EL AMOR ES ÉXTASIS FICHA TÉCNICA. Director y Guionista: Lance Young

EL AMOR ES ÉXTASIS FICHA TÉCNICA Director y Guionista: Lance Young Intérpretes: Craig Sheffer, Sheryl Lee, Terence Stamp, Casey Siemaszko, Spalding G

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EL AMOR ES ÉXTASIS FICHA TÉCNICA

Director y Guionista: Lance Young Intérpretes: Craig Sheffer, Sheryl Lee, Terence Stamp, Casey Siemaszko, Spalding Gray, Pamela Perry, Blu Mankuma, Leigh Taylor-Young, Lois Chiles. Música: Jan A.P. Kaczmarek Fotografía: Mike Molloy Año 1997 EEUU

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COMENTARIO Originalmente “Bliss”, felicidad o éxtasis, es una película que da lugar a varias clasificaciones según la interpretación que cada uno le quiera dar: puede ser una obra didáctica sobre el sexo, o un producto pseudo-erótico, pero lo que no se le puede discutir es que es una obra valiente en su contenido y forma, dice lo que ninguna otra se ha atrevido a contar, tiene planteamientos arriesgados y rompedores, una puesta en escena bellísima y sobre todo, es una película transformadora que no deja indiferente. Su mirada, increíblemente sincera sobre la vida íntima y emocional de las personas, responde al ámbito de lo transcendente. “El amor es éxtasis” quiere ir más allá de lo convencional, del mundo limitado en el que nos movemos a diario, para explorar y descubrir sensaciones, emociones y sentimientos que elevan nuestra condición humana y la hacen pertenecer al plano donde el amor se convierte en éxtasis. Del director Lance Young, apenas hay datos sobre su filmografía; tiene dos hermanas actrices, una de ellas, Leigh Taylor-Young, interviene en el film con un pequeño papel (Eva la bibliotecaria). La música, que parece fluir de las escenas como si fuera un río, es de Jan Kaczmarek, nacido en Polonia en 1935. Emigró a Norteamérica para trabajar en producciones teatrales cosechando grandes éxitos igual que en el cine, como el Oscar recibido por “Finding Neverland” en el 2004. Los actores principales son: Craig Sheffer nacido en Pensilvania en 1960. Actualmente está haciendo la serie de televisión “One Tree Hill”. Sheryl Lee, actriz estadounidense de origen alemán, 1967, mundialmente conocida por haber interpretado el papel de Laura Palmer en la exitosa serie de TV “Twin Peaks”. Terence Stamp, nació en 1939 en Stepney Londres. Debutó en el cine en los años sesenta. Consiguió fama internacional por interpretar a Billy Budd en “La fragata infernal” en 1962, dirigida por Peter Ustinov; fue nominado al Oscar como mejor actor secundario. En 1965 se hace con el papel protagonista en la película de Willian Wyler “El coleccionista”, y elabora un inquietante personaje, Frederick Clegg, que lo convirtió en una de las estrellas masculinas más importantes de esa década, fue galardonado en el Festival de Cannes. “El amor es éxtasis” recibió el mismo año de su estreno el galardón: “Premios Golden Spire en San Francisco International Film Festival 1997”. Joseph y María son una pareja a punto de casarse. Ese día, camino de la Iglesia, Joseph admite nervioso a su amigo y padrino, que su futura esposa no es como las demás, que es compulsiva, neurótica, duerme con un matamoscas y que tiene tendencias suicidas, pero que la ama. Ella también parece tener dudas y malestar. El sacerdote une sus manos y pronuncia unas vaticinadoras palabras: “…os exijo a ambos, pues tendréis que responder en el día del juicio final, cuando los secretos de todos los corazones sean revelados…”

