El discurso geopolitico de Milton Santos como critica de la globalizacion Patricio Carvajal Aravena1
Resumen El presente artículo analiza la obra de M. Santos: Por uma outra Globalização, como expresión del discurso geopolítico critico brasilero y su propuesta teórica de la centralidade da periferia. Se trata de una nueva concepción del espacio planetario entendido como “espacios complejos”. Esta visión geopolítica implica una superación del paradigma de la Escuela Geopolítica Clásica que concibe el espacio como espacio vital (Lebensraum) Key words: Geopolítica; Capitalismo; Globalización.
Introduccion: la renovacion del pensamiento geopolitico latinoamericano El pensamiento geográfico de M. Santos no requiere de presentación, pues sus contribuciones son mundialmente estimadas como uno de los discursos situados más originales formulados desde el Sur (Mendoza: 2008). Su labor científica fue coronada con el otorgamiento del Premio Vaudrin Lud, una especie de Nobel de la Geografía. Sin embargo, distinguir en el discurso del geógrafo brasilero una propuesta específicamente geopolítica puede resultar un tanto controvertido. En efecto, Santos en su último libro: Por uma outra globalização. Do pensamento único à conciência universal (2008), formula un discurso crítico de la Globalización. Este escrito puede ser considerado como el texto específicamente geopolítico de la producción científica de Santos. La Geopolítica de M. Santos es parte del discurso geopolítico civil brasilero: B. Becker (2004, 2006), J. William Vesentini (1987, 2003) Brum (2008), cuyo impacto en las relaciones internacionales es significativo al momento de identificar la propuesta de una escuela latinoamericana sobre los temas que conciernen a esta disciplina. En este sentido la historia del discurso geopolítico latinoamericano está por escribirse (Deves, 2003, II). Por otra lado, la Geopolítica latinoamericana posdictaduras militares muestra un creciente desarrollo como pensamiento social, especialmente en Argentina y Brasil (Barrios, 2009). 1Estudios de Postgrado Universität Mainz, Alemania, Profesor Asociado de Universidad de Playa Ancha, Profesor Universidad de Talca, Facultad de Derecho, Investigador FONDECYT. Contato:
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224 Para el Profesor argentino M. A. Barrios, uno de los miembros más destacados de la nueva geopolítica argentina: (...)la geopolítica necesita un reordenamiento desde nosotros mismos como teoría de análisis multidisciplinario de las ciencias sociales y el diseño de la política exterior. Entendemos la geopolítica en el siglo XXI como el pensamiento político insertado en el espacio y el tiempo latinoamericano. Resulta imposible crear un poder duro homogéneo en un sistema – mundo inestable, donde los Estados continentales industriales armonizan- como siempre sucedió a través de la historia- la política exterior con un fuerte sostén en la política de defensa industrial. Ello sólo se realizará con una profunda reforma que pase por una sudamericanización de nuestros contenidos educativos, tarea aún pendiente (Barrios, 2009: 41).
