Terapia de Grupo Centros de Integración Juvenil, AC Dirección de Tratamiento y Rehabilitación
Manual de apoyo al terapeuta 2010
DIRECTORIO PRESIDENTE DEL PATRONATO NACIONAL Dr. Jesús Kumate Rodríguez PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE VIGILANCIA Sra. Kena Moreno DIRECTORA GENERAL Lic. Carmen Fernández Cáceres DIRECTOR GENERAL ADJUNTO DE OPERACIÓN Y PATRONATOS Dr. José Ángel Prado García DIRECTOR GENERAL ADJUNTO DE ADMINISTRACIÓN C. P. Hugo Basurto Ojeda
Director de Tratamiento y Rehabilitación Dr. Víctor Manuel Márquez Soto
“Son terapéuticas todas aquellas intervenciones que ayudan a promover el cambio y a disminuir el sufrimiento”. Tal fue la idea rectora para elaborar esta propuesta. Esther Escamilla Álvarez y Juan David González S. Diciembre 2010
CONTENIDOS
I. Introducción
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II. Estructura del programa
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III. Contenidos temáticos
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Tema 0. Daños a la salud por consumo de SPA Tema 1. Desmantelando la cadena de consumo Tema 2. Identificando pensamiento automáticos Tema 3. Identificando las respuestas emocionales saboteadoras Tema 4. Distorsiones cognitivas, una puerta abierta a la adicción Tema 5. Las creencias intermedias, los peldaños del consumo Tema 6. Las creencias rancias, el cedazo de nuestras cosas buenas Tema 7. Las creencias ventrales, el caliche de las personas Tema 8. Decisiones aparentemente irrelevantes y decisiones asertivas Tema 9. Identificando problemas y construyendo consideraciones positivas VI. Bibliografía
I. ESTRUCTURA DEL PROGRAMA El Programa de Tratamiento y Rehabilitación de CIJ tiene como objetivo que las personas reduzcan y supriman el consumo de SPA, identificando las situaciones en las que están más proclives a consumir para evitarlas, y afrontar de manera más efectiva los problemas y conductas asociadas al abuso. La Terapia Cognitiva Conductual (TCC), enfoque psicológico sugerido para la atención de las adicciones, considera que existe una relación recíproca entre los tres dominios de la vida del sujeto: Cognitivo, Afectivo y Connativo (CAC) buscando generar cambios en estas tres áreas de la vida del sujeto. La TCC propende por identificar y modificar los procesos cognitivos y afectivos, y los patrones conductuales dis-funcionales. En este orden de ideas, el propósito de la Terapia de Grupo (TG) basada en la TCC consiste en que las personas modifiquen sus pensamientos y afectos que favorecen su intención de consumo para así lograr la abstinencia. Muchas de las personas que consumen SPA no han desarrollado las habilidades para las situaciones que potencian su intención de consumo, por lo que se espera que el quiasma grupal opere como un crisol para que las personas desarrollen las habilidades necesarias para inaugurar un estilo de vida excepto del consumo. La propuesta que aquí se presenta comprende 10 ejes temáticos, a través de los cuales se busca que cada integrante del grupo identifique y alcance las metas que se proponga. A través de ellos se pretende que las personas identifiquen los antecedentes inmediatos a su intención de consumir, la búsqueda del satisfactor (la SPA) y las consecuencias del consumo, de esta manera se busca romper con la Cadena de Consumo (CACO). En cada sesión se abordan ejes temáticos que facilitara a las personas compartir experiencias y cuestionar su sistema de creencias que favorecen la intención de consumir, permitiendo hacer un análisis acerca de cómo interpretan lo que les pasa, cómo generan pensamientos disfuncionales para justificar su consumo y cómo en ocasiones esas interpretaciones se mantienen como un patrón cognitivo fijo que puede resultar dis-funcional y poco flexible. En todas las sesiones se debe favorecer el diálogo y la cooperación como estrategia básica para conseguir el objetivo primario de esta propuesta cesar el consumo de SPA y desde una mirada sensible a la equidad de género. Generalidades del Manual La TG se aplica de manera abierta, esto es, cualquier persona puede incorporarse al proceso, a manera de carrusel. Este manual se diseño como apoyo a la TG e incluye los materiales necesarios para su aplicación. Los terapeutas que deseen aplicarlo deben, en general, asumir un papel activo respecto al desarrollo de la sesión, pero manteniendo una actitud reflexiva. Una actitud de empatía ayuda a que las personas recuperen su confianza, por lo cual los terapeutas deben fomentar un ambiente colaborativo en el desarrollo de las actividades de cada sesión. Los terapeutas debe estar atentos al estado de ánimo de los integrantes lo cual puede ayudar a entender mejor las preocupaciones que no se manifiestan (sentimientos de fracaso, culpa, tristeza, ansiedad, incertidumbre, etc.), y que suelen ser señales de un problema no declarado. Cada sesión se inicia con una breve descripción de las actividades a cubrir, con el acuerdo del grupo. Para dar continuidad al tratamiento e identificar las inquietudes que resultaron de la sesión anterior es útil explorar la percepción y comprensión de la misma, lo que paso entre una y otra sesión, la realización de los ejercicios para casa, dificultades, logros, si tuvieron la oportunidad de aplicar las habilidades trabajadas y que resultados les dieron. La revisión de asuntos pendientes de la sesión anterior con base en el recuerdo de los integrantes ayuda a hacerlos responsables de su proceso de tratamiento. Al final de cada sesión se sugiere recapitular para reforzar el compromiso con los integrantes del grupo sobre su avance. Esto favorece una retroalimentación del tratamiento. Los terapeutas son responsables de realizar esta retroalimentación, empero, no excluye que los pacientes puedan participar conforme avanzan en su proceso. Sugerencias para la aplicación de los ejes temáticos Las 10 propuestas temáticas que conforman este manual no son seriadas. La secuencia en que se apliquen es decisión y responsabilidad de cada terapeuta, así como del número de veces que decida aplicarlas, siempre dependiendo del llamado que quiera hacer como en el dial de un teléfono .
Los pensamientos automáticos
Respuestas emocionales saboteadoras
Desmantelando la cadena de consumo
Distorsiones cognitivas Las creencias intermedias Levante el receptor antes de llamar y luego haga girar el disco
Las creencias rancias Las creencias ventrales Decisiones irrelevantes y decisiones asertivas
Daños a la salud por consumo de SPA Construyendo consideraciones positivas
En otras palabras no hay sesión de inicio y sesión final; cuando una persona se incorpora al grupo será su sesión uno, y cuando ella deje el grupo al concluir sus objetivos terapéuticos será su última sesión. Así, para alguna persona una sesión será la primera mientras que para otra será la última, y estos momentos sus tiempos pueden encajar perfectamente. El tiempo no es matemático, el tiempo es lo que mide una transformación. La realidad de cada paciente es distinta, y sus necesidades de atención también. En consecuencia, la posología para cada paciente es distinta, algunos de ellos necesitarán ocho sesiones, en cambio otros necesitaran 18 para cumplir su objetivo. Por eso es que este protocolo se aplica a manera de un carrusel, es decir, las personas suben y bajan de acuerdo al número de “vueltas” que necesiten para ellos. La tradición era que la TG se aplicara en grupos cerrados. Esta idea está sostenida en la vieja creencia del principio epigenético que ha permeado la formación de generaciones de psicólogos. ¿Debemos seguir manteniendo esta creencia? Esta propuesta se hizo para romper creencias atávicas. Al incorporarse un nuevo integrante se le da la bienvenida y se le pide que se presente y diga para qué es bueno/a o en que se siente bueno/a (orgulloso y competente), y que agregue una actividad que disfrute hacer, por ejemplo: Hola, soy Jesús y me gusta hacer alebrijes, me dicen que son muy buenos, y la gente me los compra. Además, disfruto mucho hacerlos… bueno también me gusta salir con mis amigos a la montaña. Hola, soy Paty y soy buena para muchas cosas, una de ellas y de las que más disfruto es bailar. Lo mío lo mío es la bailada y disfruto mucho ir a bailar. ¡Ah! Me gusta mucho leer y escribir, y creo que soy buena haciéndolo. Después se le informa brevemente acerca de las condiciones del trabajo (encuadre). Los pacientes se sienten más cómodos y comprometidos si les queda claro lo que se espera del tratamiento, del terapeuta y sus responsabilidades. Se sugiere lo siguiente: Lugar, día, hora de las sesiones. La importancia de su asistencia y participación en las actividades de las sesiones.
Le explica que el número de sesiones que asistirán a TG depende del logro de sus objetivos, mantener la abstinencia, principalmente. Terapeuta y paciente podrán decidir conjuntamente su alta. Finalmente se hace énfasis en la confidencialidad. En cada sesión se desarrollan varias actividades guiadas por un objetivo previamente definido. Incluye la aplicación de ejercicios prácticos, el análisis de las dificultades que enfrentaron desde la última sesión, motivación de los logros obtenidos, el entrenamiento de nuevas habilidades y los ejercicios para casa. El manejo del tiempo de la sesión es clave para la comprensión del tema, por ello se sugiere dividirlas en tres o cuatro partes, de manera que se cubran los 90 minutos, por ejemplo: 1. Identificar si se mantiene la abstinencia o si hubo consumo (15 a 20 min)
Identificar los problemas actuales del paciente, su nivel de funcionamiento general y si realizaron la tarea para la sesión. Explorar si se mantuvo la abstinencia identificando las estrategias que utilizaron y retroalimentando positivamente la conducta; o si se presentó el consumo desde la última vez (incluido el abuso de alcohol) identificando los factores que lo precipitaron: internos (pensamientos, emociones y sensaciones físicas) y externos (personas, lugares y situaciones)
2. Desarrollo del eje temático (10 a 15 min)
Descripción del tema toral, el terapeuta podrá ser más directivo en esta parte; conviene que adapte el contenido a las necesidades y características de los asistentes y al orden en que se apliquen. Todas las sesiones ofrecen una introducción muy parecida pensando en contextualizar a los pacientes de nuevo ingreso; el terapeuta puede obviarla si así lo juzga conveniente.
3. Dispositivo heurístico e introspección (40 a 50 min)
Aplicación del dispositivo heurístico para que los asistentes discurran y traten de explicarse a sí mismos su conducta de consumo de SPA u otros asociados, de acuerdo al tema de la sesión. El propósito central es que los asistentes hagan un trabajo de introspección.
4. Cierre y ejercicios para casa (10 min)
Elaboración de conclusiones más relevantes, apuntalar habilidades trabajadas, y describir los ejercicios para casa.
Esta estructura es flexible y puede adaptarse a las necesidades y características de cada grupo, sin otorgar primacía alguna a una técnica determinada. Así, según su experiencia en, cada terapeuta puede modificar las técnicas, ejercicios, dispositivos o aplicar los propios, teniendo siempre presente los objetivos de cada sesión. En cada sesión se sugiere insistir en motivar a los pacientes para lograr la abstinencia. Ejercicios para casa Se promueven estos ejercicios para que cada asistente aplique lo trabajado en las sesiones en su día a día. Estos ejercicios tienen una función terapéutica y no es algo sin sentido, rígido o de poca utilidad, por el contrario pretenden desarrollar e incrementar las estrategias de afrontamiento que favorezcan un estilo de vida saludable; incluyen el auto-monitoreo de las conductas de consumo y abstinencia. Si se detecta que alguien se muestra desinteresado en aplicarlos, se analiza su dificultad, investigando si es un asunto de poca competencia o de coto de poder, u otras, y resolverla tan pronto como sea posible con el apoyo del grupo para el adecuado desarrollo del tratamiento. Cumplir los ejercicios favorece el logro de objetivos. Su revisión fortalece el cumplimiento y comunica la importancia del trabajo entre sesiones. Por tal motivo, estos ejercicios deben comentarse de manera sistemática, los terapeutas ofrecerán comentarios motivadores ante su cumplimiento o devolver la inconveniencia de no cumplir con ellos. Consideraciones para el trabajo con mujeres y varones La conducta de consumo, al igual que otros problemas psicosociales, tiene características particulares y representan problemas diferenciados por género, por lo que vale considerar ciertas características: a) Los motivos por los que un hombre y una mujer decide iniciar, mantener y renunciar al consumo de SPA. b) Existen diferencias biológicas que determinan diferencias en la respuesta y resistencia que el hombre y la mujer muestran respecto de una misma dosis de SPA.
c) Se debe considerar la edad, estado civil, condición económica, etc. de las mujeres para la planificación de estrategias de tratamiento adecuadas a su ciclo vital y estar en mejores condiciones de colaborar con ellas. d) Los hombres suelen tener más redes familiares de apoyo que las mujeres. e) Los reportes de abuso físico, sexual y/o emocional entre mujeres consumidoras es altamente significativo. f)
El impacto psicológico de la violencia en la mujer merma su estima propia, despierta la ansiedad, la culpa y el miedo, los que pueden ser "mitigados" con las SPA, constituyéndose en riesgo de recaer.
g) La mujer tienen una mayor vulnerabilidad social y enfrenta más acontecimientos vitales estresantes. h) La mujer tienen una mayor vulnerabilidad por las construcciones sociales asociadas al consumo de SPA, debido a que los pre-juicios que se construyen descalifican sus prácticas sexuales y discursivas. i)
Las deserciones se dan especialmente porque ellas suelen acudir solas a tratamiento, porque ocultan el problema de adicción al esposo/familia/amigos, o porque creen que ellas pueden afrontar solas el problema.
j)
Las construcciones asociadas con el consumo de SPA y las masculinidades tienden a la permisividad, es decir se minimiza o tolera más el consumo o las consecuencias del consumo cuando lo ejerce un hombre.
k) En el peor de los casos, no sólo se minimiza, sino se alienta el consumo toda vez que se el abuso de alcohol y otras sustancias son emblemas de una virilidad fiduciaria en esta sociedad patriarcal. l)
Las mujeres se organizan más alrededor de la plática, discuten y mantienen vivo el tema. Los varones se organizan más alrededor de la actividad y prefieren que se les diga qué hacer en las sesiones.
Además, el terapeuta también debe analizar para sí algunos aspectos acerca del género: a. Sus propias construcciones (creencias y valores) respecto al género y cómo se filtran en su trabajo. b. Establecer una posición ética ante los problemas psicosociales de mujeres y hombres. c. La mujer suele enfermar por las altas expectativas sociales puestas sobre ella, porque debe “cumplir” con lo socialmente esperado de ella, y cuando siente que ha fracasado en esta encomienda, la culpa depositada en ella (por pareja, familiares, amigos, incluso por las instituciones) no otorga tregua alguna. d. Existe una idea tradicional de que "las mujeres están un poco locas", por aspectos biológicos [recordemos que la palabra histeria deriva de útero), y que las mujeres “siempre deben de estar bien para mantener la armonía del hogar”; para acallar sus dolencias, la sociedad andocréntrica ha fabricado toneladas de pastillas que operan, no pocas veces, como una suerte de conminación para alinearse a su tradicional papel. Acerca de cuándo dejar el carrusel. Cuando el terapeuta considere que un paciente puede dejar de asistir a las sesiones de TG debe hacérselo saber. La decisión debe ser resultado de una evaluación en términos de la abstinencia lograda, mejoras en el funcionamiento psicosocial y la adquisición de habilidades de afrontamiento. Esta evaluación se hace por paciente, y se realiza en grupo. El alta puede acompañarse con un breve ritual para felicitar al paciente y desearle que continúe favorablemente su proceso de rehabilitación, y si fuera pertinente, referirlo al servicio de Prevención de Recaídas.
Bueno, pues más nada, aquí está la piola, darle cuerda es trabajo de cada terapeuta para hacer girar el carrusel.
Tema 0. Drogas vemos… ¿consecuencias ya sabemos? Objetivos: 1. Que los asistentes identifiquen los principales daños a la salud corporal que produce el consumo y abuso de SPA, diferenciados por sexo. 2. Identificar y describir los daños y consecuencias que el consumo de SPA ocasiona a la salud psicológica y relacional, diferenciados por género. 3. Describir los conceptos de abuso y dependencia, así como el síndrome de abstinencia de las SPA. Material: Hojas de papel bien grandes, marcadores (al menos uno para cada persona) y muchos afiches. Daños a la salud por consumo de SPA. Valiéndose de un lenguaje sencillo o algún ejemplo que considere pertinente, el terapeuta explique los daños que las SPA ocasionan en las personas. Palabras más, palabras menos, puede decirles algo así como: Nuestro cerebro es similar a una gran ciudad con millones de ciudades y personas-neuronas viviendo en ellas. Para que estas personas se puedan poner en contacto y comunicar entre sí, se envían mensajes de texto a través de sus teléfonos móviles, de esta manera los habitantes no sólo logran comunicarse sino también ponerse de acuerdo, por ejemplo, aprender cosas nuevas, tomar decisiones, organizarse, planear, conseguir lo que se proponen, enamorarse, entre muchas otras cosas. Pero las drogas son como sicarios que tienen el gusto de eliminar a los mensajes que se envían las personasneuronas. Entre más consumimos drogas, más sicarios entran a nuestra mente y por lo tanto, más mensajes son borrados, es decir, no llegan a su destino. Si esto no para, las cosas se ponen peor en nuestro cerebro, y puede venir el caos. Por eso muchas personas ya no saben lo que hacen cuando se drogan, dejan de pensar, y si dejamos de pensar, podemos decir y hacer cosas por las que terminamos pagando consecuencias negativas. Si le gusta el anterior ejemplo puede continuar diciendo algo como lo que sigue: Si una persona conduce un automóvil, las personas-neuronas se organizan para mandarse mensajes entre sí ¡Cuidado, la luz está en rojo!, es decir, el cerebro manda la orden de ¡Frena! Pero las personas que han consumido drogas o alcohol no tienen esta posibilidad, los mensajes no llegan a tiempo o simplemente no llegan, y su capacidad de reacción disminuye significativamente y pueden pagar serias consecuencias. Muchas personas en este país que beben en exceso sufren serios accidentes pues no les llegó a tiempo los mensajes: ¡Cuidado! ¡Detente! ¡Retírate! Puede utilizar cualquier otra narrativa que, con sencillez, explique las graves consecuencias que tiene a la salud física, psicológica y relacional el consumo de SPA. Bienvenida la imaginación de los terapeutas para poner otros ejemplos más sensibles a la realidad de los pacientes. Se sugiere insistir en que el daño es sistémico. También explica qué es el abuso, la dependencia y el síndrome de abstinencia (conocido coloquialmente como la malilla), y la importancia de adquirir y tomarse los medicamentos prescritos por el médico del CIJ. Después invita a los asistentes a discurrir acerca de este tema desde su propia experiencia. No se trata de dar una clase de neurobiología, farmacodinamia y farmacocinética, se trata de que las personas estén bien informadas de que las drogas no son inocuas, se trata de desmitificarlas ya que muchas personas suelen decir, “Mi abuela ha fumado toda su vida y no se ha muerto”, “Todos los fines de semana mi tío chupa como cosaco y el lunes se va a su trabajo como si nada”, “Un amigo mío ha fumado mariguana toda su vida y hasta es maestro de universidad”, “Un ruco que vive por la casa se mete cocaína desde hace años y yo lo veo bien”, “Un día vi que un ‘ñor daba platicas de cómo dejo de drogarse después de 20 años de meterse lo que quiso y hasta gordito se veía” o “¿Por qué aún sigue vivo Keith Richards?” para argumentar a favor del consumo drogas o que hacerlo no tienen consecuencias y de desreificarlas (no son naturales). También se sugiere explicar el efecto del consumo de las drogas diferenciado por sexo, se trata de dar una visión general. Para ello el terapeuta explica ya no sólo los daños físicos, sino también una serie consecuencias psicológicas y sociales que tiene para una mujer y para un varón, pues se juegan situaciones de estigmatización y discriminación. Puede apoyarse en los conocimientos de los propios pacientes con preguntas como: ¿Por qué creen o qué motivos consideran puede tener una mujer para drogarse y cuáles un hombre?, ¿Cómo “miran” ustedes a un varón consumiendo y como “miran” a una mujer? ¿Qué dice la gente acerca de esto?, etc.
