El Caballo de competición y el Dopaje

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20" Jornadas 171-175,2006 -

El Caballo de competición y el Dopaje

Medicina deportiva y veterinaria Hombres y animales han convivido durante mucho tiempo sin establecer otras relaciones más estrechas que aquellas que tienen lugar entre una presa y un depredador. Otras relaciones, aún más íntimas, han sido las contemplativas, durante las que el hombre ha aprendido a gozar del canto de los pájaros o de la impresión visual estética de muchos animales. Esta situación cambia radicalmente cuando se "inventa" la domesticación y el animal, en una primera fase, se vuelve manso y adiestrable, para venir a transformarse después en ayuda para cazar, para la protección del rebaño y de la casa, o ser usado como medio de transporte, como productor de mercancía alimentaria o o de lana y pieles preciosas. Recientemente el hombre se ha liberado de gran parte del trabajo fisico y ha conquistado un, cada vez mayor, tiempo libre en el que ejerce muchas actividades, en un tiempo laborables (incluso el ejercicio de las armas era un trabajo), y ahora juego y divertimento. En esta transformación, el hombre ha implicado frecuentemente a los animales; en numerosas actividades deportivas hombres y animales participan conjuntamente, en donde muchas veces es dificil diferenciar cuál de los "dos deportistas" ha contribuido en mayor medida al alcance de un resultado determinado. No faltan casos en que los animales ejercen una actividad atlética de modo muy independiente del hombre; bastará citar el ejemplo de las palomas usadas en competiciones de regreso al palomar. El animal deportista es, hoy en día, una realidad. Como justamente ha hecho observar Marusi, en su reciente libro "El Animal Atleta", éste, en el deporte, no es ya un simple objeto, sino que, a la par que el hombre, manifiesta una personalidad y un comportamiento propios (con una patología atlética característica), que con el adiestramiento lleva a equilibrarse y fundirse con las dominantes del hombre. Cabe preguntar, desde la perspectiva del animal, si es justo hablar solo de "atleta" refiriéndose al hombre y no mencionar a los "animales deportistas", con una medicina veterinaria deportiva, una patología y una clínica específica del deporte, etc. Puede parecer ésta una simple cuestión semántica estéril, pero es fácil advertir que detrás del uso de las palabras existe siempre una realidad más profunda y, frecuentemente, no determinada con exactitud. La palabra "deporte" es una palabra de uso internacional que designa competiciones o ejercicios que el hombre en principio ejecuta por juego o divertimento ("deporte" deriva, de hecho, del antiguo francés "desport", que significa distracción, pasatiempo, recreación). Bajo esta perspectiva cabe preguntarse si los animales se divierten y por eso ejercitan un deporte, o si simplemente participan en una actividad atlética en la cual es el hombre quien se divierte. Planteado así el problema, hace pocos decenios se debía creer que no existirían animales deportivos que compitieran divirtiéndose. Sin embargo, hoy se piensa que además de animales atletas son también animales deportistas. En esta evolución han concurrido diversas condiciones, particularmente el hecho de que los animales que desarrollan con el hombre actividades atléticas no se han utilizado más para trabajar. Además, también ha cambiado nuestro modo de valorar la situación porque hemos conocido mejor el "juego" de los animales y su estrecha conexión con las actividades que se han hecho deportivas: por eso creemos que también los animales, y no solo el hombre, se divierten practicando una actividad lúdica que, por sus circunstancias, puede devenir en deportiva.

Medicina veterinaria y deporte La medicina veterinaria tiene raíces antiquisimas, al menos considerada como el "arte" de curar a los animales enfermos. Mucho más reciente es su desarrollo como disciplina científica. Concluida la constitución de la primera Escuela de Veterinaria, a fines del siglo dieciocho, su principal atención estuvo dedicada a las enfermedades infecciosas y parasitarias. Es, tan sólo, en este siglo cuando se desarrolla una medicina veterinaria unida a las actividades atléticas de los animales. En un primer

momento se interesó por las patologías del aparato locomotor del animal; más recientemente se han estudiado sus patologías clínicas y, posteriormente, se han incorporado las investigaciones sobre las relaciones entre la alimentación y la actividad atlética, la patogénesis del síndrome de la insuficiencia del rendimiento atlético, las correlaciones existentes en la pareja hombre animal que desarrolla una actividad deportiva (sobre todo en las que atañen al jinete caballo), etc. Hoy en día ya se puede decir que no existe una rama de la medicina del deporte que no tenga su correspondencia en la veterinaria del deporte. En este momento es ciertamente sugestiva la idea de construir una medicina comparada hombre animal del deporte, aunque las notables diferencias que existen entre las diversas especies animales, y entre éstas y el hombre de orden anatómico, fisiológico, alimentario, comportamental, etc. hacen compleja la detección de posibles similitudes y exponen a riesgos de interpretaciones erróneas y de trasposiciones deductivas ilícitas. Con estas premisas de obligada consideración, es Útil ofrecer una reseña sobre ciertos aspectos de la medicina veterinaria deportiva de algunas especies animales, en las cuales las investigaciones están más desarrolladas, precisando, posteriormente, que entre los animales son de tener en consideración especial los .efectos de selecciones de razas, muchas veces llevadas a niveles inimaginables por el hombre, lo que produce una comparación todavía más delicada de los resultados obtenidos.

