(los nombres de los personajes que aparecen en este texto son supuestos)

NEREA SE PELEA. Método para la resolución de conflictos (los nombres de los personajes que aparecen en este texto son supuestos) Carlos Lozano Medina

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NEREA SE PELEA.

Método para la resolución de conflictos (los nombres de los personajes que aparecen en este texto son supuestos) Carlos Lozano Medina Ana Belén Solé Casanova C.R.A. “Puerta de Aragón” de Ariza (Zaragoza) Nerea tiene 8 años y hoy se ha ido a casa con un buen mordisco en el brazo izquierdo. Y Diana ha estado cerca de 20 minutos llorando amargamente debajo de una mesa, al fondo de la clase. Doña Marisol ha recibido las primeras noticias cuando aun estaba apurando un sorbo de café, en el descanso fantasma que hay entre el último minuto de recreo y el primero de clase, gracias a tres o cuatro alarmados corresponsales que sin orden ni concierto le han relatado a bocajarro los aspectos más dramáticos del suceso. No hacía falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que entre algunas de sus alumnas había surgido un CONFLICTO.

Para poder recomponer sus ideas, ha mandado a los mensajeros a su clase con un tranquilizador “ahora mismo voy” y ha acabado de tomarse el café. Por el pasillo ha intentado atar cabos y ha llegado a la conclusión de que la disputa se había producido poco después de entrar ella del recreo, cuando ya había sonado el timbre, y que seguramente habría sido al formar las filas o en el momento de la entrada. “Si existe agresión física, lo primero es detenerla” ha pensado recordando las palabras del ponente que el curso pasado les habló sobre el tema de la resolución de conflictos. Afortunadamente, de eso ya se habían ocupado el compañero y la compañera que se habían quedado encargados de entrar las filas. Al llegar a la puerta del aula, el panorama era verdaderamente desolador: otros tres o cuatro alumnos se han abalanzado sobre ella para relatarle lo mismo que hacía unos segundos ya le habían avanzado; junto a la mesa de la profesora, a Nerea le resbalaban enormes lágrimas por las mejillas mientras dos amigas le consolaban con el rostro serio y se diría que incluso más dolidas que ella; en la otra esquina, Diana estaba en el suelo con las piernas recogidas y la cabeza hundida entre ellas, con seis u ocho personas a su alrededor, la mitad de las cuales parecían increparle suavemente y la otra mitad se esforzaban por que saliera de debajo de la mesa donde estaba y trataban de tranquilizarla. Otro grupo se arremolinaba

entorno a la “caja de las críticas” y los lapiceros echaban humo reflejando en las papeletas su opinión sobre el asunto. Ricardo había aprovechado la coyuntura para sacar todas las tizas de colores de su caja y pintar en la pizarra y Ambrosio, habitual generador de reyertas y discusiones, se había sentado en su sitio poniendo cara de no haber roto un plato por si acaso alguien quería implicarle en el escándalo. Por un momento, a Doña Marisol le ha hervido la sangre, se ha aclarado la garganta carraspeando ligeramente y ha pensado: “a estos les voy a echar un broncazo que no les van a quedar ganas de menearse en tres semanas, y a esas dos orgullosas se les va a caer el pelo del castigo que les voy a poner.” De pronto se ha acordado que alguien le dijo en una ocasión algo así como que antes de hacer nada respirara diez veces y luego, por si acaso, otras veinticinco más. Cuando iba por la tercera inspiración, se ha abierto un claro en la borrasca que había preparada: en su cuaderno de trabajo, más o menos por la mitad, tenía una fotocopia pegada de un documento que repartieron en el grupo de trabajo que hicieron el año anterior cuyo título rezaba así: Método de Resolución de Conflictos en el Aula. Hablar hasta Entenderse. Como nada tenía que perder, se ha acercado hasta su mesa, ha hojeado el cuaderno y lo ha abierto finalmente por una página en la que se leía: 1- Hacer un alto. Relajarse. Recobrar la calma. “Vaya que suerte, entre el café, el paseíto y las respiraciones, por lo menos yo ya estoy calmada. Ya solo falta esta cuadrilla de indignados.” Finalmente ha tomado una decisión. - ¡Vamos a ver, todas aquellas personas que no estén llorando que se sienten en su sitio!!- ha dicho en tono bastante alto pero sin llegar a gritar, dando dos palmadas. A la segunda voz, los grupos formados han ido perdiendo unidades y los pupitres se han ido poblando cada vez más. Ricardo ha optado por hacer lo mismo que la mayoría y ha dejado sus creaciones con tizas para mejor ocasión. Hasta Nerea, más calmada se ha sentado en su sitio. Solo ha quedado Diana al fondo, aunque su cabeza ya asomaba tímidamente por encima de las rodillas. Doña Marisol ha insistido para ver si esta última también se sentaba, pero como no lo hacía ha optado por esperar unos minutos. Con el rabillo del ojo, ha seguido leyendo:

