LAS CAUSAS DE LA DECADENCIA ARGENTINA Y COMO REVERTIRLA

1 LAS CAUSAS DE LA DECADENCIA ARGENTINA Y COMO REVERTIRLA Dr. Eduardo Conesa I.-INTRODUCCION Las causas del atraso económico argentino en el último m

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[Publicado previamente en: Jano 98, 1973, 113-114, 117-118, 120 y 123. Editado aquí en versión digital por cortesía del autor, bajo su supervisión, si

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LAS CAUSAS DE LA DECADENCIA ARGENTINA Y COMO REVERTIRLA Dr. Eduardo Conesa I.-INTRODUCCION Las causas del atraso económico argentino en el último medio siglo han atraído la curiosidad de gran cantidad de observadores e investigadores en economía y ciencias sociales, pero hasta ahora las explicaciones no han sido satisfactorias. La investigación a fondo del fenómeno es pertinente porque existe un clamor en la sociedad argentina que exige un mejor nivel de vida que la dirigencia de los últimos sesenta años no ha sabido entregar. Además hay plena conciencia social en el sentido de que las generaciones que nos precedieron vivían mejor, comparando con otros países, no obstante los adelantos de la ciencia universal en la segunda mitad del siglo veinte. A principios de la centuria pasada poblaciones de todo el mundo querían inmigrar a la Argentina. Hoy los nietos y biznietos de esas generaciones inmigrantes quieren emigrar. Una de las mayores dificultades del estudio de las causas del atraso argentino radica en la interferencia de las preferencias políticas del investigador. Por ello es recomendable que toda persona que estudie este problema se desprenda para esta tarea de todo preferencia a favor de conservadores, radicales, peronistas, socialistas, y también de sentimientos de extrema derecha de extrema izquierda que aniden en su cerebro o corazón. Solo así se puede comenzar a entender lo que pasó en nuestro país. Hasta 1940, de acuerdo a las cifras mas autorizadas que hay sobre el ingreso per 1 cápita en todo el mundo, la Argentina , tenía un nivel de vida similar al de Francia y Alemania, aunque debajo del de EEUU Inglaterra y Australia. Es decir que nos encontrábamos entre los países más ricos del planeta. Hoy el nivel de vida argentino es alrededor de la tercera parte del de los cinco países nombrados. Doy por supuesto que las causas de esta decadencia relativa son múltiples y no pretendo presentar una interpretación reduccionista, pero creo sin embargo que podemos adelantar como hipótesis dos causas del atraso, la primera es la organización clientelista del Estado Argentino. Esta es un signo característico de todos los países subdesarrollados y su ausencia es un rasgo saliente de los más avanzados. La segunda consiste en la recurrente sobrevaluación de nuestra moneda, esto último conectado con el cierre de los mercados agrícolas internacionales ocurridos a partir de 1930. En primer lugar analizaremos las cifras de nuestro atraso para tomar conciencia de la magnitud del problema y destacaremos luego de qué manera el clientelismo de nuestro Estado ha sido un determinante importante de ese atraso y, finalmente enfocaremos la cuestión de la sobrevaluación del peso como concausa de nuestra decadencia. Anticipamos desde ahora que según la opinión dominante, las causas de nuestro atraso son muy distintas a las mencionadas en este estudio y en ese sentido se 1 Maddison, Angus, Groningen University, La Economía de Occidente y la del Resto del Mundo: Una Perspectiva Milenaria, Universidad Carlos III de Madrid, www.theworldeconomy.org. Ver también Ferreres Orlando, Dos Siglos de Economía Argentina, Fundación Norte Sur, 2005

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2 mencionan el “fatal estatismo”, la excesiva intervención del Estado en la economía, la falta de seguridad jurídica, la cultura hispánica y católica, o la escasa inversión en activos físicos. Llenando el residuo de Solow Empezamos primero con el encuadre del caso. Tenemos que hacerlo dentro del acerbo de conocimientos hoy aceptados universalmente sobre el desarrollo económico. Los economistas clásicos del siglo XIX atribuían el desarrollo económico principalmente a la acumulación de capital físico, o sea, más fábricas, más tractores, más maquinaria y esto producía un aumento de la producción y en definitiva el desarrollo económico. Esta teoría quedo desacreditada en los años cincuenta por las investigaciones del Profesor Robert Solow2 quien hizo un análisis del desarrollo económico de los EEUU entre el período de mil novecientos a mil novecientos cincuenta, y determinó que en el caso de aquél país, el crecimiento económico se debía solamente en un 12,5% a la acumulación de capital físico y en un 87,5% a un factor residual que el llamó “adelanto tecnológico” ¿Porqué esta falencia de la acumulación de capital para explicar el desarrollo económico? En gran medida por la ley de la productividad marginal decreciente, que es una vieja ley de la economía clásica y que nos dice, por ejemplo, si en un campo de mil hectáreas agregamos un primer tractor, el mismo va a tener un gran productividad, pero, si agregamos un segundo tractor, un tercero, un cuarto, a medida que lo vamos haciendo, vemos que el incremento de la producción es cada vez menor y el aumento de la productividad del último es prácticamente cero. Este es el gran problema que trae la acumulación de capital para explicar el desarrollo económico: la ley de la productividad marginal decreciente. Todo esto es investigado por el Profesor Solow3. Pero su problema es cómo llenar ese enorme residuo del 87%. Así empezaron a surgir las teorías de los economistas tratando de dar contenido al 87% residual. Se han escrito miles de artículos para explicarlo, pero la conclusión mas importante fue que, lo que está en juego en ese 87% es la acumulación de capital humano, que básicamente es la educación, el conocimiento que anida en el cerebro de los seres humanos, cuyo nivel es muy diferente en los distintos países. El problema era cómo se mide el capital humano. Después de mucha econometría y discusiones4, se ha llegado a la conclusión que, la mejor forma de medirlo es partiendo de la población de un país en edad de asistir a la escuela secundaria y obteniendo el porcentaje de asistencia efectiva a la escuela. Por ejemplo, un país en el que solo un 5% de los jóvenes de doce a dieciocho años de edad concurre a la escuela secundaria es un país con muy poco capital humano; en EEUU ese porcentaje es del cien por cien. Por supuesto que también se puede utilizar la participación en la educación universitaria y en la primaria, o se puede hacer un promedio de todo. Sin embargo, la que estadísticamente tiene mas impacto es la concurrencia a la escuela secundaria. El encuadre de nuestra contribución Dentro del enorme residuo de Solow, presentamos en este estudio dos hipótesis que pueden servir para rellenarlo. La primera encuadra en la consabida tesis sobre el capital humano como factor clave pero mas concretamente apunta a explicar a su vez 2 Solow, Robert, Technical Change and the Aggregate Production Function, RES,vol XXIV, 1957 3 Solow, Robert, A Contribution to the Theory of Economic Growth, 1956, reproducido en “Readings in the Modern Theory of Economic Growth”, de Stiglitz y Uzawa, Editores, The MIT Press, 1969. 4 Mankiw G, Romer D, y Weil D, A Contribution to the Empirics of Economic Growth, QJE, mayo de 1992

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3 cual es el factor inductivo más importante para la formación de ese capital humano. Esta es la primera parte de nuestra contribución. Pienso que el entusiasmo por la educación y por el estudio, no surgen espontáneamente en todos los pueblos con la misma intensidad. Es mucho mas grande en aquéllos países donde el Estado dá el ejemplo y recluta a sus empleados sobre la base de sus conocimientos. En aquellos donde para entrar en la carrera de funcionario del Estado hay que pasar un riguroso e igualitario examen inicial. En aquellos donde los candidatos a funcionarios son los mejores jóvenes recién graduados de abogados, ingenieros, economistas, médicos, administradores públicos o la profesión de que se tratare. Típicamente entre los 22 y 25 años de edad. Entonces se inicia la carrera administrativa sin nombramientos de favor, ni amiguismo, ni política, ni parentesco con senadores, ni diputados, o ministros, sino en función del esfuerzo, el estudio, la inteligencia y el mérito individuales de los candidatos. A su vez, como el Estado provee alrededor del veinticinco al treinta por ciento del empleo en todos los países, dado que la mayoría de los puestos de trabajo son los públicos, entre ellos por ejemplo los de la justicia, los de los distintos ministerios, el ejército, la policía etc, el impacto de la meritocracia es arrollador. Sostenemos que cuando el Estado da el buen ejemplo en el reclutamiento de su personal, toda la sociedad se entusiasma por la formación de capital humano, por la educación, por el conocimiento y ello posibilita la acumulación. Esta es la esencia de una de la tesis que estamos presentando. Por supuesto, a su vez surge la pregunta acerca de la “causa” de esa legislación tan exigente que reglamente el ingreso a la función pública y la posterior carrera administrativa. La respuesta es que en la historia de algunas naciones, ante determinados peligros, surgieron estadistas clarividentes con poder político que vieron las ventajas institucionales a largo plazo de la meritocracia e instalaron este sistema. Así por ejemplo los reyes de Prusia en el siglo XVVIII. También el emperador Meiji en el Japón de fines del siglo XIX5 y luego en ese país, el mismísimo general Macarthur en 1945 quien opinaba que el régimen militar es en el fondo una meritocracia socialista y por eso, por afinidad profesional, impuso en el Japón una meritocracia civil que actuaba en el interés de la sociedad en su conjunto6 En esta tarea fue secundado eficientemente por su ministro japonés Yoshida. Debe destacarse también que los numerosos estadistas que gobernaron Inglaterra circa 1850 y Estados Unidos circa 1883-1900 eliminaron el clientelismo. Cabe tener presente que la idea de meritocracia siempre estuvo en la esencia de esa última nación y sin duda fue la base de su repugnancia al clientelismo y una de las causas de su crecimiento, pues como decía acertadamente la revista The Economist: ”Los Estados Unidos gustan pensarse a sí mismos como la misma corporización de la meritocracia: un país donde la gente es juzgada sobre la base de sus capacidades individuales antes que sus contactos familiares. Las colonias originales fueron asentadas por refugiados de Europa en la cual las restricciones a la movilidad social estaban entrelazadas con la fabrica del Estado, y la revolución americana era en parte una reacción contra el feudalismo. Desde el comienzo los norteamericanos creyeron que la igualdad de oportunidades les daba a ellos una ventaja sobre el viejo mundo, liberándolos de debilitadores 5 http://en.wikipedia.org/wiki/Meiji_Emperor#Meiji_Restoration 6 The military is, in this sense, a socialist meritocracy. ... am often reminded of Douglas MacArthur's observation, shortly after arriving in postwar Japan, www.jameswebb.com/articles/ variouspubs/weeklystandard.htm - 48k -

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4 snobismos y al mismo tiempo potenciando a cada uno para beneficiarse de las capacidades de toda la población. Ellos todavía lo piensan así. Para estar seguros, los norteamericanos a menudo han traicionado sus magníficos ideales. Los padres fundadores no admitían a las mujeres y a los negros en su republica meritocrática. Las elites del país frecuentemente jugaron con el principio aristocrático, así por ejemplo, los brahmins de Boston o, mas flagrantemente, la clase dirigente rural del Sur. Sin embargo, los norteamericanos han sido repetidamente exitosos en vivir con su mejor esencia y hoy día la mayoría de los estadounidenses creen que su país todavía hace un razonable trabajo en la provisión de oportunidades para todo el mundo, incluyendo los negros y las mujeres. En Europa, la mayoría de los pueblos en todos los países, excepto en Inglaterra, la republica Checa y Eslovaquia, creen que fuerzas mas allá de su control personal determinan su éxito. En los Estados Unidos 7 solamente el 32% toma esta visión fatalística”. El general De Gaulle en la Francia de 1945; el Mariscal Chiang Kai Sheck en Taiwán8 en el decenio de 1950; el General Park Chung Hee en Corea del Sur en el

7 The Economist, del 29 de diciembre del 2004 (traducción del autor) 8 En Taiwan existe un Poder del Estado de igual jerarquía que el Judicial para velar por la pureza del proceso de selección de los funcionarios públicos. Así el art. 83 de su Constitución dice: El Yuan de examen es el organismo supremo de examen del Estado y tendrá jurisdicción sobre los asuntos relativos a los exámenes de selección, nombramiento, registro, control de las fojas de servicio, escalafón, salarios, promociones y traslados, protección de empleos, recomendaciones, asignaciones familiares, retiro, jubilación y pensión de vejez de los empleados públicos." Por su parte el art. 85 de la misma Constitución dice: La selección de los funcionarios públicos se hará por un sistema de exámenes públicos. Los exámenes tendrán lugar en diferentes regiones, con el número de candidatos asignados separadamente para las diferentes y regiones. Nadie podrá desempeñar un cargo público sin ser calificado por examen. Con respecto a Corea, en volumen del Banco Mundial titulado East Asian Economic Miracle, Oxford University Press, 1991, p. 176, se lee con referencia a a labor institucional del Presidente Park Chung Hee: Dándose cuenta de la necesidad de una burocracia competente y honesta que lo ayudase a poner a Corea en la jerarquia de los países industrializados, Park reorganizó el servicio civil y reemplazó el spoils system que había gobernado la administrción del personal con un sistema basado en el mérito. El control de las actividades de los servidores públicos mejoró y el reclutamiento y la promoción fueron fundados en la capacidad y el desempeño. Se introdujo un sistema de jubilaciones estructurado de manera similar al japonés para alentar a los individuos más brillantes a

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5 decenio de los sesentas del siglo XX impusieron la meritocracia en sus respectivos países. A su vez la ausencia notoria de una meritocracia estatal nombrada y ascendida sobre bases de una rigurosa competencia que institucionalice el sistema, fomente el talento y descarte simples criterios de “lealtad” típicos de la clientela partidaria, determinó la caída estrepitosa del Estado Soviético en 1989. La segunda parte de mi contribución apunta a otra muy importante manera de llenar el residuo de Solow. Dicha manera tiene que ver con el comercio exterior, la apertura de la economía y el tipo de cambio real. Adelantamos aquí que la historia económica del siglo XX registra casos de países que a pesar de tener una acumulación considerable de capital humano como Alemania e Inglaterra retrocedieron económicamente de manera lamentable en el decenio de los años veintes debido a fuertes sobrevaluaciones cambiarias9. Y por otra parte, están los casos de países asiáticos que comenzaron su proceso de desarrollo económico con un capital humano poco significativo, como Corea del Sur, pero con apertura de la economía y tipo de cambio real muy alto y tuvieron un éxito espectacular. Estos hechos nos obligan a plantear la hipótesis del comercio exterior, la apertura de la economía y el tipo de cambio real como factores vitales detrás del desarrollo económico. II.-CRECIMIENTO DEL PBI PER CAPITA: COMPARACIONES CON ARGENTINA DESDE 1900 HASTA 2004 Antes de entrar de lleno en las cuestiones del impacto de clientelismo y del tipo de cambio real sobre el crecimiento conviene tener presente la magnitud y las cifras del atraso relativo de nuestro país comparado con otros. Para ello nada mejor que valernos de Gráficos. En el Grafico 1 comenzamos con el crecimiento comparado del PBI per capita entre Argentina, Brasil y Chile partiendo de 1900 y terminando en el 200410. La Argentina tenía en 1900 un nivel de vida cuatro veces más alto que el de Brasil y 50% mas elevado que el de Chile. Sin embargo, Brasil recuperó terreno con un crecimiento extraordinario durante los gobiernos militares, bajo la aparente guía inicial de la CIA, desde 1965 hasta 1984. Es sabido que el entonces agregado militar norteamericano coronel Vernon Walters prácticamente dirigió entre bambalinas el golpe de Estado que derrocó a al Presidente Joao Goulart en 1964. En 1984 Brasil volvió a la democracia pero su PBI per capita se estancó desde 1985 hasta el 2004. Chile por su parte tuvo un desempeño claramente inferior al de Argentina hasta 1982, a pesar de que el crecimiento argentino fue extremadamente pobre. Pero a partir de 1984 Chile comenzó a crecer en serio. Todavía gobernaba el General Augusto Pinochet quien terminó su gobierno en 1990. Y desde allí los gobiernos permanecer en la burocracia. Este plan indujo una aguda competencia entre los burócratas y mejoró la ética del trabajo. Por lo demás, la idoneidad de los funcionarios públicos de carrera está bien documentada en el libro de Mason, Kim, Perkins, Kim y Cole titulado The Economic and Social Modernization of the Republic of Korea , Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 1980. p. 253, 254, 265, y 274, entre otras. 9 Conesa, Eduardo, Macroeconomía y Política Macroeconómica, La Ley, Tercera Edición, 2006, p. 28 y 34 10 Maddison, Op. Cit.

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6 democráticos, hasta el 2004, continuaron con excelente desempeño. Ese desempeño superior tiene ya 20 años de duración continuados, lo cual permitió al vecino trasandino superarnos finalmente en PBI per capita hacia 1998. GRAFICO 1 PBI PER CAPITA DESDE 1900 A 2004. ARGENTINA, BRASIL Y CHILE ARGENTINA

BRASIL

CHILE

12000

10000

8000

6000

4000

2000

1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2

9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 0

0 0 0 0 1 1 1 2 2 2 3 3 3 3 4 4 4 5 5 5 6 6 6 6 7 7 7 8 8 8 9 9 9 9 0

0 3 6 9 2 5 8 1 4 7 0 3 6 9 2 5 8 1 4 7 0 3 6 9 2 5 8 1 4 7 0 3 6 9 2

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El quiebre abrupto de la política económica chilena se dio en 1983-84 dentro del gobierno de Pinochet, desde la muy mala economía del General desde 1973 hasta 1982 hasta la excelente luego de 1983, después de que la Argentina se lanzó a la reconquista de Malvinas. Esta guerra valorizó estratégicamente a Chile a los ojos de la NATO. Nuestro vecino allende los Andes comenzó a seguir, a partir de entonces, los consejos estratégicos del Departamento de Estado y de la CIA en materia de política económica, e inauguró así una política de tipo de cambio real alto y finanzas publicas sanas. Así fue que Chile pudo superar ampliamente a la Argentina en el ingreso per cápita circa 1998 según puede verse en el Grafico 1 según las cifras de Maddison. Además Chile fue el primer país sudamericano que ingresó al NAFTA, the North American Free Trade Association, lo cual le abrió el enorme mercado norteamericano con lo cual el país podrá consolidar su tasa de crecimiento a largo plazo. Si la Argentina no lleva a cabo una política de crecimiento igualmente inteligente, tendrá serios problemas en el largo plazo con la adhesión de la Patagonia

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7 y las provincias andinas del oeste, las que dudarán entre la conducción de Santiago y la de Buenos Aires, ante la evidencia irrefutable de la ineptitud de nuestro actual sistema de gobierno fundado en el mero clientelismo de asalto al Estado por hordas famélicas de militantes partidarios a la búsqueda del goce rentístico del puesto público prebendario. GRAFICO 2 PBI PER CAPITA DESDE 1900 A 2004. ARGENTINA, FRANCIA, ITALIA Y ESPAÑA

ARGENTINA

ESPA„A

ITALIA

FRANCIA

25000

20000

15000

10000

5000

19 0 19 0 0 19 4 0 19 8 1 19 2 16 19 2 19 0 2 19 4 2 19 8 3 19 2 36 19 4 19 0 4 19 4 4 19 8 5 19 2 5 19 6 60 19 6 19 4 6 19 8 7 19 2 7 19 6 8 19 0 8 19 4 8 19 8 9 19 2 9 20 6 00

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En el Grafico 2 tenemos otra comparación: en este caso de Argentina con tres países latinos de similar nivel cultural, religioso y racial: España Italia y Francia. La Argentina en 1900 tenía un ingreso per capita similar al de Francia y continúa emparejada con este país hasta el año 1940 en el que Francia. cae derrotada, pero la gentil tierra de Galia se recupera rápidamente a partir de 1945 y nos alcanza en PBI per capita hacia 1952 llegando en el 2004 a ostentar un PBI per capita tres veces superior al nuestro. Algo similar ocurre con Italia, país que en 1900 muestra un PBI per cápita claramente inferior al Argentino pero que nos alcanza hacia 1960, llegando finalmente al 2004 con un PBI per capita 2 veces y media superior al argentino. Cabe dejar constancia que ambos países, Francia e Italia, crecieron extraordinariamente en la posguerra bajo regímenes completamente democráticos.

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8 Todavía tenemos el caso español, país que recién empieza a crecer extraordinariamente a partir del año 1958 y sigue a fuerte ritmo hasta 1975, durante la autocracia del Generalísimo Francisco Franco. A mediados de los setentas el PBI per cápita español alcanza al argentino, que había sido menos de la mitad del nuestro durante todo el siglo XX. Después de aquella fecha se produce la transición democrática que genera un aplanamiento en la curva del crecimiento claramente visible en el Grafico 2. Pero hacia fines del decenio de los ochentas España consiguió entrar al Mercado Común Europeo y el impacto de las instituciones europeas le dió un nuevo impulso al crecimiento español cuyo ingreso per capita en la actualidad es el doble del argentino. Luego tenemos mas comparaciones aun para convencernos del lamentable estancamiento de nuestro país en el período 1950-2004: GRAFICO 3 PBI PER CAPITA DESDE 1900 A 2004. ARGENTINA, USA, INGLATERRA, Y AUSTRALIA

ARGENTINA USA

INGLATERRA AUSTRA

35000

30000

25000

20000

15000

10000

5000

19 1900 1904 1908 1912 1916 1920 1924 1928 1932 1936 1940 1944 1948 1952 1956 1960 1964 1968 1972 1976 1980 1984 1988 1992 2096 2000 04

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El Gráfico 3 muestra que EEUU, Inglaterra y Australia. siempre tuvieron un nivel de vida más alto que la Argentina, pero la diferencia en año 1900-1940, no era grande. Los cuatro países estaban bastante pegados. Luego EEUU se despega del grupo durante y después de la segunda guerra mundial y Australia e Inglaterra continúan 8

9 creciendo a un nivel similar, un poco más alto el australiano que el inglés. Pero la Argentina queda atrasada hacia el 2004 con un nivel de vida igual a la cuarta parte del estadounidense y la tercera parte del inglés y australiano. Y seguimos con una última comparación, esta vez con países mas exóticos, lejanos y algo extraños a nuestra cultura: Alemania, Japón y Corea. Los dos primeros tienen ambos una muy fuerte caída en su nivel de vida con motivo de su derrota en la segunda guerra mundial que puede verse en los años 1944-45. Por otra parte los PBI per cápita alemán y argentino fueron muy similares desde 1900 a 1940. Argentina empieza a fracasar después de la segunda guerra mundial con el gobierno del General Perón, que entre otras siguió una política de fuerte sobrevaluación del peso. Alemania por el contrario tuvo un resurgimiento impresionante en esa época acompañada de un tipo de cambio real muy alto. En el Gráfico 4 el crecimiento alemán contrasta fuertemente con la línea argentina que tiende a aplanarse. También puede observarse que Alemania tendió a estancarse en el decenio de los noventa porque debió absorber a Alemania del Este y esto ha tenido un costo importante, y por eso la línea alemana tiende a aplanarse hacia la derecha del gráfico. Además, desde ya adelantamos que por acción de una ley universal de la economía, todos los países cuando llegan a un nivel alto de ingreso per cápita tienden a aminorar su tasa de crecimiento. GRAFICO 4 PBI PER CAPITA DESDE 1900 A 2004. ARGENTINA, ALEMANIA, JAPON Y COREA ARGENTINA

ALEMANIA

COREA

JAPON

25000

20000

15000

10000

5000

19 1900 0 19 4 1908 1912 1 19 6 2 19 0 1924 2 19 8 1932 1936 4 19 0 1944 4 19 8 1952 1956 6 19 0 1964 1968 7 19 2 7 19 6 8 19 0 1984 1988 9 19 2 2096 00

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10 El caso de Japón es paradigmático ya que partiendo de un nivel de vida equivalente a un tercio del nuestro en el año 1900, después de la segunda guerra mundial, tiene un crecimiento realmente notable y en el 2004 nos llegó a superar con PBI per cápita cuatro veces mayor. Y esto se hizo bajo un régimen democrático muy interesante porque fue impuesto a la fuerza por el General Douglas MacArthur con la ayuda del premier Yoshida. Inmediatamente después de ocupar Tokio e instalarse en el gran edificio de una compañía de seguros, el comandante de las fuerzas de ocupación recibió la visita del Emperador. Este le comunicó que él, el Emperador, era el único responsable de todos los crímenes de guerra cometidos porque él dio todas las ordenes y no sus generales y almirantes que solamente las cumplieron. El general norteamericano escuchó pero fusiló a todos los altos mandos militares y, sin embargo, al Emperador no lo tocó. Dictó una nueva Constitución y lo dejó como símbolo de la Nación pero sin poderes de gobierno, traspasando la soberanía al pueblo y estableciendo un sistema democrático, donde gobiernan los partidos políticos. Pero conociendo que los partidos políticos son organizaciones débiles y propensas a ser copadas por mafias y grupos de presión no siempre aptos para la función del bien común, el General estableció, como contrapeso, un sistema de meritocracia estrictísimo para la administración pública japonesa, donde el Primer Ministro de Japón elegido por el voto popular nombra solamente a sus Ministros y Secretarios de Estado, pero no puede nombrar a nadie en la administración publica, excepto cuatro funcionarios del partido ganador de las elecciones. Todos los demás funcionarios del Estado son nombrados por exámenes y ascienden por carrera administrativa. Este sistema, unido a un tipo de cambio real muy alto, también establecido por MacArthur, fue uno de los factores que más contribuyó al crecimiento del Japón de la posguerra y al afianzamiento de la democracia, sistema de gobierno que no estaba en las tradiciones japonesas. Por último, en el Gráfico 4 tenemos a Corea, país de un nivel de vida realmente paupérrimo hasta el decenio de los sesentas del siglo XX. Sin embargo a partir de 1961 siguió una política del tipo de cambio alto y de meritocracia en la administración pública bajo la Presidencia (1961-1979) del General Park Chung Hee, apoyado por Estados Unidos. Y tuvo también un crecimiento espectacular desde 1961 al 2004, al punto que ahora nos duplica en PBI per cápita. IV.-COMPARACIONES DEL PBI PER CAPITA EN CORTES TRASVERSALES: 1900-1920-1940-1960-1980 Y 2004 El tema de la decadencia argentina es desfigurado por algunos ideólogos de la historia política a los cuales les agrada cuestionar la organización social y política del país de 1880-1940. Sin embargo las cifras muestran una realidad distinta: esos años fueron muy buenos años para la Argentina como nación, comparativamente hablando, se entiende. Las estadísticas no mienten. No cabe duda alguna que los años de gloria de la economía Argentina en materia de crecimiento y bienestar, repito, comparativamente hablando, fueron los de 1880-1940. Durante estos años hubo gobiernos que podríamos calificar de conservadores, excepto en 1916-22 y 1928-30. Puede ser cierto que la distribución de la renta no fuera equitativa, pero es seguro que era más progresiva que en la actualidad. Quizá la tierra debió ser distribuida igualitariamente en porciones medianas siguiendo el modelo del “homestead” norteamericano, pero en esa época vinieron mas de 3.3 millones de inmigrantes a la Argentina desde Italia, España, Francia, Irlanda, Alemania, Rusia y otros países donde evidentemente estaban peor. No es concebible pensar que

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11 grandes masas de inmigrantes busquen peores condiciones de vida en la Argentina de esos años, sobre todo en cuanto a perspectivas futuras. En cuanto al presunto elitismo del sistema político de 1860-1940, también se exagera. El presidente Sarmiento era de origen humilde e instituyó un sistema educativo igualitario, que fue el más sólido fundamento de la democracia en la Argentina. El presidente Victorino de la Plaza era un indio salteño. Hipólito Yrigoyen era nieto de un mazorquero de Rosas y él mismo fue comisario de Balvanera. El general Agustín Pedro Justo, Presidente de 1932 a 1938 era nieto de inmigrantes genoveses de apellido “Giusto”. De igual manera el Presidente Roberto M. Ortiz (1938-41) era hijo de inmigrantes vascos. El General Perón comenzó a actuar en cargos importantes de la dirigencia argentina en el decenio de 1930 con el golpe del General Uriburu, y luego fue edecán del Ministro de Guerra del Presidente Justo, el General Manuel A. Rodríguez. Más tarde en el mismo decenio de 1930 se desempeñó como agregado militar en Italia, lo cual le permitió observar de cerca los entresijos del poder interno de la Argentina y del mundial. Todo esto siendo además hijo natural de la modesta aborigen Juana Sosa. Es que las Fuerzas Armadas, poseedoras de un sistema de carrera y nombramientos por mérito, eran en realidad una formidable maquinaria de rotación social y renovación de la dirigencia. Este sistema de promoción y renovación de las cúpulas debió ser extendido comprendiendo a la burocracia civil, cosa que no llegó nunca a plasmarse en nuestro país. El año corte transversal del año 1900 confirma que la Argentina tenía un nivel de ingreso per cápita muy por arriba del de Brasil, Chile, Italia y España e igual al de Francia y Alemania, pero ciertamente inferior a Australia, Inglaterra y EEUU. GRAFICO 5 CORTE TRANSVERSAL DEL PBI PER CAPITA COMPARADO EN 1900

5000 4500 4000 3500 3000 2500 2000 1500 1000

FRANCIA

JAPON

COREA

ALEMANIA

AUSTRALIA

INGLATERRA

USA

ITALIA

ESPA„A

CHILE

BRASIL

0

ARGENTINA

500

11

12 En 1920 se mantiene más o menos la situación de 1900. Argentina, solamente ostenta un PBI per capita inferior al de EEUU, Australia, e Inglaterra y su nivel es algo superior al de Francia y Alemania, países que se habían desangrado en una guerra devastadora y que habían firmado el tratado de Paz de Versailles, con pesadas reparaciones de guerra que Alemania debía pagar a los aliados, especialmente a Francia, cuyo cumplimiento resultó imposible según predijera John Maynard Keynes en aquellos tiempos. GRAFICO 6 CORTE TRANSVERSAL DEL PBI PER CAPITA COMPARADO EN 1920

6000

5000

4000

3000

2000

1000

FRANCIA

JAPON

COREA

ALEMANIA

AUSTRALIA

INGLATERRA

USA

ITALIA

ESPA„A

CHILE

BRASIL

ARGENTINA

0

En el corte trasversal de 1940 permite visualizar todavía esta preeminencia de la Argentina, aunque estamos ahora a un nivel algo inferior al de Francia y Alemania, países que se habían recuperado del desastre de la primera guerra mundial. Respecto de Alemania es conveniente destacar que el dictador Adolfo Hitler, un ex cabo de escasa cultura, llegó al poder por vía democrática electoral en 1932 y tuvo notables aciertos en la política macroeconómica por cuanto consiguió rápidamente el pleno empleo en el primer año de su gobierno en 1933-34 y una fuerte alza en el PBI per cápita que fue del 47% desde 1932 hasta 1937 implicando una tasa de crecimiento del 7% anual en esos años. Este éxito macroeconómico se vió magnificado por el opuesto desastre que fue la conducción macroeconómica de Alemania en los años veintes y lo convirtió en un semi-dios a los ojos de muchos de sus compatriotas, posibilitando así una concentración de poder enorme que lo llevó a cometer grandes errores que terminaron en una derrota catastrófica de ese país en 1945. La enseñanza que dejó el caso alemán es que el éxito macroeconómico en manos de gobernantes del tipo “mono con navaja” puede ser letal para cualquier país, independientemente del nivel cultural medio de la población. En el nuestro, el decenio de 1990 se parece al alemán de 1920 por el triunfo categórico sobre la hiperinflación, pero también por las debacles del alto desempleo y el endeudamiento externo, en tanto que el resurgimiento económico esperanzador de 2002-2007 se parece al crecimiento alemán de 1932-37. 12

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El corte transversal del Grafico 7 referido al año de 1940 permite observar también la caída de España, país que sufrió la terrible guerra civil de 1936-39 con un millón de muertos y fuerte destrucción de su aparato productivo. Como consecuencia, el PBI per cápita argentino casi duplicó al español en ese período. Puede observarse que el ingreso per cápita de Argentina se mantuvo claramente superior al de Italia y Chile y Japón. Con respecto a Brasil y Corea nuestro ingreso per cápita era cuatro veces mayor. Como dijimos antes, algunos escritores, sobre bases mas bien subjetivas e ideológicas y bastante “wishful thinking” cuestionan la idea de que la Argentina fuera un país avanzado en 1940. Pero las cifras referidas de Angus Maddison11 en los gráficos que presentamos lo desmienten categóricamente. Incluso desde el punto de vista cualitativo hay gran abundancia de opiniones imparciales de observadores extranjeros que visitaron nuestro país, como fue el caso del prestigioso periodista norteamericano Jack Gunther12quien escribía en 1940 en un libro descriptivo de las americas: Ahora venimos a la Argentina que es la clave de todas las cosas. Aquí está el mas rico Estado de América latina, el más poderoso y el mas progresista desde el punto de vista material. Es el menos americano de los países del hemisferio, porque sus raíces, sus instintos, sus mercados han sido principalmente europeos; a veces parece casi una proyección de Europa en el hemisferio occidental. Es un país fieramente sensitivo a las afrentas y profundamente orgulloso de su nacionalismo y su reconocida misión, cual es la de ser el Estado dominante en América latina. Es el país donde el bife es el rey y donde Buenos Aires es la resplandeciente reina. También obras objetivas muy documentadas de autores nacionales avalan la consideración y el prestigio que inspiraba la Argentina en el mundo de aquellos tiempos, como por ejemplo surge de la siguiente cita: En el centenario de la Revolución de Mayo la Republica Argentina había logrado una posición relevante en la comunidad internacional donde pocos estados podían considerarse soberanos. El mundo se dividía entre fuertes y débiles. Estábamos en el pequeño grupo de los fuertes y ninguna potencia imaginaba siquiera que nuestros gobiernos no trataran a las grandes potencias de igual a igual. Eramos independientes como pocos estados lo podían ser …13

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Maddison, Op.Cit.

12 Gunther, Jack, Inside Latin America, chapter XIX, The Argentine Complex, p. 282 13

Lanús Juan Archibaldo, Aquel Apogeo. Politica Internacional Argentina 1910-1939, Emecé, 2001, p. 299

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14 GRAFICO 7 CORTE TRANSVERSAL DEL PBI PER CAPITA COMPARADO EN 1940

8000

7000 6000

5000 4000

3000

2000 1000

FRANCIA

JAPON

COREA

ALEMANIA

AUSTRALIA

INGLATERRA

USA

ITALIA

ESPA„A

CHILE

ARGENTINA

BRASIL

0

En el Grafico 8 referido al corte transversal de 1960 comienzan a verse las consecuencias de las políticas erradas de los decenios de los cuarenta y cincuentas: vemos como la Argentina se va quedando más atrás pero todavía estamos en una posición mejor que España, Chile, Japón y Corea. GRAFICO 8 CORTE TRANSVERSAL DEL PBI PER CAPITA COMPARADO EN 1960 12000

10000

8000

6000

4000

2000

FRANCIA

JAPON

COREA

ALEMANIA

AUSTRALIA

INGLATERRA

USA

ITALIA

ESPA„A

CHILE

BRASIL

ARGENTINA

0

Entre los grandes hechos macroeconómicos argentinos de la segunda mitad de los cuarentas y primera mitad de los cincuentas debe mencionarse la sobre-valuación de nuestra moneda con sus consecuencias devastadoras en el sistema de asignación de los recursos y su contrapartida de manejo arbitrario de los permisos de cambio y su

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15 añeja corrupción. Pero sobre todo el peso sobrevaluado generó la llamada limitación externa al desarrollo (“Foreign exchange constraint”) GRAFICO 9 CORTE TRANSVERSAL DEL PBI PER CAPITA COMPARADO EN 1980 20000 18000 16000 14000 12000 10000 8000 6000 4000 2000

FRANCIA

JAPON

COREA

ALEMANIA

AUSTRALIA

INGLATERRA

USA

ITALIA

ESPA„A

CHILE

BRASIL

ARGENTINA

0

Hacia 1980 superaban a la Argentina en PBI per capita no solamente EEUU, Australia, Inglaterra, Alemania y Francia como en 1960 pues nos superaron además Italia, Japón y España. Solamente mantuvimos un ingreso per capita superior al de Chile, Brasil y Corea. ¿Qué elementos pesaron en el atraso económico de 1980? Indudablemente el carácter cíclico “stop and go” de nuestro crecimiento ya que el país atravesó fuertes recesiones en 1962-63, en 1966, en 1975, y en 1977-78. Para colmo de males el Ministro de Economía del proceso militar, el Dr. José Alfredo Martínez de Hoz, quien tuvo poderes extraordinarios y pudo constituirse en el refundador del desarrollo argentino, erró garrafalmente en su enfoque asesorado por egresados en Economía de Chicago y Minnesotta nombrados por él en el Banco Central, y volvió a cometer el grave error de sobrevaluar fuertemente nuestro peso, lo cual aumentó enormemente la vulnerabilidad externa de nuestra economía y determinó que nuestra deuda externa que era de 9 mil millones de dólares en 1976, se multiplicara por cinco alcanzando 45 mil millones en 1983. También debe mencionarse que a comienzos de los años setenta Inglaterra entró al Mercado Común Europeo con lo cual se nos cerró el último gran mercado libre que nos quedaba para nuestras exportaciones tradicionales. En realidad el proteccionismo agrícola mundial generalizado vigente en la posguerra y acentuado a partir del establecimiento del Mercado Común Europeo en 1957 fue perjudicial para nuestro crecimiento en toda la segunda mitad del siglo XX y extendiéndose hasta la actualidad. Llegamos así al corte transversal de 1990 donde también nos sobrepasó en PBI per cápita Corea del Sur y nos alcanzó Chile. Nuestro ingreso quedó solamente superior al de Brasil, país que en los ochentas y noventas tuvo una muy mediocre política 15

16 económica y cuyo crecimiento per capita desde 1984 hasta el 2004 fue del cero por ciento anual. Así fue que en el peor momento, nuestra conducción política y económica nos unió al Brasil en el abrazo mortal del MERCOSUR, precisamente en el período en que Brasil dejó de crecer, y por lo tanto mal podía ser la locomotora del desarrollo argentino. GRAFICO 10 CORTE TRANSVERSAL DEL PBI PER CAPITA COMPARADO EN 1990 25000

20000

15000

10000

5000

IA AN C FR

JA PO N

R EA C O

IA

IA

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A

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IL E C H

BR AS IL

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0

En 1990 sufrimos las consecuencias de la errónea política económica de ambos regímenes, el autocrático del proceso militar terminado en 1983, como el democrático del Presidente Dr. Raúl Alfonsín, quien reivindicando la representación de un clientelismo político llevado a su paroxismo, se ocupó de colocar a sus partidarios en el gobierno en detrimento de las finanzas publicas y de la idoneidad en el Estado. El exceso de gasto público improductivo y el enorme déficit fiscal, el cuasi-fiscal y el crédito hipotecario para radicales a tasas de interés harto negativas resultante, terminaron provocando una hiperinflación de 4984% en el año 1989. El Presidente Dr. Alfonsín ante el colapso económico resultante se vió obligado a entregar el poder a su sucesor con seis meses de anticipación el 10 de julio de 1989. El radical cometió además el grave error de hacer convalidar como legítima la deuda externa contratada sin autorización del Congreso en 1976-83, cuando tuvo una oportunidad única para cuestionarla con fuerte autoridad moral y jurídica, dado el original juicio que había hecho a las Juntas Militares que lo precedieron. Lo cierto es que después de estos desaguisados y de las recesiones de 1981-82 y 1988-89, el PBI per cápita de 1990, era en términos reales, un 20% inferior al de 1980, un hecho inédito en la historia económica mundial.

