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Rethinking Histories of Resistance in Brazil and Mexico Project
First project seminar, Salvador, Bahia, Brazil March 2730, 2007
El conflicto religioso en los años 1930. Jean Meyer Facultad Division de Historia Centro de Investigación y Docencia Económicas, Mexico
Preliminary Working Draft: Not to be cited without express written permission of the individual author
I. El marco general Oaxaca vive la misma hora que el resto del país, es decir, conoce un respiro religioso entre 1929 y 1932, en tiempos del presidente Pascual Ortiz Rubio, antes de sufrir la recaída de los años 1932–1937, ligada a los conflictos internos a la “familia revolucionaria” (el Maximato, la sucesión presidencial, la llegada a la presidencia de Lázaro Cárdenas, la eliminación consecutiva de Plutarco Elías Calles), y a la batalla de la “educación socialista”. El bienio de 19351936 es, posiblemente, el más difícil para los católicos y para su Iglesia que sigue la línea de resistencia pacífica (Resistenz), ordenada por Roma, y condena, por convicción propia y por obediencia a la línea romana, toda lucha armada (Widerstand). En junio de 1929 esa línea ha triunfado con los “arreglos” y Roma la mantiene firmemente hasta demostrar, con el regreso a la aplicación de los arreglos, que su “ciencia de ganar perdiendo” sí funciona. Mientras tanto, para prevenir toda recaída en la lucha armada, Roma y sus agentes en México, los obispos rectores de la Iglesia mexicana, satanizan los elementos duros de la Liga Nacional de Defensa de la Libertad Religiosa, desmantelan la ACJM y las Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco (organizaciones que habían participado con entusiasmo en la Cristiada) y canalizan las energías católicas hacia una Acción Católica controlada por la jerarquía. El arzobispo de Oaxaca, José Othón Núnez y Zárate sigue fiel y exactamente la línea romana entre 1929 y 1938, hasta el triunfo final. A partir de la nueva ola anticlerical que empieza en 1932, ese prelado, como los demás obispos, pide a los católicos hacer presión sobre el Gobierno (federal y local) por todos los medios legales y pacíficos, organizarse en el seno de la Acción Católica, de la Unión Nacional de Padres de Familia, etc. Prohíbe, y su clero lo sigue en esa determinación, con la sola excepción del P. Manuel García (es un seudónimo, el personaje existió pero el autor no logra identificarlo), la lucha armada, repitiendo sin descanso las prohibiciones pontificales. Así se establece una interesante dialéctica entre la promoción de los laicos encargados de defender a su Iglesia, y un clericalismo imperativo y eficiente, puesto que son los obispos y los sacerdotes los que dictan la conducta positiva (Resistenz) y negativa (nada de Widerstand) de los católicos. Esa línea está resumida en las declaraciones del arzobispo de Morelia, Leopoldo Ruiz y Flores, en su calidad de delegado apostólico, el 28 de diciembre de 1929: “La jerarquía y el clero católico en caso de cualquier movimiento armado o de carácter revolucionario, no tomarán jamás parte en el futuro, como tampoco lo
hicieron en el pasado, ni permitirán que los relacionen, conecten o identifiquen con tales actividades revolucionarias” 1
La Iglesia, en ese momento, le apuesta al fortalecimiento del Gobierno federal y trabaja para aplacar los católicos disidentes, especialmente a la facción de los ligueros inconformes con los arreglos de junio 1929. El presidente de la república, Pascual Ortiz Rubio, trabaja con sinceridad en la reconciliación: explica a los enviados de la Iglesia católica de los Estados Unidos, el P. Burke y William Montavon, secretario de la poderosa National Catholic Welfare Conference, que él es católico y orgulloso de ser el primo del difunto arzobispo de Guadalajara Ortiz. 2 La Iglesia va muy lejos en ese sentido, puesto que el P. Miguel Darío Miranda, primer asistente eclesiástico de la nueva Acción Católica Mexicana, afirma el 24 de diciembre de 1929 que los católicos están “dispuestos a cooperar con el partido revolucionario en cualquier programa bueno para el progreso moral y económico del pueblo mexicano”. 3 Que la Iglesia haya dictaminado de una buena vez que la violencia no era el medio para defenderse o para lograr la transformación social de México, no significa que haya abandonado sus posiciones o se haya entregado al Estado. Calcula que el remedio de la lucha armada es peor que el mal y que ese aventurerismo de unos pocos puede abrir la caja de Pandora. Esa estrategia no significa el fin del conflicto religioso, puesto que después de unos escasos años de tregua, el Estado pasa de nuevo a la ofensiva en todos los terrenos: limitación del número de los sacerdotes hasta casi desaparecer la presencia sacerdotal y la administración de los sacramentos, lo que le vale a México una condena por parte de la Sociedad de las Naciones; batalla escolar de la “educación socialista” para “apoderarse del alma de la juventud”, “sábados rojos”, lucha contra el “fanatismo”. Por su parte, la Iglesia utiliza todos los medios a su alcance para conservar y desarrollar su base social y movilizarla, así como la ayuda internacional que tiene un papel importante en esa batalla: la diplomacia vaticana es efectiva, así como la actividad de los católicos del mundo entero, tanto de América Latina como de Europa, de los Estados Unidos y de Canadá, especialmente de Québec. 4
II. La marcha de los acontecimientos en Oaxaca. 1
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Leopoldo Ruiz y Flores, declaraciones del 28 de diciembre de 1929.
William Montavon, enero 24 de 1930, citado por Servando Ortoll. “Catholic Organizations in Mexico´s Nacional Politics and Internacional Diplomacy ( 19261943)”, Doctoral thesis (inédita), Columbia University, 1987: 106 3 William Montavon, citando al P. M. D. Miranda, septiembre 1 de 1930 (Ortoll, op.cit: 110) y declaración del papa en audiencia a católicos mexicanos, del 2 de junio de 1931: “La Acción Católica ,también en México, y a pesar de todo lo acontecido allí de sufrimientos y persecuciones tremendas, no hace, no debe hacer, no hará política. Su objetivo es un objetivo religioso: ella quiere siempre más, siempre mejor formar cristianamente las conciencias”. Domenico Bertetto ed. Discorsi di Pio XI, Torino, Societa Editrice Internazionale,1960, tomo II: 556 4 De 1932 a 1937 el papa dedica varios textos a México y alude precisamente a México en la encíclica Divini Redemptoris de 1937, en la que condena al comunismo.
1. 19291932: el modus vivendi respetado. En Oaxaca, como en todo la república, la noticia de los arreglos de junio 1929 fue recibido con alegría y repiques de campana. La burocracia no perdió sus derechos y el 15 de julio el Gobierno del Estado precisaba al “Sr Doctor Don José Othón Núñez, Arzobispo de Oaxaca”, las disposiciones legales “que rigen en esa materia, con motivo de la entrega de templos dedicados al culto católico que de acuerdo con lo dispuesto en la circular telegráfica número 24 de la Secretaría de Gobernación del 28 de junio último y a solicitud de usted, se ordenó por este Gobierno se hiciera a los señores sacerdotes del culto católico que propuso en sus atentas notas sin número y fecha 1 de los corrientes”. 5
Los archivos respectivos de la Arquidiócesis (AHAO) y del Estado (AGEPEO) están llenos de los expedientes de la entrega de los templos, parroquia por parroquia, municipio por municipio. La operación se efectuó sin problemas, si bien con un papeleo redoblado por las exigencias de la administración. Cientos de veces se puede leer oficios como el fechado a 22 de julio en Magdalena Ocotlán, dirigido al Secretario General del Despacho del Superior Gobierno del Estado: “De conformidad con la parte final de su muy respetado oficio número 3925 girado por el Dep.de Edo. Sección de Gob. de fecha de 4 de julio del año actual, me permito el honor de remitir por paquete separado y certificado el acta e inventario que se formó con motivo de la entrega que se hizo del templo católico de esta localidad al ciudadano Francisco Vidrio sacerdote del culto católico (...) SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECCION, Carreteras y Escuelas, El Presidente Municipal Pedro González” 6
Se ve claramente en toda la documentación que los presidentes municipales y las juntas de vecinos, ni tardos ni perezosos, se apresuran en entregar los templos a los sacerdotes tan pronto como se sabe la noticia de los arreglos. En julio, agosto, septiembre, el Departamento de Estado pide más papeles, con “copia certificada por duplicado” de esto y de aquello, pero no se ve mala voluntad ni sabotaje de la entrega. En las diócesis periféricas de Huajuápam y Tehuantepec, la operación tarda más, en su dimensión legal, no en la práctica, quizá por el alejamiento o por el hecho de que esas regiones habían conocido levantamientos armados, en especial la primera. 7 El 15 de febrero de 1930, el encargado del Despacho telegrafía al obispo de Tehuantepec Genaro Méndez, todavía en San Andrés Tuxtla,Ver. “Enterado designación sacerdote Alejo Hernández como párroco Tehuantepec. A fin girar órdenes entrega templos, sírvase indicar lugar residencia 5
AHAO, Autoridades Civiles, oficio 4158 a 15 de julio de 1929. AGEPEO, Revolución, Asuntos Eclesiásticos, Ocotlán. El presidente municipal de Magdalena Ocotlán al Gobierno, 22 de julio de 1929. 7 AGEPEO, Revolución, leg.213/15, Tehuantepec, 1930, telegrama del 14 de febrero de 1930. AHOA, Correspondencia, Luis Altamirano, obispo de Huajuápam al arzobispo de Oaxaca, 9 de agosto de 1929. 6
