Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores

Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Presentación Las oportunidades de meditar en torno a la misericordia divina serán durante todo este año

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores

Presentación Las oportunidades de meditar en torno a la misericordia divina serán durante todo este año abundantes. En sintonía con el Santo Padre que nos pide: “la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios” Misericordiae vultus, 17. Este recurso de meditación espiritual para nuestros hermanos mayores invita a ver la fe y comunicarla en la historia de la familia, de la comunidad, partiendo de su propia experiencia, que de suyo es vasta, y aunque también impregnada de todo tipo de situaciones, exige: “examinarse, convertirse y creer” M. V. 21. Cada alto que realizamos en Dios, nos permite desde nuestra conciencia despertar y contemplar la gran capacidad que tenemos para realizar cambios en nuestra vida, renovando la confianza en el mandato “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn. 13,34) un amor que nace de la mirada contemplativa, comunitaria y misericordiosa. Confiados a Nuestra Madre Santísima la Virgen del Roble mujer prudente que “guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 2,19), nos acompañe durante este tiempo cuaresmal para transitarlo con acciones que nacen de la contemplación, en medio de la comunidad e inspirados por la infinita misericordia Divina.

Monterrey, N.L., febrero del 2016

Comisión del Hermano Mayor

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores

Día 1 Cita bíblica: Génesis 1, 31 “Vio Dios que era muy bueno”

Momento ante el Santísimo Oración inicial Te agradecemos Padre bondadoso que nos hayas reunido en tu nombre, de cara a ti para disfrutar de tu presencia y te pedimos que en este silencio al que nos llamas, nos permitas tomar conciencia de lo hermoso que es existir, del milagro que supone la vida, la vida que nos regalas y renuevas hoy. Amén La Creación del hombre Padre bueno, nos presentamos ante ti sabiendo que somos obra de tu amor, que nos creaste a imagen y semejanza tuya y nos amas desde antes de ser concebidos en el seno materno. Con la confianza de este inmenso amor Iniciamos este momento de oración llamándote ¡Padre! Permite que sepamos meditar la profundidad de esta realidad tan hermosa y que la presencia de Jesucristo, hijo tuyo, hermano nuestro, nos convierta en dignos hijas e hijos tuyos. La mirada de Dios, creador y salvador es una mirada maravillosa de misericordia y amor, mirada que hace crecer y reconstruye porque ve la belleza de su hijo Jesús en nosotros, por encima de nuestras fealdades. La mirada de Jesús sobre nosotros es una mirada ardiente de amor ante la grandeza de la obra de Dios. Pidamos la gracia de aprender a descubrir la mirada de Dios en lo más íntimo de nuestros corazones y decimos: Señor Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti y a dejarme mirar por ti. Tu mirada se posa con ternura sobre nuestra historia y nuestro presente. Por eso te decimos… Señor Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti y a dejarme mirar por ti Es una mirada que nos dice: “te amo desde siempre, desde antes que estuvieras en el seno materno” Por eso te decimos… Señor Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti y a dejarme mirar por ti Tu mirada tiene una capacidad creadora, nos transforma en seres nuevos; tu mirada solo ve lo mejor que hay en nosotros. Por eso te decimos…. Señor Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti y a dejarme mirar por ti Tu mirada nos mueve a seguirte, para abrirnos a los más pobres y excluidos. Por eso te decimos… Señor Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti y a dejarme mirar por ti

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Tu mirada enciende el corazón. Por eso te decimos… Señor Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti y a dejarme mirar por ti Queremos que nuestros ojos se parezcan a los tuyos, para cambiar la manera de ver a los que nos rodean. Por eso te decimos… Señor Jesús ayúdame a poner mi mirada en ti y a dejarme mirar por ti

Señor Jesús, cuando tú nos miras, pones en nosotros ojos nuevos, ojos que empiezan a parecerse a los tuyos. Hoy nos dices: “Te pareces a mí porque yo te miro” .Todo el que es amado, contagia amor. Todo el que es mirado con misericordia, mirará con misericordia. Somos en gran parte lo que recibimos. Por eso pedimos, Jesús, tu mirada, para parecernos a ti. Amén. Jesús se internó en el desierto Este tiempo de cuaresma el Señor nos llama a internarnos en el desierto. A entrar en diálogo directo, íntimo, personal con nosotros mismos. A apartarnos del bullicio del mundo material para sondear las profundidades de nuestro ser. A palpar nuestra debilidad y desnudez y gustar nuestra esencia de hijos de Dios. El desierto es símbolo del anhelo del hombre de experimentar a Dios. La experiencia del desierto nos permite palpar nuestra debilidad e impotencia, y nos inclina a buscar la fuerza en Dios; nuestro creador, nuestro amparo, nuestro padre. Conviene reducir a lo esencial todo: actividades, contactos, pensamientos, distracciones, pasatiempos, lecturas; solo lo más indispensable. Tomar distancia de amigos y compañeros habituales para poder verles más objetivamente; escuchar lo que Dios dice a su respecto, o lo está diciendo por medio de ellos Abstinencia de presencias y de “obras” para simplemente ser quien se es. Para contentarme exclusivamente con Dios. Desprendimiento que conlleva madurez, purificación, para templado en el crisol, fortalecer el propósito, la misión, el ser. Es el momento de nuestra vida que hace fecundo lo aparentemente árido, donde se pone a prueba la fidelidad del hombre, y se le invita a tomar otro paso más en la intimidad con Dios; lugar de entrega de lo que uno es a Dios. "La voy a llevar al desierto, y allí le hablaré al corazón... y allí ella me responderá como en los días de su juventud." (Oseas 2,16.18) Llamado a la misericordia La misericordia de Dios es un anuncio al mundo: pero cada uno de nosotros estamos llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de nuestra vida. Dios se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad.

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia, corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» La Cuaresma de este Año Jubilar es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales. Precisamente tocando en el mísero la carne de Jesús crucificado el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo.

Desarrollo del tema Dios me hizo MUY bueno Objetivo: Reflexionar mi vida, desde mi naturaleza como criatura de Dios para recordar tanto bien recibido y dejar que el agradecimiento me empuje a seguir caminando en el día a día. Vio entonces Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno. Génesis 1, 31 Al estudiar el capítulo uno de Génesis, no podemos pasar por alto una frase que se repite varias veces: “Vio Dios que era bueno”. Cada día de la creación, Dios dijo que era bueno lo que había hecho. Pero hay un día que sobresale: el sexto día el día que Dios crea al hombre, dijo que “muy bueno”. Representa el clímax de la obra creadora de Dios. El resto de la semana de la creación, es simplemente una preparación para la creación del hombre en el día sexto. De ahí que el mismo Dios califica como “buenas” todas las cosas creadas durante los cinco primeros días y al llegar a la creación de su obra maestra: El hombre, merece el “muy bueno” El universo es como un templo que Dios levanta para su propia gloria. Una vez preparado, coloca allí al hombre como “su imagen, según su semejanza”. Por esto la única imagen posible de Dios es el rostro humano.

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Para reflexionar: Qué sentimiento surge en tu corazón al recapacitar: Soy la obra maestra de Dios Soy por origen, “muy bueno” Fui hecho a imagen y semejanza de Dios