Las palomas de competición El uso de las palomas mensajeras se remonta a los comienzos de la era cristiana, pero es necesario llegar a nuestro siglo para que se afronten sus problemas desde una medicina veterinaria del deporte. En un primer momento se examinaron, sobre todo en Bélgica, sus aspectos infecciosos y parasicológicos, mientras que en Italia, a partir de los años sesenta, se examinaron los aspectos referidos asu rendimiento atlético, los trastornos de la orientación por el regreso al palomar no logrado y algunas patologías traumáticas. Debe subrayarse aquí que existen notabilísimas diferencias entre pájaros y mamíferos, tanto desde el punto de vista anatómico como fisiológico, por las que no es fácil transferir los resultados de uno a los otros. Sin embargo, es interesante recordar cuáles son las "especialidades" en las que compiten las palomas en Italia. Una especialidad, indudablemente en retroceso, es la de los vuelos en grupo en las cercanías del palomar, bajo la guía del propietario que da órdenes ondeando dos banderas con el objeto de conducir al propio grupo cerca de otros, para "arrancar" cualquier paloma adversaria e incorporarla, al menos temporalmente, al suyo. Actualmente está en auge la carrera de regreso al palomar de distancias medias (algún centenar de kilómetros) o de grandes distancias (carrera de fondo y gran fondo, casi mil kilómetros). Las palomas van entrenando progresivamente sus distancias, no sólo con un programa de preparación fisica, sino también con una estrategia de adiestramiento psíquico cornportainentai, necesario para encontrar el palomar. Hoy en día tenemos un conocimiento satisfactorio sobre los medios que usan las palomas para encontrar el camino de casa, y está claro que los animales emplean tres sistemas diferentes de guía integrados entre sí. En las distancias grandes prevalece una orientación basada en el magnetismo terrestre, al cual el animal es sensible, como han demostrado indagaciones experimentales precisas. En el acercamiento al lugar de regreso, aunque todavía a distancias de cientos de kilómetros, cobran importancia los olores de los territorios que sobrevuelan. Sin embargo, en las cercanías del palomar predomina la memoria visual. A pesar de ello, con el adiestramiento se demuestra que esta última fase puede desplazarse siempre más lejos el punto en el cual la vista asume un papel predominante. Sobre todo, en las competiciones de fondo y de gran fondo se dedica particular atención al rendimiento físico, dado que una paloma puede recorrer en un día un millar de kilómetros a una media de más de veinte kilómetros por hora y con picos de velocidad que se pueden acercar a los cien kilómetros por hora. Durante el vuelo el animal, prácticamente, no se alimenta; sin embargo, no hay que olvidar que cuando

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DRA. A. VITORIA MORAIZ Veterinaria

DRA. A. VITORIA MORAIZ

parte éste, se nutre, y que en su buche puede haber una reserva de algunas decenas de granos de cereal (para un palomo de alrededor de trescientos cincuenta gramos de peso vivo, la reserva alimentaria es aproximadamente el diez por ciento de su peso). Investigaciones experimentales indican que gran parte de la energía utilizada para el vuelo proviene de los lípidos de reserva, además del alimento ingerido a la salida, que comprende siempre un cierto porcentaje de granos ricos en lípidos. Las pérdidas de agua y, sobre todo, de sales minerales son extremadamente limitadas, dado que la termodispersión en la paloma como en otros pájaros tiene lugar por irradiación a través de las plumas remeras y solo, limitadamente, a través de la respiración y la orina; en la paloma la orina es casi sólida, conteniendo poquísima agua.

Ampliando el concepto de animal deportivo se puede constatar que el hombre ejercita sus juegos o diversiones también con otros animales. Recordemos los gallos de pelea, los halcones de caza (la cetrería es un deporte, o mejor, un arte antiquísimo) y los pájaros criados para adorno (pájaros de jaula o de vuelo; palomas de adorno; peces de acuario). Es dificil, si no imposible, atribuir a estos últimos animales connotaciones de atletas; en estos casos, el deporte o divertimento como indicábamos al comienzo es exclusivamente del hombre sin ninguna participación activa del animal.