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17 GRAFICO 11 CORTE TRANSVERSAL DEL PBI PER CAPITA COMPARADO EN 2004 35000

30000

25000

20000

15000

10000

5000

FRANCIA

JAPON

COREA

ALEMANIA

AUSTRALIA

INGLATERRA

USA

ITALIA

ESPA„A

CHILE

BRASIL

ARGENTINA

0

Llegamos así al año 2004 donde Chile también nos ha superado en PBI per cápita. Nuestro ingreso per capita supera solamente al brasileño. Brasil no nos sobrepasó simplemente porque como dijimos antes, la política económica del los gobiernos democráticos desde 1984 hasta el 2004 que sucedieron a los militares de ese país (1964-1984) fue inadecuada, como lo demuestran sus resultados: el PBI per capita de nuestro gigante vecino creció al cero por ciento anual en 1984-2004, después de haber crecido al 6% acumulativo anual en 1964-1984

Durante el decenio de 1990 se inauguró en la Argentina una política de liberalización de la economía con privatizaciones y reducción de las actividades estatales, todo acompañado de una fuerte sobrevaluación cambiaria de más de 10 años de duración que destruyó literalmente a miles de pequeñas empresas industriales y agrícolas y generó un desempleo que sumado al subempleo llegó al 40% de la fuerza de trabajo. Y además de ello, se quintuplicó la deuda externa neta. En efecto, la deuda externa debió reducirse en 30 mil millones de dólares por el producido de las ventas de las empresas del Estado, y, en cambio, aumentó en 100 mil millones. La consecuencia de estas políticas fue la recesión de 1998-2002, la más profunda y dañina que registra toda la historia argentina, comparable en muchos aspectos a la terrible depresión norteamericana de los años treinta, y a las inglesas y alemana del decenio de los años veintes. Los Gráficos anteriores ponen en evidencia que la Argentina tiene un grave problema. Indican que hay algo que está muy mal en nuestra sociedad y debe ser corregido. ¿Pero qué es lo que está mal? Hay muchas explicaciones. Algunas tienen algo de verdad pero que carecen de rigor científico y deben ser descartadas. Por ejemplo, hay quien echa la culpa de nuestro subdesarrollo a la cultura latina,

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18 hispánica, o al catolicismo14. Pero ¿Cómo explicar entonces el imponente crecimiento de España durante la dictadura ultramontana del Generalísimo Francisco Franco desde 1958 hasta 1975? ¿Como explicar entonces el extraordinario crecimiento de Italia, Francia, Bélgica y mas recientemente Irlanda en la posguerra, todos países ultra-católicos y los tres primeros, además latinos? ¿Como explicar entonces nuestro propio brillante desempeño en 1880-1940 cuando los valores tradicionales estaban mucho mas arraigados? Otra idea simplista, poco científica o convincente que circula es inculpar a los gobiernos militares más allá de los errores que cometieron. Pero desde 1983 no hubo gobiernos militares en la Argentina y sin embargo la decadencia argentina se acentuó. Por otra parte en Brasil (1964-84), Corea (1961-1979), Taiwán (1958-78) y España (1958-75) tuvieron sus “take-off” y sus mejores años de crecimiento durante gobiernos militares. Menos que menos las formas de gobierno estrictamente democráticas como tales pueden ser inculpadas porque hemos visto en la posguerra el extraordinario crecimiento de verdaderas democracias no clientelistas como EEUU, Inglaterra, Australia, Francia, Alemania e Italia. CUADRO 1.-RESUMEN ATRASO RELATIVO DE ARGENTINA EN PBIPC 1900 1920 1940 1960 1980 1990 2003

ARG BRA CHI ESP ITA FRA UK USA AUTL ALE JAP COR 2,756 678 2,194 1,786 1,785 2,876 4,492 4,091 4,013 2,985 1,180 3,473 963 2,768 2,177 2,587 3,227 4,548 5,552 4,766 2,796 1,696 1,092 4,161 1,250 3,236 2,080 3,505 4,042 6,856 7,010 6,166 5,403 2,874 1,600 5,559 2,335 4,270 3,072 5,916 7,546 8,645 11,328 8,791 7,705 3,986 1,226 8,206 5,198 5,680 9,203 13,149 15,106 12,931 18,577 14,412 14,114 13,428 4,114 6,436 4,923 6,402 12,055 16,313 18,093 16,430 23,201 17,106 15,929 18,789 8,704 7,666 5,563 10,950 17,021 19,150 21,861 21,310 29,037 23,287 19,144 21,218 15,732

(EN DOLARES DE GEARY-KHAMIS DE 1990)

Otro interpretación sindica como culpable al “fatal estatismo” ya que las actividades estatales llegaron al 40% del PBI en nuestro país. Pero el argumento no es convincente pues Francia, Alemania, Suecia y en general las democracias europeas registran una participación del Estado en la economía cercana al 50% y sin embargo han crecido vertiginosamente en la posguerra. Por otra parte, la Argentina “privatizó” y “liberalizó” rabiosamente en los noventas con resultados que todavía estamos sufriendo. En otros países, la mera consigna de Milton Friedman de “privatizar , privatizar y privatizar” como la gran receta para el desarrollo también produjo resultados rayanos en el desastre. Otros autores enfatizan la importancia del respeto de los derechos de propiedad y el sistema de cumplimiento y ejecución forzada de los contratos y la seguridad jurídica en general en el proceso de desarrollo. No cabe duda que un buen sistema legal tiene un fuerte impacto en el crecimiento, pero dicho sistema legal requiere de buenos jueces y de una maquinaria estatal competente que lo aplique. Mucho mas importante que el texto de la ley en sí es su interpretación y aplicación y esto está relacionado con los funcionarios del Estado. El problema de fondo radica entonces en el proceso de selección y organización de la burocracia estatal. Por otra parte la historia demuestra la extraordinaria importancia de la redistribución de la propiedad en los momentos iniciales de un proceso de desarrollo o “take off”. Es sabido que Japón, Corea del Sur y Taiwán iniciaron su proceso de desarrollo con una revolución 14 Harrison, Lawrence, Underdevelopment is a State of Mind, The Latin American Case, The University Press of America, 1985

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19 en el sistema de tenencia de la tierra con el fin de favorecer a los pequeños agricultores en detrimento de los latifundios feudales preexistentes. En los Estados Unidos en el siglo XIX en lugar de ir a lo fácil que era vender grandes extensiones de tierra publica a latifundistas se optó por la entrega de medianas parcelas de 130 Ha. a colonos agricultores15 que formaron una clase de pequeños propietarios que fue la base de la gran democracia norteamericana. Lo paradójico es que aquellos autores que más destacan la importancia del respeto al derecho de propiedad y a la libre empresa en el proceso de crecimiento16, se ocupan de señalar las enormes limitaciones en la aplicación del principio en los mismos Estados Unidos, al punto de anular su argumento. Esto nos lleva a volver sobre dos hipótesis distintas pero complementarias sobre las causas del atraso argentino. Una es la naturaleza de “botín de guerra” de nuestro Estado. Los saqueadores son las masas de afiliados de los partidos políticos, esto es el llamado “clientelismo político” que todo lo corrompe y sería la causal de la inestabilidad del sistema democrático y del desaliento a la acumulación de capital humano en el país. La otra es la sobrevaluación del peso recurrente que experimentó la economía argentina en 1948-1954, en 1978-79-80 y en 1990-2001 que afectó gravemente el crecimiento de la productividad. Desarrollaremos ambos argumentos en el orden indicado. V.-EL ESTADO CLIENTELISTA COMO CAUSA DE NUESTRA DECADENCIA Y LOS ESTADOS FRACASADOS EN GENERAL La problemática de los Estados fracasados ha sido motivo últimamente de estudio en los países mas avanzados porque ha surgido de las entrañas de esos Estados el peligro del terrorismo, especialmente después del atentado de las torres gemelas, en EEUU. Muchos autores, particularmente Francis Fukuyama, consideran que en los “Estados fracasados” facilitan la formación de nidos de terrorismo, porque esos Estados son incapaces de mantener el monopolio del uso de la fuerza dentro de su territorio y de esta manera, controlarlo. El Estado, según la definición de Max Weber, es una organización que tiene el monopolio del uso de legítimo de la fuerza en un territorio determinado, y en los Estados fracasados, nadie tiene exactamente el monopolio del uso de la fuerza. Entonces, ahí es donde anidarían los grupos terroristas que después atacan, por ejemplo, las torres gemelas, Atocha o el subte de Londres en otros países. O también se generan situaciones de caos interno como ocurre en Brasil con la droga, que en el presente año mantuvo en vilo a la ciudad de San Pablo. El tema de los Estados fracasados indujo una revisión muy fuerte de las teorías liberales ingenuas y superficiales vigentes en los EEUU y en todo el mundo después de la caída del muro del Berlín y de la Unión Soviética. En aquellos tiempos se había llegado a la conclusión que esta última Nación había fracasado porque su Estado era muy grande, abarcaba demasiadas actividades y por eso del que mucho abarca poco aprieta. Cuando todo depende del Estado, se genera una gran ineficiencia y todo finalmente se derrumba. Parecía el gran triunfo del liberalismo ingenuo y el Estado gendarme. Aparecieron los economistas liberales extremos con Milton Friedman a la cabeza lanzando como gran solución para todo el problema del 15 Johnson, Paul, Estados Unidos. La Historia, Vergara, 2001, p.276 y ss y 486 y ss 16 García Hamilton, José Ignacio, Porqué Crecen los Países, Editorial Sudamericana, 2006, Ver por ejemplo el capítulo 9, El Intervencionismo Estatal en los Estados Unidos, p. 151

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20 desarrollo económico el slogan de “privatizar, privatizar y privatizar”. Por supuesto esta ola de ideas llegó también a la Argentina donde se produjo también un triunfo resonante del liberalismo económico ingenuo en el decenio de los noventas. Pero después se ha visto que muchos países han privatizado todo, la Argentina entre ellos, y han retrocedido mucho más. Estos hechos han llevado a una reevaluación del papel del Estado. Fukuyama por ejemplo clasifica a los Estados en cuatro grupos como en el GRAFICO 12. En el cuadrante de arriba y a la izquierda, tenemos los Estados eficientes y pequeños. El tamaño del Estado lo medimos como el porcentaje del gasto público en relación al PBI. Ejemplos típicos pueden ser EEUU y Nueva Zelandia en los noventa. Pero por otra parte hay países desarrollados que tienen Estado grande: es el caso de Francia, de los Países Escandinavos, de Alemania y de Japón. Son muy desarrollados y aquí el Estado tiene alrededor del 50% del PBI. Tienen empresas del Estado eficientes y el nivel de vida es muy alto. Esto hechos van en contra de los argumentos del liberalismo ingenuo que no puede explicar esta situación. También tenemos del lado izquierdo abajo en el cuadrante a Estados pequeños e ineficientes tal como los que tienen muchos países del África y ciertamente la Argentina donde se achicó el Estado, pero no se lo hizo mas eficiente, con la resultante de que el desarrollo económico, si bien, comenzó a florecer a comienzos de los noventa, después se frenó en la segunda mitad de ese decenio y se convirtió en la mayor decepción argentina del siglo. GRAFICO 12 CLASIFICACION DE LOS ESTADOS SEGÚN TAMANO RELATIVO EN EL EJE HORIZONTAL Y EFICIENCIA EN EL VERTICAL CUADRANTE 1.-ESTADOS EFICIENTES PERO PEQUENOS EN % DEL PBI, EJEMPLOS, USA Y NUEVA ZELANDIA EN LOS 90

CUADRANTE 2.-ESTADOS GRANDES EN % DEL PBI Y EFICIENTES, EJEMPLOS, FRANCIA, ALEMANIA Y JAPON

CUADRANTE 3.-ESTADOS INEFICIENTES Y PEQUENOS EN % DEL PBI, EJEMPLOS, SIERRA LEONA, ARGENTINA DE LOS 90

CUADRANTE 4.-ESTADOS GRANDES EN % DEL PBI, E INEFICIENTES, BRASIL, TURQUIA, NIGERIA, ARGENTINA DE LOS 80

La eficiencia aumenta hacia arriba y el tamaño como porcentaje del PBI aumenta hacia la derecha En el cuadrante de abajo a la derecha tenemos el caso de países con Estados grandes e ineficientes, como es el caso de Argentina en el decenio de los ochenta, de Turquía, de Brasil, una cantidad considerable de países. Está claro entonces que en todo caso el problema con el Estado era hacerlo mas eficiente, es decir era moverlo hacia arriba, no necesariamente hacia la izquierda. Dentro de la movida eficientista estaba la opción hacia el achicamiento del Estado, o bien mantenerlo grande.

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CUADRO 13. DIRECCION DE LAS REFORMAS DEL ESTADO DE LOS NOVENTAS JAPON RUSIA

NUEVA ZELANDIA ARGENTINA

Lo correcto era moverse hacia arriba, en la dirección de la eficiencia. No necesariamente hacia la izquierda, achicando el Estado como lo hicieron Argentina y Rusia Esto es lo que ahora se piensa y está ilustrado en el GRAFICO 13. Argentina se movió en la dirección del achicamiento del Estado, pero no, hacia el mejoramiento de la calidad del mismo. Nueva Zelandia achicó su Estado y lo mejoró. Japón lo achicó y lo empeoró un poco. Rusia, bajo Yeltsin, lo achicó considerablemente y lo convirtió en un ejemplo acabado de ineficiencia, corrupción y decadencia. VI.-EL CLIENTELISMO Y LA INESTABILIDAD DE LA DEMOCRACIA ARGENTINA Acá entramos a explicar porqué el Estado concebido como “botín de guerra” de los partidos políticos, sistema vigente en la Argentina está cerca de ser un Estado fracasado. Ese fracaso estatal se pone en evidencia principalmente en los momentos cruciales de la vida de todo Estado que son los momentos de la transición de un gobierno a otro. Los países desarrollados tienen transiciones ordenadas y previsibles donde la Constitución se cumple a rajatabla precisamente y con más fuerza en ese momento. En la Argentina la Constitución y las leyes son violadas o burladas exactamente en ese momento, introduciéndose así una gran incertidumbre sobre las “políticas de Estado” que se tornan inexistentes e imprevisibles. Por lo pronto es evidente no tenemos un Estado meritocrático, donde todos los funcionarios que forman parte del servicio civil, son contratados en base de exámenes y ascendidos por carrera administrativa. Esto en nuestro país no existe. Hay excepciones, sin embargo, que confirman la regla. En la UBA por ejemplo rige un sistema de concursos abiertos que es la base del prestigio de la Universidad. También existe un sistema de concursos en el Poder Judicial aunque para la designación de jueces solamente. Esto último no sirve. Debió establecerse un sistema de ingreso para toda la carrera judicial. Lo importante son los exámenes para que los abogados más capaces recién recibidos tengan la oportunidad de ingresar al Poder Judicial. Lo primero es concentrar materia gris en el Estado. Después, los ascensos hay que hacerlos según el desempeño y la aplicación a su trabajo de los funcionarios. En efecto, puede ser que un concursante para Juez tenga muchos libros y artículos publicados y sepa mucho de derecho, pero una vez designado y ganado el concurso quizá no tenga mucho interés en los expedientes y prefiera dedicarse a la investigación, escribir libros, etc. Lo que necesita nuestro poder judicial es Jueces

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22 que dicten buenas sentencias y en cantidad, acertadas, precisas y cortas, y el sistema de concursos vigente entre nosotros no lleva a esto. Lleva a una justicia ineficiente, donde quizá los jueces pretendan ser grandes profesores y los grandes profesores, jueces. Pero no necesitamos esto, necesitamos buenos jueces por un lado y buenos profesores por el otro. En definitiva, el sistema de concursos para jueces está viciado porque debe empezarse la selección desde abajo, cuando los profesionales están recién recibidos. Este es el sistema que en general siguen los países avanzados. En el Estado argentino los cargos públicos no se proveen por exámenes sino simplemente por la amistad del senador, del diputado, del ministro, de la conexión política, de la afiliación al partido, e incluso por razones de alcoba etc., etc., Tenemos pues un estado ineficiente y esto trae un primer problema que son los golpes de estado. Cuando existe una enorme masa de “funcionarios públicos” nombrados por razones exclusivamente políticas, cuando llega el momento del recambio de la autoridad política dichos “funcionarios” corren peligro; porque, por supuesto, el nuevo Presidente tiene derecho de nombrar a su propia gente y desplazar a los fueron nombrados por el régimen anterior. Esto crea una gran resistencia al cambio en el sistema político, porque los que están en los cargos hacen una enorme presión contra dicha renovación por el riesgo que conlleva para ellos y sus prerrogativas. Los golpes de Estado, necesaria contrapartida del Estado clientelista Durante la presidencia de Sarmiento (1868-1874) tres grandes ministerios quedaron fuera de la partidocracia clientelista y dejaron de ser el botín de guerra de la clase política. Este presidente creó el Colegio Militar y la Escuela Naval a partir de las cuales las nuevas generaciones de militares y marinos en sus respectivos ministerios debían ser profesionales que asciendieran por carrera administrativa rigurosa y no por política. Lo mismo ocurría en el ministerio de educación con sus funcionarios. Pero en el resto de los ministerios y en el Poder Judicial faltó una reglamentación rigurosa de los nombramientos y ascensos por carrera administrativa quedando ellos como cotos de caza de los políticos predominantes. Esta fue la mayor omisión de la llamada generación del 80, que en otras áreas tuvo grandes aciertos en la organización del país y en la formación de nuestra Nación. Esta omisión fue fatal al llegar el año 1916, en que habría elecciones con sufragio universal, secreto y obligatorio bajo el sistema la ley Sáenz Peña de 1912. Si antes de sancionar esta ley en 1912, se hubiese dictado una ley reglamentando la idoneidad que exige el artículo 16 de la Constitución Nacional, otra hubiera sido la historia política y económica de la Argentina. Pero esa ley no se dictó y el presidente Yrigoyen, elegido democráticamente en 1916, como todo “animal político”, nombró a su gente por doquier. Intervino casi todas las provincias con ese objetivo, circunstancia que provocó mucha animosidad ya en aquellos tiempos. Pero por otra parte creó una fuerte tendencia a su auto17 perpetuación por la presión de sus amigos nombrados . Como la Constitución de 17 O’Donnell, Pacho, en Historia Confidencial, p.189, Planeta, 2003 afirma con razón: “De lo que sí se ocupaba Yrigoyen era de ubicar su gente en puestos de la administración pública; en algunos casos lo hacia como premio a la lealtad o por algún servicio y en otros para cooptar nuevos adherentes. Ello fue imitado por los gobiernos posteriores, lo que llevó inevitablemente a la situación actual de una administración pública ineficiente cuyos integrantes en su inmensa mayoría no ingresaron en ella por méritos administrativos o profesionales sino por favores políticos. Soy un convencido de que el

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23 1853, impregnada en la tradición republicana de un anti-rosismo acérrimo, prohibía estrictamente la reelección, al expirar su propio mandato de 6 años en 1922, Yrigoyen tenía que designar un sucesor fiel y obediente. Creyó haberlo encontrado en la persona del Dr. Marcelo T. de Alvear, quién no hizo campaña política. Yrigoyen pensó que por gratitud, su favorecido sería su dócil instrumento. Alvear vino directamente desde París donde era embajador nombrado por Yrigoyen para asumir la Presidencia de la República. Sin embargo, para sorpresa de su benefactor, lo primero que hizo antes de asumir fue pasar por la sede del partido radical y entregar su renuncia al mismo pues se consideraba el Presidente de todos los argentinos, y no solamente de los radicales. Y así comenzó el conflicto entre Yrigoyen y Alvear. Entre el Estado “botín de guerra” y la Republica. Alvear no utilizó el clientelismo como medio de auto-perpetuación política. Su gobierno fue eficiente. Argentina mantuvo su status internacional de nación desarrollada. Todos sus ministros eran expertos que conocían a fondo su materia. Por ejemplo, el Ministro de Agricultura, Tomás Le Bretton, era un gran experto en semillas que había estudiado a fondo últimas variedades utilizadas en EEUU, para poder utilizarlas en la producción de granos con destino a la exportación. El golpe de Estado de 1930 y el fraude electoral subsiguiente En 1928 Yrigoyen fue reelegido Presidente. Su liderazgo partidario se pudo mantener principalmente por la gratitud generada por el sistema de nombramientos. Pero en 1930 la crisis económica hizo extraordinariamente valiosos a los puestos de trabajo en el Estado, dado que la economía privada se desbarrancaba. Por ejemplo, los precios de las exportaciones argentinas de materias primas como el trigo, el maíz, la carne vacuna y la lana cayeron en un 70%. Cuando la economía privada se cayó y no pudo crear puestos de trabajo, se revalorizó el empleo en el Estado. Este fue uno de los factores determinantes de la “revolución” de 1930. El establishment local no podía dejar al antojo del partido radical el monopolio del manejo discrecional de las rentas publicas y los puestos públicos en tiempos de crisis. El golpe se auto-continuó con las elecciones de 1932 donde hubo fraude. En el subconsciente social, el fraude se justificaba porque no se podía entregar las rentas y el sistema de nombramientos discrecionales del Estado al adversario, especialmente cuando el consenso social consideraba que los nombramientos de la concordancia demócrata, radical antipersonalista y socialista eran de bastante mejor calidad, en promedio, que los del radicalismo clientelista de Yrigoyen. Esto también podía deducirse fácilmente comparando la calidad de los ministros de los Presidentes Justo e Yrigoyen. Así la mejor defensa que puede hacerse del Presidente radical es simplemente que murió pobre. Pero no engañarse, lo que en definitiva estaba en juego era el botín de guerra de las rentas del Estado. El fraude electoral y el cambio de las urnas así como el asado y la empanada, eran solamente una forma grosera de retener las rentas públicas por parte del viejo partido conservador, y el abuso de los nombramientos de favor para la clientela partidaria era una forma fraudulenta de ganar elecciones del partido radical. El fraude lo practicaban ambos partidos, aunque asumía distintas formas. Algo mas disimulado y elegante era el fraude de los radicales que el de los conservadores,

principal problema no son los ñoquis, es decir la deleznable persona que cobra y no trabaja , sino la muchedumbre de empleados y jefes que fichan todos los días y cumplen con sus horarios pero son absolutamente ineptos para la tarea que deben desempeñar.”

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24 aunque probablemente fuese socialmente mas corrosivo el tipo de fraude practicado 18 por los primeros que el de los segundos . La experiencia estadounidense: el sistema del botín (The spoils’system) Al respecto es bueno recordar que el fraude vía promesas de nombramientos en el Estado no fue un invento del partido radical argentino, sino de la primitiva democracia estadounidense del siglo XIX. El sistema era llamado por los norteamericanos “el sistema del botín” traducido como “The spoils’ system”. Ellos lo conocían muy bien porque lo sufrieron desde 1800 hasta 1883, año en que se aprobó la “Civil Service Reform Act” que le puso fin y que permitió que los Estados Unidos sean hoy una gran potencia19. Antes de esa fecha era costumbre en los Estados Unidos que si ganaba el Partido Demócrata despedía a todos los empleados públicos republicanos, incluidos los ocupantes de cargos menores como los carteros. Y viceversa, si triunfaba electoralmente el Partido Republicano. La terrible corrupción que generó tal sistema alarmó de tal manera a la sociedad norteamericana que por reacción se permitió la sanción de la ley referida. La opinión de Max Weber Es cierto que el nombramiento de la clientela partidaria en los cargos del Estado es una forma de fraude más elegante que la sustitución de urnas, el asado y la empanada y mucho más inocente que la lucha armada y la guerra civil. Pero el Estado como botín de guerra de ejércitos mercenarios al servicio de reyes, duques, barones y condes es típico la Edad Media y de las sociedades primitivas. El sistema político argentino es en realidad arcaico, aunque esté más disimulado bajo apariencias más democráticas y elegantes. Max Weber, afirmaba que frente a la utilización del Estado para extraer ventajas o como botín de guerra, en los tiempos antiguos, se sitúa ahora el funcionarismo moderno en un cuerpo de trabajadores intelectuales altamente calificados y capacitados profesionalmente por medio de un prolongado entrenamiento especializado, con un honor de cuerpo altamente desarrollado en interés de la integridad, sin el cual gravitaría sobre nosotros el peligro de una terrible corrupción o de una mediocridad vulgar, que amenazaría al propio tiempo el funcionamiento puramente técnico del aparato estatal, cuya importancia, mayormente con una socialización 20 creciente, ha ido aumentando sin cesar y seguirá haciéndolo El golpe de Estado de 1943 Llegamos así a 1943. El golpe del 4 de junio de ese año se produce porque en el año siguiente debía haber elecciones y era evidente que el “establishment” conservador quería ubicar como Presidente al senador y empresario salteño Robustiano Patrón Costas y éste no era aceptable para la amplia clase media de Buenos Aires. Era 18 Según Felipe Pigna en Historia Confidencial, Op. Cit, p. 214, el diario socialista “La Vanguardia”, previo a la Revolución de 1930 decía textualmente ”La inscripción en los registros del partido radical viene a ser una especie de pasaporte o salvoconducto para llegar a cualquier puesto, sistema que, generalizado con el fin de dar ubicación en las oficinas públicas a las hordas famélicas de la causa, ha convertido a todas las reparticiones nacionales y municipales en otros tantos asilos de incapaces” 19 ver Johnson, Paul, Op.Cit. p.513 y 514 20 Weber Max, Economía y Sociedad, FCE, 1964. Pag. 1068.

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25 creencia general en aquellos tiempos que una minoría sucesora del General Roca, tradicionalista y un tanto provinciana, se había enquistado del poder ilegítimamente. No había suficiente renovación en la dirigencia. Todo el mundo pensaba que había habido fraude en las elecciones de 1932 y 1938. Conocedores de sus propios pecados, los dos grandes partidos, tanto el Demócrata como el Radical adulaban a las fuerzas armadas como posible arbitro de las contiendas políticas por las rentas públicas. El mismo partido radical provocó la chispa que alentó el incendio del golpe militar ofreciendo la candidatura presidencial al General Pedro Pablo Ramírez, ministro de Guerra del Presidente Castillo21. Por otra parte, el general Arturo Rawson jefe nominal del golpe del 4 de junio de 1943 tenía simpatías radicales. En realidad el radicalismo venía buscando un General ya inmediatamente después del 6 de septiembre de 1930. En 1933, por ejemplo, hubo un conflicto con el Uruguay porque llegó al puerto de Buenos Aires una cañonera uruguaya y se decía que en ella venía el General Severo Toranzo, quien supuestamente venía a liderar un golpe militar radical. Fue así, que el gobierno del presidente Agustín P. Justo ordenó que se registrara esta cañonera para ver si realmente estaba allí Toranzo. No estaba, pero esto provocó un conflicto mayúsculo con el Uruguay, peor que el actual de las papeleras. Quiero decir con esto que, ante el fraude de los conservadores, la respuesta de los radicales era el intento de golpe de estado. Esto no debe extrañarnos dado que ésta fue también la postura de Leandro Alem primero en 1890 e Hipólito Yrigoyen después, en 1893 y 1905. Yrigoyen desistió del golpismo recién en 1916 22 cuando Alvear lo convenció a último momento durante la convención radical que en las elecciones de ese año no iba a haber fraude. Pero hasta entonces “don Hipólito” era partidario de la ascensión revolucionaria y de cortejar a los militares para el golpe de Estado. Incidentalmente, en enero de 1943 falleció el ex Presidente General Agustín P. Justo, que tenía fuertes inclinaciones aliadófilas y era poseedor de un gran prestigio en todo el ejército. Si Justo hubiese estado vivo, el golpe del 43 no hubiera sido tan fácil. Hay quien afirma que el servicio secreto nazi estuvo involucrado en la muerte de Justo. Lamentablemente los archivos con los informes secretos del caso habrían desaparecido, siendo ello una muestra más de la desorganización del Estado argentino y la consiguiente vulnerabilidad nacional ante las políticas de otros Estados. El continuismo justicialista engendró, como antídoto, a la revolución Llegamos así las elecciones de 1946. Dos meses antes de las elecciones, el coronel Perón, el auténtico, oculro y discutido líder del golpe, hace dictar el decreto 33.302 de 1945, otorgando el sueldo anual complementario a todo el mundo, que era una 21

Luna, Felix, Revoluciones, estallidos políticos y soluciones constitucionales, Planeta, 2006 confirma que “tal vez por la inminencia de un nuevo fraude, un grupo de dirigentes radicales tuvo una brillante idea: ofrecerle la candidatura presidencial del frente democrático al ministro de Guerra, Pedro Pablo Ramírez. Pensaron que a un militar en actividad no se le podía hacer fraude, menos tratándose del ministro de guerra. Hablaron con el general Ramírez, que no se mostró demasiado disgustado con esa posibilidad. El presidente Castillo se enteró de que su ministro estaba negociando con estos dirigentes radicales y le pidió explicaciones públicas. Como respuesta, el general Ramírez emitió un comunicado bastante ambiguo, y Castillo lo conminó a que hiciera un comunicado desmintiendo terminantemente que pudiera ser candidato. Campo de Mayo no esperó y directamente se levantó en armas: en una mañana como cualquiera, que resultó la del 4 de junio de 1943, derrocó a Castillo”. p 90-91 22 Según Felipe Pigna, Historia Confidencial, Op. Cit. P. 217, en declaraciones a un diario porteño dos dias después del derrocamiento de Yrigoyen, Alvear dijo “El que dirigió varias revoluciones de las que nosotros participamos y no logró hacer triunfar ninguna, en cambio, ve triunfar la primera que le hacen a él. Mas le valiera haber muerto al dejar su primer gobierno, al menos hubiera salvado al partido, la única fuerza electoral rota y desmoralizada por la acción de su personalismo”

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26 novedosa y distinta forma, de hacerse popular. Ganó las elecciones y por supuesto luego de acceder al poder, se perpetuó en él porque resultó el maestro supremo en la utilización del aparato estatal como maquinaria de guerra política, compra de voluntades y nombramientos políticos. Superó en esto ampliamente a Hipólito Irigoyen. Los nombramientos a los afiliados al partido peronista estaban a la orden del día. Además no tenía los remordimientos de conciencia republicanos de los conservadores y radicales. Seguía en esto a Benito Mussolini. Consistente con su auto-perpetuación mas cruda, modificó la Constitución de 1853-60 y estableció la posibilidad de su reelección indefinida. Era como establecer un Rey electivo y anular el sistema republicano. Supo manipular artísticamente la opinión popular con el monopolio de los medios de comunicación, con los millones de afiliados al partido, con los gremios y con casi todos los empleados públicos para retener para siempre el gobierno y no transferirlo jamás. Hasta pretendió crear una iglesia propia al mejor estilo de Enrique VIII de Inglaterra. Pero este ultimo intento fue su perdición. Cegado por su poder sin límites, se puso en contra a la Iglesia Católica. Finalmente el conflicto con la Iglesia y la corrupción extrema de su régimen determinó una reacción en las Fuerzas Armadas que eran, desde la época de Sarmiento, casi las únicas organizaciones meritocráticas no clientelistas que quedaban en el Estado. El golpe de Estado militar era la única alternativa para revertir esta situación. El principal partido opositor, la Unión Cívica Radical, lo sabía, y por lo tanto se pasó largos años buscando desesperadamente contactos con generales y coroneles en actividad. Y auque mas no sea, en retiro. Y finalmente el golpe se produjo en 1955. El golpe de Estado de 1955 La Revolución Libertadora de 1955 también buscó su continuidad, pero fue más cuidadosa de las formas republicanas y aceptó ser sucedida por una oposición moderada como la del Dr. Arturo Frondizi, no la de los peronistas, después de las elecciones de 1958. El partido justicialista fue proscripto en las elecciones del 23 de febrero de 1958. Con la ventaja de la mirada retrospectiva se puede afirmar que la Revolución de 1955 cometió un grave error al proscribir al Partido Justicialista. Simplemente debió reformar la Constitución de 1853-60 quitando al Presidente de la Republica la facultad de nombrar a los empleados públicos de todas las categorías. Solamente reservarle la facultad de nombrar “ad libitum” a sus Ministros, Secretarios y Subsecretarios de Estado. Y también la de remover y trasladar funcionarios. Pero nunca nombrar. Y establecer un sistema constitucional donde todos los nombramientos en las distintas especialidades se hagan por exámenes rigurosos e igualitarios en los grados mas bajos del escalafón, el que debió ser dividido en dos partes no intercambiables, la profesional y la no profesional. El servicio publico debió ser una carrera de por vida desde los 22 años de edad hasta los 55, con ascensos según el desempeño y la aplicación puesta en el cargo. Los empleados debieron tener prohibido la afiliación a cualquier partido pues deben servir con lealtad la política del partido que gane las elecciones, aunque no sea de su preferencia personal. Del mismo modo quien tenga afiliación partidaria debiera tener vedado el acceso a un cargo de la administración, excepto los cargos políticos, se entiende, porque estos últimos son la razón de ser legítima de los mismos partidos políticos. Por 10 años debió dejarse el cuidado de la correcta aplicación de este régimen al único sector de la administración publica con experiencia en él: las Fuerzas Armadas. Con un régimen de empleo público como el propuesto y con el amparo constitucional, el peronismo no representaba ningún peligro para las instituciones de 26

27 la Republica. Y no se justificaba su proscripción. Muy posiblemente hubiese perdido las elecciones de 1958 y tal vez hubiese podido volver en 1964. O tal vez se hubiera disuelto y dividido en mil fracciones, porque un peronisno no clientelista hubiese sido en realidad un peronismo completamente distinto. Su propia esencia hubiese quedado desvirtuada. Pero lo cierto es que esta reforma no se hizo y nuevamente se volvió el eterno problema de la transición constitucional imposible, porque en 1964 nuevamente debía haber elecciones presidenciales. Y ello significaba casi con seguridad el triunfo del peronismo fortalecido ahora por los años de proscripción y por sus mártires. Y la reiteración de la entrega de toda la maquinaria estatal con todas las prebendas era inaceptable para la clase media que presionó a las Fuerzas Armadas para que no se entregara el poder y determinó incluso la caída del Presidente Frondizi en 1962. Quizá hubiese sido interesante observar como un astuto Presidente, como Frondizi, hubiese manejado la transición, si no hubiese sido depuesto por el golpe de marzo de 1962. En mi opinión, en caso de no ser depuesto, Frondizi debió haber nombrado Ministro del Interior al mismo General Aramburu y luego sostener la candidatura de este General en las elecciones de 1964 con el apoyo de todo el espectro democrático contra la candidatura del mismo Perón, o un lugarteniente de éste. Pero siempre en elecciones limpias y sin proscripciones. Sin embargo, los hechos fueron otros. El mismo General Aramburu, seguramente mal asesorado, arruinó su mejor opción al pedir públicamente la renuncia de Frondizi en marzo de 1962, precipitando así el golpe de Estado. El golpe de Estado de 1962 Luego de la caída de Frondizi, las Fuerzas Armadas se dividieron en dos sectores irreconciliables. Por una parte, los sectores partidarios de llamar a elecciones democráticas, que tocó comandar al General Juan Carlos Onganía por la mera circunstancia resultar ser el militar más antiguo de Campo de Mayo, aunque nunca fue su ideólogo. La verdadera inspiración de este movimiento estuvo en manos de los “coroneles azules” junto con algunos civiles. Y por la otra parte los grupos partidarios del anti-peronismo rabioso, los colorados, también llamados “gorilas” propiciaban un gobierno militar por muchos años, sin salida electoral. La mayoría de los radicales, conservadores e incluso buena parte de los socialistas apoyaba esta última alternativa. Pero se impuso por la fuerza de las armas la idea democrática y el comandante azul: las elecciones se realizaron en julio de 1963. Pero lamentablemente dos días antes de las elecciones el gobierno dictó un decreto prohibiendo las candidaturas del Frente Nacional y Popular. ¿Que pasó para que se cometiese tremendo error político? La elección debía dirimirse entre, por una parte, la fórmula Vicente Solano Lima-Silvestre Begnis candidatos del Frente Nacional y Popular respaldados por Perón y Frondizi, y por la otra el General Aramburu quien encabezaba una amplia coalición con dos candidatos a vicepresidente. Aramburu era el favorito de la clase media argentina y la única personalidad capaz de encabezar a un anti-peronismo unido. Como líder tenía el prestigio de haber realizado las elecciones de febrero de 1958 y entregado el poder el primero de mayo de ese año contra viento y marea, al elegido por las urnas. Por ello, su figura despertaba bastante consenso y además contaba con equipos técnicos competentes. Eran los dos candidatos con posibilidades. Pero al proscribirse a Solano Lima. indirectamente se proscribió también a su polo opuesto, es decir al General Aramburu, y el candidato que venía tercero, sin ninguna probabilidad de ganar, un 27

28 médico de Cruz del Eje, el Dr. Arturo Humberto Illia, ganó. Seguramente si la elección hubiera sido entre Solano Lima y Aramburu, hubiera sido algo así como cuarenta y ocho contra cuarenta y siete por ciento y el resto de 4 o 5 % restante para Illia. Tan inesperado fue el triunfo de Illia, que el propio doctor Ricardo Balbín, que era el jefe del partido Radical, se excluyó a si mismo de la candidatura presidencial, seguro de que perdía. Y así ascendió el Dr Illia, con el veinte y tres por ciento de los votos a la Presidencia en elecciones defectuosas aunque era evidente que la culpa por la trampa no la tenía el Presidente electo. Sin embargo Illia no se consideró a si mismo un Presidente electo por el azar de las circunstancias, sino uno legítimo, y como tal pretendió ejercer el poder de la Constitución sin limitaciones. ¿Porqué la absurda proscripción de 1963? Pocos días antes de las elecciones de octubre del año 1963 el ministro del Interior recibió un ultimátum del Regimiento de Tanques de Magdalena que comandaba el Coronel Tomás Sánchez de Bustamante y del Brigadier Reynaldo Pastor, Comandante de la base aérea militar de Morón diciendo que, si ganaba el Frente Nacional Popular, el Regimiento de Tanques Magdalena avanzaría sobre la Casa Rosada. Y Onganía que había propiciado siempre las elecciones de buena fe, se quedó sin mas alternativas que reprimir, con derramamiento de sangre, o proscribir. Por lo tanto optó por la solución momentáneamente mas expeditiva y fácil que fue proscribir al Frente Nacional Popular. Así fue como se desnaturalizó el proceso democrático, y se sembró la semilla de la vuelta arrolladora y sin condiciones de Perón en 1973. El golpe de Estado de 1966 En las elecciones de 1963 faltó valentía para avanzar con la democracia contra viento y marea aunque esto representase un derramamiento de sangre en el corto plazo. De cualquier manera, ese derramamiento hubiera sido muchísimo menor que el ocurrió 1970-78. El triunfo de la idea democrática era muy importante en ese momento sobre todo porque el peronismo parecía dispuesto a transar, reformarse y democratizarse al haber elegido un candidato conservador de transición, aceptable tanto a sectores sociales más encumbrados como a los más desamparados, aunque no quizá a la poderosa clase media argentina de ese entonces. El problema del Dr. Illia era que el radicalismo iba a perder seguramente las elecciones de 1969 y ello significaba el retorno de un peronismo lleno de mártires. Illia no estaba en condiciones de ser árbitro entre el peronismo y la poderosa clase media antiperonista de entonces. Illia no le podía hacer sombra al astuto y extraordinario estratega que era Perón con la sola arma de su bonhomía. Era evidente que en el año 1969 nuevamente el Presidente de la República iba a ser Juan Domingo Perón y esto significaba transferir todas las rentas del Estado al clientelismo peronista. Incluso los puestos de jueces. Esto era inaceptable pues la clase media de entonces que tenía fresca todavía en la memoria el “Evita me ama” de los libros de lectura de primer grado inferior de la anterior época peronista. O los negocios con los permisos de cambio para la importación de televisores del enfermero de Perón, Jorge Antonio, o el estupro en el mas alto nivel de la señorita de 12-13 años Nelly Rivas, por ejemplo. ¿Cuál era la solución? La solución era que el mismo General Onganía fuese el candidato electoral y constitucional de la transición, arbitro entre peronistas y antiperonistas, elegido por una gran coalición de salvación nacional en 1969 ¿Cuál era el obstáculo? La dificultad consistía en que en ese caso, Illia como Presidente en ejercicio del poder debía respaldar al General Onganía. Pero Illia no quería al General porque en las reyertas militares de 1962-63, el radicalismo apoyó al sector colorado golpista del ejercito y la marina, consistente con la antigua tradición de 28

29 Alem e Yrigoyen. Illia no quería a Onganía a pesar de que éste había sido su benefactor, y, en el fondo, su gran elector. Al destituir a Onganía, Illia fabricó quizá sin quererlo su autogolpe de Estado. La historia registra la tensión existente entre el secretario de Guerra del Dr Illia, el General Avalos quien hostigaba administrativamente al jefe azul. Onganía habló con Illia y le comunicó que si quería que él continuara como Comandante en Jefe del Ejercito, entonces tenía que nombrar como Secretario de Guerra al General Roberto Repetto. Caso contrario, Onganía pediría su pase a retiro. Illia designó al general Castro Sánchez en ese cargo creyendo que así solucionaba el diferendo, pero Ongania cumplió su palabra. Este fue el suicidio político de Illia. Sin proponérselo, el radical fabricó el golpe de Estado porque la clase media argentina definitivamente no estaba preparada para ver a Perón nuevamente en poder y el único individuo que tenía una aureola de prestigio, verdadera o falsa, para frenar su venida y podía hacer de mediador entre el peronismo y anti-peronismo logrando un equilibrio, era el propio Onganía. El golpe de Estado de 1966 pretendió ser en realidad un reaseguro contra la vuelta de Perón en 1969. ¿Qué hizo el General Onganía, ya instalado en el poder en junio de 1966, aparte de cometer un gravísimo error inicial con la cuestión universitaria? Justificó su accionar con la teoría de los tres tiempos, el tiempo económico, el social y político. Era en el fondo una teoría para ganar tiempo hasta la muerte natural de Perón. Lamentablemente Onganía cambió su pensamiento una vez llegado al poder. El tiempo político, esto es, las elecciones, solo podía comenzar una vez fallecido Perón. Las vicisitudes de los tempranos sesentas ahora le habían llevado a la convicción de que la democracia solamente sería posible sin Perón. La teoría de Onganía era simplemente una teoría para ganar tiempo. Pero el ejercicio de gobernar desgasta a los gobernantes y a su elenco, y ciertamente también a Onganía. Este presidente en realidad tuvo una magnífica oportunidad para ser el De Gaulle de la Argentina reformando el Estado con criterio meritocrático y eliminando al clientelismo corruptor para siempre. Y luego llamar a elecciones sin proscripciones y sin esperar la muerte de Perón en la certeza que un peronismo sin prebendas, sin nombramientos de la clientela, sería un raro peronismo republicano que no hubiera creado en realidad peligros para la auténtica institucionalidad constitucional. Sin embargo, por falta de un diagnóstico acertado, Onganía perdió el tiempo. Debió hacer la reforma constitucional meritocrática reorganizando el Estado argentino al estilo francés o japonés quitando al presidente constitucional la facultad de nombrar y así terminando con el abuso del Estado como botín de guerra de los políticos, civiles o militares triunfantes. Ante esta pérdida del tiempo, a los 3 años del golpe de 1966 empezaron los problemas traídos por el desgaste de su gobierno. En rigor los presidentes militares argentinos con poder político, tanto Uriburu, como Onganía, Aramburu o Videla en su momento, desaprovecharon la extraordinaria oportunidad que tuvieron para mejorar definitivamente la calidad institucional argentina como lo hicieron De Gaulle, Chiang Kai Sheck, Park Chung Hee, o Francisco Franco, entre otros lideres militares. El problema argentino ahora consiste en que esta reforma meritocrática del Estado debe ser hecha por políticos. Pero ¿Qué político será tan grande y tan prócer como privarse del placer de nombrar a su clientela? Pareto y la explicación de los golpes militares en la Argentina El gran economista y sociólogo italiano de fines del siglo XIX comienzos del XX, Vilfredo Pareto nos proporciona una teoría sobre las revoluciones que también resulta aplicable y útil para la explicación los frecuentes golpes de estado ocurridos 29

30 en la Argentina. Este autor sostiene que el comportamiento político depende de los sentimientos y no de la razón. Por ello, hace un detallado análisis de los sentimientos humanos llamados por él "residuos" (porque deben ser "observables"). Los dos principales pares de sentimientos son los de "combinaciones" (Clase I) "persistencia" (Clase II). Por ejemplo, las personas con fuertes sentimientos de "persistencia" (Clase II) tienden a ser patrióticos, tradicionalistas, religiosos, defensores de la familia, ahorrativos, inclinados al uso de la fuerza en materia política y dispuestos al sacrificio. Contrariamente, los individuos con fuertes "combinaciones" (Clase I) son relativistas en materia cultural, hedonísticos, racionales, individualistas, gastadores, emprendedores y, en materia política, prefieren la negociación al uso de la fuerza. Para simplificar el sistema de Pareto, que es extremadamente complejo, la sociedad debe ser dividida en dos clases: la clase gobernante y la clase gobernada. La prosperidad, es decir el desarrollo, se maximiza cuando hay completa movilidad entre las dos clases y en este caso aquéllos que gobiernan son los mejor calificados para hacerlo. Ellos son individuos inteligentes, pero a la vez con fuertes "persistencias". Estas dos características no se dan juntas frecuentemente en los individuos: aquéllos que son inteligentes tienden a las "combinaciones" (Clase I) y no a las "persistencias" (Clase II). Las "persistencias" se encuentran abundantemente en las clases bajas, es decir en las gobernadas, mientras que las “combinaciones” en las clases altas, es decir en las gobernantes. Y debe existir una adecuada rotación entre ambas. La velocidad de la rotación de los individuos que componen la clase gobernante y la clase gobernada tiene su optimo. Y no puede detenerse, si ha de mantenerse el equilibrio social. Las revoluciones ocurren cuando la clase gobernante tiene un exceso de individuos con Clase I de residuos, y pocos de Clase II. Esto tiende a ocurrir frecuentemente. Por ello, según Pareto: “la historia no es sino el cementerio de las aristocracias” y Las revoluciones vienen cuando a través de acumulaciones en los altos estratos de una sociedad (por un descenso en la velocidad de la circulación de las clases o por otras causas) de los elementos decadentes que no poseen los residuos adecuados para mantenerse en el poder y son incapaces de usar la fuerza; mientras tanto en los estratos inferiores de la sociedad, elementos de superior calidad vienen a la palestra poseyendo los residuos adecuados para ejecutar las funciones del gobierno y un suficiente deseo de usar la fuerza en 23 caso necesario Sería imposible resumir en una o dos páginas la sociología de Pareto. Su "Tratado" 24 tiene 2033 páginas y el "Compendium" y "The Rise and Fall of the Elites" usados aquí, 450 y 120 respectivamente. Basta decir, sin embargo, que el sistema francés o japonés de reclutamiento y promoción de la burocracia parece inspirado por Pareto, como si el famoso Profesor italiano de la Universidad de Lausanna hubiese sido el 23Pareto Vilfredo, Compendium of General Sociology, University of Minnesota Press, Mineapolis, Minnesotta 1980 p. 278 y 279. 24 Pareto Vilfredo The Rise and Fall of the Elites, The Bedminster Press Inc, Totowa, New Jersey, 1968. Inc.