Una opción para dinamizar esta sesión es que un voluntario se tienda sobre una sábana de papel, los demás participantes dibujan su silueta sobre ella. Después, esta sábana, con la silueta del cuerpo plasmado en ella, se pega en la pared o en el piso del consultorio. Si hay varones y mujeres en el grupo se prefiere dibujar dos cuerpos, la silueta de un varón y la silueta de una mujer. Después, cada uno de los participantes escribe en un afiche el daño físico, emocional y relacional que le ha causado el consumo drogas y lo pega en la silueta, sobre de la parte del cuerpo dibujado al momento que lo explica, por ejemplo: A mis las drogas me hicieron perder a una persona que quería, así que escribe en este afiche, “Perdí un amor” y lo pego a la altura del corazón porque aún me sigue doliendo. Otra persona puede decir: Un día que me drogué con coca, me subí a una palmera a bajar cocos, me caí y me madrié la cabeza, me pusieron cinco puntos, así que escribí en este afiche, “Me madrié la cabeza por coco” y lo pego en parte de la cabeza donde me quedo la cicatriz.
Me madrie la cabeza por coco
Me agarro la tira y me trajeron a CIJ
Perdí a la persona que yo quería
Las personas pueden colocar tantos afiches como quieran, de tal manera que al final tendremos un “cuerpo” aludido, un cuerpo signado por los costos del consumo, un cuerpo dañado, cuyas cicatrices en la piel, en el alma, en el corazón están escritas en esos afiches. Si una persona no sabe escribir, puede inscribir un signo que signifique el daño que le causo el abuso de SPA. Por ejemplo, en esta sesión, una persona dibujo la imagen de un bebé y la pegó sobre el vientre del cuerpo aludido. Cierre y conclusiones Al final de la sesión, cada uno de los participantes, de pie, alrededor del cuerpo o los cuerpos aludidos, hará una reflexión final y la socializarán en grupo en voz alta; para ello, el terapeuta les puede decir: ¿Y qué les dice este ejercicio, cuéntenme? ¿Qué reflexiones les viene a la mente al mirar este cuerpo dañado, jodido, fragmentado que tiene frente a sus ojos? ¿Si pudieran en este momento decirle algo a sus cuerpos o incluso a su alma, qué le dirían? ¿Si su cuerpo les pudiera hablar, qué se imagina que les diría? Más o menos algo así. La idea es invitarlos a reflexionar. En una sesión una persona tuvo la iniciativa de escribirle una carta a su cuerpo después de este ejercicio. Por economía de espacio no se transcribe aquí. Por último, el terapeuta hace su propia reflexión y la comparte con todos sus acompañantes. Al final les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión y les confirma que han tomado la decisión correcta al acudir a CIJ.
Tema 1. Desmantelando la Cadena de Consumo Objetivos: 1. Identificar y analizar la cadena de consumo (CACO). 2. Analizar una conducta funcional (no relacionada con el consumo) y resaltar sus beneficios. 3. Elaborar un plan de acción para desactivar los activadores de la cadena de consumo. Material: pizarrón u hojas grandes, marcadores; Cuadro 1A. El ABC de mi cadena de consumo, Cuadro 1B. El ABC de mi conducta de abstinencia, y Cuadro 1C. Acciones para Desactivar los Activadores (ADA). La cadena de consumo. Detener una conducta supone primero identificar los detonadores de esta conducta. El ABC es un dispositivo clave que permite a las personas identificar las situaciones (externas e internas) que disparan su consumo, las recompensas que busca consumiendo drogas y las consecuencias de esta conducta. El ABC intenta mostrar a las personas la función que juega el consumo de SPA en su vida. Para desmantelar esta cadena resulta muy útil diseñar planes de acción frente a los disparadores. Las adicciones comienzan como muchas cosas en la vida, una cosa va llevando a la otra, hasta formar una cadena que nos sujeta, a la cual le llamaremos Cadena de Consumo (CACO). Esta cadena termina por robarnos nuestra libertad y está conformada de muchos eslabones no siempre visibles a nuestros ojos. En esta sesión vamos a analizar la cadena que hemos fabricado y la manera en que podemos ir desmantelándola. No nos hagamos ilusiones tan rápido, romperla no es sencillo, especialmente si uno tiene muchos años consumiendo; se desmantela poco a poco eslabón por eslabón . Empecemos por identificar los eslabones que conforman nuestra cadena de consumo. Todas las personas que consumen drogas tienen básicamente tres tipos de eslabones: A) Activadores que detonan el consumo de SPA, b) Búsqueda de los satisfactores asociados al consumo y C) Consecuencias del mismo. Para una mejor comprensión del ABC del consumo y analizar paso a paso como se eslabonan los factores entre sí, el terapeuta le puede pedir a algún paciente que aún no ha logrado la abstinencia que comparta su experiencia. Le puede decir: “Cuéntame de la última vez que consumiste”. El terapeuta puede apoyarlo para identificar el ABC de su experiencia valiéndose de las siguientes preguntas: Activadores: Los cuales se dividen en dos clases: 1) Externos, agrupan tres categorías: a) Situaciones: ¿En qué momento te diste cuenta que deseabas la SPA?¿Qué sucedió antes del consumo?; b) Lugar: ¿Dónde estabas; c) Personas: ¿Con quién/es estabas? 2) Internos, agrupan tres categorías: a) Conductas: ¿Qué estabas haciendo?; b) Pensamientos: ¿Qué pensabas justo antes de consumir? (relajarte, divertirte, etc.); c) Emociones: ¿Cómo te sentías antes del consumo? ¿Cuál era tu estado de ánimo? (enojo, soledad, tensión, aburrimiento, frustración, ira, etc.). Búsqueda de satisfactores asociados al consumo (consecuencias positivas de corto plazo): ¿Qué finalidad tiene para ti el consumir? ¿Qué es lo que te gusta de consumir con quien lo haces? ¿Qué es lo que te gusta de consumir en donde lo haces? ¿Qué pasa por tu mente cuando consumes? ¿Qué pensamiento agradable tienes? ¿Qué sensaciones físicas tienes? ¿Qué emoción experimentas? Consecuencias del consumo: ¿Que pasó después de que terminó el efecto de las drogas? ¿Qué pasaba en tu mente? ¿Cómo te sentías? ¿Cómo sentías tu cuerpo? ¿Qué consecuencias tuviste de ese consumo? (físicas, emocionales, familiares, interpersonales, económicas, laborales, legales, etc.) El/la terapeuta anota en el pizarrón las respuestas del paciente para que sus compañeros/as las puedan leer, y en plenaria trata de hacer un análisis de la cadena de consumo de esta persona (ABC). Después entrega una fotocopia del Cuadro 1A a los pacientes para que realicen este mismo ejercicio (puede también hacer una ampliación del cuadro o proyectarla en la pared si se cuenta con cañón), o bien, continuar aplicando este dispositivo con los demás pacientes hasta que el tiempo se lo permita, haciendo una retroalimentación por persona y para el grupo. Cualquiera que sea el caso, el terapeuta les pide que digan en voz alta cuáles son los principales detonadores que activan el consumo: situaciones, lugares y personas, así como pensamientos, emociones y conductas. Un buen análisis del ABC del consumo permite tomar decisiones para enfrentar situaciones difíciles y no pagar consecuencias negativas.
Después hace lo mismo con algún otro integrante del grupo que ya haya logrado la abstinencia para analizar lo que está haciendo para lograrlo, aplicando el modelo estrategias eficaces para evitar el consumo, apoyándose en el Cuadro 1B: Acciones para evitar los activadores. Son de dos tipos: 1) Externos, agrupados en tres categorías: a) Situaciones (la acción propiamente dicha), b) Lugares (a donde acude la persona o a dónde ejecuta la acción) y c) Personas (con quien se reúne para hacerla). 2) Internos, agrupados tres categorías: a) Conductas, b) Pensamientos y c) Emociones. Búsqueda de satisfactores asociados a la abstinencia (los motivos que lo hicieron renunciar al consumo de drogas y los factores que mantienen su abstinencia). Consecuencias de la abstinencia (positivas y negativas): físicas, emocionales, familiares, interpersonales, educativas, económicas, laborales, legales, etc. En grupo se realiza una comparación entre los ABC de la cadena de consumo y los ABC de la conducta de abstinencia con la finalidad de que los pacientes puedan observar que mediante la realización de actividades no relacionadas con el consumo pueden obtener beneficios importantes. Acciones para Desactivar los Activadores (ADA) del consumo. El primer problema que enfrentan las personas cuando deciden dejar de consumir es el síndrome de abstinencia, la malilla, por ello el terapeuta debe de motivar a cada uno de los asistentes para elegir entre ir reduciendo gradualmente su dosis y/o frecuencia de consumo o buscar la abstinencia de cuajo. La decisión es de ellos/as. La terapia farmacológica es fundamental en este primer paso. El segundo problema que enfrentan es el fantasma de la ambivalencia, es decir, las personas se ven frente a un conflicto, una parte de ellos quiere consumir SPA; el terapeuta debe colaborar para que emigren a un lugar en el que las personas elijan no querer lo que quieren. Los pacientes tienen un pie en su decisión de cesar su consumo pero mantienen otro en su expectativa por volver a consumir, para ello el terapeuta debe ayudarlos a pensar en qué acciones evitarían detonar los activadores del consumo y evitar la recaída. Diseño de los planes de acción. Los integrantes ya han identificado los acontecimientos que detonan (externos y externos) su consumo, queda ahora realizar un plan para enfrentarlos eficazmente. Para ello puede entregarles una fotocopia del Cuadro 1C, en el cual cada paciente puede anotar los acontecimientos, en orden de prioridad, que detonan el consumo y lo que hará para afrontarlos (puede también hacer una ampliación del cuadro o proyectarla en la pared si se cuenta con cañon, en cuyo caso los pacientes anotarán sus respuestas en un cuaderno). Las acciones deben ser claras y realistas (¿estás seguro de que puedes/quieres hacer eso?), de esta manera evitaremos una frustración innecesaria a la persona; además, se deben escribir en forma positiva, es decir, indicar que se hará en lugar de lo que no se hará. Todas las acciones deben ser medibles y observables, es decir, hechos concretos, que sean evidentes. El terapeuta puede acompañarlos ofreciendo algunos ejemplos para que los pacientes entiendan el ejercicio. Para cada acontecimiento detonante identificado debe de realizarse un plan de acción. Cierre y conclusiones. El terapeuta hace una síntesis de los avatares de la sesión para los pacientes, y les pregunta si ellos agregarían alguna idea importante que a él, sin querer, hubiera omitido. Sin más, los invita a aplicar sus acciones para desmantelar los activadores hasta la sesión próxima. Les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión y les reafirma que han tomado la decisión correcta al haber asistido a su sesión de hoy.
Cuadro 1A. Identificando el ABC de mi CACO Acontecimientos Externos
Internos
¿En qué momento te diste cuenta que deseabas consumir? ¿Qué sucedió antes de que consumieras?
¿Qué finalidad tiene para ti consumir drogas? ¿Qué pensabas justo antes de consumir?
¿Qué es lo que te gusta de consumir con quien lo haces?
¿Cómo te sentías o cuál era tu estado de ánimo antes de consumir?
¿Qué es lo que te gusta de consumir en donde lo haces?
¿Qué estabas haciendo en ese momento?
¿Qué te gusta de los momentos en los cuales consumes?
¿Dónde estabas? ¿Con quién/es estabas?
Consecuencias Positivas Negativas (a corto plazo) (a mediano plazo) Problemas después de que han pasado los efectos de las drogas:
Búsqueda de satisfactores asociados al consumo
Físicas ¿Qué de bueno tiene para ti consumir?
Emocionales
¿Qué consigues consumiendo?
Interpersonales
Familiares
Económicas Laborales Legales
¿Qué pensamientos y emociones tienes cuando consumes?
Otras:
Cuadro 1B. Identificando el ABC de mi Abstinencia Acciones Externos
Internos
¿En qué momento te diste cuenta que ya no querías querer consumir?
¿Cuáles son tus motivadores para mantenerte alejado de las drogas?
¿Qué cosas haces para mantenerte en abstinencia?
¿A qué pensamientos recurres para mantener tu abstinencia?
¿Dónde las haces? ¿Con quién/es las haces?
¿Cómo te sientes o cómo ha cambiado tu estado de ánimo ahora que no consumes drogas?
Consecuencias
Búsqueda de satisfactores asociados a la abstinencia
Positivas
Beneficios
Físicos
¿Qué finalidad tuvo para ti dejar las drogas? ¿Qué es lo que te gusta de tu abstinencia cuando estás con alguien importante para ti? ¿Qué pensamientos y emociones tienes cuando piensas en todo el tiempo que llevas sin consumir?
Emocionales Familiares Interpersonales Económicas
Negativas
¿Qué perdiste? ¿A qué lugares ya no vas? ¿A quién ya no ves?
Laborales Legales Otros
¿Qué has dejado de hacer?
Cuadro 1C. Acciones para Desactivar los Activadores (ADA) 1. Activadores del consumo (externos e internos): Acciones:
Beneficios:
2. Activadores del consumo (externos e internos): Acciones:
Beneficios:
3. Activadores del consumo (externos e internos): Acciones:
Beneficios:
4. Activadores del consumo (externos e internos): Acciones:
Beneficios:
Tema 2. Identificando los pensamientos automáticos que favorecen el consumo de SPA Objetivos: 1. Identificar los pensamientos automáticos (PEN-A) que favorecen la cadena de consumo y mostrar que se pueden cambiar y reemplazar por pensamientos eficaces (PENS-E). Material: Pizarrón u hojas muy grandes, gises y/o marcadores, Cuadro 2. Detectando los pensamientos automáticos y los pensamientos eficaces, y Lámina 2. Misma situación, dos respuestas diferentes Pensamientos Automáticos. Desde que somos niños/as, tratamos de comprender lo que pasa a nuestro alrededor para poder adaptarnos a nuestro entorno. Este proceso de adaptación implica buscar explicaciones de lo que les sucede a otras personas, pero especialmente lo que nos sucede a nosotros mismos. Algunas de estas explicaciones nos dejan satisfechos y por lo tanto les damos credibilidad o veracidad (es decir, creemos en ellas, no importa si son verdaderas); en cambio las que no nos ayudan a entender lo que pasa, pronto las desechamos. Las explicaciones que nos resultan más creíbles se van acumulando en nuestra mente. Muchas de las cosas que hemos aprendido fueron producto de las respuestas que nos dimos para explicar nuestras experiencias pasadas, y a partir de ellas es que seguimos explicándonos las experiencias actuales e incluso, las que imaginamos que podrían ocurrir. Estas respuestas especialmente las que nos ayudaron a adaptarnos a situaciones difíciles se van convirtiendo en creencias fijas y se van configurando en nuestra mente hasta formar algo que se llama esquema de creencias. El esquema de creencias de cada persona está organizado como las capas de las cebollas, las capas superficiales van envolviendo a las más profundas. A las creencias que están en el centro de la cebolla (las primeras que salieron del tallo) les llamaremos creencias centrales, que a su vez inciden en el desarrollo de una serie de creencias intermedias, y que a su vez favorecen el desarrollo de pensamientos automáticos. Los pensamientos automáticos (PEN-A) son palabras que nos decimos a nosotros mismos como si fuera una conversación en nuestra mente pero también son imágenes que pasan rápidamente por ella. Somos conscientes de unos, pero de otros no tanto y son específicos para cada situación. Los PEN-A constituyen el primer eslabón cognitivo de lo que se conoce como procesamiento irracional de la información. Los PEN-A influyen de forma importante en nuestras respuestas emocionales y comportamientos, esto es, lo que hacemos o lo que decidimos, es decir, en la forma en cómo interactuamos en la vida, etc. Una persona pueden tener varios pensamientos a la vez… a veces son tan fugaces que ni alcanzamos a mirarlos, otras veces nos son tan conocidos pues no han estado con nosotros casi toda la vida. Los PEN-A vienen a nuestra mente como las cartas que tira el “gritón” de la lotería, una tras otra, y con prisa, y así como sucede en la lotería, estamos tan al pendiente que las cartas/imágenes que azarosamente va sacando el “gritón” que dejamos de pensar en otras posibilidades. A veces creemos que el “gritón” saca con mayor frecuencia ciertas cartas. En consecuencia, elegimos la plantilla que tiene esas imágenes porque pensamos que así vamos a ganar. Justo así se van organizando los PEN-A en nuestra mente. Hay imágenes tan recurrentes en nuestra vida que se fueron acumulando poco a poco en nuestra mente carta por carta hasta formar una planilla de imágenes; las personas juegan a ganar con estas planillas. La mente entonces se cierra a dos opciones: “La tengo”/“No la tengo”, lo demás no importa. Y si acaso nuestro amigo, pareja, hermano, compañero, etc. nos dice, “Yo sí la tengo”, pues pensamos: “No me importa, si no está en mi plantilla/mente, me tiene sin cuidado si hay alguien a quien le preocupe eso”. Cuando la vida va sacando las cartas/imágenes que coincide con las que traemos en nuestra planilla/mente, confirmamos que es la planilla ganadora y seguimos apostando a esas mismas imágenes. Pero si perdemos, solemos culpar a los demás: “Se confabularon contra mí”, “Me hicieron chanchullo”, “Me echaron la sal” o cualquier cosa parecida a esas.
El terapeuta les puede presentar una plantilla de lotería para ilustrar sus ideas. Dicho de otra manera, muchas personas suelen tener una plantilla de pensamientos automáticos en su mente, creen que porque alguna vez les hizo ganar en la vida, siempre van ganar con esa misma plantilla de ideas. Nada más alejado de la realidad, las consecuencias de nuestros pensamientos y acciones no es asunto de buena o mala suerte. Nadie puede ganar en la vida cuando tiene la cabeza llena de pensamientos inflexibles. Las personas que consumen drogas tienen continuos pensamientos dañinos que suelen aparecer de forma automática en nuestra mente. Lo que ellas ignoran es que estos pensamientos dañinos muchas veces carecen de fundamentos reales, sin embargo hacen que en una persona se sienta triste, a disgusto, enojada, rabiosa, celosa, perpleja, iracunda, hostil, irritable, fastidiada, hostil, afligida, extravagante, temerosa, etcétera, cuando no hay ninguna razón objetiva para sentirse de esta manera. Estos pensamientos negativos y dañinos pueden impedir que las personas que consumen SPA se comprometa en actividades que le harían sentirse bien consigo mismas, y es probable que experimenten pensamientos críticos acerca de sí mismos como "He acabado con mi vida", "Que caso tiene salir adelante estando donde estoy", “¿A quién le importa lo que yo haga?”. Algunas de las características de los PEN-A son: Son mensajes específicos, a menudo parecen taquigráficos. Son creíbles a pesar de ser irracionales y no basarse en evidencia suficiente. Se viven como espontáneos o involuntarios, difíciles de controlar. Suelen conllevar una mirada estrecha: tienden a producir una determinada percepción y evaluación de los eventos. Los PEN-A constituyen uno de los disparadores más frecuentes del consumo, por ello debemos aprender a identificarlos y detenerlos. Como las otras personas no saben cómo estamos pensando, si llegamos a necesitar ayuda, apoyo o conocer una opinión distinta debemos empezar por compartir nuestros pensamientos. Los terapeutas pueden explicar estas ideas apoyándose en un lenguaje lego, adecuado a los/as asistentes. De lo que se trata es que las personas puedan identificar que la interpretación de una situación, más que la situación misma, a menudo expresada en forma de PEN-A, influye sobre las respuestas emocionales y en sus comportamientos. Si una persona interpreta una situación de determinada manera actuara en consecuencia a ella, pero si la interpreta de una manera distinta lo hará de manera diferente. En muchas ocasiones, las circunstancias se interpretan errónea o negativamente, poniendo obstáculos a lo que podría ser sencillo de resolver. Si nuestra percepción está embrollada y distorsionada, nuestras emociones serán inadecuadas. Por el contario, si hay una mejor comprensión de lo que está pasando, las respuestas conductuales serán claras. Las respuestas emocionales y conductuales presentan una correspondencia con nuestros pensamientos automáticos, de modo que cada componente afectará y se verá afectado por los otros dos. De ahí la importancia de aprender a identificar los pensamientos poco funcionales que se disparan de manera automática ya que muchos de ellos carecen de evidencia. Identificando los PEN-A. Para este ejercicio, el terapeuta puede apoyarse en la Lámina 2 Misma situación, dos respuestas diferentes, [la primera pensada para varones, la segunda para mujeres] la cual mostrará a los pacientes para que analicen cómo una misma situación puede ser interpretada de distinta manera, y de acuerdo con esas interpretaciones las respuestas emocionales y conductuales serán distintas. El terapeuta puede mostrar esta lámina a sus compañeros e invitarlos a la reflexión. ¿Por qué se imaginan que ante una misma situación las dos personas reaccionaron de manera diferente?, ¿Qué cosas pueden determinar este tipo de reacción?, ¿Qué imaginan que estaba pasando por la mente de ellos de tal forma que tuvieron conductas bien distintas?, etc. Después de discurrir acerca de lo que pensaron los personajes de las láminas, si aún tiene tiempo, puede pedir el apoyo de un/a voluntario/a para hacer un ejercicio con él/ella y ayudarle a identificar sus PEN-A. O bien, puede hacerlo en plenaria, con todo el grupo, a manera de llovizna de ideas.