También para el perro existen diferentes géneros de actividad deportiva y, obviamente, en cada "especialidad" se emplean razas distintas. No existe una clasificación oficial de los deportes caninos, pero, a grandes rasgos, se puede dar el siguiente cuadro: perros de caza, en sus diversas especialidades y con variantes, incluso, para diferentes tipos de terreno o de características ambientales (perros de madriguera, perros de pantano, etc.); perros de carrera en canódromo y perros de arrastre para las carreras con trineo. La medicina deportiva del perro es bastante reciente. Hacia los años cincuenta los problemas a afrontar y resolver por la veterinaria canina estaban, sobre todo, unidos a las enfermedades infecciosas y parasitarias que incidían ms o menos intensamente sobre su rendimiento atlético. A partir de 1960, con el control de las infecciones y de las parasitosis, y tras detallados estudios sobre las prestaciones atléticas junto con investigaciones realizadas en el laboratorio, se planteo una correcta medicina deportiva también para los perros, siendo cualificada actualmente como "especialidad" que también se ocupa de las peculiaridades de la especie. De hecho, vale la pena observar que el perro, aunque es un mamífero como el hombre, se diferencia de éste por diversas particularidades fisiológicas, de notable importancia a efectos atléticos. Por ejemplo, el perro prácticamente no suda y elimina el calor, sobre todo, a través de su aparato respiratorio, con lo cual no experimenta una pérdida sensible de sales; consecuentemente, tras un esfuerzo físico prolongado, es suficiente reintegrar la pérdida de agua para retomar a la normalidad fisiológica y funcional. Además, el perro presenta una termorregulación particular: durante el trabajo muscular la temperatura corporal sube con facilidad y alcanza los treinta y nueve grados centígrados, valores que, indudablemente, favorecen todos los sistemas enzimáticos orgánicos y mejoran su rendimiento fisico. Sin embargo, el cerebro del perro se mantiene a una temperatura inferior a los músculos por cuanto la sangre fluye del morro, y sobre todo, de la nariz (a una temperatura que disminuye por la evaporación del liquido nasal), a través de una vena que se halla íntimamente adosada a la arteria que llega al cerebro, conformando una estructura con una función de "intercambiador de calor", que refrigera la sangre arterial cerebral. Se comprende así, al menos en parte, cómo los perros que participan en carreras de velocidad tienen un hocico largo y, por tanto, una buena capacidad de refrigeración de la sangre que riega el cerebro. El perro es, además, omnívoro con preferencia carnívora; como han demostrado precisas investigaciones, sobre todo en los perros de trineo, éstos utilizan para el trabajo muscular fundamentalmente los lípidos y limitadamente los glúcidos.

Bovinos atletas También en los bovinos podemos encontrar ciertas actividades atlético-deportivas, aunque algunas de ellas tengan una marcada connotación de espectáculo. De hecho, los bovinos han sido utilizados en las clásicas corridas, en las cuales el hombre combate con el toro, y que han sido relacionadas con la antiquísima tauromaquia que apareció en la antigua Creta de Minos. Sin embargo, una actividad no cruenta es el rodeo, al cual se aproxima la espectacular batalla de las reinas que, todavía hoy en día, tiene lugar en el Valle de Aosta, necesaria para establecer qué vaca debe guiar al rebaño y llevar la campana de identificación del rebaño a los pastos de la montaña. Realmente, no existe una verdadera medicina de los bovinos deportistas, aunque no debemos olvidar las interesantes investigaciones sobre los toros de lidia, en particular en lo que se refiere a su comportamiento de casta y, también, al rendimiento flsico y la influencia que sobre éste pueden tener determinadas carencias en su dieta, como las de vitaminas Eo las de selenio. Son bastante interesantes las investigaciones sobre la patología del estrés y los desequilibrios hormonales que éste determina relacionados con la fertilidad.

Un rápido examen de las actividades deportivas en las que el hombre emplea animales demuestra que existe una evolución reciente, y sobre todo, rápida en lo que concierne a las diferentes especies animales. La medicina veterinaria deportiva es una disciplina jovencísima ero prometedora, que ha suministrado ya interesantes resultados, contribuyendo a mejorar los rendimientos atléticos, sobre todo en las carreras de fondo y medio fondo. Sin embargo, como ya se ha indicado, las notables diferencias que existen entre las diversas especies animales, y entre éstas y el hombre, hacen muy ardua la construcción de una medicina deportiva comparada. Queda todavía mucho camino por recorrer en el sector de la fisiopatología de la actividad atlética de los animales y, sobre todo, en lo que se refiere a los aspectos comportamentales de los animales atletas, y a las investigaciones entre la interacción hombre atleta y animal atleta. De hecho, se reconoce que en muchas actividades deportivas, particularmente en la equitación, la victoria no depende tanto del hombre o del caballo como de la compenetración hombre caballo. En esta "compenetración" los factores psíquicos tienen una importancia primordial. A medida que se resuelven los problemas de tipo fisiológico, o de entrenamiento, aparecen los problemas de una incompleta sintonía entre el animal y el hombre, que es absolutamente indispensable para alcanzar los récords.

