X CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA: SOCIOLOGÍA Y SOCIEDAD EN ESPAÑA. HACE 30 AÑOS, DENTRO DE 30 AÑOS

X CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA: SOCIOLOGÍA Y SOCIEDAD EN ESPAÑA. HACE 30 AÑOS, DENTRO DE 30 AÑOS. GRUPO DE TRABAJO: 26. SOCIOLOGÍA DE LA POBLACIÓN Y
Author:  Lucas Tebar Lara

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INFORMAÇÃO AOS INTERESSADOS VI: RESULTADO DA FASE DE RECURSOS AOS PROJETOS HABILITADOS NAS CATEGORIAS I E III EDITAL IBERCULTURA VIVA DE INTERCÂMBIO
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X CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA: SOCIOLOGÍA Y SOCIEDAD EN ESPAÑA. HACE 30 AÑOS, DENTRO DE 30 AÑOS. GRUPO DE TRABAJO: 26. SOCIOLOGÍA DE LA POBLACIÓN Y DEMOGRAFÍA

Dinámica urbana y movilidad residencial en Granada Joaquín Susino Arbucias ([email protected]) Ricardo Duque Calvache ([email protected]) Departamento de Sociología. Universidad de Granada Palabras clave Movilidad residencial; proyecciones de población; Granada; desplazamiento; gentrification. 1. Introducción El estudio de los cambios de vivienda internos a los núcleos urbanos se enfrenta a un problema común a todos los estudios acerca de la movilidad de la población: la insuficiencia de unos datos esencialmente estáticos a una realidad eminentemente dinámica. Aunque fuentes de datos como el Censo de Población y Vivienda ofrecen una información muy completa, resulta difícil abordar un estudio en profundidad de los desplazamientos de los habitantes, especialmente en un ámbito tan acotado como es el intramunicipal. La medición del desplazamiento de población es crucial para determinar el alcance de los procesos de cambio urbano, ya sean de degradación, consolidación o de gentrification (o aburguesamiento). El problema radica en cómo medir algo que ya no se encuentra allí. En este trabajo se presenta una aplicación de proyecciones de población, a partir de datos de los Censos de Población de 1991 y 2001, para el estudio de la movilidad residencial interurbana en el municipio de Granada. Las unidades de análisis van a ser los barrios, en los cuales vamos a tratar de medir las salidas y entradas de población hacia y desde otras zonas de la ciudad, con especial atención a los procesos de revitalización del casco histórico. De este modo se conseguirá un avance

significativo en la comprensión de la dinámica de movilidad interna en la ciudad, que es el objetivo último de esta investigación, y la clave para una adecuada planificación e intervención en el ámbito urbano. 2. Dinámicas urbanas, movilidad residencial y gentrification

La movilidad residencial ha sido vista como un fenómeno positivo desde los primeros estudios en torno a ella (Rossi, 1955), ya que permite a los hogares ir mejorando las condiciones de la vivienda, escoger un barrio mejor (Clark, Deurloo y Dieleman, 2006) o ir adaptándose a las cambiantes necesidades de vivienda en función del ciclo de vida familiar (Morrow-Jones y Wenning, 2005). El problema es que estos estudios acerca de la movilidad pocas veces contemplan los dos aspectos más oscuros del cambio de residencia: la movilidad descendente y la movilidad involuntaria, prefiriendo centrarse en la suburbanización y la movilidad ascendente. Donzelot (2004) recoge luces y sombras de la movilidad urbana en su planteamiento de la ciudad a tres velocidades (ville à trois vitesses). Periurbanización, relegación y gentrification son las tres ramificaciones que toma el cambio urbano más reciente. La primera hace referencia al bien conocido proceso de expansión urbana a los espacios y municipios circundantes, clásico en Estados Unidos, consolidado en muchas ciudades de la Unión Europea, pero todavía poco pronunciado en las ciudades españolas, salvando las grandes ciudades en donde sí ha podido apreciarse desde bastante tiempo atrás. Existe un cierto debate en torno a la conveniencia de una periurbanización excesiva, por los costes económicos y ambientales del transporte desde zonas cada vez más lejanas y la invasión del entorno rural próximo (lo que se ha dado en llamar el urban sprawl). Pero por lo general, se valora la periurbanización por ofrecer un aumento de las posibilidades residenciales, y consecuentemente, también de estilos de vida. Más delicadas son las cuestiones de la relegación y las gentrification, procesos que implican consecuencias negativas para los habitantes de las zonas afectadas. La relegación está básicamente relacionada con los procesos de abandono y desinversión de espacios urbanos. Aunque son importantes algunos factores puramente técnicos, como la antigüedad de las edificaciones y la calidad de los materiales constructivos, por

lo general estos procesos de degradación del espacio físico –y más importante, socialson resultado de las estrategias de los actores privados y de decisiones políticas e institucionales. La relegación afecta a la inmensa mayoría de las ciudades, generándose focos de pobreza y conflictividad social en torno a un paisaje urbano en decadencia. En estas zonas es posible observar con especial claridad el funcionamiento de los mecanismos de reproducción social: la pobreza de estos distritos ahuyenta a los hogares que pueden permitirse alojarse en otras zonas; los hogares más desfavorecidos que se ven expulsados o incapaces de adquirir una vivienda en otras zonas acaban concentrándose en ellos. La gentrification, es quizá el más complejo, y por tanto también el más interesante de los tres procesos. Podemos entender la gentrification como un fenómeno simultáneamente físico, económico, social y cultural, que implica la invasión por parte de las clases medias-altas de vecindarios obreros y áreas mixtas y el reemplazo o desplazamiento de muchos de sus habitantes originales (Hamnett, 1984). Sin embargo, muchos autores, al estudiar las consecuencias de la gentrification de un barrio, la proclaman como una solución casi inocua a los problemas de degradación de las áreas céntricas urbanas, que han sido observados desde largo tiempo atrás. Sus estudios revelan una mejora sustancial de la situación económica del barrio e incluso un alto porcentaje de satisfacción por parte de los habitantes de la zona ante los cambios que en ella se producen (Freeman, 2006). Esta conclusión es lógica si no se tiene en cuenta que probablemente los mayores perjudicados por el proceso no se encuentran allí para expresar su desacuerdo. El desplazamiento no es democrático: las personas más vulnerables social y económicamente (ancianos, desempleados, minorías étnicas) son las primeras en verse afectadas, de ahí la mejora de la situación económica. Pero como apuntaba Atkinson (2000) la gentrification no resuelve los problemas, sino que los mueve. En conclusión, es fundamental conocer más información acerca del volumen de personas afectadas por la gentrification, tanto las que entran, como sobre todo, las desplazadas y de sus características. Diferentes perfiles de habitantes pueden verse afectados por la gentrification. Para los que alquilan, ya que a causa de la subida de precios en la zona se verán obligados a trasladarse a un barrio más pobre, en el que el precio de los alquileres sea menor, como describe Fidel (1992), o bien a permanecer en su zona ocupando una