Acción de gracias (Se sugiere crear un ambiente de recogimiento y que el texto se vaya leyendo por varios de los participantes) Señor, me gusta sentir y gustar tu presencia y al volverme hacia ti, que habitas en lo profundo de mi ser, deseo repasar mi vida de tu mano, tomar conciencia de tu infinito amor a partir del momento mismo de mi concepción y de tu íntima y permanente compañía; como fiel amigo, compañero discreto, padre amoroso. Aunque no siempre me he dado cuenta de ello, hoy podría decir con Jacob: Dios estaba ahí, yo no lo sabía. Lo sé ahora, Señor, y te lo agradezco de corazón. Gracias por tanto bien recibido, por el don de la familia que me regalaste, por los padres que elegiste para que me cuidaran y guiaran. Evoco mis primeros años, mi infancia, las cualidades que pusiste en mi para ir descubriendo el mundo que tu mismo tejiste con minuciosa perfección. Mis primeras relaciones con hermanos, abuelos, tíos, familiares, maestros, primeros amigos y todas las personas que fueron guía, ejemplo y testimonio de tu amor. Gracias Padre. Evoco la época en que me convertí en adulto, cómo fui adquiriendo responsabilidades, descubriendo mi capacidad de amar, administrando los talentos que me regalaste y cómo descubrí mi vocación. Ahora veo tu presencia discreta, en los momentos buenos y en los momentos más difíciles. Tú has estado, Señor. Inspirando mis pasos, proponiéndome nuevos horizontes, iluminando los espacios en que me muevo, aireando mis estancias cerradas. Por eso, te doy las gracias. Y ahora, en mi realidad de hermano mayor, con algunas de mis capacidades disminuidas, habiendo experimentado varias pérdidas y mi fe en ocasiones debilitada, tengo la certeza de tu fiel compañía que me anima, de tus brazos consoladores que me abrazan, de tu palabra que me alivia. Las podas o momentos difíciles que he pasado me han ayudado a crecer, porque lo que me mantiene vivo y me permite dar frutos es la savia que me habita y la poda es necesaria para purificar y dar fruto con tu presencia como centro de mi vida. La esencia de mi ser. No soy un ramo aislado, necesito estar unido a ti para tener vida y dar fruto. Solo unido a ti, Señor, a la vid verdadera, conexión vital sin la cual me expongo a dar fruto amargo o a secarme en la esterilidad. Me llamas a aprender de cada cambio que se suscita en mi vida; hay un mensaje impregnado de sabiduría en medio de mis limitaciones, saboreo tu obra en cada acontecimiento y ahora me resulta más fácil descubrir tu rostro en el hermano que pones en mi camino. Gracias por la vida que me has dado, por tu amorosa compañía y por el amor que has puesto en mi corazón.

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Personaje bíblico Una mirada a Isabel (Lucas 1, 36-37 y 41) Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.» Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; Que virtudes destaco de este personaje? A qué me llama?

Ejercicio vivencial Mi historia de vida Materiales Hojas de papel Colores Esquema de buenos momentos Desarrollo Primera parte.- En una hoja de papel y con varios colores, dibuje en camino, con un principio y un final. Coloque las curvas, altibajos, rasgos, ángulos que quiera. Con el recuerdo de la reflexión en torno a las etapas de su vida, divida el camino y vaya incorporando dibujos, palabras, de los conceptos que sienta que identifican cada una de las separaciones, enfocado en los momentos en que ha tenido manifestaciones de su corazón bondadoso y/ o que se ha sentido acompañado por Dios. Segunda parte.- Llene el esquema “desempolvando mis buenos recuerdos” con el resultado de su oración y dibujo.

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Desempolvando mis buenos momentos Momento en que me sentí "Muy Bueno"

Momento en que me sentí amado y acompañado por Dios

Etapa: Infancia Etapa: Adolescencia Etapa: Adulto joven Etapa Adulta Etapa Adulto mayor

Poesía Espíritu de Dios en el hombre Dicen que si escucho muy dentro ahí habitas. Más dentro que el miedo o el coraje. Más profundo que la risa o la lágrima. Más mío que la certeza o la duda. Más amor que el más tierno abrazo. Dicen que tu voz arrulla los vacíos y tu silencio acalla los ruidos. Dicen que sacias el hambre de quien no sabe, de quien no tiene,

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores de quien no puede, de quien no llega… Y vuelcas, en mí, palabras de evangelio y justicia, de perdón y paz, de llamada y envío, de encuentro… nombres que en toda lengua se entienden. Agua fresca en la garganta reseca, rescoldo de una Vida que se niega a rendirse, serenidad en la hora crítica, tormenta en la historia insípida, puente que salta abismos imposibles… … haciendo de mi casa pequeña la mansión de un Dios. (José María R. Olaizola sj)

Trabajo personal Proponer a los participantes redactar una reflexión personal sobre lo que se haya quedado en tu corazón, acción de gracias, compromiso, alabanza. Pueden llevarse esta tarea para terminarla en sus casas y pedirles que lo traigan al siguiente día, para ser colocados como ofrenda, frente al Santísimo.

Día 2 Cita bíblica: Mateo 26, 41 “Velen y oren porque la carne es débil”

Momento ante el Santísimo Oración inicial Señor Jesús, agradecemos el don de la vida que nos concedes para poder estar reunidos aquí en tu nombre, alimentados por tu palabra y cobijados por tu amor, sabiendo que hoy tienes algo que decirnos, que te diriges a lo profundo de nuestro corazón. Amén La fragilidad humana Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil En el pasaje bíblico de la oración en Getsemaní, lo primero que hace Jesús entrando al huerto es disponerse a orar y nos enseña con su ejemplo que antes de enfrentar cualquier prueba, hay que

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores orar. Es en la oración en donde se pide y recibe la fortaleza para enfrentar los desafíos y dolores. Para vencer la tentación de pecar. Jesús busca la compañía de los discípulos, pero éstos se han dormido. Se ha roto la comunión que se había establecido en la cena, lo han dejado solo. Y ellos mismos, han perdido la oportunidad de prepararse para lo que les espera: su lealtad, su fe, será sometida a la más dura prueba y ellos no se prepararon. No se pudieron a orar al Padre. En cuántas ocasiones nos quedamos dormidos ante el ataque de las tentaciones. El Señor nos llama no solamente a no dormir, sino a mantenernos alerta. No se trata solamente de mantener los ojos abiertos, sino poner la mirada en Dios, para recibir de lo alto la fuerza que nos permita no caer en la tentación. Jesús enseña no sólo de palabra sino de obra. En Getsemaní está orando como enseñó a sus discípulos a orar; les enseñó a pedir al Padre que se haga Su voluntad, y es lo mismo que Él pide ahora. Les enseñó a pedir ayuda para no caer en la tentación y ahora Él mismo ora para superar la tentación de evadir la copa que le espera, y pide a sus discípulos que oren para no caer en tentación (consejo que ellos lamentablemente no siguen y por eso luego caen en la tentación de dispersarse y dejarlo solo. Con qué facilidad nos disculpamos, justificamos con un “demasiado sueño como para quedarse despierto”, como los discípulos, que más que ganas de dormir, lo que tienen es ganas de evadirse, de no ver a su Maestro triste y angustiado, caer por tierra. Es demasiado doloroso e inquietante... Se abre una brecha entre lo que hace Jesús, que ora para prepararse interiormente a enfrentar lo que vendrá, y nosotros cuando nos evadimos, nos dormimos y desperdiciamos la oportunidad de orar al Padre para recibir la fuerza que nos prepara espiritualmente, no para huir, sino a esperar de pie, dispuestos, atentos al traidor y combatir sus ataques de miedo, desánimo y desesperanza. Una vez que Jesús se ha abandonado enteramente en manos del Padre, supera la tristeza y la angustia. A partir de ahora lo vemos dueño de Sí, lleno de serenidad y mansedumbre, enfrentar todo lo que le espera. Y en eso consiste su invitación de “velar y orar” Sólo abandonándonos confiadamente en Dios, podemos resistir las tentaciones y alcanzamos la paz, porque una persona sin oración y sin un trato continuo con Dios, jamás ve resultados espirituales en su vida y es una víctima fácil del pecado. Velen y oren, son dos elementos fundamentales para permanecer y crecer en el Señor. Nos dan la fuerza y nos preparan para enfrentar las tentaciones y repeler al maligno. Jesús es tentado por el demonio El evangelio señala que fue el “Espíritu”, quien condujo a Jesús al desierto, a ese lugar de oración y de prueba, para recordarnos que las tentaciones encajan también en el plan de Dios que nos pone a prueba para purificarnos y orientarnos hacia la salvación. El demonio es poderoso y sabe disfrazar nuestras debilidades y mostrarnos lo fácil que es llevarnos por el deseo interno, de las pasiones sin freno, de la gula de alcanzar las cosas sin esfuerzo alguno

