Relaciones sociales y conflicto religioso

Ejemplar gratuito Año 10, número 20, Heroica Puebla de Zaragoza, diciembre de 2007 Relaciones sociales y conflicto religioso Por Fernando Matamoros

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Cambio social y religioso
Ciencias sociales. Iglesia. Religiosos. Nueva realidad. Organizaciones. Libertad

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Ejemplar gratuito

Año 10, número 20, Heroica Puebla de Zaragoza, diciembre de 2007

Relaciones sociales y conflicto religioso Por Fernando Matamoros Ponce

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urante muchos años las corrientes conservadoras, local y nacional, atribuyeron a la comunidad universitaria de Puebla conductas contrarias a la iglesia católica, sin embargo una buena parte de los universitarios poblanos siempre se distinguió por su solidaridad con aquellos pastores que se habían pronunciado por una iglesia a favor de los pobres. No fue casual que la Universidad Autónoma de Puebla cobijara a un número reducido de clérigos que como alumnos o profesores han participado en la formación intelectual y humana de jóvenes comprometidos con las mejores causas del pueblo mexicano. Entre los alumnos, y después profesor de la UAP, se distinguió Enrique Marroquín quien hizo estudios de Antropología Social, después el doctorado en Ciencias Sociales en comunicación y política en la Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco y en otras instituciones de la iglesia católica. Diversas entidades educativas le han publicado 13 libros, entre ellos, El Conflicto Religioso: Oaxaca 1976-1992, editado por la UNAM. Con el auspicio de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado, en noviembre pasado los investigadores Blanca Laura Cordero Díaz y Fernando Matamoros Ponce reseñaron el libro sobre el conflicto religioso oaxaqueño del cual publicamos uno de esos comentarios. También agregamos varios párrafos del libro La III CELAM y la UAP, de Nicolás Dávila Peralta sobre la colaboración de universitarios, y la experiencia de los claretianos poblanos, grupo al que pertenece Enrique Marroquín.

Frente a los discursos racionalistas que habían condenaron la religión a los archivos de la superstición, la brujería y la irracionalidad; las reflexiones y profundización de los trabajos de investigación muestran que esta dimensión está en el centro de la sociedad y que, dentro de los mismos discursos racionalistas, encontramos una multiplicidad de expresiones religiosas, espejo

• Fernando Matamoros Ponce, es Profesor investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

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Leonardo Boff, en 1979, años más tarde, la Congregación para la Doctrina de Fe le abrió un proceso que le obligó a dejar la orden franciscana y después el sacerdocio. Continúa su trabajo como teólogo, ahora en la línea de la teología de la ecología.

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de los conflictos de sociedad. Si miramos hacia el pasado, constatamos que los discursos racionalistas y de secularización anunciaron la “muerte de la religión”. Durante varios siglos, en nombre de la Razón, nuevo Mesías de la ciencia, se condenó lo religioso como parte del atraso de las sociedades, como ideologías descritas en tanto que reflexiones irreales y supersticiosas. Sin embargo, cuando nos acercamos al mundo moderno, constatamos que lo religioso es una dimensión central de comunicación que concentra esperanzas, perspectivas para enfrentar los miedos societales, pues es polo y motor de los conflictos contemporáneos en diversos puntos del planeta. En sociología, ciencia mediada por los discursos racionalistas, el estudio de las religiones es todavía una materia optativa sin importancia central frente a las otras materias, un relleno a los programas educativos, una particularidad no esencial al pensamiento. Por su parte, antropología se encargaba y se encarga todavía de ver estas dimensiones como parte del pasado, un pasado lejano en proceso de modernización. Estas ciencias eran los medios por los cuales se tomaría conciencia de las manipulaciones de brujos y curas, culpables de la irracionalidad y la mentira. Sin embargo, por ejemplo, los conflictos religiosos en Oaxaca muestran que las ilusiones racionalistas y empiristas de las ciencias positivas, que no querían ver a lo religioso, trabajan a su enterramiento antes de su muerte. Éste, está en el centro de los discursos, tanto de la legitimación de políticas como en las formas de recomposición de resistencias. Por cierto, más allá de las religiones, lo religioso está en el centro de las agudas crisis de reconstrucción de discursos y agresiones exteriorizadas. Enrique Marroquín resalta que dentro de los procesos de construcción de identidades comunitarias locales y nacionales, y en los proyectos políti-