vivienda más cara y peor (Hartman, 1984). Para la mayoría, este cambio será involuntario. Tampoco los propietarios están totalmente libres de peligro. Hay diversas formas por las cuales la gente puede verse desplazada de sus propias viviendas. En ocasiones, por requerimientos municipales para emprender reparaciones que no pueden pagar, por amenaza de ruina en los edificios, por la inclusión del lugar que ocupa su vivienda en proyectos de remodelación urbana… Y no olvidemos tampoco, que muchos de los que se marchan “voluntariamente” lo hacen impelidos por una fortísima presión para el desplazamiento (Marcuse, 1986). La ausencia de los amigos y vecinos, la ruptura de las formas de vida tradicionales y la marcha de los hijos a otras zonas (ante la imposibilidad de adquirir una vivienda en su barrio originario) son motivos claves para aceptar vender la casa. A pesar de obtener un gran beneficio económico, los habitantes se marchan poco convencidos, y en ocasiones, con lágrimas en los ojos. La gentrification está ligada a la elección y el consumo para muchos, pero para los desplazados significa restricción y coerción (Atkinson, 2000). Dentro de la ciudad de Granada, el barrio del Albaicín es el que se ha visto afectado por este fenómeno de forma más intensa (aunque se ha producido de forma más difusa en otras zonas). Por nuestro interés en la cuestión intentaremos prestar especial atención a los datos relativos a esta cuestión en nuestro análisis.

3. Espacio de estudio: la ciudad de Granada

A lo largo de este trabajo vamos a aplicar un proceso de simulación demográfica a los datos censales sobre la ciudad de Granada. En el futuro esperamos poder aplicar la misma metodología para el análisis de las dinámicas urbanas de otras urbes, pero consideramos que Granada constituye un primer ejemplo interesante. En primer lugar, se trata de una ciudad que cuenta con un área metropolitana consolidada, con un tamaño conjunto de los municipios circundantes cada vez más próximo al de la capital. Esto genera importantes flujos de entrada y salida en la capital y cambios importantes en los flujos económicos y de población. Y permite conectar las conductas sociales observadas con las de otras ciudades integradas en espacios metropolitanos, incluso cunado tienen tamaños muy superiores. Es, además, una ciudad con un casco histórico rico y bastante bien conservado, lo que propicia problemáticas y tensiones específicas de este tipo de

zonas, relacionadas con la conservación, recuperación y puesta en valor del patrimonio monumental. En ciertas áreas del centro, ya sean parte del casco histórico o no, se están produciendo además procesos de gentrification, similares a los descritos en el apartado anterior. La tensión entre viejos y nuevos vecinos, los procesos de sustitución y de desplazamiento forzoso son una de las temáticas más interesantes que ofrece lo urbano. La diversidad social que tiene cabida en la ciudad, desde zonas de clase acomodada hasta otras con carácter marginal permite el análisis de la movilidad comparada en función de la clase social. Por todos estos motivos, consideramos Granada como un excelente punto de partida para nuestro análisis. Los datos del Censo de 2001 se someterán a una doble comparación, en el tiempo y el espacio. Para el análisis temporal emplearemos los datos del censo de 1991. La contrastación de ambos va a permitirnos ver las tendencias de cambio y su intensidad en un periodo determinado. En cuanto a la dimensión espacial, como hemos dicho, el área metropolitana de Granada es una realidad funcional, un ámbito que tiende a funcionar como un mercado unitario de trabajo y vivienda, (Susino, 2001). Por tanto, la dinámica demográfica y social debe ser estudiada desde tal óptica. Para contextualizar la situación compararemos los datos pertenecientes a los barrios con los del conjunto de la capital, y el conjunto de la aglomeración urbana para efectuar algunos de los cálculos, como veremos más adelante. En segundo lugar, para interpretar y valorar los desplazamientos de población, nos fijaremos en distintos barrios, similares en tamaño, pero diferentes en cuanto a localización y sobre todo en el tipo de población que albergan. El siguiente cuadro recoge la información básica sobre los barrios que hemos elegido, que representan en conjunto más de la mitad de la población y las viviendas de la ciudad. Es fundamental destacar que la ciudad en su conjunto se haya inmersa en un proceso de periurbanización, lo que conlleva pérdidas generalizadas de población en casi todos los barrios del municipio central (un 6% como media). En cambio la corona metropolitana, los municipios circundantes, crecen un 43% en población. Una de las claves de este trasvase de población son los cambios en el tamaño y la estructura de los hogares: hogares más pequeños y numerosos requieren un número de viviendas mayor incluso i la población se mantiene o desciende ligeramente. Por tanto, el número de viviendas aumenta, tanto en Granada (18%) como, de forma mucho más destacada, en la corona (64%).

