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Subsidio para preparar la Misión Diocesana 2013 – Diócesis de Azul SUBSIDIO PARA PREPARAR LA MISION DIOCESANA 2013 INTRODUCCION: Nuestra Misión Diocesana es una oportunidad para profundizar en el espíritu que se nos propone a nivel mundial (Año de la Fe) y continental (Misión Continental) Con respecto la Misión Continental surgen algunas preguntas e inquietudes. Algunas de ellas están respondidas en “La Misión Continental para una Iglesia Misionera” y convendría volverlo a leer. Otras preguntas denotan la preocupación por el riesgo de seguir realizando acciones misioneras tradicionales, que surtieron efecto en su momento, pero que no están imbuidas del espíritu y de los objetivos de Aparecida y no responden a las nuevas realidades de nuestro tiempo. Aparecida nos urge a una decidida conversión pastoral y a una renovación misionera de nuestras comunidades. Como se comprende, la Misión Continental no es un ejercicio misionero aislado, sino una opción misionera que pretende renovar la comunidad eclesial en su conjunto, para que todos los bautizados, convertidos en discípulos misioneros sean capaces de dar testimonio de la Buena Noticia en nuestro mundo hoy... En Aparecida se nos llama a tomar conciencia, de todos los bautizados, de ser Discípulos Misioneros de Jesús, ayudar a que todos en la Iglesia seamos fieles servidores de la Vida, por amor al Señor que es la VIDA, dirigiendo los esfuerzos misioneros a los más alejados de la vida parroquial y comunitaria. Un encuentro personal y comunitario con Jesucristo Esta actitud misionera sólo puede proceder de la hondura de un encuentro personal y comunitario con Jesucristo que nos constituya a cada uno de nosotros en auténticos discípulos y discípulas misioneros del Señor; para ello queremos seguir y aplicar el método de Jesús: preguntar, escuchar y ofrecer una experiencia de encuentro con Él que llena de gozo y de sentido nuestras vidas. Hay conciencia de que a veces no llegamos a la gente con nuestra pedagogía y nuestras propuestas pues respondemos a lo que creemos que son sus búsquedas sin haberles preguntado. Se hace más urgente preguntar ¿qué buscas? - ¿qué buscan? en una sociedad fragmentada… con búsquedas diversas y parceladas; se trata de tener una pastoral acogedora de las personas y sus búsquedas actuales, tanto en nuestra actitud discipular misionera, como en la organización de servicios de escucha y acogida en nuestras comunidades. Una forma de acogida es tener espacios cálidos y acogedores, tanto para recibir a las personas como para realizar nuestros encuentros. No a la burocracia. No al desinterés. No a la frialdad. Sí a la calidez, a la cercanía y a la ternura. Es necesario un cambio, una conversión. Como Discípulos Misioneros al servicio de la Vida, si nos preguntamos qué es lo que hace falta en este mundo, viendo la realidad donde la vida humana está amenazada nos damos cuenta que es necesario un cambio, donde la dignidad humana es atropellada, donde se pierde de vista la verdad en procura de satisfacer la opinión y el parecer de cada uno... Es necesaria la conversión que debe comenzar con uno mismo, con la comunidad para poder brindar un aporte a la transformación eclesial y social, pues el Evangelio da Vida a las personas, a las comunidades, a las culturas. Por lo tanto, la Misión Continental se propone ofrecer nuestro servicio evangelizador a la sociedad, iluminando las culturas vigentes y haciendo a los discípulos y discípulas del Señor protagonistas activos y no meros espectadores de los cambios culturales. Una iluminación desde la fe viva de nuestro pueblo:
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“…el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31).” (Benedicto XVI, Porta Fidei 6) Un solo Señor… una sola fe… Unidos por su amor La Misión Continental tiene una dimensión ecuménica ya que no pretende hacer prosélitos pues el Evangelio crece por desborde de alegría, por contagio espiritual y nunca por proselitismo. Por lo tanto no se trata de competir con hermanos de otras confesiones cristianas, y más aun, donde sea posible, se podría asumir algunas acciones solidarias en conjunto o un momento de oración. Somos Discípulos Misioneros de Jesucristo, quien ama a todos por igual.
