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Experiencia Grupo Bíblico “Por el camino de Emaús” Parroquia La Inmaculada. La Floresta. Medellín, Colombia .Lectio Divina, Palabra para la Liturgia Dominical. Año 2013
“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA 17 DE MARZO DE 2013 Invocación del Espíritu Santo por medio de un canto, una oración que ayuden a entrar en un ambiente de recogimiento y reflexión. Empezar hacer la Lectio Divina por el Evangelio ayuda a comprender mejor el pensamiento que nos ofrece la Palabra de Dios en los textos bíblicos de cada domínica. No es el único, pero orienta hacer la lectura orante de la palabra desde el mismo Jesucristo, Verbo Divino. (Cfr. Preludio Evangelio de San Juan). Es necesario tener bien presente los cuatro pasos, si se comprende el sentido y significado de cada texto, se puede encontrar el mensaje que quiere dar el Señor hoy con esta Palabra. Las preguntas ayudan a descubrir las experiencias humanas y su relación con la experiencia de fe.
1. Lectio: Lectura, ¿Qué dice la Palabra de Dios? Lectio o lectura: Escuchamos a Dios: Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en el mensaje que el texto bíblico contiene. Teniendo presente que este mensaje es palabra “viva y eficaz, más cortante que una espada de dos filos” que discierne “los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4,12) por eso, es el momento de la lectura atenta del texto bíblico. Pueden ayudarme preguntas como: ¿Qué dice este pasaje bíblico? ¿Quién habla? ¿Qué temas o argumentos trata? ¿Cuáles son los personajes allí implicados? ¿Cuál es el contexto: persecución, sufrimiento, alegría, esperanza, desprendimiento, felicidad…? ¿Cuáles son los sentimientos y actitudes de los actores? Leer de una vez, e ir descubriendo el tema central de la Palabra:
Primera lectura: Isaías 43,16-21 Salmo: 126(125),1-6 Segunda lectura: Filipenses 3,8-14 Evangelio: Juan 8,1-11 Contexto bíblico:
De madrugada, Jesús subió al Monte de los Olivos a orar. Todavía era de madrugada cuando se presentó otra vez al Templo y todo el pueblo acudía a Él como el Maestro que enseña con autoridad. Una primera escena bien diciente,
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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero
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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)
Jesús Maestro en el Templo, llega allí después de hacer oración en la madrugada (Cfr. Juan 8,1-2), mucha gente está ansiosa de sus enseñanzas, reconoce su autoridad como “Maestro”. La situación no es la más feliz, pues la gente considera un fracaso los otros maestros de la Ley pues perciben sus deseos de desautorizarlo, de hacerlo caer en una trampa jurídica, desacreditarlo y llevarlo al patíbulo. Así en una segunda escena le presentan la mujer adultera (Cfr. Lev 20, 10), que ellos sólo le aplican a la mujer y abordan a Jesús para que dé el veredicto (Cfr. Juan 8,3-5).
El texto: ¿Qué sabes de los personajes? ¿Cuántas escenas puedes destacar? ¿Cuáles son los verbos y acciones según las actitudes y expresiones de los escribas y fariseos? (Cfr. versículos 3-6) ¿Cuáles son los verbos de las actitudes de Jesús? ¿Cuál impacta más? ¿Por qué? ¿Cuáles son las expresiones de Jesús? ¿Cuál de las ellas quisiera escuchar de boca de Jesús para ti hoy? ¿Cuáles son las expresiones de la mujer? Escoger el versículo qué más te ayuda. De la primera lectura: resaltar las acciones de Yahveh. Detenerse en los versículos 19 y 21; qué relación con la forma de actuar de Jesús en el evangelio? ¿De la lectura de Filipenses 3,8-14: escoger el versículo de esta lectura qué más te ayuda en el encuentro con Jesucristo, al estilo de San Pablo1. San Juan 8,1-11 Jesús perdona a la adúltera. El Evangelio de San Juan presenta una escena conmovedora que centra la atención en la compasión y misericordia de Jesús frente a unos personajes bien característicos: los acusadores y la persona
Filipenses 3,8-14. San Pablo hace énfasis en su experiencia cristiana y el sentido y significado que tiene para su vida. Esta unión con Cristo la manifiesta con una exclamación iluminadora, de esas que salen como soplos de inspiración del Espíritu Santo: «conocer a 1
Cristo... tomar parte en sus sufrimientos; configurarme con su muerte con la esperanza de alcanzar la resurrección» (10s) Cristo alcanzó al Apóstol en el camino de Damasco, ahora le toca a él correr para alcanzar a Cristo (cfr. 1 Cor 9,24).
