barroca. El perspectivismo nos hace ser conscientes de que el punto de vista, el lugar desde el que experienciamos el acontecimiento, la envoltura donde nos encontramos, es el reducto desde el que nos asomamos al mundo, no desde la contemplación pura de todo alma, sino desde la posición que ocupa el cuerpo. Es el lugar que ocupa el sujeto lo que expresa que es el mundo16. Segunda máxima de la estrategia, la esencia primera de un acontecimiento no existe, es lo que resulta en cada caso lo que da la realidad del acontecer. El perspectivismo, esto es, la muestra de que inherentemente uno se encarna en un punto determinado de la comprensión total del acontecimiento y con ello asume la multiplicidad de puntos de vista del propio acontecimiento, deja entrever lo que ya se apunto más arriba en el primer paso, que las grandes percepciones, los axiomas o sistemas generales que no dan cuenta del desbordamiento de singularidades solo pueden ser fundamentos vacios o remitir en última instancia precisamente a las relaciones entre singularidades de las que huye. Las macropercepciones del acontecimiento, las regularidades, los sistemas, son, en última instancia, abstracciones psíquicas inconscientes. El perspectivismo, si se asume 15 Siguiendo de nuevo El Pliegue de Deleuze, op. Cit. pág. 31 al final del párrafo añade “esa es precisamente la idea misma de la perspectiva barroca”. 16 “Para la abertura infinita de lo finito (…) hay que poner el mundo en el sujeto, a fin de que el sujeto sea para el mundo”. Deleuze, G. op. Cit. pág. 39

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como tal nos encuentra el sentido perdiéndonos en la infinitud de puntos de vista existentes para comprender el propio acontecimiento. Ante aquel sistema que se nos hace ver como esencial, como naturaleza incuestionable, el razonamiento Clásico intenta mostrar que es lo claro y distinto que lo gobierna. Por el contrario el razonamiento Barroco es capaz de perderse en el fondo oscuro y abisal del razonamiento infinitesimal, entendiendo que lo claro y distinto no es más que una ilusión producida por las tendencias ordinarias y relevantes internas al sistema, de tal forma que procede deteniéndose en razonar como se producen las singularidades infinitas dentro de estas tendencias regulares, mostrando con ello que es lo singular del sistema, lo ordinario del sistema. Siguiendo a Deleuze en lo más profundo del mundo y del conocimiento barrocos, ya se manifiesta esta subordinación de lo verdadero a lo singular y a lo relevante.17 Ante esta esquizofrenia interpretativa la reflexión sobre las singularidades de extremo, de máximos y de mínimos, se convierte en una estrategia para analizar el cómo funciona del sistema. Esta será la tercera tarea de la estrategia, la perversión de la interpretación esencialista clásica por el cálculo desde la multiplicidad ad infinitum de singularidades, viendo las posibilidades relevantes de máximos y de mínimos. Aplicar la mirada infinita puede usarse para reflexionar sobre los casos particulares de un sistema hasta la esquizofrenia e igualmente, para observar como las vetas de la madera nos remiten surco a surco a uno más pequeño hasta que nuestra percepción se obnubila. En el desciframiento del hombre singular y social esta perspectiva infinita se convierte en un laberinto. En el hombre particular cada mirada nos remite a otra diferente, cada acontecimiento vivido se acaba transformando en una alegoría que da crédito como figura pasada de una perspectiva a la que aludir o eludir18, acabamos siendo una muchedumbre de nadas que diría Gracián. Al final solo nos queda el asumir el carácter problemático de mi “Yo” en cada momento. En el caso de la Ley, estipuladora de contratos sociales, del hombre común y sus instituciones, la mirada infinita encuentra un duro adversario, la Ley obsesionada con la reglamentación de lo infinitamente grande, así como de lo infinitamente 17 Deleuze, G. op. Cit. Pág. 118 y siguientes. 18 “La alegoría no era un símbolo fallido, una personificación abstracta, sino una potencia de figuración completamente diferente de la del símbolo (…) la alegoría descubre la naturaleza y la historia según el orden del tiempo (…) en un mundo que ya no tiene centro”. Deleuze, G. op. Cit. pág. 161