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores de la vía "fácil para alcanzarlo todo". Es astuto, trata de engañar a Jesús con "las escrituras" pero Jesús con su sabiduría que viene del Padre lo pisa con su mismo veneno y utiliza la misma palabra a su favor. Solamente a través de Jesús podemos destruir la fuerza del enemigo. Pues la lucha no es contra la carne, sino contra los principados. Resistir las tentaciones A las siguientes peticiones, respondemos: Líbrame Señor Resistir la tentación del Placer De la tentación de comer sin cuidar mis salud, líbrame Señor De la tentación de caer en excesos en el comer y beber, líbrame Señor De la tentación de diluir el amor con pasiones desenfrenadas, líbrame Señor De la tentación de vivir de las apariencias, líbrame Señor De la tentación de pronunciar palabras hirientes y ofensivas, líbrame Señor De la tentación de atender y propagar chismes y rumores, líbrame Señor De la tentación de instalarme en la coraza de mi zona de confort, líbrame Señor De la tentación de guardar rencor, líbrame Señor De la tentación de encerrarme en el pasado, líbrame Señor Resistir la tentación del tener De la tentación de tener depresión, líbrame Señor De la tentación del apego excesivo a los bienes materiales, líbrame Señor De la tentación de albergar egoísmo en mi corazón, líbrame Señor De la tentación de tener miedo ante mi futuro, líbrame Señor De la tentación de mirar por la superficie las necesidades de mis hermanos, líbrame Señor De la tentación de recibir con enojo la pérdida de algunas de mis capacidades, líbrame Señor De la tentación de cerrar mi corazón al amor, líbrame Señor De la tentación de tener malos pensamientos, líbrame Señor De la tentación de negarme a anunciar tu Palabra, líbrame Señor Resistir la tentación del poder. De la tentación de querer seguir siendo protagonista, líbrame Señor De la tentación de pensar que mis ideas son las mejores, líbrame, Señor De la tentación de resistirme a los cambios, líbrame, Señor De la tentación de rechazar la ayuda, líbrame, Señor De la tentación de minusvaluar a los jóvenes, líbrame, Señor De la tentación de querer imponer mi voluntad, líbrame, Señor De la tentación de no querer pedir ayuda, líbrame, Señor De la tentación de obsesionarme por ser el centro, líbrame, Señor De la tentación de no dejarme contagiar por la alegría de los jóvenes, líbrame, Señor Oración final Jesús que nos enseñas como permanecer firmes y en la verdad ante las tentaciones para vencerlas, inquiétanos para que conozcamos y amemos la Palabra y así podamos con tu poder, salir victoriosos de toda tentación como tú nos enseñaste. Amén.

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Desarrollo del tema Perder el rumbo: El Pecado Cuando escuchamos la palabra “pecado”, ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente? (Dar unos minutos para reflexionar). Puede ser que lo primero que se te viene a la mente es robar, mentir, asesinatos, adulterio, etc.; estas son buenas respuestas, pues el pecado es un acto. Pero el pecado además de todo esto es algo sutil. La tentación pocas veces será de manera tan evidente que podamos identificarlo fácilmente, pues recordemos que satanás es el padre de la mentira. Imaginemos un castillo (si es posible el expositor dibujará en un pizarrón un cuadro, invitando a los participantes a que imaginen todos el castillo), éste castillo tiene una puerta principal, por la cual entramos y salimos con facilidad, pero también tiene dos puertas laterales, puertas que podemos usar como emergencia, o como conexión a otros lugares, dichas puertas tanto principal como laterales tienen guardias que custodian las entradas día y noche. Ahora imaginemos que dentro de este castillo existe un tesoro, justo en el centro del castillo, este tesoro es un tesoro muy valioso, puede ser lo que tú quieras, lo más preciado para ti. Pero existe un enemigo, un ladrón, quizás el más astuto de los ladrones y quiere robarse ese tesoro, pues lo desea con todas sus fuerzas. Si el ladrón astuto quiere robarse el tesoro ¿acaso entrará por la puerta principal simplemente, o por alguna de las puertas laterales sin meditarlo?, ¿no será acaso que si hace esto los guardias lo echen afuera o lo apresen inmediatamente?, entonces ¿Cómo podrá hacerle este ladrón, si es que es el más astuto de todos los ladrones que existen?, no será más bien que éste ladrón provoque alguna distracción en algún lugar de este castillo, quizás una puerta lateral, quizás en una pared, quizás por el techo; provocando que toda la atención se concentre en este lugar en donde se “hizo más ruido”, y así sin que te des cuenta, sin que menos te lo esperes, él entrará por la puerta principal y se llevará este tesoro tan preciado. El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que el pecado es descrito como abuso de la libertad que el mismo Dios nos da. Este punto nos los explica muy bien el CIC # 387; “La realidad del pecado, y más particularmente del pecado de los orígenes, sólo se esclarece a la luz de la Revelación divina. Sin el conocimiento que ésta nos da de Dios no se puede reconocer claramente el pecado, y se siente la tentación de explicarlo únicamente como un defecto de crecimiento, como una debilidad psicológica, un error, la consecuencia necesaria de una estructura social inadecuada, etc. Podemos decir que el pecado es una ofensa al amor de Dios. El hombre fue creado por Dios solo por amor, porque Dios es amor (1Jn 4, 8b), y la justicia que es dar a cada uno como corresponde, nos exige que demos a Dios tal como corresponde, como merece, en este caso, solo con amor, pues “el amor con amor se paga”, Dios nos ha amado tanto, hasta el extremo que entregó a su único Hijo para salvación de la humanidad (Jn 3, 16), es justo que le amemos. Es por eso que podemos conocer que el pecado es básicamente una ofensa directa al amor, esta ofensa provoca los males de la humanidad, pues el hombre fue creado por amor y para amar, y cuando se aleja de ese amor, le provoca sufrimiento, angustia, muerte.

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Pero, ¿de dónde surge el pecado? El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña en su número 387 que “Sólo en el conocimiento del designio de Dios sobre el hombre se comprende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente”. Entonces el pecado es causa de la libertad del hombre, pues Dios en su infinito amor y misericordia nos ha dotado con algo muy característico, que nos distingue de las demás creaturas, haciéndonos imagen y semejanza de Dios (Gn 1, 26) esto es precisamente la libertad. Los males, los sufrimientos del hombre es causa del pecado, es un efecto de la libertad del hombre. Pensemos en una torre muy alta, un edificio tal vez, o quizás el campanario de una parroquia el cual es muy, muy alto; ahora imaginemos que subo a él, hasta la punta, y me lanzo (…) ¿Qué creen que pase?, ¿Qué sería lo más lógico que pueda pasarme?, ¿Qué me provoque risa? ¿O quizás que me rompa los huesos o hasta morir?, pues bien ¿esto querrá decir que Dios me odiaba?, o ¿Quién tomó la decisión de lanzarse hasta el suelo? Dios nos ama tanto que respeta profundamente las decisiones que tomemos, aun y cuando éstas nos dañen. Jesús nos enseña que Dios es nuestro Padre, al cual podemos dirigirnos en medio de nuestras dificultades (Mt 6, 9). Pero entonces, ¿Si Dios nos ama, porque permite el pecado?, ¿Por qué permite el sufrimiento de las personas?, pues bien imaginemos a Dios como un Padre, como el Padre más amoroso, más perfecto, que podamos pensar. Pero cuando un papá o una mamá tiene un hijo que por ejemplo se sube a la cama para brincar, el papá o la mamá solo le dirá “no brinques en la cama porque te caerás” sin embargo no irá a bajarlo el o ella directamente de la cama, solo le advertirá. El hijo seguirá brincando hasta que se caerá, tal y como le advirtieron, entonces el papá o la mamá se acercará y lo aliviará. No quiere decir que no lo aman porque no lo bajaron antes de que se cayera, sino que permitieron que el hijo le sucediera ese accidente para que aprendiera, pues muchas veces de las caídas y golpes aprendemos. El padre o madre de este hijo no le provocaron este mal, sino él mismo al continuar haciendo algo que antes le advirtieron no hiciera. El pecado posee 3 dimensiones afectando a Dios (rompiendo la relación amorosa con Él mismo), a los demás (fracturando la relación social) y a mí mismo. Antes dijimos que la tentación es tan sutil, con apariencia quizás de algo bueno, algo atractivo, que nos distrae y nos engaña. Por eso el pecado puede disfrazarse como el regalo, de algo bueno, o quizás de algo que “no daña tanto”, pero es solo un disfraz. Quizás un pecado que podamos tener como frecuente está en relación con los demás (…) ¿Cómo está tu relación con los demás? (damos unos minutos para reflexionar). El hombre fue creado para obrar el bien, su voluntad siempre tiende hacia el bien, sin embargo los medios que elegimos para buscar ese bien muchas veces no son los adecuados, así lo que está detrás del pecado de homicidio es quizás, el quitar de golpe un mal que me provoca alguien, o el ladrón que roba pero su fin quizás sea el alimentar a su familia o superarse, o incluso el suicida que tal vez desea terminar con un dolor tan fuerte. Todos estos fines son buenos en sí, pero no los medios para conseguirlos. Decía San Josemaría Escrivá de Balaguer “es curioso que antes de pecar el demonio te alienta haciéndote pensar en que la misericordia de Dios es tan grande que te perdonará, pero una vez que cometes ese pecado, es el mismo demonio que te lo echará en cara diciéndote que no mereces el perdón, y ni siquiera pararte en la iglesia”. ¿No se te hacen conocidos estos pensamientos? Nunca has escuchado las frases “yo no voy a la Iglesia, porque el día que vaya se caerá”, pues bien he aquí un claro ejemplo de la tentación y de cómo es el ladrón astuto que

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores quiere robarse tu tesoro, tu alma, haciéndote creer que no eres merecedor del amor y misericordia de Dios.

