Story Transcript
El abc del carnaval de Barranquilla Vocablos, tÈrminos y definiciones para gozarse el carnaval sin parecer for∙neo, no hacer el oso y estar en la jugada *
Pepe Enciso
Este “manual de supervivencia carnavalera” no lo encontrará el lector ni en las agencias de viaje, ni en las sillas de los aviones y mucho menos en las mesas de noche de los hoteles de Barranquilla. Por eso, le sugerimos que si va para el carnaval guarde en su maleta, al lado de sus objetos personales, este número de Loft, que en buena hora decidió incluir este glosario en sus páginas para lectores nacionales y extranjeros.
De modo que, sin pretender invadir los terrenos de Lévi-Strauss, Roland Barthes y demás semiólogos, ni intentar escudriñar los laberintos de los metalenguajes, le garantizamos al visitante, portador de esta edición, un desempeño decoroso y un desenvolvimiento apropiado en medio de los dos millones
* El artículo se publicó en Loft, n° 31. Esta versión fue tomada del original del autor.
Guardando el espíritu trasgresor del carnaval no empezaremos por la letra A sino por la C, puesto que con ella no sólo se escribe carnaval, Curramba y comparsa, sino muchas de las expresiones de esta inmensa “farnofelia”. Por ejemplo, carnestoléndico, adjetivo que califica a todo lo que tenga que ver con el carnaval. También congo, una de las danzas más tradicionales del evento, de vistosa vestimenta, turbante y gafas oscuras y acompañada por disfraces de animales tales como toros, tigres y burros.
Foto de Jairo Buitrago (El Heraldo)
Elaborarlo fue fácil, puesto que a pesar de que, o gracias a que, el lenguaje costeño es dinámico y cambiante, el vocabulario del carnaval permanece incólume, inmutable e invulnerable a modas y tendencias lingüísticas.
de personas que lo rodearán los cuatro días de fiestas. *
Cumbia, ritmo por excelencia no sólo del carnaval, sino de toda Colombia. Identifica la musicalidad del colombiano en el mundo y proviene de las poblaciones ribereñas del Magdalena y sus afluentes. Cumbiamba se refiere al grupo de bailadores de cumbia, y cumbiódromo a los cinco kilómetros habilitados en
Huellas 71, 72, 73, 74 y 75. Uninorte. Barranquilla p. 173-176: 08, 12/MMIV - 04, 08, 12/MMV. ISSN 0120-2537
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la Vía 40 de Barranquilla para los dos principales desfiles de carnaval: la Batalla de Flores y la Gran Parada. Con C se escribe capuchón, el disfraz del monocuco, túnica de raso con capucha y antifaz. Tan antiguo como el carnaval. También la encontramos en coyongo, un atuendo de pajarraco de tres metros de altura y con un largo pico de madera, cuyo tableteo va marcando el ritmo de esta comparsa. Rendido este homenaje a la letra C, retomemos el orden lógico y alfabético. * Con A se escribe Arenosa, La. Junto con Curramba y Quilla uno de los apodos de la Puerta de Oro. Y también arroz de lisa, un pescado seco de río. Se sirve en hojas de bijao, en porciones de 500, 1.000 ó 2.000 pesos y se encuentra en todas las esquinas de la ciudad. Junto con el sancocho de guandú y la butifarra con bollo de yuca, son los reyes de la gastronomía carnavalera por su alto poder reconstituyente. Si el Mardi Gras de New Orleans tiene su blackened fish, el carnaval de Barranquilla tiene su arroz de lisa. * En cuanto a la B, con ella se escribe butifarra, embutido oriundo del vecino municipio de Soledad. Usted puede comprar un metro o un kilómetro de este manjar ensartado como collar y acompañarlo con bollo de yuca.