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pequeño, obliga a perderse en el mismo laberinto que se pierde aquel que intenta comprender su individualidad ocupada por una pluralidad reunida, pero el resultado es distinto. En el sujeto particular la conclusión es que siempre queda algo, un no sé que donde no llega la razón, donde la alegoría de lo particular como muestra de lo total es la única posibilidad. Mientras que en el caso de la Ley, ocurre como al observar las vetas de la madera, nos obnubilamos. El exceso de reglamento hace que toda regla carezca de importancia. La hiperlucidez de un sistema fuertemente reglamentado no crea una armonía sino una ilusión tensa y paranoica. El poder medir todo, solo conduce a la desmedida. La mirada infinita aplicada al hombre particular nos supera y nos hace reconocernos como problema, mientras que aplicada al exceso de normatividad social nos abandona en la suspicacia y el descreimiento, se desrealiza por sí misma, pierde su sentido, es una mera puesta en escena19. Este será el último paso del juego. Toda noción aprendida como esencial, “Yo”, “Ley”, debe ser vivida como ajena. La forma naturalista esencialista ha sido vencida y aplastada, toda ley puede ser reinventada furtiva o informalmente. Lo que nos lleva en este cuarto pasó de la estrategia directamente como en una espiral sin fin a ratificar el primero. Ser artificiosos con lo establecido, jugar con lo dado, ser profundamente superficiales. No se busca aquí una ruptura de reglas para dejar el mundo como un juego de azar, sino que en tiempos de crisis de los fundamentos, el jugar con las reglas establecidas del sistema, deformarlas, hace que pueda devenir otra cosa diferente20. Los cuatro pasos de la estrategia Neobarroca, la contingencia, el perspectivismo, la infinitud y la disolución de la identidad establecida. Responden de forma más o menos 19 Bolívar Echevarría da cuenta del descreimiento barroco frente al exceso de reglamentación en sus ensayos sobre el Barroco, Echevarría, B. La modernidad de lo Barroco.Era, Mexico, 2000 pág. 171. 20 Podriamos observar aquí otros muchos autores que hablan del espíritu barroco como tergiversación de reglas, Severo Sarduy, Bolivar echevarria, Benito Pelegrin, Glucksman, etc. pero me quedo una vez más con Deleuze “(…) había sido necesario el episodio psicótico, la crisis y el derrumbamiento de toda razón teologica. Ahí es donde el Barroco toma posición (…) la solución barroca es la siguiente: se multiplicaran los principios siempre se sacara uno de la manga, y de ese modo se cambiará su uso. Ya no se preguntará que objeto dable corresponde a tal principio luminoso, sino que principio oculto responde a tal objeto dado. (…) son las bodas del concepto y la singularidad”. Deleuze, G. op. Cit. Pág. 91.

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acertada a como grandes pensadores contemporáneos han enfocado el concepto de Neobarroco como función operatoria. Si en el siglo XVII encontramos que la nueva forma de mirar, manera Barroca, responde al desencanto producido por una quiebra de los fundamentos del mundo dado como “objetivo” donde la mirada antigua no funciona, a principios del siglo XXI puede que necesitemos de nuevo mirar de una forma diferente a lo establecido para que nos parezca extraño, para sentirnos ex –céntricos frente a lo otorgado y así, partiendo de lo que somos, sin necesidad de una dinámica oposicional explicita – y con ello afirmadora de lo dado- sino mas bien desde la afirmación del desencanto que nos constituye quede patente la necesidad de seguir la regla desde la transgresión y tergiversación de la misma. En otras palabras, aprender a desear de otra manera.

¿Cuál es el mundo dado como “objetivo” que parece empezar a resquebrajarse bajo nuestros pies hoy?. Siguiendo al pensador mexicano Bolívar Echevarría “La forma objetiva del mundo moderno, la que debe ser asumida ineludiblemente en términos prácticos por todos aquellos que aceptan vivir en referencia a ella, se encuentra dominada por el hecho capitalista”.21 Ante el desarraigo que nos produce el capitalismo en nuestro tiempo, desarraigo como ausencia de una fuente ultima de sentido o como falta de coherencia profunda en la significación que produce y

nosotros consumimos tanto en la práctica como en los

discursos, un acercamiento al problema desde una perspectiva Neobarroca propone, lo que más arriba se dio en llamar la primera propuesta de la estrategia, asumir la falta de fundamento, pensar desde el status contingente que posee toda forma y significación del capital. La paradoja de construir y reconstruir incesantemente la escasez de esto o aquello. El vivir entre la abundancia predicando la negación de la abundancia. Es nuestro teatro, la puesta en escena, el operari en el que el mundo nos sitúa, nuestra forma de funcionar. Al asumir la contingencia del espectáculo que tomamos como natural, es decir, el capitalismo, optar por otra forma de proceder no creada aun es posible. No existe ni 21 Echevarria, B. op. Cit.