En cualquiera de los dos casos, se sugiere aplicar el método socrático, conduciendo un análisis reflexivo para facilitar que las personas identifiquen sus PEN-A que los hacen emitir juicios negativos o estereotipados. Para ello se proponen las siguientes preguntas: ¿De qué manera podemos anticipar nuestras respuestas reactivas para no meternos en líos? ¿Alguien quiere dar un ejemplo en el que reaccionó de manera impulsiva o sin pensar? ¿Qué ideas o imágenes pasaban por tu mente cuando hiciste eso? ¿Qué pensamientos pudieron haberte llevado a tomar otra decisión? ¿Si tuvieras oportunidad de volver a estar en esa situación qué pensarías diferente ahora?, etc. La pregunta toral aquí es: ¿Qué estaba pasando por tu mente en ese momento? Si el terapeuta observa que el voluntario o alguno de los pacientes, da muestra de que su estado de ánimo se está alterando, pregunte inmediatamente ¿qué (imágenes) está(n) pasando por tu cabeza en este momento? Escriba en una hoja grande o en el pizarrón, de forma breve, el pensamiento o la imagen mental y trabaje con él/ella in situ esta situación. También puede apoyarse en la primera columna del Cuadro 2. Detectando los pensamientos automáticos y los pensamientos eficaces, el cual puede hacerse en una hoja bien grande o proyectarse. El terapeuta podrá escribir en las dos primeras columnas las situaciones y los PEN-A que los pacientes vayan refiriendo de su vida cotidiana, así formarán su propia petroteca. Construyendo Pensamientos Eficaces (PENS-E) La buena noticia es que podemos aprender a cambiar los pensamientos/imágenes y romper con esas plantillas rígidas. Entre más opciones tengamos mayor libertad tendremos. Lo primero es decidir en qué vamos a enfocarnos. Cada persona tiene la libertad de decidir cómo va a pensar. Nadie puede forzarnos a pensar de forma dañina. El propósito ahora es identificar los pensamientos eficaces (PENS-E) que pueden sustituir a los pensamientos automáticos para esa misma situación. Esta vez el terapeuta anotará en la tercera columna los pensamientos eficaces que los pacientes refieran, así harán su propia cosecha intelectual. Al final, las personas habrán hecho un ejercicio muy importante: pensar, es decir, pensar la manera de pensar eficazmente. Cuadro 2. Detectando los pensamientos automáticos y los pensamientos eficaces Situación
PEN-A
PENS-E
Las primeras veces que venía a CIJ
Espero que nadie me vea aquí, Qué demonios voy a hacer en ese lugar, es más, no necesito ayuda de nadie, cuando yo quiera dejo de drogarme
Asistir a CIJ me va ayudar a aprender cosas y útiles para mi vida. Participaré en todos los ejercicios que me pongan pues me ayudara a mejorar como persona
Pensaba, sólo he tomado tres mataratas, no creo que haya El sábado en ese antro me estaba sintiendo súper bien problema para ir a dejar a mis amigas a sus casas.
No estoy acostumbrada a tomar y tres copas tal vez no sean mucho pero me siento un poco mareada, si manejo puedo tener un accidente
Cierre y ejercicio para casa. El terapeuta les solicita que en una hoja en blanco anoten los PEN-A y los PENS-E que logren identificar a lo largo de los días en que no se verán, lo cual puede ser de gran utilidad para evitar consumir. Puede solicitarles que los traigan para la sesión siguiente, si así lo considera. Les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión y les confirma que han tomado la decisión correcta al haber asistido a su sesión de hoy.
LÁMINA 2. MISMA SITUACIÓN, DOS RESPUESTAS DIFERENTES
Situación Están pasando demasiadas cosas en mi vida, demasiado rápido.
Pensamiento automático
Me vale “#$%&” lo que digan
Respuesta
¿Quién no quiere sentirse poderoso?
EL QUE QUIERE QUEDAR BIEN CON TODOS
EL MACHIN
EL BORRACHO
Situación
Pensamiento eficaz
Respuesta
Están pasando demasiadas cosas en mi vida, demasiado rápido.
EL QUE QUIERE QUEDAR BIEN CON TODOS
Lo voy a lograr. Ya llevo varias semanas sin consumir. ¡Esfuérzate!
EL QUE SABE LO QUE QUIERE
Qué bien me siento conmigo mismo mismo en mi vida
LA ABSTINENCIA
LÁMINA 2. MISMA SITUACIÓN, DOS RESPUESTAS DIFERENTES
Situación
No estoy segura de sentirme amada
Pensamiento automático
Respuesta
¿Quién no desea sentirse amada? No importa a qué precio
Así estaré más cerca de él
EL CORAZÓN QUE NO SE S ABE AMADO
LA QUIMERA
LA QUE MORDIO EL ANZUELO
Situación
Pensamiento eficaz
Respuesta
No estoy segura de sentirme amada
El CORAZÓN QUE NO SE S ABE AMADO
Si duele, no es amor, es violencia
LA QUE S ABE CURAR SUS HERIDAS DE AMOR
No más gatos en mi vida
LA ABSTINENCIA SIN VIOLENCIA
Tema 3. Identificando las Respuestas Emocionales Saboteadoras Objetivos: 1. Identificar y detener las respuestas emocionales saboteadoras (RES) que favorecen la cadena de consumo. Material: Pizarrón u hojas bien grandes, gises o marcadores, y Lámina 3. Respuestas Emocionales Saboteadoras asociadas al consumo. Las Respuestas Emocionales Saboteadoras. Desde que somos niños/as estamos atentos a lo mucho o poco que nos aman los demás y de lo valioso que somos para las personas que amamos. A menudo, evaluamos nuestras capacidades, estima y valía personal de acuerdo a lo que imaginamos que los demás esperan de nosotros; si cumplimos con esas expectativas seremos amados, de lo contrario nos amaran menos, y nos sentiremos menos. Por si seguimos por este camino, es fácil llegar a confundir nuestros propios deseos con las exigencias que otros tienen sobre nosotros, sobre todo si los otros nos tratan mal. Muchas personas crecimos así, anteponiendo esas exigencias ajenas (y muchas veces imaginarias) a lo que nosotros realmente deseábamos y sentíamos, hasta que terminamos por subordinarnos a ellas. Estas exigencias irracionales se van quedando en nuestra mente como las letras de las canciones que nos cantaron de niños, basta escuchar la primera estrofa para que empecemos a entonar la canción completa. Cuando las exigencias son muy altas, es fácil imaginar que nuestra estima y valor propio serán muy pobres. De esta manera, nuestra autoestima y nuestras capacidades serán tasadas de acuerdo a esas exigencias irracionales que se quedaron inscritas en nuestra mente. Esas exigencias irracionales terminan convirtiéndose como un cernidor severo de nuestras cosas buenas, nuestra estima, nuestro valor y nuestras capacidades. El resultado es que nos censuramos a nosotros mismos. Todo lo que sentimos lo pasamos por ese rancio cernidor, ocasionando que todo lo bueno que somos y tenemos se escurre, y lo único que retiene es lo malo. De esa manera terminamos sintiéndonos pésimos, con emociones que nos amargan la vida o con respuestas emocionales estereotipadas a todo cuando nos pasa siempre la misma cantaleta en nuestra cabeza como si tuviéramos un disco rayado en ella. Justo así, las emociones negativas se reproducen como los disco rayados, así como se repite la misma cantaleta cuando se atora la aguja en los surcos del disco, así se activan las emociones negativas cuando corren por una serie de pensamiento automáticos. 1
Cuando las respuestas emociones negativas son intensas suelen ser muy dolorosas y pueden interferir (sabotear) en la capacidad para pensar con claridad, resolver problemas, actuar de manera eficaz y lograr satisfacción, por eso les llamaremos respuestas emocionales saboteadoras (RES). Las respuestas emocionales negativas no convierte necesariamente ese estado en irracional. Lo que determina si son o no saboteadoras es su base cognitiva y el grado de malestar que nos provocan. Ejemplos de estas respuestas son el temor, cólera, rabia, furia, remordimiento, culpa, celos, ansiedad, resentimiento, vergüenza, tristeza, enojo, frustración, abatimiento, aborrecimiento, acritud, aflicción, aprensión, aversión, congoja, desdén, desesperación, desprecio, disgusto, dolor, pena, pesar, engreimiento, envidia, exasperación, hostilidad, humillación, indignación, irritabilidad, menosprecio, mortificación, pesimismo, fastidio, “nerviosismo”, extravagancia, entre muchas otras. Cuando las RES son demasiado intensas pueden tener consecuencias graves para la persona y para quienes los rodean, generando conflictos innecesarios: “No era yo” “No quería lastimarla”, “Sólo quería corregirlo” “No me pude contener” “Esa no era la intensión” “No me pude controlar”, y demás. En esta parte de la sesión no se trata de desafiar el sentir de a los pacientes ni de discutir si sus emociones son correctas o incorrectas, mucho menos de regañarlos por sentirlas, sino de que las evalúen y analicen cómo las RES operan como aliadas de los pensamientos automáticos. Los terapeutas pueden explicar estas ideas apoyándose en un lenguaje lego, adecuado a los/as asistentes. 1
Se llaman emociones negativas no porque sea malo sentirlas, de hecho todas las personas las experimentamos en mayor o menor medida, sino por el de que provocan sentimientos disfóricos o estrés que pueden llevar a la persona a interpretaciones equívocas de situaciones.
Por ejemplo: Las abuelas solían decir muy al estilo de Rómulo Gallegos que cuando la cabeza se nos llena de rebullones era señal de mal agüero, no porque efectivamente algo malo fuera a pasar, sino porque creíamos tanto en nuestras imaginaciones que algo malo terminaba por pasarnos. Los rebullones son unos pajarracos inventados por Juan Primitivo, el lacayo descrito como bobo y loco al servicio de las brujerías de Doña Bárbara. Juan Primitivo alimentaba esas aves de mal agüero en cazuelas extendidas y diseminadas en su imaginación. Así como Primito alimentaba esos pájaros imaginarios para saciar la sed de los malos espíritus, así las personas alimentamos con nuestras respuestas emocionales negativas los pensamientos de mal agüero. Por ejemplo: a) las personas ansiosas se preocupan demasiado por la anticipación de peligros; b) las personas deprimidas se obsesionan con sus pérdidas o faltas, el sesgo es negativo; y c) las personas que todo el tiempo están irritadas se centran en lo injusta que ha sido la vida con ellas o en la inaceptable conducta de los demás, etc. Y así como en la novela de Rómulo Gallegos, los rebullones negros como demanda la ingenuidad de la cultura popular solían juntarse en bandadas en los espacios abiertos del hato “El Miedo”, presagiando malos tiempos u oscuros planes de parte de la doña, así también los RES se nos arremolinan en la mente y nos confunden, nos hacen tomar decisiones apresuradas, más llevadas por la pasión y la con-pulsión, pues nos sentimos presas del miedo, el cólera, la rabia, la ansiedad persecutoria, el menosprecio, etc. Sin embargo, la relación no es diádica ni lineal [RES pensamientos o conductas automáticas] sino que se da a través de una cadena conductual, que para los fines que nos ocupan se traduce en una cadena de consumo: 1. El terapeuta explica la manera en como las RES se intensifican afectando a la persona y a quienes la rodean. 2. Explica la cadena de consumo en la que un pensamiento automático se asocia a una RES, y estos con otros en cascada que al intensificarse precipitan la conducta impulsiva, es decir, el abuso de sustancias (u otras conductas dis-funcionales) que vienen seguidas de consecuencias negativas (personales, familiares, físicas, escolares, económicas, etc.). Identificando las Respuestas emocionales saboteadoras. Las respuestas emocionales saboteadoras son afectos intensos habitualmente de corta duración que surgen repentinamente cuando se ha vivido o vive una experiencia negativa. Muchos personas no distinguen con claridad la diferencia entre lo que están pensando y lo que están sintiendo. El terapeuta debe de acompañarlos con espíritu de discernimiento para darle sentido a sus experiencias y tener una mejor comprensión de las situaciones narradas en la primera parte de la sesión. Para este ejercicio puede apoyarse en la Lámina 3 La cual muestra rostros de personas expresando sus emociones. Es solo un ejemplo, el terapeuta puede enriquecerlo o cambiarlas, también puede utilizar imágenes recortadas de revistas y pegarlas en una hoja bien grande para trabajar con ellas. La idea es que los pacientes traten de discernir las emociones que están experimentando las personas de la imagen. No se trata de imaginar qué les paso a esas personas ni mucho menos de describir las imágenes, sino de nombrar las emociones. Una misma imagen puede ser interpretada de distinta manera, en cuyo caso se analizara en grupo. El terapeuta debe invitarlos a ir más allá de las meras expresiones onomatopéyicas o las voces expletivas, especialmente en los grupos de varones. Después, se les pide a los participantes que digan por qué se imaginaron que eso es lo estaban sintiendo esas personas, a partir de lo cual el terapeuta explorará si alguna vez ellos/as estuvieron en una situación similar. Se da un tiempo razonable para que los participantes narren sus experiencias, después de lo cual les hará la pregunta toral: ¿Qué fue lo que sintieron en ese momento?
El propósito es que las personas terminen reflexionando acerca de sus propias respuestas emocionales. Para ello puede pedir el apoyo de un/a voluntario/a y hacer un ejercicio personalizado, o bien, puede hacerlo en plenaria, a manera de llovizna de ideas. No se trata de analizar todas las situaciones en las que la persona se sintió disfórica, sino que se trata de apuntalar a la reducción del malestar emocional relacionado con las interpretaciones equívocas de esas situaciones. Toda vez que muchas personas, especialmente los varones, tienen dificultades para leer (e identificar) sus emociones, y por el contrario suelen responder acerca de lo que pensaron o de lo que hicieron entonces, el terapeuta puede colaborar con ellos preguntándoles ¿Y qué sentías mientras pensabas/hacías eso? No debe sonar a que él/ella tiene la culpa. Si el terapeuta observa que el voluntario o alguno de los asistentes, da muestra de que su estado de ánimo se está alterando, pregunte inmediatamente “¿Qué estás sintiendo en este momento? ¿Cómo te hace sentir esto que nos cuentas? Está bien, por eso estamos aquí”. El terapeuta puede ir escribiendo en una hoja bien grande o en el pizarrón, de forma breve, las RES para que los pacientes las tengan presentes en la semana, al tiempo que puede ir ofreciendo respuestas emocionales positivas. También puede apoyarse en el Cuadro 3. Abajo se expone el ejemplo de una persona que compartió sus experiencias emocionales en el grupo. Cuadro 3. Respuestas Emocionales Saboteadoras (RES) asociadas al consumo de SPA Situación
El otro día volví a probar drogas, la neta no quería pero dije, nomás un tantis y ya.
Interpretación equívoca (Reglas, actitudes y presupuestos disfuncionales)
RES ¿Y qué sentías mientras pensabas eso?
Luego pensé, pendejo, otra vez ya estas con tus cosas, no se te va a quitar lo mariguano Y es que como vengo aquí pues se supone que ya nunca la iba a probar.
O sea, si me sentí bien acá, así como muy, cómo le dijera… la neta si me dio harto sentimiento, pensé, chale, no la voy a dejar… Bueno, sentí como que me apretaban el pecho y me levanté al otro día de malas, como bien nervioso de que me cacharan. Creo que me enoje conmigo, pero también sentí tristeza porque pensé que yo no voy a poder dejar nunca esta madre [la droga].
Este cuadro puede hacerse en una hoja bien grande o proyectarse en un pintarrón para ir llenando las columnas con ejemplos de la vida cotidiana que los pacientes vayan refiriendo. Esta parte de la sesión es compleja, pues el terapeuta debe ir tejiendo un rapacejo entre interpretaciones equívocas, las respuestas emocionales saboteadoras que las personas vayan identificando y la intención de ir a buscar drogas. Al final, las personas habrán hecho un ejercicio muy importante: dejarse sentir sin censura. Cierre y ejercicio para casa. El terapeuta les solicita que en una hoja en blanco anoten ejemplos en que hayan reaccionado de manera negativa y así como las respuestas emocionales saboteadoras que identifiquen a lo largo de los días en que no se verán, lo cual puede ser de gran utilidad para detener su cadena de consumo. Puede solicitarles que los traigan para la sesión siguiente, si así lo considera. Les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión y les confirma que han tomado la decisión correcta al haber asistido a su sesión de hoy.
LÁMINA 3. IDENTIFICANDO RESPUESTAS EMOCIONALES SABOTEADORAS
Tema 4. Distorsiones cognitivas, una puerta abierta al consumo Objetivo: 1. Identificar y cuestionar la evidencia de las distorsiones cognitivas que favorecen la cadena de consumo. 2. Cuestionar la evidencia de las distorsiones cognitivas, su validez o las ideas irracionales que las sostienen. Material: Hojas grandes, marcadores, Lámina 4 o Cuadro 4. Distorsiones Cognitivas asociadas al consumo. Distorsiones cognitivas. Desde que somos niños tratamos de organizar nuestras experiencias acerca de nuestras propias capacidades, de lo mucho o poco que nos sentimos amados y del valor que creemos tener ante los demás. A menudo, evaluamos nuestras capacidades, estima y valía personal de acuerdo a una serie de falsas creencias llevados por la única intención de explicarnos y darle coherencia a las cosas que nos pasan y a la forma en cómo los demás nos tratan. De esta manera llegamos a confundir nuestros propios deseos con las exigencias (irracionales) que otros tienen sobre nosotros, sobre todo si los otros nos tratan mal. Muchas personas crecimos así, anteponiendo esas exigencias ajenas e irracionales a nuestras preferencias, hasta que terminamos por hacerlas propias. Las respuestas que nos damos para explicar nuestras experiencias pasadas y actuales (e inclusive, las que imaginamos que podrían ocurrir) se van inscribiendo en nuestra mente en dosis homeopática. De esta manera gota a gota se va formando en nuestra mente un esquema de creencias tipo queso chihuahua (¿o asadero?) o tipo cebolla, en donde una capa va envolviendo a otra, o como las umbelas de las casas, una tira de tejas soporta a las que les siguen. Estas creencias no siempre son funcionales y racionales, de hecho muchas de ellas son totalmente infundadas y por lo tanto irracionales. A las creencias que están en el centro de la cebolla (las primeras que salieron del tallo) les llamaremos creencias centrales, que a su vez inciden en el desarrollo de una serie de creencias intermedias, y que a su vez favorecen el desarrollo de pensamientos automáticos. Cuando las personas tienden a persistir recurrentemente en los pensamientos automáticos se vuelven reiterados, existe una tendencia negativa sistemática en el procesamiento cognitivo de la información. A esta tendencia sistemática negativa le llamaremos distorsiones cognitivas (DIS-CO) o errores inferenciales del pensamiento. Las DIS-CO son evaluaciones cognitivas rígidas y estereotipadas ligadas a las situaciones específicas que nos hacen sacar conclusiones apresuradas con respuestas estereotipadas. Las DIS-CO son maneras erróneas de pensar, concretas y habituales, y derivan de creencias personales o significados subjetivos casi siempre aprendidos en nuestra niñez. Estas distorsiones se expresan a través de los pensamientos e imágenes de las personas, y que aparecen en situaciones donde hay una intensa alteración emocional, lo que contribuye a que no nos demos cuenta de ello y de cómo influye en nuestra forma de actuar. Los que saben, dicen que las DIS-CO son como los discos rayados de la abuela, funcionan de manera automática, reiterada y sin control, y hacen buena publicidad a los conflictos del (co)razón. El caso es que las distorsiones cognitivas terminan operando como un cedazo de nuestras experiencias a partir del cual las personas procesamos la información de manera irracional, donde todo lo bueno que somos y tenemos se nos escurre y lo único que retenemos es lo malo. Identificando las DISCO que nuestra mente reproducen sin pensar Entonces, cómo podemos identificar las DISCO que llevamos en nuestra cabeza: Se activan de manera automática, no están basados en la razón ni en la lógica, y se reproducen gracias a la baja opinión que las personas tienen de sí misma (esta es la batería que los alimenta). Son irracionales, carecen de evidencia y se hacen acompañar de la banda sonora Respuestas Emocionales Saboteadoras Se disfrazan de “verdades absolutas” para parecer absolutamente creíbles en el momento en llegan a nuestra mente, por eso las aceptamos como razonables, y las consideramos ciertas y realistas. En la Lámina 4 se describen algunas de las DISCO más sonadas que reproduce la mente de las personas que consumen drogas.
