TEMA 6: LA IGLESIA EN LOS PRIMEROS SIGLOS 1

TEMA 6: LA IGLESIA EN LOS PRIMEROS SIGLOS1 La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios. Como todo pueblo tiene, por tanto, una historia. Conocer la historia

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TEMA 6: LA IGLESIA EN LOS PRIMEROS SIGLOS1 La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios. Como todo pueblo tiene, por tanto, una historia. Conocer la historia es algo imprescindible para conocer a un pueblo, igual que cada persona necesita conocer su propia historia: quiénes son sus padres, dónde ha nacido, cuáles son los distintos acontecimientos de su vida… En este tema nos trasladaremos en el tiempo a la Iglesia de los primitivos siglos: intentaremos descubrir cómo empezó a existir la Iglesia, cómo vivían los primeros cristianos, cuál fue la reacción de la gente de su tiempo ante ese nuevo Pueblo que reunía a hombres y mujeres de distintos pueblos. Conocer la historia de la Iglesia nos será útil para: · Entender qué es la Iglesia. Ya hemos definido qué es la Iglesia, pero ahora vamos a verla “en funcionamiento”. · Ver cómo Dios sigue actuando en la historia. Muchos de los sucesos de la historia de la Iglesia se quedan sin explicación si no reconocemos la acción del Espíritu Santo.

1. EL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES En el Nuevo Testamento, después de los cuatro Evangelios encontramos el libro titulado Hechos de los Apóstoles. Su contenido es esencial para conocer la historia de las primeras comunidades cristianas. Fue escrito hacia el año 70 y su autor es San Lucas, que escribió también el tercer Evangelio. El libro de los Hechos está planteado como una continuación a este Evangelio y está dirigido a un mismo personaje, Teófilo, a quien Lucas anuncia que va a narrar los hechos ocurridos.

2. PENTECOSTÉS: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del cielo como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

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Apuntes elaborados a partir de los libros de texto de religión católica de la editorial Casals en sus distintas ediciones. Esta redistribución de temas y contenidos se hace para facilitar el trabajo en el aula y optimizar los recursos. Se ha usado también el Catecismo YouCat.

Residían en Jerusalén hombres piadosos, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Estupefactos y admirados decían: “¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa: partos, medos y elamitas; los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene; los romanos residentes aquí, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios? Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: ¿Qué significa esto? Otros, en cambio, decían riéndose: ¡Están llenos de mosto!” (Hch 2,1-13) El día de Pentecostés nace la Iglesia, con la venida del Espíritu Santo que Jesús había prometido. Los detalles de este hecho son de gran importancia para conocer a la Iglesia. · El día de Pentecostés era una fiesta judía que recordaba la Alianza que Dios hizo con su Pueblo en el monte Sinaí, dando a Moisés las tablas de la Ley. El Espíritu Santo viene a consolidar la nueva Alianza realizada por Jesús, con la nueva ley del amor. · En el cenáculo, lugar donde se reunían los discípulos después de la subida de Jesús al Cielo, se encontraban: María, la Madre de Jesús y los Doce Apóstoles (Matías había sido elegido para sustituir a Judas), y junto a ellos algunas mujeres y discípulos. Este es el núcleo de la Iglesia. La Iglesia no puede nunca existir sin la Virgen ni sin los Apóstoles o sus sucesores, los obispos. · El Espíritu Santo se presenta como un “viento impetuoso” (Él es quien mueve a la Iglesia) y como “lenguas de fuego” (Él transforma a los Apóstoles en testigos valientes). · Lo primero que hacen los Apóstoles al recibir al Espíritu Santo es ponerse a predicar a hombres de todas las naciones. Esta es la misión de la Iglesia: llevar el Evangelio por todo el mundo. · El primero que toma la palabra y lleva la iniciativa es Pedro a quien Jesús había puesto como cabeza de su Iglesia. Por eso el Papa, sucesor de Pedro, sigue siendo la cabeza del Pueblo de Dios. · La gente de Jerusalén, sorprendida ante lo que sucedía en el cenáculo, acudía a ver qué pasaba y Pedro les dirigió un discurso en el que encontramos el núcleo de toda la predicación de la Iglesia: “A Jesús, que pasó haciendo milagros y señales entre vosotros, vosotros le matasteis clavándole en una cruz. Pero Dios lo ha resucitado, de lo cual nosotros somos testigos” (Cf. Hch 2, 22-36). · Después del discurso de Pedro se convirtieron unas tres mil personas. Cuando preguntaron a Pedro “¿Qué hemos de hacer?”, él contestó: “Convertíos y que cada uno se haga bautizar en el nombre de Jesucristo”. Se entra a formar parte de la Iglesia por medio del Bautismo.