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31 asesor político personal del General de Gaulle o del Emperador Meiji, el creador del 25 Japón moderno y de la meritocracia burocrática establecida en el decenio de 1880 . O tal vez, asesor del Supremo Comando Aliado en la persona del General MacArthur quien contribuyó, quizá sin quererlo, al fortalecimiento de la burocracia civil japonesa, al disminuir la importancia de los "zaibatsu" e instituir un sistema político fundado en la soberanía de la Dieta con partidos algo diletantes que debían 26 necesariamente descansar en una fuerte burocracia civil . En efecto, los sistemas de reclutamiento francés o japonés, al poner en el centro del Estado a una burocracia extremadamente capaz y patriótica constituyen una forma de institucionalización de un sistema paretiano de rotación racional de dirigencias que asegura que el país siempre estará en la cresta de la ola de la "prosperidad", palabra que utiliza Pareto en lugar de "desarrollo", al estar siempre gobernado por los mejores. Es interesante destacar que aunque Pareto era un aristócrata por ser hijo de un marqués italiano (exiliado en Francia por sus ideas republicanas) y de madre francesa, las convicciones de este científico social eran remarcablemente igualitarias y contrarias al concepto de aristocracia de sangre, pues observa con razón: Si las aristocracias humanas fueran como la cruza de animales de pedigree que se reproducen a sí mismas a través de largos periodos de tiempo con las mismas características, la historia de la raza humana sería algo totalmente diferente que la historia que 27 conocemos La sociología de Pareto explica razonablemente bien la revolución francesa que derrocó a los Borbones, la revolución rusa que derrocó a los zares, la revolución iraní que derrocó al Sha de Persia o la sandinista que derrocó a la dictadura de Somoza en Nicaragua. También la caída del régimen soviético. Por supuesto permite explicar en general los "golpes de Estado" que ocurren en nuestro país. La sociología de Pareto es contraria a la explicación simplista que atribuye la caída de los Borbones o el comunismo a la ineptitud de Luis XVI o de Gorbachev respectivamente. Es más razonable suponer que el ejercicio continuado del poder corrompe. Y que el grado 28. Por lo tanto la de poder y corrupción es proporcional a la duración en los cargos corrupción es proporcional a la duración del periodo de mandato. Con el tiempo, un creciente número de individuos con sentimientos de Clase I, es decir cínicos y descreídos, llega a la cúspide del poder político de un país, se aferra a sus cargos y tienen una tendencia natural a eternizarse en ellos. Así el sistema político se anquilosa por la excesiva cantidad de zorros y escasa cantidad de leones. Exceso de personajes de Clase I y pocos de Clase II. Si el régimen no tiene sistémicamente incluidos en su seno procedimientos automáticos y arraigados en el corazón del sistema para reclutar elementos de Clase II que sean tan capaces e inteligentes como 25 Johnson Chalmers, The Miti and the Japanese Miracle. Stanford University Press p.45. 26 Johnson, Op. cit. p. 37 y 57. 27 Pareto, Compendium, Op. cit p. 279. 28 Oría, Jorge Luis, La Reelección Presidencial y la División de los Poderes, Abeledo Perrot, 1995, Pags. 26, 90

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32 suelen ser los de Clase I, pero por supuesto más derechos, patrióticos y honestos, ningún régimen puede mantenerse largo tiempo. Establecer la ingeniería social para dinamizar la rotación de las dirigencias es la clave para el éxito de cualquier sistema político. El partido comunista ruso reclutaba en los setentas y los ochentas a sus adherentes en una alta proporción entre los descendientes de los jerarcas de hace 70 años, líderes de la revolución de 1917, o de la segunda guerra mundial. Estos líderes originales eran sí de Clase II. No en vano habían arriesgado su pellejo en la revolución y en la guerra. Eran también capaces, de lo contrario no hubieran ganado. En este sentido las Guerras tienen añeja la virtud, entre las muchas calamidades que traen, de hacer surgir los auténticos líderes. Pero si no hay Guerras, solamente la competencia feroz, pero con reglas de juego justas e igualitarias entre las jóvenes generaciones de burócratas seleccionados dentro del universo de la gran masa del pueblo, puede traer elementos de calidad de Clase II al gobierno. Y esta función la cumplen los sistemas educativos y de empleo público similares al japonés, al francés, al inglés o al alemán. Si la clase política argentina realmente quisiera fortalecer las instituciones democráticas y el proceso de desarrollo debería crear un servicio civil del estilo japonés o europeo en este respecto, aunque ello signifique perder el enorme placer de nombrar a los amigos. Estos sistemas de servicio civil asegurarían que una combinación de individuos al mismo tiempo honestos, y capaces integren e infiltren el Estado. Este sistema de burocracia competente combinado con elecciones democráticas y periódicas, genera una adecuada y paulatina rotación de la dirigencia, provenientes en gran parte del mismo sistema de reclutamiento y promoción de los funcionarios públicos. Este sistema haría imposible las revoluciones y los cambios violentos de equipos gobernantes. Este sistema tan aburrido como eficaz terminaría por institucionalizar y anular al "timo" de que nos hablan Platón y Fukuyama en una cita que haremos mas adelante, y con ello se llegaría al fin de la convulsionada y desconcertante historia argentina. Entraríamos a ser una "democracia institucional" desarrollada y opulenta …pero aburrida sin golpes de estado militares, ni civiles como el del 2001. En resumen ¿Porqué razón concreta el establecer una burocracia civil de mérito hubiera evitado los golpes militares o civiles? La respuesta es la siguiente. Coexistían en el Estado Argentino dos burocracias hasta 1983, primero la civil de Clase I, hedonística, de naturaleza clientelística y conformada por las distintas capas geológicas de partidos políticos en el poder en años anteriores, y segundo la burocracia militar instituida por el Presidente Sarmiento al fundar el Colegio Militar y la Escuela Naval en el decenio de 1870 y defenestrada por Margaret Tatcher. Esta segunda burocracia era meritocrática y se conformaba a la Clase II de Pareto. Y bien, el sistema de democracia clientelista impulsaba al quedantismo y la no renovación y la no alternancia de las cúpulas políticas que querían conservar para siempre las rentas políticas de los “nombramientos” en juego. Ello llevaba a la corrupción, negociados y fraude electoral explicados anteriormente. La opinión pública entonces despotricaba contra la corrupción y reclama grandes cambios. Y allí irrumpía la Clase II de Pareto para limpiar al Estado y reemplazar a la Clase I: era el golpe militar. Los leones desplazaban a los zorros. Pero el pasaje del tiempo y el poder corrompe también a los leones o los convertía en “hervivoros” como decia Perón acerca de si mismo. O el poder corrompe como decía lord Acton y el poder absoluto corrompe absolutamente. Vuelta entonces a las elecciones y al clientelismo hasta el próximo golpe. Y así el ciclo se repetió hasta el hartazgo hasta que Margaret Tatcher le puso fin. Incluso ocurrió que ante la zorrificación de los leones militares debido al ejercicio continuado del poder aparecieran los “leones terroristas” de 32

33 Montoneros y el ERP con propósitos de reemplazo. El punto es que si no estuviesen las rentas de los cargos públicos de favor de por medio, la alternancia, la renovación y el cambio vivificante entre los dos partidos políticos hubiese sido el normal de los países civilizados. Con las enormes rentas del clientelismo en juego en cada elección la sucesión ordenada y la normalidad resulta casi imposible y la corrupción del sistema político inevitable. El golpe de Estado de 1970 La teoría de los tres tiempos de Onganía implicaba una larga y aburrida “dictablanda” que resultaba inaguantable para las mentes más imaginativas y para la juventud de aquella época que había visto ya demasiados golpes militares. Fue así que algunos periodistas inquietos, entre otros, Bernardo Neustadt, Jacobo Timerman y Mariano Grondona, viajaron a Madrid para hablar con Perón y salieron convencidos de que el mito29 del viejo dictador totalitario fascista y corrupto de los años cuarenta y cincuentas era falso. Ahora el astuto líder estaba totalmente renovado. Ahora era un verdadero demócrata. La vuelta de estos periodistas con esta nueva visión desmitificada y más realista de Perón, distinta de la de Onganía, le vino cómo anillo al dedo al General Alejandro Agustín Lanusse, Comandante en Jefe del Ejercito, que tenía ambiciones presidenciales y buscaba un justificativo para derrocar a Onganía. A decir verdad tanto Onganía como Lanusse no eran considerados militares de intelecto excepcional por sus propios camaradas. Onganía tenía a su favor sus victorias de 1962 y 1963 al frente del Ejercito Azul “para que el pueblo vote”, pero lamentablemente desde 1966 en adelante, influido por el consejo de sus asesores, pensaba que el voto popular solo podría verificarse después de la muerte natural de Perón. Lanusse, por su parte, tenía el antecedente de sus cuatro años de cárcel (1951-55) durante el gobierno peronista y era el reconocido jefe supremo del anti-peronismo. Pero Lanusse se flexibilizó y adoptó entonces la teoría de Grondona-Neustadt-Timmerman según la cual había que conversar con Perón. Y buscar una salida negociada a la crisis ¿Qué pensaba hacer exactamente Lanusse? Reemplazar al Onganía con Aramburu en la Presidencia de la República para que éste último negocie con Perón. Aparentemente también Aramburu había hecho su viaje secreto a Madrid y estaba convencido de la democratización de Perón y de la posibilidad de arreglar una salida negociada con éste. De la negociación resultaría la candidatura presidencial constitucional de Lanusse por elecciones libres. En abril de 1970 Lanusse comunica a Aramburu que en cualquier momento mandaría dos oficiales del Comando en Jefe del Ejercito a buscarlo para llevarlo al Comando y desde allí ambos, Lanusse y Aramburu, cruzarían hasta la Casa Rosada para que Aramburu reemplace a Onganía. Pero los montoneros por la intermediación de su jefe de inteligencia militar, el conservador salteño Rodolfo Urtubey, sabían todo lo 30. Con esta información invalorable, los que Lanusse conversaba en su mesa montoneros planean y ejecutan a sangre fría el secuestro y el asesinato del Teniente General Pedro Eugenio Aramburu. 29 Labourdette, Sergio, Mito y Política, en Escritos Sociológico Políticos, Grupo editor Iberoamericano, Buenos Aires, 2003, p.9. Los periodistas Grondona, Nesutadt y Timerman fueron capaces de destruir el “mito” anti-peronista, pero no el “mito” de Perón como un semidios protector, fuertemente arraigado en las masas populares. La versión popular del mito crecía aceleradamente con el paso del tiempo y las luchas intestinas entre anti-peronistas. 30 Larraquy, Marcelo y Caballero Roberto, Galimerti, De Perón a Susana. De Motoneros a la CIA, Grupo Editorial Norma, 2000, 608 páginas. p. 148. Ver también Aramburu. La Biografia. de Fraga Rosendo y Pandolfi, Rodolfo, Vergara 2005 y Alonso Juan, Quien Mató a Aramburu, Sudamericana 2005

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El asesinato de Aramburu frustra la capacidad negociadora de Lanusse con Perón, pero no impide la caída de Onganía, quien no resultó un demócrata, y fue reemplazado por un General menos conocido hasta entonces, Roberto Marcelo Levington. Resultó evidente al final que Lanusse no pudo negociar con Perón. Finalmente se llamó a elecciones, y volvió Perón. Se demostró una vez mas que las posiciones meramente “anti” no son superadoras y llevan necesariamente a la derrota, como tantas veces ocurrió en la historia universal. El problema de fondo continuaba siendo el “clientelismo”, el Estado como “botín de guerra” de los políticos, “the spoils’ system”, “el sistema de la ruina”, que ni Aramburu ni Onganía, teniendo ambos en su momento la posibilidad y el prestigio social para eliminarlo, no lo hicieron, y no estuvieron, por lo tanto, a la altura de un De Gaulle, o de un MacArthur, y determinaron, sin quererlo, la vuelta recurrente de esta calamidad que difícilmente pueda ser eliminada por los políticos comunes puesto que ellos son los grandes beneficiarios de este sistema altamente ruinoso para la sociedad en su conjunto. Así pues, ahora, ante el ocaso de los Generales, Argentina necesitaría un gran político con visos de héroe, visionario, un Sarmiento por ejemplo, como no lo tiene desde hace mucho tiempo, para resolver su problema de fondo. El excesivo numero de afiliados Incidentalmente cabe señalar que una de las mayores evidencias de los vicios de la democracia clientelista que aqueja a nuestro país es el número de afiliados de sus dos grandes partidos en comparación con el número de afiliados a los grandes partidos europeos o estadounidenses. Así, por ejemplo se ha observado que el partido Justicialista tiene cuatro millones de afiliados, y la UCR 3 millones, cuando el partido socialista francés o el Gaullista no pasan de 400 mil en un país con una mucho mayor cantidad de habitantes. ¿Porqué esa diferencia? Porque los partidos políticos en las democracias no clientelistas sólo sirven para proveer el cargo electivo, esto es el de concejal, intendente, diputado, senador, gobernador o presidente, y sus respectivos gabinetes, pero nunca los partidos son los que alimentan a la administración publica, la cual no se nutre de la clientela partidaria, sino que es seleccionada sobre la base de la idoneidad profesional y la carrera administrativa. Por eso naturalmente hay menos afiliados en los países desarrollados. La ficha de afiliación no es el pasaporte al puesto publico. Así de simple. Terrorismo y contraterrorismo en el periodo 1973-83 La transferencia del poder de Lanusse a Perón estuvo signada por el surgimiento del fenómeno terrorista que comienza con el asesinato del General Aramburu en 1970. En un comienzo la reacción del Estado Argentino ante el fenómeno terrorista fue la correcta. El Estado Argentino reaccionó en un principio como corresponde a un Estado de Derecho: se estableció ya en la época de Onganía, en la Justicia Federal, por ley, una Cámara compuesta por 18 jueces y seis salas para juzgar a los terroristas. Se dictaron 1600 sentencias condenando a los malhechores con todas las garantías de la defensa en juicio. Pero en 1973 dicha ley de creación de la Cámara Federal fue derogada, los terroristas liberados y los jueces perseguidos y algunos asesinados por el terror. El premio al terrorismo que ello representó le dio un gran impulso a los grupos Montoneros y al llamado Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP)31. El 31 El diario Clarín del domingo 24 de septiembre de 2006 p.12 informa sobre la ceremonia de sepultura del conocido terrorista Enrique Gorriarán Merlo, segundo de Mario Santucho, el jefe del ERP. Dice textualmente el diario: “A su velatorio asistieron dirigentes y militantes de la izquierda y

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35 Estado Argentino perdió así el monopolio de uso legitimo de la fuerza generándose como reacción una represión indiscriminada, que esta vez no podía ser contenida dentro de los principios constitucionales de la defensa en juicio, dada la experiencia con la Cámara Federal. El terrorismo de los setentas hizo trastabillar al débil Estado argentino32. Dicho terrorismo estaba determinado por dos razones, una externa y otra interna. La externa consistía en que las dos grandes potencias que se disputaban la hegemonía mundial, los Estados Unidos y la Unión Soviética, no podían ir a una confrontación directa entre ellas porque cada una contaba con una arsenal nuclear similar de más de diez mil y tal vez llegando a quince mil ojivas propulsadas por cohetes balísticos intercontinentales capaces de destruirse recíprocamente, y también destruir todo vestigio de vida humana sobre la Tierra. Por ello la Unión Soviética recurrió al fomento del terrorismo en los países en desarrollo. Se trataba de debilitar los ya débiles Estados de estos países quitándoles el monopolio del uso de la fuerza para luego sustituir a sus gobiernos por jóvenes revolucionarios de estilo montoneros o ERP o como los propios revolucionarios rusos de 1917, tanto en el Asia como en Africa y en América Latina. La estrategia consistía rodear así a Estados Unidos y a Europa occidental para provocar su rendición final. Estados Unidos respondió con la represión contraterrorista de las fuerzas armadas regulares de los países en desarrollo, entre otros, las del nuestro. Sin embargo, en 1977, con la llegada del Presidente James Carter al poder y su asesor de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski, Estados Unidos cambió de táctica al advertir la vulnerabilidad intrínseca del propio Estado soviético, el “quedantismo” de su régimen sucesorio del poder, y su consiguiente carácter represivo y corrupto a la vez. Así fue que levantó con cierto hábil oportunismo, la bandera de los “human rights” como arma moral para hacer caer a su adversario. En efecto, el Estado soviético con el pasaje del tiempo evolucionaba rápidamente hacia un sistema hedonista clientelista que se auto-perpetuaba en el poder, que carecía de mecanismos válidos de auto-renovación y que perdía legitimidad ante los ojos de su pueblo por su despotismo e ineficacia. Ese Estado se iba caer por la escasa velocidad en la rotación de las elites, por falta de fuerza moral interna, como fue el caso de los Borbones, por ejemplo, y como todas las aristocracias de las distintas civilizaciones humanas, pero mucho mas rápidamente aun, dada la aceleración de la historia. Con respecto al terrorismo conviene transcribir la opinión actual de Brzezinski33: de organismos de derechos humanos. Entre otros, el secretario general del Partido Comunista, Patricio Echegaray; el diputado kirchnerista y ex miembro de la conducción de montoneros, Miguel Bonasso y el ex piquetero y actual funcionario bonaerense Emilio Pérsico” 32 La situación argentina de los setentas y particularmente antes de 1973 parece validar la teoría del Leviathan de Thomas Hobbes del siglo XVI, Al respecto dice un prestigioso autor de ciencia política “los hombres–los individuos no los padres-al fundarse el Estado artificial delegan el poder supremo en un hombre o a una asamblea por miedo recíproco, el miedo a una muerte violenta, y el miedo compulsivo en sí mismo es compatible con la libertad. En otras palabras, reemplazan voluntariamente el miedo recíproco compulsivo por el miedo nuevamente compulsivo a un tercer poder neutral, el gobierno, y por lo tanto sustituyen un peligro inconmensurable, infinito e inevitable-el peligro de la amenaza de un enemigo-con un peligro mensurable, limitado y evitable-el peligro que desde los tribunales amenaza solo a los infractores” Strauss, Leo, La Filosofía Política de Hobbes, FCE, 2006, p.103. En la Argentina de 1973, al derogarse el Tribunal Judicial encargado de juzgar los crímenes terroristas, reapareció el Leviathan. 33 Brzezinski, Zbigniew, El Dilema de EEUU ¿Dominación Global o Liderazgo Global?, Paidós, 2005, p. 50

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36 los terroristas son irredimibles pero las condiciones que favorecen su existencia puede que no lo sean. Se trata de una distinción importante. Los terroristas suelen vivir en su propio mundo, arrebujados en su supuesta superioridad moral patológica. La violencia se convierte así en algo más que un medio para conseguir un fin: pasa a ser su razón de ser. Por eso resulta necesaria su eliminación. Pero para asegurar que sus filas no vuelven a nutrirse de nuevos elementos se necesita una estrategia política que debilite las complejas fuerzas políticas y culturales en las que nace el terrorismo. Se trata de eliminar políticamente aquello que crea terroristas En mi opinión, la razón sociológica interna del surgimiento del terrorismo en nuestro país estuvo dada por la falta de rotación de su sistema político que cerraba el acceso al gobierno a los elementos mas dinámicos de las nuevas generaciones, ya sea por la acción de un establishment político “quedantista”, o por la via directa de los gobiernos militares. Y también, y esto es muy importante, estaba cerrado el acceso al poder político indirecto por la vía de la carrera administrativa de mérito en el Estado, dado que esa carrera no existía, ni existe todavía. La suma de estos frenos artificiales a la rotación natural de las elites fue fatal. Lamentablemente los dos factores causales continúan operando actualmente en la Argentina de 2006. Continuamos con un “establishment” político quedantista, imposible de renovar, dados los privilegios presupuestarios con que cuenta el político que ejerce el poder por una parte, y siempre bajo el supuesto de una razonable política macroeconómica, y por la otra, la ausencia de carrera administrativa civil meritocrática en el Estado que provea un método institucional automático de renovación de la dirigencia Incidentalmente, desde que el terrorismo tiene vocación por apoderarse del Estado, carece de sentido sancionar como delitos de lesa humanidad y declarar imprescriptibles los del contraterrorismo estatal, y en cambio declarar prescriptibles como delitos menores los delitos propios de los terroristas, que son siempre peligrosos gobernantes en potencia, tal como lo hizo nuestra Suprema Corte de Justicia en el caso del terrorista etarra “Lariz Iriondo”. Esta jurisprudencia tiende a 34 convertir a la Argentina en una suerte de refugio . para los terroristas internacionales debilitando aun más el prestigio del Estado argentino y refirmando así su carácter de Estado fracasado. De acuerdo a esta jurisprudencia los delitos de las “torres gemelas” de Nueva York del 11 de septiembre de 2001, o el de la AMIA en Buenos Aires de 1994, no serían delitos de lesa humanidad y serían prescriptibles. No cabe duda que esta jurisprudencia tiene su origen en un estado artificial de la opinión publica argentina que influye sobre los jueces y que ha sido caracterizado adecuadamente por el embajador Abel Posse de la siguiente manera35: Ahora a treinta años después de aquel 24 de marzo, la laboriosa desinformación mediática, el victimismo y la intencionada ocultación de los crímenes terroristas presentan la realidad de tal manera como 34Opinion Editorial del Diario La Nación del 24 de mayo de 2005 35 Posse, Abel, Consagración de la muerte, La Nación, 24-3-2006

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37 si una secta sangrienta de militares de las tres armas, tal vez ebrios o drogados, hubiera salido a matar jóvenes muy de su casa y de sus estudios…la justicia logró censar 22000 hechos subversivos entre 1969 y 1979: 5125 atentados con explosivos, 1311 robos de armamentos, 1748 secuestros de personas, 1501 asesinatos de empresarios, funcionarios, políticos, periodistas, militares, policías, niños, etc…Galimberti, el mas interesante, lúcido y perverso miembro de la fuerza subversiva, pudo decir con naturalidad:”Hubo un día en que matamos 19 vigilantes”…Dos días antes del golpe La Opinión titulaba:” Un muerto cada 5 horas; una bomba cada tres” El terrorismo no es más que una de las caras de la falencia de un Estado: los terroristas le disputan el monopolio del uso de la fuerza. La preocupación actual de los Estados Unidos con el terrorismo en el nuevo milenio radica en que si los Estados débiles del tercer mundo no logran controlar su territorio, allí suelen aprovechar para esconderse y anidar las bandas terroristas que amenazan ahora a los propios Estados Unidos, o a Israel. Afganistán con Al Qaeda y Bin Laden, o el Líbano con el Hezbollah fueron y son los casos en punto. La imprevisión de Perón al dejar como herederos suyos a su esposa y al Sr Lopez Rega fue imperdonable y condujo a un desastre nacional. La “señora” no estaba en condiciones intelectuales de conducir los destinos de la Nación y por otra parte el clientelismo típico del peronismo y el consiguiente exceso de gasto público, provocaron un recalentamiento en la economía, devaluación, aumentos masivos de salarios y un brote de hiperinflación. La situación era caótica no solamente por los peligros del terrorismo sino también por la hiperinflación en ciernes. Gran parte de la población clamaba para que los militares asumieran el poder nuevamente. Por supuesto que había mejores alternativas. Quizá el propio senador peronista Italo Luder podría haber sido Presidente, pero no quiso aceptar. Incluso hubo propuestas de los partidos conservadores y el radical en la Cámara de Diputados para hacer juicio político a Isabel perón y sustituirla por Italo Luder, pero los peronistas desecharon esta alternativa, y el país desembocó en la tragedia del 24 de marzo de 1976. Las opiniones sobre la historia política argentina de 1976-83 están muy 37 divididas36 y quien quiera formarse una idea cabal debe escuchar las dos campanas . Pero además uno debe preguntarse qué hubiera ocurrido si el terrorista Mario Firmenich, jefe de montoneros, hubiese alcanzado la Presidencia de la República, por ejemplo, y hubiese tenido el monopolio del uso de la fuerza. Quizá hubiera habido un paredón con cien mil fusilados. O fosas con doscientos mil desaparecidos. Quizá todo esta imaginaria masacre resulte benévola si comparamos con los millones de víctimas de la revolución rusa de 1917 y su secuela Stalinista.

36 Quizá la mejor síntesis jamás escrita de esta parte lamentable de la historia argentina sea el artículo de Posse, Abel, Consagración de la muerte, La Nación, 24-3-2006 37 www.nuncamas.org/investig/investig.htm ; www.nuncamas.org/document/document.htm. También Acuña Carlos Manuel, Por Amor al Odio. Crónicas de Guerra. De Campora a la muerte de Perón. Tomo II. Ediciones del Pórtico;. Bonasso, Miguel, El Presidente que no fue, Planeta, 1997; Ciancaglini, Sergio y Granovsky Martin, Nada mas que la Verdad, El juicio a las Juntas, Planeta , 1995; Marquez, Nicolás, La Otra Parte de la Verdad, 2004, Vervitsky, Horacio, Ezeiza, Planeta, 1995; Vervitsky, Horacio El Silencio. De Paulo VI a Bergoglio. Las relaciones secretas de la Iglesia con la ESMA. Sudamericana, 2005;

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38 Por otra parte, debe observarse que una guerra civil como la de 1974-78 crea circunstancias óptimas para grandes reformas pues las instituciones se tornan excepcionalmente maleables en tiempos de crisis, como los metales ante las altas temperaturas. Pero los gobernantes de la época no eran estadistas del nivel de un De Gaulle o un Mac-Arthur. No solamente no se aprovechó la oportunidad para establecer la gran reforma meritocrática del Estado argentino, sino que se cometieron groseros errores de conducción monetaria y cambiaria que impidieron el crecimiento económico en 1976-83 y desprestigiaron enormemente a los gobiernos militares del período. En tiempos modernos todo gobierno que aspire a auto-perpetuarse debe acertar al menos en la política de desarrollo económico. Y las políticas monetarias y cambiarias seguidas en el período resultantes en altísimas tasas de interés reales, por momentos del 100% anual, acompañadas de una fuerte sobrevaluación del peso, destructora de la industria y las exportaciones hundieron al país en el subdesarrollo. Ante el fracaso económico del proceso militar, el General Galtieri, Presidente de facto en 1982 se le ocurrió recuperar prestigio para las fuerzas armadas invadiendo Malvinas. Y este fue el final. 38 Margaret Tatcher, madre de la democracia argentina ¿Porqué en 1983 los militares llamaron a elecciones para desprenderse del gobierno? Simplemente por el desprestigio que les causó la derrota de Malvinas. La guerra perdida en Malvinas contribuyó a acentuar la duda internacional acerca del fracaso del Estado Argentino. La coerción es el carozo del Estado. Pero esa coerción debe tener lugar dentro de la ley. Por supuesto, la derrota permitió poner al descubierto ante la opinión pública nacional e internacional el grave error del terrorismo de Estado. Resultó entonces obvio que la lucha contra el terrorismo debió hacerse con el Código Procesal Penal en la mano, o al menos con el Código de Justicia Militar. La pregunta que surge es si, en estas condiciones, el terrorismo de Montoneros o el del ERP no hubiesen sido acaso los triunfadores en la lucha armada. Y así se hubiesen constituido en el terrorismo de Estado oficial sin código ni restricción alguna, al mejor estilo stalinista o hitleriano: Mario Firmenich Presidente y Roberto Quieto vice. Más allá de esta hipótesis, lo cierto es que el intento de reconquistar un territorio arrebatado ilegalmente por el Reino Unido en 1833 fracasó en gran medida por nuevos errores de la alta conducción militar, mas que por la falencia de nuestras tropas que tuvieron un desempeño muy digno, a pesar del enorme desnivel de recursos tecnológicos que significaba luchar contra la OTAN. El gran error de nuestro alto comando fue, según observadores imparciales de la misma OTAN, simplemente no prolongar la pista de aterrizaje de Puerto Argentino. Si ello se hubiese hecho la Argentina hubiera tenido superioridad aérea y la flota británica no se hubiese atrevido a aproximarse a las islas. La guerra perdida tuvo el efecto de desprestigiar fuertemente a las Fuerzas Armadas ante la opinión nacional y las descalificó como factor de poder político, posiblemente para siempre. Pero la historia de 1983-2003 demostró que la causa de nuestra decadencia no fueron nuestras Fuerzas Armadas solamente pues cuando ellas se apartaron del poder, la decadencia continuó y casi puede decirse que se acentuó. Se transfirió así el poder el 10 de diciembre de 1983. Esta transferencia, al igual que la de mil novecientos dieciséis, es una de las pocas donde se otorgó el poder a la oposición lisa y llana, sin restricciones. Del partido militar desmoralizado por la derrota de Malvinas a uno de los partidos clientelistas establecidos, que en este caso 38

Ver el informe del General Benjamín Rattenbach en www.nuncamas.org/document/document.htm

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39 resultó ser el partido radical. Ni corto ni perezoso, el líder radical, Dr Alfonsín, defensor del terrorista Santucho, Jefe del ERP en el juicio por el asesinato del empresario Oberdan Salustro, Presidente de la Fiat, procedió a armar el juicio político a las Juntas, para de esta manera dar el tiro de gracia al enemigo político máximo de la clase política, el partido militar ya caído y herido. El Dr. Alfonsín fue un típico líder clientelista tradicional. El exceso de gasto publico provocado por los nombramientos partidarios sumado al intento del repago de la deuda externa provocada por la anterior sobrevaluación del peso del Dr. Martinez de Hoz determinaron la alta inflación de 1983-88 y finalmente la hiperinflación de 1989. Incidentalmente, el mantenimiento del Estado clientelista en la Argentina hace mucho mas fácil la presión de los Estados extranjeros para la obtención de sus objetivos políticos respecto de la Argentina. El estado clientelista es, por esencia, una presa fácil para los servicios de espionaje extranjeros. Por ello es que las agencias internacionales, supuestamente interesadas en ayudar a nuestro crecimiento, jamás han recomendado, ni recomendarán, el establecimiento del Estado meritocrático en la Argentina como el camino más directo y fácil hacia la meta de ser un país desarrollado. La transición irregular y caótica de 1989 Cuando en julio 1988 el el Dr Carlos Saul Menem ganó las internas del partido justicialista se produjo un escalofrío en la opinión seria, nacional e internacional. El FMI decidió entonces frenar la candidatura de Menem e intervenir en agosto de 1988. Lo hizo mediante un préstamo de Stand By con la intención de evitar el colapso de la economía radical. Pero el importe del préstamo duraba hasta mayo del 1989 solamente. El presidente saliente, Dr Alfonsín, adelantó entonces 6 meses las elecciones que debieron tener lugar en octubre de 1989 al mes de mayo del mismo año, concordante con la idea de que hasta esa fecha podía durar el dinero del FMI otorgado en agosto de 1988. Menem respondió entonces amenazando al FMI, por medio del diputado Domingo Cavallo que actuó como su mensajero en Washington, que si ese organismo favorecía al candidato radical Angeloz, y si a pesar de ello, el Justicialismo llegaba a triunfar, entonces él, Menem, se iba a encargar de desconocer la deuda externa. El FMI decidió entonces no entrometerse en la política interna argentina y canceló así el Stand By en enero de 1989. Y de esta manera comenzó la hiperinflación que permitió el triunfo electoral del Dr. Menem el 14 de mayo de ese año, ante el desprestigio enorme que la vertiginosa suba de precios significaba para el radicalismo. Obviamente esta no fue una transición normal. La transición irregular de 1995 Tampoco lo fue la de 1995 pues el Presidente incumbente movió todos los resortes posibles para quedarse y lo logró, mediante el Pacto de Olivos y la reforma constitucional de 1994 que abría la posibilidad de reelección. Los métodos para el logro del Pacto de Olivos no parecen haber sido del todo claros al punto que determinaron la indignada renuncia del Ministro del Interior Gustavo Beliz y dicha reforma finalmente se gestó sobre la base de la íntima amistad entre el gremialista Luis Barrionuevo y el ex Ministro Enrique Nosiglia39 En efecto, la utilización de 39 Dario Gallo y Gonzalo Alvarez Guerrero, El Coti, El Dueño De Todos Los Secretos, Biografia No Autorizada De Enrique Nosiglia, Editorial Sudamericana, 2005, p. 253 y 266

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40 fondos reservados para la compra de leyes del Congreso parece ser una constante del nuevo sistema político. Ello parece haber ocurrido en el caso de la ley de flexibilización laboral del año 2000, donde el Poder Ejecutivo habría extraído fondos secretos para sobornar a legisladores por montos que según informa la prensa alcanzaron a los cinco millones de dólares. Este hecho presta apoyo adicional a la tesis de la falencia de nuestro Estado. Así como ocurrió con la llamada “ley Banelco”, algunos indicios bastante serios sugieren que la ley de declaración de la necesidad de la reforma constitucional que diera lugar a la Constitución de 1994, con la que se consagró la reelección del ex presidente Menem, también habría sido obtenida utilizando medios parecidos aunque tal vez por sumas mucho mas altas dado los mayores intereses en juego. La transición venenosa de 1999 Finalmente la transición presidencial del Justicialismo al Radicalismo-Frepaso de 1999 tampoco fue normal. El Presidente Menem trató de forzar una interpretación imposible de la Constitucion de 1994 que le permitiese otra reelección. Y tal vez lo hubiera logrado porque la Corte Suprema le era incondicional y el mayoritario Partido Justicialista, tradicionalmente imbuido de verticalismo y aceitado por el dinero del poder, lo hubiera aceptado. Pero finalmente desistió cuando su Ministro de Economía Roque Fernández lo convenció de que la Convertibilidad se había tornado insostenible a raíz de la devaluación brasileña del 13 de enero de 1999 y que convenía entregarle la bomba empaquetada al Presidente de la Rúa para que la misma estalle en las manos del radical y así hacer que la UCR pagara los costos que dejara la imprudente y errada política económica Menemista-Cavallista. Por ello la transición aparentemente regular de 1999 fue en realidad una estratagema para evitar enormes responsabilidades políticas y volver en el 2003. Las nuevas formas del Golpe de Estado ¿Porqué en los últimos 22 años no han habido los golpes de Estado clásicos de nuestra historia? Gracias a Margaret Tatchter y la guerra de Malvinas. Ello significó una enorme pérdida de prestigio para las Fuerzas Armadas argentinas ante la opinión pública. Por ello es que esta guerra tiene tanta trascendencia para explicar la historia política argentina reciente. El desprestigio de las fuerzas armadas tiene así un beneficio: no más golpes militares, pero también un costo. El costo es que en rigor casi no tenemos fuerzas armadas. No tener fuerzas armadas en la pos-modernidad donde las Naciones Unidas está totalmente trabadas en su accionar, nos convierte en una nación de existencia precaria y nos acerca peligrosamente al paradigma de los estados fracasados. Si Chile no tuviera un gobierno socialista y pacifista, podría tal vez intentar apoderarse de la Patagonia y así pondría fin a la existencia del Estado argentino. Ello podría ocurrir por ejemplo cuando la Argentina se vea obligada a suspender sus exportaciones de gas natural a Chile debido al agotamiento y depredación de su recurso, imprudentemente cedido a la empresa estatal española Repsol, que no tiene interés en explorar40. Al respecto un camarista jubilado me decía ¿Y eso que importa? Se empezó a preocupar cuando le recordé que no podría cobrar más su jubilación de un Estado inexistente. Y se fue muy preocupado y ahora sí, es muy nacionalista. En síntesis, el servicio civil de carrera y meritocrático debió haber sido el antídoto contra los golpes militares. No la guerra perdida de Malvinas. Porque ahora los golpes siguen existiendo pero están privatizados, como el de 40

La Presidente Michelle Bachelet intimó al Presidente Nestor Kirchner en una reunión que tuvieron en Mendoza en septiembre de 2006 a entregar a Chile una provisión de gas que no tenemos, a precios menores de la mitad de lo que debemos pagar a Bolivia por importar ese gas.

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41 diciembre de 2001. Los elementos de Clase II están ahora difusos en el pueblo indignado contra la corrupción y la terrible ineficiencia del Estado. Pero el pueblo actúa por medio de turbas en forma desordenada donde cualquier cosa puede pasar. Los nuevos golpes se parecen algo a los de 1789 y 1848 en Francia. El Presidente Kirchner pudo hasta ahora aventar los golpes privatizados erigiéndose mediáticamente en campeón de la defensa de los intereses nacionales y apoyándose fuertemente en un buen manejo de la economía el que se refleja en las altas tasas de crecimiento de 2003, 2004, 2005 y 2006. Pero si éstas tasas llegan a caerse, por ejemplo, por la aparición repentina de una crisis energética importante con falta masiva de electricidad o gas, no deben descartarse episodios similares a los que provocaron la caída del Presidente de la Rúa en el 2001. VII.-IMPACTO DE INEFICIENCIA DEL ESTADO CLIENTELISTA EN LA ECONOMIA La ineficiencia del Estado proveniente del clientelismo y la falta de profesionalismo en su cuerpo de funcionarios de carrera, particularmente en los últimos 40 años, ha determinado que el manejo económico del país quede en manos exclusivas de algunos Ministros de economía particularmente ineptos o equivocados aunque por momentos la opinión pública los haya considerado “genios”. Ante la debilidad técnica y política de la burocracia estatal de carrera, los ministros de turno se consideraron libres para ensayar sus “teorías” convirtiendo al país en un conejo de indias para experimentos costosísimos. Tales fueron los casos de los ministros Martínez de Hoz y Cavallo con sus altísimas tasas de interés, con la sobrevaluación cambiaria y con la enorme deuda externa y desocupación que supieron conseguir. O el caso de los economistas Sourrouille y Machinea que en 1987-89, cuando estuvieron al frente de la economía generaron una terrible hiperinflación. Los buenos tiempos Desde 1860 hasta cerca de 1940 la Argentina fue un ejemplo para el mundo en materia de desarrollo económico. El Estado era intervencionista y eficiente en materia educativa y en materia económica era liberal, o alternativamente, intervencionista eficiente, esto último especialmente en 1930-45. Partes del Estado como el ministerio de Educación y los de Guerra y Marina eran eficientes y no clientelistas. Y el de economía basaba su política invariable en las ideas liberales de Alberdi en su memorable “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación 41 Argentina según su Constitución de 1853 . Habíamos adoptado el "export led growth model" en su versión agropecuaria y en integración con Inglaterra. Este país a partir de 1844, con el dictado de las llamadas corn laws, había abierto su mercado para la importación de productos agrícolas. Nuestro país fue socio nada menos que de la primera potencia naval, económica y financiera mundial hacia 1914. Con la Constitución de 1853, la apertura de la economía y el dictado de modernos códigos se había acabado con el antiguo feudalismo-mercantilista de la vieja España, símbolo del atraso. La crisis de 1890 obligó a frenar la expansión del gasto público, a aumentar los impuestos y a no emitir moneda a la espera de una deflación que finalmente no se produjo. En 1898 la ley de convertibilidad de ese año abandonó la idea deflacionista de una convertibilidad de uno a uno como la que pretendieron las reformas monetarias de 1890 y adoptó un cambio de 2.27 pesos papel por un peso 41 Alberdi, Juan Bautista, El Sistema Económico y Rentístico de la Conferación Argentina según su Constitución de 1853, edición la Tribuna Nacional, 1886. Ver también Jorge Mayer, Alberdi y su Tiempo, Abeledo Perrot, 1973

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42 oro sellado. La nueva convertibilidad implicaba que la emisión monetaria debía hacerse contra la compra de oro por parte de la Caja de Conversión. Y el nuevo tipo de cambio elevado aseguraba superávits comerciales con el exterior que permitían la abundante llegada de oro a nuestra Caja para transformarse en emisión con respaldo. La Caja de Conversión con tipo de cambio alto permitía así una gran emisión con respaldo para expandir la economía privada, pero al mismo tiempo ponía un freno efectivo a la expansión irresponsable del gasto público. El verdadero dique de contención del gasto público La hiperinflación de 1989 creó un tiempo excepcionalmente propicio para grandes reformas porque las hiperinflaciones así como las grandes crisis tornan a las instituciones de una sociedad muy maleables, como el hierro o los metales ante altas temperaturas. En 1991 el gasto público necesitaba un dique de contención más severo que la ley de Convertibilidad de ese año porque dicho esquema monetario prohibía al Banco Central emitir moneda para financiar el gasto público pero dejaba la puerta abierta de par en par al gobierno para su expansión, financiado con deuda pública y privatizaciones. Se imponía pues en ese momento establecer un cerrojo más fuerte al crecimiento del gasto. Ese cerrojo debía estar constituido por exámenes rigurosos como requisito previo a todo nombramiento en la administración pública. La exigencia de exámenes rigurosos y generalizados para el ingreso al funcionariado estatal nacional, provincial y municipal, hubiera creado una valla casi infranqueable para los nombramientos de favor y a la consiguiente expansión del gasto público. Este era el verdadero cerrojo contra la inflación y la hiperinflación que necesitaba la Argentina. No la fijación del tipo de cambio. El gasto público es principalmente gasto en personal y su crecimiento está amparado en la propia naturaleza intrínseca del Estado clientelista donde gobernar es nombrar. El exceso de gasto público improductivo fue, a su vez, una de las causas profundas de la inflación y la decadencia nacional. Lamentablemente los gobernantes de 1990-91, Menem o Cavallo, no eran los estadistas de ideas claras que necesitaba la Argentina en ese momento excepcionalmente oportuno para grandes reformas. Dar espacio de maniobras a la política monetaria La contención del gasto público improductivo es esencial para dar un amplio lugar de maniobra para que la política monetaria del Estado pueda operar con comodidad. La política monetaria es la que permite generar bajas tasas de interés para estimular la inversión productiva en activos reales que a su vez promuevan el crecimiento y el pleno empleo. El pleno empleo es un problema esencialmente monetario enseñaba ya Lord Keynes, cuya obra principal se denomina sugestiva y precisamente “Teoría General del empleo, el interés y la moneda”. Con una buena moneda es muy fácil promover el pleno empleo y el crecimiento económico. Pero una buena moneda requiere tener previamente finanzas públicas sanas y estas requieren a su vez de un dique efectivo al crecimiento del gasto público improductivo. Ese dique poderoso y efectivo debe estar constituido precisamente por las trabas a la facultad de nombrar a la clientela. Lo cual es incuestionable. La emisión de dinero para cubrir gastos del Estado En el Estado clientelista que nos agobia los nombramientos en el Estado se hacen por amistad política o parentesco. Cuando hay concursos, ellos se refieren a cargos altos y son por lo general amañados. Los funcionarios nombrados sobre esas bases por lo general no sirven, o directamente no trabajan y cobran el sueldo. La excesiva

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43 cantidad de nombramientos políticos no solamente hace ineficiente al Estado y desalienta a los pocos funcionarios competentes que van quedando, sino que compromete a las finanzas del Estado generando la necesidad de recurrir al Banco Central para emitir moneda para financiar el gasto publico. La emisión de moneda espuria para estos fines genera inflación y si la velocidad de circulación del dinero es alta, genera hiperinflación como la de 1989 que fue de 4924%. La hiperinflación es la manifestación final del colapso del Estado, pero su causa profunda está en la imposibilidad de controlar la poderosa tendencia del gasto publico del Estado clientelista a crecer indefinidamente. Bimonetarismo y riesgo de hiperinflación El Estado argentino tiene un sistema bimonetario, donde la moneda de otro estado, el dólar estadounidense, circula conjuntamente con el peso argentino. Cuando en un Estado hay dos monedas, la mala moneda desplaza a la buena. Es la ley de Gresham. La mala moneda es la que se usa para gastar y la buena moneda para ahorrar. La mala moneda que sería el peso tiene así alta velocidad de circulación. En otro libro hemos demostrado que el sistema bimonetario es propenso a la hiperinflación42. Una señal de que un Estado está al borde de su desintegración y de su fracaso se da cuando en el Estado en cuestión se usan monedas de otros países. La moneda es el buque insignia de la flota del Estado. Si el buque insignia está seriamente averiado es probable que el comando no funcione y que toda la flota se disperse y tal vez se vaya a pique. Vemos así que la mala moneda es la causa de la inflación, de la hiperinflación, de la desocupación y por lo tanto de la emigración. Vemos así como todos los males económicos del Estado están relacionados con la moneda: tanto las altas tasas de interés que frenan la inversión y el crecimiento, como la inflación o la hiperinflación y también la desocupación y su corolario, la emigración. Pero casi todas las enfermedades monetarias se originan en el gasto publico incontrolable que a su vez viene del sistema clientelista de nombramientos. El entusiasmo por el conocimiento y el sistema de nombramientos El Estado, es siempre el principal empleador de toda la Nación, y si sigue criterios de igualdad, competencia y mérito en los nombramientos, surge un entusiasmo por el estudio y el conocimiento que contagia a toda la sociedad y vigoriza extraordinariamente a todo el sistema educativo pues lo convierte en la llave de acceso al Estado. El conocimiento es a su vez capital humano y es la razón última del desarrollo económico. Decíamos antes que el economista norteamericano Robert Solow descubrió que desde 1900 hasta 1950 la inversión de capital explicaba solamente el 12.5% del crecimiento del ingreso per capita de ese país. Y el 87.5% restante se debía al adelanto tecnológico, esto es básicamente a la educación y a la formación de conocimientos y capital humano que ese adelanto implica. Por estos descubrimientos le dieron el premio Nóbel. Por otra parte, el subdesarrollo de España en 1920 lo explica Ortega y Gasset casi enteramente en razón de la 43 "Ausencia de los Mejores" en el Estado . Ausencia de los mejores en términos de intelecto, energía vital y honestidad y no en alcurnia o prosapia, se entiende.