La terapeuta la mostrará a los asistentes con el objetivo de que cada quien identifique las rolas que más suenan en su mente después de lo cual se analizan las consecuencias de estas distorsiones cognitivas en la forma en cómo se relacionan con los demás y en las decisiones que toman, especialmente en su decisión de consumir drogas. Puede anotar en una hoja grande (o en un pizarrón) las consecuencias que las personas identifiquen de haber reproducido por tanto tiempo estas DIS-CO en sus vidas. Toda vez que las DIS-CO se refieren a la validez de los pensamientos automáticos la pregunta toral que hará el terapeuta será: ¿Son verdaderos o son falsos? Dicho de otra manera: ¿Hasta qué punto están fundamentados (evidencia) o se desprenden de razonamientos erróneos? Si la lámina le parece muy sosa, el terapeuta puede recurrir al Cuadro 4 y explicarlas a los pacientes buscando el mismo objetivo. Cierre y ejercicio para casa. El terapeuta realiza una síntesis de aspectos sobresalientes de la sesión y solicita que en una hoja en blanco anoten ejemplos de las distorsiones cognitivas más frecuentes que identifiquen a lo largo de los días en que no se verán, lo cual puede ser de gran utilidad para detener su cadena de consumo. Puede solicitarles que los traigan para la sesión siguiente, si así lo considera. Les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión y les reafirma que han tomado la decisión correcta al haber asistido a su sesión de hoy.
LÁMINA 4. DISTORSIONES COGNITIVAS [LOS DISCOS (RAYADOS) MÁS VENDIDOS]
Sé lo que va a pasar
El Adivinador del Futuro. Incluye las mejores cantaletas para predecir o profetizar el resultado de un evento antes de éste que ocurra. Incluye la banda sonora de los hombres que se sienten A-Divinos Envía la canción “Adivina adivinador” a tu celular
Para muestra basta un botón
Borracho yo he nacido y sé perfectamente que borracho he de morir. Para quienes gustan de centrarse en un detalle fuera de todo contexto, no le aunque que haya cosas más relevantes, explican tooodo con base a ese detalle. La nueva tendencia musical: seleccionar experiencias para apoyar sus ideas de desesperanza. Envía la canción “El que nace pa maceta” a tu celular
¡El culpable soy yoooo…!
Mía, la culpa es sólo mía
A ese que le corten la cabeza
Bara, bara, las mejores melodías para aquellos que se atribuyen toooda la culpa o la responsabilidad de tooodo lo malo que les pasa a ellos/ellas o a los demás, no importa que ni haya estado ahí cuando eso paso. Envía la canción “El que se tira pa’que lo levanten” a tu celular
Haiga sido como haiga sido. Llévate las mejores letras para echarle toooda la culpa o responsabilidad a tooodos de lo que a ti te pasa. Incluye el sencillo: “No me echen la culpa a mí, culpable no he sido yo, tú tienes toda la culpa de todo lo que pasó”. Envía la canción “A ese que le corten la cabeza” a tu celular
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Interpretada por la mismísima Betty la Fea, esa que basándose en un error que cometió en su vida ¿o en una imperfección de su cuerpo? se creó y creyó TODA una identidad negativa. Envía el tono “Soy Betty la fea” a tu celular
LÁMINA 4. DISTORSIONES COGNITIVAS [LOS DISCOS (RAYADOS) MÁS VENDIDOS]
Soy tan sólo un mal recuerdo para ti. Las mejores letras para los niegan cualquier cualidad o acierto que puedan tener. ¿Me puede pasar otro cuchillo? Puras fallas conmigo
Incluye el sencillo “Nada me sale bien” interpretada por Lagrimita. Envía el tono “No hago nada bien” a tu celular
No puedo sacarlo de mi mente. Incluye el sencillo “La depresión tiene su propio libreto”: Vives consumido por tu propia historia/ todo lo haces basado en frustración/ aunque te pongan el mundo delante de tu nariz/ no puedes entrar ni puedes salir. Envía el tono “No puedo sacarlo de mi mente” a tu celular
El día que yo quiera dejar la droga, la dejo
Te vas cuando yo quiero que te vayas, a la hora que yo quiera te detengo. Música pensada para todas aquellas personas que creen tener el control de todo. Advertencia: el consumo excesivo de este producto responsabilidad de quien lo usa, no de quien lo fabrica.
es
Envía la canción “El día que yo quiera la dejo” a tu celular Me tocaron malas cartas
Que injusta ha sido la vida conmigo. La nueva tendencia musical a valorar como injusto todo lo que no coincide con nuestros deseos personales. Incluye las canciones: No hay derecho, Maldita sea mi suerte, Si de verdad me quisieras, y el éxito La ingrata. Envía la rola “Vocación de mártir” a tu celular
Me pasan el alcohol pa’l piquete de alacranes
Siempre hemos sido los briagos del barrio. Para los que creen que el bienestar propio depende exclusivamente de lo que los demás hagan o de que ellos cambien. Incluye la letra: Borracho yo he nacido, borracho yo he crecido y sé que borracho he de morir. Culpo yo al destino que me marco el destino que tengo que seguir. Envía la canción “No soy yo, eres tú” a tu celular
LÁMINA 4. DISTORSIONES COGNITIVAS [LOS DISCOS (RAYADOS) MÁS VENDIDOS]
No tengo trono ni reina ni nadie que me tolere, pero sigo siendo el rey. Preventa exclusiva para aquellos que se creen muy gallos, aunque no tengan ni plumas para probarlo. Incluye el sencillo: Todos están mal menos yo. Pelón y con piojos
Envía la canción “Pelón y con piojos” a tu celular
No oigo no oigo, soy de palo. Para los que teniendo orejas no escuchan de razones ajenas por creer que tienen la verdad absoluta. Incluye orejeras para ayudar a disimular que no quieren oír. Envía la rola “No hay peor sordo que el que no quiere oír” a tu celular Abracadabra
Necesito ayuda pero soy demasiado orgulloso para pedirla. Para los que creen que las cosas se van a arreglar mágicamente, así sin hacer nada. Incluye la rola: “Cómo sacarse la lotería sin comprar el boleto”. Envía la rola “Solamente la mano de dios podrá rehabilitarme” a tu celular
El no falla que falla
Ya estoy viendo moros con tranchetes. Para los que piensan de antemano que no van a poder dejar las drogas, y lo toman como ya un hecho. Incluye la letra: “Perdón CIJ de mi vida, perdón si es que te he fallado, perdón tratamiento amado, dame tu perdón”. Envía la rola “Moros con tranchetes” a tu celular
Ya sé lo que me van a decir. Para las personas que gustan de interpretar las intenciones de los demás contra ellos mismos. Incluye el sencillo: Para que voy si de todas maneras no me van a decir que no. Envía la rola “Borra tus propias intenciones” a tu celular El exagerado no vino
Sin dolor no te haaces feliz. Para las personas que tienen el gusto de magnificar todo lo negativo de las situaciones, de exagerar las cosas que salen mal. Envía la canción “Sin sangre no hay culpa” a tu celular
LÁMINA 4. DISTORSIONES COGNITIVAS [DISCOS (RAYADOS) MÁS VENDIDOS]
Soy tan pequeña. Para quienes tiene miedo desplegar sus capacidades y habilidades, y prefieren pasar por invisibles. Incluye la rola: Tengo miedo de desplegar mis propias alas porque a lo mejor lastimo a alguien. Corazón infectado de miedo
Envía la canción “Corazones infectados de miedo” a tu celular
Pues deberías haber sabido que eso no me gusta. Para quienes creen que las demás personas deberían adivinar nuestros pensamientos y necesidades, o adelantarse a nuestras intenciones. Incluye el sencillo: No pienses, intuye. Envía la canción “Adivina lo que estoy pensando” a tu celular
Así debe de ser
Así es como deben hacerse las cosas Para los que tiene el gusto de exigirse a sí mismo, de exigirle a los demás y a la vida misma que las cosas deben de que ocurrir, por fuerza, de una manera determinada. Envía la canción “Sermón de cuaresma” a tu celular
En la vida sólo hay de dos sopas Para los que creen que un “No” significa “NUNCA” y un “Sí” significa “SIEMPRE”. Incluye las letras de las canciones: Blanco/Negro, Todo/Nada, Perfecto/Inútil, Malo/Bueno, Gorda/Flaca… Envía la rola “Sólo hay de dos sopas” a tu celular
¿Está enojayo conmigo?
Échame a mí la culpa de lo que pasa, cúbrete tú la espalda con mi dolor. Para los que se sienten de todo, se creen todo, se compran todo, y hasta lo que no se comen les hace daño. Envía la rola “¿Estaban hablando de mí?” a tu celular
LÁMINA 4. DISTORSIONES COGNITIVAS [LOS DISCOS (RAYADOS) MÁS VENDIDOS]
Me comunico contigo por intuición Solo para quienes tiene la capacidad de tomar decisiones a partir de lo que intuyen, presienten o presagian que algo malo pasó o va a pasar. Incluye el sencillo: Tengo un presentimiento, seguro algo malo va a pasar. Envía la rola “Soy puro sentimiento” a tu celular
No eres más que un objeto, mercancía para comprar. Para quienes son expertos en andar criminando gente y gustar de estar reciclando las etiquetas y poniéndolas a las demás personas. Incluye las rolas: Así es ella; Así es esa gente; Todos son así… Marca reciclada
Envía la canción “Comido por el odio y el rencor” a tu celular
Me gusta generalizar. Para quienes gustan de sacar una conclusión general a partir de uno o varios hechos aislados y de aplicar esta conclusión a situaciones no relacionadas entre sí. Incluye el sencillo: No me cansaría, de decirte SIEMPRE, pero SIEMPRE, SIEMPRE… Envía la canción “El amor TODO lo perdona” a tu celular
Visión de túnel
Sin ti, qué me puede ya importar si lo que me hace gozar está lejos de aquí. Sin ti es inútil vivir. Para los que viven dentro de un túnel y se niegan a ver más opciones. Incluye el sencillo: Yo vivo obsesionado contigo. Envía la canción “Comido por el odio y el rencor” a tu celular
Yo sé que sufriré, mi nave cruzará un mar de soledad, la nave en que me iré lleva una cruz de pesimismo. Para quienes se la viven pensando en catástrofes, desastres y calamidades. Incluye el sencillo: ¿Y si nos pasa algo? Lismosnas de llanto reciclada
Envía la canción “Sólo vengo a pedir limosna de llanto” a tu celular
Cuadro 4. Distorsiones cognitivas Adivinación del futuro: Predice o profetiza el resultado de un evento antes de que ocurra. Abstracción selectiva (filtro mental): Consiste en centrarse en un detalle extraído fuera de contexto ignorando otras características más relevantes de la situación y valorando toda la experiencia con base a ese detalle. Auto culpabilidad: Consiste en la tendencia a atribuir sin evidencias la responsabilidad de todos eventos totalmente a uno mismo, generalmente con atribución de culpa. Hetero culpabilidad: Consiste en la tendencia a atribuir sin evidencias la responsabilidad de todos eventos totalmente a los demás, generalmente con atribución de culpa. Auto estigmatización: Hacerse una idea general y negativa de uno mismo a partir de un evento aislado que no logro perdonarse o de un defecto físico. Descalificación: descartar lo positivo de uno mismo, o de las demás personas. Explicaciones tendenciosas: Concentración del pensamiento en torno a una idea concreta asociada con un poderoso componente afectivo. Falacia de control: Consiste en la tendencia a pensar que debe tener el control de todas las situaciones ("Toda la responsabilidad es mía"). Falacia de justicia: Consiste en la tendencia a valorar como injusto todo aquello que no coincide con los deseos personales. Falacia de cambio: Consiste en creer que el bienestar de uno mismo depende exclusivamente de los actos de los demás de que estos cambien su conducta. Razonamiento incorrecto: Creer que siempre tiene la razón en todo lo que dice y hace. Falacia de razón: Consiste en el hábito de no escuchar las razones ajenas ante desacuerdos por creerse uno en posición de la verdad absoluta. Es una tendencia a probar de manera frecuente, ante un desacuerdo con otra persona, que el punto de vista de uno es el correcto y cierto. Falacia de recompensa divina: Supone la tendencia a esperar que los problemas mejoren mágicamente en el futuro sin buscar uno mismo soluciones personales, o dicho de otra manera es la tendencia a no buscar solución a problemas y dificultades actuales suponiendo que la situación mejorará "mágicamente" en el futuro, o uno tendrá una recompensa en el futuro si la deja tal cual. Inferencia arbitraria: Se refiere al proceso de adelantar una determinada conclusión en ausencia de la evidencia que la apoye o cuando la evidencia es contraria; también se le conoce como predicción negativa, que es la tendencia de la persona a imaginar y predecir acontecimientos negativos que van a ocurrir, adoptando la predicción como un hecho. Interpretación del pensamiento: Se interpretan sin base las intenciones de las demás personas hacia uno por lo general de manera desfavorable. Magnificar lo negativo: Se evalúan los acontecimientos otorgándole un peso exagerado en base a la evidencia real. Se tiende a sobrevalorar los aspectos negativos de la situación Minimizar lo positivo: Se evalúan los acontecimientos otorgándole un peso infravalorado en base a la evidencia real. Se tiende a infravalorar los positivos.
Cuadro 4. Distorsiones cognitivas Lectura de la mente: Consiste en la idea de que los otros deberían saber lo que uno quiere, o que la persona tiene la capacidad de "saber" lo que piensan o van a hacer los otros, por lo tanto es necesario verificar sus opiniones. Los “deberías”: Consiste en la tendencia a exigirse a sí mismo a los otros y a la vida que las cosas tienen que ocurrir por fuerza en una determinada dirección. También es el hábito de mantener reglas rígidas y exigentes acerca de la manera en que deben de suceder las cosas. Palabras claves: "Debería ...", "No debería..", "Tengo que..", "No tengo que...", "Tienes que.." Pensamiento dicotómico o polarizado (de todo o nada, blanco o negro, perfecto o inútil): Tendencia a clasificar las expectativas en una o dos categorías opuestas y extremas saltándose la evidencia de valoraciones y hechos intermedios. Valorar los acontecimientos en forma extrema sin tener en cuenta los aspectos intermedios. Personalización: Tendencia excesiva por la persona a atribuir acontecimientos externos como referidos a su persona sin que exista evidencia para ellos. Consiste en relacionar sin base los acontecimientos del entorno consigo mismo. Implica tomar acontecimientos que no tienen nada que ver con uno mismo y hacerlos personalmente significativos sin que existan suficientes pruebas para llegar a esa conclusión. Razonamiento emotivo: Consiste en la tendencia a creer que los sentimientos siempre reflejan eventos reales que lo han producido. La persona formula argumentos basados en el cómo se siente y no en la realidad objetiva. Consiste en creer que lo que la persona “piensa” emocionalmente es cierto, por ejemplo cuando una persona se siente ansiosa piensa que hay un peligro real. Las emociones sentidas se toman como un hecho objetivo y no como derivadas de la interpretación personal de los hechos. Las palabras claves en este caso son: "Si me siento así...es porque soy…/ o ha ocurrido tal cosa..." Rotulación (etiquetar): Consiste en otorgar una etiqueta generalizadora a las personas y eventos usando el verbo “Ser”. También llamada etiquetas globales (poner un nombre general o etiqueta globalizadora a nosotros mismos o a los demás casi siempre designándolos con el verbo "ser"). Sobre generalización: Se refiere al proceso de sacar una conclusión general a partir de uno o varios hechos aislados y de aplicar esta conclusión a situaciones no relacionadas entre sí. Palabras claves que indican que una persona está sobre generalizando son: Todos...Nadie; Nunca…. Siempre...; Todos... Ninguno… “Visión de túnel”: No ve más opciones, mirada no periférica. Las personas tienen a producir una determinada percepción y valoración de los eventos. Visión catastrófica: La persona adelanta catástrofes o desgracias para su vida o sus intereses. Imaginar y rumiar acerca del peor resultado posible, sin que importe lo improbable de la ocurrencia. Consiste en adelantar acontecimientos de modo catastrofista para los intereses personales, en colocarse sin prueba alguna en lo peor para uno mismo. La palabra clave que suele indicar esta distorsión suele ser:" ¿Y si ocurre... tal cosa?".
Tema 5. Las Creencias intermedias, los peldaños del consumo Objetivos: 1. Analizar las creencias intermedias personales que influyen en el consumo de SPA. 2. Que las personas identifiquen sus propias creencias intermedias, de acuerdo a la categorización propuesta, que favorecen el abuso y dependencia a las SPA. Material: Pizarrón, marcadores, y Lámina 5. La escalera de creencias. Creencias intermedias, los peldaños del consumo. En general, las personas no siempre son conscientes de una serie de creencias centrales e intermedias acerca de ellas mismas que están permeando sus comportamientos, en este caso, el de consumir drogas. Desde que somos niños/as, las personas tratamos de comprender lo que pasa a nuestro alrededor; para ello buscamos una explicación de lo que pasa frente a nuestros ojos o lo que nos pasa a nosotros mismos. Así, vamos organizando nuestras experiencias para darle coherencia a esas cosas que nos pasan y a la manera en como las personas que nos rodean nos tratan (padres, hermanos, maestros, amigos, etc.) con el propósito de poder adaptarnos a nuestra familia o comunidad. Las interacciones con el mundo y con los demás nos llevan a adquirir ciertos aprendizajes que conforman nuestras creencias y que son variables en cuanto a su grado de exactitud y funcionalidad. Muchas de las cosas que aprendimos fueron producto de las respuestas que nos dimos para explicar nuestras experiencias pasadas, y a partir de ellas seguimos explicándonos las experiencias actuales (e inclusive, las que imaginamos que podrían ocurrir). Estas respuestas especialmente las que nos ayudaron a adaptarnos a situaciones difíciles se van convirtiendo en creencias fijas y se van acomodando en nuestra mente, como se van acomodando los peldaños en los largueros. De esta manera escalón por escalón se va formando en nuestra mente una escalera de creencias a la que llamaremos esquema de creencias. El esquema de creencias está organizado como una escalera de caracol en donde cada peldaño sigue a otro, en espiral y sin descanso; o como las cebollas, una capa va envolviendo a otra. A las creencias que están en el centro de la cebolla (las primeras que salieron del tallo) les llamaremos creencias centrales, que a su vez inciden en el desarrollo de una serie de creencias intermedias, y que a su vez favorecen el desarrollo de pensamientos automáticos. La mala noticia es que estas creencias no siempre son funcionales y racionales, de hecho muchas de ellas son totalmente infundadas y por lo tanto irracionales. Siguiendo con la analogía de la escalera de caracol, las creencias (irracionales) centrales serán los largueros o el barrote central de la escalera, mientras que la serie de peldaños adheridos al barrote central será la serie de creencias intermedias (irracionales), que a fuerza de transitarlos las personas van dejando huella, las huellas de esos peldaños son los pensamientos automáticos recurrentes (distorsiones cognitivas). El arranque y el desembarco de la escalera, así como su pendiente y longitud, depende de las experiencias de cada persona; la contrahuella depende de cuánto lleve consumiendo la persona. La fecha (dirección) depende de cada persona y de sus deseos de cambiar. El terapeuta puede apoyarse dibujando una escalera de caracol para ilustrar sus ideas. En esta sesión nos ocuparemos de las creencias irracionales intermedias que constituyen el segundo eslabón cognitivo del procesamiento irracional de la información. El arranque y el desembarco de la escalera de creencias serán analizados a lo largo de la sesión Las creencias intermedias consisten en una serie de Reglas, Actitudes y Presupuestos (RAP) a menudo no expresadas. Ejemplo de una regla/expectativas es: “Debo beber lo más duro que pueda para no verme mal con mis camaradas”; ejemplo de una actitud: “Ser una drogadicta es una cosa terrible”; y de una presunción: “Si acepto consumir drogas, él me tomará en cuenta”. Las creencias intermedias influyen en la forma de ver la situación y esa visión a su vez influye en el modo como las personas piensan, sienten y se comportan.