Personaje bíblico Una mirada a Eleazar (2 Macabeos, 6, 24-25) Porque a nuestra edad no es digno fingir, no sea que de mal ejemplo a muchos jóvenes y por mi apego a este breve resto de vida, se desvíen por mi culpa y yo atraiga mancha y deshonra a mi vejez Que virtudes destaco de este personaje? A qué me llama?

Ejercicio vivencial El regalo Objetivo Demostrar que el pecado se muestra con una imagen muy atractiva, tentaciones, aparentemente inofensiva, pero que al entrar en contacto resultamos “manchados” Materiales Una caja forrada de manera muy llamativa, como si fuera un regalo. Lo más bonita posible. En el interior se coloca uno o varios pedazos de carbón o de barro Desarrollo Desde el comienzo de la reunión, alguien colocará el “regalo” a la vista de todos. Muchos se preguntarán para qué o para quién es el regalo. Después el expositor debe preguntar: – ¿Cuántos se interesaron en esta caja? – ¿Cuántos sintieron curiosidad por saber qué contiene? ¿Por qué? Se debe guiar a los participantes para imaginar cuál será su contenido, por lo atractivo del regalo, que a todos les llamó la atención. Luego se pide un voluntario que, sin mirar, meta la mano dentro de la caja y toque lo que encontró dentro de ella. El voluntario, sacará la mano manchada, se le pedirá que les muestre la mano a todos. En ese momento, el expositor hará la comparación de la caja de regalo con el pecado. Ambos son atractivos por fuera, muy bonitos y aparentemente inofensivos (la tentación), pero en el momento en que nos acercamos, nos manchamos. Así mismo pasa con el pecado cuando nos acercamos a él.

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Poesía Dieta de conversión Con los demás, manos de Cuaresma, de ésas que se abren para socorrer, que no miran al dar, que nunca dicen ¡stop! ¡Manos a la obra! Con Dios, calma y silencio, para escuchar su brisa pasar y dejar que me abrace, me alivie y anime. Hasta que mis durezas se ablanden y mi corazón consiga girar.

Conmigo, una buena dieta de ego que me baje del andamio del ombligo y adelgace unos kilos de soberbia. Que me quite el caramelo del elogio. ¡Recupera, vida, tu sabor! (Seve Lázaro)

Trabajo personal Proponer a los participantes redactar una reflexión personal sobre lo que se haya quedado en tu corazón, acción de gracias, compromiso, alabanza. Pueden llevarse esta tarea para terminarla en sus casas y pedirles que lo traigan al siguiente día, para ser colocados como ofrenda, frente al Santísimo

Día 3 Cita bíblica: Lucas 15, 20 “Salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y cubrió de besos”

Momento ante el Santísimo

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Oración inicial Nos acercamos a ti Señor, con la confianza que nos da saber que nos acoges, es verdad que no todo lo que hacemos te agrada, pero pase lo que pase, tú siempre tienes los brazos abiertos. Permítenos Señor hacer este rato de oración con un corazón sincero y honesto. Un corazón libre, capaz de reconocerte, escucharte y seguirte. Amén El amor del Padre El padre recibe con cariño al hijo que regresa a la casa, no le recrimina, no le echa en cara su mala vida y ¡lo increíble!, organiza una fiesta para celebrar su regreso. En la cita no aparece el nombre, ni del hijo menor, ni del padre, ni del hijo mayor, será que como señala el Papa Francisco “El nombre de Dios es Misericordia” El hijo que partió ricamente vestido, adornado de joyas, sin volver siquiera la mirada a la casa de su infancia, ahora regresa harapiento, sin futuro, confundido y avergonzado; no espera ser recibido siquiera como un jornalero. Pero el padre que le vio venir a lo lejos (esperanza de su regreso), corre a su encuentro con los brazos abiertos, lo envuelve en ternura, le quita la desnudez de la vergüenza (vestido) recupera la dignidad (anillo), le regresa la capacidad de caminar (sandalias) y desea celebrar la alegría. De la condición de mendigo a la que lo había reducido el pecado, se vio inesperadamente exaltado hasta la derecha del padre y revestido de su misma gloria. Ahora el hijo está en el reino, porque este reino es el reino del amor, del padre que le ama, le rescata, reintegra y devuelve la vida Así es el amor que Dios me tiene y me ofrece desbordante cada día de mi vida, de la vida que él mismo renueva cada instante. Todos los temores, complejos y depresiones que acarrea el pecado pueden desaparecer al “entrar en mi” y decidirme volver a sentirme envuelto en el inmenso amor de mi Padre que espera mi regreso. Esta es la gran Buena Nueva que Jesús me ofrece. Túnica nueva, sandalias nuevas, anillo al dedo, comida, ¡fiesta! Sumergirme en el río de amor divino que viene del corazón del Padre: porque todo amor auténtico viene de Dios y es el amor recibido del Padre el que me hace capaz de amar. No importa si las mediaciones del amor en el mundo se han deteriorado (familiares, amigos, compañeros), el que es la fuente del amor (que pasa a través de esas mediaciones) está ahí amándome. Gracias Señor Jesús, porque me doy cuenta de cuánto me ama nuestro Padre Dios; de su eterna mirada de amor, de su tristeza en mis momentos de lejanía y su alegría desbordante en mi regreso. Acepto tu llamado de hacer experiencia el amor misericordioso del Padre en mi vida, en mi historia y compartirla con mis hermanos.

La pasión de Cristo

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores “En esto hemos conocido lo que es el amor, en que dio su vida por nosotros” (1 Juan 3,16). El inmenso amor de Dios, desbordante en misericordia, que trasciende la justicia, se corona con el ofrecimiento de su hijo en la cruz. Contemplamos hoy la Cruz de Jesús con silencio emocionado y reverente, tratando de captar el insondable misterio de amor y de dolor que se manifiesta en ella y acogemos agradecidos un don inmerecido: la liberación del mal, el perdón de nuestros pecados y nuestro retorno a la vida. Queremos recorrer este pasaje trascendente en nuestras vidas de la mano del mejor modelo de seguimiento a Jesús, de María, nuestra madre, la madre de Jesús y madre de la humanidad. Es bueno peregrinar con María, en el momento de nuestra vida en que aflora la fragilidad, la dependencia y en algunos casos el abandono, porque nos fortalece y llena de esperanza. Buscar la mirada de nuestra mamá del cielo, de la madre por excelencia, ofrece una protección no puramente casual, sino perenne. Nos sabemos protegidos, asistidos, bendecidos, no sólo ahora, sino también en la hora de la muerte, es la amorosa confianza más allá de toda frustración y de todo abandono. Por eso nos ubicamos a su lado, de pie junto a la cruz, tomados de su mano para aprender a pasar carencias y fragilidades por el amor de su hijo y darle significado a nuestra vida, porque la expresión más grande de la misericordia de Dios es la cruz. La cruz pasada por el torrente de la misericordia se convierte en amor. No es difícil descubrir la causa de nuestro amor a María, nuestra preferencia hacia sus devociones, la certeza de que nos escucha, atiende y responde obedece a los rasgos significativos en su relación con los ancianos. Joaquín y Ana como padres de María, nos son presentados como ancianos. Simeón estaba probablemente bastante entrado en años, y ciertamente eran ya mayores Zacarías e Isabel, y la profetisa Ana tenía más de ochenta años. Con ellos trató María; y no podía ser de otro modo, ya que estos ancianos estaban impregnados de la esperanza de Israel y vivían en la espera confiada del mesías. Ellos son los primeros testigos de Cristo, que se hace salvación en la historia de una forma común a todos los hombres. Por eso nos tomamos de la mano de María para, frente a la cruz, seguir su modelo y acogernos a su regazo de madre. Danos María la obediencia y respeto que ofreciste a tus ancianos padres en el seguimiento de las enseñanzas de la fe y en el cumplimiento de los valores de amor y servicio. Enséñanos a estar dispuestos al servicio de nuestros hermanos mayores, como acudiste con presteza a ayudar a Isabel y Zacarías, preocupados sin duda, como todos los ancianos, frente a aquello tan absolutamente nuevo e inesperado. Permítenos abrir nuestro corazón para recibir tu compañía como ofreciste a Isabel y nunca sentirnos solos, ni desamparados, sino acompañados del gozo y la plenitud de Dios en nuestras vidas. Muéstranos el camino para estar atentos al Espíritu Santo como cuando en silencio escuchas al viejo Simeón en el templo; aunque lo que escuchas te llena de estupor (Lc 2,33), te dejas bendecir. También queremos distinguir cuando es Dios el que habla y aprender a callar porque delante de Dios sólo vale el silencio.