Figura 1. Población y viviendas en los barrios de Granada seleccionados Población

Total de viviendas

Viviendas principales

% del total 12.025 -11% 6.769 12% 4.071 60% Constitución-FN 18.656 -15% 9.925 8% 6.388 64% Recogidas 11.929 -7% 5.054 8% 3.729 74% Genil 5.926 -21% 5.136 10% 2.345 46% Centro-Sagrario 6.533 -12% 4.530 5% 2.441 54% Realejo-SM 5.233 5% 2.275 18% 1.663 73% Cervantes 6.603 -15% 3.569 5% 2.392 67% Fígares 5.921 -23% 4.690 -2% 2.447 52% Albaicín 6.449 -7% 3.263 16% 2.121 65% La Cruz-SFJ 18.334 -12% 8.283 7% 6.405 77% Vergeles 12.742 -24% 6.151 -2% 4.507 73% Chana 13.423 -15% 6.261 8% 4.718 75% Zaidín 11.015 -14% 4.597 26% 3.291 72% Almanjáyar 240.661 -6% 124.663 18% 81.597 65% Granada 178.046 43% 81.879 64% 56.499 69% Corona metropolitana 418.707 10% 206.542 32% 138.096 67% Área metropolitana Fuente: Elaboración propia a partir de los Censos de 1991 y 2001 (www.ine.es) 2001

∆ 91-01

2001

∆ 91-01

2001

Personas por hogar

∆ 91-01

2001

1991

2% -3% 5% -10% -5% 17% -3% -10% 12% 3% -12% 0% 5% 8% 67% 26%

2,92 2,90 3,16 2,50 2,61 3,11 2,76 2,32 3,04 2,86 2,83 2,84 3,34 2,93 3,13 3,01

3,32 3,32 3,58 2,82 2,83 3,49 3,15 2,71 3,54 3,36 3,28 3,36 4,08 3,35 3,65 3,44

Vamos a tomar una muestra compuesta por barrios pertenecientes al casco histórico (Sagrario, Realejo y Albaicín), barrios de población de clase más acomodada (Constitución-Fuente Nueva, Recogidas y Genil), barrios con un carácter mixto (Cervantes, Fígares y La Cruz-San Francisco Javier), barrios consolidados de clase obrera (Chana, Vergeles y Zaidín) y por último, un barrio “de exclusión” (Almanjáyar). De este modo tendremos una perspectiva mucho más amplia de los cambios sociales en la ciudad de granada, diferenciando si se trata de cambios propio del centro histórico, si afectan a diferentes zonas de la ciudad y cómo varían estos fenómenos urbanos en función de la posición de clase de sus habitantes. Figura 2. Condición socioeconómica y relación con la actividad de los mayores de 16 años en los barrios de Granada. Operarios Directivos, Empresarios Labores manuales Otros profesionales sin Parados Pensionistas del Estudiantes y poco ocupados y técnicos asalariados hogar cual. 24% 5% 2% 12% 7% 22% 11% 17% Constitución-FN 23% 5% 2% 12% 7% 21% 11% 18% Recogidas 22% 6% 2% 14% 8% 17% 12% 19% Genil 19% 6% 3% 12% 9% 27% 10% 15% Centro-Sagrario 20% 8% 3% 14% 9% 23% 11% 12% Realejo-San Mat. 19% 9% 3% 13% 9% 17% 13% 17% Cervantes 16% 8% 3% 12% 10% 25% 13% 14% Fígares 18% 10% 5% 12% 11% 23% 10% 12% Albaicín 15% 12% 3% 13% 9% 17% 14% 18% La Cruz-San FJ 9% 14% 3% 12% 12% 23% 15% 12% Vergeles 7% 16% 3% 11% 12% 25% 15% 11% Chana 5% 18% 3% 11% 13% 25% 16% 9% Zaidín 2% 26% 6% 9% 19% 17% 13% 7% Almanjáyar 15% 12% 3% 12% 10% 20% 13% 14% Granada 10% 20% 4% 14% 10% 15% 16% 11% Corona metropolitana 13% 15% 3% 13% 10% 18% 14% 13% Área metropolitana Fuente: Elaboración propia a partir de los Censos de 1991 y 2001 (www.ine.es)

4. Propuesta metodológica

Nuestra propuesta consiste, básicamente, en una modificación del método de cohortes para el cálculo de saldos migratorios por sexos y grupos de edad para estimar no solo los saldos sino también los flujos de salida, aprovechando la información existente sobre flujos de entrada. Muy resumido, el proceso consiste en comparar las estructuras de dos censos sucesivos, el de 1991 y el de 2001. Cada grupo se compara con la población de la misma cohorte diez años antes. A partir de la población correspondiente al censo de 1991 se calculan los supervivientes a la fecha en que se realizó el de 2001. Se calculan los saldos de entradas y salidas comparando la población real según el censo de 2001 con la superviviente a esa misma fecha. Se restan los inmigrantes según el censo de 2001 y una estimación de los cambios de vivienda provenientes de otros barrios del propio municipio, con lo que se obtiene las salidas totales, ya sean por emigración o por cambio de vivienda a otro barrio. Todo ello para ambos sexos y por grupos de edad. Figura 3. Fuentes de datos

Fuente: Elaboración propia.

Se trata de una variante de la bien conocida ecuación compensadora que pone en relación la población de un ámbito en dos momentos diferentes. El crecimiento (o decrecimiento) del número de habitantes va a depender de dos factores, el crecimiento natural (diferencia entre nacimientos y defunciones) y el saldo migratorio (diferencia entre inmigración y emigración). En definitiva, se trata de comparar la situación al final