Hay una serie de creencias intermedias propias de las personas que consumen SPA que diversos autores han categorizado en una secuencia, iniciando con las creencias anticipadoras, por ejemplo: "Será divertido", "Probarla de vez en cuando no afecta a nadie", “Mis amigos consumen y nos les ha pasado nada”, etc. En la medida en que la persona encuentra más satisfacción desarrolla creencias románticas que presagian la satisfacción o el escape, por ejemplo: “Me sentiré menos triste y sola”, “Fumando espero al hombre que yo quiero”, "Esto nos unirá más como pareja”, “Será una forma dulce de olvidar”, “Hablando de mujeres y traiciones se fueron consumiendo las botellas”, “Yo soy el aventurero, el mundo me importa poco”; o creencias de poder que prometen una dosis de superioridad por más efímera que resulte, por ejemplo: “¡¿Somos o no somos hombres?¡”, “Abrase piojos que ya llego el peine”, “Aquí esta su padre”, “No’más chocan los pendejos”, “A mí a cabrón nadie me gana”, “Bájate a ver si eres tan hombre”, etc. Seguidas de las creencias de seudoeficacia, por ejemplo: "Seré más divertido y le gustaré más a las chavas", “Me sentiré más seguro”, “Necesito el crack para poder funcionar", “Pinches noñas miedosas, deberían aprender a mí”, “Así me siento más yo-mismo”, “El hambre me tumba pero el orgullo me levanta”, etc. Así, en la medida que la persona va adquiriendo confianza para mitigar los sentimientos de miedo, tristeza, rabia, desesperanza, etc., se van desarrollando creencias asociadas al alivio, como ejemplo: “Con un poquito, no’más una fumada pa’recuperarme”, “Me le pongo, me sentiré de nuevo bien", “Necesito una dosis, con eso seguro se me pasa”, “Me caí que si no la consigo me desmoronaré", "Necesito una coca para salir de este bajón”, “Con una fumadita seguro se me pasa este jodido trago amargo”, etc. De esta manera los consumidores progresan hacía las creencias facilitadoras o permisivas que son las que incrementan la probabilidad, en principio, de la búsqueda de los satisfactores (asociados a la droga), como por ejemplo: “Me lo merezco", "Que jodido me siento, me merezco un aliviane”, “Está bien que lo use, no hay nada mejor que me funcione”, “Esto es vida, lo demás son pendejadas”, “Total, una vez más, ni quien se entere”, “Demonios, ¡A quién le importa!”, “Es mi cuerpo, yo sé que hago con él”, “A fin que estoy chavo, drogos los rucos que le ponen”, “Borracho yo he nacido, borracho yo he crecido y sé perfectamente que borracho he de morir, ja ja ja”, “No es que sea el alcohol, la mejor medicina, pero ayuda a olvidar cuando no ves la salida”, “Bebe que la vida es breve”, “Estoy guardando esta cajetilla para el cafecito con mis amigas!”, “Ya me merezco algo bueno”, etc. El siguiente paso son los medios para obtener el satisfactor (la droga), es decir, la estrategias instrumentales, entendidas como las conductas implicadas en la búsqueda, adquisición y el consumo de SPA, por ejemplo buscar amigos que se drogan, llamar a la amiga que fuma, acudir a donde sabe que le van a invitar o hasta cometer actos ilícitos para conseguirla, por ejemplo robar para conseguir el dinero y comprarla. Las personas con intensas ansias por el consumo de droga (conocida por muchos como la malilla) se centrarán en su propósito y no permitirá que nada se interponga en su camino para conseguirla. Los impulsos finales serán más fuertes “¡Necesito la droga!” y el consumo de SPA se intensificará. Así como todas estas creencias son aprendidas también pueden desaprenderse, y en su lugar se pueden aprender nuevas basadas en interpretaciones de la realidad más funcional. Examinar y desafiar el sistema de creencias intermedias. Se trata de que los integrantes analicen el montón de creencias reificadas que favorecen el consumo de SPA. Para ello, la terapeuta decidirá si el siguiente ejercicio lo desarrolla antes o después de la exposición del tema o bien realiza uno propio, de acuerdo a su experiencia. La pregunta toral en esta sesión es ¿Cómo es que tus creencias favorecen el consumo de drogas? Por ejemplo: Muchas varones creen que para sentirse “muy hombres” tienen que beber hasta embriagarse, inclusive llegan a creer que si beben menos que los demás, se sentirán menos hombres o poco hombres. En el peor de los casos llegan a creer que los hombres que no beben porque son “viejas”, “maricones”, etc. Pero la realidad es que los varones que beben en exceso no son más “hombres” o menos “hombres” que otros. Esto es un mito y por eso hacemos un mitote. Muchos varones creen que para los “hombres de verdad” tienen que morir en la raya, esto significa que no se “pueden echar para atrás” o “rajarse” y si ven que alguien lo hace enseguida piensa que le “faltan pantalones”. Pero la realidad es que muchos hombres pierden la vida sólo porque se creyeron que alejarse de los problemas significaba perder su valía. Un hombre sabría cómo evitar los problemas.
Muchas mujeres crecieron con la idea de que el amor tenía que doler; desde pequeñas sus padres les dijeron “si te pego es porque te quiero”, y ahora escuchan a sus parejas decir “si te celo es porque te quiero”, “si te prohíbo que hagas ciertas cosas es porque te quiero”, etc. Y ellas creen que esto es verdad. Lo cierto es que el amor no lastima ni controla, esto no es amor, sólo que muchas mujeres se compraron esta idea en un bazar de ideas rancias y echadas a perder. ¿Qué les hizo creer a ustedes que consumir drogas era una buena idea? Y se abre la discusión. Dependiendo de las creencias centrales e intermedias que las personas identifiquen, el terapeuta puede acompañarlos con preguntas reflexivas, por ejemplo: ¿Por qué creyeron que consumir drogas era divertido? ¿De dónde sacaron la idea de que embriagándote te harías más popular? ¿Cómo fue que te creíste que si le aguantabas el paso a tu novio a la hora de beber, te iba a tomar en serio? Todas estas preguntas llevan, de facto, una categorización. No debemos esperar que los pacientes hagan esta categorización a priori, es decir, los pacientes (o al menos la mayoría de ellos) no dirían algo así como: Mira, yo empecé a consumir drogas porque según mi sistema de creencias, los hombres en esta sociedad patriarcal estamos condenados a probar nuestra virilidad toda vez que está cargada de un valor fiduciario, y un comportamiento emblemático que nos han venido es el abuso de alcohol, es decir, probar que uno puede beber tanto o más que sus compañeros es un emblema de la hombría, así que guiado por esas creencias es que me dio por tomar cada fin de semana. La finalidad de las preguntas reflexivas es compartir con los pacientes dispositivos que los ayuden a cuestionar las creencias que sustentan su consumo. Para ello puede apoyarse en la Lámina 5, para la cual se han elaborado dos diseños, el primero para varones, la segunda para mujeres. El/la terapeuta puede elegir cualquiera de los dos, o crear el propio. Otra opción es solicitar la participación de algún/a voluntario/a que aún no hayan conseguido la abstinencia, al cual se les puede hacer las siguientes preguntas (se sugiere que terapeuta y paciente se coloquen al centro del grupo). 1. ¿Qué creencias han sostenido el consumo en tu caso? ¿Qué te hizo creer que consumir drogas era una buena idea? ¿Qué ideas te vendieron cuando te ofrecieron las drogas por primera vez? 2. ¿Qué te hizo creer en ellas?, ¿Por qué estas creencias tuvieron tanta importancia para ti? ¿Por qué les atribuiste tanto poder? 3. ¿Hoy en día, puedes mantener racionalmente estas creencias? ¿Qué cosas piensas ahora acerca de esas creencias? 4. ¿Existe alguna evidencia de la veracidad de estas creencias? 5. ¿Qué evidencias me puedes dar ahora acerca de la falsedad de esta creencia? 6. ¿Qué piensas que pasaría contigo si sigues creyendo en esos mitos? Tómate tu tiempo para responderme… 7. ¿Qué pasaría contigo si dejas de creer es esos mitos?, ¿Cómo te sentirías si de pronto te arrancáramos de la cabeza esos mitos? ¿Podrías mudar de creencias?, ¿Es posible para ti?, ¿De qué depende? 8. ¿En qué cosas podrías empezar a creer? Bienvenido al deicidio. Si no existe un voluntario, el terapeuta puede poner un ejemplo de sus propias creencias a las que renuncio o de algún otro caso con el que haya trabajado. Abajo se muestra un ejemplo, pero cada terapeuta puede imaginar los propios: Creencias centrales: Necesito ser querida/o por todos los que realmente son importantes para mí. ¿Es racional esta creencia?: No. ¿Qué significa esto para mí? Si esto es así ¿adónde me lleva? ¿Qué evidencia existe de la falsedad de esta creencia? Existen muchas pruebas acerca de la falsedad de esta creencia de que debo recibir amor de todos los que me importan; no existe una ley universal
que diga que alguien por quien me intereso deba quererme (por más que muchos quisiéramos que así fuera). ¿Existe alguna evidencia de la certeza de esta creencia? No, realmente no existe ninguna evidencia de que si yo quiero a alguien sólo por eso debo de ser correspondido/a; entonces, no existe evidencia de que deba recibir amor de todos los que yo quiero. ¿Qué es lo peor que podría ocurrirme actualmente si no consigo lo que quiero? Si no consigo atención y el amor que creo que deben dar me veré privado/a de diversos posibles placeres y conveniencias, pero bueno, ya se me pasará. Un ejemplo más: Creencias intermedias: El día que yo quiera dejo las drogas. ¿Es racional esta creencia?: No. ¿Qué significa esto para mí? Si esto es así ¿adónde me lleva? ¿Qué evidencia existe de la falsedad de esta creencia?, etc. Los terapeutas pondrán atención a las ideas o creencias que surjan con la intención de que las trabajen en el resto de la semana. Cierre y ejercicio para casa. El terapeuta realiza una síntesis de la sesión y destaca los puntos relevantes de la misma y solicita que en los siguientes días realicen este mismo ejercicio y, en la medida de lo posible, anoten en un cuaderno las creencias intermedias que logren identificar y que puedan estar detonando la búsqueda de las drogas para su consumo. Les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión y les confirma que han tomado la decisión correcta al haber asistido a su sesión de hoy.
LÁMINA 5. ESCALERA DE CREENCIAS INTERMEDIAS QUE FAVORECEN EL CONSUMO DE SPA
Creencias centrales: ideas profundas que son tomadas como verdades absolutas y fáciles de generalizar. “Así se llama, así me gusta y así quiero que le digan”.
Arranque
Creencias anticipadoras Creencias de poder Creencias de seudoeficacia
Pendiente
Espacio de la búsqueda del satisfactor asociado al consumo de drogas
Creencias asociadas al alivio Creencias facilitadoras o permisivas Desembarco
El consumo de drogas no es un tobogán en el cual la persona no tenga posibilidad de detenerse, es una escalera.
A dónde ir es decisión de cada persona
LÁMINA 5. ESCALERA DE CREENCIAS INTERMEDIAS QUE FAVORECEN EL CONSUMO DE SPA
Creencias centrales: ideas profundas que se toman como verdades absolutas. Son fáciles de generalizar
Creencias anticipadoras Creencias románticas
?
Creencias de seudoeficacia Creencias asociadas al alivio Creencias facilitadoras o permisivas
Espacio de la búsqueda de los satisfactores asociados al consumo de SPA
El consumo de drogas no es un tobogán en el cual la persona no tenga la posibilidad de detenerse, es una escalera.
A dónde ir es decisión de cada persona
Tema 6. Las creencias rancias, el cedazo de nuestras cosas buenas Objetivos: 1. Identificar las creencias básicas de las personales que influyen en sus sentimientos de infelicidad o desesperanza y que juegan a favor del consumo de SPA. 2. Plantear argumentos válidos y coherentes para des-significar esas creencias básicas. Material: Una vieja y oxidada coladera de cocina, afiches u hojas blancas (o un cuaderno) y bolígrafos. Las creencias rancias, el cedazo de nuestras cosas buenas. Desde que somos niños/as, las personas tratamos de explicarnos lo que pasa a nuestro alrededor; para ello buscamos respuestas de las cosas qué nos pasan o lo qué les pasan a otros . Muchas de estas respuestas provienen de las personas significativas en nuestra niñez: “Te pegué porque te portaste mal”. Pero muchas otras son producidas por nuestra imaginación con el propósito de intentar comprender las cosas que aún no alcanzamos a entender o cuando las explicaciones que nos dieron no nos resultaron lógicas o validas. Muchas personas fuimos criados por padres con una lengua dura y crítica; así vivimos situaciones en las que fuimos severamente criticados, amenazados, descalificados, rechazados y hasta excluidos, muchas veces sin entender el por qué de estas situaciones. Algunos quisimos entender los motivos de estos abusos, castigos o golpes, y sumidos en nuestros sentimientos de tristeza, temor, culpa, vergüenza, fracaso, angustia, rabia… intentamos explicarnos basados en esos sentimientos los motivos por los que éramos tratados de esa manera ¿Qué fue lo que hice mal? ¿Qué no hice? ¿Qué tengo o no tengo que no me quieren? Muchas personas se respondieron estas preguntas con una serie de creencias acerca de sí mismos: “No soy lo que papá/mamá espera de mí”, “No soy lo suficientemente valiosos/as para ellos o lo soy menos que otros/as”, “No hago lo que él/ella quiere que haga o de la manera en que él/ella quiere que lo haga”, “No actúo como él/ella espera que responda”, “Estoy por debajo de lo que esperan de mí”, “No sirvo para nada”, “Soy bueno haciendo cosas malas”, “Es porque estoy moreno”, “Es porque no soy bonita”, “Soy una tonta”, y un largo etcétera de explicaciones atribuidas a nosotros mismos. Nos fuimos culpando de esos maltratos. Poco a poco, sin que hayamos sido del todo conscientes de ello, se fue cerniendo en nuestra mente una serie de argumentos, ideas, valores y creencias desfavorables acerca de nosotros mismos con los que tratamos de explicarnos un sinfín de situaciones de violencia, “Van a dejarme”, “Me quedaré sola”, “No agrado a nadie”, “Soy inferior”, “Yo tuve la culpa”, “No soy normal”… Así se fue formando en nuestra imaginación un esquema de creencias rancias (CERE) que nos hizo vulnerables a padecer problemas pues nos hacen sentir como si le debiéramos algo a la vida o a los demás. Siempre en constante deuda. Las CERE nos dictan silenciosamente desde muy dentro de nuestra mente que siempre cere-mos perdedores, fracasados, malqueridas, inútiles, rechazados, feas, malos, limitados, inferiores, incapaces, anormales, etc., etc., etc. Esto es porque las CERE terminan operando como una especie de filtro o cedazo que censura muchas de las cosas buenas que tenemos y muchas de las opciones y posibilidades que nos da la vida [“No me lo merezco”]. A este cedazo de censura le llamaremos al menos hasta que a alguien se le ocurra un mejor nombre Coladera Rancia de Ideas Buenas para Alma (CRIBA), pues es justo así como cernimos nuestras experiencias cotidianas, censurando las cosas buenas o las que hacemos bien y las que los demás hacen para nuestro bien , y sólo conservamos lo negativo o lo que nos hace daño, y con eso vamos construyendo una imagen distorsionada de nosotros mismos/as, hasta convertirnos en una caricatura de quien realmente somos o podemos llegar a ser. Lo único que queda en la superficie del cedazo o CRIBA son pensamientos de infelicidad: 1) De inseguridad y rechazo, que es cuando pensamos que nuestras necesidades de seguridad, aceptación y respeto nunca podrán ser cubiertas por los demás. Es cuando no sentimos abandonos, inestables y privados
emocionalmente, con sentimientos de imperfección y culpa que nos hace presas fáciles del abuso por parte de otros. Sentimos anticipadamente que los demás nos van a rechazar o de que nunca nos quieren lo suficiente. 2) De autonomía dañada, es cuando tenemos una visión negativa de nosotros/as mismos/as pero especialmente de nuestra capacidad para conseguir lo que queremos, para actuar independientemente de los demás. Es cuando nos volvemos dependientes de los demás, vulnerables al daño, la enfermedad o a la presión social pues estamos incapacitados para decir “No quiero”, “No me gusta”, “No lo deseo”, “No estoy de acuerdo”, y en consecuencia desarrollamos un apego excesivo a los demás, y por más que nos esforcemos nos queda siempre un extraño sabor a fracaso. 3) De sumisión a los demás, es cuando ponemos un énfasis excesivo en los deseos y sentimientos de los demás. Esto nos condena a conductas de auto-sacrificio y de subordinación frente a los demás. Anteponemos las expectativas, deseos y demandas de los demás a las propias. Se da cuando las personas crecen con esquemas de amor basados en la aceptación condicionada, es decir, “Te acepto si y sólo sí…”. Algunas personas llegamos inclusive a suprimir aspectos importantes de nosotras/mismos a fin de obtener atención, cariño y aprobación por parte de los demás, de lo contrario sentiremos que no seremos apreciados. Así, en el presente, esta creencias rancias o CRIBA hace que todo lo bueno se nos escurra de las manos dejándonos solo sentimientos de tristeza, temor, culpa, fracaso, vergüenza, angustia, rabia, desolación... de cuando fuimos criticados, rechazados, descalificados y excluidos en nuestra niñez. Si lo prefiere, puede ser más sucinto: En algún momento de nuestro pasado todos pudimos vivir experiencias que nos llevaron a creer firmemente que no valíamos. Estos sucesos vitales y la creencia generada tuvieron consecuencias emocionales, es decir, estas ideas quedaron asociadas con sentimientos de infelicidad y desesperanza. Desde entonces, cualquier acontecimiento que guarde alguna relación con esa idea puede generar emociones y sentimientos similares pudiéndose asociar la idea “No valgo”, “No sirvo”, “No me quieren”, y con creencias y comportamientos actuales como “Si no consumo drogas, no voy a ser valioso/aceptada/querido” o “Si pido ayuda soy débil/incompetente/miedoso. Así que lo primero que se trata de hacer es tratar de identificar una idea parecida a estas y después analizar rastrearlas con algún recuerdo de su niñez acerca de experiencias que les hicieron creer que no valían, no servían o no eran amados ¿Quiénes de ustedes nos quiere contar alguna de estas experiencias para después analizar cómo se fueron creando estas ideas en nuestra mente y cómo influyen en nuestros comportamientos? Palabras más palabras menos, el terapeuta pasa a la aplicación del dispositivo. La Coladera Rancia de Ideas Buenas para el Alma (CRIBA). ¿Cómo podemos identificar esa coladera rancia de ideas buenas que llevamos en nuestra cabeza? Justo de eso se trata esta sesión para poder desecharla y significar nuevas ideas que jueguen a favor de la seguridad y estima de las personas, y de su abstinencia de SPA. Para ello, la terapeuta se apoyará en una coladera rancia de cocina que haya recuperado del cuarto de tiliches [conviene que cada persona traiga la propia para que cada una pueda representar e ilustrar su propia CRIBA) pero si no consigue una, puede dibujarla en la pizarra y pedirles a los pacientes que dibujen la suya una hoja. Para aplicar el dispositivo tiene dos opciones. En el primer caso, si los pacientes trajeron su propia coladera o cernidor, el terapeuta les entrega a cada uno un fajo de afiches, o en su defecto puede recortar pequeños papelitos y dárselos o dejarlos en la mesa de centro para que cada quien coja los que necesite. Después les pide a los asistentes que piensen en todas las cosas malas que ellos creen que tienen o son (físicas, de su forma de ser, etc.) pero también las cosas negativas que les han dicho acerca de ellos mismos desde que eran niños (flojo, bueno para nada, atenido, mensa, tarada, etc.) y después les pide que anoten cada una de estas cosas o características en un papelito (una característica negativa por cada papelito). Después van a doblar estos papelitos y los van a colocar en su vieja coladera que trajeron, es decir, van a ir poniendo todos estos papelitos en la canastilla de la coladera a falta de coladera pueden usar el nicho de su mano . Al terminar este ejercicio les pide que piensen ahora en todas las cosas buenas o positivas que tienen, y les pide que las escriban en un papelito (una característica positiva por cada papelito). Después van a doblar estos papelitos y también los van a colocar en la canastilla de su coladera, evidentemente sin quitar los primeros papelitos que pusieron. Lo que puede pasar es que los papelitos con características positivas no quepan en la canastilla de la coladera, que se escuran de ella, o bien, algunos cabrán pero ya no todos.