“El compromiso misionero de los creyentes saca fuerza y vigor del descubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar. La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazón y la mente de los que escuchan para acoger la invitación del Señor a aceptar su Palabra para ser sus discípulos. Como afirma san Agustín, los creyentes «se fortalecen creyendo»” (B XVI, Porta Fidei, n7) La Misión Diocesana Llamados a una nueva Misión Diocesana, proponemos desde el Equipo Diocesano de Pastoral Misionera algunos puntos que pueden ayudarnos a asumir la misma con la perspectiva que nos da el documento de Aparecida y el Año de la Fe. La Misión apunta a anunciar a Cristo que sale al encuentro de cada uno, Cristo que ha caminado en este mundo en nuestra historia, obrando a su paso los signos del Reino, dejando testigos para que comuniquen lo que Dios ha hecho en ellos, más allá de su muerte y resurrección, trascendiendo las barreras de lugares y tiempo. Se trata, entonces, de motivar y animar a vivir la fe no solamente como una creencia o un sentimiento, sino como fruto de un encuentro, el encuentro misionero y el encuentro con Cristo en el Presente, personalmente y en comunidad, de manera de redescubrir a Dios Vivo y Cercano que nos ama y camina entre nosotros. Jesús llamó a los que quiso para que estuvieran con él... tomaremos la metodología de la "Escuela con Jesús" usado en la Infancia y Adolescencia Misionera. Los cuatro encuentros básicos de la misma: Catequesis, Espiritualidad, Misión, Comunión, serán distribuidos en cuatro momentos. 1. El primero, Catequesis, encuentro con Jesús y su Kerigma, que es el elemento que está latente en todo momento de la misión. La Buena Noticia de la Liberación de Jesús, de su Salvación que no es de cualquier situación sino de la miseria provocada por el pecado. 2. El segundo, Espiritualidad, invocar con María al Espíritu Santo para que sea Cristo quien se encuentre con cada misionado. (Antes de la oración aquí se puede tratar los lugares a visitar y una organización previa para realizar las visitas) 3. El tercero, la misión propiamente dicha, las visitas por los barrios teniendo presente los más alejados de la comunidad parroquial. 4. El cuarto, momento de comunión para compartir lo vivido y celebrar a Cristo, Misionero del Padre Dios. Momento que se puede tomar como evaluativo.
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1.- CATEQUESIS MISIONERA OBJETIVO: Profundizar en el motivo y razón de nuestra fe, el Kerygma.. ORACION INICIAL Padre de misericordia que nos llamas a anunciar a Jesucristo vivo ilumínanos en nuestro caminar misionero para que vivamos la Fe unidos al amor de Cristo y María, dándonos a los hermanos más necesitados. Jesucristo, enviado del Padre, continúa tu misión por medio de nosotros, acompañándonos por los caminos de nuestro tiempo para que anunciemos el Evangelio. Espíritu Santo escribe en nuestro corazón el mandato misionero que nos impulse desde nuestra tierra argentina a todos los pueblos. María Santísima, Nuestra Señora del Rosario, que tu maternidad nos ayude a caminar hermanados con el gozo y el compromiso de la esperanza. Amén. EXPERIENCIA DE VIDA Cada uno de nosotros se ha iniciado en la vida de fe en algún momento ¿lo recordamos? Podemos hacer una técnica presentando la importancia que tuvo ese momento en que decidimos decirle sí a Dios, a su propuesta. Simplemente podemos dividir en grupos a la gente y pedirle que hablen sobre qué es la vivencia que dio origen a su compromiso en la comunidad. ¿Por quién aprendí quien es Jesús? ¿Qué es lo primero que me ayudó a confiar en Dios? ILUMINACION: El Kerigma: Se denomina Kerigma la verdad que en los primeros siglos de la Iglesia, ocupó el lugar central de la predicación. Es el primer anuncio de la fe, que ha suscitado la fe en quien lo recibe, por lo tanto no es un mero conocimiento sino que es percibir la propuesta directa de Dios a creer y confiar en él, a través del evangelizador. Para conocer cuáles son los elementos del kerygma actual, vamos a buscar en la Palabra de Dios, algunos elementos que pueden ayudar al hombre de hoy a hacerse una idea acabada del mismo.
«Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante,
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pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!". Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de ustedes".» (Lucas 10, 1-9) ¿Adónde deben ir los discípulos? deben hacer?
¿Qué es lo que deben transmitir los discípulos?
¿Qué
es
lo
que
El anuncio se realiza en la vida misma de la gente; Se refiere a la persona de Jesús que viene a su encuentro; La Paz y la curación de los enfermos son los signos de la Salvación que viene de Dios; El Kerigma es un acto, una intervención viva y actual de Dios presente por la palabra del mensajero que no se guarda nada de lo que le han dicho, (Hch 24,12) y cuya palabra es mediadora de la oferta de salvación presente en ese acontecimiento. Es algo nuevo en su contenido: no una nueva doctrina, ni una nueva visión de Dios, ni un nuevo culto. Lo decisivo del kerigma es la acción, la proclamación. Por la proclamación del hecho viene actualmente el Reino de Dios, se hace real el evangelio. Cristo se hace presente, la Palabra de Dios se pronuncia y actúa. El Kerigma es la Salvación que Cristo encomendó predicar a la Iglesia en todo el mundo hasta el fin de los tiempos, no es algo creado por el misionero, es dejar que Cristo actúe a través del mismo para despertar la fe en Dios y así el que crea se salve y tenga Vida Eterna. No se trata de liberar al hombre del esfuerzo y el sufrimiento causado por desarrollar lo mejor de sí mismo, lo cual es un signo de que Dios ya está actuando en él, sino que se trata de aceptar la gracia de liberarse del odio, egoísmo y maldad, que impiden ser salvados. “Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo.” (Porta fidei 7)
ORACION FINAL Meditemos en oración cómo San Pablo expresó el Kerigma en su 1ª Carta a los Corintios:
«Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce.». (1 Cor. 15, 1-5)
COMPROMISOS Personal: Profundizar sobre el Primer Anuncio de manera de tenerlo presente siempre en el desarrollo de mi vida de fe. En el propio Ambiente: Durante la semana buscaré la oportunidad para conversar con alguna persona sobre la realidad de la acción salvadora de Dios en el presente. Invitaré algunos más a participar de la Misión. Más allá de las Fronteras: Rezaré por las personas del mundo entero que no han recibido el kerygma, para que Dios encuentre los caminos necesarios para hacer llegar su Mensaje de salvación a sus corazones.