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Seis meses después ambos están sentados en la consulta de un terapeuta de parejas, Alfred, y aunque siguen enamorados, los problemas de comunicación son evidentes y cada uno expone lo que le disgusta del otro. Es así como Joseph se entera que su mujer finge los orgasmos, se da cuenta de que en realidad no conoce a María y que entre ellos existen secretos. Desconcertado le pide una explicación al doctor sobre el comportamiento de su esposa, y éste le dice que María ha sido muy valiente exponiendo lo que le pasa y que corre un riesgo al decirlo. Ellos siguen haciendo el amor, y ella comenta que aunque no pueda alcanzar el orgasmo, disfruta en la cama con él. Joseph está cada día más cabizbajo y no disfruta con las bromas de sus compañeros de trabajo. Un día, visitando una de las construcciones que está edificando, descubre a los operarios distrayéndose con un telescopio que han instalado en la obra para espiar la vida de otras casas, sobre todo de una adonde acuden mujeres a practicar sexo con un hombre. Pero él no quiere participar de esa distracción y sigue con su trabajo pensando en los problemas que tiene en su vida conyugal. Uno de los juegos favoritos de Joseph y María es “Si me quisieras”, que consiste en decirse lo que les gustaría que el otro hiciese: “si me quisieras en nuestro segundo aniversario me llevarías a Paris” dice ella, “si me quisieras no faltarías a las citas con Alfred” dice él, mientras se cortejan e interpretan una danza de seducción con los ojos. Las sesiones de pareja son cada vez más difíciles, Joseph les recrimina a los dos, a su mujer y al terapeuta, que siempre se centran en él y en las cosas que hace mal. Ella acaba llorando y yéndose de la consulta con lo que Albert aprovecha para preguntarle, “¿qué es lo que quieres?” A lo que él responde: “Un matrimonio feliz y una esposa que me apoye”. Y Albert le contesta: “ella está dando la cara y es maravilloso, pero en lo que respecta a ti, Joseph, aún es muy frágil. Estas confrontaciones son destructivas”. Uno de los días que va a visitar la obra y no hay nadie, no puede resistir la tentación de mirar por el telescopio a la casa de citas. Su sorpresa y estupor es enorme cuando ve a su mujer entrando por el portal con sigilo. Decide ir a la casa y en la puerta hay una placa que dice: Dr. Baltazar Vincenza, la puerta está abierta y decide entrar, es una casa amplia, luminosa y mientras camina por el largo pasillo oye gemidos, llega a un salón y se queda absorto sentado en una silla escuchando el gimoteo placentero de María que le es tan conocido. Joseph, totalmente devastado, acaba tirado en el suelo de la obra con una botella vacía recibiendo al nuevo día, mientras unas campanas suenan a lo lejos. Cuando se recupera se presenta en casa de Alfred y le exige que le diga si conoce a ese tal doctor. Éste le responde con nerviosismo que lo único que sabe de él es que, se trata de un sexólogo que ejerce al límite de la ley, que intentaron cerrarle la consulta pero que nadie declarará en su contra. Joseph sigue preguntándole con dolor: -Joseph: ¿Por qué hace esto? -Alfred: Lo único que puedo decirte es que María muestra la mayoría de los síntomas de lo que llamamos personalidad inestable. No tiene una identidad real, tiene que recurrir al exterior en busca de seguridad, consuelo y amor. No puede

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encontrar sustento en su interior, de ahí su personalidad exaltada, su obsesión con las moscas, necesidad de tener el control a cualquier precio. La mayoría de los afectados son incurables, necesitan ser rehabilitados por completo. La convivencia del matrimonio se hace complicada, él le dice a ella que es una farsante y María se obsesiona con la limpieza. Joseph en un arranque de ira se dirige a casa del Dr. Baltazar y éste parece estar esperándole, le invita a pasar, pero Joseph lo insulta diciéndole que allí se hacen prácticas pervertidas del sexo y que lo va a denunciar. El doctor mantiene la calma, existe una gran armonía en su forma de vestir, en la luz que entra por los enormes ventanales y en los objetos de la espaciosa casa. Le ofrece una taza de té que Joseph rechaza diciéndole: -Joseph: Aléjese de mi esposa es una enferma. -Baltazar: Estoy de acuerdo. Joseph tira con rabia los objetos que Baltazar tiene encima de la mesa. -Baltazar: No entiendes nada, amigo mío. Soy psicólogo, todo lo que hago es por algún motivo. Representar su fantasía de abuso permite a María superar la culpabilidad y la ansiedad que le crea una relación íntima. Si no expresamos estas fantasías gobiernan nuestras vidas insidiosamente. Cuando ella deje de pedir el abuso su necesidad de él se habrá ido. -Joseph: ¡Qué locura! Estoy aquí sentado con un sexólogo que se folla a mi mujer. -Baltazar: María lleva siete años de terapia con tres psicólogos, llegados a este punto, ¿qué crees que funcionará? No existe una cura psicoanalista, la mente no puede cambiar a la mente, el cambio real no es un proceso mental. El sexo consciente que logra la felicidad es el mejor remedio que existe. El sexo consciente física y emociotalmente integrado es una forma de curar a un ser humano. El éxtasis cura lo inconsciente. Una mujer también puede curar a un hombre. Y Baltazar termina diciendo: No soy el enemigo.