cos (guerras y enfrentamientos étnicos), la sociedad oaxaqueña y las comunidades indígenas muestran una reactivación primordial de lo religioso, de lo simbólico, cuyas manifestaciones muestran que no hubo “muerte de la religión”, son una metamorfosis de las practicas religiosas que se expresan en una remodelación de éstas y de sus representaciones en las prácticas comunitarias. “Una de las macrotendencias que suelen señalarse como características del fin del milenio es el retorno de lo religioso. Contra los vaticinios decimonónicos sobre la inminente ‘perdida’ de la religión, pareciera que la humanidad posmoderna —acaso desilusionada de las expectativas secularistas, acaso añorando seguridades en las que alguna vez confió, acaso proyectando sus esperanzas hacía la utopía— sube al desván de los trastos inservibles, en busca de los viejos dioses que otrora allí derrumbados. Tocaría a las ciencias sociales averiguar si este supuesto retorno es real o si se trata tan sólo —como piensan algunos— de momentos de ‘resacralización’ o de alentamiento, pues al refugiarse tales disposiciones en el folclor, la costumbre o el localismo étnico, sirven de signos de identidad cultural, o porque las instituciones religiosas cumplen otras funciones secundarias que les servirían de soporte, etc.” (Marroquín 2007: 40). Por lo tanto, podemos resaltar que en las expresiones sociales sacras, y rituales folclorizados también, las palabras y acciones religiosas son dotaciones instintivas y simbólicas de reconstrucciones de tradiciones culturales e identitarias. Muestran como los catolicismos y protestantismos y las variantes pentecostales son parte de las pertenencias y representaciones creyentes. Su obra, trabajo de varios años de investigación, nos muestra que las religiones son expresiones culturales que se implican normativamente en la auto-legitimaciones del dinamismo social y/o

Conferencia de prensa del Equipo cencos Puebla, apoyados por la buap, en la mesa, Hernando Ruiz Córdoba, José Álvarez Icaza y Elías León, entre los asistentes, varios universitarios.

Los archivos son el fundamento mismo de la memoria consciente que tiene el hombre de sí mismo. Bruno Delmas