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ANEXO 1: EVANGELIZACION, KERIGMA Y EL DOCUMENTO DE “APARECIDA” Por Pbro. Han Lim Moon (del Arzobispado de Bs As) Al leer el vasto documento de Aparecida, uno se pregunta: “¿hay algún punto clave fundamental para poner en práctica todo el documento?” sobre esta pregunta el mismo documento nos ofrece la siguiente respuesta en el número 278: “En el proceso de formación de discípulos misioneros, destacamos cinco aspectos fundamentales, que aparecen de diversa manera en cada etapa del camino, pero que se compenetran íntimamente y se alimentan entre sí: a) el encuentro con Jesucristo. …el encuentro con Cristo que da origen a la iniciación cristiana. Este encuentro debe renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del kerygma y la acción misionera de la comunidad. El kerygma no sólo es una etapa, sino el hilo conductor de un proceso que culmina en la madurez del discípulo de Jesucristo. Sin el kerygma, los demás aspectos de este proceso están condenados a la esterilidad, sin corazones verdaderamente convertidos al Señor. Sólo desde el kerygma se da la posibilidad de una iniciación cristiana verdadera. Por eso, la Iglesia ha de tenerlo presente en todas sus acciones.” Para poder apreciar mejor el rico y condensado contenido del párrafo citado, vamos a desmenuzarlo frase por frase: “el encuentro con Cristo que da origen a la iniciación cristiana” El mismo documento en 6.1.1 número 243 habla sobre este “encuentro con Jesucristo”: “…al que llamamos discípulo: ‘no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. Esto es justamente lo que, con presentaciones diferentes, nos han conservado todos los evangelios como el inicio del cristianismo: un encuentro de fe con la persona de Jesús (cf Jn. 1,35-‐39)’ Es decir, este encuentro con Cristo no es conocer quién fue, ni sus doctrinas sino un encuentro personal con la Persona de Jesús. En el primer encuentro de los discípulos de Juan Bautista con Jesús, ellos recibieron su invitación personal “vengan y verán” (Jn 1, 39) y después de haber estado con Él casi todo el día, pudieron atestiguar diciendo: “hemos encontrado al Mesías” (Jn 1,41). Podemos observar este encuentro personal en el mismo Evangelio de Juan en el caso de la Samaritana (cap. 4), del ciego de nacimiento (cap. 9). En realidad, los cuatro evangelios se refieren al encuentro con el Evangelio vivo, Jesús. Según expresión del Papa Juan Pablo II, se trata de un “encuentro personal, vivo con ojos abiertos y corazón palpitante” Y después de este feliz encuentro con Jesucristo, el dichoso transmite necesariamente a otros el Evangelio vivo. Por eso, San Pablo dice: “si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí, si no predicara el Evangelio!” (1 Cor 9,16). La Iglesia conoce desde siempre la importancia de este encuentro personal con Jesucristo vivo, sin embargo, a la hora de la “nueva evangelización” que intentamos hacer, es fundamental asegurar este encuentro para la iniciación de la vida de un cristiano verdadero. “Este encuentro debe renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del kerygma y la acción misionera de la comunidad.” Ahora bien, para poder renovar el encuentro personal con Jesucristo, se necesita el constante testimonio personal del discípulo misionero, la acción misionera de la comunidad unida como signo de credibilidad[1] y un anuncio de la comunidad de fe[2]. En el centro de estos dos elementos, como núcleo, se ubica el anuncio del kerygma. Este esquema de las obras que dan testimonio de lo que se anuncia refleja el mismo procedimiento de Jesús.[3] Los dos elementos se complementan para el anuncio eficaz. Las obras testimoniales preparan y disponen los corazones para recibir el anuncio en terreno fértil y a su vez, confirman el contenido de la Buena Noticia. Es decir, ven para escuchar mejor el anuncio del Evangelio y verifican, confirman con sus ojos lo que escuchan. El núcleo está en el anuncio de la Buena Nueva para su buena recepción. “El kerygma no sólo es una etapa, sino que es el hilo conductor de un proceso que culmina en la madurez del discípulo de Jesucristo… la Iglesia ha de tenerlo presente en todas sus acciones.” El mismo documento explica suficientemente este punto, en el número 279: “la misión principal de la formación es ayudar a los miembros de la Iglesia a encontrarse siempre con Cristo, y, así reconocer, acoger, interiorizar y desarrollar la experiencia de los valores que constituyen la propia identidad y misión cristiana en el mundo. Por eso, la formación obedece a un proceso integral, es decir, que comprende variadas dimensiones, todas armonizadas entre sí en unidad vital. En la base de estas dimensiones, está la fuerza del anuncio kerygmático. El poder del Espíritu y de la Palabra contagia a las personas y las lleva a escuchar a Jesucristo, a creer en