Un día Joseph regresa a casa después de un día de trabajo y se encuentra a su esposa limpiando compulsivamente, ha levantado toda la casa y cuando lo ve, le pide que también se ponga a limpiar porque los han invadido las moscas y están poniendo huevos por todas partes. Entristecido y sin recursos, Joseph vuelve a visitar a Baltazar sin saber muy bien por qué. Éste a pesar de que son las seis de la mañana lo recibe con amabilidad y lo invita a desayunar. Cuidadosamente le prepara un mango cortado a trocitos con una dedicación y una precisión encomiable.

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-Joseph: Quiero que me enseñe lo que sabe. Quiero curar a mi mujer. -Baltazar: ¿Tocas algún instrumento musical? –el médico es un virtuoso del violín. -Joseph: No. -Baltazar: ¿Crees que serías capas de dejar a un lado tu rabia y escucharme? Te ayudo a ti, María debe seguir su camino. Te voy a enseñar el arte de amar. -Joseph: Pero usted tiene que prometerme que nunca volverá a ver a María. -Baltazar: ¡Ah!, ¡es por eso por lo que has venido! Dudo que no sientas rabia, pero podemos aprovecharla. De acuerdo, mientras te enseño el arte de amar no sería correcto que yo viese a María. Se estrechan la mano en un pacto de caballeros donde cada uno ha puesto sus condiciones y al despedirse, el doctor le pregunta: -¿De veras quieres tanto a María? Joseph no contesta pero su mirada lo dice todo. El médico sonriéndole con complicidad dice: -Lo siento por ti. Al día siguiente Joseph acude como paciente a la casa de Baltazar y éste le hace una encuesta para ir conociéndolo, le pide que le describa cómo y cúando le hace el amor a una mujer. Joseph con cierto nerviosismo describe sus escenas de sexo con María. Baltazar a cada respuesta de él le contesta con una pregunta: -¿Cómo se siente ella? La mayoría de las veces, Joseph se encuentra respondiendo con un… “no sé cómo se siente ella”. -Baltazar: ¿Te haces el amor a ti mismo? ¿Te masturbas? -Joseph: No, no. Si tengo una relación no suelo hacerlo. -Baltazar: Eso tendrá que cambiar. ¿Cómo puedes hacerle el amor a alguien, sino te lo puedes hacer a ti mismo? No quiero que le hagas el amor a María hasta que yo te lo diga. Quiero que la abraces, que le hables en la cama de cosas íntimas, de tus sentimientos más íntimos. Cuando durmáis abrázala por la espalda, a esto lo llamamos “la posición de incubación”.

