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PROGRAMA DE VISITAS GUIADAS FEBRERO – JULIO 2016 D. G. PATRIMONIO CULTURAL 1
¡BIENVENIDOS A PALACIO! PRESENTACIÓN DE LA CAMPAÑA 2016 Madrid cuenta con un amplio número de enclaves palaciegos de interés que, en numerosas ocasiones, resultan desconocidos para el ciudadano. La campaña ¡Bienvenidos a palacio!, promovida por la Dirección General de Patrimonio Cultural, e iniciada en 2014, pretende facilitar la divulgación de este legado entre ciudadanos y turistas de la región. Esta iniciativa, que ahora celebra su tercera edición, permite el acceso a una serie de palacios cuya visita resulta limitada normalmente por tratarse de lugares de acceso restringido o bien de titularidad privada. Junto a la exclusividad de acceder a espacios poco conocidos, el usuario del programa ¡Bienvenidos a palacio! podrá conocer de la mano de especialistas la evolución arquitectónica de los inmuebles, así como los diversos usos de los edificios. La selección de los palacios se ha efectuado priorizando aquellos edificios de la Comunidad que responden originariamente a la tipología palaciega y que, además, mantienen sus características compositivas exteriores e interiores: Primera edición (2014): Palacio del Marqués de Fontalba (Fiscalía General del Estado), Palacete de D. Guillermo de Osma (Instituto Valencia de don Juan), Palacio Fernán Núñez (Fundación Ferrocarriles Españoles), Casa-palacio de Don Manuel González-Longoria (Colegio Notarial de Madrid), Palacio de Godoy (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales), Palacio Bauer (Escuela Superior de Canto), Casa Grande de Torrejón de Ardoz, Palacio de Amboage (Embajada de Italia) y el Palacio de D. Joaquín Sánchez de Toca (Embajada de Brasil). Segunda edición (2015): Palacio de Buenavista (Cuartel General del Ejército), Palacio de Zurbano (Ministerio de Fomento), Palacio de Fernán Núñez (Fundación Ferrocarriles Españoles), Palacio de Amboage (Embajada de Italia), Palacio de Abrantes (Instituto Italiano de Cultura) y Palacio de Santa Coloma (Consulado de Italia). Tercera edición (2016): · · ·
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Febrero y marzo: Palacio de Santoña (Cámara de Comercio de Madrid) y Palacio Bauer (Escuela Superior de Canto). Marzo: Palacio de Buenavista (Cuartel General del Ejército). Abril: Palacio de Zurbano (Ministerio de Fomento), Palacio de Longoria (Sociedad General de Autores y Editores) y Palacio de la Infanta Isabel de Borbón (Cuartel General del Mando Aéreo General) Mayo: Palacio de Fernán Núñez (Fundación Ferrocarriles Españoles) y Palacio de la Duquesa de Parcent (Ministerio de Justicia) Junio: Palacio de Amboage (Embajada de Italia), Palacio Godoy (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales). Junio y Julio: Palacio de Fontalba (Fiscalía General del Estado). Julio: Palacio del Marqués de Salamanca (Fundación BBVA) y Palacio de Marqués de Villafranca (Real Academia de Ingeniería).
Un total de 6.700 personas pudieron visitar los palacios incluidos en las dos ediciones anteriores del programa (2014 y 2015). En 2016 se ofertarán 3.500 plazas. La inscripción previa podrá realizarse a partir del 18 de febrero, a las 12.00 h., en el micrositio www.madrid.org/palacios2016, donde, además, será posible consultar toda la información 2
relativa al programa, que dará comienzo el 27 de febrero con el Palacio de Santoña. Asimismo, se editarán folletos de cada uno de los inmuebles que se repartirán a los visitantes.
FEBRERO - MARZO PALACIO DE SANTOÑA. Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Madrid. C/Huertas, 13
Escalera principal del palacio.
