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Lo que trajo el viento: extranjeros en Sonora en el siglo XIX y el porfiriato
Nicolás Pineda Pablos* Poco se ha estudiado hasta ahora la inmigración y presencia extranjera en el norte de México durante el siglo XIX. Iniciada inmediatamente después de la independencia e incrementada considerablemente después de la fiebre del oro en California y de la Guerra Civil estadounidense, sin menospreciar los influjos que también tuvieron la intervención francesa y sus proyectos para explotar las minas de Sonora, la inmigración extranjera tuvo un influjo determinante en la conformación de esta región. Fueron muchos los extranjeros que, deliberadamente o por los avatares del destino, establecieron su residencia definitiva en Sonora, hicieron sus negocios ahí y dejaron, en muchos casos, descendencia sonorense. El censo levantado por el gobernador Ignacio Pesqueira en 1870 reporta 260 extranjeros establecidos en Sonora, de una población total de 108,211 habitantes.1 Veinticinco años después, para 1895, según un nuevo censo ordenado por el gobernador Ramón Corral, la cifra de residentes de Sonora nacidos en el extranjero se había incrementado a 1,830 en una población sonorense de 189,158; es decir los extranjeros constituían el uno por ciento de los residentes en Sonora. Sin embargo, su significación económica e influencia social era muy superior a lo que dicho porcentaje pudiera sugerir en vista de que más de tres cuartas * Profesor Investigador de El Colegio de Sonora. 1 Ignacio Pesqueira, Memoria del Estado de la Administración Pública leída en la Legislatura en la sesión del día 14 de noviembre de 1870. (Ures, Sonora: Imprenta del Gobierno a cargo de Adolfo Félix Díaz), Cuadro núm. 13, sin núm. de pág. Nota: Debido a ser uno de los primeros realizados este censo tiene muchas deficiencias y probablemente se queda corto en la cifra mencionada.
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partes de esos extranjeros eran hombres en una sociedad en la que la mujer tenía poca participación económica y donde el estatus de extranjero, principalmente en el caso de los europeos, favorecía generalmente el acceso a las élites locales.2 Por lo que respecta a su procedencia, el grupo más numeroso era el de los estadounidenses, compuesto por 1,006 individuos; seguido por el de los chinos, con 331 elementos; luego estaban los europeos con 113 franceses, 93 ingleses, 90 alemanes y 68 italianos; había además 73 españoles y otros 31 europeos de otras nacionalidades (principalmente suizos, austro-húngaros, rusos y griegos) y 24 centro y sudamericanos (entre los que destacaban 10 chilenos).3 Sus ocupaciones principales eran el comercio y la minería. Los dedicados al primero se concentraban en Guaymas y en Hermosillo, mientras que los dedicados a la minería estaban distribuidos en las tierras altas del estado. Hubo además algunos médicos que prestaban sus servicios a la población.4 Hacia fines del siglo un buen número de extranjeros llegó a trabajar en la construcción del ferrocarril o en las obras de canalización del valle del Yaqui, principalmente como ingenieros, maquinistas y capataces. Además la calidad de extranjero, principalmente en el caso de los norteamericanos y europeos, daba derecho a ciertos privilegios y les eximía de algunas obligaciones ciudadanas. Así, en 1862, el prefecto de Álamos dirige una carta al gobernador donde manifiesta que el joven Santiago Goyenech, asesorado por su tutor el norteamericano Tomás Robinson Bours, se había negado a perseguir una partida de sublevados pretextando ser extranjero y estar bajo la protección de la corona
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Ramón Corral, Resúmenes del censo del Estado de Sonora levantado el 20 de octubre de 1895. (Guaymas, Imprenta de Eduardo Gaxiola), cuadro núm. 3, pag. 19. 3 Corral, Resúmenes, 15-19 4 El 29 de octubre de 1875, el periódico La Estrella de Occidente de Ures, Sonora, publicó esta noticia: “Llegó a esta capital el doctor en medicina y cirugía D. Santiago Woolfolk, para establecerse con su familia”.