3. LA VIDA DE LA PRIMERA COMUNIDAD CRISTIANA El libro de los Hechos nos describe la vida de las comunidades de cristianos que fueron apareciendo en Jerusalén, después de Pentecostés. Sus características fundamentales son la unidad y la santidad: UNIDAD: - Unidad en escuchar la enseñanza de los apóstoles: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles” (Hch 2, 42). “Tenían un solo corazón y una sola alma”

(Hch 4, 32).

- Unidad en acudir a la Eucaristía (la fracción del pan) y a la oración. - Unidad en los bienes materiales: “Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común, vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno” (Hch 2, 44-45). Este testimonio de unidad hacía que muchos se juntaran a los cristianos y se hicieran bautizar. Pues ya había dicho Jesús: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros” (Jn 13, 35). SANTIDAD: - Los cristianos de la Iglesia primitiva para llamarse a sí mismos utilizaron el nombre de ‘santos’, incluso antes de llamarse cristianos. Con esto reconocían que habían sido llamados por Dios a la santidad, es decir, a vivir en estrecha relación con Dios y haciendo su voluntad, y que estaban llenos del Espíritu Santo que los guiaba en su actuar. 4. LA EXPANSIÓN DE LA IGLESIA Jesús, durante su vida terrena, no salió de Palestina y sólo predicó a los judíos. Sin embargo, Jesús les había dicho “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva” (Mc 16,15). Cuando empezaron a convertirse los gentiles (así llamaban a los no judíos) se planteó el problema de si debían hacerse primero judíos para ser cristianos, es decir, si debían practicar la circuncisión y todas las demás normas del judaísmo. Pronto vieron los Apóstoles que la fe en Jesucristo superaba todas las prescripciones de la antigua Ley y decidieron que no era necesario imponer la Ley judía a los cristianos gentiles. La conversión de los gentiles Jesucristo había mandado claramente hacer discípulos de todos los pueblos (Cf Mt 28, 19). Dos personajes abren el camino para la predicación del Evangelio a los gentiles: Cornelio, un centurión romano y Saulo de Tarso.

a) Conversión de Cornelio Cornelio era un centurión romano que estaba en Cesaréa. En una visión, el Señor le hizo ver que debía buscar a Pedro. El apóstol fue a casa de Cornelio y predicó ante él y toda su familia. Sobre ellos derramó sus dones el Espíritu Santo para que alabaran a Dios y confesaran a Cristo. Pedro los bautizó y con ello empezaron a pertenecer a la Iglesia los gentiles, es decir, aquellos que no formaban parte del pueblo judío. b) Conversión de S. Pablo Saulo era de la ciudad de Tarso, situada al sur de Asia Menor. Al ser habitante de esta ciudad era ciudadano romano, pero por nacimiento y por religión era judío. Fue enviado a Jerusalén para estudiar con el famoso rabino Gamaliel y pasó a formar parte del grupo de los fariseos. Odiaba a los cristianos y estaba próximo a los que apedrearon a Esteban. Saulo se dirigía a Damasco para apresar a los cristianos de esa ciudad y conducirles encadenados a Jerusalén. En el camino el Señor le salió al encuentro. Así nos lo cuentan los Hechos de los Apóstoles: “Cuando estaba de camino, sucedió que se vio de repente rodeado de una luz del cielo; y cayendo a tierra, oyó una voz que decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él contestó: ¿quién eres, Señor?, y Él: yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y entra en a la ciudad y se te dirá lo que has de hacer” (Hechos 9, 1-8) Saulo recibió el bautismo y se puso a predicar a Jesucristo. Todos se asombraban porque sabían que había perseguido antes a los cristianos. Los judíos de Damasco le querían matar, así que volvió a Jerusalén donde se puso en contacto con los apóstoles. Allí tuvo una visión en la que vio que Dios quería enviarle a tierras lejanas. Esto fue confirmado por el Espíritu Santo ante la Iglesia reunida en Antioquia: “Un día en que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a la que los he llamado. Entonces, después de orar y ayunar, les impusieron las manos y les despidieron”. Así, Pablo se convierte en infatigable viajero y apóstol de los gentiles. Por su medio muchos llegaron al conocimiento de Jesucristo y a pertenecer a su Iglesia.

5. LAS PERSECUCIONES Las autoridades judías pronto empezaron a perseguir a los cristianos (a esa nueva “secta”, como ellos los llamaban), sobre todo porque muchos del pueblo judío se convertían y se hacían bautizar y porque, según ellos, la doctrina cristiana iba en contra de la Ley de Moisés.