El caballo y el deporte Ya cuando el caballo era usado para el trabajo se propiciaron el desarrollo de diversas "razas" o, mejor, tipos morfológicos, adaptados a las diferentes utilizaciones: tiro pesado, tiro rápido, para montar, pony, etc. También se desarrollaron los "caballos militares" con características particulares. Incluso las primeras actividades deportivas, como la carrera y el torneo, utilizaron tipos de caballos muy diversos entre si: un caballo ligero y veloz para la primera; para el segundo, un caballo pesado y con potencia de choque para que la masa caballo caballero (con su armadura) pudiera eliminar al adversario. Actualmente, junto a los caballos usados para las carreras al trote, al galope, de obstáculos y para concursos, están los que se emplean para las pruebas de "resistencia", y los utilizados para el paseo, que cada vez requieren mayor esfuerzo. Junto a una serie de patologías que, aunque no propiamente producidas directamente por el "deporte", se hacen más frecuentes y graves con la actividad deportiva (y a esta categoría corresponde gran parte de la traumatología), y están las patologias metabólicas relacionadas, sobre todo, con la actividad atlética de resistencia. Una cuestión que ha suscitado un notable interés, actualmente objeto de un estudio intenso, es la que se refiere a los procesos metabólicos y a las adaptaciones neurohormonales relacionadas con la fatiga, el entrenamiento y el mantenimiento de un estado de forma óptimo. También, a través de la elaboración de dietas particulares (una vez que se ha eliminado completamente el heno), se profundiza en el conocimiento relativo a las relaciones entre alimentación y rendimiento atlético. En los congresos dedicados a la medicina del caballo, el lugar que ocupa la veterinaria deportiva es siempre importante, y ello es así porque gran parte de la profesión veterinaria equina se ocupa de animales que ejercen algunas de sus numerosas actividades atléticas. Han suscitado un interés particular los estudios de la relación entre el hombre y el caballo, dirigidos a alcanzar el mejor resultado deportivo, con consecuencias probablemente impensables cuando se iniciaron las investigaciones. De hecho, un mejor conocimiento de la estrecha interacción que liga al jinete a su caballo, y viceversa, ha llevado a la individualización del caballo como "co terapeuta" para algunas patologías fisicas y comportamentales del hombre en el ámbito de la denominada hipoterapia, la cual ha tenido interesantes aplicaciones en el tratamiento de jóvenes portadores de minusvalías o limitaciones.

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Conclusiones

El perro atleta

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Otros animales deportistas

Dopaje en caballos de competición El dopaje es un tema de continua actualidad. Hasta hace unas décadas, sólo en círculos estrictamente deportivos se prestaba una relativa atención a este problema que se conoce como doping, aunque la práctica sea tan antigua como la misma actividad deportiva. El concepto de dopaje no ofrece dudas para los deportistas. Cuando un propietario, jinete o preparador dopa lo hace porque pretende, por medios artificiales, y a veces peligrosos, preparar mejor una determinada prueba, lograr un mayor o a veces menor rendimiento durante la misma o conseguir una recuperación rápida después de competir. Se dopa para aumentar el rendimiento en busca de dinero, prestigio social o nacional, o también para disminuir el rendimiento y evitar que otros competidores consigan sus objetivos. El dopaje en animales de deporte y espectáculo ha existido desde la más remota antigüedad. En la mitología se relatan numerosos ejemplos: Diómedes, hijo de Aries y Cierne, alimentaba a sus caballos con carne humana para hacerlos salvajes e invencibles. Medea usaba opiáceos y estupefacientes con el dragón que guardaba el "Toisón de oro". En el libro de los Macabeos hay referencias del uso de jugos (uvas y moras) como bebedizos para los elefantes con el fin de excitarlos antes de entrar en batalla. Phylostratos (Croisier R, 1948) cuenta que, tres siglos antes de Jesucristo, los participantes en las olimpiadas empleaban pócimas para mejorar su capacidad atlética. Margan C.E., 1958, asegura que en la antigua Roma, una solución acuosa de miel llamada "hidromel o hidromiel" era dada a los caballos que competían para mejorar el rendimiento. Presumiblemente, el compuesto activo era el alcohol etílico que se formaba al cabo de unos días de hecha la mezcla. También se cita que e el siglo XVIII en Inglaterra, a los caballos que competían se les daba bebidas alcohólicas para animarlos (Aries, 1965). Asimismo han existido y existen rumores sobre el empleo de sustancias prohibidas en animales destinados al deporte o el espectáculo. Ahora bien, existiendo sospechas muy fundadas sobre estas prácticas fraudulentas, por el momento sólo se efectúan controles para reprimir el dopaje en los caballos; también en los toros de lidia se hacen controles, Real Decreto 1451/1996 de 2 de febrero (BOE 2 de marzo de 1996). Por el momento no se han publicado los resultados. En España, en los hipódromos oficiales se realizan pruebas de control desde 1957. Es el único deporte practicado con animales del que disponemos de datos concretos y fiables al respecto, en los concursos nacionales desde la misma fecha y en concursos internacionales dentro del Programa de la Federación Ecuestre Internacional, de! Medication Control Program (MCP Programa ce Control de la Medicación) desde 1991, que en España se empezó en 1992. Actualmente podemos concretar que acerca del dopaje los criterios más conservadores en el uso de medicamentos para caballos de carreras están arraigados en Europa, siguiendo las normas del Jockey Club Inglés, aceptadas por los países europeos. En esencia, se puede resumir esta metódica de comportamiento diciendo que los caballos que participen en carreras no podrán presentar ninguna medicación detectable en los líquidos orgánicos tomados al terminar la prueba, independientemente de la dosis encontrada. Los caballos que participen violando esta regla serán descalificados y sus responsables sancionados de acuerdo con los reglamentos vigentes en cada país. La base de esta filosofía es que los caballos no pueden correr "balo ninguna influencia" de medicación. Es decir, no se admiten indicios trace de ninguna sustancia ajena al organismo del caballo. Esta situación produce una enorme incertidumbre entre los profesionales que actúan alrededor del caballo. A pesar de la naturaleza restrictiva de la regla, ésta parece funcionar bien en Europa. Otro de los aspectos detectables consiste en controlar la información a los profesionales de la hípica en general, por parte del Jockey Club y de las autoridades hípicas; y así, de forma voluntaria restringen cualquier información al respecto. En EEUU, Japón y Hong Kong se tienen distintos criterios sobre el dopaje que permiten la administración de ciertas drogas bajo algunas condiciones. Por ejemplo, se permiten agentes terapéuticos hasta 24 horas antes de la prueba y antihistamínicos y sulfamidas hasta 48 horas precarrera. En la mayor parte de los Estados de América del Norte se autorizan los antiinflamatorios no esteroideos siempre que se anuncie su empleo y se publique en el programa oficial. Los niveles muy bajos de una sustancia en los líquidos orgánicos (concentraciones subterapeúticas) no se consideran dopaje. Los diuréticos hipotensores también están permitidos en los países antes citados como terapia profiláctica para los caballos sangradores; es decir, los animales que sufren hemorragias del aparato respiratorio inducidas por el esfuerzo. De todos los diuréticos, la furosemida es sin duda la más utilizada para este propósito en caballos sangradores. También se utili-