El palacio de Santoña, localizado en la calle Huertas, es uno de los edificios más enigmáticos de Madrid. Nos encontramos ante una antigua casa señorial barroca que tras múltiples intervenciones, que modificaron su aspecto externo y su estructura, se convirtió en un palacio con extraordinarios salones de estilo ecléctico. Sus orígenes se remontan al siglo XVII, cuando las distintas parcelas que componen su solar fueron adquiridas por Diego Roys Bernaldo para construir su residencia. Las obras de esta casa señorial debieron comenzar en 1618, siendo su diseño atribuido a Juan Gómez de Mora. En 1731 Juan Francisco de Goyeneche, I marqués de Ugena, compra el inmueble, encargándole a Pedro de Ribera su reforma para transformarlo en un palacio. Entre 1731 y 1735, Ribera reorganizó su distribución interior y modificó las fachadas, añadiendo la magnífica portada barroca de la calle del Príncipe. Posteriormente, en 1783, Juan Javier de Goyeneche confía al arquitecto Ignacio Thomas la remodelación completa del palacio y la reedificación de las partes que se encontraban deterioradas. Las nuevas obras respetaron la portada de Ribera, pero supusieron la redistribución interior del edificio, la instalación de una nueva escalera y la demolición de la antigua torre angular situada entre las calles Huertas y Príncipe. En 1874 el palacio pasó a ser propiedad de Juan Manuel de Manzanedo y González, duque de Santoña, quien emprendió la reforma y redecoración de su interior para transformarlo en un palacio decimonónico. El arquitecto responsable de los trabajos fue Domingo de Inza, quien abrió un nuevo acceso en la zona central de la fachada de la calle Huertas colocando una 3
portada idéntica a la que Ribera había realizado en la fachada de la calle del Príncipe, convirtió los antiguos pasos de carruajes en balcones y amplio los vanos. A la intervención de Domingo de Inza corresponde la espectacular escalera imperial de mármol, con balaustrada diseñada por Carlo Nicoli con esculturas de ángeles leyendo o escribiendo separados por los escudos de Manzanedo y Santoña, e iluminada candelabros de bronce. Dos leones esculpidos por Canova guardan el arranque de la escalera desde el vestíbulo. Sus suntuosos salones, situados en la planta noble, fueron decorados según el proyecto de Ramón Bueso con pinturas murales realizadas por grandes artistas del momento entre los que destacan Sans Cabot, Pla, Francés y Dominguez entre otros, quienes a través del lenguaje neobarroco unieron ambientes del Renacimiento italiano, con el rococó francés y con el estilo oriental. Después de grandes vicisitudes, el palacio fue durante un tiempo residencia de José de Canalejas, siendo adquirido finalmente por la Cámara de Comercio e Industria en 1933, quien lo ocupa en la actualidad, tras una completa restauración.
PALACIO BAUER. Escuela Superior de Canto C/ San Bernardo, 44.
El Palacio Bauer, declarado monumento histórico en 1972, fue construido en el siglo XVIII sobre una propiedad que antes había pertenecido al Noviciado de la Compañía de Jesús. A finales del siglo XIX, adquirió el palacio Ignacio Bauer, banquero de origen húngaro. A su muerte, heredó la propiedad su hijo, Gustavo Bauer y Morpurgo, que encargó al arquitecto Arturo Mélida su reforma y decoración. En 1898, Mélida presentó un ambicioso proyecto que reorganizaba la conexión entre los dos sectores que integraban la vivienda (área principal de la vivienda en la calle San Bernardo y otra de mayores dimensiones en la calle Pozas) y generaba nuevas estancias abiertas al jardín. Para logarlo, el arquitecto dispuso una crujía que creaba una nueva fachada al espacio 4
ajardinado abrazado por otra perpendicular. Este ámbito se unía al antiguo palacio mediante una serie de estancias dispuestas alrededor de la escalera principal del conjunto, colocada justo en el punto de contacto, de aquí surgía el vestíbulo, la galería y el hall o salón de baile. La casa de los Bauer fue referente de la música de entonces; en ella se creó el Saloncito Bauer, decorado por Mariano Benlliure y se recibía a los músicos importantes que pasaban por Madrid. La crisis económica de 1929 supuso el comienzo de la decadencia de la vida de los salones, la vida cultural, música incluida, comenzó a centrarse más en lo oficial e institucional. La quiebra de la Casa Bauer en 1931 provocó el definitivo abandono del palacio. En 1940, el palacio fue adquirido por el Ministerio de Educación Nacional a la familia Bauer, destinándose a Conservatorio de Música y Declamación. En 1952 fue instalada, temporalmente, la Escuela de Arte Dramático y Danza, trasladándose en 1966 ambas instituciones al Teatro Real. En 1970 el arquitecto Manuel González Valcárcel se encargó de reformarlo a fin de acoger las dependencias de la Escuela Superior de Canto, entidad que sigue acogiendo en la actualidad.
MARZO PALACIO DE BUENAVISTA. Cuartel General del Ejército. C/ Prim, 6.
Escalera principal del Palacio de Buenavista.