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española por ser hijo de español, a pesar de que la madre era mexicana y haber nacido en la república.5 De este modo, había extranjeros entre la gente económicamente más poderosa en Sonora. En este selecto grupo estaban en Guaymas los anglosajones John A. Robinson y Thomas Spence, los españoles José y Celedonio Ortiz y, en Hermosillo, los franceses Juan Pedro, Francisco, Pascual, Pedro Andrés y José Camou.6 En una perspectiva histórica, otros extranjeros resultan relevantes por la descendencia que dejaron. En este caso tenemos al padre de Carlos Conant, colonizador del valle del Yaqui a fines del siglo XIX; el padre del revolucionario Benjamín Hill, miembro destacado del grupo constitucionalista y muy cercano a Álvaro Obregón quien murió tempranamente; así como el padre del músico Rodolfo Campodónico, célebre por sus actividades contra el gobierno porfirista y su apoyo al maderismo. Son igualmente descendientes de extranjeros algunos personajes de la historia reciente; entre éstos baste mencionar solamente a Luis Donaldo Colosio, el sonorense candidato a la presidencia de la República asesinado en 1994 que era descendiente de un italiano de ese apellido. Los estudios de caso nos ilustran más claramente sobre la trayectoria de vida de los extranjeros en el norte de México y nos ayudan a entender los móviles de su inmigración y su influencia durante el siglo XIX. Con este propósito, presentaré los datos más relevantes de los prusianos Francisco Seldner y Simón Bley en Sonora. Los negocios de Francisco Seldner Tanto Francisco Seldner, como sus sobrinos Bley eran originarios de Gniesen, ubicado actualmente en Polonia, pero que en el siglo XIX era parte del imperio Prusiano. Hacia medidados del siglo XIX, Francisco 5
Archivo Histórico del Gobierno del Estado de Sonora, carpetón 375, Prefectura de Álamos, 1862. 6 Stuart F. Voss, On the periphery of nineteenth-century Mexico. Sonora and Sinaloa 1810-1877 (Tucson, Ariz.: The University of Arizona Press, 1982) 139-140.
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Seldner había emigrado a los Estados Unidos donde había adquirido la nacionalidad estadounidense. Sin embargo, debido tal vez a la mala situación provocada por la guerra civil estadounidense, Seldner se había trasladado a México estableciéndose en Guaymas donde, en sociedad con Francisco Von Vorstel, estableció en 1873 un negocio para el comercio de mercaderías conocido como Mercería La Paz. Además, en Guaymas Seldner se casó con una dama guaymense llamada Polina Marcor, descendiente de un soldado francés, con quien procreó siete hijos que crecieron como mexicanos. Pocos años después de establecida la Mercería La Paz, Von Vorstel dejó la sociedad y el negocio quedó en manos de don Francisco Selder y a su familia. Como comerciante de importaciones Seldner tuvo oportunidad de viajar varias veces a Europa tanto en plan de negocios y como para visitar a sus familiares. De hecho don Francisco Seldner murió a bordo del vapor Columbia, en el trayecto de Nueva York a Plymouth, mientras viajaba a Hamburgo, Alemania, el 6 de marzo de 1886. Su cuerpo fue embalsamado y trasladado a Guaymas donde fue sepultado.7 La emigración de los hermanos Bley Atraídos por su tío Francisco Seldner, cuando menos cuatro hermanos de apellido Bley, originarios de Gniesen, emigraron a México en la década de 1870 a emplearse y ayudarlo en el para entonces próspero negocio de la Mercería La Paz. Éstos fueron Adolfo, Leopoldo, Simón y Germán Bley. Estos hermanos se hicieron cargo a su vez de diferentes sucursales y negocios de la Mercería La Paz. En diciembre de 1888, Francisco Seldner hijo firmó, ante el notario, un poder amplísimo a favor de Adolfo Bley, quien, junto con su hermano Simón, se hizo cargo de la sucursal de la Mercería la Paz en la ciudad de Hermosillo, 7
Véase: Alfonso Iberri, Las viejas casonas de Guaymas, (Hermosillo, Son.: Gobierno del Estado de Sonora, sin año de publicación); también Jorge Murillo Chisem, Apuntes para la Historia de Guaymas, (Hermosillo, Sonora: Gobierno del Estado de Sonora, 1990).
