EFECTOS ADVERSOS DEL TRATAMIENTO TARDIO PARA LA ENFERMEDAD ULCERO-PEPTICA PERFORADA HOSPITAL CENTRAL UNIVERSITARIO

EFECTOS ADVERSOS DEL TRATAMIENTO TARDIO PARA LA ENFERMEDAD ULCERO-PEPTICA PERFORADA HOSPITAL CENTRAL UNIVERSITARIO “ANTONIO MARIA PINEDA” BARQUISIMETO

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EFECTOS ADVERSOS DEL TRATAMIENTO TARDIO PARA LA ENFERMEDAD ULCERO-PEPTICA PERFORADA HOSPITAL CENTRAL UNIVERSITARIO “ANTONIO MARIA PINEDA” BARQUISIMETO ABRIL 1.996 – MARZO 1.998

ENRIQUE JOSE ABZUETA MONTIEL

UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” DECANATO DE MEDICINA DR. PABLO ACOSTA ORTIZ BARQUISIMETO 1.999

EFECTOS ADVERSOS DEL TRATAMIENTO TARDIO PARA LA ENFERMEDAD ULCERO-PEPTICA PERFORADA HOSPITAL CENTRAL UNIVERSITARIO “ANTONIO MARIA PINEDA” BARQUISIMETO ABRIL 1.996 – MARZO 1.998

POR: ENRIQUE JOSE ABZUETA MONTIEL

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL GRADO DE ESPECIALISTA EN CIRUGIA GENERAL

UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” DECANATO DE MEDICINA DR. PABLO ACOSTA ORTIZ BARQUISIMETO 1.999

EFECTOS ADVERSOS DEL TRATAMIENTO TARDIO PARA LA ENFERMEDAD ULCERO-PEPTICA PERFORADA HOSPITAL CENTRAL UNIVERSITARIO “ANTONIO MARIA PINEDA” BARQUISIMETO ABRIL 1.996 – MARZO 1.998

POR: ENRIQUE JOSE ABZUETA MONTIEL

TRABAJO DE GRADO APROBADO POR: ___________________________ Dr. Franklin Majano (Tutor)

___________________________

___________________________

INDICE GENERAL Capitulo

Pág. Dedicatoria

iv

Agradecimiento

v

Curriculum Vitae

vi

Resumen

vii

Indice de Figuras

viii

I

Introducción.

1

II

Planteamiento del Problema

6

III

Marco Metodológico

13

IV

Resultados

17

V

Discusión

39

VI

Conclusiones

49

VII

Recomendaciones

51

Bibliografía

52

Anexo

54

Dedicatoria: • A mis padres, debo a ellos lo que soy. • A mis hijas, Oriana y Gabriela, fuerza y empuje vitales. A ellas; les debo todo. • A mi esposa Natalia, mano derecha incondicional en este camino que apenas empieza. • A

mis

amigos,

inolvidables,

fuentes

apoyo compartido.

Paúl de

y

Carlos,

sabiduría

y

AGRADECIMIENTO

A todas aquellas personas que hicieron posible estos momentos

de

enseñanza,

trabajo,

formación

personal

y

académica. A mis compañeros de guardia; Ricardo Vinzo, Elías Hernández

y

especialmente

Camilo

Morantes

y

Carlos

Caballero, mis guerreros de batalla sin fin. A mis pacientes, por ellos estoy aquí. A Dios, quien guía y supervisa mis pasos en pasado, presente y futuro.

CURRICULUM VITAE

Enrique José Abzueta Montiel Candidato a obtener el grado de Especialista. Tesis:

Efectos

enfermedad

adversos

del

ulcero-péptica

tratamiento perforada

tardío Hospital

para

la

Central

Universitario “Antonio María Pineda” Barquisimeto Abril 1.996 – Marzo 1.998 Postgrado: Cirugía General

EFECTOS ADVERSOS DEL TRATAMIENTO TARDIO PARA LA ENFERMEDAD ULCERO-PEPTICA PERFORADA HOSPITAL CENTRAL UNIVERSITARIO “ANTONIO MARIA PINEDA” BARQUISIMETO ABRIL 1.996 – MARZO 1.998 Enrique José Abzueta Montiel RESUMEN El objetivo de este estudio es definir las consecuencias del retardo del tratamiento quirúrgico para la úlcera péptica perforada, en relación a la morbimortalidad, porcentaje de complicaciones y estancia hospitalaria. La presencia de factores de riesgo tales como edad, género, enfermedades asociadas, choque circulatorio y tiempo de perforación son predictivos para la mortalidad operatoria y complicaciones. Se intervinieron 47 pacientes por úlcera péptica perforada en el Hospital Central Universitario "Dr. Antonio María Pineda" entre abril de 1996 y marzo de 1998; los efectos del retardo del tratamiento quirúrgico relacionados a los factores de riesgo ya mencionados se tabularon y analizaron mediante la técnica estadística del Chi cuadrado. Los resultados de esta investigación demuestran que la morbimortalidad y los efectos adversos se incrementan marcadamente cuando el retardo excede las doce horas, más aún cuando existen factores de riesgo asociados. En esta serie no hubo asociación entre choque circulatorio y mortalidad, ni relación del retardo con la estancia hospitalaria. En este estudio se nota la preferencia a realizar procedimientos definitivos en la cirugía temprana y tardía. Se concluye que el retardo del tratamiento para la úlcera péptica perforada reduce la sobrevida y aumenta el porcentaje de complicaciones. La piloroplastia con vagotomia troncular probo ser un procedimiento seguro en este centro para la cirugía temprana y tardía. Palabras Claves: úlcera péptica, efectos adversos, tratamiento tardío.

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Cuadro 1 Distribución por género de los pacientes

24

sometidos a cirugía temprana y tardía en la úlcera péptica perforada. Hospital Central

Antonio

María

Pineda.

Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Gráfico 1 Distribución por género de los pacientes

24

sometidos a cirugía temprana y tardía en la úlcera péptica perforada. Hospital Central

Antonio

María

Pineda.

Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Cuadro 2 Distribución

de

los

pacientes

por

grupos de edad sometidos a cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada.

Hospital

Central

Antonio

María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

25

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Gráfico 2 Distribución

de

los

pacientes

por

25

grupos de edad sometidos a cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada.

Hospital

Central

Antonio

María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Cuadro 3 Distribución

de

los

pacientes

localización de la úlcera

por

26

en la cirugía

temprana y tardía de la úlcera péptica perforada.

Hospital

Central

Antonio

María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Gráfico 3 Distribución

de

los

pacientes

localización de la úlcera

por

en la cirugía

temprana y tardía de la úlcera péptica perforada.

Hospital

Central

Antonio

María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

26

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Cuadro 4 Distribución según localización de la

27

úlcera para el género masculino en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica

perforada.

Hospital

Antonio María Pineda.

central

Barquisimeto.

Abril 96 – Marzo 98 Gráfico 4 Distribución según localización de la

27

úlcera para el género masculino en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica

perforada.

Hospital

Antonio María Pineda.

central

Barquisimeto.

Abril 96 – Marzo 98. Cuadro 5 Evolución post operatoria hospitalaria en la cirugía temprana y tardía de la úlcera Central

péptica

perforada.

Antonio

María

Hospital Pineda.

Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

28

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Gráfico 5 Evolución post operatoria hospitalaria

28

en la cirugía temprana y tardía de la úlcera Central

péptica

perforada.