del periodo con la que, mediante un proceso de simulación, habría resultado si no hubiese habido movimientos de salida ni entrada por migración o cambios de vivienda. El resultado es una imagen de a quiénes afectan, según sus características de edad y sexo, estos movimientos de entrada y salida. La figura 3 muestra cómo hemos combinado tres fuentes de datos (censo de 1991, censo de 2001 y proyecciones) para conocer las salidas de población. Procedemos por etapas en la realización de los cálculos. La primera consiste en aplicar el método al conjunto del área metropolitana, ajustando a ese nivel las hipótesis de fecundidad y mortalidad que se van a emplear en los cálculos de unidades espaciales más pequeñas1. Esta manera de proceder se basa en el reconocimiento del conjunto del área metropolitana como la ciudad real, el espacio conjunto en que resultan coherentes tales fenómenos demográficos. La segunda etapa consiste en aplicar el mismo método a las subunidades consideradas que son Granada y corona metropolitana y, sobre todo, cada uno de los barrios seleccionados. Es en esta segunda etapa donde el procedimiento se enfrenta a mayores dificultades, referidas tanto a los datos disponibles y sus fuentes, como a las estimaciones necesarias para completar las lagunas de la información a este nivel. 1. La primera dificultad se refiere a la unidad territorial más pequeña para la que es posible obtener datos. Se trata de la sección censal, una unidad en torno a 1.500 habitantes, aunque puede variar entre 500 y 3.000, de la que la aplicación electrónica del censo2 proporciona datos, siempre y cuando no sean susceptibles de vulnerar el secreto estadístico. Razón por la que en determinadas ocasiones es necesario agregar varias secciones para alcanzar un tamaño mínimo en que no se vulnere tal limitación. 2. Las defunciones durante el periodo 1991-2001 se calculan a partir de las probabilidades de muerte y supervivencia de las tablas de Andalucía para ese mismo periodo, aunque ajustadas en función de las defunciones realmente producidas. Para lo cual se utilizan datos publicados que, sin embargo, son insuficientes para calcular tablas de mortalidad del área metropolitana. Además, se adopta el supuesto de que las mismas pautas de mortalidad son aplicables a la población migrante. La hipótesis de mortalidad es única para el conjunto del área metropolitana y no tiene en cuenta, por tanto, la desigual mortalidad por clases sociales, un hecho suficientemente establecido en la 1

También es necesario estimar la población a 1 de noviembre de 1991, a partir del censo de 1 de marzo de 1991, para que transcurran 10 años exactos hasta el censo de 1 de noviembre de 2001. 2 Disponible en la dirección: http://www.ine.es/censo/es/inicio.jsp

literatura especializada. Lo que quiere decir que se subestiman las defunciones en los barrios de menor estatus social y se sobreestiman en los de mayor estatus, afectando a la estimación de la movilidad. Lo que debe tenerse en cuenta al interpretar los resultados, como veremos más adelante. 3. Los datos sobre inmigrantes corresponden a una pregunta sobre el lugar de residencia el 1 de marzo de 1991, que es la más adecuada a los efectos de nuestro objeto de investigación, pues se trata de analizar la situación de una determinada población en dos momentos distintos, sin entrar a considerar la totalidad de los movimientos durante el periodo (que serían las migraciones). Sin embargo, por la forma de la pregunta, no se recoge información de los niños menores de 10 años. Por tanto, la proyección se hará para la población mayor de esta edad. 4. El censo de 2001 permite conocer, además, los que sin ser migrantes, porque vivían en el mismo municipio en 1991 y en 2001, habitaban una vivienda ocupada por el hogar al que pertenecen con posterioridad a 1991. Es decir, los que han cambiado de vivienda dentro del propio municipio; referido igualmente a la población ya nacida en 1991, con más de 10 años en el 2001, puesto que la condición es que en ambas fechas vivan en el mismo municipio. Este dato es muy relevante para los barrios, puesto que no todos los cambios intramunicipales son cambios entre barrios distintos. Es necesario tener en cuenta, por tanto, la movilidad entre barrios y dentro de cada uno de ellos. Este reparto ha debido estimarse a partir de una encuesta reciente realizada para el conjunto del área metropolitana, donde se inquiría por el ámbito en que se habían realizado todos los cambios de vivienda en el periodo 1997-2007. Suponemos, por tanto, que la tendencia a cambiar dentro del mismo barrio ha permanecido estable en comparación con un periodo posterior. En esta estimación se han tenido en cuenta varios factores: - Se ha calculado para el conjunto del área metropolitana y para Granada el porcentaje de cambios de vivienda dentro del barrio de acuerdo con lo manifestado por los entrevistados en la encuesta a la pregunta sobre dónde estaba la vivienda en la que vivían anteriormente. - No en todos los barrios el porcentaje de la movilidad interna y desde otros barrios es el mismo3. Se han aplicado, por tanto, diferentes porcentajes en función de 3

La encuesta, por el tamaño de la muestra, no permite su estimación para cada uno de los barrios que hemos analizado, pero sí permite observar que este tipo de movilidad está relacionado con las características sociales de los barrios, de forma que la movilidad intrabarrio es inferior en los de más alto

estas características. - Las pautas por edad de los que, dentro de la movilidad residencial intramunicipal, se mueven dentro de los mismos barrios o entre barrios distintos no es la misma. La encuesta permite calcular para el conjunto de la ciudad de Granada las pautas por edades, aunque en algunos grupos el tamaño de la muestra es pequeño y grande el margen de error. Por ello se ha recalculado, aplicando medias móviles, la distribución por edades de los que se mueven dentro y fuera de los barrios. El resultado es una distribución bimodal, con mayor probabilidad de movilidad interna en los que tienen entre 45 y 49 años y en los niños de 10 a 14, que revela los cambios de familias con hijos; aunque también sube algo entre 70 y 74 años. De esta forma no solo se tiene en cuenta la intensidad y estructura de edades de los móviles intramunicipales, sino su reparto entre intra e inter barrios y las diferencias en este reparto por edades. 5. Para estudiar las características de los que se mueven además de calcular el volumen total de población que se ha mudado hemos estado trabajando con la población clasificada por edad y sexo (ya que estos dos factores son cruciales para calcular las muertes en la proyección), y consideramos que estas variables son significativas. Por tanto, vamos a representar toda la información sobre salidas sobre pirámides de población, lo que facilita considerablemente la comprensión y comparación de datos entre diferentes barrios, inclusos si sus poblaciones tiene diferentes tamaños. Las pirámides van a ser de dos tipos: en unas reflejaremos los saldos netos, la comparación de las poblaciones en 1991 y 2001 para ver si cada grupo de edad y sexo crece o decrece en el periodo. En el segundo tipo, detallaremos los componentes de esa evolución.