La propuesta educativa de Barrios es congruente con la geopolítica de Santos, toda vez que existe la necesidad de una reforma del sistema educacional regional. A partir de estos cambios, que en el ámbito concreto de las relaciones internacionales debe comenzar con una nueva visión geopolítica de América Latina y de sus entornos, permitiría la formulación de una agenda regional sobre los llamados espacios complejos: Ártico, Amazonía, Antártica, Océano Atlántico y Océano Pacífico. Estos espacios conforman las macro estructuras geográficas americanas, a partir de los cuales se puede formular la existencia de un eje geopolítico americano que se extiende desde el Polo Ártico hasta el Polo Antártico, constituyendo la Amazonía como espacio específicamente continental, en otras palabras, el Heartland de América. El discurso geopolítico puede ser analizado desde la perspectiva del ACD propuesta por T. van Dijk (2009). Se trata de una perspectiva lingüística que permite establecer la estructura algunas características de todo discurso social: origen, producción, control social, poder y su ejercicio, contextos. Se trata de un enfoque multidisciplinario que posibilita la comprensión de las estructuras sociales de dominación. Ahora bien, en lo que concierne específicamente al discurso geopolítico hay que establecer una diferencia sustancial entre el discurso geopolítico clásico y su objeto epistémico: el Estado (Staatslehre) y la distribución del espacio, entendido este último como espacio vital (Lebensraum). Esta última categoría lingüística de la geopolítica clásica sirvió de base para formular una política mundial de las potencias imperiales coloniales entre 1878 y 1919. Por otro lado, y como una respuesta a este discurso geopolítico clásico, a partir de la década de 1970 se desarrolla tanto en Europa como en los EEUU un nuevo pensamiento geográfico que se conocerá como geografía crítica y
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225 geopolítica crítica, cuyo objeto será el mundo como un espacio de inclusión. El programa de este pensamiento crítico está fijado en la expresión: a World to win. Por uma outra globalização El escrito de Santos Por uma outra Globalização está estructurado en seis capítulos: 1. Intrudução geral, 2. A produção da globalização; 3. Uma globalização perversa; 4. O territorio do dinheiro e da fragmentação; 5. Limites a globalização perversa; 6. A transição em marcha. Con este discurso emerge el sentido más propio de la geocrítica de M. Santos concebida como una denuncia de la llamada globalização perversa, frente a la cual él propone uma outra globalização. Se puede considerar este escrito del geógrafo brasilero como un discurso geopolítico porque Santos postula en el una relación entre espacio y tiempo (geohistoria), partiendo desde la perspectiva
de
abajo hacia arriba, considerando a la vez la importancia de la periferia en un contexto económico - político capitalista mundial. A partir de esta visión se puede sostener que este discurso de Santos constituye su contribución específicamente geopolítica como una crítica a la globalización y su estructura mundial basada en la expansión planetaria del mercado, los negocios y la consiguiente apropiación de los espacios que contienen reservas que se consideran como bienes patrimoniales de la humanidad (Ostrom, 2011). Según Santos: Aqui, os temas versados realçam as manifestações pouco estudadas do país de baixo, desde a cultura até a política, raciocínio que se aplica também à própria periferia do sistema capitalista mundial, cuja centralidade apresentamos como un novo fator dinâmico da história. É, exatamente, porque esses atores, eficazes mas ainda pouco estudados, são largamente presentes, que acreditamos não ser a globalização atual irreversível e estamos convencidos de que a história universal apenas começa (Santos, 2008:15).
El núcleo espacial de la geopolítica de Santos se define a partir del principio de centralidade da periferia. Durante el dominio de los Estados hegemónicos imperiales europeos modernos: S. XV- S. XX (Portugal, España, Francia, Holanda, Inglaterra), el pensamiento europeo concibió una idea de la Historia (civilización) específicamente centro europea. Las filosofías de la Historia formuladas en el período de la Aufklärung, concretamente la filosofía del idealismo alemán: Kant, Fichte y Hegel son expresiones de una Weltanschauung que reitera la centralidad espacial y cultural de Europa en relación con la periferia de los dominios coloniales (Carvajal, 2005, 2011). De este modo al curso
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226 euro céntrico de la Historia en la época de los grandes imperios coloniales europeos modernos, le sigue la aparente irreversibilidad de la globalización, pues nuevamente Occidente lidera el proceso de expansión comercial, financiera, militar, científica y tecnológica en todo el planeta (Agnew, 2005a, 2005b). Sin embargo, esta situación, a juicio de Santos, no es irreversible y, por consiguiente, no implica ningún determinismo cultural-espacial a priori: A idéia da irreversibilidade da globalização atual é aparentemente reforçada cada vez que constatamos a inter-relação atual entre cada país e o que chamamos de “mundo”, assim como a interdependência, hoje indiscutível, entre a história geral e as histórias particulares. Na verdade, isso também tem a ver com a idéia, também estabelecida, de que a história seria sempre feita a partir dos países centrais, isto é, da Europa e dos Estados Unidos, aos quais, de modo geral, o presente estado de coisas interessa (Santos, 2008: 149).