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Como lo hiciste, también, cuando encuentras al niño perdido en el templo, en medio de los ancianos doctores. Aumenta en nosotros el amor a Dios como la profetisa Ana, anciana, valiente y llena de alegría que hace del templo su morada y dedicada a servir, jubilosa por su encuentro con el Salvador, se dedica a transmitir la buena nueva. Nosotros también estamos llamados a ser mensajeros de esperanza con nuestro testimonio. Ayúdanos a practicar el silencio meditado; escuchar y saber guardar en el corazón; saber discernir los mensajes divinos, rumiarlos en lo íntimo; callar ante lo inesperado; aceptar de pie y sin ruido la voluntad de Dios. Queremos seguir tu modelo de mujer fiel y sabia, que enfrenta la viudez con valentía, sola, aguardando a que tu Hijo volviera de sus viajes apostólicos por Palestina, y sobre todo, tu mayor ejemplo al pie de la cruz, cuando el Hijo te entrega a nosotros como madre. Este día te refrendamos nuestro amor y gratitud, María, la gran intercesora, porque has recorrido con nosotros la vida y, cada que desgranamos el Rosario, nos permites acompañarte para revivir, etapa tras etapa, tu andar en la vida terrena de tu Hijo y luego compartiendo su gloria. Sabemos que nuestra oración nos acerca a Dios a través tuyo y que tu hijo, nuestro hermano, las recibe complacido de saber que te escuchamos cada que nos indicas “hagan lo que él les diga” El Hermano Mayor Hay momentos en nuestra vida en que damos cabida a algunas creencias miopes y podemos asumir comportamientos de indiferencia y apatía; instalarnos en la zona de confort, caer en el conformismo y en la resignación. Una resignación, que como describe el papa Francisco paraliza y nos impide no solo caminar, sino también hacer camino, que nos atrinchera en nuestras aparentes seguridades y nos frena para arriesgar y transformar. Eso fue lo que le paso al hermano mayor de la parábola del hijo pródigo. Se atrinchero, se resignó y cegado por el conformismo no pudo ver, disfrutar, crecer, vivir el amor de su padre y todo lo que esto conlleva. Aquí estoy, frente a ti Señor que eres todo verdad, me dejo abrazar por tu presencia y en diálogo contigo, examino mi realidad, no desde mi yo solitario, sino de la mano contigo que siempre estas: Vivir con el padre, daría por hecho la certeza de seguridad, cercanía, confort, amor, salvación, pero que tal si. . . Vivo con el padre pero no me conduele su sufrimiento por la pérdida de mi hermano Vivo con el padre pero le reclamo que no me da un cabrito, cuando pone su reino a mi disposición Vivo con mi padre pero me da envidia que ame a mi hermano, Vivo con mi padre, pero no me dejo amar por él Vivo con mi padre, pero llamo “tu hijo” a mi hermano Vivo con mi padre, pero no me doy cuenta que más importante que el servicio, es el corazón Vivo con mi padre, pero en vez de conocerlo y amarlo, me conformo con portarme bien

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Vivo con mi padre, pero solo soy hijo “externamente” Vivo con mi padre, pero al creer que estamos juntos, no me doy cuenta de que siempre ha “estado conmigo”

Oración final Gracias Padre porque a través de Tu Palabra que es Vida, me llamas a la reflexión sincera y profunda, no como reclamo o llamada de atención, sino como la oportunidad de despertar de la resignación y abrir mi corazón a la dicha de recibir tu amor en plenitud. “Dame, hijo mío tu corazón, y todo lo demás te lo concederé” (Prov 23,26)

Desarrollo del tema Misericordia. El rostro amoroso del Padre Siempre que hablamos de misericordia viene a nuestra mente la palabra perdón. Que es muy necesaria en nuestra vida cotidiana, y en particular en la práctica de nuestro ser y vivir como cristianos; ya que somos nosotros los que a diario pedimos al Padre una gracia para compartir con los demás: “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6, 12). Sin embargo, poner en práctica lo que esta palabra representa es muy complicado, ya que requiere enfrentar rencor, odio, deseo de venganza, orgullo y/o resentimiento, que muchas veces ha estado acumulado a lo largo de los años y que –en muchos casos– ya lo asociamos y adherimos a nuestra personalidad, es decir, nos acostumbramos a no perdonar y vivir con la pena de no estar pleno y feliz, que es lo que Dios quiere para nosotros. ¡No es un secreto que es muy difícil perdonar!

Veamos lo que el diccionario nos define sobre el perdón: Perdón: acción de perdonar. - Perdonar: 1. Renunciar a castigar una ofensa recibida, no guardando resentimiento ni rencor. 2. Conceder la absolución de una pena.

Para ti ¿qué es el perdón? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores El perdón es un don que viene de lo alto, ya que el Dios que tenemos, que es Señor de la Misericordia, tiene como atributo, y mejor forma de manifestar su omnipotencia, el perdón: “la misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona”. Es decir, el Señor no se cansa de cargarnos una, y otra, y otra vez sobre sus hombros y perdonarnos, regalándonos su amor infinito e inquebrantable. La enseñanza de perdonar nos la da el Señor Jesús directamente, y a través de sus palabras nos da luz sobre como es el perdón que recibimos del Padre, es un perdón que se comparte con los que nos rodean:

La parábola del perdón Mt 18, 21-35 “Entonces se acercó Pedro y le preguntó: –Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano cuando me ofenda? ¿Siete veces? Jesús le respondió: –No te digo siete veces, sino setenta veces siete. Porque con el reino de los cielos sucede lo que con aquel rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer y a sus hijos, y todo cuanto tenía, para pagar la deuda. El siervo se echó a sus pies suplicando: «¡Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré todo!». El señor tuvo compasión de aquel siervo, lo dejó libre y le perdonó la deuda. Nada más salir, aquel siervo encontró a un compañero suyo que le debía cien denarios; lo agarró y le apretaba el cuello, diciendo: «¡Paga lo que me debes!» El compañero se echó a sus pies, suplicándole: «¡Ten paciencia conmigo y te lo pagaré!». Pero él no quiso, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara la deuda. Al verlo sus compañeros se disgustaron mucho y fueron a contar a su señor todo lo ocurrido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: «Siervo miserable, yo te perdoné toda aquella deuda, porque me lo suplicaste. ¿No debías haberte compadecido de tu compañero como yo me compadecí de ti?». Entonces su señor, muy enojado, lo entregó para que lo castigaran hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre celestial si no se perdonan de corazón unos a otros.” Responder las siguientes preguntas comunitariamente (puede ser en el grupo completo o por pequeños equipos): ¿Quiénes son los personajes hay en el texto? ¿Qué exige el rey al siervo? ¿Qué le pide el siervo al rey? ¿Cómo lo hace? ¿Qué le dice? ¿Cómo responde el rey ante la súplica? ¿Qué hace el siervo al salir de donde el rey? ¿Qué le pide el compañero al siervo? ¿Qué le dice? ¿Qué hico el siervo ante esto? ¿Cómo se le llama a la acción cometida por el siervo? ¿Qué hace el rey al enterarse de esta situación? ¿Qué le dice? ¿Quién debía más: el siervo al rey o el compañero al siervo? ¿Fue el siervo justo? ¿Fue el rey justo? ¿Cuál es la mayor enseñanza de este texto?