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abierta desde 1880. Posteriormente, Adolfo se involucró en la creación del Banco de Sonora, fundado en 1899, del cual llegó a ser vicepresidente. Otro hermano, Germán, se hizo cargo de la sucursal de la Mercería La Paz en la ciudad de Alamos adquiriendo la ciudadanía mexicana en 1904. El cuarto hermano, Leopoldo, se casó en Guaymas en 1903 y se estableció, también como comerciante, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. La saga de Simón Bley Simón Bley, el cuarto de los sobrinos de Francisco Seldner, nació en 1865, en Gniesen, Polonia. Vino a México en 1876 a la edad de once años para vivir y ser educado al lado de su tío Francisco Seldner en Guaymas, adquiriendo la nacionalidad mexicana en 1880. Simón se casó con Lillian Bien, hija de un ingeniero estadounidense que construyó los faros de la costa mexicana del Pacífico. Su tío lo destinó para que administrara la negociación que tenía en la ciudad de Hermosillo. El matrimonio tuvo su casa enfrente de la plaza Zaragoza de Hermosillo, a un lado de la catedral, donde nacieron sus cuatro hijos: Bertrand, único varón y que llegó a ser abogado, y tres mujeres Irma, Beatriz y Consuelo. Todos crecieron y se educaron en California, donde viven actualmente sus descendientes. Simón se convirtió, junto con sus primos Seldner, en accionista de la Mercería La Paz de Hermosillo, que para entonces ya era la capital del estado de Sonora. Esta mercería era la primera de su tipo y la principal negociación comercial en el estado; en ella se expendían materiales de construcción, pólvora, equipo para la minería, herramientas, pinturas, seguros de vida y muchos otros artículos la mayoría de ellos importados ya que esta casa era representante y agente de Casas California Power Company de San Francisco y de Equitable Life Insurance Company de Nueva York; la tienda estuvo ubicada primero frente a la Plaza Hidalgo, hoy avenida Obregón, y posteriormente construyó, como sede de la negociación, el edificio Bley que aún subsiste en la esquina de Serdán y Garmendia en la ciudad de Hermosillo. 71
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Simón Bley en la política Simón Bley fue siempre una persona involucrada en clubes y actividades sociales. Tanto Simón como su hermano Adolfo eran miembros activos del Club Alemán que existía a principios del siglo XX en Hermosillo. Simón también fue miembro fundador y presidente de la Sociedad de Artesanos Hidalgo, un grupo mazónico de la localidad, cuyo edificio sede fue concluido en 1896 y era miembro destacado de la Logia Masónica de Hermosillo número 19. Los hermanos Bley tenían una relación amistosa con Ramón Corral, que fue primeramente gobernador de Sonora (1887-1891 y 18951899) y posteriormente Vicepresidente de México (1904-1910) cuando Porfirio Díaz era el presidente. De este modo, en 1904, el Club Alemán de Hermosillo organizó una gran recepción al vicepresidente Corral cuando estuvo en Sonora, a su regreso de la Feria Mundial de Baltimore.8 En vista de sus buenos contactos políticos y de su amplio poder económico local, Simón Bley fue electo para ocupar la presidencia municipal de Hermosillo por dos períodos consecutivos de un año cada uno, del 16 de septiembre de 1901 al 15 de septiembre de 1903. Durante su gestión al frente de la presidencia atendió los asuntos referentes a una epidemia que apareció en la ciudad, se ocupó del mantenimiento de la cárcel y firmó un contrato con Abraham Goldbaun para la construcción del mercado municipal (el cual no se construyó sino hasta siete u ocho años más tarde).9 También adquirió e instaló el kiosco de metal que se encuentra en la plaza Zaragoza que fue fabricado en Mazatlán.10
8 Véase: Fernando A. Galaz, Dejaron huella en el Hermosillo de ayer y hoy: Crónicas de Hermosillo de 1700 a 1967 (Hermosillo, Son.: edición del autor, 1971). 9 Flavio Molina, Historia de Hermosillo antiguo (Hermosillo, Sonora, edición del autor, 1983). 10 Entrevista con Francisco Seldner González, 1992.
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Emigración de Simón Bley a California Hacia 1914 o 1915, los esposos Bley trasladaron su residencia a la ciudad de San Francisco, California. Esta decisión parece haberse debido más al deseo de la Señora Lillián de regresar a su lugar de nacimiento y educar allá a sus hijos que a la situación política que por esos años prevalecía en el país. Hay que señalar que por esta época muchos de los extranjeros europeos y estadounidenses residentes en México emigraron o se regresaron a los Estados Unidos. Se dice que el matrimonio Bley regresó a Hermosillo en muchas ocasiones para visitar a sus parientes y amistades. Simón Bley murió en San Francisco, California, el 31 de marzo de 1954. La noticia apareció destacada en la primera plana del periódico El Imparcial de Hermosillo el día 1 de abril. Conclusión Los extranjeros ejercieron una influencia decisiva en la conformación social y económica del norte de México en la segunda mitad del siglo XIX. Su arribo a la región fue motivado principalmente por la guerra civil estadounidense y por el atractivo de las riquezas minerales y oportunidades comerciales que presentaba Sonora. Su presencia contribuyó a forjar un espíritu empresarial local y a consolidar una economía de mercado que no existía anteriormente. Esto se confirma con la revisión de los casos de Francisco Seldner y de Simón Bley que no sólo establecieron negocios locales sino que incluso, en el caso del segundo, llegaron a formar parte de las élites políticas locales. La presencia de extranjeros en el siglo XIX contribuyó a conformar la identidad del norteño mexicano del siglo XX y tuvo una clara influencia en la mentalidad económico-liberal de los movimientos políticos posteriores.
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