zan los analgésicos (fenilbutazona) en caballos con problemas del aparato locomotor, lo que confiere la categoría de participantes a animales que de otra manera deberían quedarse en el box. Su autorización incrementa en numero de participantes por prueba. Esta medida se ha considerado necesaria en países donde la cría caballar está poco desarrollada en relación con la gran afición de los hipódromos, como es el caso de Japón, Hong Kong o en países como EEUU, principal productor a nivel mundial de caballos pura sangre inglés, pero, a pesar de todo, deficitario. Nosotros interpretamos esta medida como respuesta a una demanda social. Las ayudas terapéuticas a los caballos participantes van en contra de la idea que a finales del siglo XVIII alentó a criadores de animales de raza PSI a organizar carreras de caballos. La intención fue seleccionar una raza a través de sus actuaciones en la pista, utilizando unos criterios totalmente limpios, lejos de cualquier contaminación que pudiera enturbiar los criterios puros de selección. Incluso las sociedades que explotan los hipódromos se llaman "Sociedad para el Fomento de la Cría Caballar en España", "Société d'encouragement" ... es decir, en sus títulos fundacionales están reflejadas las mejores intenciones al respecto. Claro es de que los primeros deseos utópicos a lo que hoy es un hipódromo hay un abismo. En la actualidad son grandes negocios que dan trabajo amuchas personas y proporcionan amplios beneficios al fisco. La medicación permitida va en contra de la selección. Si, por ejemplo, consideramos el problema de las hemorragias pulmonares inducidas por el esfuerzo (RIPIE). la aplicación de hipotensores a estos animales puede dar lugar a una selección equívoca. Por lo tanto, abogamos por que no se permita el uso de diuréticos para evitar el problema de los sangrado res, ni se autorice el empleo de la fenílbutazona para enmascarar dolores ... La utilización durante generaciones sucesivas de estos u otros fármacos contribuiría a seleccionar de forma negativa esta raza, pues estaríamos actuando en contra de las leyes naturales. Definimos el término dopaje como "la administración ilícita de fármacos o de otros agentes en animales de competición con la intención de alterar su rendimiento físico, ya sea en sentido positivo o negativo". En 1949 Chailley Bert definió el doping como "todo uso de sustancias o prácticas estimulantes que exageraban el rendimiento de un individuo", citado por Cagigal en 1976. Después se suceden definiciones con más o menos acierto hasta llegar al primer Congreso Internacional de Derecho del Deporte (1968), en el que se propuso como definición de dopaje: "La ingestión, por un individuo normal, por sí mismo o por inducción de otra persona, de algún producto o sustancia química que altere, modifique o restrinja directamente o por sus efectos secundarios la calidad de la participación de este individuo en una competición deportiva, independientemente de la vía por la que tal sustancia o producto se le haya administrado, así como también de la cantidad, contenido o preparación del producto, sin que se pueda alegar, como atenuante de la responsabilidad, el estar incapacitado temporalmente por lesión o enfermedad, ya que, en tales circunstancias, debe impedirse competir". En general, la mayor parte de las definiciones se refieren a mejorar el rendimiento. En América del Norte las autoridades consideran el término "dopaje" como muy impreciso y preconizan su cambio por el de "tratamiento ilegal', lo que entraña que algunas terapias estén autorizadas. En personas, el dopaje se define como la utilización de productos prohibidos, inscritos en una lista establecida internacionalmente. Para la especie equina, en el código de carrera o reglamentos se indica que "ningún caballo declarado participante debe poseer en sus tejidos, fluidos corporales o excreciones ninguna sustancia o metabolito de sustancias prohibidas, o ninguna sustancia que, aunque sea de origen endógeno, se encuentre en una concentración más elevada de los niveles considerados como habituales".

¿Es necesaria la represión del dopaje en caballos de competición 1 Como ya hemos comentado, el incremento de la comercialización del deporte, con premios cada vez más importantes para los ganadores, el prestigio social o nacional, alienta y presiona a los competidores o a sus responsables a intentar "ganar a cualquier precio". Ello induce a que algunos participantes empleen medios ilícitos con el fin de obtener ventajas. El deseo de una victoria fácil o el de una derrota segura del contrario es tan antiguo como la historia del deporte; cambian los medios y los métodos seguidos en las distintas épocas, pero la idea central prevalece. El método más común y familiar envuelve el uso de fármacos o alimentos que presumiblemente contienen sustancias que mejoran el rendimiento. Esta vieja práctica encaminada a mejorar el rendimiento en competición por medios ilícitos la denominamos "dopaje".