42 Conesa Eduardo, “Macroeconomia y Política Macroeconómica”, Editorial La Ley, 2006 43 José Ortega y Gasset, España Invertebrada, Obras Completas, Volumen III p. 35, Editorial Revista de Occidente, Madrid, 1955.

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44 Y precisamente el sistema educativo cumple la función esencial de fomentar y detectar el talento siempre que el Estado dé el ejemplo y fundamente su régimen de ingreso propiamente en el sistema educativo. Además, el sistema educativo cumple 44 funciones de socialización y tamización o "screening" . En efecto, en el caso de los seres humanos no se puede adivinar fácilmente el grado de capacidad, carácter y condiciones de cada persona pues ellas tienen poco que ver con la apariencia. El sistema educativo, al "socializar" a las personas, les induce costumbres de puntualidad, persistencia, concentración, docilidad para obedecer órdenes y habilidad para el trabajo en equipo. Además, los diplomas primarios, secundarios o universitarios actúan como credenciales que también "certifican" cualidades de comportamiento y conocimientos que los empleadores consideran importantes y que sirven para "pronosticar" un nivel de desempeño futuro. Esto último es esencial pues el contrato de trabajo es un contrato "abierto" donde el empleador, en este caso el Estado, se obliga a pagar un sueldo y dar estabilidad a la relación laboral, pero no sabe qué nivel de cooperación y entusiasmo por la función va obtener del empleado. Esto sólo se puede saber con el tiempo y el desempeño efectivo del empleado, de allí la importancia de la carrera administrativa y la promoción por "mérito" una vez que se pasó el examen de ingreso. El "screen" educativo, no obstante su importancia para el desarrollo y para la asignación de los recursos humanos, no es adecuadamente reconocido en la Argentina a nivel de escuelas secundarias y universidades y ciertamente no para el ingreso al Estado. El sistema educativo y la igualdad El sistema educativo, sea a nivel primario, secundario o universitario debe ser eficiente en su misión esencial de dar luz verde para el avance del talento. El sistema educativo debe tener, por un parte, una amplia cobertura en los niveles primarios para asegurar que todas las clases sociales tengan igualdad de oportunidades. Cuando más amplia sea la base, mayor será la probabilidad de detectar altas calidades. La competencia dentro del sistema puede ser dolorosa, pero luego es el factor que asegura el desarrollo, al permitir la emergencia de una dirigencia competente que se va dibujando en la medida en que la pirámide educativa se va estrechando en las escalas superiores sobre bases objetivas e imparciales. Un sistema así, al dirimir la puja entre los grupos sociales sobre la base del mérito, torna a la sociedad mucho mas cohesiva. El joven capaz perteneciente a una familia de escasos recursos no tiene necesidad de ir a la izquierda revolucionaria o terrorista, pues el "sistema" le ofrece un porvenir. El trabajo "en equipo", tan difícil en nuestro país, se facilitaría si el jefe de cada equipo tuviera cualidades reconocidas objetivamente. Y todo funcionaría mejor en el cuerpo social si el cerebro y no los pies tomaran el comando. La verdadera democracia debe buscarse no solamente en el voto popular, que depende de la propaganda distorsionante y del control de los medios de difusión, así como en el poder económico del capital concentrado, sino en la amplia cobertura y en la eficiencia del sistema educativo. Si la democracia no se funda en la educación y en el mérito siempre degenera, como lo vemos en nuestro país.

44 Sobre la cuestión del "screening" hay una creciente bibliografía por ejemplo, "The Screening Hypothesis and the Return to Education", Richard Layard and George Psacharapoulus. JPE Vol. 82 Sept. Oct. 1974 p. 985; Arrow Kenneth "Higher Education as a Filter", J. of Public Economics, July 1973 193-216; Mark Blaug "Where are we now in the Economics of Education" reproduced in the Economics of Education and the Education of an Economist, New York University Press, Washington Square, New York, 1987.

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45 El sistema educativo a su vez debe tener un desemboque en el ingreso a la función pública. En Argentina suele ocurrir al revés, primero se ingresa a la función pública no profesional y luego, a tiempo parcial, se sigue una carrera universitaria. De esta manera se burla el sistema de ingreso por exámenes y el Estado se queda con una enorme cantidad de profesionales marginales. Los milagros de otros países Cuando se contrasta el desarrollo argentino con el japonés, coreano del sur o el taiwanés, se habla erróneamente del "milagro" de estos últimos países. No existen tales milagros, lo cual se comprueba no bien se estudia en detalle la política de asignación de los recursos humanos de estos países. En estos tres casos, como dijimos antes, el proceso de ingreso a las administraciones públicas es rigurosísimo, dándose una ponderación enorme a exámenes donde hay que demostrar competencia 45 . En Taiwán, por ejemplo, reiteramos, existe un Cuarto Poder e idoneidad establecido en la Constitución misma del Estado, el "Tribunal de Examen", para vigilar la competencia para toda la función pública comenzando por los exámenes de ingreso al escalón mas bajo del escalafón profesional. Este sistema es muy superior a nuestro sistema del Consejo de la Magistratura para jueces. VIII.-LA CORRUPCION INTRINSECA DEL SISTEMA CLIENTELISTA Y SUS OTROS EFECTOS NEGATIVOS SOBRE EL DESARROLLO ECONOMICO Se registran hechos de corrupción en el Estado argentino como la cesión de su jurisdicción, su sustitución por Estados extranjeros en la prestación de nuestros servicios públicos, los sobresueldos, el escándalo de niños trabajando, la crisis de seguridad, la compra de leyes, y el mismo sistema rentístico clientelar. Estos signos de descomposición de nuestro Estado desaparecerían en un 80% con el sistema de nombramientos y ascensos por mérito. La cesión de jurisdicción en los pleitos relativos a nuestros servicios públicos, por ejemplo proviene de pensar que los Estados extranjeros tienen mejores jueces. La cesión de la prestación de nuestros servicios públicos a Estados o empresas de Estados extranjeros se debe a que pensamos que ellos tienen mejores funcionarios gerentes que los nuestros. Los nuestros son reconocidamente malos, en promedio, simplemente porque provienen de un mal sistema de nombramientos. Y los extranjeros que son reconocidamente buenos, lo son cuando provienen de sistemas de nombramientos meritocráticos. En rigor no tenemos necesidad de ceder nada, sino establecer los buenos métodos de ellos para reclutar a nuestros propios funcionarios. Los argentinos en el pasado siempre nos consideramos mejores que los españoles por ejemplo. Si ahora resulta que los españoles nos han superado es porque la Unión Europea los obligó por largos años a mejorar la administración pública como condición previa para entrar en ella. Ya hacia el final de la época de Franco, cuenta una anécdota que un viejo amigo de la infancia en Galicia le pidió al Generalísimo un puesto menor en el Correo. Este le respondió que le podía ofrecer el de Ministro de Comunicaciones, pero que no tenía facultades legales para darle un puestito en la administración. Nadie defiende el interés general cuando no hay designaciones por mérito La corrupción significa la prevalencia de intereses particulares mezquinos en detrimento del interés general. Cuando se autorizó, por ejemplo, el local de Cromagnon en violación a las más elementales normas de seguridad probablemente 45 Ezra Vogel, Japan as Number One, Harvard, Pag. 54.

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46 corría dinero de por medio. Alguien seguramente trató de enriquecerse a costa del interés general. En el Estado clientelista prevalecen los intereses particulares sobre el general. El funcionario busca enriquecerse en el corto plazo mientras dure el político que lo nombró, con quien suele compartir sus ganancias. El sistema de nombramientos por exámenes a los jóvenes profesionales y la promoción por carrera administrativa, en cambio, asegura una mayor prevalencia del interés general, mayor cohesión nacional y drástica disminución de las tensiones entre clases sociales. Esto ya lo decía Aristóteles: cuando el dueño único, o la minoría, o la mayoría gobiernan consultando el interés general, la constitución es pura necesariamente; cuando gobiernan en su propio interés sea el de uno solo, sea el de la minoría, o sea el de la multitud, la constitución se 46 desvía del camino trazado para su fin La autoestima de los funcionarios y la corrupción El sistema de mérito es esencial en la lucha contra la corrupción porque fomenta la auto estima del funcionario público. El funcionario de carrera que fue nombrado por un sistema objetivo de exámenes piensa que alcanzó su posición por propio mérito y que no le debe el favor del nombramiento a ningún Ministro o Secretario de Estado o diputado amigo. Esta autoestima es importante porque el funcionario lucha entonces por el interés general del país cuyo Estado lo nombró y le encomendó velar por sus intereses. A veces se dice que las prostitutas son mujeres que perdieron la auto estima. Lo mismo pasa con la autoestima de los funcionarios públicos del Estado clientelista, que deben su nombramiento meramente al amigote o padrino político y que entonces deben devolver favores. Tan importante es la autoestima de los funcionarios públicos para el progreso de un país, que Francis Fukuyama, la considera como el principal motor de la historia humana. Y lo hace con estas palabras: El deseo de reconocimiento suena como extraño y algo artificial, y más aun cuando se dice que es el primer motor de la historia humana…De acuerdo a Sócrates, la principal característica de los guardianes de la ciudad es el "timo", una palabra griega que algo torpemente puede ser traducida como "fuerza moral". Sócrates compara a un hombre con "timo" con un noble perro que es capaz de gran coraje e indignación para luchar contra extraños en 47 defensa de su ciudad Las designaciones de por vida y para el largo plazo Además el sistema de carrera administrativa hace que el funcionario público tenga una ética de largo plazo porque debe cuidar su prestigio para poder ascender, lo cual también es un elemento esencial en la lucha contra la corrupción. Un funcionario de carrera entra a la administración pública después de recibir su título profesional 46 Aristoteles, La Política, Ed. Espasa Calpe, Maddrid 1941, Pag. 87 47 Francis Fukuyama, "The End of History and the Last Man", Avon Books, 1992, Pag. 162 y 163

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47 universitario y también después de pasar las horcas caudinas de los difíciles exámenes de ingreso a la función publica, cuando tiene 23 o 25 años cumplidos. Luego se jubila normalmente a los 55 años, después de trabajar treinta en la administración. Pero la estructura jerárquica de una administración pública bien organizada exige un estrechamiento en la cúpula, y ello determina que una buena parte de las carreras deba ser tronchadas por la mitad, pero sobre la base de la competencia sana entre los burócratas. Por ello, para evitar ser postergados en los ascensos y retirados antes de tiempo, los funcionarios deben ser cuidadosos con su propio prestigio y apartarse rápidamente de cualquier negociación incompatible con el interés del país. Esto crea una saludable ética del largo plazo. A fin de cuentas, la ética no es más que el seguimiento del interés personal de cada uno en el muy largo plazo. En último análisis el cumplimiento de los diez mandamientos de la ley de Moisés hace al hombre justo y merecedor de la recompensa eterna. Mas largo plazo que éste, imposible. Cuando una conducta, o una decisión, está tomada más en consonancia con los intereses de la persona en el más largo plazo, más acorde con la ética será. En una administración clientelista, por el contrario, los funcionarios se apresuran a llenar la bolsa rápido, no vaya a ser cosa que el ministro o el político que los patrocinó renuncien, caigan en desgracia, o sean removidos de su cargo por alguna otra causa y ellos pierdan también su puesto público prebendario. El control recíproco y la pirámide El sistema meritocrático crea un control recíproco entre los funcionarios de carrera en competencia por el ascenso que determina un frenesí por la decencia y la defensa del interés general. La misma pirámide de la administración pública y los ascensos por mérito hace que los funcionarios de carrera se controlen unos con otros y se haga muy difícil la connivencia en perjuicio del interés general, porque siempre habrá alguno que pueda ganar denunciando las trenzas. En los países subdesarrollados, al no existir este control recíproco se generaliza la corrupción. Por eso dice un premio Nóbel, estudioso del subdesarrollo: Los países subdesarrollados son todos, en diversos grados, Estados blandos...El término Estado blando se entiende que comprende los varios tipos de indisciplina social que se manifiestan en: deficiencias en legislación y en particular en observancia de la ley y su compulsividad, una difundida desobediencia de los oficiales públicos en varios niveles a las reglas y directivas que se les indican desde arriba, y frecuentemente su colusión con poderosas personas y grupos de personas cuya conducta ellos deben regular. 48 Dentro del concepto del Estado blando está la corrupción. . El control de la clase política Como si lo anterior fuera poco, el cuerpo de funcionarios de carrera y mérito del Estado se constituye en el más efectivo elemento de control sobre la clase política que es la que ocupa los cargos de alta conducción a nivel de Ministros y Secretarios de Estado. Si un Presidente o Ministro tiene el poder de nombrar discrecionalmente a los funcionarios de la administración, tiene un crédito contra los nombrados de favor por el cual puede a su vez darles órdenes de adjudicar tal o cual licitación a tal o cual firma, o cumplir tal o cual orden ilegal y los funcionarios nombrados de favor, 48 Myrdal, Gunnar, The Challenge of World Poverty, A Vintage Book, 1971, p. 208

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48 por una cuestión de gratitud, deben obedecerlo. Pero esto posibilita la corrupción. Es que el poder de nombrar es la base del poder político y confiere un poder inmenso, desmesurado y excesivo al nombrador. En el caso de la Constitución Argentina tenemos tres normas que colisionan entre sí al respecto. Por una parte el Art. 16 establece la idoneidad como condición para el acceso a los cargos públicos, lo cual supone un sistema de exámenes para el ingreso y carrera administrativa. Por la otra parte el Art. 99 inc. 7 permite al Presidente hacer nombramientos a su paladar de los oficiales de su secretaría, los agentes consulares y los empleados cuyo nombramiento no está reglado de otra forma por esta Constitución . Y lo mismo, el Art. 100 inc. 3 con referencia al Jefe del Gabinete de Ministros a quien le corresponde Efectuar los nombramientos de los empleados de la administración, excepto los que correspondan al Presidente. Como al Presidente de acuerdo al 99 inc. 7 le corresponden todos los nombramientos que se le antojen, ¿Cuales corresponden al Jefe de Gabinete? Este sistema hace creer a los gobernantes que gobernar es nombrar y da amplio pie al clientelismo. Si existían cláusulas de la Constitución que necesitaban reformas profundas eran las referentes a los nombramientos. La contradicción entre el Art. 16 y los Arts. 99 inc 7 y 100 inc 3 se podría resolver, tal vez, mediante una Ley del Congreso que defina rigurosamente y reglamente la idoneidad estableciendo un sistema de exámenes de ingreso y carrera civil para probar primero la idoneidad para poder acceder luego a los cargos del Estado y al nombramiento por parte del Presidente o del Jefe de Gabinete. La ley debería dejar solamente al Presidente o al Jefe de Gabinete la facultad de nombrar a quienes se les antoje en los cargos de Ministros o Secretarios de su despacho. Los cargos de Ministro y Secretarios de Estado son tan notorios que si el Presidente designa personas ineptas, se somete él mismo a la burla de los medios de comunicación y las fauces de la prensa, que constituyen uno de los mejores controles de una democracia para evitar el amiguismo en los nombramientos, pero solamente para los cargos de gran importancia. Reingreso a la clase política y mejoramiento de la calidad de ésta Sin embargo las ventajas del sistema meritocrático en los nombramientos y en los ascensos son mayores aun. Una parte importante de los funcionarios de carrera cuando se retira pasa a formar parte de la clase política del país, la que entonces mejora en conocimientos y prestigio. En países como Francia, Japón y otros con administraciones meritocráticas, es común que una buena parte de la dirigencia política sean funcionarios retirados de la administración pública profesional. En Japón un 30% de los miembros de la Dieta son ex funcionarios de carrera retirados. Respecto de un ex Primer Ministro de Francia, decía el conocido semanario The 49 Economist Pero el duro y enérgico primer ministro de 49 años es un producto de la Ecole Nationale de la Administration (como el Sr Chirac), la escuela de elite de postrado para el entrenamiento del servicio civil de alto vuelo y es algo más que un tecnócrata de buen cerebro. Es también un hombre culto de fuertes convicciones con, dicen sus amigos, un cierto carisma y humor, aunque esas condiciones no siempre las muestra en público.

49 The Economist del 20 de mayo e 1995, Pag. 49

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49 En el político no importa tanto su capacidad intelectual como su talento para captar y representar el sentir del pueblo de todo lo que conviene al bien común, y que sobre esas bases sea capaz de proveer las grandes líneas de la acción de gobierno para que estas sean ejecutadas y llevadas a cabo por una administración eficiente. En una palabra, lo importante en el político es su representatividad, y en el funcionario de carrera, su saber y su capacidad para implementar las directivas superiores del político. Simbiosis con el sector privado y diagonal de las fuerzas No terminan acá las ventajas de la meritocracia en los nombramientos y en los ascensos. Otro grupo importante de los funcionarios públicos de carrera, cuando se retira, es llamado, en virtud de su prestigio y reconocida capacidad, a ocupar puestos de comando en las grandes empresas del sector privado, lo cual crea una simbiosis de largo plazo entre los intereses públicos y privados que empuja al país en la dirección del desarrollo. Como originariamente, el sistema de funcionariado de mérito del Estado se lleva la crema de la inteligencia y la voluntad nacional en su temprana juventud a los 22-25 años, no es de extrañar que con el transcurso de los años, el sector privado esté ansioso de incorporar a sus filas estos prestigiosos ex funcionarios cuando se jubilan a los 55. Esto hace que los sectores públicos y privados del país no sean antagónicos sino cooperativos, y esto repotencia la diagonal de las fuerzas hacia el desarrollo. Estos son nuevamente los casos de Francia y Japón por excelencia. Pero en todos los países desarrollados como Inglaterra, Estados Unidos o Canadá, ocurre lo mismo. Políticas de Estado estables. Memoria Por otra parte la lenta rotación de los funcionarios públicos de carrera ayuda a la continuidad de las políticas nacionales, lo cual refuerza su efectividad y su éxito. Cuando los países desarrollados implementan medidas de largo aliento para promover la industria, o la agricultura, o la energía atómica, o la educación, o la actividad que fuera, en virtud de una estrategia nacional discutida a fondo dentro de la administración profesional de mérito, los ministros pueden cambiar, pero las políticas quedan y son efectivas. En nuestro país se invierte poco porque todas las políticas cambian y las rentabilidades de las actividades económicas varían diametralmente simplemente con un mero cambio de ministro. No hay políticas de Estado y consecuentemente tampoco existe memoria de errores en la administración pública. El prestigio del Estado y el orgullo nacional Por último, el prestigio de la burocracia estatal, cuando el público "sabe" lo difícil que es pertenecer a ella, por la objetividad e imparcialidad del sistema de exámenes y promoción, repercute en un mayor prestigio para todo el Estado, facilita el cumplimiento de la ley, y fortalece el orgullo nacional en toda la comunidad. Esto es decisivo para el mejoramiento de la estatalidad, dado el profundo desprecio que existe actualmente en la ciudadanía argentina en contra de sus funcionarios y también de los jueces en general. Se dice que los franceses son nacionalistas y los argentinos extraordinariamente “vende-patrias”. Esto ocurre porque los franceses están orgullosos de su país influidos enormemente por la circunstancia de que tienen la mejor burocracia del mundo en la cual se miran a sí mismos como en un espejo. Los argentinos en cambio, en lugar de dedicarnos a construir un Estado competente para que la burocracia argentina sea la mejor del mundo para que nos administre y nos defienda, solemos llamar a los burócratas y jueces extranjeros que obviamente 49

50 defenderán los intereses de su país y no los nuestros. Tanto rechazo nos causa el fracaso de nuestro Estado que no lo asumimos como un fracaso propio y exclamamos “Este país”, en lugar de “nuestro país”… despegándonos de él. IX.-FINAL SOBRE EL CLIENTELISMO Y NUESTRA DECADENCIA La Argentina se arrastra por el mundo de hoy con un gran desprestigio que contrasta con el buen nombre que nos legaron nuestros abuelos. En el decenio de los noventas y particularmente en 2001-2002, algunos pensaban que nuestro país marchaba hacia la disolución nacional y que ya éramos un Estado fracasado, aunque todavía no se lo decía abiertamente, pero sí se murmuraba en los pasillos de las cancillerías y en los organismos internacionales. Hacia 2003—2006 se produjo una reacción saludable pero insuficiente porque la causa profunda de la desintegración argentina continúa operando. En tiempos de crisis como las de 1989-1990 ó 2001-2002 las instituciones se tornan excepcionalmente maleables, como los metales ante las altas temperaturas, y si bien en las dos crisis se pudo resolver la coyuntura favorablemente, se desperdició en ambas la oportunidad para atacar el mal de fondo de la Argentina. Tambíén los regímenes militares que tuvo la Argentina desde 1930 hasta 1983 perdieron la oportunidad de hacer la gran reforma. Y uno de ellos, el peronistamilitar de 1943-55 llevó al clientelismo a su máxima, superando largamente al de Hipólito Irigoyen de 1916-22 y 1928-30. El mal de fondo radica en el régimen de nombramientos y promoción de tipo clientelístico vigente en nuestra burocracia estatal que corrompe a la democracia y hace muy difícil la necesaria alternancia de los partidos políticos y su renovación vivificante. Como si todo ello fuera poco, el clientelismo hace mucho mas difícil la acumulación de capital humano, fomenta la corrupción, provoca el despilfarro e impide la permanencia de políticas de Estado. Por estos motivos el clientelismo está en el carozo de nuestro atraso económico. Soy consciente de que algunos cuestionarán mi enfoque por simplificar demasiado y por un reduccionismo excesivo. Pero se trata de algo parecido al armado de un rompecabezas. Si uno acierta en colocar una o dos piezas claves, la solución de los demás problemas empieza a ser obvia. Y precisamente la meritocracia en los nombramientos y la burocracia de carrera de tipo weberiano es un engranaje esencial de toda democracia exitosa. En teoría el problema es de fácil resolución. Bastaría con imitar el régimen de nombramientos públicos y carrera administrativa de los países europeos, o de Japón, Corea o Taiwán y en poco años la Argentina comenzaría a resurgir de las cenizas como el Ave Fénix. El problema es el cuándo. La oportunidad se daría en el momento de una gran crisis, cuando las instituciones se tornan maleables. Allí se debe convencer a los políticos en el comando del país de la verdad de este diagnóstico y desde la cúspide del poder promover la correspondiente reforma constitucional o legislativa para terminar con el sistema clientelar. Personalmente no me cabe duda alguna de que el Presidente de la República que enfrentando una crisis grave, se atreva a llevar a cabo esta reforma en profundidad será honrado por los argentinos en el lugar de los grandes fundadores de la Patria como San Martín y Belgrano. La clase política tendría sin embargo que renunciar al agradable y tentador privilegio de nombrar. Gobernar no es nombrar. Esta renuncia no es poca cosa. Es en realidad un escollo formidable. Pero la Nación, la verdadera democracia y el desarrollo económico están juego. X.-EL TIPO DE CAMBIO REAL Y EL CRECIMIENTO ECONOMICO

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51 El modelo de Solow sobre el crecimiento económico citado en la introducción de este ensayo deja afuera de él lo relativo al impacto del comercio exterior en el desarrollo. Muchos países en la posguerra crecieron impulsados por las exportaciones. Las exportaciones de Japón, por ejemplo, crecieron en términos reales de 3 mil millones de dólares en 1950 hasta 70 mil millones en 1971. Las del Alemania occidental desde 8 mil millones de dólares en 1950 hasta 128 mil millones en 1971. No cabe duda de que las exportaciones fueron el motor del desarrollo económico portentoso de estos países en ese período. Claro está que podría también aducirse que estos países crecieron ayudados por el elevado capital humano almacenado en los cerebros de sus científicos, ingenieros y técnicos que estos países conservaron intactos al finalizar la segunda guerra mundial. Este capital no había sido destruido como lo fueron sus fábricas durante esa guerra. El capital humano de esos países permaneció intacto y posibilitó una rápida recuperación de los países. Pero subsiste la pregunta porqué Alemania, con su inmenso capital humano, permaneció con alto desempleo y sumergida económicamente en el decenio de los años veintes, con las exportaciones muertas y el cambio sobrevaluado. Este ejemplo sugiere que con la adición del capital humano al físico solamente no basta para explicar el desarrollo. Además los ejemplos de una gran cantidad de países del sudeste de Asia que empezaron su desarrollo con escaso capital humano sugiere que el comercio exterior es muy importante y ha sido dejado de lado en el modelo soloviano. Hoy se consideran los casos de Corea del Sur y Taiwán como los países paradigmas del modelo de crecimiento liderado por las exportaciones en la segunda posguerra, aunque éste mismo modelo en su versión agropecuaria, había sido seguido antes por la Argentina desde 1880 hasta 1940. Y en los países que rodean a Vietnam desde 1970 y por China desde 1994. Paradojalmente, este modelo lleva a una caída final de los precios de los bienes transables: después de muchos años de crecimiento en su producción y en su productividad, es tan grande la oferta de manufacturas y bienes transables internacionalmente en estos países que sus precios deben caer. Y la terminación del modelo se dá con una sobrevaluación cambiaria final y con altos precios a los servicios, cuando el país es ya desarrollado. Es el caso típico del Japón en el decenio de los noventas. Es decir que el modelo de crecimiento por la vía de las exportaciones tiene también su punto de agotamiento. La economía política del crecimiento A esta altura de nuestro análisis es imprescindible sin embargo, explicitar en detalle cuál es la “economía política” del modelo liderado por las exportaciones para contraponerlo a sus dos opuestos, el modelo de crecimiento por la vía de la sustitución de importaciones, y el modelo de crecimiento liderado por la deuda externa. Lo que primero debe llamar la atención de los estudiosos del crecimiento es el alza considerable de los salarios a lo largo del proceso de crecimiento. Los salarios crecen porque crece la productividad del sector transable. Este crecimiento en la productividad empuja a los salarios hacia arriba de acuerdo a las leyes de la economía. Primeramente a los salarios que paga el sector transable, pero luego a todos los salarios de la economía porque cuando un país alcanza el status de desarrollado tiene un solo mercado de trabajo unificado. Por el contrario, en los países pobres, existen dos mercados laborales. El del sector moderno de la economía, que es predominantemente el de la industria manufacturera, la agricultura comercial, la minería de exportación y algunos servicios públicos donde los salarios, siendo bajos para los estándares de los países desarrollados, son si embargo, el triple de los que paga el sector tradicional del mismo país pobre. Por otra parte está el 51

52 mercado laboral del sector tradicional, que está constituido por los servicios y la agricultura de subsistencia, donde los salarios llegan a ser la tercera o la cuarta parte de los que paga el sector moderno de la economía del mismo país. La consecuencia práctica del diferente ritmo del crecimiento de la productividad entre los sectores transables y los servicios no transables, radica en que si un país desea acelerar su proceso de desarrollo más allá de lo que su proceso de acumulación de capital físico y humano lo permite, debe asignar más recursos a la producción de bienes transables, para lo cual, si es un país pequeño, no le queda más remedio que tener el tipo de cambio alto. Si es un país grande como Estados Unidos o Alemania en el siglo pasado, puede torcer los precios relativos a favor de los transables por la vía de la protección a su industria, como efectivamente lo hicieron los dos primeros y lo trata de hacer Brasil en la actualidad con una tarifa de protección externa común alta para el Mercosur. La vía proteccionista, sin embargo, les está vedada a los países pequeños por la estrechez de su mercado interno. En estos casos, la vía rápida para asignar mayores recursos para el desarrollo es el tipo de cambio real alto en un contexto de estabilidad razonable de precios. Sin embargo, un grave problema sistémico aparece con esta recomendación. Todos los países no pueden devaluar en términos reales al mismo tiempo. Si algunos países tienen el tipo de cambio real alto, es porque otros lo tienen que tener bajo. Cada vez que un país devalúa en términos reales, es porque los demás revalúan sin remedio. Si Estados Unidos devalúa como en 1985-95 es porque el resto del mundo revalúa. Si Estados Unidos revalúa como en 1996-99, es porque el resto del mundo devalúa como efectivamente ocurrió con China, los países del sudeste asiático, Europa y Brasil. Una de las ventajas de ser un país pequeño como la Argentina, cuyo PBI es el medio por ciento del PBI estadounidense y la cuarta parte del PBI brasileño, es que la devaluación puede ser acomodada y tolerada más fácilmente por el resto del mundo. Cuando más desapercibida mejor. Pero es evidente que si todos los países del mundo quisieran devaluar en términos reales simultáneamente, ninguno lo podría hacer por una imposibilidad matemática. La selectividad de las políticas de desarrollo Por ello es que la recomendación de devaluar en términos reales debe ser necesariamente “selectiva”. Esto plantea un problema especial. ¿Quién determina qué países van a tener e tipo de cambio alto por 30 años y por lo tanto van a crecer más rápido que los demás? ¿Y quien determina qué países van a tener el tipo de cambio bajo en ese período y por lo tanto van a crecer más lentamente? Originariamente con la firma del tratado internacional de Bretton Woods de 1944, el organismo internacional encargado de supervisar los tipos de cambio de los distintos países era el Fondo Monetario Internacional. Esa era en realidad su principal función. Se estableció en aquella oportunidad que los países no podrían cambiar su paridad en más de un 10% sobre las existentes. Toda devaluación de más del 10% debía contar con la previa aprobación del FMI. Pero la sede del FMI está en Washington DC, la capital de los Estados Unidos. Aunque Estados Unidos tiene el 17% del poder de voto en el FMI, su influencia es decisiva. Si bien el gran país del norte propone solamente al subdirector gerente del Fondo, y el Director Gerente, por costumbre, debe ser un europeo, la tradición también establece que el Director Gerente debe contar además con el visto bueno del país sede. En 1976 se cambió la carta orgánica del FMI y se permitieron sistemas cambiarios aparentemente más flexibles donde los países podían fijar paridades o dejar flotar sus monedas, pero en la realidad, la cuestión de las paridades es siempre influenciada, conversada y a veces

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53 manejada desde Washington. Es que se trata de una cuestión estratégica de primera magnitud. La guerra fría Cuando terminó la segunda guerra mundial, y los Estados Unidos y la Unión Soviética entraron en una feroz competencia por la hegemonía mundial, la cuestión cambiaria y de precios relativos ocupó el lugar central que le corresponde en la puja estratégica. La existencia del armamento nuclear determinó que esa competencia no pudiera dirimirse por la vía de la tercera guerra mundial, porque ello hubiera significado la destrucción de la humanidad entera. Podría dirimirse entonces en el terreno económico y del bienestar. ¿Cuál de los dos sistemas económicos era el más apto para generar bienestar y pleno empleo para todos? ¿El capitalismo propuesto por los Estados Unidos y Europa occidental? ¿O el socialismo propiciado por la Unión Soviética y sus satélites? En este empeño por mostrar cuál de los sistemas económicos era el mejor, las circunstancias históricas permitieron realizar un primer experimento de laboratorio, allá por 1948, con los tipos de cambio. El capitalismo de Alemania del Oeste contra el socialismo de Alemania del Este. Eran dos naciones con la misma raza, cultura, tradiciones religiosas, costumbres, y sobre todo con el mismo nivel de capital humano, es decir con un similar nivel de conocimientos científicos aplicables a la producción. La única diferencia radicaba en el sistema económico en vigencia. Para asegurar la victoria del capitalismo, Alemania occidental inició su despegue en el decenio de los cincuentas con un tipo de cambio real y nominal altísimo de 4.2 marcos por dólar, acompañado de equilibrio fiscal, y lo mantuvo por más de veinte años hasta 1971. Esto determinó que sus sectores productores de bienes transables internacionalmente, principalmente la industria manufacturera, lideraran inicialmente el desarrollo. Las exportaciones alemanas crecieron espectacularmente en dólares de valor constante: se multiplicaron por catorce veces en ese lapso. Además en ese período de 1950-71, los salarios reales en Alemania occidental se multiplicaron por tres y por encima de ello, el país fue capaz de mantener el pleno empleo de su fuerza de trabajo. Mientras tanto Alemania del este languidecía con un ingreso per capita equivalente aproximadamente a un tercio de la del oeste. Una demostración parecida de las bondades del capitalismo se probó en Japón entre 1950 y 1971 con iguales o mejores resultados aun. Es que Japón limitaba con la Unión Soviética y tenía un equivalente valor estratégico en esta puja de los sistemas económicos. En 1971, sin embargo, Estados Unidos, acosado por el peso económico de la guerra de Vietnam, dió por terminado el subsidio inicial a Alemania y Japón devaluando el dólar, y forzando una correlativa revaluación del marco alemán y el yen japonés. Pero el “milagro” del veloz desarrollo capitalista en estos dos países ya estaba sustancialmente completado. Y la retribución y apoyo de estos dos países a la gran democracia del norte, era ya absolutamente seguro de cualquier manera. La guerra fría y los países en desarrollo del Asia Sin embargo, era necesario hacer otras demostraciones, esta vez con países en desarrollo, y volver a probar palmariamente la superioridad del capitalismo. Era necesario hacerlo con países de valor estratégico en la guerra fría. China nacionalista, conocida con el nombre de Taiwán, y Corea del Sur, eran los países ideales, puesto que podrían luego compararse con los socialismos de China continental y el de Corea del Norte respectivamente. Fue así que el jefe de Estado de Taiwán, el mariscal Chang Kai Shek, inició el despegue de su país en 1958 con un

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54 cambio en los precios relativos del 100% a favor de los transables y un sistema de meritocracia en la función pública que indujo fuertemente la formación de capital humano, al movilizar a toda la educación pública en pos de la excelencia. Además, la exigencia de la calidad en los nombramientos de la administración pública puso un gran freno al crecimiento del gasto público y contribuyó así al equilibrio en las cuentas fiscales. Como si ello fuera poco, el sistema meritocrático del Estado contribuyó decisivamente a la auténtica disminución de la corrupción. Por su parte, el Presidente de Corea del Sur, general Park Chung Hee, hizo lo propio en 1961. En ambos países, los resultados fueron espectaculares. En Corea del Sur, por ejemplo, las exportaciones crecieron desde un nivel de 33 millones de dólares solamente en 1960, hasta un nivel de 200 mil millones de dólares en la actualidad. En treinta años el salario real se multiplicó por diez veces, todo ello con pleno empleo. Mientras hoy, Corea del Norte, socialista, languidece en medio de unas hambrunas terribles. Es cierto que Corea tropezó en 1997. Pero ello no debilita nuestro argumento. En efecto. Una vez derrotado el comunismo en el mundo y probada a la faz de la tierra la falencia de su sistema económico, ¿Cuál es el valor estratégico de Corea ahora en 1999? Probablemente mucho menos. Pero no termina aquí la historia. En los comienzos del decenio de los setentas, Vietnam del Norte tuvo el atrevimiento de infligir una derrota militar parcial a los Estados Unidos. La venganza fue terrible. Los dos secretos del desarrollo capitalista, es decir, el tipo de cambio real alto y la meritocracia en la administración pública para favorecer la acumulación de capital humano acompañada de equilibrio fiscal, llegaron ambos a oídos de los gobernantes de Malasia, Singapur, Tailandia e Indonesia. Entonces, el Vietnam socialista pudo ver como perdía la batalla del desarrollo económico frente a sus vecinos capitalistas, que pasaron a ser los verdaderos tigres del Asia desde los setentas hasta 1994, aunque estos países parecen flaquear últimamente, lo cual confirma nuevamente nuestro argumento estratégico. En efecto, derrotado el comunismo, el valor estratégico de los países que bordean a China continental disminuye. Lo cierto es que no obstante su proeza militar de mediados de los sesentas y tempranos setentas, Vietnam se vió hasta hace poco tiempo como un país relativamente empobrecido y humillado en lo económico, como un simple gatito rodeado de feroces tigres. Sin embargo en 1994 la esclarecida dirigencia de China Comunista descubrió el juego y advirtió el papel clave del tipo de cambio real en el desarrollo. En consecuencia devaluó considerablemente el yuan en términos reales. A partir de entonces China se convirtió en el gran dragón asiático creciendo su PBI per capita al 10% acumulativo anual hasta el presente. La conclusión es que en el futuro será muy difícil manejar el tablero del desarrollo mundial desde Washington DC. Crecerán los país que tengan dirigencias esclarecidas y que por lo tanto adopten las dos grandes estrategias que requiere el desarrollo: tipo de cambio real alto y meritocracia estricta en la administración pública. Las prioridades de Estados Unidos en la guerra fría y el caso de América del Sur Otro caso interesante es el de Brasil, país que en la posguerra y hasta 1984 fue considerado el puntal de la política del Departamento de Estado en Sudamérica. Dentro de ese concepto no se podía permitir que un dirigente de izquierda como Joao Goulart presidiera los destinos de Brasil. Por ello, en 1964 el entonces Coronel Vernon Walters, hombre de la CIA, dirigió entre bambalinas el golpe de estado militar. Una de las políticas clave desarrolladas por las fuerzas armadas brasileñas 54

55 fue la del tipo de cambio real bien alto implementado por un sistema de crawling peg donde la moneda brasileña se devaluaba “pari passu” con el índice del costo de la vida interna, pero no se revaluaba con la inflación en dólares de los Estados Unidos, lo cual determinaba un tipo de cambio real crecientemente favorable a las exportaciones industriales de Brasil. Durante el período 1964-84 Brasil pudo mantener una tasa de crecimiento del PBI per cápita del 6% anual. En 1984, sin embargo, los gobiernos militares dieron paso a la democracia y la tasa de crecimiento del PBI per capita descendió al cero % anual. Se hizo evidente que, por alguna razón, el país clave en Sudamérica para los Estados Unidos pasó a ser Chile. Efectivamente se dió un caso interesante con Chile en 1983, país que luego del “atrevimiento” argentino en Malvinas de 1982, aumentó su valor estratégico para los Estados Unidos e Inglaterra en forma súbita. Es así que Chile devaluó en términos reales en 1983, acompañando con sanidad fiscal y un Estado de mérito. No es de extrañar que nuestro vecino allende los Andes sea hoy considerado también como un tigre asiático, con un crecimiento del PBI del 6% promedio anual desde esa fecha hasta la actualidad. Además este crecimiento generó empleos en abundancia. Hoy la tasa de desempleo en Chile está en el orden del 5%. Implementar una estrategia independiente y coherente de desarrollo no es fácil Más de uno cuestionará estas conclusiones y preguntará ¿Si es tan fácil porqué no hay más países que siguieron estas recetas del desarrollo de Alemania, Japón, Corea , Taiwán y los tigres del Asia? La respuesta consiste en que no es nada fácil establecer la meritocracia en los nombramientos del Estado, inductora del equilibrio fiscal y de la capitalización humana. Y de la disminución drástica de la corrupción. Además, reitero, en realidad, es matemáticamente imposible para todos los países devaluar en términos reales al mismo tiempo. Si unos países tienen el tipo de cambio real alto, es porque otros lo tienen que tener necesariamente bajo. Estas recetas, que son las únicas para un desarrollo capitalista acelerado, son necesariamente de aplicación “selectiva”. Es lamentable que autoridades argentinas hayan ignorado olímpicamente estos “secretos del desarrollo” cuando en 1991 lanzaron el Plan de Convertibilidad, el que tuvo, sin duda, su costado positivo al terminar con la inflación, debido a que eliminó la emisión de dinero como fuente de financiamiento del gasto público. Sin embargo hasta 2001, estos "secretos" siguieron siendo ignorados y todavía estamos pagando las consecuencias de los dos grandes errores iniciales de implementación de ese plan: por una parte el atraso cambiario causante de la triplicación del desempleo y de la quintuplicación de la deuda externa neta, y por la otra parte, el sistema de Estado clientelista, causante de la corrupción e ineficiencia, ya proverbiales en el Estado argentino. La debilidad estructural de la dirigencia argentina Un punto debe destacarse sin embargo. La guerra fría terminó en 1989 Y también las razones estratégicas de los Estados Unidos para seleccionar a determinados países para un rápido desarrollo capitalista por su valor estratégico en su lucha contra el socialismo. Además los secretos del desarrollo han sido descubiertos y están disponibles para todos los países con dirigencias de mente clara, ilustradas, y patrióticas. De ahí la importancia de nuestra tesis sobre el burocracia de calidad en el Estado. Si no tenemos mentes claras al comando del país nadie del exterior nos va a dar la receta correcta. La globalización en lo financiero y la proliferación de los préstamos en dólares para operaciones internas en muchos países que hasta hace poco eran los preferidos, es 55