5. Discusión de resultados En las siguientes figuras está representada la evolución demográfica entre 1991 y 2001 del Albaicín y Granada, por edad y sexo. Además de la del conjunto de la ciudad, hemos estimado oportuno incluir la de uno de los barrios para ejemplificar las diferencias a nivel interno de la tónica general de la ciudad. En primer lugar es necesario un breve comentario acerca de la forma de las pirámides, las causas sociales estatus social y superior en los de estatus más bajo, con algunas desviaciones de esta norma que están ligadas, básicamente, a su inclusión en el casco histórico o a que sea de urbanización y construcción reciente.

de la desigual distribución de la población por edades y sexos. Y la mejor forma de hacerlo es en comparación con la que presenta en conjunto la ciudad. Es fácil apreciar que la baja natalidad durante los últimos veinte años es una característica común a ambos espacios, y a toda España. Las cohortes que en 2001 tenían por encima de los 20 años de edad se adaptan a lo esperable en una pirámide de población para el caso de Granada. Sólo se aprecia una anomalía en el grupo de edad 60-65, menos numerosos que los siguientes, como consecuencia del menor número de nacimientos durante la Guerra Civil Española. En cambio, la pirámide del Albaicín tiene una forma muy diferente. En las edades entre 40 y 64 años, se nota la ausencia de muchísima gente, combinada con un número algo mayor de personas mayores de 65 años. Lo que hace que nos encontremos ante un barrio dual, de población joven y mayor, pero escasa presencia de gente en edades intermedias. Evidentemente, esta anomalía se debe a las migraciones, aunque no podemos saber con exactitud cuándo se marcha tal cantidad de habitantes. Investigaciones históricas (Jiménez Núñez, 1999:199) afirman que un número importante de albaicineros emigraron a Barcelona y Madrid desde finales de los años 50; tendencia que debió extenderse hasta principios de los setenta. Este hecho es normal en la España de la época, especialmente en espacios rurales e incluso en algunas zonas urbanas de las regiones menos desarrolladas e industrializadas, aunque en Granada nunca llegó a provocar saldos migratorios negativos. Pero, es necesario algo más que estas migraciones históricas para explicar un déficit tan acentuada en estas cohortes. El barrio ha sufrido, más recientemente, un cierto grado de desplazamiento de población relacionada con la gentrification. Para aclarar esta cuestión vamos a calcular el perfil de edad y sexo de la población que sale del barrio entre 1991 y 2001, siguiendo la metodología explicada en el apartado anterior.

Figura 4. Evolución de la estructura de población por cohortes 1991-2001, cifras netas.

GRANADA

ALBAICÍN Población en 2001 85 y + 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69

Población en 2001

85 y +

Pérdidas netas

80 - 84 75 - 79 70 - 74

Ganancias netas Defunciones

Ganancias netas Defunciones

65 - 69 60 - 64

60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49

55 - 59 50 - 54 45 - 49

40 - 44 35 - 39 30 - 34

40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29

25 - 29 20 - 24 15 - 19

20 - 24 15 - 19 10 - 14

10 - 14 5-9 0-4 -500

Pérdidas netas

5-9 0-4 -400

-300

-200

-100

0

100

200

300

400

500

-15.000

-10.000

-5.000

0

5.000

10.000

Fuente: INE. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos de 1991 y 2001.

En estas figuras se han representado los habitantes en 2001 en gris claro, las defunciones (calculadas mediante proyección) en gris oscuro, y también el saldo neto del periodo. En trama diagonal están las pérdidas de población, y en líneas horizontales las ganancias respecto a 1991, teniendo en cuenta las entradas y salidas por desplazamiento de la población. Como vimos anteriormente, el Albaicín ha perdido bastante población en el periodo de referencia, y gracias a este gráfico podemos apreciar qué parte del descenso de población es atribuible a las defunciones y cuál a las salidas de población. La ciudad está perdiendo población a favor del resto del área metropolitana, como vimos en los datos ofrecidos más arriba. La pirámide de Granada muestra los efectos de esta suburbanización en marcha: la mayoría de los grupos son más o menos estables, pero hay importantes pérdidas de hombres y mujeres entre 25 y 45 años, y de niños menores de 15. Lógicamente, se trata de familias con hijos. Para el caso del Albaicín, el análisis es más complejo. Hay pérdidas de población generalizadas, salvo entre los hombres de 20 a 29 años, que incluso crecen en número, lo que indica entradas de este tipo de habitantes. Pero el dato más importante es que en grupos mayores, (cuya movilidad normalmente es mucho menor, como puede verse para el caso de Granada) hay importantes cifras de salidas de población. Esto podría servirnos como indicio favorable a la hipótesis de la gentrification, ya que los ancianos son uno de los colectivos más vulnerables a las subidas de rentas y por tanto al desplazamiento.

15.000

Este análisis es incompleto en el sentido de que no contempla la recepción de población externa. Si tenemos en cuenta que durante los noventa ha habido importantes entradas de población se deduce que las salidas de población son en realidad mucho mayores que las diferencias netas mostradas anteriormente. Es necesario un análisis por componentes de la movilidad. Para ello vamos a presentar un segundo tipo de pirámide, más compleja. Presentaremos en primer lugar la del Albaicín para describir sus componentes. Luego incluiremos las pirámides correspondientes a otros barrios, porque la información que contienen sólo cobra sentido al ser comparada con otros ámbitos. A la vista de todos los datos podremos realizar una valoración e interpretación de su significado. Figura 5. Evolución de la población del Albaicín en el periodo 1991-2001, por componentes Granada 1991-2001

85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

75 - 79

Entradas movires

70 - 74

Inmigrantes

65 - 69

Salidas totales

60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 -18.000 -15.000 -12.000 -9.000

-6.000

-3.000

0

3.000

6.000

9.000

12.000

15.000

18.000

Fuente: INE. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos de 1991 y 2001

Partiendo desde el eje central, podemos distinguir cinco categorías: •

En trama diagonal se representan los sedentarios, los que viven en la

misma vivienda desde 1991, según los datos censales. •

En trama diagonal más fina se representan suma del total de personas

que protagonizaron la movilidad residencial en el interior de sus respectivos

barrios, es decir, los que se han mudado de casa, pero ya vivían dentro del mismo barrio en 1991. •

En gris claro, la movilidad residencial entre barrios del municipio de

Granada. •

En gris oscuro se representan los inmigrantes provenientes de fuera

del municipio de Granada; datos que no son estimados sino extraídos directamente del censo. •