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El Caballo de competición y el Dopaje

DRA. A. VITORIA MORAIZ

Control de la medicación, Represión del dopaje Como introducción a nuestro trabajo no está de más precisar algunos de los motivos que conducen a prever una represión para los actos de dopaje tales como los siguientes: • La práctica de dopaje atenta contra todos los principios de la ética deportiva • Deteriora la salud de los animales afectados porque tienen que soportar el efecto de sustancias nocivas. Generalmente el dopaje lo practican personas no profesionales sin respeto a las reglas de asepsia.

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• El dopaje afecta al plan de cría, ella medida que puede interferir en la se41ección y la reproducción. • Toda política de selección fundada en los resultados obtenidos en competición fracasa si los rendimientos conseguidos no son atribuibles a la calidad intrínseca del caballo. Puede darse el caso de seleccionar como reproductores caballos con una calidad mediocre. También podría ocurrir que animales con una carga genética interesante queden estériles por los tratamientos prolongados con anabolizantes y otras sustancias. En los textos reglamentarios actualmente hay dos tendencias que se refieren al control: la cuantitativa y la cualitativa.

Control cualitativo y cuantitativo En los últimos años se ha registrado un gran progreso en la analítica dominante, y en especial en la sensibilidad de los métodos de control. Los riesgos de descalificación son grandes, sin que quede demostrado que las cantidades ínfimas residuales que aparecen en algunos casos sean susceptibles de modificar la actuación de un determinado caballo en competición . Atendiendo a esta evolución, son dos los tipos de reglamento que existen actualmente: uno restrictivo y otro basado en una medición controlada.

Reglamento restrictivo Se basa en el siguiente principio: en el momento de la prueba, los caballos deben estar en las mejoras condiciones de forma y salud. Queda excluida la posibilidad de restaurar el estado fisíco de un caballo para participar en una prueba. Esta óptica prohibe la administración de sustancias dotadas de propiedades farmacológicas capaces de modificar el comportamiento de los caballos en el curso de la competición; ésta es la opinión generalizada en los hipódromos europeos. Este tipo de reglamento presenta como contrapartida la imposibilidad de utilizar ningún tipo de tratamiento durante la temporada de competición por la posibilidad de que aparezcan sustancias farmacológicas prohibidas aunque sólo sea en concentraciones de picogramos. El conocer perfectamente el tiempo de eliminación de una sustancia no es fácil, pues depende principalmente del método de análisis utilizado y de la posibilidad de dterminar cantidades ínfimas de producto. Es significativo constatar que en el año 1960 se recomendaba una interrupción válida para todos los tratamientos de 48-72 horas. Hacia 1975 este plazo pasó a ser de siete ocho días. En la actualidad, con la evolución de los métodos, este periodo de supresión para algunas sustancias es de meses. Este reglamento restrictivo parece incompatible con el ejercicio de la medicina equina en temporada de competición. En este sentido, el argumento de la protección de la salud animal antes mencionada tiene una doble vertiente. En efecto, los caballos no pueden soportar medicinas nocivas, pero tampoco pueden ser tratados de una afección si queremos que el animal participe a lo largo de una temporada. Esto da paso a que algunos reglamentos permitan una medicación controlada.

Medicación controlada Esta corriente de opinión defiende la utilización de agentes terapéuticos en cantidad razonable, con intención únicamente curativa, y por lo tanto no tienen influencia sobre el rendimiento; permiten, por lo tanto, el uso terapéutico aunque no el abuso. Esta es la opinión de la Federación Ecuestre Internacional (FEI), que para precisar su actuación dentro de esta opinión publica las concentraciones máximas de algunos productos presentes en líquidos biológicos. Esta forma de actuación se perpetuó durante años; para la fenilbutazona y la oxifenilbuta.zona, la concentración plasmática máxima acumulada podía ser de 2mg/mi. Estas sustancias quedaron prohibidas en 1993, sin embargo la FEI permite medicación controlada en caso de enfermedad del animal autorizado por el Presidente de la Comisión de Veterinarios, con el visto bueno del Presidente del Jurado de campo. En el caso de sustancias naturales presentes en el organismo o en la alimentación del caballo, la cuantificación parece necesaria. Para las hormonas (corticoides, hormonas sexuales, etc.) es dificil precisar valores máximos. El metabolismo hormonal sufre numerosas variaciones en función de la edad, el sexo, las condiciones fisiopatológicas (estrés, esfuerzo, etc.). Por otra parte, hay sustancias que pueden estar contenidas en los alimentos y están consideradas como dopantes; para ellas también se limitan las concenraciones.