2 - Hablar y escucharse uno a otro. Tras unos segundos de silencio, y tras cerciorarse de que las implicadas eran Nerea y Diana, ha tomado el mando:

¡Grave error! La intención era buena pero enseguida se ha dado cuenta de que el enunciado era incorrecto. Al menos ocho o diez voces han clamado a favor de una u otra, el alboroto que se ha armado ha sido impresionante, y alguno incluso ha empezado a sacar trapos sucios y a echarle a otros en cara conflictos pasados. Varios se han levantado y a Ofelia le han tirado al pasar el estuche al suelo, esparciendo su contenido en varias baldosas a la redonda. “Feli”, como la llaman, ha puesto el grito en el cielo y ha protestado enérgicamente porque siempre le tiran las cosas a ella. Doña Marisol ha estado tentada de decirle que cuantas veces le ha dicho que recoja su mesa, pero como sería desviarse del tema, ha optado por dejar que recogiera sus pinturas y reformular la cuestión.

- A ver, Nerea, explícanos que ha pasado, … ¡y los demás a callar!

- Que estábamos en la fila y me ha pegado un mordisco. Pero que me ha hecho un agujero en la carne… - ha comentado empezando a remangarse el jersey. - ¡Es que ella le ha pegado una patada! – ha dicho un alumno desde la derecha.

La profesora ha intuido enseguida de que iba el tema, y que realmente tenía poca importancia. No obstante, como para sus alumnos y alumnas parecía ser una cuestión de vida o muerte, ha decidido seguir con el método. 3 – Determinar lo que ambos necesitan. Como Diana todavía no se había pronunciado sobre su punto de vista, le ha vuelto a decir que saliera y se sentara en el sitio. Estaba ya más erguida y seguía con atención el desarrollo del debate pero no ha hecho mención de levantarse. Doña Marisol se ha acercado hasta ella, dudando si hablarle en tono duro o suave, pero no ha hecho falta, porque al tenderle la mano Diana ha salido y le ha seguido hasta el sitio. “Vaya, típico momento serie familiar americana” ha pensado la profe. Una vez en el sitio, Diana, aun medio hipando, ha dado una de las claves del conflicto. - ¡Es que le estaba guardando el sitio a Aurora! - ¡¡Siiii!! ¡Es verdad, siempre se lo guarda! – ha apuntado Eusebio. - Llega la última y se pone de las primeras – ha aportado otra niña. - Y tu le guardas también el sitio a otros – se ha defendido Nerea. “Aquí está el meollo del asunto. El problema es de toda la clase, no solo de ellas” se ha dicho la maestra. Así que ha creído oportuno pasar al punto 4 – Proponer soluciones. (torbellino de ideas) - ¿Y que pensáis que podemos hacer? – les ha preguntado a todos.

Ha mirado las atentas caras de sus alumnos y alumnas, que escuchaban asintiendo a sus razonamientos y después ha vuelto la vista al cuaderno. 5 – Elegir la idea que más guste a los dos. - Entonces ¿qué decidís? - ¡ A sorteooo !! – han coreado por unanimidad.