Subsidio para preparar la Misión Diocesana 2013 – Diócesis de Azul Él como su Salvador, a reconocerlo como quien da pleno significado a su vida y seguir sus pasos. El anuncio se fundamenta en el hecho de la presencia de Cristo Resucitado hoy en la Iglesia, y es el factor imprescindible del proceso de formación de discípulos y misioneros….” De todo esto, podemos concluir que el anuncio del kerygma es un elemento indispensable para el encuentro con Cristo como iniciación de la verdadera vida cristiana y también para su proceso de madurez a lo largo de toda la vida. El documento explica detalladamente los lugares del encuentro con Jesucristo en 6.1. Lo más importante es prestar siempre atención para no distraerse por las preocupaciones de este mundo en los momentos y en los lugares del encuentro amoroso con Él, y aprovecharlo al máximo. Si uno tiene este encuentro fecundo a diario, necesariamente le llega la paz, el gozo y un gran cambio favorable. Dicho al revés, sería: si no se dan estos frutos en nuestras vidas, cabe preguntarse si, de verdad, tiene lugar este encuentro personal con el Señor. “Sin el kerygma, los demás aspectos de este proceso están condenados a la esterilidad, sin corazones verdaderamente convertidos al Señor. Sólo desde el kerygma se da la posibilidad de una iniciación cristiana verdadera.” ¿Por qué tiene, entonces, una importancia tan medular este anuncio kerygmático en el encuentro con Jesucristo? Porque un encuentro entre Jesucristo y el hombre supone un acercamiento de ambas partes. De parte de Dios, en primer lugar, porque la iniciativa surge de Él y también por la imposibilidad de parte del hombre de llegar a la intimidad con Dios. Dios se acerca al hombre declarándole su Amor con obras y Palabras, especialmente mediante la encarnación de su Hijo Jesús. Esto es, en resumen, el anuncio del Kerygma. Y este Amor de Dios es lo que da fecundidad a todas las áreas del hombre a lo largo de todo su proceso de madurez y convierte de verdad el corazón y la mente del hombre. Ahora bien, debe haber una respuesta positiva de parte del hombre para que se dé este encuentro: la fe, la adhesión a la Persona de Jesucristo, el Salvador del hombre. Justamente esta fe es suscitada por el anuncio kerygmático, la declaración del Amor de Dios al hombre. Esta fe es anterior a la buena conducta del hombre que es consecuencia de su conversión. Sostenemos que la salvación es la gracia concedida por haber creído en el Salvador y no por haber merecido por nuestras buenas acciones, aunque estas son requeridas para confirmar la coherencia de nuestra fe y plenificarla. Jesús mismo fue el anunciador de este kerygma y de su contenido. Luego de su ascensión, la Iglesia lo proclama con la fuerza del Espíritu Santo como miembro suyo. En la actualidad, el anuncio kerygmático de parte de la Iglesia, acompañado de obras de credibilidad en la medida de lo posible, y la fe del hombre como adhesión a Jesucristo, son los dos elementos esenciales para el encuentro personal con Jesucristo que renueva siempre a todo hombre. Dice San Pablo en Rm 10,14-‐15. 17: “Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo hablar de él, si nadie lo predica? ¿Y quienes predicarán, si no se los envía?... La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo.” Concluimos que entre los tres elementos: el anuncio kerygmático, la fe y las obras, la prioridad absoluta la tiene el anuncio kerygmático por ser la declaración de Amor de Dios, y también tiene como consecuencia, el encuentro personal con Jesucristo. Entonces, ¿Qué es el kerygma? y ¿cuál es su contenido, sus características? ¿cómo hay que transmitirlo? Kerygma es proviene del verbo griego kerysso (proclamar) y que significa el contenido de la proclamación. En los evangelios se refiere a la Buena Noticia de nuestra salvación. Sobre este kerygma San Pablo transmite en 1 Cor 15,1-‐ 5 su núcleo: “hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié, de lo contrario, habrán creído en vano. Les h e transmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce.” Desarrollando un poco más, el contenido de esta Buena Noticia se refiere a la Persona viva de Jesús, como la expresión del amor de Dios Padre para con nosotros y sus obras para nuestra salvación. Es decir, Dios amó tanto a los hombres que envió a su único Hijo al mundo, quien también amó a los hombres hasta el extremo, y murió en nuestro lugar como precio de nuestra redención expiando nuestros pecados. Sin embargo, Dios Padre lo resucitó, el resucitado se apareció a los suyos, y después de la ascensión Dios Padre lo hizo sentar a su derecha. Desde entonces, nos hizo también participar en la resurrección de su Hijo derramando su Espíritu Santo.
