MI PUEBLO AZUL Y LOS POBRES PAJAROS

MI PUEBLO AZUL Y LOS POBRES PAJAROS OSCAR SOSA RIOS (AÑO 1993) INDICE Palabras Iniciales............................................................

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Story Transcript

MI PUEBLO AZUL Y LOS POBRES PAJAROS OSCAR SOSA RIOS (AÑO 1993)

INDICE

Palabras Iniciales............................................................................. 2 San Luis, pequeña Patria mía......................................................... 2 Cerro del Morro ................................................................................ 3 Puma de Chancay ............................................................................ 4 Escuela mía ...................................................................................... 5 Guitarra de mi pueblo..................................................................... 6 Levántate y anda.............................................................................. 8 La Rosa de la Vida ........................................................................... 9 No nos cabe el silencio ................................................................... 9 El desalojo ...................................................................................... 10 Serenata .......................................................................................... 10 Muchacho en la vereda ................................................................. 11 El borracho ..................................................................................... 11 Caminador oblicuo ........................................................................ 11 El Vasco .......................................................................................... 12 El Pelado ......................................................................................... 12 Los pobres pájaros........................................................................ 14 Poeta Gutiérrez .............................................................................. 14 La Trina y el Cecilio ....................................................................... 14 La carta del Cecilio ........................................................................ 15 El “Mono” Gatica ........................................................................... 16 El viejo Benereto............................................................................ 17 El Papipo......................................................................................... 17 Zamba del Negro............................................................................ 18

El Lolila ........................................................................................... 19 El Torino.......................................................................................... 19 El Bagayo........................................................................................ 20 Y vino el beso ................................................................................. 20

Palabras Iniciales ¿Y por qué azul? Porque San Luis es así. Toda azul. Su cielo, su gente, sus ilusiones, su canto. Toda azul como el quinto del espectro solar. Como el Azul de Darío, Rubén de América. Como la esperanza de esta tierra mía, que me dio la primer aurora y el azul plenilunio de mi casto verso. ¿Y por qué los pobres pájaros? Porque ellos habitaron con gris presencia, con terrosos harapos, este viento azul de mi pueblo, construido a puro corazón y porque surcaron las rizas, los inviernos, los tiempos con la dignidad de vivir, sin saber, sin imaginar, que la poesía era también de ellos. Azul y pájaros para este canto mío. O. S. R.

San Luis, pequeña Patria mía San Luis terrón de mapa pequeña Patria mía. Pan fecundo que mordió mi hambre cuando era mi leche maternal sustancia cuando era mi beso paternal estampa cuando eran mis manos sonidos de guitarra. San Luis de la sierra y de los venados. Hacedor mío fundador de pájaros.

Hace muchos olvidos que llevas curtido el rostro que tu sangre emerge hendida en las errantes lluvias del tiempo y en tu boca de cierzo y de cenizas. Prisionero mío paridor de hontanares azules de soterradas espigas de pueblos que te sueñan púbero en el ocre de tu oscuro silencio y en los ramos esmeraldas de tus hombres que hicieron que la Patria te nombrara en el canto de la gloria americana. San Luis querido padre de los míos creador de jinetes libertarios fundador de poetas. Mi sangre te evoca en zumo de palabras que dicen tu hermosura que plasman tus distancias que sueñan tus milagros tus criaturas los humildes molinos de tu raza los que aventan pumas lo que te prodigan alas los que romperán tu vientre y harán posible tu hijo del mañana con su antiguo rostro con su futura mirada con la mano secular y firme para hacerte popular y grande San Luis de la sierra y la esperanza.

Cerro del Morro Cerro redondo y solitario. Antigua posta de jinetes patrios. Horizonte celeste del este y del oeste altura milenaria grito de la tierra. Eres la preñes del paisaje mole paleolítica que miras que sueñas pájaros y soles

y vigilas esta tierra tuya esta árida espiga esta terrosa iguana esta geografía verde y promisoria. Cerro indio vigía morro del alba mirador de bandadas azules. Algún día serás, salvaje mineral, lugar de flores jardín de mariposas reunión de pinos y abedules para que los niños del futuro cantes tu rugoso lomo abuelo. Cerro del Morro centinela celeste del este y del oeste redondo volcán viejo saurio echado. Algún día flor algún día bosque algún día niño música algún día paz.