El conjunto de estas cuatro categorías se corresponde con la pirámide

de 2001. Equivale también a la parte gris clara del gráfico anterior. •

Con puntos se representan las salidas totales de población, que vivía

en el Granada en 1991 y en 2001 se encuentra en otro lugar. En esta cifra no están incluidos los fallecidos, que se descontaron en el cálculo anterior4. Podemos apreciar algunas tendencias generales en la pirámide de Granada. Para empezar, que existen distintas pautas de movilidad por edades. Los menos de 24 años tienen una movilidad media, y que en gran parte va a ser dependiente de los desplazamientos del hogar familiar. Las mayores cantidades de entradas y salidas se producen entre los 25 y los 44 años. Este dato es perfectamente coherente con las diferentes teorías explicativas sobre la movilidad residencial, que la relacionan fundamentalmente con hitos vitales como la emancipación, el desarrollo de una carrera profesional y la formación de nuevas familias. Todos estos eventos se producen mayoritariamente entre las citadas edades. A partir de los 45 años, la movilidad va decreciendo paulatinamente (con un ligero repunte en torno a los 65 años, a causa de la jubilación). Por componentes, se aprecia cómo la tónica dominante en el conjunto de la ciudad es la pérdida de población a favor de los municipios metropolitanos, seguida en importancia por la movilidad residencial entre barrios, cuyo auge se produce entre los 30 y los 44 años. Al no ser posible presentar las pirámides de todos los barrios a una escala razonable, vamos a proceder a analizar los resultados agrupando los barrios según su tipología desde el punto de vista social. Tras ver las características de cada tipo por separado, 4

Tanto este dato de las salidas totales como el anteriormente presentado de la movilidad interna al barrio están pensados para su interpretación desde la óptica del barrio. Aunque ofrecemos el dato, que no es otra cosa que la agregación de los datos de los diferentes barrios, su sentido se apreciará mucho mejor posteriormente cuando analicemos los datos a tal nivel menor.

procederemos a comparar tales agrupaciones. Si comenzamos por las zonas más acomodadas, en primer lugar tenemos Constitución-Fuente Nueva, Recogidas y Genil. Figura 6. Evolución de la población de los barrios acomodados 1991-2001, por componentes Constitución - Fuente Nueva 1991-2001 85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

75 - 79

Entradas movires

70 - 74

Inmigrantes

65 - 69

Salidas totales

60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 -900

-700

-500

-300

-100

100

300

500

700

Recogidas 1991-2001

Genil 1991-2001

85 y +

Sedentarios

85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

80 - 84

Movires interna

Entradas movires

75 - 79

Entradas movires

Inmigrantes

70 - 74

Inmigrantes

Salidas totales

65 - 69

Salidas totales

75 - 79 70 - 74 65 - 69

900

60 - 64

60 - 64

55 - 59

55 - 59

50 - 54

50 - 54

45 - 49

45 - 49

40 - 44

40 - 44

35 - 39

35 - 39

30 - 34

30 - 34

25 - 29

25 - 29

20 - 24

20 - 24

15 - 19

15 - 19

10 - 14

10 - 14

-1.400 -1.200 -1.000

-800

-600

-400

-200

0

200

400

600

800

1.000 1.200 1.400

-900

-700

-500

-300

-100

100

300

500

700

900

Fuente: INE. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos de 1991 y 2001

Se trata en primer lugar de barrios bastante envejecidos por la base, con muy pocos jóvenes menores de 20 años. Las salidas son muy importantes, y se concentran en las edades entre 30 y 39 años, más tarde que en la ciudad en conjunto. Esto concuerda con los datos que reflejan el retraso de la emancipación entre los jóvenes de clase media con respecto a sus contemporáneos de familias de clase trabajadora. Y está relacionado además con las características del propio barrio, son zonas donde la vivienda es cara en general, lo que fuerza a los nuevos hogares a buscar alternativas fuera. En cambio las entradas son mucho más constantes por edades, incluso a edades bastante avanzadas (que en el modelo del ciclo de vida familiar se corresponderían con la fase de “nido vacío”). Estas características apuntan a estas áreas como “espacios de llegada”, barrios que se perciben como de alta deseabilidad social, funcionando como destino definitivo en las trayectorias residenciales. Las personas mayores no se marchan, y la movilidad

interna a los propios barrios es mínima. En cambio los habitantes procedentes de otras partes de la ciudad son numerosos. Es importante además destacar una cuestión relacionada con el procedimiento de simulación. Puede apreciarse que en los tres barrios aparecen entradas hasta edades muy avanzadas, difícilmente explicables desde le punto de vista de la movilidad. Como dijimos en la explicación del procedimiento, la mortalidad aplicada a todos los barrios es la metropolitana, cuando en realidad existen importantes diferencias entre los diferentes barrios, en función del nivel socioeconómico de sus habitantes. En este caso, al ser barrios acomodados, hemos sobreestimado la mortalidad, y los habitantes inesperados en el cálculo son reflejados como entradas desde otros ámbitos. Este desajuste es inevitable, ya que no existe información suficiente para realizar una tabla de mortalidad completa para cada uno de los barrios. Y nos permite aseverar la precisión de la simulación (lo anómalo sería que no se detectaran diferencias en la mortalidad por estatus socioeconómico). Figura 7. Evolución de la población de los barrios del casco histórico 1991-2001, por componentes Albaicín 1991-2001 85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

75 - 79

Entradas movires

70 - 74

Inmigrantes

65 - 69

Salidas totales

60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 -500

-400

-300

-200

-100

0

100

200

300

Sagrario 1991-2001

500

Realejo 1991-2001

85 y +

Sedentarios

85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

80 - 84

Movires interna

75 - 79

Entradas movires

75 - 79

Entradas movires

70 - 74

Inmigrantes

70 - 74

Inmigrantes

65 - 69

Salidas totales

65 - 69

Salidas totales

60 - 64

60 - 64

55 - 59

55 - 59

50 - 54

50 - 54

45 - 49

45 - 49

40 - 44

40 - 44

35 - 39

35 - 39

30 - 34

30 - 34

25 - 29

25 - 29

20 - 24

20 - 24

15 - 19

15 - 19

10 - 14 -500

400

10 - 14 -400

-300

-200

-100

0

100

200

300

400

500

-500

-400

-300

-200

-100

0

100

Fuente: INE. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos de 1991 y 2001