permanente dicho sacerdote y precisar poblaciones cuyos templos va oficiar mismo (…) Hágale notar Gobierno está procediendo estricto apego Ley materia y prevenciones relativas giradas por Secretaría de Gobernación, debiéndose dificultades respecto algunos templos esa diócesis a falta cumplimiento requisitos ley (…) cambiase párroco sin previa propuesta ni órdenes entrega templos debe girar ese Gobierno”. 8
En una segunda etapa, los católicos oaxaqueños presentan una petición al Congreso local, el 15 de octubre 1929, para pedir la derogación del decreto del 30 de enero del mismo año que limitaba el número de sacerdotes a uno por cada 10,000 habitantes. Cada parroquia mandó centenares, cuando no millares de firmas, de Señores y Señoras por separado, sobre formas impresas. Eso tanto para la arquidiócesis de Oaxaca como para las diócesis de Huajuápam y Tehuantepec. 9 Esa petición no fue recibida, como era de esperarse, si no es que contribuyó a la redacción del oficio 7092 del Departamento de Estado, sección Gob., con fecha 18 de diciembre de 1929, dirigido al Arzobispo de Oaxaca: “En vista de que la entrega de los templos (…) se hizo a virtud de la circular número 24 de 28 de junio último, procedente de la Secretaría de Gobernación, sin haberse tenido en cuenta las prevenciones que la propia Secretaría comunicó en su circular 33 de 15 de agosto (…) manifiesto a Ud que procede desde luego normalizar esa entrega ajustándola a las prevenciones de la referida circular 33(…)”
Entre el 15 de agosto y el 18 de diciembre, el Estado no se había preocupado, pero la petición de los católicos debió molestar, puesto que el mismo oficio continua así: “Por lo que respecta a los templos de esta ciudad, debo manifestarle, que por disposición del propio Primer Mandatario, que como conforme a las reglas comunicadas por la mencionada Secretaría de Gobernación en su circular 33 aludida, sólo podrá haber un mismo sacerdote encargado de dos templos, por tener una población que no llega a 40,000 habitantes.” 10
Sin embargo esa manifestación de mal humor es pasajera y los años 1930 y 1931 son tranquilos para la Iglesia y sus fieles. El cambio de clima vendría desde fuera y los políticos locales no harían más que adaptarse a la novedad, sin tomar iniciativas. Así, en abril de 1931, el Comité Ejecutivo de la Confederación de Partidos Socialistas de Oaxaca, la trigésima tercera Legislatura Local y la Confederación de Ligas Socialistas manifiestan su apoyo y se solidarizan “con la actitud anticlerical tomada por el general Plutarco Elías Calles, Secretario de
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AGEPEO, Revolución, leg.213/5, Tehuantepec, 15 febrero de 1930. AHAO, Diocesano, Parroquias, peticiones del 15 de octubre de 1929. 10 AHAO, Diocesano, Autoridades Civiles, oficio 7092 de Gobernación al arzobispo Núñez, 18 de diciembre de 1929. 9
Guerra y Marina”. 11 Empezaba la tormenta que se llevaría al presidente Ortiz Rubio y a su política de conciliación religiosa.
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Archivo Plutarco Elías Calles, Fideicomiso Archivos Calles –Torreblanca, inventario número 496, abril mayo 1931, 4 telegramas.
2. 19321937: tiempos de pruebas para la Iglesia A fines de 1931, en el estado de Oaxaca, los párrocos tuvieron que entregar de nuevo los templos al cuidado de laicos 12 y a principios de 1932, con la nueva política de no aplicación de los “arreglos”, hubo rumores de levantamientos católicos. Precisamente para protestar contra la nueva ofensiva del gobierno mexicano y para prevenir una nueva Cristiada, el papa Pío XI publicó el 29 de septiembre de 1932 la encíclica Acerba Animi. Si los “arreglos” habían obligado la Liga a resignarse frente a los hechos consumados, el cambio de política del gobierno en 19311932 daba la oportunidad a la minoría radical de volver al combate. Por eso el papa, antes de prohibir firmemente a los católicos recurrir a las armas, empieza por protestar contra la violación del acuerdo por parte del gobierno; recuerda que fue el Estado quien expresó el deseo de llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra; que Roma, confiada en su sinceridad, dio la orden de levantar la suspensión de los cultos (lo que desarmó a los insurgentes); que el gobierno violó “abiertamente las condiciones estipuladas en la conciliación” (…) al desatar una “persecución totalmente criminal” cuya meta es “destruir por completo la Iglesia católica”; ve en esto un “positivo avance de esa revolución que el ateísmo, enemigo de Dios, realiza por todos los medios”. No obstante el fracaso de los arreglos, reafirma que aquellos eran justificados para que el clero pudiese atender a la vida espiritual de los católicos. En conclusión remite a los católicos a su deber de seguir en la línea pacífica y en la Acción Católica bajo la dirección de sus obispos. 13 La encíclica es difundida en Oaxaca como en el resto del país y la primera reacción del gobierno federal es la expulsión del delegado apostólico Ruiz y Flores a petición expresa del Congreso. En Oaxaca, Huajuápam y Tehuantepec, los obispos pronto tienen que retirarse y el número de sacerdotes autorizados a trabajar es drásticamente reducido. El 1 de abril de 1933, en su Informe anual de gobierno, el gobernador Anastasio García Toledo ( 19321936) puede decir: “De acuerdo con las disposiciones de la Constitución General de la república en materia de cultos, el Gobierno, es decir las Autoridades del Estado, actúan como auxiliares de la Federación vigilando por el estricto cumplimiento de la Ley. Actualmente se está llevando a cabo una investigación minuciosa para localizar a los sacerdotes del culto católico que se encuentran diseminados por el extenso territorio del Estado a fin de impedir que ejerzan su ministerio aquellos que no están inscritos en el registro respectivo, ni han satisfecho los requisitos reglamentarios del caso.” 14
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AGEPEO, Asuntos Eclesiásticos, distrito de Etla. Acerba Animi, 29 de septiembre de 1932, en “Acta Apostolicae Sedis, 24, 1932: 321332. 14 AGEPEO, Informe del gobernador A.García Toledo, 19321933: 9. 13
(Como las limitaciones estadísticas cerraban el ejercicio de su profesión a muchos sacerdotes, aquellos tuvieron que ejercer ilegalmente, protegidos por la población, o exiliarse.) El gobernador continúa: “En vista de las condiciones especiales que prevalecen en las regiones de Sola de Vega, Juquila y Jamiltepec, creadas por las incursiones del individuo David Rodríguez y por tener sospechas fundadas de ayuda moral y material de parte de los elementos católicos de esa zona a favor de esta agitación, entretanto se conoce el resultado de la investigación mandada practicar se ha suspendido en el ejercicio de su ministerio el sacerdote católico de Teojomulco, distrito de Sola de Vega. Se hizo también necesario a virtud de numerosas quejas que se recibieron en contra del sacerdote Rafael J. Hernández, Párroco de Lachixio, distrito de Sola de Vega, la cancelación del registro de ambos. En la misma forma se procedió con el sacerdote de Cacahuatepec, distrito de Putla (…) Se impusieron multas a varios párrocos por infringir los artículos 2 y 3 de la Ley Reglamentaria del artículo 130 constitucional que prohíben la celebración de matrimonio religioso sin la presentación de la constancia de haber obtenido el lazo matrimonial civilmente” 15
En cuanto al “individuo David Rodríguez”, cristero de la Montaña en los años 19271929, merece una segunda mención en el Informe: “El orden y la tranquilidad pública se conservan inalterables, pues aun cuando en la región de Sola de Vega, Juquila y Jamiltepec merodea un grupo de hombres armados que encabeza el individuo David Rodríguez, reconocido desde hace tres años como bandolero puesto al servicio de los enemigos de la Revolución, estas circunstancias no pueden afectar la situación general de tranquilidad que está disfrutando el Estado”. 16
Sin embargo las autoridades tienen que pedir la intervención del Ejército federal, bajo el mando del general J.O.M. en el estado, Federico R. Berlanga. En 1932, en esa región occidental de Oaxaca, la misma afectada por los levantamientos de la Cristiada en 19271929, hay católicos para tomar las armas, ahora contra las instrucciones eclesiásticas. Están alentados y convocados por una Liga reducida a su más sencilla expresión, más pobre e impotente que nunca. Aislados en foquitos dispersos por toda la república, esos “libertadores” –así se llaman ellos a si mismos– no pueden invocar como su causa la defensa de la religión, porque la Iglesia, empezando por el papa, se los prohíbe. En esas condiciones el movimiento no podía prosperar, menos aún en un estado como Oaxaca que no había conocido una verdadera Cristiada en la fase anterior del conflicto entre la Iglesia y el Estado. El inspector militar nombrado por la Liga puede con razón exclamar: “El clero ahí, como en casi todas partes cuando no nos ataca, hace por lo menos una resistencia pasiva”. 17 Esa realidad parece desconocida por las autoridades: así 15
AGEPEO, Informe del gobernador A.García Toledo, 19321933: 10 y 16. AGEPEO, Informe del gobernador A.García Toledo, 19321933: 5. 17 CESU, Fondo Aurelio Acevedo (AA), el inspector militar D. Nieto a la Liga, 16 de julio de 1936. 16
como el gobernador cree que la suspensión del cura de Teojomulco acabará con el “bandido” David Rodríguez, el Inspector del Departamento de Educación Pública explica que “el P. Aureo Castellanos denigra a las Instituciones, sus gobernantes y a la Escuela Federal (…) (dice que es) preferible dejar sin educación a la niñez, antes que se les eduque en una escuela sin Dios”; anexa una copia de “la proclama sediciosa lanzada por el rebelde David Rodríguez quien se encuentra levantado en armas. Supongo que el redactor de dicha proclama es el cura. Los sediciosos asaltaron dos veces la escuela de Tataltepec”. 18