el dominado, el explotado) ha sido de las justificaciones de empresas expulsado a los experimentos de socio-políticas. En efecto, los sanla antropología? Desde mi punto tos y vírgenes vividos en comunide vista, las recomposiciones dad son continuidades creyentes religiosas (representaciones y ligadas a los conflictos del pasado, creencias en el mundo indígena) memorias legitimadas por los en la historia de México no son, centros políticos. Éstos trasciencomo da la impresión en las afirden la historia y se comprueba, maciones antropológicas teóricas, esencialmente, en el campo de procesos “sincréticos”, parte de lo religioso que consiste en hacer los excesos empiristas de la anmemoria y olvido de un pasado tropología que quiere ver el Ser que da sentido al presente. De en todas las representaciones. Se esta manera, las religiosidades, en trata más bien, diría Jean Séguy Oaxaca en particular, son un laboEl monje y poeta Ernesto Cardenal (1999 : 257), de protestas implíciratorio que permite analizar las impulsor de las Comunidades de Base tas, pero también explicitas de realidades sociales, que el pasado en Nicaragua. Ministro de Cultura en el gobierno sandinista, que le valió las resistencias múltiples a los está en el presente, que las transuna reprimenda de Juan Pablo II. proyectos económicos colonizaformaciones religiosas y sociales dores imperialistas, inscritas por están centradas por los conflictos cierto en los folklores y rituales, rememoración y creados por las lógicas políticas y económicas de reconstrucción de relaciones de resistencia. Ante expansión capitalista y esto desde el descubrimienlos procesos de universalización de los discursos to, conquista y colonización de América. de globalización y mundialización de la merLa religiosidad es no solamente un compocancía como pensamiento único, vemos resurgir nente importante, sino esencial en las esencias lo irracional como forma de racionalización del de las reconfiguraciones sociales. Parte de las mundo y sus perspectivas, se expresa a través de cosmovisiones de pueblos, es la “caja de Pandora”. las religiones populares diría Ignacio Ramonet Al abrirla con las múltiples llaves de las ciencias (1997). Así, en este nuevo milenio, en los momensociales, expresión de las miradas sociales y cientítos de fortalecimiento de las prácticas verticales ficas ligadas a grupos, salen todos los horrores del del poder y en ausencia de democracia, en este mundo, pero también libera dialécticamente la periodo de regreso a las tinieblas religiosas inteposibilidad de pensar la esperanza que se encuengristas, en estos momentos de dolor por el terror tra en ella. En este sentido, las configuraciones militar y el terrorismo de Estado, millones de culturales de las comunidades indígenas no son hombres se preguntan y resisten a las condenas síntesis humanas o sincretismos “endulzados”, y el destino de las pesadillas cotidianas. “Llaves sino parte de los conflictos sociales y de clase, catemaestras” hacen saltar los cerrojos de las puertas goría que, por cierto, siempre esta presente como del pasado, pasado que se enimagen dialéctica explicando las cuentra en los procesos de reluchas, dolores y estrategias del ligiosidad de la esperanza en movimiento indígena mexicano. las resistencias del presente. Al El estudio de las formas en que abrir las puertas, se encuentran se recomponen las comunidades huellas del pasado, contradicciofrente a una agresión exterior, nes y horrores de las formas de muy bien resaltada por Enrique dominación (colonialismos, imMarroquín en las reflexiones sobre perialismos, etcétera), pero tamel pasado en el presente, contiene bién resurgen en las religiones en su interior aquella frase tan y recomposiciones de grupos concurrida, debatida y experimeny sectas desafíos del presente, tada de Karl Marx: la religión es el esperanzas que se actualizan en opio del pueblo, pero también es el la concentración de lo ya sabido, suspiro de la criatura oprimida. Mateo Sánchez Espinoza, líder de la transformándolo en el presente. En este sentido, una preocuOrganización Independiente Totonaca Lo religioso, reinvierte la realipación centrales es ¿por qué lo y miembro de las Comunidades de Base de Huehuetla, Puebla. dad para los posibles, reinventa religioso del Otro (el conquistado,

Los archivos llegan a ser la memoria viva de todo lo que un día se construyó, se defendió, se amó y se soñó. Hermes Tovar