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores ¿Te has experimentado como el rey? ¿Te has experimentado como el siervo? “El perdón es instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón.” Papa Francisco - Misericordiae Vultus, n. 9 Así como contemplamos en la parábola del perdón, nosotros estamos llamados a perdonar, en justicia de todo lo que el Dios de la misericordia nos ha regalado. Responder las siguientes preguntas individualmente: ¿Te has sentido en deuda con Dios? ¿Por qué? ¿Alguna vez has pedido perdón a Dios? ¿Cuándo? ¿Te has experimentado perdonado por Dios? ¿Cómo? ¿Identificas a alguien a quien debes perdonar? ¿Quién? ¿Desde cuándo? ¿Por qué requiere tu perdón? ¿Estás dispuesto a perdonar? ¿Quién debe más: tú a Dios o ese ‘alguien’ a ti? ¿Quién ha perdonado más? El perdonar no es sinónimo de debilidad, aunque ante los ojos del hombre de hoy así lo parezca. El Señor Jesús, que perdonó a los que lo crucificaron (Lc 23, 34) nos invita a perdonar una, y otra, y otra vez; así todas las veces que sea necesario (Lc 17, 3-4), y en ese perdón es como el Hijo de Dios, hecho Hombre, salva a la humanidad, en libertad y por amor. Dice Santo Tomás que Dios, que es todo poderoso, nos revela su omnipotencia al ejercer su misericordia, perdonando. Él es tan grande que ni el pecado de toda la humanidad pasada, presente y futura puede vencerlo; y esta característica propia de Él, nos la comparte y nos permite regalarnos el perdón unos a los otros –así nos enseñó Cristo: “perdónanos como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” Mt 6,12–. Es decir, nos da la posibilidad de del perdón entre nosotros, y nos ilumina el sendero para llegar a ser libres y puros, es decir, sin piedras en el morral que no nos dejen avanzar en el camino al cielo.

Personaje bíblico Una mirada al Padre del hijo pródigo (Lucas 15, 32) Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado Que virtudes destaco de este personaje? A qué me llama?

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Ejercicio vivencial El Buscador (Jorge Bucay)

Materiales a) Video https://www.youtube.com/watch?v=swsmhlI3Piw o bien

b) lectura del texto Desarrollo 1.- Se ofrece la proyección del video o bien se reparte el texto del Cuento El Buscador para ser leído entre todos. 2.- Propiciar un momento de reflexión 3.- Contestar individualmente las preguntas

Cuento El Buscador Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como un buscador... Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra. Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda. Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso riguroso de estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo. Así que lo dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir. Un poco antes de llegar al pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha del sendero. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de pequeña valla de madera lustrada. Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en aquél lugar. El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor. Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras: Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla. Decía:

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una tumba. Una por una, empezó a leer las lápidas. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años... Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por allí y se acercó. Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. - “No, por ningún familiar”, dijo el buscador. “¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?” El anciano sonrió y dijo: - "Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré...: cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: A la izquierda, qué fue lo disfrutado... A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo... Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana? ¿Dos? ¿Tres semanas y media...?Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso...¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo...?¿Y la boda de los amigos?¿Y el viaje más deseado?¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?¿ Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones?¿Horas? ¿Días? Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos... Cada momento. Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido".

Para reflexionar: 1.- Crees que es una buena idea lo que hacían en ese pueblo 2.- Qué mensaje te deja este cuento? 3.- Te inspira hacer algún cambio? Cual? 4.- Podrías contar tu “tiempo realmente vivido”?

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Poesía Yo solo, ¿qué puedo ser? Un día escogí ser reflejo sin sol, agua sin fuente, voz sin garganta y me perdí en mí. Tú me guardaste, sol en tus ojos, agua en tus manos, voz en tu oído y me encontré en ti. Desde entonces, Tú me iluminas, Tú me fecundas, Tú me pronuncias y te encuentro en mí. Yo solo, ¿qué puedo ser? (G. Buelta)

Trabajo personal Proponer a los participantes redactar una reflexión personal sobre lo que se haya quedado en tu corazón, acción de gracias, compromiso, alabanza. Pueden llevarse esta tarea para terminarla en sus casas y pedirles que lo traigan al siguiente día, para ser colocados como ofrenda, frente al Santísimo

Día 4 Cita bíblica: Proverbios 28, 13 “Ocultar sus faltas no conduce a nada, el que las reconoce y renuncia a ellas se hace perdonar”

Momento ante el Santísimo Oración inicial Comenzamos este momento de oración pidiéndote Padre misericordioso, que abras nuestro corazón y lo dispongas a trabajar por la reconciliación, ayúdanos a experimentar el perdón, y a vivir el gozo de abrazar a nuestros hermanos. Amén Cambio de mentalidad En el tiempo de la Cuaresma nuestra “mente tiene que renovarse”, cambiar de “mentalidad”, (Ef. 4,22-24) par que Dios obre en nuestra vida. El Señor Jesús al “internarse” en el desierto logra captar

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores su misión de Hijo de Dios. Cuarenta días para dejarnos hablar por Dios desde el silencio de nuestra mente, desde la Palabra de Dios que va “tallando” nuestros criterios, nuestras creencias, nuestros esquemas; etc. Permitámosle a la Palabra hecha carne que renueve nuestra vida, nuestro corazón; Él nos habla para cambiarnos, para arrepentirnos. Nuestra capacidad de cambio, con los años se va aminorando, pues nuestros éxitos, nuestras pensadas estratégicas, nuestros estilos de mando, van logrando darnos una seguridad de estar en lo correcto, es el modo, esta forma es la única, la que a mí me sirve, así se hace; etc. Salir de nuestra forma de pensar, de hacer, de sentir, implica un cambio de mentalidad. Gracias al tiempo de cuaresma que es un camino inhóspito, en donde estamos ante la realidad que pone en entredicho nuestras seguridades, nuestras rutinas, y nos empuja a caminar para llegar a un destino, nos exige un discernimiento para elegir caminar o morir, es un caminar pero un evaluar los pasos dados para revisar que vamos en el sentido correcto o replantearnos una senda nueva y llegar al correcto destino. La muerte de Jesús en la Cruz San Francisco de Asís elabora una oración ante el crucifijo después de meditar muchísimas ocasiones el “gesto de misericordia” de Jesucristo, que nace de su Sagrado Corazón, corazón lleno de Amor, pero no cualquier amor, sino un amor tan grande que “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Esta oración brota de la contemplación del intenso amor de Cristo en la Cruz, brota del reconocer cómo Cristo es capaz de amarme, este sacrificio de su vida me invita a corresponder mis criterios a la luz de esta entrega, de ahí que ya no sólo, examino mi conciencia en “lo malo que he hecho”; “lo pecaminoso que es mi mirada, mis manos, mi corazón, mi mente”; sino examino mi conciencia a la Luz de la entrega llena de amor y generosidad para reconocer mi ingratitud ante tal gesto, mi olvido de Jesús en mis acciones, incluso mi desprecio por los criterios evangélicos que son propuestos como medios de amor para vivir “amándonos los unos a los otros como Yo los he amado” (Jn. 13,34). La oración de San Francisco reza: Sumo, glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento. Que esta oración ordene nuestra conciencia para vernos con los ojos de Dios, y encontrar “la medida colmada, apretada y rebosante” (Cfr. Lc 6,38) Mirarme como me ve Dios La persona de Jesús al hacerse hombre como nosotros menos en el pecado, de ahí que no hay que quitarle nuestros ojos, o perderlo de vista. Recuerdas que dicen: “los ojos son las puertas del alma”, y si deseamos conocer a Jesús hasta el alma, será necesario recurrir a la forma de mirar de Jesús, de contemplar, ya que tiene en su persona una doble forma de mirar, como Dios y como Hombre, y al ser misericordioso une estas dos miradas para nuestra salvación. El Hombre y la Mujer sumergido en un mundo tan visual hoy en día, pierden cuadro a lo verdaderamente importante, quedándonos quizás en unas cuantas escenas de nuestra vida

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores cotidiana. Al permitirnos “ejercitar el espíritu”, focalizaremos nuestra atención en la mirada de Jesús, y así contemplar los sentimientos de Cristo (Flp 2,6) para reconocerlos e imitarlos en nuestra forma de vivir, de actuar y de sentir.