Puma de Chancay Don Pascual de América vivo corazón de cóndor clavel de setiembre fino hombre de mi tierra amada. Recibe este canto mío a tantos años de tu muerte tibia y tómalo como un pueblo erguido de pie por el camino. Y bésalo como aquella novia tuya que lloró cuando partiste. Y dame tu memoria de siempre para contársela a mis hijos. Don Pascual de San Luis mi venerado. Abrásame con tu pecho caliente

y revive conmigo el mar del enemigo el amor del amigo el sueño de la Patria que pensaste el fuego de tu viejo sable con palomas y banderas. Defiéndeme soldado con tu puño y tu corazón de pueblo. Recíbeme en tu casto crisantemo y perfuma mi guitarra americana para cantar por anhelo. Don Pascual de nosotros Pringles de la Patria. Extiéndeme tus brazos de valiente y haz que brote mi sangre en tu memoria para mi paz para la paz de esta tierra mía que llora tanta muerte con tu nombre. Don Pascual de San Luis y de la Patria vivo corazón de cóndor clavel de setiembre fino hombre de mi tierra amada.

Escuela mía Hoy digo por los hijos que crecieron en tu pecho: Educadora incansable protectora habitadora blanca fértil tierra de mi tierra campana sonora sarmientina sendero de niños abeja de miel enseñadora. Hoy digo lo que aprendí en tu regazo. Este habitante que anduvo por tus patios esta voz que prosterna reverente que descansa, crece, se multiplica en los hijos y tu nombre agita Dupuy de soles

Vicente de alegría primer amor maestra venturosa escuela mía.

Guitarra de mi pueblo Guitarra. ¿De dónde viene tu madera ancestral tu esencia paleolítica tu sonora piedra milenaria? ¿De dónde salió tu misterio humano tus cuerdas de algas voladoras tu socavón dulce y vigoroso? Guitarra. ¿Dónde lloró tu prístino sonido? ¿De qué manos llegaron a la tierra tus primeros cantos tus principales trémolos tus elementales notas? ¿Que hombre maravilloso fue aquél que templó tu garganta? ¿Quiénes estaban a tu lado guitarra? ¿Qué esclavo era esclavo de tu tristeza? ¿Qué rey te llevó por la fuerza a su casa? ¿A qué princesa le estallaron los pómulos cuando tu salmo volaba? Guitarra. ¿Cómo es que has viajado tanto? ¿Cómo llegaste al territorio americano? ¿En la mano de qué conquistador venías aupada? ¿Cuál el primer indio que lloró tu nostalgia? ¿Qué flores te adornaron? ¿Qué cinta se metió en tu duro pelo? ¿Cómo llegaste a mi Patria guitarra? ¿En qué jinete loco venías enancada? ¿Qué gaucho cruzó la pampa y te llevó por el trigo genital por los olivares refulgentes por los cóndores libertadores, por las lunas serenas de la zamba? Guitarra. ¿Cómo llegaste a la tonada? Dime si el gaucho Puebla te llevaba en la espalda. Si el general Pedernera daba serenatas. Si don Pascual cantó

con tu bandera enarbolada cuando saltó como un puma por el agua. Dime en qué balcón estaba la niña puntana que te hizo soñadora guitarra. Cuéntame cómo fueron tus alas. ¿Cómo llegaste a procrear tantas miradas, tantos pájaros tantos cantores en este rincón oriundo de la Patria? Porque aquí en este pueblo mío en este Mercedes caprichoso en esta villa verde y generosa paciente y espléndida en este territorio criollazo del oeste donde el mejor paisaje está en el pecho de la gente. Aquí digo bajo todas las estrellas del planeta naciste pobretona guitarra creciste humildísima y te multiplicaste como panal o jardín, como pan o cebolla milagrosa como palomar incesante como sonido plural y así desde los ranchos orilleros paseaste tu oronda majestad tu desafiante alegría tu grito trasnochante tu vino enorme y prisionero por todas las calles y ventanas para nacerte puntana guitarra. Por eso te abrigamos aquí en esta tierra pretenciosa en este lugar del mapa donde nos haces falta guitarra donde necesitamos tus pulmones azules tus clavijeros viejos y porfiados tu fundamental sonrisa y la caliente mano de tu guitarreo. Te cantamos aquí para saludar tu historia fecunda tu sermón de esperanza tu antiquísima razón y tu fe tu maravilloso destino de creer en un pueblo que canta…Guitarra.