XX JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA

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Los primeros testimonios sobre sanciones por dopaje datan del imperio romano, al principio de nuestra era: la administración de hidromiel a caballos de cuádrigas se castigaba con la crucifixión. Tradicionalmente, los sajones, Inglaterra y EEUU hablaban de la spicing (especia, condimento). En la Inglaterra del siglo pasado la spicing se castigaba con el destierro a las colonias (Buscher, 1972). La primera sanción documentada se produjo en 1812 por un Tribunal de Cambridge; el castigo al preparador por dopar con arsénico a un caballo fue el destierro a las colonias. Curiosamente, la procedencia u origen del spicing es diferente en distintos países y, así, en Inglaterra se atribuye a Francia, en Estados Unidos se acusa a Canadá, y en España se considera que la "pichicata" procede de Argentina. Parece una forma de eliminar responsabilidades. En EEUU, durante el siglo pasado, se profesionalizó el deporte y los caballos entrenaban a diario. A finales del siglo XIX y principios del XX se copiaron en Europa las técnicas de preparación y manejo norteamericanas, incluido el dopaje, entonces con alcaloides. Como consecuencia de todo ello, una seria campaña antidopaje fue instituida entre 1903 y 1905. En España, Inglaterra, Francia, el Imperio Austro Húngaro y Prusia se incorporaron artículos para luchar contra el dopaje. En 1904 en Moscú (publicado por Suckow, 1905) se detectó morfina, heroína y nitroglicerina, en saliva y sudor de caballos después de una carrera. Este es el primer antecedente sobre sustancias prohibidas en hipódromos, aunque los primeros métodos para evidenciar dopaje con garantía datan de 1910. En el primer tercio del siglo estaba muy de moda una fórmula favorita que se daba a los caballos una hora antes de la carrera: 1,5 gramos de heroína, 2,5 gramos de estricnina, 2 mínimos de nitroglicerina, 5 mínimos de tintura de digitalis, 2 onzas de nuez de cola (un grano: 64,8 miligramos; 1 mínimo: 0,06 mililitros, 1onza: 28,35 gramos). La prensa de la época informaba de que en los años 1920-1930 los establos de caballos eran verdaderas droguerías. En muchos casos la competición no se establecía entre caballos, sino entre fórmulas químicas. A propósito de estos comentarios, tenemos la anécdota sobre el Gran Premio de San Sebastián, corrido en el hipódromo de Lasarte en 1922, que nos ha sido relatado por D. Francisco García, entonces aprendiz de jockey, después famoso preparador y testigo de los hechos. El ganador de la carrera recibía 500.000 pesetas, el premio mejor dotado hasta esa fecha en todo el mundo, lo que hizo que se desplazaran hasta San Sebastián caballos de gran categoría procedentes de Francia, Inglaterra, Irlanda ... La carrera se corrió el10 de septiembre de 1922; estaba previsto dar la salida a las 16 horas. El público acudió en masa, el atasco de las carreteras de acceso a Lasarte (Zubieta) fue impresionante. Los reyes llegaron con un retraso de dos horas, por lo que la carrera tuvo que esperar ese tiempo hasta la llegada de Sus Majestades. Eso permitió que los caballos que estaban medicados, que según los contemporáneos eran la mayoría, se desgastaron con la espera y el caballo del rey Alfonso X[ll, Ruban (los caballos del Rey nunca se medicaban), ganara fácilmente la carrera. Consideramos que el dopaje en caballos de carrera toma caracteres muy importantes en los albores del siglo XX; llegó a ser dramático hacia el año 1930, con la introducción de las apuestas oficiales, En esta época, los productos más usados eran los narcóticos (morfina y derivados) que dan paso, al final de la Segunda Guerra Mundial, al empleo de estimulantes centrales tipo anfetaminas y otros simpático miméticos. En la década de los cincuenta y sesenta continúa la misma metodología unida a los anestésicos locales (procaína), que también actúan como esti· mulantes centrales en el caballo. Más recientemente llegó la era de los antiinflamatorios (analgésicos) para los caballos sangrado res diuréticos, y en la década de los ochenta han tomado protagonismo los anabolizantes esteroides; en el siglo XXI, la EIPO (eritropoyetina).

Dificultades del control

ciertos reactivos como sal común, metales nobles o metales pesados. Las formas de estos microcristales son características y sirven para identificar ciertos productos. Esta metodología requiere una alta concentración de la sustancia buscada para que se pueda utilizar con eficacia. Los tests de color también se emplearon hasta después de la Segunda Guerra Mundial, pero, como los métodos anteriores, están hoy ampliamente superados. En los últimos 30 años se han producido grandes cambios en los métodos de detección de drogas debido principalmente a la introducción de la cromatografía en capa fina y de gases de, de la espectrometría de masas y, modernamente, técnicas inmunoespecíficas, principalmente en método ELISA. Todos ellos proporcionan métodos excelentes para descubrir, identificar y valorar cualquier droga contenida en los líquidos orgánicos del caballo. Los controles, en la actualidad, se practican siempre después de la carrera. Todas las tentativas practicadas antes de las pruebas han fracasado.