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El director, Lance Young, para presentar el aprendizaje de Joseph, crea una atmósfera de escenas superpuestas. Por un lado las conversaciones de los dos hombres en casa de Baltazar y a éste tocando el violín, y por otro lado las escenas de amor de Joseph y María, que muestran como éste se va contagiando de la filosofía del sexólogo ante el hecho amatorio. Algunas de las sesiones de terapia transcurren en una habitación amplia, con un gran espejo con soporte y recortes pegados en la pared que dicen: “Only here and now can we truly love” (Solamente aquí y ahora podemos amar de verdad); “You are not your body” (Tú no eres tu cuerpo); “Sex does not equal orgasm” (Sexo no es equivalente a orgasmo), alternándose con algunos dibujos de chakras. Un día Joseph, cumpliendo lo que le dicen, entra en la habitación y se queda en calzoncillos. Baltazar aparece también en calzoncillos y le espeta: -mírate al espejo y dime que ves, háblame de tu cuerpo. Él cohibido le dice lo que no le gusta, que está delgado, que sus piernas son delgadas, pero Baltazar agrega: -parece como si tu cuerpo no te gustara, yo lo encuentro delgado y fuerte, y mientras lo mira sentencia: -aquél que no acepta plenamente su cuerpo nunca podrá sentir el éxtasis y no puede hacer que otra persona lo sienta. Concluye diciéndole mientras lo mira a los ojos: -¿Qué piensas sobre tu pene? Y Joseph le devuelve una mirada orgullosa: -La verdad es que me gusta, es grande y poderoso. Y Baltazar le dice sonriendo: -Bien, eso es lo que quiero que sientas. Más adelante te enseñaré unos ejercicios para aumentar su tamaño, será bueno para ti y para María. Ahora cada noche antes de dormir quiero que practiques lo que yo llamo “la caricia de la felicidad”. Casi sin tocar a María acaricia su cuerpo con ternura de pies a cabeza con la mano. Estamos sensibilizando su cuerpo, despertando su respuesta estática. Luego que te acaricie ella. Imagina la energía vital fluyendo por sus manos. Siente la electricidad.

En la siguiente escena, continuando con el juego entrelazado que propone el director, una hermosa luz gris y violácea desciende sobre el rostro de Joseph y María, sus manos acariciándose recorren la piel; ombligo, pechos, pezones,

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boca, muslos, espalda; un paraíso de sensaciones y emociones atraviesa el dormitorio y lo envuelve en placer. María sigue yendo a la consulta de Baltazar, y un día le plantea angustiada que le prometió a su marido que no volvería a verlo, la respuesta de éste es invitarla a bailar. Los dos comienzan a danzar por la enorme sala y ella traza elegantes giros envuelta en los brazos del doctor. Acaba rendida y satisfecha: -Baltazar: ¿Te ha gustado? -María: Sí. -Baltazar: A mí también me gustó mucho. Si te ha gustado el baile… -María: …entonces el baile es suficiente. -Baltazar: Te lo prometo. El doctor utiliza toda su creatividad para sanar a sus pacientes. En este caso, el baile como goce y disfrute para que María despierte al mundo de los placeres, al paladeo y la sensibilidad de algo tan hermoso como el baile, sentir el cuerpo vibrar y estremecerse al ritmo de una melodía. También Joseph sigue yendo a terapia. En esta ocasión el doctor le ofrece unos puros; sigue la misma técnica que con su mujer, abrir los sentidos y disfrutar sin prejuicios de lo bueno que la vida nos pone a nuestro alrededor: -Baltazar: Fuma un cigarro, son muy suaves. -Joseph: No, no. -Baltazar: Venga fúmatelo –y mientras Joseph aprende a encender un puro, el doctor continua hablando-, la mayoría de los hombres temen el poder de las mujeres. Una mujer sexualmente consciente es uno de los seres más poderosos de este planeta. Entramos en una nueva Era, será el resurgir del divino espíritu femenino. Debemos honrar ese espíritu en nosotros mismos y en los demás. La finalidad del sexo no es el orgasmo Joseph, sino el éxtasis. La satisfacción de María te dará el éxtasis. Hay nueve niveles o movimientos en el orgasmo femenino.La mayoría de los amantes solo pueden alcanzar el cuarto nivel, pero es solo el umbral; entre los movimientos cinco y nueve es donde se produce la auténtica curación. Para alcanzar estos movimientos tienes que practicar con diligencia los ejercicios que te dé. Uno de los propósitos es hacer del orgasmo y la eyaculación un acto voluntario. -Joseph: Pensaba que era lo mismo. -Baltazar: Como mucha gente. El orgasmo y la eyaculación están goberdos por distintos mecanismos neurológicos, debes aprender a separar y controlar cada uno a voluntad. La única forma de satisfacer a una mujer y a ti mismo es manteniendo el control completo sobre tus eyaculaciones, luego dejarás de guiarte por tu pene. Esto repercute enormemente sobre todos los aspectos de la vida, ¿no crees? -Joseph: ¿Está diciendo que no debo correrme nunca? -Baltazar: Cuando lo decidas, así no derrochas tu fuerza vital. ¿No te sientes cansado después de hacer el amor? Yo te enseñaré a inyacular para que puedas tener muchos orgasmos sin perder tu energía. Sí, os enseñaré a ti a María a gozar de un placer más grande de lo que podáis imaginar.