3. La batalla escolar Cuando los minúsculos focos guerrilleros se están apagando, en Oaxaca y en todas partes, la “educación socialista” viene a echar leña en la hoguera y darle cierto vigor a los levantamientos en 1935. 19 El famoso “Grito de Guadalajara” del Jefe Máximo Calles, en julio de 1934, para “apoderarse de las conciencias de la niñez” es una clarinada para los radicales de los dos bandos y la Liga puede pensar que le llega la posibilidad de recobrar la fuerza conseguida en 19251926. Por lo pronto hay escalada en la tensión; desde marzo de 1934, Pascual Díaz, arzobispo de México, uno de los artesanos de los “arreglos”, un hombre especialmente odiado por los ligueros, ha invitado los católicos a luchar en contra del establecimiento de esa educación estatal en forma de monopolio y antirreligiosa en su contenido; pero los invita, como siempre, a usar puros medios lícitos como no mandar los niños a la escuela. La Unión Nacional de Padres de Familia, la Asociación Nacional ProLibertad de la Enseñanza y otras organizaciones trabajan con eficacia para propagar el boicot a la escuela pública; de todos modos el antecedente de la “educación sexual” en dicha escuela que, para la gente del pueblo, se confunde con la “educación socialista” y “racional” (es decir vigorosamente atea), pesa mucho y en contra de la escuela pública: el ausentismo escolar, mejor dicho la huelga escolar golpea duramente la Educación Pública. Si bien los católicos no logran evitar la reforma constitucional del artículo 3° que introduce la necesidad, para la enseñanza, de proporcionar una visión “racional” del mundo, en noviembre de 1935, el episcopado nacional publica una pastoral colectiva, inspirada por la encíclica Divini illius magistri. 20 La última de las seis “consecuencias y aplicaciones” presentadas en la pastoral reza así: 18
AGEPEO, Gobierno, Asuntos Eclesiásticos, Juquila, memorando del Departamento de Educación Pública, a 13 de julio de 1933. 19 Para la “escuela socialista”, ver Victoria Lerner Historia de la revolución Mexicana, periodo 19341940, vol.17 “La educación socialista”, México, Colegio de México, 1979. G. Monroy Huitron. Política educativa de la Revolución 19101940, México, S.E.P., 1975; A. Bremauntz. La educación socialista en México, México, Rivadeneyra,1943; J.Bravo Ugarte. La educación en México, México, Jus, 1966; David L.Raby. Educación y revolución social en México,19211940, México, S.E.P, 1974. Gilberto Guevara Niebla, recop. La educación socialista en México ,19341945, México, S.E.P., Caballito, 1985 . 20
Encíclica Divini Illius Magistri citada por el episcopado mexicano en su pastoral colectiva publicada en Christus, núm.1, diciembre de 1936.
“6. Mientras sea obligatoria la enseñanza socialista según la reforma del artículo 3 de la Constitución, no es lícito (es decir, es pecado) a los católicos abrir y sostener escuelas públicas que en cualquier forma deban estar o estén sujetas a dicha ley, ni acudir o enviar a sus hijos a las mismas, sean oficiales o particulares (…) Y a los padres que tengan a sus hijos en tales escuelas les advertimos que están cometiendo un gravísimo pecado mortal, y que no pueden ser absueltos en confesión mientras no retiren a sus hijos de dichos establecimientos”. 21
Por su lado el gobierno de Oaxaca, como todos los estados de la república, sigue la línea oficial. Así en su Informe de 1935 el gobernador le dedica 7 páginas al tema: “Sin falsas aptitudes pero con una clara conciencia de nuestra responsabilidad, hemos creado también en relación con la escuela socialista un Comité desfanatizante cuyo programa de acción se endereza preferentemente sobre los aspectos de la escuela religiosa, dentro de la aplicación práctica de nuestro medio. Para que pueda justipreciarse el programa que estamos desarrollando en nuestras escuelas y fuera de ellas, me permitiré citar en seguida algunos de sus temas: la religión, las supersticiones, la personalidad de Cristo, la historia y la filosofía; los milagros y su inconsistencia ante la verdad científica; las indulgencias como medio de explotación de la credulidad; los llamados sacramentos y la inmoralidad de la confesión auricular; el culto de las imágenes como manifestación idolátrica, las gavelas religiosas como demostración de la avaricia clerical; las erróneas virtudes atribuidas a los “abogados celestiales”; el sarcasmo del celibato eclesiástico; la imposibilidad de la justicia de Dios frente a las injusticias de la vida y de los explotadores del hombre”(pp5253)
A consecuencia de esta actitud, muchas escuelas quedan vacías y muchos profesores, muchas maestras, puesto que la profesión era bastante femenina, prefieren renunciar. El gobernador lo señala con asombro en su Informe de 1935: “Debe informarse que los métodos tomados por el Gobierno para implantar la educación socialista provocaron en algunos pueblos una situación desconcertante. Algunos centenares de padres y madres de familia reunidos últimamente en la población de Huajuápam giraron un ocurso al Ejecutivo de mi cargo a fin de que no se implantara la escuela socialista y que se permitiera el libre funcionamiento de las escuelas particulares. Va más allá la pretensión de estos padres de familia y es la de que ellos propondrán el personal que atenderá las escuelas de la región, con la amenaza, que de no conseguir lo que ellos pretenden en desacuerdo con el precepto constitucional, mantendrán un estado de huelga en todos los establecimientos de la región. La actitud observada por los pueblos tiene su razón de ser si recordamos que Huajuápam fue la sede de un obispado católico (...) y que es el clero quien ha puesto en juego para sus fines particulares todos los medios para que las grandes masas permanezcan en el obscurantismo y puedan ser de este modo mejor explotadas por la burguesía capitalista (…) El Gobierno de mi cargo ha dictado ya las medidas que el caso demanda y procederá con toda energía, puesto que una conquista revolucionaria tal es la escuela socialista, no 21
Idem: 32.
debe hacer vacilar a los que tenemos la responsabilidad ante la historia de hacer patria verdadera conquistando para los muchos que han vivido vejados, el derecho y la felicidad a que son acreedores.”( pp 5354)
Para esa fecha el Gobierno estatal había cerrado todas las escuelas particulares que no llenaban los preceptos legales, a saber casi todas, y creado Centros Culturales Nocturnos para “modificar tendencias y hábitos indeseables, principalmente destruir las supersticiones y las ideas fanáticas abundantes en la generalidad de las poblaciones indígenas” (pp.55). Obviamente el gobernador Anastasio García no piensa como su predecesor Genaro Vásquez (19251928) que al indio hay que darle la razón aunque no la tenga. El resultado es una prolongada y muy seguida “huelga escolar”, no sólo en Huajuápam, sino en todo el estado. 22 En tal ambiente no es sorprendente que el 3 de septiembre de 1934 todos los sacerdotes del estado de Oaxaca hayan sido convocados por el Gobierno 23 y que el día 11 haya sido publicado el decreto 213, fijando para el estado la proporción de presbíteros católicos a 1 por 60,000. 24 En virtud de dicho decreto, el 27 de diciembre de 1934, todos los presidentes municipales recibieron un telegrama sobre la “cancelación del registro de sacerdotes que venían ejerciendo en el territorio del Estado”. 25 Por lo mismo, todos los sacerdotes tienen que “reconcentrarse en la capital”. El arzobispo está fuera del país, expulsado sin posibilidad de regresar a México, como el delegado apostólico y otros 16 prelados. En su “Carta Abierta” al Presidente Cárdenas (2 de febrero de 1935) Monseñor Ruiz y Flores, en su calidad de delegado apostólico, apuntaba que “Estado hay como Oaxaca en el que sólo se admite un sacerdote y éste únicamente puede ejercer en la catedral, haciéndose imposible por lo tanto que sea debidamente atendidos un millón doscientos mil habitantes que son los que integran la población” 26 En febrero de 1935 quedaban 333 sacerdotes para todo el país y sus más de 18 millones de habitantes; en diciembre eran 197 y en mayo de 1936, 293. 27 ¡Que diferencia con los años 19261929! cuando la curia, el cabildo, el seminario, la administración de los sacramentos funcionaban sin problemas en Oaxaca! Ahora, en 1934 y en los años siguientes, “en esta ciudad Capital, el Gobierno y el Partido Nacional Revolucionario se unen para organizar y desarrollar los “Sábados Rojos que se efectúan en el Teatro Macedonio Alcalá” 28 y se vigilan 22
Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública, datos comunicados por Cayetano Reyes en 1987. En Huajuápam de cerca de 5,000 alumnos, sólo 391 asisten a clase en 19351936. 23 AGEPEO, Gobierno, Asuntos Eclesiásticos, distrito de Etla, distrito de Juquila,1934. 24 AGEPEO, Gobierno, Asuntos Eclesiásticos, Etla, 1935. 25 AGEPEO, Gobierno, Asuntos Eclesiásticos, Juquila, recibo del telegrama del 27 de diciembre 1934 sobre la cancelación del registro de todos los sacerdotes (decreto 213 del 11 de septiembre). 26 Carta abierta del Excmo. Señor delegado Apostólico al Sr. general Lázaro Cárdenas, Presidente de la república, San Antonio, Texas, 2 de Febrero de 1935 (volante en poder del autor). Carlos Martínez Assad. El laboratorio de la Revolución. El Tabasco garridista, México, Siglo XXI, 1979: 51. 27 AGEPEO, Informe de Gobierno para el año 1934: 68. 28 Idem: 9 a 11.