Desarrollo del tema Examen de conciencia y reconciliación La Preparación para una muy buena confesión resulta ineludible, en un “ejercicio espiritual” de conversión para acercarnos y modelarnos más a Dios. Y poseer una mirada contemplativa sobre nosotros mismos, que nace de cómo nos mira Dios. Pues “vio Dios todo cuanto había hecho, y he aquí que estaba muy bien” (Gen1,31). Partimos entonces, que hay un deseo, un plan de parte de Dios para nuestra existencia, de caminar por la senda de la justicia, de la bondad; etc. Sin embargo, Él mismo ha contemplado: “viendo Dios que la maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo, le pesó a Dios de haber hecho al hombre, y se indignó en su corazón” (Gen 6,5-6; Sal 14,2). Esta maldad de continuo que hay que reconocer, pero desde la mirada de Dios, es decir, realizar el examen de conciencia a partir de los criterios divinos, del alma de Cristo cuando se acerca al débil, al pecador, al enfermo, al excluido, al que esta abatido, y por supuesto al que está arrepentido, pero no sólo de lo que “él cree haberse equivocado”, o tan sólo de lo que “le remuerde la conciencia”, o de lo que “siente como más grave”, sino de lo que Jesús desea para vivir en la Verdad, en la Salvación, en la libertad de los hijos de Dios (Rom 8,21). Partiendo de esta consideración pactada, algunas otras recomendaciones prácticas son: Un lugar tranquilo, la capilla del Santísimo sería excelente. La calma y la oración, junto con el silencio crea un clima propicio para realizar nuestro examen de conciencia. Repasar con sinceridad los 10 mandamientos. Romperlos es romper nuestra alianza con Dios y caer en pecado. Descubrir la actitud torcida del corazón al pecar y nos sólo enunciarlos o enumerándolos. Realizar propósitos de enmienda, y son en plural porque no solo es “ya no querer hacerlo”; sino “que si voy hacer para evitarlo”. Sabiendo que tenemos debilidades, vicios tan arraigados, que exigen atención especial. Ver la penitencia no como un castigo sino como un “remedio medicinal”, que es importantísimo cumplir al pie de la letra para alcanzar la sanación espiritual. Recordemos que la penitencia puede ser rezar oraciones, realizar acciones, o mixta. La confesión con cierta frecuencia nos permite ver nuestros avances, nuestros logros con la gracia de Dios, y reconocer una clara lucha con ciertos pecados para irlos desarraigando. Es por ejemplo como un balance trimestral, que al final del año pudimos ver 4 ocasiones qué tenemos, qué nos falta, y no solo una vez al año. La Iglesia nos marca el mínimo: “cuando menos una vez al año”, pero al ver la confesión como “sanación”, como oportunidad para recomenzar de nuevo. Queridos amigos, celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre. Recordemos aquella bella, bella Parábola del hijo que se fue de casa con el dinero de su herencia, despilfarró todo el dinero y luego, cuando ya no tenía nada, decidió regresar a casa, pero no como hijo, sino como siervo. Tanta culpa había en su corazón, y tanta vergüenza. Y la sorpresa fue que cuando comenzó a hablar y a pedir

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores perdón, el Padre no lo dejó hablar: ¡lo abrazó, lo besó e hizo una fiesta! Y yo les digo, ¿eh? ¡Cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta! Vayamos adelante por este camino. Que el Señor los bendiga. (catequésis del Papa Francisco sobre la Penitencia)

Personaje bíblico Una mirada a Nicodemo (Juan 3, 4) ¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? Que virtudes destaco de este personaje? A qué me llama?

Ejercicio vivencial Examen de conciencia Consiste en interrogarse sobre el mal cometido y el bien omitido: hacia Dios, el prójimo y nosotros mismos. En relación a Dios ¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos? ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me revelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad? En relación al prójimo ¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos? ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos? ¿Honoro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente? En relación a mí mismo ¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Cómo, bebo, fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Acto de contrición Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis pecados, y me has de llevar a la vida eterna.

Poesía En la Cruz Delante de la cruz los ojos míos quédenseme, Señor, así mirando, y sin ellos quererlo estén llorando, porque pecaron mucho y están fríos. Y estos labios que dicen mis desvíos, quédenseme, Señor, así cantando, y sin ellos quererlo estén rezando, porque pecaron mucho y son impíos. Y así con la mirada en vos prendida, y así con la palabra prisionera, como la carne a vuestra cruz asida, quédeseme, Señor, el alma entera; y así clavada en vuestra cruz mi vida, Señor, así, cuando queráis me muera. Amén.

Trabajo personal Proponer a los participantes redactar una reflexión personal sobre lo que se haya quedado en tu corazón, acción de gracias, compromiso, alabanza. Pueden llevarse esta tarea para terminarla en sus casas y pedirles que lo traigan al siguiente día, para ser colocados como ofrenda, frente al Santísimo

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Día 5 Cita bíblica: Lucas 15, 9 “Alégrense conmigo”

Momento ante el Santísimo Oración inicial Envíanos, Dios de la alegría, tu espíritu para que nos guie en este momento de oración, para que el acalle nuestros ruidos, urgencias y preocupaciones y nos permita contagiarnos con tu mensaje de amor pleno por el gozo de nacer de nuevo. Amén

Alegría compartida Aquel que experimenta la gratuita y sorprendente entrada del amor de Dios en su vida se alegra y quiere comunicar esta alegría a los demás. ¡Dios es alegre! ¿Y cuál es la alegría de Dios? La alegría de Dios es perdonar. Es la alegría de un pastor que reencuentra su oveja; la alegría de una mujer que halla su moneda; es la alegría de un padre que vuelve a acoger en casa al hijo que se había perdido, que estaba como muerto y ha vuelto a la vida, ha vuelto a casa. Esta es la alegría que nos reúne hoy, de cara a Nuestro Salvador, a la fuente de vida, al motivo de nuestro gozo. Hemos sido encontrados, regresamos a casa. Estamos revestidos por la acción salvadora de Dios que es la fuente de la más genuina alegría. “¡Alégrense conmigo!” Y de esta experiencia de la gratuidad de Dios nace el sentido de la fiesta y el deseo de celebrar y agradecer lo bueno que el Señor ha sido con nosotros. (Se pide a los asistentes que escriban un breve mensaje que exprese su alegría y gratitud por la experiencia vivida -3 minutos-) Como parte del último día de estos ejercicios, a continuación tendremos una oración de acción de gracias, volvernos a Dios y presentarle la vida. De manera breve podemos expresar, de uno por uno, el motivo de nuestra alegre gratitud personal a Dios. Y a cada expresión decimos juntos: Te damos gracias Señor

La Reconciliación, de vuelta a la vida La experiencia de la reconciliación significa volver a la vida, resucitar, renacer. Vivir en la alegría que supone el saberse amado y perdonado por Jesucristo. Y como lo dijo Pablo: Si ya han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba. Por eso que anunciamos la resurrección de Cristo cuando su luz ilumina los momentos oscuros de nuestra existencia y podemos compartirla con los otros: cuando sabemos reír con quien ríe, y llorar con quien llora; cuando caminamos junto a quien está triste y está a punto de perder la esperanza, cuando contamos nuestra experiencia de fe a quien está en la búsqueda de sentido y de felicidad

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Oración comunitaria (Se puede imprimir y dividir previamente, para distribuir entre los participantes y lo lean por turnos) Te pedimos que seas vida nueva en todas nuestras actividades, en la familia, con los amigos, en nuestra comunidad, en todas partes. Jesús resucitado: fija tu mirada en todo lo que hacemos. Ilumínanos con tu fuerza pacificadora Ayúdanos a enfrentar con paciencia y amor la pérdida de nuestras capacidades, de la salud y de nuestros seres queridos Llena de amor nuestras decisiones, que sepamos aquilatar la sabiduría que ofrece la experiencia acumulada, no como trofeo, sino como oportunidad de servicio y entrega a tu obra. Impregna de caridad nuestras palabras y nuestra capacidad de escuchar al otro Marca nuestra alegría, Señor, con la sonrisa de la generosidad Ayúdanos a buscarte y a verte en todas las situaciones que se nos presentan cada día Danos el amor para hacer presente tu resurrección entre quienes no te conocen, entre los que piden signos evidentes o espectaculares, entre aquellas personas que sufren y están abrumadas por la decepción de tener una vida difícil Enséñanos a vivir en un “silencio para Dios” en esta etapa en que nos llamas a la contemplación y la paz. Fortalece nuestra fe para que nos sostenga hasta el final de nuestros días Permítenos contemplar el largo camino recorrido con tu fiel compañía Pon luz allí donde las carencias físicas, materiales y espirituales desafían o comprometen la creencia en tu triunfo sobre la muerte Gracias por la vida que nos das cuando sales del sepulcro y recuperas la fuerza humana ¡Gracias por la fe! Envíanos, buen Dios, a predicar tu paz y los detalles de tu amor entre todas las personas que se cruzan con nosotros en nuestro recorrido por la vida