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lo humano perdido en la oscuridad de la verdad del concepto y del poder. Una de las obras centrales para comprender estas realidades conflictuales en el contexto oaxaqueño es el libro de Enrique Marroquín. En el siglo XX y XXI, las realidades religiosas son parte de los procesos de luchas del presente oaxaqueño en el contexto neoliberal mexicano. Como menciona Enrique Marroquín (2007: XIX), el rechazo de la teoría abstracta descarnada le permite profundizar las representaciones de santos e instituciones para penetrar teóricamente los conflictos societales inherentes en las luchas y recomposiciones políticas. Muestra que los “Mártires de Cajonos” contienen relaciones sociales, formas socioculturales y estructurales que toman forma en las luchas del pasado en el presente. De la misma manera, en Ixtlán de Juárez, como las políticas educativas del cardenismo del siglo pasado fueron parte de las necesidades estructurales y de acumulación de capital y como, ante la política educativa llamada socialista, más bien positivista y racionalista, las comunidades indígenas reaccionaban y cuestionaban las lógicas de apertura de estas regiones al mercado de trabajo mundial, mano de obra barata. También, me parece interesante destacar el rol de las nuevas religiosidades pentecostales y otras más cercanas a los protestantismos de la modernidad, pues las reacciones de las comunidades a la existencia de estas nuevas religiosidades afectan sus formas comunales organizadas dentro de lo religioso. Marroquín resalta como se reconstruyen los conflictos, que no están —diría Max Weber (1979)— fuera de los discursos racionalistas de la individualidad en relación con dios y la espiritualidad. En la segunda parte, desarrolla como las luchas sociales se expresan dentro de las instituciones mismas, como las corrientes conservadoras o las teologías de la liberación son reacciones a las configuraciones sociales y políticas, como responden a Vaticano II, y en particular en relación a la teología de la liberación. En la tercera parte, subraya la importancia de los actores religiosos en la vida cotidiana y en las relaciones como accio-nes sociales y políticas. La religiosidad y sus símbolos son portados por actores precisos que activan estos símbolos hacia fines precisos a través de organizaciones civiles y políticas. Unida a las partes anteriores, como forma de síntesis, la ultima y cuarta parte, titulada “Religión y Política”, reflexiona la condensación de lo social en Dios, sobresaliendo las religiosidades como reconstrucciones simbólicas de conflictos colectivos.

Monseñor Pedro Casaldáliga, obispo emérito de Mato Grosso, en Brasil. Considera que la teología, la pastoral y la espiritualidad de la liberación son el camino para que la Iglesia responda al neoliberalismo.

En efecto, como afirma Antoine Casanova (2006: 6), las corrientes religiosas en la sociedad y los votos no son entidades trascendentes fijas, sin relaciones con el exterior, son tensiones y antagonismos. Las manifestaciones de lo religioso emergen dentro de las relaciones sociales. No son, como lo afirman las corrientes conservadoras, esencias extranjeras a las tensiones sociales (allá en el cielo, transcendentes), participan y se nutren de trascendencias, trans-individualidades en movimiento en las recomposiciones socio-políticas, ideológicas e ideo-teológicas de clase. Son la reflexión establecida en la reflexividad del tiempo en los espacios concretos de los movimientos: Dios está en las urnas —afirma Marroquín. Frente al mundo y sus contingencias como crisis, no existe religiónobjeto sin las apuestas, esencias de los deseos de los actores-sujetos que, en su devenir, establecen creencias en otro mundo, desde el mismo mundo, pero más allá del mundo, una utopía constituida en esperanzas y aspiraciones como potencia humana, incluyendo los espacios del poder legitimados en las democracias totalitarias del fraude. hg

Bibliografía Casanova Antoine, (2006), “Mouvements des religions et mouvements des rapports sociaux aujourd’hui”, en La Pensée, n° 345, París, Enero-Febrero-marzo. Ramonet Ignacio, (1997), Géopolitique du chaos, París, Galillée. Ramonet Ignacio, “Géopolitique des religions”, in Manière de voir, novembre-décembre, 1999. Séguy Jean, (1999), Conflit et utopie ou réformer l’Église, Paris, Cerf. Weber Max, (1979), La ética protestante y el espiritu del capitalismo, México, Premia editores.

Los archivos cosntituyen la posibilidad de conservar la memoria de nuestra sociedad, de conservar en los documentos las acciones de los hombres y la vida de las instituciones. Gustavo Villanueva.