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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)
acusada de pecado, justamente una mujer sorprendida en adulterio. Hay una situación conflictiva presentada en tres escenas. Jesús sabiamente toma una actitud silenciosa y calmada. Varias razones tiene para ello: a) si se pronuncia en contra de la mujer, se acaba su perfil de misericordia y ante el pueblo sería un falso maestro y b) si no lo hace desaprueba la Ley y daría pie para acusarlo como falso maestro. Realiza entonces un gesto impresionante: “inclinándose se puso a escribir con el dedo en la tierra” (Cfr. v6b y el v 8). Este gesto lo hace dos veces2, con el cual siente seguridad y además le sirve para interrogar y poner en juicio a quienes están juzgando. Jesús no responde pero escribe en el polvo donde las sentencias son de inmediato barridas por el viento y lanza la expresión: “Aquel de vosotros que esté sin pecado, que arroje la primera piedra”. Jesús, el único libre de pecado, lo que hizo fue lanzar una mirada compasiva a la mujer, con la cual revelaba todo el amor de Dios por el pecador: “Nadie te ha condenado. Yo tampoco. Anda y en adelante no peques más” El paso del pecado al perdón ha sido dado. Eso es pascua. Atrás queda todo ese mundo oscuro del pecado y se abre un mundo nuevo, el del amor de Dios. Esto entraña una nueva actitud: No peques más. Esta es la tercera escena, la del perdón de Jesús. Es de destacar que tanto los acusadores, como la acusada experimentaron la misericordia de Dios, pues ante lo que escribía Jesús nadie se sintió con autoridad para sentenciar la mujer, y esta fue perdonada y “empujada” hacia la gracia de no pecar, impulsada por la compasión y misericordia de Jesús., quien la salvó de la pena de muerte. Los comentaristas bíblicos3 consideran esta narración se ubicaría muy bien después de Lc 21,37s. En su actual contexto literario rompe el discurso que el evangelista está realizando. El tema y el vocabulario son muchos más cercanos a Lucas que a Juan. No se encuentra en los manuscritos más antiguos, y en los que se encuentra, a veces está desplazada al final o marcada con asteriscos marginales. La Iglesia católica enseña que es una historia inspirada y que tiene el mismo valor que los demás textos del evangelio. La narración nos recuerda que todos tenemos el techo de cristal, por lo que no debemos tirar piedras al del vecino. Jesús llama a la compasión y al perdón de los pecados. Gesto simbólico que hace referencia a Jeremías 17, 13: “Los que se apartan de Ti, en la tierra serán escritos, por haber abandonado el manantial de aguas vivas, Yahveh” 3 De la Biblia de Nuestro Pueblo y la Biblia de Jerusalén 2
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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero
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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)
Contexto litúrgico: La vida cristiana es dinámica y busca sin cesar la meta final. El Señor nos sorprende cada día; así en el tiempo de la Cuaresma es de un ejercicio continuo para avanzar, de la mano del Señor Jesús, hacia la consumación última. Pero es necesario que el creyente tenga la sensibilidad para percibir los signos de los tiempos, pues a través de ellos Dios habla a su pueblo y revela sus designios; es el caso de la primera lectura. Dios prepara a su pueblo para su intervención definitiva en Cristo, de la cual nosotros somos los beneficiados. Así tenemos la experiencia de San Pablo (Segunda lectura), que había vivido una experiencia religiosa en su pueblo, rica y comprometida, en la cual tienen un papel determinante su relación con Cristo. Según el apóstol esta experiencia se logra felizmente cuando incorporados a él: meterse en su cuerpo, en su mente, en su corazón, se es uno con Cristo. San Pablo tiene claro que lo vivido no ha sido una ilusión sino momentos históricos de su vida, plenos de sentido que cambiaron definitivamente su rumbo. Con el drama del evangelio, Jesús nos invita que en esta cuaresma tengamos la experiencia de Cristo Salvador. Pues la Cuaresma es también un tiempo para escuchar la Palabra de Dios, vivir los sacramentos y cambiar de vida; para hacer un alto en el camino y encontrarnos con Jesús y tener la bienaventuranza de que nos diga:” Yo tampoco te condeno. Vete, no peques más”.
2. Meditatio: Meditación. ¿Qué me dice esta Palabra? Meditatio o la meditación: Dios habla para la vida: su mensaje nos interpela, nos ilumina nuestra vida y nos muestra el camino a seguir. La Palabra que encuentra en el texto bíblico penetra en el corazón. ¿Qué me dice el texto bíblico? Aquí el orante profundiza. Interioriza el sentido de las palabras, las escenas, los personajes, la expresión más impactante, busca la expresión más diciente, la que toca la vida de fe. Relacionando así la vida de fe con las experiencias de las situaciones, realidades y personajes del texto bíblico.