La pregunta que les puede hacer es la siguiente: ¿Cómo llenar un recipiente que ya está lleno? En principio, hay que tirar cosas que ya no nos sirven, que se echaron a perder, que nos hacen daño… ¿Pero cómo hacerlo? ¿Cómo te deshaces de algo que ha sido “parte” de ti durante mucho tiempo en tu vida? Empezando por cuestionar si esto es verdad ¿De verdad yo soy así? ¿De verdad yo soy/tengo todas esas cosas negativas que escribí de mí? ¿Qué evidencia tengo de eso? O acaso, no será que simplemente estoy jugando un papel que otros escribieron para mí. Mi alma se llenó de tantas cosas malas que no quedo espacio para el universo de las cosas buenas que soy o puedo ser. En el caso de que no traigan su coladera les va a pedir que tracen en una hoja una línea que la divida en dos partes iguales, esta línea va a representar la CRIBA. Sobre de ella van a escribir las características negativas que piensan que tienen o las que los demás les dicen que tienen, así como las cosas creen que hacen mal ya sea porque eso les dijeron y/o porque así las creyeron. Estas características pueden ser físicas, de su forma de ser, de su forma de hablar, de lo que hacen o dejan de hacer, etc. Después, debajo de esa línea van a escribir las características buenas que tienen, también pueden ser físicas o de su forma de ser. Después van a enumerar las que escribieron sobre la línea y las que escribieron debajo de la CRIBA. Este ejercicio requiere de un poco de imaginación para representar la coladera rancia que cierne las características negativas de las positivas, las primeras se quedan encima, las segundas se escurren. Después les pide que anoten el número de cosas negativas que escribieron en la parte superior de la hoja y el número de las cosas positivas en la parte inferior, para después comparar cuántas negativas anotaron contra las positivas. La experiencia ha demostrado que los asistentes escriben alrededor de 18 características negativas y no más de ocho positivas. La pregunta que les puede hacer tiene el mismo sentido que la de arriba: ¿Cómo es que hay una distancia tan grande entre unas y otras? En principio hay que acortarla. Tendremos que recortar las primeras y ampliar las segundas. ¿Pero cómo fue que me fui centrando tanto en las cosas malas que tengo? ¿No será acaso que simplemente me hicieron creer que tenía y yo me compré esa ideas, y a partir de ellas me forme una imagen de mí mismo/a? ¿Qué hay en mi mente, qué extraño mecanismo opera en ella que difiero las cosas maravillosas que tengo o puedo tener? Quitemos esa idea de que somos un arroyo de agua anegada cuando podemos ser un río de agua clara que no pare de fluir. El propósito es entender la posibilidad de “lo diferente de mí mismo/a”, o sea, la vieja imagen del río que nunca es igual a sí mismo. La reflexión puede llevar fácilmente el resto de la sesión, o inclusive otra más. El terapeuta debe tener siempre presente que el objetivo es cuestionar la evidencia de estas creencias rancias que sostienen las ideas tan negativas que acusan las personas con el propósito de ir dejando espacio para significar un universo de posibilidades nuevas y favorables para su vida. Cierre y ejercicio para casa. El terapeuta realiza una síntesis de la sesión, destaca los puntos relevantes y solicita que en los siguientes días cuestionen las ideas rancias y dañinas acerca de ellos mismos que no dejan espacio para las cualidades favorables y positivas que tienen, y a las que han sido ciegos. Para ello, les pide que cada vez que aparezca una idea negativa acerca de ellos/as mismos/as piensen en su coladera (CRIBA) y se digan: “No soy esa clase de persona, ya no”. De hecho, el terapeuta puede haber escrito con antelación esta misma frase en un pequeño papel y al final de la sesión entregarlo a cada asistente para que lo lleven consigo a todas partes; y así, de tanto en tanto, cuando se les cruce en el camino una idea rancia y negativa, ellos/as podrán sacar su regalo y leerlo para sí: “No soy esa clase de persona, ya no”. Una opción diferente para el cierre es que todos junten sus papelitos con las cosas negativas o la mitad de la hoja donde las escribieron en un cajete de piedra y le prendan fuego mientras todos dicen “Arde CRIBA, arde” o bien, “Arde, droga arde”, “Arde, violencia arde”, “Arde malilla, arde” o algo que les signifique renunciar a ese destino abocado. En tanto, los papelitos con las cosas positivas se las van a llevar para su casa y las van a pegar al reverso de una fotografía suya con el propósito adicional de que van a ir pegando un papelito más con un atributo positivo por cada día de la semana; esa es la tarea: “Recupera tus cosas buenas y pégalas a ti, a lo que eres”. Una de esas cosas buenas es haber venido a pedir ayuda a CIJ.
Tema 7. Las creencias ventrales, el caliche de las personas Objetivos: 1. Analizar las creencias centrales (básicas) de las personas que influyen en el consumo de SPA. 2. Identificar los mitos y mitotes acerca del uso, abuso y dependencia a las drogas. 3. Plantear argumentos válidos y coherentes para desreificar estos mitos y creencias. Material: Pizarrón u hojas blancas bien grandes y plumones. Creencias Ventrales, el caliche de las personas. Desde que somos niños/as, las personas tratamos de explicarnos lo que pasa a nuestro alrededor; para ello buscamos respuestas de lo qué nos pasa o de lo qué pasa a otros. Muchas de estas respuestas originales provinieron de las personas que nos criaron. Empero, no pocas personas crecimos en familias en las que fuimos criados sin ninguna explicación u orientación acerca de lo qué pasaba o estaba pasando a nuestro alrededor, simplemente nos decían: “¡Haz esto!, “No hagas aquello”, “No subas”, “No bajes”, “¡Si te preguntan, tú diles esto!”. Y si acaso pedíamos alguna razón para entender esto o aquello que nos pedían que hiciéramos o dejáramos de hacer, simplemente nos decían: “Cállate”, “No preguntes”, o simplemente “Porque lo digo yo”, “Porque así SON las cosas”, e inclusive “Pues así SON las cosas, te guste o no te guste”. Y justo así crecimos, sin ninguna explicación de las situaciones que pasaban a nuestro alrededor, o como decía la abuela que Dios la guarde muchos años “Crecimos como los animalitos del monte”, así, sin ninguna explicación de cómo vivir la vida. Y así, sumidos en nuestros sentimientos de duda e incertidumbre tratamos de explicarnos las razones o motivos de esto o aquello. Los seres humanos somos persistentes o curiosos y, aunque nos pongan un bozal, tratamos de entender los motivos o razones de lo que pasa en nuestra vida. Entonces, en el ánimo de intentar comprender las cosas que no alcanzábamos a entender o porque las explicaciones que nos dieron no nos resultaban lógicas o válidas, le preguntamos a nuestra imaginación y nuestra imaginación con su carácter aporético respondió lo que le dio la gana respondernos. Poco a poco fuimos organizando esas respuestas para darle cierta coherencia a lo qué hacíamos o la forma en qué los demás nos trataban y, en general, a las cosas que pasaban a nuestro alrededor. Y así, sin que hayamos sido del todo conscientes de ello, se fue cocinando en nuestra mente un conglomerado de argumentos, ideas, creencias y mitos que trataban de responder a un sinfín de situaciones que no siempre entendíamos. Y así, muchas personas se fueron quedando con una serie de creencias acerca de cómo son las cosas, pero especialmente acerca de cómo se debe vivir la vida. Este conglomerado de creencias se fue cocinando en nuestra mente mientras se cocinaba nuestra personalidad, y se fue arraigando tanto a ella como se arraiga el 2 caliche en las ollas de barro, que por más que talles y talles no logras quitarlo, hasta que terminas por acostumbrarte a él. Justo así se fueron arraigando en nuestra mente un esquema de creencias, mitos y mitotes: pasamos de “Así se hacen las cosas” a “Así SON las cosas”, “Así ES cómo se deben hacer las cosas”, fusionadas con actitudes como “¡Me vale lo que piensen los demás, para mí, así son las cosas!”. Estas creencias quedaron inscritas en nuestro vientre como queda el caliche en las ollas o en los comales de barro. El caliche de las personas es un esquema ventral de creencias, mitos y mitotes que influyen de manera larvada en sus comportamientos. El caliche es lo que está inscrito en las paredes de las personas.
2
1: Piedra pequeña que, introducida por descuido en el barro, se calcina al cocerlo. 2: Costra de cal que suele desprenderse del enlucido de las paredes.
Dicho de otra manera, los efectos de todas esas respuestas que nos dimos son acumulativos, y en conjunto 3 forman un esquema de creencias básicas que suelen ser desadaptativas, pues la mayoría está causada por explicaciones irracionales que se repitieron y se repitieron durante la niñez y la adolescencia. Estas Creencias Desadaptativas Básicas (CDB) consisten en definiciones, evaluaciones, interpretaciones y juicios irracionales de nosotros mismos, de las otras personas y de su mundo, y se hacen manifiestas cuando una persona se empecina, aferra o encapricha a una única idea personal de modo absolutista e inflexible. El abuelo que en paz descanse solía decir: “Ansina es, ansina quiero que le digan y ansina quiero que se llame”, sin importar lo que los demás opináramos. Cuando lo invitábamos a pensar las cosas de manera diferente simplemente nos decía “Soy piedra que no se alisa, por más que talles y talles” o cuando no andaba de humor decía “Mire m’ijo, chango viejo no aprende maroma nueva”. Parte de estas CDB se deben a una imperiosa necesidad positiva:
y a veces irracional
de consideración o valoración
1. La imperiosa necesidad de sentirse capaz/eficaz ("Tengo que poder, ¿cómo carajos no?”, “No puedo cometer errores”, “Tengo que conseguirlo a costa de lo que sea”, “Me he de comer esa tuna aunque me espine la mano”, “Yo me sé morir en la raya”, “Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata”, etc.) 2. La imperiosa necesidad de sentirse querida/aprobada (“Tengo que conseguir el amor o aprobación de las personas importantes para mí”, “¿Ya no me quieres?”, “Como tú digas, mi amor”, “Debo ser agradable para él”, “No soporto cuando me rechaza”, “Ahoritita me cambio, no te enfades conmigo”, “Si hago esto bien, tendré su aprobación”, etc.) 3. La imperiosa necesidad de sentirse valioso/a (“Tengo que conseguir fácilmente lo que deseo [bienes materiales, emocionales o sociales] y no sufrir por ello", "Si me lo merezco ¿no?”, “¿Verdad que me salió bien?”, “Como que esto sí me quedo padre ¿no?”, etc.). Estos tres tipos de necesidades revelan a su vez tres dominios de CDB que favorecen el consumo de SPA: 1. La creencia irracional de no ser capaz/eficaz (“A mí siempre me dejan sólo, que me rasque con mis propias uñas, ¿así quién va a poder hacerlo?”, “Pues dicen que soy un bueno para nada”, “Si pido ayuda soy débil”, “Si no doy el ancho soy débil”, etc.) 2. La creencia irracional de no ser querido/aprobada (“Claro, siempre esta primero ese güey, y a mí que me coma el perro”, “A mí nadie me echa un lazo”, “Por eso dios me castigo”, “Cuando vayas conmigo no mires a nadie que tu sabes que yo no consiento un desaire”, etc.) 3. La creencia irracional de no ser valioso/a (“A nadie le importa que me drogue, si nunca me pelan”, “Si quiere, atienda primero a ellos y al último a mí”, etc.) A pesar de que muchas de estas CDB son irracionales se constituyen como interpretaciones tan fundamentales y profundas que son consideradas por la persona como verdades absolutas, creyendo que es así como las cosas “son”; por ello resultan muy funcionales para la persona pues representan “conocimiento”, “sabiduría”, “experiencia”, es decir, las CDB guían a las personas para buscar, categorizar, almacenar y recuperar información. Palabras más, palabras menos, el terapeuta pasa a la aplicación del dispositivo. Destejiendo las CDB de nuestra cabeza. ¿Pero cómo podemos colaborar con las personas para identificar el caliche si no siempre son conscientes de él? Y especialmente ¿cómo ayudar a quitarlo de sus cabezas si está tan enredado a su esquema axiomático y axiológico? La respuesta es sencilla de enunciar pero compleja de trabajar, por ello el dispositivo de esta sesión es simple y complejo a la vez. Se inicia pidiéndoles a los asistentes que respondan a tres sencillas preguntas: 1. ¿Qué ES un martillo? [Seguramente la respuesta será muy sencilla: “Algo que sirve para martillar”] 2. ¿Qué ES una silla? [También la respuesta será sencilla: “Algo que sirve para sentarse”] 3. ¿Qué ES un ropero? [Seguramente dirán: “Algo que sirve para guardar la ropa”]
3
“Creencia" debe entenderse como cualquier pretensión, correcta o errada, de saber algo.
Después el terapeuta les puede explicar que con las CDB pasa lo mismo que con el martillo, la silla y el ropero. Un martillo es un martillo no por la posesión de atributos de martillo, sino por ser usado para martillar. Una cosa es lo que está siendo pragmáticamente. Es decir, las cosas están definidas por la experiencia que tenemos con ellas, no debido a que posea ciertas propiedades inherentes a la cosa en sí (son de madera, son de metal, son de color café, etc.) sino por la intencionalidad que posee, esto es, para lo que sirven (utilidad). Justo así pasa con las CDB, las mantenemos porque nos han resultado o nos resultan pragmáticas. Su utilidad se pone en juego cuando justificamos nuestros comportamientos, nuestras ideas y juicios, esto es, el por qué hacemos lo que hacemos (acciones) o decidimos dejar de hacer. Las CDB no son el objeto en sí mismo, sino cómo y cuándo se juegan en nuestros actos intencionales. Dicho 4 de otra manera, el caliche se muestra en el aspecto connotativo de nuestras palabras . Antes de proseguir, conviene que el/la terapeuta tenga presente la teoría de la justificación (subcampo de la gnoseología) que se ocupa del apoyo o respaldo que poseen las creencias de las personas. Disponer de una justificación adecuada es requisito indispensable para que las creencias constituyan un “conocimiento” legítimo, es decir, para que puedan considerarse válidas o correctas [esto obedece a la idea del conocimiento como una "creencia verdadera y justificada"]. Así por ejemplo, si una persona afirma X y es cuestionado, es común que proceda a dar una "justificación", es decir, a exponer las razones por las cuales cree X. Para ello, podría dar diferentes clases de justificación que respalden sus creencias. Por ejemplo, si bebe alcohol en exceso y dice que lo hace “porque es muy hombre”, justifica su conducta en sus CDB acerca de la masculinidad; si le pega a su esposa y justifica su conducta diciendo “que es suya”, subyace la CDB de que las mujeres son una propiedad de los varones; si piensa que las relaciones de amor deben ser sufridas, sin duda subyace una CDB de que el amor tienen que doler, de lo contrario no es amor; si golpea a sus hijos y afirma que lo hace porque los tiene que disciplinar, subyacen creencias de que los golpes son mecanismos disciplinarios y no violencia; etc. Para justificar las CDB nos es indispensable recurrir al razonamiento, por el contrario, las personas sostienen la validez de sus creencias invocando a) supuestas observaciones o resultados de experiencias pasadas (justificación empírica, “porque así ha sido siempre”); b) el testimonio de fuentes autorizadas (criterio de autoridad, “porque así lo dicen/hacen mis amigos”); y por último, el razonamiento a partir de premisas incuestionadas (justificaciones de tipo discursivo, por ejemplo mediadas por un lenguaje). De esta manera, la justificación se convierte en un acto normativo. Un acto es normativo si depende o se efectúa con relación a obligaciones, reglas y permisos relacionados con la acción humana. Sigue que la justificación es un acto normativo porque se define como un concepto que se relaciona con las reglas del conocimiento humano. Por lo tanto, las personas hacen lo que hacen, de la manera en que lo hacen y convencidas de que están haciendo lo correcto porque sus creencias están “validadas en el conocimiento”; tal es el valor epistémico de las 5 CDB. De esta manera, hacer o no hacer algo deja de ser una elección, ya que si la persona cree en eso, se sentirá obligada a actuar en consecuencia a ello, con el deber de hacerlo, o al menos, tendrá el permiso para hacerlo cuando decida hacerlo. La clase más importante de justificaciones epistémicas son las que están integradas por elementos que, en principio, son intersubjetivamente accesibles, esto significa que lo que uno cree cualquiera puede creerlo bajo circunstancias similares. La idea de que “beber es divertido” se mantendrá convincente si mi red intersubjetiva sostiene esa creencia. Es más fácil, pues, justificarme cuando bebo alcohol en exceso si esta experiencia es compartida por mi red intersubjetiva (personas, tradiciones, subcultura, etc.).
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Las palabras poseen dos tipos de significado, el denotativo y el connotativo. El primero se refiere al tipo de significado de una palabra que es objetivo (plano saussureano de la lengua), es el significado universal, el que una palabra tiene para todos los conocedores de una lengua; propiamente dicho, se trata del significado tal como se presenta fuera de cualquier contexto, por ejemplo, aurora denota la parte del día correspondiente a la salida del sol. El segundo es de carácter subjetivo (plano saussuriano del habla) así, por ejemplo, el significado connotativo de aurora puede llevar adheridas para una persona las significaciones subjetivas de "comienzo de una nueva vida", "esperanza", etc. 5 Esto no implica negar la importancia de la verdad, lo que se afirma es que las CDB fungen como único "criterio de verdad".