Antonio

María

Hospital Pineda.

Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Cuadro 6 Complicaciones

post

operatorias

29

hospitalarias en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Cuadro 7 Complicaciones después del egreso en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica

perforada.

Hospital

Central

Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

30

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Gráfico 7 Complicaciones después del egreso en

30

la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica

perforada.

Hospital

Central

Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Cuadro 8 Procedimiento quirúrgico utilizado en la

31

cirugía temprana y tardía en la úlcera péptica

perforada.

Hospital

central

Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Gráfico 8 Procedimiento quirúrgico utilizado en la cirugía temprana y tardía en la úlcera péptica

perforada.

Hospital

central

Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

31

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Cuadro 9 Procedimiento

quirúrgico

definitivo

32

utilizado en la cirugía temprana y tardía de la

úlcera

Central

péptica

perforada.

Hospital

Antonio

María

Pineda.

Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

Gráfico 9 Procedimiento

quirúrgico

definitivo

32

utilizado en la cirugía temprana y tardía de la

úlcera

Central

péptica

perforada.

Hospital

Antonio

María

Pineda.

Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

Cuadro 10 Morbi – mortalidad y porcentaje de reintervención en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

33

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Gráfico 10 Morbi – mortalidad y porcentaje de

33

reintervención en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98. Cuadro 11 Síntomas en la cirugía temprana y tardía

por

úlcera

péptica

34

perforada

inherente a la intervención quirúrgica. Hospital central Antonio María pineda. Barquisimeto. abril 96 – marzo 98 Cuadro 12 Morbi – mortalidad inherente a la cirugía según localización de la úlcera

en la

cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica

perforada.

Hospital

Central

Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98

35

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Gráfico 12 Morbi – mortalidad inherente a la cirugía según localización de la úlcera

35

en la

cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica

perforada.

Hospital

Central

Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98

Cuadro 13 Morbi



mortalidad

inherente

intervención

quirúrgica

procedimiento

empleado

temprana y tardía

a

según en

la

la

36

el

cirugía

de la úlcera péptica

perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98

Gráfico 13 Morbi



mortalidad

inherente

intervención

quirúrgica

procedimiento

empleado

temprana y tardía

a

según en

la

la el

cirugía

de la úlcera péptica

perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98

36

INDICE DE FIGURAS

Figura

Pág.

Cuadro 14 Estancia

hospitalaria

según

técnica

37

quirúrgica en la cirugía temprana y tardía de la ulcera péptica perforada. Hospital Central

Antonio

María

Pineda.

Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98

Cuadro 15 Enfermedades asociadas en la cirugía

38

temprana y tardía de la úlcera péptica perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

Gráfico 15 Enfermedades asociadas en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98.

38

I. INTRODUCCIÓN La enfermedad úlcero-pépica es un padecimiento crónico con una evolución clínica caracterizada por períodos de remisión

y

influenciado

exacerbación por

factores

de

cierta

magnitud

extrínsecos

tales

en

tiempo,

como

hábitos

dietéticos, bebidas alcohólicas y medicamentos de una manera directa o a través de modificaciones del estado emocional del individuo; en otras ocasiones no hay causa aparente. Los períodos

de

remisión

habitualmente

se

relacionan

con

modificaciones en la dieta o tratamiento médico, lo que al igual que las recurrencias pueden suceder sin causa externa aparente (9). El hablar de úlcera péptica ha generado divergencias en el gremio médico sobre su definición, ya que el término es utilizado indistintamente tanto para la úlcera duodenal como gástrica y por tanto, dándose una etiología, historia natural y resolución muy semejantes (9). La solución de continuidad de la mucosa en la úlcera péptica duodenal, que generalmente es solitaria, asienta en forma más frecuente en el bulbo, tanto en la cara anterior como posterior. La relación hombre – mujer, ha pasado de 1.5 a 1.2 en los últimos 15 años y en la población joven en general. Su

aparición es consecuencia del desequilibrio entre factores agresivos y defensivos de la mucosa (1, 9). Las úlceras duodenales gigantes son aquellas mayores de 2 cms. de diámetro, representando un subgrupo enfermedad

ulceropéptica.

Tiene

una

alta

de

incidencia

la de

complicaciones, lo que contrasta con el aporte deficiente para su manejo en cuanto a las sugerencias que se han hecho para el mismo. Su mortalidad operatoria ha sido alta (6). La ubicación más común de la úlcera gástrica es muy cercana a la incisura angularis. Su incidencia es muy similar en ambos sexos, menos frecuente en individuos menores de 40 años. La ausencia de factores defensivos es considerada la causa de su presentación, pues la misma

esta presente en

personas que son normo o hiposecretoras de ácido gástrico. Aunque

el

reflujo

duodeno-gástrico

y

el

retardo

en

el

vaciamiento gástrico también han sido involucrados. La gastritis crónica y el Campilobacter pylori se han relacionado asociados a esta enfermedad (1). Johnson clasifica a la úlcera gástrica de la siguiente manera (1, 3):

Tipo I: Ulcera del cuerpo gástrico o segmentos superiores. Es considerada la verdadera úlcera gástrica. Se asocia a normo o hiposecreción de ácido gástrico. Tipo II: Ulcera del cuerpo gástrico asociada a úlcera duodenal activa o cicatriz duodenal. Normo o hipersecreción de ácido gástrico. Tipo III: Ulcera prepilórica o pilórica que

cursa con normo o

hipersecreción de ácido gástrico. Del 5 al 15% de los casos de ulcera gástrica se presentan en combinación con úlcera duodenal y se cree que es secundaria a la retención gástrica que a su vez es debida a la úlcera duodenal (1). Las úlceras gástricas no gigantes prepilóricas y del antro tienden más a la perforación que las gástricas gigantes (7). La hemorragia masiva es comandada por las úlceras gástricas gigantes (mayores o iguales a 3 cms.) las cuales representan el 10% aproximadamente de las úlceras gástricas. La penetración ulcerosa es frecuentemente observada con úlceras que se encuentran en la pared posterior gástrica. La penetración puede ser hacia páncreas, hígado, mesocolon, colon

transverso. En general, estas tienen pobre respuesta al tratamiento médico (7). Walker et al (1988), afirmaron que la indicación quirúrgica más frecuente de la úlcera duodenal antes de 1977 era la intratabilidad de la misma. Se pueda aseverar que los progresos hechos en cuanto a los resultados favorables del tratamiento médico de la úlcera duodenal en la última década han sido más satisfactorios que los observados para la úlcera gástrica. Luego de 1977, con la aceptación de la terapia con bloqueadores H – 2 y en los últimos años de los

bloqueadores de la bomba de

protones, el sangramiento pasó a ser la primera indicación quirúrgica de la ulcera con 53,8%, seguido por intratabilidad (15,4%) y la perforación (11,9%) (3, 14). No es frecuente que la primera manifestación clínica de la úlcera sea su complicación tal como la perforación, obstrucción e intratabilidad. Es necesario el tratamiento quirúrgico frente a las mismas (1,9). Al menos un tercio de las perforaciones se observan en pacientes que niegan la existencia de síntomas. Luego de ocurrida

la

perforación,

algunos

pacientes

desarrollan

síndromes ulcerosos con sintomatología muy típica, aunque un

tercio de las perforaciones ocurre en pacientes que no tienen sintomatología previa (14). La erosión de la pared anterior del duodeno, mediante un completo adelgazamiento de la pared anterior determina una perforación libre hacia la cavidad peritoneal. Esta complicación se desarrolla en aproximadamente 5 a 10% de los pacientes con ulcera duodenal y ocasionalmente puede ser la presentación inicial de la enfermedad, así como se aseveró anteriormente (15). En referencia a las poblaciones de Inglaterra y Gales, Coggon et al (1981), sostienen que la úlcera duodenal se ha hecho menos frecuente en adultos jóvenes, incrementándose en edades medias de la vida ulceras

gástricas

y en mujeres ancianas (4). Las

perforadas,

incluyendo

las

prepilóricas,

representan el 27% del total de úlceras pépticas perforadas y su morbimortalidad es mayor.