Una experiencia de la iglesia popular Por Nicolás Dávila Peralta *

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n la década de los setenJavier González, fue enviado a una ta, la creciente indutriaparroquia en la Sierra Norte del lización de la Angelópoestado. Al seminario llegaron, relis había sacado del control cién titulados en la Universidad de la derecha a las clases popuGregoriana, otros profesores que lares; ésta había perdido complese adentraron en el estudio del tamente al sector que en los semarxismo, algo inconcebible en senta y principios de los setenta la época de don Octaviano Mármanejó a través de la Unión de quez. Uno de estos profesores Barrios; pero mantenía toda su fue el maestro Alejandro Morainfluencia en los jóvenes de las les Palacios, el mismo que en su clases medias y altas a través de época de vicario cooperador hala Universidad Popular Autónobía acudido a la UAP, en 1973, en Monseñor Sergio Méndez Arceo, obispo de ma del Estado de Puebla (UPAEP); busca de apoyo para los damniCuernavaca, fue el vínculo entre la buap y la con ellos iniciaría, en los albores ficados de su parroquia, en AljoIglesia católica. Su acción fue fundamental para frenar la embestida de la ultraderecha de los ochenta, el asalto al Partijuca, y que en la III CELAM funcontra esta casa de estudios. do Acción Nacional. giría como responsable de logísPor su parte, la Iglesia católica tica al interior de la sede de la vivía en Puebla una etapa de indefinición. En 1976 conferencia. murió don Octaviano Márquez y fue designado Entre el clero que optó por una acción pastoarzobispo de Puebla monseñor Ernesto Corripio ral vinculada con la teología de la liberación y su Ahumada, quien a los tres años fue promovido a proyecto de Iglesia Popular se encontraban varios la Arquidiócesis Primada de México. En su lugar párrocos jóvenes que trabajaban en la Sierra Norquedó su obispo auxiliar Rosendo Huesca Pachete, sobre todo en las zonas de Olintla, Huehuetla co, un clérigo conciliador, astuto, que abandonó y Zautla, los dominicos de San Pablo de los Fraila bandera del anticomunismo y abrió las ventales, el padre Maximiliano Castilla y su equipo en nas de la Iglesia poblana a todas las corrientes de el templo de San Jerónimo y los religiosos clarepensamiento. tianos de la parroquia del barrio de El Parral, amEn la segunda mitad de los setenta, la Iglesia bos en la ciudad de Puebla. vivía en Puebla las tensiones entre los clérigos de Uno de los principales protagonistas de este edad avanzada, herederos del anticomunismo de encuentro entre la Universidad Autónoma de Puedon Octaviano Márquez y Toriz, y las nuevas genebla y los sectores más avanzados de la Iglesia catóraciones, inquietas por la situación de desiguallica fue el entonces director de Información y Reladad social que se vivía, y se sigue viviendo, sociones Públicas de la UAP, Alfonso Yáñez Delgabre todo en la Sierra Norte y en la Mixteca. do. Esta es su visión de la realidad que vivía la Párrocos, vicarios cooperadores y hasta profeiglesia en Puebla en la segunda mitad de los años sores del Seminario Palafoxiano, mantenían una actisetenta: tud abierta al diálogo con los sectores más avanEntre Octaviano Márquez y Toriz y (Rosendo) zados de la Iglesia, y algunos de ellos orientaron Huesca se da un periodo muy interesante, porque (Ersu trabajo pastoral en el sentido de la teología de nesto) Corripio Ahumada llega de Oaxaca pero la liberación. Así, el director espiritual del Semino llega con la espada desenvainada. La primera nario Menor de Puebla, el padre Maximiliano Casdeclaración que hace Corripio Ahumada habla de tilla fue nombrado promotor vocacional y capellán “mis hermanos universitarios”, ya no la condena, del templo de San Jerónimo, en tanto que otro proes que se había acostumbrado durante años, quinfesor, éste de filosofía en el Seminario Palafoxiano, quenios, por primera vez Corripio Ahumada yo *Nicolás Dávila Peralta es editor de Gaceta Universidad, órgano ofi cial de la BUAP. Es autor de Las Santas Batallas, él anticomunismo en Puebla y La III CELAM, y la UAP, una sola causa la justicia, editados por el Archivo Histórico Universitario.