Dado que no todo lo que las personas admiten como explicaciones de sus conductas, en efecto son "buenas explicaciones" para los demás, no cualquier justificación le confiere a una creencia el rango de conocimiento. Por ejemplo, si alguien dice “la mariguana no hace daño porque es natural” no quiere decir que así sea, o que todos coincidan con esta idea. Esto significa que justificación no equivale a demostración, pues se pueden tener razones suficientes para creer algo sin por ello ser capaz de demostrar que tal creencia es correcta. Esta es la puerta de entrada para cuestionar la validez o verdad de las CDB. Una manera común y reconocida de poner a prueba la validez de tales explicaciones, y en consecuencia de determinar qué tan aceptables resultan las CDB que aquéllas pretenden respaldar, es someterlas a la crítica más informada e inteligente posible, o al menos, someterlas al debate. De esto se trata la sesión, de llevar a debate las CDB de los asistentes. Por lo tanto, la tarea nada sencilla del terapeuta consiste en discernir los argumentos que los hablantes, en su corpus discursivo, sostengan para justificar ya sea su conducta de consumo (acción) o su imposibilidad de conseguir la abstinencia (omisión). La pregunta que debe tener presente el terapeuta para abrir el diá-logo es ¿cuán seguros están de qué sus creencias corresponden al mundo real? Y es que en muchos casos, la justificación de una creencia no depende de los hechos, sino de su interpretación, es decir, de otras creencias (la justificación para una creencia es otra creencia). Volviendo al ejemplo anterior, la creencia de que “la mariguana no hace daño porque es natural”, estrictamente esta creencia no se basa en la evidencia física, sino en la creencia acerca de lo que la mariguana significa (quién y cómo la consume, por ejemplo). De lo que sigue que muchas veces afirmamos saber sin tener en cuenta cuáles son los fundamentos cognitivos sobre los cuales sustentamos dicha opinión yo afirmación (o hasta certeza); de igual manera nuestras opiniones o afirmaciones no se basan en conocimiento evidente, sino que consideramos y construimos evidencias basados en ideologías, en la moralidad, en los deseos de la voluntad, en los sentimientos… incluso en ocasiones en un “porque sí”, porque "lo creo yo". Si una creencia está justificada entonces puede a su vez justificar otras creencias. Si una creencia no está justificada, no puede servir de justificador a otra (ni a su negación); si las CDB no están justificadas, no puede justificar el consumo de drogas, u otras creencias. El desafío del terapeuta es encontrar las premisas falsa, esto es, aquellas que hacen que la conclusión no sea firme. Tarea nada sencilla. La pregunta toral sería: ¿Que evidencia tienes de eso? ¿Qué pruebas tienes para creer en esto? ¿Puede haber otra explicación o motivo para eso? Bueno, acabemos de explicar el dispositivo. Como se dijo arriba, las CDB se juegan en nuestros actos intencionales, se muestran en el aspecto connotativo de nuestras palabras. Dejemos entonces que hablen las personas que consumen drogas. Una última pregunta
Les dirá el terapeuta
4. ¿Por qué las personas consumen drogas? Las respuestas vendrán una tras otra y probablemente tengan que ver con serie de argumentos acerca de los motivos que cada uno de ellos/as tuvo para consumirlas, las cuales se fueron modificando en su historia de consumo, cómo empezaron y lo que buscaban al hacerlo, también seguramente harán una taxonomía (personal) de las drogas, etc. El terapeuta introducirá eventualmente algunas preguntas que favorezcan la discusión acerca de los porqués del consumo y de otras conductas problemáticas que las personas expresen. Después, los terapeutas colaboraran con los asistentes para ayudarles a discernir los motivos personales de la justificación epistémica que pueden llevar a alguien a aferrarse a determinadas CDB asociadas al consumo o a otras conductas problemáticas. Toda creencia (en su aspecto connativo) pasa por un proceso de significación que implica dos condiciones: un desarrollo en el tiempo y un recorrido en el sistema de huellas o rastros, elementos que se distinguen para crear un sistema de signos. Tal es el proceso de la construcción de creencias/significados. Es decir, las creencias no se forman o se adquieren al azar, por el contrario, dependen al menos en parte de las experiencias personales y vicarias que podemos procurarnos.
Dicho de otra manera, los terapeutas deben empezar por interrogar los supuestos para poder así crear condiciones de posibilidad. Para ello, tendrá que examinar los orígenes de las CDB en la niñez de las personas, su persistencia a través de los años y su contribución para con las dificultades presentes. ¿Recuerdas haberte sentido incapaz como ahora en otros momentos de tu vida? ¿Cómo cuándo eras niña? Sí, muchas veces, recuerdo que nunca podría hacer las cosas como las hacía mi hermano Miguel. ¿Puedes darnos algunos ejemplos? Como se dijo arriba, las CBD se pueden categorizar en el terreno del desamparo, de la incapacidad y de no ser amado, en consecuencia, el terapeuta “escuchara” la categoría de las CDB. Habrá muchas de ellas que serán claras, especialmente si una persona dice “Sentía que nadie me quería”, en otros casos no será tan sencillo como por ejemplo, si una persona dice “Yo soy rebruto para esas cosas” en cuyo caso de debe averiguar el significado de la CBD para determinar si la persona cree que no es lo bastante bueno como para obtener logros (creencia de no ser capaz) o el respeto de los demás (creencia de no ser valioso) o si no es lo suficientemente bueno para que los demás lo quieran (creencia de no ser querido). Los terapeutas deberán anotar en una hoja bien grande o en el pizarrón las CDB, según la categoría que puede discernir tres columnas y las consecuencias de las mismas, al tiempo que va mostrando a los asistentes lo que está haciendo, es decir, deberá de mostrarles su conceptualización en forma tentativa acerca de las CDB y el control de la forma en que operan. El propósito es dual, que los asistente identifiquen cómo se relacionan las CBD con sus conductas y que, por experiencia vicaria, aprender a categorizar sus propias CDB a lo largo de la semana, así como su fuerza y amplitud. José Ortega y Gasset escribió alguna vez “Las ideas las tenemos, en las creencias estamos. En las creencias vivimos, nos movemos y somos". Para poder desreificar las CDB, traducidas a mitos y mitotes se sugiere que las personas comprendan los siguientes puntos: Que es una idea y no necesariamente una verdad Que puede creer en ella con mucha intensidad y hasta “sentir” que es verdadera, y no, obstante, puede ser parcial o totalmente falsa. Que como idea, puede ser sometida a comprobaciones. Que tiene sus orígenes en eventos de su niñez y que puede o no haber sido cierta en el momento en que comenzó a creer en ella. Que se mantiene a través del funcionamiento de sus esquemas, en los cuales encuentra rápidamente datos que sustentan las CDB, al tiempo que ignora los que las contradicen. Que a través del quiasma grupal podrán adquirir nuevas perspectivas y conocimientos que enriquecerán interactivamente sus esquemas cognitivos y así construir una visión nueva de la realidad. Justo así lo decía un asistente de TG: A uno lo educan de tal forma que cree que lo que hace es lo correcto porque es lo que te enseñan y ves día a día, pero hoy me doy cuenta de que no es así que está mal y que en ocasiones sin querer hieres a las personas y peor aun a las que más quieres, se que hoy es demasiado tarde para componer la situación, pero nunca es tarde para reconocer, corregir y disculparse. Por eso se sugiere que una vez que se trabaje este tema con el grupo se insista en él con las personas que continúen asistiendo y que al trabajar los demás temas, cualquiera que sean, el/la terapeuta reitere o traiga a la sesión lo reflexionado/aprendido en esta sesión. Cierre y ejercicio para casa. El/la terapeuta realiza una síntesis de aspectos sobresalientes de la sesión y solicita que traten de pensar en este ejercicio a lo largo de los días en que no se verán, tratando de además de la manera en cómo sus CDB se relaciona con su forma de ser, también la validez o evidencia de las mismas. Les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión. Los felicita por la decisión de haber asistido a su sesión.
Tema 8. Decisiones aparentemente irrelevantes versus decisiones asertivas Objetivos 1. Crear o desarrollar pensamientos anticipatorios que les permita evitar las situaciones que los hacen proclives al consumo de SPA. 2. Generar pensamientos que les permitan poner un freno a los pensamientos automáticos (PEN-A). 3. Crear condiciones de posibilidad ante situaciones coyunturales que les permita asumir su facultad de decisión. Material: Juguete “Pollitos comelones”, hojas blancas de papel bond o cartulina y aguatinta. Decisiones aparentemente irrelevantes. El/la terapeuta inaugura la sesión preguntando a sus compañeros/as: ¿Alguno de ustedes sabe que significa ser asertivo? Da oportunidad de que los asistentes ofrezcan sus respuestas, se da un poco de tiempo para discutir alguna de ellas, subrayar otras; y después continúa: Bien, yo les diré que significa ser asertivo: una persona asertiva es aquella que si se lanza de cabeza contra la pared sabrá que la que saldrá lastimada es su cabeza y no la pared. Es en serio. Por más curioso que les parezca no todas las personas tienen esta habilidad, aunque usted no lo crea, muchas siguen lanzándose de cabeza contra la pared ignorando que su cabeza será lastimada, otras están convenidas de que su cabeza resistirá y la pared cederá. Claro, si no son capaces de aprender de la experiencia seguirán ignorando el dolor y seguirán arremetiendo contra la pared. Sé de algunas que llegaron a sangran y aún así se empeñaban en continuar creyendo que la final la pared se disculparía y diría, “¡Oh, está bien, tú ganas! Eso nunca pasa. ¿Por qué se imaginan que muchas personas hacen esto? [Es obvio que se trata de una metáfora y como tal debe ser discutida] ¿Por qué creen que están duro y duro arremetiendo con su cabeza contra el muro? Da oportunidad de que los asistentes compartan sus reflexiones al tiempo que el/la terapeuta introduce comentarios para generar nuevas reflexiones de sus compañeros; puede hacerles preguntas como: ¿Por qué algunas personas tenemos dificultad para discernir que el muro siempre será más duro que nuestra cabeza? ¿Qué pensamientos habitaban en su mente cuando hicieron eso? ¿Qué pasa que algunas personas no nos damos cuenta que estamos dándonos contra la pared? El propósito implícito es que los asistentes puedan discernir las múltiples veces en que arremetieron con su cabeza por delante contra la pared. Después le pregunta al grupo que si quieren que les cuente un cuento. Aunque no quieran, el/la terapeuta empieza a narrar una historia. Abajo se presenta una a modo de ejemplo, igual puede ajustarse, enriquecerse o reinventarse según la creatividad de cada terapeuta, de su experiencia y hasta del contexto social en que viven los asistentes. El cuento se llama Decisiones aparentemente irrelevantes. Les voy a contar la historia de una persona que tomó decisiones aparentemente irrelevantes que la llevaron a una situación de alto riesgo y, eventualmente, a volver a consumir drogas. A medida que les vaya contando la historia, intenten descubrir las decisiones que llevaron a esta persona a dicha situación y que la expusieron al uso de mariguana y crack. Jesús, que se había mantenido sin consumir drogas durante varias semanas, se dirigió a su casa después del trabajo/escuela en una ocasión que su esposa/padres había/n salido. Estaba en la estación, esperando para tomar su transporte que lo llevaría directo a su casa; pero como no pasaba empezó a perder la paciencia, se desesperó y pensó que quizás ya no pasaría, así que decidió tomar otro transporte que implicaba transbordar/un mayor tiempo de recorrido. Había tráfico, el transporte iba lento, ya iba cansado y se puso a mirar hacia la calle para distraerse. En cierto momento pasaron por una zona donde él acostumbraba ir al kakoteo con sus amigos el Marco Teórico, el Danonino y el Flama. Se acordó que no estaba/n su esposa/padres, tenía calor y pensó: “Me merezco un rato de diversión”, así que me voy a bajar
del transporte, “Total, mientras hago tiempo para que baje la gente, mientras me tomo un refresco, además tengo calor”. Se metió al lugar donde veía a sus amigos. Una vez dentro del lugar pensó “Bueno, mi problema es la mota y la piedra, no estaría mal echarme una chela”. Con la primera cerveza empezó a relajarse, se sintió tranquilo, recordó que tenía ya rato que no iba por allí; después de la segunda cerveza su cuerpo empezó a experimentar una sensación de seguridad, como si una mano grande grande lo sostuviera. Después de tres cervezas se encontró a su amigo el Flama, quien casualmente traía una grapa y dos churros. Y Jesús pensó, “Seguro que este camarada va a decirme que le pongamos, pero nel, yo ya no le hago a eso, aunque la saque, no le voy a poner”. Efectivamente, el Flama después de su primera cerveza le dijo “¿Tonces qué mi chuco el roto? ¿Le ponemos o se me va a rajar?”. “Nel Flama, ya no le hago a eso, ya le pensé y mejor no”. Reviró Jesús. “Chance te andaba creyendo, como si no te conociera, es más, ni tú no yo, un empate, tú te fumas uno y yo otro, para que no digan que el chucho le sacateó, además tá chirris, mira, ni siquiera es la mitad de uno”. Jesús terminó fumándose el cigarro de mariguana, al rato también le puso a la piedra. En eso sonó su móvil, era su chava/amiga: “¡¿Qué pex!? ¿Dónde andas?”, le preguntó la güera. “En los Curricanes…”, dijo él. “¡Asco Chucho!, ¡Es lunes, no manches!” escucho que decía la güera. Y él se quedo callado, solo pensando… Después, los terapeutas invita a reflexionar acerca de las decisiones que fue tomando Jesús, puede apoyarse en las siguientes preguntas: ¿Cuándo piensan ustedes que Jesús se metió en problemas? ¿Cuándo creen ustedes que pensó en usar droga? Lo que lo lleva a usar la sustancia en esta serie de decisiones es el hecho de que las cadenas de consumo (CA-CO) son mucho más fáciles de controlar al principio. Mientras más lejos permanezca uno de las drogas, más fácil resulta detenerse o meter freno a la posibilidad de consumo, que cuando uno se acerca a la sustancia y comienza a sentir la malilla o la apetencia de consumir. ¿Qué creen que se decía Jesús a sí mismo cuando decidió tomar la otra ruta que lo llevaría a su casa? Y es que, saben, con mucha más frecuencia de la que creemos, las personas que toman decisiones aparentemente irrelevantes pueden caer en una trampa por la manera en como plantean sus pensamientos: sí puedo hacer esto, sí puedo controlar aquello, al fin que no´más es un ratito, nada más me asomo a ver quien está, etcétera. Estos pensamientos acaban metiéndonos en un camino sin opciones, y nos persuaden de consumir drogas, sin que nos demos cuenta. Creando pensamientos y voces claridosas El terapeuta continúa: Bien, ahora quiero que piensen y nos compartan las veces en que se metieron en problemas, en callejones sin salida por andarle buscando el quinto pie al gato, pensando que tienen controlada la situación cuando el realidad no es así… Cuando el grupo esté a mitad de la discusión, sin mediar palabra alguna, el terapeuta saca la paleta de los pollitos comelones y le da vueltas para que los pollitos “coman”. Probablemente a los asistentes les lleve un par de minutos darse cuenta de lo que está haciendo la terapeuta y llevados por la curiosidad guardaran silencio esperando que se decida a explicar a qué juega o a qué viene sacar unos pollitos comelones. El terapeuta se toma su tiempo y cuando lo considere conveniente dirá: ¿Por qué no pueden parar de comer los pollitos? Sin levantar la cabeza esperará las respuestas y sin dejar de menear la paleta para que los pollitos sigan “comiendo” (moviendo su cabeza de arriba abajo). ¿En qué se parece el asunto que lo trae a CIJ con lo que les pasa a estos pollitos? ¿Por qué algunas personas no pueden dejar de usar drogas? ¿Cuál es el péndulo que los hace seguir consumiendo? ¿Por qué las personas no somos capaces de ver ese péndulo? ¿Qué tan fuerte es en nuestras vidas? ¿Cuánto tiempo lleva moviendo nuestra cabeza o controlando nuestra mente sin que nos hayamos percatado? Se espera que este sea un dispositivo poderoso para que los asistentes reflexionen acerca de la dificultad de asumir una postura asertiva.
La habilidad del terapeuta se juega en ayudarles a desentrañar los motivos o dificultades para tomar decisiones frente a un montón de cosas aparentemente circunstanciales que nos pone en medio de situaciones comprometidas con el consumo. Pero toral para inaugura una situación liminar y así crear nuevas posibilidades es: ¿Cómo podemos librarnos de esas ideas con las que nos maicearon toda la vida / o nos maicean actualmente? Entonces la terapeuta saca las tijeras, las abre y pone el hilo del péndulo al centro de ellas mientras pregunta: ¿Por qué nos aferramos tanto a este “péndulo”? ¿Por qué nos aferramos tanto a estas creencias para seguir consumiendo drogas? ¿Por qué no nos animamos a cortar de cuajo este péndulo que guía nuestras ideas y que no nos deja tomar nuestras propias decisiones? Esto introduce la idea de que cada persona es responsable de lo que decide, en consecuencia, tenemos una responsabilidad intelectual de nuestras decisiones. Los terapeutas pueden apoyar esta idea aplicando el siguiente dispositivo. Les entregan a cada una de las persona una hoja de papel bond o de cartulina de aproximadamente 12 x 12 cms. (una tarjeta falsa puede servir también). Una vez que todos tengan su hoja blanca les hace una pregunta, abajo se ofrecen tres opciones: ¿Qué buscan al venir a CIJ? ¿Qué desean cuando piensan en dejar de consumir? ¿Qué quieren hacer de su vida una vez que dejen de consumir drogas? Ahora yo voy a poner una gota de deseo en hoja, y ustedes van a responder esta pregunta con una imagen. En seguida pone una gota de aguatinta en la hoja de cada participante, al tiempo que les repite la pregunta a cada uno de ellos/as, y les dice: Trata de contestar con tu alma, dinos...” Se trata de que cada participante exprese gráficamente su respuesta en la hoja blanca moviéndola para que con la gota de aguatinta trace su deseo/decisión. El terapeuta les puede decir: “Tómense su tiempo, pero no demasiado porque se seca, la vida no espera”. La habilidad que tienen que poner en juego es pensar y crear rápidamente, al tiempo que se van tomando decisiones acerca de a dónde ir con “la gota de su deseo” antes de que esta se extinga. El terapeuta les puede comentar que en la vida cotidiana es frecuente que nos enfrentemos con decisiones que nos obliguen a tomar decisiones prontas, y que vale hacerlo ahora para poder discernir las dificultades que tenemos al respecto. Hay mucho para dia-logar en grupo, la metáfora del cuento, de los pollitos comelones y de la gota de aguatinta son sólo dispositivos para que las personas logren tomar distancia de las dificultades, ideas, “péndulos” que les impiden actuar asertivamente. Hay que ser claridosos en lo que pensamos y queremos para nosotros. Para poder crear la posibilidad de desenredarse de ese entramado de decisiones aparentemente irrelevantes es importante que los asistentes analicen los significados que sostienen esa cadena de decisiones que se van hilvanando en dosis homeopáticas. No basta con arengas acerca de “Sé firme”, “Míralo a los ojos y dile que no”, tenemos que escarbar en los significados de cada eslabón que se va sumando a esa cadena de decisiones que parecen no tener relevancias; es sabido que en el problema de las adicciones como en otros problemas una cosa va llevando a la otra. Las preguntas que se deben hacer los asistentes son básicamente dos: ¿Por qué es tan importante para mí? ¿Qué significa para mí? Y pedirles que en los días siguientes se las hagan constantemente ante la eventual presencia del “péndulo” en sus cabezas. Ejercicio para casa Se explica a los integrantes del grupo, que el ejercicio para casa de esta sesión consiste en poner en práctica lo aprendido en esta sesión sin perder de vista esas dos preguntas, y compartirlo con el grupo la semana próxima.