Frente a la pretendida irreversibilidad de la globalización sostenida por algunos defensores del capitalismo neoliberal: Fukuyama (1993), Ohmae (1998), Drucker (1990), surge una contrapuesta basada en la idea de la mundialización y planetarización, como una expresión de la llamada geopolítica de la complejidad (Nogué, Vicente, 2001). Sin duda la globalización es parte de las crisis de la economía mundial de las postrimerías del siglo XX y comienzos del XXI, la que está íntimamente vinculada con la revolución científico-tecnológica de este período (Frieden: 2007; Falk: 2002). Sin embargo, ello no implica que dicho proceso, a pesar de la fuerza con la que se ha impuesto a nivel planetario, constituya en sí una situación de irreversibilidad histórica. Para comprender estos cambios Santos establece una trilogía de la globalización en el mundo: O mundo como fábula, como perversidade e como possibilidade (Santos, 2008: 18-21). La revolución científico-tecnológica-comunicacional unida a la hegemonía ideológica de la llamada ciencia económica formula un discurso comunicacional de unificación del mundo según los criterios de mercado postulados por el neoliberalismo. Se trata de una realidad social prefabricada, la que a juicio de Santos proporciona una visión engañosa del mundo, donde se destacan tres niveles de esa realidad percibida: De fato, se dejamos escapar à crença de que esse mundo assim apresentado é verdadeiro, e não queremos admitir a permanência de sua percepção enganosa, devemos considerar a existência de pelo menos três mundos num só. O primeiro seria o mundo tal como nos fazem vê-lo: a globalização como fábula; o segundo seria o mundo tal como ele é: a globalização como perversidade; e o terceiro, o mundo que ele pode ser: uma outra globalização (Santos, 2008: 18).
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227 Que la globalización es un proceso integrador de la economía mundial, es imposible desconocerlo como realidad del capitalismo posindustrial. El aumento del volumen comercial de las transacciones mundiales en los últimos 15 años así lo demuestran, pero también es un proceso de exclusión radical cuando se consideran ciertos parámetros de selección y discriminación de los países y mercados – riesgo país, índice de competitividad, índice de Estados fallidos - al momento de decidir el flujo de las inversiones. En este punto opera la exclusión. En efecto, el mundo se muestra unificado fabulación del espacio - por medio de las comunicaciones. Sin embargo, los criterios de riesgo país dejan fuera al 75 por ciento de los Estados - de los aproximadamente 200 que conforman el sistema mundial - de la recepción de los beneficios del crecimiento económico y del desarrollo social. Basta considerar que de los aproximadamente 50 Estados africanos que pertenecen a dicho sistema político regional, sólo cuatro cumplen, y parcialmente, los requisitos mínimos de los análisis de riesgo país de las consultoras internacionales, instituciones estas últimas pertenecientes a los Estados hegemónicos. Esta exclusión tiene como consecuencia directa el aumento de la pobreza ya existente en la región: pandemias, hambre y enfermedades de carácter epidémico, las que afectan principalmente a la población infantil. Por otro lado existe una perversidad sistémica que Santos llama a globalização como perversidade, es decir, el mundo real: De fato, para a maior parte da humanidade a globalização está se impondo como uma fábrica de perversidades. O desemprego crescente torna-se crônico. A pobreza aumenta e as classes médias perdem em qualidade de vida. O salário médio tende a baixar. A fome e o desabrigo se generalizam em todos os continentes. Novas enfermidades como a AIDS se instalam e velhas doenças, supostamente extirpadas, fazem seu retorno triunfal. A mortalidade infantil permanece, a despeito dos progressos médicos e da informação. A educação de qualidade é cada vez mais inacessível.. Alastram-se e apronfundam-se males espirituais e morais, como os egoísmos, os cinismos, a corrupção (Santos, 2008:20).
Sobre este mismo tópico Santos señala a continuación: A perversidade sistémica que está na raiz dessa evolução negativa da humanidade tem relação com a adesão desenfreada aos comportamentos competitivos que atualmente caracterizam as ações hegemônicas. Todas essas mazelas são direta ou indiretamente imputáveis ao presente processo de globalização (Santos, 2008:20).