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Subsidio para preparar la Misión Diocesana 2013 – Diócesis de Azul Ahora, si nosotros creemos en su Amor, y lo confesamos con nuestra boca, seremos salvados (cf Rm 10,9-‐10). También, por la fuerza del Espíritu Santo podemos confesar a Jesucristo como “Señor” y a Dios “Abba”, Padre (cf Rm 8,15-‐16). Y comienza una nueva vida de hijos de Dios en nosotros aprendiendo de Cristo, nuestro Señor, Maestro, Hermano mayor, y así, proclamando el Evangelio, dando testimonio de Él con nuestras obras. Esta es nuestra conversión. Ahora veamos las características de la proclamación del Kerygma. La proclamación es el anuncio de la Buena y alegre Noticia “desde la azotea” (Lc 12,3) como lo hizo Jesús: “El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús, poniéndose de pie, exclamó:…” (Jn 7,37). Así, también comienza el Evangelio de Marcos con la proclamación de Jesús. Por lo tanto su modo de comunicación es muy diferente de un simple diálogo, debate, catequesis, conferencia de la Biblia o de teología. Por eso en cuanto se refiere al modo es la proclamación en forma personal a cada oyente, y al contenido es el Amor de Dios y de Jesucristo. Expresado de parte de Jesús de manera casera sería: “entregué mi vida por amor a ti, después del triunfo sobre la muerte, sigo amándote por siempre jamás”. Es la declaración de un amor incondicional hacia cada uno, de esta manera para todos. Esta experiencia es accesible por todos por ser algo fundamental y muy simple en nuestra vida cotidiana, tanto para recibirla como para transmitirla. Ahora, para el oyente de la proclamación del Evangelio puede haber dos posibilidades de reacción. La primera es aceptar este amor incondicional, que es Jesucristo. La segunda es rechazarlo de modo directo o indirecto. Como mencionamos recién, aquí no se trata de un contenido intelectual difícil, sin embargo, no siempre es fácil aceptar a la Persona de Jesucristo con ese amor incondicional. Porque, por un lado, no es fácilmente creíble para alguien que vive en un mundo donde se ve cada vez menos un amor tan incondicional y perenne; por otro lado, otra causa importante sería la autosuficiencia, proveniente del pecado original. Por esta razón, para la aceptación de Jesucristo como Evangelio en la vida es casi indispensable la preparación del corazón de los oyentes mediante la Palabra de Dios. De hecho, el mismo Jesús preparaba los corazones de los dialogantes pedagógicamente antes de la revelación de su Persona[4]. Necesitamos mencionar algo acerca de quien proclama el Evangelio: A partir de la ascensión de Jesús, la Iglesia transmite el Evangelio por medio de Evangelio escrito por los apóstoles y evangelistas. En realidad, esta transmisión se efectiviza como tal cuando el evangelio escrito es proclamado por medio de los anunciadores. Por esta razón, ellos deben ser los profetas, es decir, sus fieles voceros que prestan a Dios, el cuerpo, el alma, el corazón, la boca y creer de verdad la Palabra de Hb 4,12: “La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones de corazón.” A decir verdad, Dios puede realizar su obra por medio de cualquier tipo de anunciadores (cf Flp 1,10-‐18), sin embargo, prefiere un anunciador que haya experimentado su amor y que esté revestido por la fuerza del Espíritu Santo. Porque de esta manera, se transmite mejor el Evangelio y ayuda a sus oyentes con su propia experiencia, los anima con su ejemplo. Ahora veamos los temas que concretan el contenido del kerygma. Los temas del primer bloque y del segundo bloque giran en torno a la renovación de la gracia del bautismo y de la confirmación respectivamente. Los temas de cada bloque se dividen a su vez, por su modo de presentación, primero los de anuncio, luego, los de invitación para la aceptación del mismo. Este orden se explica porque se necesita primero el anuncio o la proclamación de la Buena Noticia para que se suscite la fe en Jesucristo por la cual nos adherimos personalmente a nuestro Salvador. El tercer bloque se refiere a los medios de crecimiento espiritual como discípulos misioneros y nueva creatura, y a la exhortación para permanecer y perseverar en Jesucristo. Está orientado a la renovación de la gracia de la eucaristía. Por el esquema siguiente podemos comprender toda la estructura con más claridad. Para el desarrollo de cada tema hay que tomar en cuenta lo siguiente: -‐Verdad central anunciada, sencilla y directa. -‐Textos bíblicos proclamados con unción del Espíritu Santo (aquí no se trata de leer en voz alta la Palabra de Dios sino de su proclamación prestándole a Dios el corazón y la voz para que Él hable) -‐Explicación simple de la verdad central, de forma testimonial. -‐Imágenes, comparaciones, ejemplos. -‐respuesta y vivencia esperada: explicada y preparada.