II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA En pacientes con úlcera péptica perforada asociada a factores

de

riesgo,

la

mortalidad

está

estrechamente

relacionada con la complejidad del procedimiento quirúrgico empleado. Existe una gran correlación entre los factores de riesgo y la mortalidad operatoria. Boey y Wong (1982), determinaron en una evaluación prospectiva, en 613 pacientes, 3 factores de riesgos en la úlcera duodenal perforada, independientes, que podían predecir la muerte.

Estos

son:

choque

circulatorio

preoperatorio,

perforación mayor de 12 horas y la presencia de enfermedades médicas severas concomitantes. Cuando no están presentes dichos factores, la mortalidad es 0,4% , con 1 factor de riesgo es 4%, con 2 factores de riesgo es 40% y cuando hay 3 factores de riesgo, es 87% (15). Hodnett et al (1989), reportan que aunque la intervención definitiva ha demostrado tener menor mortalidad en pacientes con

úlcera

gastroduodenal

perforada,

muchos

cirujanos

continúan practicando procedimientos no definitivos a pesar de la alta mortalidad y necesidad de intervenciones definitivas, aun cuando se hayan asociado a choque circulatorio preoperatorio. (10).

Nyhus y Baker por otro lado señalan la realización de procedimientos quirúrgicos no definitivos en la cirugía tardía en vista de las condiciones locales y sistémicas presentes, más aún si

existen

factores

procedimientos

de

riesgo

definitivos

para

asociado,

dejándose

pacientes

los

intervenidos

tempranamente y sin factores de riesgo. (13). Es importante el diagnóstico oportuno de esta catástrofe abdominal ya que es bien sabido que su resolución quirúrgica es la solución, siendo el retardo un factor en contra que influye notoriamente sobre la morbimortalidad de dicha patología. Por ejemplo, el dolor que comúnmente es intenso y que obliga a buscar atención medica inmediata, en pacientes debilitados, ancianos y particularmente aquellos con terapia esteroidea

pueden

experimentar

síntomas

mínimos

de

peritonitis química y que en ocasiones se presentan tardíamente con choque circulatorio (hipovolémico) y sepsis (15). Los estudios radiológicos de tórax y abdomen superior revelan neumoperitoneo en

2/ 3

a ¾ partes de los casos.

La presentación clínica de estos pacientes pueden ser atípica que sumado a la ausencia de aire libre en el abdomen,

puede

conducir

a

errores

diagnósticos

de

pancreatitis,

colecistitis o apendicitis (15). El retardo

en el tratamiento para la ulcera péptica

perforada puede conducir a consecuencias negativas para los pacientes y para el servicio de cirugía. Los cirujanos saben que el tratamiento de una perforación intestinal es imperativo y que la sobrevida del pacientes depende del tiempo de la perforación a la intervención. Esta relación ha sido reconocida desde principios del siglo. El retraso en el tratamiento puede reducir la salud de los pacientes tanto a corto como largo plazo e influye adversamente sobre los costos de tratamiento por prolongar la estancia hospitalaria (16). El límite crítico de tiempo, a partir del cual el retardo del tratamiento ejerce su efecto negativo es aproximadamente 12 horas. Lo más importante es, que contrario a otras variables pronósticas enfermedades

(por

ejemplo,

médicas

edad,

estado

concurrentes),

el

preoperatorio

y

retardo

el

en

tratamiento si puede ser modificado (16). Como afirman Svanes y Svanes (1994), las perforaciones duodenales son estériles las primeras 12 horas y luego se hacen contaminadas, mientras

que las perforaciones gástricas son

contaminadas desde el momento de la perforación. Esto puede

explicar porque la frecuencia de efectos adversos se incrementa cuando el retardo excede las 12 horas y porque el incremento es mas consistente con las perforaciones gástricas que con las perforaciones duodenales. La letalidad y tasa de complicaciones postoperatorias, así como la estadía hospitalaria más de 14 días, son mayores en pacientes de 50 o más años con respecto a los menores, tanto en pacientes tratados o después de las 12 horas, pero la diferencia es muy notoria en este último caso (16). Svanes y Svanes (1994), en su estudio demuestran estimaciones por el método Kaplan – Meir, donde la duración de la estancia hospitalaria es mayor en pacientes con largo retardos preoperatorios con una mediana de 13 días en comparación con 7 días para pacientes con menos de 12 horas. Retardos prolongados del tratamiento se han asociado significativamente con una tasa de egreso menor y así determinar una estancia hospitalaria más prolongada. Las perforaciones gástricas y la edad avanzada se han asociado con una estadía hospitalaria más prolongada (16). El género en los diferentes estudios ha demostrado ser de poca repercusión sobre las estadísticas.

Las consecuencias del retardo prolongado del tratamiento son particularmente importantes debido a que el mismo se ha venido incrementando al pasar de los años. La mediana del retardo se incrementó al pasar de los años. La mediana del retardo se incrementó de 5 horas entre 1935 y 1939 a 7,5 horas entre 1980 y 1984 y a 9 horas a 1990. Resultados similares han sido obtenidos de muchos países cuando se comparan publicaciones antiguas con las más recientes (16). El sitio de la úlcera tiene una repercusión sobre la mortalidad dependiendo de la edad del paciente. Los pacientes con úlcera gástrica tienen una mortalidad mayor que aquellos con úlcera duodenal perforada, hecho más ostensible cuando la edad del paciente es mayor de 50 años (5, 16). En

pacientes

complicaciones

con

son:

tromboembolismo

tratamiento

Neumonía,

pulmonar,

quirúrgico

insuficiencia

infecciones

en

tardío,

las

respiratoria, la

herida,

problemas cardíacos, hemorragia digestiva, abscesos intra – abdominales, insuficiencia renal. Las menos frecuentes son: Isquemia intestinal, empiema de la vesícula biliar, obstrucción del intestino delgado (2).