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228 El criterio de competitividad que Santos menciona, cuyo modelo fue formulado por el estratega norteamericano de negocios, M. Porter, es uno de los parámetros más segregadores de la ciencia económica, el que posibilita la existencia de una globalización perversa. En efecto, la competitividad, del mismo modo que los índices de riesgo país, marginan a un 75% de los Estados del mundo, según se ha indicado. De acuerdo al índice de competitividad, las economías que satisfacen este criterio son las que pertenecen a la OCDE y al G 20. En este sentido cabe admitir como válida la crítica del principio de competitividad que formula el economista P. Krugman, la que resulta coincidente con la crítica de Santos. Para Krugman: De hecho, sin embargo, intentar definir la competitividad de una nación es mucho más problemático que definir la de una empresa. La línea de su flotación para una empresa es literalmente su línea de flotación: si la empresa no puede pagar a sus trabajadores, proveedores y obligacionistas, tendrá que dejar su actividad. Por lo tanto, cuando decimos que una empresa no es competitiva, queremos decir que su posición de mercado es insostenible; que a menos que mejore su funcionamiento, dejará de existir. Los países, por otro lado, no cierran. Pueden ser felices o infelices con su situación económica, pero no tienen una línea de flotación bien definida. Como resultado, el concepto de competitividad nacional es engañoso (Krugman, 1997: 17).
Precisamente una de las características geopolítica - hegemónica del capitalismo global se expresa a partir del principio de competitividad, según la propuesta de M. Porter, formulada en su obra: La ventaja competitiva de las naciones, donde el profesor norteamericano propone un nuevo paradigma para los negocios internacionales - la ventaja competitiva - en reemplazo del paradigma de la economía política clásica - la ventaja comparativa (Porter, 1991). Según Santos la técnica y la población del planeta, al concentrarse en espacios cada vez más reducidos, o, en otras palabras, por las limitaciones espaciales en sí del planeta frente a la explosión demográfica, hacen posible la existencia de una socio diversidad. Se crea así en el plano de la cultura una nueva meta narrativa social, un discurso que engloba la realidad de la mayoría excluida del proceso de la globalización. Esta realidad posibilita la existencia de una universalidad de la humanidad la que a la vez permite avanzar hacia una nueva historia: No plano teórico, o que verificamos é a possibilidade de produção de um novo discurso, de uma nova metanarrativa, um novo grande relato. Esse novo discurso ganha relevância pelo fato de que, pela primeira vez na história do homem, se pode constatar a existência de uma universalidade
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229 empírica. A universalidade deixa de ser apenas uma elaboração abstrata na mente dos filósofos para resultar da experiência ordinária de cada homem. De tal modo, em um mundo datado como o nosso, a explicação do acontecer pode ser feita a partir de categorías de uma história concreta. É isso, também, que permite conhecer as posibilidades existentes e escrever uma nova história. (Santos, 2008:21).
Para Santos, como para la mayoría de los geopolíticos críticos: Agnew (2005), Toal (2004), Lacoste (2006) y J. W. Vesentini (2003) la globalización puede ser considerada como una etapa planetaria del capitalismo, con un centro hegemónico radicado no exclusivamente
en Europa, sino con varios centros hegemónicos regionales que
corresponden a los países del llamado G 20. Esta presencia del capitalismo y de sus instituciones se debe a la fusión de ciencia-tecnología-capital-poder militar. En la Historia esta alianza es la que determina la condición estratégica de una potencia dominante con ambiciones geopolíticas regionales y mundiales. De acuerdo a esta última imagen, en la época de la globalización el capitalismo introduce el término competitividad económica para hacer más excluyente el modelo, estableciendo una relación directa entre competitividad y hegemonía. Según Santos: Nos últimos cinco séculos de desenvolvimento e expansão geográfica do capitalismo, a concorrência se estabelece como regra. Agora, a competitividade toma o lugar da competição. A concorrência atual não é menos que a velha concorrência, sobretudo porque chega eliminando toda forma de compaixão. A competitividade tem a guerra como norma. Há, a todo custo, que vencer o outro, esmagando-o, para tomar seu lugar. Os últimos anos do século XX foram emblemáticos, porque neles se realizaram grandes concentrações, grandes fusões, tanto na órbita da produção como na das finanças e da informação. Esse movimento marca um ápice do sistema capitalista, mas é também indicador do seu paroxismo, já que a identidade dos atores, até então mais ou menos visível, agora finalmente aparece aos olhos de todos (Santos, 2008: 46).