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carretera ni sendero, pero al contemplar lo dado como no necesario, otras perspectivas, otras puertas no pensadas parecen cuanto menos dibujarse.

El modo de operar

revolucionario, romántico, frente a este sistema capitalista opta por el enfrentamiento directo al considerarlo injusto, es decir que aunque sea de forma negativa, legitima el estado vigente como el único posible hasta que sea suplantado por la voluntad revolucionaria y con ello se imponga otra nueva burocratización de la vida, otra nueva forma de desear. El modo reaccionario barroco es más sutil obedece claramente a una estrategia de rebasamiento de la necesidad de optar entre someterse a la política económica asfixiante (…) o rebelarse contra ella. 22 Como ya se dijo más arriba, no se busca la ruptura de las normas sino su incumplimiento y deformación para que devengan otras diferentes. El asumir que el productivismo y el consumismo que ocupa nuestra mente y nuestro corazón es una mera falsedad, puede implicar lícitamente un quietismo, un no necesitar nada de lo estipulado como falso único modus vivendi. Pero de la misma manera, al margen del productivismo se pueden dar desviaciones de la energía productiva, nuevas formas de desear. Esto es, si toda energía productiva en el capitalismo es productiva porque sirve para algo. La tergiversación de esta regla primera implícita en nuestra forma de vivir altera la jerarquía axiológica del mundo en el que nos movemos. Hablar en este sentido de ¿Cómo?, ¿de qué manera? podemos llevar a cabo este ejercicio de tergiversación, seria convertir este escrito en una herramienta que sirviera para algo, esto no sirve para nada, precisamente por eso puede que sea valioso. Entender que todo punto de vista es tan válido como el conjunto de perspectivas que legitima y aprueba el capitalismo, deja en suspensión la legitimidad de las propuestas capitalistas y a la vez des-realiza el sometimiento de todo valor al valor de comercio capitalista. De esta forma la pluralidad perspectivista, segundo paso de la estrategia, no es ya meramente aquella que se codifica mediante la multiplicidad de flujos de deseo capitalista, sino que también asume aquellas que están clausuradas y deslegitimadas por la apropiación capitalista de la vida, todo aquello que no podemos pensar, comienza pues, a entrar en el terreno de lo pensable. Salida barroca por excelencia, simulacros que reproducen de forma distinta la realidad,

22 Desde la estrategia Barroca que Bolivar Echevarria, estudia en los nativos americanos del siglo XVII frente a la colonización española. Echevarria, B. op. Cit. Pág. 182.

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disfrazamiento puro que muestra la intensidad y posibilidad de una subversión de la máxima general mediante los casos particulares23. El asumir la pluralidad de perspectivas, entendiendo que todas las dadas como legitimas son, tanto como cualquier otra, mero simulacro confiere a la representación del simulacro un rasgo absolutizante, todo son representaciones, simulacros ad infinitum que reproducen de forma distinta la realidad dada. Esta realidad dada es el capitalismo. Asumamos que todo es capitalismo, capitalismo por beneplácito, capitalismo por marginación, capitalismo por rechazo a ultranza, todas estas opciones a favor o en contra, parten del reconocimiento del capitalismo, juguemos. Podemos, de forma clásica, esencializar las bases del capitalismo, mostrar que es lo claro y distinto como sistema totalitario y omniabarcador. Pero podemos igualmente asumir que el capitalismo no es ni más ni menos que la reunión de infinitos puntos de vista a favor y en contra suya. Frente a la mirada clara y distinta para entender la verdad del hecho, perdámonos en la multiplicidad de casos, tergiversemos el pensamiento esencialista abstracto y fijémonos en el mundo. La verdad está en lo singular y significativo del hecho. Tercer momento del proceder Barroco lo ordinario y relevante cobra predilección ante una esencia pura. Calculo de puntos de vista de máximos y mínimos para entender la verdad fragmentada del hecho capitalista. En este sentido ¿Qué son los máximos y los mínimos del capitalismo?. Cuestión para pensar. Intentando alejarnos de la demagogia pero buscando el choque pensemos, si toda perspectiva esta dentro del capitalismo, el niño africano asalariado con ganas de prosperar en su trabajo, como buen capitalista, es una perspectiva verdadera del hecho capitalista, del mismo modo que el empresario de una gran ciudad europea que solo lucha por hacer bien su trabajo. Dos perspectivas que muestran la verdad desde distinto punto de vista del mismo hecho. Lejos de intentar entender complejos cuadros económicos, explicaciones técnicas de desigualdades o bonanzas, el perspectivismo para analizar el hecho en sus máximos y sus mínimos debe arrojarnos a concluir divergencias como la mostrada. La perspectiva infinita que asume como relevante el cálculo de máximos y mínimos nos muestra en el mundo el funcionamiento real del sistema abstracto. ¿Acaso alguien negaría que las dos perspectivas no dan cuenta de lo que es en realidad el capitalismo?. Las reglas capitalistas abstractas 23 Desde la noción de simulación barroca de Severo Sarduy. En su obra Ensayos generales sobre el barroco Fondo de cultura económica, Mexico, Pag. 58.