El retraso para el tratamiento puede ser: 1. Su admisión a servicios no quirúrgicos (observación de medicina interna). 2. Manejo inicial por residentes no quirúrgicos. 3. Centros médicos no adecuados. 4. Falta de recursos para precisar diagnósticos (16). El último de los muy pocos trabajos realizados aquí en Barquisimeto, en el Hospital Central “Antonio María Pineda” fue realizado por Dr. Juan Francisco Landaeta en 1991 en el que hizo referencia sobre la relación del choque preoperatorio, transfusiones sanguíneas y tiempo de perforación sobre la morbimortalidad; en esa oportunidad fue muy poca. En el mismo, el predominio del género masculino fue muy evidente tanto en cirugía de urgencia como electiva (12). Las úlceras pépticas perforadas representaron el 88% de las indicaciones de las cirugías de urgencia, siendo el píloro el sitio de mayor localización (44%). La estancia hospitalaria post – operatoria fue similar para ambos grupos, de electiva y de urgencia (5 días). En la cirugía de urgencia, un paciente desarrolló infección respiratoria baja y otro absceso de pared (8% de los pacientes tratados). Un paciente de cirugía electiva desarrolló diarrea y desnutrición grave posterior a vagotomía

troncular con piloroplastia, por úlcera perforada, muriendo 6 meses después por causas asociadas a la misma (12). En la cirugía de urgencia, la morbilidad inherente a la intervención quirúrgica por úlcera péptica fue 32% (8 casos) con una tasa de mortalidad de 4% (1 paciente). Con respecto a la localización de la úlcera gástrica, en la cirugía de urgencia representó el 33,33% (5 casos) con una morbilidad de 6,66%, mientras que para la úlcera duodenal de urgencia, la morbilidad fue de 30%. La resección gástrica tuvo una morbilidad de 50% (1 caso) en la cirugía de urgencia. No hubo mortalidad (12). Todo lo anteriormente expuesto sirve de base para determinar que existen efectos adversos en el acto quirúrgico y post – operatorio de pacientes con enfermedad ulcero péptica perforada cuando el tratamiento quirúrgico es tardío y de ésta manera unificar los criterios basados en un estudio clínico longitudinal prospectivo con el fin de mantener las pautas de tratamiento quirúrgico en menos de 12 horas.

III. MARCO METODOLÓGICO Estudio longitudinal prospectivo: Universo: La población estuvo conformada por todos los pacientes mayores de 13 años de edad, de ambos géneros, sometidos a intervención quirúrgica por abdómen

agudo

quirúrgico inflamatorio y peritonitis por enfermedad ulcero péptica perforada en el Hospital Central Universitario “Antonio María Pineda” de Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela, entre el 01 de Abril de 1.996 al 31 de Marzo de 1.998. Se consideraron criterios de inclusión: Diagnóstico post – operatorio de enfermedad ulcero péptica gastroduodonedal perforada. Se consideraron criterios de exclusión: Reintervención por úlcera péptica Biopsia positiva para cáncer gástrico Muestra: La muestra estuvo conformada por todos los pacientes (47) que cumplieron criterios de inclusión señalados en la población.

Procedimiento: Se seleccionó la muestra de acuerdo a los criterios anteriormente señalados. Los pacientes fueron agrupados en dos grupos para su estudio: a) Cirugía temprana: Incluyó aquellos pacientes que luego de ser evaluados por el equipo quirúrgico de guardia, debido

a

sus

características

clínicas,

ameritaron

intervención quirúrgica de emergencia en un período menor de dos (2) horas por perforación ulcerosa con evolución menor de doce (12) horas. b) Cirugía tardía: Incluyó aquel grupo de pacientes cuyas características clínicas, luego de su evaluación por el equipo quirúrgico ameritaron intervención quirúrgica de emergencia en un período menor de dos (2)horas por la aparición de perforación ulcerosa con evolución mayor de 12 horas. Una fueron

vez

intervenidos

hospitalizados

a

quirúrgicamente,

cargo

de

los

los

diferentes

pacientes equipos

quirúrgicos del servicio de cirugía general, donde se revisaron sus

correspondientes

historiales

clínicos,

obteniéndose

la

información relacionada a la edad, género, enfermedades médicas

asociadas,

transfusiones

sanguíneas,

choque

circulatorio pre y post operatorio, tiempo aproximado de perforación, localización y tamaño aproximado de la úlcera, técnica quirúrgica empleada, estudio anatómico – patológico, estancia y evolución hospitalaria post – operatoria. A los pacientes les fue evaluado en el post operatorio sus signos vitales tres veces en 24 horas, con retiro de la sonda nasogástrica a las 48 horas e inicio de la alimentación enteral en 72 horas. Los controles de laboratorio, estudios radiológicos y ecográficos fueron realizados en los casos que se consideraron necesarios; dados de alta y controlados a los 7 días, 2 meses, 6 meses y 23 meses posteriores a la intervención quirúrgica y con la frecuencia necesaria en casos complicados. Este seguimiento post operatorio extra hospitalario, se realizó en la consulta externa de cirugía, gastroenterología, visitas domiciliarias y telefónicamente. Se diferenciaron las complicaciones post operatorias de aquellos estados morbosos derivados de la técnica quirúrgica, agrupados estos últimos como los casos de morbilidad. La mortalidad operatoria fue definida como la muerte ocurrida en la estancia hospitalaria post operatoria o los

primeros 30 días post operatorios, como consecuencia de su enfermedad

ulceropéptica,

del

procedimiento

o

técnica

quirúrgica o por el agravamiento de enfermedades médicas asociadas precipitadas por el acto quirúrgico. A un grupo de estos pacientes, les fue practicada endoscopia digestiva superior en su seguimiento según criterio del servicio de gastroenterología. Toda ésta información fue transferida a la ficha de recolección de datos diseñada para tal fin (Anexo Nº 1). Los datos fueron tabulados y analizados mediante la técnica de análisis estadístico X2 con su correspondiente valor p para su presentación.

IV. RESULTADOS 47 pacientes fueron intervenidos por úlcera péptica perforada en el Hospital Central Universitario “Antonio María Pineda” en el lapso estipulado anteriormente. Todas

las

intervenciones

fueron

consideradas

de

Emergencia. El tiempo promedio de seguimiento fue 10 meses. El tamaño de la úlcera varió entre 3 mms y 30 mms de diámetro. Choque circulatorio, se hizo presente, sin relación con la morbimortalidad. La

edad,

enfermedades

asociadas

y

el

tiempo

de

perforación fueron factores decisivos en la morbimortalidad. En la cirugía temprana (menos de 12 horas de evolución de la perforación), se agruparon 17 pacientes (36,17%) y en la cirugía tardía (más de 12 horas de evolución de la perforación), 30 pacientes (63,33%), con predominio casi absoluto del género masculino

para

ambos

grupos

respectivamente (cuadro y gráfico Nº 1).

(100%

y

86,66%)

El predominio de edad de los pacientes en la cirugía temprana fue de 35 años (con un rango de 15 años a 75 años) y en la cirugía tardía de 45 años (rango de 15 años a 85 años). Los grupos de edad más comprometidos en la cirugía temprana se situaron entre los 15 a 34 años y 35 a 54 años, representando ambos el 82.36% de los pacientes de este grupo. El 89.98% de los pacientes en la cirugía tardía tuvieron edades entre 15 y 74 años, siendo el grupo de edad entre 35 y 54 años el más comprometido. (cuadro y gráfico Nº 2). El píloro fue el sitio de perforación más frecuente para ambos grupos. En la cirugía temprana representó el 58.82% y en la tardía el 46.66%. (cuadro y gráfico Nº 3). La enfermedad ulcerosa del estómago fue responsable de la patología perforativa en el hombre en un 74.42% y de éste, la cirugía temprana representó el 46.87% y la tardía 53.12%. El duodeno presentó perforación en el 25.58% de los casos de úlcera perforada en el hombre; de este grupo, la cirugía temprana representó el 18.18% y la tardía 81.81%. No se hace alusión a la mujer por presentar muy pocos casos. (cuadro y gráfico Nº 4).