“los abusos de los sacerdotes, testimonio de esta estrecha vigilancia lo es la cancelación del registro de los sacerdotes Ignacio Colmenares y Aurelio Bautista que oficiaban en Nochixtlán y Pochutla; la cancelación también del registro de los sacerdotes obispos de Tehuantepec y Huajuápam (…) En circular número 10 del 6 de junio último (1934) se giraron prevenciones terminantes a las referidas Autoridades Municipales, imponiéndoles obligación de no permitir por ningún motivo el ejercicio de ministro alguno que no esté expresamente autorizado por el Gobierno”. 29 En su Informe de 1935, el gobernador subrayaba: “Cinco años atrás fue reglamentado en el Estado el ejercicio de los sacerdotes, mas la transformación ascencional que imponen las nuevas fuentes ideológicas de la Revolución, exigen la adopción de determinaciones cada vez más drásticas para nulificar los intentos de preponderancia clerical.” “Por esta razón el Ejecutivo de mi cargo, respondiendo a una verdadera necesidad social, no tuvo inconveniente en sancionar el Decreto 213 del 11 de septiembre del año próximo anterior, por el que quedó reducido el número de sacerdotes católicos o de cualquiera otra religión a un ministro para cada 60,000 habitantes. Consecuencia de esta Ley fue la cancelación del registro total de los sacerdotes que venían ejerciendo(…) Lo expuesto da la convicción de que el Ejecutivo de mi cargo, en materia de cultos, responde al momento y a la ideología revolucionaria, no limitándose tan sólo a la aplicación de la ley, sino también desarrollando un vasto plan de desfanatización (...) para combatir en todos sus reductos al fanatismo, valladar que trata de detener a toda costa la marcha progresista de la República, hasta con peligro de su libertad y autonomía”. 30
III. El Ejército Popular Libertador (Widerstand) La ofensiva del Estado reanima las esperanzas de los irreductibles y escasos ligueros, tanto más que en 1935 el Gobierno de Oaxaca tiene que enfrentar serios problemas políticos surgidos entre los grupos revolucionarios: “Esta labor de agitación ofreció caracteres especiales en la región del istmo a causa de que malos oaxaqueños soliviantados por elementos extraños pretendieron crear una situación anormal al declararse en abierta rebeldía (...) con las armas en la mano”. El movimiento sin embargo es rápidamente controlado por el Ejército federal.(32) En los archivos del Comité especial (CE) de la Liga, se ve claramente que los católicos de Oaxaca no decidieron tomar el camino de la lucha armada y siguieron la estrategia diseñada por el papa y los obispos: resistencia por todos los medios legales y pacíficos, sin pretensiones políticas de lograr un cambio de Gobierno, y mucho menos de llegar al poder (sueño liguero). Llama la atención la 29 30
Idem: 78. AGEPEO, Informe de Gobierno para el año de 1935: 34.
ausencia total de movimiento armado en la región de Huajuápam, que había sido un serio foco insurgente en los años 20, y que ahora se encuentra a la vanguardia de la lucha pacífica contra la escuela socialista. 31 La correspondencia entre el Comité Especial (CE) de la Liga, escondido entre México y Toluca, y sus representantes locales es generalmente críptica, aunque fácil de descifrar. Por ejemplo, el 8 de abril de 1935, en carta del CE a Margarita Nava, se puede leer: “…nuestros negocios en estas plazas (de Oaxaca) casi son nulos (...) hay que pensar en seguir nuevos giros comerciales (...) que si se puede formar una cooperativa”. 32 En noviembre de 1935, se manifiestan “cristeros” en el Istmo: Nicanor Díaz con 60 hombres entre Tehuantepec y Salina Cruz; Rito Cortés por Jalapa del Márquez; dos grupos en la zona de Juchitán trabajan con José F. Martínez y Avelino Morales y se dice que opera otro en la sierra de Chimalapa, hacia Chiapas. En claro está el informe presentado por el veterano David Rodríguez quien se presenta como coronel Jefe de las Operaciones Militares en Oaxaca. Del 12 de noviembre de 1934 al 8 de abril de 1935, se la pasó corriendo con un reducido número de soldados “libertadores” entre Juquila, Juchatengo, Minas, Tlacotepec, Texmelucan, Sola de Vega. Presentó varios combates, antes de ser perseguido por 300 federales. El 4 de abril “fucilé en Tlacotepec Teodoro Agilar por ser enemigo de la causa (…) el 8 fucilé a Aurelio Escamilla, secretario de Minas porque el pidió el destacamento y malinformó a 20 personas de rebeldes causandoles muchos perjuicios. Me trasladé a la capital de este estado a la compra de elementos”. 33
En mayo el corresponsal local informa que contaba 50 hombres armados en el oriente, que en el Sur, Benigno Rodríguez tenía 50 armados y Pascual Carrillo otros tantos; que rumbo a la Mixteca Vicente Orozco Carrillo tenía mas de 100. No mencionaba a David Rodríguez. 34 Activos en mayojunio de 1935, “los libertadores” entran luego en receso. Se sabe de pleitos entre los jefes: “el nuevo capataz fue herido por la misma gente nuestra que se supone fue instigada por Carrillo” (…) “el asunto es muy embrollado” y las dudas crecen sobre el “nuevo capataz”, alias Juventino Montaño que se dice general brigadier. 35 Surge una desmoralización tal que la Liga se siente obligada a darles una circular a los oaxaqueños: (escudo de la Liga) DIOS Y MI DERECHO LIGA NACIONAL DEFENSORA DE LA LIBERTAD AL PUEBLO DE OAXACA: 31
CESU, Fondo Aurelio Acevedo (AA) Oaxaca, 19321939. CESU/ AA, Oaxaca ,del D.F. a Margarita Nava, 8 de abril de 1935. 33 CESU/ AA, David Rodríguez al C.E. en Toluca, 15 de abril de 1935. 34 CESU/ AA, M. Mayoral (Oaxaca) al Jefe Supremo de la Guardia nacional, 20 de mayo de 1935. 35 CESU/ AA, Informe de Campaña número 1, Ejército Popular Libertador, Oaxaca; cartas del 24 de junio, 5 y 19 de agosto de 1935. 32
Si los que formáis este pueblo de tan gloriosa historia no tenéis conocimiento de los heroicos esfuerzos libertarios desarrollados en los Estados del Centro y Norte de la República, acercaos a vuestros jefes en la organización respectiva, para que os muestre ejemplares de los Manifiestos y Boletines de Guerra, de nuestro soldados en campaña. La Liga Nacional Defensora de la Libertad, como un ejército cívico y la Guardia Nacional, regida por un Comité Especial (Comité de Guerra), como organización Bélica, están haciendo esfuerzos supremos por encausar(sic) el MOVIMIENTO POPULAR LIBERTADOR. Nuestros valientes soldados, que operan en los Estados de: Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, etc.. inspirados por el ideal cristiano, amantes de la libertad y dignos hijos de la Patria, no han vacilado al enfrentarse con el nefasto Partido Nacional Revolucionario; porque ellos tienen conciencia en su deber y porque saben estimar la libertad como un magnífico don del cielo y como fruto de veinte siglos de civilización. Estos valerosos hermanos y compañeros de lucha esperan que todos los hombres de nuestro glorioso Estado y todos los que habitan el sur del país, sepan dar una evidente prueba de que son dignos de la fama proverbial de los prohombres surianos que en los conflictos más grandes de la Patria han cumplido su deber ciudadano y cuando ha sido necesario, han escrito su nombre con caracteres de fuego bajo el cielo de sus respectivas Entidades Federativas; y la Historia Nacional ha impreso en sus anales esas brillantes proezas de nuestros heroes con caracteres de gloria. Hemos sabido la triste verdad de que os habéis desalentado grandemente porque las actividades bélicas del Estado se han suspendido. Aunque este desaliento es a primera vista razonable, tened en cuenta las circunstancias que han obrado: la falta de implementos de guerra y la carencia de un Jefe prestigiado que dirigiera el movimiento armado han motivado la suspensión de la lucha y han sido su causa inmediata. Ya el Jefe, gracias a Dios, lo tenemos. Tenemos algunos elementos que utilizaremos para reanudar la suspendida lucha. Ahora necesitamos contar con el apoyo moral y material de la sociedad. Por último, recordamos al pueblo oaxaqueño, que las grandes empresas como la presente exigen tiempo, constancia, fe y heroísmo en todos los órdenes. La firmeza de convicciones, la conciencia de nuestros deberes ante Dios y ante la Patria, y el digno ejemplo de nuestros mayores habrán de conducirnos al triunfo definitivo del DERECHO sobre el derecho de la fuerza. Dios guarde a Uds. muchos sños. Oaxaca Sn. Marcial, Septiembre de 1935. DIOS Y MI DERECHO
D. NIETO. El Delegado Regional de la L.N.D.L El Jefe del Sub. Comité E. PANFILO DIAZ M. MAYORAL 36
“Como la gente se me estaba desinflando tuve que moverla. Se comenzó por un jefe rura l A. Irápaga de San Juan Chilateca que murió 36
CESU/ AA, Volante impreso.