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Subsidio para preparar la Misión Diocesana 2013 – Diócesis de Azul Este tipo de proclamación del Kerygma, gracias a Dios, pueden hacerlo muchos laicos sin la necesidad una preparación teológica especial. Lo más importante es transmitir a los demás el mensaje del Amor de Dios con la llama del fuego del Espíritu Santo, para lo cual el anunciador debería estar encendido del mismo. Con respecto a la relación de la promoción humana y el anuncio kerygmático, podemos decir lo mismo. Es decir, este anuncio es condición indispensable y fundamental para una promoción auténticamente humana. Porque si es verdad que no hay auténtica promoción humana sin la verdadera relación filial con Dios, es entonces, prioritario y fundamental el anuncio kerygmático que da a paso al encuentro con Dios Padre. Porque aunque uno se beneficie de toda la cultura tecnológica y material, no tiene garantía de llegar a la plenitud de su vocación y felicidad si no es con Dios en el centro de su vida. Por eso el anuncio kerygmático como elemento necesario para el encuentro con Él es prioridad absoluta para todos, los ricos, los pobres, enfermos y sanos sin dejar de lado todas otras promociones humanas necesarias. Al contrario, cuando uno toma conciencia y experimenta su verdadera dignidad de hijo de Dios, por sí solo comienza la búsqueda de su vida digna de acuerdo con su identidad. Y el anunciador del Evangelio lo acompañará brindándole la ayuda posible para ello. Estoy trabajando desde hace 8 años sobre el tema del anuncio kerygmático como base para construir las pequeñas comunidades formando la Parroquia como comunidad de las comunidades. Observando atentamente la vida de las comunidades de la primera época de la Iglesia descrita en el capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles, puedo decir que es posible reproducirla con bastante semejanza en estas pequeñas comunidades y en la gran comunidad parroquial aún hoy en día, en esta sociedad compleja. A manera de testimonio, muchas pequeñas comunidades que surgieron hace 8 años siguen reuniéndose 2 horas semanalmente en la actualidad. Inclusive, en la época de las vacaciones, los que quedan continúan con sus encuentros semanales. Es decir, ellos mismos experimentan la necesidad de reunirse unos con otros como hermanos de una familia en la fe. Se exhortan mutuamente y tratan de perseverar en ella compartiendo al Señor, como así también lo que son y lo que tienen en las buenas y en las pruebas. Es verdad, no siempre es fácil lograr que todos los miembros tengan algunas familias a su cargo como ángel de la guarda visitándolas mensualmente como modo de misión permanente. De todas formas, se muestran fervientes en este tema también. Porque en la medida en que han recibido a Jesucristo vivo en su vida y lo viven, también lo transmiten. Soy testigo del crecimiento de cada uno de los miembros que perseveran en ella y ellos mismos y sus familiares y amigos dan el mismo testimonio. La finalidad de este escrito es ofrecer al lector una punta de ovillo para poner en práctica todo el documento de “Aparecida” que describe el anuncio kerygmático como iniciación e hilo conductor de la vida auténticamente cristiana. Sobre el proceso de cómo continuar después del encuentro personal vivo, de ojos abiertos y corazón palpitante con Jesucristo, el documento de “Aparecida” presenta la vida en pequeñas comunidades (6.4.3: nn. 307-‐310 también n. 278.d), la catequesis (n.278.c), la vida misionera (n. 278 e). Por último, oro al Padre y a la Virgen por todos los discípulos misioneros que transmiten con alegría a Jesucristo a nuestros hermanos para la Nueva Evangelización y agrego un ejemplar del tríptico de Kerygma publicado por las “Parroquias Evangelizadoras” de Buenos Aires que será muy útil a la hora del anuncio de esta Buena Noticia: “Jesús me amó y se entregó por mí” (Gál 2,20) y lo llevo vivo en mí. [1] Jn 17,21 [2] Jn 20, 24 [3] Lc 5,15 y Lc 6,18 [4] El diálogo con la samaritana (Jn cap. 4) y la curación de un ciego de nacimiento (Jn cap. 9)
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2.- ESPIRITUALIDAD MISIONERA Objetivo: Vivir la oración como medio que fortalece la amistad y comunión con Dios. Realidad: Se podrán usar distintas técnicas para presentar este punto: Láminas, videos, testimonios. Esta parte es expositiva de manera de motivar y fundamentar a la oración, no solo para este momento, sino para la vida del cristiano, Discípulo Misionero. UNA VISIÓN SOBRE LA REALIDAD QUE NOS CIRCUNDA Lo bueno: la naturaleza y todo lo que el hombre construye para EL bien Lo malo: la contaminación y todo lo que el hombre construye para el mal. UNA VISION DESDE LA FE, DESDE DIOS QUE NOS LLAMA A LA CONVERSION Y NOS AYUDA CON SU GRACIA A HACER NUESTRA LA BUENA NOTICIA, EL KERIGMA, Y DESARROLLARLO EN LO QUE CREEMOS, LO QUE RECIBIMOS, LO QUE CUMPLIMOS Y LO QUE REZAMOS. Lo que podemos cambiar comenzando por desearlo nosotros mismos, es una misión en la que necesitamos la ayuda mutua y la de Dios a través de la oración. «Para mí la oración es un impulso del corazón, una mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría». Santa Teresa del Niño Jesús
Iluminación: Jesús dijo a sus discípulos: «…pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan» (Lc 11, 10-13) Actividad y oración: “La oración personal y comunitaria es el lugar donde el discípulo, alimentado por la Palabra y la Eucaristía, cultiva una relación de profunda amistad con Jesucristo y procura asumir la voluntad del Padre.” (DA 255) Cada cristiano está llamado a anunciar y a participar en la misión de Cristo y que Cristo nos encomienda como miembros de su Iglesia. Que por la oración nos preparemos a la misión, que abarca todo lo que el hombre puede transformar para bien aunque parezca imposible o muy difícil.