La

evolución

postoperatoria

hospitalaria

reveló

complicaciones en el 30% de los pacientes intervenidos tardíamente y en el 11.76 de los intervenidos tempranamente (cuadro y gráfico Nº 5). En la cirugía temprana, un paciente se complicó con sepsis y otro presentó tromboembolismo pulmonar. En la cirugía tardía 5 pacientes presentaron abscesos de pared con evisceración, uno solo evisceración, un paciente diabético desarrolló

cetoacidosis

diabética

con

grave

desequilibrio

hidroelectrolitico y falleció, un paciente portaba trastornos del ritmo cardíaco y presentó fibrilación ventricular falleciendo en el postoperatorio inmediato y otro presentó sepsis. (cuadro Nº 6). En relación a las complicaciones luego del egreso de los pacientes de la cirugía temprana, uno presentó eventración abdominal.

El

grupo

intervenido

tardíamente

presento

3

pacientes con complicaciones luego de su egreso. Uno de ellos presentó hemorragía digestiva superior por ulcus duodenal, al cual

se

le

había

practicado

piloroplastia

con

vagotomía

troncular. Otro presentó obstrucción intestinal por bridas y el último

presentó

un

absceso

intrabdominal

(interasas),

intervenido 2 semanas después de su egreso. (cuadro y gráfico Nº 7).

El procedimiento quirúrgico más utilizado en la cirugía temprana fue la piloroplastia con vagotomía en un 88.24% y le siguió el parche de epiplón en un 11.76% de los casos. En la cirugía tardía, la piloroplastia representó el 77.33%, el parche de epiplón el 16% y los procedimientos resecctivos el 10% (cuadro y grafico Nº 8). Se practicaron procedimientos definitivos en la cirugía temprana y tardía” en el 88.23% y 83.33% respectivamente. (cuadro y gráfico Nº 9). En relación a la morbilidad inherente a la intervención por úlcera péptica perforada, la cirugía temprana presentó una incidencia de 17.65% (3 casos), una mortalidad del 5.88% (1 caso), con un porcentaje de reintervención del 11.76% (2 casos). En la cirugía tardía, la morbilidad fue 23.33% (7 casos), la mortalidad 6.66% (2 casos) y el porcentaje de reintervención de 10% (3 casos). (cuadro y gráfico Nº 10). Tres de los pacientes intervenidos

tempranamente

y

7

de

los

intervenidos

tardíamente presentaron 1 o más de los parámetros señalados en el cuadro Nº 11. En la cirugía temprana, uno de los pacientes presentó clínica obstructiva gastrointestinal alta ameritando

nueva

laparotomía y comprobándose estenosis de la piloroplastia. Otro paciente a quien se le había practicado piloroplastia tuvo dehiscencia de la línea de sutura reinterviniéndose para rafia de

la

misma

con

fracaso

y

3ra

intervención

para

gastroyeyunoanastomosis. En la cirugía tardía 3 casos son reintervenidos, uno por sangramiento digestivo superior a los 8 meses de su primera intervención y otros 2 con sospecha de estenosis de la piloroplastia, comprobándose la misma en la mesa operatoria realizándose gastroyeyunoanastomosis. En relación a la ubicación de la úlcera, la morbilidad de la ulcera gástrica en la cirugía temprana y tardía representó el 13.33% y 19.05% respectivamente, sin mortalidad temprana y un caso fallecido en la cirugía tardía (4.76%). Con respecto a la ulcera duodenal, la morbilidad para la cirugía temprana y tardía fue 50% y 33.33% respectivamente con un caso de mortalidad para cada uno de los grupos brindando un 50% y 11.11% respectivamente. (cuadro y gráfico Nº12). Con respecto a la morbimortalidad, al relacionarse con el procedimiento quirúrgico, tanto en la cirugía temprana como en la tardía, la piloroplastia con vagotomía fue el procedimiento menos mórbido con 13.33% y 13.63% respectivamente y una mortalidad para dicho procedimiento en la cirugía temprana del

6.66% (1 caso). El parche de epiplón presentó una morbilidad en la cirugía temprana y tardía del 50% y 60% respectivamente, con un caso de mortalidad por la cirugía tardía (20%). Los procedimientos resecctivos en la cirugía tardía presentaron una morbilidad del 33.33% y una mortalidad del 33.33% (1 caso). No se realizaron procedimientos resecctivos en la cirugía temprana. (cuadro y gráfico Nº 13). La estancia hospitalaria según la técnica quirúrgica, demostró en la cirugía temprana y tardía para la piloroplastia con vagotomía una moda de 4 y 5 días respectivamente. El parche de epiplón tuvo una moda de 5 días en la cirugía temprana y tardía. Los procedimientos resecctivos tuvieron un promedio de estancia hospitalaria de 7 días en la cirugía tardía. No se realizaron procedimientos resecctivos en la cirugía temprana. (cuadro Nº 14). Las enfermedades asociadas estuvieron presentes en el 23.33% de los casos intervenidos tardíamente (7 casos) y en un 5.88% de los casos intervenidos tempranamente (1 caso). Consistieron

en:

diabetes

hipertensión

arterial,

mellitus.

síndrome

arritmias

varicoso

de

cardíacas,

extremidades

inferiores, tuberculosis pulmonar y trastornos neurológicos como retardo mental y parálisis cerebral infantil. (cuadro y gráfico Nº 15).

CUADRO Nº 1 DISTRIBUCIÓN POR GÉNERO DE LOS PACIENTES SOMETIDOS A CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA EN LA ULCERO PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Género

< 12 h

> 12 h

Total

17 (100%) 26 (85.66%) 43 (91.50%) Masculino 0 4 (13.33%) 4 (8.5%) Femenino Total 17 (36.17%) 30 (63.83%) 47 (100%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP.

DISTRIBUCIÓN POR GÉNERO DE LOS PACIENTES SOMETIDOS A CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA EN LA ULCERO PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98

< 12 h

100 Masculino Femenino 0

> 12 h

85,66

Masculino 13,33

Femenino

CUADRO Nº 2 DISTRIBUCIÓN DE LOS PACIENTES POR GRUPOS DE EDAD SOMETIDOS A CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ULCERO PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Grupos de Edad

< 12 h

15-34 35-54 55-74 75-más

7 (41.18%) 7 (41.18%) 2 (11.76%) 1 (5.88%) Total 17 (36.17%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP.

> 12 h

Total

8 (26.66%) 15 (31.91%) 11 (36.66%) 18 (38.30%) 8 (26.66%) 10 (21.30%) 3 (10.00%) 4 (8.51%) 30 (63.83%) 47 (100%)

DISTRIBUCIÓN DE LOS PACIENTES POR GRUPOS DE EDAD SOMETIDOS A CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ULCERO PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98

45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 15-34

35-54

55-74 < 12 h

> 12 h

75 y más

CUADRO Nº 3 DISTRIBUCIÓN DE LOS PACIENTES POR LOCALIZACIÓN DE LA ÚLCERA EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Cirugía Localización Antro Prepilórica Pilórica Duodenal Total

< 12 h

> 12 h

2 (11.76%) 3 (17.65%) 10 (58.82%) 2 (11.82%) 17 (36.17%)

0 (0.0%) 7 (23.33%) 14 (46.66%) 9 (30.00%) 30 (63.83%)

Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. DISTRIBUCIÓN DE LOS PACIENTES POR LOCALIZACIÓN DE LA ÚLCERA EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98

60

50

40 30

20

10

0 Antro

Prepilórica

Pilórica

Localización de la Ulcera < 12 h

> 12 h

Duodenal

CUADRO Nº 4 DISTRIBUCIÓN SEGÚN LOCALIZACIÓN DE LA ÚLCERA PARA EL GÉNERO MASCULINO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Localización Tiempo de Perforación