¿Acepto en mi vida el perdón gratuito de Jesús? ¿Cómo vivo mi experiencia de encuentro de mi miseria como pecadora(r) con la misericordia de Dios? ¿Cuándo he asumido actitud de juez ante los comportamientos de mis semejantes? Esta Palabra de hoy me invita a reconocer en mi propia vida los pasos de la pascua. Hay muchas cosas que necesitan quedar atrás ante el perdón gratuito 4
Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero
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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)
de Dios. Celebrar la Pascua es aceptar la invitación divina a dar un paso al amor de Dios y de los hermanos que nos libera de ese pasado oscuro. Sentir que puedo entrar en un mundo nuevo como el de aquella mujer; que habiendo encontrado en Cristo el amor de Dios, habilitada para entrar en ese mundo nuevo que le ofrece Cristo y ayudada con la expresión: “tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más”, puede levantar la cabeza. Estoy dispuesta(o) a tener la experiencia del amor de Dios, sentir la liberación que da el perdón.
3. Oratio: Oración. ¿Qué me hace decir esta Palabra? Oratio o el momento para la oración: incluye el momento en el cual se ora con el texto. Con la oración se responde a Dios, es un diálogo con Dios a su invitación a cambiar de actitud, de afianzar las actitudes evangélicas. Para orar lo mejor es responder a la pregunta ¿Qué me hace decir este texto. Se expresan los sentimientos, las decisiones, la confrontación hecha por la palabra de Dios que se encuentra en el texto bíblico para mi mente y mi corazón. La vida se ofrece a Dios: desde la vida iluminada por la Palabra, dialogamos con Dios y como persona o comunidad orante, celebramos nuestra fe, alabando, bendiciendo, glorificando, dando gracias, pidiendo… ¿Cómo responde mi corazón al Señor? Ponte en posición orante (por ejemplo: de rodillas, o con las manos abiertas hacia arriba sobre las rodillas…) lo imprescindible es sentir la presencia de Jesucristo.
Señor aquí estoy ante tu presencia, Señor ten piedad de mí que soy débil y pecador. ¡Gracias por tu amor manifiesto en tu Hijo Jesucristo! Gracias por la nueva oportunidad que me das para celebrar nuevamente la Pascua. ¡Señor gracias por el perdón que me das en tu Hijo Jesucristo! (dilo muchas veces) “Señor, tú cambias nuestro llanto en alegría” Señor aquí estoy para sentir el nuevo mundo que me das con tu amor (dilo muchas veces). Gracias por tu compasión y misericordia con el pecador, Señor soy un pecador (dilo muchas veces) Sana mi corazón ¡Señor mío y Dios mío! ¡Glorificado seas Señor! ¡Alabado seas Señor! Padrenuestro.
4. Contemplación: ¿Cómo me ayuda esta Palabra a encontrarme con Jesús? ¿Qué actitudes y vivencias cristianas? 5
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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)
Contemplatio o sea la contemplación: La Palabra se contempla para vivirla, es el momento del enamoramiento de la Palabra. Me permite llevar los ecos, las resonancias y las decisiones de la oración. Me ayudan preguntas como ¿Qué decisión me sugiere el texto? ¿Qué cambio necesito asumir? ¿Qué acciones sugiere? Es necesario formular las vivencias y actitudes que despiertan este encuentro con el Señor y que me impulsan a revisar mi vida de fe, mi encuentro con Jesucristo. Por ejemplo, ¿Cuáles actitudes voy a vivir durante la semana? Es dejarse permear por el pensamiento de Dios. Son las actitudes cristinas que suscitan este encuentro.
Me impacta y causa profunda admiración: Un Jesús lleno de amor, de misericordia que no condena mi condición pecadora sino que con su sabiduría me lleva a reconocer que Él me perdona y me levanta diciéndome “no peques más”. Un vete que no es más que el envio al mundo a testimoniar su misericordia y me impulsa hacerlo con mis responsabilidades personales. A mi misma (o) cuando puedo decir: Hoy Señor Jesús siento la alegría de tu perdón que me anima a esta experiencia feliz en los ambientes de mi casa, mi hogar, mi trabajo, por la calle… Con humildad quiero aceptar la gracia en mi vida del perdón gratuito que me das en Jesucristo. Señor dame un corazón compasivo ante mis hermanos, no permitas que me convierta en su juez. Tendré presente la conmovedora escena final: Ella escucha una palabra respetuosa y digna: Mujer, ¿nadie te condenó? Nadie, Señor. La fuerza divina de la actitud de Cristo la ha liberado: “tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más” Repetiré: Señor que como la mujer adúltera sea capaz de esperar silenciosamente tu veredicto y no busque excusas a mis pecados. Dame un corazón limpio y sano. La Lectura orante de la Sagrada Escritura es mi apoyo. ¿Y tú?
5. Escríbelo… te ayuda bastante.
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