56 una demostración de que determinadas prioridades nacidas al calor de la guerra fría han caducado. Si existe una manera efectiva y científica de tirar arena en la maquinaria del desarrollo de un país, ella consiste en sobrevaluar externamente la moneda y dolarizar su economía interna. Esto hicieron algunos “tigres del Asia” en los noventas. Dentro de las actuales reglas de juego del ajedrez mundial, se desarrollarán los países que tengan clases dirigentes más esclarecidas. La dirigencia argentina, sin embargo, no parece hasta ahora haber heredado los brillantes cerebros de la generación desde el ochenta hasta 1940. En nuestro país parecen no surgir ya más Urquizas, ni Alberdis, ni Sarmientos, ni Rocas, ni Avellanedas, ni Pellegrinis. El plan de convertibilidad de 1991-2001, con su error estratégico garrafal del tipo de cambio bajo y dolarización de la economía, fue considerado por los observadores internacionales imparciales como un indicio de que la excesiva ingestión de grasa podría haber tapado las arterias cerebrales de los miembros de la dirigencia argentina, impidiéndoles apreciar con lucidez el panorama del desarrollo mundial y la adecuada inserción de nuestro país en ese entorno. No en vano el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O’Neill, declaraba en agosto de 2001 en la cadena televisiva CNN que la economía argentina no requería más fondos sino más inteligencia para salir de la depresión en que se encontraba. A partir de abril de 2002 bajo la conducción del Ministro Lavagna, la Argentina adoptó una política de tipo de cambio real alto y superávit fiscal, exactamente lo contrario de las políticas de medio siglo dejadas atrás de fuertes sobrevaluaciones cambiarias y persistentes déficits fiscales. Y a la economía argentina comenzó a crecer al 9% anual. El Presidente Kirchner mantuvo esas pautas y por consiguiente la economía del país continuó creciendo en 2003-2006. Cuando una economía crece velozmente los gobernantes adquieren en todos los países del mundo, y también en la Argentina, un gran prestigio y poder electoral que los hace sobrestimarse y de esta manera arrollan a los demás poderes del gobierno. Lamentablemente, un gobierno exitoso en lo económico sin contrapesos políticos es propenso a cometer enormes excesos. Tal fue el caso en Alemania en 1932-37 cuando la economía creció al 7% acumulativo anual y prácticamente un 50% en 5 años. Esta recuperación económica dio gloria transitoria a Hitler y le permitió establecer un régimen dictatorial, perseguir injustamente a los judíos, invadir Austria, Checo-Eslovaquia y Polonia para finalmente desembocar en la segunda guerra mundial con 40 millones de muertos y en una derrota desastrosa para Alemania. En la Argentina, el excelente desempeño de la economía de 2002-2007 permite al Presidente Kirchner su reelección, la asunción de facultades legislativas y casi la suma del poder público. Además, en una movida extraña, le permite reivindicar a los cuatro vientos a la peligrosa ideología de los montoneros, un numeroso grupo de jóvenes revolucionarios y asesinos del decenio de los setentas que surgió como consecuencia de la escasa rotación de la dirigencia argentina de los años anteriores y de otros errores políticos, como la nefasta proscripción del justicialismo. Ese grupo desencadenó un terrible guerra civil en los setentas y la perdió. Y Kirchner asumió el papel de su vengador. El prestigio que le da el buen manejo macroeconómico le permite denostar, humillar y quitar presupuesto a las Fuerzas Armadas y a la defensa nacional. Cabe preguntarse si la política contraria a las Fuerzas Armadas argentinas del Presidente Kirchner no es funcional a la política inglesa de quedarse con su colonia de Malvinas para siempre. O más grave, a la de Chile, donde todavía hay quien tiene intención de apoderarse de la Patagonia, no bien la Argentina no pueda cumplirle los contratos existentes de provisión de gas barato. En efecto, si la Argentina tuviese Fuerzas Armadas respetables, los ingleses tendrían que tener un 56

57 presupuesto anual de 2000 millones de dólares anuales para defender las islas. Para ahorrarse ese costo inútil es posible que las devolvieran, dado su criterio pragmático. Pero con Fuerzas Armadas argentinas casi inexistentes y disminuidas, como en la actualidad, los ingleses se ahorran los 2000 millones de dólares anuales de la defensa de las islas y se dan el lujo de jactarse que nunca las devolverán. En el caso de Chile, la Presidente Bachelet exigió recientemente en Mendoza al Presidente Kirchner el cumplimiento estricto de los contratos de provisión de gas, para lo cual Argentina tiene que comprárselo a Bolivia a 5 dólares el BTU para revenderle a Chile a la mitad de ese precio, afrontando una cuantiosa pérdida. Y cuidado si la Argentina no cumple, aunque no tenga gas suficiente ni para abastecer su propio mercado interno. La causa de éxitos electorales de Kirchner no reside en la reivindicación montonera, que solamente favorece a un pequeño grupo de jóvenes de la generación que en 1975 tenía alrededor de veinte años de edad y que ahora se acerca de los sesenta años, ni en su humillación a las fuerzas armadas, sino en el crecimiento económico y éste se debe al acierto inicial de su Ministro de Economía Dr. Roberto Lavagna en 20022005. Si el Ministro de Economía del General Videla, el Dr Jose Alfredo Martinez de Hoz hubiera acertado con la política económica en 1976 con un tipo de cambio alto, retenciones a la exportación tradicional y fuerte superávit fiscal, hubiera dominado fácilmente a la inflación, la economía hubiera empezado a crecer al 7% anual, sin endeudamiento externo y se hubiera convertido en un héroe nacional. En 1981 hubiese sido el sucesor constitucional de Videla por la vía electoral. Si esto no ocurrió fue simplemente por la torpeza de su política económica exactamente opuesta de fuerte sobrevaluación del peso, elevado déficit fiscal, y catastrófico endeudamiento externo. XI.-El TIPO DE CAMBIO REAL EN LA ARGENTINA DEL SIGLO XX Ningún país ha experimentado oscilaciones tan grandes en el tipo de cambio real como la Argentina en la segunda mitad del siglo XX. Este hecho nos da una pista importante para indagar sobre las causas de nuestro atraso en ese período. El tipo de cambio real alto de 1900-1945 En el decenio de 1890, en virtud la teoría económica clásica vigente, la Argentina intentó un largo y penoso proceso de deflación con la finalidad de establecer el patrón oro al tipo de cambio de un peso papel igual a un peso oro sellado. El famoso uno a uno recurrente en nuestra historia económica. Pero como la deflación no se producía, el Presidente en 1898, el General Julio Roca, con un criterio pragmático y heterodoxo genial, propuso al Congreso una paridad de 2.27 pesos papel igual a un peso oro sellado. Ello implicaba una devaluación con patrón oro, algo absolutamente inconcebible para los economistas de la época que creían en la deflación interna de precios como forma de devaluación. La nueva paridad implicaba un tipo de cambio muy alto como se demostraba por los crecientes superávit comerciales ocurridos todos los años excepto 1911, por una mala cosecha. Los superávits eran pagados con oro que compraba la Caja de Conversión con emisión de pesos y así en 1913 la Argentina tenía mas oro que el mismo Banco de Inglaterra en la cúspide de su apogeo. En 1914 estalló la primera guerra mundial y como resultado de ello los países en guerra debieron financiar el gasto bélico con emisión monetaria, lo cual les provocó una fuerte inflación. Como la Argentina fue neutral, tuvo escasa inflación interna. Por otra parte al restablecerse la paz, la mayoría de los países volvió a las paridades 57

58 de 1914. Todo ello determinó que la Argentina quedara con la paridad real más alta todavía que en 1900-1914. El Gráfico 14 da cuenta del tipo de cambio real argentino desde 1900 hasta el 2004. El decenio de los años treintas comienza con la gran depresión mundial, la que sumada a la instauración de un proteccionismo agropecuario generalizado a ultranza generan, entre ambas, una reducción catastrófica de los precios de nuestras exportaciones del orden del 70%. Como resultado, para poder seguir siendo competitiva en el mercado agropecuario mundial, la Argentina debió devaluar en términos reales otro 30% desde 1930 hasta 1945. Ello aparece reflejado en el Gráfico 14. Lamentablemente, tras una corta bonanza en la posguerra después de 1945, el proteccionismo agropecuario recrudeció, especialmente en el decenio de 1950, con el establecimiento del Mercado Común Europeo, lo cual determinó que el tipo de cambio real de equilibrio de la Argentina fuera muy alto para compensar la tendencia a la baja de los precios agropecuarios internacionales generada precisamente por ese proteccionismo. La política cambiaria del general Perón y el Dr. Ramón Cereijo No obstante estas indicaciones pro devaluación que daba el mercado mundial, la Argentina desde 1945 hasta 1955 siguió una política opuesta de acentuada sobrevaluación del peso que perjudicó su crecimiento. GRAFICO 14. ARGENTINA: TIPO DE CAMBIO REAL HISTORICO DESDE 1900 HASTA EL 2004 4.00 3.50 3.00 2.50 2.00 1.50 1.00 0.50 0.00

2000

1995

1990

1985

1980

1975

1970

1965

1960

1955

1950

1945

1940

1935

1930

1925

1920

1915

1910

1905

1900

Precisamente es en el mismo período donde se observa la mayor caída relativa en el PBI per cápita de los Gráficos anteriores especialmente en los 3 y 4 sobre todo los 7 y 8. Aquí es donde la Argentina empieza a quedarse atrás. Al respecto es conveniente citar al Dr. Raúl Prebisch cuando era Secretario Ejecutivo de la CEPAL y asesor de los Presidentes Generales Lonardi y Aramburu, argumentando a favor de la devaluación de 1955:

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Hay que dar incentivos para que la actividad privada produzca más y mejor. La inflación ha contribuido poderosamente a destruir esos incentivos. El funesto propósito de reprimir sus consecuencias mediante el tipo de cambio artificialmente bajo ha privado de estímulo a la producción agropecuaria llevándola a una grave postración. Para elevar los precios rurales, ha sido inevitable reconocer la devaluación esperada en la moneda ... asimismo, el estímulo del cambio libre dará impulso a las actividades industriales y mineras. Con mayores exportaciones, tendremos más divisas para adquirir materias primas, aliviando progresivamente la escasez que ahora oprime a la industria...Juntamente con el acrecentamiento de las exportaciones, deberá seguirse una activa política de sustitución de importaciones en todo aquello que sea económicamente factible, especialmente en el plano industrial; lograremos así un pronto mejoramiento del balance de pagos y reduciremos la vulnerabilidad económica exterior del país, que ha llegado a un punto máximo por la desacertada política económica 50 del último decenio. El crecimiento económico del país en 1946-54 fue casi nulo medido en dólares de 1990 de Geary-Khamis, ya que pasó de 4939 en 1946 a 5268 en 1954 implicando una tasa de crecimiento interanual cercana a cero. Esto fue decididamente nefasto especialmente cuando se lo compara con los demás países líderes que dieron un gran salto en este período. Sin embargo no se puede discutir que desde el punto de vista de la distribución del ingreso y el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores hubo progresos en esa época. ¿Pero ese progreso se debió a la sobrevaluación cambiaria? Definitivamente no. El mejoramiento del salario real se debió al proteccionismo. A las altas tarifas aduaneras. A la prohibición de importar que forzó a los importadores a convertirse en industriales para producir en el país y así demandar mano de obra. El fuerte aumento de la demanda de mano de obra por parte de la industria sustitutiva de importaciones fue el elemento clave que permitió el aumento de los salarios reales en la Argentina de 1946-54. Pero la protección de la industria también puede lograrse por la vía del tipo de cambio alto, evitando las tremendas distorsiones microeconómicas y la corrupción de las tarifas aduaneras diferenciales arbitrarias y la de los permisos de cambio. El tipo de cambio alto alienta la demanda de trabajadores porque entonces el precio del trabajo en dólares resulta bajo, aunque puede ser alto en términos de poder adquisitivo interno en pesos, que es lo que interesa al trabajador. El poder adquisitivo del salario en dólares no interesa a los trabajadores porque ellos no hacen viajes a París para admirar La Gioconda en el museo del Louvre, por ejemplo. Lo que determina el nivel del salario real es la oferta y la demanda de trabajo, no el tipo de cambio. El tipo de cambio elevado sí estimula la demanda de trabajo local para sustituir al trabajo extranjero e importado, contenido en las importaciones, porque éstas se ven encarecidas con la devaluación. El tipo de cambio real alto de 1955-75 Los años que siguieron a 1955 hasta 1976 fueron todos de tipo de cambio real alto favorable a la exportación y sin embargo de crecimiento económico per cápita 50 Prebisch Raul, “Plan de Restablecimiento Económico”, Puntos 2, 4 y 7. Buenos Aires, Enero de 1956

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60 mediocre del orden del 2% acumulativo anual. Mediocre pero aceptable dada la terrible inestabilidad política que asoló al país después de la caída de Perón en 1955. En dólares de Geary-Khamis el PBI per capita pasó de 5536 en 1955 a 8186 en 1975. Después de septiembre de 1955 hubo 12 Presidentes en 21 años. El factor retardatario de nuestro crecimiento en este tiempo fueron los constantes e imprevisibles cambios de Presidente y de política económica que ocurrieron en septiembre de 1955 con la asunción de Lonardi, en noviembre de 1955 con la de Aramburu, en mayo de 1958 con la de Frondizi, en marzo de 1962 con la de Guido, en octubre de 1963 con la de Illía, en junio de1966 con la de Onganía, en mayo de 1970 con la de Levingston, en marzo de 1971 con la de Lanusse, en mayo de1973 con la de Cámpora, en julio de 1973 con la vuelta de Perón, en julio de 1974 con la de Isabel Martínez, y en marzo de 1976 con la de Videla. Cada nuevo presidente traía su propio ministro de economía, o varios, con políticas económicas y prioridades distintas. Ante tanto cambio de autoridades es casi increíble que la Argentina pudiera haber crecido. En partes anteriores de este ensayo hemos tratado de explicar las causas de esta terrible inestabilidad. Por una parte, los Presidentes elegidos con elecciones amañadas, propiciaban en teoría a las instituciones democráticas, pero del tipo clientelístico. Sin embargo, el dueño del 40% de los votos era el General Perón, que era considerado un fascista hiper-clientelista. Este enfrentamiento fuertísimo posibilitaba el arbitraje de las fuerzas armadas, las que si bien no eran clientelistas, lamentablemente no produjeron un estadista de fuste, como para hacer las reformas constitucionales anti-clientelistas y restablecer elecciones limpias. La solución de la contradicción radicaba establecer ya en 1955-56-57 una reforma constitucional eliminando las designaciones de la planta del personal administrativo del Estado, incluso los jueces, por parte del Presidente. Y remplazarlo por un sistema de exámenes y carrera administrativa similar al japonés, inglés, francés o alemán. Establecer en la misma Constitución un monitoreo del sistema de designaciones y ascensos por parte de las fuerzas armadas por 10 años hasta que el sistema se consolide. Y llamar a elecciones libres sin proscripciones excepto para delincuentes, ya en 1958. La política cambiaria de José Martinez de Hoz, Adolfo Diz y Ricardo Arriazu En 1976 ante el fracaso del gobierno de Isabel Martínez de Perón, irrumpen en la política nuevamente las Fuerzas Armadas en un contexto internacional agravado por la tensión internacional proveniente de la guerra fría. El golpe contó con el beneplácito de Washington, tal como fue el caso claramente del golpe del general Pinochet en 1973 y los generales brasileños en 1964-84. La conexión de las fuerzas armadas argentinas con EEUU era, sin embargo, más débil que la de Pinochet o los generales brasileños. Las Fuerzas Armadas procedieron rápidamente a aniquilar a los guerrilleros del “Ejercito montonero” y del “Ejército Revolucionario del Pueblo”, ambos respaldados por la ex Unión Soviética y Cuba en una pequeña pero cruel y despiadada guerra que dejó seis mil bajas entre los pro soviéticos y 1200 entre los pro gobierno militar y el capitalismo. Lamentablemente, como en todas las guerras muchos de los muertos eran inocentes que poco tenían que ver con uno y otro bando. Sin embargo para poner en perspectiva este desastre debe decirse que la Argentina actual, por falta de autopistas, y de una adecuada regulación del tránsito, perecen una cantidad igual de personas por año, y nadie toma medidas. Otro tanto ocurre con los

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61 crímenes de la delincuencia común los que se triplicaron desde aquella época al presente. En el ámbito de la economía la gestión de las fuerzas armadas fue completamente equivocada. Pusieron a cargo de la economía con poderes omnímodos a un empresario abogado, especialista en derecho agrario y minero, el Dr. José Alfredo Martínez de Hoz, un hombre honorable y muy prestigioso en sus círculos de actuación, que por provenir del sector siderúrgico y agropecuario, parecía que iba a favorecer a la producción. Pero que inexplicablemente, por su ausencia de conocimientos de la macroeconomía, cayó preso de las equivocadas ideas monetaristas liberales a ultranza favorables al sector financiero que le impusieron sus “cerebros económicos”, el Presidente del Banco Central, el Dr. Adolfo Diz, y su asesor principal el Lic. Ricardo Arriazu. En efecto, en los comienzos del régimen militar se procedió a liberalizar completamente las tasas de interés en un sistema financiero donde había una total garantía del Banco Central a los depósitos a la vista y a plazo fijo en los bancos y compañías financieras. Además se nombró a numerosos banqueros privados en los directorios de los bancos oficiales. Obviamente, en el afán de atraer depositantes todas las entidades financieras comenzaron a competir entre sí ofreciendo mayores tasas. Los depositantes no eran inducidos a investigar la solvencia del banco o la financiera pues de todas maneras el Banco Central con su poder ilimitado de emisión respondía por todos los depósitos en el sistema. Así nació la hojita “Ambito Financiero” cuya función era informar al público sobre la oferta de tasas para depositar. Luego esta hoja se convirtió en un importante periódico. Las entidades mas irresponsables subieron entonces las tasas pasivas a límites astronómicos. Sin embargo para asegurar márgenes de rentabilidad, tenían que prestar a empresas acogotadas que se arriesgaran a pagar tasas activas altísimas con tal de sobrevivir un tiempo más. Al final, en 1979, todo este disparate técnico llevó a la quiebra de cientos de financieras y también del llamado “Banco de Intercambio Regional”, todo lo cual le costó literalmente miles de millones de dólares al Banco Central que debía responder por las entidades quebradas. Por arriba de esta extraña política financiera fue establecida una política monetaria restrictiva cavernícola para frenar la inflación en medio de un fuerte déficit fiscal. Esto repotenció la suba de las tasas de interés que superaron en 1977 y 1978 el 100% en términos reales y terminaron provocando un mortífera recesión en 1978, mientras la inflación seguía imperturbable su curso al 5% mensual. Después de fracasar estrepitosamente con la política monetaria como freno a la inflación, Adolfo Diz y Ricardo Arriazu cambiaron su consejo a Martinez de Hoz. Le indujeron a sobrevaluar la moneda como método de lucha contra la misma. El mecanismo fue conocido como “la tablita” y consistía en un anuncio público de la tasa de devaluación que se iba a implementar en cada uno de los meses venideros. La tasa de devaluación preanunciada de cada mes era inferior a la del mes anterior. Esta devaluación por escalones decrecientes, presumiblemente, iba a inducir un acompañamiento de la tasa de inflación. Pero es sabido que la tasa de devaluación determina solamente la tasa de inflación de los bienes transables internacionalmente. Nunca la tasa de inflación del índice del costo de la vida, que es la relevante, y que refleja principalmente el precio de los bienes y servicios no transables 61

62 internacionalmente. El resultado de esta política errónea, donde nuestro país hizo el papel de conejo de indias para experimentar una muy mala teoría, obviamente fracasó nuevamente. En el Grafico 14 puede observarse la enorme caída del tipo de cambio real que produjo esta política suicida, pues mientras la inflación siguió su curso inalterado, la tasa de devaluación era cada vez menor y el dólar se convirtió en el producto mas barato que se ofrecía en el mercado argentino. El dólar barato provocó una avalancha de importaciones artificialmente baratas que destruyó a la industria nacional. Y como si todo esto fuera poco para mantener el dólar barato hubo que ofrecer dólares en el mercado, lo cual se hizo endeudando enormemente al país. La deuda externa que en 1976 era de 9 mil millones de dólares, en 1983 terminó en 45 mil millones, es decir que se multiplicó por cinco. Como resultado de estas políticas el PBI per capita en dólares de 1990 de Geary-Khamis fue de 8059 en 1976 y de 7552 en 1982, implicando una caída de del 6% en todo el período y una tasa de crecimiento interanual negativa del 1%. El fin del Proceso Militar: fracaso económico y guerra de Malvinas La destrucción de la economía por las tenazas de la sobre-valuación cambiaria por una parte y las altas tasas de interés por la otra, y además el peso de una deuda externa impagable, produjo un gran malestar en la población y un desprestigio grande de las fuerzas armadas en función de gobierno. El General Leopoldo Fortunato Galtieri, Presidente a partir de fines de 1981, en un intento desesperado de recuperar el prestigio del gobierno militar, invadió Malvinas de apuro. Las islas habían sido arrebatadas por la fuerza a nuestro país por Gran Bretaña en 1833. En un primer momento, el desembarco fue un éxito y Galtieri obtuvo una inmensa popularidad. Llenó la plaza de mayo. Sin embargo el error militar de la Junta Militar de no prolongar la pista de aterrizaje de Puerto Argentino dejó a Gran Bretaña la superioridad aérea debido a los dos portaviones de su flota, que fueron el factor determinante de su triunfo. El desprestigio de la doble derrota, la militar y la económica del gobierno del proceso fue tan grande que se vió obligado a llamar elecciones de apuro, sin reformas de fondo. La hiperinflación de Raul Alfonsín, Bernardo Grinspun y Juan Sourrouille La historia se repitió. Ganó entonces la Presidencia en las primeras elecciones libres, sin proscripciones y no dirigidas ni amañadas desde 1916 un político de barricada, cuyas dotes de estadista juzgará la historia, el abogado Raúl Alfonsín. Un hombre con escasa experiencia laboral o administrativa. Lo mantenían los amigos políticos y las rentas familiares. La quinta esencia del clientelismo. Lo confesó él mismo en su célebre discurso inaugural: “con la democracia se come”. Consolidó su popularidad con miles y miles nombramientos de partidarios y la gratitud consiguiente. Además por aquello de que “del árbol caído todo el mundo hace leña”, hizo un “juicio judicial” sacando a los militares de sus jueces naturales y nombrando una Cámara Federal “ad hoc” cuyos jueces renunciaron poco tiempo después del juicio. El juicio judicial era realidad un “juicio político” con toda la barba a las desprestigiadas Juntas del Proceso, cuyo resultado se sabía de antemano. Significaba judicializar la política y politizar la justicia. La justicia no está capacitada para juzgar los hechos políticos. Estos los juzga el pueblo en elecciones libres, sin perjuicio de que el terrorismo de Estado haya sido un crimen y la sentencia del ilegal tribunal fuera la adecuada. En el ámbito económico internacional las altísimas tasas de interés inducidas por la Reserva Federal de los Estados Unidos y las políticas fiscales relajadas del 62

63 Presidente Reagan, determinaron una muy fuerte devaluación de nuestro peso ya en 1981 que puede observarse en el Grafico 14. Le tocó pues a Alfonsín convivir con un tipo de cambio alto, el que tiene la ventaja de reactivar la economía y generar superávit comercial. Pero para que el tipo de cambio alto no recaliente a la economía se requiere necesariamente de superávit fiscal, tanto mas cuanto había que pagar la deuda externa heredada del proceso. Chile y Corea crecieron de manera formidable después de 1983, no obstante las altas tasas de interés internacionales. Sin embargo, el clientelismo, los nombramientos y los créditos hipotecarios de Alfonsín llevaron a un fuerte déficit fiscal en la Argentina que se piramidó con el superávit comercial y la elevada velocidad de circulación del dinero, llevando a una hiperinflación de 4982% en 1989. Por encima de lo anterior, Alfonsín tuvo una oportunidad única para desconocer gran parte de la deuda heredada del Proceso pues ella no había sido aprobada por el Congreso, ni había resultado en obras para beneficio del país. Esto hubiera sido consistente con el enjuiciamiento de las Juntas. Pero Alfonsín reconoció la deuda externa del Proceso militar al tiempo que encarceló a las Juntas que la contrataron, pero sin imputarlas por ello. Una contradicción evidente Ya hemos relatado anteriormente la estratagema que Alfonsín intentó en las elecciones presidenciales de 1989 para torcer la voluntad popular a favor de Angeloz y en contra de Menem adelantando 6 meses dichas elecciones de Octubre de 1989 al 14 de mayo del mismo año. Dicha maniobra, como es sabido, también le salió mal. Como resultado de los errores sumados del Proceso y de Alfonsín, el PBI per capita cayó un 12% durante la presidencia del radical, ya que en dólares de 1990 de GearyKhamis el PBI per capita de 1983 fue de 7751 y el de 1989 de 6816, un hecho inédito en la historia del desarrollo económico mundial implicando una caída interanual del 2.1% que consolidó definitivamente el atraso argentino que puede observarse en los Gráficos 1, 2, 3 y 4 además de los 9 y 10. Dentro de nuestra tesis sobre el impacto del tipo de cambio real en el crecimiento, la experiencia de 1983-89 sirvió para demostrar además que el tipo de cambio real alto pierde su carácter virtuoso en medio de una alta inflación y un desorden fiscal pavoroso como el que sufrió nuestro país en ese período. La sobrevaluación de Carlos Menem, Domingo Cavallo y Fernando De la Rua Llegamos así dentro del Grafico 14 al decenio de 1990 que presenta la sobrevaluación cambiaria más larga, profunda y destructiva de toda nuestra historia económica. ¿Como se llegó este error craso de política económica? Debe tenerse presente que en 1990-91 el mayor problema de la economía argentina era la hiperinflación heredada de Alfonsín que no pudo ser dominada por Menem en su primer año y medio de gobierno ya que en todo el año 1990 llegó al 1344% anual. Toda hiperinflación en sus fases finales se caracteriza porque los precios corren más de prisa que la emisión monetaria y es así que cuando la hiperinflación finalmente disminuye, la escasez de moneda en relación al elevado nivel de precios, determina altísimas tasas de interés. Las altas tasas de interés atraen al capital golondrina y la oferta de dólares en el mercado libre de cambios determina la sobrevaluación cambiaria, que en realidad ya se había verificado durante el transcurso de 1990. El remedio contra la sobrevaluación cambiaria consiste en que el Banco Central compre los dólares a un precio fijo elevado y emita pesos con respaldo. Esto es precisamente la convertibilidad. Pero para que la emisión monetaria no produzca inflación, el gobierno debe reducir drásticamente el gasto público, y tener superávit presupuestario. 63

64 Cuando Domingo Cavallo asumió el cargo de Ministro de Economía en enero de 1991, tenía la ventaja de la experiencia de su antecesor Erman González con el tipo de cambio libre y flotante vigente durante todo 1990. Esa experiencia fue traumática. Entonces, a pesar de haber sido Cavallo un ardiente flotador con el tipo de cambio alto en su libro "Volver a Crecer", resuelve acotar las fluctuaciones del dólar con un piso de 8.000 y un techo de 10.000 australes. Esta flotación en banda implicó una devaluación en términos nominales del 84% en un mes, si consideramos el tipo de cambio nominal promedio de diciembre de 1990 y el de febrero de 1991. O sea que Cavallo devaluó. Quiso ser fiel a su libro Volver a Crecer del año 1984, donde propiciaba un tipo de cambio alto para apuntalar el crecimiento de las exportaciones. Pero el tipo de cambio fluctuante dentro de una banda tan amplia tiene todas las desventajas del tipo de cambio fluctuante y ninguna de las ventajas de la convertibilidad. Era un mala idea. Además, la devaluación nominal de enero de 1991 no estuvo acompañada de ninguna reducción del gasto público. Ni de amortización de deuda pública en pesos, ni de ninguna de las medidas que aconseja la doctrina para que una devaluación no se traslade a los precios. Para colmo de males estuvo acompañada de un aumento del impuesto a los activos y de un impuesto a los débitos bancarios. Dos impuestos contrarios a toda la doctrina tributarista Obviamente la devaluación de Cavallo no era técnicamente correcta. Y fracasó. La inflación de enero de 1991 fue del 9%, la de febrero del 27% y la de marzo del 11%. A principios de marzo de 1991 la economía corcoveaba como un caballo enloquecido. Había que hacer algo. En el nutrido Congreso de ABRA de septiembre de 1990 que tuviera lugar en el hotel Alvear de la Recoleta, nosotros fuimos de los economistas expositores51. Allí relanzamos la idea concreta y específica de que la solución a la hiperinflación se daba mediante una ley del Congreso reglamentaria del art. 67 inciso 10 de la Constitución Nacional. La ley en cuestión debería fijar el tipo de cambio y prohibir la emisión monetaria para financiar al gobierno. Esta idea la habíamos ya expuesto en 1986, en nuestro libro, Bases y Puntos de Partida para la Recuperación de la Economia Argentina, de Editorial Macchi. A comienzos de marzo de 1991, ante lo crítico de la situación, un asesor le llevó a Cavallo la idea. El Ministro encontró entonces su tabla de salvación. Además en ese momento, al tipo de cambio de 10.000 australes, las reservas del Banco Central igualaban exactamente a la base monetaria. Esta era una cuestión totalmente intrascendente desde el punto de vista de la teoría y de la historia monetaria comparada. Pero no importó, pues desde el punto de vista psicológico le dió cierto halo de magia a la idea. Había solamente un gran problema. Debido a la inflación de febrero y primera semana de marzo de 1991, el austral había quedado groseramente sobrevaluado. La teoría y la experiencia histórica de las convertibilidades en el mundo es terriblemente condenatoria contra la convertibilidad con tipo de cambio bajo. Pero, Cavallo pensó algo así: "si pido al Presidente Menem, otra devaluación en marzo, a seis meses de las elecciones de septiembre de 1991, cuando ya me concedió una enorme en enero, me va a pedir la renuncia. Y bueno, vamos no más a la convertibilidad con austral sobrevaluado. Lo corregiremos sobre la marcha con las desregulaciones y otras yerbas. 51

Ver ABRA, La Banca en Tiempos de Ajuste, Editorial Tesis, Pag 40-42

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65 Ahora lo que urge es salir del paso y durar en mi cargo. Después veremos." Lo cierto que ante el fracaso de su devaluación de enero de 1991, Cavallo sacó la conclusión errónea de que devaluar es inútil. Y así abrazó al ofertismo, una teoría económica para charlas de café que sostiene que la “causa” de la inflación es la devaluación y que toda devaluación produce una inflación de exactamente igual tamaño que la borra completamente. De la misma manera que los monetaristas encaramados al Banco Central en 1978-79-80 abandonaron el monetarismo luego del fracaso de su ataque a la inflación por la vía del apretón monetario de 1977 y adoptaron la ya descripta “tablita” cambiaria. El bajo precio del dólar generó un exceso de demanda de dólares. Todo ello por rigurosa aplicación de las dos leyes elementales y básicas de la economía: la oferta y la demanda: si el precio de un bien es bajo, habrá exceso de demanda, y si el precio de ese bien es muy alto, habrá exceso de oferta. El precio de equilibrio es simplemente aquél donde la cantidad ofrecida iguala a la cantidad demandada. Las autoridades cometieron el error de fijar un precio para el dólar igual a la mitad de su precio de equilibrio. Ello generó, en promedio, durante los 11 años de la convertibilidad un exceso de demanda de dólares por sobre la oferta de unos 10 mil millones de dólares por año. Ya en 1991, las autoridades se dieron cuenta del error de la sobrevaluación, pero pensaron que era necesario ganar las elecciones de septiembre y octubre de 1991 merced a una estabilidad económica aparente. La idea era corregir esta situación después de las elecciones. Sin embargo, hacia fines de 1991, la convertibilidad funcionaba tan bien que sus autores se enamoraron de ella, y decidieron mantenerla. Esto requería organizar una oferta artificial de dólares en el mercado de cambios equivalente al exceso de demanda. Si este exceso de demanda era de 10 mil millones de dólares por año, había que satisfacerlo mediante una oferta adicional y artificial de una suma equivalente. Fue así que desde el Gobierno se montó un programa de endeudamiento externo y “privatizaciones”, que en promedio, brindó esa artificial oferta de divisas. El gobierno nacional recibía dólares prestados y los entregaba al Banco Central a cambio de 10 mil millones de pesos. Acto seguido, por una parte, el Gobierno nacional gastaba los 10 mil millones de pesos por año incurriendo en un fuerte déficit fiscal que reactivaba la economía, y, por otra parte, el Banco Central vendía los 10 mil millones de dólares recibidos del Gobierno en el mercado de cambios para satisfacer el exceso de demanda de dólares por importaciones sobre exportaciones referido al comienzo. El sistema funcionó bastante bien hasta 1993. En 1994 se produjo la crisis mejicana por causa de una sobrevaluación cambiaria similar, y ello proyectó una gran desconfianza en el caso argentino: así fue que la convertibilidad estuvo a punto de estallar en 1995. Pero en 1994, la sobrevaluación cambiaria del Plan Real brasileño salvó milagrosamente a la convertibilidad argentina porque implicó una devaluación implícita del peso argentino, limitada exclusivamente al mercado brasileño, y ello permitió afrontar la crisis. También en esos tiempos, una fuerte alza del precio internacional de los granos tuvo efectos similares a una devaluación, permitiendo un incremento de las exportaciones agropecuarias. Sin embargo todo esto resultó transitorio. Los precios de los granos volvieron a caer. En 1998, en un vano esfuerzo para engañar a los mercados y atraer capitales hacia la Argentina, el director gerente del FMI Michel Camdessus invitó al Presidente Menem a lanzar un discurso propagandístico de la convertibilidad en la Asamblea Anual de ese organismo, acto 65

66 insólito y contrario al derecho pues dicha asamblea es formal y protocolarmente una reunión de Ministros de Economía y no de Jefes de Estado. Pero en enero de 1999 la economía brasileña no aguantó más la sobrevaluación artificial del real, y Brasil se vio obligado a devaluar su moneda para que recuperase su valor histórico anterior a 1994. Esto implicó una revaluación del peso, y enfrentó al Gobierno argentino nuevamente con el vicio original del peso sobrevaluado de 1991. Mientras tanto, en 1999–2000 continuaba el endeudamiento, y hacia el año 2001, los acreedores externos de la Argentina se preguntaban hasta cuando era posible seguir prestando a nuestro país. Evidentemente nuestra capacidad crediticia se estaba agotando día a día. Fue así que por culpa del peso artificialmente caro, o lo que es lo mismo, el dólar excesivamente barato, nuestro país padeció en el 2001 la mayor crisis económica de su historia. El PBI cayó fuertemente en los dos últimos trimestres del 2001, aunque se estabilizó en el primer trimestre de 2002. Sin embargo cuando se calcula la tasa de crecimiento de año a año aparece una caída del 10.5% en el 2002, después de haber caído un 5% en el 2001 contra el año 2000. La tasa de caída anual de 2002 es engañosa pues la verdadera caída se produjo en el 2001 durante la vigencia de la convertibilidad. El Gráfico 15 ilustra al respecto. Por otra parte el desempleo y el subempleo sumados superaron largamente el 40%, y el país quedó al borde de la desintegración nacional. Lo que en su momento pareció un milagro macroeconómico de resurgimiento en los noventas, terminó en un desastre. En resumen, dos graves errores de política económica se cometieron en el decenio de los noventas. El mayor consistió en establecer un tipo de cambio fijado por ley donde un peso valía un dólar, cuando, en realidad, la paridad histórica era de más de dos pesos por dólar. El segundo error fue permitir los depósitos bancarios en dólares. Como resultado de estos dos gruesos errores el PBI per capita en dólares de 1990 según el método Geary Khamis era de 7205 en 1991 y de 7391 en el 2002, lo cual implicó un crecimiento interanual prácticamente nulo y una “década perdida” para el desarrollo.

GRAFICO 15.- LA CAIDA DEL PBI DE 2001 Evoluci—n del PIB en miles de millon

miles de millon

a precios constantes serie desestacionali

310.0 290.0 270.0 250.0 230.0

66 I-93 III-93 I-94 III-94 I-95 III-95 I-96 III-96 I-97 III-97 I-98 III-98 I-99 III-99 I-00 III-00 I-01 III-01 I-02 III-02 I-03 III-03 I-04 III-04 I-05

210.0

trimes

67 La mayor parte de la caída del PBI se verificó en los dos últimos trimestres del 2001 El segundo gran error macroeconómico de los noventas fue permitir los depósitos en dólares. Es sabido que los bancos, por el conocido mecanismo de los prestamos y los depósitos sucesivos son capaces de multiplicar los depósitos. La multiplicación de los depósitos es práctica corriente en todos los sistemas bancarios modernos, en tanto y en cuanto exista un prestamista de última instancia que pueda emitir la moneda en que se efectúan los depósitos para prestar a los bancos, en caso de corridas bancarias y retiro masivo de los depósitos por parte de sus titulares. Lamentablemente, tanto las autoridades del Ministerio de Economía como las del Banco Central, e incluso las de los mismos bancos privados, cometieron un error garrafal al permitir esta proliferación de depósitos en dólares en nuestro país cuando era obvio que el Banco Central de la República Argentina no podía emitir dólares, y, por consiguiente, no podía actuar como prestamista de ultima instancia en caso de corridas bancarias. El prestamista de última instancia es esencial en todos los sistemas bancarios modernos. Baste recordar que el conocido manual de Economía de Paul Samuelson, con más de 10 millones de copias vendidas en todo el mundo, comienza el capítulo sobre banca central con una conocida frase: “En la historia de la humanidad hubo tres grandes inventos: el fuego, la rueda y la banca central”. La sobrevaluación del peso, por una parte, y la falta de prestamista de última instancia, por la otra, se convirtieron en los dos grandes fallas insalvables del régimen monetario de la Convertibilidad, que se repotenciaron mutuamente. Ello ocurrió cuando nuestro país agotó su capacidad crediticia y no pudo conseguir los 10 mil millones del crédito adicionales del año 2001, ni los del 2002. El mega-canje de bonos de junio de 2001 se mostró como un operativo destinado a extraerle al Estado 150 millones de dólares de comisiones, dado que no sirvió para nada pues en noviembre de ese año hubo que hacer una reestructuración, esta vez forzosa de toda la deuda, incluida la del mega-canje de 5 meses antes. A finales de ese noviembre el FMI denegó un desembolso de 1290 millones de dólares y dio la señal de alarma. En ese momento, el mercado advirtió que faltaban dólares y que la razón era su bajo precio. Cuando las expectativas del mercado apuntan a la depreciación, la tasa de interés interna tiene que subir para igualar al menos la tasa esperada de devaluación. Si se espera que dentro del mes se produzca una depreciación del 100%, la tasa de interés mensual tendrá que estar a un poco mas de ese nivel. Todo prestamista tendrá posibilidad de comprar dólares antes que prestar, y así hacer un mejor negocio que prestando a una tasa inferior al 100%. Y todo prestatario de pesos comprará dólares para ganar el 100%, tasa de ganancia que no podrá obtener en su negocio. Pero una tasa de interés mensual del 100% llevada al nivel anual supera el 4000%. Ninguna economía aguanta semejante tasa de interés. Fue así que la depreciación del peso se tornó inevitable. Fue así que la crisis de la deuda externa determinó una crisis bancaria, puesto que el público, ante la evidencia de la escasez de dólares, quiso retirar sus depósitos. Una vez constatada la escasez de dólares, el mercado, por su cuenta, procedió a depreciar el peso. En el mercado de Montevideo, ya a fines del 2001 el dólar cotizaba entre 2 y 3 pesos. La depreciación del peso era inexorable y estaba determinada por las leyes de la oferta y la demanda. Más exactamente por el exceso de demanda, y la inexistencia de oferta al precio de uno a uno. Estas dos leyes de la economía operaron como un terremoto imparable que el Dr. Cavallo, padre de la convertibilidad y Ministro de Economía de Menem y de la Rúa, no pudo conjurar pese al arsenal de triquiñuelas y malabarismos monetarios que utilizó, tales como el 67

68 “corralito”, los canjes de deuda, o la ley sobre la “intangibilidad de los depósitos”. El gobierno del Presidente Duhalde que siguió, no quiso devaluar pero se vio obligado a reconocer la existencia de la tempestad. Su primer Ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se había pronunciado públicamente un mes antes, cuando todavía no detentaba ese cargo, categóricamente contra la devaluación. Pero ya como Ministro tuvo que reconocer que el precio de un dólar igual a un peso era totalmente ficticio. Quedó claro, en consecuencia, que la depreciación de nuestro peso operó al final como un fenómeno telúrico inevitable, como lo es un huracán o un terremoto. Quedamos así endeudados hasta la coronilla en cesación de pagos con una deuda acumulada impagable. Sin embargo, la Argentina no cayó en esta deuda enorme por su sola culpa. Como dijo el Washington Post el 3 de agosto de 2003: “Las firmas vendedoras de bonos de Argentina se llevaron casi 1000 millones de dólares en comisiones por vender y recomendar bonos de la Argentina en la década 1991-2001. Estas firmas de comisionistas fueron las que generaron los mas optimistas e influyentes informes sobre el país. Similares conflictos de interés salieron a la luz en algunos casos como los de la Enron Corporation y World Com Inc. En el caso de Argentina, sin embargo, los perjuicios no fueron solamente para un grupo de tenedores de títulos, sino para todo el segundo país más grande de Sudamérica” Aunque a lo largo de este capítulo hemos comentado el nivel del tipo de cambio real de la Argentina en distintas épocas y bajo distintas políticas económicas, debe enfatizarse que el tipo de cambio real es una variable interdependiente con los demás tipos de cambio reales de los otros países. Si la Argentina revalúa, los demás países que comercian con Argentina revalúan y viceversa. Si todos los países devaluaran a la misma tasa al mismo tiempo, ninguno devaluaría en términos reales. Por ello es de interés observar el tipo de cambio real en año determinado, como 1995, de varios países sobre la hipótesis de que el tipo de cambio real de equilibrio de cada país es igual a uno. Elegimos en el Gráfico 15 los mismos países usados en la comparación del PBI per cápita de los primeros gráficos adicionando China, Rusia y Uruguay. GRAFICO 15. TIPO DE CAMBIO REAL RECIPROCO DE PAISES SELECCIONADOS EN 1995 TIPO DE CAMBIO REAL RECIPROCO EN 1995 1.8 1.6 1.4 1.2 1 0.8 0.6 0.4 0.2 0 RUSIA

URUGUAY

CHINA

JAPON

COREA

ALEMANIA

INGLATERRA

EEUU

FRANCIA

ITALIA

ESPANA

CHILE

BRASIL

ARGENTINA

68

69

Esta comparación sirve al propósito de confirmar que la Argentina tenía en 1995 el tipo de cambio real más bajo del conjunto, seguida por Brasil, Uruguay y Japón, todos ellos países de lento crecimiento estructural. En tanto que China y Chile se destacaban como los países de mas alto tipo de cambio real, con una trayectoria de veloz crecimiento de largo plazo encomiable. Estados Unidos durante la excelente gestión macroeconómica de Presidente William J. Clinton también presentaba un tipo de cambio real alto, pero de carácter coyuntural. La era de Roberto Lavagna y Néstor Kirchner Después del devastador efecto del tipo de cambio bajo de Martínez de Hoz, y sobre todo el de Cavallo, finalmente nuestra dirigencia política parece haber aprendido las ventajas del tipo de cambio competitivo como surge de la derecha del Gráfico 14. También parece haber aprendido acerca de la peligrosidad que reviste la financiación de los déficit del Estado con emisión monetaria a la Alfonsín, o con deuda externa a la Cavallo. Le tocó al economista Dr. Roberto Lavagna enderezar el rumbo y poner un poco de orden en la nave del Estado. El Presidente Kirchner parece haber aprendido gran parte de la lección. Quedan sin embargo todavía tres pesadas herencias institucionales de Menem y Cavallo que urge corregir y que Kirchner todavía da la impresión de no haber advertido. La primera es la crisis de producción gasífera y petrolera que se avecina simplemente porque las empresas estatales extranjeras que dominan nuestros recursos naturales, la española Repsol y la brasileña Petrobrás no invierten en exploración. Prefieren que la Argentina importe petróleo porque así regirán los precios internacionales en nuestro mercado interno, y los argentinos de esta manera perderemos nuestra renta petrolera que cobramos por la vía de bajos precios para la gasolina y el gas. Esta renta será percibida entonces en el futuro por España y Brasil. Este cambio en los precios relativos traería una estancamiento con inflación a la Argentina y podría significar el final de la bonanza económica de la era Kirchner. El segundo gran tema que Kirchner parece no entender es la gran estafa que significará para los futuros jubilados el sistema de las AFJP, que en realidad operan como intermediarias entre el Estado y los jubilados, cobrándoles una abusiva “comisión” del 35% de los aportes, todo lo cual afectará a las finanzas públicas y al tipo de cambio real. Y el tercer peligro que acecha es el de una hiperinflación proveniente del hecho fáctico de la alta velocidad de circulación del peso, por culpa de nuestro sistema bimonetario inaugurado en 1991, donde la moneda de ahorro es el dólar, y la de gasto, el peso. Cualquier aumento del déficit fiscal financiado con emisión de pesos en estas circunstancias creará situaciones de peligro de alta inflación que anula los efectos benéficos del cambio competitivo. Urge pues quitarle poder legal cancelatorio al dólar. Por encima de estos tres errores de diseño institucional heredados de MenemCavallo, queda el viejo y retrógrado régimen político de nombramientos en el Estado generador de la clientela política parasitaria que arrancó ya en 1916 y que Kirchner no ha cambiado todavía , e incluso hasta ahora ha acentuado. ¿Puede la Argentina 69

70 crecer a largo plazo con este régimen parasitario, o necesita de una reforma constitucional que la transforme en una verdadera democracia republicana y representativa, como sería lo ideal, o, al menos de una ley regulatoria de la carrera administrativa? XII.-EL PROTECCIONISMO AGROPECUARIO MUNDIAL COMO CAUSAL DE LA DECADENCIA ARGENTINA Y EL TIPO DE CAMBIO REAL Las ventajas comparativas argentinas han sido casi siempre evaluadas a la luz de la abundancia y calidad del factor tierra. La pampa húmeda con más de un metro de humus de profundidad es considerada entre las tres zonas más fértiles del planeta, compitiendo en calidad y extensión solamente con Ucrania y las llanuras centrales de los Estados Unidos. En consecuencia pocos países pueden competir en precio y calidad con la producción agrícola y ganadera de la Argentina. Como dijimos antes, en 1844, con la sanción de las “corn laws” por parte de Inglaterra se inició en todo el mundo una tendencia muy fuerte por parte de los principales países europeos hacia la liberalización del comercio agrícola mundial. Seguían a Adam Smith en la “Riqueza de las Naciones” donde se aconsejaba a las potencias europeas especializarse en la industria e importar los alimentos y materias primas de las colonias. En la segunda mitad del siglo XIX, con la construcción de ferrocarriles y puertos en la Argentina, millones de hectáreas de nuestro suelo se valorizaron enormemente pues su producción de cereales, carne vacuna y ovina tuvo acceso a un mercado mundial. Todo ello coincidió con la época de oro de nuestro crecimiento e ingreso per capita descriptos en capítulos anteriores. Sin embargo a partir del decenio de los años treinta y hasta la actualidad, el mundo ha visto recrudecer el proteccionismo agrícola con fuerte detrimento para la Argentina. Se estima que el proteccionismo agrícola eleva considerablemente los precios de los productos agrícolas en los mercados protegidos, pero los rebaja en alrededor de un 30% en el mercado internacional de exportación. Esto explica parte de la decadencia argentina en la segunda mitad del siglo XX. Por ello es que en el decenio de 1930 y hasta 1945 la Argentina, para resarcirse, devaluó en términos reales su divisa mas o menos en ese porcentaje, según vimos en el capítulo anterior y en el Gráfico 14. Pero las barreras aduaneras establecidas por los países tradicionalmente importadores de alimentos, aparte de reducir los precios internacionales de estos productos, tornan la curva de demanda mundial de los mismos mas inelástica, tanto al precio como al ingreso. En efecto, si la curva de demanda que enfrenta la Argentina en el mercado mundial de trigo hipotético, sin proteccionismo, fuera casi horizontal, el proteccionismo la traslada hacia abajo y la hace más vertical como en el Gráfico 16.