con sus pistoleros, su esposa y dos hijas, embras de pe lo en pecho que se batieron con los nuestros... descabezaron a uno en represalia de que a uno de los nuestros, padre de los atacantes captu raron y corta ron orejas y p ies y lo castra ron. Como usted comprenderá no es fácil evitar estos lances tan terribles con esta gente semibárbara... tenemos otros jefes rurales en capilla pues necesitamos quitarnos enemigos de la sierra... pues el valle no es propicio.” 37
El inspector militar de la Liga, quien firma D. Nieto, reporta el 14 de septiembre que “en el Sur casi no se puede contar con grupos armados”, en San Miguel Peras, el general Montaño tiene 50 hombres armados; los hermanos Alberto y Juan Juárez, 100 armados por Ocotlán; Pascual Carrillo (Zimatlán), con 50 no todos armados; Raúl Martínez con 50 no todos armados por Santiago Mixtepec; Manuel Avendaño de Ixtepeji, Enrique Marcial de Tlacolula, Maximiliano González en Tlaxiaco y Baldomero Díaz, por Peña Larga (Ejutla), andan en las mismas: lo que da un total de 400 hombres, no todos armados y casi todos sin parque. 38 El 16 de febrero de 1936, el responsable local escribe al inspector militar Domingo Nieto (D.F.): “Cuando Ud se fue, nuestra situación era favorable (principios de 1935), también un poco cuando llegó el Sr Rendón (...) pero hoy todo está cambiado que ni uno mismo lo cree, es un indeferentismo(sic) tal que no se sabe a que atribuirse. Creemos que sera en que nada más se les ha estado engañando, y solo que vieran algo pudiera ser que asi llegara a levantarse algo los ánimos. Han estado llegandoles a algunos jefes, anónimos diciendoles que todos somos una pandilla de sinvergüenzas que no basta que el pueblo esta tan mal y todavía se le engaña para robarle. Le suplico que pida a Dios por nosotros para que se remedie la situación”. 39
No se remedia, 40 por falta absoluta de recursos por parte de una Liga que no tiene dinero para mandar parque a los pocos “libertadores” pero principalmente por la condena absoluta y reiterada de la lucha armada por la Iglesia. Por lo mismo la Liga se siente obligada a afirmar que: (VI) “las disposiciones eclesiásticas no pueden afectar la vida de nuestra Institución si se toma en cuenta que ella tiene el reconocimiento de la SANTA SEDE y del Comité Episcopal, porque nuestros procedimientos no se apartan de la moral Cristiana, por más que estemos dentro de un campo puramente cívico y sólo amparados por inalienables derechos naturales.
37
CESU/ AA, 5 de septiembre de 1935. CESU/ AA, D. Nieto inspector militar, 14 de septiembre de 1935. 39 CESU/ AA, M. G. Sánchez, Oaxaca, al C.E., 16 de febrero de 1936. 40 CESU/ AA, Justino Martínez, de Tuxtepec, a C.E., 4 de marzo 1936. Y sin firma de Chilapa, Guerrero, a José Vega, D.F., 16 de marzo de 1936. 38
VII. Las opiniones personales de algunos sacerdotes desafectos a nuestra Institución no pueden cambiar el curso de ella (…)”. 41
En el verano de 1936 el Ejército federal intensifica la batida contra los últimos “libertadores” y en julio mata a uno de los dos hermanos Juárez. “No tenemos víveres, están los muchachos sin ropa, unos sin capote, sin guaraches, sin medicinas ni parque, carecemos de todo” 42 escribe el capitán A. Morales. Sólo David Rodríguez logra conservar alguna gente armada por el rumbo de Amatengo, pero “las cosas se están poniendo mal porque el gobierno sabe que anda la gente de David Rodríguez (…) Las muchachas (del apoyo logístico de la brigadas femeninas Juana de Arco) están muy contrariadas y ya no quieren nada, por tanta mentira y tanto engaño”. 43 El 1 de septiembre Montaño y Morales, con 42 hombres, de los cuales 26 armados, toman Ocotlán pero se pierde el dinero recogido (5,500 pesos); el 22 de noviembre Montaño entra a Zimatlán y luego a Santa Cruz Mixtepec. En su Informe sobre el año 1936, el Gobernador señala la presencia de “malhechores” en la Costa, el Istmo y Ejutla, y reconoce la toma de Ocotlán: “la región que ha requerido constante preocupación de las autoridades civiles y militares es la limítrofe del distrito de Jamiltepec, cerca del Estado de Guerrero”. En cuanto al culto, “son inscritos y autorizados 17 sacerdotes del culto católico y 1 del evangélico”. 44 Entre los sacerdotes autorizados figura ahora el arzobispo, lo que contribuye a debilitar la lucha armada: “La Liga (en Oaxaca) apenas está por reorganizarse porque no encuentro elementos, más ahora que ya está cerca el Sr Arzobispo y la gente dice que en Oaxaca ya no hay conflicto. Cualquier cosa que se quiera hacer, dicen hasta los mismos sacerdotes que no hay necesidad de meterse a trastornar la tranquilidad del Pueblo. Con la salida del Sr Arzobispo a los tres días de haber llegado a ésta, hubo algo de agitación entre los grupos católicos, pero luego vino la calma y todo terminó para ellos”. 45
En los informes de 1937 y 1938 del nuevo gobernador Constantino Chapital ya no hay mención de los “malhechores”: “Aun las creencias personales que a veces tienen repercusiones colectivas fanáticas no han constituido escollos para la
41
CESU/ AA, LNDLR al C. Delegado Regional en el estado de Oaxaca, Instrucciones para el funcionamiento de la Organización., 27 de marzo de 1936. 42 CESU/ AA, Ejercito Popular Libertador, el inspector D. Nieto al C. Gral. J.O. en Oaxaca, 30 de junio de 1936. 43 M. Mayoral (Oaxaca) 30 de julio de 1936 a D.Nieto, México. 44 A. Morales, julio 26 de 1936 a Mayoral e informes del 1 de septiembre, 8 de octubre, 22 y 28 de noviembre de 1936. AGEPEO, Informe de Gobierno, 1936: 4 y 5. 45 CESU/ AA, Oaxaca. 20 de agosto de 1937. Datos del Sub Comité Especial de Oaxaca de diciembre de 1936 a septiembre de 1937.
Administración de nuestra vida orgánica”. 46 La correspondencia de la Liga en 1937 tampoco menciona acción armada alguna y sí nota mucha desmoralización: “Tube una entrevista con un sacerdote y me dijo que los trabajos de la Liga no son beneficos por que nunca han prosperado los trabajos y en fin me dijo que nada de los trabajos eran buenos”, por ser condenados por el papa. 47
Al terminar el año, el responsable por Oaxaca escribe a México que “nuestra situación se nos pone muy trabajosa por que no encontramos trabajadores para la obra. Si nuestros compañeros siguen con esta apatía, nos vamos al avismo, hasta las Señoritas han fallado”. 48 En 1938 se menciona a un solo jefe activo y, de la peor manera: “El amigo Sixto Fernández se cobija por Zimatlán con nuestra bandera para cometer crímenes y robos, según dijo el Sr Cura de ese rumbo”. De México contestan que “no estamos dispuestos a tolerar ningún perjuicio causado al pueblo que nos ayuda”. 49 El documento que sigue es el colofón de los “libertadores”: “Se nos pone cada día mas difícil, no hay personas que nos ayuden, nos tiran a lucas, todo por que el pueblo tiene todas las libertades, fuegos, calendas, funciones religiosas en los templos, fiestas profanas, en fin todo lo que el pueblo cree que es libertad. Por el otro lado nuestros hombres estan desesperando de esperar sin ninguna esperanza (…) Aca se han dejado decir que el clero no va de acuerdo con los trabajos de la Liga”. 50
Néstor Sánchez Hernández participó en la lucha contra esos hombres y dejó un testimonio de gran valor: PERSIGUIENDO A DAVID RODRÍGUEZ Aquella noche misma salí incorporado a una sección formada de dos pelotones a ninguno de los cuales yo pertenecía, rumba al valle(...) Y así seguí con el resto de la partida. Íbamos a perseguir a las gavillas de rebeldes que seguían a un cristero llamado David Rodríguez. Éste se hacía llamar “general” David Rodríguez y la gente de toda aquella abrupta comarca costera le protegía y aprovisionaba. Nosotros la tropa federal, realmente íbamos en desventaja. Sin embargo, “órdenes son órdenes” como decían los sargentos o bien, como nos decían los oficiales con criterio limitadísimo acerca de lo humano: “Es tropa y así marcha”. Esta frase la aplicaban siempre que nos lanzaban a difícil empresa y bajo las peores condiciones. Así nos adentramos en la Sierra Madre del Sur. En la “Y”, más allá de Ayoquezco, empezamos la ascensión. (...)