La construcción del Palacio de Buenavista data del siglo XVI, cuando el arzobispo de Toledo, D. Gaspar de Quiroga regala la propiedad al rey Felipe II, con ocasión del traslado de la Corte desde Valladolid a Madrid. El rey Felipe III, lo recibe en herencia de su padre y pasa por distintos propietarios hasta Isabel de Farnesio, madre de Carlos III, que lo usó de residencia al trasladarse desde Segovia y que vivió aquí desde 1759, hasta su muerte en 1766. El XII Duque de Alba le encarga un proyecto de palacio al arquitecto Ventura Rodríguez que no se llegó a realizar. En 1777 la Duquesa de Alba, Cayetana, le encarga la demolición del antiguo palacio y la construcción del actual al arquitecto D. Juan Pedro Arnal. Años más tarde lo compra el Ayuntamiento de Madrid para regalárselo a Manuel Godoy, valido del Rey Carlos IV. Éste invierte gran cantidad de dinero en su acondicionamiento y decoración, pero no llega a 5
habitarlo al caer en desgracia tras el motín de Aranjuez en 1808. Vinculado al Ejército desde 1816, en principio como Museo Militar y Parque de Artillería y de Ingenieros, pasa a ser Ministerio de la Guerra en 1847, del Ejército en 1939 y de Defensa desde 1977 hasta 1981, en que queda, hasta nuestros días, como sede del Cuartel General del Ejército de Tierra. Testigo de buena parte de la historia de España desde el siglo XVI, ocuparon Buenavista personajes principales de la misma, desde los ya mencionados monarcas y nobles, al General Espartero (regente del Reino), General Prim (que fallece en él tras sufrir un atentado), D. Miguel Primo de Rivera (Presidente del Directorio militar) y D. Manuel Azaña (Ministro de la Guerra y más tarde Presidente de la II República). El Palacio de Buenavista, consta de una serie de salones que conservan la historia, el recuerdo y la importancia de las personalidades que lo fueron habitando, como son el Salón Teniers, el Salón Goya y el Salón de Embajadores, lugar más representativo del Palacio, con dos esculturas ecuestres, una de Alfonso XIII realizada hacia 1905 por Mariano Benlliure, y otra atribuida a este mismo artista de Alfonso XII datada en 1886. Entre las obras de arte que cobijan sus paredes hay ricas colecciones de tapices y alfombras de la Real Fábrica de Santa Bárbara, lámparas de la Real Fábrica de la Granja, porcelanas y relojes, una buena colección de muebles de estilos Luis XV y XVI realizados en el siglo XIX, y pinturas de grandes maestros, entre las que destacan un retrato de Isabel II de Madrazo y dos lienzos de Fernando VII, obras de Goya (1814) y Vicente López (1834), respectivamente.
ABRIL PALACIO DE ZURBANO. Ministerio de Fomento. C/ Zurbano, 5-7.
Escalera principal del palacio.
Fue construido por el conde de Muguiro, diputado en Cortes y senador, casado con Ángeles de Beruete y Moret, hija del pintor Aureliano de Beruete, para su vivienda unifamiliar rodeada de jardín, que entonces recibía el nombre de hotel, por lo que encargó a Severiano Sainz de la Lastra su construcción que se llevó a cabo entre los años 1878 y 1881, ubicado en el barrio de Chamberí en la calle Zurbano 5 y 7 con vuelta a la calle Fernando el Santo, 6. El hotel de planta cuadrada y una distribución simétrica fue situado en la esquina del solar con el chaflán 6
redondeado, dejando el resto para un bello jardín y con pabellón de cocheras en la medianera con Fernando el Santo. Arturo Mélida y Alinarí, arquitecto, pintor, ilustrador y escultor, realizó la decoración interior y el diseño del jardín. En 1920 los descendientes del conde de Muguiro lo vendieron a Gonzalo de Mora, marqués de Casa Riera, quién pidió a Eladio Laredo que ampliara, remodelara y decorara el palacete recién adquirido. Las nuevas obras cambiaron el sentido del edificio primitivo, duplicaron la superficie construida al eliminar las cocheras y parte del jardín. Se abrieron nuevos salones como el salón de baile, la biblioteca, el comedor de gala, nuevos dormitorios, habitaciones y zona de servicio. Sólo se conservó la decoración antigua de alguna de las salas. La decoración mural hecha por Mélida en los salones de la parte primitiva quedó cubierta. En este palacio nació Fabiola de Mora y Aragón en 1928, hija del marqués de Casa Riera, del que salió para casarse con el rey Balduino de Bélgica en 1960. En 1986 la familia de Mora vendió el edificio al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo que lo cedió temporalmente al Consorcio de Madrid Capital Europea, que emprendió una serie de obras de restauración y adaptación. En la última etapa, al finalizar una rehabilitación y restauración profunda, llevada a cabo entre 1995-1996, se instaló el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo en una zona del palacio y es utilizado por el Ministerio de Fomento para actos de representación y protocolarios. En la última restauración se rescataron las primitivas pinturas de Arturo Mélida en los salones de los Continentes, de las Abejas y en el Salón de la Rotonda. El interior se articula en torno a una disposición clásica, en donde tiene una enorme presencia la escalera construida en la época del marqués de Casa Riera. También es singular el oratorio neogótico de la segunda planta, en el lado del primitivo palacete, hoy convertido en despacho.