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Comienza el ejercicio físico para Joseph supervisado por Baltazar. Ejercicios de natación para comprobar su resistencia y fortaleza. Ejercitarse en la postura invertida o “colgarse de los pies”, lo que le aportará un mayor control sobre su carácter y donde la energía seminal se transmuta y se almacena en el cerebro. En esta escena Baltazar y Joseph realizan pranayama (respiración alterna) que fortalece pulmones y sistema respiratorio.

Cada día, Joseph es consciente del gran cambio que se está operando en él y como éste influye en todos los aspectos de su vida. Aún así quiere avanzar más rápido pero Baltazar le contesta que se concentre en su propia energía sexual y que no la malgaste en fantasías. Una tarde, el médico deja solo a Joseph en la casa practicando mientras él va a la biblioteca. Y éste aprovecha para mirar la ficha de María en los archivos de la estantería y lee: “…es un misterio su disfunción sexual o trauma infantil y vive en una paranoia reprimida. María necesita tiempo, está en la oscuridad que precede a la autorrealización”. Ésta información deja aún más perplejo a Joseph. Mientras tanto el doctor está pidiendo un libro a una bella bibliotecaria Eva con la que parece simpatizar, ella le da toda clase de explicaciones: -Aquí tienes, “Las pruebas de la diosa oscura”, primera edición en 1908 y última edición en 1932. Baltazar contesta sonriéndole seductoramente: -nunca me has defraudado Eva.

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Prosiguen con los entrenamientos: -Quiero que hagas los ejercicios tres veces al día, concentra la energía en el chackra del corazón y luego progresa hasta el tercer ojo. Mientras tanto María acude a la consulta de Alfred y le cuenta entre incrédula y contenta que su marido, el “superconstructor” le habla de chackras y lee libros sobre hinduismo. Por las noches dialogan en la cama y se observan mientras se masturban. De nuevo en casa de Baltazar, éste le enseña a Joseph otra técnica: -Empieza por utilizar el dedo anular, introdúcelo con cuidado y dóblalo de forma que la yema del dedo esté tocando el cielo del yoni, introdúcelo cuanto puedas, luego deslízalo hacia fuera hasta que lo sientas. -¿Cómo lo sabré? -Seguramente te lo dirá ella. Si tu no lo sientes ella lo hará. Cuando encuentres el punto sagrado no dejes de mirar a María a los ojos. Las primeras veces que se toca el punto sagrado puede dar miedo, puede causar dolor, sigue acariciándola, la sensación cambiará. Ahora utiliza el pulgar para acariciar con cuidado el punto de placer y los labios, hazlo durante treinta segundos más o menos y luego retira los dedos despacio, pero estréchala entre tus brazos. Estás asumiendo el papel de curador en este acto Joseph. Todo el abuso que ha sufrido y sus heridas psíquicas residen en este punto sagrado, se necesita tiempo para liberarlas. Joseph practica esa noche todo lo que el doctor le ha enseñado y María gime de placer mientras ambos se dicen “te quiero”. Ella acaba llorando en los brazos de su marido. María, mucho más relajada, descubre que Joseph está visitando a su sexólogo y esto la satisface. Mientras tanto él va adquiriendo fortaleza física y mental y el placer de sentirse en armonía consigo mismo.