46
AGEPEO, Informe de Gobierno, 1937:5. CESU / AA, Oaxaca, F.G.Puerto (Oaxaca) a N. Granados, 7 de julio de 1937. 48 CESU/ AA, F. G. Puerto al C.E. , 15 de noviembre de 1937. 49 CESU/ AA, Desde Oaxaca, a 22 de septiembre de 1938 y la contestación de México el 3 de enero de 1939. 50 CESU/ AA, Oaxaca, enero 5 de 1939, Antonio García a J. Vega (C.E.). 47
Una noche se presentó David Rodríguez, el fiero guerrillero a Juchatengo, es decir allá, en las cimas de las augustas montañas que nos circundaban. Él sabía de seguro que había tropas federales allí y sabía su plan. Para nuestro asombro, traía corneta de órdenes y todo. Allá a la distancia, desde la cumbre última para descender el río, se dejó escuchar el agudo toque de su corneta que tocaba “enemigo al frente” (cada toque de corneta tiene su denominación). Nuestro aguerrido capitán Colmenares no salía de su trinchera y fue su mujer la que ordenó a nuestro corneta, el Becerrito, que así le apodábamos, que contestara. La noche se echaba encima y de pronto vimos grandes fogatas a la orilla del río, pero de este lado; ya estaban pues, a nuestro alcance. Esperábamos órdenes. El “valiente” capitán Colmenares no apareció. La señora hermosa, con su pelo suelto, era nuestra jefa y resultaba mejor para nosotros. Empezó el tiroteó dentro de las calles del pueblo, debajo de nuestra posición. Los perros ladraban desesperados y un tiro aquí y otro allá de los rebeldes fueron callándolos. Por fin en nuestras barbas casi, los rebeldes prendieron fuego a la casa de don Tacho (éste ya había huido por supuesto). La noche se iluminó mientras nosotros escuchábamos el burlón “torito” de la corneta enemiga que se alejaba más y más. En la refriega habían matado a la mujer de don Tacho. Entonces salió el capitán de su escondrijo todo tembloroso. (...) Nosotros pensamos que se trataba de un rebelde.(...) Hermano del guerrillero era Alfonso Rodríguez, mi amigo, tipo simpático enrolado como yo en el 53 Batallón de Infantería. ¿Y si nos cayera aquí David Rodríguez, tu hermano? le pregunté aquella vez a Alfonso, mi compañero de armas. ¡Me lo echaba, palabra! Me contestó sonriente y burlón. Yo soy soldado. Pero si es tu hermano... Si viene como hermano, lo trataré como hermano, ¡pero si viene echando bala, yo también le disparo! Esto ocurría cierta vez en un lugar llamado “La Concha”, en las estribaciones de Cinco Cerros cuando esperábamos el asalto de los rebeldes.(...) Dentro del tiempo de aquella campaña, recuerdo, planeaba despertarme con todo y arma y municiones e incorporarme con la gente de David Rodríguez. Desde Juquila estuve a punto de hacerlo; ya tenía listo todo y estaba decidido. Ya sabía que me jugaba la vida pero mi espíritu rebelde y justiciero más me acercaba a aquellos guerrilleros idealistas que a mis compañeros de tropa, gente mandada por un gobierno al que no consideraba del todo justo con el pueblo hambriento de mi estado de Oaxaca, lo único que yo conocía hasta entonces. Diez meses creo duró aquella campaña. Con el tiempo, ya sin la indumentaria militar, puesto que los uniformes se nos habían acabado, vestíamos como podíamos y éramos ya, de hecho, otra gavilla de facinerosos porque con el ejemplo de aquellos jefes no podíamos ser una tropa modelo. Recuerdo cómo nos tenían miedo cuando llegábamos a un pueblo. Claro, pues había tropa que entraba a saquear de manera violenta. El pueblo no estaba con nosotros. Había que cambiar los mandos y cuando así fue, tras meses de atropellos, la cosa cambió y las gavillas de los rebeldes fueron siendo aniquiladas u obligadas a rendirse. Cuando llegó la fecha en que teníamos rodeado a David Rodríguez en su madriguera de Cinco Cerros y éste salió huyendo del cerco sólo para ser
aniquilado por nuestras tropas, pude advertir en el rostro de mi camarada Alfonso Rodríguez cierta amargura, cierto pesar. Un anochecer en plena sierra le dije: ¡Qui’hubo! ¡Vámonos con David! Y sus ojos negros se le iluminaron, porque después de todo era su hermano quien estaba a punto de caer en la trampa tendida por el capitán Carrillo, se decía. Así acabó David Rodríguez y con ello quedó pacificado el estado de Oaxaca. Pero el pueblo que forja sus leyendas y canta a sus héroes, compuso un corrido de David Rodríguez del cual apenas esto recuerdo: En un cerco de nopales Gritaba David Rodríguez: “¡David Rodríguez no pierde, que mueran los Federales! Encima de un pedregal los dos jefes se encontraron; ¡allí se iban a matar y nomás se balacearon! Cuando Carrillo cayó herido por unas balas don Tacho Silva gritó; “¡Ni modo, fue la de malas!” David Rodríguez huyó rumbo para San Jacinto, herido también salió por una “cuarenta y cinco”…! El guerrillero David Rodríguez era hijo del general Juan G. Rodríguez, soberanista, ambos amos absolutos del baluarte montañoso de Cinco Cerros, al norte de Juquila. Curioso tipo Rodríguez, que en 1928 se levantó en armas enarbolando el lema de “Viva Cristo Rey”, en el fondo era un residuo del zapatismo, del buen movimiento zapatista, del que quería y reclamaba por las armas que la tierra fuera para quienes la trabajaran con sus manos. Tenía 25 años y un huracán de inquietudes lo arrastró a echarse al monte cuando ya todo el país estaba pacificado; y Oaxaca era, por la injusticia que siempre ha humillado a nuestras gentes del campo, lugar propicio. No es casualidad que David Rodríguez fuera enemigo acérrimo de feroces caciques como don Tacho Silva, de Tututepec, acuartelado, con apoyo de fuerzas del Ejército Nacional, en Juchatengo. Todavía lo recuerdo, a David Rodríguez lo protegían los campesinos de la gran comarca serrana entre Sola de Vega, Juquila, Jamiltepec e Ixtlayutla. Durante años, las fuerzas federales lo persiguieron sin éxito y había de ser una mujer, una tal Leonarda, quien lo traicionara.
Nuestro hombre no era un impreparado; había estudiado en la Normal, fue administrador de la Hacienda de Candiani y, dadas sus inquietudes sociales, anduvo con la gente de Erasto Flores, por Santa Ana Tlapacoyan y Ayoquezco. Nativo de Teojomulco, David aparte de la influencia de su padre, tuvo la de Fidel Baños y Francisco Baños, zapatistas costeños, contemporáneos del guerrerense silvestre Castro el Ciruelo (cabe hacer la aclaración que José Baños fue carrancista). Era un tipo muy astuto levantado en armas y perseguido ferozmente por las fuerzas federales, se escabullía por veredas y cumbres para llegar a la Ciudad de Oaxaca a proveerse de armas y parque y cuántas veces sus propios perseguidores hablaron con él sin saber de quién se trataba. Mentira que lo hayan aniquilado en el Cerro de la Neblina los del 53 Batallón al mando del Capitán Carrillo. Este no fue sorprendido en su madriguera sino que herido, pudo llegar, auxiliado por sus partidarios, hasta la ranchería de la Soledad, Ixtlayutla, distrito de Jamiltepec, donde murió y donde está enterrado. Yo todavía conservo en mis manos un “corrido” escrito por el propio David quien, con su hermano Alfonso y no “José” como dijo un escritor, que eran de espíritu alegre, componían corridos revolucionarios. He aquí algunos pasajes. Corrido 51 Tengo una deuda enorme con Anselmo Arellanos Meixueiro quien me hizo descubrir ese testimonio generoso. A él debo también la boleta de bautizo de David C. Rodríguez: ARCHIVO PARROQUIAL Sto. Domingo Teojomulco, Oax. Libro de Bautismos FE DE BAUTISMO DE: Libro No. 11 (18991903) DAVID C. RODRIGUEZ Pag. 199 Pda. 84 En la Iglesia de Santiago el Menor Teotlasco (hoy Xochiltepec, Sola de Vega, Oax.), a los siete días del mes de marzo de 1901, yo el cura encargado bautice solemnemente a David Ciro de un mes seis días de nacido en el mismo pueblo, hijo natural de Juan Rodríguez y Juana Avendaño. A.P. Bacilio Rodríguez y Brígida Cruz. A.M. Felipe Avendaño y Luz Reyes. Padrinos: Valentín Velazco y Adelaida Vazquez. Conste: Vicente González
Y la parte de su último combate: “EL CABECILLA DAVID RODRÍGUEZ, MUERTO.
51
Néstor Sánchez Hernández, Un mexicano en la guerra civil española y otros recuerdos, Oaxaca, Carteles editores, 1997. p. 4561
Oficialmente fuimos informados en la Comandancia de la Zona Militar que ayer en la tarde las tropas federales libraron un encuentro armado con las chusmas cristeras del fanático David Rodríguez que, como se sabe, habían venido merodeando desde hace algunos meses por las zonas correspondientes a los exdistritos de Sola de Vega y Juquila, sugestionado por elementos fanáticos y aun por el clero de aquella región, pues cuando hace cosa de un mes en una acción de armas Rodríguez perdió su archivo, le fueron encontradas algunas cartas comprometedoras y propaganda religiosa. Las incursiones que David Rodríguez hizo en varias poblaciones de Sola de Vega y Juquila determinaron cierta inquietud y alarma en la región, constituyendo un obstáculo para el libre desenvolvimiento del comercio, dando margen a que se provocara una situación de desconfianza entre los hombres de iniciativa. (…) Según los informes de la Comandancia Militar, durante el encuentro armado realizado ayer con las fuerzas de Rodríguez, las chusmas fueron completamente dispersadas y muerto el cabecilla cristero. La acción se registró en la municipalidad de Soledad Ixtlayutla, de la jurisdicción del exdistrito de Jamiltepec. El cadáver de Rodríguez fue debidamente identificado por el exjefe de la Defensa Social de Jamiltepec.”
IV.