< 12 h

> 12 h

Total

Temprana 2 (18.18%) 15 (46.87%) 17 (39.53%) Tardía 9 (81.81%) 17 (53.12%) 26 (60.46%) Total 11 (25.58%) 32 (74.42%) 43 (100%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. DISTRIBUCIÓN SEGÚN LOCALIZACIÓN DE LA ÚLCERA PARA EL GÉNERO MASCULINO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Duodenal

81,81 Temprana Tardía 18,18

Gástrica

53,12

Temprana 46,87

Tardía

CUADRO Nº 5 EVOLUCIÓN POST OPERATORIA HOSPITALARIA EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Cirugía Evolución

< 12 h

> 12 h

Total

Sin complicaciones 15 (88.24%) 21 (70%) 36 (76.60%) Complicadas 2 (11.76%) 9 (30%) 11 (23.40%) Total 17 (36.17%) 30 (63.83%) 47 (100%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. EVOLUCIÓN POST OPERATORIA HOSPITALARIA EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98

Cirugía < 12 horas

Sin complicaciones

88,24 11,76

Complicada

Cirugía > 12 horas

46,87 53,12

Sin complicaciones Complicada

CUADRO Nº 6 COMPLICACIONES POST OPERATORIAS HOSPITALARIAS EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98

COMPLICACIÓN Evisceración + abceso de pared Evisceración Tromboembolismo pulmonar Cetoacidosis diabética + desequilibrio hidroelectrolítico Sepsis Arritmias cardíacas Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. n = 2 (12 h)

Cirugía < 12 h > 12 h 0 0 1

5 1 0

0 1 0

1 1 1

CUADRO Nº 7 COMPLICACIONES DESPUÉS DEL EGRESO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Complicación

< 12 h

> 12 h

Eventración 1 Hemorragia digestiva superior (ulcus duodenal) 0 Obstrucción intestinal x bridas 0 Absceso interasas 0 Fuente: Historias Clínicas HCUAMP.

0 1 1 1

n = 1 (12 h) COMPLICACIONES DESPUÉS DEL EGRESO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 1 0,9 0,8 0,7 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0 Eventración

HDS

Obstrucción Intestinal < 12 h

> 12 h

Absceso Interasas

CUADRO Nº 8 PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO UTILIZADO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA EN LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Cirugía Técnica

< 12 h

> 12 h

Total

P. + VT 15 (88.24%) 22 (73.33%) A + BII + VT + YY 0 (0.00%) 3 (10.00%) P. E. 2 (11.76%) 5 (16.00%) Total 17 (36.17%) 30 (63.83%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. P: Piloroplastia VT: Vagotomía Troncular A: Antrectomía

37 (78.72%) 3 (6.38%) 7 (14.89%) 47 (100%)

BII: Billroth II YY: Yeyunoyeyunostomía lateral P.E.: Parche epiploíco

PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO UTILIZADO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA EN LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. Abril 96 – Marzo 98 < 12 h

88,24

Piloroplastia 11,76

Parche epiloico

> 12 h

10 Piloroplastia A+BII+VT+YY 73,33

14,89

Parche epiloico

CUADRO Nº 9 PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO DEFINITIVO UTILIZADO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Cirugía Procedimiento

< 12 h

> 12 h

Total

Definitivo 15 (88.23%) 25 (83.33%) 40 (85.11%) No definitivo 2 (11.76%) 5 (16.66%) 7 (14.89%) Total 17 (36.17%) 30 (63.83%) 47 (100%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO DEFINITIVO UTILIZADO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO.

ABRIL 96 – MARZO 98

< 12 h

88,23

Definitiva 11,76

No definitiva

> 12 h

83,33

Definitiva 16,16

No definitiva

CUADRO Nº 10 MORBI – MORTALIDAD Y PORCENTAJE DE REINTERVENCIÓN EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 < 12 h Morbilidad 3 (16.655) Mortalidad 1 (5.88) Reintervención 2 (11.76) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. n = 17 (12 h)

> 12 h

Total

7 (23.33%) 10 (21.28%) 2 (6.66%) 0 (0.00%) 3 (10.00) 5 (10.64%)

MORBI – MORTALIDAD Y PORCENTAJE DE REINTERVENCIÓN EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98

25

20

15

10

5

0 Morbilidad

Mortalidad < 12 h

> 12 h

Reintervención

CUADRO Nº 11 SÍNTOMAS EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA POR ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA INHERENTE A LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 < 12 h Síntomas Dolor epigástrico 3 Ulcera recurrente 0 Saciedad precoz 0 Pérdida de peso 0 Distensión abdominal 1 Diarrea 0 Vómitos 1 Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. n = 3 (12 h)

> 12 h 4 1 1 1 2 1 2

CUADRO Nº 12 MORBI – MORTALIDAD INHERENTE A LA CIRUGÍA SEGÚN LOCALIZACIÓN DE LA ÚLCERA EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Ulcera Gástrica < 12 h

Ulcera Duodenal

> 12 h

< 12 h

> 12 h

Morbilidad Mortalidad Casos

2 (13.33%) 4 (19.05%) 1 (50.00%) 3 (33.33%) 0 (0.00%) 1 (4.76%) 1 (50.00%) 1 (11.11%) 15 21 2 (11.76%) 9 (30.00%) (88.24%) (70.00%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. MORBI – MORTALIDAD INHERENTE A LA CIRUGÍA SEGÚN LOCALIZACIÓN DE LA ÚLCERA EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98

50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 Morbilidad

Mortalidad

Morbilidad

Ulcera Gástrica

Mortalidad

Ulcera Duodenal < 12 h

> 12 h

CUADRO Nº 13 MORBI – MORTALIDAD INHERENTE A LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA SEGÚN EL PROCEDIMIENTO EMPLEADO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Piloroplastia < 12 h Morbilidad 2 (13.33%) Mortalidad 1 (6.66%) Casos 15 (88.24%)

Parche

Resección

> 12 h

< 12 h

> 12 h

< 12 h

> 12 h

3 (13.63%) 0 (0.00%) 22 (73.33%)

1 (50.00%) 0 (6.00) 2 (11.76%)

3 (60.00%) 1 (20.0%) 5 (16.67%)

0 (0%) 0 (0%) 0 (0%)

1 (33.33%) 1 (33.33%) 3 (10.00%)

Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. MORBI – MORTALIDAD INHERENTE A LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA SEGÚN EL PROCEDIMIENTO EMPLEADO EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ÚLCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO.