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La próxima meta será que Joseph haga el amor con María, pero con el corazón y nada más: -mantén los ojos abiertos, muévete extremadamente despacio y lo más importante, con amor y adoración. No te preocupes por el orgasmo, María tardará tiempo en alcanzarlo, a ti te lo prohibo. Joseph se va a casa feliz y corteja a María, le dice que cada vez aprende más de ella y le propone hacer el amor, ella acepta con una condición, hacerlo a su manera. Lo ata de pies y manos, le besa los dedos de los pies, él está incómodo y excitado, no tiene ningún control, ella se pone encima y utiliza un lenguaje malsonante. Joseph en medio de tanta confusión eyacula y siente que todo lo que ha aprendido hasta ahora no le ha servido de nada. Queda con Baltazar en una sauna para comentarle lo ocurrido: -Baltazar: Supongo que nos ha sorprendido. -Joseph: Sí, me sentí…asustado. -Baltazar: La ira de una mujer puede dar miedo, la mayoría siente que no tiene derecho a expresarla. Quizá debemos animar a María a que se desahogue más a menudo. La rabia contenida nos bloquea, nos ahoga, ¿estás seguro que fue la rabia de María lo que te asustó? -Joseph: ¿A qué te refieres? -Baltazar: ¿Cómo te sentiste cuando te folló? -Joseph: Fuera de control. -Baltazar: ¿Qué sentiste? -Joseph: Miedo. Baltazar sigue despertando el alma de Joseph, ésta vez a través del violín, y mientras la melodía se va desgranando se escucha de fondo la voz del doctor: -presta atención, déjame entrar en tu subconsciente (Joseph cierra los ojos y se imagina lo que más tarde sucederá cuando haga el amor con María)…ahora los movimientos del cinco al nueve, sostenle el cuello con la mano, exactamente en la cuarta y quinta vértebra cervical, comienza a “afinarla” y sóplale en el cuello entre las manos; la energía sigue a la consciencia. Y es en ese momento, cuando los abusos que cometieron contra ella en su niñez aparecen nítidos en la mente de María. Comienza a faltarle la respiración y sufre un colapso. Joseph asustado la lleva a urgencias y pide ayuda a los dos terapeutas, Alfred y Baltazar. El médico de Urgencias dice que la garganta de María estaba obstruida cuando la llevaron debido a la inflamación y le pregunta, -¿Le ha ocurrido algo en el pasado? Joseph lo niega, -¿qué hacían? Contesta: -hacíamos el amor, ella comenzó a llorar y a asfixiarse. Baltazar comprende que por fin han llegado a conectar con el verdadero problema de María y comenta: -tuvo un recuerdo corporal, ella sufrió algún tipo de abuso sexual en su infancia, muestra casi todos los síntomas externos pero está encerrado en su subconsciente. Ahora puede emprender el camino hacia la recuperación. Cuando regresan a casa María llora desconsoladamente y no quiere que Joseph la toque ni siquiera para consolarla. Comienza a ir a terapia de grupo de mujeres sometidas a abusos en la infancia. Joseph intenta permanecer a su lado pero María le pide que se vaya de la casa, quiere estar sola.