Dos argumentos destacan en esta apreciación geopolítica de Santos, a saber: primero, la continuidad del proceso de expansión del capitalismo desde el siglo XV a la fecha, y que hoy los expertos en comercio internacional han denominado globalización; segundo, el proceso de alianzas estratégicas y fusiones, característica esencial del capitalismo global, que constituye una fuerte concentración de la propiedad por un conjunto de corporaciones y un control oligopólico de los mercados (joint ventures, clusters). Esta es la globalización perversa, que ve potenciada su hegemonía por medio del capital (inversiones, finanzas, mercado de capitales, licencias, patentes, franquicias), tecnología (economías de escala), ciencia (licencias, patentes, corporaciones farmo-
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230 químicas;
electrónicas-informáticas,
alimentarias)
y
Fuerzas
Armadas
(ejércitos
profesionales, tecnología de punta, sistemas de armas, control satelital del planeta). Esta realidad implica el retroceso del Estado - lo público - a favor del mercado y sus múltiples agentes, como lo señala S. Strange en un detallado estudio (Strange, 2004). Esta realidad también es resultado de la pérdida de vigencia de los paradigmas del pensamiento político - social moderno que no responden adecuadamente a los desafíos que plantea la globalización, y las revoluciones que se generan en distintos ámbitos del conocimiento (Carvajal, 2009). A esta nueva realidad Santos la llama: da política dos Estados à política das empresas (Santos, 2008:61). En este punto cabe señalar el paradigma del llamado “gobierno corporativo” (administración-gestión empresarial) como modelo para la administración del Estado, modelo denominado eufemísticamente “políticas públicas”, en reemplazo de una estrategia estatal y de lo público en sí. En definitiva, el Estado está al servicio del interés privado, del capital y de los grupos económicos, contrarios al bien público y a una visión e institucionalidad política - económica democrática de la sociedad. La globalización implica no sólo una apropiación privada del espacio planetario, sino también un quiebre de la institucionalidad político - social y una regresión moral de las conductas del hombre socializado, el que inexorablemente pierde las vinculaciones solidarias con su entorno, siendo reducido a la precariedad y pauperismo material (Giddens, 2001). Estamos aquí en presencia de lo que Giddens (2001) y Beck (2001) llaman sociedad del riesgo (Risk society / Risikogellschaft). Esto constituye un retroceso antropológico y moral a niveles sociales pre estatales, que la teoría política de la Temprana Edad Moderna llamó estado de naturaleza y estado de guerra. Según Santos: A globalização mata a noção de solidaridade, devolve o homem à condição primitiva do cada um por si e, como se voltássemos a ser animais da selva, reduz as noções de moralidade pública e particular a um quase nada (Santos, 2008: 65).
Esta situación ha estado marcada por una fuerte prédica anti estatal, siendo el Estado la institución política más importante para estructurar las sociedades complejas que se desarrollan de acuerdo al paradigma tecnológico – económico de la revolución industrial del mundo moderno. En otras palabras, las instituciones del Estado moderno: Estado de derecho y Estado social, son reducidas al mínimo, según la propuesta de de los padres del neoliberalismo económico filosófico norteamericano: Kayek (1979), Friedmann (1980) y Nozick (1974). En este contexto el pensamiento administrativo ha generado un discurso social sucedáneo de la política: la responsabilidad social de la
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231 empresa, en reemplazo de algunas funciones esenciales del Estado: seguridad, garantía de los derechos humanos y otras protecciones y asistencias destinadas a todos los miembros de la comunidad. Para A. Sen esta es la llamada seguridad protectora. Según Sen: (…)con independencia de los bien que funcione un sistema económico, algunas personas pueden ser muy vulnerables y verse sumidas, de hecho, en grandes privaciones como consecuencia de cambios materiales que afectan negativamente a su vida. La seguridad protectora es necesaria para proporcionar una red de protección social que impida que la población afectada caiga en la mayor de las miserias, y en algunos casos, incluso en la inanición y la muerte. El aspecto de la seguridad protectora comprende mecanismos institucionales fijos como las prestaciones por desempleo y las ayudas económicas fijadas por la ley para los indigentes, así como mecanismos ad hoc como ayudas para aliviar las hambrunas o empleo público de emergencia para proporcionar unos ingresos a los pobres (Sen, 2000: 59).