ABRIL 96 – MARZO 98

60 50 40 30 20 10 0 Morbilidad Mortalidad Piloroplastia

Morbilidad

Mortalidad

Parche < 12 h

> 12 h

Morbilidad

Mortalidad

Resección

CUADRO Nº 14 ESTANCIA HOSPITALARIA SEGÚN TÉCNICA QUIRÚRGICA EN LA CIRUGÍA TEMPRANA Y TARDÍA DE LA ULCERA PÉPTICA PERFORADA. HOSPITAL CENTRAL ANTONIO MARÍA PINEDA. BARQUISIMETO. ABRIL 96 – MARZO 98 Técnica

< 12 h P. + VT 4 A + BII + VT + YY 0 P. E. 5 Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. P: Piloroplastia VT: Vagotomía Troncular A: Antrectomía

> 12 h 5 7 5

BII: Billroth II YY: Yeyunoyeyunostomía lateral P.E.: Parche epiploíco

CUADRO Nº 15 Enfermedades asociadas en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98 Cirugía Condición

< 12 h

> 12 h

Total

Enfermedades asociadas presentes 1 (5.88%) 7 (23.33%) 8 (17.02%) Ausentes 16 (94.12%) 23 (76.67%) 39 (82.98%) Total 17 (100%) 30 (63.83%) 47 (100%) Fuente: Historias Clínicas HCUAMP. Enfermedades asociadas en la cirugía temprana y tardía de la úlcera péptica perforada. Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto. Abril 96 – Marzo 98 < 12 h

Presentes 94,12

5,88

Ausentes

> 12 h

76,67 Presentes Ausentes 23,33

V. DISCUSION Durante los últimos 20 años, ha disminuido en forma muy marcada la mortalidad debido a la perforación de la ulcera péptica perforada, atribuido posiblemente a los avances en la anestesia, manejo pre y postoperatorio y la introducción de la succión nasogástrica contínua. No puede dejarse a un lado la aparición antagonistas

del de

avance los

farmacológico

receptores

H-2

que y

representó

los

actualmente

los

inhibidores de la bomba de protones (8). En este estudio se nota que en la cirugía temprana, el mayor número de pacientes intervenidos tardíamente tenían entre 15 y 54 años de edad. Los pacientes intervenidos tardíamente tenían una distribución más homogénea en los diferentes grupos de edad, involucrándose un mayor número de pacientes mayores de 55 años. Para este evento pueden contribuir varios factores como lo señala Svanes y Svanes (1994); los pacientes de mayor edad, rápidamente se deterioran y no se encuentran en la capacidad de brindar información acerca de la aparición ó debút de sus síntomas. Por otro lado, acuden más tardíamente a los centros de atención médica (16).

Chalstrey (1980), señala, hasta 1.940, el 75% de las ulceras pépticas perforadas sucedían en pacientes entre la 3ra. y 5ta. década de la vida. Luego se ha hecho notorio su aumento hacia las décadas posteriores como se ha notado en este grupo de

estudio.

También

señala;

pacientes

intervenidos

tempranamente tienden a ser más jóvenes, pues, se encuentran en mejores condiciones, con una respuesta inmunológica más satisfactoria y aspectos clínicos

más notorios, mientras que

pacientes de mayor edad tienden a presentar una respuesta más lenta y depauperada con clínica enmascarada, por lo cual son intervenidos más tardíamente, así como se demostró en este trabajo, correspondiéndose a los datos de la literatura mundial. En relación al genero, Mckay y Mckay (1976), señalan la preponderancia del genero masculino sobre el femenino en la presentación de la úlcera péptica perforada.

En un estudio

retrospectivo, ellos han analizado varia grupos de diferentes Instituciones en E.E.U.U. y Reino Unido.

Observaron que en

1.956, la mayoría de esos estudios revelaban una razón de Hombre/Mujer (H/M) de 19:1; pero desde esa fecha, la relación ha venido disminuyendo hasta hacerse 6:1 en 1.966 y 4:1 en 1.973, cifras que en esos países se mantienen en forma aproximada. Como causas, la incorporación de la mujer a las responsabilidades y ocupaciones tradicionales del hombre.

También, una incorporación de la mujer al tabaquismo inveterado. En este grupo de estudio, la relación H/M fue de 11:1. Esto posiblemente debido a que dichos factores no han tenido una penetrancia que se corresponda con esos países industrializados. Aunque la muestra es pequeña, se ha notado que sobre nuestras urbes, a pesar de los medios de comunicación (T.V, Internet, Prensa,. . .) la mujer no ha adquirido los niveles de responsabilidad como en países industrializados. Al relacionar el género con la localización de la perforación ulcerosa; en relación a la úlcera gástrica no hubo ninguna diferencia porcentual en el género masculino en los casos intervenidos tempranamente de los tardíos.

Es importante

mencionar con la ulcera duodenal que el género masculino tuvo una gran diferencia clínica y estadística entre los pacientes intervenidos tardíamente que representaron el 81.81% (9 casos) y los intervenidos tempranamente que solo contaron con el 18.18% (2 casos).

Esta preponderancia de los pacientes con

úlcera duodenal intervenidos tardíamente se

explica por el

hecho de ser perforaciones estériles en un primer momento, con clínica menos morbosa, con solicitud de asistencia médica en forma más tardía. (16)

No se hace acotación con el género femenino ya que el número de pacientes no lo permite. Nyhus y Baker (1997), han colocado el choque circulatorio preoperatorio mortalidad, epiploico. choque

como sobre

En

un todo

factor con

de

el

riesgo

mayor

procedimiento

para

de

la

parche

esta serie no hubo ninguna asociación entre

circulatorio

y

mortalidad

con

ninguno

de

los

procedimientos, así como tampoco con la mortalidad, es más, todos

los

pacientes

que

presentaron

choque

circulatorio

evolucionaron satisfactoriamente, lo que se contrapone a la literatura mundial. Coggon et al (1981),

sostienen en sus revisiones que la

úlcera gástrica perforada, incluyendo

las úlceras prepilóricas

representan aproximadamente el 27% del total de ulceras pépticas perforadas y su morbilidad es mayor. En esta serie, este grupo tuvo una presentación del 26%, lo cual se corresponde con la literatura.

El sitio de perforación más

frecuente fue el piloro con un 51, 06% del total de los casos (21,28% en las cirugía temprana y 19.79% en la tardía). La úlcera de mayor morbilidad en esta serie fue la úlcera duodenal, sin embargo, debemos hacer la salvedad que la muestra es pequeña, sin significación estadística.

La evolución postoperatoria hospitalaria reveló un mayor porcentaje

de

complicaciones

en

el

grupo

de

pacientes

intervenidos tardíamente con un 30% (9 casos), mientras que los intervenidos tempranamente presentaron un 11.76%

(2

casos); se presentaron 5 casos de evisceración con infección de la herida, 1 caso de evisceración sin infección de la herida, enfermedades

metabólicas

preexistentes

agravadas

en

el

postoperatorio como diabetes mellitus que generó cetoacidosis y grave desequilibrio hidroelectrolítico (1 caso), 1 caso de arritmia cardíaca,

tromboembolismo

pulmonar

(1

caso),

procesos

infecciosos sistémicos expresados en sepsis (2 casos).