Los archivos constituyen la expresión más completa de la actuación humana en todos los aspectos de las relaciones de los hombre y las instituciones. José Manuel Mata Castillón

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creo que es sensible a lo que estaba pasando y habla de “mis hermanos universitarios”. Lamentablemente fue un periodo de transición, se tenía previsto que fuera el actual obispo, pero dado que gente de la ultraderecha impedían que Huesca tomara posesión fueron incluso a Roma, como lo describe muy bien Manuel Buendía... a solicitar que se nombrara como arzobispo de Puebla a quien fuera obispo de Tlaxcala. El Vaticano en ese caso prefirió una tercera opción y nombró a Corripio, que fue una excelente decisión. Entonces con Corripio ya se pudo establecer un contacto a través de Gobernación pues para tratar de suavizar las cosas. Por otra parte, dentro de la Universidad había una corriente importante que pretendía una cercanía con el clero, pero el clero que estaba identificado con la causa de los pobres, y así se lograron contactos, entre otros, con algunos curas de San Jerónimo que empezaron a hacer las llamadas “misas campesinas”, después con los claretianos, este grupo que para mí fue el más revolucionario y el más audaz, en cierto sentido. 1 La experiencia de los claretianos fue importante porque, además de trabajar con los habitantes de las vecindades de la zona aledaña al Paseo Bravo, se vincularon con la Universidad Autónoma de Puebla. La obra en la parroquia del Inmaculado Corazón de María, mejor conocida como iglesia de El Parral, por el nombre del barrio en donde se ubicaba, inició en 1974, con la llegada de un grupo de religiosos claretianos a cuyo frente estaba el padre Gildardo Valencia, a quien sustituyó el padre Heraclio Pérez García. Integraban la comunidad religiosa, además, los padres Enrique Marroquín y Fernando Macedo Ronces, a quienes se unió más tarde Rodolfo Fernández Díaz. El equipo buscó estructurar una experiencia pastoral sustentada en la opción preferencial por los pobres y la búsqueda de nuevos modos de acción pastoral. Esta comunidad, junto con otra en Tlalpan y una más en Tlacuapan, Guerrero, fueron las tres de la Congregación Claretiana que optaron por esta experiencia, cuando el resto de la congregación mantenía su trabajo tradicional. Los “curas del parral”, como los llamó la prensa de derecha durante la III CELAM, iniciaron un trabajo de construcción de comunidades eclesiales de base en las vecindades de la zona poniente 1

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Monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez, asesinado por la ultraderecha salvadoreña en 1980. Hasta sus mismos compañeros obispos le tildaron de comunista, por su opción por los pobres.

del Centro Histórico de Puebla. Desplazaron la práctica religiosa del templo parroquial hacia las zonas habitadas por una población pobre e inestable. La vecindad se convirtió en el centro de la vida parroquial: ahí se celebraban las misas y se reflexionaba la lectura de la Biblia. Ahí se hacía oración, se analizaba la realidad de pobreza y deterioro de la calidad de vida de los habitantes de las vecindades de la zona y se buscaban los caminos para salir de esa condición. Rodolfo Fernández Díaz, uno de los protagonistas de esta experiencia, describe así el trabajo del equipo parroquial: Este es un grupo de claretianos muy inquieto en términos de plantear nuevas formas de pastoral; se inicia con este modelo de pastoral urbana comprometida, una iglesia que buscaba nuevas alternativas frente a la crisis que había significado el Concilio Vaticano II. Con Enrique Marroquín y con Fernando Macedo, éste como la cara institucional y aquél como el arriesgue total, se inicia un proceso donde se establecen comunidades de base en las vecindades para realizar la pastoral, y no en el templo; el templo es sólo complementario de esta pastoral inserta en la vida cotidiana de la gente del barrio. Se forman comunidades en cada vecindad y se va monitoreando hacia dónde avanzar. Unas comunidades se politizaron más y asumieron compromisos sociales, otras se constituyeron en círculos bíblicos, otras terminaron en actividades muy domésticas, como repartirse el agua y buscar la convivencia armónica entre los habitantes de la vecindad.2

Alfonso Yáñez Delgado, entrevista del día 9 de febrero de 2004, transcripción magnetofónica. Rodolfo Fernández Díaz, entrevista del 27 de mayo de 2004, versión magnetofónica.