Levántate y anda A Antonio Esteban Agüero. (Día en que el poeta volvió a su Merlo natal, 12 de Octubre de 1984). Levántate y anda con tu desnuda ternura por los ríos verdes por los pueblos quietos por los confines de los grillos por los hombros de los hombres que iluminan con lumbre de cera y de meteoro. Levántate y anda hacia tu guarida de flores púrpuras que esperan tu ignífera presencia. Levántate espléndido y rubio que la poesía te aguarda detrás de cada vidrio con los tristes ojos de la niña enamorada o el abrazo del púdico labriego. yérguete poeta y descalzo cruza el monte camina sobre espinas hasta el único lucero que te espera en la mujer que está dando de mamar su último cansancio en el niño aquel que brotó del agua y abordó el arado azul de la mañana. En el pueblo tuyo que prodiga ceibos y calandrias en el paisaje nocturno de futuras caminatas en esa calle que te vió sombrío alguna vez y que otra vez, cuando cantabas te dejó olvidado en colmados tiempos. En ese pueblo que hoy reúne sus silencios para salir a buscarte hoy que vuelves con la bruma de la tierra entre tu pelo de nieve y de cobalto. Levántate poeta. Regresa a tu vieja casa de amapolas y desde allí canta para todos los pájaros para todos los verdes para toda la esperanza de la tierra.

La Rosa de la Vida Fragmento del poema “La Rosa de la Vida” para los médicos solidarios de nuestro pueblo. Sala de Primeros Auxilios “Dr. Hugo Mariano Espinosa”. 6 de Agosto de 1984. Vienes a vertir tu cáliz encarnado en el pecho sonoro y clamoroso en el centro del corazón ampliado en el fino torrente solidario que se rompe en vientres y en luminosos ojos del dolor humano.

No nos cabe el silencio Pudo ser cualquiera. Cualquiera que pudiera dibujar en la gramilla una fría gambeta un túnel de sonrisas un gol multiplicado una sombra de niños en la siesta. Cualquiera pudo ser. Sin embargo fuiste vos con tu tenue mirada con tu milagro de potrero y zapatilla. Fuiste vos el elegido Juan Gilberto el que pudo soñar el que pudo masticar un pan más dulce el que anduvo por los barrios por los pueblos del mundo por los suburbios del sol con piernas de gigante y con el pecho henchido y solitario. Fuiste vos el elegido. El que pudo trascender en las tribunas el que hizo posible el griterío una música de cantos por las tardes y un silencio de asombro en los latidos. Y porque estamos asombrados esta tarde no podemos pensar que ya has partido no nos cabe el misterio de tu sombra no nos cabe el silencio

no nos brotan los llantos contenidos. No nos cabe el silencio. No sabemos de glorias olvidadas ni de juventudes perdidas. no estaremos tristes Juan Gilberto no vamos a pensar que ya te has ido. Festejamos tu gol allá en las sierras donde andarás siempre jugando como un niño.

El desalojo Mira aquel pájaro en el aire. Vuela en el vuelo de su madre en su nido de otoño en su barro florecido en su espacio vital que no es de nadie. Mira nuestra vieja casa se despide con rostro inevitable con ternuras de retamo nos saluda con trizados vidrios llora el hambre. Mira aquel pájaro. Vuela dueño y señor de todo el aire en su nido azul crece la vida y la vida de nosotros en la calle.

Serenata Trabaja albañil del día Francisco ancestral Romero para buscar por la noche una ternura a sus sueños. Torpe es su voz cuando intenta el zumo simple del verbo pero igual sueltan palomas los tonos de su misterio. Gime en la frágil ventana su duende de luna y beso y en su fragante estallido crece el tañir de su pecho.

Y si se ha ido ese tiempo de esperanza y cancionero lo devuelve por las noches Francisco ancestral Romero.

Muchacho en la vereda

Muchachito del viento en la vereda del pantalón cariado en la rodilla se te ha puesto esdrújula la tarde e indecisa como vos la pantorrilla. No hay gorriones a la altura de la vista y el potrero juega solo en la gramilla impreciso te has quedado en la gambeta y en tus ojos hoy la tarde está dormida.

El borracho Borracho en el silencio de la noche en el grito fantasmal de la botella de vórtice cansado por el sueño que se duerme en el poyo y la tristeza. Borracho de misterios y de fiestas de golpeado pedernal y las hogueras de símbolos, de historias, de miserias de silente aullido y borrachera. Borracho de universal viejura pan gastado y harapienta estrella en la lumbre de tus hijos vas dejando la quebrada voz de tu pobreza.

Caminador oblicuo Has dejado en cruz las herramientas

puro ritual de mano y de martillo presunción de sombras que amarilla el aceite de tu pan y tu bolsillo. Pensador errante, caminador oblicuo obrero del amor y del delirio la pena del colgajo se desropa para vestirse véspero en el grillo. Mientras todo el alcohol le pone brillo a la dulce bitácora del vino no te duele la tarde ya olvidada ni te asombra la hiel de tu destino. Sigues duro metal, añil, preciso como prístino clavel enmohecido delineando la vida sin misterios augurando la aurora en el camino.