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Por medio del gráfico de la oración de los cinco dedos, anexo, reflexionamos sobre las personas, que pensamos, serán alcanzadas por la misión de alguna manera. Podremos terminar rezando el Rosario y en cada misterio pedir por quienes hemos pensado a quién irá dirigida nuestra misión, rezando desde ya, por nosotros mismos también.
COMPROMISOS Personal: Trataré de revisar y mejorar mi manera de hacer oración. En el propio Ambiente: Buscaré una realidad cercana a mí para hacer oración por otras personas (Familia, autoridades, enfermos, profesionales…). Más allá de las Fronteras: Haré oración y pediré a otros que recen por los cristianos que sufren persecución por su fe.
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Subsidio para preparar la Misión Diocesana 2013 – Diócesis de Azul ANEXO 2: En este encuentro se puede dedicar un momento para organizar la visita misionera. ALGUNOS PUNTOS A TENER EN CUENTA: Destinatarios de la Misión: Todos los cristianos son a la vez destinatarios y sujetos de la misión. Es necesario tener en cuenta que el discípulo se forma para la misión y, a la vez, la misión forma al discípulo. Por eso, al realizar la acción misionera, al mismo tiempo que los discípulos se renuevan en la vida de Jesucristo, se preparan también para llevar la Buena Noticia... Dirigida al territorio parroquial: Familias, capillas, organizaciones comunitarias civiles: juntas de vecinos, clubes deportivos, ONG. Es necesario tener en cuenta a los alejados, indiferentes y no creyentes. Signos y gestos comunes: Deberemos recordar que esta misión se realiza como gesto diocesano en el año de la fe, por lo tanto se trata de motivar y animar a vivir la fe no solamente como una creencia o un sentimiento, sino como fruto de un encuentro, el encuentro misionero y el encuentro con Cristo, personalmente y en comunidad, de manera de redescubrir a Dios cercano que nos ama y camina entre nosotros. v Envío en la Jornada Diocesana de Pastoral v Folletos y estampas. v Modelo de oración para las visitas. v Canción o himno de la misión. v Celebraciones litúrgicas con sentido misionero. Ø Patronales Ø Sacramentos. Primera Comunión, Confirmación, Unción de los Enfermos –se puede pedir material de la UEAM – (Unión de enfermos y ancianos misionero), otras… Ø Fechas de celebraciones civiles a tener en cuenta, por ejemplo día del estudiante… Ø Otras… v Usos de los MCS Ø Propagandas, notas, avisos… v Testimonios.
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3.- SERVICIO MISIONERO Objetivo: Visita Misionera. Materiales. Plano de la zona de misión. Imágenes de la Virgen. Folletos y estampas para distribuir en la visita misionera.
Oración: Padre de misericordia que nos llamas a anunciar a Jesucristo vivo ilumínanos en nuestro caminar misionero para que vivamos la Fe unidos al amor de Cristo y María, dándonos a los hermanos más necesitados. Jesucristo, enviado del Padre, continúa tu misión por medio de nosotros, acompañándonos por los caminos de nuestro tiempo para que anunciemos el Evangelio. Espíritu Santo escribe en nuestro corazón el mandato misionero que nos impulse desde nuestra tierra argentina a todos los pueblos. María Santísima, Nuestra Señora del Rosario, que tu maternidad nos ayude a caminar hermanados con el gozo y el compromiso de la esperanza. Amén.
Iluminación: «…donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.» (Mt 18, 20) Experiencia de vida: Salida y visita misionera según lo planificado y preparado anteriormente. COMPROMISOS Personal: Estaré disponible a cualquier servicio en el desarrollo de la misión. En el propio Ambiente: Pediré en una oración, antes de cada visita, junto a mis compañeros de misión, la gracia del Espíritu Santo. Más allá de las Fronteras: En la celebración de la Eucaristía pondré mi trabajo misionero junto al de mis hermanos que misionan en otro continente como signo de comunión.