La posibilidad de hacer historia está en relación directa con la riqueza documental Luis González

Este trabajo se complementaba con una catequesis que rompió el molde del aprendizaje del catecismo de memoria y llevó a niños y adolescentes también a la reflexión de la realidad que vivían y a descubrir que la religión daba respuestas a estos problemas; además de complementarse esto con el teatro popular de Semana Santa, donde se presentaba la pasión de Cristo unida a la pasión de millones de pobres y perseguidos de América Latina, y de Navidad, donde se criticaba el consumismo de esta festividad. Pero, además, los clérigos de El Parral optaron por no ser una carga para sus feligreses. Los cuatro contaban con una alta preparación académica y decidieron aprovecharla para ganarse el pan de cada día como maestros. Fernando Macedo Ronces (sociólogo), Enrique Marroquín (filósofo) y Rodolfo Fernández Díaz (antropólogo) consiguieron ser aceptados como académicos en la Universidad Autónoma de Puebla. El primero de ellos ocupó el cargo de director de Bibliotecas durante la gestión rectoral de Alfonso Vélez Pliego. Heraclio Pérez García impartió clases en una escuela de servicio social. Además, Enrique Marroquín cursó estudios de antropología social en la UAP. Esto les permitió mantener con la Universidad Autónoma de Puebla no sólo vínculos laborales, sino, además, lograr el apoyo de académicos y alumnos para los estudios socioeconómicos que realizaban en la zona, para la difusión de su trabajo y de las demandas de los habitantes de las vecindades. Este fue un paso importante en la vinculación de la máxima casa de estudios del estado de Puebla con un sector de la Iglesia católica impensable apenas diez años antes. Tanto a los clérigos claretianos como a los universitarios los unía un mismo objetivo: la lucha por la justicia.

Monseñor Leonidas Proaño, obispo de Riobamba, Ecuador. Considerado el obispo de los indígenas del Chimborazo.

Fernández Díaz, al hacer un recuento de la experiencia de los claretianos de El Parral apunta que la opción por los pobres de las vecindades del Centro Histórico poblano, si bien era singular en esa congregación religiosa no era aislada de otras intentadas por ese pequeño grupo de religiosos inquietos. Sobre todo el padre Enrique Marroquín, motor de esta experiencia de liberación, buscó la vinculación de la parroquia con el Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS), a fin de ofrecer el camino de la comunicación colectiva y de masas para dar a conocer a la sociedad la situación y las demandas de los pobres de la parroquia. Con esta misma intención y para apoyar académicamente a los estudios de la realidad social se buscó el apoyo de la Universidad Autónoma de Puebla, que les fue brindado incondicionalmente. Asimismo, trabajaron con alcohólicos, en opciones distintas a la de Alcohólicos Anónimos, lo mismo con drogadictos, en un momento en que éste no era todavía un problema tan serio de salud, estabilidad familiar y seguridad pública. Se trabajó, además, con niños de la calle, derecho de las mujeres y aun con hippies, experiencia de la que el padre Marroquín había sido pionero en México. Los vínculos entre los clérigos de El Parral y la universidad, contribuyeron a las acciones que la institución realizó antes y durante la III CELAM, pero también marcó el final de esa experiencia, por presiones del delegado apostólico Girolamo Prigione ante el arzobispado de Puebla y el superior de los claretianos. Por otra parte, el equipo del templo de San Jerónimo también desarrollaba un trabajo de concientización de los habitantes de las vecindades del Centro Histórico y, sobre todo, de los jóvenes que revelaban intenciones de realizar una carrera eclesiástica. Una de las expresiones era el acompañamiento de las celebraciones eucarísticas con la música de la “Misa Campesina Nicaragüense”, compuesta por el cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy. Indudablemente, la letra de estos cantos chocaba con la mentalidad de una ciudad conservadora como Puebla. Pronto se vería que este modo de orar no era del agrado del resto de la jerarquía católica ni, mucho menos, del sector empresarial y de la derecha. Así, después de la III CELAM, el equipo de Pastoral Vocacional fue sustituido por otro más acorde con el pensamiento oficial. hg