Ahora bien, como lo señala la teoría micro económica, la única responsabilidad tangible de las empresas son los resultados que los gerentes deben presentar a los miembros de los directorios. Lo demás es eufemismo porque las empresas no tienen más responsabilidad social que la maximización de su valor en el mercado, y así lograr que la rentabilidad del negocio se convierta en beneficio neto para sus accionistas. La consecución de este objetivo financiero, esencial a toda organización empresarial, requiere de un entorno estatal mínimo: disminución de la carga tributaria y flexibilización del mercado laboral por medio de la reducción del trabajo a simple mercancía, como señalara Marx en su momento (Aguirre, 2010). Hasta aquí la crítica de Santos a la Globalización y su expresión más concreta: las empresas transnacionales. En palabras del geógrafo brasilero: Essa “política” das empresas equivale à decretação de morte da Política (Santos, 2008: 67). Conclusões Es preciso estudiar el pensamiento geopolítico de M. Santos a partir de la redistribución del espacio a escala planetaria como consecuencia de la Globalización. La apropiación del espacio – teoría del poder - no ocurre directamente por medio de los ejércitos, como en la época de la geopolítica clásica, sino a través de las alianzas estratégicas entre empresas, o bien por la compra de activos directamente, o bien por la penetración y desarrollo de mercados regionales y locales que posibilitan esta última estrategia.
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Santos es uno de los miembros más destacados de la escuela geográfica brasilera, y en esa condición su aporte a la geocrítica y geopolítica resulta clave para comprender las transformaciones del mundo en la época de la globalización, mundialización y planetarización. Para Santos la globalización acentúa la dialéctica social por los espacios planetarios, especialmente por la necesidad del capitalismo de acceder a los recursos y bienes que le son imprescindibles para su actividad económica. La teoría de Santos de una centralidade da periferia es una propuesta geopolítica para entender la estructura geográfica del mundo contemporáneo y su evolución en el dominio y distribución de los espacios. Esta teoría da paso a los llamados espacios complejos, tanto por su estructura geográfica como por el régimen jurídico – administrativo que los regula. La globalización crea la imagen de un espacio planetario, global, donde todos tendrían, por medio de las comunicaciones, participación. Esta falacia comunicacional Santos la deja en evidencia, toda vez que la globalización tiende a privatizar los espacios públicos y, por consiguiente, limitar la política y ampliar la exclusión social. La geopolítica crítica de Santos es una respuesta crítica del discurso geopolítico hegemónico de la Globalización formulado por economistas, especialmente los miembros de la Escuela económica de Chicago, y otros especialistas de distintas áreas del mundo financiero y estratégico. Con todo, la geopolítica de Santos también se encuentra en una encrucijada cuando se trata de establecer una comunicación entre el discurso geopolítico – geocrítico por una lado, y la necesidad de una visión nacional – específicamente a questão amazónicafrente al mundo, por otro lado. La crítica de la Globalización que formula Santos es una critica desde la centralidad periférica sur americana a un centro cada vez más atomizado en su espacialidad (territorialidad), pero que asume hoy una nueva geopolítica: la geopolítica cultural, de la
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233 cual el derecho y la economía, y en general el conocimiento, son sus expresiones más evidentes.
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Recebido em Junho de 2012. Publicado em Julho de 2012.
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