Batalla de flores, también con B, es el desfile más importante del carnaval. Se realiza el sábado y congrega carrozas, comparsas, danzas y disfraces en el más multitudinario evento de este país y cualquier otro. * La Ch da inicio a chévere, vocablo que a estas alturas y dada su popularidad en todo el Caribe y el mundo, no necesita explicación; en cambio, chandé sí es bueno que el visitante sepa que se trata de un ritmo ribereño que invade todos los ámbitos carnavaleros puesto que Te olvidé, el himno del carnaval, lo mismo que el Garabato, se enmarcan en este género. 174
Foto de Fernando Mercado
* Con D escribimos disfraz, para referirnos al atuendo que religiosamente se usa en carnaval, y danza, grupo de parejas con disfraz y argumento común. Las hay de tradición, como la del garabato y la del congo, o de relación como las del caimán y los coyongos. * La letra E la encontramos en expresiones como ¡eche!, muletilla multiuso con la cual el barranquillero da comienzo a todas sus frases, por ejemplo: “Eche, pásame el ron”, y ‘erda, apócope y eufemismo de otra palabreja menos santa, usada en frases tales como: “’erda, qué tronco de disfraz”. Ni se le ocurra pronunciar el “usté” cundiboyacense, el “ala” bogotano, ni mucho menos el “eh, ave María” paisa. * La F da inicio a fanfarria, que es una comparsa de fantasía de lujoso vestuario y espectacular coreografía, y farotas, una danza que hace referencia a los indios farotos, quienes se disfrazaron de mujeres para engañar a los lascivos españoles y darles muerte. También con F, escribimos fandango, una interminable rueda de bailadores de porro. * La letra G encabeza guacherna, ese kilométrico desfile nocturno creado por Esthercita Forero y que congrega, el penúltimo viernes de pre-carnaval, a
todos los actores y expresiones de dicha fiesta alumbrados por faroles. Se originó en el Barrio Abajo. La gaita, ese largo instrumento de viento extraído del cardón y con boquilla de pluma de pavo, que se hace acompañar de tambora y maracas para entonar cumbias, y de indudable ascendencia indígena, también se escribe con esta letra; lo mismo que gran parada, nombre que define el desfile del domingo de carnaval en el cumbiódromo y que es el de mayor riqueza cultural de las festividades de Momo. No podemos olvidar güepa, ese grito que emiten los bailadores de cumbia en pleno éxtasis y que se pronuncia con una interminable e: ¡Güeeeeeeeeeeeeeeeeeeepa! Una variante de este término es güepa je. Aquí incluímos garabato, que se refiere no sólo a la danza del mismo nombre que escenifica el triunfo de la vida sobre la muerte, sino también el bastón que portan sus danzantes y que da nombre a la danza. Por último, encontramos güandú, sopa de, que es un potaje, verdadero “levantamuerto”, a base de un fríjol parecido a la lenteja, yuca, plátano y carne salada (el coco rayado es opcional), y que junto con el arroz de lisa y la butifarra constituye el menú carnavalero. Le recomendamos no buscar ni bandeja paisa ni ajiaco santafereño. * Con J se escribe, nada más y nada menos, Joselito, ese personaje que resucita cada sábado de carnaval, se rumbea los cuatro días y muere el martes. Su entierro, en medio de viudas, amantes, hijos y plañideras señala el fin de las fiestas y el verdadero comienzo del año para los barranquilleros con la seguridad de que, 365 días más adelante, Joselito resucitará. * Las letanías, hablando de la letra L, son grupos tradicionales que entonan versos acerca de la actualidad local, nacional e internacional. No dejan títere con cabeza y, si usted es famoso, resígnese a ser incluido en el repertorio. Los más conocidos son Los Lenguamocha y Los Turpiales de Tubará. De estos últimos son los siguientes versos, como muestra de su lírica:
Rezo Ahora mismo Wiston Valle tras un traguito de whisky les contará con detalle lo que es Mónica Lewinski. Coro Cuando toca el instrumento ella se infla de la dicha, pero pasado el momento entonces vuelve y se espicha. * El vocablo más importante escrito con M es, sin duda, Momo, el verdadero rey del carnaval, monarca de la burla, el sarcasmo y la ironía, representado a la manera de bufón y que con los años se ha hecho acreedor a su propio desfile en la calle 17. En cada carnaval, su nombramiento recae en algún personaje con larga trayectoria en el campo del folclor y la cultura popular. También con esta letra se escribe morrocotudo, adjetivo sinónimo de jacarandoso y guapachoso que se aplica generalmente a los bailes y fiestas de carnaval. Ni hablar de la palabra millo. Con ella se designa una flauta de origen indígena, fabricada con rama de corozo y que, junto a la tambora, el tambor alegre, el llamador y el guache, constituye el grupo musical por excelencia del folclor costeño. ¿Cómo omitir marimonda? Uno de los disfraces más tradicionales y representativos de la recocha y la mamadera de gallo carnestoléndica. Su atuendo original consistía en los harapos más raídos del baúl currambero, una máscara con grandes orejas y obscena nariz, y un pito de caucho llamado pea-pea. Su presencia en fiestas y desfiles es sinónimo de desorden e irreverencia. ¿Y qué decir del monocuco? Vestido de capuchón y colega de la marimonda en el arte del disturbio y el desorden, este personaje del carnaval posee el más rancio abolengo en el reino de Momo por su tradición y permanencia en el imaginario de sus fiestas. * Con P escribimos porro. No, queridos visitantes ibéricos, no se hagan ilusiones. Si usted pide un “porro” en carnaval no obtendrá uno de esos “cilíndricos cigarrillos rellenos de uno de nuestros pro175
Unesco a las fiestas de Momo por su invaluable acervo cultural, la riqueza de sus expresiones y el valor de sus tradiciones. * La R, de ron, da comienzo a relación, danza de. Con este término se designan las danzas con argumento que se relata durante su ejecución. Al momento de su interpretación son estacionarias y, entre otras, encontramos la del Caimán, la de los Goleros y el Paloteo. Y por supuesto, también escribimos reina del carnaval y rey Momo, monarcas indiscutibles, autoridades máximas de las festividades por encima del alcalde, gobernador, concejo y asamblea, y ante quienes barranquilleros, costeños y colombianos se someten como súbditos incondicionales en el Estado carnestoléndico. * Marimonda, acuarela de Roberto Angulo.
ductos nacionales”, recibirá más bien un cadencioso ritmo procedente de las sabanas del Sinú e interpretado por bandas de viento y percusión. Con P también se inicia pea-pea, ese fastidioso pito de caucho y sonido flatulento usado por las marimondas en su constante irreverencia. Y Peñalosa, Antonio María, leyenda musical viviente, autor de Te olvidé, el himno indiscutible del carnaval y cuya frecuencia interpretativa en estas épocas desbanca al mismísimo happy birthday del primer puesto. El maestro Peñalosa, músico exquisito e integral, es una de las grandes glorias del pentagrama colombiano. No olvidemos pajarito, que no es un ave sino un ritmo, como la cumbia, el chandé y el porro, procedente de playones y favorito de grandes juglares costeños, como Petrona y Totó. Y por último patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, merecidísimo título otorgado por la
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Te olvidé, hablando de la T, es tal vez, como lo mencionamos antes, el número 1 del hit parade por estas épocas. Himno del carnaval en ritmo de chandé y compuesto por Antonio María Peñaloza hace medio siglo. Con innumerables versiones, se destacan las de Bienvenido Granda con la orquesta de René Touzet, la de Los Blanco de Venezuela, y muchas más. No menos importante, con T se escribe Torito, danza del; junto con la danza del Congo, nació con el carnaval y es sinónimo de él. * Por fin, llegamos a la Z, y encontramos que con ésta se escribe zafarrancho, sinónimo de desorden, recocha, relajo, pleque pleque, y coje coje. Si el lector ha llegado hasta aquí, se ha graduado con honores. Es acreedor al summa cum laude y a un honoris causa en el carnaval de Barranquilla, y sólo necesita de los cuatro días de internado que La Arenosa, Curramba o Quilla le brindan en el mes de febrero. Las matrículas están abiertas.