La otra resistencia (Resistenz)
A lo largo de esos años 1930s el pueblo católico sigue las instrucciones dadas por Roma y por los obispos; el arzobispo Núñez y Zárate pertenecía al grupo de los moderados que nunca vio con buenos ojos la lucha armada, ni en 19261929. La resistencia según la línea romana tiene como meta mantener a toda costa el culto, la vida sacramental, la formación espiritual de los católicos de todas las edades y de todas las condiciones sociales; la Acción Católica, a través de todas sus ramas, y sin nunca entrar en actividades políticas ni sindicales, es el instrumento designado. 52 La vía legal es la única admitida y los católicos la usan permanente y masivamente. En todo esto, el papel de los laicos es decisivo, especialmente cuando el Gobierno desautoriza la actividad de casi todo el clero en Oaxaca. La resistencia se desarrolla en varias direcciones, según las circunstancias, para contestar a las diversas ofensivas del Gobierno. Las peticiones primero, la huelga escolar cuando aquellas fueron desechadas, tal es la contestación a la “escuela socialista”; la multiplicación de las actividades religiosas y de catequesis 52
AGEPEO, Revolución, Gobierno/Asuntos Eclesiásticos, 1926, Oaxaca. Varios folletos, volantes, periódicos publicados por la Acción Católica Mexicana entre 1933 y 1937, como “Cultura Cristiana, Semanal editado por la Comisión Central de Instrucción Religiosa de la A.C.M.” José Miguel Romero de Solís documenta que los obispos “dieron como su única prioridad la vida diocesana y la regeneración moral de sus comunidades, guardando por lo general silencio en las cuestiones conflictivas o de dimensión nacional, papel reservado al “Comité Ejecutivo Episcopal”; da estadísticas del Oficio Catequístico que muestran como los centros de catecismo duplican en 1936, como las asociaciones piadosas surgen por todos lados. En El aguijón del Espíritu . Historia de la Iglesia en México 18951990, México, IMDOSOC, 1994: 371373 y 390391.
por parte de las mujeres responde a la cancelación del registro del clero en su casi totalidad, así como una gran actividad litúrgica en los templos con rezos, rosario, misas “blancas”, es decir lectura de todo el oficio sin consagración del pan y del vino; sin hablar de las misas clandestinas, bautizos, matrimonios celebrados por los sacerdotes en casas privadas y escondites. Cuando en 1934 el gobernador limita a tres el número de sacerdotes autorizados en la diócesis de Huajuapam y decreta la desaparición de las escuelas católicas, lo que ocurre es la aparición de la vieja fórmula de la Nueva España (y de todo el imperio español): “obedézcase pero no se cumpla”. Pues el obispo puede, con la ayuda de la población mantener en actividad 60 sacerdotes y un centenar de escuelas clandestinas; la huelga escolar pone en jaque a la escuela socialista; la gente mantiene y aumenta la práctica religiosa, repica las campanas como nunca, canta a toda hora en los templos (oficialmente clausurados). Ese mismo obispo prohibe a los fieles participar en la lucha armada y fomenta el desarrollo impresionante de una Acción Católica que será poco después la base de la oposición política, la base del PAN en 1938. 53 La petición presentada por las autoridades municipales es la actividad de resistencia más documentada en los archivos del estado. Esas peticiones cubren todos los aspectos del conflicto religioso, desde la protesta contra la supresión de las mayordomías hasta la solicitud de un sacerdote para celebrar la fiesta del pueblo, pasando por la batalla escolar y el registro de los presbíteros. De 1933 a 1938 el Archivo histórico del Estado (AGEPEO) está repleto con estos documentos que provienen de todos los distritos, de todas las parroquias, de todos los numerosos pueblos de Oaxaca. Eso explica la molestia de los gobernadores que denuncian la antigua y nefasta connivencia entre las autoridades municipales y el clero. Si uno hojea en el ramo Revolución, Asuntos Eclesiásticos (o católicos), para el ex distrito de Villa Alta, encontrará abundante documentación. En 1933 las autoridades locales defienden al sacerdote Epigmenio Hernández, párroco de Camotlán, acusado por maestros rurales del lugar. Este asunto termina de curiosa manera con un “avenimiento, con el objeto de proceder en el futuro de común acuerdo”. El pacto firmado por ambas partes preveía: “I. Que el Sr cura continuará prestando sus servicios que corresponden a su misión, con la condición de que supriman las malas costumbres y supersticiones y demás gastos superfluos que con el pretexto de festividades tanto profanas como religiosas se hacen con el alcoholismo”. 54
En 1934, Tlahuitoltepec, Atitlán y Zacatepec de Choápam defienden a su sacerdote contra los maestros rurales que habían denunciado que “el 4 de los 53
Comunicación inédita de Benjamin Smith, “Anticlericalism, Resistance and the Birth of the PAN in the Diocese of Huajuapam de León, 19301950”, Belfast, 14 de octubre de 2005. 54 AGEPEO, Revolución, Asuntos Eclesiásticos, Villa Alta, mayojulio de 1933. Expediente formado con motivo de la acusación presentada contra el sacerdote Epigmenio Hernández.
corrientes a las nueve de la mañana gran número de hombres, mujeres, niños y niñas guiaba el Sr Angel Martínez con un “fetiche” que llevaba con tanta humillación afuera del “templo católico”. La denuncia tenía “el objeto de que los sacerdotes no continúen explotando en forma tan absurda a la raza mixe de nuestro Estado que existe en medio de tantos engaños”. El sacerdote había sido inmediatamente convocado por el Gobernador “para un asunto de carácter administrativo” y “una minuciosa investigación” ordenada “sobre los hechos que se denuncian a efecto comprobarlos o desvirtuarlos”. Las autoridades municipales contestan que “el profesor I. busca ahora la forma de perjudicarnos sorprendiendo a esa Superioridad como a la Secretaría de Gobernación con un informe de todo punto transversal. En esta población como en toda la región hay personas adictas a la religión católica, pero estos creyentes celebran sus Cultos sin traslimitarse de las Leyes vigentes”. 55 En 1935, en el marco de la guerra escolar, abundan las denuncias por parte de los maestros de la complicidad entre sacerdotes y autoridades municipales para violar las leyes, celebrar fiestas y procesiones, mantener las mayordomías “no obstante las disposiciones prohibitivas al respecto que se han dado en varias ocasiones, a fin de abolir esta clase de actos tan perjudiciales para los propios pueblos (…) Por acuerdo del C. Gobernador Constitucional prevengo a usted impedir con energía (...) se continúen celebrando las referidas “mayordomías” que ocasionan la ruina económica de quienes son designados par hacer tan infructuosos, además de que se infringen las disposiciones antes aludidas”. 56 En todo el año los maestros no se cansan de denunciar las “violaciones a la Ley de Cultos” y la presencia de “sacerdotes sin autorización”; en forma paralela los pueblos no se cansaban de presentar peticiones multifirmadas, pidiendo al Gobierno un sacerdote, cuando el famoso decreto 213 (septiembre 11 de 1934) permitía sólo 1 sacerdote por cada 60,000 habitantes. Así en Etla, la petición presenta 1200 firmas de mujeres 57 . Ciertas demandas resultan imposibles de rechazar: cuando el vecindario y los comerciantes de Juquila piden que el sacerdote José Cao Romero sea autorizado a ejercer su ministerio en el santuario, el más famoso del estado, durante la fiesta, Gobernación otorga el permiso, limitándolo al periodo del 4 al 13 de diciembre de 1935. 58
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AGEPEO, Asuntos Eclesiásticos, legajo 218/01, Villa Alta, y 219.3/03, denuncias el 10 de junio de 1934 contra el señor Ángel Martínez; otra contra el presidente municipal de Comatlán (sic, debe ser Camotlán) por el Partido Nacional Revolucionario desde México D.F. a 1 de agosto de 1935. 56 AGEPEO, Asuntos Eclesiásticos, Del Gobierno de Oaxaca al presidente municipal de Camotlán, Villa Alta, para que con toda energía impida la celebración de Mayordomías en esa jurisdicción a su cargo, 16 de mayo de 1935. 57 AGEPEO, Asuntos Eclesiásticos, Etla, 1935, denuncia en el mes de junio. Petición firmada por 1200 mujeres, presentada el 9 de agosto de 1935. El Gobierno recuerda la supresión de las mayordomías el 17 de febrero de 1935. 58 AGEPEO, Asuntos Eclesiásticos, Juquila, telegrama del 5 de diciembre de 1935: “Comenzó a ejercer su ministerio el sacerdote…”
En los legajos correspondientes a los ex distritos de Etla, Juquila, Ocotlán, Nochixtlán, Sola de Vega, Zimatlán, Huajuápam, Teposcolula, Tlaxiaco, Putla, Pochutla, Miahuatlán, Tlacolula, se repiten de manera incansable las mismas peticiones, sea de un permiso limitado en el tiempo para que celebre el sacerdote, sea de “licencia para que las procesiones de dichas imágenes se efectúen en el cementerio”, sea que “depositamos ocursos solicitando con fundamento Ley Cultos autoricese Ministro Católico para oficiar zona comprende dichos Pueblos por estar dentro prevenciones Ley” (13 pueblos de Ocotlán , mayo 10 de 1935).