PALACIO DE LONGORIA. Sociedad General de Autores y Editores. C/ Fernando VI, 4
Escalera imperial.
El palacio de Longoria, hoy sede de la Sociedad General de Autores y Editores es un edificio excepcional, considerado por muchos autores como la única muestra completamente modernista de Madrid, o al menos la que más se identifica con este estilo.
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Fue construido entre 1902 y 1904 por el financiero Javier González Longoria para alberga su residencia familiar y las oficinas de su banco, quien encargó el proyecto al arquitecto catalán José Grases Riera, compañero de Gaudí en la Escuela de Arquitectura, quien utilizó un estilo que no volvió a utilizar en el resto de su producción. La planta del edificio está formada por dos rectángulos que siguen la forma exterior del solar, resolviendo su articulación con una rotonda que unifica las fachadas y en la que se ubica el acceso desde la calle y la escalera principal. Grases Riera retranqueó todo el perímetro exterior, creando un patio inglés que ilumina los sótanos y actúa como filtro entre el espacio público y el espacio privado. Esto le permitió además dar un tratamiento novedoso a las fachadas, realizadas en piedra artificial. De este modo, rompiendo con su estructura tradicional, prolongo hacia arriba por medio de finas columnas que crean doseles los balcones. Dispuso una decoración vegetal que invade prácticamente todas las fachadas, insertando rostros femeninos en determinados puntos. Decoró totalmente las mansardas y óculos utilizando la técnica del trescadis, que utiliza trozos de azulejos proporcionando texturas y tonalidades variadas y sorprendentes. Las fachadas interiores reciben un trato intimista, jugando con las curvas y las rectas. Muestran una galería porticada sobre soporte en forma de palmeras con pabellones circulares en los extremos. En el interior del palacio destaca la escalera principal, sin duda la pieza arquitectónica más espectacular de todo el inmueble. Inspirada en arquitectura modernista francesa y en las obras de Victor Horta en Bruselas, es una escalera imperial de forma circular, cubierta con una impresionante cúpula de hierro y vidrio emplomado con estructura nervada en estrella que se apoya en seis esbeltas columnas de fundición. Su barandilla de hierro y bronce se adapta a la curva y contracurva con elementos vegetales salpicados con flores de vidrios colores y hojas de latón movidos por el característico “golpe de látigo” del estilo modernista. Los distintos propietarios que tuvo el edificio transformaron su distribución interior original. En 1912, el palacio fue comprado por la Compañía Dental Española, presidida por Florestán Aguilar. Se encargó a Francisco García Nava la su reforma para establecer las oficinas de la empresa y la residencia del presidente. En 1946 el inmueble fue adquirido por la empresa Construcciones Civiles, realizándose una nueva reforma. Cuatro años más tarde vuele a vender, esta vez a la Sociedad General de Autores que encarga en los años ’50 su transformación a Carlos Arniches.
PALACIO DE LA INFANTA ISABEL DE BORBÓN. Cuartel General de la Primera Región Aérea Central. C/ Quintana, 7 Situado en la calle Quintana, el palacio de la infanta Isabel de Borbón fue, junto con el palacete del marqués de Isasi, uno de los edificios más representativos del barrio de Argüelles. Su construcción comenzó en 1868 como residencia de José Manuel de Cerrajería y Gallo de Alcántara, conde de Cerrajería, encargándose de su diseño el reconocido arquitecto Antonio Ruiz de Salces. Ocupaba un extenso solar, localizándose su entrada principal en la calle Quintana, y quedando sus fachadas de Tutor y Don Martín rodeadas de jardines. De trazado simétrico, el edificio 8
presenta una planta rectangular flanqueada por cuatro torreones, cubiertos con chapiteles y enlazados por un antepecho de rejería, organizada en torno a un patio central. El lenguaje clasicista utilizado por Ruiz de Salces puede apreciarse en sus elementos ornamentales: veneras enmarcadas en los dinteles y pilastras jónicas desarrolladas sobre los sobrepaños del piso principal. La importancia de esta planta queda remarcada además por la disposición de los balcones, el tratamiento de sus jambas y dinteles, y la presencia del escudo de la casa en el balcón central. Tras la proclamación de Alfonso XIII en 1902, la reina madre y las infantas abandonan el Palacio Real decidiendo instalarse en el cercano barrio de Argüelles. Por este motivo, la infanta Isabel había adquirido en 1900 el palacio del conde de Cerrajería, pasando a conocerse este con su nombre o más popularmente como el palacio de la Chata.