70

71 GRAFICO 16 EFECTO DEL PROTECCIONISMO AGRICOLA CON RESPECTO A LA CURVA DE DEMANDA Y SU ELASTICIDAD

DEMANDA ORIGINAL

PRECIO

DEMANDA DESPUES DE LA PROTECCION

CANTIDADES DEMANDADAS

Cuando una empresa, o un país, no enfrenta una curva de demanda horizontal estamos en un mercado de competencia imperfecta, o de competencia monopólica. En este caso el punto donde la empresa o el país maximiza sus ganancias no es donde el costo marginal es igual al precio, sino al ingreso marginal. En nuestro país. esta cuestión en lugar de ser planteada como un problema de “tarifa óptima” lo ha sido en términos de tipos de cambio diferenciales. Así una importante corriente de economistas, por momentos mayoritaria, ha sostenido que para desarrollarse en el actual entorno económico mundial, el país debe tener dos tipos de cambio. Uno mas elevado para la industria y otro mas bajo para el agro. Dentro de los sostenedores de esta tesis están o estuvieron economistas de la talla de Raúl Prebisch, Carlos Moyano Llerena, Marcelo Diamand o Aldo Ferrer, entre muchos otros. El problema de la política que propiciamos consiste en encontrar un fundamento teórico serio a esta postura que a mi juicio es acertada desde el punto de vista práctico, esto es desde la política económica. Considero que la teoría de la tarifa optima puede brindar ese sustento teórico fundamental pues es una doctrina indiscutida incluso por los liberales mas acérrimos al punto de que su creador fue

71

72 John Stuart Mill52. En este punto seguimos al autor que mejor ha sistematizado la teoría de la tarifa óptima: el australiano Max Corden53. Este autor presenta sus argumentos en los términos usuales de oferta y demanda con una prevención: el precio de las exportaciones se mide en términos de importaciones, esto es en términos de intercambio. De esta manera las importaciones son el numeraire o unidad de cuenta. GRAFICO 16. DERIVACION DE LA TARIFA OPTIMA Px/Pm

M

D

W

F

B E R D

C

M F

O

H

G CANTIDADES EXPORTADAS

Al país le conviene maximizar sus ingresos de exportación restringiendo la oferta en HG lo cual implica una suba de precios de RB. La tarifa óptima de exportación es CB/OB La cantidad de exportaciones se muestra en el eje horizontal y el precio de las exportaciones en términos de intercambio en el vertical. DD es la curva de demanda extranjera de nuestras exportaciones. Ella es la curva de ingreso promedio obtenible mediante la exportación en términos de importaciones. La curva de ingreso marginal es MM. La curva de oferta doméstica es FF. Dado el libre comercio, el equilibrio se alcanza en el punto E, con exportaciones iguales a OG y un precio igual a OR, implicando que las importaciones son equivalentes a REGO, el rectángulo que surge del gráfico. La curva de oferta doméstica muestra los costos marginales de ofertar diversas cantidades de exportaciones y es igual en cada punto a los costos marginales, en términos de productos importables, de producir exportables o consumirlos localmente. En el punto de libre comercio, este costo marginal es igual al ingreso promedio y no al ingreso marginal. De esta manera la tasa marginal de 52 Conesa Eduardo, Términos de Intercambio y Tarifa Optima en la Argentina. BID-INTAL, Buenos Aires, 1983 53 Corden W.M.Trade policy and Economic Welfare, Clarendon Press, Oxford, 1974, Cap. 7

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73 transformación de exportables en importables en el propio país y en el extranjero no son iguales. No estamos en un punto de la optimalidad de Pareto. Por ello el interés del país de restringir la oferta de exportaciones hasta que el ingreso marginal sea igual al costo marginal. La situación óptima es alcanzada donde las exportaciones son OH y el precio ha aumentado hasta OB. El optimo de Pareto de la curva de demanda es W. La elasticidad de la curva de demanda en el punto W es igual a OB dividido por BC, o para ponerlo en términos diferentes, al ingreso promedio dividido por el exceso de ingreso promedio sobre el ingreso marginal. Si Tx (que no figura en el gráfico) es el derecho de exportación óptimo y Nx (que tampoco figura en el gráfico) es la elasticidad precio de la demanda de exportaciones, se sigue que al punto W, Tx es igual a uno sobre Nx. Esta es precisamente la fórmula del derecho óptimo de exportación usando las importaciones como numeraire. En conclusión, si demostramos empíricamente que la elasticidad precio de la demanda de las exportaciones argentinas es menor que infinito, el derecho de exportación optimo que permitiría a la economía alcanzar el óptimo de Pareto en la asignación de sus recursos es el inverso de la elasticidad. Si la elasticidad es -5, el derecho de exportación optimo sería del 20%. Si la elasticidad es -4 ese derecho de exportación será del 25% y así sucesivamente. También es posible por la vía del análisis estadístico econométrico determinar esas elasticidades que enfrenta la Argentina. 54. Resultados preliminares pueden verse en la nota al pie Al respecto cabe recordar que el economista Tibor Scitovsky ya en 1942 en un famoso artículo55 advertía que el libre comercio debía ser impuesto por el Derecho Internacional, o por la fuerza de una super-potencia mundial, y debería ser una obligación universal de todos los países, pues de lo contrario es obvio que Estados independientes en posesión de su propia soberanía establecerán y subirán las tarifas con el propósito de incrementar su

54 El precio que la Argentina recibe por su carne vacuna está significativamente afectado por los volúmenes exportados, como surge de la siguiente ecuación de regresión estimada en logaritmos naturales: PC= 2.507-0.345VC+1.196YMUN -0.039T con un R^2 =0.551 y valores "t" de 1.8, -3.2, 2.2, y -1.6 respectivamente. PC es el precio recibido por la Argentina. VC es el volumen exportado por nuestro país. YMUN es el PIB mundial. Por otra parte T es la tendencia secular de los precios. Por otra parte, el precio que la Argentina recibe por su maíz está significativamente afectado por los volúmenes exportados, como surge de la siguiente ecuación de regresión logarítmica: PM=-O.1620.146VM-0.016RTB+0.946YMUN+0.550(PM-1)-0.041T, con un R^2 =0.813 y valores "t" de 0.117, -2.65 , -2.2, 2.0, 5.2 y -2.4 respectivamente. PM es el precio recibido por la Argentina. VM es el volumen exportado por nuestro país. YMUN es el PIB mundial. RTB es la tasa de interés real de las letras de tesorería norteamericanas. PM-1 es el precio del maíz rezagado un período y T es la tendencia secular de los precios del maíz. En adición, el precio que la Argentina recibe por su trigo está afectado por los volúmenes exportados, como surge de la siguiente ecuación de regresión logarítmica: PT=1.585-0.066VT0.021RTB+0.246YMUN+0.591PT-1 +0.013T, con un R^2 =0.772 y valores "t" de 1.3, -1.9 , -3.1, 0.7, 5.7 y -0.8 respectivamente. PT es el precio recibido por la Argentina. VT es el volumen exportado por nuestro país. YMUN es el PIB mundial. RTB es la tasa de interés real de las letras de tesorería norteamericana. PT-1 es el precio del trigo rezagado un período y T es la tendencia secular del precio real del trigo. 55 Scitovsky Tibor, A Reconsideration of the Theory of Tariffs, RES vol. IX, p.89-110. Reproducido en AEA, Readings in the Theory of International Trade, Irwin, 1950

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74 participación en los recursos del mundo, para alcanzar un más pleno empleo o para proteger su industria Y esta posición, a su vez, provocará lógicas respuestas retorsivas y mas protección en otras naciones. Con esto queremos decir que el ideal es el libre comercio. Esto no se discute. Pero una vez que el resto del mundo en especial Europa, liderada por Francia, adopta una política comercial de proteccionismo agrícola feroz, no queda mas remedio a los Estados Unidos que responder con su propio proteccionismo y lo mismo le ocurre a la Argentina. El único problema a discutir entre nosotros debería ser si protegemos nuestra industria y nuestro agro con una combinación de tipo de cambio alto y retenciones, o por en contrario seguimos el enfoque más tradicional ya fracasado de un tipo de cambio bajo, con protección a la industria por la vía de tarifas de importación, en cuyo caso desarrollaremos una industria poco competitiva por falta de economías de escala en la producción para el mercado interno. Y así fue como entramos en un callejón sin salida durante la segunda parte del siglo XX. El modelo GOL del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y las elasticidades de demanda mundiales Para reasegurarnos categóricamente que nuestro país enfrenta curvas de demanda no horizontales y claramente inferiores a infinito, nada mejor que recurrir a uno de los modelos econométricos de la agricultura mundial elaborado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y extraer de él las elasticidades de la demanda mundial y luego dividir por la participación argentina en esos mercados para deducir así cual es la elasticidad de las curvas de demanda que enfrenta la Argentina y de allí calcular cuales serían desde el punto de vista teórico los derechos óptimos de exportación a aplicar por nuestro país. CUADRO 2 PARTICIPACION DE LA ARGENTINA EN LOS MERCADOS MUNDIALES DE DOS PRODUCTOS DE EXPORTACION TIPICOS TRIGO

MAIZ

1946-50

12

37

1951-55

10

19

1956-60

8

20

1961-65

7

13

1966-70

5

15

1971-75

3

10

1976-79

5

8

Típicamente de acuerdo a ese modelo56 las elasticidades precio de demanda de granos oscilan entre –0.45 y –0.1 con prevalencia de valores intermedios como -0.2. Por otra parte en el caso de la Argentina su participación en los mercados mundiales si bien decayó considerablemente en 1946-50 pero luego se estabilizó en niveles bajos como indica el Cuadro 257. Esto permite confirmar que si la participación argentina en los mercados mundiales es de 5% y la elasticidad precio de demanda de –0.2, el derecho de exportación óptimo debiera ser del 25%. A veces los sectores del 56 Alternative Futures for World Food in 1985, World Gol Model, Vol 1,US Department of Agriculture, Foreign Agricultural Economic Report Number 146, Washington dc, April of 1978, p.100 57 Conesa Eduardo, Términos de Intercambio y Tarifa Optima en la Argentina, Buenos Aires, INTAL, 1983, p.78 y 116

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75 campo critican los derechos de exportación llamados “retenciones” por una razón de desconocimiento de las leyes macroeconómicas. No se dan cuenta que los derechos de exportación determinan un tipo de cambio real de equilibrio más alto que los compensa en gran medida por dicho derecho. Olvidan que durante la gestión de los ministros Martinez de Hoz y Cavallo, si bien estuvieron formalmente exentos de esas retenciones, por otra parte sufrieron una sobrevaluación cambiaria del 60% que implicó una retención implícita tres veces mayor que los derechos de exportación formales del 20%. Ver58 al respecto el Gráfico 17 donde se analiza la interacción del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos dependiente del tipo de cambio real (CC=f(TCR)) y la identidad de las cuentas nacionales que indica que el ahorro nacional menos la inversión bruta interna debe ser siempre igual al saldo en cuenta corriente(S-I=CC). GRAFICO 17 RETENCIONES, SUPERAVIT FISCAL Y EL TIPO DE CAMBIO REAL ALTO (S-I)sf TCR

(S-I)df

CC=F(TCR)

a

b CC A mayor superávit fiscal corresponde un tipo de cambio real mas alto El dilema de la asignación de los recursos y el crecimiento que trae miseria El problema de la elasticidad de la demanda menor que infinito, es decir de una curva de demanda oblicua y cayendo hacia la derecha y no horizontal, que es la que tienen los productos agropecuarios argentinos en el mercado internacional, es agudizada por el proteccionismo agrícola generalizado en todo el mundo, y plantea con toda crudeza el problema central de la economía argentina, y de toda economía, cual es el de cuáles son las señales de precio correctas para la más eficiente asignación de los recursos. Si se establece el completo libre juego de las fuerzas de mercado en la Argentina mientras el resto del mundo es proteccionista en agricultura, los recursos argentinos se asignarán preponderantemente de igual manera a la agricultura en detrimento de la 58 Los derechos de exportación generan un superávit fiscal que hace subir el ahorro nacional. El ahorro nacional depende del superávit fiscal S=(1-b)Y-a+bT-G). A su vez el ahorro nacional S aumentado, traslada a la derecha la recta vertical de (S-I)df hacia (S-I)sf. Este traslado determina un tipo de cambio real de equilibrio más alto que pasa de “b” a “a”, como se muestra en el Grafico 17 donde se yuxtaponen la cuenta corriente que depende del tipo de cambio real CC=f(TCR) y por otra parte el ahorro nacional menos la inversión (S-I) que no dependen de él y por eso están representados en una recta vertical. Para mas detalles ver Conesa Eduardo, Macroeconomía y Política Macroeconómica, La Ley, 2006, cap 22. p 193

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76 industria dadas las ventajas comparativas originales del país y su dotación excepcional del recurso tierra. Pero en un país de 40 millones de habitantes como la Argentina actual, la agricultura no puede albergar al 50%, ni al 25% de esos recursos. En realidad con la tecnología moderna la Argentina podría producir 200 millones de toneladas de granos y 5 millones de toneladas de carne vacuna utilizando solamente el 5% de su fuerza de trabajo. De esta manera el 60% del empleo tendría que ser cubierto por el sector servicios y la industria de la construcción, que no compiten internacionalmente, y que por lo tanto puede considerarse que gozan de una protección aduanera infinita. Pero ¿Y el 35% restante de la fuerza de trabajo? Algo iría a la agroindustria pero gran parte simplemente quedaría desocupada. Si llevamos el razonamiento sobre la base del libre juego de las fuerzas de mercado, esta desocupación enorme presionará por una baja de salarios y una reducción del nivel de vida promedio de la población. Pero además, para colocar en el mercado internacional 180 millones de toneladas de granos y 4 millones de toneladas de carne vacuna, los precios recibidos tendrían que caer en un 30% ó un 40% por lo menos, dado el proteccionismo agrícola internacional vigente y el dilema planteado por las elasticidades de demanda. Además, las elasticidades serán menores cuando mayor sea la participación argentina en los mercados mundiales y cuanto más aumente el volumen físico de las exportaciones agropecuarias. Por supuesto que entre la caída de los precios de las exportaciones y la del salario real, la Argentina sería un país relativamente pobre, con un nivel de vida mediocre. Un autor hindú Profesor de la Universidad de Columbia, el Dr. Jagdish Bhagwati el caso de un país que sigue la doctrina de las ventajas comparativas en productos primarios de baja elasticidad precio de demanda y se empobrece con esa política económica ultraliberal a la David Ricardo. El artículo fue titulado “Crecimiento que trae miseria”. Esta tesis parece confirmada a nivel interno de los países con la regresión que representamos en el Grafico 18 donde tenemos la participación agrícola en el PBI en el eje vertical para 102 países y en el eje horizontal el logaritmo de su PBI per capita de paridad calculado por el Banco Mundial en el “World Development Report” de 1994 para los mismos países. La participación del sector agrícola en el PBI disminuye fuertemente en los países más ricos. Por ello se hace difícil pensar que los países más ricos pueden descansar solamente en el sector agrícola para alcanzar su riqueza. Sin embargo, paradojalmente, la agricultura de los países más avanzados es altamente tecnificada y además registra una inmensa productividad por trabajador. Todo lo cual la hace sufrir los menores precios que esa alta productividad y producción provoca debido a las muy bajas elasticidades al precio y al ingreso de la demanda de productos agrícolas. De ahí la decreciente participación del sector en el PBI en los países más avanzados. Es así que el teorema de Bhagwati parece tener una muy evidente aplicación en la economía interna en los países desarrollados, y que para evitar la miseria de los precios bajos implicados en las bajas elasticidades de demanda, los agricultores de esos países se mudan a las ciudades, lo cual permite disminuir la producción y mejorar los precios para los agricultores que permanecen en el sector. 59estudió

GRAFICO 18 59 Bagwati Jagdish, “Inmiserizing Growth, a Geometrical Note”, Review of Economic Studies, number 24, London, June of 1958

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77 PARTICIPACIÓN DE LA AGRICULTURA EN EL PNB EN EL EJE VERTICAL Y EL LOGARITMO DEL PBNPPP PER CÁPITA EN EL EJE HORIZONTAL PARA UN TOTAL DE 102 PAÍSES 80

60 % A G R O P B I

40

20

0

-20 0

1

2

3

4

5

L%PNBPC PPP

Sombrías perspectivas de liberalización agrícola mundial La caída de la participación argentina en los mercados mundiales de la que da cuenta el Cuadro 5 está conectada a dos factores. Por una parte el tipo de cambio real bajo para las exportaciones de nuestro país de 1947-55 y por la otra el establecimiento del Mercado Común Europeo en 1957, el que inauguró una política proteccionista agrícola altamente negativa para la Argentina. La posibilidad de que en un futuro inmediato, o a mediano plazo, se abran nuevamente los mercados europeos que cien años atrás fueron los consumidores de nuestras exportaciones agrícolas impulsando así nuestro desarrollo, como en la “belle epoque”, parece remota en la actualidad. El insignificante avance de la ronda Uruguay y el reciente fracaso de la ronda Doha de negociaciones en el seno de la OMC, así lo confirma. El nudo de la cuestión es el irreductible proteccionismo de la Unión Europea. A su vez Estados Unidos se niega a liberalizar su agricultura, si Europa no hace lo propio. El resultado es un impasse en las negociaciones que ya lleva casi 60 años si consideramos como punto de partida la creación del GATT en 1948. El proteccionismo agrícola europeo es manifiestamente irracional desde el punto de vista económico, pero su inconmovible fortaleza política sugiere que debe tener profundas raíces en la política y en la historia de Europa. Una posible explicación muy difundida, nos recuerda que el principal exportador intra-europeo de productos agrícolas y, por lo tanto, el principal beneficiario de la política proteccionista de la Comunidad Europea, es Francia, y este país tiene todavía cuentas pendientes que cobrar a Inglaterra y Alemania, que vienen del fondo de la historia. En 1814, Inglaterra y Prusia impusieron pesadas reparaciones de guerra a Francia a raíz de la derrota de Napoleón I. En 1870, Bismarck impuso pesadas reparaciones de guerra a Francia luego de la derrota de Napoleón III. En 1919, Francia, ganadora de la primera Guerra Mundial, no logró cobrar reparaciones de guerra a la vencida Alemania. Tampoco lo pudo hacer en 1945. Por lo tanto, la política agrícola común europea es explicada como el método indirecto mediante el cual finalmente el nacionalismo francés recibe las

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78 reparaciones de guerra que no pudo cobrar de manera directa. Si esto es así, las perspectivas de que se abra nuevamente el mercado europeo a nuestras exportaciones tradicionales serían más bien limitadas También debe tenerse en cuenta la posible competencia ucraniana. Con anterioridad a 1914, este país era un gran proveedor del mercado mundial de granos en el mundo debido a la legendaria fertilidad de sus praderas desde la época de la guerra de Troya, más de mil años antes de Cristo. Pero en 1917 el comunismo aplastó al campesinado y convirtió a la Unión Soviética en un país importador de granos. ¿Tiene alguna probabilidad el ingreso de Ucrania a la Unión Europea? No parece dados los intereses de Francia. Pero el ingreso de Ucrania al capitalismo internacional la convertirá nuevamente en un competidor formidable de la Argentina en la exportación de granos y carnes. Otro factor a considerar es el ingreso masivo de la China y la India al mercado de importación de alimentos que podría mejorar las chances argentinas en el siglo XXI. Estos países cuentan con el 22% y el 18% respectivamente de la población mundial y una proporción mucho menor de las tierras fértiles del planeta. Además en los últimos 10 años han teniendo un crecimiento económico extraordinario que implica una mayor demanda de productos agrícolas. Pero no debemos ilusionarnos60 y exagerar las ventajas que esto tendría para la Argentina pues la elasticidad-ingreso de la demanda de productos agrícolas es decreciente a medida que aumenta el ingreso, y, por otra parte estos países están gobernados por ingenieros tecnócratas, no por políticos clientelistas, al punto en que, en realidad, estamos importando actualmente el glifosato de China, y la tecnología agropecuaria actual, con las semillas mejoradas, los fertilizantes, el riego artificial y otros adelantos permite cultivar cereales en suelos antes descartados. Por ello, si bien es posible que el ascenso de estos países mejore enormemente las chances de la Argentina, también debe tenerse presente que la enorme capacidad de estos países para adaptar la tecnología a sus necesidades productivas les permitirá un grado importante de autoabastecimiento en alimentos. Industria versus agricultura La regresión del Grafico 18 muestra una suerte de ley de hierro del crecimiento económico: cuando mas alto es el PBI per cápita, menor es la participación del sector agrícola en el PBI del país. La paradoja consiste en que el sector agrícola de los distintos países en la posguerra ha experimentado un crecimiento en la producción por trabajador ocupado en el sector realmente excepcional. Tan alta. o más alta todavía, que el crecimiento en la productividad por obrero en los sectores industriales de los países. El Gráfico 19 da cuenta de la participación del sector industrial manufacturero de los países en el PBI y su correlación con el PBI per cápita. El Gráfico 19 registra el mismo PNB per cápita del Gráfico 18 en el eje horizontal, pero difiere en el eje vertical, donde registra la participación de la industria manufacturera en el PBI, excluida la construcción. Además hemos excluido a los ex-países comunistas porque

60 Alarcón, María del Carmen, “No perdamos una oportunidad histórica”, La Nación, 18 de Julio de 2006, p.17. Esta diputada está en contra de las retenciones, sin advertir que quitar las mismas traería una valorización del peso.

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79 sus cuentas nacionales discriminan contra el sector servicios al que consideran no productivo. Por razones obvias, también hemos excluido a los países petroleros. Los resultados relativos de medir la participación de la industria son muy distintos a los de la agricultura. Antes que nada, cuando aumenta la riqueza nacional, sube la participación de las manufacturas en el PBI. Los países más ricos tienden a tener una industria manufacturera que toma el 20% del PBI en tanto que los pobres entre un 5 al 10%. Pero además se advierte una gran variación alrededor de la línea de regresión. Lo importante aquí es señalar que a pesar del extraordinario incremento en la productividad del sector manufacturero a medida que sube el PNB per cápita, sus precios no han bajado lo suficiente como para llegar a reducir su participación en el PBI. GRAFICO 19 PARTICIPACIÓN DE LAS MANUFACTURAS EN EL PNB DE 76 PAÍSES EN EL EJE VERTICAL Y LOGARITMO DEL PNB PER CAPITA EN EL HORIZONTAL 40

30 % M A N U F P B I

20

10

0 0

1

2

3

4

5

L%PNBPC PPP

La explicación de la paradoja de la decreciente participación del sector agrícola en el PBI y su extraordinario aumento en la productividad por una parte, y la creciente participación de la industria manufacturera en el PBI y su igualmente portentoso crecimiento en la productividad, por la otra, radica en las diferentes elasticidades “precio” y elasticidades “ingreso” de demanda de los productos agropecuarios e industriales. En la agricultura ambas elasticidades son muy bajas y en la industria ambas son muy altas. Un ejemplo aclarará el argumento. Se trata del caso paradigmático de los Estados Unidos. A principios del siglo XX el 30 por ciento de la población de los Estados Unidos vivía de la agricultura y producía tantos alimentos como para alimentarse a sí misma y alimentar también al 70% de la población restante del país. En el año 2000, la población que trabajaba en la agricultura era del 2% solamente pero producía tantos alimentos como para alimentar al 98% restante. La productividad en el ínterin había crecido tanto que si se hubiese mantenido el 30% de la población trabajando en la agricultura, la producción hubiera sido tan grande que hubiera inundado el mercado interno e internacional, y los

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80 precios hubiesen bajado por ejemplo un 90%, por culpa de las bajas elasticidades de demanda. En este caso los agricultores estadounidenses a pesar de esa extraordinaria productividad, se hubiesen muerto de hambre. La solución de la ecuación vino entonces por la disminución de la población agrícola y su migración a las ciudades para trabajar en la industria y en los servicios. En el caso de la industria, el crecimiento de la productividad es igualmente considerable pero la elasticidad precio e ingreso de demanda de los productos industriales es altísima porque hay distintos, nuevos y además mejores productos, lo cual alienta el apetito insaciable de su demanda. Como resultado, cuando crece el PBI per cápita crece también la participación de la industria manufacturera en el PBI. Todo lo cual explica el resultado, que es opuesto al de la agricultura. La renta de la tierra y el atraso argentino Frecuentemente se imputa el atraso argentino a la excesiva concentración de la propiedad fundiaria en pocas manos de privilegiados terratenientes y su descendencia. Este argumento tropieza con el hecho consistente en que los mejores años en materia de desarrollo económico para la Argentina van desde 1880 hasta 1945, cuando la clase propietaria de la tierra tenía mayor poder político. Por otra parte, sin embargo, la historia parece demostrar que la distribución inicial igualitaria de la tierra ayuda tanto al desarrollo político, como al económico. Así por ejemplo, una de las diferencias entre el desarrollo estadounidense y el argentino consiste en que en el país del norte se distribuían parcelas de tierra (Homestead) mas bien pequeñas a una gran cantidad de colonos agricultores inmigrantes, lo cual favoreció el sistema democrático y la mejor distribución del ingreso61. En Japón, el proceso de desarrollo económico se inició con la restauración no muy democrática del emperador Meiji en 1868, pero paradojalmente, uno de los primeros actos de gobierno de este estadista notable62 fue establecer un impuesto muy fuerte sobre la tierra que obligó a la nobleza terrateniente a vender sus tierras a los agricultores, que la sabían trabajar, y, en consecuencia, podían afrontar el pago de los tributos. Así, en pocos años, la producción de arroz se triplicó. En Corea del Sur después de la segunda guerra mundial y previo a su extraordinario despegue económico, hubo una importante reforma agraria por inspiración estadounidense y como instrumento de lucha contra el comunismo. Lo mismo ocurrió en Taiwán. Pero Inglaterra comenzó su desarrollo económico ya en el siglo XVIII, sin ninguna reforma agraria. Recién a mediados del siglo XIX se liberalizó la importación de granos lo cual fue un golpe a la renta de los terratenientes. En nuestro país se arguye con bastante razón que la reforma agraria la hizo el propio código civil, pero gradualmente con el sistema de la legítima y la distribución igualitaria de la herencia entre una gran cantidad de hijos que van recibiendo parcelas de tierra cada vez mas pequeñas. La tesis que, en general, atribuye el subdesarrollo a la falta de una reforma agraria, o a la escasa igualdad en la distribución inicial de la tierra tiene vieja prosapia en la economía y arranca con David Ricardo63 en 1817 con su teoría de la renta de la tierra 61 Johnson, Paul, Estados Unidos. La Historia, Op. Cit. p.276 y ss y 486 y ss 62 http://en.wikipedia.org/wiki/Meiji_Emperor#Meiji_Restoration 63 Ricardo, David, Principles of Political Economy and Taxation, London 1817. Schumpeter, Joseph, sostenía que el sistema de ideas económicas de Ricardo era tan fascinante que “la brillante luz de Ricardo atrae las polillas intelectuales”. Historia del Analisis Económico, Ariel, Barcelona, 1982, p. 535

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81 en la que sostenía, con razón, que los propietarios de las tierras más aptas, o las mas cercanas a los mercados de consumo gozaban de una retribución extra que en realidad era inmerecida, si la comparamos con la renta de los agricultores de tierras menos favorecidas, o tierras marginales, pero que también eran necesarias para abastecer la demanda del mercado. Esta teoría es de la más rancia estirpe liberal y tuvo entusiastas seguidores en James Mill y su hijo John Stuart Mill, quienes la expusieron en sus obras, particularmente el segundo en sus “Principles of Economics” de 1848. También fue glorificada por León Walras, campeón del liberalismo económico de base matemática en Francia. La consecuencia de esta teoría era que el Estado podía apropiarse de esa renta extra mediante un impuesto pues esa renta extra no era necesaria para estimular la producción. Y el impuesto en cuestión sería entonces uno de los mas justos y eficientes disponibles para financiar los gastos del Estado. Con efectos beneficiosos además para la democratización y estimulo al trabajo productivo y en detrimento de la holgazanería y el boato. La teoría de Ricardo, quien llegó a ser un conspicuo miembro del parlamento británico por el partido liberal, se aplica también a la propiedad urbana que se valoriza en función de la prosperidad general o su ubicación privilegiada, y no necesariamente en razón del trabajo de su dueño pues como bien dice Sandler “ese mayor valor del espacio económico, según el lugar del país y según la época que se considere, no es hechura del ocupante individual, sea propietario, inquilino arrendatario o usurpador. Es el 64 producto del quehacer social” Esta postura tuvo grandes divulgadores como Henry George en los Estados Unidos, quien escribió lo siguiente : “meditando un poco es fácil ver con claridad a dónde nos conduce la marcha emprendida. Cuando la corrupción se haga crónica; cuando se pierda el espíritu público; cuando la tradición del honor, la virtud y el patriotismo se debiliten; cuando se desprecie la ley y no quede esperanza de reforma, entonces, en las masas enconadas se engendran fuerzas volcánicas que han de desgarrarlo y destruirlo todo en cuanto se les presente una ocasión favorable. Hombres fuertes y sin escrúpulos, elevándose oportunamente, se convertirán en interpretes del ciego deseo o de las violentas pasiones populares y arrinconarán las instituciones que hayan perdido su vitalidad. ¿De donde vendrán los nuevos bárbaros? ¡Pasad por los barrios miserables de las grandes ciudades, y desde ahora podréis ver sus hordas amontonadas¡ 65 Las rentas de la industria y el informe Berlinski. Las rentas del sector financiero. La postura tradicional de la izquierda consistió en atribuir el atraso argentino a la mala distribución de la tierra y la propiedad fundiaria en general. Esta visión sufrió un fuerte contra-ataque en 1977 con la publicación por parte del Ministerio de

64 Sandler, Hector Raul, Impuestos. La Lección del Parquímetro, ICE, 1999 p. 173. 65 Citado por Sandler, Op.Cit, p.250

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82 Economía del informe del economista Julio Berlinski66, un discípulo del famoso economista húngaro Bela Balassa, que llamó la atención sobre otras enormes rentas, también inmerecidas, pero que anidaban en numerosos nichos del sector industrial, no en el agropecuario, ni en la propiedad inmueble. En efecto, dentro del enmarañado e irracional sistema de protección industrial vigente en la Argentina vigente desde los tardíos cuarentas y gran parte de la posguerra, se estableció como política general, la admisión sin impuestos de materias primas para la industria por una parte, y por otra parte, la prohibición de importación, o tarifas aduaneras altísimas para el producto final manufacturado con esas materias primas. Así por ejemplo, una materia prima como acero en lingotes o en planchas tenía una muy baja o nula protección aduanera y obtenía fáciles permisos de importación con tipo de cambio sobrevaluado, pero el hierro redondo para la construcción, o la chapa laminada en frío, ambas con muy escaso valor agregado adicional sobre las materias primas anteriores, una protección aduanera prácticamente infinita. De esta manera se creaban nichos de extraordinaria rentabilidad completamente artificial. El informe Berlinski dio cuenta de este tipo de políticas arbitrarias que permitía enormes e injustificados beneficios a algunos industriales bien conectados con las autoridades económicas del período 1945-1976. Pero el informe, en lugar de dar lugar a una rectificación de las arbitrariedades por medio de una protección aduanera uniforme y baja como en Chile, sirvió para que los economistas “Chicago boys” del Banco Central, Adolfo Diz y Ricardo Arriazu, contraatacaran al sector industrial que los criticaba con toda justicia por la política financiera de ese Banco que determinaba un fuerte subsidio a las importaciones por una parte, y altísimas tasas de interés reales a pagar por los industriales de más del 100% anual, por la otra. En síntesis, no cabe duda de que una distribución inicial de la tierra más igualitaria hubiera ayudado al crecimiento y a la democracia auténtica. Pero no olvidar que el mejor período de la economía argentina, comparativamente hablando, fue 1880-1945, cuando las rentas de la tierra eran más concentradas y aumentaban más ¿Qué queda por decir entonces para las rentas financieras determinadas artificialmente por la política monetaria oficial inductora de tasas de interés altísimas a cobrar por los bancos y los sectores de la usura en perjuicio de la industria y del agro que fueron mucho mayores, especialmente en 1976-81 y 1990-2001, que las rentas inmobiliarias o agrarias? ¿Que queda por decir entonces de las enormes rentas inmerecidas de la protección efectiva arbitraria a la industria vigentes desde 1945 hasta 1980 de las que da cuenta el informe Berlinski? ¿Qué queda por decir de las rentas inmerecidas de la corrupción de la “patria contratista”? ¿Que queda por decir de los negociados aduaneros tradicionales?¿Que queda por decir de la corrupción de las comisiones por la contratación de la deuda externa? ¿Qué queda por decir del casi millón de empleados públicos nombrados de favor en todo el país que cobra sueldos por el solo hecho de calentar la silla? Es posible que en las enormes rentas inmerecidas generadas por el clientelismo político esté la causa mayor de la decadencia argentina. En realidad en el mundo de hoy, la dicotomía del sector agropecuario contra el sector industrial, alentada por el sector financiero es artificial. La verdadera dicotomía y contra-posición de intereses debe ser entre el sector financiero unido al sector no competitivo de la economía que son los servicios no transables internacionalmente, por una parte, y por la otra, el sector agropecuario e industrial manufacturero, dado 66 Berlinski Julio, La protección arancelaria de actividades seleccionadas de la industria manufacturera argentina, Ministerio de Economía, Buenos aires, Septiembre de 1977

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83 que ambos compiten internacionalmente y por lo tanto deberían unirse y presionar juntos por una política de tipo de cambio alto y tasas de interés bajas con crédito privado abundante, si la Argentina ha de crecer. El tipo de cambio alto proveería por una parte, una protección uniforme y eficiente a la industria, tanto para el mercado interno como para la exportación. Por otra parte, ese tipo de cambio alto permitiría la aplicación de derechos de exportación óptimos al agro argentino de acuerdo con lo que aconseja la teoría económica universal, como respuesta contra el proteccionismo agrícola europeo, todo ello sin desmedro de una excelente rentabilidad para el sector. Las ventajas comparativas industriales “creadas” por el tipo de cambio real alto, las economías de escala y la alta elasticidad ingreso de demanda Si la protección a la industria se hace por la vía del tipo de cambio real alto, los industriales tienen dos mercados el interno, que es pequeño y el internacional que es enorme. La producción para el mercado internacional permite obtener las economías de escala de un alto nivel de producción lo cual permite reducir costos y crea una mayor competitividad internacional generándose así un circulo virtuoso. Japón en 1945 por ejemplo no tenía ninguna ventaja comparativa en la producción de automóviles, ni electrónica, ni cámaras fotográficas. Las adquirió “haciendo” y repontenciándolas con las crecientes economías de escala permitidas por el yen 67 depreciado. Al decir de Paul Krugman : En gran medida, el comercio entre países industriales no refleja las ventajas comparativas de un país, la cual los llevaría a enfrentar demandas con pendiente declinante en el largo plazo para sus productos específicos. Por el contrario, los países se especializan para tomar ventajas de las economías de escala a diferentes niveles. Cuando los países crecen, ellos pueden expandir el rango de diferentes producciones, y de esta manera incrementar su participación en los mercados mundiales, sin necesidad de una depreciación secular en su moneda El otro secreto de la industrialización eficiente para el desarrollo económico consiste en la selección de industrias cuyos productos tengan una alta elasticidad ingreso de demanda en el mercado mundial. Así por ejemplo la demanda de productos de la electrónica crece en 5% cuando el ingreso mundial crece en un 1%. Ello contrasta con la elasticidad de demanda ingreso de los productos agrícolas que crece 0.1% cuando el ingreso crece al 1%. Nuevamente viene al caso citar a Paul Krugman68: Los países de rápido crecimiento parecen enfrentar altas elasticidades ingreso de demanda para sus exportaciones, mientras tienen bajas elasticidades ingreso de demanda para sus importaciones. La inversa es verdad para los países de crecimiento lento En definitiva, la protección de la industria por la vía del tipo de cambio real permite superar las limitaciones de la industrialización para el mercado interno, que es 67 Krugman Paul, Currencies and Crisis, The MIT Press, 1992., pag. 57 68 Krugman Paul, Op.Cit. pag.41