CONCLUSIONES Serán tan breves como inciertas, al grado de que desembocarán en preguntas e invitación. 1. El conflicto religioso de 19261938 es una cosa y el gran levantamiento armado de los católicos, que paso a la historia como "la Cristiada", es otra cosa. La Cristiada es una resistencia en forma de "Widerstand", como tal es una parte muy importante de la conducta de los católicos frente al gobierno del presidente Calles, pero no es todo; a su lado o en su lugar, incluso en su contra, hay esa otra forma de resistencia, "Resistenz", sin violencia. La ofensiva anticlerical de los años 20 que se vuelve antirreligiosa en los 30 tiene una dimensión nacional y es continua; así como está presente en todas las regiones del país, provoca la resistencia, bajo formas variadas, en todas partes. Como la lucha armada es más visible y espectacular, hemos subestimado la fuerza de la piedad popular. El uso que ahora sabemos hacer de la memoria colectiva local permite reparar ese error. Así los mayos de Sonora recuerdan la destrucción de sus imágenes en 1934, en Chiapas hablan de “cuando quemaron los santos” y en Otatitlán (Veracruz) celebran una segunda fiesta de su Cristo Negro, en el día aniversario de su decapitación por los iconoclastas. 59 2. En Oaxaca, la Resistenz fue casi general y permanente, mientras que Widerstand se quedó marginal en cantidad y periférico en calidad. Impresionante fue la manifestación de identificación de la gente con la institución eclesial y con la religión católica. Fueron pocos los casos de desbordamiento incontrolado de “religiosidad popular”. Encontré dos nada más. El primero, de poca monta ocurrió en 1926, antes de la suspensión de los cultos, pero ya en la tensa espera de una catástrofe, en el pueblo de Itundujia (Tlaxiaco): “una indita que ni hablaba castellano dijo que Dios le habló diciéndole que debían adorar una piedra que estaba en el campo (...) y ahora tiene Ud las grandes peregrinaciones de los pueblos hasta lejanos que van a ver el milagro”. 60 Edward WrightRios estudia las
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Comunicación inédita de Adrian Bantjes, “Making Sense of Iconoclasm”, Belfast, 14 de octubre de 2005. AHAO, Fondo Diocesano, Gobierno, Correspondencia, P. Castro al Canónigo Agustín Espinosa, 8 de mayo de 1926. 60
apariciones en una gruta de Ixpantepec (Juquila) desde noviembre de 1928 hasta 1934. 61 Primero fueron aceptadas por el cura y luego fueron descalificadas. 3. Lo que conduce a una pregunta que no puede recibir contestación en el marco limitado del presente estudio, a saber ¿el triunfo de la línea Resistenz hace de Oaxaca la excepción que confirma la regla, o bien nos Ileva a otras preguntas? 4. Para poder contestar, habría que estudiar todos los estados, todas las diócesis en las cuales no hubo levantamientos católicos importantes. 5. Y realizar, después, una comparación, punto por punto entre las regiones de Widerstand y las de Resistenz: los antecedentes del Porfiriato, de la Revolución entre 1910 y 1925; entre 1926 y 1938, la conducta respectiva del Gobierno local (que tiene que ver con sus relaciones con el Gobierno Federal), de la Iglesia local, del Ejército, de la sociedad (análisis de clases, cultura, vivencia religiosa, geografía: comunicaciones y/o aislamiento, factor étnico...) Así en el caso del estado de Oaxaca, la existencia del foco "cristero" de Huajuápam puede llevar a interesantes paralelos con los Altos de Jalisco. La zona persistió en su situación de "deviant case" y abrazó el sinarquismo, luego la militancia en el P.A.N. En 1962 vivió un levantamiento "cristero" duramente reprimido y poco conocido. El vecino estado de Puebla parece haber vivido una Resistenz semejante y uno esta tentado de comparar la moderación del gobernador Tirado a la de su colega Genaro Vásquez y la del arzobispo de Puebla, Mons. Vera y Zuria, a la de José Othón Núñez y Zárate. 6. Eso conduce una vez más al tema de las personalidades, de los actores personales en la historia. ¿Cómo ponderar ese factor? Jalisco tuvo en 1926 un gobernador interino, Silvino Barba González, hombre de buena voluntad, que intentó abrir los ojos al Presidente Calles sobre el peligro de exasperar, desesperar al pueblo católico de Jalisco; en el mismo momento, el arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez luchaba, primero para convencer a sus colegas de no suspender el culto, segundo, después del 31 de julio de 1926, para impedir el levantamiento de sus fieles. Ambos hombres fracasaron y en Jalisco triunfó en grande la línea de Widerstand. Ahí entran en consideración los otros factores mencionados; en el apartado de los "antecedentes", a diferencia de Oaxaca, Jalisco había conocido puros revolucionarios jacobinos entre 1914 y 1924 y sus católicos se habían organizado y fogueado en esas duras luchas. 7. En cuanto al ejército: el factor personal de los jefes es importante, ciertamente, pero generales humanos, respetuosos de la vida de los civiles y hasta de los combatientes enemigos, como Manuel Ávila Camacho o Lázaro Cárdenas, en Jalisco y Michoacán, no pudieron evitar la gran guerra que asoló el Occidente; el general Espinosa y Córdoba hizo la guerra en Michoacán antes de dirigir la J.O.M. de Oaxaca en 1928, como un hombre conciliatorio. Claudio Fox quien lo sustituyó en Oaxaca, después de su muerte accidental, no tenía fama de ser muy suave: en 61
AHAO. Correspondencia, el cura de Juquila, A. Canseco, 16 de enero de 1929.
Oaxaca lo fue. ¿No será que los militares se portan bien cuando no los atacan? ¿Por qué su anticlericalismo ¾a lo menos él de algunos¾ fue tan visible y odiado en la zona cristera, mientras que no se manifestó en Oaxaca? 8. El anticlericalismo está por estudiarse. En Oaxaca, en los archivos del Estado y de la Iglesia, no parece ser muy fuerte y sus portavoces son todos maestros de primaria. Pero habría que profundizar. 9. Después de comparar Oaxaca con otros estados "tranquilos", habrá que volver a la pregunta de su especificidad. ¿Qué tanto pesó en la conducta del Gobernador el hecho de dirigir un estado con una población indígena en su gran mayoría, viviendo en una multitud de pequeñas comunidades fuertemente estructuradas? ¿Cómo logró ser un perfecto "callista", en excelentes términos con el Presidente, y al mismo tiempo el hombre del modus vivendi con la Iglesia local? ¿Será una prolongación del "soberanismo" oaxaqueño y también la consecuencia de su teoría: "Hay que darle la razón al indio, aunque no la tenga?” Cambie Usted la palabra "indio" por la de "católico" y verá. Muchas autoridades locales tuvieron la misma actitud que Genaro Vásquez y no aplicaron o aplicaron a medias las órdenes oficiales. “Darle la razón al indio” es, sabiamente, reconocer la fuerza de la resistencia silenciosa de los pueblos y de la élite local; es también tener conciencia de la debilidad del Estado. El silencio del presidente Calles en su correspondencia con el leal Genaro Vásquez ratifica ese conjunto de simulaciones. No se puede hacer nada, tal es la matriz. ¿Sabiduría o impotencia? La impotencia es una forma de sabiduría y eso permite, al nivel nacional, primero los “arreglos” de 1929, después progresivamente su aplicación en tiempos de Cárdenas, entre 1936 y 1938. Cuando no surge un gran movimiento armado, el Estado no se atreve a exigir la ejecución de sus directivas, se para antes de recurrir a la violencia. 10. Con sobrada razón la Federación Regional de Obreros y Campesinos de Juquila podía quejarse en 1936 de que “en aquella región todavía se ejerce el fanatismo a ciencia y paciencia de las autoridades pues que constantemente se celebran fiestas de mayordomías en abierta pugna contra los postulados de la revolución”. 62 En Juquila y en todo el estado. Curiosamente el arzobispo José Othón Núñez y Zárate, ya de regreso en Oaxaca, manifestaba un paralelo pesimismo: “Con inmensa tristeza consideramos que los avances del mal en sus diversas manifestaciones han llegado a un grado tal que parece realizar la apostasía general. Y no es que desconozcamos que son aun numerosos los que cumplen sus deberes de católicos; pero al mismo tiempo es una pavorosa realidad
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AGEPEO, Asuntos Eclesiásticos, Juquila, queja del 14 de enero de 1936.
que son legión los que viven en completa indiferencia religiosa, entregados a la inmoralidad en sus formas más odiosas” 63
Uno puede preguntarse porque se lamentaba el arzobispo. Cuando escribía, el conflicto religioso estaba a punto de terminar y el presidente Lázaro Cárdenas había multiplicado las señales (y los actos concretos) en ese sentido; los católicos recuperaban, estado tras estado, parroquia tras parroquia, sus templos y sus curas. En Oaxaca, habían ganado la batalla, o estaban terminando de ganarla, de la manera más ortodoxa del mundo. No habían escuchado los llamados a la lucha armada; como en 19261929, habían preferido, en unión con su clero, la “Resistenz” al “Widerstand”, la larga paciencia de la lucha cívica y de la vida religiosa redoblada, al recurso de las armas. Hasta podría uno pensar que sus méritos fueron mayores en la segunda etapa del conflicto, puesto que en los años 30s, la Iglesia no pudo contar con el modus vivendi respetado por el gobernador Genaro Vásquez en los años 1920. La Cristiada no se había propagado entonces a Oaxaca, en buena parte porque la vida religiosa no había sido seriamente afectada; en los años 30, Oaxaca no pudo repetir esa buena experiencia ni gozar de un régimen especial: en un momento dado se quedó oficialmente sin sacerdotes y sometida a la misma embestida que el resto de la república. Sin embargo, los llamados a la insurrección de los ligueros no encontraron eco y los laicos, como los eclesiásticos, optaron por la larga paciencia y el duro taladrar de la lucha cívica. Salieron ganando y confirmados en la justeza de su apuesta.
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