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Joseph enfadado va a ver a Baltazar y le echa en cara su estilo de terapia, a lo que el doctor le contesta: -Baltazar: Lo que tiene que ver contigo, tiene que ver contigo. -Joseph: ¿Qué significa eso? -Baltazar: Te casaste con una mujer herida, ¿alguna vez te has parado a pensar por qué? ¿por qué soportas tantas cosas cuando recibes tan poco a cambio? -Joseph: Porque estoy enamorado de ella, ¿vale? Y porque creía en ti y creía que podíamos ayudarla. -Baltazar: Nuestra relación nunca ha tenido nada que ver con María, nunca. Tu no amas a María, Joseph. Quieres moldearla, quieres hacer de ella algo para Joseph, y lo único que has demostrado es que estás dispuesto a hacer lo que sea para conseguirlo. -Joseph: ¡Qué sabes tú del amor! (gritando) El amor es estar a su lado cuando te odia a muerte, es estar a su lado cuando sufre. ¿Has estado con alguna mujer más de una hora? El doctor le habla mientras le señala la estantería a rebosar de fichas de sus pacientes, de los sufrimientos de las mujeres que han pasado por su consulta, de cómo permanece a su lado en sus amarguras y las comprende: -están desesperadas por vender lo que los hombres compran, desesperadas por ser lo que no son, por ser amadas, como María. ¿alguna vez has pensado que quizá tu obsesión por María sea una distracción para no pensar en el miedo que tienes a ser abandonado, en tu propio vacío, en tu propia vida?, ¿Quieres ser un curador? Cúrate a ti mismo La gran transformación de Joseph se ha producido, la conciencia inunda todos sus actos, ni siquiera soporta las bromas que sobre las mujeres hacen los hombres de su entorno y se distancia. Transcurre el tiempo, vive en un apartamento y no deja ni un solo momento de acordarse de su mujer, de sus caricias, de sus momentos más íntimos. Un día recibe la llamada de la doctora del grupo a donde acude María pidiéndole si quiere participar en una de las sesiones y contesta que sí. Con lágrimas en los ojos escucha de labios de su mujer toda el abuso y su tragedia, y por qué lo apartó de su lado. La doctora termina diciendo que no puede asegurarles nada, pero ellos saben que su camino es de no retorno, que están juntos para seguir superando todos los avatares que se presenten porque el Miedo ha dado paso al Amor. Joseph y María lloran juntos. Baltazar y Joseph se han convertido en amigos y éste le sigue visitando para contarle los progresos de su mujer: -Baltazar: María tiene coraje, otra gente haría todo lo contrario vivir como victimas. -Joseph: ¿Cómo se puede superar?

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-Baltazar: Hay que mirarlo a los ojos y arriesgarse a dejar que alguien te ame, María ha hecho eso. Una tarde María y Joseph se citan en un parque y juegan a su distracción favorita: -María: ¿Jugamos a si me quieres? Si me quieres entenderás que necesitaba tiempo para separarte a ti, de mi abuso. -Joseph: Si me quieres, déjame volver. Y los dos se miran con devoción. Joseph acude un día a casa de Baltazar y lo encuentra con una chica, Eva. Se da cuenta del enamoramiento de su amigo, se fuma un habano con seguridad enfrente de él y le dice sonriendo: -Lo siento por ti.

Suena el violín, es de noche, llueve, y sus mundos están en paz

Ésta es una hermosa película de cómo trascender y curarse con amor y sexo consciente, del compromiso con nosotros mismos, de lo que queremos hacer con nuestras vidas, si apostamos o no por ponerla al servicio del otro. Es un tipo de conocimiento reservado para todas las personas que se arriesgan a dar el salto a entender los mecanismos del cuerpo y del alma, cómo a través de uno se accede al otro, de la evolución hacia caminos poco transitados pero verdaderos. Y siempre practicando el amor, mucho amor.

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Libros de interés: “El viaje heroico de la mujer” (etapas y claves del proceso femenino) y “La hija del héroe” de Maureen Murdock; “El despertar de la mujer consciente” de Mary Elizabeth Marlow; “Las diosas de cada mujer” de Jean Shinoda Bolen. “Secretos taoistas del amor: cultivando la energía sexual masculina. También existe otro sobre la femenina y la pareja: de Mantak Chia y Winn, Michael. “Secretos Sexuales”: La Alquimia Del Extasis = Sexual Secrets, de Nik Douglas, Penny Slinger

NOTA Las imágenes de este texto están extraídas de Internet y son propiedad de: -www.p2platinos.com -huelvasurlibre.blogspot.com -www.elcanaldelamor.com -luis-lczal.blog.com.es -antoncastro.blogia.com -arqueometro.info -tuytuscuentos.blogspot.com -jesusbrel.blogspot.com -sisolomusica.blog.com.es

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