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Te lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor: Amén Amor fraterno Nuestro amor a Dios se expresa en el amor fraterno. No existe otro mandamiento mayor, dice la Palabra, y Jesús siempre unió el amor a Dios y el amor al prójimo hasta el punto que no se puede vivir el uno sin el otro. “pues quién no ama a sus hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. La originalidad de Jesús está en unir los dos mandamientos en uno solo y afirmar que éste es mayor de todos los mandamientos. Notemos cómo la palabra que conecta a los dos mandamientos y hacen de ellos uno solo es precisamente la palabra Amor (1 Juan 4, 20-21) Nuestra vida en común como grupo de hermanos mayores tiene como uno de los tres pilares fundamentales la fraternidad, entendida como el vínculo entre personas que se tratan como hermanos; la fraternidad, considerada como virtud, nos inclina a ser solidarios, respetuosos y empáticos unos con otros, es la máxima expresión de la amistad y la confianza. En torno a estos principios, nuestro grupo parroquial como toda comunidad cristiana, evangélica, de seguimiento a Jesús, estaría llamado a vivir la práctica de las actitudes que lleven a la presencia del Señor en medio de los suyos, la compasión, el ejercicio del perdón, la alegría compartida, la corrección fraterna y discreta, la generosa entrega, el consuelo amoroso, el testimonio de amor. En la cuaresma, El Maestro de la Vida nos está pidiendo con insistencia este ejercicio de amor, amar como somos amados por el Padre, amarnos unos a otros como Jesús nos ha amado. Ejercicio: De pie, dispuestos en forma circular para poder ver los rostros de todos los hermanos, nos damos unos minutos para, desde la presencia amorosa de Nuestro Señor, contemplar la máxima creación de Dios. Repaso con la mirada el rostro de cada uno de mis hermanos, me veo en ellos, ubico mi hermandad, la alegría de estar unidos en el nombre de Jesús. Tal vez tenemos muchas cosas diferentes, no nos parecemos, no hemos vivido lo mismo, nuestras emociones, reacciones, obras, no se parecen en mucho. Pero hay algo que se percibe entre todos, nos identifica nuestro origen común, somos hijos de Dios; personas maravillosas, creadas del amor y llamadas a amar. Con origen común pero nuestras trayectorias han sido diferentes, caminos distintos, andar singular. Y aquí estamos, reunidos por su voluntad y por nuestra decisión y caminamos hacia el mismo destino. Abre tu corazón y déjate traspasar por el amor divino. De manera espontánea, escuchando a tu corazón, dirígete hacia uno de tus hermanos y comparte lo que tienes en tu corazón, si hay algún rincón con tristeza, si hay algo que perdonar, o de qué pedir perdón, adelante, es el momento de dejar atrás lo que nos quita libertad. Si te nace acercarte a dos o tres hermanos, para todos hay. Dios es rico en misericordia y no se deja ganar en generosidad. Reparte más, comparte, el legado de Jesucristo en tu vida: abrazos, ternura, aceptación, perdón, comprensión, cariño.

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Te doy gracias, Señor Jesús por el regalo que nos brindaste con la práctica de estos ejercicios, tu presencia transforma mi diario quehacer, mi manera de estar en el mundo, de asumir mi realidad, de mirar a mi hermano, de donarme a los demás, de darle sentido a mi vida, esta vida que se abre a nuevos horizontes de esperanza y amor.

Personaje bíblico Una mirada a Ana (Lucas 2, 36-38) Había también allí una profetisa llamada Ana, mujer ya entrada en años, que, casa en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Que virtudes destaco de este personaje? A qué me llama?

Ejercicio vivencial Convivencia entre hermanos Se propone la realización de un compartir de alimentos y vivencias. Se solicita un día anterior que cada participante lleve algún alimento para compartir que se colocan en mesa al centro. Los asistentes se colocan en sillas en círculo en torno a la mesa, de manera que todos puedan verse las caras, levantar a tomar de los alimentos de su preferencia y compartir sus experiencias. Se propicia un ambiente de fraternidad y se solicita que cada uno vaya expresando su sentir. Hacer hincapié en ser breves para dar oportunidad a la exposición de todo el grupo. Al finalizar se despide con un abrazo fraterno entre todos los participantes.

Poesía Bendición Bendito seas, hombre o mujer, de toda lengua y nación, de cualquier era, habitante de la tierra y del tiempo.

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Dios susurra tu nombre desde la eternidad, un nombre único y distinto, cambiante con las edades, con la vida, con la historia. Ese nombre es bendición. Y es, a veces, caricia. Es llamada, es, incluso, el reproche de quien se fía de ti y sabe que puedes dar más, amar más, volar más. Bendito seas, al descubrir la hermosura única con que el primer artista trazó tus rasgos. Al encontrar en tu palabra el eco de su Voz. Al reconocer la grandeza, en la semilla plantada en ti Al romper tu coraza y abrazar el mundo. (María Olaizola)

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Horario de Actividades

Días

1, 2, 3y4

Tiempo

Actividad

15 minutos

Momento ante el Santísimo Sacramento

30 minutos

Exposición del tema

10 minutos

Personaje bíblico

15 minutos

Puesta en común

30 minutos

Ejercicio vivencial

5 minutos

Poesía

5 minutos

Trabajo personal Redactar reflexión

El día 5 las actividades se distribuye en dos bloques 45 minutos

Momento ante el Santísimo Exposición del tema Ejercicio vivencial

55 minutos

Personaje bíblico Puesta en común Poesía Compartir alimentos

5

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Ejercicios Cuaresmales para Hermanos Mayores Semana Santa 2016 / Esquema Día UNO

Día DOS

Día TRES

Dia CUATRO

Día CINCO

Cita bíblica central

Génesis 1, 31 Vio Dios que era muy bueno

Mateo 26, 41 Velen y oren porque la carne es débil

Lucas 15, 20 Salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y cubrió de besos

Proverbios 28, 13 “Ocultar sus faltas no conduce a nada, el que las reconoce y renuncia a ellas se hace perdonar”

Lucas 15, 9 Alégrense conmigo

Momento ante el Santísimo Sacramento (15 min)

1.- La Creción del hombre 2.- Jesús se internó en el desierto 3.- Llamado a la misericordia

1.- La fragilidad humana 2.- Jesús fue tentado por el demonio 3.- Resistir las tentaciones

1.- El amor del Padre 2.- La Pasión de Cristo 3.- El hermano mayor

1.- Cambio de mentalidad 2.- La muerte de Jesús en la Cruz 3.- Mirarme como me ve Dios

La alegría del amor

Desarrollo del tema 30 min

Dios me hizo MUY bueno

Perder el rumbo: El Pecado

Misericordia El rosto amoroso del Padre

Exámen de Conciencia y Perdón

Isabel

Eleazar

Padre del hijo pródigo

Nicodemo

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Convivencia (55 minutos)

Ejercicio vivencial (30 min)

Mi historia de vida

El regalo

El buscador

Exámen de conciencia

Poesía (5 min)

Espíritu de Dios en el hombre

Dieta de conversión

Yo solo, ¿qué puedo ser?

En la Cruz

Personaje bíblico: Ana Puesta en común, poesía y compartir alimentos

Trabajo personal (5 min)

Redactar reflexión

Redactar reflexión

Redactar reflexión

Redactar reflexión

Personaje bíblico (10 min) Puesta en común (15 min)

1.- Alegría compartida 2.- De vuelta a la vida 3.- Amor fraterno (45 minutos)

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