El archivo es la memoria de las instituciones, es también la memoria histórica de las sociedades es el lugar que guarda la obra viva de los hombres muertos. Luis Núñez Contreras

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Jean Pandal el rector de la transición El pasado viernes 7 de diciembre, falleció Eduardo Jean Pandal quien fuera rector interino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y regidor en el ayuntamiento de Puebla en la administración del actual gobernador Mario Marín Torres (1999 al 2002). Fue considerado como uno de los promotores de la transición y la estabilidad en la máxima casa de estudios, luego del gobierno turbulento que ejerció durante 1989 Samuel Malpica Uribe. Jean Pandal tuvo un brevísimo rectorado en 1990, pues fue sucedido casi de inmediato,

el 4 de octubre de ese mismo año, por José Doger Corte, este último tuvo un periodo más de cuatro años al frente de la BUAP. En cuanto a su trabajo como regidor del ayuntamiento de la capital, Eduardo Jean fue regidor en el ayuntamiento de Mario Marín de 1999 a 2002 y donde figuró como presidente del Comisión de Patrimonio y Hacienda Pública Municipal. Nació un 24 de junio de 1942 en Santa Catarina Los Reyes, municipio de Esperanza pero radicó desde muy joven en la capital poblana, le sobrevive su esposa Blanca Ramírez e hijos.

Murió Genoveva Sánchez, líder social En diciembre pasado murió Genoveva Sánchez dirigente de la Federación Independiente de Obreros y Campesinos Agrícolas (FIOAC). Con la muerte de tan apreciada, por los campesinos desheredados, de tan singular dirigente se cierra el ciclo de solidaridad que la Universidad Autónoma de Puebla obtuvo de otros líderes sociales, entre ellos: Doroteo Fernández de Lara, Octavio Medina, Macario Pacheco Altamirano, Teodomiro González Islas, Mónico Rodríguez. Al entrar en una nueva crisis la Central Campesina Independiente, fundada en 1962

con el impulso del general Lázaro Cárdenas, Doroteo y Genoveva se dedicaron a reorganizar a grupos de campesinos poblanos y en ésta tarea, como en otras, encontraron sinsabores: deslealtades, traiciones y abandono de la nueva Federación, sin embargo el ánimo no decayó y ambos continuaron en la medida de sus posibilidades defendiendo la educación pública y a la máxima institución educativa del Estado. Genoveva es uno de los miles de ejemplos de la mujer entregada a las mejores causas del pueblo mexicano. hg

BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA Rector: Enrique Agüera Ibáñez Secretario general: José Ramón Eguibar Cuenca

Tiempo Universitario

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Director: Alfonso Yáñez Delgado, Diseño gráfico: Armando López Vázquez. Tiempo Universitario es una publicación del Archivo Histórico Universitario. Aparece quincenalmente. Impreso en: Litografía Magno Graf. El costo por ejemplar de 8 páginas es de noventa y ocho centavos más iva. Tiraje: Veinte mil ejemplares. Responsable de distribución: Marcos Medrano Flores. Los autores son responsables por los textos publicados. Esta publicación se puede adquirir en La Casa de la Memoria Universitaria, Avenida Reforma 531. Puebla, Pue. teléfono: 2 32 74 79. Se aceptan colaboraciones de investigación sobre la vida universitaria. E-mail: [email protected] Distribución gratuita.

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