Debemos conocer que la represión del dopaje siempre se ha considerado como una tentativa dificil. La razón es doble: por una parte hay que atender a las dificultades técnicas de las pruebas, y por otra a los varios criterios que sobre el dopaje existen en los distintos paises del mundo. La complejidad técnica es evidente: al menos son 400 las sustancias de uso común en medicina equina. Pero podemos considerar que son más de 63.000 los principios activos que se pueden utilizar y que podrían alterar el rendimiento de los caballos destinados al deporte. Por lo tanto, el número concreto de sustancias detectables en los líquidos orgánicos de los caballos es enormemente grande. Otros factores que complican el problema están representados por el hecho de que cada agente se administra a una dosis específica y se metaboliza por un camino distinto. Las dosis pueden variar desde cientos de gramos hasta partes por millón de producto activo. El tiempo de permanencia de los diferentes fármacos en el organismo animal es muy variable, ya que oscila entre unos minutos (media hora) y hasta dos cinco días, que es el periodo de tiempo más frecuente; en algunos casos pueden permanecer meses, tal es el caso de los anabolizantes, o años, como la reserpina. La posibilidad de detectar algún fármaco en un caballo depende de la cantidad de producto administrado. Si una sustancia se aplica en dosis de gramos (fenilbutazona) y la vida media en plasma es alta, sus metabolitos pueden ser detectados en plasma y orina durante largos periodos de tiempo; por el contrario, si el fármaco se suministra en pequeñas cantidades (1 mg más o menos) y se elimina rápidamente, la dificultad para ser detectado es grande. Durante años el fentanil (narcótico) que se administraba a la dosis de 1 mg o menos por caballo fue virtualmente indetectable. En la actualidad esta situación está superada con la introducción de nuevas técnicas analíticas. Otro factor que hay que considerar es la sensibilidad de la prueba que puede facilitar la localización de una sustancia. Por ejemplo, la fenilbutazona no es dificil de detectar, pero el flunixin meglumine (FinadyneR) se administra a dosis más bajas que la fenilbuta.zona y se depura más rápidamente, por lo que resulta más dificil su detección. Otro factor lo constituyen las variaciones individuales; por ejemplo, la dosis terapéutica de fenilbutazona dada a varios caballos durante cuatro días, produce unos niveles de sustancia en sangre signioficativamente diferentes en los distintos animales (Tobin, 1981), Sin lugar a dudas, uno de los factores que más condicionan la eliminación renal de una sustancia es la acidez de la orina.

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Metodología básica del control del dopaje



El control del dopaje se puede llevar a cabo con una mezcla de procedimientos analíticos y de investigación policial. Los primeros tratan de identificar algún producto ajeno al organismo del animal en los líquidos orgánicos. Cuatro fluidos están disponibles para estos propósitos: saliva, sangre, sudor y orina. El primero que se usó fue la saliva, probablemente fue el elegido por la facilidad de recogida. Lo mismo podemos decir del sudor, aunque pronto quedó descartado por la gran cantidad de problemas legales que envuelven su empleo debido a la contaminación. La recolección de orina se introdujo después de la toma de muestras sanguíneas. El fluido orgánico que tiene una mayor indicación para detección del dopaje es la orina. El70% de los caballos orina espontáneamente antes de una hora de terminar la carrera. Cuando la muestra de orina emitida después del esfuerzo se ha recogido en el servicio salivario, debe empaquetarse en dos recipientes, uno que se envía al laboratorio de análisis lo más rápidamente posible y otro que se custodia para un eventual contraanálisis. Todos los manejos han de ser realizados con las máximas garantías de seguridad. Aunque los detalles de la técnica analítica varían de unos laboratorios a otros, éstos consisten en una extracción de la muestra con distintos solventes, seguida de una serie de pruebas que se aplican al extracto. En los comienzos del control del dopaje, hace ya un siglo, estas pruebas se centraban en identificar los microcristales que se formaban al desecar la muestra. Se basaban estos tests en las propiedades que poseen muchos alcaloides en solución acuosa (fármacos favoritos en los comienzos del siglo XX) de precipitar en forma de microcristales en presencia de

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Control de la medicación de acuerdo con el reglamento FEI La finalidad de todas las competiciones organizadas bajo las formas de la FEI es conseguir que todos los participantes actúen en condiciones de igualdad, tanto los caballos como los jinetes, y que el resultado de la competición sea el resultado de sus propios méritos. Por lo tanto, las muestras biológicas tomadas de tejidos orgánicos, fluidos corporales o excreciones de los caballos durante la competición no podrán contener "sustancias prohibidas". El término "sustancias prohibidas" hace referencia a un producto, al metabolito o metabolitos del producto y a sus isómeros de origen exógeno citado en la lista de sustancias prohibidas. A este respecto quedan prohibidas las sustancias incluidas en la lista siguiente: Sustancias que actúan sobre el sistema nervioso. Sustancias que actúan sobre el sistema respiratorio. Sustancias que actúan sobre el aparato cardiovascular. Sustancias que actúan sobre el aparato digestivo. Sustancias que actúan sobre el aparato urinario. Sustancias que actúan sobre el aparato reproductor. Sustancias que actúan sobre el aparato locomotor. Sustancias que actúan sobre la circulación sanguínea. Sustancias que actúan sobre el sistema inmunitario (con excepción de las vacunas obligatorias). Sustancias que actúan sobre el sistema endocrino, las secreciones endocrinas y sus homólogos sintéticos. Sustancias antiinfecciosas (distintas a las exclusivamente antiparasitarias). Sustancias antipiréticas, analgésicas y antiinflamatorias. Sustancias citotóxicas.

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El Caballo de competición y el Dopaje

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