Tema 9. Identificando problemas y construyendo rectas positivas para el alma Objetivos: 1. Categorizar los factores que ocasionan que las personas tengan ideas negativas acerca de sí mismas. 2. Realizar un listado de las consideraciones positivas que acrediten a las personas. 3. Combatir imágenes espontáneas y sustituirlas por imágenes favorables. Material: Pizarrón, hojas blancas, lápices, plumón y muchos lápices de colores. Cambiando mis zapatos viejos. El/la terapeuta inicia la sesión preguntando ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo dejar atrás nuestros zapatos viejos? (Claro, además de la falta de varo para comprarnos unos nuevos). Invita a los asistentes a que den sus ideas de manera libre y después hace una síntesis de sus respuestas: De acuerdo, porque nos hemos amoldado tanto a ellos que nos resultan cómodos y seguros para caminar, correr, jugar, eso cuenta. Pero creo que también muchas veces es el pie el que termina por acomodarse a la horma de los zapatos. Eso no está, pues es el zapato el que se debe acomodar al pie y no el pie al zapato, pues si esto sucede el que se sacrifica es el pie, inclusive el pie puede sufrir malformaciones. Bueno, pues cuando hemos crecido con ideas muy fijas acerca de cómo deben ser ciertas cosas, es frecuente que terminemos por creerlas sin cuestionarlas jamás con lo que estamos amoldando nuestra mente a esas ideas y no al revés. Lo deseable es que las ideas se acomoden a lo que queremos de nosotros mismos, es decir, a la clase de personas que queremos ser. Los invita a reflexionar acerca de esta idea. Muchas de las personas que acuden a los servicios de consulta externa de CIJ tienen dificultades para especificar sus problemas y los cambios que desean hacer en su vida. En consecuencia el/la terapeuta los invita a analizar con detalle estas cuestiones. Les comenta que dado que a muchas personas les resulta muy útil ver sus ideas expresadas en forma gráfica, recurrirá a la técnica del pastel delirante. La técnica puede aplicarse de manera grupal o personal; si elige la primera opción, el terapeuta dibujará un círculo bien grande en el pizarrón o en unas hojas igual de grandes (puede apoyarse en un compás improvisado: ata un plumón a un extremo de un listón y con el otro extremo ata un lápiz/bolígrafo/clavo a manera de pierna de punta, la cual coloca en el centro de la hoja y con el listón extendido arrastra el plumón formando un círculo); si prefiere hacerlo de manera personal, cada asistente dibuja su propio círculo en una hoja. ¿Alguna vez han comido un pastel que les hiciera daño? Bueno, concentrémonos en el pastel que nos está haciendo daño en nuestras vidas y analicemos de qué está conformado, cuáles son los ingredientes con los que esta cocinado y que hace que el “estómago” nos duela. Lo primero que vamos hacer es una lista de los posibles ingredientes del pastel tóxico: Hagamos una lista de las causas por las que nuestra vida no va tan bien como quisiéramos, lo que sea, lo que ustedes crean que influye para que no estén a disgusto. El terapeuta puede proponer algunos ejemplos: Mala suerte. No soy capaz de dejar las drogas La depre no me deja en paz Mis papás se manchan conmigo Y todas las demás que el terapeuta escuche de parte de los asistentes. La lista puede ser tan grande como cada persona considere. Después van a enumerar los ingredientes de mayor importancia al de menor importancia, para eso puede simplemente poner el número uno al calce del ingrediente más significativo: La tira la trae conmigo (4) No soy capaz de dejar las drogas (1) Mi jefa de odia (5)
Ahora les pide que representen gráficamente en su pastel todas esas causas, a manera de rebanadas, dejando las rebanadas más grandes para el motivo número 1 y la porción más pequeña para la última causa de la lista. Enseguida les pide que iluminen con el color que menos les guste las causan que tengan que ver con situaciones ajenas a ellos/as y después con el color que más les guste las que sí estén relacionadas con ellos/as, con lo que hacen o dejar de hacer. Después les pide que muestren sus pasteles: ¿Cuál color ocupa más espacio? Bien, creo que esto les permite identificar algunas cosas que está a su alcance modificar y reconocer que habrá situaciones en la que no podamos influir y así evitar desgastarnos, por ejemplo, veo que tu Idalia, has colocado el número 1 en la causa: La mamá de mi novio está loca, está bien pirada la ñora, no deja que estemos juntos, metió a Miguel a un anexo en una granja donde lo tienen medio esclavizado, y ahora no lo dejan salir por su culpa. Bueno puedo entender que estés molesta con la mamá de Miguel y que deseas que deje de seguirse entrometiendo, pero también que has podido discernir que no puedes hacer nada contra la forma de ser de la señora, que no está a tu alcance, entonces ¿qué si está a tu alcance resolver? Hace esto mismo con el resto de los integrantes, o solo con algunos si el tiempo le apremia. Después repite el ejercicio, salvo que ahora la indicación es que los ingredientes sean únicamente consideraciones positivas acerca de ellos/as mismos: Bueno, ahora realizaremos un nuevo círculo para dibujar el pastel del crédito. En él van a escribir afirmaciones acerca de ustedes mismos/as por las cuales se merecen crédito, y después las van enumerar poniendo el número uno a la que les merezca menos crédito y con el mayor puntaje calificarán la que les merezca el mayor crédito. Fui a la fiesta del “Marco Teórico” y me tome sólo dos chela, lo juro, esta vez no me atasque (1) A pesar de que me dio “hueva” venir a CIJ y que pensé: chale, mejo no voy, aquí estoy, sí vine (2) Fuimos a casa de mis suegros, deje que mi esposa platicara con sus hermanas, así agusto, sin molestarla, mientras yo cuide un rato a los niños (3) Los asistentes son libres de escribir lo que consideren en su lista de créditos. Después, lo colocan en el pastel: rebanadas grandes para la consideración de la que estén más orgullosos y pequeña para la que sea menos relevante. Después les pide que iluminen su pastel con sus tres colores favoritos: un color para las consideraciones que son parte de su forma de ser, otro color para las que sienten que a veces las hacen pero no siempre, y el tercer color para aquellas que hicieron por excepción y que están dispuestos a esforzarse para mantener. Para el último ejercicio, les entrega una hoja y lápices, les pide que anoten todas las palabras/imágenes que les vengan a su cabeza en 30 segundos a partir de una palabra estímulo que él/ella les dará. ¿Están listos y listas? Repite: yo les voy a decir una palabra y ustedes anotarán todas las palabras que se les venga a su mente en 30 segundos. Listo, bien, la palabra es “ÁRBOL”. Escriban. Deja pasar 30 segundos y explora brevemente las respuestas. Probablemente sea cosas como navidad, madera, fruto, bosque, pino, verde, columpio, raíces, hojas, sombra, ecología, manzana, nidos, pájaros, etc. Y continúa: Bueno, esto fue un ejercicio de práctica. Ahora voy a poner en el lugar de cada quien una hoja donde previamente anote la palabra estímulo, la voy a poner “boca abajo” para que no vean la palabra que anote y no hagan trampa. Cuando yo diga “¡Ahora!” ustedes le dan vuelta a la hoja y empiezan a escribir todas las palabras/imágenes que se les venga a la cabeza ¿Están listas y listos? Con antelación, los terapeutas deben haber escrito los nombres de pila (puede incluir apellido si eso ayuda al ejercicio) de cada persona que asistió a la sesión, por ejemplo: Mirna Rojo González. Le entrega la hoja a la persona con ese nombre y cuando diga “Ahora” Mirna Rojo se verá frente a su propio nombre y tendrá que escribir todo lo que se le venga a la mente acerca de ella misma. El/la terapeuta les dará 45 segundos pero les dice que sólo tienen 30. Hay que hacerlo velozmente, si darle oportunidad a la reflexión. Debe estar atento de que nadie deje de escribir en ningún instante: ¡Adelante, no piensen! Escriban todo lo que se les venga a la mente de ustedes mismos, vamos tienen 30 segundos y espero que cada uno tenga una lista de al menos 20 palabras/imágenes ¡Vamos!
Pasado el tiempo los invita a compartir la lista de las imágenes que evocaron en sus mentes de sí mismos. Este ejercicio nos permite ver las imágenes (espontáneas) que tienen de ustedes mismos, veamos qué escribieron. Si alguien dese no hacerlo, se le tolera, habrá más ejercicios como este en otras sesiones subsecuentes. Es probable que la lista de imágenes negativas sea mayor que las positivas, en cuyo caso habla que trabajar con estas imágenes positivas para combatirlas y evitar que sigan afectando su estima y seguridad personal. Para ello, los terapeutas pueden hacer tres cosas, o más si se les ocurren más: 1. Enseñarles a tolerar su imagen. En este primer caso se puede invitar a las personas a tolerar una serie de imágenes que tienen acerca de ellas mismas y que suelen ser sumamente exageradas, por ejemplo una persona pudo haber escrito “Nerviosa cuando hablo en público” y ciertamente esto puede ser así, que ella se sienta muy nerviosa cuando se para frente a un grupo de personas a hablarles, por ejemplo en su salón de clases, pero lo que ella no puede ver es que está siendo muy dura con ella misma, que esta dificultad la haya convertido en un monstruo que la acecha y que no la deja en paz. A lo cual la terapeuta puede decirle: De acuerdo, no todas las personas son buenas hablando en público, pero ¿y eso que tiene de malo en sí mismo? Qué pasaría si simplemente dijeras, bueno, lo mío-lo mío no es hablar en público, y ya, sin más culpas. Creo que si logras convivir contigo misma sin estarte reprochando esta dificultad podrás estar mejor ¿Qué piensas de esto que te dijo? 2. Comprobar la realidad de la imagen. En este caso les preguntará: Y bien, ¿qué evidencia tienes de que esta imagen tuya sea real? ¿Qué evidencia tienes de lo contrario? ¿De verdad eres así o simplemente te han hecho creer que eres así? La tarea es invitar a la persona a comprobar si realmente es así (o que tiene esa dificultad) o sólo ha creído que es así. Por ejemplo, alguien pudo escribir “Soy rependeja pa’ manejar”. La terapeuta le puede decir, ¿Quién te ha contado eso? ¿Cuántos te han dicho eso? ¿De dónde has sacado esa idea? Y otras preguntas que la inviten a desafiar esa imagen. 3. Cambiar la imagen. En cuyo caso se le pide a la persona que evoque una imagen de ella misma contraria a la que escribió (una imagen positiva) y que la mantenga en su mente un buen rato, que la imagine con detalle. Después se le pide que imagine que está dirigiendo una película en donde se vea así misma con esa imagen negativa que tiene de sí, y que como director/a de escena trate de recrear la situación. Por ejemplo, una persona escribió “Dejo que me mangonien” y la terapeuta le puede decir: Paty, no tienes porque quedarte a merced de esta imagen, puedes cambiarla si lo deseas con fuerza, es como si fueras una directora de cine, puedes decidir cómo quieres que sea, así que ahora toca pensar qué cosas harás como directora de escena para cambiar esa imagen que no te gusta o que te perturba de ti. Lo que yo quiero que veas es que mientras imagines que eres una dejada, que te dejas mangonean, es así justo como te comportarás al tiempo que si te imaginas como una persona que puede decir por sí misma, y reclamar lo que no te gusta, entonces tu imaginación te puede llevar a ese lugar. Lo sé, el poder de la imaginación es tu primer aliado. Cambiar la imagen, en este caso, conduce a conversaciones productivas relacionadas con la resolución de problemas. El ejercicio puede continuar por más sesiones. Una variante de este ejercicio es que en lugar de el nombre de la persona la palabra estímulo sea “FUTURO” y entonces el objetivo se centra en la manera en cómo las personas pueden contruir una futuro esperanzador y dejar atrás la idea de estar condenados a un destino funesto. Ejercicio para casa. El/la terapeuta solicita que cada uno continúe haciendo estos últimos ejercicios en casa para combatir imágenes negativas de sí mismos/as y si es posible, que los puedan compartir en la siguiente sesión. Les confirma que él/ella tiene una imagen muy favorable de todas y todos los asistentes pues habla de la clase de personas en la que se quieren convertir al venir a CIJ, les hace un reconocimiento explícito del esfuerzo que están haciendo al acudir a sus consultas y los motiva a que sigan asistiendo.
Hoja de apoyo 6
Abajo aparecen algunos de los tipos de prejuicios o sesgos en que las personas incurren para mantener sus esquemas cognitivos y justificar sus comportamientos; estos ejemplos no son para presentarlos a los pacientes, se ofrecen con el único propósito de que los terapeutas puedan identificarlos en los “saberes” que las personas toman como verdades absolutas: Aversión de pérdida. Tendencia de las personas a preferir, en mayor medida, evitar las pérdidas, superiormente, a la posibilidad de adquirir ganancias (“Lo que pasa es que la coca me activa, me hace sentir con energía, o sea, eso que me dice de los beneficios de dejarla es cierto, pero ahorita no, hay mejor luego cuando ya no tenga tantas presiones”). Teoría de las perspectivas. Según el marco en el que se presente una misma situación, la gente se puede comportar de forma diametralmente opuesta. Esta teoría, por ejemplo, tiene una de las siguientes manifestaciones en la conducta humana: un individuo prefiere no perder 1000 pesos antes que ganar 1000 pesos, lo cual supone una asimetría en la toma de decisiones. “No pierda esta oportunidad en X”, en lugar de “Participe, atienda o aproveche nuestra oferta en X”, la primera versión presenta la idea en forma de pérdidas mientras que la segunda la presenta en ganancias. La primera será más atractiva debido a nuestro sesgo de evitar pérdidas. Prejuicio de la elección comprensiva. Es la tendencia a recordar nuestras propias decisiones como mejores de lo que realmente fueron (“La neta si me le puse al brinco, pero él empezó, pero eso de que me puse bien loco no es cierto”). Prejuicio de información. Es la tendencia a buscar información que no afecte la decisión tomada. Puede crear la falsa impresión de que por tener más información el razonamiento y/o la conclusión son más veraces (“Mucha gente que ha consumido drogas por años no le ha pasado nada”). Prejuicio por impacto: Es la tendencia a sobrevalorar la duración e intensidad de los futuros estados emocionales, basándose en experiencias previas. Ante estímulos iguales no siempre se siente de la misma manera en dos puntos temporales distintos (“Es que la neta, cuando las quise dejar la primera vez, antes de que viniera aquí a CIJ, sentí recañon que hasta me da cosa pensar en dejar de consumir, así de cuajo”). Prejuicio o sesgo por resultados. Tendencia a juzgar una decisión por su resultado final, en lugar de juzgarla por la calidad o acierto de la decisión, cuando fue realizada (“Al final ni me paso nada, míreme, aquí estoy, vivito y coleando”). Prejuicio de compatibilidad. Es la tendencia a probar hipótesis exclusivamente a través de la prueba directa (“Yo ya la probé y ni es cierto que te pasa eso que dicen, a mi no me paso”). Prejuicio de statu quo. Tendencia de algunas personas a valorar o apreciar en mayor medida las cosas que permanecen estables (“Total, he fumado mota por más de 12 años y no me ha pasado nada, mejor hay me la voy llevando ¿cómo ve?”). Prejuicio por omisión. Tendencia a juzgar acciones perjudiciales, lesivas o dañinas como peores, o menos morales, que omisiones de acción, igualmente dañinas. Sesgo de confirmación. Es la tendencia a buscar o interpretar información de un modo que confirme nuestros propios supuestos o creencias. Sesgo de disconformidad. Es la tendencia a realizar un crítico escrutinio de la información cuando contradice sus principales creencias y aceptar sin criterio aquella información que es congruente con sus principales creencias. Efecto de arrastre. Es la tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas otras personas hacen (o creen) esas cosas. También se puede dar el efecto contrario, rechazar algo por el mero hecho de que es lo que hace la mayoría. Efecto del falso consenso. Se refiere al hecho de que la mayoría de las personas juzgan que sus propios hábitos, valores y creencias están más extendidas entre otras personas de lo que realmente están ya sean por motivación, sesgo de confirmación o percepción selectiva. Efecto contraste. Es el realce o reducción de una cualidad o medida de un objeto cuando la comparamos con otros observados recientemente. Efecto foco. Desviación de la predicción del resultado, ocurre cuando las personas sitúan mucha más importancia en un determinado punto o aspecto de un evento. Por ejemplo, si se pregunta primero ¿En qué medida estás satisfecho con tu vida en general?” y después “¿Cuántas citas tuviste el mes pasado?”, la mayoría de los sujetos no relacionan las citas con su satisfacción. Sin embargo, si las preguntas se hacen en orden inverso, la mayoría focaliza o se centra en el número de citas con lo que su satisfacción (respuesta a la segunda pregunta) dependerá del número de estas. Este sesgo demuestra lo voluble y manipulable que es nuestro juicio.
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Un prejuicio (del lat. praejudicium, ‘juzgado de antemano’) es el proceso de formación de un concepto o juicio sobre alguna cosa de forma anticipada, es decir, antes de tiempo.
Efecto de cesión: Es la tendencia de las personas a dar más valor a algo tan pronto como lo poseen. “Me cuesta trabajo pararme y dejar mi vaso/chela a medio beber, ¡qué desperdicio!” , “Pero cómo voy a tirar esos cuatro churritos que compré, no más me los termino y’ora sí, dejo de drogarme”) Efecto laguna de exposición. Tendencia de las personas a expresar apetencias por cosas simplemente porque éstas les son familiares (“Bueno, lo que pasa es que en mi casa todos fuman, hasta mi jefa, no me diga que tengo que dejar el cigarro, es lo mío, me hace la balona”). Efecto de pseudocerteza: Tendencia a hacer elecciones adversas y de riesgo si los resultados esperados son positivos, porque realizando búsqueda de las elecciones de riesgo se tiene la preconcepción de evitar resultados negativos o no tan favorables. Efecto de la queja continua: Tendencia de una persona a situarse en un modo de queja continua, para que sea mejor y más recordado que el resto. Basado en la idea de que un elemento que destaca o rompe la norma será más recordado que otros elementos. Efecto Keinshorm. Predisposición a contradecir las ideas o formulaciones que otra persona juzga, con la cual no simpatiza. Tendencia de riesgo cero. Preferencia por reducir un pequeño riesgo hasta cero, en vez de reducir de manera considerable un gran riesgo. Negación de la probabilidad. Es la tendencia a rechazar completamente cualquier probabilidad cuando se realiza la decisión bajo incertidumbre (“Usted dice que si sigo manejando tomado un día voy a tener un accidente, pero es que yo no creo eso porque nunca me ha pasado nada porque yo le doy despacito [al coche]”). Ilusión del control. Es la tendencia a creer que puede controlar o al menos influir, en las consecuencias o resultados que claramente no puede controlar ni influir (“Yo me como un plátano macho para que no me detecten con el alcoholímetro; “yo puedo dejar las drogas cuando yo quiera, no’más está que me lo proponga”). Defensa de estatus. Tendencia de las personas cuando se sienten amenazadas o en evidencia a no detenerse a razonar, atender y reconocer los argumentos del otro. Es decir, cuando la persona se considera con cierto estatus éste tenderá a negar y a defenderse de cualquier comentario que le contradiga incluso recurriendo al autoengaño. Falacia de planificación. Tendencia a desestimar o infravalorar los tiempos de finalización de las tareas (¿El problema de Chiapas? Eso lo arreglo en 15 minutos”; “Eso yo lo hago bien rápido, ni hace falta que me espere”; “En 15 minutos se lo tengo”). Descuento hiperbólico. Es la tendencia de algunas personas a tener mayores preferencias por beneficios inmediatos en comparación con beneficios retardados. Sesgo de la identidad social: Los individuos tienden a anteponer la importancia de pertenencia a un grupo frente a los argumentos sólidos. Las personas adoptan juicios erróneos o falsos solo para permanecer dentro del grupo. Sesgo de la responsabilidad externa: Cuando las personas tienden a relajarse cuando se convencen de que no son responsable de sus actos. Aunque pudiera parecer extraordinario muchas personas tiende a depositar las decisiones en agentes externos. En otros casos, hasta rechazan la libre elección y ponen en manos de otros voluntariamente su libertad o poder de decisión. Obediencia a la autoridad: Tendencia que tienen algunas personas a seguir al líder o figura de fuerte autoridad en un grupo, independientemente de los fuertes argumentos racionales que se tengan en contra. La persona puede admirar, temer, auto engañarse o simplemente acatar las normas por el mero hecho de cumplimiento del deber, es decir, tiene una propensión o tendencia a hacerlo (“Ese era mi deber, tenía que morirme en la raya”). Efecto de sobre justificación. Ocurre cuando un incentivo externo (dinero, premios, etc.) reduce la motivación intrínseca a la hora de realizar una tarea. Las personas suelen prestar mayor atención al incentivo y menor atención a la satisfacción que se recibe de realizar una actividad; el efecto final es un cambio o desplazamiento de la motivación a factores extrínsecos socavando los preexistentes motivadores intrínsecos (“sí yo sé que venir aquí me conviene porque si me dejo de drogar ya no voy a tener problemas con la policía”). Todos estos ejemplos se ofrecen como una alternativa para que los terapeutas puedan interrogar los supuestos que sostienen los esquemas cognitivos dis-funcionales para dar una nueva perspectiva a las personas.
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