200

300

400

500

Los barrios del casco histórico comparten pautas muy similares. Su estructura de edades está descompensada, con grupos poco numerosos entre los 45 y los 65 años, fruto de importantes emigraciones en periodos anteriores, que sumados a la escasez de jóvenes y el alto número de mayores de 65 arroja unos índices de dependencia muy altos. Aunque las salidas son más numerosas entre los 25 y los 44 años, la característica que los diferencia del resto de zonas de la ciudad son las salidas de personas mayores de 65 años. Si comparamos con el resto, vemos que en ellos la movilidad de personas en estas edades es casi inexistente. En general hay altas cifras de inmigrantes, que puede deberse a la atracción que ejerce el centro histórico y la centralidad de estas zonas al recién legado a la ciudad (en tanto que el habitante local tiene presente también los problemas asociados tanto en la accesibilidad como en la variedad y precios de las viviendas disponibles). Lo que diferencia al Albaicín del Realejo y Sagrario es que la salida de ancianos es algo superior, y especialmente, una entrada más fuerte de población joven. Asimismo, mientras la mayor parte de los nuevos pobladores en Sagrario y realejo proceden de la movilidad residencial desde otros barrios de Granada, el Albaicín se nutre fundamentalmente de inmigrantes al municipio. En general, el Albaicín constituye el caso más avanzado en la ciudad de Granada de un proceso de gentrification en marcha, implicando una fuerte sustitución de población, mientras en sagrario Y realejo los encontramos de una forma más suavizada o temprana. Figura 8. Evolución de la población de los barrios medios 1991-2001, por componentes Cervantes 1991-2001 85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

75 - 79

Entradas movires

70 - 74

Inmigrantes

65 - 69

Salidas totales

60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 -400

-300

-200

-100

0

100

200

300

400

La Cruz - San Fco. Javier 1991-2001

Fígares 1991-2001 85 y + 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69

85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

Entradas movires

75 - 79

Entradas movires

Inmigrantes

70 - 74

Inmigrantes

Salidas totales

65 - 69

Salidas totales

60 - 64

60 - 64

55 - 59

55 - 59

50 - 54

50 - 54

45 - 49

45 - 49

40 - 44

40 - 44

35 - 39

35 - 39

30 - 34

30 - 34

25 - 29

25 - 29 20 - 24

20 - 24

15 - 19

15 - 19

10 - 14

10 - 14 -500

Sedentarios

Movires interna

-400

-300

-200

-100

0

100

200

300

400

-500

500

-400

-300

-200

-100

0

100

200

300

400

500

Fuente: INE. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos de 1991 y 2001

Los barrios mixtos, como su propio nombre indica, se encuentran en situaciones intermedias. Sus estructuras de edades están en general algo más compensadas. Su situación va a depender en una parte importante de la propia historia y circunstancias del barrio. Por ejemplo, Cervantes es una zona en crecimiento, lo que conlleva los fuertes incrementos de población en muchos de los grupos de edad. Tanto Cervantes como La cruz presentan un importante hueco en las cohortes de 30 a 39 años, que se debieron marchar en el periodo anterior a nuestro estudio. Camino de segur los mismo pasos está Fígares, con un volumen de salidas en esas edades que supera a la población que queda –una pérdida por tanto de más del 50% de la población original-. Hay un cierto equilibrio entre las entradas procedentes del mismo barrio, otras zonas y de fuera del municipio (siendo las primeras algo menores). Figura 9. Evolución de la población de los barrios obreros 1991-2001, por componentes Chana 1991-2001 85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

75 - 79

Entradas movires

70 - 74

Inmigrantes

65 - 69

Salidas totales

60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 -1.000

-800

-600

-400

-200

0

200

400

600

800

1.000

Vergeles 1991-2001

Zaidín 1991-2001

85 y +

Sedentarios

85 y +

80 - 84

Movires interna

80 - 84

Movires interna

Entradas movires

75 - 79

Entradas movires

Inmigrantes

70 - 74

Inmigrantes

Salidas totales

65 - 69

Salidas totales

75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64

60 - 64

55 - 59

55 - 59

50 - 54

50 - 54

45 - 49

45 - 49

40 - 44

40 - 44

35 - 39

35 - 39

30 - 34

30 - 34

25 - 29

25 - 29

20 - 24

20 - 24

15 - 19

15 - 19

Sedentarios

10 - 14

10 - 14 -1.400 -1.200 -1.000 -800

-600

-400

-200

0

200

400

600

800

1.000 1.200 1.400

-1.000

-800

-600

-400

-200

0

200

400

600

800

1.000

Fuente: INE. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos de 1991 y 2001

Los barrios obreros de Granada se construyen en los años 60, con una población mayoritariamente de clase trabajadora, en parte procedente de otras zonas de la ciudad (especialmente del casco histórico) y en parte de las zonas rurales. Su estructura de edades está algo más compensada por la mayor presencia de jóvenes. La movilidad es muy alta en los grupos jóvenes, pero reducida entre los mayores de 50 años. La emancipación del hogar familiar es algo más precoz que en otras zonas, como demuestra el hecho de que el grupo con más movilidad no es el de 35 a 39 años –como los barrios acomodados y del casco histórico- sino el de 30 a 34 5. En cuanto a la procedencia de las entradas, la principal fuente son los movimientos internos al barrio Figura 10. Evolución de la población de Almanjáyar 1991-2001, por componentes Almanjáyar 1991-2001 85 y +

Sedentarios

80 - 84

Movires interna

75 - 79

Entradas movires

70 - 74

Inmigrantes

65 - 69

Salidas totales

60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 -900

-700

-500

-300

-100

100

300

500

700

900

Fuente: INE. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos de 1991 y 2001

5

Hay que tener en cuenta que estamos hablando de los grupos de edad en 2001, por lo que la salida del hogar familiar se pudo producir hasta diez años antes.