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ANEXO 3:
MODELO DE ORACIÓN PARA LAS VISITAS A HOGARES MISIONERO: (haciendo la señal de la cruz) Nos ponemos en la presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. TODOS: Amén. MISIONERO: Que nuestro Señor Jesucristo, nos conceda por su Espíritu, la Gracia de recibir y compartir su Paz en esta casa. TODOS: Amén. MISIONERO: (Dispone a los presentes para la celebración con estas palabras u otras semejantes) Queridos hermanos, dirijamos nuestra ferviente oración a Cristo, que quiso nacer de la Virgen María y habitó entre nosotros, para que se digne entrar en esta casa y bendecirla con su presencia. Cristo, el Señor, está aquí, en medio de ustedes, fomente su caridad fraterna, participe en sus alegrías y los consuele en las tristezas. Y ustedes, guiados por las enseñanzas y ejemplos de Cristo, procuren, ante todo, que esta casa sea hogar de caridad, desde donde se difunda la paz y la alegría de ser discípulos suyo. (Luego, el misionero o alguno de los presentes, lee el texto escogido): MISIONERO: Escuchemos ahora las palabras del Evangelio según San Juan (Juan 15,9-16): «En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos. Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. Como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero...”» (El MISIONERO explica brevemente el texto leído, comentando el amor de Dios que envió a su Hijo para mostrarnos y unirnos con su amor. Él nos elige como discípulos suyos para que con nuestras obras mostremos al mundo la fuerza y la acción del amor y la fe en Dios) PLEGARIA COMUN (Es muy conveniente pedir a los dueños de casa, que agreguen sus intenciones personales al final).
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MISIONERO: Confiados invoquemos al Hijo de Dios, Señor del Cielo y de la tierra, que hecho hombre, habitó entre nosotros, y digamos: "Quédate con nosotros, Señor". •
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Señor Jesucristo, que con María y José santificaste la vida doméstica, ven a vivir con nosotros en esta casa para que te reconozcamos como huésped y te honremos nuestro Buen Pastor y Redentor. Oremos. Tú, por quien esta casa cobra sentido, y se va levantando hasta formar un templo consagrado, haz que los habitantes de esta casa se fortalezcan en la fe progresando en el bien y la caridad. Oremos. Tú, que enseñaste a tus fieles a edificar su casa sobre piedra firme, haz que la vida de esta familia se apoye firmemente en tu Palabra y, evitando toda división, te sirva con generosidad y de todo corazón. Oremos. Tú, que careciendo de morada propia, aceptaste con el gozo de la pobreza la hospitalidad de los amigos, haz que todos los que buscan vivienda encuentren, con nuestra ayuda, una casa digna de este nombre. Oremos. Tú, que siendo Dios te hiciste servidor de los hombres, ayuda a esta familia para que en ella reine la armonía y la paz que solo Tú puedes regalarnos. Oremos.
ORACION FINAL MISIONERO: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa". Dios ha venido hoy a nuestra casa, y quiere quedarse. Vamos a dar gracias a Dios por ser una familia cristiana. Rezamos el Padrenuestro. TODOS: Padre nuestro... MISIONERO: Y vamos a saludar también a nuestra Madre, la Virgen María, la Madre que Jesucristo nos regaló, para que ella también habite en nuestra casa y los proteja bajo su manto. TODOS: Dios te salve, María... MISIONERO: Te pedimos Señor, que esta familia viva siempre unida en la fe y en el amor, cumpliendo tus mandamientos y sirviendo a los hermanos. Y te pedimos que derrames sobre nosotros tu bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. TODOS: Amén.
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4.- COMUNION MISIONERA Objetivo: Agradecimiento por lo vivido en la Misión y evaluación de la misma. Oración: Se canta la canción de la Misión y se reza la oración al Espíritu Santo. Experiencia de Vida: Nos reunimos por equipos y compartimos lo vivido en las visitas. 1. Comprensión del objetivo de la misión. 2. Recibimiento de la gente. 3. Comentar en general sobre lo positivo y lo negativo que se captó sobre la visión de la gente sobre la Iglesia. 4. Iluminación: leer en el grupo: «Así, la misión nos lleva a vivir el encuentro con Jesús como un dinamismo de conversión personal, pastoral y eclesial capaz de impulsar hacia la santidad y el apostolado a los bautizados, y de atraer a quienes han abandonado la Iglesia, a quienes están alejados del influjo del evangelio y a quienes aún no han experimentado el don de la fe… En fin, "estado permanente de misión" implica una gran disponibilidad a repensar y reformar muchas estructuras pastorales, teniendo como principio constitutivo la “espiritualidad de la comunión” y de la audacia misionera. Lo principal es la conversión de las personas. No cabe duda. Pero ello debe llevar naturalmente a forjar estructuras abiertas y flexibles capaces de animar una misión permanente en cada Iglesia Particular.» (Misión Continental para una Iglesia Misionera) o también: Hechos 11, 1-18. 5. Reflexionar lo leído. 6. Proponer que renovar o reforzar en la vida de la comunidad parroquial. 7. Volver a reunirse todos y poner en común las propuestas y una breve exposición sobre las razones. Conclusión: Se puede terminar con una oración, o la celebración de la Misa de acción de gracias y por la misión permanente. O también organizar un ágape fraterno. COMPROMISOS Personal: compartiré un momento con quien pueda necesitarme (enfermo, anciano, compañero, familiar). En el propio Ambiente: Propondré una celebración religiosa ante un acontecimiento familiar. Más allá de las Fronteras: Buscaré el modo de colaborar espiritualmente o materialmente con algún misionero en el extranjero.
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