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84 pequeño en el caso argentino, y al mismo tiempo evitar las rentas inmerecidas y generadoras de ineficiencia y atraso tecnológico provenientes de la protección efectiva arbitraria de las que nos hablan Bela Balassa y Julio Berlinski. Una ventaja adicional de la política de cambio alto es que el tipo de cambio relativamente alto está correlacionado con tasas de interés bajas, lo cual favorece más aun la inversión y el crecimiento. ¿Cuál es el problema entonces? El problema consiste en que las tasas de interés bajas de largo plazo valorizan enormemente a los activos productivos como la tierra y los edificios urbanos. Pero también valoriza las empresas industriales. Todo lo cual hace ricos a los rentistas en detrimento de los que trabajan con sus manos o sus cerebros. ¿Cual es entonces la solución? Si se desea la mayor igualdad posible en la distribución del ingreso no queda otra que aumentar los impuestos sobre todas las rentas y el impuesto inmobiliario, y con ello costear generosos servicios de salud, educación y jubilaciones por medio de un Estado eficiente y meritocrático a la sueca. Volvemos pues a la cuestión de la eficiencia del Estado. XIII.- EL PAPEL ESTRATEGICO DEL TIPO DE CAMBIO REAL Y EL FMI. LA DEUDA EXTERNA. SUBDESARROLLO. PERDIDA DE AUTONOMIA NACIONAL En 1943, cuando ya se comenzaba a avizorar la victoria aliada en la segunda guerra mundial, Inglaterra y Estados Unidos lanzaron sendos planes monetarios para ordenar las finanzas y el comercio internacional en el mundo de posguerra. Inglaterra lanzó el “Plan Keynes” por el que se creaba una International Clearing Union (Unión Internacional de Compensaciones) (UIC) por la que se daba a cada país miembro un crédito equivalente al 75% del promedio de la suma de sus importaciones y exportaciones en los tres años anteriores a la guerra. Además se establecía una moneda unidad de cuenta llamada “Bancor” definida en términos de gramaje de oro. En esa moneda debían liquidarse los saldos internacionales del comercio exterior. Esta moneda también podía obtenerse mediante la entrega de oro por parte de cualquier país miembro a la UIC. Lo más interesante era que cuando un país tuviese un saldo de “bancors” deudor, o acreedor, de más de un cuarto de su cuota debía pagar un interés de un 1% y otro 1% adicional cuando su saldo deudor, o acreedor, superase la mitad de su cuota. Es decir que se ponía presión para el ajuste tanto a los países deudores como a los acreedores. Los países que tuviesen saldos deudores persistentes eran conminados a devaluar su moneda, y/o adoptar políticas restrictivas, pero los acreedores pertinaces a revaluarla y/o adoptar políticas expansivas, con lo cual se estimulaba el crecimiento equilibrado del comercio internacional con escaso endeudamiento externo. En pocas palabras, la UIC iba a convertirse en un arbitro estratégico del desarrollo de los países. Además la Unión Internacional de Compensaciones podía abrir crédito a las Naciones Unidas para el cumplimiento de sus finalidades, con lo cual tendía a constituirse en un embrión de gobierno mundial. El Plan Keynes, no obstante el enorme prestigio de su autor, se granjeó la oposición de los Estados Unidos porque cercenaba de alguna manera la abrumadora importancia de la moneda dólar en la economía mundial de la posguerra. Además, a Estados Unidos no le convenía que el poder de voto en la UIC se calculara sobre la base del comercio exterior, sin tener en cuenta la renta nacional. En consecuencia Estados Unidos presentó como alternativa un plan debido al economista Harry 84

85 Dexter White, un oscuro amigo marxista del Presidente Franklin Delano Roosevelt. El Plan White fue la base principal de lo que después, en 1944, fue el Fondo Monetario Internacional. En esencia, el FMI resultó de un tamaño seis veces menor que el de la UIC propuesta por Keynes. La moneda internacional resultó el dólar americano y no el BANCOR como proponía Keynes, pero EEUU fijaba el valor del dólar a 35 dólares la onza de oro y se obligaba a cambiar por oro todos los dólares excedentes que tuviesen los bancos centrales de los países a ese precio. En realidad ésta era una restricción valiosa y el compromiso más importante que justificaba otorgar al dólar la función de moneda internacional: la garantía oro. Los países debían mantener su paridad cambiaria con el oro, o el dólar, pero esa paridad era ajustable (“the adjustable peg”). Por una sola vez, los países podían cambiar esa paridad hasta en un 10%, pero luego todo cambio de la paridad debía ser consultado y autorizado por el Fondo. En realidad la principal función del Fondo era la vigilancia de las paridades cambiarias para evitar que los países caigan en “desequilibrios fundamentales” en sus cuentas externas, particularmente grandes déficit en cuenta corriente que llevaran a enormes endeudamientos externos que luego fueran impagables y que por lo tanto crearan conflictos de guerra o hicieran temblar el sistema financiero internacional. Por eso los países con grandes déficit crónicos eran inducidos por el Fondo a devaluar su divisa, y a contraer la economía, precisamente para evitar la continuación de los déficit y el crecimiento de la deuda. Pero los países superávitarios no eran obligados a revaluar, o expandir, como en el plan Keynes. De cualquier manera, el valor estratégico de la cuestión cambiaria también pesaba enormemente en los estatutos legales originales de 1944 del Fondo, llamados en inglés “Articles of Agreement”, porque se tenía clara y fresca la memoria en aquellos tiempos: el surgimiento del nazismo en la Alemania de los años treinta se debió a la sobrevaluación cambiaria alemana de los años veintes. Esta sobrevaluación causó un gran desempleo en ese país e hizo imposible el pago de la deuda externa, que eran en realidad las reparaciones de guerra pactadas en el Tratado de Paz de Versailles de 1919. Además, los aliados con el llamado Plan Dawes, prohibieron a Alemania devaluar su moneda. El nazismo, inicialmente, debía interpretarse como una reacción sentimental del pueblo alemán en contra del desempleo y la humillación que significaba el sometimiento a los acreedores por la cuestión de la deuda externa que se tornaba impagable precisamente por causa del marco sobrevaluado. Los horrores que siguieron después, debido a la personalidad enferma de Hitler, no hubieran sido posibles sin la previa existencia de los problemas macroeconómicos reales insolubles planteados por la sobrevaluación cambiaria y la deuda externa alemana. La historia del período de entreguerras demuestra que había que evitar en lo sucesivo los grandes desarreglos cambiarios porque podían tener consecuencias económicas y políticas catastróficas. Por ello precisamente se creó el FMI. Para establecer un arbitro técnico en cuestiones cambiarias que evite estos cataclismos. Y Estados Unidos se constituyó en el gran garante del sistema monetario y cambiario internacional al anclar la moneda internacional, esto es el dólar, frente al oro al precio referido de 35 dólares la onza. Por la acción del FMI es que después de la segunda guerra mundial desde 1945 hasta 1971, los defaults de la deuda pública en todo el mundo fueron raros, simplemente porque desapareció la mala práctica de los gobiernos de endeudarse en moneda extranjera, excepto con organismos internacionales. Fue una dura lección que las 85

86 naciones habían aprendido durante el período entre ambas guerras mundiales. Y así el mundo pudo gozar de 25 años de prosperidad sin problemas de deuda externa ni cambiarios desde 1945 hasta 1971 Sin embargo el 15 de agosto de 1971 los mismos Estados Unidos, abrumado por el costo de la guerra de Vietnam, dejaron caer el viejo sistema de Bretton Woods del año 1944 cuando en forma unilateral y violando el tratado internacional que ellos mismos prohijaron, quitaron la garantía oro al dólar norteamericano permitiendo que su propia moneda se devaluara frente a las demás, causando así un perjuicio a sus 69 acreedores que ha sido valuado en cifras 8 veces superiores al default de los títulos públicos emitidos por la Argentina durante los noventas y hacia el final del 2001. Los Estados Unidos continuaron siendo la primera potencia económica del mundo, no obstante su default, de la misma manera como continuaron existiendo y creciendo las potencias europeas que cometieron numerosos defaults en los siglos XIX y XX y anteriores. La violación de los tratados de Bretton Woods de 1944 quedó subsanada con la anodina nueva carta orgánica del FMI sancionada en Jamaica en 1976, donde se quitó relevancia a la cuestión cambiaria y se asestó un golpe mortal al oro como base del sistema monetario internacional. Y “de facto” dejó al dólar americano como el rey del sistema y como moneda mundial, sin contrapartida ni anclaje alguno. Se consideró que Estados Unidos debía tener el privilegio de poder emitir la moneda mundial en compensación por la carga de la defensa de Occidente frente al comunismo soviético. Luego del colapso del sistema originario de Bretton Woods en 1971, los problemas reaparecieron masivamente en los setentas con motivo de los depósitos bancarios en euro-dólares que hicieron los países miembros de la OPEP como resultado de los ingresos adicionales provocados por el aumento de los precios del petróleo. Gran parte de estos fondos fueron reciclados como deuda externa por la banca privada internacional hacia los países en desarrollo, entre otros, el nuestro. En 1974 hubo en Washington D.C. una célebre controversia entre un Secretario del Tesoro del Presidente Gerald Ford, William Simon, partidario de dar vía libre a los grandes bancos privados estadounidenses para que prestaran a los gobiernos de los países en desarrollo reciclando así los petrodólares, y Robert S. McNamara, a la sazón Presidente del Banco Mundial, quien consideró que esos préstamos no ayudarían a los países en desarrollo, y, en cambio, iban a crear graves problemas de default y desarreglos en el sistema monetario y crediticio internacional, ya en franca situación de colapso. Infortunadamente la presión de los bancos privados triunfó, y el Secretario Simon se salió con la suya. Fue así que esta ola de préstamos terminó en la cesación de pagos de México en 1982. Y la de la mayoría de los países latinoamericanos, entre ellos la Argentina y Chile, y algunos asiáticos, después de esa fecha. El detonante de la crisis fue el altísimo nivel de la tasa de interés, ya que los préstamos estaban concedidos a tasa variable, reajustable con la tasa interbancaria del mercado del eurodólar en Londres (LIBOR), la que superó el 15% anual. Durante los decenios siguientes y hasta la actualidad, las crisis de balanzas de pagos y de defaults de las deudas externas de los países latinoamericanos y asiáticos se convirtieron en fenómenos de ocurrencia harto frecuente y casi permanente.

69 Laura Guillermo, El mayor default de la historia no es el nuestro, La Nación, 9 de marzo de 2004

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87 El tipo de cambio real y la deuda externa La causa principal de la deuda externa radica en el tipo de cambio real sobrevaluado. El tipo de cambio es un precio. Es el precio de la divisa por excelencia: el dólar estadounidense estimado en pesos locales. Si en lugar de dividir el valor de un dólar corriente por la cantidad de pesos corrientes que se necesitan para comprarlo, lo dividimos por la cantidad de pesos de valor constante e indexamos también el dólar por la inflación que aunque menor, también sufre esta moneda, obtenemos el tipo de cambio real: TCR=[TCNxIPMUSA]/IPCARG Donde: TCN=tipo de cambio nominal IPMUSA=indice de precios al por mayor o al productor de los Estados Unidos IPCARG=indice de precios al consumidor de Argentina Como todos los precios, el tipo de cambio real está sujeto a las leyes de la oferta y la demanda. A mayor tipo de cambio real, mayor será la oferta de exportaciones de un país y menor será su demanda de importaciones. El juego de la oferta y la demanda de divisas puede representarse como en el GRAFICO 20 donde tenemos la curva de oferta de divisas proveniente de las exportaciones que sube hacia la derecha y la curva de demanda de importaciones que desciende hacia la derecha. Donde ambas curvas se cortan se alcanza el precio de equilibrio de la divisa. En ese punto la oferta de exportaciones de bienes y servicios iguala a la demanda de importaciones y la balanza de pagos en cuenta corriente está en equilibrio. Su saldo es igual a cero. Cuando el país registra un tipo de cambio de equilibrio no necesita endeudarse con el exterior para pagar por un exceso de importaciones, porque simplemente dicho exceso no existe. Si el tipo de cambio real está por debajo de su valor de equilibrio, la distancia horizontal entre el valor mayor de las importaciones por sobre el menor valor de las exportaciones deberá ser cubierto con endeudamiento externo. Si por el contrario, el precio o tipo de cambio real está por encima del valor de equilibrio, las exportaciones serán mayores que las importaciones y el país acumulará reservas o créditos contra el exterior. Todo ello se ilustra en el GRAFICO 20. Por lo demás, cabe dejar constancia que la relevancia del tipo de cambio real en la determinación del saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos como tema central de la política económica, fue discutido a fondo hace algunos años en el más alto nivel académico de los Estados Unidos, y las conclusiones son coincidentes con las aquí 70 expuestasl Si el tipo de cambio real está sobrevaluado, la diferencia horizontal del exceso de importaciones sobre exportaciones se paga incrementando la deuda externa Los importadores usarán sus pesos para adquirir en los bancos y estos en el Banco Central las divisas necesarias para pagar el exceso. Pero al entregar pesos al Banco Central, éste los tiene que destruir al tiempo de entregar las divisas a cambio, con lo cual se achica la base monetaria del país. Al achicarse la cantidad de dinero, sube la tasa de interés interna. Al subir la tasa de interés interna los bancos y el sector financiero interno del país, lucran más. Y particularmente lucran mas los capitales especulativos internacionales que buscan colocarse en las plazas donde la tasa de 70 Institute for International Economics, INTERNATIONAL ADJUSMENT AND FINANCING. THE LESSONS OF 1985-1991, (Ver especialmente la Introducción y Conclusiones de Paul Krugman), Washington DC, 1991

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88 interés es mas alta. Así llegan al país los capitales del exterior para cubrir la brecha entre exportaciones e importaciones. El resultado final es que todo país que tenga su tipo de cambio real por debajo de su nivel de equilibrio tendrá que tener tasas de interés reales mas altas que las internacionales. GRAFICO 20: OFERTA Y DEMANDA DE DIVISAS Y EL TCR Demanda de importaciones o de divisas

Oferta de exportaciones o de divisas

TCR TCR de equilibrio

Peso sobrevaluado Incremento deuda externa

EXPORTACIONES E IMPORTACIONES Si el tipo de cambio está fijado a un nivel menor que el de equilibrio de largo plazo se hará necesario financiar el déficit de exportaciones sobre importaciones. Resulta así obvio que el paraíso de los especuladores financieros y de los usureros es un país con tipo de cambio real bajo y fijado por ley del Congreso, pues ello asegura tasas de interés internas altas y además por la vía de la rigidez de la ley del Congreso, un seguro de cambio gratuito al tiempo de retornar los capitales a la moneda extranjera de origen. Alta ganancia, ningún trabajo y poco riesgo. Gran parte de los economistas argentinos de la época de la convertibilidad, y aun de hoy día, son empleados a sueldo o consultores del sector financiero y por lo tanto enemigos acérrimos del tipo de cambio alto y su correlato de tasa de interés internas reales bajas. Estos economistas tratan de presentarse como héroes de una lucha contra la devaluación y el default cuando en realidad están luchando por la defensa de tasas de interés reales internas altas y el correspondiente lucro usurario del sector financiero, tanto del vernáculo como del externo. Un segundo problema con esta clase de economistas es que el tipo de cambio real bajo provee una ventaja gratuita o subsidio a los importadores sobre los productores locales, lo cual determina el cierre de fábricas y talleres, por una parte y el auge de la importación y el desempleo local, por la otra. Además está probado que en general, en todo el mundo, el crecimiento de la productividad es mayor en los sectores productores de bienes transables internacionalmente que son los que produce la industria manufacturera y la agricultura comercial, que son precisamente los sectores perjudicados por el tipo de cambio real bajo. Por ello es que los países que crecen como China en la actualidad, o Japón en los cincuentas y sesentas o Corea y Taiwan en los sesentas y setentas u ochentas, o Brasil en los sesentas y 88

89 setentas, o Chile desde 1983 en adelante, son todos países con el tipo de cambio real alto. Tal es el caso también de la Argentina en lo que va de 2002-2006. Como si todo lo anterior fuera poco, el tipo de cambio real bajo determina un fuerte crecimiento de la deuda externa según demostramos gráficamente antes. Pero en realidad la deuda externa no es más que la suma algebraica de los déficit externos en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Es decir que: Dn=CC1+CC2+CC3+CC4+CC5+……….+CC10+…..CCn Donde: Dn=Deuda Externa al final del año n CC1=déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos del año 1 CC2=déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos del año 2 CC10=déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos del año 10 CCn=déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos del año n De estas consideraciones surge que la cuenta corriente de la balanza de pagos en cualquier año es igual a la deuda externa al final de año menos la deuda externa al final del año anterior: CC=D2-(D1,) lo cual sirve para encuadrar el tema y para alcanzar ciertas conclusiones esclarecedoras suponiendo un modelo de solamente dos períodos de, por ejemplo, 10 años cada uno. En el período 1, se genera una deuda D1. La deuda D1 surge simplemente de que el consumo más la inversión superan a la producción en ese período: D1=Y1-C1-I1=CC1 Donde D1= deuda externa al final del periodo 1 Y1=producción del período 1 C1=consumo del período 1 I1=inversión del período 1 CC1=cuenta corriente de la balanza de pagos del período 1 En el período 2 ocurre que: D2-D1=CC2=Y2+rD1-C2-I2 En otras palabras, CC=Y2-C2-I2 es similar a la ecuación anterior pero a ello hay que sumar además los intereses de la deuda rD1 Pero como supusimos un mundo de dos períodos que se acaba en el período 2, la deuda del segundo período debe ser cero, D2=0 . Además, para qué invertir, para qué pensar en el futuro si el mundo se acaba, luego la inversión debe ser también I2=0, luego la última expresión colapsa en la siguiente: -D1=Y2+rD1-C2 Y pasando –D1 al término de la derecha y sacando factor común queda:

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90 0=Y2+D1(1+r)-C2, pero tomando D1 de la ecuación inicial correspondiente al período 1 y reemplazando en la última queda: 0=Y2+(1+r)Y1-(1+r)C1-(1+r)I1-C2 Dividiendo ambos términos por (1+r) y reagrupando el consumo de un lado y la producción del otro resulta: C2/(1+r) +C1=Y2/(1+r)+(Y1-I1) Esta expresión es de la mayor importancia pues representa la restricción presupuestaria inter-temporal de un país: el valor presente del consumo de los dos períodos no puede exceder el valor presente de la producción de ambos períodos. Esto es algo que la Argentina de la convertibilidad estaba violando. Los excesivos déficit de la balanza de pagos del periodo 1991-2001 significaban simplemente que el país estaba consumiendo más de lo que producía y el exceso de consumo era en realidad la enorme deuda externa que se estaba generando. A su vez la expresión anterior puede ser transformada poniendo todos los términos del primer período de un lado de la igualdad, y los del segundo período del otro, para mostrar un segundo resultado interesante: -Y2/(1+r ) +C2/(1+r)= Y1-C1-I1 Pero la producción Y menos el consumo C y la inversión I es igual a la balanza comercial BC. Estamos pues en presencia de la balanza comercial y esta última expresión significa que si hubo años de déficit, es inexorable que tenga que haber años de superávit que los compensen exactamente en términos de valor presente o sea: BC2/(1+r))=-BC1 Es decir que el valor presente de las balanzas comerciales debe ser igual en valor absoluto pero de signo contrario. Esto quiere decir, por ejemplo, que si desde 1991 hasta el 2001 tuvimos fuertes déficit comerciales sucesivos, desde el 2002, por ejemplo, hasta el 2010, los mercados financieros exigirán a la Argentina tener superávit, o sea saldos de signo contrario que compensen los déficit. Pero para pasar de déficit a superávit no hay más remedio que devaluar en términos reales. Pero al devaluar se pone de manifiesto el verdadero tamaño de la deuda externa adquirida que resulta monstruosa en relación a las exportaciones y a la capacidad fiscal de recaudar impuestos para pagar a los acreedores. Acá es cuando aparece el default. La gran duda es cuándo los mercados deciden que el país debe empezar a pagar. Es decir cuando debe empezar a ponerse serio y a tener superávit comerciales y fiscales. Exportar más e importar menos para lo cual no queda mas remedio que, inexorablemente, cambiar los precios relativos. O por lo menos hacer que su deuda aminore considerablemente su tasa de crecimiento. ¿Cuando termina el período uno y cuando empieza el período dos? La gran incógnita siempre es el turning point (punto de quiebre). En el caso de la Argentina, fue al final del 2001. Ese “turning point” puede predecirse, pero no con demasiada precisión, en función de índices como la relación de deuda a exportaciones. O también del servicio de la deuda a exportaciones. Pero una cosa es cierta, los acreedores en ningún caso 90

91 permiten que un deudor, sea un país o una persona, se lo pase permanentemente renegociando una deuda siempre creciente, sin pagar siquiera los intereses. Esto se conoce en economía financiera como un esquema de Ponzi, en referencia a un financista de Boston llamado Charles Ponzi de triste memoria, que en el decenio de 1920 parecía haber encontrado la manera de vivir endeudándose permanentemente para consumir y pasar su vida sin trabajar, eludiendo así el mandato bíblico. Puede considerarse que la Argentina de “La Tablita” (1978-81) y la de la Convertibilidad (1991-2001) eran simplemente un insostenibles esquemas de Ponzi a nivel macroeconómico. Martinez de Hoz y Cavallo, con sus respectivos equipos de economistas fueron personajes trágica y técnicamente equivocados, en el mejor de los casos. Eran émulos de Charles Ponzi a nivel macroeconómico, quizá sin quererlo. Démosles el beneficio de la duda. Concomitante con lo expuesto más arriba puede observarse a simple vista en el Gráfico 21 que los años de sobrevaluación cambiaria, es decir 1978-81 y 1991-2001 son los años de fuerte crecimiento de la deuda externa. En realidad la situación es mas dramática que lo que indica el Grafico pues en el período 1991-2001 no solamente el país se endeudó, es decir aumentó sus pasivos, sino que disminuyó fuertemente sus activos con la venta de sus empresas publicas con cuyo producido se debió haber amortizado y disminuido la deuda externa. La venta de activos se hizo por 30 mil millones de dólares según cifras del Ministerio de Economía, de manera que la deuda en 1991 –94 debió haber bajado en ese monto. Y sin embargo debido a los déficit externos de cuenta corriente esa deuda no hizo más que aumentar

GRAFICO 21 EL CRECIMIENTO DE LA DEUDA EXTERNA Y LA SOBREVALUACION CAMBIARIA DEUDA EXTERNA ARGENTINA 180000 160000

Periodo Cavallo-Fernandez-Machinea

140000 120000 100000

Periodo de Hoz-Diz-Arriazu

80000 60000 40000 20000

2000

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0

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Cuando a principios de marzo de 1991 se redactó de apuro el proyecto de ley de Convertibilidad, que no estaba en los planes iniciales del Ministro Cavallo, un ejemplar borrador del proyecto de ley se filtró a la prensa y un periodista del diario La Nación consultó sobre dicho proyecto al representante del FMI en la Argentina, un economista de nacionalidad cubana, pero de apellido de origen rumano. El economista leyó el papel y exclamó: “esto es como encerrarse en una jaula y tirar la llave afuera”. El diario en cuestión reprodujo al día siguiente el comentario espontáneo y seguramente apresurado pero auténtico del funcionario. El Dr. Cavallo, luego de leer el diario, llamó por teléfono al Director Gerente del FMI Sr. Michel Camdessus y le pidió la inmediata remoción del economista tan profesional como poco diplomático. Después de esta correcta y espontánea reacción inicial del FMI, el Director Gerente accedió a reemplazar su economista anti-diplomatico. Y un año después, con fecha 11 de marzo de 1992, el Fondo varió totalmente de criterio y emitió un documento confidencial EBS/92/46, donde se revisó la marcha de un acuerdo de stand by con el Gobierno Argentino y la solicitud de éste por “un arreglo extendido.” Allí el nuevo staff del Fondo dice textualmente en la pagina 28, “the staff supports the authorities’ exchange rate strategy”, (“los funcionarios técnicos del Fondo apoyan la estrategia de las autoridades políticas del país”) cuando era evidente una enorme apreciación del peso argentino, la que surgía claramente del gráfico de la página 16a del mismo informe. ¿Que había ocurrido? El FMI no solamente removió al representante en la Argentina de comienzos de 1991, a pedido del ministro Cavallo, sino que nos envió un individuo muy diplomático y poco profesional como economista de nacionalidad inglesa, Mr. David Hardy. Evidentemente la estrategia de tipo de cambio del gobierno argentino requería un endeudamiento masivo y el FMI estaba dispuesto a apoyarlo contrariando sus “Articles of Agreement”, ya que se trataba de un “desequilibrio fundamental”. Pero aparentemente había condiciones no escritas relacionadas con los intereses ingleses en Malvinas. El Gobierno Argentino fue inducido a enviar a la base naval estadounidense de Rota en España todos los planos y prototipos del misil Cóndor de mediano alcance y a abandonar definitivamente dicho proyecto. El desarme aéreo y naval argentino permitió entonces a Gran Bretaña reducir los gastos de defensa de Malvinas de dos mil millones de dólares anuales a solamente 50 millones. A todo esto, nuestros vecinos Brasil y Chile cuentan con misiles de esas características, y a ellos no se les exigió su destrucción. No podía exigírseles pues no tenían la moneda sobrevaluada y por lo tanto no estaban desesperados y de rodillas solicitando crédito para mantenerla. No se necesita ser demasiado suspicaz para inferir que la política cambiaria del Dr. Cavallo puso a la Argentina a merced de los designios ingleses puesto que si no se cumplían esas exigencias militares, los créditos catalíticos del FMI no venían y por ende tampoco el mayúsculo apoyo crediticio de 10 mil millones de dólares anuales por muchos años que eran necesarios para evitar que la convertibilidad estallara. Por encima de todo ello, endeudamiento en divisas extranjeras significa sobrevaluación del peso, frecuentes crisis de balanza de pagos, crecimiento interrumpido por frecuentes recesiones (stop and go) y en definitiva, subdesarrollo. Una de las lecciones a aprender por nuestro país es que solo recuperaremos las Malvinas cuando seamos un país desarrollado, e inspiremos respeto por nuestra fuerza, pujanza y por la calidad de nuestros gobernantes. Y nunca mientras nos endeudemos imprudentemente.

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93 Ahora, por mas que el Presidente Kirchner y el canciller Taiana reclamen por las Malvinas en los foros internacionales de Naciones Unidas, los ingleses se burlan de los reclamos argentinos pues nuestro país se ha desarmado unilateralmente y ha vejado a sus fuerzas armadas y por lo tanto a Inglaterra le cuesta muy barato mantener las islas como colonias por tiempo indefinido. Así el número 8486 del 15 de julio de 2006 de la Revista “The Economist” de Londres contiene el expresivo subtítulo sobre las “Falkland Islands”: “Una nueva mera guerra de palabras” (“A new war of words”). Distinta sería la historia si la Argentina gastara el 2% del PBI en defensa y no el 0.5% como gasta actualmente. Incidentalmente, aunque Gran Bretaña no gaste casi nada en la defensa de Malvinas, en general, su gasto en defensa es elevado: gasta el 4% de su PBI, (en Irak por ejemplo). Chile también gasta el 4% en defensa. Brasil el 2% …¿Que pasará cuando debido a la escasez de gas que se avecina para el 2008 en nuestro país por causa de la extracción a todo trapo y depredación de nuestros recursos por parte de las estatales española Repsol y brasileña Petrobras, y la correlativa falta de exploración por parte de estas empresas, la Argentina tenga que cortar la exportación de gas a Chile? El aniquilamiento y eutanasia de nuestras fuerzas armadas pone en tela de juicio la supervivencia futura de la República Argentina. Los riesgos son altos ¿Pensará el Presidente Kirchner que nos defenderán los montoneros, o quizá las Naciones Unidas? XIV.-EL MODELO TRANSABLES NO TRANSABLES Y EL DIFERENTE CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD SECTORIAL Fundado en las características de no transabilidad internacional de los servicios versus la transabilidad de los bienes que produce la industria manufacturera y la agricultura comercial y la de otros sectores productores de bienes transables internacionalmente, en esta parte de nuestro estudio presentamos un modelo de dos sectores con relevancia para explicar el atraso argentino, un país gobernado hasta hace poco (en 1978-81, y en 1991-2001) por la ideología de supply side economics 71 (ofertismo). . El sector productor de bienes transables internacionalmente es el sector tecnológicamente progresista con frecuentes innovaciones, acumulación de capital y economías de escala. El otro sector, el de los no transables, por su propia naturaleza, permite esporádicos incrementos en la productividad. El punto central de la diferenciación consiste en que en el sector progresista, el trabajo es incidental, es un mero medio para la obtención del producto. El trabajo en el sector estancado, esto es el de servicios, es un fin en sí mismo. Pongamos como ejemplo de una actividad progresista, el caso de la industria de computadoras. Al usuario le interesa la calidad y el precio de la computadora en sí y no la calidad del trabajo o el número de horas de trabajo incorporado en su diseño y construcción. En cambio, en el campo de los servicios, por ejemplo, en una obra de teatro, es vital el desempeño mismo de los actores. En las palabras de William Baumol: Las actividades económicas pueden de una manera no completamente arbitraria ser agrupadas en dos tipos: las tecnológicamente progresistas en las cuales las innovaciones, la acumulación del capital, y las grandes economías de escala todas 71 Conesa, Eduardo, “Desempleo, Precios Relativos y Crecimiento Económico”, Buenos Aires, Depalma, 1996. El modelo de dos sectores está generalizado a una multitud de sectores en Baumol, Blackman and Wolff. "Productivity and American Leadership", The MIT Press, Cambridge Mass. 1989, Pag. 122.

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94 juntas apuntan a un aumento acumulativo de la producción, por cabeza y actividades que por su propia naturaleza permiten solamente incrementos esporádicos en su productividad ... La fuente básica de la diferenciación radica en el papel desempeñado por el trabajo en la actividad. En algunos casos es meramente un instrumento incidental para alcanzar un producto final mientras que en otras actividades, para propósitos prácticos, el trabajo mismo es el producto final. 72 Partiendo de esta clasificación y agregando cuatro supuestos simplificadores se puede arribar a cuatro conclusiones importantes que alumbran considerablemente la problemática del desarrollo económico, particularmente en el caso de la Argentina. El primer supuesto consiste en que el único insumo en el proceso productivo es el trabajo. El segundo consiste en que los salarios pagados en ambos sectores, el progresista y el estancado deben ser iguales en el largo plazo, pero en el corto y en el mediano plazo, y este es el tercer supuesto, los salarios que paga el sector progresista de los transables son mucho más elevados, por ser el sector el que compite internacionalmente, y en consecuencia, está en condiciones de pagar remuneraciones acordes a la productividad marginal monetaria del trabajo. En otras palabras, se supone que no existe un mercado de trabajo eficiente que iguale los salarios en las dos actividades en las etapas iniciales del desarrollo económico. El igualamiento de salarios solamente se consigue en el largo plazo, a medida que el sector transables de la economía se expanda y vaya teniendo fuerza para levantar los salarios del sector tradicional de la economía que incluye a los servicios no transables internacionalmente, e incluso a la propia agricultura de subsistencia. En el largo plazo, los salarios que paga el sector estancado deben ser iguales a los salarios del sector progresista porque, de lo contrario, los trabajadores irían a trabajar a este último, o los empresarios buscarían trabajadores en el sector estancado por ser más bajos los salarios que allí se pagan. El dualismo salarial es un hecho constatado del subdesarrollo, así como su desaparición es una característica fáctica observada en los países ya desarrollados. El cuarto supuesto simplificador consiste en que la proporción en que el público demanda los bienes del sector progresista y el estancado se mantiene constante a través del tiempo. En este modelo tenemos dos funciones de producción: 1.-Yt=at*e^gn*Lt 2.-YN=aN*LN Donde Yt es la producción del sector progresista y "at" es el coeficiente de productividad inicial. Esa productividad crece según una función exponencial e^gn, donde "g" es la tasa de crecimiento anual y "n" es el número de años y "e " es el número base de los logaritmos naturales. Lt es el trabajo empleado en el sector progresista. YN es la producción del sector estancado; "aN" es su coeficiente de productividad constante, y LN es el trabajo empleado en el sector estancado.

72 Baumol, William, "Macroeconomics of Unbalanced Growth: The Anatomy of Urban Crisis". AER, Junio de 1967. Pag. 45 y 46

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95 Inmediatamente se sigue de nuestras premisas sobre la segmentación inicial de los mercados de trabajo, y su integración final, que los salarios del sector estancado deben crecer inicialmente a una mayor tasa que la tasa de crecimiento de los salarios que paga el sector progresista, para poder así igualarlos al final del proceso de desarrollo. En consecuencia, el salario del sector progresista debe crecer a la misma tasa que el aumento de su propia productividad, y, paradójicamente, el salario del sector estancado se beneficia con dos ganancias inesperadas: debe crecer a la misma tasa "g" que el crecimiento de la productividad en el sector progresista, más la tasa "h" del catching up que le permite “alcanzar” el nivel los salarios del sector progresista no obstante que sus salarios iniciales sean mucho más bajos que los del sector progresista. En términos algebraicos: 3.- Wt=W*e^gn 4.-WN=(W/4)*e^(g+h)n Donde WN es el salario del sector estancado, Wt es el salario del sector progresista y W es el salario inicial del sector progresista transable. Esto significa que el salario del sector de los no transables está relacionado con el salario del sector de los transables por la expresión: 5.-WN=0.25*e^hn*Wt o sea que: 6.-WN/Wt=0.25*e^hn En otras palabras, suponemos que en las etapas iniciales del desarrollo, el salario que paga el sector transable será aproximadamente cuatro veces el salario que paga el sector de los no transables, pero después de unos 70 años (si “n”=70) de crecer por ejemplo a una tasa “h” del 2% por encima de la tasa del crecimiento “g” del salario transable, el salario que se paga en el sector de los no transables lo alcanzará, y el salario que se paga en ambos sectores será igual. El país se habrá graduado como desarrollado. A la expresión 0.25*e^hn la llamamos “µ” por “movilización”. La diferencia salarial moviliza la reasignación de recursos laborales de un sector al otro. Por otra parte, si Pt es el precio del producto del sector progresista y PN es el precio del producto del sector estancado, arribamos a una segunda conclusión. Paradojalmente, el precio del producto del sector estancado debe subir a la tasa anual "g+h" y en cambio el precio del producto del sector progresivo debe permanecer constante porque: 7.-PN=(WN*LN)/YN=[(W/4)*(e^(g+h)*n)*LN]/(aN*LN) =[(W/4)*(e^(g+h)n)]/aN 8.-Pt=(Wt*Lt)/Yt=[(W*(e^gn)*Lt]/[at*e^gn*Lt]=W/at De 7.- y 8.- se deduce además que la razón de precios de los dos sectores, progresivo sobre estancado, que es que el tipo de cambio real, debe decrecer a la tasa "g+h": 9.-

Pt/PN=aN/[0.25*at*(e^(g+h)n)]

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96 y que el deflactor de precios de la economía debe subir a una tasa igual al promedio ponderado de los incrementos de los precios de la producción de ambos tipos de bienes. Como el sector progresivo no sufre inflación, la tasa de inflación se deberá exclusivamente a la influencia del sector estancado. Se configuraría así un caso de "inflación estructural" del lado de la oferta. Y bien, ahora aplicamos nuestro cuarto supuesto, según el cual la proporción en que el público demanda bienes del sector progresivo y del sector estancado es igual a una contante "C". En otra palabras: 10.-Yt/YN=C=[at*e^gn*Lt]/(aN*LN) La simple observación del cociente anterior nos indica que, como el coeficiente de productividad del sector progresivo crece a una tasa anual constante "g", es evidente que la cantidad de trabajo que emplea el sector progresivo debe decrecer para poder mantener constante el cociente "C." Esta es nuestra tercera conclusión: la cantidad de trabajo que emplea el sector progresivo debe decrecer y la cantidad de trabajo que emplea el sector estancado debe crecer. De donde resulta que paradojalmente, desde el punto de vista social el sector de los servicios no transables tiene una función principalísima y eminentemente relevante: albergar más y más trabajadores emigrantes del sector más eficiente. Sobre el punto cabe acotar que la premisa de una constante C es una hipótesis simplificadora y que en el comienzo del proceso de crecimiento la demanda de bienes producidos por la industria parece crecer más rápido que la de no transables, y solamente hacia el final evoluciona hacia la constante C. Es claro, sin embargo, que una demanda de bienes transables creciendo a una tasa mayor en el inicio del proceso de crecimiento complica innecesariamente el álgebra, pero no altera las conclusiones. El mismo cuarto supuesto sobre la proporción constante en que el público demanda los bienes y servicios de la actividad progresiva y la estancada respectivamente, nos permite sacar una cuarta conclusión. Si tomamos en cuenta la producción total de los dos sectores, es decir el producto nacional bruto en términos reales, y además llamamos "L" al total de la fuerza total de trabajo: 11.-L=Lt+LN 12.-PNB= YN +Yt={at*e^gn*Lt}/C + at*e^gn*Lt Pero a su vez la fuerza de trabajo del sector progresivo Lt declina siguiendo la siguiente ley que se deduce de 10.- y 11.-: 13.-Lt={L*aN*C}/{aN*C+at*e^gn} Pero sustituyendo (13) en (12) surge a su vez que el PNB en cualquier punto del tiempo "n" debe ser igual a: 14.-PNB={L*at*aN*(1+C)}/{at+aN*C/e^gn} De la última ecuación surge que, a medida que pasa el tiempo, y "n" tiende a infinito, el PNB tiende a una constante igual a: 15.-PNB= L*aN*(1+C) 96

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Es decir el PNB tiende a estancarse en las etapas finales del proceso de crecimiento, pues habría una muy escasa fuerza de trabajo en el sector progresista con una extraordinaria productividad, y, por el contrario, el sector estancado almacenaría casi toda la fuerza de trabajo, con enormes salarios y una productividad igual a la inicial "aN". La cuarta conclusión consiste entonces en que la tasa de crecimiento del modelo de dos sectores converge sobre la tasa de crecimiento de la población. Si la población es estacionaria el crecimiento al final tiende a cero. El modelo de dos sectores tiene pues su equilibrio de largo plazo, su "steady state", su propio estado estacionario. No debería ser necesario aclarar que, en la realidad, el sector de los servicios también tiene una tasa positiva del crecimiento de la productividad, aunque mucho menor que la del sector de los transables, y que por sencillez expositiva la ignoramos, dado que ello no afecta la esencia de nuestro razonamiento. En síntesis, las matemáticas nos clarifican cuatro paradojas del crecimiento económico: primera, el tipo de cambio real debe moverse necesariamente en contra del sector progresivo transable; segunda, el sector estancado no transable debe absorber a la larga a la mayor parte del empleo; tercera, los salarios del sector no transable deben crecer más rápido que los salarios de los transables; y cuarta, la tasa de crecimiento de la economía toda, finalmente debe aminorarse. XV.- LA CONVERGENCIA EN EL PBI PER CAPITA Nos concentramos ahora en la conclusión final anterior en el sentido de que la tasa de crecimiento de los países ricos debe finalmente decrecer dentro del modelo de transables y no transables. Si la tasa de crecimiento de los países ricos decrece, esto significa que los más pobres los podrían alcanzar y llegar a tener el mismo nivel de vida. Esto es lo que los economistas han llamado la “convergencia”. Sostenemos que el desarrollo económico acelerado se alcanza promoviendo a los sectores transables de la economía porque son precisamente los sectores transables los que generan el mayor crecimiento de la productividad. Pero como la demanda local de bienes transables es limitada, porque el mercado local demanda un "mix" relativamente fijo de bienes transables por una parte y de servicios por la otra, no queda más remedio que organizar la economía para exportar y así dar salida a la mayor producción de transables. Más adelante volveremos sobre el punto para completar el argumento. Ahora pasamos al testeo econométrico de los desarrollos anteriores.