6 – Trazar un plan. - ¿Y como queréis que hagamos el sorteo? Todos han dado sus ideas sobre como se podría hacer y se han llegado a algunos acuerdos. Que el sorteo se haría esa misma tarde, después de la hora de inglés. Que los números los sacarían los de cuarto que aunque están en la misma clase que los de tercero hacen fila aparte y no tienen problemas porque solo son tres y bien avenidos. Que el orden establecido sería válido durante un mes y después se volvería a sortear. Que también valdría para cuando hicieran la fila al salir de clase, aunque en este caso los tres de cuarto se pondrían primeros (la veteranía es un grado.) Y que si había algún problema o aquello no funcionaba bien, dejarían en manos de la profesora la solución al conflicto. - Bueno… pues ahora sacamos el cuaderno y el libro de matemáticas y vamos a trabajar un poco – ha ordenado Doña Marisol. - ¡¡Pero si ya es la hora!! – ha puntualizado Ricardo señalando aparatosamente su reloj de Pokemon.

- ¡Preparaos para salir… y a ver como formáis la fila!

A Ofelia se le ha vuelto a caer el estuche y se ha puesto histérica. Finalmente todos han recogido y, a pesar de no estar todavía establecido el orden de la fila, no ha habido ninguna discusión. Incluso han ido andando por el pasillo hasta la puerta principal en vez de salir en estampida. Doña Marisol se ha quedado en la puerta del aula mirándolos. Nerea y Diana sonreían y daban la impresión de haber olvidado el agujero en la carne que llevaba la una y la depresión que hacía poco más de media hora había asolado a la otra. Volviendo hacia su mesa Doña Marisol

reflexionaba en voz baja: “¿habrá merecido la pena perder una hora de matemáticas para resolver el conflicto?”; “¿cuántas horas más tendremos que perder?”; “¿se pierden o se ganan?”.

7 – Ponerlo en práctica y evaluar. -

¡Ya veremos! – se contestó en voz alta.

ANEXO: ficha rellenada por Dª María del Sol Pérez Antón minutos después de los acontecimientos relatados.

METODO DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

NOMBRE (S)

EDAD

NIVEL

ACTITUD

PARTE 1

Nerea

8 años

3º prim.

Muy enfadada

PARTE 2 deprimida

Diana

8 años

3º prim.

Frustrada y

LUGAR, FECHA Y HORA:

patio del recreo, 14-11- 2000,

12´00 de la mañana

BREVE DESCRIPCIÓN: Se han peleado al hacer las filas para entrar del recreo. Nerea le ha dado una patada y Diana le ha devuelto un mordisco. El origen es que Nerea intentaba colar a una amiga en la fila. El problema ha resultado ser generalizado.

NAESTRO/A QUE INTERVIENE: Dos maestros en el recreo. Marisol Pérez en clase (tutora). ACTITUD Y ACCIONES EMPRENDIDAS: Los compañeros han evitado la pelea en el recreo. La tutora, en principio enfada, ha dialogado con las interesadas y al final con toda la clase. Se ha aplicado el "Método para la resolución de conflictos". INTERESES PARTE I ACUERDOS ADOPTADOS

INTERESES PARTE II

Defiende su derecho a colar amigas en la fila.

Sortear el orden de la fila cada mes.

Defiende su derecho a conservar el lugar de la fila cuando llega a ella.

Interesada por solucionar el problema mediante una norma obligatoria para toda la clase.

El orden será inalterable, independientemente cuando llegue cada alumno/a.

También está interesada en acordar una norma.

Toda la clase se interesa por está solución.

Vale para entradas del recreo y entradas al colegio. También para salir de clase ( en este caso los de 4º se ponen primero.)

La tutora solucionará según su criterio cualquier duda o conflicto surgido de la aplicación del acuerdo.

VALORACIÓN DEL RESULTADO (SATISFACCIÓN AMBAS PARTES,NECESITA SEGUIMIENTO,...) Es necesario hacer un seguimiento los primeros días. Periódicamente -por ejemplo coincidiendo con el sorteo mensual- hacer una valoración con los alumnos de la validez del acuerdo.

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