El Vasco

Vasco puro sarmentoso y fresco. En el pasado vuelo se te asoma la distancia, la leche de tu tierra en sonoros corales y gaviotas. Vasco duro, caprichoso y bueno. Tu ternura coligió las formas de ordenar tu canto con el nuestro y enjugar tu sangre rumorosa. Y en los surcos de retamo y prosa son tus manos, las manos del aroma agredosas espigas infinitas como sueños de aldea y de palomas.

El Pelado (Al Chiche Potenza)

Te diste el gusto Pelado. Le echaste la falta a la muerte con un siete

y la vieja se avivó y te dio con veinte. Tenías ganas de ganarle pero miró tus ojos mentirosos y te dio con toda su alma negra y te estafó la última sonrisa. ¿No te avivaste hermano que metió las uñas? ¿Qué la vieja te trampeó en el baraje? Pero vos de pura bronca te jugaste todos los porotos. ¿Acaso no sabías Peladito que “a los calientes se los come el león”? Y te llevó nomás la condenada con un montón de cadenas rotas y una rosa marchita en la solapa y aquel fuelle de tu triste tango se puso el negro sobretodo y lloró su vieja serenata. ¿Te acordás hermano del corte y la quebrada? ¿Del sueño trizado entre los dados? ¿De aquel viejo colectivo vagabundo? ¿Del traje gris tristeza que se durmió en la tarde de setiembre? ¿De las calles silenciosas donde paseaste tu elegancia abacanada? ¿Te acordás del rezongo de tu amada que te amaba y rezongaba que te cuidaba y te amaba que simplemente te amaba y te cuidaba? Pero vos calabrés de la Calabria te fuiste por la muerte y la dejaste sola para que no te ganara la última esperanza. ¡Y te diste el gusto Pelado! La verde bruja te revancha en su bulín. Le ganaste y ahora vives para siempre en el paisaje de la calle ancha en el llanto popular de la tonada en tus hijos en los míos y en roto corazón de tu mujer amada.

Los pobres pájaros Yo no le canto a los pájaros. Canto para que no maten pájaros. Los pobres pájaros se morían de miedo. Iban descalzos, hundidos en el viento desnudos sus vuelos se rompían como sombras en las calles de mi pueblo. Los pobres pájaros que murieron de tiempo yacen rotos con la sangre sin huesos pero llueve sobre sus alas blancas y el sol verá sus ráfagas de cielo.

Poeta Gutiérrez Un pájaro te alcanza los papeles y la tinta de tu barba para tus ojos de barro para el pulso sombrío de tu paso. Un pájaro te alcanza allá en el cielo la mujer que soñabas y el alcohol de sus besos con lo gris de sus alas. Un pájaro poeta que te lleva mi voz mi tinta para tu barba y el sonido del verso presto jubiloso en esta tarde azul que me acompaña.

La Trina y el Cecilio Ella iba adelante

con un ramo de cardos en las manos él detrás con una vela gigante. Iba descalza camino al Universo con pies de barro con hombros de ceniza con un cielo de gorriones muertos con su cuchara de lata y su brasero. Todos salimos para verlos. Los niños con ojos de misterio, los viejos con asombro viejo y nosotros mudos silenciosos con las manos penitentes en el pecho. Y se perdieron como dos puntitos negros como dos violines rotos como yuyos llevados por el viento. Y no hubo lágrimas ni una mísera queja por el cielo sólo estaban los niños los viejos y nosotros con toda nuestra culpa y las manos penitentes en el pecho.

La carta del Cecilio Te dejé por el camino la noche se me hizo larga la bruma me dio su lengua cortada como la escarcha. luego me quedé muy solo más ciego que mi mirada más triste que la tapera que se murió abandonada. Ya no tengo más la casa ni la sombra de una lámpara ni un pedazo de ternura ni una voz que me lastime ni una mísera limosna que llegue a mis manos pálidas.

Ya estoy solo para siempre mi vieja Trina del alma ya estoy loco, ya estoy sordo tengo un pájaro en la trampa y mis llantos no descansan por la noche que se viene soltando su muerte blanca. Ya estoy solo para siempre nadie me alcanza una almohada pero igual quiero dormirme para soñarte descalza para llevarte esta luna que golpea mi ventana para pedirle a la muerte que me lleve a tu morada y así soñarme en tus brazos mi vieja Trina del alma.