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GRAFICO 22. LA CONVERGENCIA

10 COREA

8

6

4

2

SUIZA

USA

0

ARGENTINA

-2 15

25

35

45

55

65

75

85

95

105

PNB PPP EN 1980 COMO PORCENTAJE DEL PNB DE ESTADOS UN

Los países con mayor ingreso per capita a la derecha en el eje horizontal crecen más lentamente como puede verse hacia abajo en el vertical El modelo de la convergencia fue presentado originalmente por William Baumol y sus asociados y está reflejado en el Gráfico 22. Fué luego ampliamente adoptado por una gran cantidad de autores para analizar la etiología del desarrollo. La bondad o error de nuestro enfoque en la parte econométrica está subordinada al de Baumol. Si el test de Baumol es correcto, el nuestro también lo será. El autor citado, Baumol, acuñó la expresión "club de la convergencia"73. Existía en los Estados Unidos de los años ochentas, una muy justificable preocupación nacionalista por la posibilidad de que ese país sea sobrepasado en fuerza y poderío económico por otras potencias de occidente y de oriente. Baumol calmó los nervios de sus compatriotas. Según su tesis, no es que Estados Unidos vaya a ser sobrepasado, sino que otros veinte países desarrollados lo van alcanzando en un proceso de convergencia hacia un nivel de vida similar. Esto ocurre por acción del proceso creciente de intercambio de información tecnológica. Los empresarios de los países más avanzados aprenden unos de los otros y se copian mutuamente las últimas tecnologías. Y obviamente los empresarios de los países algo menos avanzados tienen más que aprender de sus colegas de los países líderes. La inversa, es decir, que los más avanzados copien a los más atrasados es menos frecuente, pero también ocurre. Por ello los países más Baumol William J y Otros, Productivity and American Leadership, Op. Cit. The MIT Press, 1991. 73

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99 atrasados miembros del "club" tienen la paradójica "ventaja del atraso". En otras palabras, los empresarios japoneses, alemanes, franceses e ingleses imitan a los norteamericanos más que estos últimos copian a aquellos. Pero la imitación es recíproca y cada vez todos están más cerca. Por ejemplo, una planta productora de automóviles de Ford en Detroit, se parece en 2003 mucho más a la de sus competidoras en Alemania, Francia o Japón, que a la misma planta de Ford en Detroit de treinta años atrás. GRAFICO 23. CON 98 PAISES NO HAY CONVERGENCIA PNB PER CAPITA DE 98 PAISES Y TASAS DE CRECIMIENTO 19

10 8 6 4 2 0 -2 -4 -6 -8 0

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60

80

100

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PNB PPP PER CAPITA DE 1980 COMO PORCENTAJE DEL D

Los países mas pobres no crecen más rápido que los mas ricos Como demostración empírica básica de la teoría de la convergencia, Baumol presenta una regresión similar pero no igual a la que presentamos en el Gráfico 22 El PNB per capita de paridad (PPP) de los principales países en un año base de 1980 está en el eje horizontal y la tasa de crecimiento del período 1980-92 en el vertical. Los países mas pobres dentro de los ricos, es decir los que están a la izquierda del gráfico, son los que registran tasas más altas de crecimiento hacia el noroeste de gráfico. Los mas ricos hacia el sudeste las tasas más bajas. Luego es evidente que de mantenerse estas tasas, los mas pobres dentro los ricos alcanzarán a estos últimos. Baumol cree que cuando los alcancen, comenzarán todos a crecer al mismo ritmo. El Gráfico 22 demuestra que el capitalismo entre los países ricos lleva la convergencia. Excepto en el caso de Argentina en el período 1980-92 según sugiere el propio Gráfico 22 porque nuestro país queda muy lejos de la línea de regresión ¿Tal vez porque nuestro sistema político clientelista vigente en todo el período necesite reformas que mantengan la democracia para la provisión de los cargos electivos pero combinada con el mérito en los nombramientos administrativos profesionales, o tal vez por el atraso cambiario del comienzo de la década y su secuela de excesivo 99

100 endeudamiento externo? En términos generales, el Gráfico 22 que incluye 22 países de avanzada pinta un panorama feliz. Aparentemente el capitalismo conduce a un tiempo de holgura económica igualitaria donde los 22 países más ricos son igualmente desarrollados. En total contraste con el Gráfico 22, si incluimos en el mismo a todos los 98 países del orbe para los que existen estas estadísticas, la convergencia desaparece. Ver al respecto el Gráfico 23. La línea de regresión se hace casi horizontal. Las posibilidades de los países mas pobres del orbe de alcanzar a los más ricos en bienestar económico se pulverizan. El Gráfico 23 con 98 países, presenta un panorama sombrío. Los pobres a la izquierda del gráfico no crecen más rápido que los ricos a la derecha. Seguirán siendo siempre más pobres y los ricos cada vez más ricos porque los pobres crecen más lentamente que los ricos. Además la línea de regresión sube un poco hacia la derecha. No los alcanzarán nunca. La convergencia flaquea ¿Pero qué pasa con los pobres cuando invierten en educación y cuando valúan correctamente su sector servicios y tienen los precios relativos correctos? ¿Qué pasa si los países respetan el sistema de precios relativos "normal" en el cual los transables llevan las de ganar en las primeras etapas del desarrollo? ¿Qué pasa si los salarios que pagan los sectores no transables de una economía son inferiores a los que pagan los sectores transables siguiendo la ley "normal"? Antes de continuar, sin embargo se impone reinterpretar el enfoque baumoliano. Este autor agrega una segunda variable a la regresión del Gráfico 23. Esta variable es un índice de la educación secundaria, tal como la proporción de alumnos que asiste a la escuela secundaria como proporción de los que tienen edad para asistir. Es un índice del esfuerzo educativo de un país. Observan Baumol y asociados que con esa variable de acompañamiento, la convergencia se restablece. El PNB per capita del año inicial recupera su pendiente negativa74 . Saca entonces la conclusión de que los países que ponen suficiente énfasis en la educación convergen. Los otros no. Para ponerlo con las palabras de estos autores75 Cuando el nivel inicial de la productividad es la única variable independiente en la ecuación, no emerge una clara relación entre ella y el crecimiento de la productividad. Cuando una variable educativa es incluida, sin embargo, el coeficiente de la productividad inicial es siempre negativo y significativo al menos al nivel del 5% en la vasta mayoría de los casos. Las variables educativas muestran una fuerte asociación positiva con el crecimiento de la productividad. XVI. LA RELEVANCIA DEL TIPO DE CAMBIO REAL EN EL CRECIMIENTO ECONOMICO MUNDIAL Llegamos aquí a un estadio de nuestra investigación donde tenemos que relacionar nuestra teoría sobre la Argentina con la teoría existente para el resto del mundo. Con los conceptos, el instrumental analítico y los datos sobre el tipo de cambio real de casi todos los países del orbe, y también sobre “µ”, el factor de movilización. Podremos entonces investigar “cross country” si los precios relativos y el dualismo 74 Corremos la regresión de Baumol con datos del WDR 94 del Banco Mundial y obtenemos CRE8092=-4.170+2.224*LSEC-1.142*LPNBPPP80%, con valores t de -3.3, 3.8 y -2.4 respectivamente. El R2 ajustado es de 0.150 y el DW es 1.726, con lo cual se confirma la teoría de Baumol 75 Baumol et al Op. Cit. Pag. 354

100

101 salarial tienen algo que ver o no con el desarrollo. Para ello usaremos una función de producción como la siguiente: Y=f{(Pt/PN, µ, π), (K, L, H)} En esta función tenemos los insumos tradicionales de capital físico K, trabajo L, y capital humano H por una parte, y por la otra, los insumos “institucionales” de la función de producción que son tres: a saber, primero los precios relativos Pt/PN que permiten asignar el capital físico a las actividades de mayor crecimiento en la productividad; segundo, “µ” que permite asignar el trabajo hacia esas actividades, y tercero, “ ”, la tasa de inflación, representante negativo de la estabilidad de precios y el equilibrio fiscal. La hipótesis subyacente en esta variable consiste en que un sistema monetario eficiente estimula la especialización y el intercambio. O en otras palabras, que la alta inflación arruina a la moneda como medio de intercambio, y anula también las posibilidades de una interacción fructífera del capital físico, del capital humano y del trabajo para aumentar la producción. Ante la falta de datos fidedignos sobre el capital físico y humano en los sectores progresistas y tradicionales, usamos “proxies” (“representantes”) para el conjunto del capital físico y humano en ambas. La tasa de ahorro, o la tasa de inversión, son datos fácilmente disponibles para todos los países. La cantidad de estudiantes secundarios como proporción de la población en edad de asistir a la escuela secundaria, ha sido aceptada como “proxy” del capital humano de un país por la mayoría de los economistas, y también está disponible en los WDR del Banco Mundial. Cuando estimamos nuestra función de producción con datos “cross section” (“ de corte transversal”) obtenemos ajustes espectaculares con R2 del 90% o más. Todo ello acompañado de signos correctos (+Pt/PN,+ µ, - ) y “t” significativas para las variables mencionadas. Sin embargo mucho más interesante que estudiar los determinantes del nival de vida en un punto del tiempo, es analizar la dinámica del crecimiento a través del tiempo. Trataremos pues de probar nuestras hipótesis sobre el impacto del tipo de cambio real, la movilización, la tasa de inflación, la tasa de ahorro, la formación de capital humano y el aumento de la fuerza de trabajo en el crecimiento del PNB per cápita. Para ello usaremos a tal efecto el modelo “soloviano” de Gregory Mankiw, que este último autor presentó conjuntamente con otros colegas en un ya citado artículo publicado en mayo de 1992 en el Quarterly Journal of Economics76. Mankiw y asociados proponen una especificación teórica concreta para el testeo de la hipótesis de la convergencia de todos los países del orbe en el nivel del desarrollo de los Estados Unidos. Esta especificación se funda precisamente en el uso de la transformación algebraica que ellos proponen del modelo de Solow, valiéndose de la ecuación de su equilibrio de largo plazo del mismo modelo soloviano original. Para el testeo de la convergencia, los autores citados proponen una especificación del tipo [LN(Y/L)-LN(Y/Lø)] = a + b*LN(S/PBI) + c*LN(N) + d*LN(H) - LN(Y/Lø), donde LN(Y/Lø) es el PNB per cápita del año inicial a precios de paridad. LN significa logaritmo natural, a, b , c , y d son las constantes a ser estimadas econométricamente. Y/L es el PNB PPP per cápita en nuestra ecuación en el año 76 Gregory Mankiw, David Romer, y David Weil, "A Contribution to the Empirics of Economic Growth", Quarterly Journal of Economics, Mayo de 1992

101

102 final. S/PBI es el ahorro sobre el PBI en el año final. N es la tasa de crecimiento de la población entendida como fuerza de trabajo. Para el testeo econométrico usaremos datos del Banco Mundial publicados en el WDR de 1997 que se refieren al período 1987-1995 con el PNB PPP en lugar del PBI PPP, que se utiliza en el artículo citado. Para asegurarnos de la robustez de nuestras conclusiones también corremos variantes de similares regresiones con datos del período 1980-1992 usando la fuente del WDR de 1994. También con datos del período 1965-1990 usando como fuente el WDR de 1992. Utilizamos indistintamente el ahorro nacional, o alternativamente la inversión bruta interna. Como Mankiw y sus seguidores, utilizamos como variable dependiente la diferencia entre el logaritmo del PNBPPP per capita final e inicial. Ello es extremadamente importante pues nos autoriza algebraicamente a poner el PNBPPP per cápita de los años iniciales de cada regresión (que son respectivamente 1987, 1980, y 1965) como variable independiente del otro lado de la igualdad. Además, el test mankiviano original fue realizado por sus autores solamente para el período 1960-85. El nuestro, como aclaramos antes, se refiere a tres períodos distintos: 1987-1995, 1980-1992 y 196590. Nuestros resultados respaldan en forma consistente la tesis nuestra sobre la relevancia del tipo de cambio real en el desarrollo. Los resultados están en los Cuadros 3, 4 y 5. En definitiva, la especificación a testear es: •%LPPP=F{Pt/PN, µ, ,S/PNB,(N+G+•),H, LPPPø} donde: •%LPPP=diferencia en logaritmos del PNB per capita PPP de cada país, como porcentaje del PNB per cápita PPP de los Estados Unidos, entre el período inicial y final LPt/PN=logaritmo del tipo de cambio real de cada país calculado.77 Lµ=logaritmo del factor de movilización referido anteriormente78 L =logaritmo de la inflación de precios de todo el período considerado LS/PNB=logaritmo de la tasa de ahorro o inversión. En este último caso I/PNB L(N+G+•)=logaritmo de la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo N más 5%, como aproximación de G, la tasa de crecimiento del conocimiento en general más •, la depreciación del capital físico per capita. Aquí seguimos a Mankiw citado antes. LH=logaritmo de la formación de capital humano representado por el “proxy” de la educación secundaria referido antes. L%LPPPø= logaritmo del PNB per capita PPP de cada país, como porcentaje del PNB per cápita PPP de los Estados Unidos, en el año inicial, esto es en 1987, en 1980 y en 1965 respectivamente. Esta variable, como explicaramos antes, es fundamental para testear la cuestión de la convergencia.

77

Para el cálculo del tipo de cambio real de los países ver Conesa Eduardo, Macroeconomía y Politica Macroeconomica, La Ley, capítulo 15, p 129 78 Para el calculo de el factor de movilización µ ver Conesa, op.cit, capítulo 15, p. 129

102

103 Los resultados son los siguientes: CUADRO 3-PERIODO 1987-95 Data File:

87-95

Variable Name Constant LPT/PN95 Lµ L LI/PNB L(N+G+Ž) LH L%PPP87 Data File:

Dependent Variable : ²%LPPP Coefficient

Std. Err. Estimate

t Statistic

-0.244 0.886 0.830 -0.014 0.179 0.432 0.204 -0.456

0.370 0.126 0.125 0.006 0.042 0.117 0.058 0.080

-0.660 7.057 6.636 -2.232 4.246 3.687 3.534 -5.691

0.511 0.000 0.000 0.028 0.000 0.000 0.001 0.000

87-95 Sum of Squares

Source

Deg. of Freedom

Mean Squares

Model

3.819

7

0.546

Error

1.936

74

0.026

Total

5.755

81

Data File:

Prob > t

Coefficient of Determination (R^2)

0.664

Adjusted Coefficient (R^2)

0.632

Coefficient of Correlation (R)

0.815

Standard Error of Estimate

0.162

Durbin-Watson Statistic

1.712

F-Ratio

Prob>F

20.854

0.000

87-95

²%LPPP LPT/PN95 Lµ L LI/PNB L(N+G+Ž) LH L%PPP87

1.000 0.251 0.094 -0.404 0.450 0.199 0.094 0.075

0.251 1.000 -0.600 0.070 0.130 0.265 -0.108 -0.141

0.094 -0.600 1.000 -0.255 0.020 -0.518 0.665 0.825

-0.404 0.070 -0.255 1.000 -0.004 0.017 -0.007 -0.109

0.450 0.130 0.020 -0.004 1.000 -0.041 0.194 0.083

0.199 0.265 -0.518 0.017 -0.041 1.000 -0.523 -0.522

0.094 -0.108 0.665 -0.007 0.194 -0.523 1.000 0.883

0.075 -0.141 0.825 -0.109 0.083 -0.522 0.883 1.000

CUADRO 4-PERIODO 1980-1992 Data File: Variable Name Constant LPt/PN Lµ Lš LS/GDP L(N+G+Ž) LH L%PPPUS80

80-92

Dependent Variable Coefficient

Std. Err. Estimate

0.921 0.561 0.291 -0.034 0.111 -0.366 0.133 -0.259

0.528 0.127 0.122 0.014 0.036 0.261 0.060 0.072

t Statistic 1.743 4.402 2.381 -2.383 3.098 -1.402 2.202 -3.567

: ²L%PNBPPP Prob > t 0.086 0.000 0.020 0.020 0.003 0.166 0.031 0.001

103

104 Data File:

80-92 Sum of Squares

Source

Deg. of Freedom

Mean Squares

Model

2.944

7

0.421

Error

1.387

55

0.025

Total

4.331

62

Coefficient of Determination (R^2)

0.680

Adjusted Coefficient (R^2)

0.639

Coefficient of Correlation (R)

0.824

Standard Error of Estimate

0.159

Durbin-Watson Statistic

1.981

Data File:

F-Ratio

Prob>F

16.670

0.000

80-92

²L%PNBPPP 1.000 0.436 LPt/PN 0.224 Lµ -0.245 Lš 0.606 LS/GDP -0.504 L(N+G+Ž) 0.489 LH L%PPPUS80 0.384

0.436 1.000 -0.477 0.202 0.350 0.058 0.157 0.066

0.224 -0.477 1.000 -0.389 0.292 -0.755 0.553 0.765

-0.245 0.202 -0.389 1.000 0.042 0.189 0.021 -0.136

0.606 0.350 0.292 0.042 1.000 -0.475 0.660 0.585

-0.504 0.058 -0.755 0.189 -0.475 1.000 -0.737 -0.757

0.489 0.157 0.553 0.021 0.660 -0.737 1.000 0.849

0.384 0.066 0.765 -0.136 0.585 -0.757 0.849 1.000

CUADRO 5-PERIODO 1965-1990 Data File:

65-90

Variable Name Constant LPT/PN L Lµ LI/PNB L(N+G+Ž) LH LPPP65

Data File:

Dependent Variable : ²LPPP Coefficient

Std. Err. Estimate

t Statistic

1.956 0.679 -0.005 0.702 0.488 0.062 0.401 -0.519

0.937 0.148 0.003 0.138 0.102 0.329 0.085 0.082

2.088 4.586 -1.505 5.088 4.775 0.187 4.721 -6.321

Prob > t 0.040 0.000 0.137 0.000 0.000 0.852 0.000 0.000

65-90

Source

Sum of Squares

Model

Deg. of Freedom

Mean Squares

14.920

7

2.131

Error

5.178

67

0.077

Total

20.098

74

Coefficient of Determination (R^2)

0.742

Adjusted Coefficient (R^2)

0.715

Coefficient of Correlation (R)

0.862

Standard Error of Estimate

0.278

Durbin-Watson Statistic

2.217

F-Ratio

Prob>F

27.581

0.000

104

105

Data File: ²LPPP LPT/PN L Lµ LI/PNB L(N+G+Ž) LH LPPP65

65-90 1.000 0.140 -0.116 0.177 0.723 -0.360 0.432 0.073

0.140 1.000 0.089 -0.730 0.099 0.049 0.127 -0.065

-0.116 0.089 1.000 -0.159 -0.027 0.139 -0.050 -0.113

0.177 -0.730 -0.159 1.000 0.098 -0.572 0.366 0.580

0.723 0.099 -0.027 0.098 1.000 -0.249 0.385 0.062

-0.360 0.049 0.139 -0.572 -0.249 1.000 -0.672 -0.686

0.432 0.127 -0.050 0.366 0.385 -0.672 1.000 0.804

0.073 -0.065 -0.113 0.580 0.062 -0.686 0.804 1.000

XVII.-LOS FACTORES RELEVANTES EN EL CRECIMIENTO ECONOMICO UNIVERSAL Los análisis estadísticos anteriores apoyan nuestra teoría sobre la mecánica y los determinantes del proceso de desarrollo contra los datos de la realidad. Probamos que el tipo de cambio real, el diferencial salarial, la tasa de ahorro y la formación de capital humano, están todos positivamente asociados con el desarrollo. Y que la tasa de inflación y el grado de desarrollo ya alcanzado, lo están negativamente. Siguiendo el orden de las variables en la ecuación caben pues los siguientes comentarios: El adelanto tecnológico Se trata de un factor que impulsa el crecimiento conforme a la opinión unánime de los autores. En nuestra ecuación está representado por una constante que es positiva en 1980-92 y 1965-90. Pero negativa en 1987-95. Claro está que, como este adelanto ocurre más bien en el sector de los transables, el mismo resulta capturado en el coeficiente de LPt/PN y no en la constante. También en el aumento de capital humano LH. De ahí la irrelevancia del “residuo” de la constante en nuestras ecuaciones. El tipo de cambio real. El aumento de la producción de transables requiere un mercado para sus productos. Lo brinda la exportación, si el tipo de cambio real es elevado. El elevado tipo de cambio real viabiliza no solamente la acumulación, sino también el mercado exportador para la producción de transables, porque si solamente se cuenta con el mercado interno para la creciente producción de transables, la propia mayor oferta, unida a la estrechez del mercado interno, genera una fenomenal caída de precios en los transables. Es decir una sobrevaluación cambiaria que mata al desarrollo, según vimos en el modelo algebraico. Se confirma con el signo positivo del coeficiente de regresión de los precios relativos Pt/PN (igual a 0.886 para 1987-95, 0.561 para el período 1980-92, 0.679 para 1965-90 y con valores “t” de 7.057, 4.402 y 4.586 respectivamente) que el desarrollo económico acelerado se alcanza promoviendo a los sectores transables de la economía porque son precisamente los sectores transables los que generan el mayor crecimiento de la productividad. Pero como la demanda local de bienes transables es limitada, porque el mercado local demanda un "mix" relativamente fijo de bienes transables, por una parte, y de servicios por la otra, no queda más remedio que organizar la economía para exportar y así dar salida a la mayor producción de transables. La apertura del mercado exportador permite gozar de las economías de escala y aumenta todavía más la productividad del sector de bienes transables. Las mayores importaciones de transables, por otra parte, ayudan a mantener baja la tasa de inflación y asegurar una adecuada especialización a lo largo de las ventajas comparativas y la eficiencia. La apertura

105

106 de la economía por la vía de las exportaciones y las importaciones favorece el cierre de la brecha tecnológica. El principal incentivo para asignar recursos a la producción de bienes transables son los precios relativos Pt/PN. Buenos precios relativos para el sector de los transables significa que el tipo de cambio real debe ser alto en las primeras etapas del proceso de crecimiento. En otras palabras, el dólar, o las divisas, deben ser caros. Esto permite que los sectores transables acumulen capital por reinversión de ganancias, con lo cual no sólo se expanden las empresas del sector, sino que también se aumenta el empleo y se hace subir los salarios, tanto en el propio sector de los transables, como por arrastre en el sector de los servicios. El problema radica en que si el desarrollo del país corre a un paso más rápido que el del resto de los países, los precios relativos del sector transable de la economía empeoran y ello termina aminorando y finalmente deteniendo el proceso de desarrollo. En consecuencia, conviene enfatizarlo, cuando se inicia un proceso de desarrollo con el tipo de cambio nominal fijo e inalterable hay que asegurar que el tipo de cambio real sea muy elevado inicialmente. Para dar tiempo a una gran acumulación, a un gran crecimiento en la productividad y a un gran adelanto tecnológico de manera tal que cuando llegue el momento fatal de la sobrevaluación cambiaria, el país tenga grandes economías de escala, así como mercados mundiales ya establecidos y consolidados. Incluso con marcas y patentes etc. con lo cual se compense el tipo de cambio real bajo final. Si no se inicia un proceso de desarrollo con un tipo de cambio real muy alto, entonces lo mejor es un sistema de “crawling peg” de pequeñas devaluaciones periódicas, o un sistema de tipo de cambio fluctuante con tasa de interés internas bajas, escaso gasto público y equilibrio fiscal. O alternativamente un sistema de tipos de cambio fijos pero con fuertes ajustes periódicos, cada cuatro o cinco años. Pero el tipo de cambio fijo y bajo en términos nominales "for-ever" como el que inauguró el Plan de Convertibilidad argentino de 1991-2001 es exactamente la receta contra-indicada para el desarrollo económico a largo plazo. El signo positivo y la significatividad del valor “t” del coeficiente de regresión de los precios relativos Pt/PN en todos los casos de 1987-95, 1980-92 y 1965-90 dan contundencia estadística y respaldan nuestra argumentación anterior. En línea con nuestro argumento cabe verificar los tipos de cambio reales de los países con tasas de crecimiento más altas del mundo y comparar con la Argentina. Los países de alto crecimiento son países de tipo de cambio real alto. El caso de Corea también confirma la regla pues este país que empezó a crecer a lo “tigre asiático” allá por 1961 con un tipo de cambio real altísimo y por lo tanto, después de 30 años de crecimiento veloz experimentó finalmente la revaluación de su moneda que prevé nuestro modelo algebraico. Recientemente, en 1997, los países del este del Asia han debido devaluar sus monedas nuevamente a raíz de la revaluación del dólar de 1996, su moneda ancla, con respecto al yen japonés y las monedas europeas. También para compensar la devaluación china de 1994. CUADRO 6 EL TIPO DE CAMBIO REAL. PAISES SELECCIONADOS CREC. 85-95

PT/PN95

PT/PN92

PT/PN90

TAILANDIA

8.4

1.5

1.4

1.3 1.6

CHINA

8.3

1.6

1.1

COREA

7.7

0.8

0.8

0.7

MALASIA

5.7

1.4

1.5

1.2

INDONESIA

6.0

1.5

1.4

1.3

CHILE

6.1

1.4

1.6

1.5

ARGENTINA

1.8

0.6

0.4

0.8

106

107 Por último, cabe recordar que precios relativos elevados están asociados positivamente con el aumento de la tasa de ahorro, como surge de las matrices de correlaciones, donde la correlación entre el tipo de cambio real y la tasa de ahorro es positiva. Es que una economía de tipo de cambio bajo es una economía de servicios; y los servicios por esencia, se producen cuando se consumen. Una economía de servicios es una economía de consumo y poco ahorro, y por ende, de bajo crecimiento a largo plazo79 . Este fue el caso de la economía argentina en 1978-81 y en 1991-2001. La movilización Los países más pobres tienen enormes dificultades para crecer. Pero cuentan con una fuerza a su favor. Es la posibilidad de movilizar recursos desde el sector tradicional de la economía al sector moderno. Desde el sector no transable al transable. Uno de los dos grandes cambios que hemos introducido en la ecuación de Mankiw es la inclusión de nuestra variable “µ” , por “movilización”, en logaritmos naturales. Seguimos así la línea sugerida por nuestro modelo algebraico de dos sectores. La movilización “µ” tiene coeficientes positivos y significativos tanto en el período 1987-95, como en 1980-92 y en 1965-90. (µ=0.830 para 1987-95, 0.291 para 1980-92, 0.702 para 1965-90. Y “t” es de 6.636, 2.381, 5.088 respectivamente) Tratándose de una prueba estadística que incluye a países en desarrollo con un enorme exceso de trabajadores improductivos en el sector de servicios no transables, hay que tener en cuenta este reservorio de oferta de trabajo a bajos, pero crecientes salarios. Los empresarios del sector moderno se benefician contratando trabajadores a salarios de oferta. Cuando el desarrollo avanza aparece una menor diferencia salarial, y entonces será menor también el incentivo para transferir trabajadores del reservorio de mano de obra del sector servicios tradicional al sector transable moderno, el que necesariamente será muy pequeño en los países más atrasados. Por otra parte, cada trabajador que se pasa al sector moderno con un mayor salario, provoca un aumento en el PNB per cápita por el solo hecho de su pase. Sin embargo, ese mismo pase contribuye a que exista una mayor escasez de trabajadores en el sector tradicional. Esto empuja lentamente a la desaparición del dualismo salarial. Por ello, los salarios en ambos sectores, el transable y el no transable tienden a igualarse. La disminución del dualismo salarial es una fuerza que ayuda al proceso de desarrollo. El potencial para el crecimiento se irá reduciendo sin embargo, pues por cada operario que se transfiere, el producto marginal social se reducirá en el sector transable y aumentará en el sector no transable. Por ello “µ” juega un papel vital en el proceso de desarrollo. De ahí el signo positivo del coeficiente de regresión de “µ”. Recordar al respecto el signo igualmente positivo del exponente “h” en el modelo algebraico de dos sectores . Es exactamente la misma hipótesis teórica que ahora tratamos de probar empíricamente. En definitiva, este coeficiente de regresión con signo positivo constituye una prueba de la validez empírica de “µ” y “h” en nuestro modelo matemático. Esta regularidad empírica de todos los procesos de desarrollo del mundo, va directamente en contra de la tesis que sostenían algunos economistas argentinos partidarios de utilizar el fenómeno de la alta desocupación como instrumento para conseguir la reducción de los salarios en el sector de los no transables, y ello a su vez como una forma de permitir un crecimiento económico en la Argentina. En otras palabras, debido a la sobrevaluación cambiaria artificial que nos aquejaba, la Argentina igualó prematuramente en los noventas los salarios de la industria con los de los servicios. Esto indica que apagó un motor del desarrollo. En la Argentina “µ” de los noventas llegó a su meta final de uno. El Cuadro 7 79 Conesa Eduardo, Desempleo, Op. Cit. Pags. 481 a 498

107

108 presenta una comparación de la movilización como factor de desarrollo para los tigres del Asia, y el “puma latinoamericano”, esto es Chile, y luego la Argentina. En todos los casos µ es menor que uno, excepto Argentina. CUADRO 7 EL FACTOR MOVILIZACION EN EL DESARROLLO. CREC. 85-95

µ95

µ92

µ90

TAILANDIA

8.4

0.36

0.31

0.31

CHINA

8.3

0.21

0.25

0.19

COREA

7.7

0.85

0.76

0.75

MALASIA

5.7

0.43

0.35

0.39

INDONESIA

6.0

0.26

0.23

0.24

CHILE

6.1

0.44

0.34

0.31

ARGENTINA

1.8

0.97

1.00

0.51

El signo de “h” o de “µ” es positivo, teórica y empíricamente. Esto significa que después de 1991, un crecimiento en el PNB per cápita de la Argentina llevaría a salarios más altos en no transables que en transables. La alternativa sería no crecer, o crecer transitoriamente sobre la base de un mayor endeudamiento. (Ver además en las matrices de correlaciones, el signo positivo del coeficiente cruzado entre la tasa de ahorro y/o inversión, y la suba salarial µ, lo cual indica que la suba salarial es un factor que está correlacionado positivamente con el ahorro, y por el contrario, la rebaja salarial desalienta el ahorro y por ende el crecimiento). El punto central de nuestro argumento es que los salarios deben necesariamente subir con el desarrollo. No bajar como sostenían los campeones de la flexibilización salarial en nuestro país. En el sector de los transables por el aumento de la productividad, y en el sector de los no transables porque además tienen que alcanzar a los salarios de los transables. Reducciones de salarios continuadas son consistentes con tasas de crecimiento negativas. Incidentalmente, cabe recordar que una de las rocas fundamentales sobre las cuales John Maynard Keynes construyó el edificio teórico de toda la macroeconomía era su oposición visceral a todo lo que fuera reducción de salarios nominales. Decía al respecto Keynes: Suponer que una política de flexibilización de salarios es la correcta y propia consecuencia de un sistema que en su conjunto es de laissez faire, es lo opuesto de la verdad. Solamente en una sociedad altamente autoritaria, donde sorpresivos, substanciales y universales cambios pueden ser decretados, es que una política de flexibilización salarial puede funcionar con éxito. Uno se puede imaginar esta política en operación en Italia, Alemania o Rusia, pero no en Francia, los Estados Unidos o Gran Bretaña” 80 Recordemos que en los tiempos en que nuestro autor escribía estas líneas, en 1936, en Italia gobernaba Benito Mussolini, en Alemania Adolfo Hitler y en Rusia José Stalin. La oposición de Keynes a toda política de rebaja de salarios nominales está reforzada por consideraciones como ésta: Teniendo en cuenta la naturaleza humana y nuestras instituciones, solo una persona tonta preferiría una política de flexibilización laboral 80 Keynes John Maynard “General Theory…” (Harcourt Edition) p. 269

108

109 (por rebaja de salarios) a una de flexibilización monetaria (por flotación de la divisa)…Además un método que es relativamente fácil de aplicar, debe ser preferible a un método que es tan difícil como impracticable. 81 Esta postura férrea Keynes contra las rebajas salariales nominales nos permite adelantar la hipótesis que él, de alguna manera, intuía que estas políticas destruían el complejo mecanismo de relojería del crecimiento económico, tal como lo acabamos de demostrar teórica y empíricamente. Es que como dijimos antes, el mayor crecimiento de la productividad en transables requiere necesariamente de un gran mercado de exportación que se obtiene por la acción de un tipo de cambio real alto, pero a medida que el tipo de cambio real alto va decayendo, se requiere la apertura del mercado interno que se va materializando gracias a los crecientes salarios del sector servicios. Para mayores detalles ver Conesa82 La inflación El signo negativo e igual a -0.014, -0.034, -0.005 del coeficiente de regresión de la inflación, L , para los períodos 1987-95, 1980-92 y 1965-90 respectivamente indica que la inflación perjudica el desarrollo. Pero ¿La estabilidad de por sí lo promueve? El escaso tamaño del coeficiente apunta a que la inflación verdaderamente dañina para el desarrollo es la alta inflación, digamos la de tres dígitos, no la estructural menor de un dígito. Por el contrario, nuestro modelo algebraico sugiere que la inflación estructural es esencial a un proceso acelerado de desarrollo por la vía del aumento de los salarios en el sector de los no transables, que empuja a los precios de los servicios hacia arriba, dado el escaso crecimiento en productividad propio de este sector. La tasa de ahorro Se confirma que los países que más ahorran, o invierten, más crecen. Solow y Mankiw están reivindicados. El signo positivo y altamente significativo del coeficiente de regresión de LS/GDP para el período 1980-92 igual a 0.111 lo demuestra (t=3.098). Para el período 1965-90 trabajamos con la tasa de inversión interna bruta (I/PNB) y estos parámetros son de 0.488 y “t” de 4.775 respectivamente. Y para 1987-95 de 0.179 y 4.246. En todos los casos las estadísticas son altamente significativas y confirmatorias de la poderosa influencia positiva de la acumulación de capital físico en el desarrollo. Aquí hay acuerdo entre todos los economistas. CUADRO 8 LA TASA DE CRECIMIENTO Y LA TASA DE AHORRO CREC. 85-95

S/PBI95

S/PBI92

S/PBI90

TAILANDIA

8.4

36

35

34

CHINA

8.3

42

ND

43

COREA

7.7

36

ND

37

MALASIA

5.7

37

35

33

INDONESIA

6

36

37

37

CHILE

6.1

29

26

23

81 Keynes, ibid. p. 268 82 Conesa Eduardo, Desempleo, Op. Cit. Pags.339 a 363.

109

110 ARGENTINA

1.8

18

15

16

Sin embargo, es interesante recordar que el coeficiente de correlación cruzado entre el tipo de cambio real y la tasa de ahorro es positivo. Es decir que a un tipo de cambio real más elevado, corresponde una tasa de ahorro mayor. Con la tasa de inversión, el coeficiente de correlación cruzado también es positivo, aunque menor. Es que en los países en desarrollo, ahorran principalmente las empresas, y el tipo de cambio real elevado permite obtener altas ganancias, alto ahorro y alta reinversión, principalmente a las empresas productoras de bienes transables, ya sea en la exportación o en la substitución de importaciones. Inversamente, un bajo tipo de cambio real invita a una baja tasa de ahorro, y a un menor crecimiento a largo plazo. Era el caso argentino de 1991-2001, donde el sector de los servicios no transables estaba el favorecido por el sistema de precios. Por ello la tasa de ahorro argentina era la menor de los siete países del Cuadro 8 Incidentalmente, si en nuestras ecuaciones de regresión agregamos como variable independiente, al crecimiento de la deuda externa per cápita en términos reales de los distintos países en desarrollo, que sería un complemento del ahorro interno en éstos, nos encontramos con coeficientes negativos para la deuda, aunque no significativos. De la misma manera, es casi cero la correlación entre la tasas de crecimiento del PNB per cápita de los países, y el crecimiento de la deuda externa per cápita en términos reales. Y además es negativa y significativa la correlación entre el crecimiento del PNB per cápita y los índices de deuda externa sobre exportaciones. Esto sugiere que el endeudamiento tiene poco o nada que ver con el auténtico desarrollo. El “debt led growth model”, (“modelo de crecimiento liderado por la deuda”) tan popular en la Argentina de 1991-2001, no funciona. Nuestros resultados son consistentes con estudios referentes principalmente a países desarrollados, que apuntan a una fuerte correlación entre el ahorro doméstico y la inversión bruta interna, con fuerte rechazo a la financiación internacional de la inversión, con excepción de la inversión extranjera directa para propósitos industriales. El crecimiento de la población, o en la fuerza de trabajo Este factor jugó más bien en contra del crecimiento del PNB per cápita en el período 1980-92, como lo delata el signo negativo del coeficiente de regresión -0.366, aunque careció de significatividad estadística (t=-1.402). Pero en 1965-90 tuvo signo positivo, aunque no significativo. Para 1987-95 el signo fue positivo y significativo. Hay razones para creer que el crecimiento económico tiene por enemigo al crecimiento de la población, o la fuerza de trabajo, simplemente porque la primera figura como denominador en la variable dependiente. Debe destacarse que la matriz de correlaciones indica un efecto fuertemente negativo del crecimiento de la población sobre la educación, según lo indican todos los coeficientes de correlación cruzados de la matriz de correlaciones. Debe destacarse también el fuerte impacto negativo que el crecimiento poblacional tiene en el crecimiento salarial del sector de los no transables, según indican los coeficientes de correlación cruzados en los tres casos. Este resultado era de esperar pues la mayor oferta de trabajo proveniente del fuerte crecimiento de la población deprime a los salarios de los servicios no transables, aumentando la brecha de “µ “. Capital humano Por medio de la variable LH se confirma la fuerte asociación muy conocida y probada por muchos estudios económicos entre el esfuerzo educativo y el crecimiento económico. Los países en desarrollo que son capaces de acortar la brecha en el PNBPPP per cápita con los países ricos son los que ponen énfasis en la 110

111 educación, esto es en la formación de capital humano. El coeficiente de regresión es de 0.204 para 1987-95, de 0.133 para el período 1980-92, y de 0.401 para 1965-90. Es altamente significativo desde el punto de vista estadístico ( t=3.534 en el primer caso, t=2.202 en el segundo y t=4.721 en el tercero). El punto es generalmente aceptado por lo que no insistimos en él. Lo que sí cabe enfatizar es que nadie se toma en serio la educación en ningún país del mundo hasta que el propio Estado no reclute entre sus funcionarios profesionales exclusivamente a los de las mejores notas en exámenes objetivos y dentro de un sistema de carrera administrativa. El Estado meritocrático, por oposición al Estado clientelista, como fuente inductora de la formación de capital humano fue tratado antes con bastante extensión. La convergencia El signo negativo de la variable L87%PPPUS, L80%PPPUS, y L65%PPPUS, que es el PNB per cápita de los países en el año inicial como porcentaje del PNB de los Estados Unidos, nos indica que cuando más alto era ese PNB per cápita en 1987, ó 1980 ó en 1965, menor fue el crecimiento del país los períodos 1987-95, 1980-92 y 1965-90 respectivamente. Es decir que los países más ricos tienden a crecer menos que los más pobres, siempre que los pobres fijen correctamente su tipo de cambio real, cuando reasignen recursos al sector de mayor productividad, cuando hagan mayor esfuerzo en la formación de capital humano, y cuando registren una alta tasa de ahorro. Esto significa que si los más pobres hacen buena política económica, ahorran y se educan, finalmente alcanzarán a los más ricos. Los signos negativos de la variable L87%PPPUS y sus similares para 1980 y 1965, dan validez y confirman la previsión del modelo algebraico mediante el cual llegamos a la conclusión que la tasa de crecimiento del PNB per cápita de los países debía tender a aminorarse porque los recursos se van transfiriendo finalmente al sector de los servicios no transables que tiene un menor crecimiento en la productividad. El punto ha sido tratado exhaustivamente en Baumol83. Sí cabe reiterar la pertinencia de la especificación del modelo con %LPPP en el año inicial (sea 1987 ó 1980 ó 1965) como variable independiente, pues siendo la variable dependiente •%LPPP, las independientes, en consecuencia, también debieron haber sido corridas en diferencias (•), excepto en caso de presencia del PNBPPP del año inicial entre ellas, como efectivamente lo hicimos. Ultimo, pero no menos importante, cabe enfatizar que la especificación sin diferencias (es decir sin •), o sea PNBPPPPC=f(Pt/PN, µ, S, [N+G+•] ,H) arroja un R2 ajustado de superior al 90% para cualquier año sea final (1995, 1992 ó 1990) o inicial (1987, 1980, ó 1965) y además registra los signos positivos correctos en los coeficientes de Pt/PN ,µ ,S y H, siendo negativo solamente para [N+G+•]. XVII.- RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES Dentro de la teoría aceptada del profesor Solow sobre el crecimiento económico, la acumulación de capital físico juega un papel menor y por lo tanto hay un gran espacio para llenar dentro de lo que se denomina genéricamente “adelanto tecnológico”, que es en realidad un enorme residuo que captura toda clase de causas involucradas en el crecimiento económico. En el modelo del capítulo anterior, aparte del capital físico, juegan fuertemente en el desarrollo de todos los países del mundo, la acumulación de capital humano, esto es la educación, el tipo de cambio real y el dualismo salarial. Dentro de ese esquema general, en el caso específico de la Argentina, cabe destacar dos factores de arrolladora importancia. El primero es la 83 Baumol, Productivity and American Leadership, Op. Cit.

111

112 inexistencia de una burocracia fundada en el mérito en las estructuras del Estado argentino, que es la llave que abre la puerta a la acumulación de capital humano. Además, esta falencia institucional ha privado al país de uno de los engranajes institucionales más eficientes para asegurar una rotación eficiente de las elites gobernantes y asegurar un mínimo aceptable de calidad en la dirigencia. A falta de este mecanismo, la dirigencia tendió a anquilosarse y intentar perpetuarse en el poder lo cual generó, como reacción, golpes de Estado que fueron en su mayoría militares, o cívico militares, pero que pueden provenir enteramente de la civilidad como el del 2001. Los primeros tenían lugar cuando, ante la corrupción e ineficiencia de la dirigencia quedantista, la opinión publica exigía un cambio. Es entonces cuando intervenía el carozo del Estado que en casi todos los Estados son sus fuerzas armadas, la parte dura y menos clientelista del mismo. Los golpes de Estado en el siglo XX argentino, sin embargo, no generaron líderes políticos de envergadura como pudieron ser el general George Washington en los Estados Unidos en el siglo XVIII, el emperador Meiji en el Japón del siglo XIX o el general Mac-Arthur en Japón del siglo XX, y en el mismo siglo, Kemal Ataturk en Turquía, Park Chung Hee en Corea del Sur, De Gaulle en Francia y tantos otros. Y en consecuencia, los golpes de Estado argentinos del siglo XX no acertaron a realizar las reformas tendientes a reparar los engranajes sociales para la rotación gradual de las elites que en las democracias modernas son los engranajes fundamentales de una burocracia estatal asentada en el mérito. Esto generó, no solamente la consabida inestabilidad institucional a partir de 1930, sino también la aparición de poderosos movimientos guerrilleros terroristas que si bien no lograron el poder por la fuerza de las armas, contribuyeron a acentuar mas nuestra decadencia. La inestabilidad de las cúpulas dirigentes provocada por los golpes de Estado impidió la vigencia de políticas de crecimiento a largo plazo y posibilitó la toma del poder por aventureros económicos con soluciones mágicas inexistentes. Pero fundamentalmente, la falta de una burocracia de mérito en el Estado frenó el entusiasmo por la educación, y de esta manera conspiró contra la formación de capital humano en el país, que es una de las bases más sólidas del crecimiento económico moderno. Además, esa falta de una burocracia de mérito hizo muy fácil la presión de los servicios de inteligencia extranjeros para la obtención a su favor de objetivos distintos de los intereses nacionales. La segunda razón de la decadencia argentina en la segunda mitad del siglo XX está relacionada con el tipo de cambio real y el problema conexo de las restricciones al libre comercio mundial de productos agrícola ganaderos. Durante la segunda mitad del siglo XX tres grandes sobrevaluaciones del peso arruinaron el mecanismo de relojería del crecimiento económico en nuestro país. Este mecanismo se apoya en el notorio y diferente ritmo de crecimiento en la productividad de los sectores productores de bienes y servicios transables y no transables internacionalmente. La primera sobrevaluación corrosiva de ese mecanismo de relojería, ocurrió desde 1949 a 1954 y frenó el crecimiento porque desalentó las exportaciones y creó la escasez de divisas y la llamada foreign exchange constraint, (“limitación externa”) forzando una disminución en la tasa de expansión de la economía toda, al no disponerse de divisas para importar materias primas y bienes de capital para la industria y demás sectores. Además, el proceso de industrialización dirigido a un mercado interno muy pequeño creó grandes ineficiencias, acrecentadas por la irracionalidad del sistema de protección y permisos de cambio. Hacia 1957 y hasta la actualidad, la creación del Mercado Común Europeo con su tradicional proteccionismo agropecuario dificultó la colocación de nuestras 112

113 exportaciones agrícolas como agroindustriales y deprimió sus precios en el mercado internacional, quitándonos divisas y frenando además el desarrollo de nuestras ventajas comparativas naturales. Ante estos inconvenientes, la alternativa de política correcta para nuestro país era desarrollar la industria de exportación mediante un tipo de cambio real muy alto y retenciones a las exportaciones tradicionales para evitar la sobre-estimulación de una producción agrícola cuyos mercados estaban restringidos doblemente por el proteccionismo y las bajas elasticidades. No obstante lo obvio, en la teoría económica, de la respuesta óptima de nuestro país, hicimos lo contrario. Ocurrió una segunda gran sobrevaluación de nuestro peso en 1978-81 que generó una enorme deuda externa y destruyó gran parte de la industria nacional aprisionada entre importaciones artificialmente abaratadas por un lado, y altísimas tasas de interés por el otro. El decenio de los ochentas se caracterizó por desenfrenos en el gasto publico y déficit fiscales enormes que terminaron generando hiperinflación y retroceso de la economía. Y en el decenio de los noventas nuevamente peso sobrevaluado volvió a arrasar a nuestra industria y frustró el crecimiento de su productividad, creó un gran desempleo y multiplicó la ya enorme deuda externa, trayendo así otra década perdida para el desarrollo. Amen de ocasionar la mayor crisis económica con los mas calamitosos índices de pobreza de nuestra historia A partir de 2002 se observa una saludable corrección en la política cambiaria y fiscal, pero subsisten los viejos problemas de la ineficiencia institucional y de calidad de la dirigencia generados por el clientelismo y el sistema del Estado como “botín de guerra” que domina nuestra vida política. Es notoria la ausencia de mecanismos para la rotación eficiente de las elites dirigentes y ello alienta los riesgos para la estabilidad del orden constitucional. Especialmente para cuando se genere un gran descontento popular con la economía, lo cual podría ocurrir con motivo de la probable crisis energética que podría ocurrir, precisamente por imprevisión e ineptitud de los cuadros estatales y culpa de ministros no previsores.

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