Escalera del palacio.
Se produce entonces la transformación del palacio para adaptarlo a los gustos de la infanta bajo la dirección Enrique de Repullés y Segarra. Para su decoración la infanta contó con los artistas más importantes del momento. Así, por ejemplo, José Garnelo y Alda firmó el espléndido mural del recibidor o sala de visitas que representa la Proclamación en Segovia de los Reyes Católicos, Mariano Benlliure ejecutó la magnífica escalera principal y Emilio Sala pintó el denominado salón azul. Con la proclamación de la II República en 1931, la infanta Isabel partió al exilio junto con el resto de la Familia Real. El palacio fue cerrado y abandonado, comenzando su deterioro, que se agravó durante la Guerra Civil al encontrarse cerca del frente de Ciudad Universitaria. En 1942, la antigua residencia de la infanta Isabel fue vendida al Ejército del Aire, siendo restaurada para instalar en ella las dependencias del Cuartel General de la Primera Región Aérea Central.
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MAYO PALACIO DE FERNÁN NÚÑEZ. Fundación Ferrocarriles Españoles. C/Santa Isabel, 44. El palacio de Fernán Núñez se sitúa en la calle Santa Isabel nº 44 y, a pesar de haber sufrido diversas reformas y ampliaciones, es una de las construcciones palaciegas mejor conservadas de Madrid. El inmueble tiene su origen a mediados del siglo XVIII cuando Blas Jover, Secretario de Consejos de Fernando VI, construye su vivienda en una parcela de los antiguos huertos del convento de Santa Isabel. Posteriormente pasó por diferentes manos hasta su adquisición por parte de Miguel José Mª de la Cueva Velasco, Duque de Alburquerque y marqués de la Mina, quien encargó al arquitecto Antonio López Aguado su reforma (1790-1799). En 1815, el palacio fue heredado por Felipe Mª de Osorio y de la Cueva, conde de Cervellón, casado con la duquesa de Fernán Núñez, quien decidió ampliarlo comprando un edificio y un solar vecinos. En esta ocasión fue Martín López Aguado, hijo del anterior arquitecto, el encargado de las obras que se desarrollaron entre 1847 y 1849. Con la ampliación se dio al palacio su forma actual.
Salón de baile del Palacio de Fernán Núñez
El edificio se organizó alrededor de varios patios disponiendo la zona noble en torno a la calle Santa Isabel, dotándolo de una nueva fachada, mientras que la parte destinada al servicio, cuadras y cocheras daba a San Cosme y San Damián. En el transcurso de la Guerra Civil, el palacio fue incautado y custodiado por las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). En 1941, la duquesa viuda de Fernán Núñez lo vendió a la Compañía Nacional de Ferrocarriles del Oeste de España que posteriormente se integra en RENFE. En la actualidad el edificio es propiedad de ADIF y de RENFE y, tras haber albergado el Consejo de Administración de la compañía y un Museo del Ferrocarril, sirve de sede a la Fundación de Ferrocarriles Españoles desde 1985.
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PALACIO DE LA DUQUESA DE PARCENT. C/ San Bernardo, 62 Situado en la calle de San Bernardo, el palacio de Parcent responde al modelo de palacio urbano con jardín trasero característico del siglo XVIII, aunque su edificio actual es el resultado de múltiples intervenciones llevadas a cabo por sus distintos propietarios en el XIX y XX. En 1729, la marquesa de Mejorada y de la Breña, encarga la construcción de su residencia a Gabriel Valenciano, discípulo de Pedro Ribera. Hacia 1740, el marquesado se une al de Guadalcázar, manteniéndose el palacio prácticamente sin uso por residir sus nuevos propietarios en Córdoba. De este modo, el inmueble fue deteriorándose y en 1846 el Ayuntamiento de Madrid exige su arreglo ante la amenaza de ruina.
Antiguo comedor.