Por último, el barrio en una situación de exclusión, Almanjáyar, presenta en primer lugar una estructura de edades mucho más joven, que en origen tiene que ver con la creación del barrio en fecha más reciente que el resto, desde los años 70 en adelante, pero las altas cifras de movilidad acrecientan esta tendencia. Es un barrio que desde su origen acoge a familias que fueron trasladadas desde otras zonas de la ciudad, ya sea por verse afectadas por desastres naturales (inundaciones, en este caso) o por vivir con anterioridad en alojamientos chabolistas. Estas circunstancias confieren al barrio un cierto carácter marginal y alimentan los procesos de exclusión que siguen produciéndose en la actualidad. La característica distintiva de las salidas es que implican a población muy joven (menores de 24) mucho mas altas que en el resto de zonas. También el mayor volumen de movimientos internos al barrio, que señalan la mayor importancia de las redes sociales próximas (familiares, vecinales) para los hogares con menores recursos, ya que el traslado a otras zonas puede suponer un coste adicional para sustituir tales apoyos. En cambio son muy poco los inmigrantes procedentes de fuera del municipio que toman esta zona como “puerto de entrada” a la ciudad. Como se señaló al hablar sobre la relegación, la reproducción social es muy fuerte en estas zonas, y los habitantes se mueven en un submercado de vivienda propio. La dificultad para la movilidad espacial transcurre en paralelo a la dificultad para la movilidad social, por lo que la exclusión se reproduce6. 6. Conclusiones

La primera conclusión es de orden metodológico: los resultados obtenidos a través del procedimiento de simulación demográfica para diferentes barrios de Granada ha demostrado una importante solidez, aportando datos coherentes con la historia y situación de los barrios y a la vez añadiendo nueva información sobre los procesos de cambio de residencia en y entre ellos. Entendemos por tanto que se trata de una herramienta de análisis útil que esperamos poder aplicar en otros ámbitos y ciudades. Una segunda consecuencia idea fundamental es la fuerte relación entre la movilidad residencial y las características sociales, no sólo de las personas, sino incluso 6

Aunque no aparece en esta pirámide, sino en la de saldos netos, que no se adjunta, el barrio de Almanjáyar ofrece otro claro ejemplo de cómo varían las tendencias demográficas en función de la clase social. Al aplicar en la simulación las tasas de fecundidad metropolitana al barrio, se producía un importante desajuste en los datos de movilidad, debido a que la tasa de fecundidad del barrio es muy superior a la del conjunto del área metropolitana.

de los propios barrios. De modo que encontramos que existen barrios que son empleados por los hogares como asentamientos iniciales, de transición o finales a lo largo de la trayectoria residencial. Otros que atraen fundamentalmente a población inmigrante y expulsan a los habitantes anteriores. E incluso barrios con una dinámica más endogámica, centrada en la rotación interna. La construcción, a un nivel teórico, de una tipología de barrios basada en este tipo de criterios exige extender el análisis a otros lugares, para tratar de desligar los resultados de las características históricas y contextuales de cada barrio, que como se ha podido apreciar, son de crucial importancia para la interpretación de los resultados. Por último, es destacable la complejidad que implican los procesos de movilidad residencial, amén de su interés. Lejos de los planteamientos que reducen su funcionamiento a una simple ecuación de precios y tipos de viviendas, los cambios de vivienda implican a múltiples actores, privados y públicos, que desarrollan estrategias tratando de sacar partido a sus recursos (o a sus capitales, si se prefiere, ya que no nos referimos sólo a los de tipo económico). En una cuestión ligada a la movilidad social y a la reproducción social, en un espacio concreto y complejo. La movilidad residencial depende en gran medida de la configuración del espacio urbano, pero a su vez constituye una de las fuerzas que transforman este espacio. Su estudio, por tanto, va a ser crucial para conocer y entender dinámica de nuestras ciudades.

7. Referencias ATKINSON, ROWLAND. (2000) “Measuring Gentrification and Displacement in Greater London”. Urban Studies, vol. 37, Nº 1, 149-165. BROMLEY, R. D. F., TALLON, A. R.; THOMAS, C. J. (2005) “City centre regeneration through residential development: contributing to sustainability”. Urban Studies, vol. 42. Nº 13. 2407-2429. CLARK, W., DEURLOO, M. Y DIELEMAN, F. (2006). “Residential mobility and neighbourhood outcomes”. Housing Studies, vol. 21. Nº 3, 323-342. DONZELOT, JACQUES (2004). “La ville á trois vitesses: relégation, périurbanisation, gentrificación urbaine”. Revue Esprit, 263:14-39.

FIDEL, K (1992) “End of Diversity: The long-term effects of gentrification in Lincoln Park” en Hutchison, R. (ed). Gentrification and urban change. Research in Urban Sociology. (Vol. 2.) JAI Press, Londres. FREEMAN, L. (2006) There Goes The ‘Hood: Views of Gentrification from the ground Up. Philadelphia: Temple University Press. HARTMAN, CHESTER (1984). “The Right to Stay Put” en Land Reform, American Style, GEISLER C. Y POPPER, F. (eds) , 302–18. Totowa, NJ: Rowman and Allanheld. JIMÉNEZ NÚÑEZ, A. (1999) El Albaicín de Granada: la vida de un barrio. Sevilla, Guadalquivir Ediciones. MORROW-JONES, H.A. Y WENNING, M.V. (2005) “The Housing Ladder, the Housing Life-cycle and the Housing Life-course: upward and Downward movement among repeat home-buyers in a US metropolitan housing market”. Urban Studies, vol. 42. Nº 10. 1739-1754. MARCUSE, P. (1986) “Abandonment, gentrification and displacement: the linkages in New York City” en SMITH, N. y WILLIAMS, P (eds) Gentrification of the city. Boston (USA): Allen and Unwin. ROSSI, PETER H. (1955). Why families move?. Estados Unidos: Sage Publications, 2ª edición ,1980. SUSINO ARBUCIAS, J. (2001) “Movilidad residencial y movilidad cotidiana en áreas urbanas” en CASTAÑER, M, VICENTE, J. Y BOIX, G. (eds) Áreas urbanas y movilidad laboral en España. Servicio de publicaciones. Universidad de Gerona.

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