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toman formas en las perspectivas desde las que se realizan, el cálculo de máximos y de mínimos, muestra puntos reales de las reglas capitalistas. Ciertamente estas reglas capitalistas actualmente nos constituyen, pero son contingentes, y como tal falsas, constructos sociales tan interiorizados que muestran una patencia de realidad natural. Estas reglas están crisis, nosotros estamos en crisis, por tanto deben ser replanteadas. Podemos intentar llevar a cabo la crítica sistemática de regla tras regla, contrato tras contrato, pero en un mundo reglamentado y normativizado, la idea de buscar un sustituto crítico de cada regla, una modificación de todo contrato establecido parece una opción tan paranoica como la propia proliferación de reglas hasta el infinito actual. Partiendo

de

la

contingencia

de

la

normativizacion

absoluta,

burocratización

contemporanea, podemos simplemente observarla como superflua, ser superfluos con lo superfluo. Tergiversación carnavalesca de lo establecido. Encontrar la tercera vía ante lo establecido, ni sí de afirmación positiva ni no de reconocimiento oposicional, sino preferir no hacerlo. La contraposición a la voluntad establecida, debe construirse de manera indirecta y por inversión. Debe hacerse mediante un juego sutil con una trama de sies tan complicada, que sea capaz de sobredeterminar la significación afirmativa hasta el extremo de invertirle el sentido, de convertirla en una negación 24. Dicha negación ya no entra en una dinámica oposicional (si/no) sino que abre la puerta a la vía excluida, aquella vía que no entra en el orden valorativo del capitalismo, valorar lo inútil, preferir lo desechable casual antes que lo dado como aprovechable y necesario. En suma, infectar con una nueva lógica que no remite a la razón productiva, que la rebasa y que la hace insuficiente, carencial. Un comienzo de transvaloración en una época caduca, donde todo lo que hemos aprendido a querer y desear de forma capitalista no da cuenta de lo que seremos. Mostrar que el contra-valor; la inutilidad del arte, la ineficacia del pensar critico, lo no productivo de las relaciones humanas, lo que, en definitiva, el capitalismo condena a la aniquilación o al pasatiempo debe tergiversar lo establecido, deformándolo. El último paso de la estrategia, tergiversar lo dado. Vivir en el resquebrajamiento de crisis capitalista actual pero postulando principios de ordenamiento del mundo de la vida distintos y divergentes. Lo Neobarroco no es ninguna identidad concreta, no es un simple regodeo 24 Echevarria, B. op. Cit. pág. 56.

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ostentoso e improductivo, sino que partiendo del agotamiento del sistema de productividad y riqueza actual trata de dar cabida a pensar desde la proliferación de formas parasitarias y diferentes que rodean a la forma de proceder actual -consumo y producción como deseo ultimo y la someten a un juego de reflejos multiplicados que la deforman, del que no puede dar cuenta. De esta manera, el barroquismo no es un recurso escéptico y hedonista a lo fácil y accesorio, sino una táctica de persecución y huida de lo dado como esencial. 25 Pensar desde el propio cambio que nos ofrece la realidad, ser profundamente superficiales, no respetar lo establecido, animar al reto de desear por sí mismo y no desde una dinámica social establecida que se agota en nuestros días.

25 Echevarria, B. op. Cit. pág. 95.

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