Finalmente, entre 1860 y 1865 el marqués de Guadalcázar reconstruye el palacio, convirtiéndose en uno de los más destacados de Madrid. En un primer momento se encarga de las obras a Manuel Seco Rodríguez, dirigiéndolas posteriormente Pedro Vidal. Es este último arquitecto quien realiza la unión del cuerpo principal de San Bernardo con las cocheras y eleva las crujías laterales, dando homogeneidad a las fachadas y una imagen unitaria al conjunto. Asimismo, el marqués contrató a uno de los decoradores europeos más afamados, Pierre Victor Galland, para intervenir en las estancias principales con una decoración en estilo Luis XV en techos, puertas, paneles para chimeneas, espejos y pinturas realizadas por el propio Galland. En 1900, el palacio es comprado por el diplomático mexicano Manuel de Iturbe del Villar, conde de Belvis, quien lo remodeló basándose en modelos franceses dentro de la tendencia neobarroca. El responsable del nuevo proyecto fue José Monasterio. Su principal actuación fue la organización axial del interior del edificio, uniendo el acceso de San Bernardo con el invernadero al fondo del jardín. Tras la escalera principal unió los dos patios originales rodeándolos por una galería de vidrio sobre columnas de hierro forjado. A continuación, sitúo 11
el gran comedor abierto al jardín, rematado con una fuente protegida por una marquesina y rodeado por un invernadero. En la planta principal destacaba la famosa Galería romana, compuesta por tres salas unidas entre sí con decoración clasicista de apilastrados jónicos, mármoles y espejos. Tras el segundo matrimonio de la condesa de Belvis con Fernando de la Cerda y Carvajal, duque de Parcent, se produce una nueva ampliación del palacio por la calle San Vicente, llevada a cabo por el arquitecto Luis Landecho. En 1945, la hija de la duquesa vende el inmueble al Instituto Nacional de Previsión, siendo adquirido por el Ministerio de Justicia en 1982 para ampliar su sede central también situada en la calle San Bernardo.
JUNIO PALACIO DE AMBOAGE. Embajada de Italia. C/Lagasca, 98
Vestíbulo del Palacio de Amboage
Don Ramón Pla Monge, indiano enriquecido y I marqués del título pontificio de Amboage, se instaló en Madrid en 1860, donde contrajo matrimonio, en segundas nupcias, con doña Faustina Peñalver y Fauste. Su hijo, Fernando Pla Peñalver, diputado a Cortes y heredero de su capital y su título, mandó edificar el palacio de Amboage en la segunda década del siglo XX. El arquitecto Joaquín Rojí inició los trabajos para los Amboage sobre un solar de 8.000 metros cuadrados del Ensanche de Salamanca, proyectando la casa de cocheras y caballerizas en 1912. En enero de 1914 solicitaban los marqueses licencia de construcción de su residencia, de casi 1.350 metros cuadrados de superficie edificada, y organizada en torno a un patio cubierto o gran hall central, que contaba con tres pisos, bajo, principal y segundo, más semisótano. La entrada a la finca se realiza por la esquina de la calle Lagasca a través de una puerta metálica entre columnas jónicas y coronada con el emblema “MA” de la casa marquesal, frente a la que se sitúa el pabellón de portería, edificado a modo de templete. A la vivienda se accede por un camino de carruajes, que atraviesa su pórtico central acristalado y conecta con el vestíbulo, resuelto en este caso a modo de rotonda, y cubierto con cúpula sobre columnas exentas. A continuación, destaca un amplio hall tripartito, separado por columnas de mármol pulido, con capiteles de bronce de orden jónico, que constituye su pieza más suntuosa y representativa. A la izquierda queda el salón, con su galería exterior, y a la derecha el arranque de la elegante y soberbia escalera de honor, con peldaños de mármol y barandilla de hierro forjado y bronce, iluminada por una gran vidriera de la casa Maumejean. Al frente se sitúa el comedor de gala, ricamente adornado con pilastras, espejos, consolas y 12
una chimenea de mármol veteado. Al fondo se encuentra la serre o estar-invernadero, decorado con una fuente mural de mármol y la estatua de la bailaora Pastora Imperio, obra de Mariano Benlliure de 1916. Este espacio se divide con monumentales columnas y está delimitado externamente por una gran cristalera, por la que se da paso a la terraza y escalinata de bajada al jardín.