Así

mismo, las complicaciones luego del egreso fueron mayores en el grupo de pacientes intervenidos tardíamente con un 10 %, presentándose obstrucción

hemorragia

digestiva

superior

intestinal por bridas (1 caso)

(1

caso),

y absceso

intrabdominal (1 caso). El grupo intervenido tempranamente presentó un 5.8% de complicaciones luego del egreso. Con esto se demuestra lo que señalan revisiones anteriores acerca de los efectos deletéreos de la cirugía tardía. (4, 13, 16). Los

procedimientos

quirúrgicos

definitivos

fueron

utilizados tanto en la cirugía temprana como tardía de la ulcera

péptica perforada con un 88.23% y 83.33% respectivamente, sin diferencia significativa estadística. Nyhus y Baker (1997), señalan la tendencia a la realización de procedimientos no definitivos en la cirugía tardía en vista de las condiciones poco favorables locales y de tipo sistémico (peritonitis química y bacteriana, sepsis...) (13). En nuestro centro, como se observa por las cifras en este estudio, los cirujanos de los diferentes equipos quirúrgicos no tomaron en cuenta estas condiciones, decidiéndose por la tendencia a los procedimientos de tipo definitivo. Poco se ha escrito haciendo distinción entre consecuencias de la cirugía temprana y tardía. Sin embargo, Horwitz y Kukora (1983), describían la morbilidad de la cirugía para estos dos grupos en 23% y 32% respectivamente. En este estudio, las cifras fueron mucho menores con un 17.65% y 23.33% respectivamente. La mortalidad para la cirugía temprana fue 5.88% y la tardía fue de 6.66%. La diferencia porcentual no fue significativa. El sitio de la úlcera relacionado a la mortalidad, fue mayor ésta en la úlcera duodenal que la gástrica, lo cual es contrario a lo aportado por la literatura. En el caso de la úlcera gástrica, se

permitió notar que la cirugía tardía tuvo una mayor mortalidad que la temprana (19.05% vs 13.33%). Aunque estadísticamente no hay peso en estos resultados por ser una muestra pequeña, no menospreciamos su significación clínica. En inherencia al proceder quirúrgico, la técnica de mayor morbilidad en la cirugía tardía fue el parche epiploico, siguiéndole

la

resección

gástrica

con

vagotomía

y

posteriormente la piloroplastia con vagotomía con 60%, 33.33% y 13.63% respectivamente.

En la cirugía temprana no se

realizaron resecciones gástricas;

solo fueron realizadas las

técnicas del parche epiploico y la piloroplastia (50% y 13.13 de morbilidad, respectivamente). La mayor mortalidad estuvo presente con la resección gástrica con 33.33%, siguiéndole el parche con 20%, ambas en la cirugía tardía. Una defunción se presentó en el grupo de cirugía temprana con la realización de la piloroplastia con vagotomía con un 6.66%. Este paciente presentó una fuga de la línea de sutura ameritando un 2do. Intento de rafia que fracasó, culminando

en

una

gastroyeyunoanastomosis,

falleciendo

posteriormente. Se considera, este es el único caso de mortalidad inherente a la técnica quirúrgica. Las otras 2

defunciones fueron atribuidas a factores de riesgo asociado como fueron la edad y enfermedades médicas concurrentes tales como diabetes mellitus (cetoacidosis) y arritmias cardíacas (fibrilación ventricular).

De los pacientes fallecidos, uno

contaba 64 años, otro 70 años y otro 76 años. Hodnett et al (1989), apoyan los procederes quirúrgicos definitivos basados en una disminución de la morbimortalidad, opinión contraria a la de Boey et al, quienes afirman, la complejidad del proceder quirúrgico empleado, asociado a factores de riesgo (edad, enfermedades médicas concurrentes y tiempo de perforación), acarrean una mayor morbimortalidad, insistiendo en la realización de procedimientos más sencillos (parche), sobre todo en casos desesperados, pacientes ancianos, con choque circulatorio o con enfermedades asociadas severas. (2, 10, 13). Walker (1988), describe una mortalidad operatoria para úlcera duodenal en los casos de emergencia del 17.2% y Buckner (1989), refiere una mortalidad operatoria para úlcera gástrica de 33 % en las mismas condiciones. (17, 3). La tasa de mortalidad global de este estudio comprendió para la úlcera duodenal y gástrica, un 18.18% y 2.7% respectivamente, acorde con la literatura en relación a la úlcera

duodenal. La úlcera gástrica tuvo una mortalidad muy baja al compararla con la bibliografía consultada. El porcentaje de recurrencia ulcerosa global para la piloroplastia con vagotonía troncular se encuentra entre 8% y 15% y para la resección gástrica (antrectomía) con vagotomía está entre 1% y 2% (1). No hubo casos de recurrencia en la cirugía temprana. En la cirugía tardía, el porcentaje de recurrencia fue del 3.33%; el caso se trató de una piloroplastia con vagotomía y es obvio que este porcentaje se encuentra muy por debajo del referido por la literatura. Las úlceras prepilóricas deberían ser consideradas ulceras gástricas en cuanto a tratamiento quirúrgico se refiere, en vista del elevado porcentaje de recidiva cuando se tratan con vagotomía sin resección (13). Al año de seguimiento endoscópico en este estudio, 9 de los 10 pacientes tratados (90%) con vagotomía y piloroplastia para úlcera prepilórica no presentaban recurrencia de la enfermedad, contrario a la bibliografía consultada. El retardo del tratamiento quirúrgico no afectó la estancia hospitalaria.

Las enfermedades médicas asociadas estuvieron presentes en un 23.33% de los pacientes sometidos a cirugía tardía, lo que apoya a la literatura como factor de riesgo predictivo para la mortalidad operatoria. El grupo de pacientes sometidos a cirugía temprana mostraron un 5.88% de enfermedades asociadas.

VI. CONCLUSIONES 1. El retardo del tratamiento quirúrgico para la úlcera péptica perforada demostró influir notoriamente en la aparición de complicaciones

postoperatorias

y

mortalidad

operatoria,

máxime cuando hay factores de riesgo asociados. 2. La piloroplastia con vagotomía troncular probó ser un procedimiento seguro en nuestro centro para el tratamiento de la úlcera péptica perforada tanto en la cirugía temprana como tardía. 3. La úlcera péptica perforada es una de las catástrofes abdominales que se presentan con frecuencia en nuestro medio. 4. Edad, género y enfermedades asociadas son factores de riesgo predictivos para la mortalidad. Resta el tiempo de inicio de la patología a su tratamiento quirúrgico como el factor que puede ser modificado para alterar en beneficio las cifras de morbimortalidad. 5. Es importante el adiestramiento del grupo médico de choque en las salas de emergencia para la orientación diagnóstica de ésta y otras patologías y poder prestarse la solución

quirúrgica oportuna, aumentando las cifras de la cirugía temprana.

Ante

el

arribo

de

pacientes

a

emergencia,

ancianos, deshidratados, con terapia esteroidea, diabéticos, tener en mente la posibilidad de esta patología que puede estar enmascarada. 6. Resultados a largo plazo deben ser condiderados temas de estudio para revisiones posteriores.

VII. RECOMENDACIONES

Incentivar el adiestramiento de los servicios médicos de emergencia, fundamentalmente el entrenamiento del postgrado de cirugía general para la mejor orientación diagnóstica de la patología ulcerosa perforativa para el logro de una cirugía temprana, manteniendo en lo posible el retardo del tratamiento en menos de 12 horas.

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ANEXOS

ANEXO FICHA DE TRABAJO

a) Número de historia: Factores de riesgo:

Sexo: M ( ) Edad:

F()

años

Tiempo de perforación:

hrs

Transfusiones sanguíneas pre – operatorias: Shock pre – operatorio: SI ( )

NO ( )

ENFERMEDADES ASOCIADAS

Respiratorio: Cardiovascular: Renal: Hepática: Endocrina: b) Trans-operatorio: Localización

Tamaño:

Cuerpo Shock Si ( ) No ( )

Antro Pre-pilórica Pilórica Duodenal

Transfusión sanguínea

Técnica quirúrgica

c) Evolución post-operatoria. Satisfactoria Hospitalaria: Ambulatoria:

Médica Complicada

Quirúrgica

Satisfactoria

Complicada

d) Estancia hospitalaria: Tiempo de seguimiento: Endoscopia digestiva superior: Biopsia

días

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