El “Mono” Gatica Piña y puño, trompada Mono y mano, pesada en la sombra de la casa la mueca de un niño sangra. Mono y mano descalza puño y bota lustrada en el Luna con la luna lucen las luces de lata. Y en una villa callada todas las risas se apagan los guantes mueren de un golpe cuando cae en una trampa. Puño y piña quebrada la mueca del hombre sangra. Hoy en la tierra caliente el Mono Gatica canta. Pega que pega a una estrella cuadrilátero de plata un niño vuelve a sentirse por la sombra de la casa.

El viejo Benereto Ahí va el viejo Benereto con su bolsa por la espalda. Todos los niños se ríen cuando canta su nostalgia. Ahí va el viejo Benereto con su esperanza encorvada. De lejos llegó su nombre buscando el pan de la Patria. Eran cebollas sus manos agreste toda su cara los ojos llenos de niños brillaban bajo su barba. Ahí va el viejo Benereto gritando “Viva la Italia” y en su botella de vino le viene llorando el alma. Ahí está el viejo Benereto dormido como una planta sus manos quedaron muertas en el barro de la zanja. Eran legumbres sus brazos su pelo largo, fantasma los hombres ya no recuerdan aquel cuco de la infancia…. …sólo lamentan su ausencia los gorriones de esta zamba.

El Papipo Era setiembre su risa de cardos su primavera su lengua nació vencida como una paloma muerta. Volaba en su territorio

junto a sus manos inquietas eran sus diarios mañanas bajo sus alas terrenas. Leónidas Sosa, el Papipo anda rondando la luna vendiendo sueño de pobre con su lengua de aceituna… …Leónidas Sosa, el Papipo anda rondando la luna. Antigua amargura oscura eran sus ojos de arena sus pupilas de paloma hacían en su pena. Cantaba solo su olvido en su pueblo amanecido con sus zapatos cansados y en su boca un viejo grito.

Zamba del Negro Dormido en su borrachera por la vida se aparece en el junio de la escarcha su vino alegre se duerme. Quedan vencidas sus sienes los umbrales lo amanecen en el pasto de las plazas su viejo se pone verde. Se va el Negro Magallanes apoyao por las paredes de olvido murió su niño por eso el hombre le duele. Los niños vuelan su paso cuando el Negro canta alegre se olvida que está borracho y es orto niño el que crece. Le están doliendo los días por las calles de Mercedes nadie sabe la tristeza que en su vino se le duerme.

El Lolila Todos los días la calle de sol o de viento espera sale el Lolila cantando su canción de verde pena. Camina como una equis como una ese se sienta a su lado la pobreza cuida la verdura fresca. El laurel canta en su boca de rubor y olor a fiesta y su hirsuta cara blanca es el laurel de la mueca. Camina como la equis como una ese se sienta su cuerpo se balancea de mimbre y de vieja cesta. Todos los días la calle de hojarasca se lo lleva el Lolila sueña alegre vendiendo su verde pena.

El Torino Por el medio de la calle su sueñomóvil pasea en primera y en segunda camina sólo en dos ruedas. Sube lento a la vereda baja en la pista de arena por locos caminos ruge su motor sangre en la siesta. Busca el amor, la ternura corriendo tras de una estrella llora de noche y la vida

le pone cambios de pena. Marcha atrás, marcha adelante toca bocina y frena el Torino con la brisa viaja por la calle seca.

El Bagayo Ahora sí podrás abrir ventanas silenciar postigos encender las luces ordenar tu grito. Ahora sí porque tus sienes mojaron el rocío y por junio no se oye más tu paso tu murmullo tu gemido. Ahora sí Bagayo. Ahora le pondrás roja luz a tu alarido. Ahora un viejo crisantemo te llevarás a ella que en la pública ventana estrenó para vos su enagua desollada y vistió de besos sus ojos florecidos. Ahora sí Bagayo. Ahora la verás todas las noches con espumas en tus manos y con el pecho encendido. ¡Ahora sí podrás abrir ventanas!

Y vino el beso Y vino el beso el amor la poesía. Derrumbó el silencio restituyó la brisa y le puso nariz de primavera

al Ñañuña por ejemplo. Dos brazos gigantes al Corrientes un sol violeta al Payo del mercado y al poli (niño siempre) Juguetes por el barrio. Al Lonyi un violín de mariposas al Lalo agudísimos zapatos al Sisasa y al Loco Zapatero guantes de ternuras en sus manos. Al Rogé Balé castillos por el aire y al Botella Carretilla jilgueros y lunas de cansancio. Y vino el beso el amor la poesía y les puso un ruiseñor a sus milagros.

* * * FIN * * *

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