PALACIO GODOY. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales Plaza de la Marina Española, 9 El Palacio de Godoy, declarado Bien de Interés Cultural en 1962, se encuentra en la zona más representativa de la ciudad, cerca del Palacio Real, del Senado y del convento de la Encarnación. Es uno de los edificios con más carga historia de la capital y su escalera es una de las piezas más valoradas de la arquitectura madrileña. Su historia se remonta al reinado de Carlos III, cuando el monarca ordenó la compra de terrenos para la apertura de la calle Bailén y para construir la residencia su Secretario de Estado, el marqués de Grimaldi. Fue el propio Francisco Sabatini, el arquitecto real, el elegido para proyectar las actuaciones. Las obras del palacio dieron comienzo en 1775 y terminaron en 1778. El palacio comenzó a construirse para servir de vivienda al Secretario de Estado, marqués de Grimaldi, que nunca llegó a habitarlo. Fue Detalle de la escalera. residencia del conde de Floridablanca y del Príncipe de la Paz, Manuel Godoy. Con la llegada de las tropas francesas a la capital fue ocupado, entre otros por el General Murat y al marcharse, las tropas francesas saquearon el palacio. La caída del conde de Floridablanca en 1792, supuso un nuevo cambio de propietario, Manuel Godoy, quién permutó con la Corona este palacio por sus casas junto a la iglesia de San Marcos, siendo nombrado Secretario de Estado ese mismo año. Poco tiempo después adquirió varias casas cercanas para ampliarlo encargando el proyecto y dirección de las obras a Juan Antonio Cuerbo y Jean Demosthène Dugourc, arquitecto francés entre 1802 y 1806. El conjunto se convirtió en residencia de Godoy y las oficinas auxiliares de su cargo; en él atesoraba sus grandes colecciones de arte – las Majas de Goya, y los tondos pintados también por Goya con las alegorías que se llevaron posteriormente al Museo del Prado y su famosa biblioteca. A la caída de Godoy se confiscó todo su patrimonio; en el inventario de los bienes confiscados se explica cómo era el palacio: en el piso bajo estaban las habitaciones de servicio, el Gabinete de Historia Natural, su Biblioteca, - que hoy forman parte de la Biblioteca Nacional y el Museo 13
Arqueológico -, el Archivo de Secretario del Estado y las habitaciones de verano de la condesa. El piso principal tenía 29 habitaciones, con el oratorio, el salón de las columnas y las habitaciones de Godoy, en la zona más cercana a la calle Bailén. Posteriormente, se instaló en el inmueble la Biblioteca Real. Más tarde fue Casa de los Ministerios, Ministerio de la Marina y Museo Naval. Al terminar la Guerra Civil, en el palacio se instaló el Museo del Pueblo Español. En 1931, se autorizó el derribo de una parte del palacio por la calle Bailén, reduciendo considerablemente sus dimensiones. En 1975 se instala en él el Instituto de Estudios Políticos -hoy Centro de Estudios Políticos y Constitucionales-, después de ser adaptado por Manuel Ambrós Escanellas.
PALACIO DE FONTALBA. Fiscalía General del Estado. C/ Fortuny, 4. El palacio del marqués de Fontalba, diseñado por el arquitecto José María Mendoza Ussía en 1911, es un ejemplo representativo de la vivienda para la nobleza burguesa de la restauración alfonsina, llevando su monumentalidad y ostentación al exterior, con el deseo de dignificar la ciudad, poniéndola a la altura de otras capitales europeas. El palacio tiene planta rectangular, de 985 m2 de superficie, y tres pisos: bajo, principal y segundo, más semisótano, organizados alrededor del majestuoso “Gran Hall” o patio cubierto, un imponente espacio que se puede incluir entre los más amplios de la arquitectura palaciega madrileña y que debía provocar, como de hecho sigue provocando, sorpresa y sobrecogimiento al visitante. El acceso al mismo se producía por el Paseo de la Castellana, por donde entraban los carruajes atravesando el jardín. En 1937 falleció don Francisco de Cubas y Erice, II marqués de Fontalba y I duque de Cubas, comprándolo a sus herederos siete años más tarde el Ministerio del Ejército para servir de sede del Consejo Supremo de Justicia Militar. Tras más de cuatro décadas, durante las cuales se respetaron sus valores primigenios, pasó a ocupar el palacio la Fiscalía General del Estado en 1991, habiendo sido nuevamente rehabilitado en 2006.
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JULIO PALACIO DEL MARQUES DE SALAMANCA. Fundación BBVA. Paseo de Recoletos, 10
Patio central.
El Palacio del Marqués de Salamanca, en la actualidad sede de la Fundación BBVA en Madrid, está localizado en el Paseo de Recoletos, 10, en el barrio de Salamanca. Fue uno de los más ricos y modernos del reinado de Isabel II. Obra emblemática de Narciso Pascual y Colomer, simbolizaba el poder y riqueza de su propietario, el político, banquero y financiero, José de Salamanca y Mayol. Salamanca había adquirido la casa y huerta del conde de Oñate en 1845, cuyo solar había pertenecido anteriormente al desamortizado convento de los agustinos recoletos. En 1846 empezaron las obras, estando condicionado su desarrollo por las vicisitudes políticas y económicas del propietario, de modo que el palacio no se inauguró hasta 1858. Colomer, arquitecto vinculado a la Corona y autor también del edificio del Congreso de los Diputados, concibió un edificio a la italiana, inspirado en temas boloñeses. El palacio contaba con un único cuerpo aislado, rodeado por jardines, complementados con dos fuentes, un invernadero, cocheras y pabellones auxiliares. El clasicismo italiano se detecta claramente en la fachada principal, dividida en dos alturas, mostrando la baja un orden toscano, recio y sobrio, mientras que para la planta principal Colomer prefirió utilizar el orden corintio más delicado. El paño central recibe un tratamiento especial. En lugar de pilastras en la parte baja se dispone la triple arquería de ingreso al vestíbulo, separada por columnas, mientras la parte alta cobija una loggia, con ventanas serlianas entre medias columnas. Entre sus arcos de medio punto aparecen clípeos con cabezas humanas, y de fondo una fina decoración en yeso con labor de candelieri, grutescos, roleos, bichas, grifos y cisnes.