En cuanto el cristianismo se fue expandiendo, también los emperadores romanos persiguieron a los cristianos. Las causas fueron que los cristianos rechazaban a las divinidades romanas y que, con su forma de vida, denunciaban la corrupción moral de las costumbres. Las persecuciones provocaron numerosos mártires: muchos cristianos prefirieron dejarse matar antes que renunciar a su fe. Aunque resulte contradictorio, las persecuciones favorecieron en gran manera la expansión de la Iglesia: - Al ser perseguidos en Jerusalén los cristianos huían a otras zonas, y allí seguían predicando el Evangelio. - El testimonio de los mártires hacía que a gente se convenciera de que el cristianismo era la religión verdadera, puesto que tantos estaban dispuesto a dar la vida por ella. “La sangre de los mártires es semilla de cristianos”, decía Tertuliano. 6. HECHOS DE LA IGLESIA PRIMITIVA · Los Apóstoles fueron llevados ante el Sanedrín (las autoridades religiosas del pueblo judío, presididas por el Sumo Sacerdote) que les prohibió seguir predicando. Pero ellos contestaron: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 29). · Los Apóstoles nombraron a siete diáconos para que se ocuparan de las obras de caridad. · Esteban, uno de estos siete diáconos, fue también presentado ante el Sanedrín, y decidieron apedrearlo (año 34-35). San Esteban es el protomártir (primer mártir) de la Iglesia. Murió, como Jesús, perdonando. Mientras le apedreaban, se puso de rodillas y dijo: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado” (Hch 7, 60). · Tras la muerte de Esteban se desató una persecución en Jerusalén y esto hizo que los cristianos se dispersaran. La predicación llegó a Samaria y Antioquia. · Hacia el año 36 se produce la conversión de San Pablo. A Saulo de Tarso, judío, se le apareció Jesús cuando iba camino de Damasco para encarcelar a los cristianos. Saulo cayó del caballo y oyó la voz de Dios: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Desde entonces, Pablo se convirtió en un Apóstol infatigable. · San Pedro curó a varios enfermos, resucitó a una mujer en Joppe y bautizó a un centurión romano, Cornelio, que se convirtió con toda su familia. Cornelio fue el primer gentil en recibir el bautismo. A partir de entonces, los Apóstoles comenzaron a predicar el Evangelio a los gentiles. · Hacia el año 44: Herodes hizo matar al Apóstol Santiago, hermano de Juan. También encarceló a Pedro, pero este fue liberado milagrosamente por un ángel.

· Años 45-49: Primer viaje apostólico de San Pablo. Acompañado por Bernabé y Juan Marcos. Se dirige primero a Chipre y luego a diversas ciudades de Asia Menor. Predica a los judíos y a los gentiles y por donde pasa establece comunidades cristianas. A muchas de éstas luego San Pablo les escribió cartas, para explicarles la fe y animarles a llevar una vida cristiana. · Año 49: Concilio de Jerusalén: se reúnen los Apóstoles en Jerusalén y allí reconocen que la Ley judía no obliga a los cristianos. · Anos 50-53: Segundo viaje de S.Pablo, por Macedonia y Grecia. · Años 54-53: Tercer viaje de S.Pablo, a Éfeso y a las costas de Asia Menor. · Año 60: Pablo es llevado prisionero a Roma. · Año 62: Martirio de Santiago, el primo de Jesús, en Jerusalén. · Año 64-63: Persecución de Nerón en Roma. Nerón culpó a los cristianos del incendio de Roma y fueron martirizados con gran crueldad, como cuenta el historiador romano Tácito: “Condenados a muerte, fueron objeto de desprecio y hechos morir revestidos de pieles de fieras para que los perros los desgarrasen o crucificados; o también encendidos vivos para iluminar las tinieblas nocturnas. Nerón ofreció sus jardines para este espectáculo” (Anales XV, 44). En la persecución de Nerón murieron San Pedro y San Pablo. San Pedro murió crucificado, pero pidió que fuera cabeza abajo, porque se sentía indigno de morir como su Maestro. San Pablo murió decapitado. · Años 95-96: Persecución de Domiciano: esta fue la otra gran persecución del siglo I. A finales del siglo I, la Iglesia se había extendido por la mayor parte de los territorios del Imperio. Habían abrazado el cristianismo hombres y mujeres de todas las condiciones sociales, gente sencilla, pero también intelectuales, gente noble y personas con cargos políticos en el Imperio. Esta rápida expansión es extraordinaria, si se tiene en cuenta la escasez de medios humanos de los Apóstoles, rudos pescadores de Galilea.

7. MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA

Cuando se reunían los primeros cristianos, María estaba siempre entre ellos. La Madre de Jesús es también al Madre de su Cuerpo, que es la Iglesia. Tanto en el Calvario como en Pentecostés, dos momentos clave en el nacimiento de la Iglesia, la Virgen ocupa un lugar principal.



En el Calvario, la Iglesia nace de la Sangre de Jesucristo. Allí Jesús entrega María a Juan como Madre y en el discípulo estamos representados todos los cristianos.



En Pentecostés, el Espíritu Santo, Esposo de María, hace nacer públicamente la Iglesia, Cuerpo Místico de Jesús, cuyos miembros estaban reunidos el día de Pentecostés bajo el amparo de la Virgen.

María es el modelo de todos los que formamos la Iglesia. Como Madre intercede por todos nosotros. En las letanías del Rosario la invocamos: Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.

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