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Siguiendo con la tradición del renacimiento italiano, la planta rectangular del edificio se organiza alrededor un gran patio central a modo de cortile, con piso bajo y planta principal o piano nobile. Su interior ha sufrido numerosos cambios y reformas desde 1876, momento en el que Salamanca se vio obligado a vender el palacio al Banco Hipotecario de España. El nuevo uso del edificio transformó su distribución, permaneciendo sólo en su imagen inicial, aunque algo alterados, el patio, la escalera de honor y algunos salones. La magnífica escalera imperial arranca con un solo tramo, desdoblándose en el primer y único rellano. Sus paramentos están decorados con pilastras cajeadas corintias, hornacinas para esculturas y roleos. El techo muestra cuatro escenas mitológicas, alternadas con decoración neopompeyana. La escalera enlaza con un distribuidor, donde continúa la ornamentación con pilastras corintias y entablamentos con ovas, flechas, animales alados, roleos, etc. Su techo se decora con una gran pintura de Mercurio y Argos, rodeada de las alegorías de las Cuatro Estaciones, separadas de nuevo por motivos neopompeyanos.
PALACIO DEL MARQUÉS DE VILLAFRANCA. Real Academia de Ingeniería. C/ Don Pedro, 10 El palacio se sitúa en San Andrés, uno de los barrios más antiguos de Madrid, y el preferido por la oligarquía madrileña. Los marqueses de Villafranca, junto con la casa del Infantado serán los principales impulsores de la urbanización de esta zona de Madrid. A partir de 1608, Pedro Álvarez de Toledo y Colonna, V marqués de Villafranca compra una serie de terrenos entre las calles Cruz de San Roque, Redondilla y Mancebos, para establecer sus casas principales. La última de estas parcelas fue comprada en 1653 por Elvira Ponce de León, en nombre de su hijo Fadrique Álvarez de Toledo, VII marqués de Villafranca. La asociación de la familia con esta zona de la villa fue tan intensa que a principios del siglo XVIII se cambia el nombre de la calle Cruz de San Roque por el de don Pedro, en recuerdo del V marqués de Villafranca.
Salón de baile.
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Entre 1717 y 1734 se produce la construcción del palacio, el arquitecto encargado de su diseño fue Francisco Ruiz, discípulo de Felipe Sánchez. El proceso de edificación no fue sencillo, y las obras se vieron interrumpidas en varias ocasiones probablemente por problemas económicos. El palacio ocupaba una superficie mayor que el edificio actual. Comprendía los números 8, 10, 12 y 14 de la calle de don Pedro, se prolongaba por Redondilla con sus cocheras, jardines y caballerizas, y continuaba por Mancebos, donde había una casa para el servicio independiente del edificio principal. Tras la muerte de Pedro Álvarez de Toledo y Palafox, XIII marqués de Villafranca, sus herederos hipotecaron el palacio y después lo vendieron en dos partes. En 1872 traspasaron la propiedad del cuerpo principal a Pablo Pérez Seone y Marín, II conde Velle. El extremo oeste del palacio, donde se situaban las cocheras, cuadras y jardín pasaron a manos de Juan Bautista Sofía y Mailly en 1876. Este sector fue utilizado como colegio de la congregación del Sagrado Corazón, hasta que en 1901 fue derribado para levantar un nuevo colegio. Una vez instalados en el palacio, los condes de Velle deciden reformar su interior para actualizar su imagen y adaptarlo a los nuevos gustos, cantando para ello con los servicios de Arturo Mélida. El arquitecto y decorador renovó prácticamente todo el interior siguiendo un estilo ecléctico. También construyo la galería-invernadero de hierro de la planta noble. En 1965, el palacio fue convertido en restaurante. Uso que mantuvo hasta 1989, fecha en la que fue adquirido por el Estado, y ocupado por la Agencia para el Aceite de Oliva. En 2005 fue cedido a la Real Academia de Ingeniería, para su sede, quien lo ocupa en la actualidad.
Área de Promoción y Difusión Febrero de 2016 Fotografías: Imagen: José Latova.
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